Urgencias Bibiano MARCADORES
Urgencias Bibiano MARCADORES
Urgencias Bibiano MARCADORES
1. INTRODUCCIÓN
El dolor es, sin lugar a dudas, el motivo de consulta más frecuente en los Servicios de Urgencias
(SU), presente en casi el 80 % de los pacientes, y de ellos la tercera parte presenta dolor intenso
(escala visual analógica [EVA] de 7/10). Es uno de los síntomas que generan más ansiedad y sen-
sación de urgencia. A pesar de ser un síntoma tan frecuente, el tratamiento del dolor está lejos de
ser adecuado en los SU según diversos estudios.
con descargas eléctricas y disestesias, su tratamiento es complejo dado que los analgésicos
comunes producen poca respuesta.
▶▶ Psicógeno: predomina la dimensión afectivoemocional del paciente. Es un dolor que no coin-
cide con la distribución anatómica del sistema nervioso y donde se ha descartado patología
orgánica que lo justifique. Es un diagnóstico de exclusión.
Paracetamol 0,5-1 g/4-6 h 4.000 mg v.o., Dosis máx.: 4 g/día Enfermedad hepática
i.v., Analgésico y antitérmico grave
rectal no antiinflamatorio
De elección en gestantes
No gastrolesivo ni
hipersensibilidad cruzada
con AINE
• Las vías i.m. e i.v. son más dolorosas y no ofrecen ventajas respecto a la s.c. La vía espinal está
indicada en caso de efectos adversos intolerables a la morfina administrada por otra vía y si es
necesario asociar un anestésico local para el control del dolor.
4.1.3.2. Fentanilo
Es un opioide sintético con gran efecto agonista sobre los receptores opioides.
Se ha demostrado superioridad en el tratamiento del dolor por tener efecto clínico rápido en 1-2
min, con efecto pico a los 5 min, que le confiere muy buen perfil para aliviar el dolor agudo en Ur-
gencias. Su duración de acción es de 30 min a 1 h, con menor sedación, pero también es un dato
que hay que tener en cuenta para pautar otro analgésico no opioide o dosis de rescate. Es 100
veces más potente que la morfina y de elección en pacientes con fallo renal o trauma grave. Hay
menos liberación de histamina, por lo que tiene menos efecto hipotensor o proemético. Existen
tres presentaciones: parenteral, oral transmucosa (OT) y transdérmica. Los efectos secundarios
son similares a los del resto de los opioides:
En las tablas 5 y 6 se reflejan las tablas de conversión de los fármacos más frecuentes.
4.1.4. Coadyuvantes
Potencian el efecto analgésico y tratan la sintomatología asociada (tabla 8).
CAPÍTULO 8
100 ANALGESIA EN EL SERVICIO DE URGENCIAS
Puntos clave/recuerda
▶▶ Es muy importante valorar el dolor en Urgencias y administrar el tratamiento adecuado.
▶▶ La EVA nos facilita la instauración de un tratamiento analgésico adecuado.
▶▶ La morfina es el fármaco de referencia del resto de fármacos opiodes.
▶▶ Es muy importante utilizar las tablas de conversión para realizar la rotación de opiodes.
▶▶ Es importante valorar el uso de fármacos coadyuvantes en el tratamiento analgésico.
GENERALIDADES DE LA ATENCIÓN AL PACIENTE URGENTE
MANUAL DE URGENCIAS
101
ALGORITMO
Tratamiento del dolor según la evaluación cuantitativa del dolor con EVA
EVA > 6
EVA < 6
Morfina o fentanilo
Paracetamol-AINE -M
orfina: dosis de carga
Analgésicos del 2.º escalón de 0,1 mg/kg
(opioides menores) Rescates i.v.: 2-3 mgc/5 min
-F entanilo: dosis de carga
de 1-3 mcg/kg y dosis de rescate
de 0,25 mcg/kg/15 min
Reevaluar la intensidad del dolor + paracetamol
+ AINE
Suspender la morfina
Tratamiento sintomático
Naloxona-oxigenación
AINE: antiinflamatorio no esteroideo; EVA: escala visual analógica; SatO2: saturación de oxígeno.
CAPÍTULO 9
VENTILACIÓN MECÁNICA NO INVASIVA
EN URGENCIAS
Pablo Tranche Álvarez-Cagigas | Desiré Fernández Suárez | Cristina Rincón Ruiz
1. DEFINICIÓN
La ventilación mecánica no invasiva (VMNI) es cualquier soporte ventilatorio artificial mecánico
administrado sin necesidad de aislamiento de la vía aérea (intubación orotraqueal [IOT]); consti-
tuye en la actualidad una herramienta imprescindible para el manejo del fallo respiratorio agudo
en los Servicios de Urgencias, avalada por múltiples estudios que demuestran una mejoría clí-
nica de la insuficiencia respiratoria aguda (IRA), con disminución de número de IOT, ingresos en
la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y complicaciones, lo que conlleva una disminución de la
mortalidad a corto-largo plazo y de la estancia hospitalaria frente al tratamiento convencional
(reagudización grave de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica [EPOC]-edema agudo de
pulmón [EAP]).
2. OBJETIVOS
Persigue incrementar el cambio cíclico de volumen de aire alveolar que se produce con los movi-
mientos ventilatorios mientras se controla la patología causante de la IRA:
▶▶ Fisiológicos: mejoría del intercambio gaseoso, con aumento de la oxigenación y reclutamien-
to alveolar (mejoría de la hipoxemia, de la hipercapnia y de la acidosis respiratoria), disminu-
ción del consumo metabólico de oxígeno y del trabajo respiratorio, aumentando la capaci-
dad residual funcional y el volumen corriente, sobre todo cuando se utilizan dos niveles de
presión.
▶▶ Clínicos: mejoría de los síntomas de la IRA (frecuencia respiratoria [FR], disnea, utilización de
musculatura accesoria) y mejoría de la mecánica ventilatoria, con disminución del sobrees-
fuerzo muscular, además de prevención y resolución de microatelectasias, evitando la sob-
reinfección.
3. MODOS VENTILATORIOS
Si bien la VMNI puede ser llevada a cabo por presión negativa, este capítulo se centrará en la ven-
tilación por presión positiva, y en concreto en los modos presumétricos (controlados por presión;
existen modos controlados por volumen):
▶▶ CPAP (Continuos Positive Airway Pressure): se aplica un nivel de presión continuo durante todo el
ciclo respiratorio. Solo utiliza dos parámetros: fracción inspirada de oxígeno (FiO2) y presión po-
sitiva al final de la expiración (Positive End Expiratory Pressure [PEEP]): PEEP extrínseca aportada
por el ventilador (= CPAP = EPAP) y PEEP intrínseca (auto-PEEP), presión espiratoria registrada
tras el vaciamiento pulmonar (resistencia a la vía aérea, pacientes obstructivos), que supera los
0 cmH2O o el valor de la PEEP programada en el respirador.
GENERALIDADES DE LA ATENCIÓN AL PACIENTE URGENTE
MANUAL DE URGENCIAS
103
▶▶ Binivel (BiPAP), presión de soporte ventilatorio): se añade el soporte inspiratorio, por lo que
se aplican dos niveles de presión (presión positiva inspiratoria en la vía aérea [IPAP] y EPAP).
El modo más empleado es el espontáneo/tiempo o asistido/controlado (S/T, A/C). El paciente
mantiene una FR espontánea asegurando una FR de rescate mínima programada. Existen otros
dos modos: S (espontáneo), donde el equipo cicla según la respiración propia del paciente, y T
(timed), donde cicla según la FR y el tiempo inspiratorio (Tins) programado.
▶▶ Sistemas alternativos a la VMNI:
TRIGGER INSPIRATORIO Sensor que detecta el inicio de la inspiración del paciente y aporta una
inspiración con IPAP programada
CICLADOR (trigger espiratorio) Sensor que marca el paso de inspiración a espiración (IPAP-> EPAP)
FiO2 0,21-1
* Rampa.
A/C: asistido/controlado; CPAP: presión positiva continua en las vías respiratorias; EPAP: presión positiva continua;
FiO2: fracción inspirada de oxígeno; FR: frecuencia respiratoria; IPAP: presión positiva inspiratoria en la vía aérea;
PaCO2: presión parcial de dióxido de carbono; PaO2: presión parcial de oxígeno; PEEP: presión positiva al final de la
expiración; PSV: presión de soporte; S/T: espontáneo/tiempo; Tins: tiempo inspiratorio; Vt: volumen tidal.
4. INTERFASES (tabla 2)
Es un dispositivo que se coloca entre la tubuladura del respirador y el paciente. Es de gran im-
portancia para conseguir una buena tolerancia del paciente, siendo un factor clave en el éxito
del tratamiento. Se debe individualizar cada caso según la patología y las contraindicaciones.
Es importante considerar el espacio muerto (Vd) que generan la tubuladura y la interfase (150-
280 ml).
Existen múltiples dispositivos para unir a la tubuladura: válvula plateau (evitare breathing), filtro
antibacteriano, humidificación o sistemas para la administración de broncodilatadores durante
la VMNI sin necesidad de discontinuar la técnica o variar los niveles de presión. Es recomendable
la administración de broncodilatadores de forma inhalada durante los descansos, excepto con
dependencia de VMNI.
No es necesario utilizar sistemas de humidificación de forma generalizada (individualizar, valorar
en ventilaciones prolongadas y/o en presencia de broncorrea).
Tabla 2. Interfases
5. SELECCIÓN DE PACIENTES
El éxito de la VMNI depende en gran medida de la selección adecuada de los pacientes. Siempre
se debe incluir:
▶▶ Patología causante y potencial reversibilidad de la IRA (tabla 3).
▶▶ Características clínicas del enfermo: indicaciones y contraindicaciones (tablas 4 y 5).
▶▶ Probabilidad de éxito/fracaso de la VMNI según los factores dependientes del propio paciente
(tabla 7).
GENERALIDADES DE LA ATENCIÓN AL PACIENTE URGENTE
MANUAL DE URGENCIAS
105
La VMNI debe ser siempre considerada la primera opción como soporte ventilatorio en los pacien-
tes con reagudización grave de EPOC o EAP sin criterios de IOT tanto a nivel hospitalario como
extrahospitalario (en el EAP no se observan diferencias entre CPAP y BiPAP).
La VMNI puede evitar la IOT, pero en ningún caso debe sustituirla cuando la ventilación invasiva
esté indicada (tabla 6). Se puede valorar la realización de una prueba con VMNI (siempre BiPAP)
en los pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica aguda (AEPOC) y criterios de IOT
siempre que no presenten un deterioro clínico brusco.
ABSOLUTOS RELATIVOS
• Indicación de IOT (tabla 6) • Sobrecarga laboral o estructura organizativa no
• Parada respiratoria/cardíaca preparada
• Inestabilidad hemodinámica/shock grave • IRA con PaO2/FiO2 de 150-200
• Cardiopatía isquémica inestable • Cardiopatía isquémica estable
• Arritmias mal controladas • Infiltrado en la radiografía de tórax
• IRA con PaO2/FiO2 < 100 • Cirugía abdominal reciente del tercio superior
•G CS < 8 puntos • Intolerancia inicial
• V ía aérea sin reflejos de protección adecuados: • Broncorrea
GCS < 11, alteraciones cognitivas, crisis comicial, • Alteraciones craneofaciales (ante la aparición
encefalopatía grave de nuevas interfases como el Helmut, estas
•H emorragia digestiva alta, hemoptisis, exceso de situaciones se consideran relativas)
secreciones bronquiales • Gestación
• Traqueostomizados • Patología con nivel de evidencia C-D
• I ntervención quirúrgica reciente de las vías alta o
esofágica (< 15 días)
•N eumotórax no drenado, fístula traqueobronquial
FR: frecuencia respiratoria; GCS: escala de coma de Glasgow; IOT: intubación orotraqueal; IRA: insuficiencia respiratoria
aguda; PaFi: índice de Kirby; UCI: Unidad de Cuidados Intensivos; VMNI: ventilación mecánica no invasiva.
ÉXITO FRACASO
Enfermos jóvenes (< 40 años) • GCS < 10 puntos (GCS < 11 puntos en la 2.ª h,
• Menor gravedad APACHE II aumento de riesgo)
• Capacidad de colaboración • pH < 7,25
• APACHE II > 29 • PaO2/FiO2 < 100
• Ausencia de patología neurológica • Asincronía
• Dentición intacta, fuga aérea aceptable • Agitación
• Buen estado nutricional • Diagnóstico de neumonía/SDRA*
• Hipercapnia no grave (PaCO2 45-92 mmHg) • Exceso de fuga aérea
• Acidosis no grave (pH 7,25-7,35) • Exceso de secreciones
• Mejoría gasométrica y de mecánica respiratoria a • Mala tolerancia, mala adherencia al tratamiento
la 1.ª h • No mejoría gasométrica en 2 h (PaO2/FiO2 < 175
mmHg tras la 1.ª h)
• No mejoría del pH
• Persistencia de taquipnea e hipercapnia
* Neumonía: individualizar cada caso. Existen unos factores propios de fracaso, asociándose este a pacientes jóvenes,
ausencia de EPOC y/o cardiopatía/ICC, mayor número de cuadrantes afectos y necesidad de soporte hemodinámico.
FiO2: fracción inspirada de oxígeno; GCS: escala de coma de Glasgow; ICC: insuficiencia cardíaca congestiva; PaCO2: presión
parcial de dióxido de carbono; PaO2: presión parcial de oxígeno; SDRA: síndrome de insuficiencia respiratoria aguda.
7. EVOLUCIÓN Y SEGUIMIENTO
La monitorización (tabla 8) tanto del paciente como del ventilador es imprescindible para al-
canzar los objetivos establecidos al inicio de la VMNI. Permite la detección precoz de posibles
problemas que pueden ir surgiendo.
Se recomienda la realización de una gasometría arterial tras la 1.ª h de VMNI. Los controles poste-
riores se pueden realizar con gasometría venosa cada 4-6 h.
Ante cualquier alarma o cambio clínico/gasométrico se precisa una actuación estructurada:
constantes, exploración física, respirador, valorar pruebas complementarias y toma de deci-
sión (tablas 9 y 10).
8. COMPLICACIONES
Se derivan del empleo de una presión positiva en la vía aérea y de una interfase en contacto di-
recto con la región facial del paciente. Las más frecuentes son las fugas (100 % por ausencia de
aislamiento de la vía aérea). Pueden reducir la eficacia de la ventilación y producir asincronías y
autociclado. Las fugas orales (por resistencia de la vía aérea) y las perimascarilla dependen del
tamaño y de la adecuada fijación (ajuste del arnés, cambio de interfase).
Están descritas necrosis cutánea por decúbito (10 %, valorar la presión del arnés, proteger los
puntos de apoyo con apósitos hidrocoloides, variar los puntos de apoyo con cambio de interfa-
se), broncoaspiración (5 %), distensión gástrica (3 %, mayor riesgo con IPAP > 20, valorar sonda
nasogástrica), neumotórax/volutrauma (drenaje) y sequedad ocular, nasal y de la cavidad oral
(humidificación, evitar fugas orales, lavados con suero salino fisiológico).
Los efectos hemodinámicos van a producir un aumento de presión intratorácica: hipotensión (5
%, corrección con disminución de la IPAP), disminución poscarga en pacientes con una fracción
de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI) deprimida, disminución de la precarga de ambos ven-
trículos y del retorno venoso y retraso en el inicio de la diuresis.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Es importante siempre tener en cuenta las indicaciones y contraindicaciones de la VMNI.
▶▶ En la actualidad constituye una herramienta imprescindible para el manejo del fallo res-
piratorio agudo en los Servicios de Urgencias.
▶▶ Es importante una vez iniciada la VMNI en el paciente monitorizar tanto al paciente como
el ventilador para obtener los objetivos y anticiparse a problemas.
GENERALIDADES DE LA ATENCIÓN AL PACIENTE URGENTE
MANUAL DE URGENCIAS
111
ALGORITMO
IRA
SELECCIÓN DE PACIENTE
INDICACIONES
AUSENCIA DE CONTRAINDICACIONES
IR HIPOXÉMICA IR HIPERCÁPNICA
(CPAP-BiPAP) BiPAP/PS
MEJORÍA CLÍNICA
CONTROL DE LA PATOLOGÍA BASE
CONTROL EVOLUTIVO
FR < 24 rpm,
MONITORIZACIÓN CLÍNICA
FC < 100 lpm,
GASOMETRÍA ARTERIAL A LA 1.ª h
SatO2 > 92 % con FiO2 de 0,24
GASOMETRÍA VENOSA CADA 4-6 h
pH > 7,35,
PaO2/FiO2 > 200
BiPAP:presión positiva de dos niveles en la vía aérea; CPAP: presión positiva continua en las vías respiratorias;
EPAP: presión positiva continua; FC: frecuencia cardíaca; FiO2: fracción inspirada de oxígeno; FR: frecuencia respirato-
ria; IPAP: presión positiva inspiratoria en la vía aérea; IR: insuficiencia respiratoria; IRA: insuficiencia respiratoria aguda;
PaO2: presión parcial de oxígeno PEEP: presión positiva al final de la expiración; SatO2: saturación de oxígeno; Tins:
tiempo inspiratorio; Vd: espacio muerto; Vt: volumen tidal.
GENERALIDADES DE LA ATENCIÓN AL PACIENTE URGENTE
BIBLIOGRAFÍA
CAPÍTULO 3
RADIOLOGÍA EN URGENCIAS
1. Reed JC. Radiología de tórax. 5.ª ed. Madrid: Marbán; 2005.
2. Hansell DM, Armstrong P, Lynch DA, Page McAdams H. Tórax. 4.ª ed. Madrid: Marbán; 2007.
CAPÍTULOS 4 y 5
PROCEDIMIENTOS DE ENFERMERÍA EN URGENCIAS / TÉCNICAS EN URGENCIAS
1. Quesada Suescun A, Rabanal Llevot J. Procedimientos técnicos en urgencias, medicina crítica y
pacientes de riesgo. Madrid: Ergón; 2010.
2. Millán Soria I, García Bermejo P, Mínguez Platero I, Salvador Suárez FJ, Ruiz López Jl. Manual de
Técnicas para el médico de urgencias. La Ribera, Departamento de Salud 11. 2009.
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Moya Mir MS, Piñera Salmeron P, Marine Blanco (eds.). Tratado de medicina de urgencias. Ma-
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CAPÍTULO 6
ECOGRAFÍA EN URGENCIAS
1. Lichtenstein D. Whole body ultrasonography in thecriticallyill. Berlín: Springer; 2010.
2. Devesa Muñiz M, Solla Camino JM. ABC de la ecografía abdominal. 2.ª ed. Madrid: Editorial Mé-
dica Panamericana.
3. Rumack CM. Diagnostic Ultrasound. 4.ª ed. Philadelphia: Elsevier; 2011.
4. Oh JK. Eco-Manual. Madrid: Marbán; 2004.
CAPÍTULO 7
INTERPRETACIÓN DEL ELECTROCARDIOGRAMA EN URGENCIAS
1. Rodríguez L. Curso Básico de Electrocardiografía. Bases Teóricas y Aplicación Diagnóstica. 3.ª
ed. Madrid: Aula Médica; 2009.
2. Villacastín JP. Electrocardiografía para el clínico. 3.ª ed. Barcelona: Permanyer; 2013.
3. Vélez D. Pautas de Electrocardiografía. 2.ª ed. Madrid: Marbán; 2013.
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GENERALIDADES DE LA ATENCIÓN AL PACIENTE URGENTE
MANUAL DE URGENCIAS 113
CAPÍTULO 8
ANALGESIA EN EL SERVICIO DE URGENCIAS
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CAPÍTULO 9
VENTILACIÓN MECÁNICA NO INVASIVA EN URGENCIAS
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ABORDAJE POR
SÍNTOMAS/SÍNDROMES
CAPÍTULO 10
ALTERACIÓN DEL NIVEL DE CONCIENCIA
Fang Fang Chen Chen | Maite García Sanz | Carlos Bibiano Guillén
COMA
Glasgow:
Valoración ABC, retirar cuerpos extraños , O2
Apertura ocular
Suplementario para satO2 > 90% , tratamiento hipo/hiperTA
4. Espontánea Hipo/hipertermia, Taqui/bradicardia extrema, glucemia.
3. A la orden Si traumatismo inmovilización cervical
2. Al dolor
1. No responde
Respuesta motora Pupila, reflejos de tronco
6. Obedece órdenes Valoración Neurológica Inicial cerebral y Respuesta motora y
5. Localiza el dolor Patrón respiratorio (Tablas 1, 2, 3, 4)
4. Retira al dolor
3. Flexiona anormal Glucosmon 50 % 2 amp. Iv si
glucemia < 70 mg/dl + Tiamina
2. Extensión anormal
(si alcoholismo , malnutrición o
1. No responde vómitos incoercibles)
Respuesta verbal
5. Orientado Identificación rápida de Naloxona IV (0,04-0,4 mg y repetir si es
4. Confuso Problemas reversibles necesario hasta una dosis máxima de
3. Palabras inapropiadas
4 mg) si sospecha de intoxicación por
2. sonidos incomprensibles
opiáceos (drogas, depresión respiratoria,
1. No responde
miosis...), o flumazenilo (0,5-1 mg hasta
2 mg) si sospecha de intoxicación por
benzodiazepinas o fisostigmina si sospecha
de intoxicación por anticolinérgicos
Antecedentes Personales e Historia clínica Antecedentes personales
actual Historia clínica actual
TCE previo; tiene antecedentes de consumo de Exploración física general Exploración Física:
drogas o fármacos (espacialmente psicótropos, Hipertensión: Hipertensión intracraneal; ictus
y neurológica.
anticoagulantes, antidiabéticos) isquémico o hemorrágico o sobredosis de
Factores de riesgo cardiovascular, epilepsia, Investigar fármacos
y exposiciones cocaína o anfetaminas
trastornos psiquiátricos o neurológicos previos, Hipotensión: encefalopatía hipoxico-isquémica
insuficiencia cardiaca, hepática o renal, diabetes; o insuficiencia suprarrenal o intoxicación por
Lugar y circunstancias en que se encontró al alcohol o fármacos
paciente (envases de fármaco vacíos, jeringuillas, Hipertermia: infecciones; golpe de calor, la
restos de drogas) intoxicación por anticolinérgicos o drogas, la
Instauración del coma: tirotoxicosis, síndrome neuroléptico maligno o
Brusca: Ictus,(HSA) o TCE) o Pruebas serotoninérgico
Progresiva: probable tóxico-metabólica Hipotermia: Frío, etanol, barbitúricos, sedantes,
complementarias de
Síntomas iniciales: hipoglucemia, hipotiroidismo, E. Wernicke
Fiebre :meningitis, encefalitis, golpe de calor, Laboratorio:
Hemograma, bioquímica, Taquicardia:Sepsis,hipovolemia, drogas
cefalea brusca (HSA), Bradicardia: opiáceos, hipotiroidismo,
debilidad focal (ictus hemisférico) con vómitos coagulación, gasometría,
bloqueos cardiacos hipertensión endocraneal
(hemorragia intracraneal), vértigo (ictus vertebro- alcoholemia, tóxicos en
o shock neurogénico.
basilar), dolor torácico (IAM, disección aórtica), orina, cultivos... Piel : Ictericia(I. Hepática) , púrpura (meningitis
disnea (hipoxia/hipercapnia), convulsiones ,s. de venopunción, petequias, hematomas,
(estatus epiléptico) Otros: heridas, mordedura lingual, color rojo
cereza( CO2), hematoma en mastoides, etc.
Tabla 1. Escala FOUR (Full Outline of UnResponsiveness) para valoración del coma
Respuesta ocular
4. Dirige la mirada horizontal o verticalmente o parpadea dos veces cuando se le solicita
3. Abre los ojos espontáneamente, pero no dirige la mirada
2. Abre los ojos a estímulos sonoros intensos
1. Abre los ojos estímulos nociceptivos
0. Ojos cerrados, no los abre al dolor
Respuesta motora
4. Eleva los pulgares, cierra el puño o hace el signo de la victoria cuando se le pide
3. Localiza al dolor (aplicando un estímulo supraorbitario o temporomandibular)
2. Respuesta flexora al dolor (incluye respuestas en decorticación y retirada) en extremidad superior
1. Respuesta extensora al dolor
0. No respuesta al dolor, o estado mioclónico generalizado
Reflejos de tronco cerebral
4. Ambos reflejos corneales y fotomorores presentes
3. Reflejo fotomotor ausente unilateral
2. Reflejos corneales o fotomotores ausentes
1. Reflejos corneales y fotomotores ausentes
0. Reflejos corneales, fotomotores y tusígeno ausentes
Respiración
4. No intubado, respiración rítmica
3. No intubado, respiración de Cheyne-Stokes
2. No intubado, respiración irregular
1. Intubado, respira por encima de la frecuencia del respirador
0. Intubado, respira a la frecuencia del respirador o apnea
Valores entre 16 (consciente) y 0 puntos (coma arreactivo sin reflejos de tronco encefálico).
TIPO DE LESIÓN
Movimientos erráticos oculares Lesión hemisférica difusa
Nistagmus convergente y de retracción, desviación Lesión mesencefálica/ encefalopatía hepática
de la mirada hacia inferior o fija hacia delante
Convergencia de la mirada hacia nasal e inferior Lesión talámica
Bobbing ocular: desviación brusca de la mirada Lesión protuberancial
conjugada hacia inferior y regreso lento a
posición de origen
Mirada desconjugada Lesión de IIIPC: ojo ipsilateral desviado hacia inferoexterno
Lesión de VI PC: ojo ipsilateral desviado hacia nasal
ETIOLOGÍA
R. Cheyne-Stokes: Acidosis metabólica (cetósica, salicilatos, metanol,
Lesiones hemisféricas bilaterales o diencefálicas Insuficiencia cardiaca, insuficiencia renal…)
R. Kussmaul o hiperventilación central: Hipertensión intracraneal, hipertermia, hipoxia, acidosis
Lesión mesencefálica metabólica
R. apneusica/ en racimo: Isquémico, traumático, hemorrágico, hipoglucémico,
Lesión protuberancial baja hipoxia
R. Biot o atáxica: Hemorrágica, isquémica
Lesión bulbar (parada inminente)
ABORDAJE POR SÍNTOMAS/SÍNDROMES
MANUAL DE URGENCIAS
121
DOLOR TORÁCICO
SÍ NO
SÍ NO
UCI
ABORDAJE POR SÍNTOMAS/SÍNDROMES
MANUAL DE URGENCIAS
123
SOSPECHA DISECCIÓN
AÓRTICA
Onda Q (necrosis), áâ ST (lesión), Ver capítulo específico
inversión de onda T (isquemia) Normal
BCRI no conocido o marcapasos
Antecedentes:
- Inmovilización/Iqx/fx ósea
Antecedentes: - Anticonceptivo Antecedentes:
- Joven/Delgado/Fumador - Fumador, Oncológico Vómitos frecuentes (sd Mallory-
- Traumatismo/volet costal - Embarazo Weiss)
Ingesta de cáusticos
Endoscopia reciente
- ECG: Normal
Antecedentes: - Rx Tórax: condensación
- Cuadro viral reciente parénquima, puede Antecedentes:
- Enfermedades asociar derrame pleural Antecedentes: - Estrés
autoinmunes - Consumo tóxicos - Úlceras gástricas
- Medicamentos: habituales
isoniazida procainamida,
hidralazina
SOSPECHA
NEUMONÍA - ECG: normal
- ECG: taquicardia sinusal - Rx Tórax: normal
Ver capítulo específico
- Rx Tórax: normal
- ECG: Normal. Fases
iniciales ascenso punto
J, á generalizada y
concavidad superior
SOSPECHA
del segmento ST, â SOSPECHA CONSUMO PATOLOGÍA ESOFÁGICA
del segmento PR. Fases TÓXICOS
tardías se aplana o Ver capítulo específico
invierte la onda T de
manera difusa
- Rx Tórax: cardiomegalia
descartar derrame
pericárdico asociado
SOSPECHA
PERICARDITIS/
MIOCARDITIS
Ver capítulo específico
CAPÍTULO 11
126 DOLOR TORÁCICO AGUDO
Antecedentes:
- Inmunosupresión Antecedentes:
Varones, deportistas Antecedentes:
-Episodios previos, psiquiátricos
- ECG: normal - Ataques de pánico, depresión…
- Rx tórax: normal - Estrés
-ECG: normal
-Rx tórax: normal
SOSPECHA PSICÓGENO
• Hombro doloroso
-ECG: normal • Bursitis subacromial
-Rx tórax: normal • Sd plexo braquial
• Patología cervical
• Neuralgias por compresión
SOSPECHA SÍNDROME DE • Mastodinia
MONDOR • Contractura muscular,
Tromboflebitis superficial venas artrosis…
intercostales
CAPÍTULO 12
SÍNCOPE
Ana Herrero Marinas | María Mir Montero | Carlos Bibiano Guillén
Pérdida transitoria de
conciencia (no traumática)
Historia clínica
Antecedentes personales
Antecedentes familiares: muerte súbita, cardiopatías, síncopes.
Enf. Cardiaca previa, epilepsia, parkinsonismo, Tóxicos, DM, TEP. Fármacos: Diuréticos,
Betabloqueantes, vasodilatadores, antiarrítmicos, digoxina y fármacos que prolonguen el QT
Caracteristicas del episodio-preguntar siempre:
- Antes del episodio: Posición, actividad y factores precipitantes (calor, miedo, dolor,
movimientos del cuello), bipedestación prolongada, periodo pospandrial
- Durante o al comienzo del episodio: Palpitaciones, náuseas, vómitos, sudoración,
- Aurea, mareo, visión borrosa.
- Movimientos anormales, duración, forma de caer, coloración de la piel
- Tras el episodio: Cefalea, dolor torácico, palpitaciones, dolor muscular, confusión, etc.
Exploración física
Siempre TA, FC, FR TºC y SatO2. No olvidar Glucemia
Exploración física detallada .Buscar presencia de soplos carotideos, mordedura lingual,
auscultación cardiaca patológica , masas pulsátiles, TVP, focalidad neurológica, pulsos
distales
Probablemente vasovagal si el
síncope fue precipitado por dolor,
miedo o bipedestación y asociado
a pródromos característico: sudor
frío, palidez, náuseas ALTA DIRECTA DESDE EL SERVICIO
DE URGENCIAS
Probablemente síncope
reflejo situacional si el síncope
ocurre inmediatamente
después de triggers específicos
(desencadenantes conocidos para
el paciente): micción, defecación,
tos, estornudo, ejercicio, risa…
SÍNCOPE NEUROMEDIADO
ANTECEDENTES PERSONALES:
• Cardiopatía estructural severa o enfermedad coronaria
ANTECEDENTES FAMILIARES de muerte súbita a edad temprana
CARACTERÍSTICAS DEL SÍNCOPE:
• Síncope acompañado de dolor torácico, disnea, dolor abdominal, cefalea
• Síncope durante ejercicio o en supino o sedestación
• Síncope precedido de palpitaciones
• No pródromos o de <10 seg
EXPLORACIÓN FÍSICA:
• TA < 90 mmHg no explicada
• Sospecha de sangrado digestivo
• Bradicardia persistente (salvo en grandes deportistas)
• Soplo sistólico de novo
HALLAZGOS EN ECG:
• Cambios ECG sugestivos de isquemia
• Bloqueo auriculo-ventricular Mobitz de 2º o 3º grado
• Bradicardia sinusal a 40lpm o bloqueo sinoauriculares repetitivos o pausa
sinusal > 3sg o sin medicación que lo justifique
• Ondas Q compatibles con infarto de miocardio SÍNCOPE CARDIOGÉNICO
• Otras anomalías de la conducción intraventricular (QRS>0,12sg)
• Bloqueo bifascicular
• Bloqueo auriculoventricular de segundo grado Mobtiz I con importante
prolongación del PR SÍNCOPE
• Bloqueo de rama derecha e izquierda alterante DE ALTO RIESGO
• TSV paroxística rápida o TV
• Episodios de TV sostenida o no
• QT prolongado oo corto (> 460 o < 340).
• Marcapasos disfuncionante
• Complejos QRS pre-excitados INGRESO EN UNIDADES
• Repolarización precoz DE CORTA ESTANCIA
• Síndrome de Brugada O EN PLANTA DE
• Ondas T negativas en precordiales derechas, ondas epsilón y potenciales HOSPITALIZACIÓN
tardíos ventriculares compatibles con miocardiopatía arritmogénico CONVENCIONAL
ventricular derecha
1. El síncope se define como una pérdida transitoria de conocimiento producida por una hipoperfusión cerebral, con un
inicio rápido, de corta duración y recuperación completa y espontánea. El término presíncope hace referencia a los
síntomas y signos que ocurren antes de una posible pérdida de conciencia.
2. Se define como hipotensión ortostática a la caída de la presión arterial sistólica en más de 20 mmHg y de la diastólica en
más de 10 mmHg tras ponerse de pie o elevar la cabeza. No se trata de una enfermedad específica, sino de la incapaci-
dad de regular la presión arterial de un modo rápido. Las principales causas de hipotensión ortostática son:
• hipovolemia (diarrea aguda, hemorragia, vómitos)
• fármacos que produzcan vasodilatación: diuréticos, fenotiazidas, antidepresivos o alcohol.
• disfunción autónoma, de causa primaria (idiopática o pura, asociada a Parkinson o enfermedad de Lewy) o secun-
daria (asociada a diabetes, amiloidosis, uremia o lesión de médula espinal).
CAPÍTULO 13
FIEBRE
Cristina Sanz Plaza | María Mir Montero
TRATAMIENTO ANTIBIÓTICO
EMPÍRICO*6 : • Reacción transfusional Hipertermia: Tª >39ºC
Elección del antibiótico según (ver capítulo correspondiente) T por fallo del centro
contexto clínico y principal • Fiebre por fármacos *7. termorregulador.
• Colecistitis sin cálculos Se diferencia de
sospecha diagnóstica: Ver
la fiebre por una
capítulos bloque infecciosas (ver capítulo correspondiente)
mala respuesta a
• I squemia mesentérica. antipiréticos, ausencia
(ver capítulo correspondiente) de ritmo circadiano,
Otras medidas terapéuticas • Pancreatitis aguda bloqueo en la
específicas: retirada sondas, (ver capítulo correspondiente) sudoración y puede ser
catéteres, valoración de • TVP (ver capítulo correspondiente) rápidamente mortal.
puertas de entrada. • TEP (ver capítulo correspondiente)
• Crisis adrenal (ver capítulo
correspondiente)
• Tormenta tiroidea o tirotoxicosis.
(ver capítulo correspondiente)
• Hipertermia maligna
• Golpe de calor
• Síndrome neuroléptico maligno
• Síndrome serotoninérgico
*1 La fiebre no facilita por sí misma la recuperación de la infección, de hecho la PG E2 es un potente inmunosupresor. Por
tanto, tratar la fiebre y sus síntomas no es peligroso ni retrasa la resolución de las infecciones.
*2 Revisar el tratamiento farmacológico en los 30 días previos ya que puede atenuar la respuesta pirogénica pero también
puede ser causa de la fiebre (antibióticos, neurolépticos, productos de herbolario).
*3 No olvidar revisar la presencia de úlceras de decúbito en pacientes ancianos o encamados. Si intenso dolor en MMII
sin hallazgos en la EF sospechar NECROSIS PROFUNDA DE TEJIDOS BLANDOS (Extrema Urgencia, ver capítulo corres-
pondiente).
*4
BIOMARCADOR LACTATO PROCALCITONINA (PCT) PROTEÍNA C REACTIVA (PCR)
Indicaciones • Sepsis • Sepsis En caso de no disponer de PCT
• Shock séptico • Shock séptico
• Sospecha de bacteriemia • Sospecha de bacteriemia
• Inmunodeprimidos, ancianos o con
Índice de Charlson > 2
Seriación 8-12-24 horas 8-12-24 horas (aumento o
disminución de > 0,45 ng/ml)
ABORDAJE POR SÍNTOMAS/SÍNDROMES
MANUAL DE URGENCIAS
133
SÍ NO
Hemodinámicamente
A. Permeabilidad vía aérea à dispositivo apertura DOLOR ABDOMINAL
inestable
B. Respiración (dificultad respiratoria, AGUDO
auscultación, satO2) Hemodinámicamente
EVALUACIÓN C. Circulación (perfusión cutánea, pulsos) à 2 vías estable
PRIMARIA periféricas, sueroterapia (Ver algoritmo)
D. Nivel de conciencia
Y MEDIDAS DE
E. Exploración cutánea, valorar dolor à analgesia
SOPORTE
Signos vitales
EXPLORACIÓN • Aspecto de piel y mucosas
FÍSICA • Actitud del paciente: inmóvil, inquieto,
posición antiálgica, etc.
ANALÍTICA DE SANGRE:
PRUEBAS • hemograma, bioquímica, gasometría venosa y coagulación.
COMPLEMENTARIAS ANALÍTICA DE ORINA:
• Añadir test de embarazo en el caso de mujeres en edad fértil.
• Electrocardiograma.
PRUEBAS DE IMAGEN:
• Radiografía de abdomen: Simple y bipedestestación o decúbito lateral con
rayo horizontal (sospecha de obstrucción intestinal).
• Radiografía de tórax
• Ecografía abdominal
• TAC abdominal
OTRAS PRUEBAS:
• Hemocultivos/urocultivo
• Endoscopias/colonoscopia
• Paracentesis
a) Médico de soporte
TRATAMIENTO
b) Tratamiento específico de la causa subyacente.
1
CARACTERÍSTICAS DEL DOLOR: A-L-I-C-I-A
A – Aparición/Tiempo instauración:
Según la forma de presentación y el tiempo de evolución puede ser:
▶▶ Súbito/brusco à indica patología de gravedad (ej. Isquemia, perforación, rotura víscera hueca, rotura o disección
aórtica…) aparece en segundos o minutos con máxima intensidad.
▶▶ Rápido à se va instaurando en minutos progresivamente (ej. Obstrucción intestinal, pancreatitis, colecistitis, cólico
renoureteral…)
▶▶ Progresivo à la aparición va siendo progresivamente en horas. (ej. Apendicitis, colecistitis o colangitis, obstrucción
intestinal baja…)
L - Localización *
Según el cuadrante de la división anatómica abdominal que se realiza y donde aparezca el dolor puede orientar a una
patología con etiología concreta. (Ver tabla 2).
I - Intensidad (subjetivo)
Es poco orientativo debido a la subjetividad de la percepción del dolor por el paciente.
C - Características (cólico vs continuo)
El dolor puede ser tipo cólico (indicaría obstrucción de víscera hueca) o continuo (orientaría a procesos inflamatorios o
de isquemia).
También las características del dolor pueden clasificarse como:
▶▶ Visceral o esplácnico (producido por distensión de fibras nerviosas que rodean órganos, y es de carácter sordo y mal
localizado).
▶▶ Somático o parietal (se produce por irritación química o inflamatoria del peritoneo parietal, suele ser agudo de ca-
rácter intenso y bien localizado)
▶▶ Referido (como consecuencia de convergencia de fibras viscerales y espinales).
I - Irradiación
En ocasiones el dolor aparece reflejado en otras localizaciones distintas a su origen (por ejemplo: páncreas con irradiación
en cinturón, el cólico renal a genitales, el cólico biliar a espalda y escápala derecha).
A - Asociado (síntomas/mejoría/empeora)
El dolor puede presentar circunstancias que lo agraven o mejoren. Así mismo pueden asociar síntomas que ayudan a orien-
tar el cuadro (vómitos, habito intestinal, fiebre, clínica urinaria, clínica respiratoria o cardiológica…). Se utilizaría para des-
cribir todo aquello relacionado con el dolor y no mencionado en las categorías anteriores.
ABORDAJE POR SÍNTOMAS/SÍNDROMES
MANUAL DE URGENCIAS
137
PATOLOGÍA ABDOMINAL
• Aneurisma de aorta abdominal: >60 años, factorese de riesgo cardiovascular; Dolor epigástrico
irradiado a espalda, con dolor lumbar o en flancos. En ocasiones masa pulsátil acompañante y posible
asimetría de pulsos periféricos. Puede haber soplo abdominal.
• Isquemia mesentérica: Suele presentarse en pacientes de edad avanzada, con antecedentes de
arterioesclerosis y bajo gasto cardiaco. Se caracteriza por un dolor periumbilical desproporcionado.
• Perforación gastrointestinal: Aparece como un dolor brusco e intenso con signos de irritación
peritoneal. En ocasiones es necesario realizar una radiografía de tórax y abdomen para descartar
neumoperitoneo.
• Obstrucción intestinal: Se presenta como dolor periumbilical tipo cólico, ocasionalmente con vómitos
y ausencia de tránsito intestinal. Se observa distensión abdominal con timpanismo, y ruidos metálicos
o silencio auscultatorio. Puede haber sufrimiento intestinal por lo que podría aparecer un cuadro de
peritonitis y sepsis.
PATOLOGÍA OBSTÉTRICA
• Embarazo ectópico: dolor abdominal muy intenso con amenorrea, puede haber sangrado vaginal.
Puede confundirse con apendicitis aguda. Suele presentar liquido libre en la ecografía abdominal
PATOLOGÍA CARDIOPULMONAR
• Infarto agudo de miocardio: dolor epigástrico en paciente con factores de riesgo cardiovascular hay
que realizar el diagnostico diferencial con esta entidad clínica.
• Tromboembolismo pulmonar: se puede presentar como disnea súbita, en ocasiones puede
acompañarse de dolor abdominal, más cuando afecta a áreas extensas en bases pulmonares (infartos
pulmonares)
• Aneurisma disecante de aorta torácica
CAPÍTULO 14
138 DOLOR ABDOMINAL AGUDO
PERIUMBILICAL
- Apendicitis aguda precoz
- Gastroenteritis
- Obstrucción intestinal
Signo - Rotura aneurisma aorta Signo
GRAY-TURNER - Isquemia mesentérica CULLEN
CAPÍTULO 15
NÁUSEAS Y VÓMITOS
Marina Sobreviela Albacete | Rodrigo Pacheco Puig
“SIGNOS DE ALARMA” o
“CRITERIOS DE GRAVEDAD”
- Taquicardia.
VÓMITOS - Hipotensión arterial, signos de
hipoperfusión piel y mucosas
VALORACIÓN INICIAL: - FR>30 o FR<10
Signos vitales: TA, FC, FR, Tª, SatO2 - Bajo nivel conciencia
Estado de deshidratación: (signo del - Dolor postraumático/
pliegue, sequedad de piel y mucosas, hematomas/ heridas
tono de los globos oculares…) - Distensión abdominal
- Ruidos de lucha o ausentes
¿SIGNOS DE ALARMA?
SÍ NO
Antidopaminérgicos Gastroparesia
10mg vo/im/iv/6-8h
Metoclopramida Dispepsia funcional
10mg vo/8h
Domperidona Gastroenteritis
Quimioterapia
Antagonistas 5HT3
4mg vo/im/iv/12h Gastroenteritis
Ondansetrón
Postoperatorio
Antihistamínicos Trastornos laberínticos
2mg vo/8h o 5mg im/iv
Difenhidramina Vómitos en gestante
Vómitos de origen
Fenotiacinas
12,5-25mg vp/im/iv/6h farmacológico y
Prometacina
6,5mg vo/rectal/8-12h postoperatorios
Tietilperacina
Trastornos laberínticos
Corticoides
4mg iv/8h
Dexametasona Hipertensión intracraneal
0,5-1mg/kg vo/iv
Metilprednisolona
Antipsicóticos Individualizar
Haloperidol 0,625-2,5mg iv/im/6h
Droperidol 0,5-1mg/24h
Trifluoperidol 100-250 mg/24h dividido en
Vómitos postanestesia
Sulpirida varias dosis
Trastornos psiquiátricos
Tiaprida Individualizar
Olanzapina 10 mg vo/24h
DESTINO DEL PACIENTE DOMICILIO: el paciente no presenta signos de deshidratación y tolera vía oral,
podrá irse de alta con tratamiento sintomático ambulatorio.
DIARREA1
VALORACIÓN INICIAL
ALGORITMO
• Analítica de sangre con hemograma, gasometría venosa y bioquímica, urea y
lactato
• Analítica de orina: Añadir test de embarazo en el caso de mujeres en edad fértil.
• Electrocardiograma: Si asocian dolor precordial, epigástrico o el paciente tenga
factores de riesgo cardiovascular.
PRUEBAS DIRIGIDAS
VALORACIÓN • Coprocultivos: se reserva para sospecha de diarreas inflamatorias. Parásitos y
huevos en heces. En casos de diarrea persistente, principalmente en viajeros,
TERCIARIA:
inmigrantes, inmunodeprimidos, niños de guardería o adultos en contacto con
Pruebas estos.
complementarias • Hemocultivos: si fiebre. En caso de Salmonela ayuda a distinguir entre
gastroenteritis aislada y fiebre entérica.
• Técnicas microbiológicas especiales. Determinados enteropatógenos no se
identifican en técnicas microbiológicas habituales, como pueden ser: E. coli
O157:H7 y otros E. coli productores de toxina Shiga, Vibrio spp no coléricos,
toxina de Clostridium difficile (si han recibido tratamiento antibiótico en los dos
meses previos.
DESTINO DEL PACIENTE DOMICILIO: el paciente no presenta signos de deshidratación y tolera vía oral,
podrá irse de alta con tratamiento sintomático ambulatorio.
1
Diarrea: Presencia de tres o más deposiciones anormalmente líquidas en 24 horas, con o sin sangre o moco.
En relación a la duración de los síntomas: Aguda: 14 o menos días de duración; Persistente: más de 14, pero
menos de 30 días de duración; Crónica: más de 30 días de duración.
El período de incubación puede ser usado para diferenciar entre una infección viral (> 14 horas) y una intoxicación
alimentaria (2-7 horas).
La mayoría de diarreas agudas son autolimitadas, los pacientes no demandan evaluación clínica, y en adultos
que no han viajado, no se suele identificar su causa.
2
Características de la diarrea
▶▶ INFECCIOSAS
• INFLAMATORIA (invasiva o citotoxinas)
—— Respuesta inflamatoria (leucocitosis > 15.000, fiebre, disentería)
—— > 6 deposiciones/día
—— > 72 h de evolución
• NO INFLAMATORIA (enterotoxinas)
—— Heces acuosas abundantes
—— No disentería
—— Fiebre infrecuente
▶▶ NO INFECCIOSAS
• Fármacos: AINE, analgésicos, antiácidos que contienen magnesio, antihipertensivos, digoxina, diuréti-
cos, laxantes, colchicina, tiroxina, sales de potasio, agentes quimioterápicos, quinidina, colinérgicos, teo-
filinas, antidepresivos, sales de hierro, propranolol, colestiramina.
• Tóxicos: alcohol, insecticidas organofosforados, amanita y otras setas, arsénico, toxinas preformadas de
ciertos pescados, mariscos o algas dinoflageladas.
• Metales pesados: Cu, Zn, Fe, Cd, As, Mg, Sb, Pb y aditivos alimentarios.
• Endocrinometabólicas: Diabetes, uremia, acidosis metabólica, hipertiroidismo, esclerodermia, etc.
• Alergias alimentarias
• Postquirúrgicas
• Expresión aguda de diarrea crónica: Brote en una enfermedad inflamatoria intestinal, colon irritable, sd
de malabsorción, celiaquía, sd de asa ciega, etc.
• Miscelánea (colitis isquémica, diverticulitis, impactación fecal u obstrucción, efermedad injerto contra
huésped, enteritis rádica, etc.)
CAPÍTULO 17
DISNEA
Lidia Ortega Herruzo | Raquel Pinuaga Orrasco | María Mir Montero
Disnea
CRITERIOS DE GRAVEDAD 1
- Claudicación esfuerzo respiratorio
- Uso de musculatura accesoria. Tiraje intercostal
- Alteración del nivel de consciencia (GW < 9 o agitación)
- Cianosis o signos de mala perfusión tisular
- Taquipnea (FR > 26 rpm)
- Taquicardia (FC < 120 lpm)
- Desaturación progresiva (SpO2 < 90 % = PO2 60 mmHg) 2
-T AS > 100 mmHg o TAS < 60 mmHg
SÍ NO
- Anamnesis (antecedentes
ACTUACIÓN INMEDIATA (ABCDE)
personales)
- Monitorización
- Exploración física
- Anamnesis y exploración física rápida
(5 min)
- Gasometría arterial 3
- Oxigenoterapia 4
- Indicaciones de ventilación mecánica 5 Disnea de curso Disnea de curso
- Inicio de tratamiento gulado según progresivo brusco
sospecha diagnóstica
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SÍ
UCI
CAPÍTULO 17
148 DISNEA
Reagudización
- ECG
- Rx tórax
EPOC
- Analítica
- Antigenuria IMPORTANTE:
neumococo y - Último ingreso
Legionella - Número de
- Gasometría arterial/ reagudizaciones en el
venosa último año
- Cultivo Esputo - Uso de corticoterapia
- Hemocultivos reciente
- Oxigenoterapia
domiciliaria
- Comorbilidad
- Situación basal
*1 Disnea
La disnea es la sensación subjetiva de dificultad para respirar. La disnea recibe otros nombres según el momento de aparición:
Ortopnea (en decúbito), Disnea paroxística nocturna (mientras duerme), Platipnea (en bipedestación), Trepopnea (decúbito
lateral). Según la gravedad; lo cual requiere más complejidad, pues las escalas no tienen en cuenta la condición física del
paciente, siendo las más usadas la Escala MRC (Medical Research Council) y para la disnea en Insuficiencia cardiaca la escala
NYHA. Según aparición (Súbita, Progresiva, Con esfuerzo, crónica.). Un diagnóstico y buen manejo de la disnea es importante,
pues es un predictor independiente de mortalidad en el EPOC, IC y ancianos.
ESCALA MRC
Incapacidad de mantener el paso de otras personas de la misma edad, caminando en llano, o tener
Grado 2
que parar a descansar al andar en llano al propio paso
Grado 3 Necesidad de parar a descansar al andar unos 100 metros o a los pocos minutos de andar en llano.
Grado 4 Imposibilidad de salir de casa, o disnea con actividades como vestirse o desvestirse.
ESCALA NYHA
*2 DESATURACIÓN PROGRESIVA
La pulsioximetría nos ayuda para valorar la gravedad inicial del paciente, puesto que una SpO2 90% equivale a PO2 60 mmHg,
considerándose Insuficiencia Respiratoria. No obstante, se puede ver falsamente alterada en pacientes con pulso venoso
débil, dishemoglobinemias… Por lo que, ante esta situación es recomendable pedir Gasometría arterial
*3. La Gasometría Arterial es una manera más exacta para el diagnóstico, tratamiento y posterior pronóstico de la Insuficien-
cia respiratoria en un paciente con disnea (Ph, PaO2, PCO2, bicarbonato).
*4. Descrito capítulo de insuficiencia respiratoria.
*5. La Ventilacion mecánica no invasiva tiene como objetivo mejorar la oxigenación, el equilibrio ácido-base y reducir la hiper-
capnia ventilando el alveolo y consecuentemente disminuir el trabajo respiratorio. (ver capítulo de ventilación mecánica).
6. Criterios de Framingham. El diagnóstico de Insuficiencia Cardiaca está basado en síntomas y signos clínicos sugerentes de
congestión que se pueden resumir con los criterios de Framingham que tienen una alta sensibilidad diagnóstica (96.4%) y
valor predictivo positivo (97%), aunque menor especificidad (38.7%) para el diagnóstico de IC sistólica. Se debe de cumplir 2
criterios mayores ó 1 criterio mayor y 2 menores. Descritos en capítulo de insuficiencia cardiaca.
CAPÍTULO 18
TOS AGUDA
Luis Garicano | Maite García Sanz | Carlos Bibiano Guillén
TOS AGUDA
Historia Clínica TOS subaguda (3-8 semanas)
Duración de la tos aguda. Las
principales causas son procesos TOS (1) Algoritmo 2
infecciosos o irritantes. ¿Tiempo de evolución? TOS crónica(> 8 semanas)
Existencia de datos de infección o Algoritmo 3
esputos
Asociación con la ingesta (deglución, TOS aguda
fístulas esofago-bronquiales, goteo (< 3 semanas) Signos de Alarma:
nasal posterior, IC izquierda) Hemoptisis
Asociada con el ejercicio (asma, Fumador > 45 años con tos de nueva
bronquitis crónica) Historia clínica y Antecedentes aparición, cambios en el patrón previo
Presentación estacional, ambiental, Personales o afonía concomitante
tabaco, animales, sustancias químicas, Exploración Física. Constantes. Adultos de 55-80 años con historia
IECAs de tabaquismo de 30 paquetes/año
Exploración Física. Ctes y fumador activo o exfumador en los
Siempre atención a los sistemas últimos 15 años
respiratorios o cardiocirculatorio. ¿Tiene signos de Ronquera
Valorar cianosis, acropaquias, signos Alarma? Síntomas sistémicos (fiebre, pérdida
IC, sibilancias, estridor roncus y o de peso, edemas periféricos…)
crepitantes. Neumonía recurrente
Presencia de moco o eritema Atragantamientos
bucofaríngeo o imagen empedrada: SÍ NO Vómitos
Goteo posnasal Auscultación pulmonar patológica
RX tórax patológica
Tratamiento:
• Tratamiento etiológico según diagnótico.
• Si tos productiva no restringirla salvo que sea incapaz de toser. Se puede facilitar la expectoración mediante mucolíticos,
humidificación ambiental, nebulización de salino hipertónico. Fisioterapia respiratoria.
• Si tos irritativa y provoca molestias en la vida del paciente o riesgo de complicaciones: Valorar: Codeína 15-30mg/4-6 h
oral; antihistamínicos como la difenhidramina 25mg/4-6 h; Dextrometorfano: 15mg/4-6 h oral.
• Seguimiento en 4- 6 semanas en consultas de Atención Primaria o consulta especializada según sospecha diagnóstica.
TOS SUBAGUDA
TOS Subaguda (3-8 semanas)
Historia Clínica Signos de Alarma:
Duración de la tos aguda. Las Hemoptisis
principales causas son procesos Fumador > 45 años con tos
infecciosos o irritantes. de nueva aparición, cambios
Existencia de datos de infección o
en el patrón previo o afonía
esputos
Asociación con la ingesta (deglución, concomitante
fístulas esofago-bronquiales, goteo Adultos de 55-80 años con
nasal posterior, IC izquierda) historia de tabaquismo de 30
Asociada con el ejercicio (asma, Historia clínica y Antecedentes paquetes/año y fumador activo o
bronquitis crónica) Personales exfumador en los últimos 15 años
Presentación estacional, ambiental, Ronquera
Valorar Signos de Alarma/
tabaco, animales, sustancias Síntomas sistémicos (fiebre,
químicas, IECAs Riesgo Vital
Exploración Física. Constantes pérdida de peso, edemas
Exploración Física. Ctes
periféricos…)
Siempre atención a los sistemas
respiratorios o cardiocirculatorio. Neumonía recurrente
Valorar cianosis, acropaquias, signos Atragantamientos
IC, sibilancias, estridor roncus y o Vómitos
crepitantes. Auscultación pulmonar
Presencia de moco o eritema patológica
bucofaríngeo o imagen empedrada: No Posinfecciosa RX tórax patológica
Goteo posnasal
TOS CRÓNICA
TOS Crónica: > 8 semanas (2)
Historia Clínica Signos de Alarma:
Duración de la tos aguda. Las Hemoptisis
principales causas son procesos
Fumador > 45 años con tos
infecciosos o irritantes.
Existencia de datos de infección o de nueva aparición, cambios
esputos en el patrón previo o afonía
Asociación con la ingesta (deglución, concomitante
fístulas esofago-bronquiales, goteo Adultos de 55-80 años con
nasal posterior, IC izquierda) historia de tabaquismo de 30
Asociada con el ejercicio (asma, Historia clínica y Antecedentes paquetes/año y fumador activo o
bronquitis crónica) exfumador en los últimos 15 años
Personales
Presentación estacional, ambiental, Ronquera
tabaco, animales, sustancias Valorar Signos de Alarma/
Riesgo Vital Síntomas sistémicos (fiebre,
químicas, IECAs
Exploración Física. Ctes Exploración Física. Constantes. pérdida de peso, edemas
Siempre atención a los sistemas periféricos…)
respiratorios o cardiocirculatorio. Neumonía recurrente
Valorar cianosis, acropaquias, signos Atragantamientos
IC, sibilancias, estridor roncus y o Vómitos
crepitantes. Auscultación pulmonar
Presencia de moco o eritema patológica
bucofaríngeo o imagen empedrada: RX tórax patológica
Goteo posnasal
Signos de Alarma
Causas y pruebas diagnósticas más Tabaquismo
frecuentes de tos crónica IECAs
•G oteo posnasal secundario a Tos no productiva que se produce en
enfermedades rinosinusales. cerca del 15% de los pacientes con
Evaluación y tratamiento • Rx senos paranasales,
tratamiento con IECAs. Puede empezar
prioritario rinofaringoscopia, valoración
en Alergología o tratamiento dentro de la 1ª semana aunque puede
empírico (descongestionantes, tardar hasta seis meses en aparecer.
antihistamínicos). Suele acompañarse de cosquilleo o
• Asma. Espirometría con test picazón de garganta. Tras la suspensión
broncodilatador, prueba de se resuelve en 4 días aunque puede
provocación bronquial, valoración en persistir 4 semanas.
Alergología o tratamiento empírico Sitagliptina
• Bronquitis crónica no eosinofílica.
Eosinofilia en esputo, fracción exalada
de óxido nítrico, valoración en
(3) Respuesta Alergología o tratamiento empírico
inadecuada a Suspender al menos 4
• Reflujo Gastroesofágico. tests
tratamiento óptimo semanas
fisiológicos para pacientes refractarios
tras seguimiento 4-6 a tratamiento (inhibidores de bomba
semanas de protones, dieta, cambio en estilos
de vida) No respuesta tras
4-6 semanas
Considerar otras pruebas: pHmetría esofágica; endoscopia digestiva alta; esofagograma con
bario; broncoscopia; TAC de alta resolución; pruebas de imagen senos paranasales; valoración
ambiental y ocupacional; valorar otras causas más infrecuentes de tos.
HIPO
Actitud ante un paciente con Hipo
Tratamiento:
Medidas no farmacológicas
Maniobras de Vasalva, apnea forzada en una bolsa, para aumentar la concentración arterial de CO2, maniobras
de estimulación vagal (beber agua, tragar azúcar, vinagre intranasal, inhalación de amoniaco, beber agua
helada, estimulación con SNG, inducir el vómito, provocar miedo.
(1) La tos es uno de los síntomas respiratorios que con mayor frecuencia se presentan en los servicios de urgencia. En gene-
ral se trata de un síntoma autolimitado, menor de 3 semanas, aunque la tos posinfecciosa puede durar hasta 8 semanas
por lo que cuando la tos se mantiene más de 8 semanas se considera crónica. Las causas principales de tos aguda son
las infecciones respiratorias aunque la neumonía, el TEP o la Insuficiencia Cardíaca pueden iniciarse de esta manera. La
prioridad cuando nos aproximamos a un paciente con tos como síntoma principal es valorar si el paciente tiene criterios
de alarma, clasificarla en función del tiempo de evolución e identificar la etiología o el factor desencadenante.
(2)Las causas más comunes de la tos crónica son el goteo posnasal, el asma y el reflujo gastroesofágico. Mientras que la
etiología posinfecciosa es una de las causas más comunes de tos subaguda. La tos CRÓNICA también puede ser una
complicación de la terapia con IECAs.
3. Tratamiento de la tos crónica:
▶▶ Tratamiento etiológico según diagnóstico.
▶▶ Tratamiento sintomático: si etiología desconocida o tos interfiere en vida normal:
• Cloruro mórfico de liberación prolongada: 5 mg/12 horas (aumentar a 10 mg/12 horas si no hay respuesta eficaz).
• Gabapentina: 300 mg/8 horas.
• Pregabalina: 150 mg/12 horas.
• Amitriptilina: 10 mg/noche.
ABORDAJE POR SÍNTOMAS/SÍNDROMES
BIBLIOGRAFÍA
CAPÍTULO 10
ALTERACION DEL NIVEL DE CONCIENCIA. COMA
1. Schiff, N. Altered consciousness. Youmans and Winn Neurological Surgery Ed Elsevier 2017.
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2. Stevens RD, Cadena RS, Pineda J. Emergency Neurological Life Support: Approach to the Patient
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3. Cadena RS, SarwalA.EmergencyNeurologicalLifeSupport: Approach to the Patient with
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CAPÍTULO 11
DOLOR TORÁCICO
1. Manual de diagnóstico y terapeútica médica. Hospital Universitario 12 de Octubre. 6º edición
2007: A. B. Carlavilla Martínez, F. J. Castelbón Fernández, J. I. García Sánchez, V. Gracia Lorenzo,
C. Ibero Esparza, A. Lalueza Blanco, J. Llenas García, J. Torres Macho, M.Yebra Yebra.
2. Medicina de urgencias y emergencias. Guía diagnóstica y protocolos de actuación. 5º edición
2015. L.Jiménez Murillo, F.J. Montero Pérez.
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158 ABORDAJE POR SÍNTOMAS/SÍNDROMES
CAPÍTULO 12
SÍNCOPE
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CAPÍTULO 13
FIEBRE EN URGENCIAS
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CAPÍTULO 14
DOLOR ABDOMINAL AGUDO. MANEJO EN URGENCIAS
1. Penner RM, Fishman MB, Auerbach AD. Evaluation of the adult with abdominal pain. UpToDate.
Literature review current through: May 2018. | This topic last updated: Nov 02, 2017.
2. Vila Santos. J., Olivares PIezarro S. Dolor abdominal agudo. En: Aguilar Rodríguez A, Bisbal Pardo
O. De Lagarde Sebastián M. Maestro de la Calle G., Perez-Jacoieste Asín M.A., Pérez Ordoño L.
Vila Santos J. Editores. Manual de diagnóstico y terapéutica médica del hospital universitario
12 de octubre. 7ª edición. Madrid, 2012 .p.105-116.
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CAPÍTULO 15
NÁUSEAS Y VÓMITOS
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2. Hesketh, PJ. Prevention and treatment of chemotherapy-induced nausea and vomiting in
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ABORDAJE POR SÍNTOMAS/SÍNDROMES
MANUAL DE URGENCIAS 159
3. Longstreth GF. Approach to the adult with nausea and vomiting. UpToDate. 2013; 1-13.
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medimecum; 2016. pp 935-959.
CAPÍTULO 16
DIARREA AGUDA
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3. Manatsathit S, Dupont HL et al. Guideline for the management of acute diarrhea in adults. Journal
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CAPÍTULO 17
DISNEA
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3. F. Aguilar Rodríguez, O. Bisbal Pardo, C. Gómez Cuervo, M. de Lagarde G. Maestro de la Calle,
M. A. Pérez-Jacoiste Asín, L. Pérez Ordoño, J. Vila Santos. Disnea. Manual de diagnóstico tera-
peutico Hospital 12 Octubre. 7º edicion. I.S.B.N.: 978-84-7989-743-7.
4. C.Bibiano. Manual de Urgencias Bibiano 2º Edicion. ISBN: 978-84-96835-45-0.
5. A.J. Jiménez. Manual de Protocolos y Actuación en urgencias. Hospital Virgen de la salud Toledo.
4º Edición ISBN: 978-84-96835-57-3.
6. M. Miravitlles, JJ Soler-Cataluña, M. Calle, J. Molina, P. Almagro,JA.Quintanog, JA. Riescoh, J A
Triguerosi, P. Piñeraj, A.Simónk,J L Rodríguez-Hermosad, E. Marcol, D. Lópezm, R. Colln, R. Co-
ll-Fernández ,M A Lobo, J Díez, J B. Soriano, J Ancochea. Guía española de la EPOC (GesEPOC).
Actualización 2014. Arch Bronconeumol. 2014;50(Supl 1):1-1.
7. A. Mallick, JL. Januzzi. Biomarcadores en la Insuficiencia Cardiaca.Rev Esp Cardiol 2015; 68:
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8. P Ponikowski, A A Voors, S D Anker. Guía ESC 2016 sobre el diagnóstico y tratamiento de la
insuficiencia cardiaca aguda y crónica. Rev Esp Cardiol. 2016; 69:1167.e1-e85.
9. R Fuentes, A Gómez-Pérez, A Gutierrez-Díez, J Jimenez-Mazuecos, E Cambronero, I López-
Neyra, MA Simón, S Garcia-Castillo, J Arévalo-Serrano, MJ Corbí. Disnea Aguda. DTM grupo
científico 2015 (12-47) ISBN: 978-84-7101-987-5.
CAPÍTULO 20
SÍNDROME CONFUSIONAL AGUDO
EN EL ANCIANO
Cristina Bermejo Boixareu | Patricia López Pardo | F. Javier Martín Sánchez
1. DEFINICIÓN
El síndrome confusional agudo (SCA) o delirio es una alteración aguda y fluctuante del estado de cons-
ciencia y la atención que se acompaña de un empeoramiento de la situación cognitiva o alteraciones de
la percepción, no explicadas por una demencia previa. Se caracteriza por la afectación de la atención, el
desarrollo en un corto período de tiempo (horas o días) y la tendencia a fluctuar a lo largo del día.
El SCA es un problema común, estimándose una frecuencia de un 10-20 % entre los pacientes ma-
yores atendidos en urgencias. Por lo general, no suele ser diagnosticado (solo 1 de cada 4 casos),
especialmente en aquellos con demencia de base o delirio hipoactivo.
El SCA es un factor predictivo independiente de morbimortalidad, ingreso hospitalario, tiempo
de estancia prolongado, deterioro funcional y cognitivo e institucionalización. Todo ello respalda
la necesidad de considerar la valoración cognitiva como la sexta constante vital en la exploración
física de los pacientes ancianos en urgencias. Esto obliga a interrogar a la familia sobre su estado
previo en busca de cambios recientes o bien de síntomas de larga evolución.
2. CLASIFICACIÓN
El SCA se clasifica en 3 tipos:
a. Hiperactivo: se caracteriza por estado hipervigilante, agitación, hiperactividad psicomotriz,
alucinaciones y delirios.
b. Hipoactivo: se acompaña de bajo nivel de alerta y de consciencia, somnolencia, desinterés por
el entorno, enlentecimiento motor, bradipsiquia, poca o nula comunicación o estado de estupor.
c. Mixto: alternan ambos tipos en el tiempo, alternando momentos de agitación con otros de le-
targia. Es la forma más común aunque es difícil de reconocer en urgencias porque suele preci-
sar valoraciones repetidas para observar las fluctuaciones entre hiper- e hipoactividad.
3. ETIOLOGÍA
El SCA está causado típicamente por una enfermedad médica aguda. Por lo general, no suele ha-
ber una única causa responsable, siendo por tanto frecuentemente la etiología multifactorial. En
la génesis del SCA se identifican factores predisponentes y factores desencadenantes:
a. Factores predisponentes: son aquellos que definen el umbral frente a los diferentes agentes
desencadenantes. Así, algunas personas, ante los mismos estímulos, desarrollan el cuadro,
mientras que otras no lo hacen o lo hacen más tarde. Entre ellos se encuentran la edad
avanzada, el ser varón, la comorbilidad, las enfermedades cerebrales y neuropsiquiátricas,
la polifarmacia, ciertos tóxicos (alcohol) y fármacos favorecedores (neuropsiquiátricos y
ANCIANO EN URGENCIAS
MANUAL DE URGENCIAS
173
ENFERMEDADES SISTÉMICAS
1. Ictus
2. Hemorragia cerebral, subdural o epidural
3. Meningitis/encefalitis
4. Traumatismo
5. Crisis epiléptica
6. Neoplasia
INTOXICACIONES Y FÁRMACOS
1. Dolor
2. Restricción física
3. Impactación fecal
4. Retención aguda de orina
5. Cambio del medio ambiente
6. Deprivación del sueño
7. Cirugía o procedimientos
8. Estancia media prolongada
CAPÍTULO 20
174 SÍNDROME CONFUSIONAL AGUDO EN EL ANCIANO
4. CLÍNICA
La condición que debe darse para sospechar SCA es la presentación aguda de los síntomas y los
cambios en el comportamiento. Las características fundamentales son el déficit de atención, la
desorientación, la afectación de la memoria, la alteración del nivel de alerta, las alteraciones del
lenguaje, de la percepción y del pensamiento, la apraxia constructiva visual, las funciones ejecu-
tivas frontales, la labilidad afectiva y la alteración del ritmo sueño-vigilia. Aunque el inicio es ca-
racterísticamente agudo, algunos pacientes pueden presentar en los días previos intranquilidad,
ansiedad, distracción o alteraciones del ritmo circadiano.
5. DIAGNÓSTICO
El diagnóstico es exclusivamente clínico y se basa en los criterios DSM-5 (tabla 2). Existen una
serie de herramientas que nos pueden ser de ayuda para el diagnóstico de SCA en urgencias
(tabla 3):
a. S ingle Question in Delirium (SQiD): se le realiza al cuidador la única pregunta ¿está el paciente
más confuso que antes? La principal ventaja es su sencillez y alto valor predictivo negativo,
aunque su especificidad es baja.
b. Brief Confussion Assesment Method (bCAM): está validada para la detección de SCA en urgen-
cias y en cuidados intensivos (sensibilidad del 94-100 % y especificidad del 90-95 %).
c. A ssessment Test for delirium & cognitive impairment (4AT): está recientemente validada para
el despistaje del SCA y del deterioro cognitivo (sensibilidad del 92-93 % y especificidad del
79-91 %).
d. De cara a identificar las causas que lo han desencadenado para revertirlas de forma precoz, es
necesario realizar una exhaustiva historia clínica y exploración física y las pruebas complemen-
tarias en función de la sospecha clínica del cuadro precipitante.
ANCIANO EN URGENCIAS
MANUAL DE URGENCIAS
175
Preguntar edad, fecha de nacimiento, lugar (nombre del hospital o edificio) y año actual.
- Sin errores: 0
- 1 error: 1
- 2 o más errores/no valorable: 2
Atención
“Dígame, por favor, los meses del año hacia atrás en orden, comenzando por diciembre”
Meses del año hacia atrás Acierta 7 meses o más correctamente: 0
Inicia pero acierta < 7 meses / se niega a iniciar: 1
No valorable (debido a malestar, somnolencia, falta de atención): 2
Cambio agudo o curso fluctuante
Evidencia de un cambio significativo o fluctuación en el estado de alerta, la cognición u otra función
mental (ej.: paranoia, alucinaciones) que surja durante las últimas 2 semanas y todavía sea evidente en
las últimas 24 h.
No: 0
Sí: 4
≥ 4: posible delirio con o sin deterioro cognitivo
1-3: posible deterioro cognitivo
0: poco probable delirio o deterioro cognitivo
4AT: Assessment Test for delirium & cognitive impairment; AMT4: Abbreviated Mental Test; CAM: Confusional Assesment
Method.
CAPÍTULO 20
176 SÍNDROME CONFUSIONAL AGUDO EN EL ANCIANO
La historia clínica debe sustentarse con la entrevista a los cuidadores o personas que conoz-
can bien al paciente y que hayan tenido contacto con él durante el período en el que se han
producido los síntomas. El interrogatorio debe centrarse en la forma de inicio, el curso y la
duración de los síntomas cognitivos pero también en aquellos aspectos que puedan orientar a
identificar los factores predisponentes y desencadenantes. Entre ellos, la situación mental, fun-
cional y nutricional basal, las enfermedades previas (sistémicas, neurológicas o psiquiátricas) y
hechos recientes como fiebre, dolor, consumo de tóxicos, caídas, cirugías o modificaciones en
la medicación crónica. En la exploración física, además de incluir la valoración de las funciones
superiores (nivel de consciencia, orientación, atención, memoria, lenguaje y alteraciones de
la percepción) en la exploración neurológica, deben buscarse signos de las causas desenca-
denantes más frecuentes, como fiebre, hipoxemia, puntos dolorosos, focalidad neurológica,
impactación fecal, retención aguda de orina, etc.
Las pruebas complementarias irán principalmente encaminadas a la sospecha clínica obtenida
mediante la anamnesis y la exploración física, aunque siempre se recomienda una analítica
con hemograma, bioquímica con glucosa, iones, perfil renal, hepático y tirotropina (TSH), gaso-
metría venosa, electrocardiograma, radiografía de tórax y sedimento de orina. Otras pruebas,
como la tomografía computarizada (TC) craneal, la punción lumbar (PL), los niveles de fárma-
cos, el electroencefalograma (EEG) y la ecografía abdominal, dependerán de los hallazgos en la
exploración y de la sospecha diagnóstica.
6. TRATAMIENTO
Existe suficiente evidencia que sustenta que las intervenciones multicomponente constituyen
la estrategia más eficaz para prevenir la aparición de un SCA durante la estancia en el hospital.
Se considera una circunstancia prevenible en un 30-40 % de las ocasiones. Las intervenciones
multicomponente se basan en los factores de mayor riesgo para la aparición del delirio, como
deterioro cognitivo (reorientación), inmovilidad (movilización precoz), privación de sueño (am-
biente nocturno relajado), deshidratación y malnutrición (hidratación y nutrición adecuadas) y
déficit sensorial y auditivo (ayudas técnicas).
El tratamiento debe instaurarse de forma rápida, actuando frente a las causas desencade-
nantes y el control de síntomas asociados con medidas no farmacológicas (tabla 4). Las
recomendaciones actuales para el tratamiento farmacológico indican reservar el uso de
antipsicóticos y otros medicamentos sedantes para el tratamiento de la agitación grave
que plantea riesgo a la seguridad del paciente o del personal o amenaza con la interrup-
ción de terapias médicas esenciales. No hay pruebas concluyentes de que el uso de antip-
sicóticos reduzca la gravedad o la duración del episodio. No existe un consenso definitivo
respecto a la selección de antipsicóticos aunque son preferibles los atípicos (risperidona,
quetiapina, aripiprazol, ziprasidona, olanzapina) por la menor frecuencia de los efectos
extrapiramidales. La quetiapina es de elección en pacientes con enfermedad de Parkinson,
parkinsonismos o demencia por cuerpos de Lewy. Se deben empezar a la mínima dosis
eficaz y el menor tiempo posible. La vía de administración está condicionada por los sín-
tomas. En caso de necesidad de control rápido de los síntomas, se utilizarán las vías intra-
muscular, intravenosa o sublingual. La dosis necesaria de neurolépticos para el control de
los síntomas en la población anciana suele ser 1/10 respecto a la necesaria en la población
más joven.
Las benzodiazepinas solo tienen indicación en caso de abstinencia a alcohol o benzodiaze-
pinas o cuando la causa del delirio es una crisis epiléptica ya que se ha visto que pueden
empeorar y prolongar la duración de los síntomas del SCA.
La necesidad de ingreso hospitalario viene dada por la identificación y el tratamiento de
los factores precipitantes y la falta de control de los síntomas. El paciente debe ser dado
de alta lo antes posible una vez que se hayan tratado las causas que estén contribuyendo
al SCA.
Por lo general, el SCA tiene una duración entre varios días y 1 semana aunque en un tercio de los
casos persiste hasta 3 meses o más. Ocasionalmente los pacientes que han tenido un episodio
de SCA no recuperan su estado cognitivo previo, de modo que puede ser una de las manifesta-
ciones de la evolución hacia la demencia.
Los pacientes que han sufrido un SCA y que no tienen un diagnóstico previo de demencia de-
ben ser remitidos a una unidad especializada para descartar la presencia de una demencia
subyacente; hasta su confirmación, se debe tener especial cuidado en lo que se refiere a los
factores que pueden empeorar la situación cognitiva del paciente (internalización, fármacos,
cuidados en el domicilio y otros).
Tabla 5. Medidas farmacológicas para el tratamiento del síndrome confusional agudo
Puntos clave/recuerda
▶▶ El síndrome confusional es un problema común (10-20 %) e infradiagnosticado (solo 1 de
cada 4 casos) entre los pacientes mayores atendidos en los Servicios de Urgencias y se
asocia a malos resultados a corto plazo.
▶▶ La demencia y el SCA son dos problemas distintos pero que pueden ocurrir de forma con-
comitante.
▶▶ El proceso diagnóstico del SCA es clínico y las pruebas complementarias deben ir encami-
nadas a buscar los factores precipitantes del episodio.
▶▶ El tratamiento de elección del SCA es el de la causa que lo desencadenó acompañado del
control de los síntomas con medidas no farmacológicas.
▶▶ El tratamiento farmacológico del delirio debe realizarse por lo general con neurolépticos
en casos seleccionados de agitación grave.
CAPÍTULO 28
SOPORTE VITAL BÁSICO O REANIMACIÓN
CARDIOPULMONAR BÁSICA EN EL ADULTO
Juan José Fernández Domínguez | Luis Pardillos Ferrer
1. INTRODUCCIÓN
Se estima que en España se producen entre 24.000 y 50.000 casos/año de parada cardiorrespi-
ratoria (PCR) extrahospitalaria y unos 18.000 casos de PCR dentro del hospital. En torno al 60 %
de las PCR del adulto, en el ámbito extrahospitalario, son de origen cardíaco, generalmente por
fibrilación ventricular (FV), como consecuencia de un síndrome coronario agudo. La PCR es una
situación potencialmente reversible gracias a una maniobra eficaz y relativamente sencilla, la des-
fibrilación. Es eficaz casi en un 100 % durante los primeros segundos, pero pierde su eficacia en
aproximadamente un 10 % por cada minuto que transcurra sin que se aplique.
La desfibrilación, junto con las compresiones torácicas de alta calidad, aplicadas de forma precoz
y con mínimas interrupciones, son las medidas fundamentales de la reanimación cardiopulmonar
(RCP), como se indica en las guías actuales, tanto del European Reanimation Council (ERC) como
de la American Heart Association (AHA), según el consenso ILCOR 2015.
Por lo tanto, en un caso de PCR, es fundamental iniciar precozmente las maniobras de RCP y
aplicar desfibrilación en muchas ocasiones. Esto supone la necesidad de hacer extensiva la for-
mación de unos conocimientos básicos de las maniobras de RCP al mayor número de ciudadanos
posible ya que cualquier persona es un potencial primer interviniente en una situación de PCR.
2. TERMINOLOGÍA
▶▶ Parada cardiorrespiratoria: es la interrupción brusca, inesperada y potencialmente reversible
de la circulación y la respiración espontáneas. Si esta situación no se revierte en los primeros
minutos, desembocará en la muerte.
▶▶ Reanimación cardiopulmonar: consiste en un conjunto de maniobras encaminadas inicialmen-
te a sustituir y posteriormente restaurar la respiración y la circulación:
• Básica: se realiza sin material, excepto dispositivos de barrera para la vía aérea.
• Instrumental: se realiza con determinados dispositivos (cánula orofaríngea, mascarilla facial y
bolsa autohinchable, desfibrilador automático/semiautomático).
• Avanzada: consiste en un conjunto de técnicas llevadas a cabo por un equipo de profesionales
cualificados y equipados que incluye el manejo de la vía aérea, la administración de fármacos y
la corrección de los factores causantes de la PCR. Estas técnicas están destinadas a proporcio-
nar un tratamiento definitivo, optimizando la sustitución de las funciones respiratoria y circula-
toria hasta el momento en el que se recuperen.
▶▶ Cadena de supervivencia (figura 1): es el conjunto de eslabones en el que una reducción del
retraso en su aplicación ha demostrado disminuir la mortalidad y las secuelas derivadas de una
situación de PCR. Estos pasos son:
CAPÍTULO 28
254 SOPORTE VITAL BÁSICO O REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR BÁSICA EN EL ADULTO
Figura 1. Cadena de supervivencia en la parada cardíaca según el European Reanimation Council, 2015.
Figura 2.
▶▶ Iniciar las compresiones torácicas: cuando el flujo sanguíneo se detiene, la sangre en los pulmo-
nes y el sistema arterial permanecen oxigenados durante algunos minutos. Por eso deben ini-
ciarse compresiones torácicas en lugar de ventilaciones. Las compresiones torácicas (figura 3):
1. Se deben aplicar en la mitad inferior del esternón, colocando el talón de una mano en el centro del
pecho (figura 3.1), colocando la otra mano encima o, mejor, entrelazando los dedos (figura 3.2).
2. Se realizan más fácilmente arrodillándose al lado del paciente. La RCP desde la cabeza del
paciente puede considerarse cuando no es posible realizar compresiones a su lado.
3. Se aconseja que tengan una profundidad de aproximadamente 5 cm, pero no más de 6 cm
para el adulto medio (figura 3.3).
4. Se deben realizar a una frecuencia de 100-120/min y con el menor número de interrupciones.
5. Se deben aplicar con el paciente sobre una superficie firme.
Figura 3.
CAPÍTULO 28
256 SOPORTE VITAL BÁSICO O REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR BÁSICA EN EL ADULTO
Figura 4.
▶▶ RCP solo con compresiones: los reanimadores formados deberían realizar compresiones toráci-
cas y respiraciones de rescate. Sin embargo, si no se tiene experiencia o existe reticencia del re-
animador, se aconseja aplicar compresiones torácicas siempre a todos los pacientes con PCR.
▶▶ Continuar con las compresiones y las respiraciones con una relación de 30:2.
▶▶ Usar un desfibrilador externo automatizado (DEA): se deben continuar las maniobras de RCP
mientras se consigue y se aplica un DEA. En cuanto esté disponible, su utilización no debe de-
morarse. Los DEA permiten desfibrilar precozmente, incluso muchos minutos antes de que lle-
gue la ayuda profesional. Son seguros y efectivos incluso cuando se utilizan por personas legas
con mínima o ninguna formación.
Los intervinientes deben seguir las instrucciones de voz emitidas por el DEA, sobre todo reanu-
dando las compresiones torácicas tan pronto como se indique, reduciendo al mínimo las inte-
rrupciones en las mismas. Los DEA estándar son adecuados para su uso en niños mayores de 8
años. Para niños entre 1 y 8 años se deben utilizar parches pediátricos.
URGENCIA VITAL
MANUAL DE URGENCIAS
257
Se debe hacer una pausa en las compresiones torácicas cada 2 min para evaluar el ritmo cardíaco
(generalmente lo indica el propio DEA).
Existe un registro de los DEA de acceso público, de modo que los operadores telefónicos de emer-
gencias puedan dirigir a los que realizan la RCP a un DEA cercano.
La RCP realizada por reanimadores legos, asistidos por operador telefónico, que estén próximos
al paciente y dirigidos a un DEA cercano, pueden mejorar las tasas de éxito de la RCP, con el au-
mento de la supervivencia y la disminución de daños cerebrales residuales en el superviviente de
una PCR.
Tan pronto como llegue el DEA (figura 5) hay que:
1. Ponerlo en funcionamiento y aplicar los parches adhesivos en el pecho desnudo del pa-
ciente.
2. Si hay más de un reanimador, continuar las maniobras de RCP mientras se colocan los par-
ches sobre el pecho.
3. Seguir las instrucciones visuales/sonoras proporcionadas por el DEA.
4. Asegurarse de que nadie toca al paciente mientras el DEA realiza el análisis del ritmo.
5. Si la descarga está indicada, aplicarla, asegurándose de que nadie toca al paciente.
6. Pulsar el botón de descarga como indique el aparato.
7. Continuar las instrucciones visuales/sonoras sobre reanudación de las maniobras de RCP.
8. Si la descarga no está indicada, continuar la RCP.
▶▶ Prolongar las maniobras de reanimación cardiopulmonar básica hasta que:
• Llegue a la zona un equipo de emergencias y un profesional sanitario le diga que pare.
• El paciente comience a despertar: se mueva, abra los ojos y respire con normalidad.
• Se agote el reanimador.
▶▶ Si las maniobras de RCP han resultado exitosas, hay que estar preparado para reiniciar la RCP
de forma inmediata por si la PCR se repite.
Figura 5.
CAPÍTULO 28
258 SOPORTE VITAL BÁSICO O REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR BÁSICA EN EL ADULTO
Puntos clave/recuerda
▶▶ En el Soporte Vital Básico es fundamental:
• Activar la cadena de supervivencia pidiendo ayuda (112).
• Comprobar si el paciente responde y respira (ver | oír | sentir).
• Realizar la apertura de la vía aérea con la maniobra “frente-mentón”.
▶▶ El masaje cardíaco debe ser de alta calidad:
• Compresiones: 100-120 min | 5-6 cm de profundidad en el tórax.
• Dejar que el tórax reexpanda | Minimizando las interrupciones.
▶▶ Siempre que sea posible se colocará el DEA sobre el pecho descubierto del paciente.
URGENCIA VITAL
MANUAL DE URGENCIAS
259
ALGORITMO
Paciente inconsciente
No responde
SÍ NO Avisar al 1-1-2
2 respiraciones de
rescate
1. INTRODUCCIÓN
En la reanimación cardiopulmonar avanzada (RCPA) se aplican una serie de maniobras, como el
aislamiento de la vía aérea, técnicas de ventilación y oxigenación, masaje cardíaco, canalización
de accesos vasculares, administración de fármacos y líquidos intravenosos, etc., destinadas a
proporcionar un tratamiento definitivo, optimizando la sustitución de las funciones respiratoria y
circulatoria hasta el momento en el que se recuperen. Sin embargo, solo la desfibrilación precoz y
la reanimación cardiopulmonar básica (RCPB) de calidad han demostrado mejorar la superviven-
cia (figura 1); de ahí que se haga énfasis en la aplicación de compresiones torácicas de calidad,
con mínimas interrupciones, y en el acceso a un desfibrilador de forma precoz.
% de probabilidad de supervivencia
desde la PCR hasta el inicio de la RCP
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0 Minutos transcurridos
hasta el inicio de la RCP
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 …
3. Abrir la vía aérea y valorar la respiración. La respiración agónica o gasping (boqueadas ocasio-
nales, respiración lenta, laboriosa o ruidosa) es frecuente en las primeras etapas de una parada
cardíaca y es un signo de parada. Si no respira se procederá a abrir la vía aérea con la maniobra
frente-mentón. Habrá que ver, oír y sentir si la respiración es normal y si mueve el tórax o no.
