!calla Ego! Ahora Mando YO - Silvia Pascua Ramos

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¡C ALLA E GO !

AHORA MANDO
YO
CÓMO RECUPERAR TU PODER PERSONAL PARA
TENER SALUD Y SER FELIZ

SILVIA PASCUA RAMOS


Ha llegado la hora de COGER EL MANDO de tu vida, ha llegado la hora
de VIVIR DE VERDAD, ha llegado la hora de SER, ha llegado la hora de

SER FELIZ
No puedes demorarlo más.
Si estás leyendo estas palabras es que ha llegado tu momento

ENHORABUENA
Te voy a acompañar en un apasionante viaje
al centro de tu SER

Este libro no está escrito para tu mente. Este libro está escrito para tu
corazón, así que pásame con él que seguro que está deseando que le cedas el
mando.
ÍNDICE

¿POR QUÉ ESTE LIBRO?


OBJETIVO DEL LIBRO
¡CALLA EGO! AHORA MANDO YO
VOLVER A DECIDIR
EL PODER DE LAS OVEJAS NEGRAS
SALIR DEL REBAÑO
EL DESPERTAR DE LA CONCIENCIA
LA VIDA COMO UN VIDEOJUEGO
¿QUIÉN SOY?
YA NO ES COSA DE BRUJERÍA
LEYES DEL UNIVERSO
¿CÓMO FUNCIONA LA MENTE?
VIVIMOS EN PILOTO AUTOMÁTICO
NIVELES DE CONCIENCIA
LA IMPORTANCIA DE LOS PENSAMIENTOS
LA IMPORTANCIA DE LAS PALABRAS
LA EPIGENÉTICA
EL ESTRÉS
¿CÓMO RECONOCER AL EGO?
LA EMOCIÓN Y EL EGO
LA COHERENCIA CARDÍACA
¿RESPONDER O REACCIONAR?
¿CÓMO GESTIONAS TUS EMOCIONES?
¿SOY BIPOLAR?
¿QUIÉN ESTÁ AL MANDO?
EL HÁBITO DE SER INFELIZ
RECUPERAR TU PODER Y SER FELIZ
NUESTRO DESTINO EVOLUTIVO
MOMENTOS DE CONEXIÓN
MOMENTOS DE BAJÓN
MI HISTORIA
HISTORIA DE CASOS
AGRADECIMIENTOS
BIBLIOGRAFíA
PRÓLOGO
Si estás leyendo este libro no es casualidad; yo más bien lo llamaría
“causalidad”. Seguro que es lo que necesitas en este momento, así que
préstale mucha atención. Léelo las veces que te haga falta… lo agradecerás,
te lo aseguro.
Cuando Silvia me dijo que quería que le hiciera el prólogo de su libro, fue
un reto para mí porque esta vez no soy una persona imparcial. Y te
preguntarás por qué no lo soy. Pues bien, este libro es como un “nieto” para
mí y este año estoy teniendo muchos, jejeje.
Tengo un Programa de Mentoría llamado Tu Primer Libro y Silvia se
apuntó a la versión beta. Empezamos las dos con mucha ilusión y pasión,
pero sabíamos el gran trabajo que teníamos por delante. Cuando un escritor
se enfrenta a una página en blanco y va a hablar de su vida, de su experiencia,
va a tener que enfrentarse a sus miedos, a sus fantasmas y revivir
experiencias dolorosas pero también muy sanadoras.
En este libro Silvia te va a ir contando, de forma magistral, como desde
la noche más oscura del alma se puede ir hacia una nueva vida donde uno
puede SER libre de SER, viviendo desde la escucha de tu corazón.
Desde la infancia vamos formando creencias que adoptamos para no
sufrir y nos vamos adaptando a esa realidad, una realidad creada por los
demás pero que te aleja de tu verdadera esencia, de TU LUZ. Y la forma que
tiene tu cuerpo de decirte que no vas bien, de que no eres coherente con tu
grandeza, es a través de la enfermedad. Silvia lo sabe muy bien; lo ha vivido
en sus carnes y te lo describe en el libro.
En ese proceso de DESPERTAR, cuando entiendes que algo no va bien y
buscas tu VERDAD, te sientes como una oveja negra, incomprendida por
muchos. Empiezas un viaje de valentía y coraje que solo unos pocos se
atreven a realizar.
Si quieres salir de tu burbuja, de tu mentira, si quieres que tu cuerpo sane
viviendo en coherencia, Silvia te va a acompañar en este libro. Te va a
enseñar a través de su vida, de su proceso y de su gran experiencia como
terapeuta y coach.
Después de leer este libro, nada será igual. Bienvenido al mundo de las
ovejas negras que han decidido SER.
Tu mentora, amiga y colega, con mucho AMOR.

Feli García
POR QUÉ ESTE LIBRO

¡¡¡Hola!!! Gracias por estar aquí


Me siento afortunada de que estés aquí ahora dedicando un momento de
tu vida a leer mi primer libro. Este momento que para ti puede parecer una
acción como otra cualquiera, para mí significa muchísimo. Que tu estés
leyendo ahora mismo este libro significa que los sueños se pueden cumplir,
que las limitaciones y los miedos se pueden trascender, que por mucho que
una parte de ti te diga que no vas a poder, que no vas a saber, se puede
conseguir lo que realmente deseas de corazón.
Este libro para mí significa superación personal, crecimiento y sobretodo
contribución. Por eso me siento muy feliz, agradecida a la vida y a todas las
personas que han hecho posible que yo pueda hacerlo.
Hace unos 6 años aproximadamente me encontraba en una situación de
salud complicada, que más adelante explicaré. Los libros me ayudaron
mucho a salir de ella; hubo un antes y un después de leer esos libros. Me
sentía tan agradecida a esas personas que habían contado sus experiencias en
esos libros, que me dije que cuando yo saliera de la situación en la que
estaba iba a devolver el favor escribiendo yo también mi propio libro, para
ayudar a otras personas que como yo en aquel momento, estén enfermas, se
encuentren perdidas, confusas, sin encontrar un sentido real a la vida.
Éste es un libro escrito desde el corazón, desde esos momentos de
conexión conmigo, porque cuando ponía mente las palabras no fluían. Es
fruto de muchos aprendizajes vividos, de caerme y tropezarme muchas veces
con lo mismo hasta aprenderlo, de experiencias vividas ayudando y
compartiendo mis aprendizajes como terapeuta y coach. Pero sobre todo es
fruto de una experiencia vivida desde otra conciencia, la consciencia del
amor, de nuestra esencia, de lo que somos en realidad. Solo desde ahí todo
tiene sentido, solo desde ahí todas las piezas del puzle empiezan a encajar,
solo desde ahí todo es posible, solo desde ahí puedes sentir el verdadero amor
y la verdadera felicidad. Solo desde ahí puedes SER. Solo desde ahí puedes
Ser Feliz.
Espero que lo disfrutes leyendo tanto como yo lo he hecho escribiendo.
Y me gustaría que si te ayuda, aunque sea solo un poquito, a mejorar tu vida,
si te apetece y lo sientes, lo expreses a través de un correo, las redes sociales
o como quieras. Se trata de contribuir entre todos a que cada vez más
personas abran su mente a otra manera de vivir, más saludable y feliz.
OBJETIVO DEL LIBRO

El secreto de la salud física y mental no es llorar por el pasado, preocuparse por el futuro
o anticipar problemas, sino vivir el momento presente con sabiduría y seriedad.
Buda

El objetivo principal de este libro es dar a conocer otra opción, otra


manera de enfocar la vida, otra manera de vivir, de amar, de relacionarte. Dar
otro significado a tu realidad, a tu cuerpo, a tu salud y a tus problemas.
Quiero mostrarte dos enfoques, dos maneras de vivir, con dos formas de
pensamiento muy diferentes que te llevan cada una de ellas a realidades bien
distintas. Estas dos formas de pensamiento se nos presentan en cada
momento y constantemente tenemos que decidir optar por una o por la otra.
Una vez que conozcas estas dos realidades serás libre de escoger la que
quieres vivir. Pero solo una de ellas te llevará a lo que deseas:

Tener Salud y Ser Feliz.

Lo que voy a explicar es lo que a mí me hubiera gustado encontrar


cuando yo estaba en mi rebaño, dormida, confundida, perdida, con mala
salud, baja autoestima, llena de miedos.
Este libro no pretende cargarte de teorías imposibles de entender,
simplemente darte a conocer una información muy valiosa, de una forma
sencilla, desde mi propia experiencia, para que desde lo que ya conoces,
vayas construyendo una nueva estructura mental interna más sólida.
Al principio de mi proceso me llegaron libros muy densos. Sabía que
contenían información muy importante y algo dentro de mí me decía que lo
que contaban era cierto, pero me costaba muchísimo entenderlos. Aún así, yo
seguía leyéndolos, tomaba notas, me hacía esquemas… Me abrí a creer todo
lo que leía, poniéndolo en práctica, experimentando prueba-error todos
aquellos principios hasta que poco a poco los fui integrando y pasaron a
formar parte de mi manera de funcionar y entender la vida. Creo que queda
muy poco de la Silvia de hace 6 años; las conexiones de mi cerebro se han
reestructurado de una manera que me han permitido vivir mejor, tener más
salud, relacionarme de una manera más amorosa y poder ser feliz.
Aparentemente mi vida no es tan perfecta como parecía antes, pero ahora
puedo decir que me siento realmente feliz. Feliz porque me siento en paz
conmigo misma, me siento en coherencia, me siento encaminada hacia lo que
siento que quiero hacer. He dejado atrás miedos, creencias limitantes, y me
he lanzado a vivir, a experimentar, a SER. Tengo una vida que crear, pero
esta vez la voy a decidir YO y no mi programación inconsciente. Quizás haya
tenido que dejar cosas externas para poder llenarme internamente. El camino
no ha sido fácil; salirte de tu rueda, de tu cárcel mental, de tu zona de confort,
no es nada fácil, pero merece mucho la pena. Si el entorno no te acompaña es
como ir nadando a contracorriente; tienes que hacer un esfuerzo muy grande
para no dejarte llevar por la corriente y volverte a tu rueda, a tu cárcel mental,
a tu zona de confort. Por eso si tu entorno no te acompaña y realmente
quieres hacer un cambio en ti, te recomiendo hacerlo de la mano de alguien
que haya pasado por ahí. Ahorrarás tiempo y energías.
Toda esa información que a mí me ha transformado es la que quiero
compartir contigo.
No quiero que te creas nada de lo que digo; ésta es mi verdad porque yo
he creído en ella y me ha funcionado. Solo te quiero pedir que te abras a la
nueva información; la experimentes y luego quédate con lo que te sirva en
este momento. Que ahora no te sirva no quiere decir que más adelante no lo
vaya a hacer. Cada vez que leas este libro verás un libro nuevo, porque cada
vez serás una persona con una mente distinta, que tendrá necesidades
distintas. En cada lectura te encontrarás con lo que estés preparada para
encontrar en ese momento. Si hay algo que no entiendas, déjalo y sigue
leyendo. Todo tiene su momento.
¡Buen viaje!
¡CALLA EGO! AHORA MANDO YO

Hasta que lo inconsciente no se haga consciente,


el subconsciente seguirá dirigiendo tu vida,
y tú le llamarás destino.
Carl Gustav Jung

• ¿Por qué este título? ¿Quién soy YO y quién es el ego?


Acabar este libro no fue una tarea fácil; más adelante os explico cómo
intervino mi ego en el proceso, gracias a lo cual salió el título.
El ego es esa vocecita interior que me estuvo fastidiando para que
retrasara la finalización del libro, esa vocecita que te dice que tú no puedes,
que no sabes, que mejor lo dejes para más adelante, que ahora no puedes
porque tienes mucho trabajo, que no tienes tiempo o que a quién le va
interesar… no se cansa nunca de buscarte excusas para que no te enfrentes a
lo desconocido. Esa vocecita que siempre te hace vivir encogido, encogida,
en el miedo continuo, en el drama, en el pobrecito, pobrecita de mí, es la que
impide que vayas hacia tus sueños, que tengas salud y que seas realmente
feliz.
El título del libro fue lo que sentí después de ver cómo mi ego había
tratado de manipularme para que retrasara otra vez su publicación.
Cuando digo, ahora mando YO, ese YO con mayúsculas representa mi
YO auténtico, ése que escucha la voz de mi corazón, la voz de mi alma. Ese
YO que no está identificado con mis miedos, con mis inseguridades, con mi
programación inconsciente.
No pretendo ir contra el ego, porque si no entraría en una lucha conmigo
misma y generaría más ego todavía. El ego es una parte mía, que en el fondo
me quiere proteger de lo que, según su programación, es peligroso para mí.
Lo único que pretendo es no darle el poder; quitarle el mando de mi vida, y
simplemente escucharlo para poder trascenderlo y seguir creciendo. Darle el
poder me limita y me impide avanzar, y una de las necesidades del alma es
avanzar, crecer, progresar, evolucionar.
Repetir por las mañanas ¡Calla ego! Ahora mando YO me ayudó a
empoderarme y a no dejar entrar a esa pesada voz que no me dejaba acabar
de escribir. Gracias a esta frase, tú estás leyendo este libro, y por eso la quiero
compartir contigo.
A medida que vas avanzando en el camino del autoconocimiento, esa
vocecita cada vez es más sutil, se resiste a desaparecer porque no quiere
perder el control. Pero con el tiempo, esa vocecita se va debilitando y te
permite tener más momentos de bienestar y plenitud.
¿Por qué es importante que conozcas toda esta información? Porque esto
no nos lo enseñan en el colegio y considero que es básico. No conocerlo me
llevó a enfermar y a no encontrar un sentido a la vida.
Nuestra naturaleza es ser felices, pero entonces,
¿Por qué vamos buscando siempre la felicidad?
Porque hemos crecido pensando que hay algo externo que nos la va a
proporcionar, cuando lo cierto es que puedes pasarte la vida buscando la
felicidad fuera y nunca la vas a encontrar. Puede que conseguir tus sueños te
haga feliz, puede que conseguir el coche que tanto deseas te haga feliz, o ese
viaje que tanto quieres hacer, pero ¿cuánto tiempo te va a durar ese estado? A
la que te hayas acostumbrado a vivir con ello necesitarás otra cosa. No hay
nada fuera que te llene ese vacío que sientes que no te permite ser realmente
feliz.

Todo lo que necesitas para ser feliz está dentro de ti. Una vez
que lo encuentras todo lo que hay fuera lo disfrutas de
verdad.

Dejamos de Ser felices en el momento que dejamos de SER.


Pero ¿En qué momento dejamos de SER? En el momento que entramos
en la hipnosis de nuestra programación inconsciente. En el momento que
empiezas a hacer cosas sin plantearte si quieres hacerlas, en el momento que
aparentas ser otra persona para que te acepten, para que te quieran, en el
momento que aguantas relaciones que no te satisfacen, trabajos que no te
motivan, en el momento que no puedes decir no, en el momento que no te
valoras, que no te amas, que crees que no vales lo suficiente, que no vas a ser
capaz, que no vas a por tus sueños... en el momento que le das tu poder al
ego.
Es hora de dejar que la vida te viva y empezar a vivirla tú. Así que, solo
por hoy, asume tu responsabilidad, coge el timón de tu barco y empieza a
dirigir tu vida. Decide Ser.
Con este libro pretendo darte una visión diferente de la vida, animarte a
que, solo por hoy, cojas el mando y decidas vivir desde otra estado de
conciencia, un estado superior, para que dejes de vivir desde el miedo y elijas
vivir desde el amor.
Solo por hoy es una trampa para que tu mente inconsciente no te ponga
trabas. Esa mente no quiere que salgas de lo que ya conoces porque te quiere
proteger, no quiere grandes cambios, no quiere salirse de rutinas, ni hábitos,
porque así se siente segura y puede ahorrar energía. Solo por hoy parece algo
temporal que no te va a complicar por mucho tiempo, y esto le quita peso al
posible esfuerzo que quieras hacer. Pero si cada día te levantas y piensas solo
por hoy Voy a mandar YO, tu mente sin darse cuenta empezará a coger el
hábito de vivir desde este estado de conciencia.
Ser feliz es un hábito, y todo hábito empieza con una decisión y un
esfuerzo inicial. Para Ser feliz tienes que empezar a vivir desde el amor y
para ello tendrás que eliminar la basura mental que te impide serlo (creencias,
miedos, patrones heredados…) y después instaurar nuevos patrones de
comportamiento, nuevas creencias más acordes con quien quieres ser y
experimentarlo. Vivirlo y repetirlo, repetirlo y repetirlo hasta que se convierta
en un hábito, y automáticamente funciones así, siendo feliz, viviendo desde el
amor. Tu mente irá donde tú quieras que vaya; serás tú quien la dirija y no
ella a ti. Todo esto no se consigue en un día, ni basta con leer libros o hacer
cursos; requiere de un compromiso para el cual debes estar 100%
comprometido/ comprometida. Una vez que tengas toda la información que te
voy a dar, ya no tendrás excusas, ya no podrás culpar a nada ni a nadie de tu
infelicidad; sabrás que ser feliz solo depende de ti. Así que piensa: ¿Cuándo
es un buen momento para empezar a ser feliz ahora?
No dejes tu felicidad para mañana, cada instante que pasa es un momento
menos de tu vida, un momento que no volverá más. Todos tenemos un
tiempo limitado en esta vida que estamos experimentando. Hemos venido a
vivir, a experimentar, a crecer como almas… ¿Por qué no hacerlo ya? ¿Por
qué esperar al momento perfecto? No esperes a que llegue ese momento
perfecto; coge tu momento y hazlo perfecto. Perfecto para empezar a hacer
un cambio en tu mente, en tu manera de vivir, en tu manera de disfrutar de la
vida. En tu cuerpo solo vas a vivir una vez, así que vive, experimenta,
disfruta. No dejes que la vida te viva; vívela tú a ella. Decide coger el mando
y a por ello.
• ¿Por qué nos cuesta tanto ser felices?
A las personas que vienen a mi consulta les pregunto qué es lo que
quieren conseguir, y la respuesta del 99% de ellas es ser feliz. ¿Hay alguien
en el mundo que decida no ser feliz? Claro que no.
Pero ¿Qué es la felicidad? La felicidad es el resultado de decidir SER. Es
el resultado de vivir identificado con quien eres en realidad. Es el resultado
de vivir desde el Amor. Todo lo que no sea estar en ese estado no es real, sino
el fruto de una programación mental que te hace creer que te falta algo para
ser feliz. Vivimos en una hipnosis que nos hace buscar fuera esa parte que
creemos que nos falta para sentirnos completos. Buscamos fuera algo que
llene nuestro vacío interno, y nos frustramos y sufrimos cuando vemos que
por mucho que consigamos nunca es suficiente.
Pero ya está; ha llegado la hora de despertar, de darse cuenta de que no
somos quienes creemos que somos. El 95% de lo que creemos que somos es
fruto de una información inconsciente que está dominando nuestras vidas y
nos hace vivir en el miedo, con emociones de muy baja frecuencia.
Nos cuesta ser felices porque nos identificamos con una parte muy
pequeña de nosotros, nuestro yo pequeño. Si no despertamos a una nueva
conciencia y aprendemos otra manera de funcionar, viviremos en la hipnosis
del ego, y, mientras vivamos desde ahí, no sentiremos la verdadera felicidad.
Ser feliz es una decisión; es un estado de conciencia, y tú puedes decidir
vivir desde ese estado desde hoy, pero antes necesitas tener una información
muy valiosa que es posible que conozcas, o de la que hayas oído hablar algo.
Aunque sea así, te recomiendo que sigas leyendo porque puede que te aporte
otra visión y te ayude a mejorar mucho más tu vida.
VOLVER A DECIDIR

Lo que niegas te somete,


lo que aceptas te transforma.
Carl Gustav Jung

Hace unos años tomé la decisión más importante y dura de mí vida:


decidí volver a decidir. Decidí salir de mi vida y alejarme de mi entorno para
poder encontrarme conmigo. No tenía muy claro lo que realmente quería,
pero sabía que no podía seguir como estaba. Necesitaba saber qué me había
llevado a ese estado para poder salir de él, necesitaba saber quién era yo sin
las personas de mi entorno, necesitaba saber si realmente estaba decidiendo
yo mi vida o la vida estaba decidiendo por mí. Mi cabeza era un caos y
necesitaba ordenarla.
Hoy me doy cuenta de que lo que hice fue DECIDIR VIVIR, DECIDIR
SER, DECIDIR SER feliz.
Quizás la manera en que lo hice no fuera la apropiada, quizás podría
haberlo hecho de otra manera, quizás podría haber hecho sufrir menos a las
personas de mi entorno, pero no supe hacerlo de otra manera. En ese
momento con los recursos que tenía disponibles actué de la mejor manera que
pude. De todas las opciones disponibles que tuve para escoger, escogí la que
creía que era la mejor. Si hubiera sabido hacerlo de una manera mejor lo
hubiera hecho, pero no supe. Hoy pienso que todo fue perfecto como fue, que
mis actos me ayudaron aprender, a crecer y que en el fondo también
ayudaron a las personas cercanas a las que afectó mi decisión. Pero esto solo
se puede ver con el tiempo.
He puesto en negrita DECIDIR porque es lo que te llevará a ser feliz.
En la vida hay que estar continuamente tomando decisiones, y según la
calidad de tus decisiones vivirás una vida u otra.
Si llevas tiempo dudando en si dar un paso importante en tu vida, desde
mi propia experiencia puedo decirte que lo hagas, que te lances, que lo
decidas de una vez, que decidas Vivir ahora, y te arriesgues a vivir, a
experimentar, que decidas Ser. Simplemente eso; permítete SER. Solo así
podrás ser feliz.
Hemos venido a esta experiencia física a experimentar, a aprender, a
crecer como almas, y si no lo hacemos, si no estamos creciendo
continuamente y nos estancamos, nuestra alma se quejará, porque ella no ha
venido a conseguir algo y estar cómoda, no, ha venido a vivir, ha venido a
Ser. Por eso te puedo decir que si quieres realmente tener salud y ser feliz,
tomes decisiones; decide coger el mando y empezar a vivir desde el amor,
desde el amor a ti.
Porque si no lo haces y reprimes lo que realmente quieres hacer, eso se
acabará convirtiendo en un problema. Empezarás a morirte poco a poco por
dentro, porque te estarás negando, tapando tus verdaderos deseos, y el cuerpo
lo acaba expresando en forma de enfermedad.
La enfermedad es el aviso del cuerpo de que hay algo que tienes que
cambiar. Normalmente la gente que pasa por enfermedades graves, y ve la
muerte muy de cerca hace cambios internos importantes; empiezan a valorar
más el sentido de la vida. El hecho de pensar que pronto te puedas ir de aquí
te hace tomar decisiones distintas, dar prioridad a lo verdaderamente
importante, a dejar de preocuparte por cosas insignificantes.
Hace unas semanas falleció un compañero que había estudiado conmigo
al que tenía mucho aprecio. Esto me ayudó mucho a reflexionar sobre mi
vida y lo que verdaderamente era importante para mí. Me di cuenta de que la
vida es un instante, y que ese instante hay que vivirlo intensamente. No hay
nada que esté bien o mal. Venimos a vivir esta experiencia física para crecer,
para aprender, para trascender y para disfrutar haciéndolo, pero hay
momentos en que nos perdemos por el camino, y entramos en el drama, el
sufrimiento, la ansiedad…
Me gustaría que te hicieras una pregunta, la misma que yo me hice esa
semana y que me ayudó mucho.
• ¿Qué pasaría si te murieras ahora?
¿Qué te habría quedado por hacer? ¿Qué habrías dejado de experimentar
por miedo? ¿A quién no le habrías dicho lo mucho que le quieres? ¿A quién
no habrías llegado a pedir perdón?
Te invito a que pares un momento de leer y reflexiones sobre esto.
Haz una lista de las cosas importantes que te hubieran quedado
pendientes por hacer. Una vez lo hayas hecho ponte fechas para realizar todo
lo que has puesto en esa lista.
Llama o escribe a esas personas a las que quieres dar gracias, pedir
perdón, o decirles que las quieres.
Es un ejercicio muy liberador, que te conectará con tu SER a través del
amor.
Yo me hice esa pregunta, y después de respondérmela entré en un estado
de paz y felicidad infinita; me di cuenta de que todo lo que había vivido había
tenido un sentido. Había sido muy duro y doloroso en muchos momentos,
pero, también, había conseguido algo muy valioso y muy bonito: la libertad,
la libertad de SER, de ser quien quiero ser en cada momento, la libertad de
vivir lo que había escogido vivir en cada momento, independientemente de la
situación y de la opinión de los demás.
Me di cuenta de que si me moría ahora mismo lo haría en paz, feliz y
orgullosa de mí. Evidentemente no quiero morirme ya; todavía tengo que dar
mucha guerra y vivir muchas experiencias que quiero vivir, pero lo que
quiero decir es que me sentiría orgullosa porque mientras viví lo hice
intensamente. Decidí salir de la prisión de mi mente, decidí pedir perdón y
perdonarme, decidí decir te quiero a las personas que quiero, decidí
experimentar, arriesgarme, ir en busca de mi salud y mi felicidad. A pesar de
tener al entorno en mi contra, decidí disfrutar de la vida, vivir nuevas
experiencias, y sobretodo liberarme de la culpabilidad por ser y no hacer lo
que los demás esperaban de mí. Mientras viví decidí que realmente quería
Vivir y sobretodo Ser, ser YO, auténtica, vulnerable, sin máscaras. Aceptar
que no soy perfecta ni pretendo serlo, que me equivoco como todo el mundo,
que a veces tengo bajones, que a veces digo cosas que no siento o actúo de
una manera que no quiero, pero ahora, desde la conciencia, aprendo de ello,
acepto mis errores, rectifico y pido perdón. Me perdono y sigo adelante, cada
vez con más seguridad y más confianza en mí y en la vida. Ahora sé que todo
es perfecto, que no hay nada que viva que sea casual; ahora sé que todo se me
pone delante para aprender, para crecer, para experimentar, sanar y
trascender.
La mayoría de veces no vivimos lo que queremos vivir, no somos
quienes queremos ser porque eso nos crea mucha culpabilidad, una
culpabilidad que no sabemos cómo gestionar.
Después de tomar mi decisión, la CULPABILIDAD me perseguía
continuamente. Es curioso cómo somos; me sentía culpable por SER, por
haber tomado mi propia decisión. Cuántas creencias limitantes nos han
inculcado desde pequeños que nos llevan a creer que ser nosotros mismos
está mal. Qué horror, cuánto daño nos hacemos… Pero lo hacemos
inconscientemente, sin darnos cuenta, con simples palabras aparentemente
inofensivas. Yo misma me he encontrado diciendo a mis hijos estas palabras,
que simplemente repetían lo que escuché que me decía mi madre, igual que
antes mi madre repitió también lo que mi abuela le decía a ella, y mi abuela
hizo lo mismo con lo que le decía su madre a ella, y si seguimos subiendo no
llegamos nunca a encontrar al culpable. Somos víctimas de víctimas, así que
no se trata de buscar culpables, sino de tomar conciencia y sanar para que se
rompa la cadena y no pase la misma información a las siguientes
generaciones.
Una reflexión: ¿Recuerdas quien eras antes de que el mundo te dijera
quien tenías que ser?

