Trabajo Ecología Ambiental
Trabajo Ecología Ambiental
Trabajo Ecología Ambiental
TEMA:
CURSO:
Ecología ambiental
DOCENTE:
INTEGRANTES:
PIURA – PERÚ
2023
Índice
Índice 2
Introducción 4
Marco teórico 5
Termodinámica y objeto de estudio 5
Termodinámica en los ecosistemas 5
Termodinámica en los seres vivos 6
Leyes de la termodinámica en los seres vivos 7
El cuerpo humano como sistema termodinámico 8
Las leyes de la termodinámica 9
Primera Ley de la termodinámica 9
Segunda Ley de la termodinámica 10
Tercera Ley de la termodinámica 11
Tipos de Sistemas 12
Sistemas aislados o sistemas adiabáticos 13
Sistemas abiertos 13
Sistemas cerrados 14
Energía: forma y calidad 15
Evolución de la energía en el organismo 16
Metabolismo 17
Transmisión de calor al exterior 20
Los microorganismos intervienen en los ciclos biogeoquímicos 22
Flujo de energía 29
Ecología molecular 33
Entropía de los sistemas biológicos 35
Entropía en los organismos 35
Entropía de los ecosistemas 36
Exergía en ecosistemas 37
Degradación de la exergia 38
Características de la ecología molecular 38
2.1.14.1. Métodos basados en PCR 39
La selección natural a nivel molecular 40
La conservación genética en las áreas verdes de las ciudades 40
La aplicación de la biotecnología en el área forestal 41
Ejemplos de avances de investigación en ecología molecular 41
Equilibrio del PH en el ecosistema y en el organismo 42
El pH en el mundo vegetal. 43
pH en ríos y lagos 44
pH en mares y océanos 44
pH en el organismo de los seres vivos 45
Importancia de la nutrición 45
El pH ácido, punto débil de las células cancerosas 46
Conclusiones 47
Referencias bibliográficas 47
Introducción
Figura 1. Visión general de algunos eventos históricos que conducen a la aplicación de la termodinámica y la
exergía en la ecología. El esquema se ha dividido en tres áreas, (1) una para el desarrollo de la termodinámica
dentro de la física, (2) una segunda línea que vincula la termodinámica con la biología, y (3) una tercera línea
que muestra eventos importantes en el desarrollo de la relación entre la ecología y la sociedad tal como la vemos
hoy. Se ha intentado ubicar a los autores de acuerdo con sus respectivas áreas de investigación con indicación
del tiempo aproximado de las principales contribuciones.
La energía solar dirige los ciclos geofísicos y geoquímicos que mantienen la vida
entre ellos, el ciclo del oxígeno, el del agua, el del carbono, y el del clima (citar). Los
combustibles fósiles son simplemente energía solar almacenada –el producto de la
fotosíntesis hace millones de años (Badii et al., 2016).
Los seres vivos presentan un constante flujo de energía porque son sistemas
termodinámicos abiertos, ya que continuamente están intercambiando materia, energía e
información con su medio ambiente, con el que mantienen un equilibrio dinámico, es decir,
para adquirir y mantener estructuras que, a su vez, son susceptibles de evolucionar. La
termodinámica biológica se refiere al estudio de la transferencia de energía que se produce
entre moléculas o conjuntos de moléculas. Son las transformaciones que tienen lugar en la
célula y de la naturaleza y función de los procesos químicos en los que se basan estas
transformaciones (Figura 2).
Es evidente que cualquier ser vivo mantiene un alto grado de orden interno. Son
sistemas termodinámicos abiertos debido a que constantemente están intercambiando energía.
(fundamentalmente en forma de calor) y materia (consume y produce una amplia gama de
sustancias) con su entorno.
Los seres vivos somos, por tanto, sistemas termodinámicos abiertos y en constante
desequilibrio energético, y para alejarnos del estado de equilibrio requerimos un constante
aporte de energía que captamos de los ecosistemas a través de los nichos ecológicos (Figura
3) (Schneider y Sagan, 2009).