4. Valorar si hay signos de circulación comprobando el pulso carotídeo.
5. Si el paciente no tiene signos de vida, o si hay duda, se debe comenzar inmediatamente la
reanimación cardiopulmonar aplicando 30 compresiones torácicas seguidas de dos venti-
laciones. Es recomendable comenzar la ventilación con mascarilla con globo, que se puede
complementar con una cánula orofaríngea. Se debe proporcionar oxígeno suplementario, tan
pronto como sea posible, para administrar mayor concentración de oxígeno inspirado.
La intubación orotraqueal (IOT) solo debería intentarse por los intervinientes que tengan expe-
riencia en esta técnica. El aislamiento de la vía aérea tiene un papel secundario en la RCP y es
causa frecuente de interrupción de las maniobras de compresión y de retraso en la desfibrilación.
En cualquier caso se recomienda no interrumpir las compresiones torácicas mientras se realizan
maniobras de laringoscopia y solo parar a la hora de insertar el tubo endotraqueal (TET) una vez
visualizadas las cuerdas vocales y posteriormente para comprobar que ventilan correctamente
los dos campos pulmonares. El momento adecuado para intentar la IOT es al inicio de los 2 min
tras una valoración del ritmo y/o pulso.
6. La capnografía, o determinación del dióxido de carbono en el aire exhalado (ETCO2), debe ser
utilizada para confirmar la correcta colocación del TET. También puede utilizarse mientras se
usan un dispositivo de mascarilla con globo o dispositivos alternativos para la vía aérea.
Una vez aislada la vía aérea las compresiones y las ventilaciones van con ritmos diferentes: mien-
tras que las compresiones torácicas deben ir a una frecuencia de 100-120/min, las ventilaciones
deben hacerlo a 10/min aproximadamente (1 insuflación/6 s).
7. En cuanto llegue el monitor-desfibrilador, se deben aplicar los electrodos al paciente mientras
se continúa con las compresiones torácicas. La monitorización inicial también se puede hacer
en “modo palas”, método mucho más rápido y que permitirá aplicar más precozmente una
desfibrilación.
8. Hacer una pausa breve para valorar el ritmo cardíaco. En este momento podemos encontrar
dos tipos de ritmos:
Ritmos desfibrilables:
▶▶ Fibrilación ventricular (FV): ritmo caótico que se observa en el electrocardiograma (ECG) como
oscilaciones irregulares de 200-500/min (figura 2).
▶▶ Taquicardia ventricular sin pulso (TVSP): frecuencia cardíaca regular de 100-200 l/min, QRS an-
cho y empastados y ondas P no visibles (figura 3).
CAPÍTULO 29
262 SOPORTE VITAL AVANZADO EN EL ADULTO O REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR AVANZADA
Ritmos no desfibrilables:
▶▶ Asistolia: ausencia de actividad eléctrica o presencia solo de ondas P sin QRS (figura 4).
Figura 4. Asistolia.
▶▶ Actividad eléctrica sin pulso (AESP): presencia de actividad eléctrica cardíaca organizada o no
sin actividad mecánica (falta de pulso arterial central) (figura 5).
Figura 5. Bloqueo auriculoventricular completo con ritmo de escape ventricular bajo ineficaz (actividad
eléctrica sin pulso).
3. ARRITMIAS PERIPARADA
La valoración y el tratamiento inicial de un paciente con arritmia debería tomar en consideración
dos factores: la situación hemodinámica del paciente (estable o inestable) y la naturaleza de la
arritmia. Los fármacos antiarrítmicos son de comienzo más lento y menos fiables que la cardio-
versión eléctrica para convertir una taquicardia a ritmo sinusal. Así pues, los fármacos tienden a
reservarse para los pacientes estables sin signos adversos, y la cardioversión eléctrica es general-
mente el tratamiento preferido para el paciente inestable.
Los siguientes factores adversos indican inestabilidad en el paciente como consecuencia de la
arritmia:
1. Shock: se percibe como palidez, sudoración, extremidades frías y húmedas (aumento de la
actividad simpática) y alteración de consciencia (flujo sanguíneo cerebral reducido).
2. Hipotensión: tensión arterial sistólica < 90 mmHg o disminución de la misma ≥ 30 mmHg res-
pecto a la basal.
3. Síncope: pérdida de consciencia, que ocurre como consecuencia de la reducción del flujo san-
guíneo cerebral.
4. Insuficiencia cardíaca: en situaciones agudas se manifiesta por edema pulmonar (insuficiencia
ventricular izquierda) y/o elevación de la presión venosa yugular y hepatomegalia (insuficiencia
ventricular derecha).
5. Isquemia miocárdica: se produce porque el consumo de oxígeno miocárdico excede al aporte.
Puede presentarse con o sin dolor torácico o como un hallazgo aislado en el ECG de 12 deriva-
ciones (isquemia silente). Si existe una enfermedad arterial coronaria o cardiopatía estructural
subyacente, puede causar complicaciones adicionales potencialmente mortales, incluyendo
la parada cardíaca.
4. CUIDADOS POSRESUCITACIÓN
La RCE es el primer paso para alcanzar el objetivo de la recuperación completa de la parada
cardíaca. Con la RCE acontece el síndrome posparada cardíaca, derivado de complejos procesos
URGENCIA VITAL
MANUAL DE URGENCIAS
265
fisiopatológicos y que se produce con la isquemia de todo el organismo durante la PCR y la poste-
rior reperfusión durante las maniobras de RCP. La gravedad de este síndrome es variable depen-
diendo de la duración y de la causa de la parada cardíaca, pudiendo no producirse si es breve.
El síndrome posparada cardíaca comprende:
1. Lesión cerebral posparada cardíaca: derivada del fallo en la microcirculación y el deterioro
de la autorregulación, provoca coma, convulsiones, mioclonías, etc. Explica la mayoría de las
muertes tardías.
2. Disfunción miocárdica posparada cardíaca: provocada por hipocinesia global, ocasiona dis-
minución del gasto cardíaco, hipotensión y arritmias. Explica la mayoría de las muertes en los
primeros 3 días.
3. Respuesta sistémica por isquemia/reperfusión: fruto de la activación de las vías inmunológicas
y de la coagulación, ocasiona el fallo multiorgánico y aumenta el riesgo de infección. Es un
cuadro muy similar a la sepsis, incluyendo depleción de volumen intravascular, vasodilatación,
lesión endotelial y alteraciones de la microcirculación.
4. Patología precipitante: puede tener un origen cardiovascular, pulmonar, neurológico, trom-
bombólico o tóxica.
Para minimizar los efectos del síndrome posparada actuaremos de la siguiente forma:
1. Vía aérea y respiración: tanto la hipoxemia como la hipercapnia aumentan la probabilidad de
una posterior parada cardíaca y pueden contribuir a la lesión cerebral secundaria. Por otro
lado, la hiperoxemia precoz tras la RCE causa estrés oxidativo y lesiona las neuronas posisqué-
micas. Por todo ello se debe ajustar la fracción inspirada de oxígeno (FiO2) para mantener la
saturación de oxígeno arterial en un 94-98 % y considerar la IOT, sedación y ventilación con-
trolada en cualquier paciente con alteración de la función cerebral. Es preciso recordar que la
hipocapnia inducida por la hiperventilación puede producir isquemia cerebral, por lo que es
razonable ajustar la ventilación para conseguir normocapnia y monitorizarla utilizando ETCO2
por capnografía y los valores de gasometría arterial.
2. Circulación y manejo hemodinámico: la disfunción miocárdica posreanimación produce ines-
tabilidad hemodinámica, que se manifiesta como hipotensión, fracción de eyección reducida
y arritmias. El empleo de la ecocardiografía cardíaca puede ayudar en la cuantificación del gra-
do de disfunción miocárdica. A menudo se requiere un soporte inotrópico temporalmente. El
síndrome coronario agudo (SCA) es una causa frecuente de parada cardíaca extrahospitalaria.
La realización de un cateterismo cardíaco de emergencia, incluyendo la intervención coronaria
percutánea (ICP), es factible en los pacientes con RCE tras parada cardíaca.
3. Discapacidad (optimizando la recuperación neurológica): para mantener una perfusión ce-
rebral adecuada se aconseja mantener la presión arterial media cerca del nivel normal del
paciente. De igual forma, son prácticas comunes la sedación y la ventilación mecánica de los
pacientes al menos durante las primeras 24 h tras la RCE. Disminuir el riesgo de aparición o la
gravedad de las convulsiones y mioclonías sería otro de los objetivos, para lo que podemos
emplear valproato sódico, levetiracetam, fenitoína, benzodiazepinas, propofol o un barbitú-
rico. En las primeras 48 h tras la RCE es frecuente un período de hipertermia. Parece razo-
nable tratar la hipertermia con antipiréticos y considerar el enfriamiento activo en pacientes
inconscientes tan pronto como sea posible. Se aconseja por tanto mantener una temperatura
corporal constante de 32-36 °C. Hay una fuerte asociación entre los niveles de glucemia eleva-
dos tras la RCE y el mal pronóstico neurológico. Los niveles de glucemia tras la RCE deberían
mantenerse ≤ 180 mg/dl (10 mmol/l) evitando la hipoglucemia.
CAPÍTULO 29
266 SOPORTE VITAL AVANZADO EN EL ADULTO O REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR AVANZADA
Puntos clave/recuerda
Además de los RECUERDA del capítulo 28, son importantes los siguientes:
▶▶ Tras la desfibrilación de un ritmo desfibrilable (FV o TVSP) no se comprobará el pulso hasta
completar un ciclo completo de 2 minutos. En los ritmos no desfibrilables se administrará 1
mg de adrenalina i.v. en cuanto sea posible.
▶▶ Es recomendable que se haga un registro durante la parada anotando la hora de comienzo,
la medicación que se administra y el número de desfibrilaciones realizadas, pues facilita la
administración de medicación (adrenalina cada 3-5 min; amiodarona 300 mg tras la 3.ª des-
carga, y 150 mg tras la 5.ª desfibrilación).
▶▶ Las causas reversibles de la parada (4H y 4T) deben ser tenidas en cuenta en toda RCP, sobre
todo en los casos de ritmos no desfibrilables.
URGENCIA VITAL
MANUAL DE URGENCIAS
267
ALGORITMO
(EUROPEAN REANIMATION COUNCIL, 2015)
Paciente inconsciente
No responde
No respira o gasping
Sin pulso
Solicitar ayuda
RCP 30:2
Conectar monitor-desfibrilador
Minimizar interrupciones
Evaluar el ritmo
Medidas posparada
• ABCD
Descarga • SO2 del 94-98 % Reiniciar RCP 30:2
Miminizar las • ETCO2 normal Minimizar las
interrupciones • ECG de 12 derivaciones interrupciones
• Tratar la causa
precipitante
• Manejo y control de
2 min temperatura, tensión 2 min
arterial y glucemia
Tratar las causas
potencialmente reversibles
(4 H y 4 T)
• Hipoxia
• Hipovolemia
• Hiper/hipopotasemia
• Hiper/hipotermia
• Neumotórax a tensión
• Taponamiento cardíaco
Durante la RCP • Tóxicos
• Asegurar compresiones de calidad • Tromboembolismo
• Minimizar las interrupciones pulmonar
• Proporcionar oxígeno
• Compresiones y respiraciones continuas tras la IOT
• Vía venosa o intraósea
• Adrenalina cada 3-5 min (tras la tercera descarga en
desfibriladores. Cuando se tenga acceso vascular en no
desfibrilables)
• Amiodarona tras la tercera descarga
CAPÍTULO 30
ATENCIÓN INICIAL AL PACIENTE
CON TRAUMA GRAVE
Carolina Mudarra Reche | Mario Chico Fernández
1. INTRODUCCIÓN
El trauma es la principal causa de muerte global y principalmente en la población joven, ocasio-
nando un incremento de morbilidad y discapacidad de los supervivientes.
El pronóstico de los pacientes depende de la gravedad del trauma, la energía transferida, la reser-
va fisiológica y la calidad y precocidad de los cuidados administrados. Estos dos últimos factores
son modificables y son en los que debemos incidir. Por ello, la organización de la atención del
paciente con trauma grave debe ser sistematizada, precoz y transversal.
La valoración inicial es crucial para estimar la gravedad de las lesiones, permitiendo derivar a los
pacientes a centros de trauma para recibir una atención especializada y experimentada. Dicha
valoración se realiza por los Servicios de Emergencia extrahospitalarios, realizando un preaviso
al centro receptor indicando: edad, sexo, mecanismo lesional, número de pacientes, situación
clínica y sospecha de lesiones.
A nivel hospitalario, se debe continuar con una atención sistematizada, con un equipo previamen-
te definido con roles preestablecidos y con la preparación de los posibles recursos necesarios.
será necesaria una valoración únicamente por especialistas (trauma leve), una valoración con
activación parcial del equipo de trauma (potencialmente grave) y una respuesta de alto nivel que
incluya a todo el personal especializado y disponible para la atención al paciente.
La atención inicial en un paciente con trauma grave requiere una reanimación horizontal con ro-
les preestablecidos, con necesidad de equipo altamente cualificado, con entrenamiento en so-
porte vital al trauma, con disponibilidad durante 24 h y con una organización estricta encabezada
por el líder.
lesiones (revisión de la espalda en este momento). Se debe emplear todo aquel aparataje que ne-
cesite según las lesiones que presente, pero sin olvidar en ningún caso collarín cervical, cinturón
pélvico y cuchara de traslado. Se consideraría ideal un intercambio del material con el servicio
prehospitalario que minimizara la movilización del paciente.
3.3.2. B: ventilación
Se deben evaluar los signos que indiquen alteraciones en la ventilación, como taquipnea o bra-
dipnea extremas, alteración en el murmullo vesicular en la auscultación pulmonar, movimiento
torácico paradójico, disociación toracoabdominal, tiraje, enfisema subcutáneo, desviación tra-
queal, desaturación, cianosis o distensión de las venas del cuello. Se debe administrar oxigenote-
rapia a todos los pacientes.
En esta etapa, se deben identificar las patologías de compromiso vital: hemotórax masivo o
neumotórax a tensión o tórax inestable con compromiso respiratorio. En estos casos puede
ser necesaria la colocación de un drenaje endotorácico en los 4.º o 5.º espacios intercostales,
en la línea media axilar y de un calibre grueso (28 o 32 F) para evitar su obstrucción. Asimis-
mo, en caso de un defecto de la pared torácica con penetración en la cavidad, sería necesario
cubrirlo mediante un esparadrapo que se fijará por 3 lados dejando uno libre con el objeto de
actuar como válvula unidireccional.
3.3.4. D: neurológico
El objetivo es evaluar la situación neurológica centrándose en varios aspectos: estimación del
nivel de consciencia mediante la escala de coma de Glasgow (GCS), determinación de la presencia
de focalidad y valoración pupilar (tamaño, asimetría y reactividad).
3.3.5. E: exposición
El objetivo es determinar la presencia de lesiones asociadas empleando el mínimo tiempo posi-
ble. Por ello, se debe evitar la hipotermia retirando las prendas húmedas y tapando al paciente
para preservar su dignidad.
▶▶ Sondaje vesical: permite valorar el ritmo de diuresis, así como la posible presencia de colora-
ción hematúrica, que puede indicar afectación abdominopélvica. No hay que colocarlo en caso
de sospecha de lesión uretral (sangre en el meato o equimosis perineal).
▶▶ Sedación y analgesia: los fármacos y dosis deben ser ajustados a la situación clínica del pa-
ciente, ya que pueden poner de manifiesto hipovolemia e inestabilidad hemodinámica como
consecuencia del descenso de catecolaminas circulantes. Los fármacos más indicados son los
opioides, aunque se plantea el uso de ketamina junto con dosis bajas de benzodiazepinas ad-
ministradas previamente en caso de intervenciones cortas y dolorosas, como la reducción de
fracturas o luxaciones o la colocación de drenajes endotorácicos. En caso de procedimientos
invasivos se debe contemplar el uso de anestésicos locales.
▶▶ Antibioterapia y profilaxis antitetánica: evaluar la necesidad de antibioterapia profiláctica en
presencia de fracturas abiertas o como inicio de la pauta de tratamiento y la administración de
profilaxis antitetánica.
3.4.1. Anamnesis
Debe centrarse en las siglas SAMPLE. S: síntomas o dolor asociado, A: alergias, M: utilización de
medicación habitual, P: patologías, L: hora de la última ingesta y E: eventos relacionados con el
mecanismo traumático.
4. FORMACIÓN EN TRAUMA
En el momento actual, existe una amplia formación dentro de la enfermedad traumática encua-
drada en diferentes ámbitos: civil, tanto prehospitalario (International Trauma Life Support [ITLS]
o Pre-hospital Trauma Life Support [PHTLS]) como hospitalario (ATLS), o militar (Tactical Combat
Casuality Car [TCC]). En ambos se lleva a cabo la misma sistemática, aunque orientada dentro de
la disposición de recursos y su utilidad en el manejo de uno o varios pacientes.
Puntos clave/recuerda
▶▶ La valoración primaria debe ser sistemática siguiendo el ABCDE. Posteriormente se realizará
la valoración secundaria de cabeza a pies.
▶▶ No se pasará de letra (ABCDE) hasta que se resuelva la anterior.
▶▶ La reevaluación debe ser constante.
▶▶ Se deben evitar las lesiones distractoras.
CAPÍTULO 30
276 ATENCIÓN INICIAL AL PACIENTE CON TRAUMA GRAVE
ALGORITMO
Atención inicial al trauma
Preaviso
Prueba de imagen
Parcial Total (radiografías de tórax
y pelvis)
Trauma Traslado a un
potencialmente centro útil Valoración secundaria
grave
Estable Inestable
Establecimiento
de un plan Reanimación y EFAST
definitivo control de daños
y destino
- +
Repetir o Quirófano
valorar otras
causas
CAPÍTULO 31
COMA
Ana Igarzábal Jorqui | Rodrigo Pacheco Puig
1. DEFINICIÓN
El coma se define como la ausencia de conocimiento de sí mismo y del ambiente a pesar de que
el sujeto sea estimulado externamente. Puede afectar al estado de alerta o al contenido mental
(cognitivo, tipo demencia, o afectivo). Es la primera, la capacidad de despertar, la que se consi-
dera una emergencia médica amenazante para la vida y requiere intervención inmediata para
preservar la función cerebral. El mantenimiento de la consciencia requiere la interacción continua
de los hemisferios cerebrales íntegros con el sistema reticular ascendente (hipotálamo, tálamo,
mesencéfalo y protuberancia rostral). Es necesaria la lesión directa del sistema reticular ascen-
dente o la lesión bilateral hemisférica (o una lesión unilateral hemisférica que produzca efecto
masa sobre el contralateral) para perder la consciencia.
La capacidad de “no despertar” es un continuo de la somnolencia (tendencia al sueño con res-
puestas adecuadas a órdenes verbales complejas) a la obnubilación (ausencia de respuesta a
órdenes verbales complejas pero no a simples), pasando por el estupor (ausencia de respuesta a
estímulos verbales pero sí respuesta al dolor), hasta el coma profundo (ausencia de respuesta a
órdenes verbales y estímulos dolorosos).
El coma supone el 5 % de las atenciones en Urgencias.
2. ETIOLOGÍA
Es muy variable, aunque en el Servicio de Urgencias la más frecuente es de origen tóxico-meta-
bólico (70 %), que produce habitualmente una pérdida de consciencia de instauración progre-
siva, sin signos de focalidad neurológica puesto que es una afectación difusa de los hemisferios
cerebrales, y que puede acompañarse de movimientos involuntarios tipo mioclonías, temblor
o asterixis. Las lesiones supratentoriales (20 %) producen también habitualmente un coma de
instauración progresiva por herniación cerebral y, según la causa, pueden acompañarse ini-
cialmente de síntomas “localizadores” de la lesión o de irritación meníngea. Las lesiones infra-
tentoriales (10 %) producen un coma brusco, con afectación pupilar, oculomotora, motora y
respiratoria (tabla 1).
3. VALORACIÓN
Una vez estabilizado el paciente se procederá a la realización de la historia clínica, habitual-
mente a través de los acompañantes, los intervalos lúcidos del paciente y el personal que
ha trasladado al paciente. El antecedente inmediato habitualmente tiene la clave en el diag-
nóstico y por lo tanto interrogaremos de forma dirigida acerca de si ha habido traumatismo
craneoencefálico (TCE) previo; tiene antecedentes de consumo de drogas o fármacos (espe-
cialmente psicotropos, anticoagulantes y antidiabéticos), factores de riesgo cardiovascular,
epilepsia, trastornos psiquiátricos o neurológicos previos, insuficiencia cardíaca, hepática o
CAPÍTULO 31
278 COMA
TRASTORNOS DIFUSOS
Intoxicaciones por etanol, metanol, etilenglicol, drogas de abuso, opiáceos, sedantes, monóxido de
carbono, metales pesados, setas, cianuro, salicilatos, litio, anticolinérgicos, IMAO
Hipoxia/hipercapnia, hipo/hiperglucemia, hipo/hipernatremia, hipo/hipercalcemia, hipo/hipertermia,
acidosis
Encefalopatía hipertensiva, encefalopatía de Wernicke, síndrome de Reye, porfiria
Hipotiroidismo y tirotoxicosis, insuficiencia hepática, suprarrenal y renal
Estatus epiléptico o estado poscrítico
Catatonia, contusión craneal
Encefalomielitis infecciosa (bacteriana, viral, malaria, fiebre tifoidea, sífilis)
De origen sistémico: sepsis, hipotensión arterial, infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca, arritmia
LESIONES ESTRUCTURALES SUPRATENTORIALES
Ictus isquémico o hemorrágico
Trombosis de los senos venosos, embolia grasa
Hematomas epidurales/subdurales
Tumores intracraneales
Abscesos, empiema subdural
Otros: hidrocefalia, apoplejía hipofisaria
LESIONES ESTRUCTURALES INFRATENTORIALES
Ictus vertebrobasilar-oclusión del tronco de la basilar
Hematoma cerebeloso o protuberancial
Tumores de la fosa posterior
Hematomas epidurales o subdurales de la fosa posterior
Mielinólisis central pontina
Enfermedades desmielinizantes
IMAO: inhibidores de la monoaminooxidasa.
renal o diabetes; la instauración del coma ha sido brusca (orienta más hacia etiología ictal,
hemorragia subaracnoidea [HSA] o TCE) o progresiva (más probable la etiología tóxico-me-
tabólica); síntomas iniciales acompañantes, como fiebre (meningitis, encefalitis, golpe de
calor), cefalea brusca (HSA), debilidad focal (ictus hemisférico) con vómitos (hemorragia in-
tracraneal), vértigo (ictus vertebrobasilar), dolor torácico (infarto agudo de miocardio [IAM],
disección aórtica), disnea (hipoxia/hipercapnia) o convulsiones (estatus epiléptico); lugar y
circunstancias en los que se encontró al paciente (envases de fármaco vacíos, jeringuillas,
restos de drogas).
Posteriormente procederemos a la exploración física.
URGENCIA VITAL
MANUAL DE URGENCIAS
279
Mientras que la hipertermia generalmente se debe a infección (también golpe de calor, intoxica-
ción por anticolinérgicos o drogas, tirotoxicosis o síndrome neuroléptico maligno o serotoninér-
gico), la hipotermia orienta hacia exposición al frío, intoxicación por etanol, barbitúricos o sedan-
tes, coma hipotiroideo o por insuficiencia suprarrenal, encefalopatía de Wernicke, hipoglucemia
o shock hipovolémico. La hipertensión arterial sugiere hipertensión intracraneal (sobre todo aso-
ciada a bradicardia) o encefalopatía hipertensiva, así como ictus isquémico o hemorrágico o so-
bredosis de drogas de abuso tipo cocaína o anfetaminas; la hipotensión arterial suele indicar que
la causa del coma es la encefalopatía hipóxico-isquémica secundaria a shock o insuficiencia su-
prarrenal o intoxicación por alcohol o fármacos. La taquicardia aparece en sepsis e hipovolemia,
intoxicaciones por drogas, mientras que la bradicardia en intoxicaciones por opiáceos, hipotiroi-
dismo, bloqueos cardíacos e hipertensión endocraneal o shock neurogénico. Hay que observar
la piel: ictérica en la insuficiencia hepática, púrpura en la sepsis meningocócica, con signos de
venopunción en la intoxicación por opiáceos, con restos de pastillas en la cavidad oral, con mor-
dedura de lengua en la crisis comicial, con heridas en el cuero cabelludo o hematoma en “ojos de
mapache” o en la mastoides como signos de TCE, el color rojo cereza en labios y mucosas puede
indicar intoxicación por monóxido de carbono. El meningismo es un dato que indica meningitis,
HSA o carcinomatosis meníngea.
Posteriormente realizaremos la exploración toracoabdominal buscando causas extracraneales
de coma:
▶▶ Exploración neurológica: valorar grado de afectación, localización de la lesión y evolución, repi-
tiendo la exploración a intervalos regulares.
▶▶ Nivel de consciencia: la escala más utilizada sigue siendo la escala de coma de Glasgow (GCS)
(tabla 2).
▶▶ Patrón respiratorio (valor diagnóstico limitado):
• Cheyne-Stokes: hiperventilación seguida de hipoventilación, típica de lesiones hemisféricas bi-
laterales, o diencefálica, insuficiencia cardíaca (IC) y acidosis metabólica.
• Hiperventilación central (de Kussmaul): respiraciones rápidas y mantenidas, en hipertensión in-
tracraneal o lesión mesencefálica, hipertermia, hipoxia o acidosis metabólica.
• Apnéustica (en racimo): apnea de hasta 30 s con inspiración profunda posterior que se detiene
10-15 s o lesión protuberancial.
• Atáxica (de Biot): caótica, irregular en frecuencia y amplitud, aunque con tendencia a la hipoven-
tilación, indica lesión bulbar y suele haber parada respiratoria inminente.
▶▶ Pupilas: las normales son isocóricas, medias y reactivas e indican normalidad mesencefálica
y del tercer par. Hay que excluir, en primer lugar, que no estén alteradas por una intoxicación
(reactivas). Son puntiformas arreactivas en la lesión protuberancial, mióticas en la intoxicación
por opiáceos y por insecticidas organofosforados, medias por benzodiazepinas, cannabis,
barbitúricos y lesiones mesencefálicas y midriáticas por sustancias con actividad anticolinér-
gica, siendo además arreactivas durante una parada cardiorrespiratoria (pueden recuperarse
posteriormente si no hay lesión cerebral). La anisocoria pupilar que no es secundaria a lesión
intraocular (actual o previa, como una cirugía) supone siempre una lesión orgánica; así, la mi-
driasis unilateral (por lesión del III par craneal) es un valioso signo de herniación uncal. El reflejo
fotomotor es un signo valioso para diferenciar la lesión hemisférica de la troncoencefálica y el
directo consiste en la contracción de la pupila ipsilateral a la aplicación de la luz: el contralateral
se debe contraer también en el consensuado. La vía aferente es el II par y la eferente el mesen-
céfalo y el III par, indemnes si los reflejos son normales.
▶▶ Movimientos oculares: posición de los ojos en reposo: si el paciente no tiene lesión estructural,
tiende a permanecer con los ojos cerrados y con contracción tónica de los ojos. Al abrir los
CAPÍTULO 31
280 COMA
párpados, los ojos están en posición media y conjugada y caen los párpados de forma tónica y
gradual en las intoxicaciones pero no en los simuladores, con habitual resistencia a la apertura
ocular y contracción tónica activa brusca al abrirlos. En las lesiones hemisféricas, los ojos están
conjugados y “miran al lado de la lesión” (por hemianopsia homónima asociada), contrario al
de la hemiparesia; en las lesiones protuberanciales los ojos se desvían al lado de la hemipare-
sia, mientras que en las convulsiones lo hacen al lado contrario de la lesión hemisférica y hay
nistagmo. La desconjugación horizontal o vertical (skew) indica lesión de tronco. La desvia-
ción conjugada vertical hacia abajo implica lesión mesencefálica (o encefalopatía hepática); la
desviación conjugada vertical hacia arriba tiene poco valor localizador. Los ojos en aducción
constituyen, a menudo, un signo de hipertensión intracraneal (lesión del VI par). Los movimien-
tos oculares espontáneos conjugados en el plano horizontal, roving, indican indemnidad del
troncoencéfalo (signo de relativo buen pronóstico después de la hipoxia cerebral), pero los mo-
vimientos verticales (bobbing infraducción o dipping supraducción) suelen indicar lesión en el
tronco. Los nistagmos horizontales pueden deberse a foco epileptógeno, etanol o toxicidad de
fármacos antiepilépticos, pero nistagmos verticales suelen indicar lesión del tronco. Los movi-
mientos oculares provocados por el explorador si no hay movimientos oculares son los reflejos
oculocefálicos. Respecto a la rotación brusca de la cabeza en ambos sentidos, la respuesta si el
troncoencéfalo está indemne es la desviación conjugada de la mirada en sentido contrario a la
rotación de la cabeza (“ojos de muñeca”). Esta maniobra está contraindicada si existe sospecha
de lesión cervical. Entonces podemos explorar la indemnidad del tronco mediante los reflejos
oculovestibulares instilando 50 ml de agua fría en el oído (tras descartar perforación del tímpa-
no mediante otoscopia) con el tronco elevado 30º respecto al horizontal. La respuesta normal,
URGENCIA VITAL
MANUAL DE URGENCIAS
281
que indica indemnidad del tronco, es la desviación conjugada de la mirada hacia el lado irriga-
do y posteriormente nistagmo rápido corrector alejándose del lado irrigado; la desconjugación
de la mirada indica afectación mesoprotuberancial; en el coma psicógeno aparece el nistagmo
corrector con el componente rápido en el lado no irrigado. Hay que tener en cuenta que en las
intoxicaciones profundas pueden no aparecer los reflejos.
▶▶ Reflejos corneal y faríngeo: consisten en la oclusión palpebral al estimular la córnea con una
torunda o un hilo de algodón; si esto se produce, indica indemnidad de toda la vía (aferente
a través del V par, conexiones pontinas, y eferente a través del VII par). El faríngeo o nauseoso
indica indemnidad de los pares craneales IX y X.
▶▶ Respuesta motora: primero hay que observar la motilidad espontánea: la rigidez generalizada
sugiere síndrome neuroléptico maligno; la asimetría en la exploración, lesión hemisférica; la dis-
minución de tono y de reflejos suele aparecer a medida que se hace más profundo el coma, con
aparición de Babinsky bilateral (si es unilateral hay que sospechar lesión de la vía piramidal). Si
no hay respuesta al estímulo verbal o táctil, observaremos la respuesta al estímulo nociceptico
(compresión ungueal, esternal, unión temporomandibular): la respuesta favorable es intentar
localizar el estímulo nociceptivo; si la respuesta es de decorticación (flexión de los miembros
superiores y extensión de los inferiores), indica lesión hemisférica bilateral; si la respuesta es en
descerebración (miembros superiores en extensión y rotación interna con miembros inferiores
en hiperextensión), indica lesión mesencefálica-protuberancial. Estas respuestas tienen menos
valor inmediatamente después de una crisis comicial o una parada cardiorrespiratoria, por lo
que hay que repetir la exploración a intervalos prudenciales.
4. DIAGNÓSTICO
Además de la exploración, el paciente comatoso precisa una serie de exámenes complementarios:
▶▶ Analítica con glucemia, iones, incluido calcio, funciones hepática y renal, creatinfosfocinasa
(CPK), hormonas tiroideas y cortisol, gasometría arterial o venosa (si la saturación de oxígeno
[SatO2] > 95 %), amonio (encefalopatía hepática, pero también en errores innatos del metabo-
lismo, infección por bacterias productoras de ureasa o cirugía reciente, como trasplante pul-
monar, cirugía bariátrica o ureterosigmoidostomía), hemograma, coagulación, tóxicos y niveles
de fármacos, además de otras determinaciones (cultivos, niveles de lactato, monóxido de car-
bono, extensión de sangre periférica si hay sospecha de púrpura trombótica trombocitopénica
por lactato deshidrogenasa [LDH] elevada o esquistocitos, dímero-D y fibrinógeno si existe sos-
pecha de coagulación intravascular diseminada [CID]), según sospecha clínica.
▶▶ Neuroimagen: habitualmente tomografía computarizada (TC) por la disponibilidad y la dura-
ción de la prueba: en todos los casos de etiología del coma no aclarada, cuando existe TCE
previo o si la sospecha clínica es de una lesión focal. La RM se suele reservar para un segundo
tiempo en el que todavía no se ha aclarado el origen del coma; permite ver lesiones que pueden
pasar desapercibidas en la TC, como de la fosa posterior y del troncoencéfalo, encefalitis vírica,
encefalomielitis aguda diseminada, trombosis de senos venosos, leucoencefalopatía posterior
reversible, precozmente isquemia aguda, vasculitis, etc.
▶▶ Punción lumbar: en un paciente en coma, siempre después de la TC y ante sospecha de infec-
ción del sistema nervioso central (SNC) o alta sospecha de HSA con una TC normal (si es trau-
mática, centrifugar los tubos e ir viendo si disminuye el número de hematíes) o coma de origen
incierto a pesar del resto de las pruebas, si la presión de apertura es alta, > 20 cmH2O, o existe
sospecha de hipertensión intracraneal o trombosis cerebral. Es importante recordar que el tra-
tamiento ante la sospecha de meningitis no debe demorarse por la realización de la punción
lumbar (hemocultivo e inicio de antibiótico).
CAPÍTULO 31
282 COMA
5. TRATAMIENTO
El coma es una situación de emergencia vital que precisa atención inmediata para evitar la apari-
ción de lesiones cerebrales irreversibles:
▶▶ Medidas inmediatas: asegurar vía aérea y estabilidad respiratoria y hemodinámica. Los pa-
cientes con un GCS < 8 habitualmente precisan intubación endotraqueal; también aquellos
en los que no se consigue una SatO2 > 90 % con oxígeno suplementario, vómito reciente o
reflejos tusígeno y faríngeo pobres. A veces se puede evitar en aquellos pacientes con gran-
des infartos hemisféricos, con crisis comiciales por deprivación enólica o con algunos tóxicos
tipo benzodiazepinas. La hipotensión (tensión arterial media [TAM] < 70 mmHg) debe tratarse
con volumen y/o fármacos vasoactivos y la hipertensión (TAM > 130 mmHg) con bolos de
labetalol. Se debe hacer glucemia, pero si no está disponible inmediatamente, se debe tratar
empíricamente con 20 g de glucosa, previa administración de 100 mg de tiamina si el paciente
tiene hábito enólico, ha sufrido vómitos de repetición o está malnutrido. Si la sospecha es
intoxicación por opiáceos, se administrará naloxona (0,4 mg = 1 ampolla) cada 2 min hasta
un máximo de 5 ampollas; si existe respuesta puede ser que por su vida media corta, menor
que la del tóxico, se precise perfusión de mantenimiento (naloxona 2 mg en 500 ml de suero
glucosado a 80-100 ml/h). Si se sospecha intoxicación por benzodiazepinas se administrará
flumazenilo 0,5 mg cada minuto hasta un total de 2 mg. Si existe respuesta puede necesitarse
perfusión de mantenimiento (2,5 mg de flumazenilo en 500 ml de suero glucosado a 40-80
ml/h). Si el coma es de origen desconocido, estos antídotos podrían probarse empíricamen-
te, aunque es una cuestión más debatida. La hipertermia empeora el daño cerebral, por lo
que hay que hacer mucho esfuerzo en intentar controlarla con antipiréticos y medidas físicas.
La hipotermia puede ser neuroprotectora, así que solo se corregirá si la temperatura es < 33
ºC. Si la sospecha clínica es infecciosa, no debe demorarse el inicio de la toma de ceftriaxona,
así como tampoco de aciclovir si la sospecha es de encefalitis vírica. Si existen crisis comi-
ciales, se iniciará tratamiento anticomicial. En el caso de sospechar estatus no convulsivo y
no disponer de EEG, se pueden iniciar empíricamente benzodiazepinas intravenosas y ver la
respuesta clínica. Si existe hipertensión intracraneal no deben utilizarse sueros hipotónicos;
hay que restringir el uso excesivo de sueros (1.000-1.500 ml/día), tratar la hipercapnia, contro-
lar la hiperglucemia, elevar el cabecero 30-45º e iniciar sin demora las medidas antiedema:
manitol al 20 % 1-2 g/kg (250 ml en 20 min/4-6 h) con estricto seguimiento de la respuesta
diurética e iónico y, si se precisa, dexametasona 16 mg i.v. iniciales seguidos de 4 mg i.v./6 h,
útil en el edema vasogénico secundario a tumores o TCE, no en el accidente cerebrovascular
agudo (ACVA).
7. PRONÓSTICO
Es muy variable según la etiología, siendo las causas más graves el ACVA (mortalidad del 60-95 %,
mayor en el hemorrágico) y el postanóxico tras proteína C reactiva (PCR) (mortalidad del 54-89 %)
frente a la epilepsia (0-10 % mortalidad) y el envenenamiento, con las menores mortalidad y se-
cuelas neurológicas (0-7 %). La mortalidad general es del 27 % al alta hospitalaria pero asciende
hasta el 39 % 1 año después. La mortalidad es mayor a menor puntuación en la GCS.
Puntos clave/recuerda
▶▶ El coma es una situación de emergencia vital que precisa atención inmediata para evitar la
aparición de lesiones cerebrales irreversibles.
CAPÍTULO 31
284 COMA
ALGORITMO
Coma
Ausencia de respuesta
1. DEFINICIÓN
Es una situación fisiológica caracterizada por una reducción significativa de la perfusión tisular
(por alteración del gasto cardíaco [GC], resistencias vasculares sistémicas [RVS] o ambos) que
condiciona una disminución en el aporte de oxígeno a los tejidos. Esta deprivación de oxígeno
tisular es inicialmente reversible, pero si se prolonga puede establecerse un estado de hipoxia
celular que conduzca a fallo multiorgánico y muerte.
Por ello son de vital importancia el diagnóstico precoz de la causa del shock y la simultánea res-
tauración de la perfusión y oxigenación tisular para detener este proceso y mejorar el pronóstico.
2. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
Se distinguen 4 tipos de shock, cada uno con su patrón hemodinámico predominante (tabla 1).
GC: gasto cardíaco; PVC: presión venosa central; RVS: resistencias vasculares sistémicas; SvO2: saturación venosa mixta
de oxígeno.
▶▶ Livideces, frialdad y sudoración cutánea (salvo en la fase inicial del distributivo o en las fases
terminales con fracaso de los mecanismos compensatorios).
▶▶ Oliguria (diuresis < 0,5 ml/kg/h).
▶▶ Alteración del nivel de consciencia (agitación, confusión, coma).
▶▶ Acidosis metabólica por hiperproducción de lactato debido a metabolismo anaerobio. Aumen-
ta a medida que progresa el shock, produciendo disminución de aclaramiento de lactato por
hígado, riñones y músculo esquelético.
La historia clínica debe encaminarse a confirmar o descartar la presencia de alguna o varias
de las entidades siguientes: cardiopatía isquémica o valvular o patología aórtica aguda, sep-
sis, tromboembolismo pulmonar (TEP), ingesta de fármacos, anafilaxia, hemorragia o deshi-
dratación.
La exploración física debe valorar tensión arterial (TA), pulso (simetría), relleno capilar, frecuencia
cardíaca (FC) y frecuencia respiratoria (FR), curva térmica (fiebre, hipotermia, escalofríos), ingur-
gitación yugular, pulso paradójico, auscultación cardíaca (soplos, ritmo de galope) y pulmonar
(crepitantes, consolidación, afonesis unilateral), extremidades (edemas), abdomen (peritonismo/
peristaltismo), piel (frialdad, humedad, etc.) y sistema genitourinario (úlceras, lesiones).
Las pruebas complementarias deben incluir: hemograma (incluyendo pruebas cruzadas para
eventuales transfusiones y/o intervenciones quirúrgicas urgentes), bioquímica completa con
perfil hepático, renal y cardíaco, ácido láctico y amilasa, si procede, coagulación (con productos
de degradación del fibrinógeno y dímero-D), orina con iones, gasometría arterial, hemocultivos
y urocultivo, electrocardiograma (ECG) y radiografía de tórax. Específicamente, y según el tipo
de shock que se sospeche, se debe completar el estudio con estudios microbiológicos (toma de
muestras sospechosas, incluida la punción lumbar), técnicas de imagen (eco, tomografía compu-
tarizada [TC]) y/o estudios toxicológicos.
4. MANEJO Y TRATAMIENTO
4.1. MEDIDAS GENERALES
Siempre se debe valorar el ingreso en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) sobre todo si no
hay respuesta hemodinámica a la reanimación con volumen o hay indicación de vasopresores o
de aislamiento de la vía aérea.
El abordaje inicial va encaminado a restablecer la perfusión tisular mediante optimización hemo-
dinámica y tratamiento de la causa del shock. Hay que tener presente que las actitudes diagnós-
ticas y terapéuticas deben ser paralelas, dada la gravedad de la situación, descartando en primer
lugar las condiciones que amenazan la vida de forma inminente (patología aórtica aguda, tapona-
miento cardíaco, neumotórax, arritmias). Se debe monitorizar estrechamente la hemodinámica:
TA, FC (ECG), diuresis (sondaje vesical) y pulsioximetría.
Se debe canalizar un acceso vascular con una o más vías periféricas de grueso calibre (catéter
venoso central de acceso central o periférico en caso de utilización de fármacos vasoactivos o
mediciones de presión venosa central [PVC]). La monitorización de la presión intraarterial está
indicada en casos de hipotensión grave (TAS < 80 mmHg) y durante la administración de fármacos
vasoactivos o inotropos.
Committee on Trauma. Advanced trauma life support student manual. Chicago: American College of Surgeons; 1989. p. 57.
TAS: tensión arterial sistólica
La mortalidad del shock hemorrágico está relacionada directamente con la magnitud y la dura-
ción de la agresión isquémica; por tanto, el control del foco de sangrado y la reposición del déficit
de volumen es fundamental. El lactato sérico y el exceso de bases son muy útiles para evaluar la
extensión del sangrado y su normalización precoz se asocia con mayor supervivencia.
Para la reanimación del shock hemorrágico debemos guiarnos por objetivos de reanimación que
son diferentes dependiendo de si el sangrado está controlado o no y de las lesiones asociadas en
caso de trauma:
1. Se recomienda como objetivo una TAS de 80-90 mmHg hasta que la hemorragia grave se haya
detenido en ausencia de lesión cerebral (grado 1C).
2. En caso de traumatismo craneoencefálico (TCE) grave se recomienda una TAS de al menos 110
mmHg y una TAM > 80 mmHg (grado 1C).
3. Se recomienda restricción de líquidos hasta que el sangrado se pueda controlar (reanimación
hipotensiva) (grado 1B).
4. En cuanto al tipo de fluido, se recomienda el uso de soluciones cristaloides isotónicas en el
trauma grave (1A), evitando el uso excesivo de suero salino fisiológico (SSF) al 0,9 % (2C) y de
Ringer lactato en pacientes con TCE grave (1C) y restringiendo el uso de coloides por su efecto
sobre la hemostasia (2C). El empleo de soluciones hipertónicas (cloruro sódico al 3,5 y 7,5 %)
requiere el uso de poco volumen por su elevada capacidad expansora; no ha demostrado be-
neficios concretos en su administración; podría ser útil su administración prehospitalaria en
trauma grave con shock hemorrágico y TCE (2B) y lesiones penetrantes en el tronco (2C).
5. Se sugiere el uso de vasopresores tipo adrenalina o noradrenalina como opción para mantener
la TA si no hay respuesta a fluidos (2C).
6. Se recomienda mantener la hemoglobina (Hb) en 7-9 g/dl (1C); en pacientes con cardiopatía
isquémica o posquirúrgicos cardíacos se deben conseguir cifras de Hb > 9 g/dl.
CAPÍTULO 32
288 SHOCK
7. Se recomienda la administración de plasma fresco congelado (PFC) con relación respecto a los
hematíes de al menos 1:2 (1B) y con objetivo de un tiempo de tromboplastina parcial activado
(TTPa) < 1,5 en el control normal (1C) y también administrar fibrinógeno si el plasmático es <
1,5-2 g/l (1C), con una dosis inicial de 3-4 g y posteriormente según controles (2C), y mantener
las plaquetas por encima de 50.000/mm3 (1C) y por encima de 100.000/mm3 si hay sangrado
activo y TCE (2C).
8. Se deben mantener los niveles de calcio dentro de la normalidad (1C) y administrar ácido tra-
nexámico lo antes posible (primeras 3 h) a todo paciente con trauma grave y sangrado activo
o alto riesgo de hemorragia (1A) con una dosis de carga de 1 g en 10 min seguido de 1 g/8 h.
La administración más allá de las 3 h primeras no se recomienda por aumento de mortalidad
asociado a la hemorragia.
9. En hemorragias masivas se recomienda reversión de anticoagulantes antivitamina K con com-
plejo protrombínico (1C) y vitamina K (1C).
PUNTOS 0 1 2 3 4
Respiración: PaO2/FiO2 > 400 ≤ 400 ≤ 300 ≤ 200 ≤ 100
(mmHg)
Renal: creatinina/diuresis < 1,2 mg/dl 1,2-1,9 mg/dl 2-3,4 mg/dl 3,5-4,9 mg/dl ≥ 5 mg/dl
< 500 cc/día < 200 cc/día
Hepático: bilirrubina < 1,2 1,2-1,9 2-5,9 6-11,9 ≥ 12
Cardiovascular: PAM/ Normotensión PAM < 70 Dopamina ≤ Dopamina > Dopamina >
inotrópicos mmHg 5 μ/k/min o 5 μ/k/min o 15 μ/k/min o
dobutamina noradrenalina noradrenalina
≤ 0,1 μ/k/ > 0,1 μ/k/min
minw
Hematológico: n.º de > 150.000 ≤ 150.000 ≤ 100.000 ≤ 50.000 ≤ 20.000
plaquetas
Neurológico: GCS 15 13-14 10-12 6-9 <6
FiO2: fracción inspirada de oxígeno; GCS: escala de coma de Glasgow; PAM: presión arterial media; PaO2: presión parcial
de oxígeno.
qSOFA PUNTOS
GCS < 13 1
TAS ≤ 100 1
FR > 22 1
FR: frecuencia respiratoria; GCS: escala de coma de Glasgow; qSOFA: Quick Sepsis-related Organ Failure Assessment;
TAS: tensión arterial sistólica.
3. Administrar lo antes posible (durante la primera hora) antibióticos intravenosos de amplio es-
pectro en función del foco/germen sospechados y la flora conocida.
4. El foco debería ser identificado lo antes posible y tratado del modo más eficaz y menos invasi-
vo según la logística del centro. Se deben retirar todos los dispositivos intravasculares sospe-
chosos lo antes posible.
4.2.2.2. Shock anafiláctico
La adrenalina es el fármaco más eficaz y de elección para el tratamiento de la anafilaxia. Es capaz
de prevenir o revertir el broncoespasmo y el colapso cardiovascular y se debe administrar de for-
ma precoz ya que mejora la supervivencia. La vía i.m. es de elección en el tratamiento inicial de la
anafilaxia en cualquier situación puesto que obtiene concentraciones plasmáticas más rápidas y
elevadas que la s.c. y presenta mayor rango de seguridad que la administración i.v. Dosis de adul-
to: (1 mg = 1 ml de adrenalina en solución acuosa 1/1.000) 0,3-0,5 mg; se puede repetir cada 5 o
15 min según la gravedad y tolerancia del paciente. Dosis en lactantes o niños (la misma solución
acuosa): 0,01 mg/kg, con un máximo de 0,5 mg; se puede repetir a los 5-15 min. La vía i.v. debe ser
aplicada por personal médico experimentado, en medio hospitalario y con estrecha monitoriza-
ción cardíaca. Presenta mayor riesgo de efectos adversos (taquiarritmias, isquemia miocárdica)
que la i.m. Está indicada en pacientes que no responden a la inyección i.m. repetida de adrenalina
y reposición de volumen, hipotensión grave refractaria y/o síntomas de shock.
Se recomienda la reposición de volemia con SSF al 0,9 % de forma precoz por el incremento de la
permeabilidad vascular y la gran extravasación de plasma al espacio intersticial: en adultos hipoten-
sos hasta 1-2 l/h y en niños bolos de 20 ml/kg/5-10 min hasta normalizar la TA. Se debe administrar
oxígeno a alto flujo para una saturación de oxígeno (SatO2) mayor del 95 %, así como valorar la indi-
cación de aislamiento de la vía aérea en caso de broncoespasmo grave y/o edema de glotis.
Después de la reanimación inicial está indicada la administración de esteroides, antihistamínicos
(anti-H1 y H2) y agonistas beta en caso de broncoespasmo.
4. Complicación Mecánica aguda (rotura de pared libre, rotura de sexto, insuficiencia mitral [IM]
aguda por rotura de músculo papilar).
5. Embolismo Pulmonar.
Para el diagnóstico etiológico son fundamentales el ECG, que descarta complicaciones eléctricas
o de conducción, y la ecografía transtorácica, indicada de forma urgente para evaluar la función
global y segmentaria del ventrículo izquierdo y para descartar las complicaciones mecánicas. La
coronariografía debe realizarse de forma precoz (primeras 2 h) en todo paciente con síndrome
coronario agudo y candidato a revascularización percutánea o quirúrgica.
Además del tratamiento de la causa desencadenante, debe realizarse un tratamiento de soporte
que incluya oxígeno en pacientes con SatO2 < 90 % o PaO2 < 60 mmHg. La ventilación mecánica no
invasiva (presión positiva continua en las vías respiratorias [CPAP], presión positiva de dos niveles
en la vía aérea [BiPAP]) se debe considerar en el paciente taquipneico (más de 25 rpm) y/o con
SatO2 < 90 % e iniciarse de forma precoz para evitar la intubación orotraqueal.
La base del tratamiento son los inotropos (de elección, la dobutamina), pudiendo asociarse vaso-
presores (de elección la noradrenalina sobre la dopamina) para mejorar la TA y minimizar el efecto
vasodilatador de los inotropos (dobutamina, levosimendán). Aunque el globo de contrapulsación
inatraaórtico no se recomienda de rutina en el shock cardiogénico, puede considerarse en casos
refractarios al tratamiento inotrópico. Cuando la hipoperfusión esté corregida y en presencia de
elevada precarga (congestión), pueden iniciarse diuréticos.
Es importante remarcar que hasta el momento no se ha demostrado un aumento de supervi-
vencia con el tratamiento vasoactivo, siendo en la mayoría de los casos la única alternativa para
estabilizar al paciente. La elección de uno u otro fármaco depende de si el efecto más buscado es
inotrópico o vasopresor y de los efectos adversos. En la tabla 5 se resumen los efectos y las dosis
recomendadas de los agentes vasoactivos e inotropos.
FiO2: fracción inspirada de oxígeno; GCS: escala de coma de Glasgow; PAM: presión arterial media; PaO2: presión parcial
de oxígeno.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Son muy importantes el diagnóstico precoz de la causa del shock y la simultánea restauración
de la perfusión y oxigenación tisular para detener este proceso y mejorar el pronóstico.
CAPÍTULO 32
292 SHOCK
ALGORITMO
Hipotensión arterial*
¿Signos de hipoperfusión
tisular?
- Estado mental alterado
Ausentes - Mala perfusión periférica Presentes
- Oliguria
- Niveles de lactato elevados
o SvO2 baja
¿Hipotensión SHOCK
crónica?
Síncope
(si hay
hipoperfusión GC estimado
transitoria)
Normal o
Bajo
elevado
PVC
Baja Alta
* El shock se define como una hipoperfusión tisular. Aunque la mayoría de las situaciones de
shock se presentan con hipotensión arterial, otras, como el shock cardiogénico (con resistencias
vasculares sistémicas elevadas), pueden presentarse incluso con hipertensión arterial.
GC: gasto cardíaco; PVC: presión venosa central; SvO2: saturación venosa mixta de oxígeno.
CAPÍTULO 33
SEDOANALGESIA PARA PROCEDIMIENTOS EN
URGENCIAS. SECUENCIA RÁPIDA DE INTUBACIÓN
Eva Regidor Sanz | Carlos Ibero Esparza
1. INTRODUCCIÓN
En Urgencias se atienden procesos o realizan procedimientos que causan dolor o ansiedad. Una
adecuada sedoanalgesia ofrece un control seguro y efectivo del dolor y de la ansiedad y evita los
movimientos del paciente durante el procedimiento, con una mayor seguridad y una mejor viven-
cia de la situación, incluso con una amnesia relativa, minimizando las respuestas psicológicas
desfavorables.
Definimos el término sedoanalgesia para procedimientos como la administración de fármacos
analgésicos, sedantes o disociativos que permiten al médico realizar procedimientos de forma
más eficaz y humana, con un control analgésico y de la ansiedad del paciente, manteniendo la
función cardiorrespiratoria y monitorizando al paciente para prevenir y tratar precozmente los
efectos adversos de la medicación. Su adecuado empleo contribuye a humanizar los procedi-
mientos médicos y debe ser considerado un parámetro de calidad asistencial.
El grado de sedación es un continuo y puede evolucionar de un estado a otro con facilidad. Hay
diversas clasificaciones de los grados de sedación. Se incluyen en la tabla 1 por su fácil compresión.
2. INDICACIONES
Se recomienda emplearla para cualquier procedimiento en el que el dolor o la ansiedad del pa-
ciente influyen en una vivencia perjudicial o en la eficacia del mismo, balanceando siempre con el
beneficio-riesgo. En la tabla 2 se exponen procedimientos que frecuentemente se benefician de
una sedoanalgesia.
Se deben considerar las contraindicaciones (tabla 3) antes del procedimiento.
3. CONSIDERACIONES
Se debe realizar balance riesgo/beneficio del procedimiento en todos los pacientes, siendo espe-
cialmente cauto y conservador si existe mayor riesgo de complicaciones, como vía aérea difícil,
dificultad para una posible ventilación, comorbilidades significativas o ancianos. Se debe incluso
valorar realizar el procedimiento bajo anestesia general en el quirófano. Si se realiza en Urgencias,
se recomienda iniciar una dosis más baja y administrar la medicación más lentamente y de forma
más espaciada si se requiere repetir.
Se debe procurar sedar a los pacientes durante el período más breve necesario para realizar el
procedimiento.
CAPÍTULO 33
294 SEDOANALGESIA PARA PROCEDIMIENTOS EN URGENCIAS. SECUENCIA RÁPIDA DE INTUBACIÓN
GRADO CARACTERÍSTICAS
Analgesia Alivio del dolor sin producir intencionalmente sedación
Determinados fármacos pueden causar una alteración de la consciencia (opiáceos)
Sedación El paciente responde normalmente a las órdenes verbales
mínima Las funciones cognitivas y la coordinación están afectadas, pero no hay repercusión
cardiovascular ni de la ventilación
Sedación y El paciente responde intencionalmente a las órdenes verbales solo o cuando está
analgesia acompañado de contacto
moderada Mantiene los reflejos protectores de la vía aérea y una ventilación y función cardiovascular adecuadas
Sedación y El paciente no se despierta con facilidad, pero localiza y se defiende del dolor
analgesia Se debe vigilar y mantener permeable la vía aérea y mantener una correcta ventilación
profunda La función cardiovascular suele estar estable
Anestesia El paciente no puede despertarse
general Precisa ayuda para proteger las vías respiratorias y mantener la ventilación
La función cardiovascular puede verse afectada
Sedación El paciente presenta una analgesia y amnesia profundas, pero conserva los reflejos
disociativa protectores de las vías respiratorias, la respiración y la estabilidad cardiopulmonar
• Falta de experiencia con el manejo de la vía aérea, con los fármacos o con el equipo necesario
• Dificultad para monitorizar al paciente durante el procedimiento
• Ausencia de consentimiento
• Alergia conocida a los fármacos que se utilizarán en la sedación
• Para procedimientos electivos, no cumplimiento del ayuno: 6 h tras la ingesta de sólidos y líquidos
espesos y 2 h tras la toma de líquidos claros (no se incluye este requisito en situaciones de urgencia)
4. PROCEDIMIENTO
Se recomienda la realización de un protocolo de procedimiento y la verificación de su seguimien-
to adaptado para cada Servicio de Urgencias. Es recomendable que estén incluidos algunos de
los aspectos recogidos en la tabla 4.
Antes de realizar la sedación y analgesia del procedimiento, el médico debe realizar un balance
de riesgo-beneficio, valorar las alternativas del procedimiento y explicar y planificar la sedación
5. FÁRMACOS
El fármaco ideal es el que proporciona dichos objetivos con un comienzo de acción rápido y corta
duración, siendo seguro, eficaz, fácil de administrar y reversible. No existe el medicamento ideal
que cumpla todas las características. El médico de Urgencias debe familiarizarse con un número
de fármacos y combinarlos según la situación clínica y el efecto deseado.
Los efectos secundarios más frecuentes para la mayoría de los fármacos empleados son la depre-
sión respiratoria (generalmente dependiente de dosis) y la hipotensión. En caso de sobredosifica-
ción y profundización en la sedación con depresión respiratoria puede ser necesaria la utilización
de naloxona o flumazenilo (si se han empleado opiáceos o benzodiazepinas, respectivamente).
Los antieméticos se pueden utilizan a demanda, aunque hay poca evidencia sobre su uso profi-
láctico. Generalmente se utilizará la vía endovenosa. En determinados escenarios se puede utili-
zar la vía inhalatoria por atomización (fentanilo, midazolam, ketamina). Se resumen las principa-
les características de los fármacos más empleados en la tabla 5.
5.1. PROPOFOL
Es un fármaco sedante y amnésico, sin efecto analgésico. Induce rápidamente una sedación pro-
funda (con efecto a los 40 s y duración de 6 min). Se administra lentamente, inicialmente a 0,5-1
mg/kg i.v., seguido de dosis de 0,5 mg/kg i.v./3-5 min como sea necesario hasta que se consiga el
nivel adecuado de sedación. Se puede utilizar en sedaciones más prolongadas. Se debe utilizar
con mayor cautela en pacientes mayores (reducir la dosis un 30-50 % y administrar en 3-5 min).
Produce hipotensión y depresión respiratoria, con resolución rápida por su corta duración. La
administración de otros sedantes o analgésicos puede agravar los problemas respiratorios (ej.:
opiáceos, por lo que si se emplean se debe reducir la dosis). Se produce dolor durante la inyección
inicial de propofol que se puede reducir (catéter de mayor calibre, vena más proximal antecubi-
tal o pretratamiento con lidocaína/torniquete [0,5 mg/kg], opiáceos o ketamina). Si el dolor del
paciente se trata de forma adecuada antes del procedimiento, puede no ser necesario combinar
propofol con opiáceos. La alternativa al tratamiento previo con opiáceos es la ketamina a dosis
subdisociativas (0,1-0,3 mg/kg) (menos riesgo de depresión respiratoria). Determinados proce-
dimientos no presentan dolor previo (cardioversión eléctrica…), por lo que no se requiere por
norma asociar analgésico al propofol.
URGENCIA VITAL
MANUAL DE URGENCIAS
297
5.2. ETOMIDATO
Es un sedante. Se administra endovenoso durante 30-60 s a dosis de 0,1-0,15 mg/kg (dosis menor
que en la secuencia de intubación). Se puede repetir la dosis cada 3-5 min. Su inicio es inmediato y
dura 5-15 min. Hay que tener especial cuidado en pacientes ancianos o con disfunción renal o hepá-
tica (disminuir la dosis). Su principal ventaja es ser hemodinámicamente neutro (pueden ser preferi-
bles en pacientes con riesgo de cambios en la presión arterial o la frecuencia cardíaca [FC]). No tiene
efecto analgésico y puede ser necesario asociar fentanilo (aumenta el riesgo de depresión respira-
toria), por lo que, al igual que con el propofol, se debe disminuir la dosis del opiáceo (no exceder 0,5
mcg/kg y procurar dosis mínimas). Los efectos secundarios más frecuentes son las mioclonías (de
leves y transitorias a prolongadas –iniciar benzodiazepinas–). Otros pueden ser náuseas y depresión
respiratoria. Puede ser menos eficaz para estos procedimientos que el propofol o la ketamina.
CAPÍTULO 33
298 SEDOANALGESIA PARA PROCEDIMIENTOS EN URGENCIAS. SECUENCIA RÁPIDA DE INTUBACIÓN
5.3. MIDAZOLAM
Produce sedación superficial (ansiólisis) y amnesia. No es analgésico. Se utiliza para sedación su-
perficial, pero para sedación más profunda son preferibles propofol y etomidato. Puede combi-
narse con fentanilo para niveles más profundos de sedación y analgesia. Actúa a los 2-5 min y dura
30-60 min. Generalmente se administran i.v. durante 1-2 min dosis de 0,02-0,03 mg/kg. Se pueden
administrar dosis repetidas cada 2-5 min según sea necesario. El midazolam se acumula en el
tejido adiposo, lo que puede prolongar significativamente la sedación (ancianos, obesos, pacien-
tes con enfermedad renal o hepática tienen un mayor riesgo de sedación prolongada). Tiene su
dificultad titular la dosis para una sedación adecuada porque varía en función de edad, tamaño,
tolerancia, comorbilidades… Para procesos cortos pueden ser preferibles propofol, etomidato o
ketamina.
5.4. FENTANILO
Se utiliza frecuentemente junto con midazolam para proporcionar analgesia durante la sedación
(se están viendo desplazados por propofol). Es más potente y de inicio de acción más rápido que
la morfina (2-3 min). Dura 30-60 min. Se administra i.v. lentamente en dosis de 0,5-1 mcg/kg/2
min hasta que se alcanza un nivel adecuado de sedación y analgesia. La dosis total máxima es
generalmente de 5 mcg/kg (aproximadamente 250 mcg). Como ventajas pocas veces produce
hipotensión o estimula la liberación de histamina. Su principal efecto secundario es la depre-
sión respiratoria (se potencia por la administración conjunta de sedantes). Hay que tener especial
cautela en pacientes ancianos o con insuficiencia renal o hepática. La asociación de midazolam
y fentanilo tiene una mayor necesidad de manejo de la vía aérea que los agentes de acción ultra-
corta (propofol). Para minimizar el riesgo se recomienda utilizar primero el sedante (midazolam) y
posteriormente valorar las necesidades de fentanilo.
5.5. KETAMINA
Es un sedante disociativo. Produce sedación, analgesia y amnesia, preservando el tono muscular
y los reflejos de las vías respiratorias superiores. Tiene un inicio rápido, una acción relativamente
corta y excelentes propiedades sedantes y analgésicas. Puede tener su indicación en procedi-
mientos breves y dolorosos (reducción de fracturas o luxaciones). Se administra endovenosa-
mente (está permitida i.m. o i.n.) y tiene un inicio inmediato, con una duración de 10-20 min. Se
administran 1-2 mg/kg durante 1 o 2 min. Después de 5-10 min pueden repetirse dosis de 0,25-0,5
mg/kg. Las reacciones de desorientación, ensueño o alucinaciones atemorizantes pueden preve-
nirse con dosis mínimas previas de midazolam (0,05 mg/kg). Puede asociar náuseas.
5.7. OTROS
Medicamentos novedosos o de menor uso son:
▶▶ Metoxiflurano: gas medicinal novedoso en España con un buen potencial. No se debe olvidar el em-
pleo del cuarto escalón analgésico (bloqueos, infiltraciones…) para un óptimo control del dolor.
▶▶ Dexmedetomidina: sedante y analgésico de amplio uso en Unidades de Cuidados Intensivos
que permite mantener al paciente consciente, con control sintomático y con un menor uso de
fármacos opiáceos y fármacos para el control del delirio.
URGENCIA VITAL
MANUAL DE URGENCIAS
299
▶▶ Remifentanilo: analgésico opiáceo utilizado para sedación profunda o anestesia que posible-
mente proporcione pocas ventajas de seguridad frente al fentanilo para el ámbito de Urgencias.
1. PREINTUBACIÓN
1.1. PREOXIGENACIÓN (tabla 7)
Es vital realizarla correctamente para poder tolerar la apnea posterior sin desaturación de oxíge-
no significativa. Se induce al paciente a respirar oxígeno al 100 % con oxigenoterapia de alto flujo
durante 3 min para sustituir el nitrógeno de la capacidad residual funcional por oxígeno, lo que
permite mantener a un paciente durante 3-8 min en apnea sin hipoxemia. Se recomienda evitar
en lo posible la ventilación con bolsa y mascarilla entre la administración de fármacos (relajantes)
y la intubación para disminuir el riesgo de insuflación gástrica y aspiración. En apnea o ante SpO2
menor del 90 % es necesario realizar ventilación manual con mascarilla y bolsa autohinchable
CAPÍTULO 33
300 SEDOANALGESIA PARA PROCEDIMIENTOS EN URGENCIAS. SECUENCIA RÁPIDA DE INTUBACIÓN
con flujos altos de oxígeno y con presión cricoidea para impedir la regurgitación. Conviene recor-
dar en la interpretación de la pulsioximetría a nivel digital que tiene un retraso de registro respecto
a la circulación central (aún más significativo en el paciente crítico).
Tabla 7. Preoxigenación
Se debe realizar SIEMPRE excepto en PCR y durante 3 min (más no añade beneficio)
VENTILACIÓN Preoxigenación con bolsa-mascarilla, con flujo ≥ 15 lpm, de forma asistida y
ESPONTÁNEA acompasándose con la respiración del paciente
INADECUADA Procurar realizar insuflaciones suaves y evitar una presión que aumente la
(O HIPOXÉMICO) insuflación gástrica
VENTILACIÓN Preoxigenación con bolsa-mascarilla, con flujo ≥ 15 lpm. Puede permitirse la
ESPONTÁNEA respiración espontánea del paciente sin asistir (ventilar) con la bolsa (para
ADECUADA Y disminuir la aspiración)
COOPERADOR
(O NO HIPOXÉMICO)
VENTILACIÓN Preoxigenación con mascarilla de alto flujo con el mayor flujo posible
ESPONTÁNEA Si el paciente está hipoxémico y agitado y no se consigue que colabore, hay que
ADECUADA PERO considerar la inducción de la secuencia diferida. Se debe administrar sedación
NO COOPERADOR segura (dosis disociativa baja de ketamina) y después preoxigenar. En la SRI hay
que repetir el fármaco empleado (ej.: ketamina)
PCR: parada cardiorrespiratoria.
La ventilación no invasiva puede ser útil en situaciones en las que la preoxigenación no sea lo
suficientemente efectiva al ser necesario promover un reclutamiento alveolar con una presión
espiratoria final positiva (PEEP) (neumonía, síndrome de insuficiencia respiratoria del adulto). La
oxigenoterapia mediante un sistema de cánula nasal de alto flujo (HFNC) es otra alternativa que
ofrece una mejor tolerancia.
En la tabla 8 se facilitan otros aspectos para retrasar la desaturación de oxígeno durante el ma-
nejo de la vía aérea.
POSICIONAMIENTO ÓPTIMO Posición de la cabeza a 20º o ángulo del cabecero de la cama a 30º
OXIGENACIÓN PASIVA Antes y durante la apnea en la SRI, suministrar oxígeno a través de gafas
CONTINUA EN LA APNEA nasales a 15 lpm
VENTILACIÓN MANUAL SI NO Si no se tolera la apnea, se puede realizar ventilación manual lo más
TOLERA LA APNEA mantenidamente posible para reducir los tiempos de apnea
Si no permite intubación, hay que valorar un plan B (intubación despierto,
dispositivo supraglótico…)
TÉCNICAS PARA AUMENTAR Realizar las maniobras de elevación del mentón o tracción mandibular
LA PERMEABILIDAD DE LA VÍA para optimizar la ventilación
AÉREA
URGENCIA VITAL
MANUAL DE URGENCIAS
301
2. INTUBACIÓN
2.1. PREMEDICACIÓN (tabla 11)
Hay que administrar fármacos, si se consideran necesarios y la situación lo permite, idealmente
3 min antes de comenzar con la inducción y relajación con el fin de evitar los efectos secundarios
adversos a la intubación (hipotensión, bradi- o taquicardia, aumento de la presión intracraneal y
resistencia de la vía aérea). El más frecuente es la hipotensión.
FENTANILO 1-3 mcg/kg i.v., LIDOCAÍNA 1,5 mg/kg, ATROPINA 0,02 mg/kg i.v.
Se sugiere su utilización en las siguientes situaciones:
• TCE grave con signos de HTIC: lidocaína y fentanilo
• Disección vascular, cardiopatía isquémica: fentanilo
• Crisis asmática o broncoespasmo: lidocaína (controversia)
• Bradicardia en pacientes en los que se va a utilizar succinilcolina: atropina. Es muy recomendable su
administración (0,01 mg/kg) en niños y adolescentes
HTIC: hipertensión intracraneal; TCE: traumatismo craneoencefálico.
2.2. HIPNOSIS
Incluye la administración rápida del agente hipnótico elegido según la situación hemodinámica
que presenta el paciente. Los sedantes más utilizados son el etomidato, la ketamina, el midazo-
lam y el propofol (tabla 12).
puede ser difícil. Los grados I-II predicen una intubación fácil y los grados II-IV una intuba-
ción difícil. En estos últimos es aconsejable la utilización del fiador en el tubo endotraqueal
y se recomienda realizar la técnica de BURP (Back, Up, Right, Position), que consiste en el
desplazamiento del cartílago tiroides dorsalmente, hacia arriba y a la derecha, con lo que
se consigue mejorar la visualización de la glotis y modificar los grados III-IV a I-II. Debe
realizarla otro facultativo dirigido o ser colocada la mano por el responsable de la larin-
goscopia.
Cabe recordar que hay que valorar aspirar la boca antes de introducir el laringoscopio. Se
debe introducir con calma para obtener una visualización óptima (apartar la lengua, intro-
ducir la pala de forma progresiva y tirar en vez de bascular). Cada intento de intubación
no debe superar los 25 s. Si se fracasa, se debe ventilar con mascarilla y bolsa reservorio
durante 30 min y reintentarlo. En cada nuevo intento se recomienda modificar algo (colo-
cación, fiador…).
No se debe perder de vista la visualización del tubo a través de las cuerdas vocales y fijarlo en esa
localización.
CAPÍTULO 33
304 SEDOANALGESIA PARA PROCEDIMIENTOS EN URGENCIAS. SECUENCIA RÁPIDA DE INTUBACIÓN
SUCCINILCOLINA ROCURONIO
Dosis 1,5 mg/kg 0,9-1,2 mg/kg
Presentación habitual 100 mg/2 ml (o 200 mg/10 ml) 50 mg/5 ml
Tiempo de acción 30-60 s 45-60 s
Duración 5-10 min 45-60 min
Efectos secundarios Bradicardia, hipotensión, hiperpotasemia Leve hipotensión, taquicardia
grave, fasciculaciones, trismus, hipertermia
maligna, rabdomiólisis, aumento de la presión
intracraneal, intragástrica e intraocular
Precauciones Embarazo, hipotiroidismo, malnutrición Insuficiencia hepática
Contraindicaciones Hiperpotasemia grave o babilidad alta: Ninguna
insuficiencia renal grave, gran quemado, Ventaja: seguridad y antídoto
politraumatizado con afectación muscular (sugammadex 16 mg/kg
grave, antecedentes de hipertermia maligna, revierte los efectos en 1-2 min)
esclerosis múltiple, miopatías congénitas
3. POSINTUBACIÓN
3.1. INFLADO DEL GLOBO, NEUMOTAPONAMIENTO Y COMPROBACIÓN DE LA CO-
RRECTA POSICIÓN
Este paso es crucial: una intubación en el esófago no reconocida tiene mayores complicaciones
que no intubar. Se valorará mediante visualización directa de la introducción del tubo a través
de las cuerdas, observando movilización del tórax/abdomen, auscultación en cuatro puntos y
condensación del vapor de agua en el tubo, sobre todo en la actualidad con capnografía (color
o cuantitativa), que es la más fiable. Una vez verificada su correcta ubicación con capnografía, se
debe fijar el tubo. La radiografía de control es útil para valorar la profundidad, no la ubicación, así
como una intubación selectiva o barotrauma.
URGENCIA VITAL
MANUAL DE URGENCIAS
305
Puntos clave/recuerda
▶▶ Se debe realizar un balance riesgo/beneficio de la sedoanalgesia para un procedimiento en
todos los pacientes, siendo especialmente cautos si existe mayor riesgo de complicaciones,
como vía aérea difícil, dificultad para una posible ventilación, comorbilidades significativas o
ancianos. Si se realiza en Urgencias se recomienda iniciar una dosis más baja, administrar la
medicación más lentamente y de forma más espaciada y, si se requiere, repetir.
▶▶ Se recomienda la realización de un protocolo de procedimiento y la verificación de su segui-
miento adaptado para cada Servicio de Urgencias.
▶▶ Se debe planificar la sedación con el paciente y revisar bien el historial, la exploración y el
riesgo anestésico. Se debe monitorizar al paciente. Se requiere tener competencia en soporte
vital y disponibilidad del material, conocer los fármacos y preparar el espacio, así como dispo-
ner del tiempo necesario. Es preferible trabajar en equipo. Se debe controlar la respuesta del
paciente a los fármacos y al procedimiento.
▶▶ La SRI implica la administración consecutiva, tras un período suficiente de preoxigenación,
de un hipnótico y un relajante neuromuscular de acción rápida y breve con el objetivo de
facilitar la intubación orotraqueal en el paciente crítico y minimizar el riesgo de hipoxia y bron-
coaspiración.
▶▶ La preoxigenación se debe realizar siempre que sea posible. Es vital realizarla correctamente
durante 3 min para poder tolerar la apnea posterior sin desaturación de oxígeno significativa.
Se induce al paciente a respirar oxígeno al 100 % con oxigenoterapia de alto flujo.
▶▶ La planificación y preparación es también crucial y debe realizarse simultáneamente a la
preoxigenación. El primer intento es el mejor, por lo cual se deben optimizar al máximo posi-
ble todas las condiciones.
▶▶ Se recomienda planificar un algoritmo de actuación y preparar las condiciones idóneas (ma-
terial necesario para intubación difícil, personal…) para llevarlo a cabo. Conviene tener visua-
lizados la actitud inicial y las siguientes alternativas si los intentos no son exitosos.
▶▶ En el posicionamiento de la cabeza se debe buscar alinear el conducto auditivo externo con
el esternón.
▶▶ Se debe comprobar la colocación correcta del tubo. La capnografía es lo más fiable. Este
paso es crucial: una intubación en el esófago no reconocida tiene mayores complicaciones
que no intubar.
CAPÍTULO 33
306 SEDOANALGESIA PARA PROCEDIMIENTOS EN URGENCIAS. SECUENCIA RÁPIDA DE INTUBACIÓN
ALGORITMO
PREOXIGENAR
PLANIFICAR/PREPARAR
Fentanilo. Lidocaína.
Atropina
Premedicación Ej.: etomidato como
Hipnótico/relajante hipnótico y, si se
dispone de antídoto,
rocuronio como
relajante
Laringoscopia directa
Maniobras de optimización (colocación, BURP)
Dos intentos como máximo. En el segundo,
empleo de la guía Eschmann
Mascarilla laríngea/Airtraq®
Adenosina: vial de 6 mg en 2 ml
Indicaciones: TVSP. Diagnóstico diferencial de taquicardia supraventricular (TSV) y TV.
Contraindicaciones: BAV de 2.º y 3.er grado, enfermedad del seno y enfermedad pulmonar obs-
tructiva crónica (EPOC).
Efectos secundarios: bradicardia y paro sinusal. El paciente puede presentar sensación de opre-
sión precordial acompañada de enrojecimiento facial.
Posología: 6 mg en bolo i.v. rápido seguido de 5-10 ml de suero salino y a continuación, si no es
efectivo, administrar 12 mg. Se puede considerar hasta 3 dosis. Embarazo: categoría C.
2 mg 4 mg 6 mg 8 mg 10 mg 12 mg 14 mg 16 mg 18 mg 20 mg
50 kg 6 12 18 24 30 36 42 48 54 60
60 kg 7,2 14 22 29 36 43,2 50,4 57,6 64,8 72
70 kg 8,4 16,8 25,5 33,6 42 50,4 58,8 67,2 75,6 84
80 kg 9,6 19,2 28,8 38,4 48 57,6 67,2 76,8 86,4 96
90 kg 10,8 21,6 32,4 43,2 54 64,8 75,6 86,4 97,2 108
Tabla 2. Dosificación
2 mg 4 mg 6 mg 8 mg 10 mg 12 mg 14 mg 16 mg 18 mg 20 mg
50 kg 7,5 15 22,5 30 37,5 45 52,5 60 67,5 75
60 kg 9 18 27 36 45 54 63 72 81 90
70 kg 11 21 32 42 52,5 63 73,5 84 94,5 105
80 kg 12 24 36 48 60 72 84 96 108 120
90 kg 14 27 41 54 67,5 81 94,5 108 122 135
5-10 mg/kg/min tienen mayor efecto sobre la contractilidad, el gasto cardíaco y la tensión arterial
(TA), con aumento de la FC. A partir de 10 mg/kg/min tiene efecto a1 con predominio de la vaso-
constricción.
Diluir 200 mg (1 ampolla) en 250 cc de SG al 5 % (0,8 mg/ml = 800 mg/ml).
Contraindicaciones: hipersensibilidad, feocromocitoma y taquiarritmias no corregidas.
Efectos secundarios: taquicardia, angina, HTA, vasoconstricción periférica, náuseas, vómitos y
disnea.
Notas: el efecto aparece en menos de 5 min. Antes de utilizar es recomendable restituir la volemia
y no se debe suspender la perfusión de forma brusca. Hay que evitar la extravasación y la necrosis
hística. Es incompatible con soluciones alcalinas y bicarbonato y no se recomienda administrar
conjuntamente con fenitoína por riesgo de convulsiones e hipotensión. Embarazo: categoría C.
Tabla 3. Dosificación
Dosis 2 mg/min 3 mg/min 4 mg/min 5 mg/min 6 mg/min 7 mg/min 8 mg/min 9 mg/min 10 mg/min
ml/h 30 ml/h 45 ml/h 60 ml/h 75 ml/h 90 ml/h 105 ml/h 120 ml/h 135 ml/h 150 ml/h
Diluir 5 ampollas (1 mg/5 ml) hasta completar 250 ml de SG al 5 % (0,00 4 mg/ml =4 mg/ml).
Contraindicaciones: IAM reciente y arritmias por intoxicación por digital.
Notas: no asociar con adrenalina por riesgo de FV/TV. Los betabloqueantes antagonizan su efecto.
Aumenta el consumo de oxígeno, pudiendo provocar angina. Embarazo: categoría C.
Tabla 4. Dosificación
0,05 mg/kg/ 0,1 mg/kg/ 0,2 mg/kg/ 0,4 mg/kg/ 0,6 mg/kg/ 0,8 mg/kg/ 1 mg/kg/ 2 mg/kg/
min min min min min min min min
50 kg 3,7 ml/h 7,5 ml/h 15 ml/h 30 ml/h 45 ml/h 60 ml/h 75 ml/h 150 ml/h
60 kg 4,5 ml/h 9 ml/h 18 ml/h 36 ml/h 54 ml/h 72 ml/h 90 ml/h 180 ml/h
70 kg 5,2 ml/h 10,5 ml/h 21 ml/h 42 ml/h 63 ml/h 84 ml/h 105 ml/h 210 ml/h
80 kg 6 ml/h 12 ml/h 24 ml/h 48 ml/h 72 ml/h 96 ml/h 120 ml/h 240 ml/h
90 kg 6,7 ml/h 13,5 ml/h 27 ml/h 58 ml/h 81 ml/h 108 ml/h 135 ml/h 270 ml/h
Efectos secundarios: puede generar hipotensión grave, angina, palpitaciones, disnea, opresión
torácica y diaforesis.
Nota: precaución en ancianos o en las insuficiencias hepática y renal (reducir la dosis).
Tabla 5. Dosificación
CAPÍTULO 28
SOPORTE VITAL BÁSICO O REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR BÁSICA EN EL ADULTO
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CAPÍTULO 29
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5. Frank RL. Procedural sedation in adults outside the operating room. Wolfson (ed.). UpToDate
(revisado en mayo de 2018, último acceso en mayo de 2018).
6. Brown C, Sackles J. Rapid sequence intubation for adults outside the operating room. Walls
RM (ed.). UpToDate (revisado en mayo de 2018, ultimo de acceso en mayo de 2018).
7. Roberts, Hedges. Clinical procedures in emergency Medicine and Acute Care. 7.ª ed. Philadel-
phia: Elsevier; 2018
8. Rosen´s. Emergency Medicine. Concepts and Clinical Practice. 9.ª ed. Philadelphia: Elsevier; 2018.
9. Irwin R, Lilly C, Mayo P, Rippe J. Intensive Care Medicine. 8.ª ed. Philadelphia: Wolters-Kluwer, 2018.
10. 10. Higgs A, McGrath BA, Goddard C, et al. Guidelines for the management of tracheal intuba-
tion in critically ill adults. British Journal of Anaesthesia. 2018;120:323-52.
CARDIOLOGÍA
CAPÍTULO 35
SÍNDROME CORONARIO AGUDO
Cristina Beltrán Herrera | Verónica Suberviola Sánchez-Caballero | María Mir Montero
1. INTRODUCCIÓN
La primera causa de muerte en países desarrollados es la enfermedad cardiovascular; la más
prevalente y la que se asocia a mayor morbimortalidad es la enfermedad coronaria.
2. DEFINICIÓN
El síndrome coronario agudo (SCA) se produce en la mayoría de los casos por la rotura de una pla-
ca de ateroma que desencadena trombosis local y disminución del flujo coronario. Existen otras
causas de SCA: aumento de la demanda, como taquiarritmias, estenosis aórtica, miocardiopatía
hipertrófica y dilatada; causas no cardiológicas, como hipertensión arterial (HTA), hipertermia, hi-
pertiroidismo, fístula arteriovenosa, simpaticomiméticos como la cocaína y estados de ansiedad
y de shock hipovolémico o distributivo, anemia e hipoxemia; o disminución del aporte de oxígeno,
como en bradiarritmias, disfunción ventricular grave, estenosis aórtica, obstrucción al tracto de
salida, vasoespasmo, disección, arteritis y embolismo coronario.
3. CLASIFICACIÓN
El SCA se clasifica en 2 tipos según su presentación (figura 1):
SCASEST
Figura 1. Clasificación del síndrome coronario agudo. Modificación del documento de consenso de la
Sociedad Española de Cardiología (proceso asistencial simplificado del síndrome coronario agudo).
BRIHH: bloqueo completo de la rama izquierda; ECG: electrocardiograma; IAM: infarto agudo de miocardio; IAMSEST:
infarto agudo de miocardio sin elevación del ST; SCASEST: síndrome coronario agudo sin elevación del segmento ST.
CAPÍTULO 35
320 SÍNDROME CORONARIO AGUDO
▶▶ Síndrome coronario agudo sin elevación del segmento ST (SCASEST): se puede manifestar
como depresión persistente o transitoria del segmento ST, inversión de las ondas T, ondas
T planas o pseudonormalización de las ondas T o incluso electrocardiograma (ECG) normal.
La elevación de los marcadores de daño miocárdico determinará el diagnóstico de infarto
agudo de miocardio sin elevación del ST (IAMSEST) o angina inestable si no existe elevación
enzimática.
▶▶ Síndrome coronario agudo con elevación del segmento ST (SCACEST): se manifiesta con eleva-
ción persistente del ST (> 20 min), que suele reflejar la oclusión coronaria aguda total. También
se incluyen en este grupo los pacientes con dolor torácico y bloqueo completo de la rama iz-
quierda (BRIHH) de nueva aparición.
4. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
La presentación clínica típica del SCA es la opresión retroesternal con irradiación al brazo izquier-
do, el cuello o la mandíbula, que puede ser intermitente (por lo general, varios minutos) o persis-
tente (en el caso del SCACEST). Suele acompañarse de otros síntomas, como diaforesis, náuseas,
dolor abdominal, disnea y síncope.
Hasta en un 30 % de los casos la presentación es atípica, como dolor epigástrico, indigestión,
dolor torácico punzante, dolor torácico con características pleuríticas o disnea creciente. Los sín-
tomas atípicos se observan más frecuentemente en ancianos (> 75 años), mujeres y pacientes con
diabetes mellitus (DM), insuficiencia renal crónica o deterioro cognitivo.
Los factores que se asocian con una mayor probabilidad de que un dolor torácico sea un SCA son:
edad avanzada, sexo masculino, antecedentes familiares de cardiopatía isquémica, arteriopatía
periférica o enfermedad vascular cerebral, DM, insuficiencia renal y antecedentes de enfermedad
coronaria previa.
5. DIAGNÓSTICO
5.1. ELECTROCARDIOGRAMA
Con dolor torácico debe realizarse tras el primer contacto médico (< 10 min) y hay que repetirlo
siempre que vuelva el dolor.
Si es normal y la clínica es sugestiva de SCA debe realizarse seriación de ECG cada 6 h junto con la
seriación enzimática y monitorizar el ritmo.
5.3. BIOMARCADORES
La determinación seriada de biomarcadores es obligatoria en pacientes con sospecha de SCA,
pero nunca debe retrasar el inicio del tratamiento.
▶▶ Troponinas I o T: comienzan a elevarse en las 3-4 primeras horas del inicio de los síntomas (pue-
den no elevarse hasta las 12 h, por lo que es recomendable seriarlas hasta ese período) y pue-
den mantenerse elevadas hasta 2 semanas después del evento.
▶▶ Troponina ultrasensible (TnUs): más sensible que las anteriores, tiene un alto valor predictivo
negativo, pero da lugar a más falsos positivos. Al igual que las anteriores, puede estar elevada
por muchas otras causas (tabla 1).