Las exigencias hacia los padres van en contra de la vida, del deseo de evolucionar, de ser
creativo. Solo podemos evolucionar gracias a que nuestros padres han sido imperfectos.
Las dificultades son la fuente de la fuerza que nos hace actuar y evolucionar. Por lo tanto,
dichosos los que han tenido padres imperfectos!
Bert Hellinguer
EL PODER DE LAS OVEJAS NEGRAS

Todo el mundo es un genio. Pero si se juzga a un pez por su habilidad de trepar árboles,
pasará la vida pensando que es estúpido.
Albert Einstein

Solemos llamar “oveja negra” a la persona que es diferente en un sistema


o grupo, normalmente en la familia. Se la tacha de diferente por no seguir lo
establecido dentro del clan familiar: las costumbres, profesiones, manera de
pensar, de vestir, de vivir. Suelen ser “los raros”, se les puede tachar de
egoístas, insensibles, pasotas, quejicas…
Las ovejas negras se pueden comportar de dos maneras muy diferentes:
[ Pueden esconder lo que sienten para ser amadas y aceptadas,
creando un personaje que se asemeje, lo más posible, a lo que
se supone que es lo normal en la sociedad, pasar desapercibidas
y de esta manera no sentir el rechazo.
[ O pueden optar por potenciar la diferencia, creando un
personaje fuerte, valiente, duro, que aparentemente no necesita
ayuda de nadie, ni le afecta lo que diga la gente, un tipo de
persona que sea reconocida por algo. Aunque detrás sigue
habiendo una necesidad oculta de ser amado y aceptado.
Pero cuando nos negamos a nosotros mismos, ese sentimiento reprimido
tiene que salir de alguna manera a la luz. ¿Cómo? Lo acaba somatizando el
cuerpo en forma de síntoma. Pero ¿qué pasa? El sentimiento reprimido queda
a un lado y el foco lo ponemos en el síntoma. Tratamos de eliminar el
síntoma, tapándolo con medicamentos, pero no sabemos que realmente el
síntoma es el que nos avisa de que es lo que nos está pasando realmente.
Como nosotros no hacemos caso de lo que pensamos y sentimos, el cuerpo lo
hace. Muchas veces la enfermedad es una adaptación biológica de lo que no
expresamos.
Las ovejas negras que se reconocen como tal, que no intentan ocultar lo
que son y salen del rebaño son las que realmente cambian el mundo. Son las
que con su experiencia ayudan a otras a mejorar sus vidas.
Yo me he sentido oveja negra durante mucho tiempo. Soy una persona
muy sensible y siempre he sentido cosas que los que estaban cerca de mí no
sentían. Me decían incluso que cuando me muriera me iban a donar a la
ciencia para que me estudiaran porque mira que era rara. Poco a poco fui
entendiendo porque me pasaban estas cosas; ahora lo vivo con normalidad,
aprovechando esa sensibilidad para ayudar, pero entonces me sentía como la
débil, la quejica, la llorona, la rara… y claro tratas de evitarlo y esconderlo
para que no te juzguen. Recuerdo que cuando empecé el practicioner de PNL
mi objetivo era no ser tan sensible. Me pasé prácticamente la mitad del curso
llorando; allí no podía taparlo, y me impactó mucho cuando algunos de mis
compañeros me decían ¡qué bonito, cuánta sensibilidad! y yo decía ¿bonito?
Acabé el curso aceptando esa parte de mí y descubriendo y entendiendo,
gracias a mi profesor Xavier Guix (autor de “Si no lo creo, no lo veo”, entre
otros títulos), que hay más personas como yo, personas a las que se les ha
etiquetado como PAS (Personas Altamente Sensibles). Descubrir eso fue
muy liberador para mí. No era yo sola la rara; éramos más… Si te sientes
identificado/identificada puedes buscar información en internet sobre las PAS
“Personas Altamente Sensibles”, te ayudará.
Durante mi proceso he conocido gente que es capaz de ver el aura de las
personas, gente que puede predecir las personas de su entorno que van a
morir en breve, gente que se comunica con personas que ya no están en
nuestro plano físico, personas que pueden ver tu cuerpo por dentro y
sanarlo… Son personas con dones desarrollados ya desde la infancia, y que
en la mayoría de los casos, les han hecho creer que eso no era real, o han
tenido que ocultarlo para no ser diferentes, ser criticadas o apartadas, para
que no les etiquetaran como locas. Estos dones pueden provocar mucha
confusión o locura interna si no tienes nadie al lado que te ayude a gestionar
y lo vea como algo natural. Hoy por hoy la medicina convencional no
reconoce nada de esto y todo lo soluciona con “etiquetas” y medicación para
que no sientas lo que sientes. Por suerte estamos en la era de la información.
Cada vez hay más personas que cuentan sus historias y hablan de ello como
algo natural. Estamos viviendo una época en que las ovejas negras están
saliendo a la luz y están ayudando a cambiar el mundo.
SALIR DEL REBAÑO

Ustedes se ríen de mí por ser diferente,


yo me rio de ustedes por ser todos iguales.
Bob Marley

Estar en el rebaño es como vivir en una hipnosis, es estar controlado


por una mente que llamaremos mente-ego. Esta mente solo pretende asegurar
tu supervivencia, y para ello te limita, te somete a las ideas de un personaje
que te has creado en la infancia, te hace vivir según las normas de tu
programación familiar heredada, te hace vivir en la dualidad de no ser
responsable de lo que te sucede, te hace ceder el poder a otros, dejando que
otros decidan qué es lo mejor para ti, obedeciendo órdenes sobre tu vida a
pesar de no estar de acuerdo con ellas.
Salir del rebaño es vivir desde el corazón, desde la mente-ser, desde la
conciencia de unidad, de que tomos somos uno, de que nosotros podemos
decidir sobre nuestra vida liberándonos de las creencias limitantes que nos
han inculcado.
Todas las ovejas tenemos la misma esencia, tanto las blancas como las
negras; estamos hechas de la misma energía y en esencia somos iguales, pero
cada una tenemos algo que nos hace únicas, irrepetibles, auténticas, cada una
tenemos una misión que cumplir y hemos venido a llevarla a cabo. La pena es
que todo esto se nos olvida cuando entramos en el rebaño, pasando a ser
robotitos siguiendo al pastor y haciendo lo que hacen todas.
Creo que todos llevamos dentro una oveja negra que no quiere vivir
sometida a normas, reglas, prototipos… una oveja negra que quiere romper
esquemas, que quiere ser libre, salir del rebaño, ir hacia donde siente que
quiere ir. Una oveja que simplemente quiere SER.
De hecho nacemos siendo ovejas negras, pero poco a poco nuestro
entorno nos va haciendo cambiar de color y acabamos transformándonos en
ovejas blancas, aunque la esencia, la oveja negra que somos, no acaba de
desaparecer, simplemente se queda escondida, reprimida, esperando algún día
poder ser libre otra vez.
Hay ovejas que pueden vivir así toda su vida y se mueren sin recuperar su
esencia, hay otras que empiezan a ser conscientes de su oveja negra reprimida
e intentan sacarla pero el entorno las vuelve a colocar en el rebaño, hay otras
que la vida las pone a tal límite que no les queda más remedio que salirse del
rebaño, porque quedarse en él se convierte en insoportable. Las ovejas
valientes que deciden salir, que conocen las normas del juego, que confían
en que es posible, y van a por ello, a pesar del dolor que supone en muchos
momentos, las que no se dan por vencidas y siguen, son las que viven vidas
extraordinarias, llenas de amor, de alegría, de paz, de realización personal.
Porque no seguir adelante implicaría volver al rebaño y eso ya lo han vivido
y saben que no les lleva a donde quieren ir.
Las ovejas negras valientes tienen sueños, saben que han venido a hacer
algo más grande de lo que están haciendo. Las ovejas negras valientes no se
rinden; saben que la vida es crecimiento y que éste implica a veces mucho
dolor, porque el crecimiento implica cambio continuo, romper viejos patrones
y apegos y eso duele mucho. Pero las ovejas negras valientes prefieren el
dolor del crecimiento al dolor y sufrimiento que comporta seguir en el
rebaño. Las ovejas negras valientes quieren compartir su aprendizaje para
ayudar a las ovejas que se han quedado atrás, pero saben que no las pueden
forzar, que tienen que seguir su propio ritmo. Su necesidad de contribuir les
anima a seguir adelante, para que cada vez haya más ovejas negras y se
invierta la proporción.
En esencia todos somos ovejas negras que hemos venido a jugar al
juego de la vida. Todos somos lo mismo pero cada uno tiene algo que le
hace especial. Todos estamos jugando un papel importante y todos y cada
uno de nosotros somos necesarios en este juego. Lo bonito es conectar con lo
que nos hace diferentes, no querer ser como los demás para ser aceptados,
sino ser aceptados como somos, auténticos y con nuestra mochila cargada de
cosas que tenemos que aprender.
Yo me pregunto: si todos somos ovejas negras, ¿Por qué esconderlo? Si
todos tenemos más o menos las mismas aspiraciones (ser felices), los mismos
problemas (profesionales, de pareja, hijos, padres), las mismas vergüenzas
(hablar en público, las críticas…), los mismos miedos (a la muerte, a
quedarme sin dinero…), porque intentamos esconderlos y aparentar que
estamos bien, que no nos pasa nada. ¿Y si todos nos expusiéramos tal y como
somos? ¿Y si todos explicásemos nuestros bloqueos, nuestros miedos y
nuestras vergüenzas sin tapujos? ¿Qué crees que surgiría? ¿Qué crees que
podría pasar si todos fuésemos vulnerables? No podría surgir otra cosa más
que el amor, la compasión, la comprensión. No habría juicio; empatizaríamos
los unos con los otros porque lo que le pasa al otro no es muy diferente de lo
que te pasa a ti.
¿No te ha pasado alguna vez que has juzgado a una persona sin saber
prácticamente nada de ella, y cuando la has conocido y has sabido su historia,
sus problemas, su vida, automáticamente la empiezas a ver de otra manera
más amorosa? La compasión y el amor es de lo que cojea la sociedad en la
vivimos. Pero los primeros por quienes tenemos que tener compasión y amor
es por nosotros mismos. No necesitamos a nadie para hacernos daño; somos
nuestros principales enemigos. No encontraremos a nadie que nos haga más
daño que nosotros mismos.
Este libro pretende despertar a las ovejas que viven presas de su
personaje. Ese personaje que todos nos creamos en un momento de nuestra
vida con el único objetivo de ser amados, reconocidos y aceptados por
nuestros padres. Cuando reconocemos quien “no somos” y descubrimos
quien somos en realidad podemos quitarnos las máscaras y empezar a ser y
vivir de verdad.
Este libro pretende darte la información para que puedas dejar de vivir lo
que se supone que tienes que vivir y empieces a vivir como realmente eres.

Eres una oveja negra porque eres una persona única,


especial, irrepetible.

Eres un sol brillante, eres una energía muy potente que está tapada por
unas nubes, a veces nubarrones, que no te dejan brillar. Esas nubes no te
dejan ser, pero recuerda: tu función es brillar. Eres luz y debes dar luz.
Salirse del rebaño no tiene por qué significar aislarte ni cambiar tu
situación actual. Salirse del rebaño significa cambiar tu conciencia, pasar a
vivir desde otro nivel más elevado acorde con quien eres en realidad. Utilizar
tus poderes creadores innatos. ¿Qué? ¿Qué somos creadores? Sí, claro que sí,
siempre estamos creando, queramos o no; es algo que no podemos dejar de
hacer.
Todo esto está muy bien pero pensarás y ¿Por qué no tengo lo que
quiero?
Porque no siempre creamos de manera consciente; la mayoría de veces lo
hacemos inconscientemente. Para entenderlo hay que abrirse a una nueva
información que no nos han enseñado en el colegio. Es necesario saber quien
somos realmente, cómo funciona nuestra mente, cómo funcionan las leyes del
universo y cómo podemos vivir con todo esto.
EL DESPERTAR DE LA CONCIENCIA

Puedes seguir cambiando el exterior,


pero nunca estarás satisfecho
a menos que los cambios sean internos,
pues el exterior nunca puede ser perfecto.
Osho

El primer paso que hay que dar para tener salud y ser feliz es despertar
hacia una nueva conciencia, es salir de la rueda del hámster y ver que hay
más opciones, que hay otra manera de vivir, otra manera de entender la vida,
más saludable y con un sentido más coherente que te lleva a obtener la paz
interior que anhelas.
El ser humano pasa por 3 estadios de la conciencia:
1. La hipnosis de la programación. Cuando vivimos la vida sin
hacernos preguntas, en piloto automático, sin cuestionarnos si realmente
estamos haciendo lo que queremos, dejándonos llevar por las
costumbres y creencias familiares. A veces te lo puedes cuestionar pero
lo ves como una locura o tienes miedo a la crítica o a traicionar a tus
amistades o a tu clan. Es donde se encuentra la mayoría de la población
hasta que se encuentra en la Noche oscura del alma y decide que no
puede seguir así.
2. El despertar: Cuando por algún motivo la vida te pone delante de
una situación límite, enfermedad, separación, muertes… y te llega algún
libro como este, haces una terapia o ves alguna charla por youtube y
sientes que se hace un click en ti. Entonces te das cuenta que estabas
dormido en la hipnosis de tu programación inconsciente y que hay otra
realidad muy distinta de la que conoces. Aquí empiezas a descubrir una
nueva información y a darte cuenta de que tú puedes coger las riendas
de tu vida. Pones en práctica estas enseñanzas y ves que te funcionan y
quieres saber cada vez más.
Espero que con este libro, entres en esta fase, si no lo estabas ya.
3. Fluir con la vida: Te das cuenta de que tú no controlas todo, ya que
estás supeditado a algo superior, Dios, Universo, Divinidad… lo
reconoces y empiezas a co-crear con él. Dejas de querer que las cosas
sean como tú quieres que sean; vives aceptando el momento sin querer
que éste sea diferente, sabiendo que lo que se te presenta es lo que
necesitas para tu crecimiento.

• La hipnosis de la programación inconsciente


Muchas personas viven en una rueda, a expensas de lo que la vida y las
circunstancias les depara. Para ellos la vida es sufrimiento, esfuerzo, una
lucha, una pelea constante. De alguna manera sobreviven; son víctimas de las
circunstancias. Todo lo que les pasa es culpa de algo externo. Para que su
situación cambie necesitan que algo externo cambie. En esta fase nos
podemos hacer esta pregunta:
¿Qué es la vida? ¿Qué sentido tiene? Siempre me hice esta pregunta:
¿Alguien se habría molestado en crear algo tan potente y perfecto como la
vida para venir a sufrir, a pasarlo mal? Creo que no.
Después de pasar esta primera fase cambió mi manera de ver la vida.
Para mí la vida es un juego en el que venimos a aprender, a superar
obstáculos para crecer, para evolucionar como almas.
Como todo juego, la vida también tiene sus propias reglas.

• Víctima, avestruz o guerrero


En la vida tú puedes jugar en varias posiciones. En la posición de víctima,
de avestruz o de guerrero.
- La víctima justifica continuamente su falta de acción, se
miente constantemente, se culpabiliza, se queja de su situación,
de los demás, hace responsable a otros de su estado, se rinde. La
víctima cree que tiene mala suerte, que todo le pasa a ella; el
mundo conspira contra ella. Se compadece de sí misma.
- El avestruz dice que va a dejar de ser víctima, que va a
cambiar, pero cuando llega la hora, vuelve otra vez a lo mismo.
- El guerrero o la guerrera va a por lo que quiere y aprende
cada día de sus experiencias. Sabe que lo que vive es para él, o
para ella, para aprender, para crecer. No culpa a nadie de su
estado. Sabe que es el creador, o la creadora de su realidad, que
si quiere cambiar algo de fuera primero tiene que cambiar algo
de dentro.
Cuando estamos en esta hipnosis decimos que estamos en modo víctima,
algo externo tiene la culpa de lo que me pasa y yo no puedo hacer nada más
que quejarme.
La primera regla para salir del victimismo que te genera la hipnosis es:

Tú eres el responsable o la responsable


de todo lo que te sucede
en la vida.

Sí, sí, el responsable, la responsable, has escuchado bien. Ui es posible


que tu ego empieza alterarse… déjame que le cuente.
No podemos controlar los acontecimientos que suceden en la vida pero lo
que si podemos controlar es cómo actuamos ante esos acontecimientos.
Depende de nosotros si respondemos o reaccionamos a la vida. En función de
cómo actúes tendrás unos resultados u otros.
LA VIDA COMO UN VIDEOJUEGO

La vida es una obra de teatro que no permite ensayos… Por eso, canta, ríe, baila, llora y
vive intensamente cada momento de tu vida… Antes que el telón baje y la obra termine sin
aplausos.
Charles Chaplin

Lo primero que quiero definir es el significado de la vida. ¿Has pensado


alguna vez qué significado tiene la vida para ti? ¿Para qué estás aquí? ¿De
dónde venimos realmente? Yo la verdad que vivía tan dormida en mi rebaño
que no me había planteado estas preguntas; vivía, bueno más bien, sobrevivía
en el día a día intentando estar lo mejor posible, haciendo lo que se suponía
me hacía sentir feliz.
Todo parecía ir bien hasta que un día miré a mi alrededor y me di cuenta
que lo que yo vivía no era lo normal. Me empecé a comparar con la gente de
mi edad y me di cuenta que no le pasaba lo mismo que a mí, ¿Por qué yo
siempre tenía que estar mal, tener dolor, malestar, enfermarme cada dos por
tres? ¿Qué hacía yo mal o diferente? Recuerdo ir al médico para que me
explicara cómo yo había llegado a estar así. No quería medicamentos, solo
quería que me dijera qué me había provocado el problema para así saber qué
es lo que no tenía que hacer la próxima vez. Pero nunca obtuve una respuesta
que me convenciera, solo medicación y más medicación, aunque yo seguía
insistiendo.
Lo único que me preguntaba yo sobre la vida era eso. Si yo me enfermo
es porque ha pasado algo diferente que me ha hecho enfermar, y si sé lo que
es, puedo evitarlo para que otra vez no me vuelva a pasar.
Y ¿Por qué dos personas viviendo lo mismo, estando en el mismo sitio,
comiendo lo mismo, una se pone enferma y la otra no?
¿Qué tenía yo diferente para ser la primera en pillarlo todo? Esto es lo
que a mí me despertaba curiosidad, y fue lo que hizo que yo descubriera
mucho más, sobre la vida y sobre todo sobre mí.

Buscando mi salud encontré un mundo nuevo, un mundo con


muchas posibilidades, un mundo donde yo podía tener el
control sobre mi vida y sobre mi cuerpo.

La vida es un juego y hemos venido a jugar una partida, pero cuando


llegamos aquí nos olvidamos de ello. La clave del juego es darse cuenta de
que estás en el juego; descubrir el personaje que has creado y salir de él para
empezar a vivir lo que realmente has venido a vivir. Para despertar de este
sueño en el que entramos cuando tenemos uso de razón normalmente tiene
que pasar algo muy gordo.
Yo me imagino la vida como un video juego, cuanto más juegas y más
conoces las reglas del juego, más información tienes sobre el juego, y más
rápido vas avanzando por las pantallitas. Cada pantalla nueva que tienes que
pasar es como una etapa de tu vida o una situación que tienes que superar.
Hay veces que esas pantallas se resisten y te quedas un tiempo atascado,
atascada en ellas, y piensas incluso en abandonar, pero si no desesperas, al
final encuentras la manera de pasar a la siguiente pantalla. Y cuando la pasas,
te sientes motivado, motiva, porque lo has conseguido; ahora dominas más,
tienes más herramientas y más experiencia que en las primeras pantallas y
tienes ganas de ver el desafío de la próxima pantalla donde las pruebas son
mayores. Y cada vez que pasas una pantalla vas sumando más puntos.
En la vida nos pasa lo mismo. Muchas veces nos encontramos atascados
en una situación en la que no sabemos cómo salir; tenemos ganas de tirar la
toalla, pero al final encontramos la manera de salir. Y lo hacemos reforzados,
con más experiencia, dispuestos a afrontar una nueva situación. Y cada
situación difícil o desafío que se nos presenta en la vida es para eso, para
aprender de ella y seguir creciendo, hacía nuevas experiencias, y, en lugar de
puntos, la vida nos da más vida para seguir experimentando y creciendo.
La vida es como si te dejara un tiempo para que vivas todas las
experiencias que crees que necesitas para ser feliz. Lo que crees que te hará
feliz es fruto de la programación que llevas de creencias familiares y
colectivas. Pero llega un momento en tu vida, en muchos casos cuando
rondamos los 40, que prácticamente has vivido todo lo que tenías que vivir
(has estudiado lo que querías, tienes trabajo, ganas dinero, has viajado, tienes
el coche, te has casado, tienes niños, la casa, el perro….) y sigues teniendo
esa misma sensación de vacío, de no haber encontrado lo que realmente te
hace feliz. Aquí es donde nos empezamos a cuestionar cosas: ¿Realmente
estoy haciendo lo que quiero hacer? ¿Realmente estoy con quien quiero
estar?... Empiezas a hacer cosas diferentes y nada. Piensas ¿Será el trabajo,
será la pareja, será que necesito estar sola? Empiezas a culpar de tu malestar a
lo que te rodea, convirtiéndote en una víctima de tu situación, buscando
cincuenta mil excusas para no hacer lo que quieres realmente hacer. Y puedes
pasar así mucho tiempo hasta que un día una parte de ti (tu ser, tu alma, tu
espíritu) te dice, hasta aquí, o despiertas y haces lo que has venido hacer o
nos volvemos para el otro barrio. Así literalmente no te lo dice, si no que crea
situaciones en tu vida que hacen que realmente despiertes del sueño y
empieces a descubrir quién eres y qué has venido hacer aquí.

Entender mi mente y conseguir ver la vida desde otro nivel


de conciencia, me ayudó a vivir de manera diferente, a
liberarme de muchos miedos, preocupaciones, inseguridades,
vergüenzas y lo más importante a recuperar mi salud y mi
vida.

La pregunta real no es si existe vida después de la muerte.


La pregunta real es si estás vivo antes de la muerte.
Osho
¿QUIÉN SOY?

Si sufres es por ti, si te sientes feliz es por ti.


Nadie más es responsable de cómo te sientes,
solo tú y nadie más que tú.
Tú eres el infierno y el cielo también.
Osho

Si yo te pregunto quién eres, me puedes decir por ejemplo, soy Pepita,


soy la mujer de Paco, soy la madre de Sara y Luis, soy dentista, soy miembro
de una asociación…. Como ves, ese yo está identificado con algo o alguien
externo, con algo que veo que puedo comprobar. Pero ese yo es una versión
muy limitada de quién eres. La física cuántica ha demostrado que somos el
99,999999% de energía que solo el 0,0000001% es materia. ¿Qué quiere
decir esto? Que estamos identificándonos con una parte muy pequeña de
nosotros. Lo que vemos, nuestro cuerpo físico, es solo un 0,0000001% ¿Y el
resto? El resto es energía. El 99,9999% de lo que somos es energía.
Lo explicaré de una manera muy sencilla que a mí me explicaron y me ha
ayudado a entenderlo todo.
Había una vez, hace miles y miles de años existía una inteligencia que
vivía aburrida en la nada. Esta inteligencia no se podía experimentar ella
misma porque no se veía, así que para divertirse decidió separarse en trocitos
y así cada trocito podría verse en los otros. Esto es lo que conocemos como la
explosión del Big Ban. En este momento empezó a formarse todo lo que
conocemos en el universo. O sea todo es energía que procede de la misma
inteligencia que un día decidió separarse. Esta energía ha creado el mundo,
por lo tanto todo lo que hay en él, lleva la misma naturaleza, o sea la misma
información, la misma energía.