La energía fluye del cuerpo con mayor cantidad de energía, al cuerpo con menor
cantidad de energía hasta lograr un equilibrio. Sin embargo, en el paso de un cuerpo a otro,
una parte de la energía se disipa. Esto significa que, durante una transformación de energía,
una cantidad de ésta se libera al espacio, con lo que el proceso nunca es completamente
eficiente (Figura 9).
Al igual que con otros procesos biológicos, la transferencia de energía no es 100 por
ciento eficiente. En la fotosíntesis, por ejemplo, no toda la energía luminosa es absorbida por
la planta. Parte de la energía se refleja y parte se pierde en forma de calor. La pérdida de
energía hacia el entorno circundante da como resultado un aumento del desorden o entropía.
A diferencia de las plantas y otros organismos fotosintéticos, los animales no pueden generar
energía directamente de la luz solar. Deben consumir plantas u otros organismos animales
para obtener energía.
Afirma que es imposible alcanzar una temperatura igual al cero absoluto mediante un
número finito de procesos físicos, ya que a medida que un sistema dado se aproxima al cero
absoluto, su entropía tiende a un valor constante específico. A medida que el sistema se
acerca al cero absoluto, el intercambio calórico es cada vez menor hasta llegar a ser casi nulo.
Ya que el flujo espontáneo de calor es unidireccional, desde los cuerpos de temperatura más
alta a los de temperatura más baja (segunda ley de la termodinámica), sería necesario un
cuerpo con menor temperatura que el cero absoluto; y esto es imposible. La tercera ley rara
vez se aplica a nuestras vidas cotidianas y rige la dinámica de los objetos a las temperaturas
más bajas conocidas.
Tipos de Sistemas
Estos, son sistemas que, como dice el término, están totalmente aislados del entorno.
Esto significa que no reciben ni intercambian flujos de energía ni materia hacia o desde los
sistemas. Por tanto, su evolución (según la segunda ley de la termodinámica) sólo puede tener
lugar en una dirección, hacia una entropía creciente, es decir, hacia el estado de mayor
probabilidad y grado de aleatoriedad.
Figura 12. Un sistema aislado tiene un límite hacia su entorno circundante, que está totalmente cerrado a los
intercambios de energía y materiales entre los dos compartimentos.
Sistemas abiertos
Estos son sistemas que están abiertos tanto a los flujos de energía como de materia.
Los sistemas vivos son ejemplos típicos de esto. Los flujos de energía en estos sistemas
(biológicos) se "utilizan" para distribuir y organizar la materia en estructura mediante
procesos de autoorganización, por ejemplo, Popovic (2014). La pérdida de energía por
disipación como se mencionó anteriormente es inevitable debido a la irreversibilidad de los
procesos. Las pérdidas materiales también son inevitables, pero se supone que deben
esforzarse al mínimo, a un nivel dictado por la necesidad o las funciones forzadas.
Figura 13. Los sistemas abiertos están abiertos tanto a los flujos de energía como a los materiales. Pueden usar
los flujos de energía y materiales recibidos para acumular y organizar materia o elementos de composición,
distribuyendolos en patrones aún más avanzados e incluso tienen la capacidad de crecer en tamaño. La energía
en general necesita salir del sistema como lo dicta la segunda ley siempre, por ejemplo, el calor formado por
procesos disipativos, por ejemplo, a través del metabolismo. La energía disipada debe dispersarse al medio
ambiente y este reservorio circundante a su vez debe ser capaz de tolerar esto. Que la materia se vaya no es una
necesidad a menos que, por ejemplo, pensemos en compuestos degradados que de otro modo podrían ser
perjudiciales para los organismos, por ejemplo, el papel de los riñones. Mientras tanto, para muchos sistemas
biológicos, el patrón de intercambio estará determinado por roles ecológicos o por funciones de forzamiento.
