Resumen Final de Teoria 3 2023

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Anana

RESUMEN TEORÍA PSICOANALÍTICA III 2021

UNIDAD 1: RETORNO A FREUD. LOS TRES REGISTROS.


El curso de la enseñanza de Lacan lo abordamos desde los seminarios, entre 1953 y 1981. Así, vamos a
pensarlo no como “Lacan dijo”, sino donde y cuando. Primero habla sobre lo imaginario, y luego se da
cuenta de la importancia de lo simbólico, hasta llega a afirmar su predominio por sobre lo imaginario.

Así, la clave para estudiar Lacan será tener en cuenta esta primera preminencia de lo imaginario (entre
’32 y en ’55), donde se desarrollan conceptos como el estadio del espejo. Luego, entre ’55 y el ’75,
aparece la primacía de lo simbólico, proclamándose freudiano y haciendo hincapié en la importancia de
un retorno a Freud. Finalmente, a partir del ’75, Lacan pone el acento en lo real, que encuentra su estatuto
en el nudo borromeo y la invención del objeto a (la única invención lacaniana).

Fechas importantes:

1. 1936: estadio del espejo.


El detonante de su interés por la función del yo es su propia tesis sobre la paranoia. Lacan critica
a los postfreudianos por, entre otras cosas, el fracaso del análisis en relación a la psicosis, y se
manifiesta en desacuerdo con la concepción del yo: a saber, como un sistema
percepción/conciencia. Es decir, difiere con la concepción freudiana del yo (el primer punto de
separación respecto a Freud); Freud dice que el yo tiene como función la percepción, pero Lacan
dice que el yo tiene una estructura paranoica, y no solo en las psicosis paranoicas. Es decir,
argumenta que el yo está siempre en referencia a otro, un semejante.
De esta forma, el yo no tiene otra opción que constituirse acomodándose, identificándose, con la
imagen del otro, acordando que ese otro es una parte importante de su libido. El estadio del
espejo intenta explicar la constitución del yo justamente a través de esta identificación con la
imagen, de modo que, en este estadio o fase, se constituyen 3 aspectos: el yo, el otro y la
realidad.
Esta génesis del yo como dividido, como alienado a un otro, le causa sufrimiento al yo, atenta
contra su pretensión de “yo es yo”, contra su susceptibilidad (narcisismo primario). Le recuerda
constantemente su insuficiencia y su origen necesariamente alienado. Frente a esto, la alteridad
aparece como persecutoria, y el objeto, por ser otro, es fuente de insatisfacción. Todo objeto que
venga a recordarle esta insuficiencia propia, tendrá valor de objeto persecutorio (el otro). El otro
es siempre potencialmente alguien que puede producir un debilitamiento, una fractura, en la
imagen yoica. Por eso, la “estructura paranoica del yo” debe entenderse como la consecuencia
del desconocimiento de este origen alienado a la identificación con la imagen del otro.
2. 1953: comienzo de los seminarios. En este año se da la producción del S.I.R., es decir, los tres
registros: simbólico, imaginario y real. Es presentado por primera vez en el ’53, pero se consagra
recién en el seminario 22 y 23.
Luego, ejecuta el “retorno a Freud” en una conferencia del ’55, que se lee en “la cosa freudiana”
en escritos 1. Se autoproclama como freudiano, crea una escuela y retoma los casos de Freud,
para argumentar su ternario S.I.R: los registros esenciales de la realidad humana. De modo que
hay una estrecha relacion entre los casos clínicos de Freud y el ternario de Lacan.
Crítica a los postfreudianos: entendían que la segunda tópica freudiana (yo, superyó y ello)
implicaba un progreso y superación de la primera (icc, pre-cc y cc), dejando de lado el
descubrimiento más importante de Freud: el inconsciente.
En este retorno a Freud, Lacan hace una nueva lectura, tomando aportes de la lingüística de
Saussure (signo lingüístico, significante y significado) y Jakobson (metonimia y metáfora),
desde un punto de vista estructural. Así, articula la famosa frase “el inconsciente está
estructurado como un lenguaje” (unidad 3, predominio de lo simbólico). Esta frase quiere decir
que el lenguaje, en tanto simbólico, es la condición de icc, que el icc es un saber y depende de lo
simbólico. Lo que se descubre en el análisis del icc es toda la estructura del lenguaje.

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Estas concepciones llevan a Lacan a considerar al sujeto como algo diferente al yo: el sujeto no
es el yo, porque el sujeto es indisociable del lenguaje y su estructura, del significante y sus
efectos. Según Lacan, el sujeto es sujeto de lenguaje, es efecto del significante, en la medida en
que nace y enseguida se ubica en una cadena de stes, porque el lenguaje preexiste a todos. El
sujeto se constituye en relación al Otro del lenguaje, quien tiene los significantes y permite su
entrada al universo del lenguaje. Este Otro está en posición de mediación en la relación con el
semejante, el otro con minúscula. El sujeto es habitado por un saber que no sabe (eso que se
habla en él, los stes que lo marcan), de forma que este sujeto es también llamando el “sujeto del
inconsciente”.
Al pensar la teoría freudiana desde los tres registros, Lacan cambia la significación de conceptos
establecidos, como el yo o el inconsciente (en “los conceptos fundamentales del psicoanálisis”
habla del icc freudiano y el suyo), introduce nuevas formas para la práctica analítica (sesiones
que no estén estipuladas por un reloj, la importancia de sancionar formaciones del inconsciente y
no cerrar nunca un signo, es decir, no darle una explicación a los stes) y tmb desligó la pulsión
del aspecto orgánico, entre otros aportes.
Durante el 63 crea el objeto a, y más adelante, en el 73, crea el aforismo “no hay relación
sexual”.
3. 1975: presentación de los nudos. En este momento se produce la unión entre los tres nudos
borromeos y las tres dimensiones del S.I.R. Para Lacan, hay una equivalencia de lo real, lo
simbólico y lo imaginario, cada una es una consistencia, un cuerpo. El nudo borromeo sirve para
anudar RSI: los tres registros son una invención lacaniana, que Lacan usa para pensar la teoría
freudiana, promoviendo una lectura crítica y una investigación minuciosa.

Retorno a Freud: Lacan critica a los postfreudianos, argumentando que malinterpretaron conceptos
freudianos y que, incluso, hablaban de cosas que Freud nunca había dicho. La crítica va especialmente a
la escuela inglesa y a la americana, la del yo. Muchas veces lacan encuentra, leyendo a Freud
detenidamente, que muchos conceptos donde estas escuelas se basaban eran descalificados por el mismo
Freud, como el concepto de pulsión. En el caso de la escuela americana (Anna Freud), también criticaba
su idea de “fortalecer al yo”, cayendo en una moralización del yo. Más adelante lacan va a demostrar que
el yo parece que no es tan autónomo como se pensaba.

Lacan apela al estructuralismo, a la lingüística y a otras disciplinas para pensar el retorno a Freud, para
poder separar lo imaginario de lo simbólico. Busca que en la práctica se deje de operar desde lo
imaginario, el eje del yo en el esquema lambda (eso termina en una moralización, al introducir
significados propios para interpretar conductas de un paciente), sino que se le permita un lugar a la
palabra en tanto significantes. Nosotros debemos escuchar y puntuar significantes, no meter significados.

Dos momentos de retorno a Freud y la primacía de lo simbólico: en el ’55 (conferencia en Viena,


seminario 3 más o menos), otros dicen en ’53 (la cosa freudiana).

Propuesta: Debido a que el psicoanálisis debe su estatuto de disciplina científica a los descubrimientos de
Freud, la propuesta de Lacan es retomar los conceptos teóricos que el capo de los capos forjó; es decir,
volver a la historia que tienen esos conceptos en la obra de Freud (una reflexión de los fundamentos de
dichos conceptos, situarlos y preguntarse por las preguntas que Freud intentaba responder, y ver si hoy
por hoy esas respuestas siguen vigentes para las preguntas que nos hacemos hoy). Toma dos conceptos
importantísimos pero olvidados: inconsciente y sexualidad.

Función y campo del lenguaje, pp. 241: “Esta metáfora basta para recordarnos que la palabra, incluso en
el extremo de su desgaste, conserva su valor de tésera (una ficha de metal que sirve de boleto de entrada
en la antigua roma; es intercambiable). Incluso si no comunica nada, el discurso representa la existencia
de la comunicación; incluso si niega la evidencia, afirma que la palabra constituye la verdad; incluso si
está destinado a engañar, especula sobre la fe en el testimonio. Por eso el psicoanalista sabe mejor que
nadie que la cuestión en él (el psicoanálisis) es entender a qué parte de ese discurso está confiado el

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término significativo. El analista debe operar así: tomando el relato de una historia cotidiana por un
apólogo que a buen entendedor dirige su saludo, una larga prosopopeya por una interjección directa, y un
simple lapsus por una declaración harto completa, y aún el suspiro de un silencio por todo el desarrollo
lírico al que suple”. En esta frase, Lacan dice que hasta un suspiro puede ser fundamental, siempre y
cuando el analista sepa distinguir donde surge la palabra plena y la vacía. El analista debe ser cuando
intervenir y cuando dejar pasar las cosas. La puntuación afortunada del analista constituye el sentido de lo
que esté diciendo el paciente; el sentido de lo que uno dice lo determina la reacción del otro, cómo lo
tomen los demás. Esto se ve después con la frase “el sujeto recibe del analista su mensaje de forma
invertida”. Por esta razón no debemos cerrar signos, sino permitir su asociación y su desarrollo propio.

En esta época, el análisis era una relación intersubjetiva. El análisis apunta a la realización del sujeto,
alcanzar al reconocimiento del Otro y un saber del deseo respecto al Otro. La palabra realización tiene
que ver con el deseo, con la palabra plena con la que él puede acercarse a su deseo. Apunta a la relación
simbólica entre el sujeto analizado y su Gran Otro. Hay dos sujetos: el analizado y el analista. En este
momento piensa que la palabra plena dice algo del deseo (después dice que no, que el deseo es
incompatible con la palabra).

Concepción del psicoanálisis desde Lacan: debería ser la ciencia del lenguaje habitada por el sujeto.

Apuntes de la clase de Pilar que valen la pena mencionar:

Lacan fecha el inicio de su enseñanza en el ‘53, con los seminarios. En este año, lo que pasaba a nivel
epistémico era la revolución estructuralista: en 1949 Levi Strauss (fundador de la antropología
estructural) publica “las estructuras elementales del parentesco”. Este autor se basa en la lingüística
estructural de Saussure. Estos autores influencian en la forma en que Lacan se va a acercar al
psicoanálisis:

⮚ Saussure: la lingüística estructural viene en respuesta a una pregunta filosófica ¿qué relación
hay entre las palabras y las cosas? ¿Los objetos materiales tienen una esencia que la palabra
logra capturar? Este autor dice que las palabras y las cosas no tienen ninguna relación, dice
que la elección de las palabras es aleatoria, y que no hay nada en el objeto que determine la
forma en que nombramos las cosas. Las relaciones las encontramos en el universo del
lenguaje. Si queremos entender las relaciones, vamos a quedarnos solamente en el universo
de las palabras; dentro de este universo, se encuentran elementos como el signo lingüístico,
que a su vez está compuesto por el significado (sdo, es el concepto) y el significante (Ste, es
la imagen acústica, la palabra en sí). El signo lingüístico adquiere valor en cadenas de
signos lingüísticos, siempre tenemos que escucharlo en contexto con las palabras que lo
suceden. Ejemplo del árbol, que adquiere su valor de signo lingüístico por la relación que
tenga con los otros signos lingüísticos. Si le agregamos “genealógico”, cambia el
significado. Lacan toma esto, pero le otorga protagonismo al significante, argumentando que
el signo lingüístico adquiere valor dentro de una cadena de significantes. Lacan se sirve del
significante, que es el determinante, lo va a escribir así Ste/sdo (como en fracción). Lo que
hacer es invertir los lugares, dice que el significado está determinado por el significante. La
palabra en sí misma no tiene valor, sino que determina su significado en función de la
cadena donde esté ubicado, su contexto en la oración.
⮚ Levi Strauss: antropología estructuralista. Se pelea con las teorías de la antropología
evolutiva, quien toma los aportes de Darwin (dicen que la cultura evoluciona desde lo
salvaje a lo civilizado). Levi dice que es posta que en distintas cultural hay diferencias
importantes, pero esas manifestaciones pueden parecer irracionales e infantiles, pero hay
que entenderlas en el marco de la estructura a la que pertenecen. Si desconocemos la
estructura en la que se encuentra, nos va a parecer una boludez, pero si tenemos en cuenta la

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estructura, todo va a tener sentido y un porqué. Lacan toma de esta antropología la idea de
estructura 🡪 leyes simbólicas que ordenan y regulan las formas de manifestación en cada
cultura. Extrapolando a Freud: cuando analizamos un sueño, por ejemplo, parece irracional
a la conciencia, pero en la lógica del icc tiene todo el sentido del mundo. Hay que descubrir
las formas que gobiernan en funcionamiento de la estructura y sus manifestaciones. Lacan
saca la idea de que las manifestaciones del icc tienen una lógica, leyes que lo gobiernan.

“El inconsciente está estructurado como un lenguaje”

Esta es la forma que tiene Lacan de oponerse a las dos corrientes psicoanalíticas dominantes en
su época, quienes le daban más importancia a la instancia psíquica del yo, buscando dominar, hacer
consciente o mantener alejado al icc. Se quedaron con el aspecto inaccesible del icc. Lacan plantea que lo
inconsciente siempre busca salir a la superficie, como decía Freud, y dado que está estructurado como un
lenguaje, se manifiesta activamente a través de las formaciones del icc: chistes, lapsus, sueños, olvidos,
etc. Estas manifestaciones fueron descubiertas por Freud y se manifiesta por medio de palabras. Lacan
llama la atención en este primer Freud y sus casos clínicos. El inconsciente está estructurado y responde a
leyes, y dichas leyes se corresponden a las palabras, al lenguaje.

