Tesis Terminada!!!

Descargar como doc, pdf o txt
Descargar como doc, pdf o txt
Está en la página 1de 27

Universidad de Buenos Aires

Facultad de Psicología

Tesis de Licenciatura en Psicología

Alumna: Agustina Rodrigo L.U: 363975800

Tutor: Martín Trigo DNI: 16074819

LEG: 122.122

Índice
1
Introducción…………………………………………………………… p.3

Desarrollo………………………………………………………………..p.4

La entrevista de admisión en psicoanálisis……………………….p.8

Casos clínicos-Análisis………………………………………………..p.15

Conclusión………………………………………………………………p.23

Bibliografía………………………………………………………………p.25

2
Introducción
A continuación se presenta la Tesis de Licenciatura en Psicología de la
alumna Agustina Rodrigo, L.U: 363975800.

La tutoría de la Tesis se encuentra a cargo del Licenciado Martín Trigo,


Jefe de Trabajos Prácticos de la Práctica Profesional: La Clínica en la
Emergencia (126).

El tema que se pretende desarrollar en la Tesis es: La entrevista de


admisión y la escucha analítica.

Teniendo en cuenta que la entrevista de admisión es el primer dispositivo


con el que se encuentra el paciente en una institución, se abordarán las
particularidades de dicha entrevista, quién la realiza, y qué se admite. Esto se
expondrá en relación al concepto de escucha analítica, analizando la
importancia de esta última para plantear la posibilidad de un psicoanálisis en
una institución. A la vez, la escucha analítica es inseparable de la función del
analista, ya que es en esta función que dicha escucha se sostiene.

La metodología a utilizar para este propósito es cualitativa. El tema se


desarrollará en relación a dos casos, permitiendo una articulación entre teoría y
práctica, desde un marco teórico psicoanalítico. Los casos mencionados, han
resultado de la experiencia en el proceso de admisión de un Sanatorio
perteneciente a la Obra Social de los empleados del Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires. Dichos casos se articularán con el resultado de la exploración
bibliográfica a realizar.

Desarrollo

3
En relación al tema propuesto en esta Tesis, la entrevista de admisión y la
escucha analítica, podríamos decir que estamos ante un tema complejo. Freud
(1916) en sus Conferencias de introducción al psicoanálisis nos advertía:

(…) aquel a quien el todo le parezca demasiado trabajoso e incierto, o esté


habituado a certidumbres mayores y deducciones más elegantes, no necesita
seguir acompañándonos. Aunque opino que deberá dejar en paz en general los
problemas psicológicos, pues temo que no encuentre transitables aquí esos
caminos exactos y seguros que está dispuesto a recorrer. (p.93)

Más tarde Lacan retoma esta idea, diciendo que el psicoanálisis no es una
ciencia exacta, y que la clínica debe interrogar no solo al psicoanálisis sino
también a los analistas, para que estos den cuenta de lo que “su práctica tiene
de azarosa”.

Estado del arte

Las entrevistas de admisión al tratamiento tienen sus antecedentes en


Freud, quien ya en 1913 mencionaba distintas reglas a considerar sobre la
iniciación de la cura psicoanalítica, y se refería a la necesidad de transitar un
período de prueba o de ensayo. Lo proponía con una duración de algunas
semanas.

Dicho período trata de un tiempo en el que se trabaja con los enfermos sólo
provisionalmente para tomar conocimiento del caso y decidir si es apto para el
psicoanálisis. La iniciación del tratamiento con un período de prueba tiene
además una motivación diagnóstica, ya que se debe dar cabida a la duda
sobre si el caso corresponde a alguna de las formas de las psicosis, hasta ese
momento no analizables para Freud. Menciona, además, que la primera meta
del tratamiento es “allegar al paciente a la persona del médico”, es decir,
establecer las condiciones para la instalación de la transferencia.

En el psicoanálisis el diagnóstico no es una mera cuestión clasificatoria. No


se trata simplemente de decidir si el paciente que tenemos delante de nosotros

4
es un psicótico, un neurótico o un perverso, y etiquetarlo. El diagnóstico
psicoanalítico se hace en transferencia. Hay que ver cómo es la relación al Otro
en la transferencia, y cuál es la posición del sujeto con respecto a lo que dice.
Lombardi (2007) destaca que la ventaja del diagnóstico psicoanalítico consiste
en que permite ubicar la participación inconsciente del sujeto en la creación y
sostén de su síntoma. El diagnostico se realiza en un proceso en el que se
intenta que el paciente cambie su posición ante el padecer. Freud (1914) ya
hablaba de lograr un cambio de actitud del paciente frente a su enfermedad.
Decía que el paciente había tratado a su enfermedad como algo despreciable,
y no quería saber acerca de aquella. Esa actitud Freud la llamó política del
avestruz. Pero dice que durante el tratamiento el paciente debería abandonar
esa política del avestruz, ocuparse en los fenómenos de su enfermedad, y ya
no considerarla algo despreciable sino un digno oponente. Por su parte, Lacan,
proponía lograr la rectificación subjetiva. Con esto se refería a un cambio de
actitud del sujeto con respecto a lo real inherente a su síntoma, su participación
inconsciente en el mismo.

Esto se relaciona con la definición del diagnóstico psicoanalítico como un


proceso que implica un trabajo, por el cual, el analista se ubica en el campo
transferencial del paciente, para que sea posible una manifestación más nítida
del síntoma (Lombardi, 2007) Este es el trabajo de las entrevistas preliminares.

Pero ¿Cómo es que el analista se inserta en el campo transferencial del


paciente?

A partir de Lacan puede pensarse que esto se logra con la interpretación.


Diferente a lo que decía Freud, quien planteaba que hay que esperar a la
instalación de una transferencia operativa para interpretar. La idea de Lacan es
retomada por Lombardi en su texto La función primaria de la interpretación. Allí
explica cuál es esa función primaria, a saber, hacer presente en el decir, el
deseo (Lombardi, 2007).

