Tema 1 - Literatura y Teoría de La Literatura

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Tema 1: Literatura y Teoría de la Literatura

1. Evolución del término Literatura


La palabra “literatura” se presenta fuertemente afectada por el fenómeno de la polisemia, lo que
hace muy difícil establecer y clarificar el concepto de literatura.

El vocablo “literatura” es un derivado erudito del término latino litteratura, calco del griego
γραμματική. El derivado erudito de litteratura pasó a las principales lenguas europeas en formas
muy afines (esp. literatura, fr. littérature, it. letterotura, ing. literature), a fines del siglo XV; fue algo
más tardía su aparición en alemán (siglo XVI) y en ruso (siglo XVII).

En latín, litteratura significaba saber relacionado con el arte de escribir y leer, o también gramática,
alfabeto, etc.

Fue éste el contenido semántico de “literatura” hasta el siglo XVIII. En los inicios del s.XVIII se
entendía como ciencia, cultura del hombre de letras (utilizaban la palabra poesía para referirse a la
elocuencia y a los textos artísticos).

En la segunda mitad del siglo XVIII, la palabra pasa a designar un producto que proviene del
hombre de letras y que puede ser estudiados.

La evolución del vocablo sigue, y, hacia el fin del tercer cuarto del siglo XVIII, literatura pasa a
significar el conjunto de las obras literarias de un país, por lo cual se le asocia un adjetivo
determinativo: inglesa, francesa, etc.

Al concluir el siglo XVIII, la palabra “literatura” cobra un nuevo e importante matiz semántico,
pasando a designar el fenómeno literario en general y ya no circunscrito a una literatura nacional
en particular. Se va hacia la noción de literatura como creación estética.

Tal es la evolución semántica del vocablo “literatura” que prosiguió a lo largo de los siglos XIX y
XX. Veamos, en rápido esbozo, las más relevantes acepciones de la palabra en este período de
tiempo:

 Conjunto de la producción literaria de una época (literatura del siglo XVIII, literatura
victoriana)
 Conjunto de obras que se particularizan y cobran forma especial ya por su origen, ya por
su temática o por su intención (literatura femenina, literatura de terror)
 Bibliografía existente acerca de un tema determinado. ' Ej.: “Sobre el barroco existe una
literatura abundante...”
 Retórica, expresión artificial (literatura=ficción)
 Por elipsis, se emplea simplemente “literatura” en vez de historia de la literatura.
 Por metonimia, “literatura” significa también manual de historia de la literatura

2. Concepto y delimitación de Teoría de la Literatura


Tratando de definir el concepto de literatura: “pertenecen a la Literatura, según el concepto hoy
dominante, pero en la práctica frecuentemente obliterado, las obras estéticas de expresión
verbal, oral o escrita”. La obra literaria constituye una forma determinada de mensaje verbal; pero
el problema reside en distinguir el lenguaje literario del no literario, de modo que sepamos cuándo
debe un mensaje verbal ser considerado como una manifestación literaria.

En un estudio fundamental sobre la caracterización del lenguaje literario, Roman Jakobson


distingue en la comunicación verbal seis funciones básicas:
 Función referencial: Su objetivo es transmitir información sobre la realidad.
 Función emotiva: Su objetivo es revelar sentimientos y emociones del emisor.
 Función apelativa: Su objetivo es influir en el comportamiento del interlocutor (orden,
sugerencia, consejo... publicidad).
 Función fática: Su objetivo es iniciar, prolongar, reanudar o finalizar la comunicación.
Permite comprobar si el canal funciona y mantener la atención del receptor.
 Función poética: Relaciones del mensaje en sí mismo (literatura, poesía, en la publicidad,
en la música...)
 Función metalingüística: se refiere al uso del lenguaje para explicarse a sí mismo, es decir,
para explicar el código de la lengua.

2.1. ¿En qué consiste la función poética del lenguaje?


La función poética del lenguaje se caracteriza esencialmente por el hecho de que el mensaje crea
imaginariamente su propia realidad, la palabra literaria, a través de un proceso intencional, crea
un universo de ficción que no se identifica con la realidad empírica, ni está determinada
inmediatamente por referentes reales.

Sin embargo, entre el mundo imaginario creado por el lenguaje literario y el mundo real, hay
siempre vínculos, pues la ficción literaria no se puede desprender jamás totalmente de la realidad
empírica. El mundo real es la matriz primordial de la obra literaria: pero el lenguaje literario no se
refiere directamente a ese mundo, no lo denota, si no que denota a los referentes de ese mundo.

En el texto literario la función poética es la más importante.

