Principios Básicos Del Desarrollo Curricular
Principios Básicos Del Desarrollo Curricular
Principios Básicos Del Desarrollo Curricular
Principio de realidad
b. Principio de racionalidad
c. El principio de socialidad
Pocas decisiones curriculares – yo d iría que ninguna– , son necesarias por sí
mismas, es decir que no cabe discusión sobre su naturaleza u oportunidad. P o r
lo general se trata más bien de asuntos sobre los que caben distintos puntos de
vista, de distintos criterios respecto a su oportunidad, forma y momento de
presentación, relevancia formativa, etc. Estamos ya acostumbrados a las
tradicionales divergencias entre padres y profesores, entre unos profesores y
otros, entre directivos, etc., respecto a diversos tópicos y/o formas de enfoque de
múltiples aspectos de la Enseñanza.
Ahí es donde debe actuar este principio de la búsqueda del consenso, a través de
la obtención de puntos de acuerdo común que han de privilegiarse con respecto a
otros que supongan divergencias dentro de cada comunidad educativa.
Principio de publicidad
Precisamente a través de la programación curricular se hace explícito el marco de
intenciones, el curso previsto de acciones, etc. De esa manera se podrá ejercer un
control externo tanto antes de ponerlo en marcha como durante su realización. “Un
currículo, dice Stenhouse, es una tentativa de comunicar los principios y rasgos
esenciales de una propuesta educativa, de forma tal que la haga susceptible un
análisis crítico y capaz de ser trasladada efectivamente a la práctica”.
e. Principio de intencionalidad
Aquí cabe distinguir entre las dos acepciones de currículo a las que antes hicimos
referencia:
- en el currículo “de planificación” aparece “sólo aquello que conscientemente,
reflexivamente, mediante el empleo de criterios explícitos, se ha decidido que
forme parte de él”;
- en el currículum “de investigación” junto a tales elementos intencionales se
toma nota de la aparición de efectos de cualquier otro componente no previsto
inicialmente. Así se recoge y hace explícito el currículo oculto, en cuanto conjunto
de componentes y/o efectos curriculares no previstos inicialmente.
A través del proceso de realimentación curricular, a medida que estos datos se
van
conociendo, se los va tomando en cuenta y se adoptan las decisiones adecuadas,
bien para integrarlos en el marco de los propósitos intencionalmente buscados,
bien para eliminar sus interferencias de manera que los acontecimientos sigan el
curso deseado.
f. Principio de organización o sistematicidad
Toda programación curricular supone una organización funcional de las partes
constituyentes del currículo. Se trabaja con criterios de operatividad y
funcionalidad: cómo podemos llevar todo esto a la práctica, cómo se han de
relacionar entre sí los diversos componentes del currículum para que éste
funcione como un todo integrado y no como un conjunto de acciones inconexas,
etc.
Con frecuencia los profesores dicen de los teóricos del currículo que lo que
señalan en sus diseños luego no es posible llevarlo a la práctica, que sus
perfectos modelos de laboratorio no funcionan en una clase normal. Eso sucede
porque cada sujeto es diferente y lo es cada escuela y lo es cada ambiente. Y por
eso las previsiones generales ni pueden ni tienen porqué funcionar en cada
realidad específica. Por eso, decíamos, la programación puede y tiene que
recoger esas características de la situación que actuarán como marco de
referencia en función del cual cada escuela hade definir las condiciones de
funcionalidad que harán que ese Programa sea viable y
g. Principio de selectividad
La cuestión capital de toda programación curricular sigue situada en la cuestión
“¿qué hacer? ¿qué aprendizaje desarrollar?”, pero no como una búsqueda
ansiosa de contenidos y actividades, sino como un proceso de selección entre la
gran variedad de los posibles. El esfuerzo del profesor no es de identificación sino
de discriminación. Esa selección ha de responder obviamente a criterios de valor,
oportunidad, congruencia y funcionalidad situacional. Ese es el gran reto que
afronta la escuela cuando trata de hacer su programación. Hay baúles enteros de
contenidos, actividades, recursos disponibles. La cuestión estriba en saber cuál,
en qué momento y con qué finalidad.