▶▶ Creatinfosfocinasa (CPK) y su fracción MB (CPK-MB): tiene menor sensibilidad que las anterio-
res. La CPK comienza a elevarse a las 4-6 h del inicio de los síntomas, alcanza el pico a las
Tabla 1. Diagnóstico diferencial de la elevación de troponina. Guías ESC 2015 sobre el tratamiento
de los síndromes coronarios agudos en pacientes sin elevación persistente del segmento ST
Taquiarritmias y bradiarritmias
IC
Urgencias hipertensivas
Miocarditis
Cardiomiopatía de estrés (Tako-Tsubo)
Disección aórtica
Cardiopatía estructural (estenosis aórtica)
Enfermedades críticas (shock/sepsis/quemaduras)
Embolia o hipertensión pulmonar
Disfunción renal aguda o crónica
Espasmo coronario
Evento neurológico agudo (ictus, hemorragia subaracnoidea)
Contusión cardíaca o procedimientos cardíacos (cirugía, ablación, marcapasos, cardioversión)
Hipotiroidismo e hipertiroidismo
Enfermedades infiltrativas (amiloidosis, hemocromatosis, sarcoidosis, esclerodermia)
Toxicidad farmacológica (doxorrubicina, 5-fluorouracilo) o veneno de serpiente
Esfuerzo físico
Radomiólisis
IC: insuficiencia cardíaca.
CAPÍTULO 35
322 SÍNDROME CORONARIO AGUDO
12-24 h y a las 48-72 h se normaliza. La CPK-MB es más útil que la CPK: se eleva a las 3-4 h de
los síntomas, alcanza el pico a las 10-18 h y a las 48-72 h se normaliza. La CPK-MB comparada
con la troponina muestra una disminución más rápida tras el infarto y puede ser más útil para
determinar el momento en el que se produjo el daño miocárdico y detectar el reinfarto precoz.
La Sociedad Española de Cardiología recomienda basándose en la determinación de troponina 2
algoritmos: uno rápido (2 determinaciones de TnUs con 3 h de separación) y uno ultrarrápido (2
determinaciones con 1 h de separación) para confirmar o descartar IAM. Se recomienda usar el
algoritmo rápido (figura 2).
Recepción TnUs 3 h
TnUs sin cambios Incremento TnUs > LNS TnUs sin cambios
Figura 2. Algoritmo de diagnóstico del SCASEST rápido según el documento de consenso de la Sociedad
Española de Cardiología (proceso asistencial simplificado del síndrome coronario agudo 2017).
5.4. TRATAMIENTO
5.4.1. Medidas generales
▶▶ Reposo, monitorización cardíaca, tensión arterial (TA) y saturación de oxígeno (SatO2). Canaliza-
ción de una vía venosa periférica.
▶▶ Oxigenoterapia si la SatO2 ≤ 90 % o hay IC.
▶▶ Control del dolor: administrar 2-5 mg de cloruro mórfico al 1 % i.v. y repetirlo cada 10-15 min si
es preciso. No usar antiinflamatorio no esteroideo (AINE) por su posible efecto protrombótico y
el riesgo de aumento del área de necrosis miocárdica.
▶▶ Nitratos:
• Solinitrina 0,4-0,8 mg s.l.: para descartar inicialmente componente de espasmo coronario rever-
sible o ante la recidiva de una crisis de angina. Está indicada si la tensión arterial sistólica (TAS) >
90 mmHg y la frecuencia cardíaca (FC) > 50 lpm.
CARDIOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
323
• Solinitrina Forte® i.v. perfusión continua (50 mg en 250 cc de suero glucosado al 5 % comenzan-
do a 4 ml/h y ajustando según TA o síntomas): recomendada en casos de isquemia persistente,
IC o para el control de la TA elevada.
• No administrar ante la sospecha de IAM de ventrículo derecho o en pacientes que hayan toma-
do inhibidores de la fosfodiesterasa-5 (sildenafilo, tadalafilo, vardenafilo).
▶▶ Betabloqueantes: disminuyen el consumo miocárdico de oxígeno. Se recomienda administrarlos en
las primeras 24 h de un SCA, en pacientes estables y por vía oral. Atenolol 25-50 mg/día en dosis única
o cada 12 h si la fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI) es normal. Si hay disfunción del ven-
trículo izquierdo (VI), están recomendados carvedilol 3,125-6,25 mg/12 h, bisoprolol 2,5-5 mg/24 h o
metoprolol 25-50 mg/8 h, comenzando a dosis bajas con titulación posterior de manera ambulatoria.
No se recomienda su uso i.v. sistemático (en caso de usarlos, metoprolol 5 mg i.v. en pacientes
estables hemodinámicamente, sin IC, TAS > 120 mmHg) y están contraindicados en IC, shock car-
diogénico, hipotensión arterial, bradicardia (FC < 50 lpm), trastornos de la conducción auriculo-
ventricular o hiperreactividad bronquial.
No se deben administrar en SCA secundarios al consumo de cocaína.
▶▶ Antagonistas del calcio: su uso queda limitado al control de la isquemia en pacientes en los que
no se controle con nitratos y betabloqueantes, si existe intolerancia a betabloqueantes y en la
angina vasoespástica:
• No dihidropiridínicos: diltiazem o verapamilo. No hay que usarlos en caso de disfunción sistólica
del VI.
• Dihidropiridínicos: amlodipino y nifedipino.
▶▶ Inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA): administración precoz por vía
oral en todos los pacientes, especialmente si presentan IC, fracción de eyección (FE) ≤ 40 %, DM
o HTA. Según la TA del paciente, se deben administrar: enalapril 2,5-5 mg/12 h, ramipril 2,5-5
mg/24 h, lisinopril 2,5-5 mg/24 h o captopril 25 mg/8 h con titulación ambulatoria posterior.
▶▶ Antagonistas del receptor mineralocorticoide (espironolactona o eplerenona 25 mg): hay que admi-
nistrar precozmente en pacientes con SCA con IC (Killip > II) y disfunción ventricular (FE < 40 %) y/o DM.
▶▶ Estatinas: salvo contraindicación, se deben administrar precozmente a dosis altas a todos los
pacientes para un objetivo de lipoproteína de baja densidad (LDL) < 70 mg/dl. Atorvastatina 40-
80 mg/24 h o rosuvastatina 20-40 mg.
5.4.2. Tratamiento del síndrome coronario agudo sin elevación del segmento ST
Es fundamental la estratificación del riesgo isquémico en los pacientes con SCASEST de forma
precoz para identificar a aquellos con mayor riesgo de presentar complicaciones mortales o nue-
vos eventos coronarios a corto o largo plazo. La escala más precisa en la actualidad es la GRACE
(www.gracescore.org) (tabla 2). Así, podremos clasificar a los pacientes en bajo, moderado, alto
y muy alto riesgo isquémico (tabla 3).
También es importante la estratificación precoz del riesgo hemorrágico; para ello utilizaremos la
escala de riesgo CRUSADE (www.crusadebleedingscore.org) (tabla 4).
▶▶ Tratamiento antiagregante:
• Ácido acetilsalicílico (AAS): administrar a todos los pacientes con SCA:
—— Dosis de carga: 150-300 mg (500 mg i.v. si no se puede ingerir).
—— Dosis de mantenimiento posterior indefinida de 100 mg/24 h.
Está contraindicado si hay hipersensibilidad conocida (se deben valorar técnicas de desensibiliza-
ción), sangrado gastrointestinal activo, alteraciones de la coagulación o enfermedad hepática grave.
CAPÍTULO 35
324 SÍNDROME CORONARIO AGUDO
CABG: cirugía de revascularización coronaria; DM: diabetes mellitus; FEVI: fracción de eyección del ventrículo izquierdo;
FG: filtración globular; IAM: infarto agudo de miocardio; IC: insuficiencia cardíaca; ICP: intervención coronaria percutánea.
PRASUGREL TICAGRELOR
Contraindicaciones Hemoglobina < 10 g/dl
Plaquetas < 100.000/mm3
Alto riesgo de sangrado o hemorragia activa
Ictus hemorrágico previo
ACV/AIT previo Insuficiencia hepática grave
Insuficiencia hepática grave Drogas que interaccionan con CYP3A4a
Precauciones ≥ 75 años (no recomendado) Insuficiencia hepática moderada
< 60 kg (no recomendado) Bradiarritmia
Tratamiento anticoagulante Hiperuricemia
Eventual CABG o cirugía no cardíaca (7 días) Asma o EPOC
Insificiencia renal o hepática Eventual CABG o cirugía no cardiaca (5 días)b
a
La administración concomitante de tricagrelor con inhibidores potentes del CYP3A4 (ketoconazol, claritromicina,
nefazodona, ritonavir, atazanavir, etc.) está contraindicada. Asimiso, no se recomienda la administración concominante de
ticagrelor con inductores potentes del CYP3A4 (rifampicina, dexametosona, fenitoína, carbamazepina, fenobarbital, etc.).
b
Según la ficha técnica se recomienda retirar el ticagrelor o el clopidogrel 7 días antes.
ACV: accidente cerebrovascular; AIT; accidente isquémico transitorio; CABG: cirugía de revascularización coronaria;
CYP2A4: citocromo P-450 3A4; EPOC: enfermead pulmonar obstructiva crónica.
5.4.3. Tratamiento del síndrome coronario agudo con elevación del segmento ST
▶▶ En SCACEST con síntomas de isquemia ≤ 12 h de duración se debe realizar una terapia de reperfusión
urgente con ICP primario (de elección) o con fibrinólisis (si no se dispone de ICP en el centro y el traslado
a otro con ICP es ≥ 120 min) para recuperar el flujo coronario y reperfundir el miocardio isquémico.
▶▶ En SCACEST > 12 h de duración: en todos los casos el tratamiento médico con antiagregación,
anticoagulación y medidas de prevención secundaria debe realizarse de la misma manera que
lo descrito previamente. Si persisten síntomas de isquemia, inestabilidad hemodinámica y/o
arritmias malignas, debe realizarse ICP urgente. Si están estables, se debe considerar la revas-
cularización con ICP a las 12-48 h del inicio de los síntomas.
▶▶ Si > 48 h se puede considerar realizar un test no invasivo para valorar isquemia residual y via-
bilidad o valorar coronariografía (la revascularización de la arteria ocluida no está indicada de
forma rutinaria pasadas 48 h).
Las medidas generales ante cualquier SCACEST incluyen: monitor de ECG con desfibrilador dispo-
nible, oxígeno cuando la SaO2 < 90 % y opioides i.v. si hay dolor.
5.4.3.1. Estrategia de intervención coronaria percutánea de elección (tabla 6)
Tabla 7.
ABSOLUTAS
Hemorragia intracraneal o ictus de origen desconocido previo
Ictus isquémico en los 6 meses previos
Afectación del sistema nervioso central (tumor, malformación arteriovenosa, enfermedad)
Traumatismo mayor, cirugía, traumatismo craneal en el mes previo
Sangrado gastrointestinal en el mes previo
Sangrado activo (excepto menstruación)
Disección aórtica
Punción no compresible en las últimas 24 h (ej.: biopsia hepática, punción lumbar)
CARDIOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
329
Puntos clave/recuerda
▶▶ El SCASEST se puede manifestar como depresión persistente o transitoria del segmen-
to ST, inversión de las ondas T, ondas T planas o pseudonormalización de las ondas T o
incluso ECG normal. La elevación de los marcadores de daño miocárdico determinará el
diagnóstico de IAMSEST o angina inestable si no existe elevación enzimática.
▶▶ El SCACEST se manifiesta con elevación persistente del ST. También se incluyen en este
grupo los pacientes con dolor torácico y BRIHH de nueva aparición.
▶▶ En un paciente con dolor torácico debe realizarse ECG tras el primer contacto médico y
hay que repetirlo siempre que vuelva el dolor. Si es normal y la clínica es sugestiva de SCA,
debe realizarse seriación del ECG cada 6 h junto con la seriación enzimática y monitorizar
el ritmo.
▶▶ La ecocardiografía no es necesaria realizarla de rutina en urgencias ni debe retrasar el
inicio del tratamiento. Sería recomendable en pacientes con SCA con inestabilidad hemo-
dinámica y/o sospecha de complicación mecánica.
▶▶ No hay que administrar nitratos ante la sospecha de IAM de ventrículo derecho o a pacien-
tes que hayan tomado inhibidores de la fosfodiesterasa-5.
▶▶ Los betabloqueantes se recomienda administrarlos en las primeras 24 h de un SCA en
pacientes estables y por vía oral.
▶▶ Está recomendada la administración de IECA v.o. en todos los pacientes, especialmente si
presentan IC, FE ≤ 40 %, DM o HTA.
▶▶ Es fundamental la estratificación del riesgo isquémico en los pacientes con SCASEST de
forma precoz para identificar a aquellos con mayor riesgo de presentar complicaciones
mortales o nuevos eventos coronarios a corto o largo plazo.
CAPÍTULO 35
330 SINDROME CORONARIO AGUDO
ALGORITMO
Tratamiento antiagregante
Tratamiento anticoagulante
Tratamiento antiisquémico
Y
ESTRATIFICACIÓN DE RIESGO
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
La insuficiencia cardíaca aguda (ICA) es una de las causas más frecuentes de insuficiencia respira-
toria atendidas en los Servicios de Urgencias (SU) y se basa en la rápida aparición de síntomas y
signos derivados de una función cardíaca deficitaria, sea por causas estructurales o funcionales. Es
la primera causa de hospitalización en los mayores de 65 años en España y asocia frecuentemente
comorbilidades como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la anemia y la insufi-
ciencia renal crónica (IRC). Una vez que ha aparecido, asocia alta mortalidad a corto y medio plazo
y altas tasas de reconsulta y reingreso; por todo ello es un problema sanitario de enorme magnitud.
2. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
El primer episodio de ICA en un paciente se debe a una alteración cardíaca estructural o funcional
no conocida previamente. Los episodios de ICA posteriores constituirán la IC crónica descompen-
sada, debida a una progresión de la causa previa o a la aparición de un factor desencadenante. En
España las infecciones son el factor desencadenante más frecuente (> 30 %), seguidas de cerca por
la falta de adherencia al tratamiento y a la dieta (25-40 %), las arritmias con la fibrilación auricular
(FA) al frente, la hipertensión arterial (HTA) mal controlada y la cardiopatía isquémica (10-20 %). En la
tabla 1 se recogen los posibles factores desencadenantes de la ICA.
AINE: antiinflamatorio no esteroideo; EPOC: enfermedad pulmonar obstructiva crónica; FA: fibrilación auricular; HTA:
hipertensión arterial; ICA: insuficiencia cardíaca aguda; IRC: insuficiencia renal crónica; SCA: síndrome coronario agudo.
CAPÍTULO 36
332 INSUFICIENCIA CARDÍACA AGUDA. EDEMA AGUDO DE PULMÓN
Existen numerosas clasificaciones para la ICA. Las más útiles son las basadas en la presentación
clínica, que permiten identificar al paciente con mayor riesgo de complicaciones y facilitan mu-
cho su manejo. Así, según la tensión arterial sistólica (TAS) definiremos la ICA hipertensiva (TAS
> 140 mmHg), más frecuente en pacientes con fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI)
conservada y con mejor respuesta al tratamiento, la ICA normotensiva (TAS 90-140 mmHg); y la
ICA hipotensiva (TAS < 90 mmHg). Dentro de la ICA hipertensiva se incluye el edema agudo de
pulmón (EAP), situación que requiere una atención urgente. La ICA hipotensiva es la menos fre-
cuente (5-8 %) y asocia peor pronóstico, sobre todo cuando asocia mala perfusión.
Combinando síntomas, constantes vitales y hallazgos de la exploración clínica podremos definir
el perfil hemodinámico del paciente con ICA basándonos en 2 parámetros fundamentales: los es-
tados de congestión y los de perfusión. La ICA congestiva o “húmeda” representa más del 80 %
de las totales y es fruto de la incapacidad cardíaca de aceptar la precarga, provocando congestión
pulmonar (EAP, habitualmente de instauración rápida, con insuficiencia respiratoria grave, ortop-
nea, presión arterial sistólica (PAS) ≥ 160 mmHg frecuente, crepitantes pulmonares bilaterales y
patrón radiográfico con infiltrados algodonosos perihiliares) o congestión sistémica (aumento del
perímetro abdominal por ascitis y edema de pared, edemas distales, hepatomegalia dolorosa,
derrame pleural, ingurgitación venosa yugular y reflujo hepatoyugular). La ICA de perfil derecho
o cor pulmonale presenta congestión sistémica sin apenas congestión pulmonar.
La ICA hipoperfundida o “fría” deriva de la disminución del gasto cardíaco real y se manifiesta
con astenia, anorexia, alteraciones del nivel de consciencia, oliguria, frialdad acra y cianosis peri-
férica e hipotensión arterial. En ella se incluye el shock cardiogénico, una de las emergencias en
la situación de ICA.
3. DIAGNÓSTICO
Para establecer el diagnóstico de ICA es preciso que existan síntomas y signos típicos junto con
la presencia de una alteración en la estructura o función cardíaca. Siempre se deben buscar la
causa o el factor desencadenante. Es crucial la realización de unas buenas historia clínica y explo-
ración física para establecer el perfil hemodinámico de la ICA basándose en la existencia de con-
gestión e hipoperfusión, que confirmaremos mediante las siguientes pruebas complementarias:
3.1. ELECTROCARDIOGRAMA
Resulta difícilmente normal en la ICA y especialmente útil para identificar algunos desencadenan-
tes (FA rápida o síndrome coronario agudo [SCA]).
4. TRATAMIENTO
Es muy importante instaurar un tratamiento rápido en la ICA con el objetivo de estabilizar al pa-
ciente mejorando el grado de congestión y de hipoperfusión, si existiera. En caso de inestabilidad
hemodinámica o insuficiencia respiratoria deberemos actuar en los primeros minutos y en un se-
gundo tiempo (primeras 2 h aproximadamente) intentaremos detectar el factor desencadenante
y realizar un manejo dirigido (algoritmo 1).
oliguria, niveles de potasio sérico > 6,5 mmol/l, acidosis metabólica grave y cifras de creatinina
> 3,5 g/dl, podrá plantearse la ultrafiltración, técnica que elimina agua libre del plasma a través
de una membrana semipermeable.
▶▶ Tratamiento de base: en el debut de IC, desde el SU se iniciarán pequeñas dosis de inhibidores
de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) o antagonistas de los receptores de la angio-
tensina II (ARA-II) tras estabilización en las primeras 24 h. En los pacientes que ya tomaban estos
fármacos, se evitará la retirada si no existe fracaso renal, bradicardia o shock cardiogénico al
haberse demostrado un aumento de mortalidad asociada con la reducción o suspensión de
sus dosis.
▶▶ IC refractaria: es preciso conocer las voluntades del paciente que presenta una situación de IC
avanzada con progresión de enfermedad y sintomatología refractaria a pesar de un manejo
optimizado. Podremos emplear cualquier tratamiento (incluidas paracentesis y toracocentesis
evacuadoras en caso de ascitis y derrame pleural masivo respectivamente) pero justificándolo
bajo el objetivo principal de obtener una mejoría sintomática.
FA: fibrilación auricular; FC: frecuencia cardíaca; SatO2: saturación de oxígeno; TAS: tensión arterial sistólica.
CAPÍTULO 36
336 INSUFICIENCIA CARDÍACA AGUDA. EDEMA AGUDO DE PULMÓN
Puntos clave/recuerda
▶▶ Hay que buscar siempre la causa o el factor desencadenante de la ICA. Las infecciones y la
falta de adherencia al tratamiento son lo más frecuente.
▶▶ Se debe tener en cuenta que el ECG en la ICA en muy contadas ocasiones es normal.
▶▶ El BNP < 100 pg/ml o proBNP < 300 pg/ml apuntan a un diagnóstico alternativo para la
disnea distinto de la ICA, con un valor predictivo negativo cercano al 100 %.
▶▶ Hay que considerar iniciar VMNI si el paciente se encuentra en EAP con insuficiencia res-
piratoria moderada/grave, acidosis respiratoria o ausencia de respuesta al tratamiento
inicial y tener precaución en el paciente hipotenso.
▶▶ Al utilizar furosemida intravenosa, se debe administrar al menos una dosis equivalente a
la dosis oral que tomara el paciente y, si tiene insuficiencia renal, iniciar a dosis 2-2,5 veces
superior.
▶▶ Tras la estabilización en las primeras 24 h y si no existe contraindicación, hay que iniciar en
urgencias con pequeñas dosis de IECA/ARA-II.
▶▶ Es importante definir al paciente que podrá ser dado de alta directamente desde el SU
con seguridad, por lo que debemos estratificar el riego del paciente para alta precoz con
escalas tipo EHMRG, OHFRS o BI-EFFECT.
CARDIOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
337
ALGORITMO 1
¿Shock SÍ SÍ
Estabilización urgente
cardiogénico?
NO Ingreso
NO
en la UCI
SÍ
¿Fallo respiratorio? Mejoría con oxigenoterapia, valorar la VMNI NO
NO SÍ
SEGÚN PERFIL HEMODINÁMICO (TAS, exploración física + Rx de tórax + ecografía a pie de cama)
SÍ NO SÍ NO
Congestivo Congestivo
y caliente y frío No congestivo No congestivo
y caliente y frío
TAS elevada ¿TAS < 90 mmHg?
SÍ NO SÍ NO
Rx: radiografía; TAS: tensión arterial sistólica; UCI: Unidad de Cuidados Intensivos; VMNI: ventilación mecánica no invasiva.
CAPÍTULO 36
338 INSUFICIENCIA CARDÍACA AGUDA. EDEMA AGUDO DE PULMÓN
ALGORITMO 2
Sospecha de ICA
1. Valorar existencia de shock cardiogénico y fallo respiratorio, detectar factor desencadenante y perfil
hemodinámico y establecer tratamiento (algoritmo 1)
2. Estratificación del riesgo para seleccionar el destino del paciente en función de: criterios de buen
pronóstico (tabla 2) y escalas de riesgo: EHMRG, OHFRS y BI-EFFECT
CONTROL AL ALTA:
• Educación del paciente y de los cuidadores acerca de los síntomas/signos de empeoramiento y
definición del tratamiento de rescate en ese caso. Reforzar la adherencia al tratamiento y la dieta
• Control en el médico de Atención Primaria en pocos días
• Establecimiento del plan de seguimiento en consulta específica a las 1-2 semanas para optimizar
el tratamiento
IC: insuficiencia cardíaca; ICA: insuficiencia cardíaca aguda; OHFRS: Ottawa Heart Failure Risk Scale; UCI: Unidad de Cuida-
dos Intensivos.
CAPÍTULO 37
URGENCIA Y EMERGENCIA HIPERTENSIVA
Rafael Beijinho do Rosário | Augusto Saldaña Miranda
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
Las urgencias y emergencias hipertensivas (EH) son las complicaciones agudas de la hipertensión
arterial (HTA), constituyendo un frecuente motivo de consulta urgente en nuestro medio.
Una crisis hipertensiva (CH) se define como una elevación aguda de la presión arterial (PA) capaz
de producir, al menos en teoría, alteraciones funcionales o estructurales en los órganos diana de
la HTA: corazón, cerebro, riñón, retina y arterias. Es la ausencia o presencia de daño en órganos
diana la que nos permite clasificar la elevación de la PA en urgencia hipertensiva (UH) (sin daño) o
EH (con daño de órgano diana).
Es importante referir que la mayoría de los pacientes con elevaciones significativas de la PA (pre-
sión arterial sistólica [PAS] > 180 mmHg y/o presión arterial diastólica [PAD] > 120 mmHg) no van
a cursar con daño agudo de órgano diana y, aunque algunos autores proponen una estrategia rá-
pida de descenso de las cifras de PA, esta actitud puede traer más daños que beneficios. Por otra
parte, aquellos pacientes con elevaciones significativas de la PA y evidencia de daño de órgano
diana sí se benefician de una reducción de la PA de forma más agresiva.
2. EPIDEMIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
La HTA es un factor de riesgo cardiovascular con una prevalencia estimada en nuestra población
de un 42,6 %. En cuanto a la prevalencia de las CH hay pocos datos, pero al menos un estudio
estima que constituyen un 1,45 % de todas las visitas a urgencias, de las cuales hasta un 27 %
representan EH.
Podemos clasificar las CH en:
▶▶ Pseudo-CH: esta situación es aquella en la que la elevación de las cifras es consecuencia y no
causa de la enfermedad del paciente. Suele deberse a situaciones agudas como el dolor o la
ansiedad o a patologías como traumas, hipoxia o retención urinaria. Es por lo tanto lógico pen-
sar que el tratamiento se basa en el desencadenante (analgesia para el dolor, sondaje para la
retención de orina, oxígeno para la hipoxia, etc.).
▶▶ UH: consiste en un ascenso aislado de cifras de PA pero sin afectación de órgano diana. La
clínica, si la hubiera, es leve e inespecífica. La principal causa es el abandono del tratamiento
previo, no suele necesitar pruebas complementarias y suele revertir con administración de la
medicación habitual o ajuste de la previa. El objetivo terapéutico se recomienda conseguir en
no menos de 24-48 h.
▶▶ EH: es la verdadera patología urgente asociada a la elevación de la PA y por eso tiempo-depen-
diente. Se caracteriza más por la presencia de daño de órgano diana que por la cifra de PA. El
objetivo terapéutico se recomienda conseguir en pocas horas y bajo supervisión estricta y por
ello es de elección la vía intravenosa.
CAPÍTULO 37
340 URGENCIA Y EMERGENCIA HIPERTENSIVA
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Para evaluar correctamente una CH es fundamental la realización de unas correctas anamnesis
y exploración física buscando aquellos signos o síntomas que indiquen la presencia de EH. Es
además fundamental indagar sobre la posibilidad de incumplimiento terapéutico (tanto farma-
cológico como dietético), tratamiento con antiinflamatorios no esteroideos (AINE) o corticoides
(por un proceso concomitante, por ejemplo) y drogas (cocaína, anfetaminas, etc.), posibles des-
encadenantes de una CH.
Las manifestaciones clínicas de las CH permitirán discernir la presencia o ausencia de daño de
órgano diana. Así, la mayoría de las UH se suelen acompañar de síntomas leves e inespecíficos,
como cefalea leve, mareo, astenia, acúfenos o náuseas. Por otro lado, las manifestaciones clínicas
de las EH variarán acorde con el órgano diana afectado, así como con las pruebas complementa-
rias necesarias (tabla 1).
En la fase de exploración física, que debe ser sistemática y rigurosa buscando datos que sugieran
afectación del órgano diana tabla 1), es indispensable la confirmación de la HTA con una correcta
toma de la PA. En algunos pacientes será también útil la toma de PA en ambos brazos o tomas en
decúbito y bipedestación.
5. TRATAMIENTO
En la elección del tratamiento de las CH, además del agente que se debe utilizar, las principales
decisiones que hay que tomar son dos: vía de administración (oral frente a parenteral) y rapidez
de descenso de las cifras de PA (minutos-horas frente a horas-días).
Tabla 1. Manifestaciones clínicas de intoxicación etílica en relación con los niveles sanguíneos de alcohol
ECG: electrocardiograma; EH: emergencia hipertensiva; HTA: hipertensión arterial; PA: presión arterial; Rx: radiografía;
TC: tomografía computarizada.
CAPÍTULO 37
342 URGENCIA Y EMERGENCIA HIPERTENSIVA
BAV: bloqueo auriculoventricular; ICC: insuficiencia cardíaca congestiva; FEVI: fracción de eyección del ventrículo izquierdo.
▶▶ En aquellos casos cuya sospecha sea el incumplimiento terapéutico, la reanudación del trata-
miento previo suele ser suficiente para corregir la UH.
▶▶ Se debe reevaluar al paciente clínicamente y, si hay respuesta, puede ser dado de alta con re-
visión en Atención Primaria en las próximas 48-72 h con reanudación de su medicación oral en
caso de mala adherencia, aumento de dosis en caso de mal control tensional o asociación de
otro antihipertensivo.
▶▶ En cuanto a aquellos pacientes que debutan con una UH sin diagnóstico previo de HTA, tam-
bién se recomienda iniciar tratamiento farmacológico desde la urgencia según las últimas guías
clínicas, en donde no parece haber superioridad de ningún fármaco frente a otro.
▶▶ Si no hay mejoría clínica o persisten cifras > 180/110 mmHg, se puede repetir la dosis del primer
fármaco o usar un segundo fármaco.
▶▶ Si a las 2-6 h no hay respuesta, se recomienda utilizar la vía intravenosa.
▶▶ El paciente debe permanecer en observación si:
• Aparece clínica sugestiva de EH.
• Persisten cifras de PA > 180/110 mmHg.
• Persiste o empeora la clínica por la que consultó el paciente.
• Hay dudas sobre la capacidad de cumplir el tratamiento por parte del paciente.
5.2. EMERGENCIAS HIPERTENSIVAS
Todas deben ser manejadas en el medio hospitalario, donde el paciente pueda ser monitorizado
y donde se pueda disponer de los medios diagnósticos y terapéuticos para un correcto manejo
del paciente.
El abordaje de las EH, como en cualquier emergencia médica, consiste en aplicar un abordaje
ABCDE, incluido el algoritmo de soporte vital avanzado si es necesario.
CARDIOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
343
ejemplo) para reducir el consumo de oxígeno por parte del miocardio, reducir la isquemia coro-
naria subyacente y mejorar el pronóstico. El uso ha de hacerse en función de la respuesta clínica
y hemodinámica procurando no disminuir la PAS por debajo de 90-100 mmHg.
▶▶ Crisis catecolaminérgicas: constituyen un grupo de patologías con hiperactividad del sistema
simpático que puede ser de causa endógena (feocromocitoma, disfunción autonómica) o exó-
gena (ingesta de drogas, abstinencia de drogas/fármacos).
• Feocromocitoma: la tríada clásica consiste en cefalea, sudoración y taquicardia, aunque la ma-
yoría de los pacientes no presentan los tres signos de forma simultánea. Otros síntomas inclu-
yen hipotensión ortostática, miocardiopatía y elevaciones paroxísticas de la PA. El tratamiento
farmacológico consiste en beta- y alfabloqueo. Los fármacos más utilizados son la doxazosina
(alfabloqueante) y el propranolol (betabloqueante). Se debe iniciar antes el alfabloqueo. El tra-
tamiento definitivo es quirúrgico.
• Ingesta de drogas/fármacos: se da sobre todo en sujetos que ingieren derivados anfetamíni-
cos o cocaína, aunque se debe tener precaución en los pacientes que tomen inhibidores de la
monoaminooxidasa (IMAO) de forma crónica y que consuman alimentos ricos en tiramina. Los
fármacos de elección en nuestro medio para estos pacientes son el labetalol y el nitroprusiato.
• Abstinencia de fármacos/drogas: se ve en la retirada brusca de clonidina y propranolol, aunque
también se puede dar con otros betabloqueantes. La reinstauración del tratamiento previo, so-
bre todo la clonidina, suele revertir el cuadro de forma rápida (en 1 h aproximadamente), aun-
que algunos betabloqueantes de vida media más larga necesitarán más tiempo, siendo incluso
necesario el uso de otros agentes de vida media más corta.
• Disfunción autonómica grave: puede darse en pacientes con síndrome de Guillain-Barré, atrofia
multisistema o lesiones agudas de la médula espinal. El manejo es similar al de los procesos
anteriores y se pueden utilizar distintos agentes incluidos el labetalol y el nitroprusiato.
▶▶ Disección de aorta: es una de las patologías donde el descenso ha de hacerse de forma precoz
(20 min aproximadamente) para conseguir cifras de PAS en torno a 100-110 mmHg para dismi-
nuir el riesgo de rotura o progresión de la disección. Se recomienda el uso de un betabloquean-
te (labetalol [10 mg/h, subiendo 10 mg cada 5 min hasta conseguir respuesta], metoprolol) para
conseguir una frecuencia cardíaca en torno a 60 lpm y con ello disminuir el estrés sobre la pared
de la arteria. Se puede además añadir un vasodilatador (nitroprusiato) para conseguir el objeti-
vo de cifras de PA (ver capítulo específico).
▶▶ Eclampsia: es una complicación obstétrica muy grave que necesita un manejo conjunto con el
Servicio de Obstetricia. Se recomienda tratamiento farmacológico antihipertensivo en pacien-
tes con PA > 150/100 mmHg. Los fármacos de elección son el labetalol (perfusión de 20 mg/h,
duplicando cada 30 min hasta 160 mg/h, según respuesta) y la hidralazina (1 mg/min hasta PAD
90-100 mmHg, con dosis de mantenimiento de 5-10 mg/h). Los inhibidores de la enzima conver-
tidora de angiotensina (IECA) y el nitroprusiato están contraindicados.
FÁRMACO
DOSIS Y SOLUCIÓN INDICACIÓN PRECAUCIONES COMENTARIOS
(PRESENTACIÓN)
Furosemida Bolo: 20 mg i.v. sin EAP, HTA, Precaución en No debe
(ampolla de diluir en 1-2 min hipercalcemia, hiponatrenia, mezclarse
20 mg/2 ml) Perfusión: diluir en hiperkalemia hipocalcemia, Se puede usar i.m.
50-100-250 ml de hipokalemia o s.c.
suero NaCl o SG al 5 Categoría C en
% a 4 mg/min embarazo
Hidralazina Eclampsia: 5-10 Eclampsia Aneurisma Administrar
(ampolla de mg/h HTA de aorta en 3-5 min
20 mg/ml) HTA: 10-40 mg/6 h Cardiopatía Diluir en 19 ml de
isquémica NaCl al 0,9 % (1 ml/
mg)
Labetalol Bolo: 50 mg i.v. sin Disección de aorta BAV 2-3 Diluir la ampolla
(ampolla de diluir en 1-2 min HTA en ictus e IAM Shock cardiogénico en 80 ml de NaCl
20 ml/100 mg) Perfusión: 10-20 Eclampsia al 0,9 % o en SG al
mg/h Feocromocitoma 5 % (1 mg/ml)
Incompatible con
NaHCO3 al 5 %
Nicardipino Bolo: no indicado HTA Estenosis de aorta Diluir la ampolla
(ampolla de Perfusión: 3-15 mg/h Coartación de aorta en 50 ml de NaCl
5 mg/5 ml) Subir 2,5 mg/h cada al 0,9 %
5 min
Nitroglicerina Bolo: 1 mg en 20 ml Angina Hipotensión grave, Iniciar 5-10 ug/
(ampolla de de forma muy lenta EAP tratamiento con min
5 mg/5 ml y Perfusión: 25 ICC asociada a IAM sildenafilo, sospecha Cálculo de
50 mg/10 ml) mg/250 ml o 50/500 HTA en cirugía de hipertensión ml/h = [ug/min
ml = 0,1 mg/ml intracraneal pautados] x 0,6
SG al 5 % o NaCl al
0,9 %
Nitroprusiato Bolo: no usar HTA grave Hipovolemia Usar el disolvente
(ampolla de Perfusión: 0,2 ug/kg/ Feocromocitoma Coartación de aorta (no debe utilizarse
50 mg con min e ir ajustando HTA en aneurisma o derivación AV otro disolvente)->
disolvente) cada 5 min hasta un disecante diluir esto en 500-
máx. de 10/ug/kg/ 1.000 ml de SG al
min (máx. 10 min) 5 % protegido de
la luz
Propranolol Bolo: 1 mg en 2 min Angina refractaria Hipotensión grave No usar en
(ampolla de Repetir cada 2-5 min HTA Shock cardiogénico perfusión
5 ml/5 mg) hasta un máx. de Hipertiroidismo y Asma y EPOC continua ni i.m.
3 mg tirotoxicosis ni s.c.
Perfusión: no se
recomienda
Urapidilo Bolo: 25 mg (5 ml) HTA en Estenosis aórtica Reducir la dosis
(ampolla de en 20 s neurocirugía y Shunt AV en la insuficiencia
50 mg/10 ml) Perfusión: 100 mg en cirugía cardíaca hepática
100 ml Eclampsia
0,5-6 mg/min
AV: auriculoventricular; BAV: bloqueo auriculoventricular; EAP: edema agudo de pulmón; EPOC: enfermedad pulmonar
obstructiva crónica; HTA: hipertensión arterial; IAM: infarto agudo de miocardio; ICC: insuficiencia cardíaca congestiva;
SG: suero glucosado.
346
Hallazgo de PAS
≥ 180 y/o PAD
≥ 120 mmHg
Historia clínica,
CAPÍTULO 37
Ubicar en habitación tranquila, con poca Valorar ABCDE e iniciar SVA si es necesario.
luz y en reposo 10-15 minutos Administrar tratamiento parenteral específico según causa*
URGENCIA Y EMERGENCIA HIPERTENSIVA
NO ESTABILIZAR E INGRESO
Si el control de PA contunúa siendo > 180-120: observación e iniciar tratamiento intravenoso * Propuesta de tratamiento. Consultar texto para más información
EAP: edema agudo de pulmón; ICC: insuficiencia cardíaca congestiva; PA: presión arterial; PAD: presión arterial diastólica; PAS: presión arterial sistólica; SCA: síndrome
coronario agudo.
CAPÍTULO 38
BRADIARRITMIAS
Ángel Luis Miracle Blanco | Vanesa de la Cuesta Esteban
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
La bradiarritmia se define por convención como una frecuencia cardíaca inferior a 60 latidos por
minuto, aunque se puede encontrar bradicardia no patológica en múltiples situaciones, como las
que se recogen en la tabla 1. La bradicardia puede originarse por afectación extrínseca (fárma-
cos, tono autonómico) o intrínseca del nodo sinusal (disfunción sinusal) o del nodo auriculoven-
tricular (bloqueo auriculoventricular [BAV].
2. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
2.1. ETIOLOGÍA (tabla 2)
2.2. CLASIFICACIÓN
2.2.1. Disfunción sinusal
Ocurre cuando el marcapasos fisiológico del corazón, el nodo sinusal, es incapaz de adaptar la
frecuencia cardíaca a los requerimientos del organismo. El espectro de manifestaciones elec-
trocardiográficas es muy amplio, desde electrocardiograma (ECG) normal y bradicardia sinusal
hasta pausas sinusales con períodos de asistolia de duración variable. En algunos casos, los
síntomas se manifiestan únicamente con el ejercicio por una insuficiencia cronotropa (incapa-
cidad para taquicardizar > 80-85 % de la frecuencia cardíaca máxima teórica). Es relativamente
frecuente su coexistencia en el mismo paciente de taquiarritmias auriculares (fibrilación o flu-
tter auricular). En este último supuesto, la entidad suele denominarse síndrome de bradicar-
dia-taquicardia, empeorando además el componente de bradicardia por el frecuente uso de
fármacos antiarrítmicos.
CAPÍTULO 38
348 BRADIARRITMIAS
CAUSAS INTRÍNSECAS
CAUSAS EXTRÍNSECAS
• Hipertonía vagal: jóvenes, deportistas entrenados, síncope vasovagal, hipersensibilidad del seno
carotídeo, dolor, vómitos…
• Metabólicas: hiperpotasemia, hipermagnesemia, hipoxemia, hiperbilirrubinemia
• Fármacos: digoxina, betabloqueantes, calcioantagonistas, otros antiarrítmicos
SUPRAHISIANO INFRAHISIANO
PR prolongado
Frecuente (sobre todo si > 300 ms) Menos frecuente
(en los complejos conducidos)
QRS Estrecho Ancho
Ritmo de escape QRS estrecho, 40-60 lpm QRS ancho, 20-40 lpm
BAV: bloqueo auriculoventricular.
Figura 1. Bloqueo auriculoventricular de primer grado. Todas las ondas P conducen al ventrículo
con un intervalo PR > 200 ms (en este caso 310 ms).
Figura 2. Bloqueo auriculoventricular de segundo grado Mobitz II. Bloqueo de ondas P aisladas sin
que se observe alargamiento progresivo del PR de las ondas P conducidas.
CAPÍTULO 38
350 BRADIARRITMIAS
Figura 3. Bloqueo auriculoventricular 2:1 con frecuencia ventricular a 37 lpm. Sugiere una locali-
zación del trastorno de la conducción a nivel infrahisiano (tabla 3) la presencia de un PR normal
(límite alto) y un BCRI en los complejos conducidos. Estaría por tanto relativamente contraindicada
la atropina (algoritmo).
▶▶ BAV de tercer grado o completo: ninguna onda P conduce, existiendo asistolia o un ritmo auri-
cular disociado (y más rápido) que el ritmo de escape ventricular (figura 4).
Figura 4. Bloqueo auriculoventricular completo. Se identifica un ritmo auricular a 120 lpm no conducido
a los ventrículos y completamente disociado de un ritmo de escape ventricular con QRS ancho a 43 lpm.
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
La consecuencia más inmediata de una bradiarritmia es la reducción del gasto cardíaco, con un
correlato clínico en forma de astenia, intolerancia al esfuerzo, mareo o síncope (por hipoperfusión
cerebral transitoria, que en la actualidad se estima que debe ser de al menos 6 s). La activación
secundaria de mecanismos adaptativos puede desencadenar un cuadro de insuficiencia cardía-
ca. Otra consecuencia de la bradicardia es su potencial arritmogénico, siendo un factor de riesgo
para el desarrollo de taquiarritmias tanto auriculares como ventriculares.
CARDIOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
351
5. TRATAMIENTO
5.1. FASE AGUDA
En la valoración clínica inicial, además de determinar la tolerancia hemodinámica, debe investi-
garse la presencia de desencadenantes como fármacos, alteraciones iónicas o infarto agudo de
miocardio (IAM). La bradicardia es una emergencia en presencia de signos de hipoperfusión orgá-
nica (hipotensión, obnubilación, angina) que requiere tratamiento inmediato en un área con po-
sibilidad de monitorización continua y acceso a material de reanimación cardiopulmonar (RCP)
avanzada.
▶▶ Atropina: fármaco de primera elección, salvo alta probabilidad de localización infrahisiana del
BAV, donde podría tener un efecto paradójico. Se administra en bolos de 0,5 mg i.v. hasta una
dosis máxima de 3 mg en 24 h. Está contraindicada en presencia de glaucoma de ángulo estre-
cho o de hiperplasia prostática.
▶▶ Isoprenalina: 2-20 mcg/min. Su uso está muy extendido en nuestro medio. Su acción ß1 adre-
nérgica le confiere utilidad en todo el espectro de bradiarritmias, siendo capaz de aumentar el
automatismo en los marcapasos cardíacos (nodo sinusal, unión AV, His-Purkinje) y favorecer la
conducción del impulso tanto en el nodo AV como en el His-Purkinje).
▶▶ Adrenalina: 2-10 mcg/min.
▶▶ Dopamina: 2-10 mcg/kg/min.
▶▶ Marcapasos transcutáneo: es una medida provisional de emergencia para casos de bradicardia
extrema o colapso hemodinámico cuando han fracasado las medidas farmacológicas hasta
conseguir un tratamiento que asegure de forma definitiva la captura ventricular. Debe incre-
mentarse progresivamente la energía hasta que el artefacto de estimulación vaya seguido de
un complejo QRS y de una onda T (en ocasiones se confunde el artefacto con un QRS), así como
de la palpación de pulso central (asegurando que no estamos palpando la contracción muscu-
lar secundaria a la activación del marcapasos). La contracción muscular inducida es molesta y
a menudo dolorosa, por lo que se debe asegurar una adecuada sedación y analgesia.
▶▶ Marcapasos transvenoso: está indicado cuando el resto de medidas han fracasado, ya que el
potencial riesgo de complicaciones con su uso es elevado. Debe reservarse para casos de BAV
de alto grado sin ritmo de escape o bradiarritmias con riesgo vital. Es deseable evitar su uso si
se ha establecido una indicación de implante de marcapasos definitivo y puede realizarse en
un breve período de tiempo.
Golpe precordial, estimulación cardíaca por percusión: existe insuficiente evidencia para su em-
pleo en el paciente bradicárdico o en asistolia.
Puntos clave/recuerda
▶▶ En toda bradicardia se debe determinar la tolerancia hemodinámica e investigar la pre-
sencia de desencadenantes como fármacos, alteraciones iónicas o IAM.
▶▶ La bradicardia es una emergencia en presencia de signos de hipoperfusión orgánica (hi-
potensión, obnubilación, angina) que requieren tratamiento inmediato en un área con po-
sibilidad de monitorización continua y acceso a material de RCP avanzada.
▶▶ La atropina es el fármaco de primera elección, salvo alta probabilidad de localización in-
frahisiana del BAV, donde podría tener un efecto paradójico.
▶▶ El marcapasos transcutáneo es una medida provisional de emergencia para casos de bra-
dicardia extrema o colapso hemodinámico cuando han fracasado las medidas farmacoló-
gicas hasta conseguir un tratamiento que asegure de forma definitiva la captura ventricular.
▶▶ El golpe precordial es una medida de reanimación con insuficiente evidencia para su empleo
en el paciente bradicárdico o en asistolia.
▶▶ Existe indicación de implante de marcapasos definitivo en BAV completo, BAV Mobitz II,
BAV Mobitz I sintomático y bradicardia sinusal sintomática.
CARDIOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
353
ALGORITMO
Inestabilidad hemodinámica:
- Hipotensión
Monitorización NO - Obnubilación
y observación - Shock
- Angina
- Insuficiencia cardíaca
SÍ
Atropina*. Si es ineficaz:
- Dopamina
- Adrenalina
- Isoprenalina
- Estimulación transcutánea
- Considerar estimulación transvenosa
*Salvo BAV con alta probabilidad de localización infrahisiana (potencial efecto paradójico).
BAV: bloqueo auriculoventricular; ECG: electrocardiograma.
CAPÍTULO 39
TAQUIARRITMIAS
Ángel Luis Miracle Blanco
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
Se establece por convención un límite a partir de 100 lpm para considerar la existencia de taquia-
rritmia. No consideramos taquiarritmia la taquicardia sinusal que aparece de modo apropiado en
situaciones clínicas de gasto cardíaco aumentado.
2. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
2.1. POR SU PRESENTACIÓN
Denominamos taquicardias sostenidas a aquellas con una duración superior a 30 s que producen
colapso hemodinámico. En el resto de casos hablamos de taquicardias no sostenidas.
Figura 1. Panel superior: taquicardia de QRS estrecho regular con RP corto a 150 lpm (intranodal
común). Panel inferior: ritmo sinusal. La comparación entre ambos registros permite identificar en
el panel superior una onda P retrógrada como una pseudo onda S.
Figura 2. Taquicardia ortodrómica. Se identifica una onda P separada del QRS deformando la onda T.
QRS anchos de duración variable e irregulares y con frecuencia cardíaca muy elevada, con un ries-
go potencial de degeneración en fibrilación ventricular (FV). El riesgo vital atribuible en los pacien-
tes con WPW se estima bajo, siendo anecdótico en los pacientes con preexcitación asintomática.
Figura 3. Preexcitación ventricular: intervalo PR corto (100 ms), onda δ (empastamiento inicial en el
complejo QRS) y QRS levemente ensanchado (100 ms).
negativa (figura 5). Puede consultarse en www.brugadadrugs.org alguno de los aspectos más
relevantes de esta entidad, así como descargarse un documento con recomendaciones para
los pacientes, incluyendo los fármacos que deben evitar.
▶▶ TV catecolaminérgica: secundaria a mutaciones en canales iónicos intracelulares, con herencia
autosómica dominante y debut clínico desde la infancia.
▶▶ Asociadas a cardiopatía estructural: miocardiopatía dilatada isquémica, no isquémica, hiper-
trófica…
Figura 4. Síndrome de QTc largo adquirido. Puede observarse una gran prolongación del intervalo
QT del complejo que sigue a una pausa de 1,9 s, seguido inmediatamente de una TVP con alternancia
periódica en la polaridad de los complejos QRS (torsade de pointes).
Figura 5. Patrón ecocardiográfico de Brugada tipo 1: elevación del punto J de 7 mm en V2, seguido de
un segmento ST lentamente, que terminan con una onda T negativa.
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Aunque el síntoma cardinal de las taquicardias lo constituyen las palpitaciones, los pacien-
tes pueden percibirlas también como sensación de opresión torácica, disnea o mareo. La
tolerancia clínica puede ser mala, especialmente en los pacientes con cardiopatía o con fre-
CAPÍTULO 39
358 TAQUIARRITMIAS
cuencias cardíacas muy elevadas, en los que la taquicardia puede desencadenar episodios
de angina, insuficiencia cardíaca, síncope e incluso shock. No obstante, la situación hemodi-
námica no debe emplearse para establecer el origen supra- o ventricular de una taquicardia
de QRS ancho.
5. TRATAMIENTO
En cualquier taquicardia con mala tolerancia hemodinámica el tratamiento de elección es la car-
dioversión eléctrica (CVE) urgente. Existen excepciones a la regla, como las taquicardias con inicio
y terminación espontáneos repetitivos, en los que es esperable una recidiva inmediata tras un
intento de cardioversión. Tampoco será el objetivo terapéutico la cardioversión en aquellas ta-
quicardias que sean la consecuencia y no la causa de la inestabilidad hemodinámica (como una
FA rápida en un paciente con shock hemorrágico).
CARDIOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
359
Figura 6. Panel superior: taquicardia de QRS estrecho regular con RP largo a 230 lpm. Panel inferior:
respuesta a la administración de 6 mg de adenosina i.v., ensanchamiento inicial de los QRS (sin valor
diagnóstico) sin interrupción de la taquicardia, seguido de bloqueo transitorio de la conducción AV,
que permite identificar una taquicardia auricular. Al final del trazado se ha recuperado la conducción
AV, continuando la conducción AV 1:1.
Figura 7. Taquicardia de QRS ancho regular (200 ms), con imagen de bloqueo de la rama derecha, a 140
lpm. Además de presentar varios criterios electrocardiográficos de taquicardia ventricular, el paciente
era portador de una miocardiopatía dilatada isquémica.
CAPÍTULO 39
360 TAQUIARRITMIAS
A FAVOR DE TV
RELACIÓN A-V • Latidos de fusión
• Capturas supraventriculares
• Disociación A-V
DURACIÓN DEL QRS • > 160 ms si hay imagen de BRI
• > 140 ms si hay imagen de BRD
EJE QRS • Eje izquierdo + imagen de BRD
• Eje derecho + imagen de BRI
• Desviación extrema derecha
MORFOLOGÍA DEL QRS • Imagen de BRD: R monofásica o R > 40 ms en V1.
• Imagen de BRI: R > 40 ms en V1-V2, RS > 70 ms (a menudo con melladura)
• Ausencia de complejos RS en precordiales
• Concordancia del QRS en precordiales (todos positivos o todos negativos)
• QRS más estrecho durante taquicardia que el QRS basal
BRD: bloqueo de la rama derecha; BRI: bloqueo de la rama izquierda; TV: taquicardia ventricular.
5.2.2. Polimorfas
La tolerancia hemodinámica suele ser mala, por lo que suelen requerir CVE urgente (con choque
no sincronizado en caso de ausencia de pulso o imposibilidad de sincronización). Debe buscarse
el trastorno causal para poder aplicar lo antes posible un tratamiento específico.
En los casos asociados a QT largo, debe investigarse la presencia de isquemia, alteraciones ióni-
cas y fármacos asociados. Está indicado el sulfato de magnesio i.v. (independientemente de sus
niveles plasmáticos). Los betabloqueantes pueden prevenir las recidivas, excepto en los casos en
los que se identifique la bradicardia como desencadenante inmediato.
En el síndrome de Brugada debe evitarse el uso de fármacos antiarrítmicos y debe tratarse de
forma agresiva la fiebre (que en ocasiones puede desencadenar una tormenta arrítmica en estos
pacientes). El tratamiento de la tormenta arrítmica en este caso es la isoprenalina.
Puntos clave/recuerda
▶▶ La situación hemodinámica no debe emplearse para establecer el origen supra- o ventri-
cular de una taquicardia de QRS ancho.
▶▶ En cualquier taquicardia con mala tolerancia hemodinámica el tratamiento de elección es
la CVE urgente. Existen excepciones a la regla, como las taquicardias con inicio y termina-
ción espontáneos repetitivos, en los que es esperable una recidiva inmediata tras un in-
tento de cardioversión. Tampoco será el objetivo terapéutico la cardioversión en aquellas
taquicardias que sean la consecuencia y no la causa de la inestabilidad hemodinámica
(como una FA rápida en un paciente con shock hemorrágico).
▶▶ Si existen dudas sobre si nos encontramos ante una TV, debemos manejarla como si así
fuera.
▶▶ Es desaconsejable en general el empleo combinado de antiarrítmicos. Está contraindica-
do el uso del verapamilo.
▶▶ En los casos de TV asociados a QT largo, debe investigarse la presencia de isquemia, alte-
raciones iónicas y fármacos asociados. Está indicado el sulfato de magnesio i.v. (indepen-
dientemente de sus niveles plasmáticos).
▶▶ En el síndrome de Brugada debe evitarse el uso de fármacos antiarrítmicos y debe tratar-
se de forma agresiva la fiebre. El tratamiento de la tormenta arrítmica en este caso es la
isoprenalina.
CARDIOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
363
ALGORITMO
TOLERANCIA HEMODINÁMICA
ESTRECHO ANCHO
Maniobras vagales, ATP/adenosina Manejar como TV (lo será en > 80 %
Betabloqueante de los casos)
Verapamilo si hiperreactiva bronquial ATP/adenosina (nunca verapamilo)
No se afecta: TV
Terminación: Enlentecimiento
taquicardia intraodal transitorio: Enlentecimiento transitorio:
Taquicardia (permite apreciar auricular, FA, flutter con aberrancia
ortodrómica actividad auricular)
Algunas taquicardias FA/flutter auricular
auriculares Taquicardia auricular Terminación:
TSV con aberrancia o preexcitación
TV “adenosín sensible”
ATP: adenosín trifosfato; AV: auriculoventricular; CVE: cardioversión eléctrica; FA: fibrilación auricular; TSV: taquicardia
supraventricular; TV: taquicardia ventricular.
CAPÍTULO 40
FIBRILACIÓN AURICULAR
Alfonso Martín Martínez
2. CLASIFICACIÓN
De acuerdo con el patrón temporal de la arritmia, esta se puede dividir en los siguientes tipos:
1. Primer episodio de FA: se detecta la arritmia por primera vez y no se conoce todavía su patrón
temporal. Corresponde al término clínico FA de reciente diagnóstico.
2. FA paroxística: los episodios se autolimitan, habitualmente en menos de 48 h.
3. FA persistente: la arritmia no se autolimita y precisa intervención (farmacológica o eléctrica)
para la reversión a ritmo sinusal. En ella se suelen incluir también los episodios de duración
desconocida.
4. FA permanente: el paciente está todo el tiempo en FA, bien porque no se haya conseguido la
reversión a ritmo sinusal, bien porque no se ha intentado (al juzgar que las probabilidades de
conseguirlo son muy escasas y/o las de recidiva son muy elevadas).
Para el manejo en el SU, existe otro concepto de interés clínico, la FA de reciente comienzo, episo-
dio en el que es posible tener una certeza razonable de una duración ≤ 48 h (límite de seguridad
para realizar el control del ritmo sin riesgo de embolismo poscardioversión). Las palpitaciones
pueden no ser el único síntoma que describa el paciente que acude a urgencias. Síntomas tan
inespecíficos como cansancio, mareo, dolor de cabeza, náuseas, falta de apetito, dificultad para
respirar o dolor torácico pueden ser las primeras manifestaciones de la FA.
Duración de la FA
FA: fibrilación auricular. ECO-TEE: ecocardiograma transesofágico. ACO: anticoagulación oral. CVE: Cardio-
versión eléctrica.
nino), en especial en los pacientes con 65-74 años o hipertensos mal controlados, diabéticos
insulinodependientes o con insuficiencia cardíaca. Estas indicaciones de anticoagulación son
extensibles al fluttter auricular. Es fundamental valorar también de forma paralela y sistemá-
tica el riesgo hemorrágico mediante un esquema de estratificación del riesgo como la escala
HAS-BLED, en la que se considera de alto riesgo de sangrado una puntuación ≥ 3 (tabla 1-B).
CARDIOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
367
H: HTA 1
A: alteración de la función hepática y/o renal (1 punto cada una) 1o2
S: (stroke): ictus o AIT 1
B: (bleeding): antecedentes de sangrado 1
L: INR lábil 2
E: edad avanzada (> 65 años) 1
D: (drugs): fármacos o alcohol (1 punto cada uno) 1o2
Tratamiento causas
¿ICC actual?
NO SÍ
Betabloqueantes o Tratamiento
calcioantagonistas* de la ICC
NO ¿Control?
Asociar Digoxina NO
Diltiazem i.v.**
La decisión de utilizar vía intravenosa o vía oral dependerá de los síntomas del paciente y de la
premura con la que se deba controlar la frecuencia cardíaca. Los pacientes paucisintomáticos,
estables y con frecuencia cardíaca < 120 lpm podrían ser manejados con fármacos orales.
Estabilidad hemodinámica
NO SÍ
SÍ NO
NO
CARDIOPATÍA SIGNIFICATIVA
“Control correcto: (FC, síntomas): alta y
NO SÍ evaluación CVE Programada C Externa”
ICC III-IV Mal control o persisten síntomas : ingreso
Farmacos I-C (Fleca/Propa)
Vemakalant o CV eléctrica NO SÍ
ECO-TEE: ecocardiograma transesofágico. CVE: cardioversión eléctrica. ICC: insuficiencia cardíaca congestiva.
CAPÍTULO 40
370 FIBRILACIÓN AURICULAR
Tabla 3. Dosis recomendadas y efectos adversos de los fármacos utilizados para la restauración del
ritmo sinusal
DOSIS DE
FÁRMACO DOSIS INICIAL EFECTOS ADVERSOS
MANTENIMIENTO
Flecainida 300 mg (v.o.) 100-150 mg/12 h ↓ TA, flutter 1:1
1,5-3 mg/kg i.v. en 20 min
Cardiopatía estructural
Dronedarona
Flecainida Dronedarona Ablación
Ablación Ablación
Porpafenona Sotalol Amiodarona con catéter
con catéter con catéter
Sotalol Amiodarona
Puntos clave/recuerda
▶▶ En toda FA debemos valorar las 3 estrategias específicas en el manejo de la FA: trom-
boprofilaxis, control de la frecuencia y control del ritmo.
▶▶ Si hay inestabilidad hemodinámica producida por la FA hay que realizar CVE inmediata.
▶▶ En paciente no valvular se debe calcular siempre el riesgo trombótico (CHA2DS2-Vasc) y el
riesgo hemorrágico (HAS-BLED).
▶▶ Una puntuación alta de HAS-BLED no contraindica la anticoagulación, sino que aumenta
la necesidad de un control más estricto.
▶▶ Las indicaciones de tromboprofilaxis son las mismas tanto si la CV es eléctrica como far-
macológica o espontánea.
▶▶ La FA paroxística tiene el mismo riesgo de embolismo que la FA permanente.
CAPÍTULO 41
SÍNDROME AÓRTICO AGUDO
Jesús López Idígoras | Cristina Hidalgo
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
El síndrome aórtico agudo (SAA) es una emergencia con alta mortalidad que se produce por le-
sión de las capas íntima y media de la aorta. La incidencia de disección aórtica (DA) es de 6/100.00
personas/año, mayor en hombres (65 %) y que aumenta con la edad, con una media de 60-70
años, mayor edad en mujeres y peor pronóstico. Es raro antes de los 40 años. El estudio Oxford
Vascular mostró que el 50 % de pacientes morían antes de alcanzar el hospital y en aquellos que
llegaban la mortalidad era hasta del 50 % (aorta ascendente) o del 15 % (resto de aorta).
El SAA engloba varias entidades según la lesión principal que se dé en la aorta:
▶▶ DA clásica (80 % de los casos de SAA): un sangrado intramural por desgarro de la íntima separa
las paredes creando una falsa luz o incluso llegando a rotura completa. La disección suele ser
anterógrada y puede reentrar en la luz o romper también la adventicia con sangrado libre.
▶▶ Hematoma intramural (HI) (10-25 %): rotura de los vasa vasorum con sangrado en la media y
engrosamiento de la pared sin flujo (> 5 mm), sobre todo en la aorta descendente (el 70 %), y
comportamiento similar al de la DA.
▶▶ Disección sutil o discreta con protuberancia de la pared.
▶▶ Úlcera aterosclerótica penetrante (UAP) (5 %): rotura de placa ulcerada que penetra a través
de la lámina elástica interna y media. Se relaciona con factores de riesgo cardiovascular (FRCV)
con historia de dilatación progresiva en pacientes más ancianos y clínica menos dramática y se
localiza sobre todo en la aorta descendente.
▶▶ Lesión traumática (en el istmo aórtico el 90 %): en desaceleraciones rápidas (precipitados y
accidentes de tráfico) con mortalidad in situ del 80 % y iatrogénica (en procesos invasivos la
incidencia suele ser baja y habitualmente el tratamiento puede ser conservador, con buena
evolución si se reconoce precozmente).
▶▶ Otras presentaciones: pseudoaneurisma, rotura de todas las capas, rotura contenida solo por tejido
conectivo periaórtico y rotura completa contenida, con hematoma perivascular sellado por estruc-
turas periaórticas, con una altísima mortalidad (54 % a las 6 h y 76 % a las 24 h en la rotura contenida).
2. ETIOLOGÍA
El factor de riesgo con mayor asociación es la hipertensión arterial (HTA), que se observa en el 65-
75 % de casos. Otros predisponentes para este síndrome son los descritos en la tabla 1.
3. CLASIFICACIÓN
3.1. CLASIFICACIÓN ANATÓMICA (figura 1)
▶▶ Stanford, más empleada: tipo A: afecta a la aorta ascendente. Tipo B: resto de aorta. Tiene im-
plicación en el pronóstico, mucho peor en el tipo A.
CAPÍTULO 41
374 SÍNDROME AÓRTICO AGUDO
FRCV: factores de riesgo cardiovascular; SAA: síndrome aórtico agudo; UDVP: usuarios de drogas por vía parenteral.
DeBakey
Stanford
▶▶ DeBakey: tipo I: afecta a las aortas ascendente y descendente. Tipo II: solo ascendente. Tipo
III: solo queda afectada la aorta descendente, distal a la subclavia izquierda. Tipo IIIa: torácica.
Tipo IIIb: toracoabdominal.
3.2. CLASIFICACIÓN SEGÚN EL TIEMPO DE EVOLUCIÓN
Aguda: menos de 14 días. Subaguda: 15-90 días. Crónica: más de 90 días.
4. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
El síntomas más frecuente es el dolor, que aparece hasta en el 70 %, habitualmente súbito, inten-
so, penetrante, desgarrante, de rotura o cortante y diferente de otras causas de dolor torácico:
torácico (80 %), dorsal (40 % en el tipo A y 70 % en el tipo B) o abdominal (25 %); y migratorio
ocasionalmente (15 %).
CARDIOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
375
5.1. LABORATORIO
▶▶ Anemia (por atrapamiento en la falsa luz), acidosis y elevación de lactato, elevación de troponi-
nas en la isquemia, transaminasas, lactato deshidrogenasa (LDH) (mesentérica o por hemólisis),
creatinfosfocinasa (CPK), fracaso renal agudo, etc.
▶▶ Dímero D: aumento importante desde el primer momento, a diferencia de otros procesos, don-
de es más gradual, por lo que tiene máxima utilidad en la primera hora. Es inespecífico, pero
aumenta la sospecha. En HI o UAP puede ser negativo.
5.2. ELECTROCARDIOGRAMA
Indispensable en todo estudio de dolor torácico o emergencia médica, puede mostrar patología
previa (hipertrofia, etc.), signos de estrés o isquemia, que podrían incluso confundir el diagnósti-
co. En el dolor torácico intenso y agudo, con o sin shock, ante signos de isquemia en el ECG, no se
debe olvidar la posibilidad de SAA.
5.3.2. Ecocardiografía
Debe detectar el flap de la íntima y valora otros datos, como flujos, IA y taponamiento. La ecocar-
diografía transtorácica (ETT) tiene una sensibilidad del 80 % y una especificidad del 95 % para la
DA en la aorta ascendente, pero menor utilidad en el tipo B y en otros procesos de SAA (HI y UAP).
Puede ser la técnica inicial por su rapidez y disponibilidad. La ecocardiografía transesofágica
(ETE) tiene una sensibilidad para la DA del 99 % y una especificidad del 89 %, pero es semiinvasiva,
requiere sedación y un estricto control de la tensión arterial (TA) y depende de la disponibilidad
del experto, en cuyo caso sería útil para el paciente inestable.
5.3.5. Aortografía
Aunque da información exacta de aorta, ramas, coronarias y válvula aórtica, obvia la patología de
la pared y queda relegada por técnicas no invasivas.
6. TRATAMIENTO
Se basa en control hemodinámico en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y cirugía.
Puntos clave/recuerda
▶▶ El SAA es una emergencia con alta mortalidad.
▶▶ En un aneurisma de aorta, hay indicación de cirugía cuando el diámetro > 55 mm o menos
si hay otros factores de riesgo.
▶▶ La DA tipo B de Standford tiene peor pronóstico que la de tipo A.
▶▶ El diagnóstico se realiza por pruebas de imagen que dependen de la disponibilidad del
centro y del estado del paciente, pero debe haber sospecha clínica basada en la presencia
de factores de riesgo, dolor de alto riesgo y exploración física sugestiva.
▶▶ En el tratamiento, es objetivo mantener una TAS en torno a 100-120 mmHg y una FC < 60 lpm.
▶▶ No hay que usar solo nitratos por taquicardia refleja.
▶▶ En cuanto se sospeche una DA, el paciente debe pasar a un box de estabilización y cuan-
do se confirme derivarse a un centro con capacidad quirúrgica, incluso los de tipo B no
complicados.
CAPÍTULO 41
380 SÍNDROME AÓRTICO AGUDO
ALGORITMO
Sospechas de SAA:
INESTABLE - Box para estabilización, analgesia ESTABLE
- Control hemodinámico y de HTA
Estado HEMODINÁMICO
Probabilidad de síndrome aórtico
(1 punto por cada uno)
- Factores de riesgo
- Dolor de alto riesgo
UCI. Analgesia - Exploración física sugestiva
Control hemodinámico con objetivos:
- Reposición de la volemia
- TAS 100-120 lpm Baja probabilidad (puntuación 0-1) Alta probabilidad (puntuación 2-3)
- TAS 70-80 lpm
Dímero D
ETT +/- Mediastino aumentado en la rediografía ETT
ETE sedación Signos de DA en la ecocardiografía + -
ETE no disponible
Todo - Alguno +
No
concluyente + DA tipo A No
Sin argumentos para SAA definitivo concluyente
considerar diagnóstico
-
TC alternativo
SAA descartado
SAA confirmado
Considerar diagnóstico alternativo
DA y HI tipo B complicado:
DA tipo B no complicada DA tipo A HI A complicado: Referir de urgencia al equipo
- Hipoperfusión
UAP no ocmplicada - Hematomas periaórticos quirúrgico con capacidad de aorta
- Amenaza/signos de rotura
HI tipo a < 11 mm - Aneurismas grandes Valorar el estado hemodinámico
- Espansión aórtica precoz
HI tipo B no complicada - Derrame pericárdico, para el traslado a otro centro con
- Dolor persistente
Marfan y elastopatías capacidad
- HTA no controlada
Rotura, taponamiento,
Tratamiento médico shock, mala perfusión
Estabilizar Cirugía o tratamientos
Referir a un centro con
Referir a un centro con híbridos (en isquemia
capacidad de aorta
capacidad de TEVAR mesentérica…)
para seguimiento CIRUGÍA DE EMERGENCIA
DA: disección aórtica; ECG: electrocardiograma; ETE: ecocardiografía transesofágica; HI: hematoma intramural; HTA: hiper-
tensión arterial; RM: resonancia magnética; SAA: síndrome aórtico agudo; TAM: tensión arterial media; TAS: tensión arterial
sistólica; TC: tomografía computarizada; TEVAR: reparación aórtica torácica endovascular; UAP: úlcera aterosclerótica pe-
netrante; UCI: Unidad de Cuidados Intensivos.
CAPÍTULO 42
ISQUEMIA ARTERIAL PERIFÉRICA AGUDA
Raquel Torres Gárate | Vanesa de la Cuesta
1. INTRODUCCIÓN
Se define como isquemia arterial aguda periférica la interrupción brusca del flujo sanguíneo a
nivel periférico (extremidades) sin que existan vías alternativas que reemplacen la perfusión de
la zona afectada.
2. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
Las causas son muy variadas y se agrupan en:
▶▶ Causas intrínsecas: embolia, trombosis o trastornos de hipercoagulabilidad.
▶▶ Causas extrínsecas: traumatismos (abiertos y cerrados) y compresiones.
▶▶ Otras causas: situaciones de bajo gasto cardíaco, compromiso del retorno venoso (trombosis
venosa masiva [flegmasía], aneurisma disecante o trombosis poscateterismos.
Por su frecuencia las más importantes son la embolia y la trombosis arterial aguda.
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
La falta de aporte de sangre arterial a un territorio lleva a la isquemia tisular, que, de mantenerse,
conduce a la muerte celular y a necrosis (gangrena). Pasadas 4-8 h del inicio de la isquemia, la
necrosis muscular es irreversible.
Existe una relación entre el tiempo de instauración de la lesión y sus consecuencias; así, a mayor
velocidad de instauración, mayor gravedad.
Otro factor importante es el nivel de oclusión; cuanto más proximal, más isquemia se origina de-
bido al mayor territorio irrigado por la arteria.
Por tanto, los síntomas dependerán del tamaño de la arteria ocluida y de la presencia o ausencia
de colaterales.
Las manifestaciones clínicas se describen como la clínica de las “6 P”:
▶▶ Dolor (Pain): de localización distal, mayor cuanto más grave es el proceso, es intenso y no res-
ponde a analgésicos. Con el paso de las horas y el avance de la isquemia, disminuye de intensi-
dad por pérdida sensitiva inducida por la isquemia.
▶▶ Ausencia de pulso (Pulselessness): distal a la oclusión.
▶▶ Palidez (Pallor): distal a la oclusión, en ocasiones se acompaña de un moteado cianótico que se
extiende proximalmente a la raíz del miembro y se acompaña de frialdad.
▶▶ Poiquilotermia (Poikilothermia).
▶▶ Parestesias (Paresthesias): por anoxia de los nervios sensitivos, lo que provoca sensación de
acorchamiento y adormecimiento distal.
▶▶ Parálisis (Paralysis): es un signo tardío y grave que indica afectación de los nervios motores y del
tejido muscular y que generalmente aparece a las 4-6 h de la isquemia.
El pronóstico depende del diagnóstico precoz y del adecuado tratamiento.
5. TRATAMIENTO
▶▶ Objetivos: control del dolor y evitar la progresión del trombo distal/proximal.
▶▶ Medidas generales:
• Reposo en cama, situando la extremidad en declive; el miembro afecto debe mantenerse pro-
tegido con almohadillado en las zonas de roce y con una adecuada hidratación cutánea con el
fin de impedir ulceraciones.
• Canalizar un acceso venoso para asegurar una adecuada reposición de volumen, así como un
control estricto de la diuresis: los pacientes con isquemia arterial aguda frecuentemente se en-
cuentran deplecionados de volumen y con riesgo de deterioro de función renal (pruebas radio-
lógicas con contraste, deshidratación y mioglobinuria).
▶▶ Control del dolor: se debe iniciar precozmente tratamiento analgésico. Pueden utilizarse desde
antiinflamatorios no esteroideos (AINE) hasta derivados mórficos de acuerdo con la intensidad
del dolor percibida por el paciente.
▶▶ Anticoagulación: se recomienda el inicio inmediato de heparina no fraccionada (HNF), la cual
permitirá una rápida reversión en caso de precisarse cirugía inmediata. Se administra una
dosis inicial de HNF en bolo (5.000 UI [80 UI/kg]) seguido de infusión intravenosa continua
(1.000-1.400 UI/h; para ello hay que diluir 25.000 UI en 250 cc de suero glucosado al 5 % a
10-14 ml/h). Algunos autores postulan la utilización de HBPM, si bien no hay clara evidencia
científica de su superioridad respecto a uno u otro tipo de anticoagulación en la isquemia
arterial aguda.
CAPÍTULO 42
384 ISQUEMIA ARTERIAL PERIFÉRICA AGUDA
▶▶ Medidas específicas: existen distintas estrategias de revascularización que van desde las terapias
endovasculares (trombólisis intraarterial local percutánea, métodos mecánicos de extracción del
coágulo [trombectomía percutánea o tromboaspiración] hasta el tratamiento quirúrgico (angio-
plastia-stent, by-pass y otras técnicas adyuvantes).
La elección de la técnica (o la combinación de ellas) dependerá de la presencia de déficit neuroló-
gico, la duración de la isquemia, la localización, el tipo de vaso afectado, la comorbilidad del pa-
ciente, así como los riesgos propios de la técnica utilizada. En líneas generales, en el caso de que
no exista aún déficit neurológico, el paciente presente comorbilidades o la causa sea la trombosis
de un stent, la revascularización podría ser realizada en las siguientes horas mediante trombólisis.
Si existe déficit neurológico y la extremidad es viable, está indicada la actuación emergente, por
lo que es de elección la intervención quirúrgica dado que el efecto trombolítico de las terapias
endovasculares no es inmediato. Sin embargo, el acortamiento en los tiempos de reperfusión en
los últimos años de otras técnicas, como la trombectomía mecánica percutánea, la convierten en
otra opción que hay que tener en cuenta. En caso de lesión irreversible, el tratamiento quirúrgico
es la amputación (algoritmo).
Puntos clave/recuerda
▶▶ La embolia arterial representa el 60 % de la isquemia aguda en las extremidades.
▶▶ Pasadas 4-8 h del inicio de la isquemia, la necrosis muscular es irreversible.
▶▶ Existe una relación entre el tiempo de instauración de la lesión y sus consecuencias; así, a
mayor velocidad de instauración, mayor gravedad.
▶▶ Cuanto más proximal, más isquemia se origina debido al mayor territorio irrigado por la
arteria.
▶▶ El pronóstico depende del diagnóstico precoz y del adecuado tratamiento.
▶▶ Se recomienda el inicio inmediato de HNF.
▶▶ Los pacientes deben ingresar siempre, preferiblemente en un centro que disponga de ci-
rugía vascular o intervencionismo.
CARDIOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
385
ALGORITMO
Revascularización urgente
Pruebas iniciales: TC, Doppler Trombectomía AMPUTACIÓN
By pass
Revascularización en horas:
- Trombólisis
- Trombectomía ¿Lesión subyacente?
- By-pass
SÍ NO
Tratamiento
Tratamiento médico
endovascular y/o cirugía
Adaptado de Aboyans V, et al. 2017 ESC Guidelines on the Diagnosis and Treatment of Peripheral Arterial.
TC: tomografía computarizada.
CAPÍTULO 43
DISFUNCIÓN VALVULAR AGUDA
Vanesa de la Cuesta Esteban | Ángel Miracle Blanco | Julio Antonio Heras Hitos
1. INTRODUCCIÓN
Los síntomas y signos de las valvulopatías en urgencias incluyen los de la insuficiencia cardíaca (IC) en
todos sus estadios: disnea, edemas, ortopnea, taquicardia, edema agudo de pulmón y shock. La difi-
cultad diagnóstica radica en la falta de especificidad de estos datos, por lo que el médico de urgencias
debe integrar las valvulopatías en su diagnóstico diferencial. En muchas ocasiones se desconoce la
patología valvular del paciente y permanece silente hasta progresar y hacerse clínicamente relevante.
Se precisa realizar una historia clínica meticulosa, una exploración física detallada, un electro-
cardiograma (ECG) y una radiografía (Rx) de tórax. El hallazgo cardinal en la exploración física lo
constituyen los soplos y las alteraciones auscultatorias cardíacas, que deben buscarse de forma
activa y sistemática. Para mayor claridad los hallazgos de la auscultación de las valvulopatías se
describen de forma separada en la tabla 1. La prueba diagnóstica clave es la ecocardiografía
transtorácica (ETT), que será útil para confirmar el diagnóstico, establecer la etiología y determi-
nar la gravedad y la presencia de dilatación de las cavidades o la disfunción ventricular.
2. VALVULOPATÍAS
2.1. INSUFICIENCIA AÓRTICA
▶▶ Descompensación de insuficiencia aórtica (IA) crónica: la degenerativa y la válvula bicúspide
son las etiologías más frecuentes de IA crónica, seguidas por la reumática. La mayoría de las ve-
ces presenta un curso lento, con incremento progresivo del volumen regurgitante. El ventrículo
izquierdo (VI) se dilata e hipertrofia como mecanismo de adaptación. Dado que la regurgitación
valvular ocurre durante la diástole, la bradicardia (diástoles largas) puede ser mal tolerada. Ade-
más las situaciones en las que aumenta la poscarga (hipertensión arterial [HTA], vasoconstric-
ción periférica…) pueden aumentar el grado de regurgitación.
▶▶ IA aguda: las causas más frecuentes son la endocarditis infecciosa (EI) y la disección aórtica (ver
capítulo específico sobre la disección aórtica; los pacientes con válvula bicúspide, aneurisma
aórtico o síndrome de Marfan presentan más riesgo de disección aórtica). En la IA aguda el VI
no se encuentra adaptado a la sobrecarga aguda de volumen, produciéndose aumento de la
presión telediastólica ventricular y secundariamente aumento de la presión capilar pulmonar y
edema de pulmón. Además, el excesivo aumento de la precarga conlleva un descenso del gasto
cardíaco que puede cursar con hipotensión y shock.
2.1.1. Clínica
Además del cuadro de IC, existen algunos rasgos distintivos de la IA. Como factores desencade-
nantes debemos recordar la HTA y la bradicardia. Un signo habitual de presencia de IA significa-
tiva es una elevada presión del pulso. Si existe disección aórtica, puede observarse asimetría
entre los pulsos y la tensión arterial en los miembros. Ante un cuadro de IC aguda, en presencia de
fiebre y soplo, debemos considerar la IA por EI.
2.1.2. Diagnóstico
En el ECG no hay cambios específicos. La existencia de signos de crecimiento de las cavidades
izquierdas orientaría en este contexto hacia la descompensación de una valvulopatía crónica.
En la Rx de tórax el tamaño de la aurícula izquierda (AI) y del VI es normal en el caso de IA aguda,
pudiendo existir cardiomegalia en el caso de IA crónica significativa. Se pueden observar los sig-
nos habituales de IC (redistribución vascular, líneas B de Kerley e infiltrado intersticial o alveolar).
Si la causa es la disección de aorta se podrían ver: ensanchamiento mediastínico, distancia mayor
de 10 mm entre la calcificación intimal y el contorno externo de la pared aórtica y, en el caso de
rotura aórtica contenida, derrame pleural izquierdo o derrame pericárdico (ver capítulo sobre el
síndrome aórtico).
La ETT es diagnóstica en la IA y determina la gravedad y la causa.
2.1.3. Tratamiento
El tratamiento médico tiene como objetivo disminuir la poscarga para reducir la regurgitación y
aumentar la contractilidad miocárdica. Se pueden utilizar vasodilatadores intravenosos, como
la nitroglicerina o el nitroprusiato, y agentes inotrópicos, como la dobutamina. Se debe tener
precaución con la utilización de los betabloqueantes (empleados en la disección aórtica) por el
efecto hemodinámico adverso de la bradicardia en la IA. La IA es una contraindicación para el
uso del balón intraaórtico de contrapulsación (BIACP). Si se sospecha EI como causa de IA aguda,
además de estabilizar al paciente y considerar la cirugía, hay que realizar hemocultivos e iniciar
terapia antibiótica empírica.
CAPÍTULO 43
388 DISFUNCIÓN VALVULAR AGUDA
2.2.1. Clínica
Los síntomas clásicos son la disnea, la angina y el síncope (generalmente de esfuerzo). Los pa-
cientes pueden estar largos períodos asintomáticos, pero una vez que desarrollan síntomas, la
mortalidad aumenta rápidamente (el 75 % de los pacientes mueren en los 3 años siguientes del
inicio de la clínica).
La EA supone una obstrucción fija a la salida aórtica con aumento secundario de la poscarga,
siendo la hipertrofia del VI el mecanismo de compensación habitual. La contracción auricular
tiene un papel importante en el llenado ventricular, por lo que la caída en fibrilación auricular (FA)
es una causa frecuente de descompensación.
2.2.2. Diagnóstico
En el ECG puede observarse hipertrofia ventricular izquierda. La Rx de tórax mostrará signos de
congestión pulmonar, cardiomegalia o calcificación de la válvula aórtica. La ETT está indicada
para valorar la gravedad de la estenosis, la función del VI, la presencia de hipertrofia y la identifi-
cación de lesiones valvulares coexistentes.
2.2.3. Tratamiento
El manejo de la IC aguda en la EA grave pasa por los diuréticos de asa y los vasodilatadores. No
obstante, los nitratos han de emplearse con cuidadosa titulación de la dosis y vigilancia clínica y
hemodinámica por el riesgo de desencadenar una hipotensión refractaria.
El paciente con EA con inestabilidad hemodinámica de causa no cardiogénica, además del trata-
miento de la causa subyacente, puede requerir aportes significativos de volumen parenteral para
mantener una precarga suficiente, aunque siempre bajo estrecha monitorización clínica.
En el caso de EA grave sintomática y en ausencia de comorbilidades que limiten la esperanza de
vida, está indicada la sustitución quirúrgica valvular. La edad no es una contraindicación en sí
misma. El implante valvular aórtico transcatéter (TAVI) es la opción de elección en pacientes no
candidatos a sustitución quirúrgica y en pacientes con alto riesgo quirúrgico si así lo estima el
equipo médico-quirúrgico.
2.3.1. Clínica
En un paciente con IC con un soplo sugerente de IM, debe considerarse la contribución de esta
valvulopatía al cuadro clínico. La mala tolerancia clínica con edema agudo de pulmón de rápida
instauración y/o shock debe hacer sospechar una IM aguda.
2.3.2. Diagnóstico
El ECG puede orientar hacia la existencia de una IM crónica (crecimiento de VI y de AI, FA) o sobre
la causa del cuadro agudo (IAM, isquemia miocárdica, FA).
En la Rx de tórax habrá signos de congestión pulmonar (en ocasiones asimétricos, en caso de jets
de regurgitación excéntricos) y silueta cardíaca de tamaño normal en el caso de la IM aguda o
cardiomegalia a expensas de las cavidades izquierdas en el caso de IM crónica.
La ETT confirmará el diagnóstico, el mecanismo y la gravedad. Si el estudio no es concluyente o
si se sospecha etiología específica (rotura de la cuerda tendinosa, EI), puede ser necesario una
ecocardiografía transesofágica (ETE).
2.3.3. Tratamiento
El tratamiento médico está orientado a reducir la precarga y la poscarga con nitratos y diuréticos.
El uso de estos fármacos está frecuentemente limitado por la hipotensión arterial. Se pueden
asociar en caso de hipotensión fármacos inotrópicos positivos (dobutamina) y/o la colocación de
un BIACP, siendo recomendable el manejo en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
Si la IM aguda es debida a EI con datos de IC, deben realizarse hemocultivos, iniciar antibioterapia
empírica y considerar cirugía cardíaca urgente en función de la situación clínica del paciente. En
la IM aguda por rotura del músculo papilar, además de las medidas descritas de tratamiento mé-
dico, debe considerarse la cirugía cardíaca urgente.
2.4.1. Clínica
En la EM la reducción del área valvular genera un aumento de presión en la AI y secundariamente
congestión capilar pulmonar, que condiciona clínica de IC izquierda. En fases avanzadas, se produce
hipertensión pulmonar y aumento de presión en las cavidades derechas con clínica de IC derecha.
Los síntomas de IC se instauran de forma crónica, pero pueden empeorar de forma rápida en situacio-
nes en las que se acorta la diástole (taquicardia asociada a ejercicio físico, fiebre, anemia, embarazo,
tirotoxicosis o caída en FA). El desarrollo de FA empeora los síntomas por dos mecanismos: la pérdida
de contracción auricular y la respuesta ventricular rápida, lo que disminuye el tiempo de llenado.
Otros signos que pueden sugerir EM son: chapetas malares, hemoptisis por hipertensión pulmo-
nar o disfonía por compresión del nervio laríngeo recidivante por crecimiento de la AI.
2.4.2. Diagnóstico
El hallazgo en el ECG más habitual es la dilatación de AI, siendo también muy prevalente en estos
pacientes la FA. En fases avanzadas tras el desarrollo de hipertensión pulmonar, pueden detec-
tarse también signos de crecimiento de las cavidades derechas.
CAPÍTULO 43
390 DISFUNCIÓN VALVULAR AGUDA
2.4.3. Tratamiento
No difiere del tratamiento general de la IC aguda con diuréticos de asa y nitratos parenterales. En
caso de taquicardia excesiva, en especial por FA rápida, debe controlarse la respuesta ventricular
con betabloqueantes, calcioantagonistas no dihidropiridínicos o digoxina.
La profilaxis antitrombótica es una parte esencial del tratamiento del paciente con EM. Está in-
dicada la anticoagulación sistémica con antagonistas de la vitamina K en todo paciente con FA y
EM. En ritmo sinusal se debe iniciar anticoagulación si hay antecedente de embolismo sistémico o
trombo en la AI y con menor grado de recomendación ante una AI dilatada (diámetro anteropos-
terior > 50 mm) o ecocontraste espontáneo en la AI detectado en una ETE.
El tratamiento a largo plazo de la EM grave en clase funcional avanzada incluye la valvuloplastia
percutánea en anatomías favorables y en ausencia de contraindicaciones (IM, trombo en la AI) o
la cirugía de sustitución mitral en el resto de situaciones.
4. VÁLVULAS PROTÉSICAS
Existen dos tipos de válvulas protésicas: mecánicas y biológicas. Las válvulas biológicas suelen
degenerar antes que las mecánicas y el paciente puede no precisar anticoagulación; por el con-
trario, las válvulas mecánicas tienen una vida media más larga pero el paciente debe recibir an-
ticoagulación. La Rx de tórax puede aportar información acerca de la localización de la válvula
(figura 1) en los casos en los que no se disponga de información clínica previa.