La interpretación revela o produce la división del sujeto, ya que hay algo de la


interpretación que no se comprende. Es algo cuyo significado el sujeto no comprende
pero lo afecta, y es así que induce la suposición de un saber. Lo que no se
5
comprende de la interpretación genera la suposición de un saber que el analizante le
adjudica al analista. De esta manera, se genera esa ficción que es el sujeto supuesto
saber .La transferencia se establece sólidamente por causa de la interpretación. A
esta demanda de saber, de significación, que el analizante dirige al analista, este
último debe responderle desde la abstinencia. El analista debe abstenerse de otorgar
significaciones, porque él no tiene ese saber, sino que en psicoanálisis se trata del
saber inconsciente del analizante. Lo que sabe el analista es que hay un saber
inconsciente a develar.

Para que pueda haber interpretación, es necesario que el analista esté bien
posicionado y cumpliendo con su función

. En pocas palabras, es necesario que esté operando el deseo del analista. Es


en este deseo que se soporta esa escucha tan particular que es la escucha
analítica, ya que el deseo del analista le permite a éste sostener su posición
cumpliendo con los principios de neutralidad y abstinencia. Con abstinencia no
nos referimos a negarle al enfermo una satisfacción cualquiera, sino aquellas
que desea más intensamente. No hay que librarlo de sus síntomas demasiado
rápido porque el paciente podría abandonar el tratamiento y el psicoanálisis no
apunta a la desaparición de los síntomas, sino a la causa de los mismos. Freud
(1915) dice: “(…) hay que dejar subsistir en el enfermo necesidad y añoranza
como fuerzas pulsionantes del trabajo y la alteración, y guardarse de
apaciguarlas mediante subrogados” (p.168). Pero el concepto de abstinencia
es condición para el psicoanalista, ya que Freud (1912) menciona que del lado
del médico es necesaria una atención parejamente flotante. Así como ubica del
lado del analizante la regla fundamental, que consiste en decir todo lo que se le
ocurra sin crítica ni selección previa, el analista debe escuchar del mismo modo
lo que el paciente dice. Se refiere a prestar atención al material que le ofrece el
paciente, sin crítica y sin hacer una selección de lo que cuenta. En cuanto a la
neutralidad, ésta implica para el analista no intentar educar al paciente.
Negarse a hacer del paciente un patrimonio personal, a plasmar por el su
destino, a imponerle sus ideales, y a formarlo a su imagen y semejanza (Freud,

6
1915). Si bien el analista es ubicado en el lugar del sujeto supuesto saber por
el paciente, debe tener presente que eso no es más que una ficción, el único
saber es el saber inconsciente del analizado. Colette Soler (2009) dice que:

El analista debe poner el acto en posición de agente, no debe obrar a partir


del saber porque en el acto él no es sabio. Lo que tiene que saber es que hay
un saber inconsciente a develar, y lo sabe porque lo experimento en su cura.
Pero si el analista no tomo la medida de la caída del sujeto supuesto saber,
ningún acto es posible. Para que el acto sea posible debe estar operando el
deseo del analista, cuya posición consiste en dejarse ser el objeto singular que
anima la transferencia del analizante.

El deseo del analista puede definirse como un lugar vacío que se le ofrece
al analizante, y en el que puede instalarse el deseo de este último como deseo
del Otro. Hace posible la destitución subjetiva del lado del analista, que es
desposeído de su persona, de su lugar de sujeto, ofreciéndose como objeto de
la transferencia. Debe aceptar ser tomado como un significante más, estar allí
como semblante del objeto causa del deseo. “Haciéndose instrumento en la
cura, el analista es el medio, como objeto a, para poder alcanzar algún real”
(Farías, 2012, p.62). Entendemos entonces, que la abstinencia no se homologa
a la pasividad del lado del analista.

7
La entrevista de admisión en psicoanálisis

Ahora bien, podríamos preguntarnos qué lugar tiene la entrevista de


admisión en relación a todo lo planteado anteriormente.

La entrevista de admisión es un dispositivo institucional. Es la primera


instancia en la que el paciente es escuchado, y a partir de la cual se regula la
derivación a los diferentes dispositivos del servicio. Rubinstein (1996) la define
de la siguiente manera:

Es la entrevista que se realiza a todo paciente que ingresa al servicio por


primera vez, la que se utiliza para registrar datos de filiación, motivo de
consulta y elaborar un diagnóstico presuntivo, a fin de establecer si
corresponde, 1- su ingreso al servicio y posterior derivación al tratamiento
adecuado, 2- su derivación a otros servicios hospitalarios, 3- no requiere
tratamiento alguno. (p.1)

Implica una toma de decisión, decisión que conlleva la aceptación o no de


la consulta, y su eventual derivación o reformulación.

En la entrevista de admisión se evalúa si la institución cuenta con lo que


necesita ese paciente, es decir, si el tratamiento que se ofrece es apto en
cuanto a la frecuencia de atención, la modalidad y el tiempo, entre otras cosas.
Uno de los objetivos, es realizar un diagnóstico presuntivo, que podrá ir
modificándose. El diagnóstico es importante porque a partir de este se deduce
el tratamiento.(es importante el diagnostico porque de este depende la
orientación en la dirección de la cura p. 217 psa clínica y ética schejtman)

