Monografia Teorias Origen Del Estado

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INTRODUCCIÓN

El origen del estado es un tema fundamental en la teoría política y la filosofía


política, ya que se refiere a la cuestión de cómo y por qué surgieron las
estructuras gubernamentales que conocemos en la actualidad. El estudio de este
tema nos permite comprender mejor la evolución de las sociedades humanas y las
razones detrás de la creación de instituciones estatales para el gobierno y la
regulación de la convivencia en una comunidad.

A lo largo de la historia, diversas corrientes de pensamiento han abordado esta


cuestión desde diferentes perspectivas. Algunos teóricos sostienen que el estado
se originó a partir de un contrato social entre individuos que decidieron unirse para
garantizar su seguridad y protección mutua. Este enfoque, asociado
principalmente con pensadores como Thomas Hobbes, John Locke y Jean-
Jacques Rousseau, destaca la importancia de la voluntad colectiva en la creación
del estado.

Por otro lado, existen teorías que argumentan que el estado surge de manera
natural a medida que las sociedades crecen y se vuelven más complejas. En este
sentido, se considera que el estado es una respuesta inevitable a las necesidades
de coordinación, control y regulación en una sociedad.

Además, el estudio del origen del estado también involucra la exploración de las
diferentes formas de gobierno que han existido a lo largo de la historia, desde las
estructuras monárquicas hasta las democráticas y autoritarias. Cada una de estas
formas de gobierno tiene sus propias raíces históricas y sus justificaciones
teóricas.

En esta introducción, exploraremos algunas de las teorías y conceptos clave


relacionados con el origen del estado, así como los debates en torno a este tema
que continúan en la actualidad. Al comprender mejor cómo y por qué surgen los
estados, podemos arrojar luz sobre las dinámicas políticas y sociales que moldean
nuestras sociedades en la actualidad.
OBJETIVOS

OBJETIVO GENERAL

 Comprender la evolución histórica de las estructuras gubernamentales: Uno


de los principales objetivos es analizar cómo las formas de gobierno han
evolucionado a lo largo del tiempo, desde las sociedades primitivas hasta
las actuales, para comprender mejor la historia política y social de la
humanidad.

 Analizar las teorías políticas y filosóficas relacionadas: Estudiar el origen del


estado implica explorar las diversas teorías y corrientes de pensamiento
que han surgido para explicar por qué y cómo se forman las instituciones
estatales. Esto incluye el contrato social, el pensamiento contractualista, el
naturalismo político y otras perspectivas fundamentales.

OBJETIVO ESPECÍFICOS

 Identificar las teorías clave: Analizar y comprender las teorías


fundamentales que explican el origen del estado, como el contrato social, el
naturalismo político y otras perspectivas, para tener una comprensión sólida
de las bases conceptuales de este tema.

 Analizar ejemplos históricos: Estudiar casos históricos específicos en los


que se haya formado un estado, como el Imperio Romano, la Revolución
Francesa o la independencia de las colonias americanas, para comprender
cómo los eventos históricos reales se relacionan con las teorías sobre el
origen del estado.
 Examinar la influencia de la geografía y la cultura: Investigar cómo factores
geográficos y culturales han influido en la formación de estados en
diferentes partes del mundo, destacando las diferencias y similitudes entre
regiones.

 Analizar las diferentes formas de gobierno: Estudiar las diferentes formas


de gobierno, como la monarquía, la democracia, la oligarquía y la dictadura,
para comprender cómo han evolucionado y cómo se relacionan con las
teorías sobre el origen del estado.

 Evaluar la legitimidad gubernamental: Analizar los argumentos en torno a la


legitimidad del poder estatal y cómo se establece, considerando conceptos
como el consentimiento de los gobernados, el derecho divino de los reyes y
otros fundamentos de legitimidad.
MARCO TEORICO

Como hemos planteado en la introducción, desde nuestro punto de vista existen


dos grandes teorías para explicar la organización social y su “evolución” en todos
los aspectos, ya sean estos infraestructurales (economía), estructurales (política) y
superestructurales (ideología y cultura).

La primera de estas dos grandes teorías es la de la armonía social, entendida en


el sentido de que existe una tendencia interna dentro de cada sociedad que la
conduce a reproducirse a sí misma dentro de un esquema de colaboración entre
sus integrantes, corrigiendo, al tiempo, aquellos elementos que pueden tender al
desequilibrio o adaptando según sus necesidades, aquellos aspectos novedosos
para la misma.