Todo está en vibración,


todo es energía,
todo es información, luz,
todo procede de la misma fuente creadora.
A esta fuente creadora le puedes llamar como quieras: inteligencia
universal, la fuente, conciencia universal, Yo Superior, Dios…
Muchas religiones hablan de su Dios, pero cada una lo ha maquillado
como ha querido. No hay un Dios separado de mí, no hay un Dios castigador.
Yo soy parte de ese Dios.
¿Esto qué significa? Que tú estás hecho, estas hecha, de la misma energía
de las estrellas, del sol, de la inteligencia que ha creado el mundo. Con lo
cual, tú también eres algo muy grande, eres como un sol que irradia energía,
luz. Enhorabuena:

¡¡¡Eres un creador!!!
¡¡¡Eres una creadora!!!

Sí, el creador o la creadora de tu realidad, de tu vida, de tus relaciones, de


tu economía…
No estoy loca no; hay una base científica que respalda todo esto y lo que
quiero contarte ahora.
YA NO ES COSA DE BRUJERÍA

Cuando la mente está libre de todo pensamiento o juicio, entonces y solo entonces
podemos conocer las cosas como son.
Timothy Glallwey

Lo que te voy a explicar ahora es la base científica en la que me baso para


escribir este libro. Lo intentaré explicar de una forma muy resumida para que
se entienda.
En el pasado los físicos dividieron el mundo entre materia y pensamiento
y más tarde en materia y energía. La materia la estudiaba la ciencia y el
pensamiento la iglesia. Esta dualidad mente/materia conformó nuestra visión
del mundo. La labor científica de Descartes y Newton estableció un modo de
pensar según el cual, la humanidad no podía influir en los resultados. Toda la
humanidad estaba predeterminada. Por lo tanto, los seres humanos no se
planteaban que sus pensamientos fueran importantes, o que sus acciones
importaran.
Lo consideraban todo sólido, interpretaban la energía como una fuerza
que movía los objetos o que cambiaba el estado físico de la materia.
200 años después de las ideas de Descartes y Newton, Albert Einstein
evidenció que la energía y la materia están tan ligadas que son lo mismo. Esto
llevó al comienzo de una nueva comprensión del universo. Sus teorías
desencadenaron una investigación sobre la extraña conducta de la luz.
Descubrieron que la luz a veces se comportaba como una onda y otras veces
como una partícula. Vieron que a nivel subatómico todo cambiaba, todo
funcionaba de una manera completamente diferente y que el observador
tenía mucho que ver.
Aquí surgió la física cuántica. Hay un video que sale en la película “¿Y
tú que sabes? que se llama “doctor quantum o experimento de la doble
rendija”. Si no lo has visto, te recomiendo que lo veas, tanto el video como la
película, porque te ayudará a entender mejor todo esto. Puedes verlo en
youtube, te puede ayudar a entenderlo. En este experimento se puede
comprobar cómo el observador afecta al comportamiento de la materia.
En el modelo cuántico, el universo físico es un campo de información,
interconectado y unificado, que en potencia lo es todo pero físicamente no es
nada. El universo cuántico está esperando que un observador consciente (tú o
yo) influya con su mente para que las ondas de probabilidades energéticas se
manifiesten en materia física.
Todo lo que existe en el universo está hecho de partículas subatómicas
como los electrones. Estas partículas están por todas partes y en ningún lugar
hasta que alguien las observa. Si tu mente puede influir en la aparición de un
electrón, en teoría también puede influir en la aparición de cualquier
posibilidad.
Para que tú puedas estar leyendo este libro yo lo he tenido que crear
primero en mi mente y luego darle forma física. He tenido que crear el
contenido pero también la creencia de que era posible que yo pudiera escribir
un libro.
Con esto te quiero decir, que para que tus sueños se cumplan tienes que
observarlos primero en tu mente. Puedes visualizarlos, hacer meditaciones,
jugar al “como si” (como si ya se hubieran materializado) y la ley de
atracción se encargará de atraer lo necesario para que los consigas.
En resumen, tenemos dos modelos de ver la realidad: - El
modelo antiguo Descartes/Newton: nos dice que el átomo es
físico, sólido y está formado por objetos menos sólidos situados
dentro o alrededor de él. Este es el modelo que a la mayoría nos han
enseñado en el colegio.
- El modelo cuántico: dice que el átomo se compone de
99,99999% de ondas de energía (espacio vacío) y solo un
0,000001% es materia. Y a nivel subatómico (la partícula más
pequeña de la que están hechas los átomos, el quark) puede
comportarse como partícula (materia) o como onda (vibración,
energía) y que su comportamiento tiene mucho que ver con el
observador. O sea que las expectativas y pensamientos de la
persona que está observando influyen en el resultado.
MODELO ANTIGUO MODELO CUÁNTICO

La realidad es La realidad es
predecible impredecible

El observador no El observador puede


puede influir en la influir en la realidad.
realidad. Soy víctima Yo tengo algo que ver
de mis circunstancias en mi realidad actual y
y no puedo hacer nada por eso puedo
por cambiarlas modificarla

Todo es sólido Todo es energía

La realidad está Todas las posibilidades


predeterminada y probabilidades existen
en un campo potencial
de energía

Con esta explicación quiero hacer entender que podemos optar por dos
maneras de pensar, cada manera de pensar me lleva a un nivel de conciencia
diferente. Una me lleva a una conciencia de dualidad y otra a una conciencia
de unidad:
- Conciencia de dualidad: desde este nivel de conciencia creo que
todo está separado de mí, lo que veo fuera no tiene nada que ver
conmigo; mis pensamientos no influyen en mi vida. (Modelo
Descartes/Newton).
- Conciencia de unidad: desde este nivel de conciencia todo está
conectado, lo que yo veo fuera tiene que ver conmigo, mis
pensamientos tienen efectos en mi vida. (Modelo cuántico)
Conocer estos dos niveles de conciencia es la primera clave para entender
todo lo que quiero explicar.
En la actualidad, la mayoría de la sociedad sigue rigiéndose por el
modelo antiguo, desde la conciencia de la dualidad, donde el otro no tiene
nada que ver conmigo; donde yo no puedo influir en lo que pasa en mi vida.
Pero cada vez más personas se están abriendo camino hacia el maravilloso
mundo cuántico. Ese mundo en el que todas las posibilidades y
probabilidades existen en un mundo invisible de energía. En este mundo
cuántico tú tienes algo que ver en lo que estás viendo y por eso puedes
modificarlo.
¿No te parece fantástico? Si realmente llegas a integrar esto serías
como un mago. Sería pensar y materializar ¡¡¡Guau!!! A medida que vayas
poniendo en práctica estas teorías verás como poco a poco te vas
convirtiendo en un creador o una creadora de realidades: tus realidades.
Te sorprenderás lo rápido que crean tus pensamientos cuando se dan una
serie de circunstancias que te iré explicando. De hecho sin darte cuenta ya lo
estás haciendo, no podemos dejar de crear, lo que pasa que la mayoría de
veces lo hacemos desde una parte inconsciente que desconocemos.
Y aquí es donde quiero explicarte cómo funciona nuestra mente. Segundo
punto clave del libro. Pero antes quiero que conozcas las leyes del universo.
LEYES DEL UNIVERSO

Aprende como si fueras a vivir toda la vida


y vive como si fueras a morir mañana.
Charles Chaplin

Dicen que cada persona que viene a este mundo trae; consigo una misión,
pero ¿cómo saber cuál es la nuestra? Las emociones son los indicadores que
nos dicen si estamos alineados con lo que realmente queremos o no. Por lo
tanto nuestras emociones nos indicarán si nos estamos acercando a esa misión
que hemos venido a hacer o no. Como es lógico, si nos acercamos a ella
nuestra alma estará contenta y vibraremos alto; si nos alejamos, no lo estará
tanto y vibraremos muy bajo.
Todos tenemos sueños pero a medida que nos hacemos mayores y no se
cumplen parece que vayamos perdiendo las esperanzas y nos acabemos
creyendo que son solo eso, sueños, pero la realidad es que podemos
conseguir eso que deseamos;; solo tenemos que saber cómo funciona la vida,
el universo, nuestra mente, y eso es lo que vamos a hacer ahora.
•¿Cómo funciona el universo? ¿Cuáles son sus leyes?
Puede que hayas visto la película ‘El secreto’, si no es así te recomiendo
que la veas. Esta película se basó en las 7 leyes universales del libro El
kybalion. Éste a su vez se basó en las enseñanzas de Hermes Trismegisto. La
idea principal es muy simple: controlando nuestra mente, nuestros
pensamientos, se puede cambiar la vida de una persona.
¿No es fantástico?
Nada sucede por casualidad; todo tiene una causa. Para poder entender
nuestra realidad un poco más y poder cambiarla, debemos conocer las leyes
que rigen el universo. Estas leyes han estado ocultas y manipuladas, pero
ahora estamos; en la era de Acuario, donde todos tenemos las mismas
oportunidades y todos podemos hacer uso de ellas.
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1ª Ley del mentalismo
El universo es mental, todo es mente. Todo lo que vemos, sentimos y
experimentamos a nivel físico tiene su origen en el mundo invisible de la
mente. Todo forma parte de una inteligencia infinita. Todo lo que existe ha
sido creado por una mente, la mente universal. Nuestra mente personal
también es parte de la mente universal, por eso estamos todos conectamos por
una misma mente.
Lo que ocurre en tu cuerpo es un efecto causado por tu mente, de manera
consciente o inconsciente.
Aquello en lo que más pienses será lo que verás manifestado; aquello en
lo que te concentras, se expande. Lo que creas CREARÁS. Te recomiendo
leer el libro de “El Creador” de Alesandro Di Massi.
Piensa en las cosas que has conseguido en la vida; seguro que cuando te
has propuesto algo de verdad y has creído que era posible conseguirlo, lo has
acabado consiguiendo. Y si todavía no lo has hecho sigue creyendo en ello, o
mira si tienes alguna creencia inconsciente que te está impidiendo
conseguirlo.
La vida que tienes ahora es fruto de los pensamientos que has tenido los
últimos años. Puede que pienses que tú no has pensado tener tu situación
actual, pero puede que hayas pensado que no querrías tenerla,; o has; vivido
con miedo a que te pasara. Lo que evitas con todas tus fuerzas también se
manifiesta, porque donde pones tu atención pones tu energía, y la vida te trae
más de lo mismo.
Por ejemplo, quieres mucho a tu pareja, y piensas que no podrías vivir sin
ella. Vives; con miedo de que algún día te pueda dejar, y cada vez que sale te
preocupas, desconfías, nada más que escuchas casos de infidelidades y cada
vez lo vives con más miedo de que a ti te pase. Al final lo acabas creando,
porque no paras de pensarlo y cuando lo piensas sientes el miedo, la angustia,
un día otro día y al final, tus; temores se acaban manifestando, porque somos
creadores, para lo bueno y para lo malo.
El universo no entiende el no. Cuando dices por ejemplo, no quiero ser
pobre, estás diciendo “quiero ser pobre”, porque estás poniendo la atención
en ser pobre, en lo negativo y por tanto es lo que atraerás. Todo depende
desde donde pidas, desde la abundancia o desde la necesidad. Si pides desde
la necesidad, atraerás más necesidad. Necesito dinero, pues atraerás más
situaciones de necesidad de dinero.
2ª Ley de la correspondencia
Existe una correspondencia entre los tres planos: físico, mental y
espiritual. Como es arriba es abajo, como es dentro, es fuera. No existe
separación entre lo físico o lo espiritual, ya que todo en el Universo se origina
en una única fuente. Por eso es tan importante darnos cuenta de que nuestros
pensamientos se manifiestan después en nuestra vida diaria; tenemos que
cuidar nuestros pensamientos y emociones porque acaban creando nuestra
realidad.
3ª Ley de la vibración
Afirma que todo lo que existe en el universo es vibración. La física
cuántica lo ha demostrado. Todo cuerpo emite una energía que vibra en
distintas frecuencias. Y por ley de atracción, las energías o vibraciones
similares se atraen. Lo que pensamos y sentimos no es más que energía en
acción, o sea, vibración.
4ª Ley de la polaridad
El universo es dual. Todo tiene dos caras, todo tiene su opuesto: el bien y
el mal, el amor y el miedo, el frío y el calor.; Es la misma vibración pero en
grados diferentes.
5ª Ley del ritmo
4.;; Todo fluye; nada permanece estático. Igual que en la vida hay
momentos que te sientes fenomenal, hay momentos de bajón, crisis,
problemas.;
6ª Ley de causa y efecto
Todo lo que vemos manifestado en el mundo material tiene su origen en
el plano mental. Un pensamiento del pasado crea una realidad en el futuro.
7ª Ley del género
El universo está construido sobre los principios masculino y femenino y
el género se manifiesta en todos los planos. Las cualidades femeninas son el
amor, la paciencia o la intuición, y las masculinas son la energía, la lógica, el
intelecto. Toda persona tiene cualidades femeninas y masculinas.
LA LEY DE ATRACCIÓN
La ley de la atracción engloba todas estas leyes.
No podemos interferir en las 3 primeras leyes, pero sí en las 4 últimas.
Entendiendo estas leyes ¿Podemos pensar que solo con desearlo y pensar
positivo lo que deseo llega a mi vida sin más? En realidad no es tan simple
como eso, pero es muy importante tener claro lo que quieres.
Cuando tienes claridad, puedes enfocarte más en lo que deseas. La señal
que emites es más coherente,; y donde pones tu atención pones tu energía, y
eso es lo que atraes.
Una herramienta muy importante que podemos utilizar para tener la vida
que deseamos es la visualización. Con imaginación podemos crear eso que
queremos. Porque si no lo creas primero en tu mente y en tu corazón no lo
podrás ver en tu vida.
Lo que pienses, lo serás, lo que sientas, lo atraerás, lo que imagines, lo crearás.
Buda
CÓMO FUNCIONA LA MENTE

Es posible que el universo no sea más que un holograma creado por la mente.
David Bohn

Como ya he comentado todo empieza en la mente. La mente es el centro


de mando desde donde creas tu vida, tu realidad, tu salud, tus relaciones, tu
economía... Tu mente dirige toda tu vida; conocerla es el primer paso para
recuperar tu poder personal, tener salud y ser feliz.
Tu mente puede tener dos amos, el EGO o el SER. En función de quien
esté al mando, vivirás una realidad u otra.
Podría explicarte mucha teoría sobre cómo funciona la mente pero mi
intención es que te quedes con una idea muy clara y por eso lo voy a explicar
de una manera fácil.
En nuestro día a día constantemente estamos tomando decisiones, es
imposible no decidir; la mayor parte del día lo hacemos de manera
inconsciente. Incluso cuando no decidimos, estamos decidiendo. Tomo
decisiones para todo. ¿Me levanto cuando suena el despertador o me quedo 5
minutos más? ¿Desayuno fruta o tostadas? ¿Me pongo el jersey azul o el
verde? Según los pensamientos que tengo voy tomando unas decisiones u
otras. Estos pensamientos me hacen sentir de una determinada manera. En
función de cómo me siento actúo de una manera u otra, y en función de cómo
actúe tendré un resultado u otro.
Por ejemplo, imagínate que estás en la cama, suena el despertador y te
cuesta levantarte porque estás cansado o cansada. Tu mente empieza a pensar
en todo lo que tienes que hacer; empiezas a pensar en todo el trabajo que
tienes y el poco tiempo que te queda para terminarlo y te empiezan a entrar
nervios. Tu cabeza empieza a decirte “no te va a dar tiempo”, “no lo vas a
poder hacer”, “seguro que no les va a gustar”…. Estos pensamientos te
provocan una serie de emociones; posiblemente miedo, inseguridad, apatía,
rabia tal vez… Sales de casa y cuando llegas al coche te has dejado algo y
tienes que volver. Encima llegas tarde y todos los semáforos los pillas en
rojo, para colmo un atasco, y tú empiezas a ponerte más nervioso o nerviosa
todavía. Estas emociones te hacen comportarte de una determinada manera.
Seguro que tienes menos paciencia de lo habitual, menos ganas de hablar con
la gente, te cuesta más concentrarte y puede que hasta te bloquees. No sabes
por dónde empezar… y posiblemente el trabajo que tengas que hacer no sale
cómo querías porque ha sido imposible concentrarte.
Imagínate ahora que empiezas el día y aunque estés cansado o cansada te
dices que hoy va a ser un gran día, que todo va a ir genial, que vas a acabar
todo lo que tienes que hacer. Desayunas tranquilamente, coges el coche, te
sientes bien, positivo, positiva y ves que los semáforos empiezan a ponerse
todos en verde, llegas pronto al trabajo, te alegras, saludas a todo el mundo;
te pones a realizar el trabajo con alegría y entusiasmo. Estás inspirado,
inspirada y cuando te has querido dar cuenta, ya lo tienes.
¿Qué ha pasado en una situación y la otra? Los resultados han sido
completamente diferentes y lo que ha cambiado han sido los pensamientos
iniciales. En el primer caso estaban basados en el miedo, en la preocupación
de no ser capaz de hacer lo que tenía que hacer; en el segundo, en la
confianza de que todo va a ir bien.
Éste es un ejemplo para que veas claro de las dos maneras que puedes
actuar: puedes enfocar el día de manera positiva o dejarte llevar por tus
pensamientos negativos. Seguramente para dejarte llevar por los negativos no
tienes que hacer nada; ya se encarga tu mente de advertirte de todos los
peligros. ¿Por qué es así? Porque tenemos una parte de nuestra mente que es
la encargada de asegurarnos la supervivencia. Esta mente es la que nos avisa
de los peligros, es la que intenta que ahorremos energía creando mecanismos
automáticos de pensamientos-emociones-comportamientos. Es la mente que
registra todo lo que hemos vivido para que cuando volvamos a vivir algo
parecido podamos reaccionar rápidamente. Es la mente inconsciente.
En mis sesiones me gusta trabajar con dibujos para que los conceptos que
explico queden más claros. Una imagen vale más que mil palabras… Esta
imagen refleja de manera muy clara que realmente estamos dominados por la
mente inconsciente, y que lo que creemos que sabemos, lo que conocemos
solo representa un 5%, y lo que no conocemos representa el 95%.
Si hacemos un pulso entre las dos mentes ¿Quién crees que ganará? Pues
sí, está claro, la mente inconsciente es la que está dirigiendo nuestras vidas.
Creemos que somos nosotros los que decidimos pero la realidad es muy
distinta. Estamos dominados por una programación inconsciente.
Esta programación tiene muchas cosas positivas que has grabado de
manera consciente, pero también tiene mucha información de la que no eres
consciente y que no te está ayudando en tu día a día.

Esta mente contiene la información que has heredado de tus ancestros;


toda la información que has recibido mientras estabas en el vientre de tu
madre, más todo lo que has vivido hasta que tenias aproximadamente 7 años.
VIVIMOS EN PILOTO AUTOMÁTICO

Dios susurra y habla a la conciencia a través del placer, pero le grita mediante el dolor. El
dolor es su megáfono para despertar a un mundo adormecido.
C.S. Lewis

•¿Cuánto tiempo actúas de manera consciente durante el día? O


mejor dicho ¿Cuánto tiempo vas en piloto automático durante el
día?
Es muy importante conocer a esta parte de nuestra mente porque la mayor
parte del día vivimos en piloto automático. Somos seres de hábitos; nuestra
mente necesita crear hábitos. Desde que nos levantamos no tenemos que
pensar mucho; solemos hacer exactamente lo mismo casi todos los días: paro
el despertador, salgo de la cama, me ducho, desayuno, salgo, voy a trabajar,
cojo el coche, meto la llave, arranco y cuando me doy cuenta he llegado al
trabajo. A veces incluso no sé ni cómo he llegado porque he estado absorta en
mis pensamientos, pero ¿Quién ha conducido? Pues la mente inconsciente; lo
ha hecho tantas veces que ya no tienes que pensar en ello. Igual que cuando
pones las claves en el cajero o cuando pagas con la visa, lo haces tantas veces
que tus manos ya van solas, no tienes que pensarlo. Ahora, el día que quieres
recordarlas desde tu mente consciente, ese día ya no te acuerdas. Intentas
recordar pero nada. Sin embargo, cuando pasa un rato y, sin pensar, dejas que
tus manos pongan el número, ellas lo saben. La información se ha grabado en
la mente inconsciente que es la que dirige los movimientos del cuerpo y se
han eliminado de la mente consciente. ¿Por qué? Cada pensamiento consume
energía, y la mente de la supervivencia quiere que ahorres energía porque la
quiere disponible para las cosas importantes. Si tuviéramos que pensar todo
lo que hacemos durante el día acabaríamos agotados. Esto lo vemos claro
cuando estás aprendiendo algo nuevo, por ejemplo a conducir. Al principio es
un mundo; tu mente consciente tiene que estar al tanto de todo: las marchas,
el freno, el embrague, el retrovisor, los coches, la carretera, las señales, la
velocidad, tu acompañante que te va advirtiendo de todo… ¿Puedes pensar en
algo más con todo lo que tienes que controlar? Noo, imposible, ya te pueden
contar una historia muy interesante que tú estás ahí, concentrado, concentrada
en la carretera, los coches, marchas…, buff qué agotamiento... Con el tiempo
tu mente inconsciente lo memoriza y ya no tienes que estar pendiente de darle
al embrague o de cambiar de marchas; tus pies y tus manos van solos.
Empiezas a conducir de manera automática y puedes utilizar tu mente para
pensar en otras cosas, como en lo que le vas a decir a tu jefe cuando llegues
al trabajo. Por eso cuando llegas no te has dado cuenta ni de cómo lo has
hecho, porque tu mente consciente estaba con tu jefe, no conduciendo; la que
conducía era tu mente inconsciente.
Pues este proceso pasa con todo lo que vivimos; no solo memorizamos en
nuestro inconsciente comportamientos que queremos aprender, sino que
también memorizamos estados de ánimo, pensamientos repetitivos,
creencias… Cuando nos sentimos mal por una situación vivida, como, por
ejemplo, que te deje tu pareja,; te sientes rechazado, deprimido, desmotivado;
te pasas mucho tiempo pensando en ello, reviviendo una y otra vez todo,
activando esas emociones constantemente, hasta que llega un momento en
que ya no tienes; que pensar en la situación para sentirte mal;
automáticamente ya te sientes desmotivado, deprimido, rechazado. Has
grabado en tu inconsciente una nueva personalidad; te has sentido mal tantas
veces que has creado el hábito de sentirte mal, y eso pasa a formar parte de tu
personalidad. Automáticamente sin pensar en nada ya estás desmotivado y
deprimido; te has convertido en una persona desmotivada y deprimida por un
hecho puntual que pasó en tu vida.
Con cada nueva información que recibes, tu cerebro crea una nueva
conexión neurológica. Si esta información no la utilizas más, la conexión
desaparece y la dejas de recordar; si esta información la potencias cada día
durante mucho tiempo, tu cerebro creará una conexión firme y duradera. Esta
conexión se activará cuando reciba algún estímulo que lleve asociado.
Esta mente necesita vivir en lo conocido. Cuando vive una situación que
no reconoce, activa las alarmas, te pone en modo lucha o huida, te pones
nervioso, nerviosa e intenta que vuelvas rápidamente a lo conocido, que
aunque sea malo, tu mente lo reconoce y se siente tranquila. Éste es el motivo
por el que nos cuesta tanto cambiar; cuando quieres hacer un cambio tu
mente se tiene que abrir a algo nuevo y desconocido, y, claro, no le interesa
porque entonces tiene que hacer un gran esfuerzo. Tienes que estar
plenamente consciente, con todos tus sentidos alerta, y eso es muy cansado.
Entonces la mente-ego te irá mandando mensajitos, “esto no es para ti”, “tu
no vales para esto”, “déjalo, no era tan importante, “tú no vas a poder”,
“empieza la semana que viene”…, y cuando te quieres dar cuenta ya estás en
el mismo sitio que estabas.
NIVELES DE CONCIENCIA

No hay muchos caminos, hay muchos nombres para el mismo camino, y este camino es
conciencia.
Osho

En el libro de Annie Markier “El maestro del corazón”, libro que


recomiendo si quieres saber más de lo que estoy explicando, nos habla de
niveles de conciencia.

Cuando actúas desde el nivel inferior de la conciencia, vives desde el


EGO, en modo supervivencia, bajo las órdenes de una mente programada
para sobrevivir.
Cuando actúas desde el nivel superior de la conciencia, vives desde el
Ser, desde el corazón, desde quien eres en realidad.
El siguiente gráfico lo preparé para que mi mente tuviera claro desde
donde estoy viviendo en cada momento.
Las emociones están ordenadas de menor a mayor vibración, como nos
explica David R. Hawkins en sus libros, “El poder contra la fuerza” y “Dejar
ir”. Lo que planteo aquí es una manera gráfica de ver desde dónde estás
viviendo ahora mismo. En tu día a día ¿Te mueves en emociones de baja
frecuencia o de alta frecuencia? ¿Vives desde el Amor o desde el miedo?
Podemos decir que hay dos emociones básicas que engloban todas las
demás: el amor y el miedo. O sientes una o sientes la otra; las dos no pueden
existir a la vez. Cuando vives desde el amor, vives desde tu esencia, sabiendo
quién eres, AMOR, y te mueves en emociones de alta vibración como la
confianza, el optimismo, el perdón, la aceptación, la comprensión, el amor, la
alegría, la paz…
Cuando vives desde el miedo, vives desde el ego, desde la mente
programada, desde una información que no corresponde con quien eres. Por
eso las emociones que fluyen de aquí son de baja vibración como la
vergüenza, la culpa, la desesperación, la apatía, el sufrimiento, la ansiedad, la
ira, el odio, el orgullo.
En sí las emociones no son buenas ni malas, simplemente son. Todas son
necesarias para aprender. El problema de las emociones de baja vibración
(llamadas negativas) es cuando te quedas enganchado, enganchada a ellas;
cuando, como he explicado antes, creas el hábito de sentirte deprimido,
deprimida.
Las emociones de baja vibración provienen del miedo y las de alta
vibración, del amor.