Hay que evaluar la aptitud del paciente para el mismo. Es decir, hay que
establecer si el síntoma o el padecimiento son asequibles al tratamiento
psicoanalítico. Es necesario determinar si se trata de un padecimiento cuya
causa es significante para que podamos intervenir sobre el mismo, ya que el
tratamiento que nosotros proponemos es vía la palabra. Si la causalidad fuese
de otro orden, como por ejemplo una causa orgánica, el tratamiento propuesto
podría ser otro, distinto del psicoanalítico. Por esta razón suelen ser frecuentes
las interconsultas con otros profesionales. Se recibe al paciente que se
8
presenta en su singularidad, cuenta lo que le pasa, como se siente, y el
analista tiene que tratar de ubicarlo en un particular, de escuchar allí algo del
tipo clínico.(hacemos clínica de lo particular pero sin olvidar lo singular, lo
subjetivo desborda cualquier estructura, la agujerea( “psa clínica y ética” p.
105) El diagnóstico se hace en transferencia. Para concluir un diagnóstico, es
necesario determinar cómo se desarrolla la relación con el Otro en el lazo
transferencial con el analista, y para esto se necesita tiempo. Ese tiempo,
puede plantear una dificultad para el admisor, que en una o dos entrevistas,
debe hacer un diagnóstico presuntivo. insoportable Es una conjetura sobre la
posición del sujeto y su respuesta al encuentro con lo insoportable ( todos
inventamos un truco para llenar el agujero en lo real, frente a lo traumatico uno
inventa lo que puede) psa clínica y ética), en la lógica de la castración. Pero
este diagnóstico presuntivo, como su nombre lo indica, es una presunción, y
podrá variar. Parte de una necesidad de tener un diagnóstico al inicio, pero no
es el diagnóstico final del paciente, porque su estructura se irá verificando en
transferencia.

Dependiendo de la dinámica de la institución, el admisor continúa


atendiendo él mismo a aquellos pacientes que ha admitido, o en otros casos, el
paciente, luego de ser admitido, es derivado por el admisor con algún otro
analista. En el caso de la derivación, se trata de no alentar la transferencia con
el admisor. Sin embargo, si allí con el admisor no se produce nada, sin
transferencia, la derivación puede no prosperar. Es desde la transferencia que
la palabra del admisor puede tomar su valor y hacer posible el paso. El admisor
debe poder alojar al paciente pero permitiendo la posibilidad de la derivación.
La transferencia no es con uno como persona sino con el Otro y con el objeto
colocado ahí. El analista es soporte de esa función, pero no está allí como
persona. Por lo tanto debería ser posible trasladar la función a otro analista que
la encarne. Si la admisión es un momento de paso, para lograr la derivación del
paciente, es necesario que en su intervención el admisor no refuerce una
transferencia que sea intransferible, pero también que algo de la transferencia
funcione para que dicha intervención tenga algún alcance. También en la
admisión, el sujeto supone allí a un otro que sabe, es necesario que se

9
produzca un lazo de confianza. Necesitamos que el paciente pueda depositar
en esa figura del admisor la atribución de un saber, pero no se tratará del
“Sujeto supuesto Saber”, porque esto es algo que se producirá durante el
análisis. El admisor está en el lugar de un Otro, del que se espera diga algo, dé
alguna respuesta, ponga alguna palabra, y esto implica una transferencia. Si no
se genera algo del orden de la transferencia con el admisor, tampoco será
posible que esa derivación llegue al terapeuta designado.

Algo debe producirse ya desde el momento de la admisión, el relanzamiento


de alguna pregunta, en el mejor de los casos el recorte de un síntoma, que
permita dar continuidad a la demanda de análisis. Lo que se produzca en esas
entrevistas de admisión también formará parte de la instalación de la
transferencia al análisis. Es por esto que podemos considerar que la tarea del
admisor no es una tarea sencilla. Cuando en la admisión hemos logrado una
cierta eficacia, notamos que el paciente llega posicionado de otro modo, a
veces con una mayor decisión respecto de un análisis.

Durante el proceso de admisión, se trata de ubicar tanto el motivo de


consulta como las causas por las que el consultante lo hace en ese momento,
así como se indaga acerca de la existencia de algún tratamiento anterior y
otros antecedentes relevantes. No todas las personas que consultan llegan por
los mismos motivos. Algunos vienen obligados, otros vienen por una
derivación, y otros vienen por decisión propia o por una recomendación. En
psicoanálisis se trata, además de ubicar el motivo de consulta, ubicar cual es la
demanda, ya que detrás de todo pedido se pide siempre otra cosa.

La admisión conlleva una o dos entrevistas y, si bien tiene también un


carácter administrativo, es importante ya desde ese momento, quién escucha.
Tanto Freud como Lacan destacan la importancia de la escucha particular del
psicoanálisis y el lugar del analista en la cura. El analista, afirma Lacan, es
quien dirige la cura. Lacan (1952) “En un psicoanálisis, en efecto, el sujeto
hablando con propiedad, se constituye por un discurso donde la mera
presencia del psicoanalista aporta, antes de toda intervención, la dimensión del
diálogo”. (p.205)

10
Rubinstein (1996) se pregunta si hay alguna diferencia entre una admisión
realizada por un analista y una admisión realizada por alguien con formación no
analítica. Sitúa la diferencia, no sólo en la posibilidad de tener en cuenta la
transferencia, sino qué diferencia hay entre una entrevista objetivante y una
entrevista psicoanalítica. Responde que la entrevista objetivante es la que lleva
a cabo una persona que no tiene formación analítica. Sería una entrevista
puramente diagnóstica, un interrogatorio destinado a completar datos de una
historia clínica. Por otro lado, una entrevista de admisión realizada por un
analista, es aquella en la que el sujeto adquiere relevancia desde el primer
momento, en la que se le da la palabra al paciente y se lo escucha.
Lacan habla de una lógica temporal en la que ubica tres momentos: ver,
comprender y concluir. Podemos plantear ese momento de ver como el
equivalente al proceso de admisión. Hay que ver cuál es el síntoma, cuál es el
padecimiento de esta persona que se presenta a la consulta, cómo se
posiciona frente a ese sufrimiento. Esto implica ver qué relación tiene la
persona con ese síntoma y si hay posibilidad de que esté dispuesto a hacer
algo con ese padecimiento. Esto es importante, ya que consultar no implica
necesariamente que la persona quiera hacer algo con ese padecimiento.
Lacan (1975) dice: “Se trata de hacerlos entrar por la puerta, que el análisis sea
un umbral, que haya para ellos una verdadera demanda. Esta demanda: ¿Qué
es eso de lo que ellos quieren ser desembarazados? Un síntoma" Y agrega:
Ser desembarazado de un síntoma, yo no les prometo nada. Porque aún
para un síntoma obsesivo, por más molestos que sean, no es seguro que
hagan el esfuerzo de regularidad para salir de él. En ese filtrado hay una
apuesta, una parte de chance (p.1)
En la admisión se presentifica el yo en los enunciados y a partir de allí se
intenta ubicar cuál es la posición del sujeto en lo que dice que le ocurre, si hay
o no un sujeto que pueda implicarse, o qué chances hay para la emergencia
del sujeto. Si bien se le da la palabra al paciente en la entrevista de admisión,
no es habitual que haya asociación libre, ni atención flotante. El admisor
realiza algunas preguntas, tratando de escuchar por qué viene esa persona,
por qué ahora, qué se pregunta, de qué estructura se trata, y qué tratamiento
se le puede ofrecer.
11
Miller (1997) dice: “El que viene a vernos como analistas no es un sujeto; es
alguien a quien le gustaría ser un paciente, cosa muy extraña.” (p.4)

