Qué Es El Pensamiento
Qué Es El Pensamiento
Qué Es El Pensamiento
Menciona Pestalozzi (citado por Paul y Elder, 2005, p. 8) que “el pensamiento dirige al hombre hacia el
conocimiento. Puede ver, oír, leer y aprender lo que desee y tanto cuanto desee; nunca sabrá nada de ello, excepto
por aquello sobre lo cual haya reflexionado; sobre aquello que, por haberlo pensado, lo ha hecho propiedad de su
propia mente”. El concepto pensamiento tiene gran variedad de acepciones, según el campo de estudio desde el
cual se analice. De manera general, se refiere a todo lo que pasa por nuestra mente en algún momento, ya sean
recuerdos, ensoñaciones, conjeturas, productos racionales del intelecto o los generados por nuestra imaginación, lo
que convierte al pensamiento en una actividad inherente a la mente humana. John Dewey (1859-1952), filósofo
estadounidense, afirmó la existencia del pensamiento reflexivo, el cual permite la organización de las ideas para
llegar a la solución de problemas o situaciones; es decir, este tipo de pensamiento siempre está enfocado en un
propósito y en la consecución de una meta.
Por ejemplo, en el caso de uno académico, ¿sobre qué se pretende reflexionar y escribir? ¿Qué se sabe respecto al
tema? ¿Sobre qué se necesita buscar más información? Posteriormente, es importante organizar las ideas. Una
estrategia muy útil es la lluvia de éstas: simplemente escribir todo lo que venga a la mente, como palabras o frases
completas, y después organizarlas de lo más general a lo más particular e identificar las relaciones entre los
conceptos. Para esto existen herramientas clasificadoras de información, como mapas mentales, ideogramas o
esquemas. También es muy importante conocer las características del tipo de escrito que se va a realizar, no es lo
mismo un ensayo, un resumen o una síntesis. En la siguiente unidad, revisarás todo acerca de las estrategias de
estudio.
Otra de las fallas frecuentes de los escritores novatos es no revisar el texto después de haberlo escrito. Es de suma
importancia dejar pasar un tiempo para este paso. Hay que revisar si se cumple con el objetivo planteado, con las
características del tipo de texto, si el lenguaje es el apropiado para el posible público lector; asimismo hay que
cuidar la ortografía. Una buena idea es pedirle a alguien que lea el texto. De no ser posible, hazlo tú mismo como si
no lo hubieras escrito y fuera la primera vez que lo examinas y así detectar posibles erratas. Tulane Public
Relations. (2006).
En cuanto a la lectura de un texto, ésta implica básicamente dos procesos de pensamiento: la decodificación y la
comprensión, es decir, identificar las palabras de acuerdo con un código y asignarles un significado; la
comprensión depende de la calidad de la decodificación, y para esto se requiere un amplio vocabulario, interpretar
las relaciones entre las palabras, conocimientos previos sobre lo que se lee y habilidades para distinguir los
contenidos principales o más importantes y los secundarios o de apoyo (Calvo y Carrillo, s. f.).
La decodificación es una de las principales características que posee el lector experto, de tal manera que casi
instantáneamente conecta la palabra escrita con su significado.
El principiante no domina este proceso o tiene dificultades con él; por lo tanto, se ve obligado a adivinar, releer y
tratar de inferir por el contexto o por alguna otra estrategia compensatoria lo que quiere decir lo escrito. Es
importante que busques y encuentres tus propios tips que te permitan mantener y desarrollar tu comprensión
lectora.
De la misma manera que la escritura, la lectura es una habilidad perfectible con la práctica y puede ser facilitada si
enriquecemos nuestro vocabulario, al prestar atención a las palabras nuevas y cuando realizamos un monitoreo
consciente de la actividad. Si te interesa saber un poco más sobre estas habilidades, te sugerimos que revises el
siguiente texto: ¿Qué hacen los buenos lectores cuando leen?
Ahora tenemos claro que el lenguaje escrito (lectura y escritura) depende de la puesta en marcha de diversas
operaciones mentales y del desarrollo de las habilidades del pensamiento. El ejercicio de todo ello nos permite
adquirir nuevos conocimientos.