Esto se relaciona con lo mencionado por Lacan en “función y campo de la palabra”, a saber, la palabra
vacía y la palabra plena. Esta última irrumpe en la cadena de la primera, y ahí es cuando se manifiesta en
verdadero sujeto icc. Palabra vacía: si intervenimos acá solo seguimos manejándonos en el plano
imaginario. Pero si sancionamos cuando surge la palabra plena, el icc, ponemos llegar a tocar el registro
simbólico. Acá no tenemos que hacer un intercambio de yo a yo, sino ocupar el lugar del Otro. Esto se
aclara más adelante mepa.

S1-----------------S2

Doble origen del yo en tanto alienado a la palabra y a la imagen:

Los seres humanos no nacemos con un yo, sino que se construye en el momento de la constitución del
yo/narcisismo. Antes de la existencia de un yo, hay autoerotismo, es decir, una experimentación de
sensaciones vivas de modo anárquico en el propio cuerpo. Pero cuando el bebé llega al estadio del espejo
(6-18 meses), todas estas sensaciones separadas se unifican en torno a una imagen, la imagen del yo. Es
decir, se pasa de un autoerotismo a un narcisismo.

Este yo es una imagen que me viene del Otro al momento de los cuidados primordiales (por nuestra
calidad de prematuros), haciendo que todo lo que nos digan en ese momento (“mi princesita”, “bonito
como tu padre”) se ponga a trabajar con las sensaciones placenteras que nos proporcionan dichos
cuidados, constituyendo la alienación del yo al lenguaje/significantes del Otro.

Así, Lacan vuelve a estudiar a Freud. En el texto de “el narcisismo” se menciona la constitución del yo,
en base a esto, Lacan dice que los seres humanos tenemos una doble alienación que nos constituye como
tales:

● A la imagen unificada que nos devuelve el espejo (registro imaginario, permite la constitución
del yo ideal). Esta alienación nos permite un sostén para el yo en desarrollo, y nos da la imagen
de nosotros mismos, la representación mental del propio cuerpo 🡪 U2
● A las palabras, a los significantes que nos vienen de los otros (registro simbólico, permite la
constitución del ideal del yo). Esta alienación ocurre en la medida que venimos al mundo a

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ocupar un lugar en el discurso del Otro, en su deseo. Ese Otro dice cosas de nosotros, y son
constitutivas del sujeto 🡪 U3

Por esta doble alienación, tenemos el yo en tanto imagen unificada, y el yo (je) en tanto discursivo; c/u
corresponde a un registro diferente que constituyen al sujeto y su realidad. También destaca que esta
doble alienación es la que nos diferencia de los animales, y en parte está facilitada por nuestra condición
de prematuros al nacer.

Importancia de la palabra en Lacan:

Debemos reparar en algo obvio: lo único que tenemos para el análisis es la palabra del paciente, y esa
palabra llama a una respuesta. Toda palabra llama a una respuesta, en el sentido de que siempre está
dirigida a alguien. El trabajo del analista es escuchar esta palabra y dar una respuesta, siempre y cuando
se haya registrado y sancionado, es decir, que quede en evidencia que se ha dicho una palabra. Dicha
palabra tiene la particularidad de dar cuenta de la verdad del sujeto, por eso es importante escucharla.

⮚ Lenguaje: se refiere a todas las palabras, el código compartido, que se ubica en el eje imaginario.
Es el “bla bla bla”. Es la palabra vacía, donde habla el yo.
⮚ Palabra: refiere a lo singular, lo propio de un sujeto en particular. Esta aparece enunciada por el
sujeto del icc, el sujeto barrado. Es la palabra plena, dentro del eje de lo simbólico.

La relación es que, dentro de todo el lenguaje, del discurso vacío del yo, aparece la palabra plena, el
sujeto inconsciente, y es ahí donde el analista debe sancionar y demostrar que el yo no se puede hacer el
boludo. Debe marcar que ahí se dijo una verdad, la verdad del sujeto. Cuando se devuelve esta
observación, se convierte en palabra plena, cortando el registro de lo imaginario, poniendo en evidencia al
sujeto icc. Esa palabra distinta resignifica todo lo que dice el paciente, y eso es lo que implica el análisis
según Lacan: “entre el paciente y el analista, se encuentra el icc”.

Agresividad, frustración y regresión.

En Freud, cuando plantea la segunda dualidad pulsional (de vida y de muerte), están mezcladas todo el
tiempo. A la pulsión sexual a veces se le niega la descarga en la realidad, y entonces se produce una
represión, porque la pulsión o se descarga o se reprime en el icc (algún destino tiene que tener). Cuando
se reprime se produce una desmezcla pulsional, es decir, parte de la pulsión de vida queda reprimida (le
restamos lo sexual) y queda más pulsión de muerte. Queda frustración. La agresividad se produce por una
desmezcla pulsional, por el incremento de pulsión de muerte, que tiene como destino la regresión (volver
al estado inanimado).

En Lacan, estos tres conceptos responden a otra cosa. Pensado desde lo simbólico, la frustración es
inherente al sujeto, porque nosotros no podemos dar cuenta de nuestro ser si no es por medio de la
palabra. Pero todas esas palabras no alcanzan para describir a mi ser completamente y de forma acabada.
La introducción del infans en el universo del lenguaje lo vuelve un humano, pero implica una falta, lo
cual genera frustración. En otras palabras, hay algo que no llega a ser simbolizado, las palabras no me
llegan a describir del todo, pero es la única forma que tengo para explicarme a mí mismo. Lo mismo
ocurre con la imagen. No logra dar cuenta de mi ser completamente.

Para acceder a ser humanos, necesitamos ser alienados dos veces, pero siempre queda un resto que no
llega a ser simbolizado. Esto es lo que permite la introducción del registro de lo real. Lo real es aquello
del ser que no logra ser capturado ni por las palabras ni por las imágenes (ni por lo imaginario ni lo
simbólico). ¿Qué es lo frustrante? Que lo único que tenemos son esas imágenes y palabras que vienen del
otro. Mientras más nos acercamos a eso que viene del Otro, más nos alejamos de nuestro ser. Con esto,
Lacan propone tener cuidado con lo que se afirma en el análisis, porque mientras más se parezca a lo que

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los otros dicen de él (el paciente), el ser se manifiesta y se siente atacado, se genera agresividad. La
frustración genera agresividad.

Tres Registros de la Realidad Humana:

La realidad se divide en tres órdenes, lo real, lo simbólico y lo imaginario. Lo simbólico está más cerca de
lo real que lo imaginario. Para abordar un análisis, tenemos que entrar por el lado de lo simbólico, porque
por lo imaginario solo hay frustración, bronca, etc. Lo real es inaccesible y solo lo simbólico se le acerca.
Por esta razón debemos, como analistas, ocupar el lugar del Otro.

Introducción del Gran Otro: Esquema Lambda.

La palabra plena va en el eje simbólico, y la palabra vacía en el eje imaginario. Esquema constituido por 4
elementos:

❖ (Es): el Sujeto para Lacan. En Freud sería el ello.

❖ a’: otro, el semejante.

❖ A: Otro; tesoro de los significantes.

❖ a: el yo (imaginario).

El eje simbólico se representa donde dice inconsciente, y se cruza con el eje imaginario. Se puede ver la
diferencia entre el sujeto icc (Es) y el yo imaginario (a), y como estos dos se forman en función de los
otros (resto, semejantes, wannabe).

Aun así, hay Otro primordial que determina con sus palabras, que calan profundo y marcan al sujeto, lo
identifican/se identifica. En función de eso, la vida del sujeto en cuestión se irá constituyendo de modo
particular, y esa persona que me dijo algo tan importante, que me significó, pasa a ser un gran Otro.
Desde este lugar del deseo del otro, se va a condicionar la forma en que el resto del esquema se
constituya, es decir, el entrelazamiento que hay entre lo imaginario y lo simbólico. En la constitución
subjetiva hay siempre un entramado; esa imagen de nosotros mismos se establece en la trama deseante
que viene de Otro que ofrece los cuidados.

Somos ese cúmulo de identificaciones que fuimos recolectando a lo largo de la vida.

El yo se crea a partir de esas palabras e imagen que me dieron mis padres. El yo es un objeto que viene
del Otro, que se libidiniza y termina creando una identificación a la cual el sujeto de abraza. Lacan
propone que en el análisis tenemos que escuchar al Otro y su armado simbólico, manifestado en lapsus,

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etc. (sujeto icc); ver qué lugar tiene en su contexto y cómo formó su cadena de significantes. Lo central es
el eje simbólico: Lacan propone escuchar algo de eso que queda por afuera de las palabras en la
significación que se hizo, tratar de ver lo real en la medida que es lo que está más cerca de la verdad del
sujeto, su ser. Pero como no se puede acceder a este registro, lo simbólico aparece como mejor opción
para abordar lo real (es la mejor opción porque el sujeto del icc se construye por el Otro).

UNIDAD 2: EL ESTADIO DEL ESPEJO. LOS IDEALES.


Según el programa 2021, en esta unidad nos vamos a enfocar en el registro imaginario.

Lacan, en los textos “acerca de la causalidad psíquica” del ’46 y “el estadio del espejo como formador de
la función del yo” del ’49, se pregunta básicamente por el yo, ¿Qué es el yo?

Para responder esto, define lo que es lo NO yo:

1. no es el organismo biológico, en la medida que el yo es más que un cuerpo, y encima no todo el


cuerpo es captado por el yo (no sabemos la cantidad de glóbulos rojos que tenemos, o si el
hígado cumplió bien su función hoy). Es decir, no siempre está presente la totalidad del cuerpo,
sino solamente su capa más superficial. En el psicoanálisis no se habla de “ser un cuerpo” sino
de “tener un cuerpo”.
2. No es el ser, en la medida que el ser es extenso y solamente podemos hacer algunas capturas a
través del registro imaginario. Pero de forma acabada, nunca se logra captar totalmente el ser,
siempre hay algo que se escapa y eso permite la creación del registro real. Asegurar que el yo es
el ser, se desconoce lo inconsciente, el descubrimiento freudiano.

Una vez conceptualizado esto, Lacan dice que el yo es un sistema central de formaciones ideales, que
se construyen sobre la base de una imago. Es decir, el yo resulta del conjunto de identificaciones con
determinados ideales provenientes de los padres y otros, que se asientan en la base de una imago.
Retomando a Freud, Lacan dice que el yo viene de afuera, en tanto viene de esas ilusiones y expectativas
que los padres depositan en el bebé recién nacido (his magesty the baby). Esto es un golpe importante a la
subjetividad, pues parece ser que el yo, al venir de afuera, es lo menos yo que puede haber. Incluso, más
adelante, Lacan afirmará que “el yo es el otro”.

Así, el yo es siempre pensado como perteneciente al registro imaginario y es algo que se construye.

Por esta razón Lacan afirma que no debemos abordar un análisis desde lo imaginario, desde lo que el yo
dice que es, porque el yo es otro, y si analizamos ese aspecto, nos vamos a acercar cada vez más otro y
menos al sujeto. Por la via del yo (eje imaginario) nos vamos a adentrar más y más en el otro, el
semejante, porque el yo es el otro.

Estadio del Espejo:

Con el objetivo de explicar cómo se da la constitución del yo, Lacan desarrolla este estadio o fase del
espejo, indicado alrededor de los primeros 6 y 18 meses de vida. Basándose en “Introducción al
Narcisismo” de Freud, Lacan dice que hay un primer momento anárquico o de autoerotismo (pulsiones
parciales, el niño siente tensiones y descargas). Pero todas esas pulsiones fracturadas se unifican en un
punto de la vida, y son unificadas alrededor del primer objeto, a saber, el yo. Este es el pasaje del
autoerotismo al narcisismo.

El estadio del espejo refiere al momento en que un niño se ve reflejado en un espejo, y responde con
gestos de júbilo ante esta imagen. Esto es lo que, según Lacan, nos diferencia de los animales y es
permitido principalmente por la prematuración que caracteriza a la especie humana. Estos gestos de júbilo

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significan que el niño logró identificar/se a dicha imagen, que constituye una Gestalt (en tanto le ofrece
una imagen de totalidad, de perfección, una imagen unificada, que todavía no tiene a causa de su
condición prematuro), que se constituye como una anticipación de sí mismo. Esto implica una distancia
ente la Gestalt y lo que el verdadero cuerpo puede lograr; el niño descubre que está fragmentado a partir
de su encuentro con la Gestalt (pensar en tiempos lógicos del psicoanálisis).

Más adelante, en “Observaciones del Informe de Daniel Lagashe”, Lacan agrega que el niño, al verse en
el espejo, busca la mirada del Otro para que confirme su identificación. Esta identificación con la imagen
forma una “imago”, y es la base para el resto de las identificaciones, otras imágenes ideales, a lo largo de
la vida.

Este yo es un yo especular, en el sentido de que es la identificación con la imagen del espejo, y le permite
al yo una ortopedia: el yo especular es pensado desde Lacan como una prótesis para el yo pulsional,
fragmentado. Esa imagen viene a cumplir la función de bastón para ese yo inmaduro a causa del control
motor torpe; viene a ofrecerle consistencia para que se desarrolle.

Aclaración (no sé si entendí bien esto): Lacan retoma un concepto de otro autor, el “transitivismo”, y lo
pone a funcionar en el psicoanálisis: el transitivismo es ese fenómeno donde un niño le pega a otro, y
ambos lloran. Es decir, hay una confusión de yoes. Creo que el punto de todo esto es pensar al niño
confundiendo su yo con la imagen del espejo, antes de que pueda identificarse como el mismo (porque al
principio, en la imagen, ve a otro, otro niño).