Si se divide el corazón en cuatro cuadrantes imaginarios en la radiografía posteroanterior, la válvula aórtica estaría en el
cuadrante superior derecho, la válvula pulmonar en el superior izquierdo, la válvula tricúspide en la región inferoderecha
y la válvula mitral en la inferoizquierda.
Dividiendo el corazón en una radiografía lateral de tórax mediante una línea imaginaria entre el ápex cardíaco y la cari-
na, de las válvulas pulmonar y aórtica se situarían en la región superior y de las válvulas mitral y tricúspide en la región
inferior de la línea.
Imágenes cedidas por cortesía del Servicio de Radiodiagnóstico del Hospital Universitario Infanta Leonor.
La fuga periprotésica debe sospecharse en pacientes con anemia hemolítica o clínica de insufi-
ciencia valvular, pudiendo requerir reintervención para su reparación.
Si bien el desarrollo de IC en portadores de prótesis valvulares puede tener múltiples causas (dis-
función ventricular residual, progresión de otras valvulopatías…), debe considerarse la disfunción
protésica por degeneración del injerto en las biológicas o por trombosis o desarrollo de pannus
en las mecánicas.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Las valvulopatías deben estar integradas en el diagnóstico diferencial del paciente con
síntomas de IC, bien por progresión de la valvulopatía, bien por aparición de novo.
▶▶ La bradicardia y las situaciones que aumenten la poscarga serán mal toleradas en los pa-
cientes con IA.
▶▶ Ante un paciente con IC aguda, fiebre y presencia de soplo en la auscultación, se debe
considerar la posibilidad de que presente EI.
▶▶ No hay que olvidar que el síncope puede ser un síntoma de estenosis aórtica (EA).
▶▶ En el paciente con EA hay que utilizar con precaución y estrecha vigilancia hemodinámica
los nitratos (por el riesgo de hipotensión refractaria).
▶▶ Se debe recomendar profilaxis antibiótica a pacientes de alto riesgo (prótesis, endocarditis
previa y cardiopatía congénita) ante procedimientos dentales.
▶▶ Se debe tener en mente la posibilidad de trombosis valvular en el paciente con prótesis
valvular y fenómenos embólicos (especialmente en aquellos con mal control de la anti-
coagulación).
Disnea, taquicardia, edema agudo de pulmón,
Anamnesis
angina, síncope, shock cardiogénico.
Exploración física
ECG, Rx tórax BOX-VITAL
¿DISERCIÓN AÓRTICA?
Ver manejo disección aórtica ETT
SOSPECHAR VALVULOPATÍA AGUDA
CANALIZAR
ESTABILIZACIÓN HEMODINÁMICA
VIAS VENOSAS
AVISAR A CARDIOLOGÍA
- NITROPRUSIATO - NITROPRUSIATO TRATAMIENTO MÉDICO
SÓDICO SÓDICO - PRECAUCIÓN CON VASODIlATADORES
- DOBUTAMINA - DOBUTAMINA - TITULAR IECAS Y DIURÉTICOS
- PRECAUCIÓN BB - BIACP VALORACIÓN UCI
¿ENDOCARDITIS
ALGORITMO
- CONTRAINDICADO
BIACP INFECCIOSA?
¿IAM rotura SUSTITUCIÓN VALVULAR AÓRTICA
músculo papilar?
HEMOCULTIVOS RIESGO QUIRÚRGICO RIESGO QUIRÚRGICO TRASLADAR AL CENTRO
ANTIBIOTERAPIA EMPÍRICA BAJO/MODERADO MODERADO/ALTO CON CIRUGÍA VASCULAR
BIACP: balón intraaórtico de contrapulsación; EA: estenosis aórtica; ECG: electrocardiograma; EI: endocarditis infeccios; ETT: ecocardiografía transtorácica; IA:
insuficiencia aórtica; IAM: infarto agudo de miocardio; IECA: inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina; IM: insuficiencia mitral; Rx: radiografía; TAVI:
MANUAL DE URGENCIAS
CARDIOLOGÍA
1. PERICARDITIS AGUDA
1.1. INTRODUCCIÓN
La pericarditis aguda (PA) se define como la inflamación aguda del pericardio y es la enfermedad
del pericardio más habitual en la práctica clínica. Es la causante del 5 % de las consultas por dolor
torácico en Urgencias y del 0,1 % de ingresos hospitalarios. Las recidivas afectan a aproximada-
mente el 30 % de los pacientes en los primeros 18 meses posteriores al primer episodio de PA.
1.2. ETIOLOGÍA
La PA se clasifica principalmente por causa, infecciosa y no infecciosa. Aunque las infecciones son
la causa más frecuente, la etiología cambia según el sustrato epidemiológico, la población y el
contexto clínico. Así, en los países desarrollados los virus son la etiología más frecuente, mientras
que la tuberculosis (TBC) lo es a nivel mundial y en los países en desarrollo, donde es endémica.
1.5. TRATAMIENTO
▶▶ Reposo: restringir la actividad física hasta resolución de los síntomas y evidencia por ecografía
de la resolución del derrame.
▶▶ AINE y colchicina siempre:
• Ibuprofeno 600 mg/8 h durante 7-14 días y disminuir a 200-400 mg/7-14 días durante otras 3
semanas. O ácido acetilsalicílico (AAS) 750-1000 mg/8 h durante 7-14 días y disminuir a 250-500
mg/1-2 semanas durante otras 3 semanas. No hay que dar en las PA posinfarto (síndrome de
Dressler). Se prefiere la utilización de AAS en pacientes antiagregados con este fármaco previa-
mente.
• Colchicina 1-2 g el primer día en 2 tomas, seguido de 0,5 mg/12 h durante 3 meses (cada 24 h si
< 70 kg).
▶▶ Inhibidores de la bomba de protones (IBP): omeprazol 20 mg/día.
El uso de corticoterapia queda reservado a pacientes:
▶▶ Refractarios a tratamiento con AINE y colchicina.
▶▶ PA secundarias a enfermedades autoinmunes.
▶▶ PA autorreactivas (inmunomediadas).
▶▶ PA urémica que no responde a diálisis.
▶▶ PA secundaria a TBC.
En los pacientes en los que se identifique causa distinta a la idiopática/vírica, debe establecerse
el tratamiento específico a la causa subyacente.
Requiere ingreso hospitalario y estudio de cualquier presentación clínica que sugiera etiología
subyacente o que presente factores de mal pronóstico. El resto puede manejarse ambulatoria-
mente con seguimiento a corto plazo (en 1 semana) para monitorizar la respuesta al tratamiento
con AINE.
3. PERICARDITIS CONSTRICTIVA
Se caracteriza por la alteración del llenado diastólico ventricular debido a una enfermedad pe-
ricárdica. El riesgo de progresión a esta enfermedad es bajo en las virales e idiopáticas (< 1 %),
medio en las inmunomediadas y neoplásicas (2-5 %) y alto en las bacterianas, sobre todo la puru-
lenta (20-30 %). El cuadro clínico típico incluye los signos y síntomas de insuficiencia cardíaca.
En todos los pacientes debe realizarse ecocardiograma y, como técnicas de segundo nivel, tomo-
grafía computarizada (TC) y resonancia magnética (RM). Si no funcionan los métodos no invasivos
para el diagnóstico, está indicado el cateterismo cardíaco.
El tratamiento es principalmente quirúrgico en las formas crónicas, pero el tratamiento médico
puede prevenir la progresión a constricción en la pericarditis tuberculosa y bacteriana, mejorar
la constricción transitoria en la pericarditis viral con antiinflamatorios y controlar los síntomas de
constricción en las formas avanzadas y cuando la cirugía está contraindicada.
4.2.1. Tuberculosa
Se requiere un alto índice de sospecha. La presentación clínica suele ser insidiosa y hay que con-
siderarla en aquellas pericarditis de larga evolución que no responden al tratamiento antiinflama-
torio. Se produce en el 1-2 % de los pacientes con TBC. La radiografía de tórax presenta datos de
CARDIOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
397
4.2.2. Purulenta
Tiene una mortalidad del 100 % en los no tratados, mientras que la supervivencia es del 85 % si
se trata adecuadamente. Se produce por diseminación directa hematógena, foco intratorácico
o extensión del foco subdiafragmático. Se ha descrito también como complicación clásica de la
neumonía neumocócica. Actualmente suele producirse en pacientes postoperados de tórax, con
enfermedad renal crónica o inmunosuprimidos. El microorganismo más frecuente es el S. aureus.
Si se produce por diseminación de foco intratorácico, se debe pensar en Streptococcus pneumoniae.
Otras causas menos frecuentes son infecciones por bacterias del género Salmonella spp. y hon-
gos del género Candida spp.
En urgencias se debe iniciar antibioterapia empírica con vancomicina 15-20 mg/kg/día en 2-3 do-
sis, ceftriaxona 2 g/día y gentamicina 3 mg/kg/día en 3 dosis, meropenem 1 g/8 h o imipenem 500
mg/6 h, piperacilina-tazobactam 4 g/0,5 g/6 h, cefepima 2 g/12 h. El tratamiento de elección es el
drenaje por pericardiocentesis, que debe realizarse en cuanto sea posible.
5. MIOPERICARDITIS
Se define como el dolor torácico asociado a otros criterios de pericarditis junto con la elevación
de los MDM. La etiología y el tratamiento son superponibles a los de la PA. El ecocardiograma es
fundamental para descartar derrame pericárdico. El diagnóstico diferencial se establece con el
síndrome coronario agudo, por lo que estaría indicada la realización de coronariografía y RM car-
díaca. Todos los pacientes deben ingresar para su diagnóstico y monitorización.
El diagnóstico definitivo es la biopsia endomiocárdica; sin embargo, dado el curso benigno de la
enfermedad y las posibles complicaciones de la técnica, su realización es excepcional.
6. DERRAME PERICÁRDICO
Consiste en la acumulación de más de 50 ml de líquido pericárdico entre ambas hojas del peri-
cardio. Puede producirse por aumento de la producción (exudado) o por disminución de la ab-
sorción (trasudado).
En función de la distancia entre ambas hojas visualizada mediante ecocardiografía, se divide en
leve (menos de 10 mm), moderado (entre 10 y 20 mm) y grave (mayor de 20 mm).
Las causas principales en los países desarrollados son: idiopáticas (50 %), tumorales (10-25 %),
infecciosas (15-30 %), iatrogénicas (15-20 %) y por enfermedades del tejido conectivo (5-10 %).
Mientras, en los países en desarrollo, el 60 % de los derrames se deben a TBC.
La presentación clínica puede variar desde un hallazgo accidental en pruebas complementarias
(radiografía, TC…) en donde el paciente se encuentra asintomático hasta disnea, tos, hipo- o dis-
fonía por compresión de estructuras vecinas, así como palpitaciones y anorexia por disminución
de la tensión arterial y taquicardia sinusal secundaria.
El diagnóstico se establece por ecocardiografía transtorácica, que permite cuantificar y descartar
taponamiento cardíaco. La radiografía de tórax puede mostrarnos la imagen típica “en cantim-
plora” o “en tienda de campaña” y el ECG bajos voltajes y alternancia eléctrica. Técnicas como
la TC o la RM permiten dar más información sobre si el derrame se encuentra loculado, engrosa-
miento del pericardio y masas, así como anomalías torácicas.
CARDIOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
399
7. TAPONAMIENTO CARDÍACO
Se define como la compresión rápida o lenta del corazón debida a la acumulación pericárdica de
líquido, pus, sangre o gas que amenaza la vida. Los signos clínicos incluyen taquicardia y ruidos
cardíacos disminuidos y habrá reducción del voltaje con alternancia eléctrica en el ECG y aumen-
to del índice cardiotorácico en la radiografía de tórax, aunque la tríada típica es elevación de la
presión venosa yugular, hipotensión arterial y pulso paradójico.
La ecocardiografía es la herramienta más útil para el diagnóstico y para valorar el impacto he-
modinámico. Asimismo se usa para guiar la pericardiocentesis, que es el tratamiento de elección.
Los pacientes con diagnóstico de taponamiento cardíaco deben permanecer ingresados, con mo-
nitorización cardíaca constante y de tensión arterial, frecuencia cardíaca y saturación de oxígeno.
Hasta la realización del tratamiento de elección, la pericardiocentesis, se debe asegurar la per-
fusión distal mediante expansores de volumen como el suero salino fisiológico al 0,9 % para au-
mentar la presión venosa central y mejorar el gasto cardíaco. El tratamiento diurético y los vaso-
dilatadores están contraindicados.
Puntos clave/recuerda
▶▶ La causa más frecuente de PA es la infecciosa.
▶▶ La elevación de los marcadores de inflamación apunta al diagnóstico de PA y estos ayudan
a monitorizar la actividad de la enfermedad y la eficacia del tratamiento.
▶▶ En países con baja prevalencia de TBC no es obligatorio buscar la etiología durante el primer
episodio de pericarditis, ya que la causa más probable es idiopática/vírica.
▶▶ Debemos investigar la etiología si al inicio o a lo largo del seguimiento aparecen factores
de mal pronóstico.
▶▶ Los factores de mal pronóstico son fiebre, curso subagudo, derrame pericárdico impor-
tante, taponamiento cardíaco y falta de respuesta a AINE los 7 primeros días.
▶▶ La base del tratamiento radica en AINE y colchicina.
▶▶ La pericarditis urémica de los pacientes con insuficiencia renal aguda o crónica es indicación
de diálisis.
▶▶ En el tratamiento de la PA en embarazadas, está contraindicada la colchicina.
CAPÍTULO 44 CARDIOLOGÍA
400 PERICARDITIS, DERRAME PERICÁRDICO Y TAPONAMIENTO CARDÍACO MANUAL DE URGENCIAS
400
ALGORITMO
Considerar
SÍ NO diagnóstico
alternativo
Considerar
mioperircarditis si hay
elevación de MDM o PA
disfunción ventricular
por ecocardiograma
Tratamiento
SÍ NO ambulatorio
Estudio de la Taponamiento
enfermedad cardíaco
1. Segundo ciclo AINE Probablemente
subyacente PA idiopática o
2. Si recurre: considerar
SÍ NO CE o nmunosupresores. viral
3. Pericardiectomía
Soporte
hemodinámico.
Pericardiocentesis Estudio de
enfermedad
subyacente
AAS: ácido acetilsalicílico. AINE: antiinflamatorios no esteroideos. ECG: electrocardiograma. MDM: marcadores de daño
miocárdico. PA: presión arterial.
CARDIOLOGÍA
BIBLIOGRAFÍA
CAPÍTULO 35
SÍNDROME CORONARIO AGUDO
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CAPÍTULO 36
INSUFICIENCIA CARDÍACA AGUDA. EDEMA AGUDO DE PULMÓN
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402 CARDIOLOGÍA
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CAPÍTULO 37
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CAPÍTULO 38
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CAPÍTULO 39
TAQUIARRITMIAS
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CARDIOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
403
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CAPÍTULO 40
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CAPÍTULO 41
SÍNDROME AÓRTICO
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404 CARDIOLOGÍA
CAPÍTULO 42
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CAPÍTULO 43
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CAPÍTULO 44
PERICARDITIS, DERRAME PERICÁRDICO Y TAPONAMIENTO CARDÍACO
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CARDIOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
405
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NEUMOLOGÍA
CAPÍTULO 45
HEMOPTISIS
Olaia Bronte Moreno | Isabel Urrutia Landa
1. DEFINICIÓN
La hemoptisis se define como la emisión de sangre por la boca procedente del tracto respirato-
rio inferior a nivel subglótico (árbol traqueobronquial o pulmones) e incluye desde la tinción del
esputo con estrías de sangre hasta la expectoración de cantidades importantes de sangre que
comprometen la vida del paciente.
En la mayoría de ocasiones el sangrado procede de las arterias bronquiales (origen en la aorta
torácica), por lo que el sangrado es de mayor cuantía que cuando procede de las ramas de la
circulación de la arterial pulmonar.
2. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
Las causas más frecuentes en nuestro medio son la bronquitis crónica, el cáncer de pulmón, las
bronquiectasias y la tuberculosis. Hasta en el 5-15 % de los casos no se consigue realizar un diag-
nóstico etiológico, considerándose entonces hemoptisis criptogénica. Las principales causas
etiológicas se recogen en la tabla 1.
En función de su gravedad se clasifica en amenazante y no amenazante, siendo los factores más
determinantes el volumen total, la velocidad de sangrado y la reserva cardiopulmonar previa del
paciente. La Normativa de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica establece que
la hemoptisis amenazante es aquella cuyo volumen supera los 600 cc en 24-48 h o los 150 cc en 1
h, supone un riesgo vital inmediato y exige adoptar medidas terapéuticas urgentes. La muerte por
hemoptisis ocurre por insuficiencia respiratoria secundaria a la inundación del árbol bronquial,
más que por complicaciones hemodinámicas.
ANTECEDENTES
Traumáticos Manipulación diagnóstica sobre la vía aérea/el pulmón
Traumatismo torácico, aspiración de cuerpo extraño
Tóxicos Tabaco, asbesto, productos químicos orgánicos
Fármacos AINE, antiagregantes, anticoagulantes
Epidemiológicos Viajes, contacto/riesgo de tuberculosis o parásitos
Familiares Coagulopatía, ETEV, hemoptisis, aneurismas cerebrales, epistaxis, hemorragia
digestiva, tuberculosis, neoplasia
Patología EPOC, bronquiectasias, neumonía, neoplasia, tos, expectoración, broncorrea,
respiratoria sibilancias
Otra patología Cardiopatía, ETEV, inmunodepresión, enfermedad renal/digestiva (ulcus
gastroduodenal, ERGE, hepatopatía)/hematológica/autoinmune/sistémica
Hemoptisis previas Cantidad, velocidad, tiempo de evolución, síntomas asociados (episodio catarral,
fiebre, expectoración purulenta, disnea, síndrome constitucional, hematuria….)
AINE: antiinflamatorio no esteroideo; EPOC: enfermedad pulmonar obstructiva crónica; ERGE: enfermedad por reflujo
gastroesofágico; ETEV: enfermedad tromboembólica venosa.
lesiones cutáneas (vasculitis), petequias (diátesis hemorrágica), equimosis o contusiones; hay que
hacer exploración cardiovascular (ingurgitación yugular, auscultación cardíaca, reflujo hepato-
yugular, edemas en las extremidades inferiores), de adenopatías (cervicales, supraclaviculares y
axilares) y exploración abdominal y de las extremidades inferiores (signos de trombosis venosa
profunda o insuficiencia cardíaca). Siempre se deben inspeccionar la cavidad oral y las fosas
nasales y realizar una exploración otorrinolaringológica.
ANALÍTICA DE SANGRE
Hemograma: magnitud del sangrado y control evolutivo (anemia, leucocitosis)
Pruebas cruzadas
Bioquímica general, incluyendo funciones renal y hepática
Coagulación (trombocitopenia, coagulopatía, dímero-D)
RADIOGRAFÍA DE TÓRAX (POSTEROANTERIOR Y LATERAL)
Ayuda a localizar el sangrado y puede ayudar en el diagnóstico etiológico (20-45 % normal)
ANALÍTICA DE ORINA (SEDIMENTO, PROTEINURIA)
Valora nefropatía asociada y síndromes de hemorragia alveolar
ELECTROCARDIOGRAMA
Datos de hipertensión pulmonar, TEP o cardiopatía
RECOGIDA DE ESPUTO
Microbiología: tinciones y cultivos
Citología
PULSIOXIMETRÍA Y GASOMETRÍA ARTERIAL (HIPOXEMIA, HIPERCAPNIA)
Impacto del sangrado en la oxigenación y ventilación para adecuar la FiO2
FiO2: fracción inspirada de oxígeno; TEP: tromboembolismo pulmonar.
4. TRATAMIENTO
4.1. HEMOPTISIS NO AMENAZANTE LEVE
El volumen de sangrado suele ser menor a 20 cc en 24 h, sin repercusión en el estado general del
paciente, por lo que el tratamiento y el estudio diagnóstico se pueden realizar de forma ambu-
latoria. Se recomienda reposo relativo, cese de hábito tabáquico, antitusígenos (si persistente o
empeoramiento del sangrado con la tos) y antibiótico si se sospecha infección (hay que evitar las
quinolonas hasta que se haya descartado tuberculosis).
4.3.2. Embolización
Mediante la arteriografía se identifican los vasos bronquiales y sus alteraciones, procediendo a su
embolización de forma selectiva. Es el tratamiento más seguro y eficaz en la hemoptisis amena-
zante o recidivante puesto que permite el control inmediato y a largo plazo. En la mayoría de los
casos supone el tratamiento definitivo y en otros permite la estabilización del paciente antes de la
cirugía. Su única contraindicación es en aquellos casos en los que el origen de la arteria medular
se localice en el mismo vaso que causa la hemoptisis.
4.3.3. Cirugía
Está indicada si fracasan las maniobras endoscópicas y la embolización, en caso de enfermedad
localizada y resecable, en un paciente operable y en ausencia de otro tratamiento médico alter-
nativo. La cirugía tiene indicación absoluta en los casos de herida penetrante torácica o fisura de
aneurisma aórtico.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Hay que diferenciar la hemoptisis de la hemorragia digestiva y del área de Otorrinolaringo-
logía (ORL).
▶▶ Cuantificar el sangrado permite establecer el riesgo vital y el manejo del paciente.
▶▶ En la hemoptisis amenazante existe riesgo de muerte por asfixia.
CAPÍTULO 45
416 HEMOPTISIS
ALGORITMO
Sospecha de hemoptisis
¿Estable? UCI
¿Factores de gravedad?
¿Pruebas complementarias
iniciales normales?
SÍ ¿Sangrado leve (< 20 cc)? NO
Reembolización Control
Embolización
Cirugía No control/recidiva
* Medidas generales: dieta absoluta. Reposo. Control de constantes vitales. Oxigenoterapia. Acceso venoso periférico.
Pruebas cruzadas.
** Exploraciones complementarias iniciales: radiografía de tórax (posteroanterior y lateral). Analítica: sangre y orina. Gaso-
metría arterial. Electrocardiograma. Estudio del esputo.
*** Medicación: antitusígenos: codeína 30 mg v.o./6-8 h. Antifibrinolíticos: ácido tranexámico: 500 mg i.v/8 h o 1 g v.o./8 h.
Antibiótico. Corrección de trastornos de la hemostasia: plasma, plaquetas y vitamina K.
TC: tomografía computarizada; TCAR: tomografía computarizada de alta resolución; UCI: Unidad de Cuidados Intensivos;
UCRI: Unidad de Cuidados Respiratorios Intermedios.
CAPÍTULO 46
INSUFICIENCIA RESPIRATORIA AGUDA
Tamara Hermida Valverde | Ramón Fernández Álvarez
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
La función principal del aparato respiratorio es el intercambio gaseoso entre el aire ambiente y la
sangre mediante la captación de oxígeno y la eliminación de anhídrido carbónico, producto del
metabolismo de los distintos órganos y sistemas.
En la insuficiencia respiratoria (IR) el intercambio gaseoso no se adecua a las necesidades
del organismo. Clásicamente se ha definido como la situación en la que la presión parcial
de oxígeno (PaO2) es inferior a 60 mmHg en un individuo en reposo y vigilia y respirando
aire ambiente al nivel del mar (valores normales de 80-100 mmHg). Ocasionalmente, pero
no siempre, la presión parcial de dióxido de carbono (PaCO2) es mayor de 45 mmHg (valores
normales de 35-45 mmHg).
La hipoxemia se define con una PaO2 por debajo de 80 mmHg. La PaO2 normal puede variar en
determinadas circunstancias, como la presión barométrica, la edad o la posición del sujeto.
La mayor parte del oxígeno que transporta la sangre va unido a la hemoglobina (Hb), mientras
que el oxígeno disuelto en el plasma representa un pequeño porcentaje del total. La relación en-
tre ambos se representa mediante la curva de disociación de la Hb, cuya morfología varía según
el grado de afinidad que exista entre la Hb y el oxígeno, influenciado por cambios de temperatura,
acidez del medio y presión de dióxido de carbono.
El gradiente alveoloarterial de oxígeno (A-aO2) es un indicador de la efectividad del intercambio
de gases y ayuda a distinguir la hipoxemia de causa pulmonar de la de origen extrapulmonar cal-
culando la diferencia entre la presión de oxígeno en el alvéolo y la sangre arterial.
En un individuo sano respirando aire ambiente al nivel del mar es igual o inferior a 10 mmHg.
2. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
La clasificación de la IR puede establecerse considerando la rapidez con la que se instaura, y
así distinguir dos formas clínicas: insuficiencia respiratoria aguda (IRA) o insuficiencia respiratoria
crónica (IRC), en la que ha transcurrido el tiempo suficiente para poner en marcha mecanismos
de compensación. Existe una tercera entidad llamada IRC agudizada, en la que se produce un
empeoramiento de una IRC que se encontraba en fase estable.
Según los hallazgos gasométricos distinguimos: tipo 1, parcial o hipoxémica (donde predominan
alteraciones en el intercambio gaseoso), y tipo 2, global o hipercápnica (predomina la alteración
ventilatoria).
Existen seis mecanismos fisiopatológicos implicados en el origen de la IRA (tabla 1):
▶▶ Alteraciones en el cociente ventilación/perfusión (V/Q): es el mecanismo más habitual, causan-
te de hipoxemia en la mayor parte de las enfermedades pulmonares obstructivas, intersticiales
y vasculares. Se produce un disbalance entre la ventilación y la perfusión alveolares, que res-
ponde favorablemente al aporte de oxígeno suplementario.
CAPÍTULO 46
418 INSUFICIENCIA RESPIRATORIA AGUDA
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
La disnea de reciente aparición suele ser el síntoma guía de la IRA. Además, esta entidad debe
sospecharse ante la aparición de signos y síntomas propios de hipoxemia y/o hipercapnia (tabla 2).
NEUMOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
419
HIPOXEMIA HIPERCAPNIA
Disnea Desorientación
Taquipnea Obnubilación
Incoordinación toracoabdominal Flapping
Cianosis Taquicardia
Taquicardia Hipertensión arterial
Hipertensión arterial Hipotensión y bradicardia en fases avanzadas
Agitación
Pulso paradójico
Hipotensión y bradicardia en fases avanzadas
Signos y síntomas de la enfermedad de base que ocasiona la IR
IR: insuficiencia respiratoria.
5. TRATAMIENTO
5.1. MEDIDAS GENERALES Y TRATAMIENTO DEL PROCESO CAUSAL
▶▶ Monitorización completa del paciente (constantes vitales, ECG y SatO2).
▶▶ Asegurar la permeabilidad de la vía aérea (extracción de cuerpos extraños, aspiración de secre-
ciones...) y valorar la necesidad de intubación orotraqueal (IOT).
▶▶ Canalización de una vía venosa: asegurar el buen estado de hidratación y la administración del
tratamiento.
▶▶ Mantener una posición sentada/semisentada: adecuación de la V/Q en las bases pulmonares y
mayor efectividad de la musculatura respiratoria, lo que facilita el manejo de secreciones.
▶▶ Tratamiento precoz de situaciones que conllevan un mayor VO2 (fiebre, agitación…) y de las que
comprometan el DO2 (anemia).
▶▶ Protección gástrica y profilaxis de patología tromboembólica.
CAPÍTULO 46
420 INSUFICIENCIA RESPIRATORIA AGUDA
5.2. OXIGENOTERAPIA
Es el tratamiento específico. Si las circunstancias lo permiten, hay que realizar una GA antes. El
objetivo es situar la PaO2 > 60 mmHg. Existen varios dispositivos en función de la concentración
de oxígeno que queramos administrar:
▶▶ Sistemas de alto flujo (sistema Venturi): permiten administrar una FiO2 fija, constante e indepen-
diente del patrón ventilatorio, pudiendo oscilar entre 0,24 y 0,60. Son de elección en el manejo
inicial y en la IRA hipercápnica (en este caso, ajustada a la menor FiO2 posible para mantener
una PaO2 > 60).
▶▶ Sistemas de bajo flujo: una parte del gas inspirado procede del aire ambiente. La FiO2 varía
según el patrón ventilatorio del paciente:
• Cánulas nasales: pacientes estables, sin hipercapnia. Se utiliza un flujo de oxígeno entre 1 y 3
lpm, proporcionando una FiO2 entre 0,24 y 0,35, respectivamente.
• Mascarillas con bolsa-reservorio: proporcionan la máxima FiO2 dentro de la modalidad de ad-
ministración de oxígeno con máscara. Están recomendadas en pacientes con IR grave que ne-
cesitan aporte de FiO2 > 0,50. Permiten obtener una FiO2 de 0,60-0,80 (reinhalación parcial) y
0,80-0,95 (sin reinhalación).
▶▶ Alto flujo nasal: es una alternativa a la oxigenoterapia convencional de reciente aparición. Fun-
ciona mediante la administración de una mezcla de oxígeno y aire que llega al paciente humi-
dificada y con una temperatura similar a la fisiológica a través de cánulas nasales de gran diá-
metro. Permite alcanzar una FiO2 de 0,21-1, pudiendo llegar a una velocidad de flujo de 60 l/min.
Además, disminuye el espacio muerto anatómico y genera una presión positiva en la vía aérea
(por cada 10 lpm se incrementa la presión positiva al final de la expiración [PEEP] 0,69 cmH2O
con la boca cerrada y 0,35 cmH2O con la boca abierta), que aumenta el reclutamiento alveolar,
la compliancia pulmonar y el volumen corriente, ayudando a disminuir el trabajo respiratorio.
NEUMOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
421
Estaría indicado en aquellos casos de IRA grave sin criterios de IOT ni acidosis respiratoria. Se
empieza con una FiO2 del 100 % a 60 lpm y 37 ºC y, si la evolución tras 1-2 h es buena, se va re-
duciendo progresivamente el aporte de oxígeno.
5.3. VENTILACIÓN MECÁNICA
Se da en aquellas situaciones en las que la oxigenoterapia y el tratamiento de la enfermedad
causal no consiguen revertir la IRA, manteniéndose una PaO2 < 60 mmHg y un pH < 7,30. El objeti-
vo es proporcionar descanso a la musculatura respiratoria y asegurar una ventilación adecuada.
Podemos encontrarnos con dos situaciones:
▶▶ IRA no hipercápnica: generalmente en este grupo se incluyen patologías que afectan funda-
mentalmente al intercambio gaseoso y suelen presentarse alteraciones en la radiografía de tó-
rax en forma de condensaciones alveolares, bien localizadas (neumonía grave) o difusas (SDRA,
EAP). Normalmente se manejan en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) por su tendencia a
precisar IOT y VM.
▶▶ IRA hipercápnica: se presenta en patologías que fundamentalmente comprometen la ventila-
ción alveolar (síndrome de obesidad-hipoventilación, enfermedad pulmonar obstructiva cró-
nica [EPOC], enfermedades neuromusculares) y en muchas ocasiones pueden tratarse con
ventilación mecánica no invasiva (VMNI), que mejora la supervivencia al disminuir las compli-
caciones derivadas de la IOT y de la ventilación mecánica (VM) invasiva. Utilizaremos VMNI en
presencia de acidosis respiratoria con pH < 7,35 y siempre que no esté contraindicada.
Puntos clave/recuerda
▶▶ La IRA es un diagnóstico gasométrico.
▶▶ Hay que realizar siempre ECG y radiografía de tórax.
▶▶ Se debe ajustar la FiO2 a los requerimientos del paciente.
▶▶ Si existe riesgo de hipercapnia, no se han de administrar FiO2 elevadas.
NEUMOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
423
ALGORITMO
GA basal
Tipo 1 Tipo 2
Aumentar la FiO2
SÍ NO
VMNI IOT y VM
FiO2: fracción inspirada de oxígeno; GA: gasometría arterial; IOT: intubación orotraqueal; IRA: insuficiencia respiratoria agu-
da; PaCO2: presión parcial de dióxido de carbono; PaO2: presión parcial de oxígeno; RCP: reanimación cardiopulmonar;
SatO2: saturación de oxígeno; VM: ventilación mecánica; VMNI: ventilación mecánica no invasiva.
CAPÍTULO 47
AGUDIZACIÓN DE LA ENFERMEDAD
PULMONAR OBSTRUCTIVA CRÓNICA
Cristina Estirado | Joaquim Gea
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) se caracteriza por una limitación crónica al
flujo aéreo escasamente reversible y que se asocia principalmente al humo de tabaco. Se trata
de una enfermedad infradiagnosticada y con elevada morbimortalidad. La disnea, la tos y la ex-
pectoración son los síntomas más frecuentes. Para su diagnóstico se requiere la realización de
una espirometría que demuestre la presencia de limitación al flujo aéreo (volumen espiratorio
forzado en 1 s [FEV1]/capacidad vital forzada [FVC] < 70 %) tras la realización de una prueba bron-
codilatadora. La EPOC puede cursar con agudizaciones o exacerbaciones, que se definen como
un empeoramiento agudo de los síntomas respiratorios que va más allá de las variaciones diarias
de la enfermedad y que requiere cambios en el tratamiento. Las agudizaciones de la enfermedad
pulmonar obstructiva crónica (AEPOC) representan episodios importantes en el curso de la enfer-
medad porque afectan negativamente el estado de salud del paciente, empeoran la progresión
de la enfermedad y aumentan el riesgo de muerte.
2. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
El 50-70 % de las agudizaciones son causadas por la infección del árbol traqueobronquial; la con-
taminación ambiental puede ser causante del 5-10 % adicional. En aproximadamente el 20-30 %
de los casos la etiología es desconocida. Dentro de las infecciones, los virus representan hasta el
50 % (Rhinovirus es el más frecuente). Las bacterias más habituales son Haemophilus influenzae,
Streptococcus pneumoniae y Moraxella catharralis; en las agudizaciones graves o muy frecuentes
las enterobacterias y Pseudomonas aeruginosa tienen un papel relevante.
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
El aumento de la disnea es el síntoma fundamental de una agudización. Otros síntomas son el au-
mento de la tos y/o del volumen de la expectoración o cambios en la coloración de esta. La expec-
toración puede pasar a ser purulenta, y en alguna ocasión incluso mostrar rastros de sangre. En los
casos de infección puede haber fiebre. Otros signos frecuentes son: taquipnea, cianosis si existe hi-
poxemia marcada, flapping tremor en caso de hipercapnia y roncus y sibilantes (estos últimos sobre
todo en sujetos hiperreactivos) en la auscultación. Si existe un aumento del trabajo respiratorio, con
riesgo de fallo, se observará el uso de musculatura ventilatoria accesoria, e incluso incoordinación
toracoabdominal o entre las partes superior e inferior del tórax. En caso de fallo ventricular derecho
e hipoperfusión o hipoxia renal, podrán evidenciarse edemas en las partes declives. En casos muy
graves, con alteración marcada de los gases sanguíneos y del equilibrio ácido-base, pueden ob-
servarse cambios en el estado de consciencia. La exploración física de los pacientes debe incluir la
toma de constantes vitales: frecuencias respiratoria y cardíaca, temperatura y tensión arterial (TA).
NEUMOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
425
4.3.6. Electrocardiograma
Permite descartar arritmias (en ocasiones secundarias a la hipoxemia o a la acidosis) o cardiopa-
tía isquémica, entre otras.
CAPÍTULO 47
426 AGUDIZACIÓN DE LA ENFERMEDAD PULMONAR OBSTRUCTIVA CRÓNICA
5. PROFILAXIS Y TRATAMIENTO
5.1. PREVENCIÓN
Además de un correcto control de la EPOC, con recomendación de hábitos saludables (dieta y
actividad física apropiadas) y tratamiento farmacológico apropiado a su nivel de gravedad, pue-
den utilizarse las vacunas antigripal y neumocócica (la antigripal reduce el número de exacerba-
ciones, su gravedad y mortalidad). El uso de determinados antibióticos para la prevención de las
exacerbaciones es todavía controvertido, aunque los macrólidos han demostrado ocasionalmen-
te eficacia en su reducción.
nistración pueden utilizarse inhaladores dosificadores, aunque el uso de una cámara de inhalación
o nebulizadores permite una mejor llegada del fármaco a su destino. Los nebulizadores son más
fáciles de utilizar en el caso de pacientes graves, que precisan dosis elevadas de medicación. La
dosis recomendada para el salbutamol es de 2,5-10 mg de fármaco nebulizado cada 4-6 h o 400-600
mg en inhalación (4-6 inhalaciones) con el mismo intervalo. Para el ipratropio se recomienda admi-
nistrar 0,5-1 mg de fármaco nebulizado cada 4-6 h o alternativamente 80-120 mg en inhalación (4-6
inhalaciones) a intervalos similares. En pacientes con hipercapnia, la medicación nebulizada debe
ser liberada mediante aire comprimido o con un sistema de propulsión por oxígeno que garantice
que la FiO2 permanece estable. Los sistemas de oxígeno de flujo elevado son desaconsejables por la
posibilidad de empeorar la hipercapnia y la acidosis. En la actualidad no se recomienda el uso de las
metilxantinas endovenosas por la potencial aparición de efectos secundarios.
5.2.2. Corticoides
Los esteroides sistémicos acortan el tiempo de recuperación de las AEPOC, pueden mejorar la
función pulmonar y disminuyen los fracasos terapéuticos. Pueden administrarse por vía endo-
venosa u oral (si el paciente lo tolera y no necesita ventilación mecánica [VM] invasiva). La dosis
recomendada es de 0,5 mg/kg/día de prednisona o las dosis equivalentes de otros esteroides. La
duración recomendada es de 5 días. Los corticoides nebulizados pueden constituir una alternati-
va eficaz y segura a los corticoides sistémicos en agudizaciones no graves. La dosis recomendada
es en este caso de 2 mg/6-8 h.
5.2.3. Antibioterapia
Su uso en la AEPOC es habitual aunque controvertido. En general, se recomienda utilizarlas siem-
pre que aparezca un cambio en la coloración del esputo, sobre todo si es claramente purulento (la
expectoración amarillenta puede observarse en pacientes con fenotipo mixto EPOC-asma sin que
implique infección bronquial), así como en la AEPOC grave que requiera VM (invasiva o no invasiva).
La elección del antibiótico depende de las resistencias observadas en los microorganismos locales,
del conocimiento de las especies bacterianas involucradas y de la gravedad de la agudización. En
nuestro medio se recomienda la utilización inicial de amoxicilina-clavulánico o de una quinolona
(moxifloxacino o levofloxacino). La duración del tratamiento recomendada es de 5-7 días.
En los pacientes con EPOC grave y agudizaciones frecuentes, o con falta de respuesta al trata-
miento previo, debe considerarse la presencia de gérmenes resistentes a la antibioterapia habi-
tual, como Pseudomonas aeruginosa, que requerirán un tratamiento más específico.
gases arteriales ya estables, puede plantearse una administración de oxígeno más cómoda para
el enfermo a través de gafas nasales y bajo flujo controlado.
Indicaciones absolutas:
• Parada respiratoria inminente
• Contraindicación para VMNI
• Fracaso de la VMNI:
- Acidosis respiratoria grave (pH < 7,25) a pesar del tratamiento correcto
- Hipoxemia grave (PaO2 < 40 mmHg) a pesar de oxigenoterapia y VMNI
- Disminución del nivel de consciencia a pesar del tratamiento correcto
Indicaciones relativas:
• Disnea grave que no responde al tratamiento
• Inestabilidad hemodinámica
PaO2: presión parcial de oxígeno; VMNI: ventilación mecánica no invasiva.
NEUMOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
429
IC: insuficiencia cardíaca; PaCO2: presión parcial de dióxido de carbono; PaO2: presión parcial de oxígeno.
Puntos clave/recuerda
▶▶ El diagnóstico de AEPOC es fundamentalmente clínico.
▶▶ Hay que valorar siempre el estado hemodinámico y respiratorio del paciente.
▶▶ Se debe iniciar el tratamiento sin esperar el resultado de las pruebas complementarias.
▶▶ Hay que descartar otras causas de disnea (TEP, IC, arritmias…).
CAPÍTULO 47
430 AGUDIZACIÓN DE LA ENFERMEDAD PULMONAR OBSTRUCTIVA CRÓNICA
ALGORITMO
Agudización de EPOC
EPOC: enfermedad pulmonar obstructiva crónica; BD: broncodilatadores; GA: gasometría arterial; IOT: intubación orotra-
queal; VM: ventilación mecánica; VMNI: ventilación mecánica no invasiva.
CAPÍTULO 48
CRISIS ASMÁTICA
Francisco-Javier González-Barcala | Xavier Muñoz
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
Las exacerbaciones asmáticas (EA) se definen como episodios agudos o subagudos caracterizados
por aumento de la sintomatología típica de la enfermedad, acompañados de un deterioro de la fun-
ción pulmonar evaluado por pico de flujo espiratorio (PEF) o volumen espiratorio forzado en 1 s (FEV1),
que requieren modificaciones en el tratamiento. Pueden ocurrir en pacientes con asma ya conocida
o ser la primera presentación de la enfermedad. Debe recordarse que cualquier paciente con asma
puede presentar exacerbaciones graves, aun aquellos con formas leves de la enfermedad.
Las exacerbaciones son eventos relativamente frecuentes en la población asmática (un 8,4-12,5 %
presentan al menos una exacerbación/año). Las agudizaciones graves que requieren ingreso hos-
pitalario siguen aumentando, especialmente en mujeres de edad avanzada, y hasta un 18 % de
estas exacerbaciones son de riesgo vital. Se han identificado factores que se relacionan con ma-
yor riesgo de mortalidad, por lo que deben ser recogidos claramente en la historia clínica; se debe
incidir especialmente en la educación sobre el asma en estos pacientes (tabla 1).
2. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
La causa más frecuente de las EA son las infecciones víricas, suponiendo en algunas series alre-
dedor del 60 % de los casos. Otros agentes causales frecuentes son las infecciones bacterianas,
la exposición ambiental a alérgenos u otros contaminantes ambientales, factores ocupacionales
relacionados con el puesto de trabajo y la falta de adherencia al tratamiento.
CAPÍTULO 48
432 CRISIS ASMÁTICA
Las EA se estratifican en leve, moderada, grave y parada respiratoria inminente (tabla 2) en fun-
ción de su gravedad. Para establecer esta clasificación se considerarán el grado de disnea, las
frecuencias respiratoria y cardíaca, el uso de musculatura accesoria, la presencia de sibilancias,
el nivel de consciencia y datos de función pulmonar (FEV1 y/o PEF) y del intercambio de gases
(saturación de oxígeno [SatO2], presión parcial de oxígeno [PaO2] y presión parcial de dióxido de
carbono [PaCO2]). El pulso paradójico ha sido uno de los parámetros evaluados en la clasificación
de la gravedad de la EA, pero en el momento actual no se aconseja su utilización.
PARADA
LEVE MODERADA GRAVE CARDIORRESPIRATORIA
INMINENTE
Disnea Andando En reposo En reposo Muy intensa
Habla Párrafos Frases-palabras Palabras Incapaz
Consciencia Puede estar Agitado/inquieto Agitado/ Somnoliento/confuso
agitado/inquieto inquieto
Frecuencia Ligeramente > 20 > 30
respiratoria (rpm) aumentada
Frecuencia cardíaca < 100 100-120 > 120 Bradicardia
(lpm)
Uso de musculatura Ausente Ocasionalmente Habitual Movimiento paradójico
accesoria toracoabdominal
Sibilancias Moderadas, Intensas en toda Tanto en Silencio auscultatorio
habitualmente la espiración inspiración
solo al final de la como en
espiración espiración
FEV1 o PEF (% ≥ 70 % 40-69 % < 40% No medible
de los valores de
referencia)
SatO2 > 95 % 90-95 % < 90% < 90%
PaO2 Normal, 60-80 mmHg, < 60 mmHg < 60 mmHg
gasometría no gasometría
necesaria no necesaria
habitualmente
PaCO2 Normal, ≤ 40 mmHg, > 40 mmHg > 40 mmHg
gasometría no gasometría
necesaria no necesaria
habitualmente
FEV1: volumen espiratorio forzado en 1 s; PaCO2: presión parcial de dióxido de carbono; PaO2: presión parcial de oxígeno;
PEF: pico de flujo espiratorio; SatO2: saturación de oxígeno.
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
La presentación clínica es muy variable, desde discretos incrementos de la sintomatología propia del
asma en las crisis leves, hasta la parada cardiorrespiratoria. En función de la rapidez de instauración de
las crisis se clasifican en dos tipos: de instauración rápida (en menos de 3 h) y de instauración lenta (en
días o semanas). La rapidez de instauración tiene diferentes etiología, patogenia y pronóstico.
NEUMOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
433
5. TRATAMIENTO
El tratamiento dependerá de la gravedad de la exacerbación (tabla 2 y algoritmo). Los objetivos gene-
rales serán mantener una oxigenación adecuada y reducir la obstrucción y la inflamación de la vía aérea.
Debe mantenerse una SatO2 > 93 %, aunque en el caso de embarazadas o pacientes con comorbi-
lidad cardíaca es aconsejable alcanzar saturaciones superiores, de alrededor del 95 %.
▶▶ Todos los pacientes con agudizaciones de asma deben recibir b2-agonista de acción corta
(SABA), ya que suponen la medida más adecuada para revertir la obstrucción de la vía aérea.
Se pueden administrar, durante la primera hora, de 4 a 10 inhalaciones de 100 mg de salbuta-
mol o equivalente cada 20 min (preferentemente mediante cámara espaciadora, la forma más
eficiente de administración) o una nebulización de 2,5 mg/30 min. En los casos más graves se
puede utilizar la nebulización continua a una dosis de 10 mg/h. La vía inhalada es preferible a
la nebulizada, ya que se consigue un efecto más rápido.La administración intravenosa no debe
ser la primera elección, aunque puede ser de utilidad en algunos casos si no responden al tra-
tamiento inhalado (200 mg i.v. en 20 min, seguido de 0,1-0,2 mg/kg/min). En las agudizaciones de
riesgo vital no está clara cuál es la mejor vía y secuencia de administración; podría iniciarse con
nebulización continua y continuar con inhalación intermitente a demanda.
▶▶ Para el control de la inflamación deben utilizarse corticoides. Los glucocorticoides inhalados (GCI)
inician el efecto antes que los sistémicos por medio de una acción local en la mucosa de la vía
NEUMOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
435
aérea. Se aconsejan dosis de 500 mg de fluticasona o equivalente, que se pueden repetir cada 30
min. La administración de altas dosis de GCI en la primera hora después de la presentación redu-
ce la necesidad de ingreso hospitalario, especialmente en pacientes que no están recibiendo tra-
tamiento con corticoides sistémicos. En cuanto a estos, la v.o. o la i.v. tienen efectos equivalentes.
La dosis diaria no debe superar los 160 mg de metilprednisolona o los 800 mg de hidrocortisona,
repartidos en 4 tomas, ya que dosis más elevadas no parecen aportar mayores beneficios.
▶▶ Los anticolinérgicos son de utilidad para incrementar la broncodilatación, demostrándose la
reducción de ingresos hospitalarios al utilizarlos asociados a SABA y corticoides inhalados.
Aportan un beneficio adicional a los SABA, pero no son adecuados como broncodilatador de
primera elección. Las dosis habituales serán hasta 4 inhalaciones (80 mg) de bromuro de ipra-
tropio cada 10 min o 500 mg nebulizados cada 20 min.
▶▶ La aminofilina como monoterapia es inferior a los SABA. Añadirla a los otros tratamientos apor-
ta poco beneficio e incrementa los efectos secundarios. Se puede utilizar en dosis de 6 mg/kg a
pasar en 30 min seguido de 0,5-0,9 mg/kg/h. Su utilización estará limitada a aquellos casos que
no han respondido al tratamiento habitual.
▶▶ No está clara la indicación del sulfato de magnesio. Se ha sugerido algún efecto broncodila-
tador mediado por la inhibición de los canales de calcio en el músculo liso bronquial. Podría
utilizarse por vía intravenosa en casos con mala respuesta, asociado al tratamiento habitual.
En las exacerbaciones muy graves, con FEV1 < 30 %, su administración en dosis de 2 g i.v. a pasar
en 20 min reduce la tasa de ingresos hospitalarios. Por vía nebulizada, en dosis de 145-384 mg
en solución isotónica ha mostrado mejoría en la función pulmonar en exacerbaciones graves
cuando se utiliza añadido a SABA inhalados.
▶▶ Los antagonistas de los leucotrienos aportan un discreto beneficio adicional en la recuperación
de la agudización.
▶▶ La epinefrina i.m. está indicada, asociada con el tratamiento habitual, para la agudización as-
mática asociada con anafilaxia y/o angioedema.
▶▶ En los pacientes más graves puede ser necesaria la VM invasiva. En casos de parada respirato-
ria, coma o apnea, debe procederse a la intubación inmediata. Los pacientes con hipercapnia
mantenida o en aumento, deterioro del nivel de consciencia o agotamiento físico, también de-
ben ser intubados y ventilados. Debe tenerse en cuenta que el grado de obstrucción y resisten-
cia al flujo aéreo en estos pacientes puede dificultar la técnica, de forma que deben evitarse las
demoras y realizarla antes de la parada respiratoria.
La utilización de la ventilación mecánica no invasiva (VMNI) en la EA no está suficientemente con-
trastada, aunque algunas publicaciones sugieren que podría ser útil. En el momento actual su
utilización debe limitarse a los casos donde la VM invasiva no pueda ser utilizada.
El heliox es de utilidad en la ventilación de pacientes con agudización de asma, ya que reduce el
trabajo respiratorio y la resistencia de la vía aérea obstruida.
6.3. OBSERVACIÓN
Se aplica a pacientes con una situación intermedia entre las dos previas o en los que persisten
algunos de los síntomas citados.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Cualquier paciente con asma, incluyendo a los que padecen formas leves de la enferme-
dad, puede presentar agudizaciones graves.
▶▶ Es importante valorar la gravedad de la crisis (PEF, signos de riesgo vital…) desde el primer mo-
mento.
▶▶ El tratamiento vía inhalatoria es el más rápido y eficaz (son preferibles inhalaciones a las
nebulizaciones, si el estado del paciente lo permiten.
▶▶ Hay que asegurarnos de que la técnica inhalatoria se realiza correctamente.
NEUMOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
437
ALGORITMO
Evaluación inicial de la gravedad
ALTA
Plan de acción descrito INGRESO
Cita de revisión concertada HOSPITALARIO
Combinación LABA-GCI
GCO: prednisona 40 mg/día
durante 7-10 días
SABA rescate
FEV1: volumen espiratorio forzado en 1 s; GCI: glucocorticoide inhalado; GCO: glucocorticoide oral; IOT: intubación oro-
traqueal; LABA: b2-agonista de larga duración; PEF: pico de flujo espiratorio; SABA: b2-agonista de corta duración;
SAMA: antimuscarínico de corta duración; SatO2: saturación de oxígeno; UCI: Unidad de Cuidados Intensivos; VMNI: venti-
lación mecánica no invasiva
CAPÍTULO 49
ENFERMEDAD TROMBOEMBÓLICA VENOSA
Marina Blanco Aparicio
1. TROMBOEMBOLISMO PULMONAR
1.1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
La enfermedad tromboembólica venosa (ETV) comprende la trombosis venosa (TV) y el trom-
boembolismo pulmonar (TEP). El TEP se refiere a la obstrucción de las arterias pulmonares o sus
ramas por material (trombo, tumor, aire, grasa) originado en cualquier parte del cuerpo. En este
capítulo nos referiremos a la oclusión por trombos.
ESCALA DE WELLS
Datos sugestivos de TVP (empastamiento unilateral en pierna, pantorrilla o muslo) 3
Ausencia de diagnóstico alternativo que explique mejor el cuadro 3
Taquicardia > 100 lpm 1,5
Inmovilización > 3 días o cirugía en las 4 semanas previas 1,5
Historia previa de TVP o embolismo pulmonar 1,5
Hemoptisis 1
Malignidad 1
Interpretación:
Puntuación < 2: baja probabilidad
Puntuación > 2 y < 6: probabilidad moderada
Puntuación > 6: alta probabilidad
Puntuación < 4 + DD negativos: baja probabilidad
ESCALA DE GÉNOVA
Edad > 65 años 1
TEP o TVP previos 3
Cirugía o fractura de las extremidades inferiores en el último mes 2
Enfermedad maligna activa o curada < 1 año 2
Dolor en la extremidad inferior unilateral 3
Hemoptisis 2
FC < 75 lpm 0
FC de 75-94 lpm 3
FC > 95 lpm 5
Dolor y edema unilateral en las extremidades inferiores 4
Probabilidad de TEP
Bajo: 0-3
Medio: 4-10
Alto: 11-22
DD: dímero-D; FC: frecuencia cardíaca; TEP: tromboembolismo pulmonar; TVP: trombosis venosa profunda
▶▶ Gasometría arterial: una hipoxemia inexplicada en el contexto de una radiografía de tórax nor-
mal debería aumentar la sospecha clínica de TEP. Sin embargo, la gasometría puede ser normal
en el 18 % de los pacientes con TEP. Las alteraciones observadas incluyen: hipoxemia (74 %),
gradiente alveoloarterial de oxígeno aumentado (62-86 %), alcalosis respiratoria e hipocapnia
(41 %). La hipercapnia y la acidosis láctica y/o respiratoria son infrecuentes, pero pueden ob-
servarse en pacientes con TEP masivo asociado con shock obstructivo y parada respiratoria.
▶▶ Hemograma y bioquímica: no son diagnósticos, pero ayudan a la confirmación de diagnósticos
alternativos y proporcionan información pronóstica en caso de que el TEP sea diagnosticado.
Además la función renal nos ayuda a determinar la seguridad de administrar contraste por an-
giografía.
▶▶ DD: tienen más valor para descartar TEP que para confirmarlo. Deben combinarse con la pro-
babilidad clínica:
NEUMOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
441
1. Baja probabilidad clínica + DD < 500 ng/ml: no suelen ser necesarias otras pruebas.
2. DD > 500 ng/ml en ausencia de diagnóstico alternativo: indican otras prueba.
3. Probabilidad media-alta (puntuación de Wells 4-6 o Génova 8-10) o pacientes con reserva
cardiopulmonar limitada con DD < 500 ng/ml: deberían someterse a pruebas de imagen.
4. Alta probabilidad: deben someterse a una técnica de imagen independiente de los DD (no
sirven para descartar en este caso). La técnica utilizada debe ser cuantitativa o semicuanti-
tativa por látex o ensayo por inmunoabsorción ligado a enzimas (ELISA). Falsos positivos de
los DD son: cirugía o trauma recientes, enfermedad aguda, embarazo o posparto, enferme-
dades reumatológicas e insuficiencia renal, entre otras.
▶▶ Brain Natriuretic Peptide (BNP) o N-terminal del péptido natriurético tipo B (NT-proBNP) eleva-
do: tiene valor diagnóstico limitado pero puede ser útil para estratificar el riesgo de pacientes
con TEP agudo.
▶▶ Troponina: puede tener utilidad pronóstica como marcador de disfunción ventricular derecha,
pero no diagnóstica. Los niveles elevados se asocian con deterioro clínico y muerte. La ele-
vación suele resolverse a las 40 h en contraste con la elevación más prolongada en el infarto
miocárdico agudo. El BNP y la troponina se han asociado con mal pronóstico, pero los valores
de corte óptimos para la estratificación del riesgo no se conocen.
▶▶ Electrocardiograma (ECG): las alteraciones son frecuentes pero inespecíficas. Las más frecuentes
son taquicardia y cambios inespecíficos en el segmento T y la onda T (70 %). Los patrones S1Q3T3 y
BRD son infrecuentes (menos del 10 %). La presencia de alteraciones en el ECG (fibrilación auricular,
bradicardia < 50 lpm o taquicardia > 100 lpm, BRD de nueva aparición, onda Q inferior [II, III, aVF],
cambios en el segmento ST anterior e inversión de onda T, S1Q3T3) se asocia con mal pronóstico.
▶▶ Radiografía de tórax: permite la exclusión de otras causas alternativas que justifiquen el cuadro.
Son alteraciones comunes la atelectasia o el derrame pulmonar, pero la radiografía normal se
observa en el 12-22 % de pacientes. Los signos de Hampton (consolidación de la base pleural
sin broncograma aéreo, con pérdida de volumen, elevación diafragmática y derrame pleural) y
Westermark (oligohemia regional con amputación de una rama lobar o segmentaria) son raros,
pero cuando existen aumentan la sospecha de TEP.
▶▶ Angio-TC: es hoy en día la técnica de elección para el diagnóstico de TEP. Si es positiva confirma
el diagnóstico y si es negativa indica que la probabilidad es baja. Una angio-TC no concluyente
puede complementarse con gammagrafía V/P. En casos de alergia o insuficiencia renal pue-
de demorarse la realización para premedicación o hidratación i.v. Las nuevas generaciones de
TC han aumentado la resolución para detectar trombos pequeños. Una ventaja colateral de la
angio-TC es la capacidad para detectar diagnósticos alternativos. En general se requiere una
radiografía de tórax normal antes de realizarla.
▶▶ Gammagrafía V/P: queda reservada a pacientes con contraindicación para angio-TC (alergia a
contrastes, alto riesgo de nefropatía por contraste con filtrado glomerular < 30 ml/min/1,73 m2).
Las situaciones son:
a. Gammagrafía con V/P normal y cualquier probabilidad: no se necesitan más pruebas.
b. Gammagrafía con bajas probabilidad y probabilidad clínica: no se necesitan más pruebas.
c. Gammagrafía de altas probabilidad y probabilidad clínica: está indicado el tratamiento in-
mediato.
d. Restantes combinaciones de V/P: son indeterminadas y se requieren más pruebas. La mayor
limitación es que la mayoría tienen probabilidad intermedia, que no permite excluir ni confirmar.
▶▶ Ecocardiograma: tiene poco valor diagnóstico ya que la presencia de trombo en el VD o la ar-
teria pulmonar principal es rara, pero puede ser usado en Urgencias cuando se requiere un
diagnóstico rápido de presunción en pacientes inestables hemodinámicamente. Los hallazgos
CAPÍTULO 49
442 ENFERMEDAD TROMBOEMBÓLICA VENOSA
que pueden aparecer son: 1) aumento de tamaño del VD, 2) disminución de la función del VD,
3) regurgitación tricúspide y 4) movimiento anormal de la pared del septo. La visualización de
trombos en la arteria pulmonar principal es diagnóstica de TEP pero es rara y generalmente
precisa ecocardiograma transesofágico.
▶▶ Doppler de los miembros inferiores: la mayoría de los émbolos pulmonares proceden de las ve-
nas proximales de las extremidades inferiores (ilíaca, femoral y poplítea), y más del 50 % de pa-
cientes con TV proximal tienen TEP concurrente. La trombosis venosa profunda (TVP) de venas
de la pantorrilla puede resolverse espontáneamente, pero la tercera parte de las no tratadas se
extiende a las venas proximales, las cuales tienen gran potencial para embolizar. La emboliza-
ción desde venas renales, venas de las extremidades superiores, es mucho menos común. Esta
técnica ha desplazado la realización de flebografías de los miembros inferiores para el diagnós-
tico de TVP. Queda reservada a angio-TC indeterminada o contraindicada.
▶▶ Angiografía pulmonar: queda reservada a casos raros en los que la probabilidad clínica es alta
y la angio-TC o gammagrafía V/P no son diagnósticas.
▶▶ Angiorresonancia magnética: no conlleva radiación y se puede combinar con venografía en el
mismo procedimiento. La sensibilidad es mayor para émbolos localizados en vasos segmenta-
rios y principal/lobar, comparado con vasos subsegmentarios.
1.6. TRATAMIENTO
En un paciente con sospecha de TEP agudo el tratamiento inicial debe centrarse en estabilizar
el paciente hasta la realización de test diagnósticos definitivos. Según la gravedad pueden ser
necesarios administración de oxígeno, soporte ventilatorio, soporte hemodinámico y/o anticoa-
gulación empírica:
▶▶ Pacientes estables hemodinámicamente: vía periférica, con o sin aporte de fluidos, oxígeno y
anticoagulación empírica (dependiendo del grado de sospecha, riesgo de sangrado y tiempo
esperado para la realización de las pruebas y del diagnóstico definitivo por imagen, general-
mente angio-TC). En los pacientes con bajo riesgo de sangrado la anticoagulación debe iniciar-
se si hay: 1) alta sospecha clínica, 2) moderada sospecha con demora de > 4 h en la realización
de las pruebas o 3) baja sospecha si el diagnóstico se demora más de 24 h. No debería admi-
nistrarse anticoagulación empírica en caso de contraindicaciones absolutas (cirugía reciente,
accidente cerebrovascular [ACV] hemorrágico, sangrado activo) o alto riesgo de sangrado (di-
sección aórtica, tumor de la médula espinal o intracraneal). En casos de moderado riesgo de
NEUMOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
443
sangrado debe individualizarse caso por caso valorando riesgo-beneficio (tabla 2). La epistaxis
y la hemoptisis leve no son contraindicaciones para anticoagulación.
▶▶ Pacientes inestables hemodinámicamente: oxígeno, fluidos i.v. (iniciar con 500-1.000 ml de sue-
ro fisiológico) y, si es necesario, intubación y ventilación mecánica y/o vasopresores. El más
utilizado es la noradrenalina porque causa menos taquicardia. La dobutamina se usa en oca-
siones para aumentar la contractilidad miocárdica en pacientes con shock circulatorio por TEP,
pero provoca hipotensión sistémica, sobre todo a bajas dosis. Para mitigar los efectos se puede
añadir noradrenalina a la dobutamina. Una vez estabilizado el paciente, hay que administrar
heparina hasta confirmar el diagnóstico. En los pacientes que persisten inestables (presión sis-
tólica < 90 mmHg mantenida o evidencia clara de shock a pesar de medidas de reanimación) y
que no están en condiciones de ser trasladados para realizar pruebas puede usarse un Doppler
de los miembros inferiores (aunque no diagnostica TEP, es suficiente para diagnosticar TVP) y
un ecocardiograma previo a la administración empírica de fibrinolíticos. Si no se dispone de
estas pruebas el uso de fibrinolíticos como medida salvavidas debe ser individualizada (no in-
dicados empíricamente en pacientes con sospecha clínica baja o moderada), valorando ries-
go-beneficio de anticoagulación empírica/trombólisis en ausencia de diagnóstico definitivo.
La elección del anticoagulante empírico depende de situación hemodinámica, factores de riesgo
y comorbilidades (algoritmo 2). En general se utiliza la heparina de bajo peso molecular (HBPM)
fraccionada s.c. Algunos expertos opinan que la heparina no fraccionada tiene un papel en pa-
cientes inestables hemodinámicamente en anticipación a la potencial necesidad de fibrinólisis.
Los anticoagulantes orales directos (ACOD) no deben ser utilizados en pacientes inestables he-
modinámicamente.
CAPÍTULO 49
444 ENFERMEDAD TROMBOEMBÓLICA VENOSA
ABSOLUTAS RELATIVAS
Neoplasia intracraneal HTA (PAS > 200 mmHg o PAD > 110 mmHg)
Cirugía medular o intracraneal o trauma reciente (< 2 meses) ACV isquémico > 3 meses
Historia de ACV hemorrágico Cirugía los 10 días previos
Sangrado activo o diátesis hemorrágica Embarazo
ACV isquémico en los 3 meses previos
ACV: accidente cerebral vascular; HTA: hipertensión arterial; PAD: presión arterial diastólica; PAS: presión arterial sistólica;
TAD: tensión arterial diastólica.
NEUMOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
445
Edad 1/año
Sexo masculino 10
Cáncer 30
Insuficiencia cardíaca 10
Enfermedad pulmonar crónica 10
FC > 110 lpm 20
TAS < 100 mmHg 30
FR > 30 rpm 20
Temperatura < 36 ºC 20
Estado mental alterado 60
SatO2 < 90 % 20
Clase I (riesgo muy bajo) < 65
Clase II (riesgo bajo) 66-85
Clase III (riesgo medio) 86-105
Clase IV (riesgo alto) 106-125
Clase VI (riesgo muy alto) > 125
FC: frecuencia cardíaca; TAS: tensión arterial sistólica; FR: frecuencia respiratoria; SatO2: saturación de oxígeno.
CAPÍTULO 49
446 ENFERMEDAD TROMBOEMBÓLICA VENOSA
2.2. DIAGNÓSTICO
Se realiza mediante Doppler de los miembros inferiores. La flebografía ha sido desplazada por el
Doppler y queda reservada a casos muy especiales.
2.3. TRATAMIENTO
El tratamiento de la TVP es la anticoagulación (algoritmo 3).
Está indicada en:
▶▶ Todos los casos de TVP proximal (tanto sintomática como asintomática).
▶▶ Casos seleccionados de TVP distal: la indicación de anticoagulación en la TVP distal varía entre
autores. Unos opinan que es necesario anticoagular a todos los pacientes y otros que habría
pacientes seleccionados con menos riesgo de embolización en los que podría evitarse la anti-
coagulación y en los que la TVP se resolvería sin tratamiento. En caso de iniciar anticoagulación,
la pauta de la TVP distal es la misma que para la TVP proximal.
Podría omitirse el tratamiento anticoagulante en los siguientes casos de TVP distal:
1. Trombosis menor en venas musculares.
2. DD negativos.
3. Sin factores de riesgo de extensión.
4. Aumento de riesgo de sangrado: en estos casos es preciso garantizar un seguimiento con Doppler
semanal como mínimo durante 2 semanas.
En el seguimiento se pueden dar 3 situaciones: 1) resolución, 2) progresión, en cuyo caso se inicia
anticoagulación, o 3) estabilidad, precisando seguimiento a más largo plazo.
La TVP distal asintomática (hallazgo casual) debe anticoagularse si se observa extensión durante
el seguimiento o presenta alguno de los siguientes factores de riesgo: TVP sin factor desencade-
nante, DD > 500 ng/ml, trombosis extensa afectando múltiples venas distales (> 5 cm de longitud
y > 7 mm de diámetro), trombosis cercana a venas proximales, factores de riesgo persistente/
irreversible (ej. cáncer activo), TVP o TEP previos o inmovilidad prolongada.
Además tienen que ser trombos frescos (síntomas < 14 días), en pacientes con buen estado
funcional y con bajo riesgo de sangrado.
7. Filtro de la vena cava inferior: las indicaciones son: TVP proximal y/o TEP con contraindicación
absoluta para anticoagulación oral y TEP recidivante a pesar de la anticoagulación adecuada.
Una vez que el riesgo de sangrado es bajo, debe iniciarse anticoagulación y retirarse el filtro
cuando sea factible. En casos de TVP distal se realizará seguimiento.
La elección de una u otra alternativa dependerá de riesgo de sangrado (tabla 2), comorbilida-
des, preferencias del paciente, experiencia del clínico y costes (tabla 5). En la tabla 6 figuran las
contraindicaciones absolutas y relativas de la anticoagulación. Las dosis de los fármacos son las
mismas que las utilizadas en el TEP.
Tabla 5. Factores que influyen en la elección del anticoagulante en la enfermedad tromboembólica venosa
ABSOLUTAS RELATIVAS
- Sangrado activo - Sangrado recurrente por telangiectasias gastrointestinales
- Diátesis hemorrágica grave (los sangrados menores, como epistaxis o sangrado menstrual
- Plaquetas < 50.000 (a veces más bajas, abundante, no son considerados contraindicación)
dependiendo de la fuerza de la indicación) - Tumores intracraneal o medular
- Procedimiento/cirugía reciente con alto - Plaquetas < 100.000 /mm3
riesgo de sangrado - Aneurisma de aorta de gran tamaño + HTA
- Traumatismo mayor - Disección aórtica estable
- Hemorragia intracraneal reciente - Cirugía/procedimiento reciente con bajo riesgo de sangrado
HTA: hipertensión arterial.
CAPÍTULO 49
448 ENFERMEDAD TROMBOEMBÓLICA VENOSA
▶▶ Hospitalario: el manejo debe ser hospitalario si hay TVP masiva (ileofemoral, flegmasía cerúlea
dolens), TEP concurrente, aumento de riesgo de sangrado con anticoagulación o comorbilidades
que requieran ingreso.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Descarta TEP ante toda disnea inexplicada.
▶▶ El DD tiene más valor para descartar TEP que para confirmarlo (no se debe solicitar indis-
criminadamente).
▶▶ Las escalas más utilizadas para establecer el pronóstico son PESI y PESI simplificado.
▶▶ El TEP es la primera causa de muerte intrahospitalaria prevenible: pautar tromboprofilaxis
en pacientes con indicación de la misma puede evitar su aparición.
▶▶ Todos los casos de TVP proximal deben recibir tratamiento.
CAPÍTULO 49
450 ENFERMEDAD TROMBOEMBÓLICA VENOSA
ALGORITMO 1
Sospecha clínica
Disnea aguda (73 %), dolor pleurítico (66 %), tos (37 %),
hemoptisis (13 %), taquipnea (70 %), taquicardia (30 %),
hipotensión (8 %)
ALGORITMO 2
Hemodinámicamente Hipoxemia grave Hemodinámicamente
estable Disfunción grave del VD inestable
Coágulo en tránsito
Contraindicaciones Absolutas
absolutas NO
Hemorragia intracraneal previa
- Cirugía reciente NO
Lesión vascular cerebral
- ACV hemorrágico Neoplasia intracraneal maligna
Hipotensión
- Sangrado activo ACV isquémico en 3 meses
relacionada con
Anticoagulación
TEP Sospecha de disección aórtica
Sangrado activo o diátesis
hemorrágica
Retirar anticoagulación TCE o traumatismo facial cerrado
Valorar filtro de la vena Fibrinoliticos i.v. < 3 meses
cava inferior sistémicos
transitorio
Embolectomía por
Mejoría clínica No mejoría catéter o cirugía en
centros expertos
Repetir la fibrinólisis
Embolectomía/cirugía
HBPM
1) Enoxaparina 1 mg/kg/12 h o 1,5
mg/kg/24 h (aclaramiento de
creatinina de 20-29 ml/min: 1 mg/
kg/día) ACOD Fondaparinux
Heparina no fraccionada
2) Tinzaparina: 175 UI/kg/24 h (IR: Fallo renal con Evitar si:
ajuste según niveles antifactor Xa). aclaramiento de creatinina 1) Aclaramiento de creatinina <
3) Dalteparina: 200 UI/kg/24 h < 20 ml/min 30 ml/min
(aclaramiento de creatinina de 20- 2) Coagulopatía Trombocitopenia
Inestabilidad
29 ml/min: ajuste según niveles) 3)TEP inestable o TVP inducida por
hemodinámica
4) Nadroparina: 85 UI/kg/12 h o ileofemoral heparina
Previsible necesidad de
171 UI/kg/24 h (IR: aclaramiento revertir
de creatinina de 30-50 ml/min: Obesidad extrema 1) Apixabán 10 mg/12 h (no
disminuir un 30 %. Aclaramiento Malabsorción cutánea HBPM; Elección en sangrado
de creatinina < 30 ml/min: Alto riesgo de sangrado digestivo o dispepsia)
contraindicado) 80 UI/kg en bolo + 18 UI/ 2) Rivaroxabán 15 mg/12 h (no
HBPM a largo plazo si: kg/h HBPM)
- No hay ingesta oral o malabsorción Control del TTPa a las 4-6 h 3) Edoxabán 60 mg/24 h (30 mg
- No hay indicación de anticoagulación y ajuste para 1,5-2,5 veces si aclaramiento de creatinina =
oral el control 30-50 ml/min o < 60 kg)
- Cáncer 4)Dabigatrán 150 c/12h (tiene
- Enfermedad hepática/coagulopatía antídoto. No usar si enf coronaria)
CAPÍTULO 49
452 ENFERMEDAD TROMBOEMBÓLICA VENOSA
ALGORITMO 3
¿Contraindicación de anticoagulación?
SÍ NO
Seguimiento Filtro de la
con Doppler vena cava Trombosis de venas Hallazgo casual
inferior musculares
provisional DD < 500 ng/ml
Aumento de riesgo
Factor de riesgo
de sangrado
persistente
DD > 500 ng/ml
Múltiples venas
Cercana a las venas
Seguimiento
proximales
Doppler cada
TVP previo/TEP
semana durante 2
semanas
• Resolución: fin del
seguimiento Anticoagulación
• Progresión:
anticoagulación
• Estable: continuar
el seguimiento
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
El derrame pleural (DP) es la acumulación patológica de líquido en el espacio pleural producida
por un disbalance entre la producción y la reabsorción del mismo, entre cuyos mecanismo se
encuentran el aumento de la presión capilar pulmonar, la disminución de la presión oncótica, el
aumento de la permeabilidad de la pleura y la obstrucción linfática. La fisiopatología concreta de
cada DP depende de la causa que lo origina.
2. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
Se han identificado múltiples causas de DP, entre las que se incluyen enfermedades pulmonares o
pleurales, enfermedades sistémicas, fármacos y disfunción de órganos (tabla 1). La clasificación
en función de las características bioquímicas del líquido pleural (LP) los divide en exudados y
trasudados (tabla 2). En general los trasudados suelen ser bilaterales, se producen como conse-
cuencia de un desequilibrio entre las presiones hidrostáticas y oncóticas y contienen menos de
30 g/l de proteínas. En cambio, los exudados son unilaterales, tienen un recuento de proteínas
> 30 g/l y aparecen como consecuencia de un proceso infeccioso o inflamatorio subyacente. El
derrame pleural paraneumónico (DPPN) es aquel que aparece asociado a neumonía bacteriana,
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Con frecuencia los pacientes tienen disnea, tos y dolor torácico pleurítico. Puede haber otros sín-
tomas relacionados con la enfermedad causante del DP: hemoptisis (cáncer, tromboembolismo
pulmonar [TEP], tuberculosis [TBC]), fiebre (neumonía, empiema, TBC), pérdida de peso (cáncer,
TBC), ascitis (cirrosis, cáncer de ovario, síndrome de Meigs) y edema en las extremidades inferio-
res (insuficiencia cardíaca, cirrosis, TEP). En ocasiones el DP es un hallazgo casual en una radio-
grafía de tórax realizada por otro motivo.
CAUSA ASPECTO/OLOR
• Quilotórax/pseudoquilotórax • Lechoso
• Urinotórax • Orina
• Empiema por anaerobios • Pútrido
• Aspergilosis • Negro
• Empiema • Turbio
• Absceso hepático amebiano • Parduzco
• Rotura esofágica • Restos alimenticios
• TEP, traumatismo, asbestosis, neumonía, cáncer, pos-IAM… • Hemático
Adaptado de: Mc Grath et al. Am J Crit Care. 2017;29:120-7.
IAM: infarto agudo de miocardio; TEP: tromboembolismo pulmonar.
NEUMOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
455
5. TRATAMIENTO
El tratamiento del DP es el de la enfermedad causante. El manejo de los DP benignos no infecciosos
se centra en el control de síntomas e incluye diuréticos (cuando se originan por insuficiencia cardía-
ca o cirrosis), aspiración terapéutica del LP y pleurodesis. Los DP masivos suelen ser secundarios
a neoplasia. El drenaje por aspiración se realiza guiado por ecografía; la cantidad de LP evacuado
debe guiarse por los síntomas del paciente, limitándose a un máximo de 1,5 l por sesión. La coloca-
ción de un tubo de drenaje para instilación de esclerosante y pleurodesis disminuye las recidivas.
En el DPPN debe usarse una pauta de antibióticos empírica basada en las recomendaciones mi-
crobiológicas locales, ajustadas al origen comunitario o nosocomial de la infección, y que incluya
cobertura para anaerobios. Los aminoglucósidos deben ser evitados (escasa penetración en el es-
pacio pleural e ineficaces si el pH es ácido). Las indicaciones de drenaje torácico son: presencia de
LP turbio o purulento, tinción o cultivo del LP positivo, loculación o DP que ocupe más de la mitad
del hemitórax, pH < 7,2 o engrosamiento de la pleura parietal. Hay que valorar cirugía cuando falla el
tratamiento médico y en los casos de empiema organizado y fibrosis pleural.
Puntos clave/recuerda
▶▶ El aspecto macroscópico del DP es importante en la orientación diagnóstica.
▶▶ os criterios de Light permiten diferenciar entre exudado y trasudado.
▶▶ Debemos realizar toracocentesis urgente ante la sospecha de DPPN complicado o empiema.
NEUMOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
457
ALGORITMO
DP
Radiografía de tórax
Bilateral Unilateral
Evidencia de
insuficiencias
cardíaca, renal o
hepática
NO
SÍ
(o DP asimétrico o
Tratamiento específico
tratamiento ineficaz)
Toracocentesis
diagnóstica
EXUDADO TRASUDADO
¿El análisis del LP Investigar y tratar la
permite el diagnóstico? causa
SÍ
NO
Realizar TC
Diagnóstico
de tórax
NO
NO
No, pero resolución
del DP
Considerar
biopsia pleural,
Vigilar cirugía
CAPÍTULO 51
SÍNDROME DE EMBOLIA GRASA
José Miguel Rodríguez González-Moro | Francisco de Borja Martínez Muñiz
1. DEFINICIÓN
Se define embolia grasa como la presencia de un trombo graso en la microcirculación pulmonar,
sin que ello represente traducción clínica ni requiera un tratamiento específico.
La aparición de signos y síntomas en este contexto define el síndrome de embolia grasa (SEG). Aunque
los émbolos grasos pueden detectarse hasta en un 90 % de los pacientes con fracturas de huesos
largos, la incidencia del SEG es muy baja (0,17 %). La asociación del SEG con las fracturas de los huesos
largos se debe al alto contenido de grasa de la médula ósea que presentan, aunque el mecanismo
fisiopatológico no se conoce con exactitud. Son más frecuentes en varones y entre los 10 y 40 años.
2. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
La causa más frecuente del SEG se refiere a los traumatismos asociados a fracturas. Sin embargo,
se ha descrito su aparición en casos de traumatismos sin fractura e incluso de forma excepcional
sin asociación a traumatismos.
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
La tríada clásica consiste en la aparición de hipoxemia, anomalías neurológicas y petequias. Los
síntomas aparecen típicamente en las 24-72 h tras el desencadenante, aunque se han descrito
episodios precoces (< 12 h) y tardíos (> 2 semanas después). Los émbolos de grasa de mayor ta-
maño pueden quedar retenidos en el lecho vascular pulmonar, pero los más pequeños pueden
impactar en la circulación sistémica.
de ellos ha sido validado externamente. Nuestro protocolo de actuación combina ambos criterios
diagnósticos y el inicio precoz del tratamiento junto con la optimización de las pruebas comple-
mentarias (algoritmo).
5. TRATAMIENTO
No hay un tratamiento específico para el SEG. No obstante, son muy importantes el inicio precoz
de las medidas de soporte y las medidas de prevención para evitar la aparición de este cuadro.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Hay que sospechar SEG en pacientes con disnea y fractura.
▶▶ Se debe hacer diagnóstico diferencial con otras causas de embolismo, fundamentalmente
TEP (inmovilización como factor de riesgo).
NEUMOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
461
ALGORITMO
FRACTURA/S ORTOPÉDICA/S
(u otra etiología causante de SEG)
12-24 h después
PaO2 < 60 mmHg (FiO2: 0,21)
PaCO2 > 55 mmHg o pH < 7,3
FR > 35 rpm (tras el control
Criterios de Lindeque
del dolor)
(al menos 1)
Trabajo respiratorio (uso
de músculos respiratorios,
disnea y taquicardia)
Analítica de sangre y orina
Solicitar
Angio-TC de tórax
Criterios mayores:
A) PaCO2 < 60 mmHg (FiO2:
0,21)
6-12 h posterior
B) A fectación neurológica
(no relacionada con
lesiones cerebrales por
el traumatismo u otras
condiciones previas)
C) Petequias
Criterios de Gurd y
Criterios menores: Wilson
I. Pirexia (1 criterio mayor + 4
II. FC > 110 lpm criterios menores)
III. Retinopatía de Purtscher
IV. Afectación renal: anuria,
oliguria o liguria
V. Anemia súbita
VI. Trombopenia
VII. Aumento de la VSG
VIII. Macroglobulinemia
grasa*
*Obligatorio
Solicitar
SEG RM cerebral
CAPÍTULO 52
NEUMOTÓRAX Y NEUMOMEDIASTINO
José M.ª García Prim
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
El neumotórax es un proceso al que con frecuencia se enfrentará el facultativo de Urgencias. En algu-
nas ocasiones, los pacientes se nos presentarán con un grave compromiso vital. Un reconocimiento
certero del proceso y una correcta actuación clínica mejorarán drásticamente su curso clínico.
El neumotórax se define como la presencia de aire en el espacio pleural, el cual produce un co-
lapso pulmonar. La mayoría de las veces ese aire procede de la vía aérea. Con menor frecuencia
proviene del espacio atmosférico (ej.: neumotórax traumático abierto que se produce cuando
existe una discontinuidad de la pared torácica).
2. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
Los neumotórax pueden ser iatrogénicos si se producen como consecuencia de un acto médi-
co (punción venosa central, toracocentesis…), traumáticos si aparecen en el curso de un trau-
matismo o espontáneos cuando podamos excluir un origen iatrogénico o traumático. A su vez,
los neumotórax espontáneos pueden ser primarios (ocurren en sujetos con pulmones sanos) o
secundarios (cuando existe patología pulmonar subyacente). La enfermedad pulmonar obstruc-
tiva crónica (EPOC) es responsable del 75 % de los neumotórax secundarios espontáneos, aun-
que cualquier patología pulmonar puede desarrollar un neumotórax en su curso clínico. En este
capítulo nos ocuparemos fundamentalmente del neumotórax espontáneo primario (NEP), del
neumotórax espontáneo secundario (NES) y del neumotórax traumático, ya que representan los
procesos que tienen una mayor trascendencia en un Servicio de Urgencias.
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Los principales síntomas son el dolor torácico brusco de carácter pleurítico y la disnea. El primero
es consecuencia de la irritación que el aire produce en la pleura parietal y evoluciona con el tiem-
po hasta hacerse sordo o desaparecer. La intensidad de la disnea dependerá de dos factores: el
volumen del neumotórax y la calidad del pulmón no colapsado. Por tanto, en el NEP nos encon-
traremos con pacientes eupneicos a pesar de presentar neumotórax de gran volumen y en el NES
los pacientes pueden cursar con insuficiencia respiratoria aun con neumotórax de muy peque-
ño volumen. En la exploración física encontramos la clásica tríada de hipofonesis, timpanismo y
ausencia de transmisión de las vibraciones vocales. Cuando por un mecanismo valvular (el aire
puede entrar en la cámara pleural pero no puede salir) se produce un gran aumento de presión
en el espacio pleural, puede llegar a comprometerse el retorno venoso a las cámaras cardíacas y
producir un bajo gasto. En estos casos hablamos de neumotórax a tensión (NAT) o hipertensivo,
que se caracteriza por la aparición de ingurgitación yugular, taquicardia, taquipnea e hipotensión.
Es muy improbable que un NAT ocurra en pacientes en ventilación espontánea, por lo que debe-
remos especialmente estar alerta del desarrollo de un NAT en pacientes con EPOC o politrauma-
tizados sometidos a ventilación mecánica (VM) o ventilación mecánica no invasiva (VMNI).
NEUMOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
463
5. TRATAMIENTO
5.1. TRATAMIENTO DEL NEUMOTÓRAX ESPONTÁNEO
El tratamiento del neumotórax espontáneo depende fundamentalmente de su tamaño y de la
clínica respiratoria que ocasiona, siendo este último el factor determinante a la hora de planear
una estrategia terapéutica.
CAPÍTULO 52
464 NEUMOTÓRAX Y NEUMOMEDIASTINO
Figura 1. La flecha señala el hilio pulmonar. La medida x se toma entre el borde del pulmón co-
lapsado (pleura visceral) y el borde interno de la caja torácica (pleura parietal).
6. NEUMOMEDIASTINO
Se define como la presencia de aire en el mediastino. Al igual que el neumotórax, puede tener un
origen traumático, iatrogénico o ser espontáneo. El neumomediastino espontáneo se produce
por rotura alveolar en episodios que aumenten la presión intratorácica. Si este aire rompe la pleu-
ra visceral se producirá un neumotórax, pero si esta permanece íntegra el aire puede avanzar a
través del hilio pulmonar hasta el mediastino. Con frecuencia es producido por accesos de tos y
vómito. También se ha relacionado con crisis de asma y con la inhalación de cocaína y marihuana.
La clínica fundamental es el dolor torácico y se diagnostica fácilmente con una radiografía de
tórax PA. La crepitación que ocurre concomitantemente con el latido cardíaco y que se percibe
en la auscultación de la región anterior del tórax (signo de Hamman) es difícil de apreciar. Ante el
diagnóstico de neumomediastino lo más importante es determinar si se ha producido por una
CAPÍTULO 52
466 NEUMOTÓRAX Y NEUMOMEDIASTINO
rotura alveolar o si es secundario a una lesión de esófago o de la vía aérea. En la mayoría de ca-
sos el neumomediastino se presenta sin lesión de órgano mediastínico. Su curso es benigno y el
paciente puede ser dado de alta a su domicilio tras unas horas de observación. Un tratamiento
analgésico oral con paracetamol en caso de precisarlo es suficiente.
Una rotura esofágica puede producirse en un síndrome de Boerhaave, en un procedimiento de
exploración invasivo o en un traumatismo. Dentro de la rareza de una lesión esofágica traumáti-
ca, esta se produce fundamentalmente en traumatismos penetrantes. El contexto clínico, la ana-
lítica infecciosa y la presencia de un derrame pleural llevarán a una sospecha clínica que se puede
confirmar con estudios radiológicos específicos. La consulta al especialista es mandatorio.
La rotura de la vía aérea se produce fundamentalmente en traumatismos cerrados. Una explo-
ración broncoscópica o una TC torácica confirmarán la sospecha clínica y se deberá derivar al
paciente al cirujano torácica.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Los síntomas del neumotórax dependen de su tamaño y de la calidad del pulmón no co-
lapsado.
▶▶ El tratamiento el NEP viene determinado por su tamaño y por la clínica que ocasiona.