Más adelante, Miller (1997) explica:

Consideramos que aquel que pide un análisis puede ser autorizado por el
analista a entrar en la experiencia. Esta cuestión aparece en el comienzo de
cada experiencia analítica, a partir del primer minuto, a partir del primer
encuentro, hasta de la primera llamada telefónica. La cuestión es si se va a
autorizar el proceso analítico que a partir de ahí se desenvuelve, con aquel que
quiere ser su paciente. (p.6)

Y afirma: “No podemos simplemente cerrar los ojos. Aceptarlo o rechazarlo


ya es un acto analítico.” (p.6)

Verónica Perelli (2014) “El analista se ofrece para que el paciente ponga a
decir su sufrimiento, para que intente ponerle sentido a eso que se presenta
sin sentido; un sentido singular, único, sentido destinado a perderse” (p.95).

Retomando lo que dice Rubinstein en relación a la emergencia del sujeto del


inconsciente, el que realiza la admisión debe ser un analista. Es él quien está
en posición de poder evaluar estas cuestiones, dado que desde este primer
encuentro con el paciente se pone en marcha la escucha analítica. Esta
escucha no es cualquiera, no es la misma que puede hacer un médico, un
psiquiatra, o el personal administrativo. Va más allá de los enunciados del
paciente, atiende a la enunciación, a intentar ubicar cuál es la posición
subjetiva, desde dónde se posiciona ese sujeto en relación a eso que dice.

Freud (1919) anunciaba que la cura analítica debe ejecutarse en un estado


de privación, tanto para el médico como para el paciente, lo cual ya fue
mencionado en la introducción de este trabajo.

La escucha analítica esta en relación con ese estado de privación del que
habla Freud, es neutral y abstinente, y no varía según el encuadre. Está
presente tanto en un consultorio como en un hospital, de allí que podamos
plantear la posibilidad de un psicoanálisis en una institución. El acto analítico

12
está en juego desde las primeras entrevistas, el analista está allí como
semblante del objeto causa del deseo a producir. Hay que escuchar cuál es la
demanda que trae esa persona, qué está pidiendo, y que hay detrás de ese
pedido. Rubinstein (2004) dice: “Un analista podrá escuchar en una demanda,
se la formule como de análisis o no, el reclamo de un espacio de deseo. Y en
esto consiste su escucha” (p.4). Lo que buscamos como analistas en una
admisión es registrar algo de un conflicto subjetivo, una dificultad relativa a su
economía libidinal que el sujeto no puede resolver y que le es insoportable.
Sabemos que lo que el paciente dice no es por azar, que no habla libremente,
sino que todo lo que dice está sobre determinado por marcas, por significantes.
Si el analista lo decide, el paciente es admitido para pasar a las entrevistas
preliminares, es decir a iniciar un trabajo. En las entrevistas preliminares el
analista dirige al paciente al encuentro con el inconsciente. Se trata de que se
produzca la emergencia del sujeto, la división subjetiva como efecto de la
interpretación del analista, para que así el paciente se convierta en analizante y
sea accesible al análisis.

Por su parte, Sotelo (2015), plantea la hipótesis de que en toda consulta hay
un punto de urgencia. Plantea a esta última como un punto de quiebre, de
ruptura, y que el sujeto ya no puede sostenerse con aquellos soportes con los
cuales transcurría su vida. Explica:

(…) la resolución de la urgencia depende de quien la lee, de cómo se la


aloje. El diagnóstico, el tiempo que se ofrece, las intervenciones que se
decidan, dependen de la concepción de sujeto, de síntoma, de cura, así como
de la posición de quien reciba dicha urgencia. (p.52)

Lo que expone Sotelo en relación a la urgencia es similar al planteo que se


hace en el presente trabajo en cuanto a la entrevista de admisión. Dependerá
en todo caso de la posición de aquél que recibe la consulta. En qué formación
se sostiene, ya sea en la urgencia o en la entrevista de admisión, en definitiva
qué escucha presta.

Valdría preguntarse qué es lo que orienta la función del psicoanalista en su


trabajo, desde el momento mismo de la admisión. Una respuesta es que lo que
13
guía la práctica del psicoanalista es la ética del psicoanálisis: una ética del
deseo. Desde nuestra práctica consideramos al sujeto como sujeto de deseo.
Lacan (1960) explica que al psicoanalista se le confía una conversión ética
radical, que es la introducción del sujeto en el deseo. Se trata de que el sujeto
deje de traicionar su deseo inconsciente, que se alinie con éste. Que el
paciente que llega al análisis como culpable haga un pasaje hacia
responsabilizarse por su deseo y por su goce.

Lacan (1960) expresa:

Propongo que de la única cosa que se puede ser culpable, al menos en la


perspectiva analítica, es de haber cedido en su deseo.