Sistemas cerrados
Los sistemas cerrados, el segundo tipo fundamental, son sistemas que están abiertos
solo a flujos de energía, es decir, no están abiertos a flujos de materia. Los límites del sistema
a menudo se denominan paredes diatérmicas que indican la posibilidad de intercambio de
energía en forma de calor. Cabe señalar que un flujo de energía (por ejemplo, calor)
potencialmente puede servir para organizar la materia ya encerrada en el sistema, como es el
caso de las células de Bénard. Los sistemas de ingeniería o de trabajo, que son sistemas que
intercambian energía como calor o solo trabajo, son ejemplos típicos de este tipo de sistemas
tratados en los libros de texto.
Figura 14. Los sistemas cerrados tienen límites que están abiertos y pueden recibir o intercambiar flujos de
energía. Al mismo tiempo, los materiales potencialmente encerrados en el sistema en condiciones iniciales
deben permanecer constantes. Mientras tanto, esto todavía deja la posibilidad de que los elementos sean
estructurados o (auto)organizados de diversas maneras, más o menos "sensibles" de acuerdo con otras leyes
físicas, como en el caso de algunos sistemas físicos como las células advectivas de Bénard mencionadas en el
texto.
Mientras que la energía permanece constante, su forma puede cambiar. Pero, no sólo
cambia la forma, también lo hace la calidad o el "valor" de la energía. Por valor nos referimos
aquí a su capacidad para hacer el trabajo. Una visión como esta nos permite comparar y
evaluar diferentes formas de energía entre una y otra.
Según Brillouin (1960), las formas de energía que tienen la forma de mayor valor, la
mayor capacidad para hacer el trabajo, son, por ejemplo, la radiación y la energía electrónica.
Estas formas de alta calidad a menudo se denominan formas de energía de baja entropía. La
forma con la menor cualidad energética o "valor" es el calor que puede caracterizarse como el
estado (casi) final de la degradación de la energía, y por lo tanto se considera una forma de
alta entropía.
Figura 15. Transformación de la energía a través de la "cascada de Brillouin". La energía siempre se transforma
en una sola dirección, de alta calidad, como la radiación, a una calidad secuencialmente inferior, terminando
como su forma de menor calidad, es decir, calor, es decir, terminando como energía disipada como resultado de
la irreversibilidad de los procesos.
Figura 16. Los sistemas biológicos se alejan del equilibrio termodinámico ya sea (1) como es el caso de los
autótrofos por fotosíntesis, es decir, la entrada de energía de alta calidad a través de la radiación solar, o (2) por
absorción o acumulación de moléculas complejas, lo que es posible sumando varios paquetes de energía de
calidad intermedia a través de portadores de energía, por ejemplo, ATP. En el ecosistema, este proceso es
impulsado en última instancia por un suministro de energía química de los organismos autótrofos, la mayoría de
los otros procesos son impulsados por esta energía química, que suministra procesos metabólicos y respiratorios
(redibujados y modificados de Müller y Nielsen en 1996.
Evolución de la energía en el organismo
Tabla 1. Clasificación de tipo práctico, según el tipo de fuerzas implicadas o la forma de almacenamiento de la
energía.
Metabolismo
El metabolismo corporal se refiere a todas las reacciones químicas que suceden en las
células y la tasa metabólica suele expresarse como la tasa de liberación de calor durante estas
reacciones.
Ejemplo
La cantidad de energía consumida para las actividades físicas diarias suele representar
un 25% del gasto energético total, pero varía mucho de una persona a otra, según el tipo y la
magnitud del ejercicio físico realizado. Por ejemplo, subir escaleras exige casi 17 veces más
energía que dormir en la cama. De ordinario, una persona que realice trabajos pesados puede
alcanzar una tasa máxima de utilización energética de hasta 6.000 a 7.000 calorías durante las
24 h, es decir, casi tres veces y media más que la energía consumida en condiciones de
reposo.
