Idolatría

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 13

Idolatría

Idolatría, adoración de una imagen material que se consideraba residencia de una


personalidad sobrehumana. La práctica es común entre los pueblos primitivos y era
también una característica de grandes civilizaciones antiguas como la caldea (Babilonia),
la egipcia, la griega, la india y la romana. La adoración de ídolos parece ser una fase o
aspecto de la evolución religiosa, consustancial a la adoración de la naturaleza, la
adoración de objetos personificados y al animismo, o creencia en espíritus personificados
en cosas materiales. Asociados con los ídolos, que son el objeto de adoración pública,
se encuentran los fetiches personales o domésticos destinados a la veneración privada.
La adoración de los muertos está también relacionada con la idolatría, y la idea de que
después de la muerte el espíritu continúa en el cuerpo o en alguna reliquia, originó la
práctica de colocar una estatua de la persona muerta sobre o junto a su tumba. La
influencia de las culturas egipcia y babilónica condujo a la aceptación de la adoración de
ídolos por las naciones de Palestina, hasta que las enseñanzas de los profetas hebreos
forzaron el abandono total de los ídolos. El islam prohibió elaborar cualquier
representación viviente, fuera o no para la adoración. En la cristiandad, la veneración
limitada de las imágenes en las que la divinidad, personalidad distinta, se manifiesta a
través de una imagen, fue definida por el segundo Concilio de Nicea en el año 787, para
que no se confundiera o condujera a la idolatría.

Microsoft ® Encarta ® 2009. © 1993--2008 Microsoft Corporation. Reservados todos los


derechos.

venerar. (Del lat. venerāri). tr. Respetar en sumo grado a alguien por su
santidad, dignidad o grandes virtudes, o a algo por lo que representa o
recuerda. || 2. Dar culto a Dios, a los santos o a las cosas sagradas

Microsoft® Encarta® 2009. © 1993-2008 Microsoft Corporation. Reservados


todos los derechos.

adorar. (Del lat. adorāre). tr. Reverenciar con sumo honor o respeto a un ser,
considerándolo como cosa divina. || 2. Reverenciar y honrar a Dios con el
culto religioso que le es debido. || 3. Dicho de un cardenal: Postrarse delante
del Papa después de haberle elegido, en señal de reconocerle como legítimo
sucesor de San Pedro. || 4. Amar con extremo. || 5. Gustar de algo
extremadamente. || 6. intr. orar (ǁ hacer oración). || 7. Tener puesta la estima
o veneración en una persona o cosa. Adorar EN alguien, EN algo.

Microsoft® Encarta® 2009. © 1993-2008 Microsoft Corporation. Reservados


todos los derechos.

ídolo. (Del lat. idōlum, y este del gr. εἴδωλον). m. Imagen de una deidad objeto
de culto. || 2. Persona o cosa amada o admirada con exaltación.

Microsoft® Encarta® 2009. © 1993-2008 Microsoft Corporation. Reservados


todos los derechos.

latría. (Del lat. latrīa, y este del gr. λατρεία, adoración). f. Rel. Reverencia, culto
y adoración que solo se debe a Dios. U. t. en apos. Adoración latría. □ V. culto
de ~.

Microsoft® Encarta® 2009. © 1993-2008 Microsoft Corporation. Reservados


todos los derechos.

dulía. (Del gr. δουλεία, servidumbre). f. Rel. culto de dulía.

Microsoft® Encarta® 2009. © 1993-2008 Microsoft Corporation. Reservados


todos los derechos.

hiperdulía. (De hiper- y el gr. δουλεία, servidumbre). f. Rel. culto de hiperdulía.