▶▶ El NAT es una situación de riesgo vital cuyo diagnóstico se establece por sospecha clínica.
NEUMOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
467
ALGORITMO
Neumotórax
espontáneo
NEP NES
NO SÍ
Observación AA SÍ NO
y alta con
revisión
Observación
y valoración
Éxito (x < 2 cm de ingreso
Fracaso
y mejoría de la
disnea)
DrP e ingreso
hospitalario
DrP: drenaje pleural; NEP: neumotórax espontáneo primario; NES: neumotórax espontáneo secundario.
NEUMOLOGÍA
BIBLIOGRAFÍA
CAPÍTULO 45
HEMOPTISIS
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CAPÍTULO 46
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CAPÍTULO 47
AGUDIZACIÓN DE LA ENFERMEDAD PULMONAR OBSTRUCTIVA CRÓNICA
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CAPÍTULO 48
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DIGESTIVO
CAPÍTULO 53
ESTREÑIMIENTO. OBSTRUCCIÓN INTESTINAL
Belén Rodríguez Miranda | Beatriz Rodríguez Rodríguez
1. INTRODUCCIÓN
Entre las funciones del aparato digestivo está la propulsión de los alimentos y la materia fecal a lo
largo del tubo digestivo y su expulsión a través del ano. En este capítulo se resumen las distintas
alteraciones del tránsito del intestino delgado y el colon. Las causas de estas alteraciones pue-
den ser secundarias a un obstáculo mecánico dentro de la luz intestinal, intrínseco o extrínseco
a la pared del tubo digestivo, o consecuencia de un trastorno funcional primario o secundario en
cualquier punto del intestino.
La valoración en urgencias de un paciente que refiere enlentecimiento del tránsito intestinal debe
estar dirigida a detectar signos de alarma que sugieran un cuadro orgánico que pueda originar
patología urgente tumoral y a diferenciarlo del estreñimiento primario o idiopático. La historia clí-
nica debe incluir características de las deposiciones y su frecuencia (puede utilizarse la escala de
forma de deposiciones de Bristol (figura 1), aparición de productos patológicos en las heces, al-
ternancia de estreñimiento y diarrea, presencia de otros síntomas, como dolor abdominal, fiebre,
náuseas y vómitos, historia previa de estreñimiento, medicación habitual y los cambios recientes
en la misma, antecedentes de cirugías previas, enfermedades sistémicas, antecedentes familiares
de neoplasia digestiva o enfermedad inflamatoria intestinal, así como presencia o no de síndrome
constitucional (anorexia, astenia y pérdida de peso).
Tipo 6 Pedazos esponjosos con bordes irregulares, una materia fecal blanda
2. ESTREÑIMIENTO
De forma genérica puede ser primario o secundario. Las causas primarias pueden estar relacio-
nadas con alteraciones intestinales y, a su vez, puede cursar con tránsito normal, lento y/o disfun-
ción anorrectal. Las causas secundarias engloban diferentes enfermedades o factores precipitan-
tes. Para llegar al diagnóstico de estreñimiento funcional de forma objetiva se utilizan los criterios
de Roma III (tabla 1).
Estos síntomas deben estar presentes durante al menos 3 meses en un período de 6 meses antes de
establecer el diagnóstico.
• Sexo femenino
• Envejecimiento (no es una consecuencia fisiológica del envejecimiento normal)
• Inactividad
• Baja ingesta calórica. Baja ingesta de líquidos y baja ingesta de fibra en la dieta
• Estrés y cambios de horarios
• Bajos ingresos y bajo nivel educativo
• Cantidad de medicación (independientemente de los efectos adversos)
ces de cirugías previas o detección de masas abdominales) y en una adecuada exploración anal
y perianal (tacto rectal).
El estudio inicial incluye una analítica con hemograma, bioquímica con niveles de calcio y hormo-
nas tiroideas y, en el caso de presentar síntomas de alarma, estaría justificado solicitar examen
radiológico y/o endoscópico para descartar causa orgánica. La radiografía simple de abdomen
pone de manifiesto la presencia de heces retenidas en el marco cólico y es de utilidad para des-
cartar megacolon, así como datos de obstrucción intestinal.
2.3. TRATAMIENTO
El manejo inicial incluye medidas generales como la educación del paciente en hábitos dietéticos,
incrementando la cantidad de líquidos y añadiendo suplementos de fibra o agentes incrementa-
dores del volumen y laxantes osmóticos, si se requiere (tabla 4).
APARICIÓN DE
CLASE EJEMPLO DOSIS
LOS EFECTOS
Formadores de masa Plantago ovata 3-10 g/día
Metilcelulosa 3-4 g/día 2-4 días
Salvado de trigo 12-24 g/día
Laxantes osmóticos Lactulosa 15-30 ml/día 1-2 días
PEG 13-60 g/día 2-6 h
Sales de magnesio 4 g/día 1-6 h
Ablandadores fecales Docusato sódico 100 mg/12 h
1-3 días
Parafina 15 ml/12-24 h
Laxantes estimulantes Bisacodilo 5-10 mg/día por la noche 6-12 h
Senósidos A y B 12-36 mg/día por la noche
PEG: polietilenglicol.
utilizado son la lactulosa, el polietilenglicol (PEG) y el macrogol. Las sales de magnesio (citrato y
sulfato de magnesio) apenas se absorben por la mucosa intestinal, actúan como una solución
hiperosmolar y pueden producir hipermagnesemia y depleción hidrosalina en pacientes con in-
suficiencia renal.
Tienen acción rápida, por lo que son útiles en el tratamiento del estreñimiento agudo. Pueden
producir distensión y dolor abdominal.
3. OBSTRUCCIÓN INTESTINAL
La obstrucción intestinal es un diagnóstico diferencial que hay que considerar en pacientes que
acuden a Urgencias con dolor abdominal. Se define como una dificultad total o parcial del paso
del contenido a través del tubo digestivo que puede asociar o no daño vascular y que puede de-
berse a una causa mecánica (íleo mecánico) o a un trastorno en la motilidad del intestino (íleo
paralítico). La incidencia es similar en varones y mujeres y la media de edad es de 64 años.
CAPÍTULO 53
480 ESTREÑIMIENTO. OBSTRUCCIÓN INTESTINAL
3.1. ETIOPATOGENIA
Según el nivel de la obstrucción hablamos de obstrucción alta (intestino delgado, 80 %) o baja
(colon o recto, 20 %). La causa más frecuente de obstrucción intestinal alta (60 %) en pacientes
intervenidos de cirugía abdominal se refiere a las adherencias o bridas postoperatorias, princi-
palmente en procedimientos ginecológicos, apendicectomías y resecciones colorrectales, pero
también puede producirse por bridas congénitas. Otra causa frecuente radica en las hernias ex-
ternas (10-15 %), sean inguinales, crurales o umbilicales, y son las que más complicaciones pue-
den producir en caso de incarceración (isquemia, necrosis y perforación). Los tumores malignos
originan aproximadamente un 20 % de los casos de obstrucción de intestino delgado, la mayoría
son lesiones metastásicas que obstruyen el intestino secundariamente a implantes peritoneales
por carcinomatosis peritoneal y muy raramente son tumores primarios del intestino delgado. La
enfermedad de Crohn es la cuarta causa de obstrucción del intestino delgado (5 % de los casos),
bien por inflamación de la pared intestinal, bien por estenosis fibrosa en casos de enfermedad
crónica. Otras casas más raras de obstrucción intestinal son las producidas por cuerpos extraños,
cálculos biliares o bezoar.
Las causas más frecuentes de obstrucción intestinal baja son las neoplasias de colon y recto (60 %),
la diverticulitis (15 %) y los vólvulos, que se localizan más frecuentemente en el sigma (dolicosigma)
en pacientes ancianos con estreñimiento crónico y con tratamiento con neurofármacos que alteran
la motilidad intestinal.
3.2. DIAGNÓSTICO
El dolor abdominal será el principal motivo de consulta; puede tener un inicio insidioso, será de
carácter cólico al principio del cuadro y se hará continuo e intenso según progresa la enfermedad.
Su localización dependerá de la porción de intestino que se encuentre afectada por la obstruc-
ción; así, en las obstrucciones altas, el paciente referirá dolor difuso o de localización epigástrica
y/o periumbilical, mientras que en las obstrucciones del colon el dolor estará localizado en la
parte baja del abdomen.
Los vómitos son más frecuentes y abundantes en las obstrucciones intestinales altas, alimenta-
rios si la obstrucción es pilórica y biliosos si está por debajo. Mientras que en las obstrucciones in-
testinales bajas pueden no existir o ser tardíos, serán vómitos oscuros y malolientes por la putre-
facción del contenido gástrico y el crecimiento bacteriano los denominados vómitos fecaloideos.
La distensión abdominal, el estreñimiento y la ausencia total o parcial de emisión de gases serán
otros síntomas frecuentes y característicos de la obstrucción intestinal, así como la deshidrata-
ción por las alteraciones hidroelectrolíticas que se producen por el tercer espacio que se crea en
la luz intestinal.
La exploración física de los pacientes con sospecha de obstrucción intestinal presenta un abdo-
men doloroso a la palpación y distendido; si se objetiva defensa es necesario sospechar perfora-
DIGESTIVO
MANUAL DE URGENCIAS
481
ción de víscera hueca. Hay que descartar hernia complicada mediante la exploración de los orifi-
cios herniarios. Otro elemento importante es la auscultación intestinal: la ausencia total de ruidos
intestinales se da en el íleo paralítico o en los casos de isquemia intestinal; en cambio el aumento
del peristaltismo con tono metálico es característico del comienzo de un cuadro obstructivo. El
tacto rectal debe hacerse siempre en todo paciente con sospecha de obstrucción intestinal en
busca de masas tumorales o impactación fecal.
Ante la sospecha de una obstrucción intestinal a su llegada a Urgencias se pedirá una analítica
completa con hemograma, bioquímica general con glucosa, amilasa, sodio, potasio y función re-
nal, pruebas de coagulación y gases venosos. En el hemograma puede aparecer leucocitosis si
existe isquemia intestinal o perforación. En la bioquímica, se pueden detectar datos de deshidra-
tación, hipopotasemia por los vómitos e hiperamilasemia por efecto irritativo sobre el páncreas.
Resulta también de ayuda en el diagnóstico de una obstrucción intestinal realizar una radiografía
de tórax para descartar procesos pulmonares que puedan cursar con íleo paralítico reflejo y la
presencia de neumoperitoneo.
Ante todo paciente con sospecha de obstrucción intestinal se pedirá una radiografía simple de
abdomen y un abdomen en bipedestación o, en su defecto, si el paciente no puede ponerse en
pie, radiografía de abdomen en decúbito lateral con rayo horizontal. Si se trata de una obstruc-
ción alta se observarán los niveles hidroaéreos en el intestino delgado con dilatación del mismo
con patrón en “pilas de monedas” (no es un signo patognomónico de obstrucción), donde las asas
toman una distribución central y la imagen de las válvulas conniventes atraviesa toda la sección
del asa. En cambio en las obstrucciones bajas se objetiva una distensión del colon hasta el lugar
donde se encuentra la obstrucción y los pliegues de las haustras no atraviesan completamente el
asa. En caso de vólvulo apreciaremos la típica imagen en “grano de café”.
En el momento actual el método diagnóstico más rápido y eficiente para conocer el lugar exacto
de la obstrucción intestinal, la causa y la gravedad de la misma es la tomografía computarizada
(TC) ya que la radiografía de abdomen puede llevar a error en un 20-30 % de los casos. Algunos
estudios apoyan que la TC es más eficaz para identificar a los pacientes que van a necesitar inter-
vención quirúrgica urgente y por tanto debería ser realizada en primera instancia en lugar de la
radiografía simple de abdomen, pero no se debe olvidar que esta última tiene mayor disponibili-
dad, es más barata, expone a menos radiación y puede obviar la necesidad de una TC abdominal
en algunos pacientes.
Otro método que puede ser utilizado es la colonoscopia, que en el caso del vólvulo sigmoideo
puede también tener utilidad terapéutica. El enema opaco puede poner de manifiesto una este-
nosis neoplásica, así como ser útil en el caso de volvulación.
3.3. TRATAMIENTO
La obstrucción intestinal aguda es una urgencia, y más si se acompaña de isquemia intestinal. El
objetivo fundamental del tratamiento es conseguir una adecuada reposición hidroelectrolítica y
un alivio precoz de la obstrucción y por tanto la relajación intestinal.
Se debe comenzar con tratamiento médico conservador, dieta absoluta, sueroterapia y corrección
hidroelectrolítica (ajustar según el estado hemodinámico y cardiovascular previo del paciente, re-
poniendo siempre las pérdidas iónicas). También es fundamental lograr una adecuada descompre-
sión intestinal con la colocación de sonda nasogástrica con aspiración continua ya que la distensión
abdominal origina dolor, náuseas y vómitos aumentando el riesgo de broncoaspiración.
En las obstrucciones con isquemia y en las evolucionadas o si hay signos de sepsis se deben ad-
ministrar antibióticos de amplio espectro (ver capítulo correspondiente).
CAPÍTULO 53
482 ESTREÑIMIENTO. OBSTRUCCIÓN INTESTINAL
Puntos clave/recuerda
▶▶ El diagnóstico de estreñimiento secundario o funcional es de exclusión tras descartar en-
fermedades metabólicas, neurológicas, obstructivas y el uso de determinados fármacos.
▶▶ Es importante diferenciar entre suboclusión intestinal y pseudoobstrucción intestinal.
▶▶ El tacto rectal debe hacerse siempre en todo paciente con sospecha de obstrucción intestinal
en busca de masas tumorales o impactación fecal.
CARDIOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
483
ALGORITMO
SIGNOS DE ALARMA
- Sangre en las heces
- Pérdida de peso
- Anemia
- Antecedentes familiares de cáncer de colon o enfermedad inflamatoria
- Inicio agudo en edad mayor de 50 años
SÍ NO
Suprimir fármacos
PATOLOGÍA ORGÁNICA O ENFERMEDAD SISTÉMICA
que justifique el estreñimiento
¿Mejoría clínica?
SÍ NO
NO SÍ
No respuesta 4 semanas
1. DEFINICIÓN
La hemorragia digestiva aguda es la pérdida de sangre a cualquier nivel del tubo digestivo que se
presenta de forma aguda. Se puede manifestar clínicamente como:
▶▶ Hematemesis: vómito de sangre roja, parcialmente digerida o “en posos de café”.
▶▶ Melenas: heces negras, pastosas y malolientes, como la “pez” o el “alquitrán”.
▶▶ Hematoquecia: sangre oscura y coágulos mezclados con las heces.
▶▶ Rectorragia: sangre roja o coágulos frescos mezclados con las heces.
▶▶ Síntomas y signos secundarios a pérdida de sangre previos a objetivarse la hemorragia: mareo,
síncope, disnea o angina.
2. CLASIFICACIÓN
▶▶ Hemorragia digestiva alta (HDA): por encima del ángulo de Treitz (esófago, estómago, duode-
no). Se manifiesta como hematemesis con o sin melenas, o rectorragia en caso de HDA masiva.
Se clasifica a su vez en:
• Hemorragia digestiva alta no varicosa (HDANV) (80-90 % de casos, el 80 %, ulcus péptico).
• HDA varicosa o HDA asociada a hipertensión portal (HTP) (10-20 % de casos).
▶▶ Hemorragia digestiva baja (HDB): entre el ángulo de Treitz y el ano. Se manifiesta como hema-
toquecia, rectorragia o en caso de tránsito lento, melenas.
3. MANEJO INICIAL
3.1. CONFIRMACIÓN DE LA HEMORRAGIA DIGESTIVA
La emisión de sangre por la boca puede originarse en el aparato respiratorio, en la boca, en la fa-
ringe o en la nariz. Puede proceder del estómago, pero de sangre deglutida de origen respiratorio
u oral. Para la confirmación de la procedencia del sangrado se puede utilizar la sonda nasogástri-
ca (SNG), aunque todos los autores coinciden en su baja sensibilidad y especificidad, tanto para
diagnosticar la hemorragia digestiva como para clasificarla, y son unánimes en mencionar sus
posibles complicaciones. El grupo de hemorragia digestiva de la Sociedad Española de Medicina
de Urgencias y Emergencias (SEMES) no la recomienda. La presencia de sangre roja o “agua de
lavar carne” que no se aclara tras varios lavados indica sangrado activo; el lavado “en posos de
café” indica un sangrado alto reciente pero no activo; el lavado bilioso excluye prácticamente el
sangrado alto activo y un lavado gástrico limpio no excluye el origen alto de la hemorragia diges-
tiva porque la sonda puede estar mal colocada o puede haber edema alrededor de una úlcera.
Se debe hacer un tacto rectal a todo paciente con sospecha de hemorragia digestiva. Las mele-
nas orientan hacia HDA, aunque el origen puede ser bajo si existe un tránsito lento. La rectorragia
y la hematoquecia suelen orientar a HDB, pero pueden aparecer en la HDA masiva con un tránsito
DIGESTIVO
MANUAL DE URGENCIAS
485
rápido. El tratamiento con hierro o bismuto y algunos alimentos puede teñir las heces de color
verde-negruzco, que no se debe confundir con melenas. Se considera tacto rectal negativo la
presencia de heces normales. Una ampolla vacía no descarta la existencia de sangrado.
6.2. DIAGNÓSTICO
▶▶ Antecedentes: episodios previos de HDA, fármacos o toma de tóxicos que predispongan al san-
grado, se asocien a él o lo faciliten (antiinflamatorios no esteroideos [AINE], corticoides, anti-
coagulantes, antiagregantes), alcohol o tabaco, antecedentes que orienten hacia la causa del
sangrado.
▶▶ Síntomas digestivos previos: epigastralgia o malestar abdominal, pirosis, náuseas y vómitos,
disfagia, regurgitación.
▶▶ Situaciones de estrés: quemaduras, traumatismo craneoencefálico, sepsis, broncoaspiración.
▶▶ Exploración física: valorar constantes vitales, estado de volemia y nivel de consciencia y descar-
tar complicaciones; un dolor abdominal agudo con datos de irritación peritoneal (“vientre en
tabla”) debe hacernos sospechar perforación.
▶▶ Endoscopia digestiva diagnóstico-terapéutica, alta en las primeras 12-24 h (ver epígrafe 6.3.2).
DIGESTIVO
MANUAL DE URGENCIAS
487
7.2. DIAGNÓSTICO
▶▶ Antecedentes: hepatopatía, varices esofagogástricas conocidas, etilismo crónico.
▶▶ Exploración física: estigmas de hepatopatía crónica e HTP: arañas vasculares, circulación co-
lateral, ginecomastia, pérdida del vello corporal, ictericia, ascitis, hepatoesplenomegalia, fla-
pping.
CAPÍTULO 54
488 HEMORRAGIA DIGESTIVA AGUDA
7.3. TRATAMIENTO
7.3.1. Tratamiento farmacológico preendoscópico
▶▶ Somatostatina: bolo inicial de 0,25 mg seguido de infusión de 0,25 mg/h (3 mg en 250 mg de
ClNa al 0,9 % en 12 h) durante 5 días. Si no hay hemostasia, se debe doblar la dosis o asociar
terlipresina.
▶▶ Terlipresina: 2 mg/4 h durante las primeras 48 h y posteriormente 1 mg/4 h durante 5 días. Me-
jora la supervivencia. Hay que monitorizar los niveles de sodio.
▶▶ Profilaxis de infección bacteriana: ceftriaxona 1 g/24 h i.v. y, si hay alergia a betalactámicos,
fluorquinolonas.
▶▶ Profilaxis de encefalopatía hepática: enemas de lactulosa cada 6 u 8 h para lograr de 2 a 3 depo-
siciones blandas/día; rifaximina 550 mg/12 h v.o.
▶▶ Prevención del fallo renal agudo: suspender medicamentos nefrotóxicos, mantener adecuada
expansión del volumen plasmático, profilaxis de infecciones bacterianas e inicio precoz del tra-
tamiento vasoconstrictor en pacientes adecuados.
7.3.2. Endoscopia
Precoz, las primeras 24 h, preferentemente las primeras 12 h, si es posible, después de reanima-
ción hemodinámica: ligadura con bandas elásticas (preferentemente) o escleroterapia.
8.2. DIAGNÓSTICO
8.2.1. Antecedentes
Edad, presencia de coagulopatía, enfermedad o factores de riesgo cardiovascular, uso de AINE,
antiagregantes o anticoagulantes, radioterapia pélvica, endoscopia, polipectomía o cirugía pre-
via, cambios del ritmo intestinal reciente, síntomas anales.
8.3. TRATAMIENTO
▶▶ Embolización selectiva mediante arteriografía en pacientes con inestabilidad hemodinámica,
si existe radiología intervencionista disponible.
▶▶ Tratamiento endoscópico: inyección de adrenalina (1/10 000-1/20 000), coagulación con argón
plasma y técnicas mecánicas (clips, bandas elásticas, endo-loops). La elección de cada técnica
se hará en función de la lesión sangrante, la presencia de alteraciones de la coagulación (en
cuyo caso se preferirá un sistema mecánico a la inyección) y la experiencia del endoscopista. A
menudo es necesario asociar la inyección y un método mecánico para conseguir la hemostasia.
▶▶ Tratamiento quirúrgico: se utiliza exclusivamente como terapia de rescate cuando la hemorra-
gia no ha podido ser controlada con el tratamiento endoscópico o angiográfico. La decisión
debe ser individualizada en función del estado del paciente y de la etiología del sangrado. La
técnica de elección será la resección segmentaria del área sangrante con anastomosis primaria
o la colectomía subtotal.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Es importante el conocimiento de los diferentes términos que se refieren al sangrado di-
gestivo: hematemesis, melenas, hematoquecia y rectorragia.
▶▶ Se denomina HDA a la hemorragia que se origina por encima del ángulo de Treitz indepen-
dientemente de cuál sea su manifestación clínica.
▶▶ No está recomendada la colocación de SNG para confirmar el origen de la HDA.
▶▶ Se debe hacer un tacto rectal a todo paciente con sospecha de hemorragia digestiva.
▶▶ En la HDA se recomienda la realización de endoscopia urgente en las primeras 12-24 h.
▶▶ La realización de endoscopia es urgente si hay inestabilidad hemodinámica. Es el trata-
miento de elección en la hemorragia activa. Permite estratificar el riesgo, realizar el trata-
miento endoscópico y tomar decisiones clínicas.
▶▶ En la HDA asociada a HTP está recomendada la profilaxis de peritonitis bacteriana y de
encefalopatía.
DIGESTIVO
MANUAL DE URGENCIAS
491
ALGORITMO
HDANV
SÍ
Endoscopia
¿Estabilización? SÍ en las primeras
24 h
NO
Ingreso en la UCI NO
Endoscopia inmediata
SÍ
Iniciar dieta
Tratamiento endoscópico
IBP oral
¿Eficaz?
Alta precoz
SÍ
IBP 72 h
NO
¿Recidiva de la HDANV?
SÍ
IBP oral
NO
Prevención de la recidiva
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
La ictericia es la coloración amarillenta de tejidos, mucosas y escleras, secundaria a la hiperbili-
rrubinemia, definida como bilirrubina superior a los niveles estándar (bilirrubina total (BrT): 0 a 1
mg/dl, bilirrubina directa (BrD): 0 a 0,4 mg/dl). Se manifiesta como coloración amarillenta de las
escleras cuando los niveles de bilirrubina exceden los 2-3 mg/dl.
La formación de la bilirrubina proviene fundamentalmente de la destrucción del grupo hemo
de glóbulos rojos senescentes o de hemoproteínas en las células reticuloendoteliales de hígado,
bazo y médula ósea. Transportada como bilirrubina indirecta (BrI) (insoluble) a través de la albú-
mina a los hepatocitos, allí se conjuga con ácido glucurónico y se transforma en BrD (soluble),
excretándose a través de la vía biliar en el intestino.
Aquí se hidroliza a bilirrubina no conjugada, que a su vez es reducida por las bacterias del intesti-
no a urobilinógeno; el 80-90 % se elimina por las heces (en su forma oxidada, estercobilinógeno,
que tiñe de marrón las heces) y el 10-20 % se absorbe pasivamente a la circulación y vuelta a
eliminar por el hígado; una pequeña fracción es filtrada por el glomérulo renal y se elimina por la
orina. La orina normalmente contiene solo urobilinógeno.
2) Poshepáticas:
- Malignas: colangiocarcinoma, cáncer de páncreas y de vesícula,
ampuloma, infiltración maligna de adenopatías periportales
- Benignas: coledocolitiasis, posquirúrgica, colangitis, colecistitis,
colangitis esclerosante primaria, pancreatitis crónica, síndrome
de Mirizzi, enfermedad parasitaria (ascaridiasis, fascioliasis)
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Existe una serie de síntomas y signos que pueden aparecer asociados y orientar el diagnóstico
etiológico:
▶▶ Dolor: en el hipocondrio derecho, de tipo cólico, con las comidas, se asocia a proceso obstruc-
tivo de la vía biliar por litiasis. Si aparecen fiebre o procesos quirúrgicos previos, puede tratarse
de colangitis (tríada de Charcot: fiebre, ictericia y dolor en el hipocondrio derecho).
▶▶ Coluria, hipocolia/acolia: en los casos de hiperbilirrubinemia directa (obstructivas) y menos
marcado en las mixtas.
▶▶ Síndrome constitucional: descartar neoplasias subyacentes.
▶▶ Síndrome viral con fiebre, astenia, mialgias, hiporexia…: pensar en hepatitis viral si hay eleva-
ción importante de transaminasas con instauración aguda.
▶▶ Prurito: en todos los casos de colestasis, típico de cirrosis biliar primaria y de colestasis benigna
del embarazo.
▶▶ Síntomas en relación con hipertensión portal (como ascitis, arañas vasculares y circulación co-
lateral): pensar en hepatopatía crónica.
▶▶ Anillo de Kayser-Fleischer: en la enfermedad de Wilson.
▶▶ Xantomas cutáneos: cirrosis biliar primaria.
▶▶ Hiperpigmentación: hemocromatosis.
4.1.1. Hemólisis
Aumento de BrI y lactato deshidrogenasa (LDH) y anemias normocítica y normocrómica.
▶▶ Tóxica o isquémica: importante aumento de AST y ALT, mayor que la alcohólica, a menudo alre-
dedor de 10.000 U/l; es importante solicitar niveles de fármacos como el paracetamol.
▶▶ Hepatitis viral: aumento de AST y ALT 10 veces por encima de lo normal. Es importante solicitar
serologías de virus hepatotropos (virus de la hepatitis A [VHA], virus de la hepatitis B [VHB], virus
de la hepatitis C [VHC], virus de Epstein-Barr [VEB] y citomegalovirus [CMV]).
5. TRATAMIENTO
5.1. SOPORTE
Dado el riesgo de nefropatía tubular por depósito de bilirrubina, hay que asegurar una buena
hidratación a partir de 15-20 mg/dl de bilirrubinemia, así como alcalinización de la orina con
bicarbonato sódico. Se recomienda una velocidad de infusión de 100-200 ml/h para asegurar
una diuresis de 200-300 ml/h. La alcalinización de la orina está indicada en casos sin hipo-
calcemia, hipocaliemia ni hipernatremia, con pH arterial inferior a 7,5 y bicarbonato sérico
menor de 30 mEq/l. El objetivo es alcanzar un pH urinario > de 6-6,5 e inferior a 7,5. Si a las
3-4 h de la infusión de bicarbonato el pH urinario no sube de 6,5 o es superior a 7,5, hay que
suspenderlo.
Al ser una vitamina liposoluble hay que reponer la vitamina K en caso de hiperbilirrubinemia en
una dosis de 30-40 mg/mes i.m.
▶▶ En caso de refractariedad, se puede usar rifampicina, 10 mg/kg/día o bien 150 mg/3 veces al
día, si la bilirrubina sérica es menor de 3 mg/dl, y se reduce a 2 tomas/día si es mayor de 3 mg/dl.
▶▶ Naloxona: se inicia con bolo lento de 0,4 mg i.m., seguido de una infusión de 0,2 mg/kg/min en
250 o 500 cc de suero salino, pudiendo aumentar el ritmo de infusión cada 2-4 h hasta el con-
trol del prurito con una dosis máxima de 0,8 mg/kg/min. Después de 24-48 h se puede pasar a
naltrexona 12,5 mg/día v.o. y retirar la i.v. y aumentar de 12,5 mg/semana hasta un máximo de
50-100 mg/día. Hay que estar atentos a posibles efectos de abstinencia a opioides durante este
tratamiento aun en el caso de que el paciente no tome opioides; por lo mismo, no se puede usar
en pacientes que tomen opioides habitualmente.
▶▶ Una última opción terapéutica es la sertralina, 75-100 mg/día, aunque se recomienda empezar
con 25 mg/día y subir progresivamente de 25 mg/día cada 4 semanas.
Los antihistamínicos no parecen ser eficaces para el tratamiento de este tipo de prurito.
5.3. ETIOLÓGICO
En la hepatopatía hepatocelular, dependerá de la etiología. En caso de infección de la vía biliar
hay que empezar tratamiento antibiótico empírico y descomprimir la vía biliar si hay ictericia obs-
tructiva. El tratamiento antibiótico tiene que ser eficaz contra bacterias Gram negativas y anae-
robios. Una pauta razonable puede ser con ceftriaxona 1-2 g/24 h más metronidazol 500 mg/8 h o
aztreonam 1 g/24 h más metronidazol en caso de alergia a betalactámicos y ertapenem en caso
de sospecha de betalactamasas de espectro extendido BLEE. En las infecciones más graves se
puede usar piperacilina-tazobactam 4 g/6 h o ertapenem en alérgicos y si hay sospecha de BLEE.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Son datos de hemólisis el aumento de BrI y LDH y las anemias normocítica y normocró-
mica.
▶▶ Son datos de patologías hepatocelulares crónicas la pancitopenia por hipertensión por-
tal e hiperesplenismo, la anemia macrocítica, el déficit de la función hepática, como la
albúmina, y factores de la coagulación con aumento del tiempo de protrombina y del INR.
▶▶ En las patologías obstructivas de la vía biliar existe mayoritariamente aumento de BrD,
pudiendo elevarse la AST y la ALT de manera transitoria hasta 1.000 UI/l.
▶▶ La valoración ecográfica abdominal tiene gran utilidad en la valoración de vesícula y vía
biliar pero con límites en la valoración de colédoco distal y de páncreas. Se solicita de
manera urgente en caso de sospecha de colecistitis aguda (tríada de Charcot) o colangitis
aguda.
DIGESTIVO
MANUAL DE URGENCIAS
497
ALGORITMO
Ictericia
Estudio de
la hemólisis
Positivo Negativo Función hepática Función hepática
normal alterada
- Hemólisis Fármacos
hereditaria (rifampicina,
(esferocitosis, ciclosporina, etc.) Enfermedad de Patologías Patologías
déficit de G6PD, ICC Dubin-Jonson hepatocelulares colestásicas
talasemia y Síndrome de y Rotor
anemia falciforme) Crigler-Najjar
- Hemólisis Síndrome de
GOT/GPT FA/GGT
adquiridas Gilbert
(anemia
hemolítica - Hepatitis virales - Intrahepáticas
microangiopática, - Fármacos - Poshepáticas
hemoglobinuria - Alcohólica
paroxística - Cirrosis
nocturna, anemia - Toxinas
inmunohemolítica) - Enfermedad
de Wilson Ecografía
- Hepatitis de abdomen:
isquémica dilatación de
Insuficiencia la vía biliar
hepática - Déficit α1-
antitripsina
SÍ NO
- Colangitis Enfermedad
- Colecistitis intrahepática
- Patologías
malignas
CAPÍTULO 56
HEPATITIS AGUDA.
INSUFICIENCIA HEPÁTICA AGUDA GRAVE
Armando Antiqueira Pérez | Gabriela Peña y Lillo Echeverría
1. HEPATITIS AGUDA
1.1. DEFINICIÓN
La hepatitis aguda es la inflamación o necrosis hepatocelular, de menos de 6 meses de dura-
ción, sobre un hígado previamente sano o con una hepatopatía compensada. Se caracteriza por
una elevación de niveles de transaminasas en la sangre (transaminasa glutámico oxalacética
[GOT]-aspartato aminotransferasa [AST]; transaminasa glutámico pirúvica [GPT]-alanina amino-
transferasa [ALT]) más de 10 veces por encima del límite de la normalidad (LN) (indicativo de daño
celular, no de alteración de la funcionalidad hepática). Puede variar desde formas asintomáticas
hasta fallo hepático fulminante (FHF).
1.2. ETIOLOGÍA
La mayoría son de origen vírico, y de estos el 90 % son virus hepatotropos (virus de la hepatitis A,
B, C, D y E [VHA, VHB, VHC, VHD y VHE]) y menos frecuentemente herpes virus, virus varicela-zóster
(VVZ), citomegalovirus (CMV) o virus de Epstein-Barr (VEB). Otras causas son: alcohol, fármacos o
toxinas, isquemia, autoinmunidad y enfermedades por infiltración o depósito de sustancias (co-
bre, ferritina, amiloide, tumoral…).
1.3.1. Laboratorio
▶▶ El descenso de la albúmina, la elevación de bilirrubina y la prolongación del tiempo de protrom-
bina (TP) son los marcadores más importantes de la función hepatocelular alterada e indican
peor pronóstico.
DIGESTIVO
MANUAL DE URGENCIAS
499
▶▶ Hemograma: principalmente sirve para descartar otros procesos. En la hepatitis aguda vírica
pueden observarse leucopenia, anemia y trombocitopenia, mientras que en la hepatitis alco-
hólica son frecuentes la leucocitosis neutrofílica y la anemia macrocítica.
▶▶ Coagulación: TP < 50 % indica gravedad de la afectación hepática.
▶▶ Bioquímica: la elevación de transaminasas se correlaciona con daño hepatocelular, aunque no
tiene significación pronóstica. La elevación de bilirrubina, fosfatasa alcalina (FA) y gamma glu-
tamil transpeptidasa (GGT) se correlacionan con colestasis. Para considerar hepatitis aguda
suele ser necesaria una elevación de GOT/AST > 200 U/l y GPT/ALT > 300 U/l (tabla 1).
1.3.2. Serología
Los estudios serológicos son fundamentales para establecer el origen viral de la hepatitis aguda
(tabla 2).
CMV: citomegalovirus; Ig: inmunoglobulina; PCR: reacción en cadena de la polimerasa; PE: postexposición; VAC:
vacunación; VEB: virus de Epstein-Barr; VHA: virus de la hepatitis A; VHB: virus de la hepatitis B; VHC: virus de la hepatitis
C; VHD: virus de la hepatitis D; VHE: virus de la hepatitis E.
elevación moderada de transaminasas, así como la obstrucción biliar, que debe descartarse en
toda hepatopatía.
ALGORITMO
Hepatitis aguda
Astenia, MEG, anorexia, náuseas, vómitos, ictericia,
hepatomegalia dolorosa, fiebre…
NO SÍ
SÍ NO
Considerar:
¿ABUSO DE FA > 3 x límite HEPATITIS TÓXICA
ALCOHOL? superior O HEPATITIS
ISQUÉMICA
SÍ NO NO SÍ
HEPATITIS BAJA
ALCOHÓLICA PROBABILIDAD Considerar:
DE LESIÓN SEROLOGÍA y/o TÓXICOS
HEPÁTICA PCR VIRUS OBSTRUCCIÓN
AGUDA HEPATOTROPOS BILIAR
CMV O VEB
Reevaluar
SÍ NO concluyente NO concluyente
HEPATITIS Considerar:
Considerar:
VÍRICA TÓXICOS
VIRUS
OBSTRUCCIÓN
HEPATOTROPOS
BILIAR
CMV O VEB
NO concluyente
Considerar:
ENFERMEDAD DE WILSON
HEPATITIS AUTOINMUNE
OTRAS CAUSAS
AST: aspartato aminotransferasa; ALT: alanina aminotransferasa; CMV: citomegalovirus; FA: fosfatasa alcalina; GOT:
transaminasa glutámico oxalacética; GPT: transaminasa glutámico pirúvica; LSN: límite superior de la normalidad; PCR:
reacción en cadena de la polimerasa; VEB: virus de Epstein-Barr.
CAPÍTULO 56 DIGESTIVO
504 HEPATITIS AGUDA. INSUFICIENCIA HEPÁTICA AGUDA GRAVE MANUAL DE URGENCIAS
504
2.2. CLASIFICACIÓN
En función del tiempo de evolución entre el inicio de la clínica (determinado generalmente por
la ictericia) y el inicio de la encefalopatía, se clasifica como: hiperagudo: menos de 7 días, agudo:
entre 7 y 21 días y subagudo: más de 21 días y < 6 meses.
2.3. ETIOLOGÍA
Múltiples causas pueden provocar IHAG (tabla 3) y varían según la localización geográfica; en
España las más frecuentes son virus (VHB), tóxicos (fármacos, alimentos [setas] y alcohol) y causas
vasculares (hepatitis isquémica). En un 25-40 % de los casos es idiopática.
INFECCIOSAS
• Víricas
- Hepatitis B aguda*
- Hepatitis A aguda
- Hepatitis E aguda (en regiones tropicales)
- Otros virus hepatotropos: coinfección hepatitis B y hepatitis D (la hepatitis C aguda aislada parece no
asociarse a IHAG)
- Otros virus: VHS, VVZ, CMV, VEB, parvovirus B19, fiebres hemorrágicas…
• Otros
- Coxiella burnetii (fiebre Q)
- Brucelosis, leptospirosis, tuberculosis
FARMACOLÓGICAS
• Sobredosificación de:
- Paracetamol
- Halotano y otros anestésicos halogenados
• Idiosincrásicas:
- Cualquier fármaco (ej.: rifampicina, isoniacida, fenitoína, ATC, IMAO, AINE, tetraciclinas, ketokonazol,
eritromicina, amoxicilina*, amoxicilina/clavulánico*, amiodarona, labetalol…)
DIGESTIVO
MANUAL DE URGENCIAS
505
TÓXICAS**
• Amanita phalloides* y otras setas
• Alcohol*
• Hierbas medicinales
• Anfetaminas (MDMA/éxtasis)
• Otros (raticidas, disolventes industriales…)
VASCULARES
• Hepatitis isquémica en shock cardiogénico o shock séptico*
• Hepatólisis directa en shock séptico*
• Hígado de estasis en insuficiencia cardíaca
• Budd-Chiari y otras enfermedades venooclusivas
• Trombosis de la arteria hepática postrasplante hepático
METABÓLICAS
• Enfermedad de Wilson
• Embarazo en contexto de hígado graso
• Síndrome HELLP
• Infantiles: síndrome de Reye, tirosinemia, galactosemia, intolerancia hereditaria fructosa
VARIAS
• Autoinmune*
• Hipertermia
• Infiltración tumoral
• Rechazo del injerto en el trasplante hepático
• Hepatectomía parcial
IDIOPÁTICAS*
• 25-40 % de los casos
2.5. PRONÓSTICO
Los factores de mal pronóstico más importantes son el grado de encefalopatía (de tal forma que
en los grados I-II la probabilidad de recuperación se acerca al 70 %, en el grado III es del 40-50 % y
en el grado IV < 20 %) y la gravedad de la coagulopatía (TP < 50 % y factor V < 20 %).
2.6. TRATAMIENTO
El objetivo es el mantenimiento de las funciones vitales y el control de las complicaciones mien-
tras se inicia la regeneración o hasta que se realiza un trasplante hepático. Simultáneamente, se
realiza tratamiento específico para el agente causal del fallo hepático.
Para el manejo concreto de cada complicación, ver el capítulo específico. Mencionamos aquí al-
gunas puntualizaciones importantes.
2.6.1. Coagulopatía
Salvo la vitamina K (1 amp. de 10 mg/12 h i.v.), no se recomiendan medidas profilácticas. Según
los datos de laboratorio y de sangrados o previo a procedimientos invasivos, puede ser necesario
transfundir plasma fresco congelado, complejo protrombínico o plaquetas. Sí está indicada la
prevención del sangrado digestivo alto, que se hará con inhibidores de la bomba de protones
(IBP) (omeprazol 20 mg/24 h).
DIGESTIVO
MANUAL DE URGENCIAS
507
2.6.6. Infecciones
Las más frecuentes son la respiratoria, la urinaria y la peritonitis bacteriana espontánea (PBE).
No se ha demostrado que la profilaxis modifique la evolución, aunque es frecuente el empleo de
norfloxacino (400 mg/12 h) y fluconazol (100 mg/24 h). Si existe sospecha de infección, una buena
opción empírica inicial es una cefalosporina de tercera generación (ceftriaxona 2 g/24 h i.v.).
2.6.8. Hipoglucemia
Muy frecuente. Objetivo: mantener una glucemia de 100-140 mg/dl.
2.6.9. Nutrición
Siempre que sea posible será enteral, evitando la restricción proteica.
2.6.10. Hemodinámica
Si hay hipertensión: evitar vasodilatadores sistémicos. Si hay hipotensión: fluidoterapia para ten-
sión arterial media (TAM) > 60 mmHg y, si no es posible, iniciar vasopresores, preferentemente
noradrenalina.
Puntos clave/recuerda
▶▶ La hepatitis aguda es la inflamación de menos de 6 meses de duración sobre un hígado
previamente con una elevación de niveles de transaminasas en la sangre y un espectro
clínico variable, desde formas asintomáticas hasta FHF.
▶▶ En la hepatitis aguda son fundamentales una buena anamnesis y el conocimiento del con-
texto epidemiológico para una adecuada orientación etiológica inicial.
▶▶ El descenso de la albúmina, la elevación de la bilirrubina y la prolongación del TP son los mar-
cadores más importantes de la función hepatocelular alterada e indican peor pronóstico.
▶▶ La elevación de las transaminasas se correlaciona con daño hepatocelular, aunque no
tiene significación pronóstica.
▶▶ El FHF es una emergencia médica con una mortalidad global en torno al 80 %, en relación
con edema cerebral, disfunción multiorgánica e infecciones intercurrentes.
▶▶ Los factores de mal pronóstico más importantes son el grado de encefalopatía y de coa-
gulopatía y en menor medida la etiología y la edad.
▶▶ Los pilares del tratamiento son el mantenimiento de las funciones vitales, el control de las
complicaciones y el tratamiento específico del agente causal del fallo hepático.
DIGESTIVO
MANUAL DE URGENCIAS
509
ALGORITMO
HEPATITIS AGUDA
NO SÍ
¿COAGULOPATÍA?
NO SÍ
NO
TP < 50 %, ENCEFALOPATÍA
¿TOLERANCIA ORAL? O FACTORES DE MAL
PRONÓSTICO/¿RIESGO?
SÍ NO NO SÍ
IHAG: insuficiencia hepática aguda grave; TP: tiempo de protrombina; UCI: Unidad de Cuidados Intensivos.
CAPÍTULO 57
ASCITIS Y ENCEFALOPATÍA HEPÁTICA
José Carlos Villa Poza | José Barrio Antoranz
ASCITIS
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
Ascitis es la acumulación patológica de líquido ascítico (LA) en la cavidad peritoneal. Es la princi-
pal complicación de la cirrosis descompensada. Cerca del 80 % de los pacientes con ascitis tienen
una hepatopatía crónica de base. Un 20 % responden a otras patologías (tumoral, insuficiencia
cardíaca, etc.) y un 5 % son multicausales.
2. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
Los procesos clínicos que cursan con ascitis se pueden agrupar según su relación con hipertensión
portal (HTP), como indica la tabla 1.
PROCESOS QUE CURSAN CON HTP PROCESOS QUE CURSAN SIN HTP
• Intrahepática • Peritoneales
- Cirrosis hepática - Tumorales, fundamentalmente carcinomatosis
- Hepatitis aguda alcohólica peritoneal
- Fallo hepático fulminante - Infecciosa: peritonitis bacteriana, tuberculosis,
- Enfermedad venooclusiva hepática otras causas infecciosas
- Metástasis hepáticas masivas - Obstrucción o infartos intestinales
- Hígado graso del embarazo - Otros: serositis en las conectivopatías,
• Extrahepática vasculitis peritoneales, enfermedad de
- Hígado de estasis. Ascitis cardíaca, pericarditis Whipple, gastroenteritis eosinofílica, peritonitis
constrictiva granulomatosa, sarcoidosis, amiloidosis
- Trombosis/compresión de la vena porta • Ginecológicos
- Síndrome de Budd-Chiari - Endometriosis, síndrome de Meigs, rotura de
- Ascitis “mixtas” quiste folicular, rotura de embarazo ectópico,
- Mixedema síndrome de hiperestimulación ovárica
PROCESOS QUE CURSAN CON HIPOALBUMINEMIA
• Síndrome nefrótico, desnutrición, enteropatías pierdeproteínas
MISCELÁNEA
• Hepatitis aguda alcohólica, ascitis biliar o pancreática, ascitis quilosa, ascitis nefrogénica de los
pacientes en hemodiálisis, fuga linfática en el posoperatorio
HTP: hipertensión portal.
DIGESTIVO
MANUAL DE URGENCIAS
511
Tabla 2. Diagnóstico diferencial de la ascitis según las características del líquido ascítico
4. TRATAMIENTO
4.1. GENERAL
▶▶ Restricción moderada de sal: 4,6-6,9 g/día, que es el equivalente de no añadir sal a la dieta y evi-
tar salsas y platos precocinados. No hay evidencia de que el reposo en cama deba formar parte
del tratamiento de la ascitis. Tampoco la restricción hídrica en los pacientes sin hiponatremia
tiene especial sentido.
▶▶ En los pacientes con hepatopatía crónica alcohólica la abstinencia completa mejora hasta en
ocasiones hacer desaparecer la ascitis.
▶▶ Tratamiento de la causa desencadenante.
▶▶ Analizar los fármacos contraindicados en pacientes con ascitis. Es importante retirar los anti-
inflamatorios no esteroideos (AINE) por el riesgo de retención de sodio, hiponatremia y fallo
renal, así como fármacos hipotensores, como los inhibidores de la enzima convertidora de an-
giotensina (IECA), antagonistas de los receptores de la angiotensina II (ARA-II) o a1-adrenérgicos.
El uso de aminoglucósidos está asociado con el riesgo de disfunción renal y hay que evitar los
contrastes intravenosos.
▶▶ Los pacientes con ascitis que cumplen criterios de refractariedad se deben incluir en programas
de paracentesis periódicas, valorando la indicación de colocación de derivación portosistémi-
ca intrahepática transyugular (TIPS) y/o trasplante hepático (TH).
5. COMPLICACIONES
5.1. MANEJO DE LA PERITONITIS BACTERIANA ESPONTÁNEA
Existe sospecha de PBE “hasta que no se demuestre lo contrario” en todos los pacientes que
ingresan con ascitis descompensada en el Servicio de Urgencias. Los pacientes con hemorragia
digestiva, cuadro de shock, fiebre sin foco, datos clínico-analíticos de síndrome de respuesta infla-
matoria sistémica (SIRS), así como dolor abdominal, deben ser sometidos a paracentesis diagnós-
tica. Está también indicado realizar una paracentesis diagnóstica a aquellos pacientes con ascitis
conocida en los que hay un empeoramiento en la función hepática o renal o en los que aparece
un cuadro de EH y tienen ascitis significativa (grados II-III).
El diagnóstico está basado en el recuento de neutrófilos en el LA mayor de 250/mm3, determina-
do por recuento manual (no automático). Es importante procesar el LA para estudio microbiológi-
co. Además, una vez confirmada la presencia de PBE, se deberán obtener hemocultivos antes del
comienzo de la antibioterapia empírica e iniciarla en la forma más precoz posible.
Algunos pacientes no tienen criterios estrictos de PBE con recuento menor de 250/mm3 pero cul-
tivos positivos del LA. Está condición es llamada bacterioascitis. Se deben repetir análisis de LA y,
en caso de confirmarse PBE o bacteroasctitis, tratar como si fuera una PBE.
Los agentes causales más frecuentemente involucrados en la PBE son bacterias Gram negativas
aerobias como Escherichia coli, por lo que en nuestro medio el antibiótico de elección se cen-
tra en las cefalosporinas de tercera generación. Otras opciones, como amoxicilina-clavulánico
o levofloxacino, ciprofloxacino u ofloxacino, se pueden contemplar en pacientes sin criterios de
gravedad. El uso de quinolonas debería contraindicarse en pacientes que ya están tomando qui-
nolonas como profilaxis primaria o secundaria de PBE, en áreas con alto índice de resistencia a
quinolonas y en infecciones nosocomiales.
La PBE se resuelve aproximadamente en el 90 % de los pacientes; se aconseja una segunda para-
centesis a las 48 h del inicio de la antibioterapia empírica en el caso de que la evolución no esté
siendo satisfactoria para observar un adecuado descenso del recuento leucocitario y la negativi-
zación de los cultivos.
El fracaso terapéutico con mala evolución clínica suele ser debido a resistencias bacterianas y/o
al desarrollo de una peritonitis bacteriana secundaria (PBS), que consiste en la infección del LA
por la perforación visceral o en un absceso del órgano abdominal, que requiere para su diagnósti-
co la realización de pruebas de imagen (tomografía computarizada [TC] abdominopélvica), ajuste
de antibioterapia y cirugía, si la precisara.
CAPÍTULO 57
514 ASCITIS Y ENCEFALOPATÍA HEPÁTICA
ENCEFALOPATÍA HEPÁTICA
1. DEFINICIÓN
La EH se define como una disfunción cerebral causada por insuficiencia hepática y/o por un shunt
portosistémico.
No tiene datos patognomónicos y su diagnóstico exige una exploración neurológica detallada
para descartar otras causas orgánicas. Es excepcional la aparición de focalidad neurológica y
frecuentes la hiperreflexia y síntomas extrapiramidales, sobre todo en las formas persistentes.
2.2. CLÍNICA
La EH se presenta como alteraciones en la esfera cognitivoconductual que oscilan entre alteracio-
nes leves del comportamiento y la consciencia hasta el coma.
Para establecer la gravedad de la EH se usan de forma generalizada la clasificación de West-Haven
(tabla 4) y la clasificación de la International Society for Hepatic Encephalopaties and Nitrogen me-
tabolism (ISHEN) (esta última no diferencia entre encefalopatía mínima y encubierta), aunque en la
encefalopatía avanzada (grados III-IV) también es frecuente la utilización de la escala de Glasgow.
CAPÍTULO 57
516 ASCITIS Y ENCEFALOPATÍA HEPÁTICA
En general, los signos clínicos más frecuentes en pacientes no comatosos son las anomalías del
sistema motor, como hipertonía, hiperreflexia y signo de Babinski positivo. Las convulsiones se
producen de forma excepcional en el contexto de la EH y son más típicas de los estados de depri-
vación, también frecuentes en estos pacientes.
La asterixis o flapping suele estar presente en etapas precoces y medias de la EH; no es un
temblor, sino una mioclonía negativa que consiste en la pérdida de tono postural. Se explora
al extender la muñeca con los dedos separados; sin embargo, la asterixis se observa en otras
áreas, como los pies, las piernas, los brazos, la lengua y los párpados. Es importante recordar
que la asterixis no es patognomónica de la EH, ya que se puede observar en otras enfermeda-
des, como la uremia. La discalculia es uno de los síntomas más precoces y la asterixis o flapping
uno de los más comunes.
En los últimos años se está dando especial importancia a la detección de la encefalopatía hepáti-
ca mínima (EHM) utilizando test específicos (frecuencia crítica de parpadeo, Pychometric Hepatic
Encephalopathy Score [PHES]), ya que se ha asociado a la posibilidad de accidentes y caídas con
aumento de la morbimortalidad por causa traumática en este tipo de pacientes.
3. DIAGNÓSTICO
El diagnóstico comienza con una adecuada sospecha clínica y se apoya en pruebas complemen-
tarias. Es importante realizar un diagnóstico diferencial de alteración cognitivaconductual de for-
ma precoz (algoritmo 2).
La determinación del amonio en la sangre no es útil al presentar una alta tasa de falsos positi-
vos y negativos. Alrededor del 10 % de pacientes pueden tener EH con amonio normal, por lo
que no es una prueba fiable y no debe utilizarse como criterio diagnóstico. No se recomiendan
determinaciones seriadas ya que no se correlacionan con la evolución ni con el pronóstico ni
el grado de EH.
El enfoque inicial debe incluir evaluación de la función hepática y estudio de posibles factores
precipitantes (estreñimiento, infecciones, alteraciones hidroelectrolíticas, fármacos, hemorragia
gastrointestinal, exceso de diurético, etc.). Hay que tener en cuenta que hasta en un 20-30 % no
encontramos un claro factor desencadenante.
En presencia de ascitis se deber realizar paracentesis diagnóstica para análisis bioquímico y cultivo.
▶▶ Inicialmente la dieta ha de ser absoluta hasta ver la evolución del nivel de consciencia.
▶▶ Hay que valorar la necesidad de sondaje vesical.
▶▶ Si existe sospecha de infección como desencadenante, se tomarán cultivos para análisis micro-
biológico y se iniciará precozmente antibioterapia empírica.
CAPÍTULO 57
518 ASCITIS Y ENCEFALOPATÍA HEPÁTICA
4.2.2. Laxantes
Se utilizan disacáridos no absorbibles, fundamentalmente lactulosa 40-60 g/día y/o lactitol 30-50 g/
día, para conseguir 2-3 deposiciones blandas/día (existen metaanálisis pequeños a favor del lactitol).
En los pacientes con hemorragia digestiva o encefalopatía grave (III-IV) se recomienda la adminis-
tración de enemas (200 mg de lactulosa en 800 ml de agua cada 8 h) hasta la resolución del cuadro.
Otros laxantes, como el polietilenglicol, necesitan todavía validación adicional en su uso en la EH,
aunque ya existen estudios en los que también demuestran eficacia.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Se debe realizar paracentesis diagnóstica a todo paciente con ascitis de grados 2-3 de
reciente aparición y a todos los que sufren descompensaciones de hepatopatía crónica
de causa desconocida.
▶▶ En los LA hemáticos hay que corregir la fórmula leucocitaria (restar 1 PMN por cada 250
hematíes o 1 leucocito por cada 750 hematíes).
▶▶ En pacientes con ascitis es importante retirar los AINE, así como fármacos hipotensores
como los IECA, ARA-II o a1-adrenérgicos. El uso de aminoglucósidos está asociado con el
riesgo de disfunción renal y hay que evitar los contrastes intravenosos.
▶▶ Existe sospecha de PBE hasta que no se demuestre lo contrario en todos los pacientes que
ingresan con ascitis descompensada.
▶▶ El SHR se produce de forma especial en los cirróticos descompensados con ascitis, por lo
que es fundamental la identificación de cualquier deterioro de la función renal de manera
precoz, pues influye en su pronóstico.
▶▶ La determinación del amonio en la sangre no debe utilizarse como criterio diagnóstico de la
EH, pudiendo ser negativa en esta entidad. No se recomiendan determinaciones seriadas, ya
que no se correlacionan con la evolución ni con el pronóstico ni el grado de EH.
CAPÍTULO 57
520 ASCITIS Y ENCEFALOPATÍA HEPÁTICA
ALGORITMO 1
Ascitis en urgencias
ALGORITMO 2
Tipo A. Tipos B y C
Contexto de fallo hepático (TIPS, shunts y/o hepatopatía
agudo crónica)
Grados III-IV
Grado II con hemorragia Grados I-II
digestiva alta
EPISÓDICA RECIDIVANTE
EH: encefalopatía hepática; ITU: infección del tracto urinario; TC: tomografía computarizada; TIPS: derivación portosis-
témica intrahepática transyugular.
CAPÍTULO 58
PATOLOGÍA BILIAR AGUDA
María Elena Calvín García | María Milagros Jaén Cañadas
CÓLICO BILIAR
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
La litiasis biliar es una de las patologías digestivas más frecuentes, con una elevada morbimortali-
dad. El 12 % de la población adulta tiene litiasis biliar; la prevalencia es mayor en edades avanza-
das y en mujeres, con una relación 2:1.
Los factores de riesgo que contribuyen a padecer esta patología son: sexo femenino, edad, fárma-
cos (anticonceptivos orales y tratamientos con estrógenos), antecedentes familiares, obesidad,
cirrosis hepática, diabetes mellitus y procesos que produzcan hipomotilidad de la vía biliar, como
el ayuno prolongado y la nutrición parenteral.
El cólico biliar se define como un episodio de dolor en el epigastrio y el hipocondrio derecho
(HCD) secundario a la contracción de la vesícula biliar por impactación de litiasis o por estímulos
hormonales o neurales.
2. ETIOLOGÍA
Existen 2 tipos de cálculos, las litiasis de colesterol (75 %) y las litiasis pigmentarias, compuestas
por sales cálcicas de bilirrubina no conjugada. El 85 % de los cálculos se localizan en la vesícula y
el 15 % restante puede tener cálculos de manera concomitante en la vía biliar principal (colédo-
co). Son excepcionales los cálculos en la vía biliar intrahepática.
3. CLASIFICACIÓN
3.1. CÓLICO BILIAR SIMPLE
Se resuelve en menos de 6 h, ya que la obstrucción de la vía biliar es transitoria. Desaparece de
forma espontánea o tras analgesia.
4. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Hay dolor constante localizado en el epigastrio y el HCD, que puede irradiarse a la escápula y al
hombro derecho. Suele aparecer de forma brusca 2-4 h tras la ingesta y durante la noche y se
acompaña de vómitos que no alivian el dolor y diaforesis. En caso de cólico biliar complicado
debe sospecharse complicación asociada, como colecistitis aguda, colangitis aguda, pancreatitis
aguda biliar, fístulas biliares por procesos inflamatorios-adherenciales por necrosis de la pared o
íleo biliar por obstrucción intestinal por cálculo grande.
5. DIAGNÓSTICO
En la exploración física suele destacar el dolor en el HCD sin signos de irritación peritoneal. Los
parámetros de laboratorio (hemograma completo, enzimas hepáticas, bilirrubina, fosfatasa alca-
lina [FA], amilasa y lipasa) son normales en un cólico biliar no complicado y la alteración de estas
pruebas sugiere complicación. La radiografía abdominal simple rara vez revela la existencia de
litiasis, ya que solo el 10 % de los cálculos contienen suficiente calcio. La radiografía de tórax nos
ayuda al diagnóstico diferencial de procesos torácicos que cursen con dolor en el HCD y el elec-
trocardiograma descarta origen cardíaco.
La prueba radiológica de elección para demostrar cálculos biliares es la ecografía abdominal.
Solo está indicado realizarla de forma urgente en caso de cólico biliar complicado o sospecha
de otra complicación asociada. En la mayoría de los pacientes se objetivarán cálculos en la eco-
grafía. Cuando la sospecha clínica es alta y la ecografía es negativa, se deberá repetir la ecografía
abdominal a las pocas semanas.
La tomografía computarizada (TC) abdominal tiene una sensibilidad del 55-80 % para detectar
cálculos biliares porque muchos de ellos son isodensos con la bilis.
6. TRATAMIENTO
6.1. MEDIDAS GENERALES
▶▶ Reposo digestivo y fluidoterapia individualizada según precise el paciente.
▶▶ Analgesia: antiinflamatorio no esteroideo (AINE) (dexketoprofeno 50 mg/8 h i.v.). Metamizol 1 g
i.v./6-8 h. Escopolamina butilbromuro 20 mg/8 h. En casos de alergias y/o contraindicación y/o
dolor resistente al tratamiento inicial se pueden usar opioides: meperidina 1-1,5 mg/kg/3-4 h
i.v./s.c./i.m. de elección o cloruro mórfico (existe siempre la polémica a causa del efecto de los
opiáceos sobre el tono del esfínter de Oddi, lo que conlleva un aumento de la presión en la vía
biliar. Es un efecto dependiente de la dosis con importancia clínica desconocida).
▶▶ Antieméticos: metoclopramida i.v. (10 mg/8 h).
COLEDOCOLITIASIS
1. DEFINICIÓN Y ETIOLOGÍA
La mayoría de las litiasis en el colédoco proceden de la vesícula. La migración depende del tama-
ño del cálculo respecto al calibre del cístico y el colédoco.
2. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Hay dolor en el HCD y epigastrio, más prolongado que el cólico biliar simple (más de 6 h), asociado
a náuseas, vómitos e ictericia moderada e intermitente, sin fiebre. El dolor se resuelve cuando la
litiasis se moviliza espontáneamente o se elimina. El 10 % de los pacientes estarán asintomáticos.
Las dos principales complicaciones de la coledocolitiasis son la pancreatitis aguda y la colangitis.
3. DIAGNÓSTICO
3.1. CLÍNICA COMPATIBLE
En la exploración se puede palpar la vesícula (signo de Courvoisier) por dilatación secundaria a
la obstrucción del colédoco, aunque más frecuentemente se produce por procesos obstructivos
malignos que por litiasis.
4. TRATAMIENTO
4.1. MEDIDAS GENERALES
Ver cólico biliar.
COLANGITIS AGUDA
1. DEFINICIÓN
Es un síndrome clínico potencialmente grave causado por una infección bacteriana en pacientes
con obstrucción de la vía biliar.
2. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
Las causas más frecuentes son la coledocolitiasis (28-70 %), las estenosis posquirúrgicas (5-28 %)
y las malignas (10-57 %). Es frecuente también tras procedimientos endoscópicos. La infección se
produce por translocación de bacterias del duodeno o del sistema portal al árbol biliar.
Los microorganismos implicados se reflejan en la tabla 1.
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
La tríada de Charcot (fiebre + dolor abdominal + ictericia) está presente en el 50-75 % de los casos.
Puede asociarse confusión e hipotensión (pentada de Reynolds) en relación con casos de colan-
gitis supurativa. En pacientes mayores o con toma crónica de corticoides, la hipotensión puede
ser la única manifestación clínica.
4. DIAGNÓSTICO
Es fundamentalmente clínico (tabla 2).
La ecografía abdominal es la prueba radiológica de elección inicial en el diagnóstico (pero según
criterios diagnósticos, ver que no es necesario que la vía biliar está dilatada para su diagnóstico).
En todos los pacientes con sospecha de colangitis se deben llevar a cabo hemocultivos para ayu-
dar al tratamiento antibiótico dirigido (positivos en el 30-40 % de los casos). El cultivo de la bilis es
positivo en el 80-100 % de los casos.
CAPÍTULO 58
526 PATOLOGÍA BILIAR AGUDA
A. Inflamación sistémica:
A.1. Fiebre y/o escalofríos
A.2. Pruebas de laboratorio con evidencia de respuesta inflamatoria (leucocitosis con desviación
izquierda, PCR elevada u otros parámetros que indiquen inflamación)
B. Colestasis:
B.1. Ictericia
B.2. Pruebas de función hepática alteradas (FA elevada, elevación de GGT y bilirrubina conjugada más
típicamente; también GOT y GPT)
C. Pruebas de imagen:
C.1. Evidencia de vía biliar dilatada en prueba de imagen
C.2. Evidencia de una causa etiológica en prueba de imagen (cálculo, stent, estenosis
Diagnóstico de sospecha: 1 ítem de A + 1 ítem de B o C.
Diagnóstico definitivo: 1 ítem de A + 1 ítem de B + 1 ítem de C.
FA: fosfatasa alcalina; GGT: gamma glutamil transpeptidasa; GOT: transaminasa glutámico oxalacética; GPT:
transaminasa glutámico pirúvica; PCR: proteína C reactiva.
5. TRATAMIENTO
5.1. MEDIDAS GENERALES (VER CÓLICO BILIAR)
Vigilancia y tratamiento de una posible sepsis.
COLECISTITIS AGUDA
1. DEFINICIÓN
El término se refiere a la inflamación aguda de la vesícula biliar caracterizada por dolor en el cua-
drante superior derecho abdominal, fiebre y leucocitosis.
2. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
2.1. COLECISTITIS LITIÁSICA
Se da en el 90 % de los casos. La obstrucción del conducto cístico se produce por un cálculo que
genera inflamación de la vesícula y posteriormente infección. Los gérmenes más frecuentemente
implicados son: Escherichia coli (41 %), Enterococcus (12 %), Klebsiella (11 %) y Enterobacter (9 %).
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
▶▶ Dolor abdominal prolongado en el HCD o el epigastrio que se puede irradiar al hombro o a la
región escapular derechos. Se suele acompañar de náuseas, vómitos, anorexia y fiebre.
▶▶ En el 10 % de los casos puede aparecer ictericia por coledocolitiasis asociada o compresión de
la vía biliar (síndrome de Mirizzi).
▶▶ Pueden existir complicaciones, como sepsis (gangrena), peritonitis generalizada (perforación),
crepitación abdominal (colecistitis enfisematosa) u obstrucción intestinal (íleo biliar). Cabe des-
tacar que la colecistitis enfisematosa es más frecuente en hombres y diabéticos asociada en
el 50 % a colelitiasis. Los gérmenes más comúnmente implicados son los productores de gas
(Clostridium perfringens y Clostridium welchii), aunque también pueden involucrarse E. coli (15
%), Staphyloccocus, Streptococcus, Pseudomonas y Klebsiella.
5. TRATAMIENTO
5.1. TRATAMIENTO MÉDICO (GRADOS I-II)
▶▶ Medidas generales (ver cólico biliar).
▶▶ Sonda nasogástrica: si hay vómitos persistentes.
▶▶ Tratamiento antibiótico (ver colangitis).
Puntos clave/recuerda
▶▶ En caso del cólico biliar complicado debe sospecharse complicación asociada.
▶▶ Los parámetros de laboratorio son normales en un cólico biliar no complicado y la altera-
ción de estas pruebas sugiere complicación.
▶▶ No hay que olvidar realizar electrocardiograma para descartar el origen cardíaco del dolor.
▶▶ En el caso del cólico biliar, la ecografía abdominal solo está indicado realizarla de forma
urgente en caso de cólico complicado o sospecha de otra complicación asociada.
▶▶ En la coledocolitiasis, el valor predictivo positivo de las pruebas hepáticas elevadas es bajo;
sin embargo, pruebas hepáticas normales excluyen el diagnóstico de coledocolitiasis.
▶▶ La ecografía abdominal es la prueba radiológica de elección de forma inicial en el diagnós-
tico de la colangitis, pero según criterios diagnósticos no es necesario que la vía biliar esté
dilatada para su diagnóstico.
▶▶ En la colecistitis el aumento de la bilirrubina total y de la FA no son comunes y si están pre-
sentes deben hacernos pensar en complicaciones.
CAPÍTULO 59
PANCREATITIS AGUDA
Raquel Pinuaga Orrasco | Beatriz Rodríguez Rodríguez | María Mir Montero
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
La pancreatitis aguda (PA) se define como una inflamación aguda del páncreas. Cursa con dolor
abdominal brusco y elevación de enzimas pancreáticas en la sangre. La fisiopatología no está
claramente establecida. Se han descrito multitud de desencadenantes, siendo las litiasis biliares
y el consumo crónico de alcohol las causas principales de inflamación pancreática aguda.
2. ETIOLOGÍA
Existen múltiples causas de PA (tabla 1). Las litiasis biliares constituyen la causa más frecuente en
nuestro medio (50 %), seguidas del consumo crónico de alcohol (15-20 %). Hasta en un 15-20 % de
los casos no se logra identificar una causa.
La PA de origen biliar es consecuencia de la obstrucción del colédoco o del conducto pancreático
por un cálculo vesicular. Las litiasis causantes de PA son generalmente de un tamaño inferior a
5 mm. De hecho el barro biliar y las microlitiasis constituyen una causa reconocida de PA inicial-
mente etiquetadas como idiopáticas. Ha de sospecharse un origen biliar si el paciente presenta
historia previa de cólicos biliares y si existe elevación de la alanina aminotransferasa (ALT) al me-
nos 3 veces por encima de su límite superior normal.
El consumo crónico de alcohol es la segunda causa más frecuente de PA. Se estima que el 10 % de
los pacientes alcohólicos desarrollan un episodio de PA.
La hipertrigliceridemia es causa de PA en un 1-4 % de los casos. Son necesarias altas concentra-
ciones de triglicéridos (> 1.000 mg/dl) para desencadenar inflamación pancreática aguda.
Aunque es poco frecuente, la hipercalcemia de cualquier origen puede desencadenar una PA,
probablemente en concurrencia con otros factores.
Las principales causas de pancreatitis iatrogénica son las manipulaciones de la encrucijada bi-
liopancreática (fundamentalmente la colangiopancreatografía retrógrada endoscópica [CPRE]) y
algunos fármacos, especialmente diuréticos de asa, tiazidas, azatioprina y mesalazina.
Otras causas de PA menos frecuentes son las que producen obstrucción al flujo pancreático, no
relacionadas con litiasis (tumores y alteraciones anatómicas).
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
El dolor abdominal es el síntoma principal en la PA y la mayoría de los pacientes lo describe como
de inicio súbito, localizado en el epigastrio e irradiado a ambos hipocondrios “en cinturón”, cons-
tante e intenso. El cuadro se suele acompañar de náuseas y vómitos. La exploración se caracteriza
por un abdomen doloroso a la palpación, sobre todo en hemiabdomen superior y mesogastrio.
Algunos pacientes pueden presentar distensión abdominal por presencia de íleo paralítico. En
algunos casos se pueden objetivar signos de respuesta inflamatoria sistémica (fiebre, taquicardia
DIGESTIVO
MANUAL DE URGENCIAS
531
OBSTRUCCIÓN
• Colelitiasis, coledocolitiasis, microlitiasis y barro biliar
• Tumores pancreáticos o ampulares
• Obstrucción de la papila de Water de causa no tumoral (divertículo periampular, ascariasis biliar, cuerpo
extraño en la papila)
• Fibrosis o hipertonía del esfínter de Oddi
• Coledococele
• Páncreas divisum, páncreas anular
TÓXICOS
• Alcohol
• Tabaco
• Organofosforados
METABÓLICAS
• Hipertrigliceridemia, hipercalcemia
FÁRMACOS*
• Azatioprina, mercaptopurina, esteroides, valproato, carbamazepina, metronidazol, trimetropim-
sulfametoxazol, tetraciclinas, eritromicina, rifampicina, opioides, pentamidina, nitrofurantoína,
furosemida, hidroclorotiazida, estrógenos, paracetamol, metildopa, cimetidina, acetaminofén,
eritromicina, salicilatos, interferón, cisplatino, lamivudina, octreótido, enalapril, cimetidina, ranitidina,
procainamida
TRAUMATISMOS
• Accidental: trauma abdominal
• Iatrogénica: postoperatoria, CPRE, esfinterotomía endoscópica, manometría del esfínter de Oddi
VASCULAR
• Isquémica: hipoperfusión, ateroembolismo, vasculitis
INFECCIONES
• Bacterias: Mycoplasma, Legionella, Leptospira, Salmonella
• Virus: parotiditis, rubéola, coxsackie, hepatitis B, varicela-zóster, herpes, citomegalovirus, VEB, VIH
• Parásitos: Toxoplasma, Cryptosporidium, Ascaris
IDIOPÁTICA
CPRE: colangiopancreatografía retrógrada endoscópica; VEB: virus de Epstein-Barr; VIH: virus de la inmunodeficiencia
humana.
4.1.2. Hemograma
Puede existir leucocitosis y hemoconcentración por la extravasación de volumen al tercer espacio.
4.1.3. Bioquímica
Puede aparecer hiperglucemia por la menor producción de insulina. En algunos casos pueden
hallarse hipocalcemia, hipopotasemia e hiponatremia. Se puede dar aumento de bilirrubina y de
las enzimas hepáticas, lo que puede estar en relación con el origen biliar de la PA. Los valores muy
altos de lactato deshidrogenasa (LDH) indican mal pronóstico.
PA NO BILIAR PA BILIAR
AL INGRESO
Edad > 55 años > 70 años
Leucocitos > 16.000/mm3 > 18.000/mm3
Glucosa > 200 mg/dl > 220 mg/dl
LDH > 350 UI/l > 400 UI/l
AST > 250 UI/l > 250 UI/l
A LAS 48 h
Descenso del hematócrito > 10 % > 10 %
Aumento del BUN > 5 mg/dl > 2 mg/dl
Calcio < 8 mg/dl < 8 mg/dl
PaO2 < 60 mmHg < 60 mmHg
Déficit de bases > 4 mEq/l > 5 mEq/l
Secuestro estimado de líquidos >6l >4l
CAPÍTULO 59
534 PANCREATITIS AGUDA
terios de Ranson (tabla 3), o por ser complejas de aplicar, como la escala APACHE II, que precisa
la recogida de 14 factores. La escala BISAP (tabla 4) presenta un valor predictivo similar al de la
APACHE, supone una gran simplificación y es aplicable al inicio del cuadro.
Existe también un índice de gravedad basado en criterios radiológicos que se obtiene de la escala
de Balthazar y del porcentaje de necrosis (tabla 5).
ESCALA DE BALTHAZAR
Grado A Páncreas normal 0
Grado B Aumento focal o difuso de la grasa pancreática 1
Grado C Grado B + inflamación peripancreática 2
Grado D Grado C + 1 colección líquida 3
Grado E Grado C + 2 o más colecciones y/o gas en páncreas o retroperitoneo 4
GRADO DE NECROSIS
No necrosis 0
Necrosis < 30 % 2
Necrosis 30-50 % 4
Necrosis > 50 % 6
ÍNDICE DE GRAVEDAD (escala de Balthazar + grado de necrosis)
0-3 Morbimortalidad baja
4-6 Morbimortalidad moderada
≥6 Morbimortalidad alta
5. CLASIFICACIÓN
La PA se clasifica en 2 categorías, de acuerdo con los criterios de Atlanta.
▶▶ Intersticial edematosa: inflamación del parénquima pancreático y tejidos peripancreáticos sin
evidencia de necrosis.
▶▶ Necrotizante: inflamación asociada a necrosis del parénquima pancreático y/o de los tejidos
peripancreáticos.
DIGESTIVO
MANUAL DE URGENCIAS
535
ÓRGANO/SISTEMA PUNTUACIÓN
0 1 2 3 4
Cardiovascular: > 90 < 90 con < 90 sin < 90, pH < 7,3 < 90, pH < 7,2
PAS (mmHg), pH respuesta a la respuesta a la
expansión de expansión de
volumen volumen
FiO2: fracción inspirada de oxigeno; PaO2: presión parcial de oxígeno; PAS: presión arterial sistólica.
6. MANEJO Y TRATAMIENTO
▶▶ Valoración de indicación de vigilancia intensiva: se recomienda valorar el ingreso en la Uni-
dad de Cuidados Intensivos (UCI) en pacientes con PA grave. También ha de considerarse
en pacientes con uno o más de los siguientes parámetros: frecuencia cardíaca (FC) < 40 o >
150 lpm, presión arterial sistólica (PAS) < 80 mmHg, presión arterial media (PAM) < 60 mmHg
o presión arterial diastólica (PAD) > 120 mmHg, frecuencia respiratoria (FR) > 35 rpm, sodio
sérico < 110 mmol/l o > 170 mmol/l, potasio sérico < 2 mmol/l o > 7 mmol/l, presión parcial de
oxígeno (PaO2) < 50 mmHg, pH < 7,1 o > 7,7, glucosa sérica > 800 mg/dl, calcio sérico > 15 mg/
dl, anuria o coma.
▶▶ Monitorización: se recomienda la monitorización de las constantes vitales de forma estrecha
(PA: presión arterial [PA], FC, temperatura, FR y saturación). Es aconsejable la medición de la
diuresis horaria. El objetivo es alcanzar una diuresis de 40-50 ml/h. Una diuresis menor requiere
un mayor aporte de fluidos. Se recomienda también realizar determinaciones frecuentes de
electrólitos y glucosa sérica y corregir las alteraciones de forma precoz.
6.2. ANALGESIA
Se recomienda el control del dolor iniciándose tratamientos con analgésicos de primer escalón,
como el metamizol, pudiendo administrar analgésicos más potentes si se precisa, como los opioi-
des. Se recomienda el uso de meperidina frente a morfina por provocar menos presión sobre el
esfínter de Oddi.
6.4. ANTIBIOTERAPIA
La antibioterapia está indicada en los pacientes que presenten infecciones extrapancreáticas (co-
langitis, infecciones por catéter, infecciones urinarias, neumonías). No se recomienda el uso profi-
láctico de antibióticos en las PA, independientemente del tipo de PA (intersticial edematosa o ne-
crotizante) y de la gravedad (leve, moderada-grave o grave). Está indicado el uso de antibioterapia
en caso de infección de la necrosis pancreática, que ha de sospecharse si hay empeoramiento o
ausencia de mejoría en los primeros 7-10 días de ingreso.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Ha de sospecharse un origen biliar de la PA si el paciente presenta historia previa de cólicos
biliares y si existe elevación de la ALT al menos 3 veces por encima de su límite superior
normal.
▶▶ Existen múltiples situaciones distintas a la PA que pueden cursar con hiperamilasemia y
puede ser normal en algunos tipos de PA. La lipasa es más específica y se mantiene elevada
más tiempo desde la instauración de la clínica pero también se eleva en otras entidades.
▶▶ La tomografía computarizada (TC) solo está indicada de forma urgente en caso de duda
diagnóstica o ausencia de mejoría en las primeras 48-72 h.
▶▶ Es importante identificar los datos clínicos predictores de gravedad de forma precoz para
instaurar tratamiento intensivo precoz en los casos graves.
▶▶ Se recomienda la hidratación agresiva y precoz a todos los pacientes con PA salvo contra-
indicación por factores de comorbilidad.
▶▶ No se recomienda el uso profiláctico de antibióticos en las PA, independientemente del
tipo de PA y de la gravedad. Está indicado en caso de infección de la necrosis pancreática,
que ha de sospecharse si hay empeoramiento o ausencia de mejoría en los primeros 7-10
días de ingreso.
▶▶ Los pacientes con PA deben ingresar siempre.
CAPÍTULO 59
538 PANCREATITIS AGUDA
ALGORITMO
PANCREATITIS AGUDA
(clínica compatible + pruebas de laboratorio +/- pruebas de imagen)
INGRESO
1. DEFINICIÓN
Denominamos divertículo a la herniación o el prolapso de la mucosa y submucosa intestinales a
través de áreas de debilidad en la pared intestinal que se produce, principalmente, por el aumen-
to de la presión intraluminal o por el debilitamiento de la pared (enfermedades del tejido conec-
tivo: síndromes de Marfan y de Ehlers-Danlos). El 95 % se forman en el colon sigmoideo, aunque
pueden presentarse en cualquier punto del tubo digestivo.
La presencia de divertículos en la pared intestinal se denomina diverticulosis, pudiendo ser sinto-
mática o asintomática. Se define como diverticulitis la complicación de la enfermedad diverticu-
lar debida a inflamación o infección.
2. ETIOLOGÍA
Los divertículos son un trastorno adquirido cuyos principales factores de riesgo son la edad y
la alimentación. La incidencia aumenta en mayores de 40 años. La diverticulitis aguda (DA) se
relaciona con dietas pobres en fibra y abuso de grasas y carnes rojas. Otros factores de riesgo
son: sedentarismo, obesidad, tabaquismo y fármacos (antiinflamatorios no esteroideos [AINE],
opioides y corticoides).
3. CLASIFICACIÓN
La DA se clasifica en DA no complicada o simple (75 %) y DA complicada (25 %). En la DA no com-
plicada se produce una perforación diverticular localizada con una reacción inflamatoria circun-
dante (flemón) y, como máximo, un pequeño absceso pericólico. En la DA complicada existe ma-
yor grado de inflamación, con desarrollo de complicaciones como absceso, fístula, obstrucción
o perforación.
La clasificación de Hinchey se basa en criterios radiológicos y orienta el abordaje terapéutico
(tabla 1).
4. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
El síntoma más frecuente es el dolor abdominal, constante o tipo cólico, de localización más fre-
cuente en el cuadrante inferior izquierdo, aunque también puede presentarse en la región supra-
púbica o en el cuadrante inferior derecho, sobre todo en población asiática, en la que la enferme-
dad diverticular es más frecuente en el colon derecho.
Los pacientes pueden también referir alteración del hábito intestinal, diarrea o estreñimiento,
anorexia, náuseas, vómitos, síndrome miccional y signos de afectación sistémica, como fiebre,
taquicardia y malestar general. La hemorragia es infrecuente.
Las complicaciones más frecuentes en la diverticulitis son:
CAPÍTULO 60
540 DIVERTICULITIS AGUDA
Tratamiento ambulatorio
Hinchey Ia Inflamación pericólica - Dieta líquida
Flemón - Antibioterapia oral
- Analgesia oral
DIVERTICULITIS AGUDA COMPLICADA
Ingreso hospitalario
Hinchey Ib Absceso pericólico - Dieta absoluta - Manejo médico (estabilidad
localizado < 5 cm - Analgesia endovenosa clínica e Hinchey IB)
Hinchey II Absceso pélvico o - Antibioterapia endovenosa - Drenaje percutáneo (absceso
peritoneal > 5 cm accesible > 5 cm)
- Cirugía urgente: si evolución
desfavorable a las 24-48 h
Hinchey III Peritonitis purulenta, - Cirugía urgente
rotura de absceso
Hinchey IV Peritonitis fecaloidea,
rotura de divertículo
DA: diverticulitis aguda.
▶▶ Absceso: masa palpable abdominal, rectal o vaginal. También debemos pensar en ello si el pa-
ciente presenta fiebre o leucocitosis persistente a pesar del tratamiento adecuado.
▶▶ Fístula: se forma de colon a órganos adyacentes presentando neumaturia, fecaluria, infeccio-
nes urinarias de repetición, salida de heces por la vagina…
▶▶ Obstrucción: cuadros oclusivos o suboclusivos.
▶▶ Perforación: ruptura intraperitoneal de un absceso o de un divertículo con salida de material
purulento o fecal, causando una peritonitis generalizada o difusa y/o shock séptico.
Es útil en caso de contraindicación para tomografía computarizada (TC), pero con ciertos incon-
venientes (mala ventana por interposición de gas, operador-dependiente, limitada para diagnós-
tico de complicaciones).
5.1.5. Colonoscopia
Está contraindicada durante la fase aguda por riesgo de perforación. Debe realizarse a las 6-8
semanas del cuadro para descartar neoplasia subyacente.
El diagnóstico diferencial de la DA incluye: apendicitis aguda, neoplasia, enfermedad inflamatoria in-
testinal (EII) (enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa), colitis isquémica o pseudomembranosa, enfer-
medad ulcerosa péptica complicada, patología urológica (pielonefritis, nefrolitiasis, cistitis…) y patolo-
gía de origen ginecológico (embarazo ectópico, patología ovárica, enfermedad inflamatoria pélvica…).
6. TRATAMIENTO
6.1. TRATAMIENTO MÉDICO
6.1.1. Medidas generales
Incluye sueroterapia y dieta absoluta en la diverticulitis complicada. En la no complicada está
indicado el reposo digestivo en las primeras horas y posteriormente dieta líquida y progresión
paulatina.
6.1.2. Analgesia
Metamizol/8 h, paracetamol/8 h, dexketoprofeno/8 h… v.o. endovenosos, según la tolerancia y la
gravedad del paciente. Debe evitarse el uso de mórficos y corticoides porque aumentan el riesgo
de perforación.
6.1.3. Antibioterapia
Es diferente según el manejo ambulatorio u hospitalario (tabla 2). Debe realizase cobertura para
Gram negativos y anaerobios, sobre todo Escherichia coli y Bacteroides fragilis.
Tabla 2. Antibioterapia
Puntos clave/recuerda
▶▶ Se define como diverticulitis la complicación de la enfermedad diverticular debida a infla-
mación o infección.
▶▶ La clasificación de Hinchey se basa en criterios radiológicos y orienta el abordaje terapéutico.
▶▶ Aunque en nuestra población es más frecuente en el colon izquierdo, cabe recordar que
en la población asiática la enfermedad diverticular es más frecuente en el colon derecho.
▶▶ La TC abdominal es la técnica de elección para el diagnóstico, la estratificación de la
gravedad y para descartar otra patología abdominal.
▶▶ Hay que plantear drenaje percutáneo eco/TC guiados en los abscesos accesibles de gran
tamaño (> 5 cm).
DIGESTIVO
MANUAL DE URGENCIAS
543
ALGORITMO
Solicitar TC abdominal/
ecografía abdominal
DIVERTICULITIS AGUDA
No complicada Complicada
(Ia)
Tratamiento Tratamiento
ambulatorio hospitalario
Valorar Cirugía
Si hay cirugía urgente/ urgente
complicaciones electiva
crónicas/recidiva
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
Definida como la inflamación aguda del apéndice cecal, la apendicitis aguda (AA) supone la emer-
gencia quirúrgica más común y la primera causa de abdomen agudo quirúrgico. Supone aproxi-
madamente el 28 % del total de las infecciones intraabdominales (IIA) atendidas en Servicios de
Urgencia hospitalarios. La máxima incidencia tiene lugar entre la pubertad y la treintena, con una
proporción en general hombre/mujer de aproximadamente 2:1.
La AA continúa siendo de difícil diagnóstico en algunas ocasiones, bien por evolución muy precoz
consultando el paciente en las primeras horas, bien por localizaciones atípicas (izquierda, pélvica
o retrocecal) y/o darse en pacientes ancianos o mujeres gestantes que inicialmente apuntaban
hacia otra etiología o diagnóstico.
La demora en el diagnóstico supone un aumento de intervenciones quirúrgicas por apéndices
perforados y, por tanto, aumento de morbimortalidad y días de estancia hospitalaria.
2. ETIOLOGÍA
Existen varias teorías que intentan explicar esta patología. La más aceptada describe una fase
que se caracteriza por la obstrucción de la luz apendicular, generándose distensión luminal y au-
mento de presión local. Hay autores que sugieren una dieta pobre en fibra, con enlentecimiento
del tránsito intestinal y retención de heces en el apéndice, como posible causa de este cuadro. El
incremento de la presión conlleva obstrucción de flujo venoso y linfático, que ocasiona dilatación
del apéndice, mayor proliferación bacteriana, isquemia y, si no se trata, necrosis y perforación.