IMAGO 🡪 es indispensable (permite una representación mental de mí mismo, dando lugar a la


edificación de futuras identificaciones con otros y los deseos de otros para con nosotros), pero esta imago
tiene la contracara de presentársenos como algo ajeno. De esta forma, se presenta la frustración porque,
así como las palabras no logran dar cuenta de la totalidad del ser, ocurre lo mismo con la imagen: no llega
a dar cuenta de la totalidad de las sensaciones que el niño experimenta. Siempre, durante toda la vida, va
a haber una inadecuación, una insuficiencia entre lo que siento y lo que me devuelve el espejo (ejemplo,
anorexia). A veces nos sirven de espejo los comentarios de los otros.

La forma en que se constituya el yo va a depender del discurso del Otro, de cómo lo describen y qué
esperan de él. Este lugar en el deseo del Otro, en su discurso, va a condicionar la imagen que tengamos de
nosotros mismos, es decir, se constituye el yo ideal, construido sobre la primera imago.

“Modelo Óptico” ’53, seminario.

Buscando explicar la construcción del yo y los ideales, Lacan retoma el tema del estadio del espejo,
pensado en el ’30. Lo esquematiza y luego lo complejiza en el texto “observación sobre el informe de
Daniel Lagashe” (1969, siete años después del seminario 1). En este texto, el del ’53, Lacan pone en
relacion el estadio del espejo con la triada S.I.R.

Para esquematizar el estadio del espejo, Lacan toma de la óptica la experiencia del ramillete invertido:

Acá, las flores que está escondidas debajo, y por efecto


del espejo cóncavo, el ojo ve que las flores están arriba,
en la boca del florero. Se produce una “imagen real”, se
comporta como un objeto de la realidad, es como un
arco iris. Es decir, el observador nunca ve las flores
reales, sino la imagen que produce el espejo cóncavo.
Para poder ver el efecto, el observador debe colocarse en
una posición particular.

Lacan se basa en esta experiencia y de los conceptos de


imagen real e imagen virtual, pero cambia algunos
aspectos:

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En primer lugar, mueve el ramillete a la parte visible, y esconde el florero. Esto lo hace porque piensa que
el florero metaforiza mejor el cuerpo. Si se piensa en el estadio del espejo desde esta propuesta, lo que no
se integra en dicho estadio es el cuerpo, y el sujeto lo ve como un jarrón divino con flores adentro. Las
flores son las pulsiones, los instintos y tensiones que siente el niño. Todo esto es, en palabras de Lacan,
un montaje metafórico que sirve para explicar el estadio del espejo, es decir, la constitución del yo y de la
imagen especular.

So… elementos del esquema:

⇒ Flores o ramillete: representa la pulsión y los deseo, los objetos de deseo que se pasean.

⇒ Ojo: representa al sujeto, ubicado en el orden simbólico (en tanto sujeto virtual, reflejado en el
espejo plano).
⇒ Florero: es el cuerpo en tanto organismo. La idea de emparejar el cuerpo con el florero es porque
no hay un cuerpo que integre todas las pulsiones y todos los objetos pulsionales, que es lo que el
estadio del espejo viene a mostrar. En este momento, adviene una imagen de totalidad que
unifica las pulsiones parciales e independientes entre sí, para ponerse al servicio de esta Gestalt.

Respecto al cuerpo, es importante diferenciar algunos aspectos. En el cuerpo orgánico se experimentan


sensaciones separadas de tensiones y descargas. Son, lo que en más adelante, será nombrado como
“necesidad”. Estas necesidades son interpretadas por el Gran Otro que lo cuida, y mediante sus
interpretaciones comienza a crean un borde donde se incluyen objetos que responder a la ahora llamada
demanda pulsional del niño (es el pasaje de la necesidad a la demanda). Este cuerpo interpretado ya no es
el cuerpo orgánico, sino el cuerpo erógeno o pulsional, quien se va constituyendo entre lo pulsional y los
bordes que nos da este Otro. El Gran Otro termina por organizar la satisfacción de las tensiones. En el
esquema, el cuerpo erógeno está representado por el florero conteniendo a las flores, es decir, por la
imagen real que ofrece el espejo cóncavo.

Lo esencial de este texto es que Lacan, por primera vez, ubica al sujeto (diferente al yo). No habla de niño
o cuerpo, sino sujeto sin barrar. Recién en el informe de Daniel introduce el Sujeto barrado.

Usando como base la triada S.I.R., Lacan ubica al florero (el cuerpo) en el registro real, en tanto es
inaccesible a la mirada, el sujeto no llega a verlo, sino que ve el efecto de los espejos. El ojo, el sujeto, se
ubican en el registro simbólico, en tanto tiene un lugar simbólico (determinado por el orden simbólico). Y
este sujeto nunca va a tener aprehensión más que imaginaria de su cuerpo. Es decir, el cuerpo real se
pierde en el estadio del espejo (no pienso en cuantos glóbulos rojos tengo), de modo que la imagen real, el
producto del cóncavo y, por ende, una ilusión óptica, queda entre el ojo (sujeto) y el espejo.

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RESUMEN TEORÍA PSICOANALÍTICA III 2021

Un mes después, Lacan introduce el espejo plano, dando lugar al modelo óptico presentado en el informe
de Daniel. En este modelo, el ojo/sujeto solo puede ver la imagen que refleja el espejo plano ¿qué ve en
él? La imagen virtual de la imagen real.

“De la inclinación del espejo plano, depende que veamos más o menos perfectamente la imagen” Lacan
dice que el espejo plano representa al Gran Otro, el Otro simbólico, el espectador, la madre que le dice
“que lindo sos”. La inclinación del espejo plano será guiada por la voz del Otro, sus dichos y decires. De
modo que, el ojo/sujeto se ve en lo que el espejo plano/Otro le refleja; si por arte de su voz el espejo
queda inclinado, el efecto puede no producirse. El estadio del espejo no es para todos.

El Gran Otro determina el lugar del sujeto (lo ubica en un discurso previo a que el niño nazca) y también
al sujeto virtual (esa imagen virtual de la imagen real del florero/cuerpo). Intenta explicar cómo lo
simbólico (el Otro) determina lo imaginario (la imagen propia).

SV: Sujeto Virtual. Se ubica en el espacio abierto por el espejo plano. Acá se ubica el ideal del yo. En el
informe de Daniel, en lugar de SV hay un “S,I”. La imagen virtual pasa a ser el sujeto no barrado y en el
ideal. Es eso que intentamos alcanzar y nunca alcanzamos. El sujeto virtual es la imagen que vemos en
los espejos cotidianos.

¿qué permite la introducción del espejo plano? Definir el yo ideal y el ideal del yo.

Siguiendo esta lógica, y teniendo en cuenta la primacía de lo simbólico, todos los stes que ofrece la madre
en tanto Gran Otro, es lo que permite la construcción de la imagen. Es decir, el ideal del yo que le viene
de la madre va a determinar el yo ideal.

En casos de adicciones o en cuadros de borde, por ejemplo, la imagen ideal se produce a partir de dichos
injuriantes de la madre (la cucaracha, la muñeca, linda pero tonta). La imagen del yo ideal cae de por sí,
por efecto del Edipo como dice Freud (frustración amorosa, uno no es el objeto de amor único de la
madre, el falo imaginario), pero cuando el yo ideal está formado en base a enunciados injuriantes, es muy
difícil hacerlo caer. Hay que hacer caer los dichos de la madre, esas palabras que vinieron del discurso del
Otro. Esta forma de constitución del yo ideal tiene como consecuencia la complicación a la hora de
constituir su deseo. Uno necesita recibir ideales, pero deben caer para dar lugar al deseo propio.

Seminario 1, pp.214: “la relación simbólica define la posición del sujeto como vidente. La palabra, la
función simbólica, define el mayor o menos grado de perfección, de acercamiento de lo imaginario”

o La relación simbólica es la relación de ese sujeto con el Gran Otro, que se encarna en la madre
generalmente.
o La palabra del Otro va a determinar el grado de perfección o no de la imagen de ese sujeto.

Yo Ideal: pertenece al registro imaginario. El yo ideal (imagen de nosotros mismos) se construye en


el marco de los deseos del Otro (parte de lo simbólico); dado que la inclinación del espejo plano depende
de la voz del Otro, la imagen propia que se constituya dependerá de este Gran Otro, de sus deseos y su
discurso. Estas identificaciones van a ir construyendo un yo. En el modelo de los dos espejos, el ojo no ve
el efecto del espejo cóncavo, sino que ve la imagen de la imagen real que ofrece el espejo plano. El yo
ideal queda del lado izquierdo.

Ideal del yo: I(A). en el modelo de los dos espejos, ubicado en SV (sujeto virtual), pero el Daniel
Lagashe aparece como S.I. Acá es donde el sujeto se ve a sí mismo, se ve en el ideal en tanto se ve en el
Otro. Busca complacer al Otro para ser amado. Más adelante, Lacan dice que el ideal de yo se forma por
identificación a los significantes, en tanto insignias o marcas, que vienen del Otro (U.3). El ideal del yo es
el soporte simbólico donde se apoya la construcción de la imagen propia (lo simbólico determina lo
imaginario). Determina la relación con el semejante, y es quien dirige el juego de las relaciones. O sea,

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RESUMEN TEORÍA PSICOANALÍTICA III 2021

nuestra relación con el Gran Otro determina nuestra relación con los otros semejantes y la forma en la que
nos vemos a nosotros mismos.

El yo ideal es la imagen real, como totalidad, que da el cóncavo (se ve que el florero subió y esta con las
flores). Pero el sujeto no ve esta imagen real, sino que ve lo que el Otro (espejo plano) le refleja de la
imagen yo ideal. Es decir, ve la imagen virtual (yo ideal) de la imagen real. Esto último vendría a ser el
ideal del yo, perteneciente al orden simbólico.

En el texto de Daniel Lagashe, Lacan dice que el niño, al verse en el espejo, busca la mirada de quien lo
sostiene, quien está a su lado. Al ver que este Gran Otro asiente, da por confirmada su identificación a la
imagen especular.

El Gran Otro aparece como constitutivo y regulador de lo imaginario, modificando el concepto de sujeto
en Lacan (u3).

Narcisismo primario y secundario: el primero es la identificación de pertenecer a una especie (soy


humana, identificación con la imago), lo cual es compartido con todos los animales. Este narcisismo
primario permite la construcción del mundo en función de la especie con la que nos identificamos. El
humano es el único capaz de un narcisismo secundario, que es la identificación con esos ideales que
propone otro. Es capaz de construir, sobre esta imago, identificaciones con esos ideales. Pensandolo
desde el estadio del espejo, este narcisismo secundario sería la identificación con un semejante, el otro
que veo en el espejo, la imagen propia.

Esta aclaración sobre el narcisismo secundario permite a Lacan afirmar que el yo es un objeto y es el
primer objeto al que se dirige la libido; se enviste al propio yo, de forma que la libido yoica y la de objeto
son lo mismo para Lacan.

UNIDAD 3: LA ESTRUCTURA DEL LENGUAJE.


En el programa 2021 dice que en esta unidad vamos a enfocar en el registro simbólico. Retomando la
noción de estructura de Levy Strauss U1), Lacan se pregunta por el inconsciente ¿qué es?

En esta época, los postfreudianos se basaron principalmente en los últimos desarrollos de Freud en la
segunda tópica (yo, ello, superyó) y veían al icc como un reservorio pulsional (pulsión de vida y de
muerte). Lacan opina que lo que se debía hacer es profundizar en el descubrimiento freudiano más
importante y el cual le otorga validez científica al psicoanálisis: el inconsciente. Según la lectura que hace
Lacan de Freud, el icc es aquello reprimido y que se manifiesta en sueños, lapsus, chistes, etc. A partir de
esto, Lacan ve que todas estas formaciones del icc son, básicamente, palabras, y son las palabras las que
dan cuenta de lo icc. Es decir, el inconsciente no solo se compone de pulsiones, sino que está hecho de
palabras: el inconsciente está estructurado como un lenguaje.

Otra distinción con los postfreudianos de su época la marca el hecho de que Lacan no piensa al icc como
lo más profundo e inaccesible, sino como lo que siempre intenta salir, que siempre está presente en la
superficie y se manifiesta como puede, tal como lo pensaba Freud.

Para poder explicar esto, Lacan retoma conceptos de la lingüística:

Letra, lenguaje y discurso:

“la letra se define como ese soporte material que el discurso concreto toma del lenguaje”. La relación
sería la siguiente: la letra, aquello que singularmente marca al sujeto, se desprende de un discurso, que a
su vez se desprende del lenguaje adquirido culturalmente. De todo el discurso, hay algo que marca al
sujeto y condiciona la forma en la que construya su yo ideal.

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RESUMEN TEORÍA PSICOANALÍTICA III 2021

Saussure:

Este autor afirma, por un lado, que no hay relación alguna entre la palabra y la cosa material, de modo
que no hay nada en la cosa que determine que se deba llamar de determinada forma, y por el otro, que
dentro de la palabra se pueden encontrar dos elementos que la constituyen:

❖ El significado: concepto al que nos referimos (imagen de un árbol).

❖ El significante: imagen acústica, la representación mental (“árbol”).

Como piensa que lo importante es el concepto al que nos referimos (que es lo que se mantiene fijo) y no
tanto la palabra que utilizamos, Saussure esquematiza al signo lingüístico de la siguiente forma:

Sdo
signoling üí stico=
Ste
Lacan, al contrario, piensa que los significantes son los importantes y es lo que determina al concepto, es
decir, al significado. En otras palabras, lo importante no es el concepto referido sino la palabra con la que
se nombra.

Por ejemplo, tenemos dos puertas iguales. El concepto es el mismo, pero cambia cuando yo le
pongo damas y caballeros a cada uno. Es decir, si al concepto de puerta le pongo un cartelito con
una palabra, se va a crear una diferencia entre ambas puertas. Si yo nací con vulva, y decido
abrir la puerta con el cartelito de hombre, es todo un acto político. ¿por qué? porque hay
significante que determinan la diferencia entre ambos significantes, sino sería que yo solo estoy
abriendo una puerta. Si el abrir una puerta tiene esa repercusión, es porque está sostenido en esos
significantes que determinan las diferencias entre ambos ste.

