Temas Románticos
Temas Románticos
Temas Románticos
TEMAS ROMÁNTICOS.
1. La naturaleza, la sensibilidad: Hispanoamérica ama su naturaleza pródiga; nace en esta época un sentimiento regional.
El paisaje que describe el romántico, simboliza su inmenso yo. Se solaza en pintar su tierra, su suelo natal. No se trata de
una descripción rigurosa y objetiva de su ámbito cotidiano, sino que el paisaje exterior es espejo de su paisaje interior.
Esa naturaleza sobrevive al hombre y sus obras; de ahí la referencia continua a las ruinas, a las tumbas y al cementerio.
El paisaje romántico carece de luz: la noche, apenas iluminada por una pálida luna o por las estrellas, es la hora del amor,
del ensueño, la del vuelo hacia el ideal nunca alcanzado. También crea el clima propicio para la irrupción de lo terrorífico
y de lo sobrenatural, sobre todo, cuando es azotada por una gran tempestad.
A veces, el atardecer invita a la meditación y a las lágrimas.
El mar suele aparecer como símbolo de libertad.
2. La valoración de la Historia. El tema político: El romántico se interesa por la historia nacional y por el porvenir político
de su patria. Anhela el renacimiento de una más pura. Cuestiona la sociedad en que vive y toma postura ante sus
problemas.
3. Ideales de libertad y de progreso: El romántico quiere ejercer su libertad sin amenazas ni limitaciones. Espontaneidad y
autenticidad constituyen la fórmula que él defiende. No concibe la libertad de expresión sin la libertad política. Además,
su búsqueda es más honda: anhela también la libertad espiritual, es decir, liberar su mundo interior de las trabas que le
impone la realidad exterior.
4. El amor a la patria: El destierro involuntario trae el recuerdo querido de la patria lejana. El regreso mitiga siempre, con la
esperanza de un mañana promisorio, el dolor sufrido.
5. Voluntad de gloria: la búsqueda silenciosa de la gloria responde a su íntimo deseo de ser el centro del mundo que lo
rodea, de perdurar en él.
6. El héroe: El Romanticismo ha creado más tipos que caracteres; de ahí que los personajes no presenten cambios
psicológicos. En general, el protagonista masculino es fiel a sus ideales políticos hasta la muerte; noble, apuesto,
valiente, orgulloso, aunque, a veces, débil, celoso, melancólico, solitario, apasionado e inerme frente al amor de una
mujer. El héroe presenta distintas facetas: histórico, casi legendario; patriótico, codicioso, sus actos sólo están signados
por la ambición de riquezas (El fin justifica los medios, aunque trunque con su proceder la felicidad de otros seres menos
que él), el gaucho, hombre de la tierra, que esgrime su fuerza contra la injusticia y contra los abusos de la autoridad.
Estos personajes expresan con gestos o actitudes su confusión interior. A veces, son más símbolos que sujetos, pues el
escritor los trata desde un punto de vista social.
7. La familia: Es una característica de los románticos hispanoamericanos evocar la vida del hogar. El regreso al pasado feliz
atempera su angustia.
8. La eternidad del amor: El romántico siente un amor pasional, irreflexivo, sublime, que no pocas veces acaba con la
muerte o el alejamiento definitivo del ser amado; o bien, un amor melancólico, soñado, que signa la frustración desde el
comienzo. En las obras literarias, adquiere distintas características: el amor imposible, el amor frustrado, el amor
posesivo, el amor furtivo, el amor sacrílego, el amor maternal, el amor ultrajado, la traición de amor, la muerte del
enamorado o de la enamorada, la muerte del hijo, la locura final de la amante.
9. La mujer: Forma parte de un mundo superior espiritualizado. Es el "ángel" del Romanticismo, un ser celestial. Reúne
todos los atributos que la convierten en el ideal que persigue el hombre: buena, de voz dulce, suave, bella, generosa,
inocente y llena de virtudes. Él se siente feliz a su lado y desea más su compañía para purificar su espíritu que para
satisfacer su pasión. La mujer romántica sueña con todos los héroes y también con un amor sublime y único. Cuando
éste llega, le entrega su alma y sus ojos reflejan el nuevo sentimiento; permanece fiel a ese amor y por él lucha hasta la
Instituto San Antonio. Profesora Daiana Hassar 2
Lengua y Literatura. 5to año.
locura o hasta la muerte. La antítesis de la mujer-ángel es la mujer-demonio, que presenta los atributos contrarios a la
primera.
