Gutierrez Leyes Vercher Zucarelli TP1

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FACULTAD DE PSICOLOGÍA, EDUCACIÓN Y RELACIONES HUMANAS

LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA

CATEDRA PSICOLOGIA EVOLUTIVA ADOLESCENCIA

COMISIÓN “B”

CICLO 2023

TRABAJO PRÁCTICO Nº1

ALUMNAS:

Gutierrez, Ana Paula.

Leyes, Ludmila Noeli.

Vercher, Agostina Sol.

Zucarelli, Valentina.

DOCENTE:
Cendoya, María Gabriela.
INTRODUCCION

En el presente trabajo, tenemos como objetivo exponer acerca de la adolescencia

según distintos autores, los cuales reflejan a través de sus teorías los desafíos y

construcciones que los jóvenes transitan a lo largo de esta etapa para así conformar lo que

posteriormente será su persona e identidad propia.

De igual manera desarrollaremos los contenidos abordados en clase para que así se

logre asentar la importancia de la adolescencia como un proceso saludable y vital en el

desenvolvimiento del ser humano.

DESARROLLO

El ser humano posee cualidades que lo caracterizan y diferencian de las demás

especies animales, una de ellas es un relevante período de desarrollo y aprendizaje abordado

por distintos autores.

Según Moreno A. y del Barrio C., la adolescencia consta de un momento vital en el

que transcurren múltiples cambios que afectan la totalidad de aspectos de una persona.

Se basa en un proceso de transición entre la niñez y la vida adulta, medianamente en

un intervalo entre los 11 años hasta los 18 aproximadamente.

La adolescencia comienza en la biología y culmina en la cultura, en donde esta última

es marcada por el proceso de emancipación, permitiendo el acceso a la condición adulta.

La adolescencia constituye un producto generado por la sociedad que no puede ser

definido por criterios totalmente biológicos, jurídicos o psicológicos.

Ellos, entre otros autores, distinguen tres fases en la adolescencia. La adolescencia

inicial o baja adolescencia, que está dada entre los 11 y 12 años aproximadamente. En ella

el desarrollo corporal es alterado por la transformación brusca del organismo infantil,

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demandando una reorganización de la personalidad; también se establece la diferenciación

física entre los sexos y se logra la identidad.

La adolescencia media o propiamente dicha está entre los 12 a 16 años. Se alcanza

en esta con mayor intensidad la construcción de la identidad sexual y personal, además el

cuerpo alcanza las proporciones adultas.

Se desarrollan diversos intentos de lograr una independencia de los padres y es por

ello que se hacen notorias las conductas de rebeldía ante los mismos, a su vez se adhieren al

grupo de pares ya que comparten normas y exigencias de ideología grupal.

Y por último, la Adolescencia final o alta, hace referencia al logro de equilibrio en

los jóvenes, en donde prevalece la seguridad y la calma debido a la identificación de sus

posibilidades y límites. Además logran gestar internamente sus ideales, la responsabilidad, la

conciencia moral y en lo que corresponde al mundo exterior, enfatizan la búsqueda de un

vínculo bipersonal y ya no en grupos. En lo que concierne al fin de la adolescencia, no es

posible establecer cronológicamente la culminación de dicha etapa.

En un inicio se ve relacionada a la adolescencia con la pubertad, siendo que esta

última se basa en el desarrollo de la maduración tanto física como sexual, debido a que en

muchas sociedades estos criterios, como ser el biológico, suponen nuevas capacidades

jurídicas, o sociales, entre otras a las personas. A pesar de ello, es importante resaltar que no

son lo mismo y así poder evitar confusiones, ya que la pubertad es definida por significativas

transformaciones psicológicas, sociales y culturales.

El autor Urribarri R. desarrolla conceptualizaciones sobre la Pubertad o más bien

llamada pre adolescencia, estableciéndola como un proceso gradual en el que se da el

surgimiento de situaciones traumáticas, dadas de esta manera por dos razones posibles.

En primer lugar, por ser situaciones intensas, que se producen en un corto periodo de

tiempo, así también como a una temprana edad, esto va a requerir de un gran trabajo psíquico

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del sujeto. En segundo lugar, por ser tardías en donde la demora y lentitud produce inquietud

y un sentimiento de extrañeza.

Además se puede observar como el yo se encuentra comprometido (injuria

narcisista), ya sea por baja autoestima o culpabilizarse por lo que está pasando, así como

también en la pubertad se va a producir las heridas narcisistas.

En la misma se van a ir desarrollando los caracteres sexuales primarios y van a ir

emergiendo los secundarios.

En cuanto a los cambios de crecimiento, son de carácter disarmónico, en donde se

modifican algunas partes mientras otras permanecen de la misma manera, creando

sensaciones de cambio caótico que alteran el sentimiento de identidad.

En cambio, para Piaget ( J.Piaget,1991) la personalidad se inicia a partir de la infancia

(de los ocho a los doce años) con la organización autónoma de las reglas, los valores y la

afirmación de la voluntad como regulación y jerarquización moral de las tendencias.