Después de ingerir una comida, la tasa metabólica aumenta como consecuencia de las
distintas reacciones químicas que acompañan a la digestión, absorción y almacenamiento de
los alimentos dentro del organismo. Este aumento es el denominado efecto termógeno de los
alimentos, puesto que se requiere energía para estos procesos y se genera calor. Cuando se
toma una comida con muchos hidratos de carbono o grasas, la tasa metabólica se suele
incrementar en un 4% pero si se ingiere una comida rica en proteínas, la tasa metabólica
empieza a elevarse en el plazo de 1 h, alcanza un máximo cercano al 30% sobre el valor
normal y se mantiene así durante 3 a 12 h. Este efecto de las proteínas sobre la tasa
metabólica se conoce como acción dinámica específica de las proteínas. El efecto termógeno
de los alimentos explica el 8% del consumo energético diario total de muchas personas.
Ejemplos
La transferencia de calor por convección puede ser forzada cuando está ayudada por
el movimiento de las superficies en contacto con el fluido o libre (llamada también natural)
cuando se produce únicamente en virtud de una diferencia de densidades causada por una
diferencia de temperaturas. También puede venir acompañada de un cambio de fase, como
ocurre durante la condensación o la ebullición, con unos intercambios de calor muy intensos.
Ejemplos:
La radiación se da cuando existe una transferencia de calor entre entre dos cuerpos,
mediante ondas electromagnéticas
Ejemplos:
Los nutrientes son los elementos y moléculas que constituyen la estructura básica de
la vida. Los ciclos biogeoquímicos describen los caminos que siguen estos nutrientes de las
partes abióticas a las partes bióticas de los ecosistemas y su regreso a las partes abióticas.
Gracias a los ciclos biogeoquímicos es posible que los elementos se encuentren disponibles
para ser usados una y otra vez por diferentes organismos: sin ellos, la vida se extinguiría.
El ciclo del carbono se inicia en la atmósfera, donde las plantas terrestres toman el
bióxido de carbono para realizar la fotosíntesis (proceso de fijación del carbono). Los
productores acuáticos lo utilizan disuelto en el agua (en forma de bicarbonato, HCO3-). En
este proceso el CO2 se utiliza en la síntesis de la glucosa y de esta forma pasa a los
consumidores primarios, que a su vez sirven de alimento al siguiente eslabón de la cadena y
así sucesivamente.
Ciclo del Fósforo. Los reservorios más activos se encuentran en suelo y aguas en
forma de fosfato. Los componentes del fitoplancton y los vegetales acuáticos aprovechan los
fosfatos, incorporando el fósforo a las cadenas tróficas. Los microorganismos participan en el
ciclo del fósforo por transferencia de formas inorgánicas a orgánicas o bien solubilizando el
fosfato insoluble.
Reservorio:
Rocas y los sedimentos en los que se encuentra inmovilizado, como yeso (CaSO4 + 2
H2O) y la pirita (FeS2). Sin embargo, los mares y océanos contienen una cantidad mayor de
sulfato inorgánico disponible para la actividad biológica. Las principales transformaciones
biológicas transcurren entre dos estados de oxidación: el sulfato y el sulfuro de hidrógeno.
Flujo de energía
Por ejemplo:
Niveles tróficos. El nivel trófico es la posición que ocupan los organismos por su
nivel de alimentación dentro de las cadenas alimenticias. Por lo anterior, todos los
organismos que comparten hábitos alimenticios similares se encuentran en el mismo nivel
trófico (Figura 30).
Redes o tramas alimenticias. Las comunidades naturales rara vez tienen grupos bien
definidos de productores, consumidores y desintegradores en relación lineal como se ilustran
en las cadenas alimenticias. Sin embargo, una red alimenticia muestra múltiples cadenas
alimenticias interconectadas efectivas dentro de una comunidad específica.