Los cultivos de las AA son polimicrobianos, predominando las bacterias anaerobias, sobre todo
en las fases más evolucionadas (formas gangrenosas o perforadas). Se pueden aislar una media
de 10 microorganismos diferentes. En muy raras ocasiones puede producirse una inflamación-in-
fección progresiva del resto quirúrgico apendicular y ocasionar una apendicitis del muñón.
3. CLASIFICACIÓN
En general la clasificación más comúnmente utilizada hace referencia al grado de complicación, de-
terminado a priori por la variedad anatomopatológica presentada en el momento del diagnóstico.
4. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
4.1. SÍNTOMAS
La secuencia clínica en la presentación de la AA es conocida como cronología apendicular o tríada
de Murphy, aunque aparece de forma completa en menos del 50 % de los casos. Se caracteriza por:
▶▶ Dolor abdominal: síntoma capital de la AA de inicio localizado en la zona inferior del epigastrio
o periumbilical. El dolor generalmente aparece de forma brusca, es persistente y dura unas 6 h,
tras las cuales pasa a localizarse en la fosa ilíaca derecha (FID).
▶▶ Náuseas, vómitos o anorexia.
▶▶ Fiebre o febrícula: no suele exceder los 38 ºC.
La AA se puede presentar de forma atípica y la sintomatología variar en función de la localización
del apéndice.
4.2. SIGNOS
▶▶ Signo de Blumberg: dolor al presionar la pared de la FID con la mano retirándola bruscamente
(por inflamación del peritoneo apendicular y circundante).
▶▶ Signo de Rovsing: dolor en la FID al presionar sobre flanco y fosa ilíaca izquierda (FII). Así se dis-
tiende el ciego y se comprime indirectamente el apéndice inflamado.
▶▶ Signo del psoas: dolor en la FID con hiperextensión del muslo derecho, característico de la
apendicitis retrocecal.
▶▶ Signo del obturador: dolor en la FID con la rotación interna de la cadera ipsilateral, característico
de la apendicitis pélvica.
4.3.2. Ancianos
Hay clínica atípica y progresión más rápida del cuadro, con aumento en el número de perforaciones.
6. TRATAMIENTO
A pesar de ser una entidad con resolución quirúrgica mediante apendicectomía, el tratamiento
engloba diferentes aspectos médicos.
DIGESTIVO
MANUAL DE URGENCIAS
547
GASTROINTESTINAL GENITOURINARIO
• Linfadenitis mesentérica • Pielitis
• Ileítis terminal • Pielonefritis
• Diverticulitis • Litiasis renal
• Gastroenteritis aguda • Prostatitis
• Colecistitis • Epididimitis
• Pancreatitis • Torsión testicular
• Obstrucción intestinal • Tumor de Wilms
• Úlcera duodenal • Infección del tracto urinario
PULMONAR GINECOLÓGICO
• Neumonía • Salpingitis
• Pleuritis • Rotura de folículo ovárico
• Infarto pulmonar • Embarazo ectópico
• Torsión ovárica
• Endometriosis
• Enfermedad inflamatoria pélvica
6.2. ANTIBIOTERAPIA
Debe iniciarse antes del tratamiento quirúrgico. En las AA no complicadas está indicada la ad-
ministración de una dosis de antibioterapia profiláctica 1 h antes de la intervención, que se sus-
penderá después si no existe perforación o gangrena. Es de elección la amoxicilina-clavulánico
endovenosa y como alternativa en alérgicos el metronidazol endovenoso. La elección depende
de la epidemiología local; en general, hay que evitar quinolonas por las altas resistencias de las
enterobacterias.
En caso de AA perforada es necesario incluir antibioterapia de amplio espectro con cobertura
para Gram negativos y anaerobios (cefalosporinas de 3.ª generación + metronidazol, carbapené-
micos o piperacilina-tazobactam).
6.3.2. Laparoscópico
Es la técnica actualmente más utilizada ya que ofrece buen campo operatorio y excelente ilumi-
nación y permite el lavado completo de la cavidad abdominal con adecuado drenaje.
Puntos clave/recuerda
▶▶ La AA supone la emergencia quirúrgica más común y la primera causa de abdomen agudo
quirúrgico.
▶▶ La demora en el diagnóstico supone un aumento de intervenciones quirúrgicas por apén-
dices perforados y, por tanto, aumento de morbimortalidad y días de estancia hospitalaria.
▶▶ La secuencia clínica en la presentación de la AA es conocida como cronología apendicular
o tríada de Murphy: dolor abdominal, náuseas, vómitos o anorexia y fiebre o febrícula.
▶▶ El diagnóstico de la AA es eminentemente clínico, basado en el cuadro referido por el pa-
ciente durante una anamnesis detallada y dirigida y la exploración física realizada.
▶▶ La AA debe incluirse en prácticamente todos los procesos que cursen con DAA.
DIGESTIVO
MANUAL DE URGENCIAS
549
ALGORITMO
DOLOR EN LA FID
PATOLOGÍA NO
POSITIVA
GINECOLÓGICA CONCLUYENTE
NEGATIVO POSITIVA
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
La isquemia mesentérica aguda (IMA) se define como la lesión originada a nivel intestinal y visce-
ral a consecuencia de una hipoperfusión súbita a nivel local o sistémico del eje arterial o venoso
y supone el 60-70 % de los casos de isquemia intestinal. Puede ser secundaria a un mecanismo
oclusivo de origen embólico o trombótico o a un mecanismo no oclusivo.
El compromiso intestinal se inicia cuando la circulación se reduce en al menos el 50 %, siendo
capaz de compensar reducciones del 75 % durante las primeras 12 h gracias a la circulación cola-
teral y a fenómenos de vasodilatación; el daño se hace irreversible a partir de las 6 h de reducción
vascular completa. La afectación de un vaso de calibre grueso produce necrosis gangrenosa, ya
que la lesión suele ser transmural, pudiendo dar lugar a perforación, sepsis y peritonitis; las lesio-
nes en vasos de menor calibre producen infarto a nivel mucoso o mural, con una evolución más
favorable.
La incidencia ha aumentado en los últimos años probablemente por la mayor supervivencia de
pacientes con factores de riesgo cardiovascular, siendo aún su mortalidad muy elevada (60-70 %),
especialmente si se demora el diagnóstico.
2. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
La isquemia mesentérica se clasifica según la American Gastroenterological Association (AGA)
en 3 entidades: IMA (25 % de los casos), isquemia mesentérica crónica (angina intestinal) y colitis
isquémica (CI) (forma más frecuente, 70 %).
3.3.1. Laboratorio
Hemograma (leucocitosis, hematócrito elevado), coagulación, gasometría venosa (acidosis me-
tabólica), bioquímica (lactato deshidrogenasa [LDH] y creatinina elevadas; se pueden elevar enzi-
mas hepáticas y pancreáticas). Valores normales no excluyen el diagnóstico.
es una prueba invasiva y retrasa la cirugía. Se usa en caso de dudas diagnósticas o sospecha de
isquemia aguda no oclusiva. Está contraindicada en casos de insuficiencia renal y shock.
3.3.5. Laparotomía
Está indicada en escenarios de clara peritonitis o inestabilidad previa TC de abdomen si es posible.
3.4. TRATAMIENTO
No debe demorarse, pues la mortalidad de la IMA alcanza el 60 %. El objetivo es reinstaurar el
flujo sanguíneo lo antes posible.
3.4.3. Antibioterapia
De amplio espectro para evitar translocación bacteriana, cubre gérmenes anaerobios y Gram ne-
gativos (ver capítulo sobre la infección intraabdominal).
3.4.4. Anticoagulación
Se hace con heparina no fraccionada o heparina de bajo peso molecular (HBPM) durante 7-10
días, comenzando a las 48 h de la cirugía. Se debe mantener el tratamiento con antagonistas de
la vitamina K tras el alta en los casos de embolia durante 3-6 meses o de por vida en estados de
hipercoagulabilidad.
4. COLITIS ISQUÉMICA
4.1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
El colon es más susceptible de sufrir isquemia por su menor aporte sanguíneo y circulación cola-
teral, especialmente el ángulo esplénico y la unión rectosigmoidea; sin embargo, su pared es más
resistente a la isquemia, por lo que el 85 % de los pacientes podrán ser manejados de manera
conservadora. Tiene una mortalidad de del 4-12 %.
4.4. DIAGNÓSTICO
El diagnóstico debe hacerse basándose en la exploración física, la historia clínica y los factores de
riesgo. En el diagnóstico diferencial se incluyen causas inflamatorias e infecciosas de colitis (de-
biendo descartar infección por Clostridium difficile en pacientes recientemente hospitalizados),
diverticulitis y procesos que cursen con rectorragia.
4.4.1. Laboratorio
Los resultados son inespecíficos, al igual que en la IMA.
CAPÍTULO 62
554 ISQUEMIA MESENTÉRICA AGUDA
4.4.2. Radiografía
Pueden observarse pérdida de haustras, dilatación de asas y neumatosis en los casos de neumo-
peritoneo o perforación. El signo de edema de pared, “huellas dactilares”, se ve tan solo en un
tercio de los casos.
4.4.4. Colonoscopia
Ofrece la confirmación diagnóstica y permite excluir otras causas de colitis mediante la toma de
biopsias (diagnóstico diferencial con causas inflamatorias e infecciosas). Debe realizarse en las
primeras 48 h, estando contraindicada en casos de necrosis por riesgo de perforación. Debe rea-
lizarse sin preparación ya que aumenta el grado de isquemia.
4.4.6. Arteriografía
Es útil si hay duda diagnóstica o si las otras pruebas de imagen no son esclarecedoras.
4.5. TRATAMIENTO
La mayoría de los enfermos evolucionan hacia la curación de forma espontánea. Se debe hacer
seguimiento endoscópico dado que algunos casos cursan con úlceras por isquemia que se croni-
fican y que pueden dar lugar a estenosis cicatricial. No requiere tratamiento específico.
Puntos clave/recuerda
▶▶ La causa más frecuente de IMA es la embolización de émbolo procedente del corazón. Es
más frecuente en la AMS, por lo que afecta a la totalidad del intestino delgado, exceptuan-
do el yeyuno proximal, que depende de las arterias pancreaticoduodenales.
▶▶ El tratamiento de la IMA se sustenta en mantenimiento hemodinámico, antibioterapia, an-
ticoagulación y valoración de la necesidad de cirugía.
▶▶ Las formas más graves de CI son las que afectan al colon derecho.
▶▶ La TC abdominal con contraste intravenoso y oral es la prueba de elección para el diagnós-
tico de la enfermedad. La colonoscopia ofrece la confirmación diagnóstica y permite excluir
otras causas de colitis, está contraindicada en casos de necrosis por riesgo de perforación
y debe realizarse sin preparación ya que aumenta el grado de isquemia.
▶▶ En la CI la mayoría de los enfermos evolucionan hacia la curación de forma espontánea.
CAPÍTULO 63
ENFERMEDAD INFLAMATORIA INTESTINAL
M.ª Eugenia Vicente Tobar | Cecilia C. Carrasco Vidoz | Raquel Pinuaga Orrasco
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
Se trata de un proceso inflamatorio crónico del tracto gastrointestinal que cursa con períodos de
actividad y remisión, de duración variable, espontáneos o inducidos por el tratamiento. La etiolo-
gía es desconocida, aunque existen factores predisponentes (genéticos y ambientales). Incluye la
enfermedad de Crohn (EC), la colitis ulcerosa (CU), la colitis no clasificada (10 % de casos; afecta al
colon, pero no se consigue definir el tipo) y la colitis indeterminada (con datos histológicos de EC
y CU en la misma pieza quirúrgica).
CU EC
Musculoesqueléticas Artritis (7-20 %) poliarticular Artritis pauciarticular* (7-25 %) y
(las más frecuentes si espondilitis anquilosante asociada a
incluimos las formas HLA-B27
leves)
Oculares Uveítis y epiescleritis* (3-6 %) Uveítis y epiescleritis* (3-6 %)
Hepáticas Hepatitis autoinmune (1 %) y colangitis Colelitiasis y colangitis esclerosante
esclerosante primaria (2-4 %) primaria (1-2 %)
Dermatológicas Eritema nodoso* y estomatitis aftosa* (3 %) y Eritema nodoso* (3 %), estomatitis
pioderma gangrenoso (1 %) aftosa* (10-15 %) y pioderma
gangrenoso (< 1 %)
Otras Pancreatitis, enfermedad tromboembólica, Nefrolitiasis, enfermedad
neumonitis intersticial, osteopenia y anemia tromboembólica, amiloidosis
secundaria, osteopenia y anemia
* Curso paralelo a la enfermedad, mejoran con el tratamiento; el resto son independientes y requieren tratamiento
específico.
** En un 10 % de casos de CU, las MEI preceden a los síntomas intestinales y en un 10-20 % acompañan en el debut de
la enfermedad. En la EC son más frecuentes si se afecta el colon, y sobre todo si hay afectación perianal. La presencia
de una MEI predispone a otras e indica un curso más grave de la EII.
CU: colitis ulcerosa; EC: enfermedad de Crohn; EII: enfermedad inflamatoria intestinal; MEI: manifestaciones
extraintestinales.
4. VALORACIÓN DE LA ACTIVIDAD
4.1. COLITIS ULCEROSA
Existe buena correlación entre clínica e intensidad de la inflamación. Se estadía la gravedad con
la clasificación de Montreal (define el manejo terapéutico y el seguimiento); sin embargo, en la
práctica clínica se utiliza el índice de Truelove-Witts modificado (no validado, se debe usar con
prudencia) (tablas 3 y 4).
EXTENSIÓN (E)
E1 Proctitis ulcerosa: limitada al recto
E2 Colitis izquierda: no supera el ángulo esplénico
E3 Colitis extensa (pancolitis): se extiende más allá del ángulo esplénico
GRAVEDAD (S)
S0 Colitis en remisión: no hay síntomas de enfermedad
S1 Colitis leve: ≤ 4 deposiciones/día con/sin sangre, sin fiebre, leucocitosis, taquicardia, anemia ni
aumento de la VSG
S2 Colitis moderada
S3 Colitis grave: ≥ 5 deposiciones/día con sangre y con signos de afectación sistémica grave (fiebre
> 37,5 ºC, taquicardia > 90 lpm, anemia con Hb < 10,5 g/dl o aumento de la VSG > 30 mmHg)
Hb: hemoglobina; VSG: velocidad de sedimentación globular.
5. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Debe realizarse con enfermedades con cuadro clínico similar (tabla 6):
CAPÍTULO 63
560 ENFERMEDAD INFLAMATORIA INTESTINAL
6. COMPLICACIONES
6.1. CÁNCER COLORRECTAL
Existe mayor riesgo en EII. Son factores de riesgo duración de la enfermedad mayor de 8 años, exten-
sión, historia familiar de cáncer colorrectal (CCR) y coexistencia con colangitis esclerosante primaria.
6.3. PERFORACIÓN
Complicación local más peligrosa, hay que recordar que los signos físicos no siempre son evidentes.
6.4. OTROS
Se incluyen oclusión/pseudooclusión intestinal, abscesos o complicaciones sépticas abdominales,
propias de la enfermedad perianal (fisuras, fístulas o abscesos perianales o perineales y estenosis anal).
7. TRATAMIENTO
7.1. OBJETIVOS
▶▶ Control del brote (inducir y mantener la remisión).
DIGESTIVO
MANUAL DE URGENCIAS
561
TIPO DOSIS
Tópica rectal (supositorios en proctitis, espuma en Remisión: 1 g/día
rectosigmoiditis y enemas en colitis izquierda) Mantenimiento: 1 g 2-3 veces/semana
Oral (siempre asociada a tratamiento tópico) Remisión: 4 g/día (dosis única diaria)
Mantenimiento: ≥ 2 g/día
Tabla 8. Inmunomoduladores
METOTREXATO
• Dosis para remisión: 25 mg/semana durante 16 semanas, seguido de 12,5-15 mg/semana (dosis de
mantenimiento); para evitar su toxicidad hay que asociar ácido fólico 1 mg/semana 1-2 días tras el
metotrexato
• Ajustar dosis en la insuficiencia renal
• Efectos adversos: gastrointestinales, fibrosis hepática; menos frecuentes son toxicidad medular grave y
neumonitis intersticial
CICLOSPORINA A
• Dosis para remisión: 2 mg/kg/día i.v. (manteniendo los corticoides); si hay buena respuesta, a los 7 días
se pasa a 8 mg/kg/día v.o. como mantenimiento
• Efectos adversos (dosisdependientes): nefrotoxicidad, HTA, hiperlipemia, temblor, hirsutismo, toxicidad
digestiva; menos frecuentes son las crisis convulsivas (monitorizar los niveles de magnesio)
• Medir los niveles de ciclosporina
▶▶ Biológicos: antifactor de necrosis tumoral (TNF)-alfa (infliximab i.v., adalimumab s.c. y golimu-
mab s.c.). Se usan en corticodependencia, corticorrefractariedad y tratamientos de manteni-
miento:
• Son más eficaces si se inician precozmente en la EC, sobre todo si se asocian a factores de mal
pronóstico.
• Efectos adversos: reacciones infusionales (graves o locales), síndrome lupus-like (reversible) y
aumento de susceptibilidad a infecciones (gérmenes oportunistas, reactivación de tuberculosis
[TBC] latente y de virus de la hepatitis B [VHB] en portadores).
Están contraindicados en: EC y estenosis intestinal sin actividad inflamatoria, infecciones activas
(incluidos abscesos perianales y abdominales), neoplasia reciente (en los 5 años previos) e insu-
ficiencia cardíaca.
▶▶ Indicaciones de cirugía (tabla 9): hoy se tiende a cirugías programadas (tardías) y con reducidas
resecciones.
En un brote grave de CU está indicada la cirugía por alta posibilidad de perforación; si es la forma
de debut, se recomienda esperar 48-72 h con tratamiento intensivo.
Puntos clave/recuerda
▶▶ En brotes graves de CU no hay que realizar colonoscopia completa por riesgo de megaco-
lon/perforación y sí rectosigmoidoscopia flexible urgente.
▶▶ En la CU existe buena correlación entre clínica e intensidad de la inflamación.
▶▶ En la EC existe una peor correlación entre actividad inflamatoria, gravedad clínica y hallazgos
endoscópicos o radiológicos.
▶▶ Los factores de mal pronóstico en el momento del diagnóstico son edad < 40 años, ta-
baco, ciclos de corticoides previos, afectación extensa del ID, afectación rectal, fenotipos
estenosantes y fistulizantes, enfermedad perianal compleja, resecciones previas y úlceras
profundas en la colonoscopia.
▶▶ Las dos complicaciones más graves de la EII son el megacolon tóxico y la perforación.
▶▶ Los objetivos del tratamiento son el control del brote, la disminución de ingreso y cirugía y
la mejora de la calidad de vida.
▶▶ Los corticoides son el tratamiento de primera línea para tratar los brotes moderados-graves.
CAPÍTULO 63
564 ENFERMEDAD INFLAMATORIA INTESTINAL
ALGORITMO 1
Paciente con EII
No conocida Conocida
Remitir a consultas
para estudio si buen Iniciar tratamiento
INGRESO INGRESO
estado general y y alta
escasa demora
DIGESTIVO
MANUAL DE URGENCIAS
565
ALGORITMO 2
ENFERMEDAD DE CRONH
No respuesta en 2
PREDNISONA oral semanas
(1 mg/kg/día)
PREDNISONA oral
NO respuesta en 2-4 sem (1 mg/kg/día)
o empeoramiento clínico
Brote grave
INGRESO
CORTICOIDE IV
(1 mg/kg/día)
CAPÍTULO 63
566 ENFERMEDAD INFLAMATORIA INTESTINAL
ALGORITMO 3
COLITIS ULCEROSA
5-ASA: ácido 5-aminosalicílico; CU: colitis ulcerosa; TNF: factor de necrosis tumoral.
CAPÍTULO 64
URGENCIAS ESOFÁGICAS
Rebeca González González | Jesús Penedo Arrugueta
El esófago es la parte del aparato digestivo, cilíndrica y muscular, que comunica la faringe con el
estómago. Las urgencias esofágicas no hemorrágicas son frecuentes.
1. ESOFAGITIS
Es un grupo de trastornos que tienen en común la lesión, inflamación e irritación de la mucosa
esofágica. Se pueden manifestar como disfagia, odinofagia, dolor torácico o impactación alimen-
taria. Su diagnóstico se basa en la sospecha clínica y la realización de una endoscopia digestiva
alta. Pueden provocar complicaciones graves, como disfagia grave, hemorragia digestiva, perfo-
ración, fístulas o estenosis esofágica.
Deben ingresar los pacientes que tengan intolerancia oral, fiebre alta, deterioro importante de su
estado general y riesgo o sospecha de mediastinitis.
CAPÍTULO 64
568 URGENCIAS ESOFÁGICAS
MEDIDAS HIGIENICODIETÉTICAS
• Evitar el decúbito posprandial
• Limitar alimentos que favorecen el RGE (grasas, chocolate)
• Perder peso
• Dormir con el cabecero elevado
• Evitar tóxicos (tabaco, alcohol y café)
• Evitar fármacos que favorecen el RGE (nitratos, antagonistas del calcio, teofilina, mórficos,
anticolinérgicos, antagonistas alfaadrenérgicos, etc.)
IBP DURANTE 4 SEMANAS
• Omeprazol 20-40 mg/día
• Esomeprazol 40-80 mg/día
• Lansoprazol 15-30 mg/día
• Pantoprazol 20-40 mg/día
• Rabeprazol 20-40 mg/día
Si hay fracaso terapéutico o esofagitis grave, duplicar la dosis y prolongar el tratamiento de 8 semanas a
12 meses
PROCINÉTICOS
• Domperidona 10 mg/8 h
• Cinitaprida 1 mg/8 h
ANTIÁCIDOS
• Ranitidina 75-150 mg/12 h
• Cimetidina 200-400 mg/12 h
RGE: reflujo gastroesofágico.
b. P
roductos ácidos (pH < 7 [< 3]): causan lesiones gástricas más graves (como limpiadores, ácido
sulfhídrico, ácido clorhídrico, antioxidantes, líquido de bacterias, productos industriales, ácido
acético, ácido nítrico). La aspiración de estos productos también puede inducir lesiones en la
laringe y en el árbol traqueobronquial.
1.5.3. Tratamiento
▶▶ Manejo inicial: estabilizar al paciente y detectar complicaciones.
▶▶ Medidas generales:
1. Estabilización hemodinámica.
2. Protección de la vía aérea (si hay afectación laríngea, se debe valorar la necesidad de tra-
queotomía y el inicio de terapia con corticoides; la intubación laríngea no se aconseja).
DIGESTIVO
MANUAL DE URGENCIAS
571
2.1. ETIOLOGÍA
En adultos se suele dar por la impactación de un bolo alimenticio. Se relaciona con mala denti-
ción, demencia u otras alteraciones mentales o con reclusos. Será favorecido por la presencia de
estenosis esofágicas fisiológicas o mecánicas.
En niños es habitual la ingesta de monedas, trozos pequeños de juguetes, etc.
En ingestas voluntarias, es frecuente la ingesta de varios cuerpos extraños (con frecuencia peli-
grosos, como cuchillas de afeitar). La mayoría de los cuerpos extraños ingeridos progresan por el
tracto digestivo y son expulsados. Sin embargo, el 10-20 % pueden quedar retenidos y precisar
extracción endoscópica y hasta un 1 % precisarán tratamiento quirúrgico. Si la ingesta es inten-
cionada, aumenta la necesidad de extracción instrumental.
CAPÍTULO 64
572 URGENCIAS ESOFÁGICAS
2.3. DIAGNÓSTICO
▶▶ Historia clínica precisa, con descripción de la capacidad lesiva del cuerpo extraño: tamaño,
consistencia, bordes, número de objetos ingeridos, tiempo transcurrido desde su ingesta o
antecedentes que favorecen la impactación de un cuerpo extraño (RGE, trastornos motores,
cirugías, esofagitis). Si es necesario, la información se recogerá de testigos.
▶▶ Pruebas complementarias:
• Radiografía simple cervical, torácica y/o abdominal: permitirá confirmar y localizar el cuer-
po extraño si es radiopaco y detectar datos indirectos de perforación.
• TC: está indicada en aquellos casos en los que exista duda diagnóstica y/o sospecha de
complicación.
• Endoscopia digestiva alta: es la técnica de elección tanto para la evaluación como para la extrac-
ción segura y eficaz de la mayor parte de los bolos alimenticios y cuerpos extraños (algoritmo).
2.4. TRATAMIENTO
Objetivos prioritarios:
1. Evaluar la permeabilidad de la vía aérea.
2. Descartar complicaciones.
3. Confirmar la presencia y localización del cuerpo extraño (algoritmo).
4. Decidir si es preciso o no su extracción endoscópica y con qué grado de urgencia:
• Urgente: objetos punzantes o cortantes, pilas de botón y alcalinas, cuerpos extraños enclavados
y signos de afectación respiratoria por compresión de la tráquea o impactación en la faringe.
• Bolo alimenticio: si existe sialorrea se debe realizar endoscopia precoz (primeras 6 h) para evitar
el riesgo de broncoaspiración. Si no hay sialorrea, puede ofrecerse la oportunidad de adminis-
trar un relajante del músculo liso (glucagón 1,5-2 mg en bolo i.v). Si la obstrucción persiste, se
realizará endoscopia en las primeras 12 h.
• Se actuará endoscópicamente sobre aquellos cuerpos extraños que por su tamaño se prevea
que no pasen al estómago o puedan generar obstrucción a un nivel más bajo, como los excesi-
vamente largos y rígidos.
• Si el cuerpo extraño está alojado en la hipofaringe, corresponde al ORL.
5. Decidir si existen indicaciones de cirugía: cuando no se pueda extraer el objeto o cuando haya
signos de perforación.
3. PERFORACIÓN ESOFÁGICA
Es una entidad poco frecuente pero de elevada mortalidad por su inespecífica sintomatología,
siendo habitual el retraso diagnóstico.
3.1. ETIOLOGÍA
▶▶ Iatrogenia: es la causa más común, secundaria a procedimientos médicos como instrumenta-
ción, endoscopia y cirugía.
▶▶ Traumática: cuerpos extraños, traumatismos abiertos y cerrados y barotraumas.
DIGESTIVO
MANUAL DE URGENCIAS
573
3.3. DIAGNÓSTICO
Clínica, exploración y pruebas complementarias. Se pueden observar alteraciones radiológicas
hasta en el 80 % de los casos, pero en muchos pacientes suceden horas o días después de la
rotura, lo que dificulta su diagnóstico:
▶▶ Radiografía de tórax: enfisema subcutáneo, neumomediastino y derrame pleural.
▶▶ Radiografía cervical: si se sospecha perforación proximal.
▶▶ Esofagograma con contraste: si el paciente está estable.
▶▶ TC toracoabdominal con contraste: en caso de sospecha de afectación de otras estructuras o
de inestabilidad hemodinámica.
▶▶ Está contraindicada la endoscopia digestiva alta.
3.4. TRATAMIENTO
3.4.1. Medidas iniciales
1. Asegurar la permeabilidad de la vía aérea y la estabilidad hemodinámica.
2. Dieta absoluta.
3. No colocar SNG.
4. IBP.
5. Antibioterapia para cubrir aerobios y anaerobios (tabla 6).
6. Analgesia.
3.4.2. Tratamiento quirúrgico
Es el de elección. Si se sospecha perforación esofágica en pacientes inestables o tras un procedi-
miento digestivo, debe ser valorado de forma urgente por Cirugía. Hay casos concretos en los que
se puede optar por un tratamiento conservador.
PRIMERA ELECCIÓN
Ceftriaxona (1-2 g i.v./24 h) + metronidazol (500 mg i.v./8 h)
Piperacilina-tazobactam 2.000/250 g o 4.000/500 g i.v./6 h
ALTERNATIVA
Ciprofloxacino 400 mg/12 h + metronidazol 500 mg i.v./8 h
Levofloxacino 500 o 750 mg i.v./24 h
Imipenem i.v. 500 mg/6 h, meropenem 1 g i.v./8 h, ertapenem 1 g i.v./24 h
CAPÍTULO 64
574 URGENCIAS ESOFÁGICAS
Puntos clave/recuerda
▶▶ El diagnóstico de la esofagitis péptica es clínico y su confirmación se establece si existe
mejoría clínica tras varias semanas de tratamiento médico; si no hay mejoría es necesario
realizar endoscopia y/o pH-metría.
▶▶ Las manifestaciones clínicas de la esofagitis por cáusticos no se correlacionan con la gra-
vedad de las lesiones.
DIGESTIVO
MANUAL DE URGENCIAS
575
ALGORITMO
Historia clínica
(características del cuerpo extraño)
Confirmar y localizar el cuerpo extraño
(radiografía)
Monedas
y objetos
romos Descartar la presencia de complicaciones
ENDOSCOPIA
< 12-24 h
Objeto
> 6 cm
de largo
Ausencia de Sospecha de
complicaciones complicaciones
Glucagón i.v.
Bolo
alimenticio Sospecha de TC
ENDOSCOPIA Endoscopia
localización en la ¿Radiografía
< 12-24 h y extracción
hipofaringe contraste
hidrosoluble?
CONTRAINDICACIÓN
Si existe ENDOSCOPIA
sialorrea
ORL
ENDOSCOPIA
Pilas de botón Cirugía
<6h
FRACASO
ENDOSCÓPICO
Objetos
ENDOSCOPIA
cortantes
<6h
punzantes
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
Las hernias de pared son protrusiones del tejido del interior del abdomen a través de defectos pa-
rietales primarios (congénitos o adquiridos) o secundarios a cirugías previas (eventraciones). Este
contenido se acompaña de una envoltura peritoneal o saco herniario. Se presentan típicamente
como tumoraciones dolorosas de localización variable. Las estructuras más frecuentemente her-
niadas suelen ser epiplón, intestino delgado y colon. Las hernias internas, más infrecuentes, son
responsables de menos del 1 % de los cuadros de obstrucción del intestino delgado. Se producen
a través de defectos mesentéricos congénitos o posquirúrgicos. Por su fisiopatología se encua-
drarían entre las causas de abdomen agudo, por lo que este capítulo se referirá únicamente a las
hernias de pared.
La patología herniaria abdominal es una causa relativamente frecuente de atención en los Servi-
cios de Urgencias cuyas complicaciones pueden llegar a comprometer la vida del paciente.
2. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
2.1. CLASIFICACIÓN POR LOCALIZACIÓN
2.1.1. Hernias inguinales
Protruyen por el orificio inguinal profundo y se presentan como una tumoración de tamaño varia-
ble en la ingle, que en varones puede descender hacia el escroto. La clasificación entre directas
(mediales a los vasos epigástricos) e indirectas (laterales a los vasos epigástricos y acompañando
al cordón inguinal) no siempre es posible durante la exploración y no ofrece diferencias en cuanto
al manejo en urgencias.
2.1.6. Eventraciones
Son defectos de la pared secundarios a una cirugía previa. Su localización según la incisión es en
la línea media, paraestomal, subcostal, pararrectal, en el punto de McBurney, suprapúbica, etc.
No es infrecuente que existan varios anillos herniarios (multisaculares).
2.1.7. Otras localizaciones
Se incluyen hernias parietales lumbares, perineales, ciáticas, etc. Son defectos poco prevalentes
en la práctica clínica y suelen precisar la realización de TC para el diagnóstico diferencial.
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Aunque ocasionalmente el motivo de consulta urgente puede ser el debut de un defecto herniario
no complicado, en la mayoría de los casos el paciente acudirá por un episodio de incarceración
expresado como dolor agudo referido a una hernia, conocida o no, que puede acompañarse de
náuseas, vómitos y distensión abdominal. Los defectos crurales, el sexo femenino y episodios
previos de atención por el mismo motivo son factores de riesgo de este tipo de episodio.
Las hernias de pared son la tercera causa de obstrucción intestinal, suponiendo hasta un 10 % de
los casos. Algunos procesos se manifiestan como un cuadro obstructivo sin que el paciente refiera
la aparición de una tumoración. Esta situación es más frecuente en ancianos y en pacientes obe-
sos. Por este motivo, ante cualquier cuadro de obstrucción intestinal, especialmente en pacientes
sin cirugías previas, deben explorarse las zonas de riesgo herniario. Cabe citar aquí el fenómeno
denominado hernia de Richter, en el que el tejido herniado es solo una parte de la circunferencia
del asa de intestino delgado o colon (o expresado de otra forma, un “pinzamiento” del borde
CAPÍTULO 65
578 HERNIAS ABDOMINALES EN URGENCIAS
antimesentérico). En esta situación poco frecuente, la ausencia de cuadro obstructivo puede dar
lugar a la demora diagnóstico-terapéutica, con mayor riesgo de evolución a la isquemia.
4. DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de hernia complicada es fundamentalmente clínico. La hernia no complicada suele
provocar pocos síntomas. El más frecuente es la aparición de una tumoración blanda en bipedes-
tación o con maniobras de presión abdominal. A veces puede acompañarse de dolor, en cuyo
caso debe descartarse que el proceso vaya a precisar cirugía urgente aun en ausencia de cuadro
obstructivo. La anamnesis deberá incidir en preexistencia de la hernia, tiempo de evolución des-
de que apareció el dolor y síntomas sugestivos de obstrucción intestinal.
La exploración física nos dará la confirmación del proceso herniario aunque defectos poco volu-
minosos pueden pasar inadvertidos en pacientes obesos. Durante la exploración se comprobará
si la hernia es reductible o no. Los signos locales de alarma que nos pueden sugerir compromiso
del tejido herniado o: la consistencia muy aumentada, el enrojecimiento local y el “empastamien-
to” subcutáneo. En presencia especialmente de estos dos últimos, se aconseja la cirugía urgente
sin insistir en la reducción manual. Como signos generales de complicación destacan la presencia
de vómitos, la distensión abdominal y la afectación del estado general del paciente. El volumen
de la hernia no es un factor proporcional al riesgo de isquemia. Del mismo modo, la intensidad del
dolor, aunque deba tenerse en cuenta, no contraindica intentar la reducción manual.
Datos analíticos como la hiperamilasemia o el aumento de creatinfosfocinasa (CPK) son excep-
cionales aun en presencia de isquemia. Más frecuentemente encontraremos leucocitosis, alte-
raciones en la coagulación y aumento de proteína C reactiva (PCR) o del lactato. Para la mayoría
de los pacientes con una hernia incarcerada o una hernia estrangulada no suelen ser necesarios
estudios de imagen adicionales para sentar la indicación quirúrgica; tendrán interés cuando el
diagnóstico clínico no sea claro y en los pacientes con sintomatología aguda en el contexto de una
hernia crónicamente prolapsada.
5. TRATAMIENTO
La reducción debe intentarse durante la exploración física en ausencia de datos de isquemia. Siem-
pre será preferible el tratamiento quirúrgico electivo de la patología herniaria, pues la cirugía urgente
DIGESTIVO
MANUAL DE URGENCIAS
579
Puntos clave/recuerda
▶▶ Ante cualquier cuadro de obstrucción intestinal, especialmente en pacientes sin cirugías
previas, deben explorarse las zonas de riesgo herniario.
▶▶ La reducción debe intentarse durante la exploración física en ausencia de datos de isquemia.
▶▶ En pacientes con signos de alarma que sugieran isquemia, no son necesarias pruebas de
imagen más allá de las requeridas para el preoperatorio.
CAPÍTULO 65
580 HERNIAS ABDOMINALES EN URGENCIAS
ALGORITMO
HERNIA INCARCERADA
REDUCCIÓN MANUAL
REDUCTIBLE NO REDUCTIBLE
MEJORÍA DE LOS
Analgesia/pruebas complementarias
SÍNTOMAS
NO SÍ
SIGNOS DE ALARMA:
OBSERVACIÓN ALTA - Signos locales
- Afectación del estado general, analítica
Mejoría: No mejoría:
ALTA INGRESO/ NO SÍ
VALORACIÓN
QUIRÚRGICA
REDUCCIÓN MANUAL
SÍ NO
VALORACIÓN
QUIRÚRGICA
CAPÍTULO 66
PATOLOGÍA ANAL URGENTE
Carmen Lucero León Gámez | Javier López Monclús
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
La patología anorrectal es una causa muy frecuente de consulta en urgencias, llegando a suponer
hasta un 30 % de la urgencia atendida por los Servicios de Cirugía General. Los síntomas principa-
les suelen ser dolor, sangrado, masa palpable, prurito o la asociación de varios de estos síntomas.
Aunque la mayor parte de las patologías anales pueden ser tratadas de forma ambulatoria, son
fundamentales unas correctas anamnesis y exploración para identificar a los pacientes que re-
quieren una valoración quirúrgica urgente.
2. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
La patología anal urgente se puede clasificar en infecciosa, vascular, tumoral, traumática e idiopá-
tica (tabla 1). No obstante, el 90 % de las urgencias anorrectales que valoraremos en urgencias
serán fístulas, abscesos anorrectales, fisuras anales y crisis hemorroidales (internas y externas).
3. DIAGNÓSTICO
Prácticamente el 100 % de los cuadros de dolor anal agudo se pueden diagnosticar a partir de una
anamnesis dirigida y una correcta y minuciosa exploración física. Excepcionalmente es necesario
el empleo de exploraciones complementarias.
3.1. ANAMNESIS
Los cuatro vértices fundamentales que orientarán el diagnóstico diferencial son dolor, sangrado,
fiebre y supuración (tabla 2).
Hay que investigar las características del dolor: duración, frecuencia, factores que lo desencade-
nan, si es sordo o lancinante, constante a lo largo del día o de aparición variable, etc.
CAPÍTULO 66
582 PATOLOGÍA ANAL URGENTE
Se debe interrogar acerca de otros síntomas asociados, como fiebre, rectorragia, secreción muco-
sa, tenesmo rectal, tumoración palpable, hábitos tóxicos y sexuales, ingestión o introducción de
cuerpos extraños y antecedentes de patología o cirugía anal.
la musculatura del suelo pélvico y el canal anal. Se debe rotar el dedo hasta explorar los 360º de
circunferencia; a la retirada del dedo observaremos la presencia de productos patológicos (pus,
sangre o moco).
El síntoma principal es un dolor constante y sordo que puede empeorar con la defecación.
La exploración variará en función de la localización del absceso. En el caso de los perianales e
isquiorrectales se evidencia una zona perianal tumefacta, caliente y eritematosa; en los interes-
finterianos hay hipertonía esfinteriana; en los submucosos y supraelevadores no suele haber ha-
llazgos patológicos en la exploración.
Se pueden acompañar de fiebre.
5. TRATAMIENTO
5.1. MEDIDAS INICIALES HIGIÉNICO-DIETÉTICAS
En todo paciente aquejado de patología anorrectal (independientemente del diagnóstico) es útil
la instauración de estas medidas iniciales. Favorecerán la limpieza de la zona y la mejora de la
sintomatología acompañante:
1. Baños de asiento con agua tibia durante 10-15 min al menos 3 veces/día y tras cada deposición.
No se deben añadir al agua sal, povidona yodada ni jabones, ya que favorecen la aparición de
prurito.
2. Evitar el uso de papel higiénico; en su defecto, sustituirlo por toallitas húmedas.
3. Dieta saludable rica en fibra.
4. Aumentar la ingesta de líquidos (mínimo 2 l/día si no existe contraindicación).
5. Uso de laxantes aumentadores de bolo tipo Plantago ovata o similar.
Evitar el uso de pomadas tópicas, ya que favorecen las dermatitis y las atrofias cutáneas de la
zona (especialmente las que contienen corticoides).
En caso de refractariedad, se podrá utilizar una segunda línea de medicamentos (diltiazem tópico
u oral o nifedipino oral). Como última opción terapéutica, estarán indicadas la esfinterotomía
química (toxina botulínica) o quirúrgica (esfinterotomía lateral interna).
Puntos clave/recuerda
▶▶ Prácticamente el 100 % de los cuadros de dolor anal agudo se pueden diagnosticar a partir
de una anamnesis dirigida y una correcta y minuciosa exploración física. Excepcionalmente
es necesario el empleo de exploraciones complementarias.
▶▶ El tacto rectal es siempre obligatorio, excepto en situaciones de hipertonía esfinteriana
franca.
▶▶ En caso de rectorragia asociada, siempre es conveniente remitir al Servicio de Endosco-
pias al paciente para la realización de una rectosigmoidoscopia o colonoscopia completa
programada aunque se evidencie la presencia de una patología perianal que explique
el sangrado. De esta forma, podremos descartar la presencia de patología colorrectal
benigna o maligna asociada.
▶▶ Aunque la mayor parte de las patologías anales pueden ser tratadas de forma ambulatoria,
es fundamental identificar a los pacientes que requieren una valoración quirúrgica urgente:
crisis hemorroidal interna con prolapsos irreductibles, trombosis y/o ulceración, abscesos
anorrectales y traumatismos anales con lesiones esfinterianas agudas.
DIGESTIVO
BIBLIOGRAFÍA
CAPÍTULO 53
ESTREÑIMIENTO. OBSTRUCCIÓN INTESTINAL
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CAPÍTULO 56
HEPATITIS AGUDA. INSUFICIENCIA HEPÁTICA AGUDA GRAVE
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CAPÍTULO 57
ASCITIS Y ENCEFALOPATÍA
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CAPÍTULO 58
PATOLOGÍA BILIAR AGUDA
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Prados C, Molero Richard X. Sección IV. Vías biliares y páncreas. Litiasis biliar, colangitis aguda
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BIBLIOGRAFÍA
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CAPÍTULO 59
PANCREATITIS AGUDA
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CAPÍTULO 60
DIVERTICULITIS AGUDA
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CAPÍTULO 61
APENDICITIS AGUDA
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CAPÍTULO 62
ISQUEMIA MESENTÉRICA AGUDA
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CAPÍTULO 63
ENFERMEDAD INFLAMATORIA INTESTINAL
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Part 1: Definitions, Diagnosis, Extra-intestinal Manifestations, Pregnancy, Cancer Surveillance,
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3. Hinojosa del Val J, Nos Mateu P. Conductas de actuación en la enfermedad inflamatoria intesti-
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4. Manual de Diagnóstico y Terapéutica Médica. Hospital Universitario 12 de Octubre. 8.ª ed. p.
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5. Bibiano Guillén C. Manual de Urgencias. 2.ª ed. 2014:313-20.
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CAPÍTULO 64
URGENCIAS ESOFÁGICAS
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5. Triadafilopoulos G. Ingested foreign bodies and food impactions in adults. Shilpa Grover (ed.).
CAPÍTULO 65
HERNIAS ABDOMINALES EN URGENCIAS
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4. 2016 World Guidelines for Groin Hernia Management: The Hernia Surge Group Jibran Mohsin
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CAPÍTULO 66
PATOLOGÍA ANORRECTAL URGENTE
1. Ramos Rodríguez JL, Ciga Lozano MA, et al. Manual AEC de proctología para atención primaria. 1.ª
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2. Breen E, Bleday R. Perianal and perirectal abscess [sede Web]. 27 de junio de 2017. Uptodate Wal-
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3. Breen E, Bleday R. Anorectal fistula: Clinical manifestations, diagnosis, and management princi-
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4. Breen E, Bleday R. Anal fissure: Medical management [sede Web]. 18 de mayo de 2016. Uptodate
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5. Breen E, Bleday R. Hemorrhoids: Clinical manifestations and diagnosis [sede Web]. 5 de abril de
2017. Uptodate Walthan, Massachusetts.
6. Bleday R, Breen E. Home and office treatment of symptomatic hemorrhoids. [sede Web]. 16 de
agosto de 2017. Walthan, Massachusetts.
NEFROLOGÍA Y UROLOGÍA
CAPÍTULO 67
FRACASO RENAL AGUDO
Evangelina Mérida Herrero | Elena Gutiérrez Solís
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
El fracaso renal agudo (FRA) es un síndrome caracterizado por el deterioro brusco, y frecuen-
temente reversible, de la tasa de filtrado glomerular (TFG), con o sin disminución del volumen
urinario. Se produce un acúmulo de productos nitrogenados en la sangre (urea y creatinina) y
alteración del volumen extracelular del equilibrio electrolítico y ácido-base.
Los principales factores de riesgo para el desarrollo de FRA son la existencia de insuficiencia renal
crónica (IRC) previa, la disfunción sistólica, la edad avanzada y la diabetes.
A falta de elementos más precisos y precoces para el diagnóstico de FRA, se utilizan la creatinina
sérica (Cr) y la estimación de la TFG mediante la fórmula de la Chronic Kidney Disease-EPIdemiolo-
gy collaboration (CKD-EPI) para el diagnóstico y la estratificación del FRA. En la última década, se
han realizado esfuerzos para unificar los criterios diagnósticos y las definiciones para poder inter-
pretar los resultados de las publicaciones. En 2002 se establecieron los criterios RIFLE (Risk, Injury,
Failure, Loss, End-stage renal disease), posteriormente, en 2007, modificados por la AKI Network
(AKIN) con la inclusión del valor absoluto de la Cr, y en 2012 se publicaron los criterios unificados
de RIFLE y AKIN en las guías KDIGO (Kidney Disease: Improving Global Outcomes) (tabla 1).
2. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
Las causas del FRA pueden ser divididas en 3 categorías (tabla 2).
Tabla 1. Clasificación Risk, Injury, Failure, Loss, End-stage renal disease, AKI Network y Kidney Disease:
Improving Global Outcomes
FRA
AINE: antiinflamatorio no esteroideo; ARA-II: antagonistas de los receptores de la angiotensina II; FRA: fracaso renal
agudo; IECA: inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina; LES: lupus eritematoso sistémico; VIH: virus de la
inmunodeficiencia humana.
CAPÍTULO 67
598 FRACASO RENAL AGUDO
3. APROXIMACIÓN DIAGNÓSTICA
Es importante recordar que el FRA en múltiples ocasiones es multifactorial, especialmente aquel
que se desarrolla en el ámbito hospitalario. Las principales herramientas serán una historia clí-
nica detallada, una exploración física minuciosa y pruebas complementarias escalonadas según
los resultados previos.
Debemos abordar el diagnóstico diferencial del FRA desde 5 puntos de vista:
4. PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
4.1. HEMOGRAMA, BIOQUÍMICA Y GASOMETRÍA VENOSA
Inicialmente, se debe solicitar hemograma y estudio bioquímico completo con perfil hepático,
iones (incluidos calcio y fósforo), urea, ácido úrico y gasometría venosa. Se observará un aumento
de la Cr al descenso del aclaramiento. Sin embargo, adolece de varios inconvenientes: se eleva
cuando el filtrado glomerular ha descendido a la mitad y su concentración se ve muy influida por
los cambios en la masa muscular, por el aumento de la secreción tubular en presencia de dete-
rioro funcional y por numerosos factores extrarrenales, como peso corporal, raza, edad y sexo.
PRERRENAL NTA
Densidad > 1.020 < 1.010
Osmolaridad (mOsm/kg) > 400 < 350
Nau (mEq/l) < 20 > 40
EFNa (%) <1 >3
Cru/Crs > 40 < 20
Ureau/ureas > 10 < 10
Proteinuria Variable Variable
Crs: creatinina plasmática; Cru: creatinina urinaria; EFNa: excreción fraccional de sodio; Nau: sodio urinario; NTA: necrosis
tubular aguda.
CAPÍTULO 67
600 FRACASO RENAL AGUDO
5. DIAGNÓSTICO ETIOLÓGICO
Una vez dilucidado el mecanismo, se persigue averiguar el proceso concreto para dirigir el trata-
miento. En la tabla 5 se resumen algunas características de las entidades causantes de FRA.
6. TRATAMIENTO
El principal objetivo es preservar la función renal, prevenir las complicaciones y evitar que el pa-
ciente precise diálisis crónica. La disminución del volumen es el factor de riesgo más importante
para el desarrollo del FRA, por lo que conseguir la normovolemia y la estabilidad hemodinámica
es fundamental. Otras medidas que hay que tener en cuenta son la corrección de las alteraciones
hidroelectrolíticas y el ajuste de dosis o la suspensión de fármacos nefrotóxicos.
NEFROLOGÍA-UROLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
601
Puntos clave/recuerda
▶▶ El análisis de orina es fundamental e indispensable en todo paciente con FRA; se deberán
solicitar iones en la orina para el cálculo de la EFNa.
▶▶ Ante toda anuria brusca o períodos alternativos de anuria/poliuria se debe descartar un FRA
obstructivo.
▶▶ La disminución del volumen es el factor de riesgo más importante para el desarrollo del FRA,
por lo que conseguir la normovolemia y la estabilidad hemodinámica es fundamental.
CAPÍTULO 68
INTERPRETACIÓN DEL ANÁLISIS DE ORINA
Manuel Ángel Sevillano Prieto | Elena Gutiérrez Solís
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
El análisis de orina es una prueba sencilla, barata e incruenta para el paciente que puede ayudar
al diagnóstico de trastornos renales, urológicos y sistémicos. Por este motivo debe formar parte
del examen completo del enfermo.
En el Servicio de Urgencias, además de por sus características macroscópicas (volumen, color y
transparencia), podremos obtener información de la orina de un paciente mediante su análisis
mediante tiras reactivas y bioquímica o a través de la observación de su sedimento. El análisis de
orina de 24 h queda más allá del objetivo de este capítulo.
▶▶ Proteínas: la tira reactiva únicamente detecta la presencia de albúmina en la orina, siendo ne-
gativa en pacientes con pérdida de proteínas tubulares o cadenas ligeras (mieloma múltiple),
que sí se detectarán en un análisis de orina de 24 h. Aunque existen casos de proteinuria “fisio-
lógica”, la existencia de proteinuria en una tira reactiva obliga a la realización de una determina-
ción de orina de 24 h o de un cociente albúmina/creatinina (CAC) para descartar la existencia de
una enfermedad renal primaria o secundaria a trastornos sistémicos (como diabetes mellitus).
Se puede alterar el resultado en los casos de leucocituria o hematuria.
▶▶ Hematuria: la tira reactiva detecta la existencia del grupo hemo en la orina. Por este motivo
aparece en todos los trastornos que cursan con hematuria, pero también en pacientes con rab-
domiólisis o hemólisis intravasculares intensas. La existencia de una disociación entre la inten-
sidad de la hematuria determinada en la tira reactiva y la objetivada en el sedimento de orina
orienta hacia estas dos últimas posibilidades. La presencia de hematuria y proteinuria nos debe
hacer sospechar la presencia de un proceso glomerular.
▶▶ Leucocituria: la tira reactiva determina la presencia de esterasa leucocitaria liberada por los
macrófagos y neutrófilos lisados. Será positiva cuando aparezcan más de 20 x 106 leucocitos/l.
2. BIOQUÍMICA DE ORINA
Se puede realizar sobre una muestra puntual de orina o sobre orina de 24 h. En la mayoría de los
laboratorios de urgencia se pueden determinar sodio (Na), potasio (K), cloro (Cl) y creatinina uri-
naria (Cru). Además, en algunos laboratorios se puede realizar el CAC.
La determinación de Na, Cl y K son de gran utilidad en el diagnóstico y manejo de las alteraciones
iónicas. Por otro lado, la medición de sodio urinario (Nau) y Cru es fundamental en el diagnóstico
diferencial de todos los pacientes con un fracaso renal agudo, ya que son precisos para calcular la
excreción fraccional de sodio (ver capítulo 67).
El CAC es una técnica cuantitativa para medir la proteinuria, habiéndose demostrado en diversos
trabajos que existe una buena correlación entre su valor y el de la proteinuria de 24 h, sobre todo
con proteinurias inferiores a 3,5 g/día. Sin embargo, el gold standard sigue siendo la proteinuria
de 24 h. El CAC se expresa en mg/g. Es normal si presenta un valor por debajo de 30 mg/g, está
moderadamente aumentado cuando su valor está entre 30 y 299 mg/g y se considera gravemente
aumentado cuando está por encima de 300 mg/g.
3. SEDIMENTO DE ORINA
Es la técnica consistente en el examen al microscopio óptico por personal experimentado del
sedimento que se obtiene de una muestra de orina centrifugada. Aunque se puede realizar sobre
cualquier muestra puntual, su valor es mayor si se realiza sobre la primera o segunda orina de
la mañana. Lo hallado se debe referir al número de elementos por campo de gran aumento. Los
elementos que se pueden determinar en el sedimento de orina son:
▶▶ Células:
• Hematíes: la presencia de más de 3 hematíes por campo se considera patológica y debe ser
estudiada. La forma de los hematíes puede orientar el diagnóstico de la hematuria, siendo dis-
mórficos en más del 80% si la causa de la misma es glomerular e inferior a ese porcentaje si es
urológica.
• Leucocitos: se considera patológica la presencia de más de 5 leucocitos por campo. Lo más fre-
cuente es que se deba a contaminación de la muestra o a infección. Si el paciente presenta una
leucocituria importante y el cultivo de orina es negativo, estaremos ante una piuria estéril, sien-
do las causas de la misma: infección decapitada por tratamiento antibiótico, contaminación de
NEFROLOGÍA-UROLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
605
la muestra con solución esterilizante, infección por bacterias de crecimiento lento (Chlamydia,
Mycoplasma, tuberculosis), nefritis intersticial (NI) crónica o aguda, nefrolitiasis, poliquistosis re-
nal, tumores del urotelio, cistitis intersticial o prostatitis crónica.
• Células epiteliales: a su vez pueden proceder del epitelio tubular (marcadores de daño tubular
y que no tienen que encontrarse en pacientes sin patología), del urotelio (su presencia en pe-
queñas cantidades es normal, pero en gran número pueden traducir la presencia de un daño
urotelial por neoplasia o litiasis) o sus células escamosas (proceden de uretra o genitales y en
gran cantidad representan contaminación).
▶▶ Cilindros: son elementos formados en el túbulo distal y colectores por adición de componentes
de la orina a una matriz de proteínas de Tamm-Horsfall. Existen distintos tipos:
• Cilindros de células tubulares: indican necrosis tubular aguda o NI.
• Cilindros hialinos: son normales en un número de hasta 5 por campo. Se observarán más en
pacientes deshidratados. Si existe patología renal suelen aumentar en número y aparecer junto
con otros tipos de cilindros.
• Cilindros granulosos: pueden aparecer en pacientes con proceso infecciosos, intersticiales, tu-
bulares o glomerulares.
• Cilindros céreos: son formas degeneradas de los cilindros granulosos y por tanto pueden apa-
recer en diferentes procesos agudos y crónicos, siendo típica su presencia en el sedimento de
enfermos con enfermedad renal crónica.
• Cilindros hemáticos: su presencia indica que la hematuria es de origen glomerular, aparecien-
do en glomerulonefritis primarias y secundarias a enfermedades sistémicas y vasculitis. Existen
también los cilindros de hemoglobina, que aparecen también en pacientes con hematuria glo-
merular, aunque hemólisis intravasculares importantes también los pueden ocasionar. No se
deben confundir con cilindros granulosos teñidos.
• Cilindros grasos: típicamente aparecen en pacientes con procesos que ocasionan proteinuria
importante, como el síndrome nefrótico.
• Cilindros leucocitarios: aparecen en pielonefritis y NI.
• Cilindros con cristales: indican que los cristales se están formando en el túbulo renal. Su presen-
cia ayuda al diagnóstico de fracaso renal agudo por cristales, como el que aparece en pacientes
tratados con aciclovir.
▶▶ Cristales: pueden aparecer de forma normal en el sedimento de algunos pacientes al enfriarse. Su
estudio es fundamental en el estudio de las litiasis y para el diagnóstico de fracaso renal agudo por
cristaluria.
▶▶ Lípidos: es típica su presentación en forma de cruz de Malta. Aparecen en pacientes con sín-
drome nefrótico. También pueden aparecer en esfingolipidosis, como la enfermedad de Fabry.
▶▶ Organismos: la presencia de bacterias y hongos en el sedimento de orina puede darse por una
recogida de la muestra en condiciones no asépticas o por infecciones de orina (hay que sospe-
charlos si aparecen acompañados de leucocitosis intensa).
Puntos clave/recuerda
▶▶ El análisis de orina es una prueba sencilla, barata e incruenta para el paciente que puede
ayudar al diagnóstico de trastornos renales, urológicos y sistémicos.
▶▶ En el fracaso renal agudo deben solicitarse siempre iones en orina.
▶▶ El CAC es una técnica cuantitativa para medir la proteinuria, con buena correlación con la
proteinuria de 24 h.
CAPÍTULO 69
CÓLICO RENOURETERAL Y
UROPATÍA OBSTRUCTIVA
José Luis Aguilar Huertas | Elena Gutiérrez Solís
CÓLICO RENOURETERAL
El cólico renoureteral (CRU) o nefrítico constituye el motivo más frecuente de asistencia urgen-
te dentro del ámbito urológico (2-5 % de las urgencias hospitalarias). Por la brusquedad de su
aparición, la intensidad del dolor y el quebrantamiento general que provoca, es una verdadera
urgencia médica.
1. EPIDIMIOLOGÍA Y ETIOLOGÍA
La prevalencia en España está en torno al 5 %, con una ratio hombres/mujeres de 1,6/1 y una inci-
dencia máxima a los 40-60 años. Los factores de riesgo se describen en la tabla 1.
El 90 % de los pacientes con nefrolitiasis forman cálculos de calcio, la mayoría de los cuales están
compuestos de oxalato cálcico, y menos frecuentemente de fosfato cálcico. Los otros tipos más
frecuentes incluyen acido úrico, estruvita (fosfato amónico magnésico) y cistina. Un mismo pa-
ciente puede tener litiasis con diversos tipos de cristales.
Clasificación de las litiasis: pueden clasificarse según:
▶▶ Tamaño: el tamaño de las litiasis suele medirse en 2 dimensiones, estratificado en 5, 5-10, 10-20
y > 20 mm.
▶▶ Localización: cálices, pelvis renales, uréter proximal medio o distal o vesical.
▶▶ Características radiológicas (tabla 2).
NEFROLOGÍA-UROLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
607
2. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
▶▶ Dolor: es la forma más común de presentación. Se caracteriza por ser cólico, intenso, de apari-
ción brusca, que no se alivia con los cambios posturales, en la región lumbar y con irradiación
variable según la ubicación de la litiasis (obstrucción en pelvis renal/ureteral alta: dolor en la
fosa renal; obstrucciones bajas: irradiación ipsilateral a región inguinal y genitales).
▶▶ Hematuria: en la mayoría de los pacientes se presenta hematuria macro- o microscópica. Ade-
más de la expulsión del cálculo, la hematuria es el dato predictor más sensible de nefrolitiasis
en pacientes con dolor lumbar unilateral. Sin embargo, la ausencia de hematuria no lo excluye,
pues no se detecta en un 10-30 % de los pacientes con nefrolitiasis.
▶▶ Otros síntomas frecuentes: náuseas y vómitos (estómago y riñón tienen inervación común del
ganglio celíaco), disuria y tenesmo; estos últimos son típicos de la litiasis distal.
3. PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
3.1. PRUEBAS DE LABORATORIO
▶▶ Analítica de orina: puede realizarse una tira de orina, es rápida y la presencia de hematuria con
clínica compatible es casi diagnóstica. Sistemático de orina: presencia de hematíes, leucocitos,
nitritos, pH urinario y sedimento urinario. Urocultivo: solo se hará cuando se sospeche que pue-
da ser complicado o haya datos de sepsis.
▶▶ Analítica de sangre: en pacientes jóvenes sin comorbilidad podrá evitarse solicitar analíticas de
sangre inicialmente.
▶▶ Hemograma y bioquímica: creatinina, acido úrico, iones, sodio, calcio y potasio y proteína C
reactiva. Coagulación: solo si se plantea intervencionismo.
▶▶ Análisis del cálculo: no suele hacerse en la urgencia; se recomendará a los pacientes que orinen
a través de un colador en su domicilio para capturarlo y realizar su posterior análisis. Es impor-
tante para las recomendaciones dietéticas en la prevención de recidivas.
4. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Diversas enfermedades pueden presentarse con síntomas que asemejen un cólico nefrítico. Entre
ellas las más importantes se describen en la tabla 4.
5. TRATAMIENTO EN URGENCIAS
La mayoría de pacientes pueden manejarse conservadoramente con analgésicos menores e hi-
dratación. La hidratación i.v. forzada no está indicada.
NEFROLOGÍA-UROLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
609
Pielonefritis
Embarazo ectópico
Ruptura o torsión de quiste ovárico
Dismenorrea
Aneurisma aórtico
Obstrucción intestinal, diverticulitis, o apendicitis
Cólico biliar y colecistitis
Isquemia mesentérica
Herpes zóster
5.1.2. Analgesia
▶▶ Antiinflamatorios no esteroideos (AINE): han demostrado disminuir la recidiva al ser usados
como primera elección y por vía i.v. Ibuprofeno, dexketoprofeno o diclofenaco i.v. se emplean
en la fase aguda. Deberán evitarse si existe insuficiencia renal.
▶▶ Opiáceos: están indicados como tratamiento complementario de los AINE o cuando estos es-
tán contraindicados o no hay respuesta a los mismos. Pueden ser menores (tramadol) o mayo-
res (morfina, petidina). Hay que tener en cuenta el efecto espasmogénico que pueden ejercer
estos medicamentos sobre la vía urinaria, que podría favorecer la impactación del cálculo.
▶▶ Otros fármacos: metoclopramida, si presenta náuseas o vómitos; antipiréticos, si presenta fie-
bre y ansiolíticos orales. No se utilizan antibióticos en el tratamiento rutinario del cólico renal,
pero sí están indicados en pacientes con signos de infección o con alto riesgo de sufrirla por
obstrucción ureteral.
▶▶ Si el paciente continúa con dolor a pesar del tratamiento médico, debe consultarse con Urolo-
gía para valorar la derivación mediante colocación de catéter ureteral o nefrostomía.
durante 1 mes. No existen datos para recomendar su uso combinado con inhibidores de la fos-
fodiesterasa o con corticoides para acelerar la expulsión.
UROPATÍA OBSTRUCTIVA
La uropatía obstructiva es un cuadro caracterizado por la existencia de una dificultad para eli-
minar total o parcialmente la orina. Puede ser aguda o crónica, parcial o completa y unilateral o
bilateral. Sin tratamiento puede predisponer a infección urinaria grave y eventualmente producir
fracaso renal crónico.
Si bien es una enfermedad que puede presentase a cualquier edad, es más común en los hom-
bres, sobre todo después de los 60 años de edad, por la alta prevalencia de hiperplasia benigna
y cáncer de próstata.
1. ETIOLOGÍA
Las causas más frecuentes varían dependiendo de la altura de la obstrucción:
▶▶ Renal: causa dilatación de cálices individuales. Causas potenciales: litiasis renal, carcinoma de
células transicionales y coágulos.
▶▶ Distal a la pelvis renal: causa hidronefrosis. Causas potenciales: litiasis, carcinoma de células
transicionales, compresión externa (tumores, adenopatías, fibrosis retroperitoneal) y coágulos.
▶▶ Al tracto de salida vesical: causa más común de obstrucción urinaria bilateral (hipertrofia pros-
tática, adenocarcinoma prostático) y vejiga neurogénica. En mujeres, los tumores uterinos, cer-
vicales y ováricos.
2. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
La presentación clínica va a depender del lugar de obstrucción, el grado (parcial o completa) y
la rapidez de su instauración. Generalmente los pacientes se presentan con uno o más de los
siguientes síntomas:
▶▶ Dolor: frecuentemente ausente, incluso en la obstrucción aguda. Cuando está presente habi-
tualmente es secundario a distensión de la vejiga, infección u obstrucción por litiasis o masas.
▶▶ Alteración del ritmo de diuresis: un ritmo normal no excluye la obstrucción. El ritmo urinario
puede variar desde la anuria (obstrucción ureteral bilateral, obstrucción uretral) hasta la oligu-
ria, el ritmo urinario normal o la poliuria (por daño tubular).
▶▶ Hipertensión: los pacientes pueden estar normo- o hipertensos. La hipertensión puede ser de-
bida a retención hidrosalina o a la activación del sistema renina-angiotensina por vasoconstric-
ción refleja de los capilares glomerulares aferentes del riñón obstruido.
NEFROLOGÍA-UROLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
611
3. DIAGNÓSTICO
La uropatía obstructiva se debe descartar en todos los pacientes con insuficiencia renal de causa
no filiada. Es importante el diagnóstico precoz, pues la mayoría de los casos pueden corregirse y
un retraso en el tratamiento puede favorecer un daño renal permanente. La historia puede sugerir
síntomas de hiperplasia benigna de próstata o antecedentes de tumores malignos o litiasis.
Inicialmente debe realizarse un sondaje vesical si se sospecha obstrucción del cuello vesical
(dolor suprapúbico, vejiga palpable o insuficiencia renal no explicada en un varón anciano).
Si los síntomas de obstrucción uretral están ausentes los pacientes deben someterse a estudios
de imagen para detectar la presencia y el sitio de la obstrucción.
El hallazgo radiológico típico es el de dilatación de los sistemas colectores de uno o ambos riño-
nes y, aunque existe un sistema de graduación de la dilatación, este es raramente útil pues no
existe correlación entre la gravedad de la obstrucción y el grado de dilatación (tabla 5).
4. TRATAMIENTO
El tratamiento consiste en eliminar la obstrucción, generalmente con sondaje vesical o mediante
cirugía, instrumentación (endoscopia, litotricia) o terapia farmacológica junto con tratamiento
CAPÍTULO 69
612 CÓLICO RENOURETERAL Y UROPATÍA OBSTRUCTIVA
intensivo para la infección y la insuficiencia renal si están presentes. Cuando la uretra es infran-
queable, puede ser necesario realizar una cistostomía suprapúbica (talla vesical).
El drenaje inmediato está indicado si la función renal está comprometida, si existe infección o si el
dolor es incontrolable o persistente. Pueden colocarse catéteres ureterales permanentes para un
drenaje agudo o a largo plazo en pacientes seleccionados. El drenaje temporal con una técnica de
nefrostomía percutánea puede ser necesario en uropatía obstructiva grave, infecciones urinarias
o cálculos.
En los casos de retención aguda de orina (RAO), tras el sondaje se pinzará tras la evacuación de
400 ml de orina para evitar la hematuria ex vacuo.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Los AINE i.v. son los fármacos de elección en los CRU por su velocidad de acción y porque
disminuyen las recidivas.
▶▶ Las litiasis < 5 mm suelen eliminarse espontáneamente en el 90 %, pero no las > 8 mm, que se
impactan en el 95 % de los casos.
▶▶ La rotura de aneurisma de aorta abdominal muchas veces es diagnosticado de CRU. Hay que
pensar en él en varones > 60 años con factores de riesgo cardiovascular que presentan dolor
en la fosa renal izquierda.
CAPÍTULO 70
HEMATURIA
M.ª José Venegas de L’Hotellerie | Ana Isabel Bellido Salvatier
1. INTRODUCCIÓN. DEFINICIÓN
La hematuria es la presencia de sangre en la orina, sea visible a simple vista o evidenciada en el
laboratorio por la existencia de 3 o más hematíes/campo en un sedimento urinario, y es una causa
frecuente de consulta en Urgencias.
No es una enfermedad en sí misma sino una manifestación de un proceso patológico general-
mente del aparato urinario, aunque en ocasiones se debe a patología glomerular.
En la hematuria la sangre procede de cualquier estructura del aparato urinario que se encuentre
por encima del esfínter estriado de la uretra (riñón, uréter, vejiga, uretra prostática o próstata) y
va acompañada de emisión de orina simultáneamente. Si el sangrado se produce por debajo del
esfínter estriado hablamos de uretrorragia (la sangre suele ser independiente de la micción).
La hematuria puede ser macroscópica cuando a simple vista se ve de color rojo o marrón o mi-
croscópica cuando el color macroscópico de la orina es normal y solo se detecta la sangre con el
microscopio.
Si el sangrado es tan abundante que condiciona inestabilidad hemodinámica o hay presencia de
coágulos que dificultan la micción espontánea, se trata de una verdadera urgencia. La orientación
diagnóstica de una hematuria es siempre fundamental en su pronóstico ya que una derivación
inadecuada o una dejación en el inicio de su estudio pueden suponer una demora significativa en
el tratamiento definitivo de la causa.
• Varón
• > 35 años
• Historia de tabaquismo
• Exposición laboral a químicos (bencenos o aminas aromáticas), como pintores, impresores o
trabajadores de plantas químicas
• Historia de hematuria macroscópica
• Historia de síntomas irritativos
• Historia de infección urinaria crónica
• Historia de irradiación pélvica
• Exposición a ciclofosfamida
• Presencia de cuerpo extraño
• Historia de abuso de analgésicos que se asocia con aumento del carcinoma renal
Las pistas en la historia clínica que nos ayudan a filiar el origen de la hematuria son:
▶▶ Piuria y disuria acompañante: se observan casi siempre en casos de infección urinaria.
▶▶ Antecedente reciente de un infección respiratoria: nos debe hacer pensar en la posibilidad de ne-
fropatía inmunoglobulina (Ig) A o glomerulonefritis posinfecciosa u otras enfermedades renales.
▶▶ Historia familiar de enfermedad renal, casos de poliquistosis, enfermedad de Alport, etc.
▶▶ Dolor unilateral irradiado a la pelvis: nos debe hacer pensar en obstrucción por litiasis o coágulo.
▶▶ Síntomas prostáticos: la hematuria puede ser debida a hipertrofia prostática.
▶▶ Historia de traumatismo o ejercicio vigoroso reciente.
▶▶ Exceso de anticoagulación, aunque se debe investigar siempre si existe una causa subyacente.
▶▶ hematuria con la menstruación: puede ser debida a contaminación o a endometriosis del tracto
urinario.
▶▶ Fármacos.
▶▶ Anemia de células falciformes.
▶▶ Viaje a zonas endémicas de Schistosoma o tuberculosis.
▶▶ Piuria estéril con hematuria: aparece en tuberculosis renal, nefropatía por analgésicos y otras
enfermedades intersticiales.
2. ETIOLOGÍA
La causa más frecuente de hematuria en los varones de edad media (40-60 años) es el tumor
vesical, seguido de litiasis e infecciones. En las mujeres de la misma edad la causa más frecuente
radica en las infecciones y, a continuación, las litiasis y los tumores. A partir de los 60 años, los
tumores vesicales son la primera causa en ambos sexos. Por lo tanto, en ausencia de un antece-
NEFROLOGÍA-UROLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
615
dente traumático evidente, clínica infecciosa significativa o enfermedad renal conocida, se debe
sospechar un origen tumoral hasta que se demuestre lo contrario.
En la tabla 2 se recogen las causas más frecuentes de hematuria con sus características clínicas
principales.
3. CLASIFICACIÓN
Se establece de distintos modos según el criterio empleado:
1. En función de si la sangre es visible o no a simple vista: macroscópica o microscópica (la pre-
sencia de hematíes no modifica el color de la orina).
CAPÍTULO 70
616 HEMATURIA
4. DIAGNÓSTICO
Incluye exploración física y toma de constantes y pruebas complementarias.
5. TRATAMIENTO
Depende fundamentalmente de la intensidad de la hematuria y del grado de repercusión clínica
en el enfermo.
NEFROLOGÍA-UROLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
617
▶▶ Hematuria cuantiosa con coágulos que obstruyen la sonda a pesar de un tiempo de lavado
continuo en observación de Urgencias.
▶▶ Anemia grave que ha requerido transfusión.
▶▶ Coagulopatía grave.
▶▶ Fracaso renal: en caso de acompañarse de hipertensión, edemas o proteinuria, se sospechará
patología renal, por lo que se recomienda ingreso para estudio a cargo de Nefrología.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Ante el primer episodio de hematuria macroscópica (excluidas causas infecciosas evidentes
o traumáticas), debe iniciarse una investigación de su causa mediante estudio ambulatorio
en consultas.
▶▶ En ausencia de antecedente traumático evidente, clínica infecciosa significativa o enferme-
dad renal conocida, se debe sospechar un origen tumoral.
▶▶ En las hematurias leves-moderadas, monosintomáticas, sin grandes coágulos y estables
hemodinámicamente, se deberá evitar el sondaje vesical.
▶▶ En los casos en los que sea necesario realizar sondaje vesical, no se recomienda el uso de
antibioterapia profiláctica. La mejor medida para prevenir una infección urinaria es la
retirada precoz de la sonda.
NEFROLOGÍA-UROLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
619
ALGORITMO
HEMATURIA
Historia clínica
Exploración (constantes)
Analítica (hemograma,
bioquímica, coagulación, orina
elemental)
Leve Abundante
NO SÍ
Inestabilidad hemodinámica
Anemización
¿Obstrucción? Obstrucción
Hematuria persistente
Deterioro de la función renal
NO SÍ
UROLOGÍA
Forzar la
ingesta hídrica
CAPÍTULO 71
SÍNDROME ESCROTAL AGUDO
Félix Guerrero Ramos
1. DEFINICIÓN
El síndrome escrotal agudo se define como un cuadro de dolor escrotal agudo e intenso que,
dependiendo de su etiología, puede acompañarse de otros síntomas (signos inflamatorios, sínto-
mas vegetativos, dolor abdominal, fiebre, etc.).
2. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
Las entidades causantes del síndrome escrotal agudo se clasifican, de forma general, en causas
testiculares o extratesticulares (tabla 1).
TESTICULARES EXTRATESTICULARES
• Torsión de cordón* • Hernia inguinoescrotal
• Torsión de anexos testiculares* • Edema escrotal idiopático
• Orquiepididimitis* • Paniculitis
• Hidrocele • Picadura de insecto
• Espermatocele • Gangrena de Fournier
• Varicocele • Púrpura de Schönlein-Henoch
• Quiste de epidídimo
• Vasectomía previa
• Traumatismos
• Tumores testiculares
• Vaginitis de la fiebre mediterránea
• Infarto testicular idiopático
• Trombosis venosa espermática
* 95 % de los casos de síndrome escrotal agudo
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
El síntoma cardinal del síndrome escrotal agudo es el dolor, que se puede presentar con diferente
intensidad, evolución y localización dependiendo de la cause que lo origine. Asimismo, y también
en relación con la entidad responsable, otros síntomas pueden asociarse al cuadro. Se detallan a
continuación las manifestaciones clínicas de las entidades más frecuentemente relacionadas con
el síndrome escrotal agudo.
Se caracteriza por un dolor súbito e incapacitante al establecerse la torsión. La intensidad del mis-
mo puede variar según el tiempo transcurrido y el grado de torsión; por ejemplo, en torsiones muy
evolucionadas con infarto testicular, el dolor puede ir remitiendo espontáneamente. En ocasiones
el dolor irradia a cuadrantes abdominales inferiores. Por otro lado, hasta un tercio de los pacientes
refieren dolores intermitentes previos al cuadro actual (por episodios leves de torsión-detorsión es-
pontánea) y un 25 % pueden presentar síntomas vegetativos, generalmente náuseas y/o vómitos.
3.3. ORQUIEPIDIDIMITIS
Es la causa más frecuente del síndrome escrotal agudo. Su origen suele radicar en una infección
urinaria previa oligosintomática no curada que se extiende al epidídimo y/o testículo y causa el
cuadro. Por tanto, aproximadamente la mitad de los pacientes refieren un síndrome miccional
asociado al dolor testicular o ausente en el momento del dolor pero presente en los días previos.
En estos casos, el dolor es variable respecto a su intensidad, pero es típica la aparición de forma
subaguda, asociando en ocasiones febrícula o fiebre.
▶▶ Reflejo cremastérico: se lleva a cabo acariciando suavemente la cara interna del muslo, lo que
provocará –en situaciones normales– que el testículo ipsilateral ascienda de forma espontá-
nea. El reflejo cremastérico desaparece en casos de torsión testicular, así como en ciertos casos
de lesiones medulares.
▶▶ Signo de Prehn: se lleva a cabo con el paciente en bipedestación. Consiste en elevar suavemen-
te el testículo que duele y valorar cómo responde al dolor. Se considera positivo cuando al ele-
var el testículo se alivia el dolor, situación sugerente de orquiepididimitis aguda; sin embargo,
se considera negativo cuando la elevación del teste no alivia el dolor (o incluso se exacerba),
siendo en este caso sugerente de torsión testicular.
▶▶ Transiluminación escrotal: es una técnica muy útil en casos de aumento del volumen escrotal
cuando, colocando una linterna en la cara posterior del escroto con la luz hacia el mismo, nos
puede guiar para descartar procesos neoformativos. Si al trasluz se intuye una masa ocupando
el escroto, orientará hacia tumores, mientras que si la luz atraviesa el escroto de forma homo-
génea, será indicativo de hidrocele.
A continuación se comenta la exploración física de cada una de las patologías más habitualmente
relacionadas con el síndrome escrotal agudo.
4.3. ORQUIEPIDIDIMITIS
En la inspección visual la piel escrotal puede encontrarse eritematosa y caliente y en ocasiones
con signos de celulitis en orquitis importantes, mientras que en casos leves la piel será normal.
En los casos de epididimitis exclusivamente, el testículo será normal pero la palpación selectiva
del epidídimo será dolorosa y este estará indurado y aumentado de tamaño. En ocasiones puede
asociar moderada cantidad de hidrocele reactivo. El signo de Prehn es positivo (alivia el dolor) y el
reflejo cremastérico se encuentra conservado.
5. PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
En el síndrome escrotal agudo, con la anamnesis y la exploración física se puede realizar un diag-
nóstico preciso en la inmensa mayoría de los pacientes. No obstante, disponemos de diversas
exploraciones complementarias que son de ayuda en determinados casos.
5.3. HEMOGRAMA
Se recomienda en casos de orquiepididimitis importante, fiebre o afectación del estado general
para valorar el grado de eventual leucocitosis asociada a neutrofilia.
6. TRATAMIENTO
6.1. TORSIÓN TESTICULAR
El tratamiento es quirúrgico y, por tanto, debe ser realizado por un urólogo. La cirugía consiste
en la detorsión del testículo afecto en los casos con escasa evolución con orquidopexia bilateral
(riesgo de torsión contralateral futura del 5-30 %); si el testículo no es viable en el momento de la
intervención, habría que llevar a cabo una orquiectomía. La indicación de cirugía es urgente, dado
que la viabilidad testicular se estima en un 85-97 % en las primeras 6 h desde la instauración del
cuadro, siendo menor del 10 % transcurridas 24 h.
6.3. ORQUIEPIDIDIMITIS
En la mayor parte de los casos el cuadro no implicará gravedad para el paciente y se podrá tratar
de forma ambulatoria.
Como tratamiento sintomático se recomienda el uso de suspensorio testicular o calzoncillos ajus-
tados y de antiinflamatorios a demanda.
Respecto a la antibioterapia (ver capítulo 20), siempre se recomienda valorar urocultivos previos
para dirigir el tratamiento, aunque en general son de elección las quinolonas (ciprofloxacino 500
mg/12 h o levofloxacino 500 mg/día) por suponer el antibiótico que mejor penetra la barrera he-
matotesticular. La duración del tratamiento debe ser larga: se recomiendan 15 días para los casos
de epididimitis y un mínimo de 21 días para las orquiepididimitis (se puede incluso ampliar a 28
días si el cuadro es grave, pues puede asociar prostatitis).
Se deberán cubrir los gérmenes típicos de las infecciones de transmisión sexual (ITS) en pacientes
activos sexualmente (ceftriaxona 1 g i.m. en dosis única + doxiciclina 100 mg/12 h 10 días o azitro-
micina 1 g v.o. en dosis única si no se considera que se podrá cumplir el tratamiento).
CAPÍTULO 71
624 SÍNDROME ESCROTAL AGUDO
Es muy infrecuente la afectación importante del estado general, pero en estos casos estaría indi-
cada la observación en Urgencias durante unas horas con sueroterapia y antibioterapia i.v. (cef-
triaxona 2 g/24 h o ciprofloxacino 400 mg/12 h), así como la realización de una ecografía escrotal
para descartar complicaciones, como absceso testicular.
7. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
En la tabla 2 se muestra el diagnóstico diferencial de las patologías más frecuentemente respon-
sables del síndrome escrotal agudo.
Puntos clave/recuerda
▶▶ La torsión testicular es una emergencia médica. Se caracteriza por dolor desproporcio-
nado a la palpación, teste ascendido y horizontalizado con el epidídimo hacia anterior. El
reflejo cremastérico está abolido y el signo de Prehn no alivia el dolor. Hay que avisar inme-
diatamente a Urología.
▶▶ En los casos en los que existan dudas o no se pueda descartar torsión testicular con segu-
ridad, se deberá realizar ecografía doppler urgente.
NEFROLOGÍA-UROLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
625
ALGORITMO
Dolor súbito e intenso Dolor súbito menos Dolor progresivo Si hay dudas o no se
Afectación general intenso subagudo puede descartar con
Signo de Gouverneur + Sin afectación general Afectación general seguridad torsión
signo de Prehn - Signo de Gouverneur - Fiebre/febrícula
Reflejo cremáster - Testículo y epidídimo Signo de Prehn +
Sin clínica miccional normales Reflejo del cremáster +
Reflejo del cremáster + Clínica miccional
signo del punto azul Sedimento de orina
alterado
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
La rabdomiólisis es un síndrome clínico caracterizado por la destrucción de tejido muscular es-
quelético y la liberación del contenido intracelular de los miocitos al torrente sanguíneo. La libera-
ción de estas sustancias puede provocar un amplio espectro de manifestaciones clínicas que van
desde pacientes asintomáticos hasta el compromiso vital. Una de las principales y más temidas
manifestaciones consiste en el fallo renal agudo (FRA), que, de no tratarse de forma precoz y ade-
cuada, puede conllevar un fallo renal permanente.
La definición de rabdomiólisis en los diferentes estudios clínicos es muy heterogénea; aún no
existe una definición de consenso sobre los valores de creatinfosfocinasa (CPK) que la definan:
▶▶ CPK > 5 veces el límite alto de la normalidad (> 1.000 UI/l).
▶▶ CPK > 10 veces para el diagnóstico de rabdomiólisis inducida por estatinas.
▶▶ Una definición propuesta para rabdomiólisis grave se describe en la tabla 1.
▶▶ CPK > 5.000 UI/l más cualquiera de los siguientes:
CPK absoluta > 15.000 UI/l o CPK > 5.000 UI/l más cualquiera de los siguientes:
• Mioglobinuria • CID
• Hipocalcemia o hiperpotasemia • Lesión por aplastamiento
• FRA • Lesión muscular masiva
• Acidosis metabólica • Extricación prolongada o evaluación inicial tras > 4 h
CID: Coagulación intravascular diseminada; FRA: fallo renal agudo.
2. FISIOPATOLOGÍA Y ETIOLOGÍA
La mioglobina (Mb) es una hemoproteína que se encuentra en el interior del músculo que tiene un
papel fundamental en el organismo ya que participa tanto en el transporte de oxígeno como en la
regulación del pH sanguíneo. La Mb es una molécula pequeña (17 kDa) y está formada por solo una
sola globina (con un grupo hemo con un átomo de hierro en su interior). En determinadas situaciones
patológicas, la liberación masiva de Mb al torrente sanguíneo hace que se filtren y se acumulen en el
riñón, donde resultan citotóxicas, principalmente para el epitelio tubular. Durante la destrucción mus-
cular, el líquido intracelular se filtra primero y luego se secuestra en espacios extracelulares. Esto agota
el volumen intravascular y activa el sistema renina-angiotensina-aldosterona, disminuyendo el flujo
sanguíneo renal, induciendo FRA y enfermedad renal crónica si no se trata precoz y agresivamente.
El FRA que asocia la rabdomiólisis puede inducirse por varios mecanismos, en los que se incluyen la
hipovolemia, la acidosis metabólica y la mioglobinuria, siendo estas las dianas terapéuticas.
NEFROLOGÍA-UROLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
627
La rabdomiólisis sigue siendo un desafío clínico importante pues los síntomas no son específicos
y las etiologías son múltiples (figura 1).
EXTERNAS
▶▶ Se han descrito casos de rabdomiólisis graves en personas migrantes subsaharianas que in-
tentaban acceder a las costas italianas en embarcaciones poco seguras. Esto se atribuyó a la
coinfección del virus de Epstein-Barr y Coxsackie favorecido por el ambiente húmedo, la escasa
ingesta hídrica y las elevadas temperaturas.
▶▶ La rabdomiólisis es más frecuente en varones de origen afroamericano, en pacientes < 10 años
y > 60 años y en la obesidad mórbida. Y existe un mayor riesgo de padecerla con el uso prolon-
gado de tratamiento hipolipemiante (estatinas + fibratos aumentan x 12 el riesgo).
3. DIAGNÓSTICO
El reconocimiento precoz es fundamental para prevenir complicaciones tardías.
Será necesario para alcanzar el diagnóstico.
4. TRATAMIENTO
Actualmente no existen guías disponibles para el manejo de la rabdomiólisis ni se han realizado
ensayos clínicos aleatorizados y controlados que validen los tratamientos que actualmente se
utilizan. El manejo de la rabdomiólisis se basa principalmente en observaciones de estudios re-
trospectivos, series de casos y recomendaciones de expertos.
4.1. OBJETIVOS
▶▶ Identificar la causa y detener el daño muscular.
▶▶ Realizar una expansión de volumen extracelular para prevenir el daño renal y la lesión establecida.
▶▶ Aliviar el síndrome compartimental.
▶▶ Corregir las alteraciones electrolíticas (compromiso vital).
▶▶ Evitar el FRA (el mayor esfuerzo del tratamiento debe centrarse en esto).
0,9 % con o sin bicarbonato. La manera de expresar la cantidad que se debe infundir varía desde
ml/h a l/día; desde los 400 ml/h de solución Ringer hasta 4-8 l de SSF al 0,9 % o SG al 5 % + SS al
0,45 %/día.
4.5. MANITOL
No existe consenso en su uso y la bibliografía muestra resultados contradictorios. En teoría pre-
senta varios mecanismos de protección renal al ser un potente diurético que aumenta la solubili-
dad de la Mb y podría contribuir a la eliminación de radicales libres de oxígeno:
▶▶ Se recomienda su uso intermitente con dosis de 0,5-1 g/kg a su uso en perfusión continua. Se
espera conseguir una diuresis horaria de al menos 300 ml/h. Podría empeorar el FRA con dosis
mayores de 200 g/día o con una dosis acumulada > 800 g.
