Actividad Del Cloruro de Sodio
Actividad Del Cloruro de Sodio
Actividad Del Cloruro de Sodio
· pH: 5-8.
· Granulometría: Los granos de sal miden entre 0,7 mm y 3,2 mm de diámetro.
· Densidad de partícula/sólidos de NaCl a 20 ° C, 2,163 g / cm ³.
· Densidad aparente: 1.154 g/cm³.
· Densidad a 20ºC: 33gr/cm3.
· Masa molar: 58,4 g/mol.
· Punto de inflamación: No es combustible.
· Límites de inflamabilidad: No corresponde.
· Punto de fusión del cloruro de sodio sólido: 1074 K (801 °C).
· Punto de ebullición: 1738 K (1465 °C)
Cáncer de estómago
Los estudios de población indican que un consumo elevado de alimentos salados,
ahumados y escabechados aumenta el riesgo de padecer cáncer de estómago
(gástrico). No obstante, estos alimentos pueden contener varios agentes
cancerígenos, como las nitrosaminas. Además, las poblaciones que
consumen grandes cantidades de alimentos salados suelen ingerir menos frutas y
verduras, las cuales se piensa que pueden tener un efecto protector contra el
cáncer gástrico.
Pese a que existe escasa evidencia de que la sal (NaCl) sea un agente
cancerígeno, un consumo elevado de ciertos alimentos salados como el pescado
en salazón puede incrementar el riesgo de cáncer de estómago en personas
propensas a padecerlo.
Osteoporosis
La nutrición es uno de los muchos factores que contribuyen a la aparición y
evolución de la osteoporosis. Se ha descubierto que un consumo elevado de sal
(NaCl) aumenta la excreción urinaria de calcio, necesario para la salud ósea.
Cálculos renales
Se ha descubierto que un consumo elevado de sal (NaCl) en la dieta aumenta la
excreción urinaria de calcio, lo cual, a su vez, eleva el riesgo de desarrollar piedras
en los riñones.
No obstante, los resultados de los estudios han sido muy diferentes. Mientras que
un estudio halló un menor riesgo de cálculos renales en personas que restringían
su consumo de sal, otro estudio similar no encontró ninguna asociación entre la
ingesta de cloruro de sodio y la formación de piedras en el riñón.
Presión arterial alta y enfermedades cardiovasculares
Un estudio de población de gran alcance llegó a la conclusión de que una ingesta
elevada de sal (NaCl) está asociada a unos niveles más altos de presión arterial.
Dos grandes estudios adicionales mostraron que una reducción moderada del
consumo de sal de aproximadamente 1,0 g/día mejoraba el control de la presión
arterial alta (hipertensión) en adultos mayores que estaban tomando
medicamentos para la presión arterial. En el caso de los participantes con
sobrepeso que no tenían hipertensión, la ingesta de menos sal redujo la aparición
de esta afección.
La hipertensión persistente (‘crónica’) daña el corazón, los vasos sanguíneos y los
riñones, aumentando con ello el riesgo de enfermedades cardiacas, accidentes
cardiovasculares y enfermedad renal hipertensiva.
En algunos estudios se ha asociado el consumo de sal (NaCl) a un mayor riesgo
de muerte debida a enfermedades que afectan al corazón y los vasos sanguíneos
(enfermedades cardiovasculares), con resultados variados. No obstante, se he
demostrado una menor incidencia de enfermedades. cardiovasculares en
personas que consumen poco cloruro de sodio.
Recomendaciones para el consumo
Las autoridades sanitarias estadounidenses han establecido un nivel de ingesta
adecuada de sodio (Na) y cloruro de sodio (sal) basándose en la cantidad
necesaria para reemplazar las pérdidas que tienen lugar a. través del sudor en
personas moderadamente activas y conseguir una dieta que aporte cantidades
suficientes de otros nutrientes esenciales. Las recomendaciones para los adultos
son de 1,2–1,5 g de sodio. al día; es decir, 3–3,8 g de sal al día.
Situación de consumo
La ingesta media de sodio y cloruro de sodio (sal) para las poblaciones de Europa
y Estados Unidos es
elevado y sobrepasa considerablemente las cantidades recomendadas.
Deficiencia
La deficiencia de sodio y cloruro de sodio no suele deberse a una ingesta
inadecuada de alimentos, incluso
en aquellas personas que siguen una dieta muy baja en sal.
El aumento de la pérdida de sodio puede estar causado por vómitos o diarrea
prolongados, una sudoración
excesiva y persistente, el uso de algunos diuréticos y algunas formas de
enfermedades renales.
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Los síntomas de una concentración baja de sodio en la sangre incluyen dolor de
cabeza, náusea, vómitos,
calambres musculares, fatiga, desorientación y pérdida de conocimiento. Las
complicaciones de una
deficiencia de sodio severa y de progreso rápido pueden ser inflamación del
cerebro, convulsiones, coma y
daño cerebral