Existe, por lo tanto, (Piaget, 1991) un sistema «personal» en el doble sentido de lo

particular a un individuo dado e implicador de una coordinación autónoma. Pero este sistema

personal no puede construirse precisamente más que al nivel mental de la adolescencia,

puesto que este nivel supone la existencia del pensamiento formal y de las construcciones

reflexivas. Así pues, podríamos decir que hay personalidad a partir del momento en que se

constituye un “programa de vida “que sea a la vez la fuente de disciplina para la voluntad e

instrumento de cooperación.

En cuanto a la vida social de los adolescentes (Piaget, 1991), podemos encontrar en

ella, una fase inicial de repliegue y una fase positiva. Durante la primera fase el adolescente

parece a menudo totalmente asocial y casi indisociable. Sin embargo, el adolescente medita

sin cesar en función de la sociedad. Pero la sociedad que le interesa es la que quiere reformar,

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despreciando o perdiendo el total interés por la sociedad real, debido a lo mucho que esta

forma de pensamiento hipotético- deductivo se aleja a veces de lo real.

La adaptación a la sociedad se concretará, cuando el adolescente cambie la necesidad

de querer reformar la realidad por la realización de tal reforma. De igual forma, el

adolescente reconcilia el pensamiento formal con la realidad de las cosas, haciendo que

todos estos sueños reformadores se disuelvan. Es decir, que esta inserción es a partir del

pensamiento y podría casi decirse que también se da mediante la imaginación,

Para Erikson el adolescente debe encontrar la manera de hacer uso de las habilidades

necesarias para lograr un rol exitoso dentro de su cultura; para ello la identidad debe

construirse conforme los jóvenes puedan resolver tres cuestiones de gran importancia: la

elección de una ocupación, la adopción de valores y el desarrollo de una identidad sexual

satisfactoria. En esta etapa, los jóvenes disponen de una especie de pausa en la que buscan

causas con las que puedan identificarse y con ello establecer un compromiso o fidelidad, lo

cual adquiere valor ya que frente a esa lealtad, los adolescentes son capaces de poder

extender su confianza.

Los adolescentes se esfuerzan continuamente en brindar un sentido al yo, lo cual es un

proceso saludable en la que se demuestra los logros de las etapas anteriores y sienta las bases

para lo que pueda llegar a presentarse en la adultez.

La adolescencia es una etapa en la que se presenta la búsqueda de la identidad, es

decir que la persona deberá establecer las metas, valores y creencias a sí misma para que de

esa forma pueda concretarse un compromiso coherente al yo. Es de suma importancia que

además puedan confrontar la crisis de identidad frente a la confusión de identidad, en donde

la persona trata de desarrollar y así poder establecer una coherencia con el yo, desempeñando

el rol que va a ejercer dentro de la sociedad; de igual manera, para dicho autor es muy poco

probable que esta crisis logre resolverse por completo en la adolescencia.

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CONCLUSION

Luego de este abordaje, pudimos llegar a la conclusión de la gran importancia que

posee el proceso de la adolescencia, ya que por un lado la misma es la generadora de grandes

traumas en la psiquis del sujeto y a su vez de nuestras primeras heridas narcisistas.

Además el adolescente es un individuo que construye sistemas y teorías, posee interés

tanto por problemas intelectuales como por situaciones futuras, que constituyen los cimientos

de la vida adulta, tanto en lo personal y lo social; formándose en este momento de

La vida los diversos valores y dándose la toma de decisiones de fortalezas de índole

psicológico y sexual entre otros.

Nos parece relevante resaltar además, la búsqueda de identidad por parte de los

mismos en la sociedad actual, ya que esta tiende a ser represiva y a desvalorizarlos de cierta

manera. Es esto último contra lo cual los adolescentes luchan, buscando su propia voz y su

propio camino en el contexto en el que se encuentran inmersos y del cual forman parte, ya

que la cultura determina en gran parte la estructura identitaria de las personas, además de las

creencias, valores y modos de vida de cada sujeto, siendo así una parte esencial para el

desenvolvimiento de las personas, y es lo que los autores recalcan a la hora de describir el

desarrollo de la personalidad y de la identidad.

Para finalizar, podemos decir que como grupo nos resultaron muy interesante y

enriquecedor los tópicos con los cuales se elaboró el trabajo, además de ayudarnos a entender

factores importantes pertenecientes a este momento del ciclo vital.

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Referencias
Amparo Moreno., C. D. (s.f.). La experiencia adolescente. AIQUE.

Diane Papalia., S. W. (2009). Psicología del desarrollo . McGrawHill.

María Cristina Griffa., J. E. (2008). Claves para una psicología del desarrollo. Buenos Aires : Lugar
Editorial.

Piaget, J. (1991). Seis estudios de psicología. Barcelona: editoral labor, s.a.

Urribarri, R. (2015). Adolescencia y clinica psicoanalitica. FONDO DE CULTURA ECONOMICA.

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