El amor es nuestro estado natural.

Cuando nacemos somos amor. Todos somos amor pero a medida que
vamos creciendo nos vamos alejando de nuestra esencia, nos vamos
desconectando de nosotros; vamos creando un personaje (nuestro ego) para
poder sobrevivir, para sentirnos aceptados, reconocidos o amados.
Con esta información podemos decir que todo lo que sintamos que no
provenga del amor no es real; es fruto de una programación, de una
información errónea o limitada de la realidad.
CUADRO DE LA CONCIENCIA
Cuando estamos dormidos en la hipnosis vivimos desde abajo, desde el
nivel inferior, desde el ego; somos víctimas de la programación de nuestra
mente. Eso no es vivir, es sobrevivir. Podemos tener un momento de
conexión pero luego volvemos al estado inferior.
Cuanto más consciente eres, menos tiempo puedes permitirte estar en
esos estados, porque se hacen insoportables. Si esto no lo paras y te pasas
mucho tiempo dejando a tu mente-ego que te domine, tu cuerpo no puede
tolerar tanto estrés y se acaba debilitando; se acaba desconectando, y aquí es
donde empiezan a generarse las enfermedades.
Cuando estás en el proceso, a veces es inevitable caer en esos estados. Lo
bueno es aprender de ellos y que cada vez sean menos y estés el menor
tiempo posible. Lo bueno es que cuando eres consciente, puedes escoger
seguir en ellos o hacer algo por cambiar.
Muchas veces necesitamos el dolor para continuar creciendo. Si no hay
un dolor, no tomamos decisiones que nos saquen de nuestra zona de confort.
El dolor es inevitable
pero el sufrimiento es opcional.

Sufrir o no depende desde donde decidas vivir; desde qué nivel quieres
enfocar las situaciones de tu vida. Puedes ver los problemas como mala
suerte; entrar en el drama y enfadarte con el mundo, o puedes ver los
problemas como oportunidades que te pone la vida para seguir aprendiendo,
creciendo y evolucionando.
En función del mecanismo de la conciencia que decidas utilizar, te
conectarás con unas emociones u otras. Y tu realidad será una u otra. Siempre
atraemos a nuestra vida lo que va acorde con nuestra vibración.
¿No es una liberación saber que no somos esa voz pesada de nuestra
cabeza? ¿Y quiénes somos? La conciencia que está observando esa voz; el
espacio que surge entre pensamiento y pensamiento. Esta consciencia está
presente, no juzga, observa y simplemente ama.
La desconexión de lo que somos, de la Fuente, de la energía universal, de
Dios, del yo superior… como quieras llamarlo, es el pecado original, el
sufrimiento, el autoengaño. La identificación con esta parte es una falsa
ilusión; no es real. ¿Y qué mundo podemos ver desde esta visión falsa? Un
mundo irreal. Por eso todo lo que proceda del ego no es real; es fruto de
nuestra programación. La única verdad es lo que procede del amor.

El SER vive en el presente,


el EGO vive entre el pasado y en el futuro.

Nuestra mente-ego va continuamente moviéndose entre la nostalgia del


pasado y el miedo al futuro, perdiéndose las maravillas del momento
presente, el único momento que realmente existe.
Este cuadro es la clave de lo que quiero transmitir en este libro. Creo que
es una manera de identificar claramente desde dónde estás viviendo.
El libro “Un Curso de milagros” se basa en esta idea: dejar de
identificarnos con la mente-ego y entrenar a la mente a vivir desde nuestra
esencia. Un Curso de milagros es un libro que me costó bastante leer por su
vocabulario, pero, aún así, seguí las lecciones día a día, y gracias a ello, pude
encontrar la paz en momentos de locura interna y en situaciones difíciles que
viví durante mi proceso. Leer libros como el curso de milagros me vuelve a
poner en mi lugar; me vuelve a conectar en esos momentos en que permito
que las circunstancias de mi vida me desconecten.
Siempre que te encuentres con emociones negativas piensa que es tu ego,
que se ha identificado con tu yo pequeño, con una programación que no es
real. Si te cuesta cambiarlas es porque se ha activado en ti un programa de
supervivencia del ego. Siente estas emociones, pero no te identifiques con
ellas, deja que afloren pero no le asocies pensamientos, obsérvalas, no trates
de taparlas, deja que afloren, desde la conciencia. Piensa que es una
programación que hace que tu cuerpo reaccione porque cree que está en juego
tu supervivencia. Esa emoción lleva mucho tiempo queriendo salir,
seguramente su origen está en la infancia. No le asocies pensamientos, solo
deja que se marche porque eso no eres tú.
LA IMPORTANCIA DE LOS PENSAMIENTOS

Piensa en grande y tus hechos crecerán, piensa en pequeño y quedarás atrás. Piensa que
puedes y podrás; todo está en el estado mental.
Napoleon Hill

Si consciente o inconscientemente crees que no vales lo suficiente, tus


pensamientos te dirán que tienes que esforzarte más, que no eres lo
suficientemente bueno, que aún puedes hacerlo mejor, que siempre hay
alguien que lo hace mejor que tú…. De tu boca puede que salgan palabras
como no puedo, no sé… palabras que hacen que te sientas frustrado, decaído
y se te quiten las ganas de hacer lo que querías hacer, dejando de cumplir tus
objetivos.

Cuidado con tus palabras


porque eres un creador, una creadora
de tu realidad.

Tus palabras son vibración y en función de esa vibración te sentirás de


una determinada manera y atraerás a tu vida lo que se asemeje.
Los pensamientos nos provocan una emoción; la emoción nos lleva a
tomar unas decisiones que nos harán actuar de una determinada manera, y
esta manera de actuar nos llevará a obtener unos resultados.
PENSAMIENTOS–EMOCIÓN–ACCIÓN–RESULTADOS
Si no te gustan los resultados que estás obteniendo en tu vida, deberías
empezar a cambiar tus pensamientos.
•¿De dónde vienen estos pensamientos?
Tus pensamientos proceden de tus creencias. Según tus creencias, tu
mente generará unos pensamientos u otros. Por eso en sesión es muy
importante detectar las creencias de la persona. Cuando detectamos una
creencia limitadora y la cambiamos por una potenciadora, automáticamente
los pensamientos empiezan a cambiar. La persona se empieza a sentir mejor;
puede tomar nuevas decisiones que le llevan actuar de otra manera y por
tanto obtener otro resultado distinto. Tus creencias son las culpables de que tú
no consigas lo que quieres.
•¿Dónde se originan las creencias?
La mayoría en la; infancia. Hasta los 7 años absorbemos todo lo que
vemos en nuestro entorno y no lo cuestionamos. Aceptamos como cierto lo
que hacen o dicen nuestros padres, profesores o compañeros. Nos creamos
creencias para todo: sobre la salud, el dinero, el amor… y vivimos toda la
vida bajo ese paradigma.
Normalmente las creencias limitadoras son muy inconscientes. Las más
comunes: no puedo, no sé, no soy capaz, no estoy a la altura, no me
reconocen, no existo para nadie, no me quieren…. ¿Te suena alguna de ellas?
Tenemos más de 60.000 pensamientos al día; el 90% de ellos son los
mismos del día anterior. Estos pensamientos nos llevan siempre a los mismos
sentimientos y comportamientos, y así vamos creando nuestra personalidad,
el filtro a través del cual vemos nuestra realidad.
Cada nuevo pensamiento lleva nueva información a tu cerebro que
comienza a reorganizarse, y crea nuevas conexiones en tiempo real. La nueva
información queda integrada en la red cerebral, creando nuevas redes, nuevas
comunidades neuronales. La comunicación bioquímica cambia; modificas tu
cerebro a nivel funcional y estructural, y al hacerlo empiezas a cambiar tu
personalidad.
Una nueva información en tu mente es lo que necesitas si quieres ser más
feliz. Eso es lo que pretendo con este libro: que te cuestiones tus creencias
sobre la vida, sobre tu mente, y empieces a pensar diferente de cómo hasta
ahora para que te sientas mejor, tomes mejores decisiones y obtengas los
resultados esperados. Ya no nos sirve la expresión “es que yo soy así y ya no
puedo cambiar”. Claro que podemos cambiar. Los investigadores lo llaman
Neuroplasticidad.
Nuestro cerebro es plástico. Nuestros pensamientos moldean nuestro
cerebro. Cada nueva información crea una red neuronal nueva.
La Neuroplasticidad es la capacidad que tiene nuestro cerebro de formar y
reformar redes neuronales a partir de nuestras experiencias. Es decir: la
habilidad de moldearse con el aprendizaje.
Cuando estamos aprendiendo algo nuevo, se forman redes en nuestro
cerebro a partir de neuronas que se comunican entre ellas a través de
estructuras que permiten el pase de señales de una neurona a otra, conocidas
como sinapsis. Una mejor comunicación entre neuronas está dada por un
paso más eficiente de estas señales.
Cada vez que aprendemos o practicamos algo, se forman estas conexiones
o se refuerza la comunicación de las conexiones existentes. Antiguamente se
creía que las conexiones que se formaban durante nuestro crecimiento
quedaban estáticas, pero hoy se sabe que la fuerza de estas conexiones puede
variar de acuerdo con el uso o desuso de las mismas. Da igual la edad que
tengas, siempre puedes aprender y cambiar tu cerebro.
Somos seres de hábitos. La naturaleza funciona por la ley del mínimo
esfuerzo; cuando estamos aprendiendo algo nuevo, las conexiones neuronales
entre los estímulos y las respuestas que provocan estos estímulos se unen;
para asegurar el mínimo gasto energético. Estos patrones son los hábitos.
Tenemos hábitos para todo, incluso para sentirnos mal o sentirnos bien. No
tenemos ni que pensar en ello; cuando detectamos un estímulo,
automáticamente nos empezamos a sentir de una determinada manera.
Reaccionamos ante los estímulos del exterior y esto activa una serie de
emociones con sus pensamientos asociados.
Lo bueno es que podemos cambiar; estos hábitos, a base de constancia y
compromiso.
;
“Ningún pensamiento es neutro”
Un curso de milagros
LA IMPORTANCIA DE LAS PALABRAS

Ten cuidado con el poder de tus palabras. Somos los únicos conductores de nuestro
destino, y lo que decimos tiene la habilidad de llevar nuestros destinos en muchas
direcciones.
Yehuda Berg

Todo en el universo vibra, todo es energía, todo es vibración. Dentro de


nosotros siempre están pasando cosas que hacen que vibremos en una
frecuencia u otra. El problema es que la mayor parte del tiempo estamos tan
pendientes del mundo exterior que no somos conscientes de todo lo que pasa
dentro de nosotros, pero cuando te paras a observar te das cuenta de que tu
cuerpo reacciona ante palabras o pensamientos.
Te propongo un ejercicio para que puedas ser consciente de cómo las
palabras que escuchas o piensas crean efectos en tu cuerpo.
Si tienes a alguien que te pueda ayudar perfecto, si no, puedes coger la
grabadora del móvil, y leer todas estas palabras.
Al escuchar las palabras, pon tu atención en tu cuerpo, déjatelas sentir y
observa cómo reacciona.

¿Has notado cambios cuando has leído o escuchado las diferentes


palabras? ¿Qué ha pasado en ti? Tal vez hayas notado que al leer o escuchar
ciertas palabras, tu cuerpo se haya cerrado con una sensación de rechazo, o te
hayan venido imágenes o recuerdos negativos. En cambio, al leer o escuchar
otras, has notado como tu cuerpo las recibía mejor, tal vez con una sensación
agradable, de expansión, de apertura, como si el corazón se te fuera abriendo
poco a poco.
Si quieres puedes volver a repetir el ejercicio tomando conciencia de ello.
Veras como las palabras de la dos primeras columnas hacen que te encojas y
las dos siguientes que te expandas. Las primeras activan emociones de
supervivencia basadas en el miedo y hacen que tu cerebro segregue hormonas
del estrés. En cambio las últimas columnas activan emociones de creación,
basadas en el amor. Estas emociones hacen que se active el estado de calma,
favoreciendo el buen funcionamiento del cuerpo.

Con este simple ejercicio has podido ver el efecto de las palabras en tu
cuerpo. Pues ahora piensa, ¿Qué estás escuchando la mayor parte del día?
¿Qué pasa cuando pones las noticias en la tele? ¿O cuando te encuentras con
gente muy negativa? ¿O cuando te estás quejando continuamente?
EPIGENÉTICA

El comportamiento biológico puede ser controlado por fuerzas invisibles, entre las que se
encuentran los pensamientos.
Bruce H. Lipton

Hasta no hace mucho se creía que lo único que heredábamos de nuestros


padres y abuelos eran los genes. Que las experiencias, las creencias y las
emociones que vivían se quedaban ahí, pero la ciencia ha descubierto que no;
lo heredamos todo: pensamientos, emociones, creencias, hasta el aire que
respiraron y el ambiente psicosocial en el que vivieron.
La epigenética es una ciencia basada en el estudio de cómo ciertos
factores ambientales y estilos de vida (alimentación, ejercicio, etc.) pueden
determinar la expresión de determinados genes.
La epigenética nos dice que los factores externos pueden influir en la
activación de los botones genéticos que desarrollan ciertas enfermedades. No
se trata, por tanto, únicamente de qué genes heredamos o no de nuestros
padres, sino de si están encendidos o apagados a través de interruptores
epigenéticos.
La epigenética contradice el modelo genético tradicional que afirmaba
que el ADN controla toda la vida y que la expresión genética tiene lugar
dentro de la célula. La genética como la conocíamos decía que características
como la memoria, las cicatrices, los músculos (experiencias, aprendizajes),
no se transmiten, solo el ADN, ya que no se inscriben en él.
Esto nos condenaba a un futuro predecible en el que nuestro destino
estaba condicionado por la herencia genética, y la vida celular estaba
predeterminada.
Este cambio de paradigma genético nos da la libertad de activar o
desactivar botones genéticos y cambiar nuestro destino genético.
¿Cómo podemos activar y desactivar genes?: simplemente cambiando
pensamientos, sentimientos, reacciones emocionales y conductas. Podemos
elegir un estilo de vida más saludable; cambiar de alimentación, cambiar la
manera de percibir la realidad, la manera de relacionarnos, nuestras creencias.
Heredamos enfermedades
porque seguimos activando los mismos botones genéticos con
la manera
de pensar, de comer o de vivir.

Si seguimos pensando, sintiendo y actuando igual que siempre, igual que


nuestros ancestros, tendremos un futuro predecible: el cuerpo creará las
mismas condiciones genéticas que afrontaron generaciones anteriores.
Muchas veces, aunque no seamos conscientes de ello, acabamos repitiendo
las mismas expresiones que nuestros padres o abuelos, incluso las mismas
emociones.
Tenemos más de 60 mil pensamientos y el 90% de ellos son los mismos
del día anterior. Mientras sigamos teniendo los mismos pensamientos día tras
día, nuestro cuerpo seguirá siendo el mismo. El entorno exterior envía
químicamente señales a tus genes a través de las emociones que te provoca la
experiencia que estés viviendo. En función de cómo la vivas, tu cuerpo
generará una serie de sustancias químicas. Si las experiencias de tu vida son
siempre las mismas, las señales químicas que estás enviando a los genes
serán las mismas. Nada cambiará en ti.
El biólogo Bruce Lipton, en su libro “La biología de la creencia” nos dice
que la diferencia que hay entre una célula sana y una enferma es el entorno.
El entorno influye en el comportamiento de la célula. Nosotros estamos
formados por 50 trillones de células, nuestro entorno celular es la sangre, que,
a su vez, está controlada por el sistema nervioso autónomo. Pero, a diferencia
de la célula, nosotros tenemos una mente que está continuamente
interpretando el entorno. En función de cómo vives las experiencias, tus
pensamientos generan unas sustancias químicas u otras. Por eso podemos
decir que tus células están escuchando tus pensamientos. Porque en función
de qué pienses, te sentirás de una determinada manera, y harán que tus
células se comporten igual.
Cambiar nuestra manera de vivir y de percibir el mundo es cambiar
nuestra biología. Según el entorno y como tú respondes al mundo, un gen
puede crear 30.000 diferentes variaciones.
Menos del 10% del cáncer es heredado; es el estilo de vida lo que
determina la genética. El entorno es el que nos define; aprendemos a vernos
según nos ven, a valorarnos como nos valoran. Lo que escuchamos y vivimos
nos forma. No vemos el mundo como es; vemos el mundo como somos.
Somos víctimas de nuestras creencias, pero podemos cambiarlas.
En consulta suelo insistir mucho en la importancia de mejorar nuestros
pensamientos, porque nuestras células están continuamente escuchando; en
función de lo que pensemos o digamos, así funcionarán.
Yo me imagino siempre los dibujos que veía de pequeña de “Érase una
vez el cuerpo humano” e intento dar órdenes a mis células para que actúen
cuando no me encuentro bien o cuando quiero hacer algo que me supone un
esfuerzo.
Hace un tiempo una compañera me convenció para hacer una clase de
spinning. Era la primera vez que iba, así que mi mente-ego no paraba de
quejarse y de tener pensamientos muy negativos: que si me clavo el sillín,
que si yo no voy aguantar, qué hago aquí, mañana no me voy a poder
mover… me dieron ganas de abandonar nada más empezar, pero me di
cuenta de que mi ego había cogido el control, y entonces le dije “Calla Ego,
ahora mando YO”. Cerré los ojos y me imaginé pedaleando, contenta feliz,
habiéndolo conseguido, y en mi mente me repetía continuamente, “puedo,
puedo, puedo”. Empecé a sentirme estupendamente, motivada, con un
montón de energía, contenta, mis células estaban todas disfrutando conmigo,
todas a una, y pude acabar la clase, cosa con la que no contaba antes de
empezar. Salí contenta, reforzada y con ganas de seguir. Después de una
experiencia que tuve en una carrera cuando era pequeña, se encargaron de
recordarme que no valía para el deporte y eso quedó grabado en mi mente.
Cuando intentaba hacer deporte siempre me aparecía esa vocecita
recordándomelo y hacía que mis células se sintiesen cansadas, sin energía
reforzando así mi creencia. Ahora soy consciente de ello, y puedo controlar
mis pensamientos, aunque es algo que todavía estoy trabajando; a la que me
descuido un poco mi ego coge el control.
Las creencias están grabadas en nuestro subconsciente. La mente
subconsciente es un procesador de información un millón de veces más
rápido que la mente consciente y utiliza entre el 95% y el 99% del tiempo la
información ya almacenada desde nuestra niñez como referente. Por eso,
cuando decidimos algo conscientemente como, por ejemplo, ganar más
dinero, si nuestro subconsciente contiene información de que es muy difícil
ganarse la vida, no lo conseguiremos. O cuando digo que quiero hacer
deporte, que esta vez sí… si en mi subconsciente está grabado que no valgo
para el deporte, me buscaré miles de excusas para no hacerlo.
Si cambiamos las percepciones que tenemos en el subconsciente,
cambiará nuestra realidad.
Tanto si crees que puedes
como si crees que no puedes,
tienes razón
Henry Ford

Si eliges vivir un mundo lleno de amor, tu salud mejorará porque la


química que provoca la alegría y el amor hace que tus células crezcan, y la
química que provoca el miedo hace que las células mueran. Los
pensamientos positivos son un imperativo biológico para una vida feliz y
saludable.
La evolución nos ha suministrado un montón de mecanismos de
supervivencia. Estos mecanismos pueden dividirse en dos: crecimiento y
protección, y ambos no pueden operar al mismo tiempo.
[ O creces o te proteges. Las células no pueden ir en dos
direcciones al mismo tiempo. Los humanos tampoco podemos.
Si huyes de un león no puedes desperdiciar energía en crecer,
concentras toda tu energía para la lucha o la huida.
Para tener salud necesitamos buscar de forma activa la alegría y el amor,
y llenar nuestra vida de estímulos que desencadenen procesos de crecimiento.
Las hormonas del estrés coordinan la función de los órganos corporales e
inhiben los procesos de crecimiento, suprimiendo por completo la actuación
del sistema inmunológico.
EL ESTRÉS

Somos lo que pensamos. Todo lo que somos surge con nuestros pensamientos. Con ellos
hacemos nuestro mundo.
Buda

El estrés es una de las principales causas de cambios epigenéticos porque


hace que tu cuerpo pierda el equilibrio. El estrés se da en tres formas: estrés
físico (trauma), estrés químico (toxinas) o estrés emocional (miedo,
preocupaciones, agobio).
El estrés puede desencadenar miles de reacciones químicas y producir
más de 30 hormonas y neurotransmisores. Cuando se desencadena esta
cascada de sustancias químicas de hormonas del estrés, tu mente influye en tu
cuerpo a través del sistema nervioso autónomo. Tu cuerpo está preparado
para asumir un estrés a corto plazo, para disponer de recursos ante situaciones
de emergencia.
Cuando tu mente percibe una amenaza, se activa la respuesta de lucha o
huida del sistema nervioso simpático, y entonces tu ritmo cardiaco y tu
tensión arterial aumentan, tus músculos se tensan y tu cuerpo libera hormonas
del estrés como la adrenalina y el cortisol para prepararse para huir o afrontar
el peligro.
Tu cuerpo está diseñado para reaccionar ante las amenazas del exterior
con tal de asegurar tu supervivencia. El hombre de las cavernas necesitaba
una mente rápida para poder sobrevivir antes las amenazas del entorno y
poder asegurar así la supervivencia de la especie.
Cuando nos vemos ante un peligro, de repente nuestro cuerpo empieza a
reaccionar; las hormonas del estrés hacen que te recargues de energía para
poder salir a correr, o para poder defenderte. Seguro que lo has sentido
alguna vez, ante una situación peligrosa reaccionaste de una manera que ni
sabes de donde te salió esa energía. Es el instinto de supervivencia.
Ante la amenaza el cuerpo pierde el equilibrio, deja de hacer sus
funciones normales, y se prepara para luchar o huir. Cuando pasa el peligro,
el cuerpo debería volver a su equilibrio. El problema de la sociedad actual es
que vivimos continuamente en peligro; la mayoría de veces este peligro no es
real, simplemente es una construcción de la mente. Cada vez que revives una
situación conflictiva o dolorosa del pasado tu cuerpo entra en estrés, aunque
la situación no esté pasando ahora; simplemente con recordarlo. Cuando te
preocupas por algo que tienes que hacer o algo que crees que va a pasar, tu
cuerpo reaccionará como si eso fuera una amenaza y entrará en estrés. Y esto
no lo solemos hacer mucho, ¿Verdad?
Entre recordar experiencias estresantes del pasado y prever situaciones
estresantes del futuro, nos pasamos la vida viviendo en el estrés. El cuerpo no
puede volver al equilibrio porque el estrés no se acaba. Cuando el cuerpo no
puede recuperar la homeostasis porque sigues percibiendo peligros externos,
empieza a perder energía. Y cada vez tienes menos energía para tu mundo
interior, para el crecimiento, la reparación celular, los proyectos regenerativos
de largo plazo a nivel celular y de curación. Las células se desactivan; ya no
se comunican entre ellas y se vuelven egoístas. No es el momento de hacer
mantenimiento ni de hacer mejoras porque tu cuerpo está utilizando la
energía para defenderse de las amenazas. Cada célula se preocupa solo de
ella, con lo que la comunidad de células dejan de actuar juntas. El sistema
inmunológico y el endocrino (entre otros) se debilitan. Como todos los
recursos del cuerpo los pones en el mundo exterior, quedan pocos para el
mundo interior. Por eso el estrés a largo plazo se asocia con la ansiedad, la
depresión, los problemas digestivos, la pérdida de memoria, el insomnio, la
hipertensión, las cardiopatías, las embolias, el cáncer, las úlceras, la artritis
reumatoide, los resfriados, la gripe, el envejecimiento prematuro, las alergias,
el dolor físico, la fatiga crónica, la infertilidad, la impotencia, el asma, los
problemas hormonales, la pérdida de cabello, los espasmos musculares y la
diabetes… (todos ellos se deben a cambios epigenéticos).
En la naturaleza no existe ningún organismo capaz de aguantar estrés a
largo plazo, de ahí la importancia de gestionar los estados emocionales y
pensamientos que nos provocan el estrés.
CÓMO RECONOCER AL EGO

El ego es sordo, sordo y ciego.