Los máximos exponentes de esta concepción social son las escuelas


Funcionalista y Estructuralista. En primer lugar, la escuela Funcionalista basa su
análisis en la teoría de

que el orden social se fundamenta en el funcionamiento armónico de la sociedad;


frente a la tendencia de evolución de esa sociedad, se plantea que ella misma
tiende a ser funcionalmente equilibrada, y la estructura social funciona por
necesidades básicas. La escuela Estructuralista plantea que la cohesión
estructural de la sociedad sólo se explica gracias a una conciencia colectiva, que
se traduce en una solidaridad que permite organizar la distribución del trabajo; la
sociedad estaría estructurada gracias a su conciencia social (mentalidad) y a su
orden solidario de organización, realizándose la integración en la división del
trabajo.

La otra gran teoría sobre la organización social es la teoría del conflicto, entendida
como una tendencia de la sociedad a resolver las contradicciones y tensiones,
tanto externas como internas. Spencer sostiene la idea de que el conflicto se
desenvuelve en una dinámica externa, siendo resuelto generalmente por la guerra,
cuando la sociedad está capacitada para afrontar, gracias a un mejor gobierno,
sus conflictos con otras sociedades; la adecuación de todos los recursos para el
logro de la victoria hace posible la cooperación que permite el cumplimiento del
objetivo marcado y así mismo, la reiterada victoria permite el aumento de prestigio
y poder de una minoría dirigente de la guerra. Marx y Engels son los sostenedores
de otra variante en la teoría del conflicto; ésta se basa en la dinámica interna del
mismo y se plantea como el intento de solución diacrónica de una situación
sincrónica, cual es la apropiación de los medios de producción por parte de una
minoría de la sociedad.

Estas dos corrientes tienen en común la asunción de la lucha, sin descartar el uso
de la violencia, como método para lograr los objetivos sociales; no obstante,
mantienen entre sí una importante diferencia, pues mientras la teoría del conflicto
como dinámica externa, necesita de la existencia de una estructura estatal o
paraestatal e incluso se apoya en ella como medio para lograr sus objetivos,
tendiendo a reprimir cualquier actuación que no aporte en la línea de consecución
del objetivo marcado, la teoría defendida por el materialismo histórico tiene como
objetivo precisamente lo contrario, es decir: la abolición del Estado, al que
entiende como un elemento de represión del conjunto de la sociedad. Como se
puede observar, tanto Spencer, de una parte, como Marx y Engels de la otra
entienden el Estado como un elemento represivo, pero con la importante
diferencia, al mismo tiempo, de que para Spencer el Estado es necesario, y para
Marx y Engels es el elemento a suprimir.

Como concreción de las citadas corrientes, nos encontramos con dos


concepciones del Estado diametralmente opuestas; así para estructuralistas y
funcionalistas, la estructura estatal responde al cumplimiento de necesidades
surgidas de la mayor complejidad social -quizá producto del aumento demográfico-
y todo ello en un marco armónico o solidario del conjunto de la sociedad; un
ejemplo, sintético, de estas teorías lo constituyen los postulados de Elman Service
en una de las obras que han sido utilizadas para la elaboración de este trabajo:
Los orígenes del Estado y de la civilización, en la que plantea el surgimiento del
Estado a partir de la necesidad de ordenar el proceso productivo y el reparto de
los beneficios del excedente generado, entre otras cosas, gracias a la mejora
tecnológica, creándose una nueva clase de burócratas que se nutre de sí misma y
cuya única razón de ser y permanecer es el mantenimiento del equilibrio social.

Un ejemplo de esta misma corriente de pensamiento, que desde nuestro punto de


vista parece contradictorio, es el de Adam Ferguson. Este autor mantiene que el

conflicto y la rivalidad pueden tener la función positiva de ayudar a la organización


del Estado, dado que el conflicto, el peligro y la hostilidad de los extraños
fortalecen el servicio interno a la colectividad; a esta idea hay que añadir la de que
el incremento en la división del trabajo en una sociedad aumenta su prosperidad,
tamaño y complejidad. Sin embargo, decimos que nos parece contradictorio
porque, si bien formalmente asume la teoría del conflicto, su interpretación del
origen del Estado se basa en la teoría armónica que debe regir su actividad.