▶▶ Se sugiere que junto con el bicarbonato sódico podría ser beneficioso cuando la CPK > 20.000
UI/l para prevenir el FRA.
5. PRONÓSTICO
Si se realiza una reposición precoz y adecuada con fluidos, el pronóstico suele ser excelente, pero
se ensombrece si se desarrolla insuficiencia renal. La complicación sistémica más frecuente es la
NEFROLOGÍA-UROLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
631
insuficiencia renal aguda (10-55 %). La mortalidad en pacientes sin insuficiencia renal es del 8-17 %
y con insuficiencia renal aguda es del 42-51 %.
Típicamente, el trastorno muscular es autolimitado y se resuelve en días o semanas debido a la
capacidad regenerativa del músculo.
6. COMPLICACIONES
6.1. PRECOCES
Incluyen hipercalcemia o hipocalcemia, inflamación hepática, arritmias, paro cardíaco (por hiper-
potasemia), síndrome compartimental (ver capítulo 144), etc.
6.2. TARDÍAS
Son: insuficiencia renal aguda y síndrome compartimental.
7. DESTINO
▶▶ Domicilio: cuando la CPK < 5.000 UI/l y no existe mioglobinuria, en pacientes estables y sin otras
complicaciones asociadas.
▶▶ Área de agudos: mientras los niveles de CPK estén elevados o en ascenso, así como con mioglo-
binuria, se requiere observación y tratamiento hasta que vuelvan a estar en el rango de referen-
cia, así como las alteraciones iónicas, que requerirán monitorización continua.
▶▶ Criterios de traslado a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI):
• Alteraciones hidroelectrolíticas graves asociadas.
• Sospecha de síndrome compartimental o su confirmación.
• Necesidad de TRRC.
▶▶ Interconsulta con otras especialidades:
• Cirugía: sospecha de síndrome compartimental.
• Nefrología urgente: cuando haya evolución a fallo renal.
Puntos clave/recuerda
▶▶ La rabdomiólisis suele producirse en ambientes calurosos y húmedos, en pacientes sin entre-
namiento y se ve favorecida por una baja ingesta hídrica.
▶▶ El FRA es la complicación sistémica más frecuente y más temida. La reposición precoz y ade-
cuada con fluidos es la base del tratamiento y el principal factor para prevenir la evolución a
FRA.
▶▶ El alta puede programarse con CPK < 5.000 UI/l sin hemoglobinuria.
CAPÍTULO 72
632 RABDOMIÓLISIS
ALGORITMO DE ACTUACIÓN
RABDOMIÓLISIS
Analíticas: Anamnesis:
Bioquímica | Coagulación | Deporte intenso
Gasometría | Orina Ambiente caluroso y
ECG húmedo
Estatinas | Drogas
(figura 1)
CPK: creatinfosfocinasa; ECG: electrocardiograma; ITC: interconsulta; UCI: Unidad de Cuidados Intensivos.
CAPÍTULO 73
TRAUMATISMOS UROLÓGICOS. PRIAPISMO
Laura Díez Sicilia | Javier Feltes Ochoa
TRAUMATISMOS UROLÓGICOS
1. TRAUMATISMO RENAL
El riñón es el órgano más frecuentemente dañado en los traumatismos que comprometen el apa-
rato urinario. Se observa en el 5 % de los traumatismos en general y en el 10 % de los abdominales.
En el 60-80 % de los pacientes con traumatismo renal asocia una lesión de otro órgano (bazo
generalmente).
1.1. CLASIFICACIÓN
La más usada es la de la American Association for the Surgery of Trauma (AAST) (tabla 1).
GRADOS DESCRIPCIÓN
I Contusión renal
Hematoma subcapsular
II Hematoma perirrenal
Laceración cortical < 1 cm sin extravasado de contraste
III Laceración cortical > 1 cm sin extravasado de contraste
IV Laceración profunda hasta el sistema colector (con extravasado de contraste)
Lesión arterial y/o venosa segmentaria con hematoma contenido o laceración vascular parcial
o trombosis
V Estallido renal o avulsión del pedículo renal
1.3. DIAGNÓSTICO
La evaluación inicial se rige por detectar una situación de shock. Las prioridades son asegurar la
vía aérea y la estabilidad hemodinámica:
CAPÍTULO 73
634 TRAUMATISMOS UROLÓGICOS. PRIAPISMO
▶▶ Anamnesis: características del traumatismo: las lesiones renales se producen por contusión
directa (golpe o caída desde la propia altura) o por desaceleración (caídas por precipitación
o accidentes de tráfico); este último es el mecanismo que ocasiona las lesiones más graves.
Antecedentes médicos puedan aportar mayor morbilidad al proceso (antecedentes de quistes/
malformaciones renales conocidas o tratamiento anticoagulante concomitante).
▶▶ Pruebas de imagen: tomografía computarizada (TC) con contraste: es la prueba con mayor
sensibilidad y hay que solicitarla cuando haya hematuria macroscópica, inestabilidad hemo-
dinámica, sospecha de otras lesiones abdominales asociadas o mecanismo de desaceleración
brusco. Tras la fase angiográfica es importante completar la fase tardía para poder determinar
la presencia de lesión de la vía excretora. La ecografía puede darnos una aproximación de la
lesión pero no puede identificar con exactitud la profundidad de las lesiones, por lo que queda
relegada a los casos de traumatismos estables sin hematuria o para el seguimiento del trauma-
tismo renal evolucionado. La arteriografía renal actualmente se utiliza como medio diagnóstico
de segunda línea para embolizar una hemorragia arterial como tratamiento único o previo a
una cirugía con el fin de estabilizar al paciente antes de la intervención.
1.4. TRATAMIENTO
1.4.1. Traumatismos menores (grados I, II y III)
Se manejan con tratamiento médico conservador: reposo absoluto las primeras 24 h, vigilancia clínica
(tensión arterial, hematuria) y analítica (controles seriados de hemoglobina) y antibioterapia profiláctica.
1.5. COMPLICACIONES
▶▶ Hemorragia tardía: puede precisar embolización percutánea.
▶▶ Absceso perirrenal: puede tratarse mediante drenaje percutáneo.
▶▶ Fístula arteriovenosa: suele aparecer pasados unos días. Hay que sospecharla ante la apari-
ción de hematuria tardía asociada o no a hipertensión arterial. Su tratamiento se basa en la
radioembolización.
▶▶ Hipertensión arterial: se debe a una hiperestimulación del sistema renina-angiotensina provo-
cada por compresión del parénquima y hematoma renal (riñón de Page), pudiendo aparecer
hasta en el 5 % de los casos.
2. TRAUMATISMO VESICAL
El traumatismo vesical se asocia estrechamente con las fracturas de pelvis (más del 30 % de las
fracturas pélvicas asocian lesión vesical). En el caso de traumatismos por accidentes de tráfico
puede estar acompañado de lesión uretral y penoescrotal.
NEFROLOGÍA-UROLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
635
2.1. CLASIFICACIÓN
▶▶ Rotura extraperitoneal: es la forma más frecuente de lesión vesical. Suele asociarse a fracturas
pélvicas, especialmente cuando se afectan las ramas pubianas, y la mayoría se produce por as-
tillas óseas que lesionan la vejiga. La lesión suele localizarse en las caras anterior o anterolateral.
▶▶ Rotura intraperitoneal: suele producirse por aumento de la presión abdominal en un traumatismo
abdominal cerrado (típicamente accidente de tráfico cuando la vejiga está llena). La mayoría de
las veces se afecta la cúpula vesical.
2.3. DIAGNÓSTICO
La prueba por excelencia es la cistografía aislada o asociada a la TC (cisto-TC) para evaluar las
lesiones asociadas. Debe realizarse mediante la perfusión de contraste retrógrado a través de una
sonda vesical (350 ml).
2.4. TRATAMIENTO
2.4.1. Roturas extraperitoneales
El manejo suele ser conservador: sonda vesical y lavado vesical continuo en caso de hematuria.
Puede ser necesario realizar una exploración quirúrgica en caso de afectación del cuello vesical,
fragmentos óseos impactados en la vejiga o lesión de órganos vecinos, como vagina o recto.
El tiempo de sondaje es variable pero normalmente no suele ser menor de 1 semana.
3. TRAUMATISMO DE URETRA
La uretra se divide en relación con el diafragma urogenital en uretra anterior y posterior. La uretra
anterior consta de uretra peneana y bulbar y la posterior está formada por la uretra membranosa
y la prostática. En la mujer observamos solo uretra posterior.
3.1. ETIOLOGÍA
▶▶ Lesiones de la uretra posterior: se asocian con fractura de pelvis (70 %), en general por acciden-
tes, aplastamientos o caídas desde altura.
▶▶ Lesiones de la uretra anterior: suelen estar provocadas por un golpe directo sobre el periné
(caída a horcajadas sobre una bicicleta o motocicleta, patada en el periné). Las lesiones iatrogé-
nicas producen un porcentaje no despreciable de lesión uretral (en procedimientos urológicos
o durante el sondaje vesical). Los traumatismos durante las relaciones sexuales asocian ruptura
de uretra anterior en el 20 % de fracturas de pene.
parcial en una ruptura completa. Lo más prudente es colocar un catéter suprapúbico (talla vesi-
cal) hasta completar el estudio.
▶▶ Hematoma perineal “en manguito” limitado al pene si la fascia de Buck queda indemne, apare-
ciendo “en alas de mariposa” si esta fascia se rompe. En caso de mujeres la tumefacción de los
labios genitales puede indicar lesión uretral.
▶▶ Dolor miccional o incapacidad para orinar.
3.3. DIAGNÓSTICO
La prueba diagnóstica por excelencia es la cistografía, que en ocasiones es difícil poder realizar
de urgencia por no disponer de esta prueba o porque el paciente se encuentra inestable; en estos
casos deberá colocarse un catéter suprapúbico y efectuarse más tarde.
Los tipos de lesiones uretrales en función de los hallazgos en la cistografía se reflejan en la tabla 2.
TESTICULARES EXTRATESTICULARES
LESIÓN QUE PERMITE EL PASO DE CONTRASTE A LA Contusión
VEJIGA Estiramiento
Sección parcial (con extravasado de contraste)
LESIÓN QUE NO PERMITE EL PASO DE CONTRASTE A LA Sección uretral completa
VEJIGA
3.4. TRATAMIENTO
Salvo en los casos de contusión o estiramiento, en los que el sondaje vesical durante 2 semanas
puede ser suficiente, en casos de sección uretral el tratamiento definitivo es quirúrgico. La decisión
de realizar una cirugía inmediata o diferida dependerá de la estabilidad clínica del paciente y del tipo
de lesión y será decisión de Urología:
▶▶ Sección de la uretra anterior:
• Traumatismo abierto: lavado profuso, desbridamiento y reparación quirúrgica inmediata.
• Traumatismo cerrado: cistostomía suprapúbica y reparación diferida tras 2 semanas salvo los
casos asociados con fractura de cuerpos cavernosos, en los que la reparación se realizará de
manera urgente.
▶▶ Sección de la uretra posterior:
• Sección parcial: cirugía diferida. Se realizará una nueva cistografía tras 2 semanas de cistosto-
mía o sonda, si se pudo pasar, para posteriormente planificar una uretroplastia.
• Sección completa: cirugía inmediata si hay lesión asociada de cuello vesical, vagina o recto en
pacientes estables. Si el paciente está inestable o no existen lesiones de órganos vecinos asocia-
das, se colocará una sonda suprapúbica y se demorará el procedimiento al menos 2 semanas.
GRADOS DESCRIPCIÓN
I Contusión o hematoma
II Herida de la albugínea sin ruptura
III Ruptura de la albugínea con < 50 % de pérdida del parénquima testicular
IV Ruptura de la albugínea con > 50 % de pérdida del parénquima testicular
V Destrucción completa del testículo (estallido testicular) o avulsión
▶▶ Manifestaciones clínicas:
• Dolor intenso, en ocasiones asociado a náuseas, vómitos e incluso síncope.
• Edema y equimosis escrotal.
• Teste no palpable o dislocado.
▶▶ Diagnóstico: la ecografía-Doppler testicular es el gold standard. Mostrará el grado de lesión tes-
ticular y podrá ir asociada a presencia de hematocele (colección hemática intraescrotal).
▶▶ Tratamiento: la mayoría de los traumatismos testiculares son leves (grados I y II) y su tratamien-
to es conservador: reposo, suspensorio y antiinflamatorios, añadiendo profilaxis antibiótica en
caso de traumatismos penetrantes. En caso de evidenciarse ruptura de la albugínea, se proce-
derá a la exploración quirúrgica con exéresis de la pulpa testicular no viable y reparación de la
albugínea. Asimismo, está indicado el drenaje quirúrgico del hematocele en caso de que sea de
gran tamaño aunque la albugínea testicular esté indemne.
PRIAPISMO
Se define como la presencia de erección durante más de 4 h en ausencia de estímulo sexual. Se
considera una situación de emergencia y requiere un manejo urgente.
CAPÍTULO 73
638 TRAUMATISMOS UROLÓGICOS. PRIAPISMO
1. CLASIFICACIÓN
1.1. PRIAPISMO ISQUÉMICO, VENOOCLUSIVO O DE BAJO FLUJO
Consiste en la erección mantenida debida a la imposibilidad de drenaje sanguíneo peneano, acu-
mulándose sangre no oxigenada en los cuerpos cavernosos. Esta situación conlleva un estado
de hipoxia y acidosis que puede provocar daños irreversibles en el tejido eréctil, ocasionando
disfunción eréctil permanente en caso de no reestablecerse el flujo sanguíneo en las primeras 24
h. Es el tipo más frecuente (hasta el 95 % de los casos).
Las causas pueden ser:
▶▶ Idiopática: hasta en un 50 % de los casos.
▶▶ Fármacos: la inyección intracavernosa de fármacos vasoactivos para el tratamiento de la dis-
función eréctil (alprostadilo) es la causa más común del priapismo inducido por fármacos (has-
ta un 80 %). Inhibidores de la 5-fosfodiesterasa v.o. para el tratamiento de la disfunción eréctil,
antidepresivos tricíclicos, antipsicóticos, tratamientos hormonales (tamoxifeno, testosterona)
e incluso algunos antihipertensivos y el uso de heparina también han sido asociados con el
priapismo isquémico. En el pasado, cuando el uso de la nutrición parenteral contenía altas con-
centraciones de grasas, era frecuente la aparición de esta complicación.
▶▶ Drogas: comúnmente la cocaína intranasal o tópica, pero también otras, como la marihuana e
incluso el abuso de alcohol.
▶▶ Trastornos hematológicos: la drepanocitosis es la causa más común de priapismo isquémico
recidivante. Algunas hemoglobinopatías, como la talasemia, se han asociado particularmente
a casos de priapismo isquémico en población pediátrica y adolescente y algunos estados de hi-
percoagulabilidad, como leucemia y policitemia, han sido descritos como agentes etiológicos.
▶▶ Otras: algunos trastornos metabólicos (amiloidosis, síndrome nefrótico), neurológicos (com-
presión medular, traumatismos medulares) y oncológicos (cáncer vesical, próstata o rectosig-
moideo) han sido asociados.
2. DIAGNÓSTICO
Es esencial realizar un diagnóstico diferencial entre ambos tipos de priapismo ya que el priapismo
isquémico precisa ser tratado de manera urgente:
▶▶ Anamnesis:
• Interrogar sobre antecedentes traumáticos o quirúrgicos para diagnosticar el priapismo no is-
quémico, teniendo en cuenta que el inicio del priapismo no siempre es inmediato, pudiendo
incluso aparecer varias semanas después de un traumatismo.
• Clínicamente aunque en ambos existe erección mantenida sin deseo sexual, existen algunos
matices que pueden ayudar a diferenciarlos: en el priapismo isquémico se produce una rigidez
CAPÍTULO 72 NEFROLOGÍA-UROLOGÍA
639 RABDOMIÓLISIS MANUAL DE URGENCIAS
639
completa de los cuerpos cavernosos (no en el glande) que siempre es dolorosa, mientras que el
priapismo arterial ocasiona una erección indolora que produce tumescencia peneana sin llegar
a rigidez.
▶▶ Pruebas complementarias:
• Punción-aspiración y gasometría de los cuerpos cavernosos: los parámetros gasométricos en
el caso del priapismo no isquémico serán similares a las de la gasometría arterial (tabla 4).
Visualmente la primera muestra de la sangre evacuada en el priapismo venooclusivo será
oscura, demostrando sangre no oxigenada.
• Eco-Doppler peneano: constatará la ausencia de flujo arterial en el priapismo venooclusivo. En
el caso del priapismo no isquémico el flujo arterial es normal y en ocasiones puede detectarse
el punto fístuloso.
3. TRATAMIENTO
3.1. TRATAMIENTO DEL PRIAPISMO ISQUÉMICO
Aspiración-irrigación de cuerpos cavernosos: punción con una aguja de 16-18 G en uno
de los cuerpos cavernosos a las 3 o 9 de la posición horaria y compresión del pene para
extraer toda la sangre venosa acumulada hasta que salga sangre de aspecto arterial. Esta
maniobra reduce la presión intracavernosa, alivia el dolor y elimina la sangre hipóxica. Tras
la aspiración inicial puede realizarse una irrigación con 40 ml de suero salino frío a través
de la aguja de punción, aunque la efectividad de la irrigación es variable en los distintos
estudios al respecto.
En caso de ausencia de mejoría con la maniobra previa, el segundo paso consiste en la irriga-
ción de agentes adrenérgicos. La fenilefrina es el fármaco de elección al ser el agente que me-
nos efectos cardiovasculares tiene. La dosis es una solución de 0,2 mg/ml inyectando 1 ml/5-10
min hasta que se produzca la detumescencia o se alcance la dosis máxima de 1 mg. Este
procedimiento siempre debe realizarse monitorizando la tensión arterial (TA), administrando
un hipotensor en caso de tensión arterial sistólica (TAS) > 200 (nifedipino 10 mg o enalapril
10 mg v.o.).
Si pasada 1 h los procedimientos anteriores no han dado resultado, se comentará con Urología,
que valorará la realización de shunt (según el caso).
4. PRONÓSTICO
En el caso del priapismo isquémico la viabilidad del tejido eréctil dependerá del tiempo de evo-
lución del cuadro. Pasadas las primeras 48-72 h no se preservará la potencia sexual. Según las
series, hasta el 100 % de los varones con una erección > 12 h perdieron rigidez peneana. En el caso
del priapismo arterial la función eréctil se mantiene intacta hasta en el 80 % de los casos.
NEFROLOGÍA-UROLOGÍA
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CAPÍTULO 67
FRACASO RENAL AGUDO
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TRASTORNOS
HIDROELECTROLÍTICOS
CAPÍTULO 74
ALTERACIÓN DEL EQUILIBRIO ÁCIDO-BASE.
INTERPRETACIÓN DE LA GASOMETRÍA
ARTERIAL Y VENOSA
Zaida M. Jiménez Bretones | Rodrigo Pacheco Puig
TERMINOLOGÍA
▶▶ Anion gap: diferencia entre cargas positivas y negativas en el organismo.
▶▶ Respiración de Kussmaul: respiración rápida profunda que se observa en pacientes con cetoa-
cidosis diabética.
▶▶ Síndrome de Fanconi: afectación en el túbulo renal proximal. Se caracteriza por la pérdida renal
de glucosa, bicarbonato y aminoácidos.
▶▶ Acidosis tubular renal tipo 1 o distal: enfermedad genética caracterizada por la disminución de
la excreción urinaria de H+ y amonio.
▶▶ Acidosis tubular renal tipo 2 o proximal: defecto en la reabsorción de bicarbonato. Puede ser
congénita o adquirida, secundaria a enfermedades por depósito, intoxicaciones, etc.
▶▶ Acidosis tubular renal tipo 4: déficit de aldosterona o resistencia del túbulo distal a su acción.
▶▶ Asterixis o flapping: interrupciones rítmicas de la contracción muscular voluntaria.
▶▶ Cor pulmonale: fallo en la función del ventrículo derecho como consecuencia de hipertensión
pulmonar secundaria a enfermedad pulmonar.
1. INTRODUCCIÓN
El mantenimiento del equilibrio ácido-base es fundamental para el funcionamiento de todos los
sistemas enzimáticos intracelulares y extracelulares. Diariamente se producen en el organismo
grandes cantidades de ácidos volátiles y no volátiles. A pesar de esto, el organismo mantiene un pH
estable (7,35 a 7,45) gracias a la acción de mecanismos de amortiguación. El principal sistema amor-
tiguador del organismo es el bicarbonato (HCO3-)/dióxido de carbono (CO2): CO2 + H2O ←→ HCO3- + H+.
Cuando estos mecanismos no funcionan con normalidad o su capacidad de neutralización es
superada, se produce un exceso de ácido o de base en el organismo que se refleja en el pH san-
guíneo. El pH es el logaritmo negativo de la concentración de hidrogeniones (H+) en la sangre. Un
exceso de H+ bajará los niveles de pH (acidosis). Un ascenso en la concentración de HCO3- llevará
asociado un aumento en el pH (alcalosis). El origen de estos trastornos puede tener lugar a nivel
respiratorio o metabólico. Su desarrollo pone en marcha una respuesta compensadora de signo
contrario que intenta disminuir el daño sobre el organismo.
2. INTERPRETACIÓN DE LA GASOMETRÍA
La herramienta fundamental para diagnosticar y clasificar las alteraciones del equilibrio ácido-base
es la gasometría. En la tabla 1 se describen sus principales componentes.
CAPÍTULO 74
648 ALTERACIÓN DEL EQUILIBRIO ÁCIDO-BASE. INTERPRETACIÓN DE LA GASOMETRÍA ARTERIAL Y VENOSA
HCO3- : bicarbonato; PaCO2: presión parcial de dióxido de carbono; PaO2: presión parcial de oxígeno.
En presencia de un trastorno respiratorio relevante, la gasometría debe ser arterial; en caso con-
trario, una gasometría venosa aportará información suficiente.
En la tabla 2 se muestran las características de las gasometrías correspondientes a trastornos
simples del equilibrio ácido-base.
Una vez identificado el trastorno primario hay que valorar la respuesta compensadora. En la ta-
bla 3 se muestran los cambios que se producen.
La respuesta compensadora a nivel pulmonar se lleva a cabo mediante cambios en la ventila-
ción que aumentan o disminuyen la presión parcial de dióxido de carbono (PaCO2) y a nivel renal
regulando la secreción de H+ y la reabsorción y síntesis de HCO3-. En la tabla 4 se explican estos
mecanismos de compensación para cada trastorno.
La compensación nunca lleva al pH a la neutralidad o al lado contrario. Si observamos un pH
neutro con alteraciones evidentes del HCO3- y la PaCO2, hay que sospechar la presencia de un
trastorno mixto, que es la combinación de dos o más trastornos del equilibrio ácido-base.
↓ HCO3- de 5 mEq/l por cada 10 mmHg que ↓ PaCO2 Es completo en 3-5 días (renal)
HCO3- : bicarbonato; PaCO2: presión parcial de dióxido de carbono.
3. ACIDOSIS METABÓLICA
3.1. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
Se caracteriza por ↑ H+ y ↓ HCO3-. El pH sanguíneo será < 7,35. Se produce mediante tres mecanis-
mos fundamentales que se desarrollan en la tabla 5.
3.2. CLÍNICA
El aumento de H+ puede tener efecto perjudicial a distintos niveles del organismo. Uno de los
más graves es el cardíaco, ya que un pH < 7,15 puede producir arritmias ventriculares. A nivel
respiratorio, en relación con la respuesta compensadora, se observa un aumento de la frecuencia
respiratoria e incluso respiración de Kussmaul en trastornos graves.
La intoxicación por metanol y etilenglicol son trastornos de extremada gravedad; tienen toxicidad
directa sobre el sistema nervioso central (SNC) y el músculo cardíaco.
3.3. DIAGNÓSTICO
El diagnóstico inicial será mediante la gasometría característica, historia clínica y exploración fí-
sica. El cálculo del anion gap (AG) ayuda para encontrar su origen. En las figuras 1 y 2 se detallan
los tipos de acidosis metabólicas según el valor del AG.
CAPÍTULO 74
650 ALTERACIÓN DEL EQUILIBRIO ÁCIDO-BASE. INTERPRETACIÓN DE LA GASOMETRÍA ARTERIAL Y VENOSA
Acidosis láctica
A: ↓ oxigenación de tejidos
Elevación del B: metformina, hepatopatía, Gap osmolar
ácido láctico cianuro > 20
D: metabolismo bacteriano
Elevación de la ¿Elevación de la glucemia? Alcoholes
cetonemia (etanol, metanol,
etilenglicol)
Cetoacidosis Cetoacidosis
diabética alcohólica Intoxicación por
Cetoacidosis salicilatos
de ayuno Ingesta accidental
de aldehídos
Hiperpotasemia Hipopotasemia
Infusión de HCI
Poshipocapnia Carga metaurinaria Carga metaurinaria
Hipoaldosteronismo positiva: negativa:
hiporreninémico Cl– > (Na++ K+) Cl– < (Na++ K+)
Acidosis tubular tipo 4
Pérdidas Pérdidas urinarias:
gastrointestinales: Acidosis tubular renal
Diarrea, drenaje proximal, acidosis
biliar, ileostomía, tubular distal tipo 1,
íleo paralítico, síndrome de Fanconi,
yeyunostomía, inhibidores de la
fístula intestinal, anhidrasa carbónica
duodenostomía, (acetazolamida),
adenoma velloso, corrección aguda de
laxantes, derivaciones la hipocapnia
ureterointestinales
3.4. TRATAMIENTO
El tratamiento se basa en corregir la causa y aportar HCO3-.
3.5. DESTINO
Los casos graves requieren monitorización cardíaca estrecha en áreas de Observación e ingreso
posterior. Las formas leves y crónicas se pueden manejar con tratamiento vía oral de forma am-
bulatoria.
4. ALCALOSIS METABÓLICA
4.1. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
Se caracteriza por ↑ HCO3- junto con ↓ H+. El pH es > 7,45. Suele asociar déficit de sodio, potasio,
cloro y contracción de volumen extracelular, lo que ayuda a mantener el trastorno. Las principales
causas se recogen en la tabla 6.
La causa más frecuente es la pérdida de secreciones gástricas debido a vómitos o a colocación de
sonda nasogástrica y el uso de diuréticos.
Pérdida de H+
• Digestiva (las secreciones ácidas no pasan por el duodeno)
• Renal:
1. Hipermineralocorticismo
2. Diuréticos de asa, tiazidas
3. Síndrome de Bartter y Gitelman
• Distribución del espacio intracelular
Ganancia de HCO3-
Reabsorción de HCO3-
H+: hidrogeniones; HCO3- : bicarbonato.
4.2. CLÍNICA
Los síntomas se observan solo en casos graves (pH > 7,55). Suele tratarse de afectación del SNC
(confusión, estupor e hipoventilación) o de alteraciones relacionadas con los trastornos asocia-
dos (hipocalcemia, hipopotasemia o depleción de volumen).
4.3. DIAGNÓSTICO
El diagnóstico se realizará mediante gasometría característica, historia clínica y exploración fí-
sica. Es útil para el diagnóstico etiológico su clasificación según la excreción renal de cloro, que
permite su clasificación, como se muestra en la figura 3.
TRASTORNOS HIDROELECTROLÍTICOS
MANUAL DE URGENCIAS
653
Vómitos
Aspiración nasogástrica Hipertensión arterial
elevada
NO SÍ
¿Cloro urinario
persistentemente alto?
á Renina â Renina â Renina
á Aldosterona á Aldosterona âAldosterona
Diuréticos
La medición de iones en la orina de forma seriada nos va a permitir descubrir causas que pue-
den pasar desapercibidas, como el uso oculto de diuréticos o vómitos subrepticios, como se
muestra en la tabla 7.
4.4. TRATAMIENTO
Habrá que corregir la causa de origen. El objetivo es conseguir pH < 7,55 y HCO3 - < 40 mEq/l.
En casos graves (pH > 7,60) o en la insuficiencia renal avanzada hay que plantear el uso de
hemodiálisis. La infusión de HCl se reserva para casos muy graves (pH > 7,7) que deben ser
manejados en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). En la tabla 8 se describe el tratamiento
según la clasificación previa.
4.5. DESTINO
Requiere monitorización estrecha en trastornos graves (pH > 7,55) y en caso de las alteraciones
iónicas asociadas. Formas muy graves (pH > 7,7) deben ser manejadas en UCI.
CAPÍTULO 74
654 ALTERACIÓN DEL EQUILIBRIO ÁCIDO-BASE. INTERPRETACIÓN DE LA GASOMETRÍA ARTERIAL Y VENOSA
VÓMITOS DIURÉTICOS
Durante Después Durante Después
Cloro Bajo Bajo Alto Bajo
Sodio + potasio Alto Bajo Alto Bajo
Alcalosis metabólica con cloro urinario ↓ Alcalosis metabólica con cloro urinario ↑
NaCl isotónico (0,9 %) Exceso de mineralocorticoides
Diuréticos ahorradores de potasio: amilorida,
ClK [si hay hipopotasemia]* espironolactona + restricción de Na+ y K+
Cirugía si el origen es tumoral cuando sea posible
Estados edematosos y/o hipercapnia crónica:
Uso de inhibidores de la bomba de protones en
acetazolamida 250 mg/24-48 h (poco eficaz como
pacientes con aspiración nasogástrica
diurético, elimina HCO3-)
HCO3- : bicarbonato.
5. ACIDOSIS RESPIRATORIA
5.1. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
Se caracteriza por pH < 7,35 y ↑ PaCO2. Las causas principales están en la tabla 9.
5.2. CLÍNICA
Tiene efecto tóxico sobre el SNC (encefalopatía hipercápnica). Inicialmente se puede manifestar como
cefalea, tendencia al sueño o asterixis. Si no se corrige puede avanzar hasta el coma. En las formas
crónicas la complicación principal es el desarrollo de hipertensión pulmonar y cor pulmonale.
5.3. DIAGNÓSTICO
Mediante gasometría arterial característica, historia clínica y exploración física. El cálculo del gra-
diente alveoloarterial de oxígeno (G(A-a)O2) es útil para establecer el origen:
TRASTORNOS HIDROELECTROLÍTICOS
MANUAL DE URGENCIAS
655
5.4. TRATAMIENTO
5.4.1. Acidosis respiratoria aguda
Hay que buscar la causa subyacente y actuar sobre ella. Se debe aportar oxígeno con cuidado y
mantener una presión parcial de oxígeno (PaO2) del 89-92 %, ya que un aporte excesivo puede
empeorar la hipercapnia (en esta situación la hipoxemia ejerce de estímulo principal para el cen-
tro respiratorio). El uso de ventilación mecánica (invasiva/no invasiva) se reserva para hipoxemias
que no responden al tratamiento, encefalopatía hipercápnica o agotamiento respiratorio.
5.5. DESTINO
La acidosis respiratoria aguda requiere manejo en Unidades de Observación de Agudos, incluso
en la UCI según la gravedad.
6. ALCALOSIS RESPIRATORIA
6.1. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
Se caracteriza por pH < 7,35 y ↓ PaCO2. En la tabla 10 se muestran las principales causas.
6.2. CLÍNICA
Se caracteriza por la aparición de parestesias acras y periorales. En los casos más graves puede
observarse tetania, tanto por la alcalosis como por el descenso acompañante del calcio iónico.
CAPÍTULO 74
656 ALTERACIÓN DEL EQUILIBRIO ÁCIDO-BASE. INTERPRETACIÓN DE LA GASOMETRÍA ARTERIAL Y VENOSA
6.3. DIAGNÓSTICO
Se hace mediante gasometría característica, historia clínica y exploración física.
6.4. TRATAMIENTO
El tratamiento de la alcalosis respiratoria es el de la causa subyacente. En crisis de ansie-
dad es útil la respiración en un sistema cerrado y la sedación suave con benzodiazepinas
de corta duración. En la exposición a grandes alturas se puede realizar tratamiento con
acetazolamida.
7.1. DIAGNÓSTICO
▶▶ Valorar la respuesta compensadora: comparar la diferencia entre la variación de PaCO2 y HCO3-
respecto a sus valores normales nos puede ayudar en el diagnóstico, como se muestra en la
tabla 11.
▶▶ Comparar la variación del AG (ΔAG) respecto a la variación de variación de HCO3- (ΔHCO3-) tam-
bién puede ayudar en el diagnóstico, como se muestra en la tabla 12. Por cada 1 mEq/l que el
AG aumente sobre su valor basal, la concentración de HCO3- debe descender 1 mEq/l.
Tabla 11. Comparación del cambio en la presión parcial de dióxido de carbono respecto al del bicarbonato
Tabla 12. Comparación del cambio del anion gap respecto del bicarbonato
ΔAG < ΔHCO3- Acidosis metabólica con AG elevado + acidosis metabólica hiperclorémica
ΔAG > ΔHCO3 -
Acidosis metabólica con AG elevado + alcalosis metabólica
AG: anion gap; HCO3- : bicarbonato.
7.2. TRATAMIENTO
Ante una acidosis mixta, la primera acidosis que debe tratarse es la respiratoria; la infusión de
HCO3- supone anular uno de los estímulos que mantienen activo el centro respiratorio. En caso
de alcalosis respiratoria irá orientado a tratar la causa; el trastorno metabólico será secundario.
TRASTORNOS HIDROELECTROLÍTICOS
MANUAL DE URGENCIAS
657
Puntos clave/recuerda
▶▶ La reposición de potasio en la alcalosis metabólica debe hacerse mediante ClK porque el
citrato y el acetato potásico contribuyen a mantener la alcalosis.
▶▶ Las soluciones de HCO3- 1 M pueden producir edema pulmonar y/o cerebral, sobre todo en
las insuficiencias cardíaca o renal.
▶▶ Es importante monitorizar los niveles de potasio al reponer HCO3-: por cada 0,1 unidades que
disminuye el pH, el potasio aumenta 0,6 mmol/l.
▶▶ En la acidosis respiratoria el aporte de oxígeno será de forma cuidadosa para mantener una
PaO2 del 89-92 %, ya que en esta situación la hipoxemia es el principal estímulo del centro
respiratorio.
CAPÍTULO 75
ALTERACIONES DEL SODIO
Ilduara Pintos Pascual | Juan Miguel Antón Santos
TERMINOLOGÍA
▶▶ Pseudohiponatremia: exceso de proteínas o triglicéridos. La cuantificación del sodio estará dis-
minuida en comparación con el volumen plasmático total.
▶▶ Síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética: se caracteriza por hiponatremia,
osmolalidad plasmática disminuida, con sodio en la orina aumentado, y osmolaridad urinaria
aumentada. Puede tener diversos orígenes: alteraciones del sistema nervioso central, fárma-
cos, secreción ectópica paraneoplásica, enfermedades pulmonares y alteraciones en recepto-
res renales, donde ejercen su acción principal.
▶▶ Diabetes insípida: puede ser de origen central (falta de producción de hormona antidiurética) o
nefrogénica (resistencia a su acción). Se caracteriza por hipernatremia, aumento de osmolali-
dad plasmática asociado a sodio y osmolalidad en la orina disminuida.
▶▶ Mielinólisis central pontina: consiste en la desmielinización de la sustancia blanca cerebral
como consecuencia de los cambios osmóticos que se producen a nivel cerebral durante la co-
rrección excesivamente rápida de la hiponatremia.
1. HIPONATREMIA
1.1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
La hiponatremia se define como sodio (Na+) plasmático < 135 mEq/l y es el trastorno hidroelectro-
lítico más frecuente. El Na+ es el principal contribuyente a la osmolaridad plasmática (Osmp) y su
regulación depende del volumen plasmático, de la hormona antidiurética (ADH), de osmorrecep-
tores hipotalámicos, del manejo renal del Na+ y de la sed.
HIPONATREMIA
Na < 135 mEq/l
- Hiperglucemia
- Manitol
- Gammaglobulinas ADH ACTIVA ADH SUPRIMIDA
(maltosa)
- Irrigación de sorbitol, OsmU > 100 mOsm/kg OsmU > 100 mOsm/kg
glicina
- Pseudohiponatremias:
- Hiperlipidemia
- Hiperproteinemia - Polidipsia
- Líquidos hipotónicos
ADH: hormona antidiurética; Nao: sodio en la orina; Osmu: osmolaridad urinaria; Osmp: osmolaridad plasmática; SIADH:
síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética; VEC: volumen extracelular.
TRASTORNOS HIDROELECTROLÍTICOS
MANUAL DE URGENCIAS
661
Se debe solicitar analítica que incluya bioquímica con función renal, iones y Osmp, así como
gasometría venosa para la valoración del equilibrio ácido-base, y análisis de orina para la
valoración de iones, incluyendo sodio, potasio, cloro y Osmu (para su interpretación hay que
tener en cuenta la toma de diuréticos y deben extraerse antes de la administración de sue-
roterapia).
El Na+ plasmático se debe ajustar en situaciones de hiperglucemia, de tal forma que, por cada
100 mg/dl de glucosa por encima de 100 mg/dl, hay que sumar 1,6-2,4 mEq/l al Na+.
Es de gran utilidad disponer de electrocardiograma y radiografía de tórax.
Con estos datos, podemos seguir la figura 1 como algoritmo diagnóstico para encontrar el origen
de la hiponatremia.
1.5. TRATAMIENTO
1.5.1. Tratamiento etiológico
La etiología, el estado de volemia y la gravedad indican el primer abordaje terapéutico. En la hi-
ponatremia hiposmolar el tratamiento será el de la causa, la normosmolar no suele requerir tra-
tamiento y en la hiposmolar podemos distinguir 3 casos:
▶▶ Hiponatremia hipovolémica: reposición de las pérdidas con administración de suero salino al
0,9 % o soluciones hipertónicas según la gravedad.
▶▶ Hiponatremia con aumento del VEC: restricción hídrica y diuréticos de asa.
▶▶ Hipontatremia con VEC normal:
• SIADH: el tratamiento inicial se basa en la restricción de líquidos: 600-800 ml/día y una dieta rica
en sal y proteínas. La administración de suero salino al 0,9 % puede empeorar la hiponatremia
por la mayor retención de agua en relación con el aporte de sal contenido en el suero (más ade-
lante se profundiza en el tratamiento del SIADH).
• Insuficiencia suprarrenal: tratamiento con hidrocortisona.
• Hipotiroidismo: tratamiento sustitutivo.
2. HIPERNATREMIA
2.1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
Se define como niveles plasmáticos de Na+ > 145 mEq/l. Da lugar a hiperoosmolaridad que detecta
el hipotálamo estimulando la producción de ADH y la sed. El mecanismo fundamental para evitar
la hipernatremia es la sed, por lo que esta situación se da en situaciones de deprivación de inges-
ta hídrica (ancianos, niños, pacientes con bajo nivel de consciencia).
TRASTORNOS HIDROELECTROLÍTICOS
MANUAL DE URGENCIAS
663
2.5. TRATAMIENTO
2.5.1. Corrección electrolítica
La mejor forma de corrección es la administración oral de agua. Si es precisa hidratación intrave-
nosa, deben usarse sueros hipotónicos.
El ritmo de corrección en las hipernatremias agudas se debe realizar a 1 mEq/l/h y en las crónicas
a un maximo de 0,5 mEq/l/h, recomendando no superar los 10 mEq/l/día. Una corrección rápida
puede desencadenar edema cerebral, cursando con lesiones neurológicas y crisis comiciales.
Debemos calcular el déficit de agua con la siguiente fórmula:
▶▶ VEC bajo:
• Con inestabilidad hemodinámica: suero salino al 0,9 %.
• Estabilidad hemodinámica: suero salino hipotónico al 0,45 % o suero glucosado al 5 %.
▶▶ VEC aumentado: suero glucosado al 5 % y diuréticos.
▶▶ Diabetes insípida:
• Diabetes insípida central aguda: desmopresina 0,5-2 mcg/12-24 h s.c., i.v. o i.m.
• Diabetes insípida central crónica: desmopresina 10-20 mcg/12 h i.n.. También se pueden usar
cabarmazepina, clofibrato o clorpropamida.
• Diabetes insípida nefrogénica: corregir los trastornos metabólicos subyacentes, instaurar una
dieta pobre en sal y tratamiento con tiazidas y amilorida.
Puntos clave/recuerda
▶▶ En el SIADH la administración de suero salino al 0,9 % puede empeorar la hiponatremia por
retención del líquido contenido en el suero.
▶▶ En caso de sobrecorrección de la hiponatremia habrá que administrar suero glucosado al 5 %
a 4-6 ml/kg/h durante 2 h o desmopresina 1-2 mcg s.c. o i.v./6-8 h.
▶▶ El ritmo de corrección en la hiponatremia aguda debe ser de 1 mEq/l/h en las 3-4 h primeras
y en la crónica no mayor de 0,5 mEq/l/h.
▶▶ El ritmo de corrección en las hipernatremias agudas debe ser de 1 mEq/l/h y en las formas
crónicas como máximo de 0,5 mEq/l/h.
TRASTORNOS HIDROELECTROLÍTICOS
MANUAL DE URGENCIAS
665
ALGORITMO
Hiponatremia en la
analítica
Valorar sintomatología,
VEC y toma de diuréticos
Solicitar Osmp, iones y
Osmu
Falsa
hiponatremia
Aguda o grave Crónica o leve
Osmu
VEC aumentado VEC disminuido SIADH crónico
< 100 mOsm/kg
Nao: sodio en la orina; Osmu: osmolaridad urinaria; Osmp: osmolaridad plasmática; SIADH: síndrome de secreción inade-
cuada de hormona antidiurética; VEC: volumen extracelular.
CAPÍTULO 76
ALTERACIONES DEL POTASIO.
HIPERPOTASEMIA E HIPOPOTASEMIA
Patricia García García | Zaida Jiménez Bretones
TERMINOLOGÍA
▶▶ Gradiente transtubular de potasio: índice que refleja la conservación del potasio a nivel renal.
Depende de la concentración de potasio en el plasma.
▶▶ Enfermedad de Addison: insuficiencia adrenocortical. Puede ser congénita o secundaria a pro-
cesos autoinmunes, infecciones o infiltración tumoral.
▶▶ Síndrome de Cushing: aumento de cortisol, secundario a un aumento de hormona adrenocor-
ticotropa o por aumento de producción suprarrenal.
▶▶ Síndrome de Liddle: enfermedad genética caracterizada por un aumento en la reabsorción re-
nal de sodio y pérdida de potasio. Se caracteriza por hipertensión arterial de aparición precoz,
alcalosis metabólica e hipocalcemia.
▶▶ Parálisis periódica hipopotasémica: enfermedad que cursa con episodios agudos de debilidad
muscular. Puede ser familiar, esporádica o relacionada con hipertiroidismo. Se produce por en-
trada de potasio al interior celular.
1. HIPERPOTASEMIA (algoritmo 1)
1.1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
La hiperpotasemia se define como una concentración de potasio (K+) en el suero superior a 5,5
mEq/l. Se considera hiperpotasemia grave cuando la concentración es superior a 7,5 mEq/l.
El K+ es un catión predominantemente intracelular; las células contienen el 98 % del mismo. La
concentración de K+ está determinada por su ingesta, la distribución entre el interior celular y el
líquido intersticial y su excreción urinaria en el túbulo colector, regulada a través de la aldosterona
y de la concentración de sodio (Na+) y agua.
▶▶ Pseudohiperpotasemia.
▶▶ Acidosis metabólica: cetoacidosis, acidosis láctica, etc.
▶▶ Hiperglucemia e hiperosmolaridad.
▶▶ Aumento del catabolismo tisular, necrosis celular masiva: politraumatismos, síndrome de lisis
tumoral, hipotermia accidental grave, rabdomiólisis, ejercicio e isquemia intestinal.
▶▶ Parálisis periódica hiperpotasémica.
▶▶ Fármacos (betabloqueantes, digoxina, nutrición parenteral y sobreaporte de K+.
1.2.3. Sobreaporte
Incluye: nutrición parenteral y aporte de K+ en presencia de insuficiencia renal.
1.5. TRATAMIENTO
El tratamiento dependerá tanto de la etiología de la hiperpotasemia como de la concentración de
K+ sérico. En la tabla 1 se describen los tratamientos disponibles según su mecanismo de acción.
En primer lugar se deben eliminar todas las fuentes externas que aporten K+, la dieta debe ser baja
en K+ y se han de administrar soluciones intravenosas sin K+. También hay que suspender fármacos
que puedan aumentar su concentración en la sangre.
CAPÍTULO 76
668 ALTERACIONES DEL POTASIO. HIPERPOTASEMIA E HIPOPOTASEMIA
Los efectos de la hiperpotasemia se pueden revertir por tres mecanismos (tabla 1):
1. Antagonizando el efecto de la membrana celular: gluconato cálcico o cloruro cálcico. Esta me-
dida no disminuye el K+ y nunca debe ser la única medida.
2. Fármacos que introducen el K+ en el interior celular: insulina, bicarbonato sódico y agonistas
b2- adrenérgicos.
3. Medidas que eliminan el exceso de K+ del organismo: resinas de intercambio (poliestireno sul-
fonato cálcico) a través del intercambio intestinal con calcio; furosemida, que aumentan la pér-
dida de K+ en el asa de Henle; o diálisis.
2. HIPOPOTASEMIA (algoritmo 2)
2.1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
La hipopotasemia se define como la concentración de K+ sérico < 3,5. Se puede producir por tres
mecanismos fundamentales: pérdidas excesivas, insuficiente aporte o introducción brusca de K+
desde el compartimento extra- hasta el intracelular.
La causa más frecuente es la iatrogenia por fármacos, especialmente los que producen aumento
de pérdidas, como diuréticos de asa y tiazidas.
GTTK = ([K]orina/[K]plasma)/(Osmolaridadorina/Osmolaridadplasma)
GTTK < 3
Pérdidas extrarrenales Diarrea, laxantes
Acidosis: acidosis
tubular renal
Hipopotasemia
Hipo- o Variables:
normotensivo hipomagnesemia
Hipertensivo Hiperaldosteronismo
2.5. TRATAMIENTO
La base del tratamiento es la administración de K+, siendo de elección la vía oral; solo en casos
de intolerancia o cuando el déficit de K+ sea tan grave que produzca arritmias se utilizará la vía
intravenosa.
Puntos clave/recuerda
▶▶ En caso de hipopotasemia asociada a alcalosis metabólica es de elección la reposición con
cloruro potásico.
▶▶ La reposición intravenosa de K+ no debe ser > 60 mEq/l por vía periférica.
▶▶ En la reposición intravenosa de K+ deben evitarse las soluciones con glucosa ya que esti-
mulan la secreción de insulina y ello empeoraría la hipopotasemia por entrada de K+ en las
células.
▶▶ Si la hipopotasemia es refractaria al tratamiento, hay que pensar en hipomagnesemia.
CAPÍTULO 76
672 ALTERACIONES DEL POTASIO. HIPERPOTASEMIA E HIPOPOTASEMIA
ALGORITMO 1
Hiperpotasemia
Descartar
pseudohiperpotasemia
1. A
umento de la liberación celular de
potasio
2. D
isminución de la excreción urinaria
de potasio
3. Sobreaporte
ALGORITMO 2
Hipopotasemia
1. Falta de aporte
2. A
umento de pérdidas: renales o extrarrenales
3. Redistribución
TERMINOLOGÍA
▶▶ Enfermedad de Jansen: hipercalcemia grave, hipofosfatemia y condrodisplasia metafisaria. Se
produce por una mutación sobre el gen del receptor de la hormona paratiroidea/proteína re-
lacionada con la hormona paratiroidea, que conlleva una activación no controlada del mismo.
▶▶ Síndrome de Gitelman: alcalosis metabólica con hipopotasemia, asociada a hipomagnesemia
significativa y disminución de la secreción urinaria de calcio.
▶▶ Síndrome de Bartter: hipopotasemia, alcalosis metabólica y presión arterial normal o baja. Existen
diferentes tipos en función del transportador/cotransportador/canal afectado en el asa de Henle.
1.1. HIPERCALCEMIA
Se define como la concentración de calcio plasmático > 10,5 mg/dl o un Ca+2 > 5,2 mg/dl (1,3
mmol/l).
1.1.1. Etiología y clasificación
La hipercalcemia se produce como resultado de:
1. Un aumento en la absorción de calcio a nivel intestinal.
2. Estimulación de la resorción ósea.
3. Disminución de la excreción urinaria.
El principal mecanismo es el aumento de la resorción ósea, sea como consecuencia de una enfer-
medad neoplásica o por hiperparatiroidismo primario. Las causas posibles se recogen en la tabla 1.
TRASTORNOS HIDROELECTROLÍTICOS
MANUAL DE URGENCIAS
675
1.1.4. Tratamiento
Irá dirigido al tratamiento de la causa. Las hipercalcemias graves y/o sintomáticas requieren una
corrección rápida:
▶▶ Hidratación: la hipercalcemia generalmente va asociada a deshidratación, por lo que siempre
deberá administrarse suero salino al 0,9 %, que además disminuirá la reabsorción tubular de
calcio. El objetivo es conseguir una diuresis de 100-150 ml/h.
▶▶ Diuréticos de asa: siempre tras confirmar una adecuada hidratación. Aumentarán la excreción
renal de calcio. Hay que monitorizar los niveles de potasio y magnesio.
▶▶ Bifosfonatos: son el tratamiento de elección, especialmente cuando la hipercalcemia se asocia
a una causa tumoral; inhiben la actividad de los osteoclastos. Su efecto máximo aparece a las
48-72 h y puede durar 2-4 semanas. Se emplean las formulaciones intravenosas:
• Zolendronato 4 mg en 15 min: está contraindicado en la enfermedad renal (filtrado glomerular <
30 ml/min). Es más eficaz que el pamidronato y su efecto tiene mayor duración.
• Pamidronato 60-90 mg en 2 h.
• Ibandronato 3 mg en 15-30 s (jeringa precargada).
▶▶ Calcitonina: en pacientes que no hayan presentado una respuesta suficiente con las medidas
previas o hasta que otros tratamientos hagan efecto. Se administra de forma intramuscular o
subcutánea a dosis de 4 UI/kg. De acción rápida (4-6 h), tiene una reducción máxima de 1-2 mg/
dl de calcio y un efecto de duración limitada a 48 h. Se puede repetir la dosis cada 6-12 h.
▶▶ Hemodiálisis: en formas muy graves (calcio de 18-20 mg/dl o síntomas neurológicos), resisten-
tes a tratamientos previos o con insuficiencia renal o insuficiencia cardíaca que no permitan
una hidratación excesiva.
▶▶ Esteroides: prednisona 0,5-1 mg/kd/día. Se emplea en causas asociadas a la producción exce-
siva de calcitriol, como las enfermedades granulomatosas.
▶▶ Calcimiméticos: cinacalcet en aquellos pacientes con PTH elevada. La administración es oral.
En hiperparatiroidismo primario se usa en los casos en los que no se puede realizar cirugía y
la dosis es de 30-120 mg/día. También se puede emplear en el carcinoma paratiroideo. En el
hiperparatiroidismo secundario y terciario se empieza con una dosis de 30 mg/día y se puede
aumentar hasta un máximo de 180 mg/día.
1.1.5. Destino
▶▶ En pacientes asintomáticos y con niveles de calcio por debajo de 12 mg/dl el manejo se puede
realizar de forma ambulatoria.
▶▶ En casos de hipercalcemia moderada (12-14 mg/dl) o grave (> 14 mg/dl), instauración rápida y/o con
síntomas asociados, se requiere corrección en el área de Observación con monitorización estrecha.
1.2. HIPOCALCEMIA
Se considera cuando el calcio plasmático < de 8,5 mg/dl o el Ca+2 < 4,65 mg/dl (0,8 mmol/l).
1.2.4. Tratamiento
▶▶ Calcio i.v.: debe reservarse para hipocalcemias graves (≤ 7,5 mg/dl) y/o sintomáticas. Inicialmente
se emplea la infusión de 10 ml de gluconato cálcico al 10 % (contiene 90 mg de calcio/10 ml) di-
luido en 50 ml de glucosa al 5 % o suero salino al 0,9 % en 10-20 min con monitorización cardíaca
(por riesgo de arritmia o parada cardíaca). Se prefiere el gluconato cálcico al cloruro cálcico al 10
% (contiene 270 mg de calcio en 10 mg/10 ml) pues con este último existe riesgo de necrosis tisular
si se extravasa. Los pacientes que están en tratamiento con digoxina deben ser vigilados estrecha-
mente pues la infusión de calcio puede desencadenar intoxicación digitálica. Si persiste se inicia
CAPÍTULO 77
678 ALTERACIONES DEL CALCIO Y DEL MAGNESIO
una perfusión de 12-24 h con el objetivo de administrar 0,5-1,5 mg/kg/h de calcio. Se puede diluir
en suero salino isotónico y en glucosa al 5 %. Hay que realizar control analítico cada 6 h.
▶▶ Calcio oral: se emplea en hipocalcemias con síntomas leves o en formas crónicas. La prescrip-
ción será de 2-4 g/día de calcio elemento. Para su mejor absorción es mejor su administración
fuera de las comidas.
▶▶ Magnesio: para casos de hipomagnesemia concomitante debe aportarse magnesio. Hay dis-
ponibles diferentes sales de magnesio con distinta cantidad del elemento. El preparado que
mayor cantidad de magnesio presenta es de 200 mg, frente a otros de 54 mg.
▶▶ Tiazidas: se emplean en las hipocalcemias asociadas a una excreción renal de calcio elevada,
como ocurre en el hipoparatiroidismo.
▶▶ Vitamina D o análogos: constituyen el tratamiento de elección para los hipoparatiroidismos tanto
adquiridos como idiopáticos y aumentan la absorción intestinal de las sales de calcio. En la insu-
ficiencia renal es preferible la administración de calcitriol (1,25 dihidroxivitamina D) o paricalcitol
debido a que una de las funciones del riñón es la 1 a-hidroxilación de la 25-hidroxivitamina D3.
1.2.5. Destino
Las formas leves se pueden manejar de forma ambulatoria con suplementos de calcio. Las formas
graves y/o sintomáticas requieren reposición intravenosa asociada, que se realizará bajo monito-
rización estrecha.
2.1. HIPERMAGNESEMIA
Se da cuando los niveles de magnesio en la sangre son > 2 mEq/l (2,4 mg/dl).
2.1.4. Tratamiento
▶▶ Suspender los aportes de magnesio. En formas leves es suficiente con esto.
▶▶ Administrar gluconato cálcico intravenoso en caso de síntomas graves musculares o cardíacos:
10-20 ml de gluconato cálcico al 10 % diluidos en suero glucosado al 5 % en 10 min.
▶▶ Hemodiálisis en casos de insuficiencia renal.
2.2. HIPOMAGNESEMIA
Se define como una concentración plasmática de magnesio < 1,4 mEq/l (1,7 mg/dl).
2.2.4. Tratamiento
▶▶ Sulfato de magnesio intravenoso: se usa en las formas graves. Inicialmente se administrarán 10
ml al 15 % en 100 cc de suero glucosado al 5 % en 15 min (1,5 g de magnesio). La perfusión de
mantenimiento contiene 40 ml de sulfato de magnesio (3 g de magnesio), que se administrarán
en 24 h diluidas en 1.000 cc de suero glucosado al 5 %.
▶▶ Sales de magnesio oral: se emplea en formas leves asintomáticas a dosis de 240-1.000 mg/día
(20-80 mEq).
Puntos clave/recuerda
▶▶ En el tratamiento de la hipercalcemia el uso de diuréticos de asa debe hacerse tras confir-
mar un adecuado estado de hidratación del paciente.
▶▶ Al reponer calcio no se puede administrar bicarbonato o fosfato en la misma vía o en otra
vía en la misma extremidad ya que pueden precipitar.
▶▶ Hay que pensar en hipomagnesemia ante una hipocalcemia o una hipopotasemia refrac-
tarias al tratamiento.
TRANSTORNOS HIDROELECTROLÍTICOS
MANUAL DE URGENCIAS
681
ALGORITMO 1
Calcio sérico > 10,5 mg/dl o calcio iónico > 5,6 mg/dl
SÍ NO
Suspender PTH
ALGORITMO 2
Calcio sérico < 8,5 mg/dl o calcio iónico < 4,6 mg/dl
¿Bifosfonato o denosumab?
SÍ NO
Aportar calcio y
PTH
vitamina D
Hipotiroidismo
Magnesio
Fósforo
hipomagnesemia
TERMINOLOGÍA
▶▶ Volemia: volumen total de sangre circulante.
▶▶ Electrólitos: minerales presentes en los líquidos del organismo y que tienen carga eléctrica; los
más importantes son: sodio (Na+), potasio (K+), cloro (Cl-), magnesio (Mg2+), calcio (Ca2+), bicarbo-
nato (HCO3-) y fosfato (HPO42-).
▶▶ Tasa metabólica: valor mínimo de energía necesaria para realizar las funciones metabólicas esenciales.
▶▶ Osmolaridad: medida para expresar la concentración total (medida en osmoles/litro) de sus-
tancias en disoluciones.
1. INTRODUCCIÓN
La fluidoterapia i.v. es una de las medidas terapéuticas más importantes y utilizadas en los Servi-
cios de Urgencias. Tiene como objetivo el mantenimiento de una volemia adecuada para conse-
guir una correcta perfusión y entrega de oxígeno a los tejidos.
Es importante reseñar que en algunas situaciones se debe modificar el cálculo de los requeri-
mientos basales de agua, tanto por aumento como por disminución de los mismos. Por ejemplo,
en caso de fiebre se debe incrementar el cálculo en un 12 % por cada grado de temperatura que
aumente por encima de 38 ºC. En situaciones de hipotermia se disminuye un 12 % por cada grado
de descenso por debajo de 36 ºC.
Las pérdidas de agua se realizan fundamentalmente por vía urinaria (1-2 ml/kg/h). Por las heces
se pierden aproximadamente 100 ml al día, pudiendo ser estas pérdidas muy relevantes en los
pacientes que presentan diarrea. A través del sudor se pierden aproximadamente 0,3-0,5 ml/kg/
día. Estas pérdidas aumentan con la fiebre, la agitación y el ejercicio (en casos de ejercicio intenso
puede llegar a 1 l/h). Las pérdidas insensibles suponen un 25-30 % del total.
ELECTRÓLITO mEq/kg/día
Sodio 1-2
Potasio 0,5-1
Cloro 1-3
Calcio 0,5-1
Fósforo 0,5-0,7
Magnesio 0,3-0,5
Shock hipovolémico:
• Hemorrágico
• No hemorrágico: quemaduras, deshidratación, tercer espacio
Shock distributivo
Depleción del líquido extracelular:
• Pérdidas digestivas (vómitos, diarrea, fístulas)
• Tercer espacio (íleo paralítico, ascitis, edemas)
• Enfermedades renales
Depleción acuosa:
• Reducción de la ingesta (ayuno, coma, disfagia, posoperatorio)
• Aumento de las pérdidas (síndrome hiperosmolar, cetoacidosis diabética, sudoración excesiva, diabetes
insípida, ventilación mecánica)
Depleción salina: diuréticos, nefropatías, pérdidas digestivas, insuficiencia suprarrenal
Hipernatremia
4. ¿Cuáles son las necesidades basales de líquidos y electrólitos de mi paciente? (ver apartado 3).
5. ¿Tiene mi paciente déficit o pérdidas anormales de agua y/o electrólitos?
La fluidoterapia tiene como objetivo reponer la volemia y mantener una concentración ade-
cuada de electrólitos, así como corregir posibles pérdidas.
6. ¿Tiene mi paciente problemas con la redistribución interna de líquidos o de manejo de los mis-
mos, sea en relación con su patología actual o por comorbilidades significativas?
Las necesidades hidroelectrolíticas se deben ajustar de manera más cuidadosa en situaciones
de insuficiencias cardíaca, renal o hepática. En las situaciones de hipovolemia hay que evitar el
uso de soluciones hipotónicas porque incrementan el volumen extravascular. En los enfermos
neurológicos las soluciones glucosadas se comportan como hipotónicos y pueden favorecer
la aparición de edema cerebral.
De manera resumida se puede asignar a los pacientes que necesitan fluidoterapia i.v. a tres situaciones:
▶▶ Resucitación: se recomienda usar cristaloides con un contenido de sodio (Na+) de 130-154
mEq/l (suero salino fisiológico [SSF] al 0,9 % o Ringer Lactato) en bolos de 500 cc/15-30 min.
Se debe reevaluar al paciente siguiendo el esquema ABCDE e identificar la causa que produce
la situación de inestabilidad. Si una vez infundidos 2.000 cc de cristaloides el paciente no ha
mejorado, se recomienda la valoración por una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). El uso
de coloides derivados del almidón está contraindicado por los datos existentes que apuntan
a que se asocia a una mayor morbimortalidad (desarrollo de insuficiencia renal). En los pa-
cientes con shock séptico que no han respondido a cristaloides se puede plantear el uso de
albúmina.
▶▶ Mantenimiento: hay que planificar las necesidades del paciente a lo largo de 24 h, según lo in-
dicado en el apartado anterior. En los pacientes obesos se deber ajustar a su peso ideal y rara-
mente sobrepasar los 3.000 cc/24 h.
▶▶ Reposición y redistribución: se debe ajustar en función del déficit o exceso de agua y electrólitos y
valorar la presencia de un tercer espacio.
Es necesaria una reevaluación permanente para evitar los efectos adversos del tratamiento y
para valorar si la situación del paciente ha cambiado.
CAPÍTULO 78
686 FLUIDOTERAPIA EN URGENCIAS
Puntos clave/recuerda
▶▶ En caso de fiebre se debe incrementar el cálculo de necesidad de agua en un 12 % por cada
grado de temperatura que aumente por encima de 38 ºC.
▶▶ En situaciones de ayuno se deben aportar al menos 2 g/kg/día de glucosa para evitar que
se produzca un balance nitrogenado negativo.
▶▶ El uso de coloides derivados del almidón está contraindicado al estar asociado con una
mayor morbimortalidad (desarrollo de insuficiencia renal).
▶▶ En las situaciones de hipovolemia hay que evitar el uso de soluciones hipotónicas porque
incrementan el volumen extravascular.
▶▶ En los enfermos neurológicos las soluciones glucosadas se comportan como hipotónicos y
pueden favorecer la aparición de edema cerebral.
TRASTORNOS HIDROELECTROLÍTICOS
MANUAL DE URGENCIAS
689
ALGORITMO
¿Necesita el paciente
resucitación con
fluidoterapia i.v.?
SÍ NO
Resucitación:
¿Es posible utilizar la
- Corregir la causa precipitante
vía oral o enteral?
- Cristaloides en bolos de 500
cc/15-30 min
- Reevaluar al paciente
NO SÍ
siguiendo el esquema ABCDE
SÍ Sueroterapia de
NO mantenimiento:
30-35 ml/kg/día, 1 mEq
¿Ha recibido
de Na+ y K+/kg, 2 g/kg de
> 2.000 ml?
glucosa
SÍ
Reevaluación:
- Historia: diarrea, vómitos, sangrado, comorbilidades
- Exploración: signos de deshidratación, edemas, relleno capilar
- Constantes: TA, FC, BH, peso
- Laboratorio: Hemograma, creatinina, iones
BH: balance hídrico; FC: frecuencia cardíaca; TA: tensión arterial; UCI: Unidad de Cuidados Intensivos.
TRASTORNOS HIDROELECTROLÍTICOS
BIBLIOGRAFÍA
CAPÍTULO 74
ALTERACIÓN DEL EQUILIBRIO ÁCIDO-BASE. INTERPRETACIÓN DE LA GASOMETRÍA
ARTERIAL Y VENOSA
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CAPÍTULO 75
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CAPÍTULO 76
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CAPÍTULO 77
ALTERACIONES DEL CALCIO Y DEL MAGNESIO
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TRASTORNOS HIDROELECTROLÍTICOS
MANUAL DE URGENCIAS 691
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CAPÍTULO 78
FLUIDOTERAPIA EN URGENCIAS
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NEUROLOGÍA
CAPÍTULO 79
PATOLOGÍA CEREBROVASCULAR AGUDA
Juana Valverde Sevilla | Álvaro Ximénez-Carrillo Rico
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
Las enfermedades cerebrovasculares son alteraciones, transitorias o definitivas, del funciona-
miento de una o varias zonas del encéfalo que aparecen como consecuencia de un trastorno de
la circulación sanguínea cerebral. Su manifestación aguda se conoce con el término ictus, que en
latín significa “golpe”, porque su presentación suele ser súbita y de gran impacto para la vida y el
pronóstico funcional del paciente.
El ictus representa la segunda causa de muerte y la primera de invalidez en los adultos en nues-
tro medio, lo que demanda nuestro esfuerzo colectivo para prevenir y tratar esta grave enfer-
medad.
2. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
Los ictus se clasifican en diversos subtipos siguiendo criterios clínicos, topográficos y fisiopatoló-
gicos (figura 1).
Enfermedad cerebrovascular
• Aterotrombótico • Lobular
• Cardioembólico • Profunda
• Lacunar • Troncoencefálica
• De causa inhabitual • Cerebelosa
• De causa indeterminada
gico, crisis comicial, alteración del nivel de consciencia o papiledema. Ante la sospecha se debe
realizar estudio de imagen con contraste. Se trata con anticoagulación con heparina sódica no
fraccionada i.v., que se debe iniciar lo antes posible.
▶▶ Indeterminada (15-35 %): tras un adecuado estudio diagnóstico no se identifica una causa res-
ponsable o ictus en los que coexiste más de una etiología.
Arteria cerebral
anterior
Arteria comunicante anterior
Arteria CEREBRAL
Arteria coridea anterior
ANTERIOR
Arteria comunicante posterior Arteria CEREBRAL MEDIA
Arteria oftálmica
cerebral media
Arteria cerebelosa superior Arteria CEREBRAL
Arteria
Arteria basilar POSTERIOR
Arteria
espinal anterior Arteria cerebelosa postero-inferior
Arteria cerebral
posterior
▶▶ Arteria cerebral media (ACM): desviación ocular conjugada hacia el lado de la lesión, he-
mianopsia homónima, hemiparesia y hemihipoestesia contralaterales. Afasia si hay afec-
tación del hemisferio dominante. Heminegligencia si hay afectación del hemisferio no
dominante.
▶▶ Arteria cerebral anterior (ACA): hemiparesia contralateral de predominio crural, signos de libe-
ración frontal, paraparesia y situación de abulia/mutismo acinético (infarto bilateral).
▶▶ Carótida interna: afectación simultánea de los territorios ACA-ACM con alteración de conscien-
cia desde el inicio. La amaurosis fugax o ceguera monocular transitoria es un AIT carotídeo.
▶▶ Arteria cerebral posterior (ACP): hemianopsia homónima contralateral. Puede haber trastorno
motor y sensitivo asociado.
▶▶ Arteria basilar: alteración del nivel de consciencia, signos de disfunción troncoencefálica (tras-
torno oculomotor, ataxia, dismetría). Los síndromes cruzados (afectación motora o sensitiva
contralateral y afectación de pares craneales ipsilateral) se localizan a este nivel.
El protocolo vigente en la Comunidad de Madrid es el del Plan de Atención al Paciente con Ictus
de 2017.
La implicación de los Servicios de Urgencias en esta cadena asistencial se basa en dos principios
fundamentales: la valoración de los criterios de código ictus (CI) para activar la cadena asistencial
y los cuidados generales que debemos iniciar de forma inmediata.
Tabla 1. Escala de Rankin modificada (modificada del Anexo II del Plan de Atención al Ictus de la
Comunidad de Madrid)
INDEPENDIENTE
• 0: Asintomático
• 1: Sin incapacidad importante
• 2: lncapacidad leve para realizar alguna de sus actividades previas, que las realiza con dificultad pero
sin precisar ayuda
SEMIDEPENDIENTE
DEPENDIENTE-MUERTE
• 5: lncapacidad grave. Totalmente dependiente, necesitando asistencia constante día y noche
• 6: Muerte
▶▶ Déficit neurológico focal agudo presente en el momento del diagnóstico sugestivo de ictus:
entumecimiento, debilidad o parálisis repentina de la cara, el brazo o la pierna de un hemicuer-
po; dificultad para hablar o entender; pérdida de visión brusca de uno o los dos ojos; cefalea
intensa, repentina y sin causa aparente asociada a náuseas y vómitos; dificultad repentina para
caminar, pérdida de equilibrio o coordinación.
▶▶ Criterios de exclusión: enfermedad terminal o demencia avanzada grave. Se debe alertar al Ser-
vicio de Neurología de guardia o a la UI asignada a nuestro centro para comentar el caso y pro-
ceder a su traslado inmediato, si estuviera indicado. Tras la activación del CI, debemos actuar
con la máxima prioridad, como emergencia médica. El adecuado manejo de estos pacientes
debe comprender:
NEUROLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
699
• Anamnesis: hay que detallar la hora de inicio del cuadro y los síntomas del paciente, así como
los antecedentes personales, indicando los factores de riesgo vascular y la medicación habitual.
• Exploración física: constantes vitales, nivel de consciencia (según la escala de Glasgow),
exploración general (detectando posibles traumatismos externos) y exploración neuroló-
gica (según la escala National Institute of Health Stroke Scale [NIHSS]). La escala NIHSS es
de gran utilidad pero precisa entrenamiento para su manejo; su uso no debe demorar la
atención del paciente (tabla 2).
Tabla 2. Escala NIHSS. National Institute of Health Stroke Scale (modificada del Anexo IV del Plan de
Atención al Ictus de la Comunidad de Madrid)
▶▶ Canalización de una vía venosa de calibre 18 o superior para el uso de contrastes yodados y el
manejo adecuado de sueroterapia.
▶▶ Pruebas complementarias. Realizar de forma prioritaria:
• Glucemia capilar.
• Análisis de sangre (bioquímica, hemograma y coagulación).
• Electrocardiograma (ECG).
• Tomografía computarizada (TC) cerebral (en el ictus isquémico puede ser normal dentro
de las primeras 24 h).
• Angiografía con contraste de los troncos supraaórticos (angio-TC; diagnostica la oclusión
de gran vaso y es de gran utilidad para la derivación directa a centros de neurointervencio-
nismo de guardia).
5. TRATAMIENTO
La correcta aplicación de los cuidados generales que se describen a continuación va a lograr
mantener el tejido cerebral en riesgo en las mejores condiciones para la reducción de la morbi-
mortalidad, independientemente del subtipo de ictus y de las técnicas avanzadas de reperfusión
o cirugía que se puedan realizar posteriormente.
▶▶ Control de la temperatura: tratar por encima de 37,5 ºC con paracetamol o metamizol. La hiper-
termia es muy deletérea para el tejido cerebral en riesgo; se debe corregir rápidamente y, en un
segundo tiempo, investigar la causa. Los focos urinarios y respiratorios son los más frecuentes.
▶▶ Evitar el sondaje: utilizar pañales o colectores externos.
▶▶ Tratamiento antiagregante o anticoagulante: no se debe administrar hasta que no se haya des-
cartado la posibilidad de realizar terapias especiales de reperfusión o cirugía.
5.2. TRATAMIENTOS ESPECÍFICOS EN LA FASE AGUDA
5.2.1. Ingreso en la Unidad de Ictus
Los pacientes adecuadamente seleccionados se beneficiarán de una reducción en la mortalidad
y en la dependencia demostrada para todos los subtipos de ictus.
UI
Figura 3. Decisión en tratamientos de reperfusión en el ictus isquémico agudo (modificada del Anexo
VIII del Plan de Atención al Ictus de la Comunidad de Madrid).
DTC: Doppler transcraneal; rp-TA: activador tisular del plasminógeno recombinante; UI: Unidad de Ictus.
CAPÍTULO 79
702 PATOLOGÍA CEREBROVASCULAR AGUDA
* De 0 a 3 puntos: bajo riesgo de ictus a las 48 h (1 %); de 4 a 5: riesgo moderado (4 %); de 6 a 7: riesgo alto (8 %).
▶▶ Alta al domicilio:
• Pacientes con ictus estable de más de 48 h de evolución que tengan una clínica no incapacitan-
te, el estudio completo y el tratamiento adecuado.
• Pacientes con ictus leve o AIT de bajo riesgo (ABCD2 < 4), para estudio preferente ambulatorio.
CAPÍTULO 79
704 PATOLOGÍA CEREBROVASCULAR AGUDA
Puntos clave/recuerda
▶▶ El ictus es una emergencia médica tiempo-dependiente. Hay que actuar rápidamente.
▶▶ Es fundamental conocer la situación basal del paciente y el tiempo de evolución de la
clínica para la correcta toma de decisiones.
▶▶ En los pacientes con ictus, hay que evitar el uso de sueros glucosados (salvo si la glucemia
es < 70 mg/dl) ya que pueden favorecer el edema cerebral y aumentar el área de infarto.
Asimismo, hay que corregir las glucemias > 155 mg/dl.
▶▶ En el ictus isquémico, solo debemos tratar las cifras de TA por encima de 220/110 mmHg.
▶▶ Se debe iniciar tratamiento antihipertensivo si la cifra de TA supera los 185/110 mmHg en
los siguientes casos: hemorragia cerebral confirmada, estar en tratamiento anticoagulan-
te y en los tratamientos de reperfusión.
▶▶ No se debe administrar ningún tratamiento antiagregante o anticoagulante hasta que no
se haya descartado la posibilidad de realizar terapias especiales de reperfusión o cirugía.
▶▶ En el ictus isquémico sin criterios de revascularización, se puede iniciar la antiagregación
24 h después.
NEUROLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
705
ALGORITMO
Sospecha de ictus
Sí No
INICIO INMEDIATO DE
MEDIDAS GENERALES
TC cerebral TC cerebral
normal/isquemia con hemorragia
1. DEFINICIÓN
La hemorragia subaracnoidea (HSA) es la extravasación de sangre al espacio subaracnoideo,
sea por rotura de una arteria, de una vena o de un lecho capilar. Puede ser primaria, si el sangra-
do tiene lugar directamente en el espacio subaracnoideo, o secundaria, si el sangrado procede
de otras localizaciones, como el parénquima cerebral o el sistema ventricular.
2. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
2.1. HEMORRAGIA SUBARACNOIDEA TRAUMÁTICA
Es el tipo más frecuente de HSA y suele deberse a un traumatismo craneoencefálico (TCE).
3. EPIDEMIOLOGÍA
La HSA espontánea representa el 5 % de los ictus y destaca por su elevada morbimortalidad:
produce secuelas en el 60 % de los pacientes que la sufren, genera dependencia en el 40 % de
los casos y la mortalidad puede alcanzar el 30 %.
Los principales factores de riesgo modificables son la hipertensión arterial, el alcohol y el taba-
quismo. Dentro de los factores de riesgo no modificables destacan los antecedentes familiares
de primer grado (la incidencia se incrementa hasta 4 veces), el sexo femenino, las enfermeda-
des del tejido conectivo y la edad avanzada.
4. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
4.1. SÍNTOMAS
La forma más común de presentación es la cefalea (97 %). Esta se caracteriza por ser de gran in-
tensidad (habitualmente el paciente la describe como “el peor dolor de cabeza de mi vida”) y de
inicio brusco (aproximadamente el 25 % aparecen tras la realización de ejercicio o maniobras de
Valsalva). Suele acompañarse de náuseas y vómitos, así como de sonofobia y fotofobia.
Hasta en la cuarta parte de los pacientes con HSA puede haber alteración del nivel de conscien-
cia, transitorio o persistente (con progresión a coma), en relación con el aumento de la presión
NEUROLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
707
intracraneal. Otros síntomas de inicio pueden ser: muerte súbita, crisis epilépticas y, por irritación
meníngea, dolor cervical y/o lumbar.
El 30-60 % de los casos de pacientes con HSA aneurismática han podido presentar, durante los
días o semanas previos, una cefalea de inicio súbito, sin déficit neurológico y con resolución par-
cial o total (cefalea centinela o cefalea “de alarma”).
4.2.3. Meningismo
Se explora mediante los signos de Kernig y de Brudzinski. Los signos de irritación meníngea pueden
aparecer a las 2-12 h del inicio del cuadro e, incluso, no estar presentes; su ausencia no descarta HSA.
CAPÍTULO 80
708 HEMORRAGIA SUBARACNOIDEA ESPONTÁNEA
5. DIAGNÓSTICO
El 30 % de los errores diagnósticos iniciales se deben a no solicitar una prueba de imagen cerebral.
5.4. OTROS
Comparada con la arteriografía, la angio-TC tiene menor sensibilidad para la detección de aneu-
rismas cerebrales pero, en casos de emergencia o en los centros en los que no se disponga de
arteriografía, debe realizarse. Si la sospecha de aneurisma es alta, un estudio angio-TC negativo
no descarta su presencia. La resonancia magnética (RM) cerebral es más útil que la TC para de-
tectar HSA. Los pacientes deberán tener análisis de sangre completo, electrocardiograma (ECG)
y radiografía de tórax.
6. TRATAMIENTO
Todo paciente con sospecha de HSA deberá ingresar en el área de observación o agudos del
Servicio de Urgencias.
Si se confirma el diagnóstico, los pacientes deberán ser tratados en centros especializados en los
que se disponga de Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y Neurocirugía.
▶▶ Si la presión arterial es superior a 230/120 mmHg o hay contraindicación para la v.o., estaría in-
dicado iniciar tratamiento i.v. Se puede administrar labetalol (dosis inicial de 20 mg, cada 5 min,
con una dosis máxima de 100 mg; si fuese necesario, perfusión i.v. de 0,5-2 mg/min a un ritmo
de 36-144 ml/h, sin sobrepasar la dosis total de 300 mg) o, si existe contraindicación para el
uso de betabloqueantes, urapidilo (dosis inicial de 25 mg i.v. en 20 s, pudiendo repetir la misma
dosis cada 5 min, hasta 3 dosis; también se puede utilizar en perfusión).
6.1.5. Corticoides
El uso de dexametasona i.v. (bolo inicial de 8 mg y, posteriormente, 4 mg/6 h) puede mejorar la
cefalea relacionada con la irritación meníngea y la situación clínica de los pacientes con hidroce-
falia aguda.
7. COMPLICACIONES
7.1. RESANGRADO
Se trata de la complicación más grave. El riesgo de resangrado es especialmente alto durante las
primeras 24 h. Clínicamente se manifiesta como un deterioro brusco del estado general y del nivel
de consciencia. En la TC craneal se observarán nuevos focos de HSA. El mejor tratamiento es su
prevención mediante la precoz exclusión del aneurisma, el reposo absoluto y el control estricto
de las cifras de tensión arterial. La mortalidad es elevada (70 %) y superior a la del primer episodio
de sangrado.
7.2. VASOESPASMO
Hasta dos tercios de los pacientes presentan vasoespasmo angiográfico; de ellos, un tercio puede
desarrollar síntomas isquémicos. Esta complicación suele aparecer entre los días 4 y 12 tras el
sangrado. Hay que sospecharlo en los pacientes que presenten deterioro neurológico y en cuya
TC no se observen hidrocefalia ni signos de resangrado que lo justifiquen. Otras alternativas diag-
nósticas son la arteriografía, el Doppler transcraneal y la TC de perfusión. En el pasado, el tra-
NEUROLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
711
tamiento se basaba en la triple H (hipertensión: TAS > 150 mmHg; hemodilución: hematócrito
alrededor del 30 %; hipervolemia: presión venosa central de 5-10 mmH2O). En el momento actual,
la hemodilución no se recomienda de manera sistemática y se prefiere lograr una situación de
euvolemia. Además, entre los tratamientos endovasculares tenemos la infusión intraarterial de
fármacos y la angioplastia con globo. El vasoespasmo es el responsable del 7 % de la mortalidad
de los pacientes con HSA.
7.3. HIDROCEFALIA
Puede aparecer durante las primeras 24 h o desarrollarse, de manera diferida, entre la segunda y
la cuarta semana tras el sangrado. Se produce como consecuencia del bloqueo de la circulación
del LCR. Las manifestaciones clínicas son variables en función de la velocidad de instauración. En
la mayoría de los casos se resuelve espontáneamente, por lo que puede adoptarse una actitud
conservadora si no existe deterioro neurológico. Se tratará con drenaje ventricular externo en
caso de deterioro clínico agudo y con drenaje ventriculoperitoneal en caso de hidrocefalia cró-
nica con síntomas de hidrocefalia normotensa (ataxia de la marcha, incontinencia de esfínteres,
deterioro cognitivo).
7.5. HIPONATREMIA
En la mayoría de los casos se relaciona con el síndrome pierdesal. Su tratamiento consiste en la
administración de sueros hipertónicos.
Puntos clave/recuerda
▶▶ La HSA espontánea es un tipo de ictus poco frecuente pero con una morbimortalidad
muy alta.
▶▶ El 80-90 % de los casos se deben a la rotura de un aneurisma.
▶▶ Hay que sospechar HSA ante una cefalea muy intensa y de aparición brusca.
▶▶ La TC cerebral es la prueba de imagen de elección y la primera que hay que realizar.
▶▶ Se realizará punción lumbar cuando la sospecha clínica de HSA sea alta y el resultado de
la TC sea no concluyente.
▶▶ Si se confirma el diagnóstico, los pacientes deberán ser tratados en centros con UCI y
Servicio de Neurocirugía.
▶▶ Es fundamental la monitorización estricta de la tensión arterial, evitar que el paciente
realice esfuerzos y prevenir el vasoespasmo (nimodipino).
▶▶ Ante un empeoramiento de la situación clínica, habrá que repetir la TC craneal para des-
cartar complicaciones como resangrado, vasoespasmo o hidrocefalia.
▶▶ El tratamiento quirúrgico incluye opciones de microcirugía y técnicas endovasculares.
CAPÍTULO 80
712 HEMORRAGIA SUBARACNOIDEA ESPONTÁNEA
ALGORITMO
SOSPECHA DE HSA
CEFALEA AGUDA E INTENSA
Sin otra
patología Inicio del Ingreso
tratamiento
Punción lumbar
Angio-TC
Arteriografía
Cirugía
Negativa Positiva
Tratamiento Aneurisma
endovascular
Continuar
el estudio
1. DEFINICIÓN
El síndrome confusional agudo (SCA) es una alteración aguda de la consciencia, de evolución fluc-
tuante, cuya principal característica consiste en un déficit de atención, muchas veces acompa-
ñado de déficit en otras áreas cognitivas (orientación, memoria, lenguaje). Su origen es orgánico
y suele ser reversible. Se pueden emplear como sinónimos los términos delirio o encefalopatía
tóxico-metabólica.
Es un proceso patológico muy habitual en individuos con enfermedades médicas, especialmente
en personas de edad avanzada, y puede llegar a afectar a un tercio de los pacientes mayores de
70 años ingresados. La prevalencia es variable según la población estudiada, alcanzando porcen-
tajes del 70 % en Unidades de Cuidados Intensivos. No obstante, a menudo es infradiagnosticado,
especialmente las formas hipoactivas.
2. ETIOLOGÍA
No está bien definida. El proceso de base consiste en un desorden generalizado del metabolismo
cerebral y la neurotransmisión, sobre todo de la acetilcolina, afectando a estructuras encargadas
de mantener el nivel de consciencia y la atención. Puede verse en trastornos neurológicos locales
que involucran al sistema reticular ascendente, por lesiones difusas de ambos hemisferios o por
lesiones del hemisferio no dominante, encargado de la atención. También puede ocasionarse por
trastornos sistémicos de induzcan una alteración secundaria difusa de la función neuronal. En la
población anciana suele ser multifactorial.
Prácticamente cualquier enfermedad moderadamente grave puede ser responsable (tabla 1).
Se han descrito factores predisponentes que pueden precipitar el SCA (tabla 2).
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
El dato fundamental es la alteración de la atención. El SCA tiene un amplio espectro de manifes-
taciones: desde formas hipoactivas, frecuentes en ancianos y caracterizadas por disminución del
nivel de consciencia (somnolencia o letargo), hasta otras hiperactivas, en las que se da agitación
psicomotriz o hipervigilia, típico en la abstinencia etílica o de otras sustancias. Es habitual la pre-
sencia de formas mixtas, además de la fluctuación de una presentación a otra en cuestión de
minutos u horas.
Otros síntomas asociados son la inversión del ciclo sueño-vigilia, trastornos de la percepción
(alucinaciones visuales), delirios (habitualmente de perjuicio), disautonomía, ansiedad, labilidad
emocional, irritabilidad e hipersensibilidad a estímulos sensoriales.
CAPÍTULO 81
714 SÍNDROME CONFUSIONAL AGUDO
ENFERMEDADES SISTÉMICAS
• Fiebre e infecciones (niños y ancianos): infección • Déficit nutricional: tiamina (B1), niacina (B3),
urinaria, neumonía, endocarditis, bacteriemia cianocobalamina (B12)
• Alteraciones metabólicas: hipoxia e hipercapnia, • Alteraciones metabólicas congénitas: porfiria,
endocrinopatías (hipere hipoglucemia, tirotoxicosis, enfermedad de Wilson
mixedema, insuficiencia suprarrenal aguda) • Trastornos vasculares no neurológicos: síndrome
• Insuficiencia orgánica: renal, hepática o pancreática coronario agudo, shock, TEP
• Alteraciones hidroelectrolíticas: deshidratación, • Otras causas: anemia grave, síndromes de
hipo/hipercalcemia, hipo/hipermagnesemia, hiperviscosidad, hipertermia, golpe de calor,
hipo/hipernatremia, acidosis, alcalosis electrocución
ENFERMEDADES NEUROLÓGICAS
• Infecciones del SNC: encefalitis, meningitis, • Traumatismo craneoencefálico
abscesos cerebrales o epidurales • Epilepsia: SCA ictal (estatus de ausencia, focal
• Trastornos vasculares neurológicos: ictus complejo o tónico sin convulsiones), SCA posictal
(especialmente parietal posterior derecho), (tras una crisis tónico-clónica generalizada
hemorragia subaracnoidea, hematomas o focal compleja), SCA interictal (agitación,
subdural y epidural, encefalopatía hipertensiva, síntomas afectivos e irritabilidad junto con crisis
migraña basilar (niños), vasculitis del SNC inminentes)
• Tumores del SNC • Hidrocefalia aguda
TRASTORNOS PSIQUIÁTRICOS
Manía aguda, depresión, ansiedad extrema, fuga histérica, esquizofrenia
FÁRMACOS O TÓXICOS
• Abstinencia alcohólica • Fármacos: anticolinérgicos, anticomiciales,
• Drogas de abuso: cocaína, heroína, inhalantes, antiparkinsonianos, litio, antidepresivos,
opiáceos neurolépticos, corticoides, miorrelajantes,
• Supresión brusca de ansiolíticos e hipnóticos broncodilatadores, antieméticos, antidiabéticos,
• Intoxicación por monóxido de carbono anticoagulantes, antineoplásicos, propranolol,
digoxina, teofilinas, AINE
AINE: antiinflamatorios no esteroideos; SCA: síndrome confusional agudo; SNC: sistema nervioso central; TEP:
tromboembolismo pulmonar.