El ego debe ser domado.
Alejandro Jodorowski

El ego es esa vocecita que no para nunca dentro de tu cabeza y que


además te provoca emociones negativas. Es como un ruido involuntario,
automático y repetitivo que se ha instalado en tu cabeza y no te deja ser. La
mayoría de la sociedad vive dominada por esta voz, la voz del ego, del
pensamiento, de la mente analítica; está tan presente que acabamos
identificándonos con ella.
El ego es la voz en tu cabeza que te saca del momento presente, la que
cree que tiene que solucionar todos los problemas buscando y buscando
posibles soluciones.
Cuando te identificas con el ego, con tus pensamientos, con tus
emociones negativas, te desconectas de lo que eres. Por este motivo no
puedes sentirte a gusto en ninguna situación, en ningún lugar, con ninguna
persona, ni siquiera contigo mismo.
Cuando te identificas con el ego, automáticamente entras en estrés,
porque el ego se alimenta del miedo. Con esto podemos decir que si vives
mucho tiempo identificado con el ego, el estrés que te provoca ese estado, te
acabará afectando a tu salud tarde o temprano. O sea la enfermedad viene de
la mente programada, de la mente dominada por el ego.
• ¿Qué pasaría si esa mente dejara de tener el control de tu
vida? ¿Qué pasaría si saliésemos del estrés continuo en el que se
encuentra esta mente? ¿Y si dejásemos de tener tantos
pensamientos basados en el miedo, y nos identificásemos más con
quien somos? ¿Y si dejásemos de vivir continuamente entre el
pasado y el futuro y viviésemos más en el presente?
Pasaría que nos sentiríamos mejor, más saludables, habría menos
enfermedades, seríamos más amorosos, más compasivos, más amables con
nosotros mismos y con los demás; contagiaríamos a otros con nuestro estado,
y cada vez más gente viviría desde el amor.
LA EMOCIÓN Y EL EGO

El ego es la imagen de sí mismo; es tu máscara social, es el rol. Tu máscara social


prospera en aprobación. Quiere control y es sostenida por el poder, porque vive con el
temor.
Depak Chopra

La emoción es una reacción del cuerpo a los pensamientos. La


inteligencia del cuerpo es una parte inseparable de la inteligencia universal.
La inteligencia universal es la que rige el funcionamiento de todos los
órganos del cuerpo, es la que hace latir al corazón,; la que se encarga de la;
conversión de oxígeno y alimentos en energía, la circulación de la sangre, el
sistema inmunitario que; protege al cuerpo de los invasores, la traducción de
estímulos sensoriales en impulsos nerviosos que se envían al cerebro, donde
se descodifican y se reorganizan en una imagen interna coherente de la
realidad exterior. Todas estas funciones están perfectamente coordinadas por
esa inteligencia superior.
No somos nosotros los que gobernamos el cuerpo, lo hace la inteligencia
superior. También ella es la responsable de las respuestas del organismo a su
entorno.
Si no fuera así, cómo es posible que de la unión de un óvulo y un
espermatozoide nazca un bebé perfecto. ¿Quién le dice a esas células en qué
se tienen que convertir? La información no puede venir de otro lado más que
de la inteligencia superior. Es la inteligencia que da vida a las plantas, a los
animales.
Esta inteligencia da origen a reacciones instintivas del organismo a
cualquier peligro o amenaza.
Frente al peligro, cuando se ve amenazada la supervivencia del
organismo, el corazón late más deprisa, los músculos se contraen, la
respiración se acelera en preparación para la lucha o huida.
Es importante diferenciar entre la respuesta instintiva del; cuerpo y la
emoción.
Una respuesta instintiva
es la respuesta directa del cuerpo
a alguna situación exterior.

Una emoción
es la respuesta del cuerpo
a un pensamiento.

También puede ser una respuesta a una situación real, pero siempre será
una respuesta al suceso visto desde el filtro de una interpretación mental, un
pensamiento (bueno o malo, me gusta o no me gusta…)
Aunque el cuerpo es muy inteligente no puede distinguir entre una
situación real o una imaginaria (un pensamiento). El cuerpo reaccionará
tanto si estoy viviendo la situación de estrés como si me la estoy imaginando.
El cuerpo no sabe que solo es un pensamiento. Para el cuerpo un
pensamiento de miedo, significa “estoy en peligro” y responderá igual
aunque estés en la cama calentito y cómodo. El corazón late más deprisa,
los músculos se contraen, la respiración se acelera. Se crea una acumulación
de energía, pero, como el peligro es solo una creación mental, la energía no
tiene salida. Una parte realimenta a la mente y genera aún más pensamientos
de ansiedad; el resto de energía se vuelve tóxica e interfiere en el
funcionamiento armonioso del cuerpo.
El ego se cuenta una historia que cree firmemente. Esta historia es fruto
de tus vivencias en la infancia y todas las creencias que has creado y te han
inculcado cuando eras pequeño o pequeña.
La reacción a esta historia generada son las emociones. Estas emociones
alimentan todavía más los pensamientos y se crea un círculo vicioso, entre
pensamientos y emociones, un pensar y sentir procedente de una historia no
real, de una interpretación de la realidad en un momento determinado.
La voz del ego altera continuamente el estado natural de bienestar del
cuerpo. Estamos sometidos a una gran cantidad de presión y estrés, no porque
esté amenazado por algún factor externo, sino por la acción interior de la
mente, por los pensamientos.
Cuando conseguimos dejar la mente-ego a un lado, podemos conectar con
esa inteligencia que sabe qué es lo mejor para nosotros.
Una emoción negativa es una emoción tóxica para el cuerpo porque
interfiere en su equilibrio y su funcionamiento armonioso.
El miedo, la ansiedad, la ira, la tristeza, el rencor, el odio, los disgustos,
los celos, la envidia, son emociones tóxicas que perturban el flujo de energía
a través del cuerpo, y afectan al corazón, al sistema inmunitario, a la
digestión, a la producción de hormonas…
Es como si tuvieras un león delante ¿Tendrías ganas de ir al baño, de
comer, de hacer la digestión?… todo quedaría parado porque toda la energía
está concentrada para luchar o huir. Si es un momento concreto no pasa nada,
el cuerpo puede volver a recuperarse y realizar su función normal otra vez.
Pero si continuamente vives en estado de estrés, tu cuerpo no podrá volver al
equilibrio y acabará enfermando.
Entonces, si las emociones negativas afectan negativamente a la salud del
cuerpo ¿Las emociones positivas tendrán el efecto contrario? Claro que sí,
pero es necesario separar las emociones positivas del ego, de las emociones
positivas profundas y reales, que son las que emanan de un estado natural de
conexión con el SER. Las emociones positivas que ayudan a sanar al cuerpo
son las procedentes de los pensamientos generados desde el estado de
conciencia superior.
• ¿Cómo distinguir si una emoción positiva es del ego o del
SER?
Las emociones positivas generadas por el ego pueden transformarse
rápidamente en la emoción contraria.
Lo que el Ego llama amor en sentido de posesión y apego adictivo, puede
transformarse en odio en un segundo.
La expectativa ante un suceso, que es la sobrevaloración de un posible
futuro realizada por el ego, se transforma fácilmente en su contraria:
frustración o decepción, cuando el suceso ha terminado o no cumple con las
expectativas del ego.
El elogio y el reconocimiento te hacen sentir vivo y feliz un día; ser
criticado y no reconocido te hacen sentir rechazado y desdichado al día
siguiente.
El placer de una fiesta salvaje se convierte en tristeza y resaca a la
mañana siguiente.
Desde el ego, no hay bueno sin malo, no hay subida sin bajada.
Las emociones generadas por el ego proceden de la identificación de la
mente con factores externos que, por supuesto, son todos inestables y pueden
cambiar en cualquier momento.
Las emociones más profundas no son en realidad emociones sino son
estados del Ser. Los estados del Ser no tienen contrarios; emanan desde el
interior, como el amor, la alegría y la paz que son aspectos de tu auténtica
naturaleza.
Por ejemplo puede que te haga ilusión algo que esperas, y pongas muchas
expectativas en ello, pero eso no tiene por qué cambiar tu estado interior. Si
no se cumple puede que la primera reacción de tu cuerpo sea un impulso
negativo, pero automáticamente vuelves a tu estado de bienestar, porque
desde la conciencia del ser sabes que si no ha sido, es porque no tiene que
ser, porque sabes que todo es perfecto, que si eso que esperas no ha pasado es
tal vez porque tenga que venir algo mejor o no, simplemente eso no era para
ti. Como ves, tu estado emocional depende únicamente de ti, de tu decisión
de vivir desde un nivel de conciencia u otro.
Mucho cuidado con la frase: “déjate guiar por lo que sientes”. Porque lo
que sientes puede ser fruto de pensamientos procedentes del ego, de tu
historia creada que no es real. Y si son del ego, no serán reales porque los
pensamientos tampoco lo serán. Cuando empieces a sentir tus pensamientos,
se irán retroalimentando con los sentimientos que, a su vez, traerán más
pensamientos que te harán sentir y luego pensar. Entrarás en el juego de
pensar y sentir, pensar y sentir… A sí es como nos entran los bajones
emocionales.

Todo empieza
con un pensamiento.

Con un simple pensamiento negativo puedes terminar con depresión o


ansiedad.
Con un simple pensamiento positivo puedes llegar a estados del Ser,
emociones de alta frecuencia, que te harán vibrar muy alto.
El único momento en el que el ego no puede existir es en el momento
presente. Cuando estás aquí, ahora, consciente de este momento, sin más
pensamientos que el estar presente, solo puedes SER, y eso es lo único que es
real.

El momento presente
es el único que existe.

El pasado vive en ti en forma de recuerdos, pero los recuerdos en sí no


son un problema, ya que gracias a la memoria aprendemos del pasado y de
sus errores. Solo cuando se apoderan por completo de ti, se convierten en
una carga, se vuelven problemáticos; pasan a formar parte de ti, y acaban
afectando a tu personalidad. Entonces los recuerdos y las emociones no
expresadas del pasado se convierten en tu cárcel, porque no puedes salir
de ellos. Cada vez que piensas en ellos es como si lo estuvieras viviendo; tu
cuerpo no distingue entre real e imaginario, y te empiezas a sentir ahora como
en el pasado. Aunque ahora no está pasando ese recuerdo, lo sientes como si
estuvieras allí; dejas de vivir en el presente, dejas de SER. Y si no puedes ser,
no puedes SER feliz.
Si consigues ser consciente de tus pensamientos y las emociones que te
provocan, podrás observar los patrones que siguen tus estados emocionales
negativos y pararlos antes de que sea tarde y te hayas metido de lleno. Una
vez que la emoción negativa se ha apoderado de ti, cuesta más salir de ella.
El ego vive en el tiempo, entre el pasado y el futuro. Cuando está mucho
tiempo en el pasado te acaba provocando depresión y si está mucho en el
futuro, ansiedad.
Todas las emociones negativas que durante la infancia no pudiste
expresar, se fueron quedando reprimidas. A éstas se añaden las de la
adolescencia y la edad adulta, más las emociones que viviste mientras estabas
en el vientre de tu madre, las emociones heredadas de tu clan y del
inconsciente colectivo. Todas estas emociones reprimidas se van juntando y
forman un campo de energía que vive en las células del cuerpo.
Estas emociones quedan reprimidas en lo que llamamos la sombra.
Como estas emociones quieren salir de tu cuerpo necesitan atraer situaciones
a tu vida para que puedan expresarse y así las puedas liberar. Estas
emociones reprimidas son energía estancada en tu cuerpo, son como una
carga, como si llevarás una mochila con mucho peso.
A medida que vas liberando estas emociones, que las vas sacando a la luz,
ya que estaban en la oscuridad del inconsciente, vas recuperando energía. Y
esta energía que recuperas la puedes utilizar ahora para crear.
Me gusta mucho como lo expresa Joe Dispenza en su libro “Deja de ser
tú” con las manos.

La mano de arriba es como te muestras al mundo, la mano de abajo es


quien tú eres, tu SER. Toda la distancia que hay entre una y otra, está llena de
capas de emociones reprimidas que te impiden mostrarte como eres. Contra
más capas más desgaste de energía tienes ya que tienes una carga mayor.
Tienes que fingir más para tapar quien eres. Cuando quitas esas capas de
miedos, de inseguridades, de rabia, odio, rencor, te liberas, porque entonces
simplemente puedes ser. Ya te puedes mostrar tal cual, porque no hay nada
que te limite. Ya no tienes que fingir ser quien no eres. Ya no tiene sentido la
historia que se contaba tu ego para tapar tus pensamientos: no soy capaz, no
valgo, no me reconocen, no me quieren. Desaparecen los miedos, las
vergüenzas, las inseguridades, porque ya no te identificas con eso, porque
ahora sabes quién eres.
Cuando en consulta ayudo a liberar una emoción negativa reprimida del
pasado, la persona siente una liberación dentro de ella, es como si de repente
pudiera respirar mejor, como si pesara menos. La expresión más común “es
como si me hubiera quitado un peso de encima, me siento liberada”.

[ Estado después de liberar una emoción reprimida.


Cuando consigues descubrir y darle un significado a ese dolor, malestar o
sensación interna que llevas sintiendo desde hace tanto tiempo, la sensación
es increíble. Ese dolor, malestar o sensación interna es lo que no te deja
avanzar, eso que no comprendes, que intentas tapar con todo tipo de
adicciones (comida, deporte, drogas, sexo…) pero que sigue ahí a pesar de
todo lo que haces, y que la vida no para de ponerte situaciones delante para
que puedas sentirlo y sanarlo pero no lo ves; te enfocas en la situación, en
querer cambiarla, en que sea diferente, pero no nos damos cuenta de que es
perfecta, que está ahí para que saques esa emoción y la sanes de una vez.
Cuando descubres que es eso lo que está bloqueando tu camino, tu misión de
vida, el amor que sientes es tan increíble que te ves capaz de cualquier cosa,
desaparecen los miedos, porque dentro de ti solo cabe el amor. Empiezas a
amarlo todo, las cosas, las personas, las situaciones, todo es perfecto. En este
estado la vida es perfecta; no intentas cambiar nada porque todo está ahí para
mostrarte tu camino, para crecer como alma, para hacer lo que has venido a
hacer. Solo así encuentras sentido a esta vida.
Joe Dispenza en su libro “Deja de ser tú” nos dice que para realmente
SER, tienes que convertirte en otra persona, tienes que dejar de ser tú. Dejar
de ser tú porque lo que eres ahora es fruto de todos tus pensamientos,
sentimientos y emociones del pasado. O empezamos a pensar y a sentir de
una manera diferente, o estamos viviendo continuamente en el pasado, o sea,
desde la farsa del ego, una identificación con una parte muy pequeña de
quien somos, nuestro yo pequeño. Pero nosotros no somos eso; hemos dicho
que somos algo mucho más grande. Cuando no nos identificamos con quien
realmente somos, nos sentimos mal, vacíos, infelices.
[ Las quejas y el resentimiento
Para un momento y piensa cuánto rato pasas al día quejándote de algo.
Puede que al principio te cueste, pero a partir de ahora obsérvate, presta
atención a tus pensamientos o a tus palabras cuando hables con alguien.
Puede que te sorprendas.
Quejarse es una de las estrategias favoritas del ego para reforzarse. Toda
queja es una interpretación que la mente inventa y que tú te crees por
completo. Da igual que lo hagas en voz alta o que simplemente lo pienses.
Todo lo que te hace reaccionar de otros es lo que refuerzas en ti mismo.
El resentimiento es la emoción que acompaña a la queja. Cuando te
resientes de la codicia de los otros, de su deshonestidad, de su falta de
integridad, de lo que están haciendo, de lo que hicieron en el pasado, de lo
que dijeron, de lo que no hicieron y deberían haber hecho, te sientes
amargado o amargada, indignado o indignada y ofendido o ofendida. Al ego
le encanta eso: en lugar de ser compasivo con la inconsciencia de los demás,
convierte esas emociones en tu identidad.
No reaccionar al ego de otros es una de las maneras más eficaces de
superar tu propio ego, y también de ayudar a disolver el ego colectivo.

[ Cómo se apoderó mi ego de mí al intentar escribir este libro.


Inicialmente tenía muy claro cómo quería que fuera el libro. Empecé las
sesiones con mi coach porque cada vez que empezaba a escribirlo mi
vocecita no paraba de boicotearme: quién eres tú para escribir un libro, si tú
no sabes escribir Silvia, si no te van a entender lo que quieres explicar, Silvia
déjalo se van a dar cuenta que realmente no eres lo suficientemente buena…
Las sesiones me reconectaban y escribía, veía claro el título y la estructura,
pero al tiempo ya no sentía que fuera lo que quería transmitir, volvía hacer
sesión me activaba y volvía a cambiar el título, reacia el libro otra vez, así
como tres veces, pero llegó un momento, que coincidió con la vacaciones, en
el que me había reservado una semana sola para acabar el libro, pero mi ego
definitivamente se apoderó de mí, me ingenió una serie de excusas para no
acabarlo como tenía previsto. Unas excusas aparentemente muy reales. Mi
mente estaba completamente bloqueada, me sentía incapaz de escribir e
incapaz de preparar todo lo que tenía intención de hacer para sacar adelante
mi negocio. Sabía que se había apoderado de mí el ego, sabía que estaba
viviendo desde el miedo otra vez, pero había sido tan sutil esta vez que no
podía ver hasta qué punto.
Por suerte tenía a mi super coach que me volvió a colocar en mi sitio. Me
hizo ver todo el royo que me había creado mi mente ego para huir de lo que
realmente quería hacer.
Sin darnos cuenta nos vamos creando una historia para tapar el miedo que
nos da enfrentarnos a eso que queremos. Miedo al rechazo, al abandono, a la
soledad, a no ser suficiente… estamos cargados de creencias muy limitadoras
que llevamos arrastrando desde la infancia.
Cada vez tengo más claro la importante de tener un coach para avanzar y
conseguir tus objetivos. Si realmente quieres conseguir algo y no lo haces, es
porque te estás contando una historia que no es real. Necesitas un coach que
te saque de ella, porque cuando entramos en la historia es muy difícil salir tu
sola de ella; estamos como hipnotizados y nos cuesta ver más allá. Como
coaches, aunque seamos conscientes de esto, también tenemos esta mente que
nos manipula y nos limita. Por eso recomiendo de corazón que si no tienes lo
que quieres, contrates a un coach que te haga salir de tu historia, te conecte
con tu esencia y te acompañe a conseguir tus objetivos.
LA COHERENCIA CARDÍACA

Todas las batallas de la vida sirven para algo inclusive aquellas que perdemos.
Paulo Cohelo

Hoy la ciencia ha demostrado, la importancia del papel que ejerce nuestro


corazón en nuestra salud. Los estudios nos demuestran que el sistema
nervioso que hay en el corazón (cerebro del corazón), le permite aprender,
recordar y tomar decisiones personales sin necesidad de utilizar la corteza
cerebral. El corazón, además de bombear sangre, se encarga de enviar
órdenes de curación al cerebro y a todo el; cuerpo, cambia la onda de presión
sanguínea, produce hormonas… El corazón hace de centro de mando del
cuerpo a través de las señales que emite su campo electromagnético. Se ha
comprobado que el campo magnético del corazón es 5.000 veces; más
potente que el del cerebro. Este campo magnético actúa como una onda
portadora de información que da una señal de sincronización para todo el
cuerpo, y esta onda varía en función de las emociones que sentimos. Las
emociones negativas como la rabia, el miedo o la frustración; crean un patrón
incoherente que afecta al funcionamiento del cuerpo. En cambio emociones
positivas como el amor y la comprensión; generan una señal coherente y
ordenada que beneficia al cuerpo.
Las investigaciones del Instituto HeartMath han demostrado el papel que
cumple el campo magnético del corazón a la hora de comunicar la
información fisiológica, psicológica; y social entre las personas. Se ha
demostrado como las personas que están en un estado de coherencia cardíaca
pueden transmitir ese estado a las personas de su entorno, e incluso lo pueden
transmitir a distancia enfocándose en la imagen de una persona. El campo
magnético del corazón envuelve el cuerpo en 360 grados y según algunos
investigadores sale unos 10 pies fuera del cuerpo.
Con toda esta información podemos ver como poniendo en coherencia
nuestro corazón, nuestro cuerpo funciona mejor y podemos tener mejores
pensamientos. En estado de coherencia, se produce una resonancia armónica
entre los ritmos del corazón y el resto de funciones biológicas: la respiración,
la digestión, la respuesta inmunológica y la liberación de hormonas. La
coherencia cardíaca nos conecta con nuestro SER, con nuestra esencia, con el
amor que somos; nos volvemos más amables, comprensivos y podemos
conectar más con los demás.
Si hay coherencia en ti, tus células estarán contentas y funcionarán
correctamente, todas a una. Tu campo de energía será tan positivo que podrás
contagiar a otras personas y solo con tu presencia se sentirán bien. Podrás
observar como de manera inconsciente te buscarán, querrán estar contigo.
Ésta es la verdadera forma de ayudar. No puedes ayudar con una
vibración baja, porque te quedarás sin la poca energía que tienes y encima no
les están ayudando realmente, porque les contagias; tu baja vibración.
Puede que te haya pasado que has estado ayudando a alguien,
sacrificando tus propias necesidades a las del otro, sin ganas, porque te sabía
mal, por lo que pudiera pensar de ti al no hacerlo, porque no te atrevías a
decir que no te apetecía… y después de que le has ayudado, no lo ha
valorado, no te ha dado ni las gracias o; encima te ha culpado de algo. Y
piensas, ¡encima que lo he hecho por él/ella y así me lo paga…!”; ¿Te suena?
En el fondo lo has hecho para obtener algo, reconocimiento tal vez, amor…
esperas que la otra persona te dé algo a cambio, aunque sea las gracias o un
gesto amable.
¿Cómo crees que era la vibración que estabas emitiendo?
Aunque estuvieras poniendo buena cara, tus pensamientos van por un
lado y tu corazón va por otro; no hay coherencia.
Tu vibración estaba en el “no quiero hacerlo” “no me estoy escuchando”
“estoy interponiendo las necesidades del otro a las mías” y como sabemos
que la ley de atracción siempre actúa, ¿Qué crees que te va a traer la vida?
Pues te va a tratar igual de mal que te estás tratando tú a ti.
En cambio, cuando ayudas desde el corazón porque te sientes bien, te
apetece hacerlo, quieres ayudar sin esperar nada a cambio, simplemente por
la compasión con la otra persona. Y cuando no esperas nada, entonces es
cuando recibes. Cuando das desde una vibración alta, la vida te da más de lo
mismo.
Las personas que suelen estar más enfermas, por ejemplo con
fibromialgia, cansancio crónico… suelen ser personas que aparentemente son
muy buenas, que siempre están ayudando a los demás. La mayoría son
mujeres, madres que tienen unas; creencias muy limitadoras que les impiden
decir no, les impiden pensar en ellas, preguntarse si realmente quieren hacer
lo que hacen. Pensar en ellas les crea culpabilidad. Esa insatisfacción, esa
culpabilidad es la que acaba haciéndoles enfermar. Como no quieren hacer lo
que hacen, el cuerpo se encarga de que no lo hagan. El corazón no está en
coherencia; sienten una cosa pero hacen otra, y esto les enferma.
Por esto es tan importante estar en coherencia:

PIENSO = SIENTO = HAGO à SALUD

;
;
;
;
Yo era una de estas personas, incapaz de decir no, de anteponer mis;
necesidades a las de los demás, inconscientemente haciéndolo para ser
reconocida y amada (programita), pues así acabé. Salir de ese programa es
todo un reto, pero no es imposible; es cuestión de crear un nuevo hábito para
funcionar de otra manera, y esto solo se consigue a base de practicar,
practicar y practicar.
Me encuentro con muchas personas que no son felices en sus vidas, con
sus parejas por ejemplo o en sus trabajos.; No hacen nada por cambiar su
situación porque si lo hacen, creen que la; gente que quieren va a sufrir.;
Inconscientemente se están diciendo, “tranquilos ya me sacrifico yo; seguid
siendo felices. Ya seré infeliz yo”. Se justifican continuamente para no hacer
lo que realmente quieren hacer. Si esta incoherencia no fuera a ninguna parte,
diría vale, que cada cual haga lo que quiera. El problema es que está
incoherencia acaba; saliendo en forma de emoción negativa hacia esas
personas o en forma de enfermedad. Y entonces ¿Qué pasa? Que estas
personas a las que no querías hacer sufrir igualmente lo van a pasar mal,
porque se van a preocupar, es posible que te tengan que cuidar, llevar al
hospital, o van a sufrir tu frustración, tu rabia, tu negatividad o; enfado.
Si realmente quieres ayudar
a las personas de tu entorno,
intenta ser feliz tu primero.
;
RESPONDER O REACCIONAR

No somos responsables de las emociones pero si de lo que hacemos con ellas.