De otra parte nos encontramos con la dualidad de la teoría del conflicto, para
cuyos pensadores el Estado surge como expresión de las tensiones internas de la
sociedad. A nuestro modo de ver cabe una visión diferente de la idea de Spencer,
inscribiéndola en una fase posterior a la enunciada por Marx y Engels; para
nosotros, dentro de la lógica de quien detenta el poder, no se puede plantear una
dinámica de conflicto externo si previamente no se ha asentado y fortalecido una
dinámica de control interno, lo cual significa una inversión de los términos de la
formulación de Spencer.

Llama poderosamente la atención que la corriente estructural-funcionalista,


cuando alude a la corriente defensora del conflicto -para intentar rebatirla-, no
refleja en ella la existencia de un elemento fundamental como es el de la
superestructura, que sin embargo sí asume como propio, aunque dándole una
interpretación particular. Según quienes defienden la idea armónica o solidaria de
la sociedad, la superestructura no es sino la asunción voluntaria, por parte del
conjunto de la sociedad, de una serie de valores y esquemas mentales que le
permiten su subsistencia de acuerdo a las nuevas necesidades, jugando el Estado
y sobre todo su “burocracia”, un papel arbitral y moderador. Por tanto, para los
defensores de esta idea, el Estado aparece como la solución colectiva de
necesidades nuevas que surgen a partir de situaciones también nuevas (como el
excedente de producción y su redistribución); siguiendo con este esquema, sólo
unos pocos hombres están capacitados para llevar a buen puerto las medidas
necesarias, los “Grandes hombres” que en una fase posterior se rodean de
personal especializado para cada una de las tareas (militar, sacerdotal,
administrativa), dando lugar así a la aparición de una casta burocrática y pasando
a un estatus diferente, el de jefe; en la fase siguiente, se produce un proceso de
hereditariedad que conduce a la institucionalización de la figura del jefe, pasando
a ser la jefatura una situación permanente y no temporal como en la fase anterior;
a partir de este momento se puede comenzar a hablar de la existencia de
estructuras o formas estatales.

Es de resaltar que, para quienes sostienen esta idea, la superestructura no tiene


un papel represivo. Se asume voluntariamente y de forma automática, reforzando
los aspectos de solidaridad y armonía en la sociedad.

Decíamos que llama la atención lo anterior porque, para la corriente materialista,


inscrita dentro de la corriente que defiende el conflicto como origen del Estado, no
es sólo que se afirma la existencia de la superestructura, sino que además, en el
caso del marxismo, se entiende como paralela a la consolidación de las formas
estatales, ya que la considera la justificación moral de una situación desfavorable
para la mayoría de la sociedad, que de otra forma no aceptaría seguramente.
También la escuela materialista cultural se adscribe a esta posición, otorgándole
una categoría de mayor importancia incluso, ya que entiende la superestructura
como un elemento sin el cual no es posible la existencia de los Estados.

NUESTRA VISIÓN SOBRE EL ORIGEN DEL ESTADO

Nuestro análisis se basa en la comparación de autores que nos parecen


representativos de las corrientes enunciadas anteriormente, a partir del cual
hemos llegado al convencimiento de que el origen del Estado radica en el intento
de solución de conflictos sociales, fundamentalmente de carácter interno. Dicho de
otra manera: el origen del Estado está, para nosotros, en el surgimiento de un
excedente de producción del que se apropian grupos sociales que crean, en torno
a ellos, una estructura que les permite el mantenimiento de esta situación de
claras diferencias dentro de una misma sociedad.
Antes del surgimiento del Estado fue necesario que se produjesen una serie de
cambios en el seno de la especie, primero, y de los diferentes grupos, después.
En lo que respecta a la especie, se produjo una lenta, pero constante, evolución
que hizo que se diversificasen los tipos, fijándose posteriormente y adscribiéndose
a áreas de influencia en cada una de las zonas del planeta; esta fijación regional
tuvo como consecuencia, en general, un lento proceso de casi sedentarización, en
el sentido de reducir las áreas de recolección y caza, “especializándose” en el
territorio al tiempo que se diversificaban los recursos. Las causas de este proceso
al que Gordon V.Childe denominó, en afortunada frase, la “revolución neolítica”,
son de variada índole y entre las que nos parece que es de destacar el final del
periodo de glaciaciones y el consiguiente aumento de temperatura que permitió, a
su vez, la ocupación de zonas deshabitadas hasta el momento y un aumento
considerable de la población.