Microsoft® Encarta® 2009. © 1993-2008 Microsoft Corporation. Reservados


todos los derechos.
culto, ta. (Del lat. cultus). adj. Dicho de las tierras o de las plantas: cultivadas.
|| 2. Dotado de las calidades que provienen de la cultura o instrucción.
Persona culta. Pueblo, lenguaje culto. || 3. p. us. culterano. || 4. m. Homenaje
externo de respeto y amor que el cristiano tributa a Dios, a la Virgen, a los
ángeles, a los santos y a los beatos. || 5. Conjunto de ritos y ceremonias
litúrgicas con que se tributa homenaje. || 6. Honor que se tributa
religiosamente a lo que se considera divino o sagrado. || 7. Admiración
afectuosa de que son objeto algunas cosas. Rendir culto a la belleza. || 8.
cultivo. || 9. adv. m. Con cultura de estilo. || culto de dulía. m. Rel. El que se
tributa a los ángeles y a los santos. || culto de hiperdulía. m. Rel. El que se
tributa a la Virgen. || culto de latría. m. Rel. El que se tributa a Dios. || ~
externo. m. Rel. El que consiste en demostraciones exteriores, como
sacrificios, procesiones, cantos sagrados, adoraciones, súplicas, ofrendas y
dones. || ~ indebido. m. Rel. El supersticioso o contrario a los preceptos de la
Iglesia. || ~ interno. m. Rel. El que se tributa a Dios interiormente con actos
de fe, esperanza y caridad. || ~ superfluo. m. Rel. El que se da por medio de
cosas vanas e inútiles o dirigiéndolo a fines distintos de los aprobados por la
Iglesia católica. || ~ supersticioso. m. El que se da a quien no se debe dar, o
se le tributa indebidamente aunque lo merezca. □ V. disparidad de cultos,
libertad de cultos, tolerancia de cultos.

Microsoft® Encarta® 2009. © 1993-2008 Microsoft Corporation. Reservados


todos los derechos.
Idolatría
{f.} | idolatry, heathenism, worship of idols

 {f.} Adoración que se da a los ídolos y falsas deidades. Históricamente, los


judíos, cristianos y musulmanes, han dado esa calificación a los que practican
religiones distintas y que ellos no llegan a entender. Para judíos, musulmanes y
la mayoría de los cristianos protestantes, los católicos son idólatras
 {fig.} Persona o cosa excesivamente amada.

 Término de origen griego compuesto por dos palabras (EIDÔLON, imagen;


LATREÎA, adoración) que define el culto rendido a un ídolo (imagen, retrato)
considerado como un sustitutivo de la divinidad en cuestión. El ídolo es una
imagen modelada por el hombre a la que se atribuye una representación de lo
divino y que puede consistir en la representación de un producto de la naturaleza
(piedra, árbol, etc), un animal, un ser humano o un astro. Dentro del contexto
de las tres religiones monoteístas más importantes como son el judaísmo, el
islamismo y el cristianismo, la idolatría se define como la adoración y culto hacia
dioses distintos a los suyos.

La idolatría en las religiones no cristianas.

Desde los tiempos prehistóricos, el uso de las imágenes fue connatural a la


propia evolución del sentimiento religioso, en el que el hombre necesitó del
soporte sensible de representaciones de todo tipo para elevarse hacia lo
invisible. Las representaciones más antiguas que han llegado hasta nosotros son
las estatuillas del período auriñacense de mujeres exageradamente gordas y con
el vientre abultado, en clara representación de la Gran Diosa Madre, como
símbolo de la fecundidad.

Probablemente fue el pueblo egipcio el primero en oficializar y ritualizar, hasta


extremos complejos, el culto a las imágenes o ídolos de su panteón divino. La
práctica de poner una imagen del difunto en su tumba para proporcionar una
vivienda digna a su ka (alma) ocasionó la profusión de los ídolos. Así mismo, en
el Egipto faraónico se trató a la estatua del dios igual que si se tratase de una
persona real, a la que se le despertaba de su santuario, se le vestía, alimentaba,
etc. El culto a las imágenes fue exportado hacia los demás países ribereños del
Mediterráneo, como los babilónicos, hititas y cananeos, los cuales adoptaron el
mismo afán idolátrico que los egipcios. Los babilónicos intentaron expresar su
ideal divino en hermosos bajo relieves primorosamente trabajados y detallados.
El pueblo griego empleó todo su genio artístico en esculpir dioses y diosas de un
idealismo antropomórfico sin igual, copiado posteriormente por el pragmático
pueblo romano.

La idolatría en el Antiguo Testamento.


Lo primero que destaca en los escritos veterotestamentarios es la gran profusión
y variedad de términos utilizados por el pueblo judío para referirse al ídolo o
imagen: selem, que significa talla , escultura (Num. 33, 52); Asabbim, cuyo
significado usado en plural es imagen tallada (1Sam. 31, 9); Semel, palabra de
origen fenicio que se refiere a la estatua de piedra o de madera (Ez. 8, 3-5);
Massekah, imagen fundida en molde de arcilla (Ex. 32, 4-8); Eben Maskith,
piedra con alguna imagen tallada.