Jorge Bucay

Ante cualquier situación siempre se puede optar por dos maneras de


actuar. Depende de lo conscientes que seamos. Vivimos continuamente en
este baile de decisiones:
[ Puedo REACCIONAR automáticamente cuando saltan las
alarmas por un miedo, y dejar que mi sistema nervioso entre en
modo protección, activando las hormonas del estrés que me
prepararan para luchar o huir. Aquí estaré actuando desde el
EGO, con emociones negativas de supervivencia basadas en el
MIEDO.
[ Puedo RESPONDER y optar por vivir la situación desde el
nivel de conciencia superior. De esta manera no entro en el
miedo; mi sistema nervioso estará en calma y se activará la
respuesta de crecimiento. Aquí estaré actuando desde el SER,
con emociones positivas de bienestar y paz interior.
El sistema nervioso autónomo está formado por dos circuitos nerviosos
que partiendo del sistema límbico llegan a todos los órganos del cuerpo.
Primer circuito, el sistema nervioso simpático, produce adrenalina y
cortisol, hormonas que rigen las reacciones de lucha y de huida, las hormonas
del estrés. Aquí REACCIONAMOS. Por ejemplo tu pareja te dice algo que
no te gusta, y te sientes atacado o atacada. Le contestas; entras en una lucha,
y acabas alterándote, tal vez por un simple comentario inofensivo.
El segundo circuito, el sistema nervioso parasimpático, libera un
neurotransmisor que sosiega y tranquiliza. Aquí RESPONDEMOS.
Siguiendo con el ejemplo anterior, en lugar de sentirte atacado o atacada, le
respondes de manera amable. Puedes pensar que a lo mejor no lo estás
entendiendo, o que ha tenido un mal día, o simplemente no vas a entrar en la
lucha. Observas que algo se ha removido en ti y por lo tanto es tuyo, tu pareja
simplemente te lo está mostrando para que tú lo saques a la luz. Tu pareja te
está haciendo de espejo.
Estos dos circuitos aseguran la supervivencia y la calidad de vida. La
capacidad de acelerar (estar alerta) y de frenar (relajarse) en los momentos
oportunos es lo que hace que el organismo funcione bien y que podamos
sobrevivir.
Los animales lo utilizan de manera instintiva; activan y desactivan si
detectan peligro o no. Pero los humanos tenemos muchas memorias, y no
sabemos relajarnos después de haber vivido momentos de tensión. La
situación actual que vivimos hace que tengamos activado sin pausa el sistema
nervioso simpático.
Nuestro bienestar depende de la calidad de nuestras emociones y
pensamientos. Los pensamientos y emociones elevadas (positivas) crean un
estado de coherencia biológica que entraña un funcionamiento óptimo del ser
humano a todos los niveles. Los pensamientos y sentimientos inferiores
(negativos) crean un estado de caos biológico que limita el funcionamiento
del organismo humano en todos los niveles.
Cuando utilizamos el mecanismo inferior de la conciencia, la amígdala
instintiva sigue vigilando en modo supervivencia y quiere protegernos según
su lógica. Entonces nos invade automáticamente el arsenal mental-emocional
generado por los instintos primarios de supervivencia y memorias
traumáticas: estrés, inquietud y tensión, tanto física como psicológica, cuya
causa casi nunca sabemos reconocer.
El caos nos resulta tan familiar que acabamos acostumbrándonos a él, con
lo que corremos el riesgo de no captar los mensajes que la vida nos envía a
través de nuestras relaciones o nuestras aptitudes, que van perdiendo
dinamismo. El cuerpo nos habla continuamente.
Nuestra mente interpretará el entorno pero nuestra conciencia puede
decidir hacer caso a esa interpretación o no.
• ¿Qué implicaciones tiene en nuestra salud una elección u
otra?
Cuando estás más de un minuto con un pensamiento o emoción negativo
esto se refleja en tu cuerpo. Tu mente genera una energía diferente en función
del tipo de pensamiento, sentimiento o emoción que tengas. Los
pensamientos negativos a la larga te acaban enfermando.
Tanto si solo piensas en ti, como si te preocupas excesivamente por los
demás, hasta tal punto de dejar de vivir tu propia vida, es ego. Nos han
educado en la creencia que desvivirte por los demás es bueno y si no lo
hacemos, nos genera culpabilidad consciente o inconsciente.

La buena noticia es que


cuando somos conscientes de todo esto podemos hacer algo
para cambiarlo.
¿CÓMO GESTIONAS TUS EMOCIONES?

¿Qué sabe el pez del agua donde nada toda su vida?


Albert Einstein

David R Hawkins en su libro “Dejar ir” nos explica los tres mecanismos
que utilizamos para gestionar nuestras emociones:
[ La supresión y la represión. Son las formas más comunes de
tapar los sentimientos. La supresión se hace conscientemente,
la represión es inconsciente. Elegimos los sentimientos que
serán suprimidos en función de los programas conscientes o
inconscientes que llevamos con nosotros. La presión de los
sentimientos suprimidos se manifiesta como irritabilidad,
cambios de humor, tensión en los músculos del cuello y la
espalda, dolores de cabeza, calambres, trastornos menstruales,
colitis, indigestión, insomnio, hipertensión, alergias…
Reprimimos un sentimiento porque nos produce tanta culpa y miedo que
ni siquiera podríamos afrontarlo.
Los mecanismos más utilizados para mantener un sentimiento reprimido
son la negación y la proyección:
[ Negación: negamos el sentimiento por el miedo o la culpa y
en lugar de sentirlo lo proyectamos en el mundo.
[ Proyección: Situamos la culpabilidad en las personas, los
lugares, los alimentos, el tiempo, el destino, Dios, la suerte…
Es el más utilizado hoy, y es el que genera los ataques, la
violencia, la agresión, las guerras…
[ Expresión: creemos que al expresar las emociones negativas
estamos expresando los sentimientos, pero así no nos liberamos
del todo de ellos y además puede provocar el deterioro de las
relaciones.
[ Escape: evitamos los sentimientos a través de la diversión,
adicción al trabajo, bebidas, la televisión… A muchas personas
les aterra la idea de enfrentarse a sí mismas, incluso temen un
momento de soledad. De ahí la interminable socialización:
hablar, enviar mensajes de texto, leer, escuchar música, juegos
de azar, el cine, drogas, fiestas… Se produce una progresiva
pérdida de conciencia de creatividad, de energía y de auténtico
interés por los demás. El crecimiento celular se detiene y se
producen las enfermedades físicas y emocionales.
La presión acumulada disminuye a medida que vamos soltando estos
sentimientos, y nos vamos sintiendo mejor. La fisiología del cuerpo cambia:
mejora el color de la piel, la respiración, el pulso, la presión arterial, la
tensión muscular, los intestinos, la visión… y, además, nos sentiremos más
felices y más cariñosos.
Las emociones son las que provocan el estrés. No el estímulo externo,
sino cómo reacciones ante él con tus emociones.

La tensión muscular no es más


que el resultado de la ansiedad,
el miedo, la ira y la culpa.

En lugar de centrarnos en relajar el músculo, deberíamos centrarnos en


reducir la ansiedad, el miedo, la culpa y los demás sentimientos reprimidos.
Las emociones y sentimientos suprimidos y reprimidos buscan una salida
y utilizan los acontecimientos externos como desencadenantes y excusas para
desahogarse. Cuando el nivel de tolerancia de la persona es superado, la
mente crea un acontecimiento externo al que rendirse.
La persona que tiene dolor reprimido crea inconscientemente
acontecimientos tristes en su vida. La miedosa vive experiencias aterradoras.
La orgullosa está siendo frustrada.
Dado que las emociones emiten un campo de energía vibratoria, afectan a
las personas de nuestro entorno. Las emociones reprimidas y suprimidas en el
nivel psíquico influyen en los acontecimientos de nuestra vida. Así, la
persona apática atrae pobreza, las que tienen conciencia de prosperidad atraen
abundancia en sus vidas.
El mecanismo para dejar ir los sentimientos que nos propone Hawkins
consiste en disociarse, optar por la posición del observador y dejar que los
sentimientos se expresen sin miedo y sin asociarse a ellos. Siendo consciente
del sentimiento pero sin creer que yo soy ese sentimiento. Optas por utilizar
el mecanismo de consciencia superior, como en el ejemplo que he explicado
en el capitulo anterior.
Todo sentimiento negativo está asociado al miedo básico de la
supervivencia. Todos los sentimientos no son más que programas que la
mente cree necesarios para sobrevivir. Poco a poco te vas dando cuenta que
ha sido tu mente la que ha ido creando esos programas para poder sobrevivir
que tú no eres esos programas, y empiezas a sentirte cada vez más libre.
Al liberar las emociones negativas vamos deshaciendo el ego. Dejamos
de darle poder y de que sea él el que domine nuestras vidas. Pero el ego nos
pondrá muchas trampas para que no nos libremos de él fácilmente. Todos los
pensamientos y emociones del ego son resistencias; imágenes que la mente
ha construido para impedirte experimentar lo que verdaderamente eres.
El ser real está en el espacio entre los pensamientos. Cuando realizamos
algo que nos gusta sin pensar, nos sumergimos, estamos inspirados, sin
estrés, la mente está quieta, y hacemos todo sin esfuerzo.
Las emociones están conectadas con lo que creemos que va a garantizar
nuestra supervivencia, no con lo que verdaderamente lo hará.
¿SOY BIPOLAR?

Aprendí que cuando creo que nunca volveré a ver la luz, es simplemente porque estoy
mirando hacia el lado equivocado.
Milza Lopez

• ¿Has pensado alguna vez si podías ser bipolar? ¿Cómo es


posible que pienses y sientas una cosa y al rato puedas pensar y
sentirte de una manera completamente contraria? ¿Qué ha pasado?
¿Me estoy volviendo loca?
Muchas veces llegué a pensarlo, hace unos años mi cabeza era una locura.
Tenía claras unas cosas y de repente algo pasaba y mi pensamiento era todo
lo contrario. No entendía por qué me venían determinados pensamientos
cargados de miedos, inseguridades, vergüenza y culpabilidad.
Poco a poco, a medida que empecé a descubrir que teníamos un universo
interior al que no prestamos mucha atención porque solo nos han enseñado a
mirar afuera, empecé a estudiar el funcionamiento de mi mente y mis
emociones, la conciencia que somos. Fui descubriendo y liberando muchas
cosas que me limitaban, me asustaban y no me dejaba ser quien soy.
A mi consulta viene mucha gente que con un poco de reparo me dicen,
“es que tengo la sensación de que soy bipolar”. Enseguida les explico el
motivo de por qué les pasa eso y se van mucho más tranquilas y liberadas.
Hace un tiempo me escribe una amiga y me dice. Silvia, tengo un
problema; a ver si me puedes ayudar. Es como si dentro de mí vivieran dos
personas: una quiere una cosa y la otra, otra cosa. Le dije: tranquila, no estás
loca; bienvenida al club… aunque parezca malo no es tan malo porque como
mínimo lo has detectado y has pedido ayuda para resolverlo. El hecho de que
haya dos partes en contradicción y que lo observes quiere decir que has salido
de tu hipnosis y la estás observando. Eso es genial. El problema es cuando no
somos conscientes de la hipnosis, no sabemos cómo funcionamos, o no
reconocemos cuál de las dos opciones es la que realmente queremos. Por eso
es muy importante hacer un trabajo de autoconocimiento interior. Contra más
información tengamos sobre nosotros, mejores decisiones podemos tomar.
Una vez que te conoces y sabes cómo funciona el juego, ya es cuestión de
jugar, de decidir vivir, de decidir SER, SER feliz.
La simbología que siempre hemos visto del ángel y del demonio
representa eso, el ángel es quien somos y el demonio es nuestra mente
programada, el ego. De ti depende a quien le das el poder.
QUIÉN ESTÁ AL MANDO

La mente intuitiva es un regalo sagrado y la mente racional es un fiel sirviente. Hemos


creado una sociedad que honra al sirviente y ha olvidado el regalo.
Albert Einstein

• ¿Cómo saber qué es lo que verdaderamente quieres o si es


tu ego el que te domina?
Te voy a explicar una metáfora sobre el rey y el guerrero para que lo
entiendas mejor. En un reino siempre hay un rey que es el que se encarga de
mantener el reino en paz, de defenderlo, de mirar por sus intereses y los de
sus habitantes, de tener una visión de futuro y hacer lo posible para ir hacia
ella. Pero esto no lo puede hacer solo, necesita de unos guerreros que sigan
sus órdenes. Cuando hay buena comunicación y todos van en la misma
dirección todo funciona correctamente. El problema viene cuando una de las
dos partes no hace su función.
Cuando el rey no hace su función, mirar por sus intereses y los del reino,
deja de tener una visión clara de futuro, y pierde la confianza de sus
guerreros. Entonces, éstos cogerán el mando e irán por libre, batallando en
guerras sin ningún objetivo concreto. Si esto sucede, el reino entrará en el
caos, porque no habrá una visión común. Cada uno mirará por lo suyo; habrá
separación y esto llevará a la desmotivación, al miedo, a no saber hacia dónde
se dirigen, a la desconfianza…
Lo mismo pasa con nosotros. Nuestro rey es el SER, el alma, el corazón,
esa parte que sabe a lo que hemos venido. Los guerreros, son los
pensamientos de la mente-ego, y el reino es nuestro cuerpo, nuestras células.
Si nuestro Ser (el rey) es el que lleva el mando de nuestra vida, la mente (el
guerrero) estará a su servicio, y todo funcionará correctamente, en armonía.
Nuestro cuerpo, nuestras células (reino) estarán contentas; se sentirán
confiadas, seguras, y cooperarán para mantener el buen funcionamiento del
cuerpo, lo cual aportará salud. En cambio, cuando la mente, con sus
pensamientos (los guerreros), coge el mando, y cree que puede llevar el
control del reino, todo se empieza a desequilibrar. Los pensamientos (los
guerreros) no tienen esa visión común porque han sido entrenados para
batallar, para asegurar la supervivencia del reino. Entonces se empiezan a
alejar de esa misión que tenía el SER (el rey), y las células (reino) empiezan a
ir por libre; entran en desconfianza, miedo y dejan de trabajar juntas por un
objetivo común: el óptimo mantenimiento de las funciones del cuerpo. Y
¿qué pasa cuando las células van por libre? Desequilibrio, enfermedad,
cáncer.
Por eso es tan importante la coherencia interior: pienso, siento, hago, todo
a una. La incoherencia genera caos interno, y por tanto enfermedad.
Pondré un ejemplo: hace unas semanas me encontraba en un momento
que mi mente catalogaba como difícil. Tenía que tomar decisiones
importantes, decisiones de calidad que iban afectar a mi futuro. Cuando estás
despierto puedes observarte y darte cuenta de quién te está dirigiendo, aunque
eso no evita que lo haga. Empecé a darle muchas vueltas a mi situación; mi
cabeza no paraba de pensar en ello, de crear escenarios, de buscar
posibilidades. Me costaba dormir, me costaba mucho relajarme para meditar.
Al estar varios días así, mi cuerpo ya se empezaba a resentir, me dolía la
cabeza, el estómago, me costaba ir al baño, me olvidaba cosas, me hablaban y
me costaba concentrarme.
Mi mente estaba en su mundo y esto me ocasionaba mucho malestar,
físico, mental y emocional. Me sentía débil, muy sensible y con muchas
ganas de llorar. Mis pensamientos eran de no puedo. Me sentía muy, muy
cansada. Este estado afectaba a todos los ámbitos de mi vida. Cuando estás
dominada por la mente-ego, tu energía baja muchísimo, y todo supone un
esfuerzo muy grande. Yo era consciente del estado en el que estaba, pero la
preocupación era tan grande que me costaba salir de ella. Cuando tu mente-
ego cree que está en juego tu supervivencia o la de tu familia, bien sea tema
económico, salud, seguridad, el guerrero coge el mando y no hay quien lo
pare. Entras en un estado de estrés, tal vez por vergüenza o culpa; entras en
la desesperación, el miedo, el sufrimiento o el deseo, o te vas moviendo por
todas esas emociones según la fase.
Por suerte tengo las herramientas para salir de ello. Aprovechando una
situación que se me presentó, dejé salir todas las emociones que sentía.
Estuve llorando un buen rato dejando que todo se expresara en mí, pero desde
la conciencia. Dejé que esa parte de mí expresara todo lo que sentía, mientras
mi conciencia le decía:
“Llora lo que necesites llorar, y cuando tengas suficiente deja el drama ya, ¿no? ¿No ves
que todo es fruto de tu desconexión, de que te has vuelto a creer el juego? Si esta situación
que estás viviendo te la has puesto tú para seguir creciendo, ¿que ya no te acuerdas?”

Después de liberar toda la carga emocional que había ido generando con
mis pensamientos, fruto de mis antiguas creencias (escasez, yo no puedo…),
entré en un estado de ira, de orgullo, pero contra mi ego por haberme
dominado otra vez. Entonces me empecé a empoderar, a escuchar a mi
conciencia; conecté con mi esencia otra vez y devolví el poder a mi reina.
Entré en un estado de confianza, de optimismo, de aceptación. Empecé a
sentir mucho amor hacia mí y hacia la vida, y entonces entré en un estado de
paz increíble. De repente fue como si mi cabeza se hubiera quedado vacía, y
ya no tenía el tormento de pensamientos que no me dejaban vivir. Al liberar
las emociones, desaparecen los miles de pensamientos que van asociados a
ellas. Empecé a verlo todo de otra manera; acepté la situación y decidí fluir
con el momento, con la confianza y la seguridad de que pasara lo que pasara
todo iba a ser perfecto para aprender lo que tenía que aprender en este
momento. Me sentía otra vez con el mando de mi vida. Pude volver a callar a
mi ego y decidir yo mi estado emocional, y, evidentemente, volví a escoger el
amor y la paz interior.
EL HÁBITO DE SER INFELIZ

Si buscas resultados distintos


no hagas siempre lo mismo.
Albert Einstein

Si no eres feliz, es posible que hayas creado el hábito de no ser feliz.


• ¿Esto es posible?
Claro que sí. Tu cuerpo se hace adicto a las sustancias químicas que
generan tus sentimientos negativos y cuando empiezas a cambiar, se siente
extraño o extraña. Poco a poco empieza a enviar mensajitos a tu mente para
que vuelvas a tu estado anterior. Las sustancias químicas producidas por el
estrés crean mucha adicción; el cortisol y la adrenalina te proporcionan
mucha energía, pero en lugar de utilizarlos en momentos necesarios para
luego volver a estados de calma, donde el cuerpo se regenera y puede hacer
su función normal, quieres más, lo necesitas. ¿Te ha pasado alguna vez que
cuando estás tranquilo o tranquila, sin ninguna preocupación, sin ningún
problema, te sientes extraño o extraña? Te parece raro y sientes como si te
faltara esa vidilla que te dan las preocupaciones, los miedos, y piensas que no
es normal estar tan bien… cómo somos eh!
A veces nos acostumbramos tanto a estar mal que cuando estamos bien,
nos sentimos extraños, porque ha dejado de ser lo habitual. Hoy le ha pasado
a una clienta en consulta; se sentía tan bien al acabar la sesión, que se sentía
extraña, como si le faltara algo. Eso que le faltaba era su malestar.
El otro día le pasó a otro chico, un chico muy negativo al que todo le
molestaba. Echaba continuamente la culpa a todo y todos de lo que le pasaba.
Era consciente de que actuaba igual que su padre pero no lo podía controlar.
Cuando liberamos la emoción que le mantenía ahí, pasó a ser otra persona,
más amorosa y comprensiva, pero se sentía super extraño. Estaba inquieto y
tenía la misma sensación, como de “mono”; le faltaba algo. Tenía el mono de
su emoción y su cuerpo le pedía las sustancias químicas que le proporcionaba
esa emoción negativa que arrastraba. Nos hacemos adictos a las emociones
negativas igual que a las drogas, el juego, o el alcohol.
Inconscientes buscamos la energía en las preocupaciones, las quejas, las
criticas, el miedo.
• ¿Y si en lugar de hacer esto, ahora que eres más
consciente, valoras este momento en el que estás, este instante?
Para un momento; estás respirando ¿Verdad? Pues entonces lo tienes todo
para estar vivo, viva; puedes dar gracias por ello y empezar a sentirte bien.
Deja de preocuparte por las historias de miedo que te cuenta tu mente;
respira, no hay nada más importante ahora mismo que este momento, porque
estás vivo, estás viva.
Respira, respira profundamente; siente este momento, que es el único que
existe y da gracias por lo que tienes en este instante. Valora este momento
porque estás vivo, estás viva.
Sonríe, respira, y siente como tu cuerpo está funcionando en armonía y
puede sanar cualquier desequilibrio, porque, cuando tu mente está en calma,
dejan de activarse las alarmas de peligro y tu cuerpo, que es una máquina
perfecta, puede hacer su gran labor de auto sanación.

¿Por qué no crear


el hábito de ser feliz?
RECUPERAR TU PODER Y SER FELIZ

Cuánto tiempo dedicas a estar contigo, cuánto dedicas a escuchar a tu corazón. No hace
falta alejarte de nada para hacerlo. Puedes estar donde estés haciendo lo que estés
haciendo, pero tu conciencia está en ti, sintiendo el momento, lo que pasa en ti, dando
gracias por estar, por todo lo que te ha presentado la vida para llegar a este momento.
Sintiendo lo que sientes, alegría, tristeza, es igual; lo importante es sentir, porque eso
quiere decir que estás vivo y que estás siendo libre de sentir, sin tener que representar
nada, sin filtros, sin máscaras, solo tú, tal cual, con tus aciertos, tus imperfecciones,
simplemente siendo tal cual eres.
Silvia Pascua

Ahora ya sabes quién eres en realidad; sabes que no eres tus


pensamientos, que no eres tus emociones y que no eres tu cuerpo. Ahora ya
sabes que eres algo más grande, que eres una conciencia que está conectada
con una conciencia mayor a la que podemos llamar Dios, universo,
conciencia universal, Fuente…
Ahora sabes que estás hecho de la misma energía que están hechas las
estrellas y el sol, y, por lo tanto, tú también puedes brillar como el sol. El
problema de nuestro sol es que la mayoría de veces está tapado por unos
nubarrones negros que no nos dejan brillar, y ése será nuestro trabajo: quitar
esos nubarrones. Esos nubarrones son nuestras creencias, nuestros programas
inconscientes heredados, nuestros miedos, inseguridades… Cuando te liberes
de esos nubarrones, entonces podrás hacer lo que has venido hacer: brillar,
ser luz, amor…
Ahora que ya sabes cómo funciona el universo, sus leyes, especialmente
la ley de atracción, cómo funciona nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestras
emociones, la importancia de una buena higiene mental y emocional, puedes
hacerte estas preguntas:

• ¿Con qué te identificas? Con el 0,000001% de materia


que eres o con el 99,999999% de energía?
Si solo te identificas con lo que ves, con tu cuerpo, estás identificándote
con tu pequeñez, porque solo es una parte pequeñísima de ti.
Si te identificas con la energía que eres, te estás identificando con tu
grandeza, con todo tu potencial, y aquí es donde reside tu poder.
• ¿Quién has estado siendo hasta ahora?
Es muy importante reconocer quién has estado siendo, qué máscara has
estado llevando toda tu vida para tapar tus miedos, inseguridades,
vergüenzas…
¿Cómo te has comportado? ¿Qué patrones has heredado de tus
padres o ancestros? ¿Qué emociones te han movido? ¿Qué creencias te
han estado limitando?
Sincérate contigo. A veces es duro reconocer cómo hemos estado siendo,
cómo nos hemos comportado con el único objetivo de conseguir amor, pero,
una vez reconocido, es muy liberador porque ahora puedes decidir seguir
haciendo lo mismo o no.
Una vez que reconoces quién has estado siendo, hay que definir quién
quieres ser, qué te gustaría cambiar, y qué quieres conseguir. Tienes que crear
tu nuevo Yo.
Ahora hay que reprogramar tu mente para empezar a funcionar de otra
manera. Liberar lo viejo e instalar lo nuevo.
Si no quieres perder el tiempo, yo te recomiendo que lo hagas
acompañado, acompañada de un coach especializado. ¿Por qué? Porque tu
mente-ego es muy lista, y cuando ve que va perdiendo poder, se las ingenia
para buscarte argumentos y excusas para no seguir avanzando. A medida que
vas avanzando, tu ego es cada vez más sutil, y te puedes perder, sobre todo al
principio, con el ego espiritual. Yo te recomiendo hacer el proceso de la
mano de alguien que haya pasado por ahí.
Yo soy una de esas personas que ha pasado por ahí.
Durante mi proceso no tuve una persona que me guiara, ya que no
conocía la figura del coach. Esto me llevó a ir muy perdida, a vivir momentos
de locura interna, a sentirme muy incomprendida, a dar muchas vueltas en el
camino, a leer mucho, y a formarme en todo lo que me llamaba la atención.
Me tuve que abrir a nuevas informaciones que me llegaban y me arriesgué a
experimentar, a vivir, a ser. El camino no fue fácil; había momentos en los
que me sentía tan mal, tan perdida que quería salirme de esta locura de la
conciencia, pero ¿Qué opciones tenía? ¿Volver atrás? ¿A la inconsciencia, al
dolor? No tenía opción, tenía que seguir adelante, por mí y sobre todo por
mis hijos. Por suerte no tiré la toalla y seguí hasta cruzar al otro lado del río.
A pesar de que estaba lleno de piedras que resbalaban, de corrientes que me
hacían retroceder, no me di por vencida y llegué. La Silvia de hoy no tiene
nada que ver con la Silvia de hace 6 años; mi salud ha mejorado muchísimo,
así como también mi manera de gestionar mis emociones. Mis pensamientos
sobre mí ya no son tan negativos; ahora me valoro más, me pongo en mi
primera prioridad y ha aumentado mi autoestima. He dejado atrás muchos
miedos y he aprendido a entender un poco a más las reacciones de mi cuerpo.
A medida que haces este proceso de autoconocimiento, de reencuentro
con tu SER, vas siendo cada vez más sensible, y cualquier incoherencia en tu
mente es reflejada enseguida en tu cuerpo. Es como si tienes un suelo sucio;
si cae una mancha más no se nota porque, como hay muchas, pasa
desapercibida. En cambio, cuando tienes el suelo limpio, brillante, cae una
mancha y es como si quedara enmarcada; molesta mucho, pero como solo
hay ésa, la tienes detectada y la puedes limpiar cuando quieras y volver a
tener el suelo limpio.
Con nosotros pasa lo mismo, cuando tienes mucha basura mental, un
pensamiento incoherente pasa desapercibido. El cuerpo te muestra esta
incoherencia, pero como también te está mostrando muchas más
incoherencias, es más difícil detectarlas y poder cambiarlas. A medida que
vas eliminando la basura mental, cada vez te conoces más, y eres más
sensible a tus incoherencias. Estás bien y de repente te empiezas a sentir mal,
o te entra un dolor fuerte. Entonces, en vez de quedarte reforzando el dolor, te
preguntas qué ha pasado por tu cabeza, tomas conciencia, sueltas y el dolor se
calma. Al principio no sabes, pero con el tiempo te vas dando cuenta de cómo
se manifiesta tu cuerpo cada vez que tus pensamientos no están alineados
con tu esencia.
Éste es el trabajo que solemos hacer en consulta. A través de situaciones
problemáticas de la persona, síntomas, enfermedades, problemas familiares,
de pareja, hijos, laborales, detectamos su patrón de comportamiento, su
programa inconsciente, las creencias que le han llevado a la situación actual.
La emoción que aparece es el hilo por el que tiro para llegar al origen del
problema, la mayoría de veces escondido en la mente subconsciente.
Hacemos un viaje a la mente subconsciente de la persona y cambiamos desde
ahí la información.
Para empezar a vivir desde el amor hay que empezar a liberar todas las
emociones de baja vibración que nos van surgiendo.