En estas condiciones, aparece una nueva e importante necesidad, cómo alimentar


al mayor número de personas existentes. Es esta necesidad la que hace posible
que se aprovechen más y mejor los recursos existentes en el espacio en el que
previamente se habían asentado las comunidades e impulsa una mejora de la
tecnocultura. Cuando estas medidas tienen éxito, la consecuencia es el ingreso en
una nueva situación económica, la producción, que incorpora así mismo otras
importantes novedades, como son la división y especialización del trabajo y un
aumento considerable de los bienes demandables, hasta el punto de obtener
incluso excedentes, algo imposible para una economía basada en la distribución
igualitaria de la época anterior.

Este nuevo marco que hemos descrito de manera sucinta tiene importantes y
profundas consecuencias, entre ellas y no la menos destacable, la aparición de
estructuras sociopolíticas nuevas. Y es aquí cuando se plantea el problema del
origen y desarrollo del Estado y las diferentes interpretaciones que al respecto se
suscitan.
Nos parece improbable que las nuevas estructuras sociopolíticas se puedan basar
en la armonía y la solidaridad, ya que el problema es el del reparto de los
excedentes y para ello todos los autores están de acuerdo en que se parte de la
aparición de figuras que tienen como función específica ese reparto de manera
exclusiva, creando un entramado que le permite el control de la nueva situación.
La propia idea del reparto, establece criterios nuevos en el sistema de propiedad
que ya no es comunitario, porque si bien formalmente los excedentes pertenecen
a la comunidad, quien dispone de ellos es el encargado de su reparto. Entre esto y
la disponibilidad particular de los medios comunes sólo media un paso que se da
con absoluta facilidad creando, con ello, situaciones de clara desigualdad que es
preciso mantener con medios también nuevos, que permitan contener las posibles
protestas o rebeliones de quienes han sido situados en posición subalterna en el
nuevo orden social; estos nuevos medios son de dos tipos fundamentalmente, y
con acciones y funciones encaminadas a operar en dos planos diferentes; de una
parte están los elementos materiales, destinados a la coerción física y cuyo
exponente son las fuerzas militares; de otra se encuentran los elementos
intelectuales, destinados a la creación de valores cuya transgresión da lugar a una
acción punitiva que puede ser no solamente física, sino también moral. La mejor
expresión de esta función es la existencia de castas sacerdotales. En un nivel más
avanzado de las estructuras represivas se encuentra la burocracia administrativa,
que va aparejada, generalmente, a la existencia de escritura y permite una
profundización en los elementos de control y represión, al permitir una codificación
de los valores antes aludidos y su conversión en leyes positivas que constituyen
una referencia concreta, no ya abstracta, de las pautas a seguir que marca el
poder estatal constituido.

Nos llevan a esta posición tanto los autores que la defienden como, puede que
aún más, aquellos que la intentan rebatir, ya que, desde nuestro punto de vista, la
explicación ofrecida no satisface las preguntas que nos hacemos sobre el origen y
desarrollo del Estado. En este sentido, las afirmaciones de E. Service, sobre la
aparición del poder en manos de una “casta” burocrática casi elegida por los
miembros de una sociedad, cuando ésta adquiere nuevos niveles de complejidad,
no nos explica a partir de qué elementos nuevos se produce esta complejización.
Sin embargo, cuando analizamos la idea de Marvin Harris, aplicada al mismo
problema, no sólo nos satisface, sino que contempla de manera más amplia y sin
prejuicios cualquier posibilidad de surgimiento de las formas estatales.

El Estado, utiliza como argumentación a su favor la experiencia de los “Estados


hidráulicos” no puede sustraerse a la obligación de plantear un trasfondo
económico, si bien invierte los términos en su explicación, al plantear que primero
se crean los burócratas y luego los canales que éstos administran. Nosotros nos
preguntamos si no será más bien al contrario, y, ante la necesidad de establecer,
por ejemplo, turnos de riego, no se plantea la posibilidad de que alguno de los
“grandes hombres” de cada comunidad sea incluso designado para esta labor,
arrogándose después funciones cada vez más amplias, a las que es relativamente
fácil encontrar justificación ideológica, dando cuerpo a un conglomerado
económico, político e ideológico al que finalmente denominamos Estado. Para
quienes suscribimos este trabajo, la motivación económica no puede ser más
clara, ya que, en este caso concreto de la construcción y administración de
canales, es impensable que dicha actividad se realice si no es por la existencia de
un superávit en la producción o, dicho en términos clásicos, de un excedente de
bienes demandables y consumibles, que como hemos explicado anteriormente, no
puede darse si no se dan una serie de condiciones previas.
TEORIAS SOBRE EL ORGIEN DEL ESTADO