Observamos que un productor aprovecha el 90% de la energía solar que fija para
realizar sus funciones de sobrevivencia y en caso de servir de alimento a algún herbívoro esto
sólo podrá utilizar el 10% de toda la energía que fijó el vegetal. A su vez el herbívoro utiliza
el 90% de esa cantidad que recibió para sobrevivir, y en caso de servir de alimento a algún
carnívoro éste, sólo podrá utilizar el 10% de la cantidad que recibió el herbívoro (Figura 32)
Ecología molecular
Por lo tanto, uno o más de estos enfoques han entrado, por ejemplo, en fisiología,
especialmente a través de la termodinámica de redes (Imai, 1996) y Mikulecky (1991) y el
análisis de procesos de envejecimiento, por ejemplo, en células (Riggs, 1993). Los psicólogos
también han retomado los conceptos en el análisis del habla u otra comunicación. Mientras
tanto, los estudios sobre organismos, a través de la embriología y la fisiología, por un lado,
sirven para ilustrar los principios de sistemas relativamente simples, pero, por otro lado,
también nos dicen cuán problemática puede ser una interpretación termodinámica de los
resultados.
Tabla 2. Los niveles clásicos de estudio y complejidad de la Ecología, los métodos cómo se han enfrentado
tradicionalmente y las propuestas de la Nueva Ecología
Figura 35. Marcadores genéticos
Aceptar la opinión de que los sistemas vivos pueden ser tratados como estructuras
disipativas, de acuerdo con la hipótesis de Prigogine y Wiame (1946), hace que sea
interesante establecer, si es posible, equilibrios de entropía para organismos enteros o partes
de estos.
Los estudios sobre plantas, o más bien partes de plantas, es decir, hojas de soja y
roble, hojas de plantas caducifolias (no especificadas) y ramas de coníferas (Aoki, 1989), en
general muestran que los balances de entropía en estas partes de las plantas son negativos,
aunque la actividad nocturna difiere de la del día. Esto tal vez no sea tan sorprendente cuando
se trata de la fotosíntesis y, por lo tanto, la captura de formas de energía de baja entropía y
alta exergía, como la radiación. Se han realizado estudios similares donde se ha utilizado el
principio de máxima entropía para el análisis de plantas y vegetación (Franklin et al., 2020).
Los estudios citados junto con la técnica y las observaciones de Luvall y Holbo (1991)
constituyen una plataforma importante para futuros estudios termodinámicos de vegetación.
Algunos estudios se han llevado a cabo en animales, como lagartos (Aoki, 1988),
ciervos de cola blanca (Aoki, 1987), e incluso humanos (Aoki, 1994). Los estudios en
animales muestran que el flujo neto de entropía hacia el animal es negativo. El tamaño
también puede desempeñar un papel importante, ya que se debe esperar que la producción de
entropía específica sea menor para los animales grandes. Calculando la producción de
entropía específica para ciervos y comparándola con un lagarto, muestra un valor para el
ciervo de solo 1/21 del valor del lagarto.
Exergía en ecosistemas
Las diferentes formas de exergía, cuatro en total, se han probado varias veces en
relación con estudios de modelización de lagos poco profundos principalmente daneses y
también de algunos lagos y estuarios europeos. Los resultados mostraron que los cambios
estructurales en los ecosistemas durante la evolución y el desarrollo de las sociedades de
fitoplancton en particular suelen ir acompañados de un aumento de la exergía, aunque es
probable que se produzcan tendencias decrecientes en el período de transición. Además, las
especies ganadoras, o constelación de la misma, son las que pueden demostrar la exergía más
alta calculada. Además, una diferencia en los valores de exergía al evaluar el comportamiento
de dos de las expresiones propuestas, la exergía clásica e interna, solo fue notable durante los
cambios abruptos del ecosistema.
Degradación de la exergia
Las técnicas utilizadas en la estimación de la degradación de la exergía en los
ecosistemas (vegetación) han sido desarrolladas por Luvall y Holbo (1989), a finales de los
años 80. Explicado de manera sencilla el gradiente de exergía impuesto a los ecosistemas en
forma de radiación solar es utilizado por las plantas para la fotosíntesis, que es una actividad
dominante o primaria de cualquier ecosistema.
En un caso ha sido posible estimar la exergía degradada por algunos de los ecosistemas más
grandes del mundo, el Amazonas, el centro y este de los Estados Unidos, Asia y el Sahara,
por datos de satélites, es decir, datos de teledetección.