Ser coherente a veces duele mucho


pero no serlo, con el tiempo,
duele mucho más.
NUESTRO DESTINO EVOLUTIVO

La vida es como andar en bicicleta. Para mantener el equilibrio debe mantenerse en


movimiento.
Albert Einstein

Los seres humanos estamos destinados a evolucionar hasta convertirnos


en seres conscientes, y los que no lo hagan, tendrán que sufrir las
consecuencias de su inconsciencia, y estarán desfasados del impulso
evolutivo del universo.
Normalmente la gente que despierta es porque ha llegado a un punto de
sufrimiento que ya no puede soportar más y se abre a nuevas realidades.
Pero, ¿Es necesario tener que llegar a estos extremos?
Cuando despiertas a esta nueva conciencia y decides vivir en ella, quieres
contarlo y ayudar a todo el mundo, sobre todo a tu entorno más cercano. Pero
poco a poco te das cuenta de que no puedes convencer a nadie; cada uno
sigue su propio camino y le llega en el momento que le tiene que llegar, casi
siempre cuando llega al punto de sufrimiento que no puede soportar más.
Es duro ver a personas cercanas, amigos y familiares que están en su
programación y que no salen de ahí, que están sufriendo cada vez más, pero
están tan dormidos en su hipnosis que no ven más allá. Por mucho que les
intentes explicar, siguen ahí e incluso a veces se sienten ofendidos si intentas
ayudarles. En estos casos es mejor aceptar que no es su momento, que tal vez
cuando les llegue será tarde, pero, aún así, no puedes hacer más que esperar y
estar ahí para ayudarles cuando realmente te lo pidan.
Me pasó concretamente con mi hermana. Yo veía por donde iba, ya que
compartimos mucha programación; por donde pasaba ella yo ya había pasado
y quería ayudarla para que no llegara al extremo que llegué yo. Pero ella me
decía que estaba bien, que no le pasaba nada, que ella sabía lo que hacía. No
podía decirle nada porque se sentía atacada, y ésa no era mi intención; solo
quería ayudarla. Así que con todo el dolor de mi corazón solté y dejé que
hiciera su aprendizaje, hasta que llegó el día en que me llaman y me dicen
que la han ingresado de urgencias. Ahí fue cuando realmente tomó
conciencia de que no estaba tan bien como pensaba. Como siempre, tenemos
que ver las orejas al lobo; tenemos que ver la muerte muy de cerca para poder
reaccionar y empezar a hacer cambios.
Entonces tuvimos que correr, hacer un trabajo intenso, pero al final lo
consiguió. Hoy da gracias a ese suceso, que aunque lo pasó muy mal, fue lo
que le hice despertar y empezar a vivir desde otra conciencia. Hoy está sana y
feliz siendo ella la que controla su mente, sus emociones y su vida, aunque
sigue aprendiendo cada día, como todos. Esto es un camino de aprendizaje en
el que nunca se para. Estamos continuamente viviendo experiencias para
seguir aprendiendo y creciendo.
La vida te va poniendo continuamente situaciones para que crezcas. Cada
situación por buena o mala que parezca, es perfecta. De entrada lo de buena
o mala no deja de ser un juicio. Queremos las buenas porque vamos buscando
siempre el placer y evitando el dolor, pero no son más que dos formas de
crecimiento. Hay veces que aprendemos de experiencias muy buenas, pero
muchas veces los mayores aprendizajes vienen de situaciones en las que
realmente nos hemos sentido muy mal.
Para poder SER feliz debes dejar de juzgar tus experiencias como buenas
o malas. Simplemente con este cambio de percepción podrás vivir la vida
desde un nivel superior, porque todo será perfecto, y en la perfección
desaparecen los miedos. Solo tienes que bailar con la experiencia; estar
presente, fluir con ella, observar que pasa en ti, cómo lo vives, cómo sientes,
y entonces surge la magia. De repente puedes entender para qué se ha
presentado. Y cuando entiendes el para qué empiezas a entrar en un estado
del ser, un estado de gratitud total a la vida, porque eres consciente de tu
conexión, consciente de tu poder de atraer a tu vida eso que estabas buscando
para seguir creciendo y avanzar.
• ¿Cómo cambiaría tu vida si aprendieras a vivir así?
¿Recuerdas cuando eras pequeño y llegaba la noche de reyes?
Esperabas con ilusión esa noche, tal vez te sentías inquieto, inquieta, con
ganas, expectante, porque querías descubrir cuanto antes qué te iban a traer.
O cuando ibas de excursión, esa excursión que te hacía tanta ilusión. Todos
los días te costaba levantarte, pero ese día no; te levantabas con ganas, con
ilusión, expectante.
Imagínate levantarte cada mañana con esa misma ilusión, con ganas,
expectante de ver qué te va a traer este día la vida. ¿Cambiaría algo tu vida?
Según como empieces el día así te irá. Pues, ¿Por qué no empezar el día con
alegría, expectante de las maravillas que te va a traer la vida, pero sin esperar
nada particular? La vida siempre nos habla y nos da respuesta a nuestras
preguntas; el problema es que no lo vemos, porque vamos mirando a otro
lado. ¿No te ha pasado que buscas algo, y no lo encuentras, y cuando te das
cuenta, lo tenías delante? Pero ¿Cómo no lo habías podido ver si lo tenías
delante? Si habías mirado muchas veces, ¿Por qué de repente lo ves? No lo
veías porque tu mente no estaba en eso, sino en otra cosa, tal vez en la
imagen de dónde debería estar, ahí donde lo quieres ver, por eso no lo puedes
ver en otro lado.
La vida nos da señales. Existe una inteligencia superior que está
esperando que le pidamos para poder ayudarnos. Recomiendo leer el libro de
“Pide y se te dará” de Esther y Jerry Hicks. Cuando queremos algo, creemos
que la manera de conseguirlo es la que pensamos porque es la que
conocemos, pero a veces la vida te da mejores opciones, otras vías para llegar
a lo que quieres que, como no están dentro de lo que tú crees que debería ser,
no las valoras, ni las vives como buenas.
Yo siempre digo en mis sesiones que todo lo que pasa es perfecto para
que aprendas lo que has venido aprender, y para que consigas lo que quieres
conseguir. Solo es cuestión de verlo así, de ver lo positivo de todo, y ser
consciente de que todo lo que se presenta en tu vida es para ti; nunca va en
contra tuyo. La vida siempre nos está ayudando y hasta que no lo veamos
así, sufriremos.
No es cuestión de convencerte; experiméntalo. A mí al principio me
costaba creerlo, pero a medida que he ido liberándome de mis creencias
limitantes, la conexión con el universo ha ido creciendo. Más que haya
crecido, porque creo que siempre ha estado ahí, es que yo he sido más
consciente de ella.
Mi mente-ego quiere siempre coger el mando, pero a la que soy
consciente de ello, suelto y lo entrego al universo… y el universo me
responde cada día más rápido. Esto hace que cada vez confíe más. Estoy
entrenando mi mente a que deje de creer que ella sabe qué es lo mejor para
mí, y lo entregue a esa parte de mí que está conectada con algo superior, esa
parte que sabe realmente para qué he venido aquí.
Cuando tengo alguna duda sobre las decisiones que tengo que tomar, lo
entrego a esa parte de mí que está conectada con el universo, y le pido que
me dé la respuesta que sea mejor para mí. La gracia de esto es luego hacerle
caso a la respuesta, porque a veces la que me da no es la que mi mente quiere,
porque, claro, no es la cómoda, la fácil, (que es lo que quiere mi ego). El
universo siempre te responde, solo hay que saberlo ver y confiar. Es
sorprendente como vienen las respuestas, la mayoría de veces de la manera
que menos te imaginas.
Por ejemplo, con el coche y el aparcamiento cada día me sorprendo más.
A veces es difícil quitar de la mente la creencia de que es difícil aparcar en
determinadas zonas, pero si lo intentas verás los resultados. Yo vivo en las
Franquesas y cuando quiero ir a Granollers (el pueblo de al lado) en coche, de
entrada lo que asocia mi mente y la de la mayoría que queremos ir al centro
en coche es el tema del aparcamiento. La creencia generalizada es que “es
difícil aparcar en el centro de Granollers”. Tienes la opción de aparcar en el
parking directamente, en zona azul (y tener que estar pendiente de los
dichosos tickets de la hora) o tienes la suerte de encontrar uno de los pocos
aparcamientos que no tienes que pagar. “Tienes la suerte” he dicho, ¿Es
cuestión de suerte? He dejado de creer en ello; ahora cada vez que voy, doy
por hecho que voy a encontrar un aparcamiento gratuito, cerca de donde
quiero ir y sin dar muchas vueltas. Y lo encuentro. Cada día me sorprendo
más.
La clave es confiar, soltar; pase lo que pase siempre es lo mejor que
puede pasar para tu crecimiento.

SUELTA
Y
CONFÍA
MOMENTOS DE CONEXIÓN

El verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos paisajes, sino en tener


nuevos ojos.
Marcel Proust

Es tan bonito sentir el amor desde el corazón, es un sentimiento


incontrolable que te hace vibrar, es un estado del ser que te hace sentir desde
lo más profundo de ti. Nadie te lo puede quitar porque es tuyo, y puedes
conectar cuando quieras. Entonces da igual donde estés, con quien estés, si
tienes en la vida lo que quieres o no. Es tan grande el sentimiento, que puedes
reír y llorar a la vez. Es un estado de conexión increíble: ¡Estás! ¡Eres! Eres
feliz desde dentro. Es un estado en el que simplemente estás, y vives el
momento sin apego, sintiendo tanto, que un minuto puede parecer una
eternidad. Y solo tienes un pensamiento en la cabeza: GRACIAS GRACIAS
GRACIAS, gracias por este maravilloso momento de conexión. Entonces el
momento se hace perfecto, suena una música bonita, sale el sol en un día
lluvioso y recibes unas palabras mágicas de alguien especial.
¿Puede haber algo material que te haga sentir esto?
Cuando tienes estos momentos de conexión, te sientes una con el
momento; sientes que fluyes con él, y entonces la vida te pone todo lo que
necesitas, pero sin buscarlo. Lo observas, lo saboreas, lo disfrutas, lo vives a
un nivel muy intenso, sin querer apegarte, sin querer que sea diferente,
aceptando y viviendo, simplemente eso: vivir, estar, ser, ser feliz.
En determinas ocasiones estos estados pueden llevarte a confundir las
cosas. El ego nunca descansa y a la que te descuides entrará en acción. Si no
estás despierto y llegas a estos estados sin ser muy consciente de ello, el ego
te puede jugar malas pasadas. Imagínate que este momento de conexión te
llega a raíz de una experiencia vivida con una pareja, con alguien al que estás
conociendo, haciendo algún deporte, trabajando, tomando algún producto o
incluso con una persona que te está ayudando o acompañando
emocionalmente. ¿Cómo funciona tu mente-ego aquí? Siente esto tan bonito
y mira a ver qué hay fuera y qué hay dentro, y ¿Qué hace? Asociar. Esto de
fuera, esto que veo es lo que me hace sentir así, pues quiero más de esto.
Siempre vamos buscando el placer y huyendo del dolor, pues mi ego hará
cosas para mantener eso que cree que le está proporcionando el placer o le
evita el dolor. Empezará a manipular, a inventar estrategias, casi siempre muy
creíbles, para que lo que crees que te ha hecho feliz no cambie, no se acabe,
no se vaya, no se pierda. En definitiva, se apodera del momento. Entonces
sales del instante presente, dejas de estar en el ahora, en el único momento
que está pasando todo. Dejas de ser porque empiezas a pensar en cómo
quieres que siga siendo y no dejas que la vida siga dándote esos momentos
increíbles donde cada momento es perfecto para aprender, para estar, para
ser.
La felicidad es un estado interno que siempre vinculamos con algo
externo. Evidentemente lo externo es importante y nos hace sentir bien o mal,
pero eso no debería cambiar el estado interno de felicidad interior. Puedo
sentirme feliz internamente porque me siento libre, en paz, tengo el control de
mi vida, porque soy consciente de cómo funciona mi mente y de quien soy.
Cuando iniciamos el proceso, mantener estos estados es un gran reto, y
requiere de un periodo inicial de desaprendizaje, de ir viendo esas conductas
automáticas e inconscientes donde te lleva tu mente sin que tú quieras ir, para
poder pararlas y cambiarlas. Esto es un gran esfuerzo y muchas veces
agotador. Hay un desgaste importante de energía porque tienes que estar
mucho rato consciente para no volver a repetir los mismos patrones del ego.
Pero a base de constancia, de perseverancia, persistencia y mucha paciencia,
poco a poco vas reprogramando tu mente automática para que funcione como
tú quieres, y no como tu ego, tu programación, tiene establecido.
La clave es conocerte muy bien; hacer un trabajo de autoconocimiento
interior intenso. Porque solo cuando sabes quién no eres, puedes dejar de
serlo y empezar a SER.
MOMENTOS DE BAJÓN

Deja de pensar en clave de limitaciones y empieza a pensar en clave de posibilidades.


Terry Josephson

Mientras vives el proceso de autoconocimiento puedes tener muchos


momentos de bajón. Sabes que todo esto tiene sentido; te has liberado de
muchas cosas, te conoces y conoces tus programas, sabes que lo mejor está
por venir, visualizas lo que quieres, tienes muchos momentos de felicidad…
Pero tienes muchos momentos de soledad, de nostalgia por la vida que has
dejado atrás, y ansias por la vida que está por llegar. Puedes sentir tristeza,
cansancio, confusión, desorientación… esto es inevitable; forma parte del
proceso. Aquí es donde hay que mantenerse.
Puedes permitirte sentir lo que sientes, dejar ir todas esas emociones que
no te gustan y después pensar que si tiras la toalla, volverás a lo mismo de
antes pero ahora peor, porque ahora eres consciente.
Pero si sigues adelante y te sigues manteniendo en el camino, tienes una
posibilidad de que lo que tú quieres se cumpla.
Si aparecen esas emociones desagradables, no las intentes ocultar; deja
que salgan y afloren. No te resistas a ellas, lo único que hay que hacer es no
darles fuerza. No asocies pensamientos negativos sobre ellas, porque todavía
les das más fuerza. Permítete sentirte mal y piensa que es parte del proceso.
Si tienes ganas de llorar, pues llora; si quieres estar enfadada, enfádate y si no
tienes ganas de sonreír, no sonrías. Permítete ser, simplemente, sintiendo lo
que sientes. Parece que cuando inicias este camino y tienes las herramientas
no te puedas permitir tener bajones. Yo he tenido muchos, y los sigo
teniendo, pero siempre intento sacar algo de ellos; los utilizo para coger
fuerza y seguir para adelante. A veces me han dicho, pero Silvia, tú con las
herramientas que tienes cómo puedes estar así. Pues sí, pero he conseguido
no verlo como malo sino como una fase más. Cuando siento una emoción
negativa en mí, intento observarla, dejar que fluya, ver de dónde viene,
buscar el dolor que hay detrás, y luego intento liberarla, agotarla, hasta que
poco a poco desaparece. Si tengo ganas de llorar, lloro.
También te digo que muchas veces me puede, me dejo arrastrar por ellas
y entro en el drama. Pero lo bueno es que cada vez menos, y cada vez el
drama dura menos, porque lo reconoces antes. Y cuando detectas que te ha
pillado otra vez, que has vuelto a caer en su trampa de nuevo, sales
rápidamente y con más fuerza, porque lo has detectado mucho antes que otras
veces. Es como si cada vez sales más reforzada, porque cada vez eres más
consciente, cada vez te conoces más.
Las emociones están ahí para ayudarnos a crecer, para saber por donde
tenemos que ir y por donde no. Ellas nos orientan; son como el lenguaje del
alma. Cuando son negativas te dicen que ahí hay algo que tienes que aprender
que todavía no lo has hecho.
Seguramente llevas mucho tiempo reprimiendo esas emociones y ya ha
llegado la hora de expresarlas, de sacarlas, pero ahora desde otra consciencia.
Cuando observas las emociones, empiezas a disociarte de ellas, y cuando
las observas sin juzgarlas, pierden fuerza. Entonces entras en otro estado, un
estado que te proporciona paz interior, porque ves como las emociones dejan
de dominarte y empiezas a dominarlas tú a ellas.
Nadie dijo que este camino fuera fácil. Lo importante es no tirar la toalla
y seguir aprendiendo cada día.
Después de estos “momentos de bajón” es cuando consigo hacer grandes
aprendizajes y sobre todo me permite escribir, porque es cuando realmente
estoy conectada con el corazón, con mi sentir más profundo.
Lo supuestamente normal no es estar siempre alegre y sonriente, sino
poder expresar las emociones que sentimos, tanto las positivas como las
negativas, por muy dolorosas que sean. Siempre tratamos de animar a una
persona cuando está mal o si la vemos llorando le decimos que no llore, y
¿Por qué? A lo mejor esa persona necesita llorar porque es su manera de
liberar toda la presión que lleva reprimida.
Permitámonos expresar emociones y dejemos que los demás también
puedan expresarlas sin juzgarlos. Todos estamos aprendiendo en este juego
de la vida; todos vivimos una experiencia adulta con una mente de niño.
¿Por qué de niño? Porque ha sido programada en la infancia, porque
todas las creencias, toda nuestra programación ha estado fijada en esa etapa.
Ahí es donde hemos empezado a reprimir lo que somos y a menos que
hagamos un trabajo de introspección, de trabajo interior, nos dejamos
dominar por ella.
¿Por qué vemos el mundo que vemos? Porque está lleno de niños
pequeños, frustrados, enfadados, con falta de atención, de cariño. Niños que
luchan entre ellos con el único objetivo de conseguir amor, atención,
reconocimiento…
La única manera de cambiar el mundo, es cambiar a las personas que lo
habitan. Es sanando el corazón herido de todos esos niños y niñas que lo
habitamos.
MI HISTORIA

Siempre he sido una persona bastante tímida y sensible. El dolor y el


malestar han formado parte de mi vida: continuos dolores de cabeza, de
cervicales y espalda, dolor de estómago, reflujo, diarreas frecuentes, siempre
cansada, a cada nada resfriados, alergia, virus, bacterias, anginas... Recuerdo
a algunas personas que me decían de una manera indirecta que todo lo que
me pasaba era psicosomático. A mí me molestaba muchísimo; era como si yo
me lo estuviera inventando, como si me quejara de vicio. Pero si me quejaba
era porque realmente me encontraba mal, y cuando escuchaba esto todavía
me sentía peor, encima incomprendida. Aprendí a convivir con el malestar y
el dolor, pero un día miré a mi alrededor y me di cuenta de que la gente de mi
edad no estaba como yo, que lo mío no era tan normal. Con 18 años me
diagnosticaron esofagitis y hernia de hiato. Tuve épocas de todo, de estar
mejor, de estar peor. Iba haciendo con el protector de estómago, el almax,
pero llegó un momento en que ya era muy incómodo. Entonces me
recomendaron operarme; los valores que me salían eran bastante altos y podía
acabar en un cáncer. Así que lo hice. En principio la operación era sencilla
pero al final todo se complicó un poco, y después de la operación me puse
peor. Me hicieron pruebas de todo tipo y el diagnóstico que me dieron fue
colon irritable. Según ellos todo dependía de si estaba nerviosa o no. Ala!
aprende a convivir con ello; si te pones nerviosa ya sabes. A mí no me
convenció; yo me encontraba mal por dentro y mi situación externa
“aparentemente” no era de estrés.
Recuerdo ese verano que lo pasé fatal; mis pensamientos eran de que me
moría por dentro, de que algo tenía que tener porque como me encontraba no
era normal. Y solo el pensar que podría dejar a mis niños sin madre me ponía
todavía peor. Por suerte me recomendaron un terapeuta de medicina cuántica,
que después de mucho posponer decidí probar. Este chico me enchufó unos
cables y sin yo decirle nada me hizo un diagnóstico completo de lo que me
pasaba. Me dijo que era un hotel de cinco estrellas para todos los parásitos y
bacterias. Mi estrés mental estaba acidificando mi cuerpo, creando el hábitat
perfecto para todo tipo de enfermedades. Me dijo que todo me lo estaba
provocando yo con mis pensamientos, que era muy negativa. Yooo
negativa??? Yo siempre pensando que era muy positiva, siempre con la
sonrisa en mi boca. Pues resulta que era negativa conmigo misma, muy
positiva por fuera pero por dentro, cargada de miedos, inseguridades…
Inicié un proceso de depuración de mi cuerpo. Había llegado un momento
en que todo lo que comía me sentaba mal. Me quitaron todo lo que comía y
tuve que empezar a cambiar mi dieta. Fue un proceso bastante duro en el que
perdí muchos kilos. Había días que no comía nada por no saber qué comer.
Recuerdo ir a comprar y salirme sin comprar nada. Que si esto no es
ecológico, que lleva no sé qué, que no es saludable… qué horror, internet en
estos casos es una locura. Lo viví como un poco estresante, cosa que tampoco
me favorecía.
Empecé a leer muchos blogs de gente que se había curado con ciertos
tipos de alimentación. Unos se curaban con una dieta que era fantástica, otros
con otra, pero ¿Cuál era la buena? Al final llegué a la conclusión de que no
era la dieta en sí lo importante; cualquiera podía ser buena siempre y cuando
creyeras en ella y el comerla no te causara un estrés. Descubrí que los
pensamientos y las emociones también eran alimentos, y esos no los tenían en
cuenta en muchas dietas. Ya puedes comer todo lo saludable y ecológico que
quieras, pero si tu cabeza está llena de preocupaciones, tienes emociones
negativas que expresas o no, o no te sientes feliz, tu cuerpo te pasará factura,
y no ha sido precisamente por lo que te metes en la boca.
Evidentemente, una buena alimentación y una depuración continua de tu
cuerpo considero que es imprescindible para tener una buena salud, pero no
solo eso; es importante depurar también la mente y alimentarnos de
emociones positivas.
Siguiendo con mi historia: entre los productos de depuración y la dieta
empecé a encontrarme mejor. Llegó un día que al irme a dormir sentí una paz
dentro de mi cuerpo increíble, ¡no me sentía mal! una noche que me iba a la
cama y no sentía malestar en mi cuerpo ¡¡¡Guau!!! En ese momento pensé, si
esto es posible, yo quiero más de esto. Si había sentido esa paz dentro de mí
un día, la podía sentir más veces; tenía que averiguar cómo poder
conseguirlo. Entonces me dije que sí o sí quería estar bien, que iba hacer lo
que hiciese falta para estarlo, cayese quien cayese. Yo quería ver a mis hijos
crecer, y que ellos tuvieran una madre sana que los pudiera cuidar. Ese día
todo cambió; inicié la búsqueda de mi salud y descubrí un mundo lleno de
posibilidades.
Desde ese día me puse a leer libros y blogs de gente que había superado
enfermedades. Si esta gente había superado lo suyo, que en principio era peor
que lo mío, ¿Por qué yo no iba a poder curarme de lo mío? Unos de los
primeros libros que leí fue el de “Mis recetas anti cáncer” de la doctora Odile
Fernández. Si ella se había curado de su cáncer avanzado lo mío también
tendría solución. Desde ese momento la vida me fue poniendo todo lo que iba
necesitando para llegar donde tenía que llegar y por fin entender qué era lo
que me estaba pasando.
Dejé de ponerme en manos de terapeutas que decían que iban a curarme y
decidí formarme yo y entender lo que me pasaba. Empecé con temas de
energía (Geobiología, Sanergía…), que me ayudaron muchísimo, sobre todo
cuando me hice “la Conexión”. Con la Conexión algo cambió dentro de mí, y
empecé a entender muchas cosas sobre mi sensibilidad. Resulta que lo que
había rechazado toda la vida y me hacía sentir tan débil, no era tan malo, y
que bien gestionada la podía utilizar para ayudar a otras personas. Después
seguí con la PNL, la Programación Neurolingüística, la Hipnosis
Eriksoniana, que junto con la Bioneuroemoción me abrieron la mente hacia
una nueva manera de ver la vida y de entender las enfermedades. Más tarde
me llegaron las meditaciones, el coaching, herramientas muy potentes para
liberar mi mente. Justo lo que yo estaba buscando.
Por fin pude dar explicación a cosas que pasaban dentro de mi cuerpo y
de mi cabeza que no entendía; por qué tenía esos pensamientos que me
hacían tener tantos miedos, tantas inseguridades. Descubrí que muchas cosas
que yo sentía no eran mías, que las había integrado como mías pero no tenían
nada que ver con mi realidad. La mayoría de cosas venían de cuando estuve
en el vientre de mi madre; todo lo que ella vivió mientras estaba embarazada
de mí, yo lo sentía como mío.
Al descubrir esta historia me pude liberar muchísimo. La sensación es
como si llevaras una mochila cargada con mucho peso, que hace que te
cueste moverte, y de repente la vacías y empiezas a ir más ligera. Pues eso
empecé a sentir yo.
Con el tiempo me di cuenta de que mis problemas de salud en realidad
no me dejaban ver lo que realmente me pasaba. Yo ponía el foco en el
dolor físico, pero realmente el problema era mi dolor emocional, la locura
interna de mi mente, mis creencias limitantes, y los patrones que repetía de
manera inconsciente, que no tenían nada que ver con lo que yo realmente
quería hacer.
En la infancia me había creado un personaje de niña buena, conformista y
complaciente para tener el amor y el reconocimiento de mis padres, pero en el
fondo yo no era así. Te haces mayor y sigues con el mismo personaje
inconsciente. Cuando te das cuenta de todo lo que has reprimido de manera
inconsciente para ser aceptada, duele mucho.
Duele mucho darte cuenta de cómo has estado comportándote toda tu
vida, reprimiendo lo que de verdad querías para no molestar, para que no
piensen mal de ti, para no parecer egoísta… Que consumo de energía tan
grande tener que fingir ser una persona que no eres… Una vez que reconoces
ese personaje, puedes dejar de ser él. Ya no necesitas ser de una determinada
manera para que te quieran, porque ahora te empiezas a querer tú, empiezas a
ser tú libremente, a darte lo mejor.
Todo esto me ayudó muchísimo y he podido poner coherencia en mi vida.
He tenido que tomar decisiones muy duras, pero con el tiempo ves que han
merecido la pena, que tenía que ser así, porque mi salud así me lo muestra.
Me di cuenta de que había estado viviendo la vida desde la barrera,
viendo como otros la vivían, como otros la disfrutaban, mientras yo era feliz
a mi manera, observando, sin cuestionarme nada. Con el tiempo me di cuenta
de que mi hija me lo mostraba cuando era pequeña. Cuando iba a la
guardería, ella siempre estaba al margen; nunca se metía en el meollo, sino
que disfrutaba viendo como otros lo hacían. Hacerlo parecía demasiado
arriesgado; la podían molestar, hacer daño, la podían manchar… Aquí me di
cuenta de que yo había hecho con ella lo mismo que mi madre había hecho
conmigo: sobreprotegerla, crearle miedos que, con la intención de
protegerla, de evitarle dolor, la estaban limitando. Para aprender a veces es
necesario el dolor; los niños tienen que experimentar, caer, tropezarse, para
que aprendan a levantarse. Si les evitas eso, los haces débiles, inútiles, les
haces ver que el mundo está lleno de peligros…
Desde entonces decidí salir de la barrera y meterme en el meollo, correr el
riesgo de hacerme daño, de mancharme, de equivocarme, de que me
critiquen… Correr el riesgo de Vivir.
Cuando despiertas, cuando te das cuenta de que tú tienes algo que ver en
lo que te está pasando, te abres a una nueva realidad, y algo cambia en ti. Al
principio sientes que te empieza a llegar información por todas partes: videos,
libros, cursos. Unos dicen una cosa y otros, otra; unos se curan con una dieta,
otros con otra, unos practicando yoga, otros meditando… Puedes llegar a un
momento de confusión y locura y no saber por dónde tirar y a quien hacer
caso. Yo lo viví así, por eso ahora me dedico a acompañar a las personas en
el proceso, para que no se sientan tan perdidas y confusas como yo me sentí.
Mientras vivía mi proceso pensaba que cuando consiguiera salir de ahí,
ayudaría a otras personas para que no vivieran lo que yo. Me consolaba
pensar que tenía que vivir eso para superarlo y luego poder ayudar a otras
personas. Y llegó ese momento; hoy me dedico a lo que realmente me
apasiona: acompañar a las personas en su viaje hacia la conciencia, para que
puedan recuperar su poder personal, ése que en un momento cedieron al ego,
y así mejorar su salud y sus vidas.
ALGUNOS CASOS