Ste
Así, Lacan invierte la fórmula del signo lingüístico: Version de Lacan=
Sdo
Además de esto, afirma que el significante en sí mismo no tiene valor, no significa nada, sino que
adquiere valor al encadenarse con otros significantes. Así, desde Lacan, el significado de las palabras va a
estar determinado por las cadenas de significantes en las que se ubique. Por esta razón nunca vamos a
encontrar un significante suelto, independiente del resto de stes y con valor propio.

Poniendo en relación estos aportes con el registro simbólico, Lacan dice que ningún significante puede
definir completamente al sujeto, puesto que siempre necesita remitir a otro significante para poder tener
sentido alguno (por eso el sujeto es barrado, en tanto algo queda por fuera de la simbolización). Esta
necesaria cadena de significantes es el discurso, y desde ahí se pueden leer las manifestaciones del
inconsciente.

Jakobson:

Lacan toma de este autor los conceptos de metonimia y metáfora.

❖ Metonimia: implica tomar una parte por el todo. Hay algo que nunca se termina de decir
(ejemplo: mencionar el barco por las velas, o explicar por qué uno se enamoró de tal persona. Se
puede decir mucho, pero siempre hay algo que no se alcanza a mencionar porque las palabras no
lo permiten). Más adelante, Lacan llega a afirmar que el deseo funciona “metonímicamente”,
dado que se mueve entre los significantes y nunca se llega a él completamente. Se representa con
un menos (-) porque siempre hay algo que no se dice.

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❖ Metáfora: es sustituir una palabra por otra. Donde tendría que aparecer una palabra, aparece otra,
y la palabra que queda omitida, por debajo de la barra, es lo reprimido. La metáfora da cuenta
del sujeto como algo que emerge, y lo usa para pensar el síntoma (tal como hacia Freud). Se
representa con un más (+) porque hay un plus al agregar otra palabra.

Lacan toma estos dos autores para poder mostrar la siguiente cuestión: el lenguaje preexiste al bebé, y
este bebé necesita del lenguaje para poder ser un ser humano, para estar en relación con otros semejantes
y poder representarse con palabras. Esto es siempre deficitario, en tanto siempre hay algo que no llega a
decirse (metonimia) y lo que el yo dice sobre sí mismo es en realidad una cascara porque a veces emerge
en este discurso el sujeto del icc, que da cuenta de otra cosa (metáfora).

Necesidad, Demanda y Deseo.

Con esta triada, Lacan plantea que el recién nacido siente sensaciones de tensiones y necesidades
fisiológicas que se deben descargar. Debido a su calidad de prematuro, este bebé requiere de otro que lo
socorra y pueda satisfacer aquello que causa malestar. Pero cuando este otro atiende las necesidades del
bebé, necesariamente las codifica en significantes, es decir, atribuye determinados significantes a algunas
de estas necesidades. Así, el Otro instaura la demanda en el niño, donde se abrocha la necesidad a un
significante. Pero como el lenguaje no puede dar cuenta de todo lo que el niño siente, hay algo que es
nombrado/significado y hay algo que no. Es decir, hay una distancia entre la necesidad y la demanda, y
esa demanda se lee desde Freud como “el deseo”, y que Lacan lo toma.

Esta triada de necesidad, demanda y deseo esta esquematizada en la “célula elemental”, que luego se
complejizará y se convertirá en el grafo del deseo (U5).

Hay un sujeto mítico de la necesidad, que se encuentra con Otro y


con el mundo del lenguaje (lo simbólico). El Otro aparece como el
tesoro de los significantes, y es quien significa al niño mítico,
volviéndolo sujeto en falta porque ahora pasa a estar atravesado por
la barra del lenguaje. Es decir, adviene un sujeto barrado, que es el
fin del grafo. Así, la necesidad del sujeto mítico queda traducida en
el orden de lo simbólico gracias al lenguaje y los significantes del
Gran Otro.

En este esquema vemos los siguientes elementos:

● : sujeto mítico

● A: Gran Otro

● s(A): significado del Otro

● S barrado: sujeto en falta.

Es decir, el Otro de hace demandar por el niño, haciendo que ya no se trate solo del objeto que calmaría la
necesidad (la lecha materna, por ejemplo), sino que el niño pide algo más. Pide la presencia del Otro,
demanda amor.

Este trastocamiento de la necesidad no es solo por el hecho de nacer prematuros, sino que es efecto del
universo simbólico que nos preexiste. Entonces, aquello que queda por fuera va a una represión
primordial y luego retorna como deseo:

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El deseo es el resto, aquello que quedó por fuera de la significación. Acá se juntan todas aquellas
necesidades que no fueron nombradas y quedan en el registro de lo real. El deseo parece tocar
algo de lo real. Como el sujeto no puede satisfacer completamente aquello de lo que no hay
simbolización o representación se vuelve a buscar.

“El deseo es articulado, pero no articulable”

Se refiere a que el deseo es efecto de la significación, en tanto es su resto, pero no puede ponerse en
palabras dado que no tiene una representación simbólica o imaginaria.

So…

● La necesidad de pierde por efecto de los significantes del Otro. Lo que no se representa en lo
simbólico se reprime y retorna como deseo.
● La demanda es incondicionada, en tanto no se le puede poner límites a lo que la madre
signifique. Es decir, el sujeto queda tomado por los significantes que la madre introduce al
codificar la necesidad, y el niño no puede hacer nada frente a esto. Recibe lo que la madre
ofrezca. Es por esto que el sujeto constituye su psiquismo, pero a costa de quedar alienado a
dichos significantes.

● En cambio, el deseo es condición absoluta, que le pone un freno a la característica


incondicionada de la madre omnipotente. Refiere a que al deseo no se lo puede poner en
palabras, por lo tanto no tiene medidas, no se corresponde con la proporción de un objeto. Esta
característica de condición absoluta del deseo se debe a que, por definición, el deseo es lo que
retorna de aquellas necesidades que no fueron simbolizadas. De esta forma, no está limitada a las
condiciones de la demanda, porque nunca pasó por el desfiladero de significantes. Cuando uno
sigue las vías de su deseo, se desliga un poco de las exigencias del Otro. Es ese margen de
libertad donde la subjetividad de cada uno puede verse.

Constitución de Ideal del Yo:

“lo dicho primero decreta, legisla, aforiza, es oráculo, confiere al otro real su oscura autoridad”

El ideal del yo es en realidad el ideal del Otro, en tanto le viene a un sujeto desde los significantes del
Gran Otro. El Ideal se constituye a partir de insignias.

Esta idea de insignia refiere a un significante que no remite a otro, que no se articula en una cadena de
significantes, y figura como trazo unitario o marca en el sujeto que le vino de un Otro. Esta insignia
refiere a la omnipotencia del Otro sin barrar, el Otro completo y tesoro de los significantes. Es decir, la
madre posee poder justamente por ser quien introduce al niño al universo significante, por codificar sus
necesidades. A esto se refiere Lacan cuando menciona la “oscura autoridad”.

De este modo, el poder de la madre está anudado a una insignia o un significante que no puede ponerse en
dialogo con otros significantes, es decir, no puede ser aclarado en función de una cadena de significantes.

¿cómo se forma el Ideal del Yo entonces? 🡪 si el narcisismo primario (yo ideal) se da por identificación a
la imagen especular en el estadio del espejo, el ideal del yo se formará por identificación a los
significantes que le vengan al sujeto del Otro. El niño se identificará con lo que la madre dice que es, ya
sea algo positivo o algo injuriante (“bebé hermoso”, “inútil”).

Ambos ideales provienen de otro, y justamente viene a intentar colmar la división estructural (castración
simbólica producida por la barra del lenguaje, en tanto los significantes no logran capturar todas las
necesidades del niño y dejan un vacío). Es decir, vienen a rescatar al sujeto de la hiancia o vacío existente

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entre dos significantes, para evitar su desaparición en la misma. Pero no lo logran. El niño se identifica a
estos ideales para ir en contra de la falta en ser creada por el corte simbólico, para tener consistencia a
través de esas significaciones, pero al identificarse se aliena al Otro, en tanto esos ideales provienen del
Otro. El niño es lo que el Otro determina lo que es. Desde Lacan, toda identificación primaria se realiza
como identificación a los significantes del Otro, lo que ese Otro dice que somos.

“en el lenguaje se pierde, pero en la palabra se reconoce”. Esto significa que el lenguaje, quien nos
constituye como sujetos, nos convierte en objetos al quedar atrapados entre dos significantes. Es el
discurso del yo hablando, que justamente, porque los ideales vienen del Otro, este discurso es en realidad
lo que el Otro dijo sobre ese sujeto. Y es en ese punto donde se pierde la subjetividad, y solo se responde
a los ideales del Otro. Por esto Lacan dice que debemos prestar atención a la palabra plena, la letra del
icc, en tanto expresa algo de lo singular del sujeto.

Doble causalidad del yo:

❖ El yo está determinado por lo simbólico: por alienación a los significantes del Otro, en la
identificación primaria al ideal del yo.
❖ El yo está determinado por lo imaginario: por la identificación al yo ideal, la imagen especular,
la de un cuerpo perfecto, una Gestalt.

El yo tiene la función de desconocer este origen doblemente causado en relación a un Otro, porque
atenta contra su autonomía y genera angustia (creo).

Relación entre significación y falo: si bien el significante es quien crea y condiciona la significación, este
solo es posible en la medida que el significante fundamental, el significante falo, falte. Que este
significante falo falte conlleva que, por el resto de su vida, un sujeto deba remitirse una y otra vez a otros
significantes, porque ese significante que podría decirlo todo (falo simbólico) está perdido.

Falo simbólico: aparece como el significante de la falta, y porque falta, causa la necesidad de
remitir a otros significantes constantemente. Es decir, aquello que podría decirlo todo está
perdido, y solo existe la castración simbólica. Pero gracias a que el significante falo falta,
podemos construir objetos de deseo. Somos sujetos deseantes gracias a dicha falta, gracias a que
somos sujetos en falta.

Esta búsqueda de satisfacción del deseo implica el uso de objetos señuelos, objetos de la realidad, que
vienen a ubicarse en ese vacío estructural que deja el corte simbólico. Estos objetos son objetos en el
deseo, y están destinados a caer en tanto no son ese objeto que llenaría completamente la falta, porque ese
objeto o ese falo simbólico está perdido por estructura.

Desde Freud ya se planteaba algo similar: Freud decía que la primera experiencia de satisfacción marca al
niño, a su psiquismo, y eso es lo que el sujeto intentará recuperar a lo largo de toda su vida. Siempre se
trata de volver a sentir esa primera experiencia de completud mítica.

“el falo es el significante del deseo del Otro” 🡪 esta frase refiere que el niño llega al mundo a ocupar un
lugar en un determinado discurso que lo antecede. Ocupa un lugar en el deseo de un Otro, en tanto este
Otro tiene expectativas sobre ese sujeto, lo nombra, dice lo que espera de él, etc. Este niño, entonces,
viene a ocupar un lugar de falo imaginario para la madre. Imaginario porque es lo que la madre cree que
le falta para completarse, y esto termina en una castración imaginaria de ambos. Al igual que el niño, la
madre es un sujeto en falta porque no tiene ese significante falo, y eso genera que, para el sujeto, el deseo
del Otro sea siempre enigmático.

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UNIDAD 4: LA FALTA DE OBJETO. FUNCIÓN PATERNA.


Esta unidad solo la vimos en prácticos, por lo que solo tengo anotaciones de la clase 7 con Pilar y el texto
“Seminario 5: Las Formaciones del Inconsciente” (1957). En el seminario 4: “las relaciones de objeto”,
Lacan se centra en la descripción de la falta: el sujeto barrado es un sujeto en falta, por el universo del
lenguaje. Si nosotros afirmamos esto, debemos poder explicar cómo se produce, y es por esto que Lacan
retoma Edipo de Freud. En el seminario 5 vincula la pérdida del objeto con Edipo.

¿por qué Freud necesitó desarrollar Edipo? ¿con qué fin teorizó sobre este complejo?

Freud teoriza el tránsito por el complejo de Edipo para explicar, dentro de la constitución del yo, el
establecimiento de las identificaciones genéricas (relacionado al superyó e ideal del yo) y el cómo se
producen las elecciones del objeto de amor (orientación sexo-afectivas). En los animales, el objeto que va
a satisfacer el instinto está establecido de antemano (si tiene hambre, sale a cazar y come carne. Si no
consigue nada, no va a sustituir a carne por otra cosa, como un tomate. El objeto está definido para el
instinto y es inflexible. Lo mismo para la reproducción: el perro con la perra y punto.) Pero en los
humanos, no hay instintos, sino pulsiones, y la pulsión es un objeto. So… no hay un objeto determinado
para la pulsión, sino que se debe construir ¿cómo? Se construye por el ingreso de lo cultural. Edipo viene
a ser una explicación sobre cómo se construye un objeto para lo pulsional.