Las Sagradas Escrituras contenidas en el Antiguo Testamento mantuvieron una


constante lucha contra las prácticas idolátricas del pueblo de Israel. En primer
lugar, la legislación y la predicación profética no dejaron de insistir en la
prohibición de fabricar imágenes de Yahvé así como en la de otros dioses y su
adoración (Ex. 20, 4-5; Os. 2, 10; Is. 2, 8: Ez. 8; etc). Para el pueblo de Israel
hubo dos formas, por tanto de caer en la idolatría.

El culto a Yahvé se mantuvo, en general, basado en la completa ausencia de


imágenes. Las escasas situaciones en las que el pueblo de Israel cayó en la
contaminación de las imágenes se debieron a la influencia de los diferentes
pueblos cananeos, que gustaban de adorar y venerar las imágenes de sus dioses.
No hay que olvidar que los israelitas en sus comienzos adoraron y rindieron culto
a los dioses cananeos, como así hicieron los descendientes del primer profeta
Abraham (Jos. 24), baalizando el culto de Yahvé y adorando a Baal y Astarté,
dioses éstos del panteón cananeo. Pero cada vez que Israel quiso seguir a estos
pueblos idolátricos, los profetas alzaron sus voces para condenar esas prácticas,
cuyos principales argumentos fueron: el ridiculizar a los ídolos (1Reg. 18, 18-
40) y resaltar la degradación de su culto (Os. 2. 4-10; 8, 6: Am. 2, 4).

El origen y comprensión de la prohibición de adorar a dioses falsos o erigir


imágenes del propio Yahvé por parte de los israelitas se halla en la propia
mentalidad de la época. Para el mundo semita, la imagen no era sólo un signo
sensible de una realidad superior, sino que también tenía un valor casi mágico
por el que todo poseedor de una imagen obtenía, en algún sentido, un poder
sobre la misma divinidad. La legislación prohibitiva de las imágenes y la
predicación de los profetas contra las representaciones de Yahvé no buscaban
defender sólo la espiritualidad de Dios, sino afianzar la propia trascendencia de
éste, que no podía ser apresado por el hombre ni limitarse a unos moldes de
materia. Esa concepción la retomaría y llevaría hasta sus últimas consecuencias
el Islam surgido en la ciudad de la Meca como reacción contra las prácticas
idolátricas locales y que veía en la idolatría un grave pecado por atribuir a Dios
y a todo lo creado por Él formas y representaciones que nada tenían que ver con
la idea a representar.

La idolatría en el Nuevo Testamento.

La concepción del Antiguo Testamento referente a la idolatría, sobre todo en lo


referente a las posibles representaciones de Yahvé, permanecieron en los textos
del Nuevo Testamento como consecuencia del alto grado judaico que tenía el
cristianismo primitivo. Concretamente, en los cuatro evangelios apenas existen
referencias directas a ídolos o dioses falsos, lo que viene a corroborar aún más
esa simbiosis entre ambas religiones, judaísmo y cristianismo; ésta última salida
del tronco de la primera, compuesta y definida, en sus comienzos, por judíos del
ámbito de Israel. Fue sólo al salir de los límites de Palestina cuando el
cristianismo tuvo que enfrentarse a los ídolos paganos, combatidos
fervorosamente por San Pablo y sus colaboradores más directos. Así mismo,
entre un lenguaje apofático, que rehusaba el empleo de toda imagen o nombre
de la divinidad, como en la Ley judaica, y el límite opuesto, representado por un
lenguaje idolátrico en el que la imagen, el concepto o el nombre se tomaban
como un nuevo sustituto de Dios, el cristianismo se situó en un término medio,
tomando a la imagen , el concepto o el nombre como signo o símbolo de lo
divino, distinguiendo entre la mera idolatría y la veneración de las imágenes
destinadas a favorecer la piedad y la contemplación de las cosas invisibles.