Teoría del contrato social:

Una de las teorías más destacadas sobre el origen del estado es la teoría del
contrato social, que fue desarrollada por pensadores como Thomas Hobbes, John
Locke y Jean-Jacques Rousseau en el siglo XVII y XVIII. Esta teoría sostiene que
en un estado de naturaleza, los seres humanos vivían en un estado de anarquía y
conflicto, donde cada individuo tenía que luchar por sus propios intereses y
seguridad. Para escapar de esta situación, las personas acordaron un contrato
social mediante el cual cedieron parte de su libertad individual en favor de un
gobierno que garantizara su seguridad y protección. El estado se originó,
entonces, como resultado de este contrato social.

Teoría del derecho divino:

Otra perspectiva histórica sobre el origen del estado es la teoría del derecho
divino, que argumentaba que los gobernantes obtenían su autoridad directamente
de Dios. Según esta teoría, los reyes y monarcas eran considerados como
representantes de la voluntad divina en la Tierra, y su gobierno era legítimo por
naturaleza. Esta teoría fue especialmente influyente en Europa durante la Edad
Media y el Renacimiento, donde las monarquías absolutas reclamaban su
autoridad basada en el derecho divino.

Teoría evolucionista:

Otra perspectiva sostiene que el estado se originó de manera natural a medida


que las sociedades humanas evolucionaron y se volvieron más complejas. Según
esta visión, las comunidades humanas primitivas necesitaban estructuras de
autoridad para coordinar actividades, establecer normas y resolver conflictos. A lo
largo del tiempo, estas estructuras evolucionaron hacia formas más complejas de
gobierno, dando lugar al estado.
Teorías culturales y geográficas:

Factores culturales y geográficos también han desempeñado un papel importante


en la formación de estados. Por ejemplo, la geografía puede influir en la necesidad
de defensa territorial, mientras que la cultura y la historia pueden dar forma a las
instituciones políticas y las normas de una sociedad.

Teoría del poder y la coerción:

Algunos teóricos, como Max Weber, han argumentado que el estado se origina a
través del ejercicio del poder y la coerción. En esta perspectiva, el estado es una
entidad que tiene el monopolio del uso legítimo de la fuerza en una determinada
área geográfica y, por lo tanto, puede imponer su autoridad sobre la población.

Teoría de la violencia y la conquista:

Esta teoría sugiere que el estado se originó a través de la conquista y la


subyugación de grupos más débiles por parte de grupos más poderosos. La fuerza
y la violencia desempeñaron un papel central en la creación de estructuras
estatales, donde los conquistadores asumieron el control y establecieron su
autoridad.

Teoría de la necesidad económica: Algunos teóricos argumentan que el estado


surgió como una respuesta a las necesidades económicas de las sociedades. La
necesidad de regular el comercio, gestionar recursos naturales, imponer
impuestos y proteger la propiedad privada llevó a la formación de estructuras
gubernamentales.

Teoría de la evolución cultural: Según esta perspectiva, el estado no es un


producto de un solo evento o decisión, sino el resultado de una evolución cultural
continua a lo largo del tiempo. Las normas, las costumbres y las instituciones se
desarrollaron gradualmente y llevaron a la formación de estructuras estatales más
complejas.
Teoría del estado como producto de la guerra: Algunos teóricos argumentan
que el estado surgió en el contexto de la guerra y la necesidad de defensa contra
amenazas externas. Las comunidades humanas se organizaron en estados para
protegerse de invasiones y conflictos con otros grupos.

Teoría del contrato coercitivo: A diferencia de la teoría del contrato social, esta
perspectiva sugiere que el estado se originó a través de la imposición de un
contrato por una élite dominante sobre la población, sin necesariamente contar
con el consentimiento pleno de todos los ciudadanos.

Teoría marxista del estado: La teoría marxista ve al estado como una institución
que sirve a los intereses de la clase dominante en la sociedad. Según esta
perspectiva, el estado se originó como una herramienta para mantener el control
sobre los medios de producción y mantener la estructura de clases existente.

Teoría de la necesidad de coordinación: Esta teoría se centra en la necesidad


de coordinación en sociedades cada vez más grandes y complejas. A medida que
las poblaciones crecían, se requerían instituciones gubernamentales para
administrar recursos, resolver disputas y mantener el orden.