Las actividades observadas se comportan como se espera y muestran que cuanto más
avanzados son los sistemas, mayor es la evapotranspiración. Mientras que las selvas
amazónicas son capaces de absorber el equivalente o un poco menos que el Sahara, gran parte
de la radiación solar entrante se utiliza para la producción, como lo indican los datos de
evapotranspiración (70%) en comparación con el 2% del Sahara. Como consecuencia, de la
evapotranspiración, los ecosistemas más maduros, por ejemplo, las selvas tropicales, pueden
bajar la temperatura hasta en 25°C en comparación con el entorno.
Durante mucho tiempo se creyó que la selección era la principal fuerza que mantenía
la variación fenotípica y genotípica. Sin embargo, a partir del desarrollo de nuevas técnicas
para el estudio de la variación a nivel ADN y proteínas se inició de manera formal el estudio
de la evolución a nivel molecular.
Los resultados demostraron que la mayor parte de la variación al nivel molecular no
es mantenida por la selección tipo darwiniano (selección adaptativa o positiva), sino resultado
de un balance entre la deriva génica y las mutaciones neutras a casi neutras.
Mientras ese pH se mantiene dentro de unos límites adecuados, la vida sigue su curso
de manera normal. Cuando el pH varía fuera de esos límites, se produce un desequilibrio,
causando problemas para el normal desarrollo de la actividad y llegando a poner en peligro la
vida en ese ecosistema.
Los suelos que están cercanos al pH neutro (7) ofrecen los beneficios de tener en
general la mayor disponibilidad de nutrientes. Los organismos que habitan en el suelo son
importantes para la degradación de los materiales orgánicos que servirán posteriormente
como abono. Estos organismos trabajan mejor en un pH por encima de 6,0. Las lombrices de
tierra prefieren el pH por encima de 6,5. Un pH por debajo de 6,0 disminuye la fijación de
nitrógeno, haciendo más lenta la descomposición de la materia vegetal.
pH en ríos y lagos
El agua de los lagos, lagunas y ríos sanos tiene un pH entre 7 y 8. La mayoría de los
peces tolera el agua con pH entre 6 y 9. Los peces generalmente mueren en pH más bajos y
más altos. Los sapos y otros anfibios son más sensibles al pH que muchos peces. Es por ello
que el estudio de anfibios se utiliza como parámetro básico en el estudio de la calidad
medioambiental del agua de ríos y lagos. La lluvia ácida ayuda a acidificar el pH del agua
dulce de lagos y ríos.
pH en mares y océanos
Los océanos regulan el clima, ayudando a producir la lluvia necesaria para que haya
agua en los ríos. La vida en la Tierra simplemente no existiría sin los océanos. Más de la
mitad del oxígeno que respiramos es producido por el fitoplancton del océano. Los “bosques
azules”: praderas marinas, humedales y manglares, absorben más CO2 que los bosques en la
Tierra. Estos bosques azules son vitales para el clima en el planeta. El mar es un medio
ligeramente alcalino. El pH del agua oceánica está entre 7.5 y 8.4.
La acidez o alcalinidad (base) del cuerpo se puede medir por medio de la sangre, orina
o saliva. El nivel idóneo del pH en la sangre debe oscilar entre 7.35 y 7.45, pero la
contaminación atmosférica, los malos hábitos alimenticios o el estrés acidifican el cuerpo y
alteran ese pH, la sangre reacciona y roba los nutrientes que necesita del resto de órganos
vitales para compensar el desequilibro.
Importancia de la nutrición
Los alimentos se clasifican según el efecto que tienen dentro del cuerpo después de la
digestión y no según el pH que tienen por sí mismos; así, el sabor no es un indicador del pH
que pueden generar dentro del organismo, como es el caso de los cítricos que a pesar de saber
ácido, tiene un efecto en el organismo completamente alcalino (básico).
Los alimentos ácidos y alcalinos son los responsables de los procesos metabólicos y a
la vez son necesarios como mecanismos de defensa para evitar enfermedades. Para lograr una
buena salud, es necesario mantener un equilibrio en el consumo de ambos.
Alimentos alcalinos
Alimentos ácidos
Conclusiones
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