Las primeras representaciones de la divinidad en el cristianismo se produjeron


en las catacumbas romanas; lugares de reuniones clandestinas de los primeros
cristianos, los cuales representaban con profusión los diferentes símbolos de la
fe predicada por Cristo (peces, panes, cruces, etc), así como la imagen de Éste,
conocida como la del Buen Pastor. Esas primeras representaciones estaban
concebidas con una gran simplicidad y recato, destinadas exclusivamente a
despertar el sentido religioso, como recomendaban los Padres de la Iglesia más
influyentes (Tertuliano, Hipólito, Arnodio el Viejo, Orígenes, Jerónimo, etc). No
obstante, la posterior evolución del cristianismo favoreció un arte religioso que
eclosionó a partir del siglo III y llenó las iglesias, basílicas y demás templos
cristianos de pinturas, relieves y esculturas de Cristo, la Virgen y los santos y
mártires de la Iglesia católica.

A lo largo de los siglo VII y VIII surgió en el seno de la Iglesia bizantina un


movimiento dirigido contra el empleo de las imágenes (iconoclastia), apoyado
por varios emperadores que hizo necesario definir el lugar exacto de la imagen
sagrada, distinguiéndola del ídolo. El segundo concilio de Nicea, celebrado en el
año 787, juzgó necesario trazar una definición clara y definitiva entre la latría,
como adoración propiamente dicha, y la dulía, honor y reverencia hacia la
imagen como única forma de culto ofrecido a las imágenes. Esta actitud es la
mantenida hoy día por la Iglesia católica.

La idolatría en las Iglesias protestantes.

Durante la Reforma emprendida por Martín Lutero, a comienzos del siglo XVI, el
empleo de las imágenes fue uno de los puntos de discrepancia principales entre
la jerarquía católica y los reformadores, además de ser también un punto de
fricción dentro de las propias filas luteranas, divididas entre moderados y
extremistas. Juan Calvino, por su parte, excluyó cualquier tipo de imagen o icono
en su Iglesia, así como dentro del luteranismo se acabó por considerar el tema
como un asunto sin importancia o indiferente, hasta el punto de que hoy día se
pueden ver cruces y cuadros en ciertas iglesias luteranas. La Iglesia anglicana
conservó el culto a las imágenes, pero muy atemperado y simple, gracias a la
influencia puritana de mediados del siglo XVII.
Bibliografía.

BALDOCK, John: El simbolismo cristiano. (Madrid: Ed. Edaf. 1992).


BLÁZQUEZ, José María: Historia de las religiones antiguas. (Madrid: Ed. Cátedra.
1993).
DE VAUX, R: Instituciones del Antiguo Testamento. (Barcelona: Ed. Herder.
1985).
POUPARD, Paul: Diccionario de las religiones. (Barcelona: Ed. Herder. 1993).
RAD, Gerhard von: La acción de Dios en Israel: ensayos sobre el Antiguo
Testamento. (Madrid: Ed. Trotta. 1996).
ROUGIER, Louis: El conflicto del cristianismo primitivo. (Barcelona: Ed. Nuevo
Arte Thor. 1989).
ROYSTON PIKE, E: Diccionario de religiones. (México: Ed. Fondo de Cultura
Económica. 1978).
TREBOLLE BARRERA, Julio: La Biblia judía y la Biblia cristiana: introducción a la
historia de la Biblia. (Madrid: Ed. Trotta. 1993).
VV.AA: Diccionario enciclopédico de la Biblia. (Barcelona: Ed. Herder. 1993).

Enciclopedia Universal DVD ©Micronet S.A. 1995-2006

Latría

 (Del gr. , 'adoración', a través del lat. latria); sust. f.

1. [Teología] Reverencia, culto y adoración que, según los teólogos, sólo se debe
profesar al Ser Supremo: esa devoción tuya a Santa Gema es más bien una
latría pecaminosa. (Ú. t. en aposición: los miembros de la secta fueron
sorprendidos en adoración latría).

Sinónimos
Reverencia, adoración, acatamiento. culto, respeto, amor, idolatría, devoción.

Antónimos
Humillación, desprecio, rechazo, desdén, irreverencia, blasfemia, impiedad.

Enciclopedia Universal DVD ©Micronet S.A. 1995-2006

Dulía
{f.} | dulia, worship of angels and saints
 (Del lat. medieval dulia, y éste del gr. douleˆa 'servidumbre'); sust. f.

1. Culto o reverencia que se ofrece a los ángeles y santos por su afinidad con
Dios.

Sinónimos
Culto, reverencia, veneración.

Enciclopedia Universal DVD ©Micronet S.A. 1995-2006

Hiperdulía
{f.} | hyperdulia

 (De hiper- y dulía); sust. f.