2.2. Lenguaje cotidiano vs. Lenguaje literario


En el lenguaje usual, un acto de habla depende siempre de un contexto extraverbal y una situación
efectivamente existentes. En el lenguaje literario, en cambio, el contexto extraverbal y la situación
dependen del lenguaje mismo, pues el lector no conoce nada acerca de ese contexto ni de esa
situación antes de leer el texto literario. El lenguaje histórico, filosófico y científico es un lenguaje
heterónomo desde el punto de vista semántico, ya que siempre presupone seres, cosas y hechos
reales sobre los que transmite algún conocimiento. El lenguaje literario es semánticamente
autónomo, “porque tiene poder suficiente para organizar y estructurar [ ...] mundos expresivos
enteros” (crea en su mundo paralelo sus propios referentes). Lo que hace que la palabra literaria se
baste por sí misma, no hace falta (ni se puede) comprobarla para tomarla como verdadera. Sin
embargo, esto no ocurre con la palabra científica o lógica.

Según varios autores, el lenguaje literario se caracteriza por ser profundamente connotativo, es
decir que, en él, la configuración representativa del signo verbal no se agota en un contenido
intelectual, ya que presenta un núcleo informativo rodeado e impregnado de elementos emotivos.

Pero la connotación no es exclusiva del lenguaje literario, pues se verifica en muchos dominios y
niveles lingüísticos: en el lenguaje de la política, en el de la mística, en el coloquial, etc.

El lenguaje connotativo se opone al denotativo, en el cual la configuración representativa del


signo lingüístico es de naturaleza exclusivamente intelectual o lógica. Este es el lenguaje
característico de la ciencia, de la filosofía, del derecho, etc.

Es preferible usar el termino plurisignificativo para referirse al lenguaje literario porque, en él, el
signo lingüístico es portador de múltiples dimensiones semánticas y tiende a una multivalencia
significativa. Esta plurisignificación literaria se constituye a base de los valores literales de los signos
lingüísticos. Este uso del lenguaje tan connotativo a que el escritor somete la lengua usual tiene un
límite ya que tiene que seguir siendo comprensible para que pueda comunicarse el mensaje
(característica esencial del lenguaje).
Los símbolos, las metáforas y otras figuras estilísticas, las inversiones, los paralelismos, las
repeticiones, etc., constituyen otros tantos medios del escritor para transformar el lenguaje usual
en lenguaje literario.

En el lenguaje cotidiano, igual que en el lenguaje científico, filosófico, etc., el significante, es decir,
la realidad física, sonora, del signo lingüístico, tiene poca o ninguna importancia. En el lenguaje
literario se comprueba que los signos lingüísticos no valen sólo por sus significados, sino también
por sus significantes, pues la contextura sonora de los vocablos y de las frases, las sugerencias
rítmicas, las aliteraciones, etc., son elementos importantes del arte literario. Esta participación de
la fisicidad de los vocablos aproxima el arte literario a la música.

2.3. Delimitación
Después de lo dicho, no parece muy difícil establecer una distinción entre obra literaria y obra no
literaria. Quedarán excluidas de la literatura las obras que están despojadas de intenciones y
cualidades estéticas: obras jurídicas, históricas, científicas, filosóficas, reportajes periodísticos,
etcétera. Serán obras literarias aquellas en que, según hemos dicho, el mensaje crea
imaginariamente su propia realidad, en que la palabra da vida a un universo de ficción.

2.4. Teoría de la literatura como ciencia


La teoría de la literatura se integra en el grupo de las llamadas ciencias del espíritu, caracterizadas
por un objeto, unos métodos y una meta que no son los de las llamadas ciencias de la naturaleza.
Mientras que éstas tienen como objeto el mundo natural, las ciencias del espíritu tienen como
objeto el mundo creado por el hombre en el transcurso de los siglos.

Las ciencias naturales tienen como ideal la explicación de la realidad mediante la determinación de
leyes universalmente válidas y necesarias, que expresan relaciones inderogables entre los múltiples
elementos de la realidad empírica; las ciencias del espíritu, en cambio, se esfuerzan por
comprender el producto humano teniendo en cuenta el devenir de ese producto a lo largo de los
siglos y adquiriendo nuevos significados. Quiere decirse, por consiguiente, que la teoría de la
literatura no puede aspirar a la objetividad, rigor y exactitud que caracterizan a las ciencias
naturales.

2.5. Pero ¿será posible una teoría de la literatura, aunque, según ciertos críticos, la
obra literaria sea individualidad absoluta?
Benedetto Croce afirma que, siendo la obra literaria individualidad estricta: “manifestación
lingüística de la interioridad hic et nunc del poeta”, sólo una estilística individualizante podrá
estudiar la obra literaria de cada autor; de donde concluye, para la literatura, la imposibilidad de
una ciencia generalizadora.

Aguiar E Silva se opone:


La obra literaria, entendida como individuo absoluto, constituiría un objeto perpetuamente
silencioso, e intransferible a la conciencia de otros anulando la función comunicativa del lenguaje.