10. Las cartas, las flores: La correspondencia que se envían los enamorados es un lugar común en las páginas románticas,
sobre todo cuando los separa la distancia y necesitan liberar sus sentimientos. El amor es fuerza que los oprime y los
deleita al mismo tiempo. Por eso escriben y, al hacerlo, se confiesan ardorosamente. Las flores constituyen el símbolo
de ese amor puro.
11. Lo exótico: Hispanoamérica evoca la herencia indígena y la época colonial. El indio aparece como preocupación del
escritor romántico, quien asume su defensa o lo considera un mal que debe exterminarse. Su entorno exótico lo cautiva.
Defendido, idealizado o escarnecido, el indio no surge, sin embargo, como ideal de vida o de cultura. Lo mismo sucede
con el negro. Ambos, en conflicto constante con el blanco, luchan hasta la muerte por su libertad.
12. Lo fantástico o el vuelo hacia las inmensas regiones de la imaginación: La desazón del romántico reside,
fundamentalmente, en que la realidad no puede adecuarse a su mundo imaginativo, de ahí que cree esa otra realidad
que llamaremos fantástica. Recurre, entonces, a sueños y visiones, a apariciones de seres sobrenaturales, que, en
general, presagian la muerte o algún suceso nefasto para los personajes.
13. Exaltación del yo, única medida y única norma: El carácter eminentemente subjetivo del Romanticismo se trasunta en el
uso constante del pronombre de primera persona, que responde, sobre todo, a un anhelo de autoafirmación. El
romántico "es" en el mundo, aunque éste se le oponga. De ahí ese constante indagar en su interioridad y ese ver todo
con los ojos del alma.
14. La vida y la muerte. El anhelo de evasión: Para el romántico, el mundo real sólo ofrece tristezas y hastío; se refugia,
entonces, en la soledad para soñar con un ideal siempre inalcanzable. Todo es relativo y fugaz, también la vida. La
angustia de vivir halla en la muerte la paz liberadora, el anhelado silencio del reposo definitivo. La vida es, pues, la
irrealización, la pérdida constante de esa verdad subjetiva; la muerte, la promesa de la luz. Por eso, muchas veces la
busca mediante el suicidio o se lanza a los mayores peligros, seguro de perecer.
El sueño es el símbolo del hombre que quiere escapar de su existencia terrena y de los límites de su cuerpo. La locura se
transforma en el supremo recurso y en la verdadera cordura. Ese estado de profunda depresión desemboca en el llanto
y en las confesiones dolorosas, pero las lágrimas no logran mitigar la congoja de su alma.
15. El inexorable destino: El romántico se queja contra el destino y, al mismo tiempo, guiado por un sentimiento fatalista,
cree en él ciegamente. Sabe que nadie podrá cambiar sus designios y se entrega sin ánimo de lucha. Además, piensa
constantemente en el porvenir, pues allí está el oasis de salvación.
16. La religión: La actitud religiosa del romántico responde a su sensibilidad. Anhela comunicarse con Dios sin aspirar, por
supuesto, a la unión mística. Cree en su existencia y lo invoca con fervor, pero su fe no parece sólida. Presagios y
presentimientos conforman una atmósfera de superstición que distorsiona el recto concepto religioso y enriquece ese
continuo estado de catástrofe que reina en su vida interior. En general, Dios es sólo un sentimiento, porque el
romántico vive desde sus sentimientos; a veces se endiosa y otras se entrega con total sumisión al Ser Divino. Implora
protección, para que Dios trace nuevo rumbo en el camino de su vida, para que lo consuele en el dolor, o bien, se rebela
contra Él.
17. El costumbrismo: El romántico trata de exaltar los modos de vivir nacionales; no sólo describe su paisaje, sino también
los tipos y costumbres de su país o región, y expresa así lo individual. Los temas costumbristas son: lo peculiar de los
ambientes, lo típico de los personajes, la crítica de los malos gobiernos, los paisajes, los animales.