1. Culto o reverencia que se ofrece a la Virgen por su afinidad con Dios.


2. [Por extensión] Veneración y amor muy intenso que se siente hacia alguien o
algo, sin que llegue a constituir adoración hacia un ser divino.

Sinónimos
Culto, reverencia, veneración, amor.

Enciclopedia Universal DVD ©Micronet S.A. 1995-2006

Ídolo
{m.} | idol

 {m.} Figura de una deidad.


 {fig.} Persona o cosa excesivamente amada.

Enciclopedia Universal DVD ©Micronet S.A. 1995-2006

Imagen
{f.} | image, reflection, counterpart, effigy, idea

 (Del lat. imago, -inis); sust. f.


1. Representación de una cosa en un dibujo, pintura, escultura, fotografía, etc.:
una imagen vale más que mil palabras.
2. Representación sagrada de Dios, la Virgen o los santos: cuando el sacristán
llegó a la iglesia por la mañana, comprobó con repugnancia que alguien había
profanado la imagen del Cristo durante la noche.
3. [Física] Reproducción de la figura de un objeto que se forma en un espejo,
pantalla o cosas análogas por la combinación de los rayos de luz: la calidad de
las imágenes en los primeros cinematógrafos era realmente deficiente.
4. Representación figurativa de un objeto en la mente: la imagen del amigo
muerto le siguió atormentando durante muchas noches de insomnio.
5. [Retórica] Reproducción viva de un sentimiento, intuición o escena por medio
del uso figurado del lenguaje: la gran cantidad de imágenes que el autor utiliza
en los dos siguientes párrafos hacen de su lectura una verdadera delicia.
6. [Matemáticas] Elemento de un conjunto que se corresponde con otro de otro
conjunto mediante una aplicación. Véase Conjuntos.

Sinónimos
Representación, figuración, apariencia, símbolo, idea, concepto, emblema,
figura, estatua, talla, estampa, retrato, escultura, ídolo, icono, santo, modelo,
copia, imitación, semejanza, parecido, hechura, aspecto, lámina, cuadro,
ilustración, fotografía, reflejo, metáfora, tropo, símil, descripción.

Modismos
Conjunto imagen. [Matemáticas] El que contiene todos las imágenes de los
elementos de un conjunto mediante una aplicación.
Imagen accidental. [Fisiología] La que persiste en el ojo después de haber
contemplado un objeto con mucha intensidad.
Imagen pública. [Uso figurado] Conjunto de rasgos que caracterizan a una
persona o entidad ante la sociedad.
Imagen real. [Física] La que se produce por el concurso de los rayos de luz en
el foco real de un espejo cóncavo o de una lente convergente.
Imagen virtual. [Física] La que se forma aparentemente detrás de un espejo.
Quedar para vestir imágenes. [Uso figurado y familiar] No haberse casado
una persona, especialmente una mujer, después de cierta edad.
Ser la viva imagen de una cosa. [Uso figurado] Estar una persona tan
dominada por un sentimiento o estado, y expresarlos tan vivamente, que puede
ser tomada por la representación de ellos.
Ser la viva imagen de una persona. [Uso figurado] Parecerse mucho a ella.

 (3) [Óptica]

Reproducción de la figura de un objeto obtenida por fenómenos de refracción o


reflexión luminosos. Si se asimila una fuente luminosa a un punto luminoso P, y
todos los rayos salidos de P, después de salir del sistema óptico, pasan por el
mismo punto P1, se dice que P1 es la imagen del punto P. Si se pone en P1 una
pantalla, se formará en ella un punto luminoso; se tiene entonces una imagen
real, que es la producida por un sistema óptico cuando los rayos luminosos salen
convergentes. Sin embargo si la imagen es producida por un sistema óptico
cuando los rayos salen divergentes, se obtiene una imagen virtual que está
formada por las intersecciones de las prolongaciones de los rayos emergentes y
no puede proyectarse en una pantalla; la imagen que devuelve un espejo es
virtual, porque no puede reflejarse en una pantalla que se ponga detrás de él.

Imagen virtual
Imagen que se forma en un punto por el que no han pasado los rayos luminosos.
Este tipo de imágenes son del mismo sentido que el objeto, se forman donde se
cruzan las prolongaciones de los rayos, no se pueden recoger en pantalla pero
sí se ven sin necesidad de dicha pantalla.