Lacan retoma, en el seminario4, la idea de que el instinto no existe para los humanos y la necesidad está
perdida; también describe la falta como consecuencia de la prematuración humana, adviniendo en un
sujeto barrado o en falta (tanto por el lenguaje como por la imagen especular de totalidad; por lo
simbólico y por lo imaginario). Para explicarlo, Lacan desarrolla un cuadro de “castración, privación y
frustración”:

Las formas de leer la falta:

3 Agente 1 Falta de Objeto 2 Objeto

Padre real Castración (simbólico) Imaginario

Madre simbólica Frustración (imaginario) Real

Padre imaginario Privación (real) Simbólico

Para entender este cuadro, es importante pensarlo como una articulación entre la falta y los registros.
Sirve para ver las diferentes formas de leer la falta, y también de leerla desde los tres registros:

a. Desde el sujeto: La privación es un agujero en lo real. Ese agujero o pérdida constitutiva/por


estructura se va a imaginarizar o simbolizar de distintas maneras; es decir, como desde lo real no
se puede representar ni poner en palabras, solo podemos leerlo desde los otros dos registros.
a. Desde lo imaginario, el sujeto lee el agujero en lo real como una frustración ¿qué es la
frustración? Es la ideal de que el Otro tiene algo que no me da, o a veces me lo da, pero
no siempre. Lacan dice que la madre, en tanto “traductora” de la necesidad del niño,
decide si dar o no dar el pecho (al principio lo ofrece cada vez que el niño lo demande,
pero con el tiempo se va cortando o regulando). Al no responder siempre que el niño
demande, la madre frustra al hijo. Entonces, desde lo imaginario, la falta se lee como “a
mí me falta eso que vos (Otro) tenés pero no me querés dar”.
b. Desde lo simbólico, la falta se lee como Otro prohibiendo aquello que al niño le falta, es
decir, en términos de castración: si el Otro lo prohíbe, es porque hay una ley. La ideal

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desde el sujeto sería “yo podría tener eso, pero no lo tengo porque está prohibido, la ley
me lo saca o evita que lo tenga”. Ya no se culpa al Otro, sino a la ley simbólica.
b. Desde el objeto: la forma de pensar esta categoría es ¿qué objeto se pierde en cada operación?
a. En la privación, el objeto que falta es un objeto simbólico. Esto es así porque solo
puede darse cuenta del agujero en lo real poniéndole una palabra, es decir, hacer
consistir un objeto que es simbólico. “lo que a mí me falta es esto (un trabajo, una
pareja, irme a vivir sola, etc.)”. Esto permite ver la falta en el campo simbólico, permite
identificar un objeto que, según el sujeto, es lo que le falta para completarse.
b. En la frustración, el objeto que falta es un objeto real. Lo que la madre da o no da, son
objetos reales (la teta, la mamadera, etc.).
c. En la castración, el objeto es un objeto imaginario. Lacan, teniendo en cuenta que en la
castración simbólica se encuentra la amenaza de castración (“si haces eso prohibido te
lo van a cortar”), afirma que la castración nunca cae sobre un objeto real, sino que
siempre cae en un objeto imaginario. Este objeto imaginario no se refiere únicamente al
falo en tanto pene, sino que refiere a ese objeto que le causa placer al sujeto, que le da
un “brillo” determinado a cada uno (un celular, un título, la casa, etc.).
c. Desde el agente: ¿quién lleva a cabo cada una de estas lecturas de la falta?
a. El agente de la castración simbólica es el padre real. Es ese alguien de la realidad que
anuncia la prohibición, la ley simbólica, la amenaza de castración. En el caso de
Juanito, la madre es quien cumple este rol, cuando le dice a Juanito que, si se sigue
tocando, el doctor le iba a cortar el pene.
b. El agente de la frustración es la madre simbólica. Esta madre frustra al hijo de un
objeto que es real. Lacan dice que detrás de esta madre simbólica que da o no da el
objeto real, está ubicado el padre simbólico, porque esas alternancias en la oferta de la
madre se vinculan con otros intereses que pueda tener. Es decir, al nacer el bebé, la
madre está siempre sobre él ofreciendo los cuidados primordiales; pero con el paso del
tiempo se va cortando un poco, dado que la madre, en tanto sujeto en falta, sigue en
busca de su deseo (quiere salir con amigas, estar con la pareja, ver una serie tranquila,
etc.). Lo simbólico tiene que ver con que hay otra cosa más allá del niño que es el
objeto de interés de la madre, generando frustración en el niño.
c. El agente de la privación es el padre imaginario. Es quien priva al hijo de ese objeto
simbólico. Lacan retoma al padre del mito freudiano, de “tótem y tabú” (el padre que
goza de todas las mujeres). No refiere necesariamente al padre verdadero, sino que es
ese alguien que el sujeto construye como terrible e omnipotente (puede ser el padre,
Dios, etc.).

Complejo de Edipo:

Lacan plantea al complejo de Edipo como una estructura, un concepto tomado desde Levy Strauss, para
desprenderse de esa concepción más biológica o anatómica de Freud y poder pensar su desarrollo desde
lo estructural y lo simbólico.

En Freud, ubica al complejo de Edipo en el último tiempo de la sexualidad infantil (4 o 5 años, en el


transcurso de la fase fálica). Lacan, en cambio, dice que Edipo comienza desde el nacimiento, y
diferencia 3 momentos en Edipo.

1° tiempo: “Completud Imaginaria”

Es un primer momento de la relación con la madre. El niño es alojado en el deseo materno


(donde se traducen las necesidades a demandas), y alojarse en el deseo materno significa que el niño
viene a jugar el papel de falo imaginario para la madre, ser aquello que le falta la madre (porque la

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madre, en tanto sujeto en falta, está en busca de la satisfacción de su deseo a través de objetos señuelos o
imaginarios que cree que van a completarla, como el hijo). El hijo adviene en un lugar particular del
deseo de la madre. En este tiempo, hay una supuesta complementariedad entre lo que el hijo es justo lo
que le falta a la madre, y esto habilita la construcción del yo ideal: el niño construye su yo ideal con la
referencia de ser el falo imaginario de la madre (momento de la constitución narcisista del yo, la primera
identificación con el ideal del yo ofrecido por la madre y sus significantes):

⇒ Es el momento del estadio del espejo, con la identificación a la imagen especular (U.2). Sin
entrar en detalles, se puede decir que, sobre la matriz de ocupar un lugar en el deseo del Otro, se
construye el yo ideal. El yo ideal (a lo que el sujeto aspira ser, es el qué ser) se va armando en
función de este deseo o significado que el Otro nos instaló. En tanto el yo ideal es del registro de
lo imaginario y el lugar en el deseo del Otro es del orden simbólico, en esta construcción se
puede ver cómo van entramando ambos registros. Se puede ver cómo opera la primacía de lo
simbólico sobre lo imaginario.

2° tiempo: “Castración Imaginaria”

Tiene que ver con el desarmado de esta ilusión de completud, y con la instauración de la
castración imaginaria, representada con el (-phi). El padre imaginario interviene en la complementariedad
entre el niño y la madre, rompiéndola. La madre empieza a desear otras cosas por fuera del niño,
generando una doble castración:

✔ En el niño, porque ya no es el objeto que completa a la madre.

✔ En la madre, porque es un sujeto en falta.

3° tiempo: “Metáfora Paterna”

Este es el momento de la introducción del falo simbólico y la castración simbólica. Acá, la


función paterna (relacionada al padre simbólico) viene a metaforizar el deseo de la madre. En tanto es una
metáfora es una sustitución significante (se sustituye un significante por otro), la operación que hace el
padre simbólico es la operación de sustitución significante. Si en el primer tiempo el lugar del hijo es en
el deseo de la madre (como falo imaginario, con un significado particular en cada uno), en este tercer
momento, el padre simbólico viene a sustituir a ese significante materno por otro significante: el
significante del nombre del padre.

ste del nombre del padre


F ó rmula de la sustitu ci ó n=
deseo de la madre
Es decir, el padre viene a restar al hijo de ese significante tan rígido que impuso la madre, y le dice que él
no es solo ese significante. Así, al moverlo del único significante con el que el niño se identificaba hasta
este momento (falo imaginario de la madre), se le presenta la interrogante ¿qué ser si no se es eso que mi
madre dijo que debo ser?

Esta sustitución metafórica permite instaurar la significación fálica.

El significante fálico o “falo” es el significante de la falta, lo que quiere decir que los significantes no
logran abordar completamente lo que el sujeto quiere o necesita. Siempre queda algo por fuera del orden
simbólico, en lo real. Ese significante que falta es el falo, y lo porta el significante del nombre del
padre. La significación fálica viene a sustituir el significado que la madre le dio al hijo. El padre plantea
que responder la pregunta por el “¿qué ser?” es algo que puede buscar en la cadena significante, y le

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Anana
RESUMEN TEORÍA PSICOANALÍTICA III 2021

otorga al niño una liberación, dado que ahora está habilitada la búsqueda dinámica y subjetiva de los
significantes que lo identifiquen.

La significación fálica habilitada por la metáfora paterna puede ser pensada como la legalidad de la falta
estructural, es decir, marcada desde lo simbólico. Al marcarle al niño que la falta es estructural, el padre
saca al niño de esa situación de culpabilidad, donde interpreta que aquellas veces que la madre no
responde a su demanda es porque él hizo algo malo o no está cumpliendo con sus expectativas.

Importancia de Edipo desde Lacan: Permite la inscripción de la falta en el registro imaginario y


simbólico, es decir, permite la castración imaginaria (-phi) y la castración simbólica. Legaliza el hecho de
que el significante que podría dar cuenta del ser de forma acabada está perdido, generando una falta o un
agujero. Esta falta permite, a su vez, emprender la búsqueda subjetiva de satisfacción del deseo.

Dato de color: Mientras que el Yo Ideal se forma en el primer tiempo de Edipo, el Ideal del Yo se forma
en el tercer tiempo, con el padre simbólico. Lacan dice que ese significante del nombre del padre ofrece el
ideal del yo. Este Ideal del Yo marca al sujeto con ciertos referentes enmarcados social, cultural y
epocalmente, que vienen a responder la pregunta sobre cómo ser (modelos de cómo ser mujer u hombre);
es el fin de Edipo, a saber, identificarse con un género en particular (o con ninguno si lo extrapolamos a la
actualidad).

UNIDAD 5: ANGUSTIA, OBJETO A, PULSIÓN, SÍNTOMA Y FANTASMA.


Objeto a:

La invención del objeto a se encuentra en el Seminario 10: “La Angustia”, y Lacan propone pensarlo en
términos topológicos; en la pp. 111 dice que, en un cross-cap, cuando se aísla una parte mediante un
corte, se produce una banda de Moebius. Y la parte residual representa el “objeto a”. Saliendo de los
términos topológicos, podemos decir que Lacan está hablando de ciertos cortes que producen la
construcción del objeto a. Cada uno de estos cortes produce la creación de un tipo de objeto a, por
ejemplo, el destete (pensado como corte cuando el niño se separa del pecho). Así, Lacan conceptualiza su
invención como aquel resto o residuo que queda tras un corte, y que no tiene representación especular.

Si bien el objeto a es un concepto que viene apareciendo en seminarios anteriores, era pensado desde lo
imaginario, en tanto el objeto a es un semejante, y el fantasma era pensado como la articulación entre el
sujeto con este objeto imaginario. Pero en el seminario 10, al no tener una imagen especular, Lacan ubica
el objeto a en lo real, de modo que el fantasma pasa a ser la articulación del sujeto con un objeto real que
causa en deseo.

¿Cuáles son los objetos a? 🡪 pecho (oral), voz (invocante o superyó), mirada (escópico), heces (anal o
hecívalo) y falo. Son objetos causa del deseo.

Catálogo de Objetos a

El conjunto corresponde a las 5 formas de pérdidas, son los 5 objetos perdidos.

Estos objetos se organizan en niveles: 1°oral, 2°anal, 3°falo, 4°mirada


y 5°voz (esquema del amorir).

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Anana
RESUMEN TEORÍA PSICOANALÍTICA III 2021

Problema con el falo como objeto a: Lacan menciona al principio 5 objetos a (pecho, voz, mirada, heces y
falo), pero luego decide sacarlo de este catálogo porque el falo imaginario funciona por todas partes y en
todos los otros niveles del objeto a. Está implicado en cada uno de los objetos a, en tanto estos objetos
cobran valor fálico, es decir, de lo que falta. Si se piensa en los tiempos lógicos del psicoanálisis, la
pérdida del falo (castración imaginaria) resignifica otras pérdidas, que son justamente estos cortes o
“cesiones”.

Los 4 Tipos de Objetos a: (faltan algunos, pero no los definieron).

1. Objeto anal (heces o hecívalo): en su constitución se pone en juego la demanda en el Otro/del


Otro. Es decir, la demanda está en el otro y se dirige hacia el sujeto. Es una “demanda
educativa”, en tanto la madre demanda del niño el control de esfínteres, lo obliga a retener.
¿cómo entra en la constitución subjetiva el objeto anal, a saber, el excremento? Es a través de la
demanda en el Otro, representada por la madre. A través de la petición de retención, inicia la
introducción del excremento en el dominio de la pertenencia al cuerpo; el niño hace del
excremento una parte de su cuerpo. Llegado un tiempo, el Gran Otro ordena al niño liberarlo,
siempre bajo demanda. E sujeto siente una aprensión a perder aquello que se le enseñó que debe
retener, pero entonces resulta reconocida por la madre (lo felicita por haber cagado), dándole al
excremento un valor especial, en tanto aporta a la demanda del Otro su satisfacción, además de
ser acompañada por los efectos erógenos de los cuidados básicos (se le limpia la cola, etc.). En
este momento de liberación del excremento el Otro le presta atención al niño y lo aprueba.
Dos tiempos de la demanda materna: dalo, guárdalo. La demanda es complicada, porque
adquiere valor de regalo y puede ser festejada, o puede ser causa de un reto, cuando el niño lo
expulsa sin avisar. Es decir, estos dos tiempos son importantes porque, al festejarlo pero también
repudiarlo, el Otro le enseña al niño que no debe mantener demasiadas relaciones con al “linda
caca” (tocarla, agarrarla). Hay un reconocimiento ambiguo: eso es él y no es él. En tanto es un
objeto a, tiene carácter de objeto cesible, es decir, el niño es quien lo cese, lo deja caer, pero no
en el sentido de un sacrificio.
2. Objeto oral (pecho): El seno es visto por el niño como una parte de él, no como la madre o parte
de la madre. La cesión siempre conlleva angustia, y la angustia del destete no es porque le quiten
el pecho al niño, sino que el niño cede el pecho. La teta es el propio sujeto.