Esta proposición, aceptable o no en tal o cual ética, expresa bastante bien lo


que constatamos en nuestra experiencia. En último término, aquello de lo cual
el sujeto se siente efectivamente culpable cuando tiene culpa, de modo
aceptable o no para el director de conciencia, es siempre, en su raíz, de haber
cedido en su deseo. (p.279)

A partir de lo desarrollado podríamos preguntarnos en qué caso no se


admitiría a un paciente y en qué casos sí. En función de qué se decide .que un
paciente sea o no admitido, ya que no hay reglas fijas que nos guíen.

Freud en sus escritos aclaraba que él sólo propone pasos a seguir, pero que
se trata de consejos, ya que en el psicoanálisis no hay reglas, la única regla es
la regla fundamental. La clínica es caso por caso, no podemos proceder de la
misma manera con todos los pacientes, porque trabajamos con sujetos y con
singularidades. Sin embargo, hay algunos requisitos para una admisión, que
podrán variar según la situación. Estos requisitos están en relación con lo que
pueda leer o escuchar el analista que está allí como admisor, que lo llevará a
decidir si hay una posibilidad para intervenir con el dispositivo psicoanalítico.

Casos Clínicos- Análisis

Primer caso:

14
Para ilustrar lo concerniente a la entrevista de admisión tomaré el caso de
una paciente que consulta en un sanatorio de la obra social de los empleados
del gobierno de la ciudad de Buenos Aires. En este sanatorio, el paciente suele
continuar atendiéndose con el profesional que realizó la admisión. El analista
procede con algunas preguntas directas para rellenar un formulario que pide el
sanatorio. Entre otras cosas, se pregunta el nombre, dirección, estado civil, y
ocupación. También se indaga si el paciente se encuentra tomando alguna
medicación y si realizo algún tratamiento anteriormente.

El caso es el de una mujer de 35 años, de origen mapuche. Es maestra de


primaria y de nivel inicial. Convive con su marido y su hija de 1 año.

Llega a la consulta derivada por su obstetra, pero refiere que además ella
quería venir porque necesita hablar. El motivo por el cual viene es porque en
febrero de este año perdió un embarazo de cinco meses. El niño se habría
ahorcado con el cordón umbilical. Al hablar acerca de esto los ojos se le llenan
de lágrimas, llora y la voz se le entrecorta.

Se le pregunta por qué consulta ahora, ya que la pérdida del embarazo fue
en febrero y la consulta la hace en mayo. Ante esto refiere que su obstetra la
iba a derivar pero que la misma no pudo atenderla por un tiempo y ella se tuvo
que atender con otro profesional que no la derivó. Cuando volvió a atenderse
con su obstetra, ésta hizo la derivación.

Durante la mayor parte del tiempo de la consulta la paciente habló solo de


la pérdida de este último embarazo. Pero luego de que la analista le preguntara
si era la primera vez que pasaba por la pérdida de un embarazo, respondió que
no. No había mencionado este dato hasta que la analista se lo preguntó. La
paciente ya había perdido dos embarazos anteriormente, uno a los 17 años y
otro en el año 2010. Vemos entonces la importancia de indagar acerca de por
qué la persona decide consultar en un momento preciso, ya que la paciente
perdió otros embarazos antes, pero es ahora que viene a pedir tratamiento.
Aparece algo insoportable con la pérdida de este embarazo que no estaba
antes. Ante la pregunta por la pérdida de los embarazos anteriores la paciente
responde que ella es asmática, que se enferma todo el tiempo y que se
15
enfermó de neumonía, lo cual culminó en la pérdida del primer embarazo. El
segundo embarazo refiere haberlo perdido por un desgarro, debido a un golpe
al caerse bajando del colectivo.

Se le preguntó si había hecho tratamiento psicológico anteriormente, a lo


cual respondió que sí. Cuando tenía doce años su madre la mandó a hacer
terapia sistémica porque era muy tímida. También dice haber hecho
tratamiento psicoanalítico, en forma particular. Agregó que ya se había
atendido anteriormente en ese mismo sanatorio con otra profesional, pero que
dejó de ir porque su hija todavía no iba al jardín y se le complicaba asistir.
Cuando se le pregunta por ese tratamiento anterior dice que hablaban de otras
cosas, cosas del trabajo.

Ella repite varias veces que necesita hablar, pero cuando se le pregunta de
que necesita hablar, la respuesta no es clara. Rubinstein (1996) dice:

El término admisión designa, entonces, la forma que la institución tiene de


recibir, de acoger, a quien consulta buscando una respuesta a lo que le ocurre.
Si admitir implica aceptar, dar cabida, es necesario para eso que haya por
parte del quien consulta un pedido, una pregunta, que se dirija a un Otro. La
respuesta que en ese momento se dé, el modo en que se lo escuche, las
intervenciones que se produzcan condicionan, a su vez, en gran parte, el modo
de tratarlo y la posición que el sujeto pueda tomar con relación a su propia
consulta. (p.1)

En el caso de esta paciente, fue admitida a pasar a las entrevistas


preliminares, donde se apuntará a que surja en ella alguna pregunta en
relación a lo que le está pasando, a esa angustia, alguna pregunta ligada al
deseo del Otro, y a eso de lo que ella necesita hablar. Estas entrevistas solo
serán preliminares si dan lugar a un inicio de análisis. Se trata de un tiempo de
trabajo a partir de la asociación libre, para que aparezca una pregunta, que
haya división subjetiva. Tratamos de que la demanda con la que llega el
paciente se convierta en una verdadera demanda de análisis, con la
construcción de un síntoma analítico, aquel síntoma que es analizable porque
se construye en transferencia. El síntoma tiene que estar dirigido al analista, se
16
actualiza en transferencia para que pueda ser analizado. El analista trabaja
haciendo intervenciones, las cuales, en caso de generar un efecto en el
paciente, serán interpretaciones. Sabemos si una intervención fue una
interpretación por los efectos que se generan, si dividen al sujeto, si logran
hacer que se quede pensando o le generan alguna pregunta.