Teoría del estado como respuesta a problemas comunes: Esta perspectiva


sostiene que el estado se formó como una respuesta a la necesidad de abordar
problemas comunes que afectaban a una comunidad, como la construcción de
infraestructura, la gestión de recursos naturales o la provisión de servicios
públicos.
Soberanía: La soberanía se refiere al poder supremo y la autoridad final en un
territorio o en un estado. Es un concepto fundamental en la teoría política y se
relaciona con la capacidad del estado para tomar decisiones sin interferencia
externa.

CONCEPTOS SOBRE EL ORIGEN DEL ESTADO

Estado-nación: Un estado-nación es un tipo de estado en el que la identidad


nacional y el territorio del estado coinciden. Esto significa que las personas que
viven en ese territorio comparten una cultura, idioma o historia común que les une
como nación.

Gobierno: El gobierno es la entidad encargada de administrar y dirigir un estado.


Puede estar compuesto por un solo individuo (monarca) o un grupo de personas
(como un parlamento) y se encarga de hacer cumplir las leyes y tomar decisiones
políticas.

Poder político: El poder político se refiere a la capacidad de una entidad o


individuo para influir en la toma de decisiones y el gobierno de una sociedad.
Puede ejercerse de diversas formas, como a través de la autoridad estatal, el
liderazgo político o la influencia social.

Legitimidad: La legitimidad se relaciona con la aceptación y el reconocimiento de


la autoridad de un gobierno por parte de la población. Un gobierno legítimo es
aquel que se considera justo y tiene el consentimiento de los gobernados.
Autonomía: La autonomía se refiere a la capacidad de una región o entidad
dentro de un estado para tomar decisiones y ejercer cierto grado de autocontrol en
asuntos específicos, como la educación o la administración local.

Federación: Una federación es una forma de estado en la que varias entidades


políticas, como estados o provincias, se unen para formar un gobierno central,
pero aún conservan un grado significativo de autonomía.

Monarquía absoluta: En una monarquía absoluta, el poder está concentrado en


manos de un monarca o rey, que ejerce un control total sobre el gobierno y las
decisiones políticas sin restricciones significativas.

Democracia: La democracia es un sistema de gobierno en el que el poder reside


en el pueblo, y las decisiones políticas se toman mediante elecciones y la
participación ciudadana. Puede tomar diversas formas, como la democracia
directa o la representativa.

Revolución: Una revolución es un cambio político o social radical y rápido en una


sociedad. A menudo, las revoluciones han sido catalizadoras en la formación de
nuevos estados o en la transformación de sistemas políticos existentes.

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Constitución: Una constitución es un conjunto de leyes fundamentales o


principios que establecen la estructura del gobierno y los derechos y deberes de
los ciudadanos. Las constituciones son la base legal de un estado.
Nacionalismo: El nacionalismo es un sentimiento de identificación y lealtad hacia
una nación o grupo étnico particular. Puede influir en la formación y la identidad de
los estados.
CONCLUSIÓN

En la solución decir que, el origen del estado es un tema fundamental en la teoría


política y la historia, y su comprensión es esencial para entender la evolución de
las sociedades humanas. A lo largo de la historia y en diversas partes del mundo,
han surgido estados de diferentes maneras, y varias teorías han intentado explicar
este fenómeno.

Las teorías sobre el origen del estado abarcan desde perspectivas basadas en el
contrato social, la violencia y la conquista, hasta enfoques que se centran en
factores económicos, culturales, geográficos y políticos. Cada una de estas teorías
arroja luz sobre diferentes aspectos del surgimiento de las estructuras
gubernamentales y cómo estas han influido en la organización de la sociedad y la
toma de decisiones políticas.

Es importante destacar que no existe una teoría única y definitiva sobre el origen
del estado, ya que este proceso ha sido complejo y variado a lo largo de la historia
y en diferentes regiones del mundo. Además, las teorías sobre el origen del estado
siguen siendo objeto de debate y reflexión en la teoría política contemporánea.

En última instancia, el estudio del origen del estado nos permite comprender mejor
cómo se han desarrollado las sociedades humanas, cómo se han establecido las
bases de la autoridad gubernamental y cómo estas estructuras gubernamentales
continúan desempeñando un papel crucial en la organización de la vida social y
política en la actualidad.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

·SERVICE, E.R. (1990): El origen del Estado y la civilización. Alianza. Madrid.

·KOTTAK, C.P (1994): Antropología. Una exploración de la diversidad humana.


Ed. McGraw. Madrid.

·HARRIS, M. (1995): Antropología cultural. Alianza. Madrid.

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