Enciclopedia Universal DVD ©Micronet S.A. 1995-2006

Culto, -ta
{adj.} | cult, cultivated, cultured, refined, educated. 2 learned.
{m.} | cult, worship. 2 homage, tribute

 (Del lat. cultus); adj. de dos terminaciones.

1. Con gran cultura y conocimientos: se nota que ha leído mucho porque es muy
culto.
2. Se dice del lenguaje usado por personas de gran cultura: a veces es difícil
entender este texto por la cantidad de términos cultos que aparecen.
3. [Lingüística] Se aplica al término o la expresión introducidos tardíamente en
un idioma a partir de una lengua clásica sin haber experimentado la evolución
fonética habitual en las voces populares: "laborar" es el correlato culto de
"labrar".
4. Se aplica a la tierra que ha sido cultivada o labrada.
5. (sust. m.) Demostración de veneración y sometimiento a una divinidad: los
católicos rinden culto a Dios.
6. (sust. m.) Conjunto de ritos y ceremonias con que se manifiesta la adoración
a una divinidad: el culto luterano es de carácter más intimista que el católico.
7. (sust. m.) Admiración extraordinaria hacia alguien o algo: la sociedad
moderna rinde un culto exagerado a la estética.

Sinónimos
Inteligente, ilustrado, cultivado, sabio, letrado, erudito, estudioso, leído, docto,
culterano, neologismo, veneración, adoración, homenaje, exaltación, rito,
ofrenda, oración, bendición, idolatría, totemismo, fetichismo, admiración.

Antónimos
Inculto, ignorante, zafio, desprecio, persecución.

 (5 y 6)[Religión] Culto
Señal de sumisión hacia otra persona o entidad considerada superior, con
voluntad de someterse a ella, y acompañada de determinados actos o
testimonios de dicha sumisión. En principio, esta superioridad que se reconoce
en quien es objeto de culto puede ser de carácter diverso (heroísmo, autoridad,
cualidades personales); sin embargo, el uso ha establecido que la denominación
de "culto" se aplique por antonomasia a las señales de sumisión a Dios y a lo
relacionado con él, por lo que el término en sí tiene un significado esencialmente
religioso.

La práctica de culto religioso es una costumbre ancestral entre los hombres.


Numerosos pueblos desde los orígenes de la humanidad han profesado sumisión
a través del culto a entidades de distinto carácter: al Sol, al fuego y,
esencialmente, a la naturaleza en general (véase adoración de la naturaleza).
También fue muy frecuente el culto a los antepasados, o culto doméstico, en
pueblos como la India, Grecia y Roma. Éste consistía en la veneración y cuidados
que cada familia debía tributar a los antepasados muertos, y se basaba en la
creencia de que el alma quedaba unida al cuerpo después de la muerte, y que
su felicidad o infelicidad dependía del mayor o menor cuidado que los miembros
vivos de su familia tuvieran en suministrarles todo lo necesario en esa segunda
existencia. Los antepasados, así, llegaron a ser considerados verdaderas
deidades que presidían los destinos de la familia y a quienes se debía culto
ininterrumpido como protectores de las generaciones vivas y venideras.

En cuanto al cristianismo, la Historia Sagrada deja ver que los hombres


practicaron el culto divino desde tiempos remotos. Ya el Génesis muestra a Abel,
Caín y Noé ofreciendo sacrificios a Dios como muestra de culto; y, después de
éstos, a Abraham, que fue escogido para conservar las tradiciones y las prácticas
del verdadero culto en medio de la general idolatría en que habían caído los
hombres, y que erigió numerosos altares, testimonios de fidelidad a Dios, en los
que se ofrecían sacrificios. Jacob, Moisés y otros personajes bíblicos aparecen
tributando culto a Dios en distintos pasajes del Antiguo Testamento; Moisés,
concretamente, redactó un código cultual completo y detallado con
prescripciones que conmemoran los favores otorgados por Dios a su pueblo y
pretenden contener la idolatría por medio de prácticas religiosas. En distintos
pasajes de la Biblia se determina con profusión de detalles la liturgia de los
sacrificios y de las fiestas, las condiciones que debían cumplir los lugares
sagrados, los objetos y personas que debían destinarse al culto, los días
consagrados a Dios, los alimentos considerados puros e impuros, etc. El altar ha
sido el lugar de culto a Dios por excelencia, pues en él se celebraban los
sacrificios, que a su vez constituyen la máxima demostración de culto externo
que puede darse a la divinidad. La Iglesia católica celebra la Eucaristía, sacrificio
del Cuerpo y la Sangre de Cristo, como manifestación principal de culto, y ésta
se celebra en un altar.