No advertimos en el caso de esta paciente una pregunta acerca de lo que le


pasa, nada que la implique como sujeto. A partir de lo que cuenta y las
preguntas que la analista le dirige, nos enteramos que esta mujer nunca
advirtió sus embarazos. En cada uno de sus embarazos se anotició de los
mismos a partir de que un médico le comunicara la noticia. Del embarazo del
cual nació su hija de 1 año, la mujer se entera del mismo al asistir al médico
pensando que tenía una infección urinaria. También refiere estar enojada con
la ecografista porque le dijo que estaba todo bien con su embarazo, y al cabo
de unos días lo perdió. Pero en esta primera entrevista no se vislumbra
todavía algo de la subjetividad de la paciente. Nada que la implique en estas
situaciones de pérdida de los embarazos, ni en sus síntomas, sólo dice que es
asmática y que tiene alergia a todo, como algo que acepta como si fuera
naturalmente así. Parecería que hasta ahora viene sólo a contar lo que le pasó
y a desahogarse, a llorar, porque no quiere hacerlo frente a su marido o su
hija.

Desde el lugar del admisor, se le ofreció a la consultante una escucha, un


lugar donde pudo llorar y contar lo que le paso. Se le ofreció un espacio para
hablar de su sufrimiento, acompañado de algunas preguntas que la iban
guiando para intentar que pueda organizarse, y ubicar más precisamente en
que momento surgió esa angustia. Una guía para que pueda pensar que es lo
que la trajo a consultar ahora. Si ella había perdido otros embarazos
anteriormente, ¿Por qué consulta ahora? ¿Qué cambió? ¿Qué le pasa a ella
con eso? La admisión es un proceso que en sí mismo puede tener efectos
terapéuticos. Generalmente logra aplacar la angustia de aquel que viene a la
consulta, ya que se intenta, más allá de las preguntas y del trabajo que surge
de la entrevista, un alojamiento de ese padecimiento y desborde que el
paciente trae consigo. En el caso de esta mujer, el poder hablar de esto que le
17
pasa, haber sido recibida en un lugar donde pudo llorar y contar su
padecimiento, pareció lograr calmarla. De esta manera, con un carnet que
indicaba la fecha y el horario de su próximo turno, y en el que figuraba el
nombre de la licenciada que la admitió y que continuaría atendiéndola, fue
posible que la paciente se retirara del consultorio de una manera distinta de la
cual llegó.

Segundo Caso:

A continuación me serviré de otro caso en el que el admisor decidió no


admitir al consultante. Se trata de una mujer de 89 años que consulta en el
mismo sanatorio mencionado anteriormente.

Esta mujer llega derivada por el médico que dirige en ese sanatorio la
multifamiliar. Comenta que ella concurre a la multifamiliar pero que ahí no se
puede expresar. Cuenta que vive con su hija. Se le pregunta por sus hijos y el
marido, a lo cual responde que tiene un hijo, el mayor, y otro que falleció a los 4
años. Su marido falleció cuando ya se había separado hacia 8 años. Comenta
que su hijo mayor se fue a trabajar con el padre y que no lo ve porque su nuera
lo separo de la familia. Ella siempre vivió con su hija, que tiene problemas
psiquiátricos por lo cual estuvo internada alrededor de 8 días y que salió muy
bien. Esta hija tuvo depresión y la mujer cuenta que en ese momento vino “la
hermana” que vive en Jujuy a verla. La analista le pregunta si esa hermana es
hija del padre, a lo que responde que todos los hijos son del mismo padre, y
aclara que tiene más hijos. Tiene otro hijo varón que la visita y otra hija que
falleció al nacer.

También se le pregunta por qué sus hijos tienen el apellido de ella y no el


del padre y responde que no se acuerda, que se lo cambiaron cuando se
separó del marido, que el único que se quedó con el apellido del padre es el
hijo mayor, al cual ya no ve.

18
Cuenta que tiene problemas en la columna, que tiene riesgo de caerse y
que los dolores son “terribles”. Que en una ocasión el médico le indicó que no
podía estar sola, entonces estuvo viviendo en la casa de su hijo (con el cual
tiene relación actualmente) y que su hija iba a dormir también ahí. En el tiempo
que vivió sola le costó porque estaba acostumbrada a vivir con su hija. Luego,
volvió a vivir con la hija, pero dice que su problema es que su hija tiene
momentos que le dice de todo, que desde que volvieron a vivir juntar le
reprocha la internación. Dice que ella se queda callada porque su hija inventa y
puede estar horas hablando. La licenciada le pregunta en que cree que
la puede ayudar, a lo que responde que quiere ir para poder quejarse con
alguien que la escuche. Dice que quiere un lugar donde le escuchen sus
“quejas”, que en la terapia grupal no puede hablar de sus cosas y que su hija
cuando ella le habla, le dice de todo, le recrimina y no para La Licenciada le
aclara que lo que debería hacer es hablar con sus otros hijos para que la
ayuden económicamente en tener una persona que la cuide porque su hija está
enferma y que también ella necesita que alguien la cuide ya que la paciente
había comentado que su hija no quiere tomar la medicación que la psiquiatra le
manda.

La analista le dice que va hablar con el doctor de la multifamiliar, que es


quien la derivó, y que la va a llamar para ver si la va a seguir atendiendo.
Cuando se retira lo hace muy pausado y como si no pudiera caminar o se
desorientase. Esto llamó un poco la atención porque no había entrado de esa
manera al consultorio. Afuera la esperaba su hija, con la que vive, de la cual
había comentado que la lleva a todos lados.

En este caso, el admisor tomó la decisión de no admitir a esta consultante.


Nos queda explicar entonces a qué puede haberse debido esa decisión.