• ¿Qué efectos tienen las creencias y los pensamientos en


nuestras vidas?
Aquí quiero reflejar una serie de casos para que puedas ver la importancia
de conocer toda esta información que te he dado y ponerla en práctica. Todos
los casos son reales aunque he cambiado el nombre y algunos datos para
reservar la identidad de la persona, excepto el de Isabel, que expresamente
me ha autorizado para contarlo.
El principal objetivo que quiero conseguir cuando una persona viene a mí
para que la ayude, es conectarla con su esencia, con su Yo verdadero, y así
deje de identificarse con esa parte pequeña con la que su ego pretende que se
identifique. Cuando la persona es consciente de esta parte, y se pone en su
lugar, su salud y su vida empiezan a cambiar. Es como magia, pero no es
magia; es vibración.
Mi objetivo no es curar a nadie; creo que no hay nada ni nadie que cure,
te curas tú. Te curas tú con tus pensamientos cuando consigues entenderte,
cuando te pones en coherencia, cuando de verdad sabes quién eres. Por eso
mi objetivo es acompañar a la persona en este proceso, aportándole los
recursos y las herramientas necesarias para que lo consiga.
 Caso de Isabel
Isabel llegó a mi centro preguntando por la terapia para dejar de fumar.
Después de estar un buen rato hablando con ella, le dije que antes de la
terapia para dejar de fumar tenía que hacer un cambio de chip. Todo lo que
me hablaba era negativo. Me contaba lo mal que estaba, problemas de salud,
su padre con cáncer, su hija autista, separada, sin trabajo, viviendo de ayudas.
Estuve como una hora hablando con ella convenciéndola de que podía salir
de esa situación, pero tenía que hacer un gran trabajo de cambio de
pensamientos.
Esa misma tarde yo daba una charla y ella se presentó. Cuando la vi
entrar no la conocí; no parecía la misma persona con la que había estado
hablando por la mañana. Venía alterada, alucinada con lo que le había pasado
después de verme. No paraba de decir que por la mañana le había hecho algo
que le había cambiado todo. Nos contó que el día anterior había ido a
informarse al inem para hacer unos cursos y todo había sido negativo. Decía
que no la trataron muy bien, que le pusieron muchas pegas y no le acabaron
de solucionar nada. Al día siguiente, justo después de hablar conmigo, volvió
a ir y todo fue diferente. Le atendió una chica muy amable que le gestionó
todo para que hiciera varios cursos que quería hacer. Estaba muy contenta e
ilusionada y no paraba de decirme que yo le había hecho algo, porque todo le
había cambiado después de hablar conmigo. Quedamos en que vendría a
hacer terapia porque quería más. Fijamos varias horas pero o se olvidaba o
las anulaba porque no podía. La última vez la llamé para recordársela. Me
encontré a una Isabel completamente hundida, ni se acordaba de la sesión.
Me decía que había pensado varias veces en quitarse la vida, que no podía
más con su situación. La hice venir urgentemente y le propuse grabarse en
video para que ella viera el estado en el que venía y el cambio que iba a dar.
Había envejecido como 10 años en un mes. Me contaba que estaba de
pruebas, que le habían dicho que podía tener lupus, esclerosis..., había estado
todo el año con muchos problemas, tuvo una uveítis, una rosácea fulminante,
llagas... Estaba muy preocupada por los resultados.
La vi tan mal que decidí hacerle una sesión de Sanergía para liberar
bloqueos a nivel energéticos. Pensamos que los pensamientos negativos no
van a ninguna parte, pero en verdad forman como unos bloques de energía
que obstaculizan nuestro campo energético y nos provocan desequilibrios. Le
di una serie de pautas para enfocar su situación de otra manera. A la semana
siguiente vino otra Isabel, más positiva, con ilusión y ganas de mejorar. A las
dos semanas encontró trabajo.
Juntas hicimos un trabajo importante de cambio de creencias. Sus
creencias eran muy limitadoras, del tipo no valgo para nada, no soy
merecedora de tener un trabajo normal con contrato y nómina. Fue
cambiarlas, y a la semana ya tenía un trabajo.
La ayudé a dirigir su enfoque hacia lo que quería, y a gestionar sus
pensamientos y emociones para cambiarlos de negativos a positivos. Semana
tras semana fue mejorando muchísimo tanto anímica como físicamente,
cambiando incluso su forma de vestir. En dos meses había cambiado
completamente su estado de salud; no solo le había salido negativo en todo lo
que creían que podía tener, lupus, esclerosis, sino que además de lo que
estaba diagnosticada, hipotiroidismo por anticuerpos, ya no lo tenía. Puedes
ver los videos en mi página web www.inslip.es/experiencias/
Como he explicado antes, tus pensamientos negativos te hacen enfermar.
Pero igual que los negativos te hacen enfermar, los positivos te sanan. Tus
pensamientos son fruto de tus creencias; cambiando tus creencias, cambian
tus pensamientos, cambian tus emociones, tu actitud y por lo tanto tu salud.
Tu vibración cambia y hace que atraigas cosas diferentes a tu vida, que hacen
que tengas nuevos pensamientos, otras emociones otros resultados.
Isabel estaba tan agradecida que me autorizó a publicar sus videos para
que pudieran ayudar a otras personas en su misma situación. Le pedí que si le
apetecía se grabara explicando sus vivencias y así lo hizo.
Cuando tú das, la vida te da. Le di mucho a Isabel pero recibí mucho más.
Gracias, Gracias, Gracias Isabel.
 El caso de Elisa
Una chica de 38 años, casada con dos hijas. Había tenido varios intentos
de suicidio. La relación con su pareja era bastante mala. El estado de salud de
su marido era bastante delicado, y decía que cualquier alteración lo podía
matar. Había intentado separarse varias veces pero él la acabada manipulando
con su enfermedad para que no lo hiciera. De alguna manera la hacía
responsable de su salud. Elisa se encontraba tan mal que la única vía de
escape que encontraba era el suicidio. Su culpabilidad la mantenía en esa
situación. El estado de Elisa era bastante negativo, su autoestima estaba por
los suelos, le daba igual todo. Le escribía mensajes entre sesión y sesión para
asegurarme de que seguía viva. Hablé muy seriamente con ella y le dije que
la única manera que veía para poder salir de ahí era sacar de su vida al
marido; mientras estuviera en casa iba a vivir en estrés continuo y no iba a
salir de su depresión. Las sesiones le hicieron coger las fuerzas necesarias
para hacerlo, ponerse en primera prioridad y separarse. Le costó mucho
hacerlo. Me contaba que se sentía muy culpable por echarlo de casa. Cómo
son nuestros programas, culpable por hacer lo mejor para ella, por pensar en
ella. Desde fuera se ve muy fácil la solución, pero la hipnosis de la
programación es tan fuerte que no te lo permite ver, y encima te hace sentir
culpable. Hace poco me escribió; estaba mucho mejor, había conseguido
recuperar la ilusión por la vida y volver a trabajar. Elisa pudo callar a su ego
que la mantenía en su cárcel y recuperar su poder, el poder que había dejado
en manos de su marido.
El suicidio es la vía fácil que se opta para no enfrentarse a una situación.
Pero es una respuesta muy cobarde que tiene seguramente sus consecuencias
en otras vidas. Por muy duro que sea, hemos venido a vivir, a experimentar, y
hay que enfrentarse a las situaciones. Si al final todo es un juego, pues
juguemos.
 El caso de Lucía
Lucía de 41 años venia porque tenía problemas en el trabajo. Decía que
tenía una jefa que le hacía la vida imposible. Enseguida le pregunté qué tal
era la relación con su madre. Normalmente lo que vivimos en el trabajo es un
reflejo de lo que vivimos en casa. Su jefa le mostraba la relación con su
madre; todo lo que criticaba de ella era lo que no se atrevía a expresar de su
madre. Decía que no confiaba en ella, que la controlaba, que por mucho que
hiciera bien las cosas siempre le tenía que rectificar algo. Me contó que su
padre murió cuando era pequeña y desde entonces vivía sola con su madre.
Indagué en los motivos por los que con 41 años no tenía pareja y seguía
viviendo con su madre. Su madre era su pareja simbólica; ella cubría el papel
de su padre, por eso no tenía pareja y seguía viviendo con ella, aunque en
realidad no quería. En una ocasión trató de salir de su casa y se fue a estudiar
fuera. Me contaba que fue su mejor época; tuvo que espabilarse y se dio
cuenta de que podía valerse por sí misma. Pero al tiempo volvió. La madre la
tenía tan protegida que no la había dejado espabilarse, enfrentarse a simples
cuestiones de la vida como cocinar o ir a comprar. Todo lo hacia la madre, o
si lo hacia ella, la madre tenía que estar presente. Le pregunté si realmente
quería formar su propia familia y tener su propio hogar. Me dijo que si, le
hacía mucha ilusión ser madre. Pues para ello tenía que tomar una decisión;
tenía que irse de su casa. Le advertí que su madre trataría de todas maneras
que no lo hiciera. Sobre todo le dije que tuviera compasión con ella, que
comprendiera su manera de comportarse; las dos se tenían que enfrentar a
vivir sus propias vidas. Hicimos unas tres sesiones. Al mes me llamó y me
dijo que estaba muy contenta porque había encontrado piso. Me comentó que
su madre había tratado de todas las maneras que no se fuera de casa. La hacía
sentirse culpable, pero tal y como le dije no entró en su juego; no se tomó
como algo personal las palabras y los actos de su madre y siguió con su
objetivo: crear su propio hogar.
Estaba muy ilusionada. Hace poco me vino a ver y me explicó sus
avances. Había tenido que poner a la madre en su sitio unas cuantas veces. A
veces las madres con la intención de proteger y dar lo mejor a sus hijos, no
les dejan madurar, hacer sus vidas y les hacen dependientes emocionales,
inmaduros y esto tiene sus consecuencias, tanto en la salud como en las
relaciones. La rabia que sentía por su jefa era la rabia que no se permitía
expresar contra su madre por no dejarla ser.
 El caso de Marta
Marta de 38 años tenía una niña y ahora estaba embarazada otra vez.
Tenía bastante miedo porque el primer embarazo no había ido muy bien; su
primera hija nació muy pequeñita ya que, al no crecer dentro, los médicos
prefirieron adelantar el parto. La niña aparentemente estaba bien pero al
tiempo le detectaron un problema de retraso en el desarrollo. Con el segundo
embarazo enseguida empezó a tener problemas. Los médicos le dijeron que
era muy probable que la niña no naciera, y si lo hacía, tendría que ser de
forma prematura, y no le aseguraban que estuviera bien
Hicimos un trabajo de sanación de su infancia. Había sido una niña no
deseada y no se sentía querida. Tuvo una infancia rebelde; no quería encajar
en los patrones que le marcaban sus padres y la sociedad. Ella no quería tener
hijos pero su pareja sí, y al final cedió. De alguna manera repetía la historia.
Otra vez una hija no deseada.
Marta tenía una visión muy negativa de la vida. A su madre la recuerda
siempre con depresión; le decía que tenerla a ella le había cortado la vida.
Ella había heredado esa negatividad. Me contó que pasó todo el embarazo
de su primera hija quejándose; incluso al principio se planteó abortar. No
quería a esa niña. No se sentía preparada; tenía muchísimo miedo. Pero esta
vez era diferente; ella se sentía preparada para ser madre otra vez. Le hacía
mucha ilusión.
Hicimos un trabajo importante con Sanergía, cambiamos enfoque,
creencias y pensamientos negativos. En función de cómo iba cambiando el
enfoque, los acontecimientos iban de una manera u otra. Cuando entraba en
negatividad, iba al médico y todo era negativo; se encontraba con médicos
que le decían que era mejor que abortase. Cambiaba los pensamientos y
cuando volvía a ir, le decían que todo iba mejor. Ella misma pudo comprobar
cómo cambiaba todo en función de su actitud. Empezó a hablar con su niña, a
decirle que todo iría bien, y dejó de hacer caso a los comentarios negativos
de los médicos. Ella quería tener a su hija y lo consiguió. A pesar de que los
médicos no apostaban por ella, curiosamente la tuvo la semana que ella se
había propuesto. Hoy tiene una niña completamente sana. Fue muy
sorprendente ver como cambiaban los resultados de los controles semanales
que tenía que hacerse, y los comentarios de los médicos que la atendían, en
función de cómo estaba ella de positiva o negativa.
Marta, con su esfuerzo, salvó la vida de su hija, pero en realidad esa niña
la vino a salvar a ella también. Gracias a ella despertó, sanó su infancia y
pudo conectar con su propio poder.
Hace poco me contaba la gran diferencia que había vivido en sus dos
embarazos y la gran diferencia entre una niña y otra. Su segunda hija, super
deseada y amada en el embarazo, hoy es una niña sana, feliz, viva, muy lista
e independiente. Su primera hija en cambio, me cuenta que tiene muchos
miedos, le cuesta hablar, expresar… Marta asegura que esos miedos que tiene
su hija son sus miedos del embarazo.
Las emociones reprimidas que vive la madre en el embarazo y en los
primeros años de vida se traspasan a los hijos. Estos viven con unas
emociones que no son suyas, que no entienden pero las sienten. Estos niños
se hacen mayores y siguen sintiendo emociones que no tienen nada que ver
con ellos. Y aquí es cuando llega la locura, los comportamientos extraños, la
incomprensión. Nadie sabe cómo ayudarles porque ni siquiera ellos mismos
entienden lo que les pasa. Pero por suerte todo va evolucionando y hoy en día
sabemos que eso es así y podemos hacer algo por cambiarlo.
 El Caso de Mari
Mari, una chica de 38 años, casada con un hijo diagnosticado de autista,
llegó a mi consulta bastante decaída, con problemas de autoestima,
inseguridad, desmotivación… se sentía sola, sin amigos ya que tenía
dificultades para relacionarse… Tenía un tema que le había perseguido toda
la vida y que parecía que todavía estaba latente. Cuando era pequeña unos
niños del colegio la hicieron desnudarse como un juego y después la fueron
criticando, insultando y amenazando con contarlo. Ella lo vivió bastante mal
y por vergüenza no lo explicó a nadie.
Esto le ocasionó problemas a la hora de estar con chicos: mucha
inseguridad y el sentimiento de que había hecho algo muy malo. Me contaba
que en el trabajo siempre tenía la sensación de que hablaban mal de ella.
Iniciamos el proceso y liberamos la emoción que tenía reprimida desde la
infancia. Cambiamos creencias sobre su valía, trabajamos la autoestima,
fijamos objetivos… En cuatro sesiones Mari dio un cambio espectacular. Me
contaba lo bien que se sentía y cómo había cambiado el ambiente en su casa y
en el trabajo. Se había apuntado a un curso y estaba motivada por dedicarse a
su pasión. Había empezado a relacionarse más con amigas y lo mejor de todo
era el cambio que había dado su hijo. Empezó a explicarme todos los
avances que había hecho el niño en un mes y medio. Apunté uno por uno
todos los cambios. Cuando acabó se los leí y le pregunté quién había hecho
esos cambios también. Mari tomó conciencia de que había sido ella quien
había hecho esos cambios y, gracias a eso, su hijo también los había hecho.
Siempre nos estamos proyectando; nuestros hijos son nuestros espejos.
Cuando vemos algo en ellos que nos molesta o nos preocupa, antes de
quererlos cambiar, primero debemos mirar qué nos está pasando a nosotros,
porque ellos simplemente nos están mostrando nuestra sombra. Suele pasar
que llevamos a los niños al médico y cuando no siguen los estándares de la
mayoría de niños, ya les ponen una etiqueta. Estos niños acaban creyéndose
que son raros, diferentes, y acaban haciendo lo que se supone que tienen que
hacer según la etiqueta que les hayan puesto. Podría afirmar que en muchos
casos, si antes de dar por buena esa etiqueta (autista, tda…), los padres
fueran conscientes de que su hijo les está mostrando algo, e hicieran esa
mirada interna, los niños dejarían de tener esas actitudes.

 El caso de Celia
Celia, madre soltera con un niño autista de 15 años. Venía desesperada a
ver si le podía hacer algo al niño para que se calmara ya que decía que era
bastante agresivo, la pegaba y ya no podía con él. Tenía miedo de que le
hiciera daño y luego no poderlo cuidar. Cuando alguien me pregunta si hago
sesiones con niños, lo que digo siempre es que primero hago sesiones con los
padres. La mayoría de veces cuando los padres hacen cambios, los niños
cambian automáticamente. Su hijo simplemente le mostraba lo que ella se
estaba haciendo a sí misma. Cuando liberamos la emoción que llevaba
reprimida y detectamos sus creencias limitantes, se liberó de tal manera que
parecía otra persona. A la segunda sesión llegó super contenta; me decía que
su hijo estaba más calmado, no tenía tanta agresividad y había dejado de
pegarle. Los cambios son instantáneos; al liberar la emoción ya no necesitaba
un acontecimiento externo para expresarla, por lo que su hijo, que no era
consciente de por qué lo hacía, dejó de hacerlo.
Cada día me sorprendo más con el tema de los niños; son nuestros
mayores maestros. Continuamente nos están mostrando todo, solo hay que
saberlo ver. Podría escribir 200 páginas más contando ejemplos de este tipo
pero creo que lo dejaré para el siguiente libro.

Si queremos que algo o alguien cambie,


lo único que tenemos que hacer
es cambiar nosotros.

Cambia tus pensamientos, cambia tu vibración, cambian los


acontecimientos de tu vida.
Cuando decides ser tú la que eliges tus pensamientos y no dar poder a tus
pensamientos negativos automáticos, entonces es cuando empiezas a
recuperar tu poder, a coger el mando de tu vida. Solo así puedes ser tú. Solo
así puedes ser feliz.
AGRADECIMIENTOS

Quiero dar las gracias a todas las personas que se han cruzado en mi
camino a lo largo de mi vida. Las que están, las que no están, las que me han
hecho reír, las que me han hecho llorar, las que me han enseñado, las que me
han fastidiado… Todas y cada una de ellas han aportando un granito de arena
en lo que soy ahora. Cada experiencia ha sido un aprendizaje y no cambiaria
absolutamente nada de mi vida porque todo me ha llevado al momento que
me encuentro ahora, y este momento es especial. Cuando pasa el tiempo y lo
ves todo en perspectiva, te das cuenta de que todo tenía su sentido; cada
persona que te has cruzado era necesaria para que pudieras aprender y seguir
evolucionando, y poder llegar hasta aquí.
Especial agradecimiento a mis hijos porque ellos me dieron la fuerza y el
motivo por el que luchar y seguir adelante. Sin mis maestros de vida no sé
qué hubiera pasado.
A mis padres, porque gracias a ellos soy quien soy. Gracias a mi madre
por enseñarme esa fuerza para seguir adelante en las situaciones difíciles, a
mi padre por enseñarme a darle un toque de humor a la vida. Gracias a mi
hermana por estar ahí aprendiendo conmigo continuamente. Gracias al padre
de mis hijos por darme lo mejor de mi vida, y tantos años de aprendizajes.
Gracias a la persona que estuvo conmigo en los momentos más duros de mi
vida por su paciencia y comprensión. Gracias a mis amigas del alma que han
estado ahí creciendo conmigo. Gracias a mis familiares, amigos y amigas que
han formado parte de mi camino, estando o no estando. Es igual; todo ha sido
perfecto.
Gracias a mi coach Feli García por hacer posible este sueño, por
acompañarme en el camino y ayudarme a quitar las limitaciones de mi cabeza
que me impedían hacerlo.
Gracias a todas las personas que cada día están aportando valor con sus
conocimientos y experiencias en las redes sociales, con sus libros y con sus
formaciones.
Gracias a todas las personas que han confiado en mí para que les
acompañe en su proceso y sobre todo a las que me han autorizado para
compartir sus casos.
GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.
Gracias por llegar hasta el final. Espero que este libro te haya podido
ayudar aunque sea un poquito. Y si decides que quieres saber más, o que sea
yo la persona que te acompañe en tu proceso, puedes enviarme un whatsapp
al 648.22.88.05 y me pondré en contacto contigo.
TE AMO, GRACIAS
BIBLIOGRAFíA

Durante mi proceso leí muchos libros que me ayudaron a avanzar en mi


camino y llegar hasta aquí. De cada uno de ellos me llevé algo. Estos son
algunos de ellos
“El maestro del corazón” Annie Markier
“Deja de ser tú” Joe Dispenza
“El placebo eres tú” Joe Dispenza
“Dejar ir” David R. Hawkins
“Curación y recuperación” David R. Hawkins
“Un curso de milagros”
“El Creador” Alessandro di Massi
“La voz de tu alma” Lain García Calvo
“Biología de la creencia” Bruce H. Lipton
“Yo soy tú” Enric Corbera
“Curación a través de un curso de milagros” Enric Corbera
“El arte de desaprender” Enric Corbera
“Éste no es el evangelio que quise ofrecerte” Enric Corbera
“La biografía humana” Laura Gutman
“Los eternos secretos de la salud” Andreas Moritz
“El poder del Ahora” Eckhart Tolle
“La Reconexión” Eric Pearl
“Pide y se te dará” Esther y Jerry Hicks
“El arte de permitir” Esther y Jerry Hicks
“El poder de la atracción” Joe Vitale
“Obedece a tu cuerpo, Ámate” Lisa Bourbeau
“Usted puede sanar su vida” Louise L.Hay
“El campo” Lynne Mc Taggart
“Todo se puede curar” Martin Brofman
“El proceso de la presencia” Michael Brown
“Taller de amor” Raimón Samsó
“El secreto” Rhonda Byrne
“Poder sin límites” Anthony Robbins

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