El culto religioso puede ser externo o interno. En realidad, toda manifestación


externa de culto a Dios se supone consecuencia de un culto interno, esto es, de
un sentimiento interior o privado de sumisión que se hace público a través de
ciertos actos, por lo general reglados, como sacrificios, procesiones, cantos
sagrados, adoraciones, súplicas, ofrendas y dones. El culto público, además, se
supone prescrito por alguna autoridad pública; y el establecido en concreto por
la autoridad religiosa es el que se conoce como liturgia.

Los teólogos distinguen además entre culto natural y sobrenatural. El primero


es el que se tributa a Dios conocido con las fuerzas únicas de nuestra razón y de
modo conforme a ésta, mientras que el segundo, que es el que de hecho exige
Dios de los hombres, se funda en un conocimiento de Dios y de su voluntad que
el hombre adquiere por revelación sobrenatural. También es posible distinguir
entre culto absoluto y relativo. El culto absoluto se manifiesta directamente a la
entidad cuya superioridad provoca sumisión, mientras que el relativo se tributa
no a esa entidad, sino a otra u otras por la relación que tienen con la primera.
Por ejemplo, el culto que se exhibe directamente a Dios o a un santo es absoluto,
mientras que el tributado a una reliquia o a una imagen sagrada es relativo. En
este sentido, el culto relativo honra siempre en su objeto inmediato a una
entidad digna de culto absoluto, tal y como se afirmó en el segundo Concilio de
Nicea: "el honor tributado a la imagen remonta hasta su prototipo, y quien adora
la imagen adora en ella el que ésta representa".

Relacionado con esto último, se distinguen también los llamados cultos de latría,
de dulía y de hiperdulía. El primero es el que se profesa por sí sólo a Dios, dadas
su excelencia y superioridad infinitas; el segundo, el culto de dulía, se tributa a
los santos, por su excelencia sobrenatural, finita y participada; y el culto de
hiperdulía se tributa a la Virgen María, por su superioridad sobresaliente entre
la de todos los santos.

Enciclopedia Universal DVD ©Micronet S.A. 1995-2006

Venerar
{tr.} | to venerate, revere, worship. 2 to honour, respect, observe

 (Del lat. venerari); V de la 1ª conjugación; regular (modelo: cantar).

1. (tr.) Adorar a una divinidad para demostrar el respeto o el temor que se siente
hacia ella: muchas tribus austronésicas aún veneran a los dioses de la
naturaleza.
2. (tr.) [Por extensión figurativa] Amar o respetar profundamente a una persona
o cosa: todo el mundo debería venerar a sus progenitores; venera la verdad y
abomina de la hipocresía.

Sinónimos
Adorar, reverenciar, honrar, respetar, considerar, admirar, amar.

Antónimos
Despreciar, menospreciar, rechazar, abominar de, deshonrar, criticar, atacar,
odiar.
Enciclopedia Universal DVD ©Micronet S.A. 1995-2006

Adorar
{tr.} | to adore, worship

 (Del lat. adorare); V de la 1ª conjugación; regular (modelo: cantar).

1. (tr.) Reverenciar y honrar con sumo honor y respeto a un ser superior


mediante un culto religioso: los aztecas adoraban al dios Quetzalcóatl.
2. (tr.) [Uso figurado] Amar en extremo a una persona, rayando en la idolatría:
Mario adora a su mujer y sólo piensa en ella. [Por extensión] Gustar en extremo
de algo: adoro la comida casera. (Ú. t. c. intr. con régimen preposicional:
adorar en. Venerar o estimar en gran medida a una persona o cosa: muchos
estudiantes adoran en sus maestros por las buenas cosas que les enseñan).
3. (intr.) Orar o rezar: todas las mañanas adoro antes de desayunar.

Sinónimos
Idolatrar, glorificar, alabar, santificar, venerar, admirar, exaltar, querer,
apreciar, rogar.

Antónimos
Despreciar, odiar.

Enciclopedia Universal DVD ©Micronet S.A. 1995-2006

También podría gustarte