Sabemos que en la admisión es importante clarificar la demanda, ver cuál


es el pedido que lleva a la consulta, si es que lo hay. Hay que ver si hay
sufrimiento y de qué es que sufre. Es difícil iniciar una intervención si no hay
reconocimiento por parte del sujeto de algo que lo perturba, de lo que quiera
aliviarse. En la entrevista de esta mujer no se puede ubicar un conflicto
19
psíquico, un conflicto propio, algo que sea un problema para esa persona, algo
de lo que sufra. Ella dice que quiere un lugar donde escuchen sus quejas,
viene a quejarse, pero no hay un padecimiento en esas quejas. El espacio del
análisis no es un lugar donde uno acude simplemente para quejarse, no es esa
la finalidad del dispositivo. Un paciente puede quejarse en análisis como parte
del proceso, pero siempre y cuando pueda vislumbrarse allí un conflicto
psíquico. Desde el psicoanálisis se le ofrece a la persona que viene para la
admisión un lugar donde poner en palabras su sufrimiento psíquico. En el caso
de esta mujer se decidió que, por lo menos en ese momento, no era necesaria
una admisión.

¿Qué es lo que tiene el psicoanálisis para ofrecerle a esa persona que viene
a la institución para una consulta psicológica? Se le ofrece una escucha
específica, ya que mediante el deseo del analista se le ofrece a la persona que
viene a la consulta un lugar vacío donde pueda ubicar su deseo. En caso de
que el paciente sea admitido, pasará a las entrevistas preliminares. Durante el
tiempo de las entrevistas preliminares el paciente deberá trabajar. Lacan se
refiere también a este tiempo como el momento de comprender. Se trata de un
trabajo a partir de la asociación libre, y se intentará que se den las condiciones
para que sea posible una entrada en análisis. El momento de concluir, al que
se refiere Lacan, implica llegar a una conclusión acerca de si hay o no, una
entrada en análisis. Las condiciones para el inicio de análisis consisten en que
el paciente se convierta en analizante, se necesita que se instale la
transferencia y que el síntoma se vuelva analizable en tanto implique una
interrogación para el sujeto. ¿Por qué decimos que es necesario que el
síntoma se vuelva analizable? Porque, como dice Lacan, el síntoma no llama a
ser interpretado, no se dirige al Otro, porque es goce revestido y se basta a sí
mismo. El síntoma analizable se construye en transferencia. Se vuelve
analizable a condición de incluirse en la transferencia.

Freud ya afirmaba que el síntoma tiene un sentido, y que puede ser


interpretado como los lapsus, los sueños, y otras formaciones del inconsciente.
El síntoma analítico porta un saber inconsciente que es singular, no es
cualquier síntoma, sino que tiene un nexo con la vida del sujeto que éste
20
desconoce. Pero el síntoma tiene además un propósito, hay una satisfacción
pulsional sustitutiva, que es lo que lo hace tan resistente. Como no hay
satisfacción plena de la pulsión porque es imposible recuperar el objeto
perdido, lo que hay son modos de satisfacción, y cada uno tiene su modo de
satisfacción sexual propio. Es por esto que Freud insiste en dejar caer todo
saber teórico, y proceder con cada caso escuchando como si fuese el primero.

La clínica es caso por caso, cada sujeto tiene con su síntoma una relación
particular que deberemos ir develando, y la única manera de abordarlo es
dándole la palabra al sujeto.

Un tratamiento psicoanalítico se diferencia de un tratamiento sugestivo, ya


que implica al sujeto, que tiene que realizar un trabajo para ir develando el
saber inconsciente. Le decimos al sujeto que asocie libremente, pero las
asociaciones no son libres, sino ineludibles. Esto se debe a que el sujeto está
determinado, por marcas, huellas, significantes que lo comandan, pero que él
mismo desconoce. Freud (1916) proponía que en el hombre hay contenidos
anímicos que él sabe sin saber que los sabe. Afirmaba que las ocurrencias
están determinadas por importantes actitudes interiores, por círculos de
pensamiento y de interés de alto contenido afectivo. De esta manera concluye
que las ocurrencias libres no son libres, arbitrarias, sino que están
determinadas, y esto es lo que justifica la técnica de la regla fundamental y el
método de la asociación libre. Es en las asociaciones que podemos ir
pesquisando los significantes que comandan el goce de ese sujeto, en el acto
de nuestra escucha.

Lo que se espera obtener al final del análisis es que el sujeto se enfrente


con la castración y cambie su posición ante la misma. Que adquiera una
experiencia de lo imposible, lo incurable, y al mismo tiempo, un saber acerca
de su singularidad, de su goce, de su propia manera de arreglárselas con la
falta. Se trata de un sujeto advertido del fantasma que lo constituye. De un
sujeto que sabe hacer con su síntoma. Al final del análisis este síntoma es un
síntoma del que se apropia, con el que sabe hacer ante la inexistencia de la
relación sexual, como definición de la castración. Es un síntoma que en el
21
tiempo final del análisis no está a cuenta del padecimiento. Lombardi (2008)
explica que a lo que se llega efectivamente con el análisis es a un sujeto capaz
de destituirse en ciertos actos, que son los que satisfacen al mismo tiempo
pulsión y deseo del Otro. Se trata de hacer con la castración en lugar de
padecerla.

Ahora bien, podríamos preguntarnos por qué pensamos que esto es posible.
Porque más allá de la sobre determinación inconsciente, hay una cierta
elección por parte del sujeto, en el sentido de una elección de su posición, de
su respuesta subjetiva ante eso que no se elige y que es incurable. Hay una
elección, que aunque forzada, le concierne. Se trata de que el sujeto vuelva a
elegir, y esta vez, elija algo distinto.

22
Conclusión
A partir de lo expuesto en la presente tesis, considero fundamental la
importancia de que las entrevistas de admisión sean realizadas por un analista.
Fundo mi posición en el hecho de que sólo el psicoanalista está en condiciones
de proveer esa escucha tan particular, aquella que atiende a los detalles que
permiten decidir si la persona que se presentó a la consulta debe ser admitida
o no. Como mencioné anteriormente, en psicoanálisis no tenemos reglas para
que alguien sea admitido o rechazado, sino que eso depende del caso singular,
y de lo que el analista pueda escuchar allí. Esta escucha hace posible un
análisis en una institución, ya que no varía según el contexto.