Puntos clave del concepto de objeto a:

✔ No es el objeto del deseo, ese está perdido, sino que es el objeto causa del deseo, es quien
sostiene el deseo, quien lo mueve. El objeto está detrás del deseo.
✔ Es un objeto real, por lo tanto, no es un elemento de la cadena significante. Podría representarse
debajo de la cadena, entre el espacio que hay entre dos stes:
S1 … S2
|
objeto a
✔ Es efecto de un corte y se constituye como resto. Para dar cuenta de la constitución subjetiva,
Lacan hace un “grafo de la división subjetiva”, donde se puede ver que el resto que queda de la
relación del sujeto en función del Otro es, justamente, el objeto a.
✔ Hay 4 tipos de objetos a: pecho, heces, mirada y voz, y cada uno de estos objetos se constituyen
como perdidos.
✔ El deseo se relaciona con el objeto a en tanto los objetos sustitutos o señuelos advienen a ese
lugar de objeto perdido. Es decir, gracias a que el objeto a está perdido para siempre, la
satisfacción de la pulsión implica rodear objetos señuelos que vienen a intentar suplir aquel

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Anana
RESUMEN TEORÍA PSICOANALÍTICA III 2021

vacío. En Freud también vemos una conceptualización similar, en tanto el objeto de deseo está
perdido y lo que se intenta toda la vida es volver a esa primera experiencia de satisfacción.

✔ Los objetos a se constituyen en relación al Gran Otro:


a. El objeto oral (pecho) se constituye como perdido por la demanda al Otro. Para Lacan, la
madre no le quita el pecho al hijo, sino que el niño es quien se desteta. Es decir, la teta es de
él, y es quien decide tomar distancia o no, a través de ese juego de “tomo-suelto” (fort-da en
Freud).
b. El objeto anal (heces) se constituye como perdido por la demanda del Otro. La madre le
exige al niño el control de esfínteres.
c. El objeto invocante (voz) y escópico (mirada) se constituyen en relación al deseo del Otro o
el deseo dirigido al Otro.
✔ Lo importante de estos objetos caídos vienen a dejar un lugar vacío, donde se van a venir a
instalar objetos señuelos.

Con el objeto a nos enfrentamos en el deseo y en la angustia. Aparece en ambas.

Dos Clases de Objeto:

⇒ Los que se comparten: son intercambiables, los contables.

⇒ Los que no se comparten: los objetos a no se comparten, y son equivalente al falo, lo preceden.

Primer Esquema de la División Subjetiva:

A S

S barrado A
barrado

Este esquema expone cómo se da la constitución subjetiva en relación al Otro y el producto que genera, a
saber, el objeto a. En el primer piso, de arriba abajo, encontramos en primer tiempo de Edipo, donde ni la
madre ni el niño están barrados, porque el niño parece tener la medida justa de lo que la madre desea. Se
trata del sujeto mítico y su relación con el Gran Otro. En el segundo piso, se da la instauración de la
castración imaginaria (falta de falo imaginario, el –phi), donde el niño descubre que no es aquello que
completa totalmente a la madre, sino que ella, en tanto sujeto deseante, seguirá su búsqueda de la
satisfacción de la pulsión a través de otros objetos señuelos. Así, ambos son castrados, el niño por no ser
el falo imaginario de la madre, y la madre por no tener dicho falo (es la falta por estructura). Finalmente,
en el tercer piso, vemos como el resultado de esta división subjetiva es el objeto a:

La madre codifica las necesidades del niño y las transforma en demandas, pero siempre hay algo
que no llega a significarse, algo que queda por fuera. Ese resto que no es capturado y no se logra
traducir a lo simbólico ni a lo imaginario es el objeto a, y Lacan lo piensa como objeto
amboceptor (pertenece tanto al niño como a la madre).

Lo real queda perdido y el sujeto construye una realidad sobre esta falta; recubre el vacío con un manto
simbólico-imaginario.

Angustia:

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Anana
RESUMEN TEORÍA PSICOANALÍTICA III 2021

Lacan dice que la angustia no es sin objeto, como los postfreudianos habían leído a Freud, sino que
siempre hay un objeto: La angustia aparece ante el deseo del Otro (ejemplo de la mantis religiosa), en la
cesión del objeto a, cuando algo del objeto a se presentifica ahí donde la falta debe quedarse, y más
adelante, afirma que tmb aparece la angustia cuando vacila el fantasma.

Cuando los objetos que no se comparten, el objeto a, aparecen allí donde no deben aparecer, donde se
supone que debían quedar olvidados, aparece la angustia y señala la particularidad de su estatuto de
objetos a. Es decir, el objeto a está perdido y se encuentra en el registro de lo real, pero cuando algo de él
se presentifica y el colmamiento del vacío se siente posible, deja de causar el deseo y el sujeto se
angustia. También aparece la angustia al momento de la constitución del objeto a, es decir, en el corte.
Lacan habla de “cesión” del objeto:

El modo operandi sería el siguiente: en un primer momento de corte, cuando el niño se desteta, por
ejemplo, aparece angustia y se pierde el objeto. En un segundo momento, ese objeto perdido va a operar
como causa del deseo, desde el registro de lo real. Se piensa en tiempos lógicos del psicoanálisis.

Entonces, la angustia: aparece con lo real, funciona como una señal de que lo real apareció, es lo que no
engaña.

La angustia desde Lacan no es lo mismo que la angustia en Freud. En este último, la angustia se relaciona
con la amenaza de castración y la castración imaginaria. En cambio, Lacan piensa a la angustia en
términos de los ominoso, en tanto la angustia, cuando se presentifica el objeto a, genera en el sujeto un
sentimiento de familiaridad con eso que se perdió y debe quedar perdido. Entonces, lo que despierta este
sentimiento ominoso es el volver a experimentar el tiempo en el que fuimos objeto de deseo del Otro, y
nos priva de nuestra subjetividad. En el esquema óptico simplificado, la angustia aparece cuando, en el
lado derecho, falta la falta, cuando el (-phi) se corre y deja ver algo del objeto a.

Revisión del esquema óptico: básicamente, complejiza el (-phi), dando lugar al “esquema simplificado”.

Repaso: El recién nacido experimenta sensaciones en el cuerpo orgánico que le generan


displacer. En respuesta al llanto del niño, la madre (el Gran Otro) lo codifica, lo interpreta desde
sus significantes y hace que la necesidad pase a ser una demanda (U4), ingresándolo al mundo
del lenguaje. Pero como en psicoanálisis todo se hace a medias, existe una distancia entre lo que
la madre codifica y lo que el niño está sintiendo en ese cuerpo orgánico: siempre hay algo que no
se logra poner en palabras, marcando una distancia entre el objeto real y el objeto imaginario.

Novedad: agrega una “a” en la boca del florero real, un (-phi), el i(a) y el i’(a).

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RESUMEN TEORÍA PSICOANALÍTICA III 2021

Lacan agrega la “a” para indicar el lugar del objeto a en el esquema, a saber, del lado izquierdo, el lado de
la imagen real -i(a), la imagen del cuerpo- producida por el espejo cóncavo. Este objeto a, al no tener una
representación especular (es un objeto real), se lee desde lo simbólico y lo imaginario como una falta.
Entonces, del lado derecho (el lado de la imagen virtual -i’(a)- reproducida por el espejo plano), en la
boca del florero, la falta en lo real será representada por el (-phi).

Utilidad del esquema: viene a explicar la constitución de ese objeto real (objeto a), a la par que nos
permite ver las diferentes formas que adquiere el cuerpo de un sujeto:

● cuerpo orgánico, biológico: el florero objeto real que está escondido. Este cuerpo está perdido, y
es por eso que hay un (-phi) debajo, en la izquierda del esquema.
● Cuerpo erógeno, el pulsional, el que siente, se excita, se tensiona; el cuerpo como superficie: el
florero con las flores en la imagen real.
● Cuerpo en tanto imaginario, construcción idealizada, el yo especular, el i’(a), la mejor versión de
uno mismo, narcisismo: florero con las flores, pero en la imagen virtual de la imagen real. Es el
que nos ofrece el Otro.

El cuerpo erógeno y el imaginario se construyen alrededor de una falta, en función del objeto que falta (el
objeto a). En este esquema vemos el cómo se van construyendo en función de los objetos ofrecidos por el
Gran Otro en su traducción de las necesidades del niño).

(-phi) 🡪 la falta de falo imaginario o castración imaginaria.

La imagen especular del cuerpo es una imagen libidinizada, y por tanto narcisista, pero hay una cantidad
de libido que queda reservada y no la enviste. Así, Lacan conceptualiza al falo o el (-phi) de abajo en la
izquierda como una reserva operatoria que no se representa del lado derecho (en i’(a)), el lado imaginario,
y aparece allí representada como en menos= (-phi) de arriba a la derecha. Es decir, Lacan nos dice que en
el plano de i´(a), la imagen virtual, no aparece nada, representando la nada por el (-phi). Este (–phi) no ha
entrado en lo imaginario, de modo que no es más visible o presentificable arriba en la derecha que abajo
en la izquierda del esquema.

El objeto a está sustraído de la dimensión especular, no aparece en el espejo y constituye un blanco en la


imagen narcisista. Desde esta lectura de lo imaginario, en la imagen especular aparece una falta, el (-phi).
Alrededor de esta falta es que aparecen objetos señuelos. El (-phi) permite la falta en términos de deseo
(el sujeto dice “a mí me falta esto” y se esfuerza por buscarlo, aunque no sea el objeto que realmente lo
complete porque ese objeto está perdido). Eso que falta motoriza el deseo.

A su vez, la imagen especular en i’(a), es quien vela la falta que causa el objeto a. Encubre ese blanco en
la imagen real. Si este velo se corre y algo del objeto a se presentifica, aparece la angustia. Cuando falta la
falta, el objeto a deja de cumplir la función de causa del deseo, y eso genera angustia.

La angustia no es sin objeto, la angustia es ante lo irreductible de lo real (lo real no pude reducirse al
significante, y eso nos hace sujetos en falta). Es decir, cuando se presentifica el objeto a, aquel objeto real
que debe quedar perdido. Sin el (-phi), sin esa reserva libidinal para investir objetos señuelos, no hay nada
que evite la aparición del objeto a, es decir lo real, en lo especular y cause angustia.

Volviendo al objetivo que tiene Lacan con este esquema simplificado, a saber, mostrar la construcción del
cuerpo en función de la falta que implica el objeto a: ¿cómo se construye el yo ideal, yo del narcisismo, y
qué función tiene la castración imaginaria (-phi) en dicha construcción?

El yo ideal se construye a través de los dichos del Otro, es decir, en funcion de cumplir un lugar en el
deseo del Otro. Si está funcionando la castración imaginaria (-phi), significa que va a haber un margen de

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RESUMEN TEORÍA PSICOANALÍTICA III 2021

libertad, permitiendo que el sujeto construya su deseo en función de eso que lo marcó, pero que se va a
transformar en un deseo propio. El deseo es deseo del Otro en tanto me viene de un Otro, pero si hay
castración imaginaria, se puede elegir dentro de ese margen que condiciona al sujeto (“quiero que
estudies”, weno, pero entonces voy a ser abogado y mi deseo es ser abogado, no psicólogo). Esto se
relaciona con la funcion paterna de restar al hijo de ese lugar de objeto en el deseo de la madre.

Pulsión:

Desde Freud, la pulsión se piensa como el límite entre lo anímico y lo corporal. Lacan no coincide con
esta definición, y entiende que Freud tuvo que formularlo de esta forma para que el psicoanálisis sea
pensado como una ciencia y no como una filosofía o una pseudo-ciencia. Así, Lacan va a separar la
pulsión de lo orgánico, y lo va a pensar únicamente desde lo psíquico y lo inconsciente.

Concepción de Pulsión para Lacan:

❖ es un tipo de demanda: es por la demanda del Otro que la pulsión aparece en un sujeto; es efecto
de la significación del Gran Otro, pero la pulsión no es un significante (es muda). Por esto, el
matema de la pulsión es ($, rombito, D).
❖ Dado que la pulsión se introduce en el sujeto, se dice que es un montaje presubjetivo. Esto
implica que la pulsión se satisface a pesar de la voluntad del sujeto (ejemplo, malos hábitos
como fumar o comerse las uñas). En esto, se diferencia del fantasma, que es una construcción
subjetiva.
❖ Como no depende del sujeto, la pulsión es “acéfala”, en tanto no hay algo o alguien que la
controle. No tiene una cabeza que la guíe.
❖ Forma particular de Lacan para abordar la pulsión 🡪 desde su satisfacción, orientado más al lado
del goce que al de la demanda.
❖ “La pulsión es por lo cual la sexualidad participa de la vida psíquica”. La pulsión no articula lo
psíquico y lo orgánico, sino lo psíquico y lo sexual. Disponer del concepto de pulsión permite
estudiar la sexualidad y acceder a eso en lo real.

❖ Las pulsiones son siempre parciales. Esto significa que no hay un momento de unificación de las
pulsiones bajo el primado de lo genital en la pubertad, como en Freud, sino que son siempre
parciales por varias razones:
a. Respecto de la finalidad biológica de la sexualidad (la reproducción). Es decir, la
reproducción es la finalidad de la pulsión, pero solo parcialmente.
b. La satisfacción de la pulsión es parcial, no se puede llegar a una satisfacción
completa.