Además, el ser no es estrictamente individual ya que interactuamos con otras personas y con la
propia historia que transcurre. Al igual ocurre con la obra como expuso T.S. Eliot “la obra poética
es incomprensible sin la consideración de sus relaciones con las obras del pasado, con el orden de
la literatura, sobre el cual, a su vez, actúa la obra poética, modificándolo y enriqueciéndolo”

Croce se sitúa, de este modo, exclusivamente en el dominio del habla, despreciando el dominio de
la lengua, que clasifica como “construcción empírica sin existencia real”. Desconoce, así, la
existencia de las estructuras lingüísticas, de los sistemas lingüísticos. oponiéndose, justamente, a la
consideración “materialista” de la lengua. Ha caído en la exageración contraria, que es la de
considerar el lenguaje como fenómeno exclusivamente subjetivo y negar toda objetividad a la
lengua como sistema. Pero objetivismo de ninguna manera quiere decir “materialismo” (la
“lengua” es un “objeto” inmaterial, abstracto).

2.6. ¿Qué hace la Teoría de la literatura?


Creemos, pues, que es posible fundamentar una teoría de la literatura que estudie las estructuras
genéricas de la obra literaria, las categorías estético-literarias que condicionan la obra y permiten
su comprensión, y que establezca un conjunto de métodos capaz de asegurar el análisis riguroso
del fenómeno literario.

3. Su relación con otras disciplinas: Crítica literaria, Historia de la literatura,


Literatura comparada y Filología
La crítica literaria
La crítica y la historia literaria tiene su origen en el siglo XIX, con el romanticismo. Varios autores
importantes aportan ideas que ligan ambas corrientes. Vico y Herder impusieron ya una
concepción histórica del hombre y de sus actividades, transfiriéndolos de un estado permanente a
uno mudable (se interactúa con la historia en todo momento). De esta forma habrá que analizar la
biografía, los aspectos de la personalidad, culturales y sociales del autor para poder analizar y
conocer su obra. Saint-Beuve para el la literatura está visceralmente unida al hombre (a través de
la obra se debe procurar llegar al hombre y reconstruir su ser).

La crítica literaria científica, se desarrolló plenamente en la época positivista, es decir, en aquel


período cultural cuyo comienzo podemos fechar a mediados del siglo XIX y que estuvo dominado
por la filosofía de Comte y por el avance espectacular de las ciencias biológicas y físico-químicas.
Primacía de los hechos, actitud racionalista, creencia en el determinismo científico, recusación del
subjetivismo — he aquí los puntos cardinales del universo mental de esta época de la cultura
europea, desde los cuales se explican el realismo y el naturalismo en el arte. Para Beuve así como
la zoología y la botánica dividen los animales y las plantas en grandes familias, así la crítica debe
procurar establecer las grandes familias de espíritus.

Para H. Taine, el crítico debe descubrir el “estado moral elemental” que constituye la creación
artística de un escritor. Son tres las fuentes que producen ese “estado moral elemental”
responsable de la religión, de la filosofía, del arte, de la organización política, etc., de una
colectividad: la raza, el medio y el momento. La raza es el conjunto de “disposiciones innatas y
hereditarias”. La raza, sin embargo, vive siempre en un medio determinado, ya se trate de un
medio geofísico y climático, ya de un medio sociopolítico. La raza, fuerza interior, y el medio, fuerza
externa, producen una obra, y esta obra condiciona a la obra siguiente. Esto surge en un momento
especifico.
A partir de los últimos años del siglo XIX, se extendió por toda Europa una fuerte reacción contra la
cultura, el arte y el espíritu del período anterior, dominado en filosofía por el positivismo y en arte
por el naturalismo, saturado de racionalismo y de influencias científicas. Contra la filosofía
positivista y racionalista, comenzaron a desarrollarse entonces la filosofía vitalista de Nietzsche y
las filosofías intuicionistas e irracionalistas de Croce quien hace hincapié en la intuición, lo
místico/religioso, el simbolismo.

En el sXX surgen movimientos esenciales: estilística, formalismo ruso, new criticism. Rechazan la
impresión, reacción contra el afán por parecerse a las ciencias de la ntz, y el historicismo .

La historia de la literatura
Estudia el pasado, la relación de diferentes obras entre si en un periodo determinado. Como se
influyen entre ellas, ya que las obras no se producen en un vacío, si no que están inmersas en una
corriente genéricas (genero lit). Quieren buscar más allá del yo, la relación del autor con la historia
del momento, los escenarios socio/culturales.

La impresión es importante para el historiador, pero nunca debe dejar de lado sus métodos
rigurosos.

El historiador debe conocer toda la bibliografía previa sobre un tema.

Filología
Pretendía rescatar textos antiguos y darles su sentido original para que historiadores puedan hacer
su trabajo (relacionar el autor con la época que le corresponde). La filología clásica también
descubrir al autor. Ahora además se observa como evoluciono la obra a lo largo del tiempo y se
hace una valoración multidisciplinaria.

Literatura comparada
Investiga las relaciones entre los textos nacionales y los de otros países.

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