Es así que puede haber un tratamiento psicoanalítico, por ejemplo, en un


hospital, aunque no haya ahí un diván, aunque la entrevista se realice en un
consultorio donde apenas caben dos sillas, aunque el paciente se atienda
gratis, o cualquier otra cuestión que pueda variar. Hay algo que se mantiene
invariable, la escucha analítica. Esta última se ve posibilitada por el deseo del
analista, función que permite que el psicoanalista esté allí posicionado de tal
manera que ceda el lugar de sujeto, ofreciéndolo al paciente y ofreciéndole ser
escuchado. Es en ese deseo del analista que se sostiene la escucha neutral y
abstinente necesaria para tomar esa decisión: admitir, o no admitir.

Para concluir, la importancia no recae en el “dónde”, haciendo referencia en


el dónde se realiza la consulta, si es en un consultorio privado, en un hospital, u
otro espacio. Más bien la importancia recae en el “quién”, quién atiende a esa
consulta. En una institución, el que consulta se encuentra con un primer
dispositivo que es la entrevista de admisión, donde lo fundamental será el
“quién”. Con quién se encuentra aquel que consulta, quién lo entrevista, quién
decide si la admisión tiene lugar o no. Ese quién ¿Es un médico, un
administrativo, una persona cualquiera? ¿O es un analista? Es una pregunta
necesaria, ya que estos escucharán desde distintas posiciones, brindándole,
cada uno, un lugar distinto a esa persona que llega a la consulta.

23
SUPONEMOS QUE ESA PERSONA QUE LLEGA A
LA CONSULTA ESTA HABITADA POR UN
SUJETO, SUJETO DEL ICC, POR ESO LO
DEJAMOS HABLAR, LO ESCUCHAMOS.

24
Bibliografía

 Farías, F. et al. (2002). Acerca de la división subjetiva. En Hojas Clínicas


5. Buenos Aires: JVE.
 Farías, F. (2012). De los deseos de un analista al deseo del analista. En
Aún. Publicación de Psicoanálisis, Foro Analítico del Río de la Plata, Año
4, N° 6, Letra Viva, Buenos. Aires.
 Freud, S. (1912). Consejos al médico sobre el tratamiento psicoanalítico.
En Obras Completas, Vol. XII. Buenos Aires: Amorrortu.
 Freud, S. (1913). Sobre la iniciación del tratamiento. En Obras
Completas, Vol. XII. Buenos Aires: Amorrortu.
 Freud, S. (1914), Recordar, repetir y reelaborar, En: Obras Completas,
Vol. XII. Buenos Aires: Amorrortu.
 Freud, S. (1915-1916). 6ta conferencia. Premisas y técnica de la
interpretación. En Obras Completas Vol. XV. Buenos Aires: Amorrortu.
 Freud, S. (1917), "Nuevos caminos de la terapia analítica", En Obras
Completas Vol. XVII. Buenos Aires: Amorrortu.
 Freud, S. (1937). Análisis terminable e interminable. En Obras
Completas Vol. XXIII. Buenos Aires: Amorrortu.
 Jacques- Alain, M. (1997) Introducción al Método Psicoanalítico. Buenos
Aires: Paidós.
 Lacan, J. (1958). La dirección de la cura y los principios de su poder. En
Escritos 2. Buenos Aires: Siglo XXI.
 Lacan, J. (1960). La ética del psicoanálisis. En El Seminario. Libro 7.
Buenos Aires: Paidós.
 Lacan, J. (1960-1961). El Seminario 8. La Transferencia, clase X,
Buenos Aires: Paidós.
 Lacan, J. (1967), Proposición del 9 de octubre de 1967, en Ornicar nº 1.
Buenos Aires: Petrel.

25
 Lacan, J. (1975). Conferencia en la Universidad de Yale. En Scilicet 6/7,
París: Seuil.
 Lombardi, G, (1992). La función primaria de la interpretación, en Hojas
Clínicas Compilación. Buenos Aires: JVE.
 Lombardi, G. (2003). Efectos terapéuticos y efectos didácticos del
psicoanálisis. En Hojas Clínicas. Buenos Aires: JVE.
 Lombardi, G. (2008). Predeterminación y libertad electiva. En Revista
Universitaria de Psicoanálisis. Instituto de investigaciones, Facultad de
Psicología, UBA, Vol. VIII.
 Lombardi, G (2009) Singular, particular, singular. La función del tipo
clínico en psicoanálisis. En Singular, particular, singular. La función del
diagnóstico en psicoanálisis. Buenos Aires: JVE.
 Lombardi, G. (2011). Rectificación y destitución del sujeto. En Aún 5.
Publicación de Psicoanálisis, Foro Analítico del Río de la Plata, Año 3-
Primavera de 2011.
 Sotelo, I. (Compilador) (2009). Perspectivas de la clínica de la urgencia.
Buenos Aires: Grama.
 Proyecto de la Programación 2004-2007 de UBACyT: La causalidad
subjetiva en una situación de urgencia social. El proceso diagnóstico y
los efectos terapéuticos del psicoanálisis.
 Rubinstein, A. (1996). Sobre la admisión. En Jornadas Provinciales de
Dispositivos de Salud Mental en Instituciones Públicas, Paraná, Entre
Ríos, Argentina.
 Rubinstein, A. (2004). La práctica del psicoanálisis en el hospital. En Un
acercamiento a la experiencia. Práctica y Transmisión del psicoanálisis.
Buenos Aires: Grama.
 Silvestre, D. (1987). Problemas y particularidades de la demanda de
análisis en institución. En El significante de la transferencia. Buenos
Aires: Manantial.

 Soler, C. (2009). El control, ¿cuál discurso?. En Florilegio del Mensual.


Medellín: Ediciones Asociación Foro del Campo Lacaniano de Medellín.

26
 Sotelo, I. (2015). Datus: dispositivo analítico para el tratamiento de
urgencias subjetivas. Buenos Aires: Grama.

27

También podría gustarte