La pulsión es “el eco en el cuerpo del hecho de que hay un decir en el cuerpo”

Cuatro elementos de la pulsión:

1. Empuje: es la tendencia a la descarga, una fuerza constante. Lo diferencia del estímulo en tanto
este último es externo y es algo de lo cual se puede huir, igual que como lo concebía Freud.
2. Fuente: Desde Freud, la fuente de la pulsión son las zonas erógenas. Lacan lo mantiene y agrega
que se reconocer por su estructura de borde (boca, ano, vagina, etc.). La pulsión, en tanto se
encuentra en una serie continua de satisfacción-insatisfacción, nace en la zona erógena y termina
en la zona erógena.
3. Objeto: Al despegarlo de lo orgánico, Lacan no habla de necesidad. Al contrario, dice que la
pulsión no puede ser calmada con ningún objeto, mientras que la necesidad sí. Por ejemplo, la

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boca no se satisface con la comida, sino con el placer de boca. El objeto es lo más variable de la
pulsión, y realmente no tiene ninguna importancia por sí mismo.
Lacan postula que el único objeto que sería capaz de satisfacer la pulsión está perdido por
estructura, y es el objeto a. Así, el objeto de la pulsión debe ser concebido como el objeto a que
causa del deseo.
4. Meta: Freud dice que la meta de la pulsión es satisfacer la pulsión, pero Lacan dice que hay una
satisfacción paradójica, en tanto la satisfacción total es imposible. Para Lacan, la satisfacción se
puede pensar como una serie continua entre satisfacción e insatisfacción*, primero se da una,
luego otra, de nuevo una, luego otra, etc. Teniendo esto en cuenta, y el hecho de que la
satisfacción también puede lograrse por medio de la sublimación (no se alcanza la meta, pero
hay satisfacción igual, como en los síntomas me parece), Lacan argumenta que en la satisfacción
hay 2 imposibilidades:
a. La satisfacción, puesto que es imposible colmarla.
b. El principio de placer, en tanto alcanzar el placer es imposible.

*Para pensar este funcionamiento paradójico de la satisfacción de la pulsión y la idea de una serie
continua entre satisfacción-insatisfacción, Lacan explica el “penar de más”:

En todos los síntomas hay satisfacción, y esto ya lo decía Freud. Los pacientes no se contentan
en su estado, pero siempre hay alguna pulsión que se está satisfaciendo. Lo que se tiene que
buscar en análisis es conocer qué pulsión es la que se está satisfaciendo. Este penar de más es la
única justificación para la intervención, porque es cuando ocurre un desequilibrio entre la
satisfacción y la insatisfacción. Es cuando el síntoma se vuelve patológico para un sujeto.

Los cuatro elementos son disyuntos: no funcionan como un todo o una unidad, sino que aparecen como
un conglomerado de partes, montados al azar. En los animales la meta es fija (el perro con la perra), pero
en los humanos, por ser seres pulsionales, cada quien se satisface diferente, cada uno arma su “collage” o
un cuadro surrealista en base a la demanda de que haya vivido.

Siguiendo con esta idea de que el objeto de la pulsión debe ser


pensado como objeto a que causa el deseo, quien está detrás de
deseo y lo sostiene, Lacan afirma que la pulsión contornea el
objeto a. Es decir, contornea un vacío, en tanto el objeto a está
perdido. Ahí es donde se ubican los objetos señuelos.

En este gráfico de la pulsión, Lacan nos muestra el trayecto de la


pulsión. comienza en un borde, rodea al objeto a y vuelve al borde.
Estos bordes son las zonas erógenas.

La meta, entonces, de la pulsión, es el trayecto en sí. La


satisfacción se da en un contornear el circuito que vemos en el
gráfico: será satisfactorio para el sujeto emprenderlo en un inicio, pero cuando deba retornar, el trayecto
será insatisfactorio.

Dos objetos:

✔ Por el que la pulsión se cierra, los señuelos que la pulsión contornea.

✔ El objeto eternamente faltante, el objeto a, que deja un hueco.

Conclusión: El objeto a es un vacío, un agujero, y a su alrededor gira la pulsión. Lo que el sujeto ubica
momentáneamente en este agujero es el falo imaginario o los objetos señuelos, aquello que él cree que le
falta para completarse. Estos objetos señuelos están destinados a caer en el momento en que el sujeto

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RESUMEN TEORÍA PSICOANALÍTICA III 2021

alcanza su meta y descubre que, en realidad, ese objeto de la realidad no es capaz de llenar su falta
estructural, su agujero en lo real. Con esto en mente, Lacan argumenta que la satisfacción no se da en la
meta, sino en el trayecto, en el recorrido que se realizó para llegar a dicha meta. Esa es la forma de la
satisfacción pulsional, y por esta razón siempre va a implicar una serie continua de satisfacción a la ida,
insatisfacción a la vuelta.

Fantasma:

El fantasma es una construcción subjetiva que hace el sujeto como respuesta ante la interrogante sobre el
deseo del Otro. Es decir, siguiendo con el grafo de la pregunta, el sujeto se pregunta por el deseo del Otro,
pero en lugar de recibir una respuesta, recibe una pregunta: ¿qué quieres? Frente a esto, el sujeto
construye un fantasma que le proporciona una posición determinada respecto al deseo del Otro.

El fantasma se constituye por dos elementos: el sujeto barrado (registro simbólico) y el objeto a (registro
real), puestos en relación. De esta forma, el matema del fantasma es:

($; rombito; a).

El fantasma es inconsciente, y se arma valiéndose de los significantes del Otro: toma significantes de la
demanda del Otro y construye su fantasma. Estos significantes son los stes de la pulsión: si bien la
pulsión no es un significante, es efecto de corte simbólico, de los significantes del Otro que se encuentran
en su demanda.

Relación entre fantasma y pulsión:

El fantasma está hecho con los significantes de la pulsión, que son los significantes de la
demanda del Otro. Por esta razón, el matema de la pulsión es ($, rombito, D). la D representa la
demanda. De este modo, las formas de satisfacción pulsional de cada sujeto (determinadas por el
fantasma) serán determinadas por la demanda del Otro. La pulsión es una demanda donde el
sujeto se desvanece. Es decir, el sujeto no logra controlar esta demanda pulsional, porque la
pulsión es acéfala y tiende a satisfacerse, haciendo que el sujeto se desvanezca en ella.

Lo que viene a hacer esta construcción subjetiva es a velar lo real, en el sentido de que evita que el sujeto
se encuentre con la falta en el Otro, con el hecho de que no es un Otro sin barrar, sino que está atravesado
por una castración imaginaria (por no tener el falo imaginario) y simbólica (por pertenecer al universo del
lenguaje), evitando que se genere angustia. Cuando esta función del fantasma no se cumple, es decir, deja
de velar lo real, aparece la angustia porque vuelve a aparecer la pregunta por el deseo del Otro. So…

Relación entre el fantasma y la angustia:

Estar frente al Otro es, para Lacan, como estar frente a una mantis religiosa y no saber qué
mascara lleva uno puesta. Si es la del macho, lo más probable es que la mantis me devore, pero
eso no hay forma de saberlo. Con esta metáfora, Lacan indica que no se sabe qué es uno para el
Otro, y eso genera angustia. Por esto es que se construye en fantasma, pero cuando el fantasma
tambalea, la angustia aparece nuevamente; es el momento cuando lo real aparece para recordarle
al sujeto que el Otro es un sujeto barrado y en falta, al igual que él. Lacan utiliza otra metáfora
para pensar esto: es fantasma vendría a ser un cuadro que se pone sobre una ventana. Del lado de
afuera se encuentra lo real, y la única forma que se vea algo de eso real es que el cuadro se
mueva un poco o tambalee. Pensando en los registros, el fantasma sería un cuadro/escenario
imaginario, con un marco simbólico, que cubre lo real.

Relación entre fantasma y síntoma:

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Anana
RESUMEN TEORÍA PSICOANALÍTICA III 2021

Detrás de todo síntoma hay satisfacción de pulsión, a pesar del sujeto. Este modo de satisfacción
pulsional va a estar determinado por el fantasma. A través de un síntoma, se puede ver en el
análisis es fantasma.
Más adelante, Lacan afirma que el síntoma viene a reforzar ese significante del nombre del
padre, que se instala en Edipo: como la operación de la metáfora paterna siempre es fallida,
donde el nombre del padre falla en su función de legalizar la falta por estructura aparece el
síntoma, para poder completar o reforzar esta falla. El síntoma, entonces, viene a darle un
sustento a esta metáfora fallida.
El fantasma y el síntoma son soluciones de compromiso para no confrontar con el significante de
la falta en el Otro.

Relación entre el fantasma y la realidad:

El fantasma funciona como unos lentes, que determinan la forma en que un sujeto verá la
realidad. En este punto es importante recordar que Lacan define la realidad como una
construcción simbólica-imaginaria. El fantasma condiciona las relaciones que tenga un sujeto
con sus semejantes, con los pequeños otros, en tanto el fantasma determine la posición subjetiva
en la que este sujeto se coloque.

Relación entre en fantasma y el deseo:

En primer lugar, el fantasma se construyó en relación al deseo del Otro, como una respuesta ante
a la falta en el Otro. En segundo, el fantasma sostiene al deseo, así como lo hace el objeto a, que
justamente es uno de los elementos que constituye al fantasma. Esta relación de sostén es similar
a la relación entre la imagen especular que sostiene al yo. Que el fantasma esté detrás del deseo
permite la función deseante y le indica al sujeto una posición respecto al deseo, es decir,
determina su forma de satisfacción pulsional:
“El fantasma regula el modo de goce”

El modo de goce se ve en la repetición, al igual que la posición que el fantasma coloca al sujeto (en las
relaciones amorosas, amistades, etc.). Sale a la luz qué rol cumple en la relación (víctima, victimario, etc.)
y el modo en que la pulsión se satisface.

El fantasma en neuróticos:

El neurótico se pregunta por el qué desea el Otro, y la respuesta que construye es que desea lo que le
demanda. De este modo, se ubica de determinada forma respecto de la demanda del Otro: se ubica como
el objeto a en el matema, es decir, se ubica como objeto en su propio fantasma, como un cebo para el
Otro. Esto implica que “se hacen” algo (se hacen ver, chupar, pegar, etc.), y todo en función de haber
leído la demanda del Otro.

Si bien el fantasma es una defensa contra la angustia, también es una forma que tiene el sujeto de retener
al Otro, y el sujeto se ofrece a él como objeto de completamiento, como falo imaginario que puede llegar
a completar al Gran Otro. Es decir, el sujeto se coloca como objeto que causa el deseo del Otro.

Articulación con el grafo del deseo completo: En la neurosis, el fantasma actúa como una barrera que
impide llegar al significante de la falta en el otro. Se construye un Otro completo que le dice qué es lo que
tiene que hacer, evitando que se pueda llegar al deseo propio, porque si llegara a hacer eso que quiere, el
sujeto debe encontrarse con la realidad de que ningún objeto va colmarlo porque ese objeto está perdido.
Se encontraría con la castración. El fantasma hace que el sujeto tome una posición contraria a la
satisfacción del deseo (que incluye necesariamente esa continuidad entre satisfacción-insatisfacción),
tomando la posición donde se sostiene una fantasía, y el sujeto cree que hay un algo que la completará, y
se crea un Gran Otro sin barrar, perfecto.

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RESUMEN TEORÍA PSICOANALÍTICA III 2021

El neurótico se hace demandar por un Otro completo para poder correrse de esa posición deseante que
tiene la contracara de no poder satisfacerse nunca, porque el objeto está perdido. Desde esa posición de
demanda, el neurótico produce una modificación en su forma de desear: en lugar de que el deseo sea el
movimiento que se relance una y otra vez, se da lugar a las distintas formas de deseo en las distintas
neurosis (la histeria es el deseo insatisfecho, en el obsesivo es el deseo imposible).

Mientras se mantenga esta posición de fantasía, el sujeto estará en una posición de malestar e
insatisfacción constante, esperando ese momento para poder “ser feliz y tener lo que necesita”. Además,
se crea resentimiento a ese Otro que lo demanda.

¿Cómo trabajar el fantasma en análisis?

El objetivo del análisis es poder llegar a poner en palabras al fantasma, es poder construir un axioma
fantasmático y que el sujeto pueda salir de esa posición respecto al deseo del Otro y poder ponerlo en
articulación a objetos causa del deseo. Se trabaja, en un tercer momento si se piensa en el grafo de la
pregunta, con la pregunta ¿qué objeto soy/fui para el Otro? 🡪 permite ver qué lugar ocupó el sujeto en el
deseo del Otro y cambiar la posición subjetiva frente al Otro.

A través de la repetición de significantes en un sujeto, se puede observar algo del fantasma. Es a través de
la repetición que el fantasma se puede poner en palabras.

Si bien debe dejarse tomar por la demanda, el analista no debe responder a ella. Lo que debe hacer es
llevar al sujeto a traspasar las barreras del fantasma que le impide llegar al tercer piso del grafo del deseo,
y encontrarse con el significante de la falta en el Otro, la castración simbólica en el Otro, haciendo que
pierda su estatus de omnipotente. Esa es la dirección de la cura.

● Se corresponde a los tres registros, en tanto:


a. Imaginario: es una escena, algo visual, una fantasía, etc.
b. Simbólico: en tanto el fantasma está determinado por lo simbólico. También se puede
poner en palabras, se puede construir una frase que sirva para el análisis.
c. Real: el fantasma encubre lo real, lo vela para que la falta en el Otro no sea vista. Acá
se ubica el objeto a, en tanto es un objeto real.

UNIDAD 6: EL OBJETO COMO PLUS DE GOCE. LOS CUATRO DISCURSOS.


Seminario 16, cuando Lacan arma los discursos:

En este seminario, Lacan busca dar cuenta de la inconsistencia del Otro, hasta que llega a decir “el Otro
no existe”. Pero esto no implica que no tenga peso, sino que se sigue siendo prisionero del Otro, que lo
mantienen al sujeto en una determinada posición en la vida, una determinada forma de existir.

Goce:

¿Qué es el goce? El goce se ve en la repetición, que es satisfacción de la pulsión de muerte. El goce se


relaciona a la satisfacción pulsional. Con el objeto a y sus sustitutos puede darse un goce o también un
“penar de más” (un desequilibrio entre esta serie continua entre satisfacción-insatisfacción). Es decir, un
mismo objeto puede ser estar relacionado al goce acorde al principio de placer, o al displacer (cuando se
presentifica el objeto a, puede angustiar).

El goce regulado por el fantasma es siempre masoquista.

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RESUMEN TEORÍA PSICOANALÍTICA III 2021

El goce está evacuado del campo del Otro. Lacan dice que está limpio de goce por la incidencia del
significante:

El sujeto es falta en ser y falta de goce. En tanto el Otro es un sujeto en falta, el significante de la
falta en el Otro (grafo del deseo) se lee también como falta de goce en el Otro. Lo propio del
campo en el Otro es que esté agujereado, porque el objeto a está perdido para este Otro.
Antes, Lacan afirmaba que el Otro era el lugar de la verdad, pero con esta idea de que el Otro es
un sujeto en falta, ya no hay garantía. Ya no es el lugar de la verdad y el garante de la buena fe.

Con esta noción de que el sujeto se constituye por el corte significante, Lacan afirma en este seminario:

“el sujeto es efecto del discurso”

¿qué significa? Que el significante implica la perdida de goce: Teniendo en cuenta el grafo de la división
subjetiva, lo que es importante ahora es la división del sujeto y el resto: el goce se coloca en el primer
piso, con el sujeto mítico. Luego ese sujeto mítico se inscribe en el campo del Gran Otro, si es que tiene
algún lugar en su deseo, dando como resultado un sujeto barrado. Entonces, el sujeto comienza siendo el
objeto para el Otro, un falo imaginario con el cual llenar su deseo, para luego advenir en sujeto con el
corte simbólico.

Así, en esta división que propone Lacan, se puede ver cómo se da la constitución de un sujeto deseante a
costa de un sujeto de goce (el sujeto mítico). Se debe perder un poco de este goce mítico para que pueda
advenir un sujeto, haciendo que la posibilidad del goce absoluto se pierda para siempre por la castración
simbólica y permitiendo que aparezca otro tipo de goce: el goce producido por los objetos causa de deseo
(los objetos a: pechos heces, mirada, vos y sus sustitutos).

Todo esto sirve para pensar qué lugar ocupa el sujeto para el Otro: en el primer piso es objeto del Otro, la
putita. Por esto es que el neurótico, quien busca retornar a ese primer piso mítico donde todo era perfecto,
se encuentra con la angustia cuando el Otro se presentifica como completo, porque se vuelve a sentir
objeto del Otro. El neurótico busca lo que teme.

El sujeto siempre está en búsqueda de retornar este goce mítico, aunque sea imposible.

Goce fálico:

Es el que tiene una flexibilidad de goce y castración: se articula con la castración ¿simbólica? y permite la
búsqueda de la satisfacción en un sujeto. El goce fálico se relaciona con objetos que cobran un cierto
brillo, un brillo fálico. Este goce se ve en el síntoma o el que el sujeto obtiene vía los objetos a.

Discursos en Lacan, contextualización y elementos que lo componen:


Contexto: 1968, el Mayo Francés, una época de protestas que tenían el objetivo de derrocar el poder
establecido en esa época. Esto, cómo no, influencia a Lacan.
Seminario 17: Lacan dice “La esencia de la teoría psicoanalítica es un discurso sin palabras; es la función
del discurso. Discurso que supone la estructura del lenguaje (encadenamiento de significantes)”.
Para Lacan, entonces, la teoría psicoanalítica es un discurso sin palabras, pero no sin significantes. Los
discursos son hechos de escritura, es decir, adquieren estatuto de escritura, pero sin palabra. Para Lacan,
el concepto de discurso está, a partir de ahora, desunido de la palabra.
¿qué es un discurso? 🡪 Tomando la noción de discurso de Foucault, Lacan dice que el discurso es una
estructura, y busca dar cuenta de las formas que adquiere el lazo social, pero siempre tratando de
argumentarlo desde la lógica.

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RESUMEN TEORÍA PSICOANALÍTICA III 2021

Lazo social: Ese lazo social que se da entre un agente y otro, a quien va dirigido el discurso. Esto tiene
un efecto, llamado producción, pero en todo lazo social, hay un margen de imposibilidad, algo escapa a
ese lazo (la verdad).
¿qué es ese margen de imposibilidad? Saca esta idea de Freud, que decía que hay 3 tareas
imposibles: la de gobernar, la de enseñar y la del análisis. No dice que sean imposibles en sí,
sino que siempre se hacen de forma fallida, siempre queda un resto, siempre hay algo a lo que no
se llega. Lacan hace coincidir estas imposibilidades con los 4 discursos que desarrolla el mismo,
agregando la imposibilidad de la relación sexual. Así, gobernar con el discurso del amo; enseñar
con el discurso universitario; analizar con el discurso del analista; y la relación sexual con el
discurso histérico.
¿cómo lacan lee esos puntos de imposibilidad? Son los puntos donde lo simbólico tiene su
límite, porque aparece algo de lo real. Eso real está ubicado debajo de la barra de la represión.
Esquema del discurso y sus cuatro lugares invariantes:
En este cuadrito se ven los lugares de la estructura. Esto es
invariante, mientras que lo que cambia son los términos o
elementos que ocupen estos lugares. Dado que son 4 lugares, Lacan
habla de 4 elementos, y el orden en que se organicen en esta
estructura va a determinar de qué discurso estemos hablando.
Cuatro Elementos o Letras:

⮚ S1: es el rasgo unario, es la marca significante, el primer contacto con el lenguaje que marca al
sujeto.
⮚ S2: es la batería de significantes, es la relación que haya entre los significantes. Es la cadena de
significantes. Todo lo que queda capturado acá produce un sujeto:
⮚ $: producto del corte simbólico, del hecho de ser hablados. Eso genera que seamos sujetos en
falta.
⮚ a: universo de lo real. Siempre que hay un sujeto hay un resto. Es decir, en el momento en que el
S1 ingresa, crea tanto el registro simbólico como al real, donde queda todo aquello que no se
logró simbolizar. Más adelante, lacan ubica el goce en lo real y al saber en lo simbólico.

Entonces, en función del lugar que ocupen estos elementos, se van a producir 4 discursos diferentes,
donde lo importante no es qué se dice, sino el lugar desde donde se dice. Esto se relaciona con la
intención de Lacan de apuntar a un “discurso sin palabra”.

Cuatro Tipos de Discursos:

Discurso del Amo:

Lacan lo toma de la dialéctica amo-esclavo de Hegel, y va a ubicar


en el S1 (en el agente) al amo, en el S2 (en el otro) al esclavo y en el
a (en la producción) lo que el amo le hace producir al esclavo (la
cosecha, etc.). En este discurso, el saber lo tiene el esclavo, en tanto
“sabe hacer”, que el amo no tiene. Por eso el esclavo tiene el S2, el
conocimiento. Con ese saber hacer, genera una producción. Y lo que
queda ubicado en el campo de la verdad es la división subjetiva: el
amo se cree dueño de sí mismo, pero en realidad es un sujeto en falta como todos, solamente que decide
desconocer su doble castración. Por eso se ubica la barra de la represión entre el S1 y el $, y la doble
barra de la imposibilidad. Esa verdad de su castración lo condiciona, aunque él no quiera, aunque él la
desconozca.

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Anana
RESUMEN TEORÍA PSICOANALÍTICA III 2021

La filosofía generó un movimiento del discurso amo hacia el discurso universitario. Antes, el
conocimiento en juego era un “saber hacer”, un saber en la práctica, pero en este discurso universitario, el
conocimiento es posible sin que se haya realizado en la vida real. Es decir, quien tiene el saber, tiene un
saber teórico, que es aprendido desde la lógica y no desde un contacto con la realidad.

Discurso Universitario:

El saber se ubica en el lugar del agente, haciendo que todos los


otros elementos se corran hacia la izquierda, en contra de sentido
del reloj. Este saber fue extraído del esclavo por la ciencia y lo
teorizó = saber epistémico. Ese saber en el lugar del agente se
dirige hacia otro, que es el estudiante, el objeto a. El $ refiere a que
siempre se puede saber algo más, porque el conocimiento científico
es muy minucioso y parcializado. Es imposible saberlo todo, y aun
así el sujeto tiene la ilusión de que la ciencia puede llegar a saber todo en algún punto. Lo que se
desconoce es ese real, esa verdad que dice que nunca vamos a poder conocer todo. Por esto, el S1 (el
primer ste) está ubicado en el lugar de la verdad, porque es el significante que está más pegado a lo real,
mostrando que hay un límite de lo significante, donde comienza lo real y es inabordable para el sujeto.
Esa verdad condiciona, en tanto hay algo que no puede decirse.

Discurso Histérico:

El $ es el sujeto que se pregunta, que queda interpelado y advierte


la escisión subjetiva, lo inconsciente. Esto implica que se dirige a
busca ese S1, que son las primeras marcas significantes, porque
entiende que el saber que busca (en la producción) está vinculado
a esa primera marca que dejó por fuera a lo real y creo e sujeto
dividido. Es solo a través de ir en busca de esas marcas que se
produce el saber no sabido, ese tercer tipo de saber que Lacan
propone. Lo que queda en el campo de la verdad es el objeto a,
porque es inaccesible justamente por ser lo no nombrable.

Discurse del Analista:

En el lugar del agente es el analista, que se ubica en el lugar del


objeto a como causa del deseo, y se dirige a un sujeto dividido,
no al yo. Esto es para poder arribar a esa primera marca
significante que generó esa primera escisión entre lo real y lo
simbólico, y no al sentido imaginario que el yo le da a las cosas.
En el lugar de la verdad queda el S2 en tanto saber no sabido, al
igual que en el histérico.

GRAFO DEL DESEO: TODOS LOS PASOS.


Célula Elemental

Esta triada de necesidad, demanda y deseo esta esquematizada en la “célula elemental”, que luego se
complejizará y se convertirá en el grafo del deseo (U5).

Hay un sujeto mítico de la necesidad, que se encuentra con Otro y


con el mundo del lenguaje (lo simbólico). El Otro aparece como el
tesoro de los significantes, y es quien significa al niño mítico,

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RESUMEN TEORÍA PSICOANALÍTICA III 2021

volviéndolo sujeto en falta porque ahora pasa a estar atravesado por la barra del lenguaje. Es decir,
adviene un sujeto barrado, que es el fin del grafo. Así, la necesidad del sujeto mítico queda traducida en el
orden de lo simbólico gracias al lenguaje y los significantes del Gran Otro.

En este esquema vemos los siguientes elementos:

● : sujeto mítico

● A: Gran Otro

● s(A): significado del Otro

● S barrado: sujeto en falta.

Deseo: es el resto, aquello que quedó por fuera de la significación. Acá se juntan todas aquellas
necesidades que no fueron nombradas y quedan en el registro de lo real. El deseo parece tocar algo de lo
real. Como el sujeto no puede satisfacer aquello de lo que no hay simbolización o representación, se
vuelve a buscar.

Grafo del Deseo: La Pregunta

En “Subversión del sujeto”, se presenta el grafo 3, o el grafo de la pregunta, un momento anterior al grafo
completo del deseo. Lacan comienza a presentar al fantasma.

En este grafo se ve como el sujeto registra que ocupa un lugar de


objeto en el deseo del Otro, y entonces se pregunta por ese deseo,
porque quiere ser amado por el Gran Otro. Pero el Otro no le da
una respuesta, sino una pregunta ¿qué me quieres? Ante esto, el
sujeto responde construyendo el fantasma.

El fantasma crea una fantasía de completud, de ser aquello que le


falta a Otro, su falo imaginario. A su vez, ve al Gran Otro como
sin falta, sin barrar. El fantasma es una defensa ante la angustia
que produciría conocer la falta en el Otro, y le sirve al sujeto para
ubicarse en el deseo del Otro. En el neurótico, permite no
confrontar con la castración simbólica, quedándose en el corto-
circuito del grafo.

Grafo del Deseo Completo:

En este grafo vemos todos los pisos completos. El trayecto comienza en


el Sujeto barrado, y termina en el Ideal del Yo o I(A). Elementos:

✔ i(a): yo ideal, la imagen del propio cuerpo

✔ A tesoro de los significantes

✔ S tachado, rombo y D: pulsión.

✔ S(A tachada): significante de la falta en el otro.

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✔ S barrando, rombo y objeto a: fantasma.

✔ M: yo

✔ s(A) significado del Otro

Este esquema muestra cómo se parte de un sujeto barrado, en falta por el lenguaje, que debe pasar por
otro y sus significados, para terminar en un Ideal del Yo (unidad 3, los ideales vienen a rescatar al sujeto
de ese vacío entre dos significantes que atentan contra su subjetividad).

La novedad respecto de resto de grafos es que Lacan incluye el fantasma, la pulsión y el significante de la
falta en el Otro.

En el significante de la falta en el Otro/ S(A barrado), Lacan ubica al falo simbólico, en tanto es ese
significante que falta por estructura y habilita la necesidad de articular un significante con otro, para
poder encontrar sentido en la cadena. Llegar a este punto del grafo implica que el sujeto sabe que el Otro
no es todo poderoso, sino que es un sujeto en falta como todos, y eso permite desligarse un poco de los
significantes del Otro (con la ayuda de la metáfora paterna) e iniciar la búsqueda de satisfacción subjetiva.
Es el margen de libertad que tiene un sujeto para elegir qué desea.

En el entrepiso, a la izquierda, se ubica en fantasma. En tanto vela lo real, el fantasma es quien impide
que os neuróticos accedan al tercer piso, donde se encuentra el significante de la falta en el Otro. Es decir,
el fantasma evita que el sujeto se encuentre con otro en falta, y se angustie. El fantasma mantiene al sujeto
en el cortocircuito deseo-fantasma. En la flecha que sale de él hacia abajo, en el significado del Otro en
tanto completo, se encuentra el síntoma. Esto se ubica así porque el síntoma depende del mensaje del
Otro, es decir, el fantasma no solo determina la posición del sujeto respecto al deseo del Otro, sino
también sus síntomas (en tanto el síntoma es un mensaje a descifrar, el mensaje es determinado por la
significación del Otro).

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