4. DIAGNÓSTICO
4.1. ANAMNESIS
Es muy importante recoger información, en general de familiares o cuidadores, acerca de medi-
cación, hábitos tóxicos, síntomas somáticos previos u otras enfermedades recientes y anteceden-
tes neuropsiquiátricos.
5. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Se debe establecer principalmente con demencia y patología psiquiátrica, como depresión, an-
siedad, trastornos conversivos y cuadros psicóticos.
5.1. DEMENCIA
El curso es progresivo y sin fluctuaciones tan marcadas. La atención está relativamente conser-
vada. Algunos cuadros con alteraciones perceptivas y agitación psicomotriz importante, como la
demencia por cuerpos de Lewy, pueden ser difíciles de distinguir.
6. TRATAMIENTO
6.1. PREVENCIÓN
Hay que procurar tener unas condiciones externas adecuadas: ambiente relajado, acompaña-
miento familiar, facilitar gafas y prótesis auditivas, colocar elementos que ayuden a una correcta
orientación (calendario, radio, televisión), dejar objetos personales (fotografías), evitar ruidos y
cambios de habitación y mantener una luz tenue por la noche. Se debe evitar el uso de determi-
nados sedantes (benzodiazepinas en ancianos que no las hayan recibido previamente) y detectar
y tratar precozmente complicaciones médicas.
Hasta la fecha no hay evidencia de que el tratamiento farmacológico preventivo aporte algún
beneficio clínico.
6.3.1. Neurolépticos
▶▶ Haloperidol (ampollas de 5 mg, comprimidos de 0,5 y 10 mg, solución oral de 2 mg/ml [20 gotas =
2 mg = 1 ml]: es el de elección en la mayoría de los casos por sus escasos efectos anticolinérgicos
y cardiovasculares y mínima depresión respiratoria. Puede administrarse v.o, s.c., i.m. o i.v. (fuera
de ficha técnica). En casos leves, hay que iniciar con dosis de 1 a 5 mg/día divididas en dos tomas,
siendo la mayor en la noche. En cuadros graves, se debe empezar con 0,5 mg i.m., repetir hasta
controlarse el cuadro cada 30 min y doblar la dosis (teniendo en cuenta que el inicio de acción es
de 10-30 min). El principal efecto secundario se refiere a los síntomas extrapiramidales, por lo que
está contraindicado en pacientes con síndromes parkinsonianos; se corrigen con biperideno. Está
contraindicado también en infarto de miocardio reciente, insuficiencia cardíaca descompensada,
antecedentes de arritmia ventricular o torsade de pointes, hipopotasemia no corregida y trata-
miento concomitante con medicamentos que prolongan el intervalo QT. También puede provo-
car efectos cardiovasculares (hipotensión) y síndrome neuroléptico maligno.
▶▶ Tiaprida (comprimidos y ampollas de 100 mg): de escasa potencia antipsicótica, está indicada
en el tratamiento del delirium tremens (DT). Está recomendada ante hepatopatía grave o insufi-
ciencia respiratoria: 1-2 ampollas i.v. o i.m./6-8 h.
CAPÍTULO 81
718 SÍNDROME CONFUSIONAL AGUDO
6.3.3. Benzodiazepinas
De elección en DT y en deprivación de otros sedantes: diazepam 10-20 mg v.o., clorazepato di-
potásico 15-30 mg v.o., midazolam 2,5-5 mg i.v. o i.m. y clonazepam 1-2 mg v.o. inicialmente y
aumentar a 2-6 mg/día en tres tomas, la mayor por la noche.
6.3.4. Antidepresivos
La trazodona y la mirtazapina son de escasa utilidad en el ámbito de Urgencias.
7. CRITERIOS DE INGRESO
▶▶ Todo síndrome confusional si no hay una clara etiología.
▶▶ Si está indicado por la patología desencadenante o descompensa la patología crónica de base.
▶▶ Si tras un período de observación no mejora o la familia no puede asumir el cuidado.
8. PRONÓSTICO
El SCA es un factor de mal pronóstico independiente en pacientes hospitalizados y comporta
mayor mortalidad, estancia hospitalaria y riesgo de complicaciones nosocomiales. Hay mayores
tasas de dependencia y necesidad de institucionalización al alta. El efecto sobre la mortalidad
persiste hasta 2 años tras el evento. El pronóstico es peor cuanto mayor sea la duración del delirio.
NEUROLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
719
Puntos clave/recuerda
▶▶ El síndrome confusional es una entidad muy frecuente que puede ser infradiagnosticada,
especialmente en formas hipoactivas.
▶▶ Las características principales del síndrome confusional son la alteración de la atención
y el curso fluctuante.
▶▶ Ante un SCA debe establecerse una adecuada aproximación diagnóstica, descartando causas
orgánicas y estableciendo un adecuado diagnóstico diferencial con otras entidades.
▶▶ La base de la prevención y el tratamiento se centra en las medidas no farmacológicas y la
corrección del proceso de base. Los fármacos deben reservarse para los casos refractarios
o de elevado riesgo/gravedad.
CAPÍTULO 81
720 SÍNDROME CONFUSIONAL AGUDO
ALGORITMO
Sospecha de SCA
Estable Inestable
NO SÍ
Tratamiento etiológico
Medidas generales
Valorar tratamiento
sintomático farmacológico
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
Se define crisis epiléptica (CE) como la aparición de signos y síntomas transitorios debidos a una
actividad neuronal excesiva y sincronizada del cerebro. Suelen ser autolimitadas (en torno a 1-2
min de duración) y se acompañan de un período poscrítico que puede ser focal (debilidad en las
extremidades, alteraciones sensitivas) o difuso (somnolencia, agitación). Hablamos de epilepsia
cuando existe la posibilidad de tener CE recidivantes con las consecuencias neurobiológicas, cog-
nitivas, psicológicas y sociales derivadas de esta condición.
Las CE comprenden aproximadamente el 1 % de las consultas en las áreas de Urgencias.
2. CLASIFICACIÓN Y ETIOLOGÍA
2.1. SEGÚN EL TIPO DE CRISIS
▶▶ Crisis generalizadas: se originan en algún punto de la red neuronal y rápidamente involu-
cran redes distribuidas bilateralmente, englobando ambos hemisferios cerebrales. Pueden
ser asimétricas y no necesariamente deben incluir la totalidad de la corteza cerebral. Se
distinguen:
• Crisis tónico-clónicas: la secuencia clínica típica consiste en: pérdida súbita de consciencia
→ fase tónica de 10-30 s → movimientos clónicos de las cuatro extremidades que van dis-
minuyendo en frecuencia y aumentando en amplitud → período de confusión poscrítico.
• Crisis de ausencia:
—— Crisis típicas: consiste en un breve episodio de pérdida de consciencia con inicio y fin
bruscos, sin período poscrítico. Pueden acompañarse de automatismos simples (par-
padeo, muecas faciales).
—— Crisis atípicas: el trastorno de la consciencia suele ser menor y presentan un inicio y un
fin menos abruptos que las típicas:
• Crisis mioclónicas: sacudidas musculares breves y bruscas que pueden ser focales, axiales o
generalizadas. Constituyen el único tipo de crisis generalizadas en las que el nivel de cons-
ciencia no está alterado.
• Crisis clónicas: movimientos repetitivos de las cuatro extremidades, a menudo asimétricos
e irregulares.
• Crisis tónicas: contracciones musculares sostenidas, axiales o de las extremidades, de corta
duración.
• Crisis atónicas: incluyen una pérdida brusca del tono muscular que ocasiona caídas, con el
consiguiente riesgo de traumatismos.
CAPÍTULO 82
722 CRISIS COMICIALES. ESTATUS EPILÉPTICO
▶▶ Crisis parciales (CP) o focales: se originan en redes neuronales limitadas a un hemisferio. Pue-
den ser:
• Crisis simples: sin alteración del nivel de consciencia. Los síntomas dependen del área cor-
tical donde se origina la descarga. Se subdividen en motoras, sensitivas, autonómicas o
psíquicas. La CP simple sin síntomas motores se denomina aura y puede preceder a CP
complejas o generalizadas.
• Crisis complejas: con alteración del nivel de consciencia y confusión poscrítica, de duración
variable.
• Crisis secundariamente generalizadas: crisis generalizadas que se producen desde una CP
simple o compleja.
Esta terminología ha sido eliminada en la última clasificación debido a su dificultad. En su
lugar, se ha propuesto el uso de varios términos descriptores para lograr mayor precisión:
crisis sin alteración del estado de consciencia, crisis con afectación sensorial o psíquica,
crisis con alteración del estado de consciencia o discognitivas y crisis que evolucionan a
una convulsión bilateral.
▶▶ Crisis no clasificables.
3.1. ANAMNESIS
El diagnóstico de una CE es fundamentalmente clínico y la anamnesis es la clave en la mayoría
de los casos. Es preciso realizar una entrevista detallada a los testigos, ya que habitualmente los
pacientes no recuerdan lo sucedido o aún están en el período confusional cuando son valorados.
En primer lugar tendremos que aclarar si se trata realmente de una CE, interrogando de forma
minuciosa sobre los síntomas que hayan ocurrido antes (en busca de síntomas que orienten a la
presencia de aura), durante (inicio y secuencia de las manifestaciones, duración del episodio) y
después de la crisis (estado poscrítico). La presencia de desconexión del medio o la amnesia del
episodio van a favor de CE.
Por otra parte, es necesario indagar sobre la existencia de episodios previos que hayan podido
pasar desapercibidos con el fin de determinar si se trata, o no, de una primera crisis. Asimismo, se
deben recabar antecedentes relacionados (patología perinatal, ictus, antecedentes de TCE, infec-
NEUROLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
723
ciones del SNC, antecedentes familiares de epilepsia) y buscar factores precipitantes específicos
(deprivación de sueño, estrés, alcohol [intoxicación o abstinencia], otros tóxicos, infecciones, en-
fermedades sistémicas, fármacos, falta de cumplimiento terapéutico, modificación reciente del
tratamiento, etc.).
En el paciente epiléptico conocido debemos preguntar sobre cambios en el contexto clínico, en el
tipo de crisis o en su frecuencia. En el caso de que haya habido cambios en la clínica habitual o de
no encontrar un claro desencadenante, debemos actuar como si se tratara de un primer episodio
para descartar patologías agudas potencialmente graves.
estar limitada a dudas diagnósticas, estados confusionales sin causa aparente, sospecha de
estatus no convulsivo y coma de origen desconocido.
4. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
El diagnóstico diferencial de las CE es muy amplio. Las entidades que con mayor frecuencia plan-
tean el diagnóstico diferencial con las crisis que cursan con pérdida de consciencia y convulsiones
son el síncope y las crisis no epilépticas psicógenas. Las crisis focales pueden confundirse con
múltiples procesos de diversa etiología:
▶▶ Síncope: a diferencia de la CE, la pérdida del nivel de consciencia suele ser menos brusca, la
recuperación completa es rápida y pueden aparecer movimientos involuntarios clónicos, de
menor duración y amplitud. La incontinencia de esfínteres no es un factor diferenciador.
▶▶ Accidente isquémico transitorio (AIT): es más frecuente en mayores de 65 años y asocia focali-
dad neurológica.
▶▶ Distonía: es un trastorno del movimiento que causa contracciones involuntarias y sostenidas de
los músculos; conlleva movimientos repetitivos o torsiones de alguna parte del cuerpo.
▶▶ Crisis psicógenas: son más frecuentes en mujeres jóvenes con patología psiquiátrica. Compa-
radas con las CE, suelen durar más, los movimientos son más descoordinados, ocurren con
los ojos cerrados con oposición a su apertura y se acompañan de llanto y vocalizaciones.
Puede ser difícil distinguirlas de una CE y, en estos casos, el EEG durante el episodio es de
gran utilidad.
▶▶ Aura migrañosa, amnesia global transitoria y trastornos motores durante el sueño: con menor
frecuencia pueden plantear el diagnóstico diferencial con las CE.
5. TRATAMIENTO
5.1. MEDIDAS GENERALES
▶▶ Evitar que el paciente se lesione. Mantener permeable la vía aérea. Administrar oxígeno con
Ventimask©. Canalizar dos vías periféricas.
▶▶ Monitorización de constantes vitales (temperatura, TA, FC, frecuencia respiratoria [FR], satura-
ción de oxígeno) y ECG.
▶▶ Descartar causas que requieran tratamiento urgente (hipoglucemia, hipoxia, hipertensión in-
tracraneal, intoxicaciones, infección del SNC).
▶▶ En caso de hipoglucemia, administrar 50 ml de suero glucosado (SG) al 50 % i.v. Si hay desnutri-
ción o alcoholismo, previa administración de 100 mg de tiamina i.v./i.m.
▶▶ Administración i.v. de fármacos, en caso de que fuese necesario (convulsión de más de 1-2 min
de duración que no cede sola): diazepam (2-3 mg/min hasta que ceda la crisis o se alcance la
dosis máxima de 20 mg). Como alternativas i.v., clonazepam (0,25-0,5 mg/min; dosis máxima:
10 mg) o midazolam (0,5-1 mg/min; dosis máxima: 10 mg). Si no hay acceso venoso, diazepam
rectal (20 mg) o midazolam i.n. o i.m. (10 mg).
▶▶ Colocar en decúbito lateral en el período poscrítico.
▶▶ Se debe iniciar el tratamiento en monoterapia y a dosis bajas con el fin de minimizar los efectos
secundarios. El fármaco elegido dependerá de: tipo de crisis, edad, efectos adversos y comor-
bilidad (tabla 1). La vía intravenosa se reserva a aquellos casos en los que exista intolerancia
oral, período poscrítico prolongado o estatus. Si no se controlan las crisis o aparece toxicidad,
se valorará introducir un segundo fármaco hasta alcanzar dosis terapéuticas y, posteriormente,
retirar de manera progresiva el primer fármaco. Los FAE clásicos tienen mayor número de inte-
racciones farmacológicas y efectos adversos por su metabolismo hepático a través del citocro-
mo P450; así, la carbamazepina, la fenitoína y el fenobarbital son inductores enzimáticos y el
ácido valproico inhibidor (tabla 2).
▶▶ Niveles plasmáticos de los fármacos: la extracción se debe realizar 8-12 h tras la última toma
(valle). Su determinación está indicada en pacientes con situaciones clínicas que puedan alte-
rar la farmacocinética de los FAE (enfermedad renal, enfermedad hepática, ancianos, embara-
zo, puerperio…), así como en los casos en los que sea necesario ajustar la dosis o se sospeche
incumplimiento terapéutico o toxicidad.
6. ESTATUS EPILÉPTICO
Se trata de una emergencia médica con una alta tasa de morbimortalidad. Tiene lugar general-
mente en el seno de patologías sistémicas o neurológicas (ictus, TCE, tumores cerebrales, infec-
ción del SNC, encefalopatía de cualquier origen, alteraciones electrolíticas). Con menor frecuen-
cia ocurre en pacientes con diagnóstico de epilepsia. En estos casos, suele estar relacionado con
la suspensión del tratamiento y el pronóstico es mejor.
6.1. DEFINICIONES
▶▶ Estatus epiléptico clásicamente se ha definido como aquella crisis de duración mayor de 30 min
o la serie de CE repetidas entre las cuales no se recupera el estado neurológico previo durante
un período superior a 30 min. A efectos prácticos, en la actualidad se puede hablar de estatus
CAPÍTULO 82
726 CRISIS COMICIALES. ESTATUS EPILÉPTICO
y se debe iniciar tratamiento en aquella crisis cuya duración es superior a 5-10 min. Algunos
autores diferencian entre el EE inicial (5-10 min) y el EE establecido (10-30 min).
▶▶ Estatus refractario: EE continuo a pesar del empleo, a dosis adecuadas, de una benzodiazepina
y otro FAE convencional. En el pasado se denominaba EE refractario a las crisis que tenían una
duración superior a 60 min, aunque en la definición actual el tiempo no es un criterio esencial.
▶▶ Estatus superrefractario: continúa 24 h después del inicio del tratamiento anestésico o reapa-
rece al disminuir o retirar el mismo.
▶▶ Estatus no convulsivo: trastorno prolongado del nivel de consciencia (30-60 min) asociado con
descargas epileptiformes continuas en el EEG.
6.2. MANEJO
6.2.1. Medidas generales
Son las comunes a cualquier crisis (ver comentario anterior en este capítulo).
limitado debido a sus efectos secundarios y ha quedado relegado al EE inducido por suspensión
barbitúrica.
Si a pesar de todo lo previo la crisis no cede, la elección de los siguientes fármacos (cuarto nivel
de tratamiento) dependerá de la experiencia o de los protocolos de cada UCI. Habitualmente, se
induce un coma no barbitúrico con midazolam (dosis inicial de 0,2-0,3 mg/kg, en bolo, a ritmo de
2 mg/min; dosis de mantenimiento de 0,1-0,5 mg/kg/h) y propofol (dosis inicial de 1-2 mg/kg, en
bolo, a ritmo lento; dosis de mantenimiento de 5-10 mg/kg/h). La sedación se empieza a retirar,
de forma gradual, una vez que hayan pasado 24-48 h desde la finalización de la crisis (clínica o
electroencefalográfica) y una vez que se hayan conseguido niveles plasmáticos adecuados de los
fármacos del segundo escalón (fenitoína, ácido valproico o ambos).
En los casos de estatus superrefractario, es fundamental investigar la causa desencadenante
para poder hacer un tratamiento etiológico.
7. POBLACIONES ESPECIALES
7.1. ANCIANOS
Hasta un 25 % de las nuevas crisis se dan en mayores de 65 años. Las más frecuentes son las crisis
sintomáticas, destacando la enfermedad cerebrovascular (40-50 %), seguida de patología dege-
nerativa cerebral, tumores (primarios y metástasis), TCE e infecciones del SNC.
Predominan las CP. La semiología varía respecto a otros grupos de edad: las auras y los automa-
tismos son raros y poco específicos y, además, hay una mayor incidencia de síntomas motores y
sensitivos. En ocasiones las CE se manifiestan como episodios confusionales prolongados, bra-
dipsiquia, alteración del comportamiento y otros síntomas poco definidos. El período poscrítico
puede ser muy prolongado.
En el diagnóstico, la sensibilidad y especificidad del EEG son mucho más bajas. El EEG es funda-
mental para el diagnóstico del estatus no convulsivo.
En la selección del tratamiento cobra especial importancia la valoración de las comorbilidades.
Los FAE recomendados, por tener un perfil más favorable en el anciano, son el levetiracetam (no
tiene metabolismo hepático y, por tanto, presenta menos interacciones) y la lamotrigina (la titu-
lación de la dosis debe hacerse lentamente).
7.2. EMBARAZO
Durante el embarazo, se recomienda mantener el fármaco que mejor controle las crisis a la menor
dosis posible, preferiblemente en monoterapia. El fármaco con mayor riesgo de teratogenia es
el ácido valproico, por lo que debe evitarse su uso en mujeres en edad fértil. La lamotrigina es
el fármaco con menor incidencia de malformaciones. El tratamiento de las crisis agudas y del
estatus es el mismo que en una paciente no gestante.
NEUROLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
729
Puntos clave/recuerda
▶▶ La anamnesis, la exploración física y las pruebas complementarias nos ayudan a hacer
el diagnóstico diferencial entre una CE y otras patologías, como el síncope, el AIT, las
distonías o las crisis psicógenas, etc.
▶▶ Ante la sospecha de una CE, diferenciaremos entre los pacientes epilépticos conocidos y
los no conocidos. En los primeros, es fundamental saber si la crisis tiene las mismas carac-
terísticas que las habituales y cuál ha podido ser el desencadenante (lo más frecuente es
el incumplimiento terapéutico). Si hay cambios en la clínica habitual o no encontramos un
claro desencadenante, actuaremos como si se tratara de un primer episodio.
▶▶ En toda primera crisis convulsiva es necesario una prueba de imagen (TC o RM).
▶▶ Si un paciente convulsiona, es necesario evitar que se lesione, descartar causas que
requieran tratamiento urgente y, si la crisis no cede sola en 1 min, administrar fármacos
(ej.: diazepam i.v.).
▶▶ En pacientes cardiópatas en EE, se prefiere el ácido valproico a la fenitoína.
CAPÍTULO 82
730 CRISIS COMICIALES. ESTATUS EPILÉPTICO
ALGORITMO 1
SÍ NO
Epiléptico
1.ª crisis Alcohol
conocido
Pruebas Cumplimiento
complementarias terapéutico adecuado CP
CGTC
(TC craneal) (niveles de fármacos) Focalidad
neurológica
FAE: fármaco antiepiléptico; SG: suero glucosado; CGTC: crisis generalizada tónico-clónica; DT: delirium tremens;
TC: tomografía computarizada.
NEUROLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
731
ALGORITMO DE ACTUACIÓN 2
CRISIS EPILÉPTICA .E
vitar que el paciente se lesione
0´ .V
ía aérea permeable. Oxígeno con
MEDIDAS Ventimask©
GENERALES .M
onitorización de temperatura, TA, FC, FR,
oxígeno, ECG
CRISIS DE 1-2 MIN .C
analizar dos vías periféricas
DE DURACIÓN .G
lucemia capilar
QUE NO CEDE i hay hipoglucemia, 50 ml de SG al 50 % i.v. Si hay
S
desnutrición o alcoholismo, previa administración
SOLA
de tiamina i.v./i.m.
.A
nálisis de sangre (niveles de FAE), ECG,
tóxicos
DIAZEPAM
.A
lternativas: clonazepan i.v. (0,25-0,50 mg/
2-5´ 2-3 mg/min i.v. hasta el cese
min; máx. de 10 mg) o midazolam i.v. (0,5-1
de la crisis (dosis máx.
mg/min; máx. de 10 mg)
de 20 mg)
Ácido valproico:
.D
osis de carga: 15-20 mg/kg a pasar en
AVISAR A LA UCI 5 min (no ni hubo tratamiento previo)
.D
osis de mantenimiento: 1 mg/kg/h;
comienza a los 30 min de la dosis inicial,
salvo en el caso de que esta no se ponga
0´, 2-5´, 5-30´: tiempo en minutos desde el inicio de la crisis; ECG: electrocardiograma; FAE: fármaco antiepiléptico;
FC: frecuencia cardíaca; FR: frecuencia respiratoria; SG: suero glucosado; SSF: suero salino fisiológico; TA: tensión arterial;
UCI: Unidad de Cuidados Intensivos.
CAPÍTULO 83
CEFALEAS Y ALGIAS CRANEALES.
NEURALGIA DEL TRIGÉMINO
José Félix Hoyo Jiménez | José M.ª Martínez Ávila
CEFALEAS
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
El término cefalea hace referencia al dolor localizado en cualquier parte del territorio craneal y fa-
cial. El 1-3 % de las urgencias hospitalarias tienen este síntoma como motivo de consulta primario
y alrededor del 10 % como secundario.
Los objetivos fundamentales de la actuación en urgencias son:
1. Diagnosticar correctamente a aquellos pacientes que presentan cefalea secundaria (tabla 1),
especialmente a aquellos con riesgo significativo para la vida.
2. Administrar tratamiento específico eficaz.
3. Remitir para estudio a aquellos pacientes cuya patología precise seguimiento.
2. ETIOLOGÍA Y FISIOPATOLOGÍA
El parénquima cerebral no duele. Las lesiones intraparenquimatosas ocupantes de espacio
pueden pasar inadvertidas hasta adquirir un gran tamaño dependiendo de la localización de
las mismas y de la capacidad de adaptación de la cavidad intracraneal (mayor en pacientes con
atrofia corticosubcortical). La clínica es evidente cuando ocurre compresión de vías nerviosas o
hipertensión intracraneal. La cefalea aparece por irritación de las terminaciones nerviosas de los
grandes vasos proximales craneales y la duramadre, inervados por los nervios trigémino, vago y
glosofaríngeo y raíces nerviosas cervicales primera, segunda y tercera. El dolor referido estará
localizado en los dermatomas correspondientes a la topografía del proceso intracraneal. El resto
de las cefaleas secundarias seguirán la ruta de activación de sus propios receptores nociceptivos.
3. CLASIFICACIÓN (tabla 1)
La clasificación completa de las cefaleas puede encontrarse en la 3.ª ed. de The International Classifi-
cation of Headache Disorders (ICHD). En líneas generales podríamos utilizar la siguiente clasificación:
4. DIAGNÓSTICO
4.1. ANAMNESIS
Debe recoger forma de instauración (hiperaguda, aguda, subaguda o crónica), carácter o cualidad
del dolor (punzante, opresiva…), localización (occipital, temporal, bilateral, unilateral…), intensidad,
perfil temporal (vespertina, nocturna, matutina, progresión en el tiempo), factores precipitantes y
agravantes (posición, esfuerzos, ejercicio…), síntomas asociados, antecedentes familiares y perso-
NEUROLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS 733
5. TRATAMIENTO
El tratamiento sintomático genérico incluye analgésicos, antiinflamatorios y reposo, preferente-
mente en un medio tranquilo. El tratamiento etiológico se puede consultar en los capítulos espe-
cíficos de cada patología. Resumimos en la tabla 3 el tratamiento específico de cefaleas primarias
y secundarias no abordadas en otras secciones de este libro.
CAPÍTULO 83
736 CEFALEAS Y ALGIAS CRANEALES. NEURALGIA DEL TRIGÉMINO
** Analgesia: dexketoprofeno 50 i.v./8 h, ketorolaco trometamol 10 a 30 mg/8 h i.v., metamizol 2 g/i.v./8 h otros AINE y
paracetamol 1 g/8 h v.o. o i.v.
AINE: antiinflamatorio no esteroideo; LCR: líquido cefalorraquídeo; PL: punción lumbar; VSG: velocidad de sedimentación
globular.
NEUROLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS 737
1. DEFINICIÓN
Se trata de una patología consistente en paroxismos de dolor agudo intenso tipo shock eléctrico,
desencadenados por estímulos táctiles y que siguen la distribución facial de una o varias ramas
(oftálmica, maxilar, mandibular) del nervio trigémino o en el territorio del nervio occipital.
2. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
La mayoría de los casos están producidos por desmielinización parcial del nervio secundaria a
compresión vascular por ramas aberrantes de arterias o venas en la entrada del trigémino en
el puente. Otras causas (tumorales, aneurismas o malformaciones arteriovenosas) son mucho
menos frecuentes.
Según su etiología hablamos de:
▶▶ Neuralgia secundaria a compresión vascular o idiopática clásica.
▶▶ Neuralgia secundaria a otras lesiones: secundaria a herpes zóster, posherpética y postraumática.
▶▶ Neuralgia secundaria a esclerosis múltiple, secundaria a lesión ocupante de espacio y atribuida
a otras patologías.
4. TRATAMIENTO
Los fármacos que han demostrado eficacia pertenecen a la familia de los antiepilépticos. La
carbamazepina ha sido evaluada en un amplio número de pacientes en ensayos aleatorizados
y controlados, demostrando reducir el número y la intensidad de las crisis. Es el único fármaco
aprobado en la ficha técnica con esta indicación. Se puede iniciar a dosis de 200 mg/12 h, aunque
se puede ajustar semanalmente según la respuesta hasta un máximo de 1.200 mg/día.
CAPÍTULO 83
738 CEFALEAS Y ALGIAS CRANEALES. NEURALGIA DEL TRIGÉMINO
Puntos clave/recuerda
▶▶ La anamnesis y la exploración son las herramientas fundamentales del médico de Urgencias
a la hora de descartar a pacientes de alto riesgo.
▶▶ Los criterios de alarma son síntomas y signos indicativos de una posible cefalea secundaria o
de posible riesgo vital.
▶▶ Una TC normal en solitario no excluye completamente patología grave de riesgo vital.
▶▶ En la PL debe medirse siempre la presión de apertura.
▶▶ Los diagnósticos no concluyentes de cefalea en Urgencias son siempre preliminares; una vez
excluida patología de riesgo y tras control sintomático, debe completarse el estudio.
NEUROLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS 739
ALGORITMO
Cefalea
Criterios de alarma
SÍ NO
Pruebas según
Sospecha de sospecha
TC
meningoencefalitis
¿tratamiento
empírico? Tratamiento
específico
Diagnóstico: Control sintomático
No diagnóstico:
tratamiento PL previo
Valorar PL
específico fondo de ojo
o TC SÍ NO
Positiva Alta Observación
Tratamiento Derivación Reevaluación
específico al recurso
Negativa Positiva adecuado
Negativa
Control
sintomático TC Tratamiento
Observación específico
y/o derivación
a recurso
adecuado
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
Mareo es un término poco específico que engloba un amplio espectro de síntomas, como por ejem-
plo inestabilidad espacial, presíncope, astenia e incluso los derivados de la patología psiquiátrica.
Vértigo es el síntoma predominante de una afectación aguda del sistema vestibular, tanto de ori-
gen periférico como central. El paciente con vértigo presenta una ilusión de movimiento, propio o
del entorno, generalmente de tipo giro, aunque no exclusivamente.
2. CLASIFICACIÓN Y ETIOLOGÍA
El vértigo se clasifica en vértigo periférico, cuando se encuentran afectados la primera neurona o el ór-
gano terminal del sistema vestibular (máculas de sáculo y utrículo o en crestas de los canales semicir-
culares), y en vértigo central, cuando la afectación se produce en los núcleos vestibulares o por encima
de ellos. En la tabla 1 se muestran las diferencias entre vértigo periférico y vértigo central. Dentro de
las patologías que se engloban en la categoría de vértigo periférico, destacamos las siguientes:
2.8. OTROS
Se incluyen tumores del ángulo pontocerebeloso, con síntomas progresivos por compresión,
epilepsia, formando parte de las crisis focales simples, migraña vestibular, lesiones intrínsecas
del tronco encéfalo, malformaciones vasculares y defectos de la unión cervicooccipital, de Kli-
ppel-Feil o de Arnold-Chiari.
5. TRATAMIENTO
5.1. MEDIDAS GENERALES
Incluyen reposo en cama, generalmente en decúbito lateral sobre el lado afecto y con fijación de
la mirada para conseguir reposo vestibular, y dieta absoluta o líquida si el paciente no presenta
intolerancia oral.
5.3.2. Antieméticos
Si el paciente presenta un síndrome emético intenso, puede ser útil administrar metoclopramida
(ampollas de 10 mg) a dosis de 10 mg/8 h i.v. o i.m.
5.3.4. Corticoides
En los casos resistentes al tratamiento, puede ser útil el tratamiento con metilprednisolona i.v. en
dosis inicial de 60 mg y con dosis de mantenimiento de 20 mg/8 h.
Puntos clave/recuerda
▶▶ El mareo es un síntoma muy inespecífico, por lo que la anamnesis exhaustiva y la exploración
física detallada son fundamentales para establecer el diagnóstico.
▶▶ La exploración del nistagmo en un paciente con vértigo se considera tan importante como la
valoración del ECG en un paciente con dolor torácico.
▶▶ La presencia de síntomas auditivos puede orientar el diagnóstico hacia vértigo periférico y la
presencia de clínica neurológica orienta hacia vértigo central.
▶▶ Ante la sospecha de vértigo de origen central, debe solicitarse TC cerebral.
▶▶ No existe evidencia científica de fármacos efectivos como tratamiento definitivo del VPPB o
de sustitutos de las maniobras de reposicionamiento canalicular.
▶▶ La rehabilitación vestibular puede optimizar el uso de los sistemas visual y somatosensorial
para mantener la estabilidad postural y visual, teniendo buenos resultados tanto en lesiones
periféricas como centrales, aunque se obtienen los mejores resultados en las lesiones perifé-
ricas unilaterales.
CAPÍTULO 85
DISTONÍAS AGUDAS
José M.ª Martínez Ávila | Marta Alvarado Blasco
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
Distonía es el trastorno del movimiento caracterizado por contracciones musculares continuas o
intermitentes que causan posturas o movimientos anormales y, con frecuencia, repetitivos. Los
movimientos distónicos se manifiestan típicamente con un patrón repetitivo, de contorsión, y
pueden acompañarse de temblor.
La aparición aguda de distonías puede deberse a la agudización de un trastorno del movimiento
previamente diagnosticado, ser la primera manifestación de una trastorno primario (distonías
primarias), aparecer en el contexto de otras enfermedades neurológicas (vasculares, desmielini-
zantes, metabólicas…) o ser el efecto de fármacos, tóxicos o procesos infecciosos, inflamatorios
o neoplásicos que afecten al sistema nervioso central (SNC).
Los cuadros distónicos agudos suponen una consulta infrecuente en Urgencias y, aunque gene-
ralmente tienen buen pronóstico, pueden suponer una verdadera urgencia médica y requieren
una aproximación diagnóstica adecuada.
2. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
2.1. DISTONÍAS PRIMARIAS
Aunque los cuadros primarios son de evolución crónica, sus primeras manifestaciones antes del
diagnóstico pueden ser motivo de consulta en urgencias.
Las distonías primarias (resumidas en la tabla 1) son trastornos raros (prevalencia de 16,4/100.000
habitantes) de causa habitualmente genética que pueden debutar en edades precoces (generali-
2.2.1. Fármacos
Es una de las causas de distonía aguda que más se diagnostica en Urgencias.
Los antipsicóticos (haloperidol, risperidona, olanzapina…) y, en general, cualquier fármaco con
actividad antidopaminérgica (antieméticos como la metoclopramida, algunos antidepresivos)
pueden provocar distonía, especialmente en aquellos pacientes de especial riesgo (tabla 3).
Habitualmente los síntomas aparecen en las primeras 72 h tras la primera administración del
fármaco o tras el aumento de la dosis. En los pacientes que reciben dosis intramusculares de libe-
ración prolongada la distonía puede aparecer en los primeros días tras la administración.
En algunos casos, la distonía se puede acompañar de alteraciones de la temperatura y elevaciones de
creatincinasa (CK), lo que puede considerarse una expresión más leve del síndrome neuroléptico maligno
(hipertermia, rigidez y alteraciones del nivel de consciencia en el contexto del uso de neurolépticos).
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Las características clínicas típicas que permiten el diagnóstico del cuadro distónico son: la direc-
cionalidad constante en el tiempo, la implicación de una misma región del cuerpo y la aparición,
el empeoramiento o la fluctuación de la distonía con la actividad muscular de la zona afectada.
La ausencia de estas características debe poner en duda el diagnóstico de distonía y podría esta-
blecer la sospecha de un cuadro funcional o psicógeno.
Se debe establecer la sospecha de distonía primaria cuando existen las características típicas, no se
aprecian otras alteraciones neurológicas y se han descartado causas secundarias. En ocasiones, al es-
timular ligeramente de forma táctil la región afectada, la distonía mejora o desaparece (sensory trick).
La presencia de otras alteraciones neurológicas, tales como debilidad o amiotrofia de la zona
afectada, espasticidad, ataxia, alteraciones motoras oculares intrínsecas o extrínsecas o deterio-
ro cognitivo, es sugestiva de que la distonía se encuentra en el contexto de un cuadro neurológico
más complejo, heredogenerativo o metabólico, con implicación del sistema extrapiramidal.
Las manifestaciones hemicorporales (hemidistonía) son características de las lesiones estructurales
con afectación de los ganglios basales (infartos, hemorragia, tumores), aunque no siempre se encuen-
tran de forma completa. Se debe sospechar lesión estructural en todos los adultos que presenten cua-
dros hemidistónicos en los miembros inferiores si no hay otra causa secundaria que lo explique.
5. TRATAMIENTO
El tratamiento de la distonía es sintomático. Sea en la presentación aguda de la formas primarias
o en las secundarias, el empleo de fármacos anticolinérgicos (biperideno, prociclidina, trihexife-
nidilo) puede mejorar los síntomas. Otros fármacos, como los betabloqueantes, las benzodiaze-
pinas y algunos anticonvulsivantes, han sido estudiados en ensayos no controlados con resulta-
dos poco concluyentes en el tratamiento crónico, aunque pueden utilizarse para tratar el cuadro
distónico agudo.
NEUROLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS 751
En el caso de las distonías aguda y los demás trastornos del movimiento que se presentan como
exacerbación de un proceso de base (ej.: enfermedad de Parkinson), deben evaluarse los últimos
cambios realizados en el tratamiento, así como el cumplimiento terapéutico; en cualquier caso, el
paciente debe ser derivado a una consulta especializada para su valoración.
En el caso de que aparezcan hipertermia asociada a la distonía o elevación de CK, se recomienda
establecer medidas de soporte con hidratación i.v. y vigilancia.
En el caso de las distonías agudas farmacológicas, el tratamiento sintomático incluye la adminis-
tración de un fármaco antimuscarínico i.m. (o i.v. en aquellos casos que se presenten con riesgo
vital). En España, el único fármaco disponible vía parenteral es el biperideno (Akineton® inyec-
table; ampollas de 5 mg/ml). Se puede administrar una dosis inicial de 2 mg i.m. o en infusión
i.v. lenta. En caso de no presentar respuesta, puede repetirse la dosis pasados 30 min hasta un
máximo de 8 mg/día.
Se recomienda mantener el tratamiento con antimuscarínicos v.o. (biperideno 2 mg/8 h; proci-
clidina 5 mg/8 h; trihexifenidilo 2-5 mg/8 h) durante 4-7 días y retirar progresivamente, aunque se
plantee la retirada o la disminución de la dosis del fármaco causante, especialmente en aquellos
pacientes de alto riesgo.
Si no puede retirarse el fármaco implicado en el origen de la distonía, deberá valorarse ambula-
toriamente la búsqueda de una alternativa o el mantenimiento del tratamiento anticolinérgico
de forma más prolongada para la prevención de nuevos episodios, especialmente en aquellos
pacientes de alto riesgo.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Son necesarias las determinaciones de CK y otras enzimas musculares en aquellos cuadros
generalizados o asociados a hipertermia o alteración del nivel de consciencia, especialmente
en aquellos pacientes que reciben tratamiento crónico con neurolépticos o agonistas dopa-
minérgicos.
▶▶ En caso de aparición de hemidistonía o distonía focal aislada de los miembros inferiores de
forma aguda, las pruebas de imagen cerebral están justificadas para descartar patología es-
tructural.
▶▶ El tratamiento de las distonías es sintomático, principalmente con anticolinérgicos.
▶▶ En el caso de las distonías agudas farmacológicas, el tratamiento sintomático incluye la admi-
nistración de un fármaco antimuscarínico i.m.
CAPÍTULO 85
752 DISTONÍAS AGUDAS
ALGORITMO
DISTONÍA
AGUDA
Tratamiento
sintomático Secundaria Otros fármacos
NO
Presentación Descartar
hemicorporal patología
estructural
Tóxicos,
Tratamiento
alteraciones
urgente
iónicas…
Sospecha
de enfermedad
SÍ heredodegenerativa /
¿Otras metabólica
SÍ manifestaciones
neurológicas?
¿Cuadro Posible distonía
NO primaria
típico?
Posible causa
NO psicógena
CAPÍTULO 86
ATAXIA Y TRASTORNOS DE LA MARCHA
Ioana Muñoz Betegón | Ángel Aledo Serrano
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
La marcha requiere la interacción del sistema aferente (compuesto por estímulos visuales, vesti-
bulares y propioceptivos), el sistema locomotor eferente (nervioso y osteomuscular) y un control
superior mediante diversas estructuras del sistema nervioso central (SNC).
La ataxia se define como una alteración de la coordinación del movimiento voluntario de los mús-
culos. No es una enfermedad per se, sino un síndrome, por lo que es necesario investigar la etiolo-
gía subyacente. Una de sus manifestaciones es la marcha atáxica.
Ocurre por una alteración del cerebelo o de las aferencias vestibulares o propioceptivas a este.
Puede manifestarse de forma progresiva (ej.: en las ataxias espinocerebelosas) o de forma aguda/
subaguda (ictus, patología infecciosa…), constituyendo entonces una emergencia neurológica.
▶▶ Marcha espástica: marcha del segador o stiff gait, donde se observa una ligera flexión de la ca-
dera con extensión de la rodilla y flexión plantar del pie. Con el movimiento suele acompañarse
de abducción del brazo ipsilateral con cada paso y movimiento en circunducción. Si la afec-
tación es bilateral se denomina marcha en tijeras. Se acompaña de clono, aumento del tono
muscular e hiperreflexia.
• Etiología: es un signo de piramidalismo (lesión en la vía corticoespinal o primera motoneurona)
a cualquier nivel.
▶▶ Ataxia cerebelosa (ver apartado de ataxias).
▶▶ Marcha hipocinética o parkinsoniana: se observa principalmente en la enfermedad de Parkin-
son idiopática (EPI). En estadios iniciales, hay una disminución de la velocidad y una reducción
asimétrica del braceo. Al caminar, se observa el temblor parkinsoniano característico de los
miembros superiores, pero no en los miembros inferiores. En la EPI avanzada el tronco adquiere
una postura en flexión (postura hipercifótica), lo que obliga a una marcha con pasos rápidos y
pequeños para mantener el equilibrio (marcha festinante).
3.2.2. Litio
Genera ataxia asociada a temblor fino distal en las manos. En ocasiones se asocia además a hi-
pertiroidismo.
3.2.3. Quimioterápicos
Producen ataxia cerebelosa principalmente la capecitabina y el fluorouracilo (que aparece sema-
nas o meses tras la administración) y ataxia sensitiva los platinos.
CAPÍTULO 86
756 ATAXIA Y TRASTORNOS DE LA MARCHA
3.2.4. Tóxicos
Producen ataxia cerebelosa principalmente el alcohol y los metales pesados.
4.5. DISARTRIA
Es la alteración de la pronunciación con variaciones explosivas del lenguaje.
4.6. NISTAGMO
Suele acompañar a muchos síndromes atáxicos. El nistagmo vertical suele hacer sospechar una
patología central, mientras que uno horizontorrotatorio puede ser sugerente de patología vesti-
bular periférica (ver capítulo sobre vértigo y mareo).
5. DIAGNÓSTICO
Para la aproximación al paciente con trastornos de la marcha es necesaria la realización de una
historia clínica y un examen físico detallado.
La exploración de estos pacientes debe incluir: 1) postura corporal (de la cabeza, las ex-
tremidades y el tronco); 2) bipedestación (con base espontánea y con los pies juntos); 3)
marcha (inicio, longitud del paso, separación del pie del suelo, braceo, giro y marcha en
tándem); y 4) otras (prueba de Romberg, forma de levantarse de una silla y maniobra del
empujón).
6. TRATAMIENTO
Ante cualquier paciente con ataxia que se valore en un Servicio de Urgencias se deberá adminis-
trar tiamina 100 mg i.m. mientras se completa el estudio etiológico, así como valorar el ajuste de
la dosis o la retirada de los fármacos o tóxicos que pudieran estar relacionados. Posteriormente,
tras completar el estudio, se realizará tratamiento etiológico.
Puntos clave/recuerda
▶▶ La ataxia se define como una alteración de la coordinación del movimiento voluntario de los
músculos. No es una enfermedad per se, sino un síndrome, por lo que es necesario investigar
la etiología subyacente. Una de sus manifestaciones es la marcha atáxica.
▶▶ Ante la sospecha de ictus agudo habrá que activar los protocolos de código ictus sin demora.
▶▶ Los ictus cerebelosos pueden complicarse con edema, comprimiendo el IV ventrículo y el
tronco encefálico, desencadenado hipertensión intracraneal y herniación de estructuras su-
pratentoriales.
▶▶ Ante la sospecha de patología estructural se debe realizar TC urgente. La ausencia de altera-
ciones en la TC craneal no descarta, debido a la baja sensibilidad de esta prueba en patolo-
gías de la fosa posteriores, por lo que de manera diferida se deberá realizar una RM cerebral.
▶▶ Ante cualquier paciente con ataxia que se valore en un Servicio de Urgencias se deberá ad-
ministrar tiamina 100 mg i.m. mientras se completa el estudio etiológico, así como valorar
el ajuste de la dosis o la retirada de los fármacos o tóxicos que pudieran estar relacionados.
CAPÍTULO 87
NEUROPATÍAS PERIFÉRICAS AGUDAS.
SÍNDROME DE GUILLAIN-BARRÉ
Carmen del Arco Galán | Mariano Aguilar Mulet
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
Las neuropatías periféricas constituyen un amplio grupo de enfermedades que se caracterizan
por la afectación del nervio periférico (raíces, ganglios, plexos y fibras nerviosas). Tienen diferente
etiología, evolución y pronóstico.
2. CLASIFICACIÓN
▶▶ Según el tiempo de evolución, se consideran agudas si son inferiores a 3 semanas, subagudas si
progresan en 1 mes y crónicas cuando superan este tiempo. Pueden comportarse como brotes
recidivantes o de forma progresiva.
▶▶ Según el territorio nervioso afectado, se pueden clasificar como:
• Mononeuropatías simples: la afección se limita a un nervio, como la parálisis del radial.
• Mononeuropatías múltiples: son varios los nervios implicados, de forma secuencial, como la
parálisis facial bilateral de la enfermedad de Lyme.
• Polineuropatía: la afectación es difusa en todos los nervios periféricos; se caracterizan por pro-
ducir signos y síntomas bilaterales y simétricos.
4. DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
Las neuropatías deben incluirse en el diagnóstico diferencial de los pacientes que consultan por
alteraciones sensitivas o motoras en las extremidades.
Para evaluar a los pacientes con sospecha de neuropatía, necesitamos contestar a las siguientes
preguntas:
▶▶ ¿Se trata de una afectación simétrica o asimétrica?
▶▶ ¿La afectación es distal exclusivamente o proximal y distal?
▶▶ ¿Es una neuropatía motora pura, sensitiva pura o mixta?
CAPÍTULO 87
760 NEUROPATÍAS PERIFÉRICAS AGUDAS. SÍNDROME DE GUILLAIN-BARRÉ
SÍNTOMAS SENSITIVOS
Positivos:
• Sensación de hormigueo y quemadura
• Frialdad
• Adormecimiento
• Dolor: urente, lancinante, terebrante, punzante, penetrante, similar a choque eléctrico
• Hipersensibilidad
Negativos:
• Incapacidad para reconocer objetos por el tacto
• Inestabilidad
SÍNTOMAS MOTORES
• Debilidad/pérdida de fuerza/parálisis
• Atrofia distal
• Disminución de los reflejos
SÍNTOMAS AUTONÓMICOS
• Impotencia
• Hiper- o hipotensión
• Arritmias
• Ortostatismo
• Dishidrosis
• Incontinencia esfinteriana
Tabla 2. Causas de parálisis aguda que pueden asociar compromiso respiratorio (miopatías o neuropatías)
Según las respuestas se pueden identificar siete patrones que permitirán clasificar las diferentes
entidades clínicas (algoritmo).
El diagnóstico es clínico; se basa en los antecedentes, síntomas y signos del paciente. Las pruebas
complementarias (determinaciones analíticas dirigidas, exámenes electrofisiológicos, biopsias
de nervio y músculo, etc.) completarán la identificación del problema y permitirán establecer un
pronóstico, pero no es necesario realizarlas de forma urgente. Una aproximación clínica a la etio-
logía se efectúa en función de la rapidez de instauración: las de rápida evolución suelen ser de
NEUROLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS 761
origen inmune o tóxico, las subagudas pueden ser de origen tóxico, inflamatorio o nutricional y las
crónicas sugieren origen hereditario.
El tratamiento es sintomático y dirigido a la causa concreta, considerando siempre la posibilidad
de afectación respiratoria.
SÍNDROME DE GUILLAIN-BARRÉ
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
El síndrome de Guillain-Barré (SGB) hace referencia a diferentes entidades que se caracterizan
por la aparición, en mayor o menor medida, de: parálisis arrefléxica, síntomas sensitivos distales
y disociación albuminocitológica en el líquido cefalorraquídeo (elevadas proteínas y 0 células).
Produce discapacidad en el 20 % de los afectados y mortalidad en un 5 %.
2. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
La forma más frecuente del SGB es la polineuropatía desmielinizante inflamatoria aguda, que da cuen-
ta del 90 % de los casos en Occidente. Otras formas incluidas en el grupo son la neuropatía axonal
motora aguda, la neuropatía axonal sensitivomotora aguda (ambas más frecuentes en población de
origen asiático) y el síndrome de Miller-Fisher, una variante que incluye oftalmoplejía, ataxia y arreflexia.
El origen de todas ellas es la producción de anticuerpos frente a la mielina sin que aún se haya
dilucidado cuál es el mecanismo concreto inductor. En más del 80 % de los casos existió una in-
fección (respiratoria o gastrointestinal) en las 2-3 semanas previas. El agente implicado hasta en el
30 % de los casos es el Campylobacter jejuni pero también se ha relacionado con citomegalovirus,
virus de Epstein-Barr, virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), virus zika, Mycoplasma pneu-
moniae, Plasmodium, etc. y con otros procesos no infecciosos que incluyen la vacunación frente a
diferentes agentes víricos, cirugías, embarazo, puerperio, enfermedades neoplásicas hematológi-
cas y el uso de diferentes fármacos (sales de oro, D-penicilamina, estreptocinasa, etc.).
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Los síntomas son diversos y se presentan con diferentes grados de intensidad, por lo que pueden
ser difíciles de explicar por parte del paciente y de identificar por el clínico. El dato fundamental
es la debilidad progresiva desde territorios distales a los más proximales, de forma simétrica, al-
canzando el punto de máxima afectación hacia las 2 semanas de evolución. En ese momento, los
reflejos osteotendinosos (sobre todo el rotuliano) están abolidos. Asimismo, existen trastornos
sensitivos y disestesias pero aparecen de forma mucho menos florida que la afectación motora.
El dolor puede preceder al cuadro clínico completo; habitualmente es punzante y se localiza en
los grupos musculares que han perdido el estímulo nervioso o en la espalda. Los esfínteres anal
y vesical suelen mantenerse preservados, por lo que su afectación debe poner en duda el diag-
nóstico. Otro tanto ocurrirá si los síntomas predominantes son los sensitivos, existe asimetría, se
detecta un nivel sensitivo o existe fiebre. Si se añade afectación del sistema nervioso autónomo,
pueden aparecer trastornos de la presión arterial (hipotensión, hipertensión, fenómenos de or-
tostatismo), arritmias (taquicardia o bradicardia) y alteraciones de la sudoración.
El principal problema que pone en peligro la vida del paciente es la afectación de la mecánica
respiratoria; la debilidad en la lengua es un dato que puede ayudar a predecirla.
Se consideran datos de buen pronóstico la edad y que el paciente mantenga la deambulación de
forma independiente a las 2 semanas.
CAPÍTULO 87
762 NEUROPATÍAS PERIFÉRICAS AGUDAS. SÍNDROME DE GUILLAIN-BARRÉ
CRITERIOS OBLIGATORIOS
• Debilidad progresiva en brazos y piernas
• Arreflexia (o hiporreflexia)
CRITERIOS QUE APOYAN EL DIAGNÓSTICO
• Progresión de los síntomas de unos días a 4 semanas
• Inicio de la recuperación 2-4 semanas después de que cese la progresión de los síntomas
• Simetría relativa de los signos
• Síntomas o signos leves
• Compromiso de pares craneales (diplejía facial)
• Disfunción autonómica
• Ausencia de fiebre al inicio del cuadro
• LCR típico (disociación albuminocitológica)
• EMG con signos característicos de un proceso de desmielinización en los nervios periféricos
CARACTERÍSTICAS QUE PONEN EN DUDA EL DIAGNÓSTICO
• Debilidad asimétrica
• Disfunción vesical y/o intestinal desde el inicio o persistente
• Nivel sensitivo
• Presencia de más de 50 leucocitos/mm3 en el LCR
EMG: electromiograma; LCR: líquido cefalorraquídeo.
NEUROLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS 763
5. TRATAMIENTO
No existe un tratamiento específico para estos pacientes. Deben establecerse las medidas de
soporte y de monitorización adecuadas, vigilando de forma periódica la función respiratoria.
Los mejores resultados hasta hoy se han obtenido con la utilización de plasmaféresis o de inmu-
noglobulinas intravenosas a dosis de 400 mg/kg/día durante 5 días. No parece que utilizar ambas
de forma simultánea haya mejorado los resultados frente a su aplicación de forma aislada. Se
suele utilizar la inmunoglobulina por resultar más accesible. Antes se propusieron los esteroides
como tratamiento (solos o en combinación) pero no han demostrado utilidad. Se recomienda ini-
ciar el tratamiento con la sospecha clínica, sin esperar a la confirmación electrofisiológica, ya que
el inicio precoz parece disminuir la necesidad de ventilación mecánica. Puede ser necesario un
segundo ciclo de tratamiento en pacientes que experimentan mejoría pero en los que se observa
recidiva en la segunda o tercera semana; suele utilizarse el mismo primer tratamiento. Algunos de
los pacientes que se estabilizan espontáneamente respecto a los síntomas iniciales pueden ser
manejados solo con medidas de soporte generales, sin plasmaféresis ni inmunoglobulinas.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Las neuropatías deben incluirse en el diagnóstico diferencial de los pacientes que consultan
por alteraciones sensitivas o motoras en las extremidades.
▶▶ Para el enfoque diagnóstico de las neuropatías periféricas, tenemos que saber si la afectación
es simétrica o asimétrica, distal exclusivamente o proximal y distal y si es motora pura, sensitiva
pura o mixta.
▶▶ Ante un paciente con debilidad progresiva de las extremidades (relativamente simétrica) y
arreflexia, debemos sospechar un SGB. La disociación albuminocitológica en el LCR apoya el
diagnóstico, que es fundamentalmente clínico.
▶▶ En el SGB, los esfínteres anal y vesical suelen mantenerse preservados, por lo que su afecta-
ción debe poner en duda el diagnóstico. Otro tanto ocurrirá si los síntomas predominantes
son los sensitivos, existe asimetría, se detecta un nivel sensitivo o existe fiebre.
▶▶ Es obligatoria la valoración periódica de la función respiratoria ya que puede verse compro-
metida en el transcurso de la enfermedad, poniendo en riesgo la vida del paciente. La altera-
ción de los parámetros gasométricos se produce cuando ya existe una importante afectación
respiratoria, por lo que en ese momento no debe demorarse la intubación profiláctica.
▶▶ El tratamiento precoz (inmunoglobulinas o plasmaféresis) parece disminuir la necesidad de
ventilación mecánica. Los corticoides no han demostrado utilidad.
CAPÍTULO 87
764 NEUROPATÍAS PERIFÉRICAS AGUDAS. SÍNDROME DE GUILLAIN-BARRÉ
ALGORITMO
Síntomas de la neuropatía
Simétrica Asimétrica
MIASTENIA GRAVIS
1. DEFINICIÓN
Es una enfermedad autoinmune producida por la existencia de anticuerpos frente a los recepto-
res nicotínicos presinápticos de acetilcolina de la unión neuromuscular.
• Prueba del hielo: se utiliza cuando existe ptosis. Se aplica hielo durante 2 min sobre el párpado
cerrado. Posteriormente, se valora la mejoría de la ptosis (1 min) y de la diplopía (5 min). Es útil para el
diagnóstico cuando el edrofonio no se encuentra accesible o su uso puede conllevar complicaciones
graves
• Prueba del edrofonio: inhibidor de la acetil colinesterasa de uso i.v. con comienzo de acción rápido (30
s) y corta duración (10 min). Se administran 2 mg en 15 s y se valora la respuesta. Si no hay mejoría, se
volverán a administrar 2 mg/60 s hasta una dosis total máxima de 10 mg. Contraindicaciones relativas
son: adulto mayor, patología cardíaca, asma y afectación bulbar y respiratoria. Efectos secundarios
graves son: bradicardia, hipotensión y broncoespasmo. Son obligatorias: monitorización y atropina
precargada (0,4-0,6 mg)
• Otras pruebas no urgentes:
- AChR: confirma el diagnóstico. Tiene alta especificidad (80 % en MG generalizadas y 50 % en MG
oculares)
- Estimulación repetitiva: rentable en musculatura con debilidad manifiesta, con una sensibilidad del 50 %
- EMG de fibra única: sensibilidad elevada (90 % en MG generalizadas y 50 % en MG oculares)
4. TRATAMIENTO
Va a depender de la edad del paciente, de la gravedad de la enfermedad (sobre todo si hay afec-
tación bulbar o respiratoria) y de su evolución:
▶▶ Anticolinesterásico: constituye la base del tratamiento sintomático. Ha de iniciarse tan
pronto como se realice el diagnóstico de presunción en pacientes con sintomatología
leve-moderada. Piridostigmina v.o. (dosis de inicio de 30 mg/8 h, con una dosis máxima
de 120 mg/4-6 h).
▶▶ Corticoides: indicados cuando el anticolinesterásico no controla adecuadamente los síntomas
durante el seguimiento de los pacientes. Prednisona 1 mg/kg/día. Se logra mejoría a partir de
la 2.ª-3.ª semana.
▶▶ Inmunosupresores: si hay mal control de síntomas con corticoides o para minimizar los efectos
secundarios de los mismos. Azatioprina, ciclosporina, rituximab (en las formas refractarias), etc.
▶▶ Plasmaféresis: se usa como tratamiento previo a la timectomía, en las crisis miasténicas y en
los casos de empeoramiento súbito y grave de los síntomas bulbares y respiratorios. Además,
puede utilizarse como terapia puente mientras empiezan a hacer efecto los tratamientos inmu-
nosupresores de inicio de acción más lento. Se logra mejoría a partir de la 3.ª sesión.
▶▶ Inmunoglobulinas (Ig): con indicaciones similares a la plasmaféresis. Se logra mejoría en 1 se-
mana.
▶▶ Timectomía: es necesario que haya estabilidad clínica previa a la intervención. Está indicada en
menores de 55 años, con miastenia gravis (MG) generalizada, timoma y anticuerpos antirrecep-
tor de acetilcolina (AChR) positivos.
5. COMPLICACIONES URGENTES
▶▶ Crisis miasténica: debilidad marcada de la musculatura respiratoria y bulbar. Es fundamental
identificar y tratar el factor desencadenante (lo más frecuente es una infección intercurrente).
La intubación orotraqueal está indicada si la capacidad vital es menor de 15 ml/kg o el Peak-
flow es menor de 150 cmH2O. Se trata con plasmaféresis o Ig.
▶ ▶ Crisis colinérgica: aumento de los síntomas miasténicos asociados a fasciculaciones, su-
doración, bradicardia, salivación, diarrea y dolor abdominal. El tamaño pupilar en las
crisis colinérgicas, habitualmente menor de 2 mm, ayuda a diferenciarlas de las crisis
miasténicas. La administración de edrofonio i.v. (2-10 mg) puede apoyar el diagnóstico,
mejorando la musculatura esquelética pero empeorando la situación respiratoria; re-
quiere vigilancia y soporte ventilatorio. Se trata mediante la suspensión del anticolines-
terásico durante 2-3 días.
ESCLEROSIS MÚLTIPLE
1. DEFINICIÓN
Es una enfermedad desmielinizante, inflamatoria y multifocal del sistema nervioso central que se
caracteriza por la presencia de múltiples placas desmielinizantes en distintos estadios evolutivos.
Afecta a adultos jóvenes (20-40 años).
2. ETIOLOGÍA
Múltiples causas (susceptibilidad genética, factores ambientales e infecciones víricas) desenca-
denan una respuesta inmunológica que es la responsable final de la lesión neurológica.
CAPÍTULO 88
768 OTRAS URGENCIAS NEUROLÓGICAS
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Las dos características fundamentales son la diseminación temporal (brotes o recidivas de más
de 24 h de duración no atribuibles a otras causas, seguidos de fases de remisión) y la disemina-
ción espacial (distintas localizaciones del sistema nervioso central [SNC]) de los síntomas y signos
neurológicos (tabla 4).
LCR Normal o pleocitosis mononuclear (< 50 cél./mm3); proteínas normales o aumento moderado
(< 100 mg/dl); incremento de secreción intratecal de IgG; BOC en el LCR + y en el suero -
RM Múltiples imágenes hiperintensas en T2 e hipointensas en T1, captación con gadolinio en lesiones
agudas
BOC: banda oligoclonal; IgG: inmunoglobulina G; LCR: líquido cefalorraquídeo; RM: resonancia magnética.
5. TRATAMIENTO
▶▶ Tratamiento del brote:
• Corticoides: constituye el tratamiento de elección. Metilprednisolona i.v. a dosis de 1 g/día
(disuelto en 250 ml de suero salino) durante 3-5 días. Posteriormente, se valorará la necesidad
NEUROLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS 769
de forma progresiva (de horas a días), con reversibilidad parcial o completa en meses. Aparece
más frecuentemente a los 30-39 años y en localización torácica.
2. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
La mielitis transversa aguda (MTA) se clasifica en función de la gravedad clínica y de la extensión
de la lesión medular en la resonancia magnética (RM) (tabla 7).
Su origen es muy variado (tabla 8).
• MTA parcial: clínica leve-moderada con patrón asimétrico. Extensión radiológica de 1-2 segmentos
vertebrales
• MTA completa: clínica grave, completa o casi completa, simétrica. Extensión radiológica de 1-2
segmentos vertebrales
• MTA longitudinal extensa: afectación parcial o completa. Lesión radiológica de 3 o más segmentos
vertebrales
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Se caracteriza por la aparición aguda o subaguda de:
▶▶ Síntomas motores: paraparesia rápidamente progresiva, ascendente, inicialmente flácida y
posteriormente espástica, por debajo del nivel de la lesión.
▶▶ Síntomas sensitivos: parestesias, disestesias y dolor. La mayoría de los pacientes tienen nivel
sensitivo.
▶▶ Síntomas autonómicos: urgencia miccional, incontinencia vesical y rectal, dificultad o imposibi-
lidad de vaciamiento vesical, estreñimiento y disfunción sexual. Una retención aguda de orina
puede ser el primer signo de mielitis.
Síntomas asociados como fiebre, rash vírico, adenopatías, etc. deben orientarnos hacia una etio-
logía infecciosa y rash malar, livedo reticularis, serositis, úlceras orales, etc. hacia una enfermedad
inflamatoria sistémica.
NEUROLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS 771
• RM con gadolinio: es necesario realizarla con carácter urgente. Útil para descartar lesión medular
compresiva. Típicamente muestra captación en 1 o más segmentos
• LCR: en el 50 % de los casos presenta alteraciones inflamatorias: linfocitosis moderada (< 100/mm3),
aumento leve de proteínas (100-120 mg/dl) y glucosa baja o normal. Ausencia de BOC (su presencia
sugieren más riesgo de EM). Gram y cultivos
•O tras: hemograma, bioquímica y coagulación
- ECG
- Radiografía simple de tórax (masa pulmonar) y de columna (lesiones líticas)
- Serologías, autoinmunidad y marcadores tumorales (no urgente)
BOC: banda oligoclonal; ECG: electrocardiograma; EM: esclerosis múltiple; LCR: líquido cefalorraquídeo; RM: resonancia
magnética.
Ig: inmunoglobulina; LCR: líquido cefalorraquídeo; RM: resonancia magnética; SNC: sistema nervioso central; VIH: virus
de la inmunodeficiencia humana.
5. TRATAMIENTO
▶▶ Tratamiento específico de la causa.
▶▶ Glucocorticoides i.v.: es el tratamiento de primera línea durante la fase aguda. Metilprednisolona
1 g/24 h o dexametasona 200 mg/24 h durante 3-5 días.
▶▶ Plasmaféresis: indicada en las afectaciones motoras graves y en los fracasos terapéuticos tras
los corticoides.
▶▶ Inmunosupresores: indicados en enfermedades inflamatorias sistémicas y en formas recidivan-
tes. Ciclofosfamida (2 g/kg/día) y azatioprina (150-250 mg/día).
CAPÍTULO 88
772 OTRAS URGENCIAS NEUROLÓGICAS
1. DEFINICIÓN
Es un síndrome clínico que se caracteriza por una alteración de la memoria consistente en amne-
sia anterógrada y retrógrada. Es temporal, tiene un inicio y un fin bruscos y su duración es variable
(habitualmente menor de 12 h). La mayoría de los casos ocurren en personas de 50-70 años.
2. ETIOLOGÍA
El mecanismo etiológico es desconocido aunque se han propuesto distintos factores precipitan-
tes: ejercicio físico intenso, Valsalva, dolor, inmersión en agua fría/caliente, actividad sexual, es-
trés emocional, etc.
3. DIAGNÓSTICO
El diagnóstico es clínico (tabla 11). Se establece mediante la anamnesis, la exploración física y la
exclusión de otras entidades que cursan con síntomas similares (accidente isquémico transitorio
[AIT], crisis comiciales parciales, amnesia psicógena [los pacientes refieren alteración de la identi-
dad], tóxicos, alteraciones metabólicas como la hipoglucemia, infecciones del SNC, etc.).
En las presentaciones típicas de amnesia global transitoria (AGT), parece razonable y seguro no
realizar pruebas complementarias de manera urgente. En las formas atípicas, se recomienda rea-
lizar análisis de sangre (hemograma y bioquímica, incluyendo glucosa, creatinina, urea, iones, cal-
cio y perfil hepático), electrocardiograma (ECG) y tomografía computarizada (TC) craneal.
4. TRATAMIENTO
No precisa tratamiento específico. Tiene un pronóstico benigno y una baja tasa de recidiva; no se
asocia a aumento de riesgo de ictus o convulsiones.
NEUROLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS 773
Puntos clave/recuerda
▶▶ Ante un paciente con debilidad muscular o diplopía con empeoramiento vespertino y fati-
gabilidad, debemos pensar en MG. La realización de la prueba del hielo o la aplicación de
edrofonio pueden apoyar el diagnóstico en Urgencias.
▶▶ Antes de prescribir un fármaco a un paciente con MG, debemos consultar la lista de fármacos
que pueden agravar la debilidad muscular.
▶▶ Las crisis miasténicas y las crisis colinérgicas pueden ser difíciles de diferenciar entre sí. El
tamaño pupilar puede ayudarnos en esto (miosis en la crisis colinérgica). En ambas, es priori-
taria la valoración de la función respiratoria.
▶▶ En los pacientes con EM que consultan por clínica neurológica, habrá que descartar que se
trate de una pseudocrisis.
▶▶ La MTA es una enfermedad poco frecuente. Si un paciente presenta síntomas y signos de afec-
tación medular, lo primero es excluir que haya una compresión extrínseca mediante RM.
▶▶ En pacientes jóvenes y con presentación típica de AGT, parece razonable y seguro no realizar
pruebas complementarias de manera urgente.
NEUROLOGÍA
BIBLIOGRAFÍA
CAPÍTULO 79
PATOLOGÍA CEREBROVASCULAR AGUDA
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CAPÍTULO 84
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CAPÍTULO 85
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CAPÍTULO 87
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CAPÍTULO 88
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INFECCIOSAS
CAPÍTULO 89
CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE
PATOLOGÍA INFECCIOSA
Francisco Javier Candel González | Carla Rico Luna
1. EPIDEMIOLOGÍA DE LA INFECCIÓN
Las enfermedades infecciosas constituyen un grave problema de salud pública a nivel mundial,
asociándose a una elevada morbilidad y mortalidad, y representan cada vez con más fuerza un
porcentaje relevante de la labor asistencial en todos los ámbitos sanitarios, destacando los servi-
cios de urgencias hospitalarios (SUH).
Un estudio epidemiológico realizado en el año 2013 en los SUH de nuestro país, comparó sus resul-
tados con estudios previos y series similares, concretamente con uno publicado en el año 2000, con
el objetivo de valorar la evolución en los últimos años. Los autores llegaron a la conclusión de que
existe un aumento en la prevalencia de las infecciones, con un perfil de pacientes de mayor edad,
comorbilidad, factores de riesgo de microorganismos multirresistentes y síndrome séptico.
Así, del total de pacientes adultos que acuden a SUH en España, el 14,3 % sufre un proceso infec-
cioso, demostrando un incremento en la prevalencia en relación con la anteriormente descrita
(10-12 %), dato que destaca la importancia del papel de estos procesos en este nivel asistencial.
Las infecciones respiratorias de vías bajas (IRVB), las infecciones urinarias (IU) y las infecciones de
la esfera otorrinolaringológica (ORL) siguen siendo los modelos más frecuentes (con una preva-
lencia del 4,6 %, 3,2 % 2,1 % respectivamente). También existe un aumento en la gravedad de los
procesos, puesto de manifiesto por el aumento de los pacientes que padecen sepsis a su llegada
a los SUH.
Existen posibles justificaciones para este incremento, que podrían estar en relación con factores
que condicionen una mayor vulnerabilidad para la infección, como es, el incremento en la espe-
ranza de vida, la mayor supervivencia de pacientes con patología neoplásica o enfermedades
crónicas y el mayor número de sujetos sometidos a tratamientos inmunosupresores o terapias
biológicas, entre otras.
En el pasado la infección por microorganismos multirresistentes se había asociado tan solo a
infecciones nosocomiales, sin embargo, en la actualidad, cada vez es más frecuente su aparición
en pacientes procedentes del área sanitaria. Cabe destacar el porcentaje de pacientes con algún
grado de inmunosupresión, comorbilidad, un mayor número de episodios infecciosos seguidos
de sus correspondientes ciclos de antimicrobianos, el porcentaje de institucionalización e ingre-
sos hospitalarios previos; todos ellos factores predisponentes para la emergencia de patógenos
multirresistentes que suponen un nuevo reto para el clínico, especialmente en la atención urgen-
te; donde el tratamiento antimicrobiano será la mayoría de la veces elegido de forma empírica.
La sepsis y sus consecuencias han aumentado progresivamente en los últimos años. La neumonía
adquirida en la comunidad, la pielonefritis, la infección intraabdominal y las del sistema nervioso
central (SNC) son las entidades que presentan mayor índice de sepsis, superando todas ellas el 20 %.
CAPÍTULO 89
782 CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE PATOLOGÍA INFECCIOSA
Los antibióticos β-lactámicos presentan un escaso efecto post-antibiótico (EPA o actividad an-
tibacteriana que presenta un antibiótico cuando su concentración plasmática se encuentra por
debajo de la CMI) y una mínima actividad concentración-dependiente, con una actividad bacte-
ricida óptima cuando su concentración supera un umbral de aproximadamente 4 veces la CMI
durante al menos el 40 % del intervalo entre dosis (50-60 % para penicilinas, 60-70 % para cefalos-
porinas y 40 % para carbapenems). Este parámetro PK/PD (t >CIM) es también el que mejor corre-
laciona la eficacia de otros antibióticos como la clindamicina, algunos macrólidos (claritromicina,
eritromicina), linezolid, etc.
El intervalo entre administraciones parece ser de menor importancia para la eficacia de los
aminoglucósidos y las quinolonas. En estos casos, los cocientes Cmax/CMI o AUC/CMI son los
principales parámetros PK/PD que correlacionan mejor la eficacia antimicrobiana, aunque
Cmax/CMI puede llegar a ser más relevante en infecciones donde el riesgo de resistencia es ma-
yor. La eficacia de los aminoglucósidos (Cmax/CMI) y las quinolonas (AUC/CMI) se correlaciona
con elevadas (y seguras) dosis administradas a intervalos espaciados y a su EPA, el cual pre-
viene el crecimiento bacteriano cuando los niveles plasmáticos caen por debajo de la CMI. La
resistencia adaptativa a los aminoglucósidos es un fenómeno cuyo origen está vinculado a una
disminución reversible y temporal de la entrada del fármaco en la bacteria, lo que se traduce en
un incremento de la CMI, con la correspondiente concentración subinhibitoria del antibiótico
en el foco. Este riesgo disminuye al aumentar la concentración en el foco muy por encima de la
CMI, asegurando la actividad frente a cepas resistentes, y espaciando las dosis para permitir la
reversión de esta resistencia temporal. Siguiendo con el ejemplo de los aminoglucósidos, esto
se puede conseguir implementando un régimen posológico de una dosis diaria, a una concen-
tración de al menos 10 veces la CMI en aproximadamente 30 minutos. Esta dosis se denomina
la CPM o concentración que previene la mutante resistente, al eliminar también a las bacterias
capaces de expresar este fenotipo de adaptación. Una dosis diaria también reduce la incidencia
de nefrotoxicidad y ototoxicidad, ya que la acumulación tisular de los aminoglucósidos es satu-
rable a concentraciones terapéuticas.
Existen otros aspectos a tener en cuenta, tanto en terapia empírica como en dirigida, que au-
mentan el rendimiento en la prescripción. La potencia de un antimicrobiano es el número de
logaritmos de la microbiota bacteriana existente en el foco que el antibiótico es capaz de eliminar
en un tiempo determinado. Para estudiar este concepto de reducción logarítmica se emplean en
Microbiología las curvas de letalidad. Es un error frecuente el confundir la potencia con el espec-
tro (abanico de familias de bacterias sobre los que el citado antibiótico es activo). Consecuencia
de este error, que impacta netamente en el nicho ecológico (seleccionando por presión farmaco-
lógica las cepas resistentes), es elegir el antibiótico con el espectro más amplio sin pensar ni en su
potencia, ni en el impacto de selección bacteriana que genera en el entorno.
El mejor antiestafilocócico conocido frente a cepas de S.aureus sensible a meticilina es la cloxa-
cilina, pese a su limitado espectro. Existen estudios que demuestran una peor evolución clínica
de los pacientes tratados frente a este patógeno con otros antibióticos como vancomicina, cuyo
espectro frente a Gram positivos es más amplio. Del mismo modo resulta innecesario, y quizá
peligroso, el empleo sistemático de piperacilina-tazobactam en el manejo de la infección comu-
nitaria en pacientes sin factores de selección de flora, ya que el mayor espectro de este fármaco
podría deparar una selección mayor en el nicho ecológico.
Una manera de preservar o al menos no deteriorar en exceso el nicho ecológico es el “desesca-
lamiento”, una técnica que consiste en la sustitución del tratamiento antibiótico por una familia
de antimicrobianos con un espectro mas especifico para el microorganismo causal, guiado por
los resultados del cultivo de una muestra representativa del proceso infeccioso, optimizando de
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
785
el potencial riesgo de complicación hemodinámica, y, por último, qué flora esperamos encontrar
(Ver algoritmo). Toda esta información nos permitirá aproximar los trazos en el dibujo de nues-
tra maniobra en materia de prescripción antimicrobiana empírica y obtención de cultivos para
“desescalar” en terapia dirigida.
Desde los servicios de urgencias muchas veces es complicado tener un diagnóstico definitivo que
permita la notificación de dichos casos; ya que normalmente se va a disponer únicamente de
diagnósticos clínicos de sospecha. En este epígrafe queremos hacer especial hincapié en la sos-
pecha en situaciones epidemiológicas de virus emergentes. Tema de actualidad en los últimos
años, como fruto de la globalización, movimientos migratorios e incremento de viajes internacio-
nales a todos los continentes.
Aunque en nuestro medio, la prevalencia sigue siendo baja, en estas situaciones especiales po-
dría estar justificado el uso de técnicas de diagnóstico rápido, que algunos laboratorios de Micro-
biología tienen ya implementadas.
Para que una enfermedad infecciosa sea considerada emergente, se tiene que dar alguna de las
siguientes condiciones: puede tratarse de una enfermedad conocida que se extienda a una nueva
zona geográfica, puede ser resultado de la evolución o cambo de un microorganismo existente
conocido, o bien, puede tratarse de un patógeno previamente desconocido cuya infección se
diagnostica por primera vez.
A continuación, en la tabla 3 mostramos una clasificación de algunas de las enfermedades víricas
importadas más frecuentes que son de declaración obligatoria. Recomendamos consultar proto-
colos específicos de actuación al respecto.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Las enfermedades infecciosas representan un porcentaje elevado de la labor asistencial en
los Servicios de Urgencias. Los incrementos observados en la prevalencia, edad, comorbili-
dad y factores de selección de resistencias dibujan un perfil diferente del paciente atendido
en Urgencias, que traduce una mayor complejidad de los procesos.
▶▶ El laboratorio de Microbiología desempeña un papel fundamental como apoyo en el diagnós-
tico y control de las enfermedades infecciosas
▶▶ Al prescribir un tratamiento antimicrobiano empírico, deben tenerse en consideración facto-
res como: el espectro antimicrobiano, el índice de resistencia conocido, la dosificación ade-
cuada, la localización, tipo y gravedad de la infección, la comorbilidad del paciente, la pene-
trabilidad tisular del fármaco, los factores de selección de patógenos resistentes y el coste.
▶▶ Se conviene en considerar, con variaciones individuales, que un absceso de más de 5 cm de
diámetro debe ser drenado.
▶▶ Es importante desarrollar medidas para mejorar la prescripción del tratamiento antimicro-
biano en Urgencias, con los siguientes objetivos: 1. Mejorar la adecuación del tratamiento
antibiótico empírico; 2. Optimización de la dosificación según los parámetros farmacociné-
ticos y farmacodinámicos; 3. Evitar el antibiótico en los casos en que no se tenga alta sospe-
cha de patología infecciosa; 4. Favorecer el tratamiento dirigido con antibióticos del espectro
más reducido posible; 5. Suspender precozmente el tratamiento en los casos en que no se
demuestre patología infecciosa y/o evitar los tratamientos innecesariamente prolongados.
▶▶ Se debe realizar diagnóstico de sospecha y disponer del listado de enfermedades de declara-
ción obligatoria, así como de protocolos específicos al respecto incluyendo las enfermedades
víricas emergentes importadas más frecuentes.
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
791
ALGORITMO
Sospecha de infección
PASEO*
SÍ NO
Piperacilina-Tazobactam
Abdominal Ertapenem
Abdominal o
Meropenem / Imipenem
Piel y partes Amoxicilina/clavulánico o
blandas Moxifloxacino
Piperacilina-Tazobactam
o
Meropenem / Imipenem Desconocido Cefalosporina±
Piel y partes Vancomicina
+ Clindamicina +
blandas
Daptomicina
o
Linezolid
Meropenem + Vancomicina
Desconocido
± Aminoglucósido
Profilaxis: ciprofloxacino 750 mg cada 12 h oral, 2-3 días. Alternativa: amoxicilina / clavulánico
500/125 mg cada 8 h oral (iniciar la profilaxis en las primeras 24 horas tras la punción).
1.4. MORDEDURAS
Aunque cualquier animal puede ser el causante de una mordedura, las más frecuentes serán las mor-
deduras de perro, gato u otro ser humano. El 5 % de las mordeduras de perro, el 30 % de las mordedu-
ras de gato y más del 50 % de las mordeduras humanas se acaban infectando. La profilaxis antibiótica
está especialmente indicada en heridas de la mano y la cara, más de 8 horas de evolución, las punzan-
tes y profundas con posible afectación de hueso, tendones o articulaciones, las heridas con importan-
te pérdida de tejido o en paciente inmunodeprimido, con linfedema o esplenectomizado.
Profilaxis: amoxicilina/clavulánico 875/125 mg cada 8 h, 3-5 días. Cefotaxima 1-2 g/8 h en caso de
paciente esplenectomizado. Alternativa: moxifloxacino 400 mg/día 3-5 días.
Se deberá valorar la indicación de ampliar profilaxis ante determinado animales: rabia, tétanos
(ver capítulo 111), virus hepatitis B o VIH en humana-monos (ver capítulo 112).
1.6. CELULITIS
La celulitis recurrente (dos o más episodios al año) puede ser frecuente en pacientes
con linfedema o edemas de otra etiología (insuficiencia venosa crónica, safenectomía). Conviene
insistir en la elevación del área afecta, buena higiene cutánea y fisioterapia en el linfedema.
Profilaxis: con penicilina G benzatina 1,2 MU im cada 4 sem, penicilina V 250-500
mg/12 h vo, cloxacilina 500 mg/día o azitromicina 500 mg/semana (oral).
2. TÉTANOS
En la profilaxis postexposición del tétanos, se debe valorar emplear además de la vacuna antitetá-
nica la inmunoglobulina humana antitetánica (IGT), ya que no es hasta pasados 14 días cuando se
alcanzan niveles protectores de anticuerpos. La administración de IGT, provee tasas de anticuer-
pos protectores que se alcanzan a los 2-3 días y persisten durante 4 meses. (tabla 1)
Se consideran heridas tetanígenas:
▶▶ Heridas o quemaduras con un importante grado de tejido desvitalizado.
▶▶ Herida punzante (sobre todo si ha habido contacto con el suelo o estiércol).
▶▶ Contaminadas con cuerpo extraño.
▶▶ Fracturas con herida.
▶▶ Mordeduras.
▶▶ Congelación. Que requiere intervención quirúrgica y que ésta se retrasa más de 6 horas.
▶▶ Las presentes en pacientes con sepsis.
▶▶ Cirugía con riesgo de contaminación fecal: cirugía de colon.
CAPÍTULO 90
794 PROFILAXIS DE INFECCIÓN EN URGENCIAS. MEDIDAS DE AISLAMIENTO
3. RABIA
La profilaxis está indicada para prevenir la enfermedad en sujetos expuestos al virus rábico, nor-
malmente tras ser mordidos por un animal sospechoso de padecer rabia en un área endémica o
ser picados por murciélago. (tabla 2)
Para determinar si un animal es sospechoso de padecer rabia tendremos en cuenta si el animal
esta localizable y disponible para observación. Si es así hay tres posibilidades:
▶▶ Si el animal está vivo y sano se valorará si se somete a observación. No se iniciará profilaxis
salvo que exista un diagnóstico clínico presuntivo de rabia durante los 14 días de observación,
o existan datos que sugieran importación ilegal o antecedentes de viaje a zona endémica.
▶▶ Si está vivo, pero con signos compatibles con rabia se hará profilaxis con carácter de urgencia.
▶▶ Si el animal es localizado muerto se iniciará tratamiento tras confirmación por laboratorio.
▶▶ Si el animal no está localizable ni disponible para observación las actuaciones quedarán supe-
ditadas a las circunstancias de la agresión y datos disponibles de la agresión.
5.3. BRONQUIECTASIAS
Existe beneficio en reducir la carga bacteriana en los pacientes con reagudizaciones frecuentes (>
3-4/año) en los que se debe ajustar el antibiótico (anti- Pseudomona o no) al perfil de antibiogra-
mas y la pauta y forma de administración en función (oral, inhalado).
6. PROFILAXIS GINECOLÓGICAS
6.1. CANDIDIASIS VULVOVAGINAL RECURRENTE
Se considera si más de cuatro episodios en un año.
Profilaxis: fluconazol 150 mg/semana o clotrimazol (óvulo) 500 mg/semana; por 6 meses.
CAPÍTULO 90
796 PROFILAXIS DE INFECCIÓN EN URGENCIAS. MEDIDAS DE AISLAMIENTO
7.3. SÍFILIS
Contacto sexual con un paciente afecto de lúes activa o con riesgo elevado de padecerla.
Profilaxis: penicilina G benzatina 2,4 MU im o azitromicina 1 g oral (dosis única).
9. PROFILAXIS EN TRAUMA
9.1. FRACTURA ABIERTA
Es fundamental la limpieza profusa, el desbridamiento del tejido desvitalizado y el aplazamiento
del cierre de la herida.
Profilaxis: cefazolina 2 gr ev; seguido de 1 g/8 h ev hasta 24 - 48 h. Alternativas: amoxicilina/clavulá-
nico 2 g- 0,2 g a su llegada al servicio de Urgencias, seguido
de 1-0,2 g 6 h iv, o clindamicina 600 mg iv + gentamicina 3 mg/kg iv inicialmente, seguido de clin-
damicina 600 mg/8 h iv y gentamicina 2 mg/kg/8 h iv.
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
797
En la valvulopatía en un corazón trasplantado; estenosis aórtica, prolapso válvula mitral con in-
suficiencia o miocardiopatía hipertrófica se debe valorar individualmente.
Los procedimientos a considerar son los dentales (cirugía periodontal, colocación de un implan-
te, endodoncia); amigdalectomía, adenoidectomía, broncoscopia con biopsia; bacteriuria por
Enterococcus spp debe tratarse antes de realizar cistoscopia, sondaje uretral, litotricia o cirugía
de vía urinaria; desbridamiento o drenaje de una infección de piel o partes blandas debe hacerse
bajo tratamiento antibiótico activo frente a S. aureus y S. pyogenes).
Profilaxis: amoxicilina 2 g en dosis única 60 min, antes del procedimiento. Alternativa: cefalexina 2 g,
azitromicina o claritromicina 500 mg o clindamicina 600 mg. Si no se puede emplear la vía oral: am-
picilina 2 g iv, cefazolina 1 g iv o clindamicina 600 mg iv.
Otras opciones son: linezolid 600 mg oral o iv, vancomicina 1 g, teicoplanina 6 mg/kg, o daptomi-
cina 4 mg/kg iv en dosis única 30-60 min antes del procedimiento.
1. INTRODUCCIÓN
En la sepsis se produce una disfunción orgánica, potencialmente letal, causada cuando en la res-
puesta del paciente a una infección se produce un fallo agudo de otros órganos que no necesaria-
mente estaban relacionados con la infección original. Puede evolucionar de sepsis a shock o fallo
multiorgánico, que en un 20-50 % de los casos provoca la muerte. La sepsis es una enfermedad
tiempo-dependiente. A más tiempo en el inicio del tratamiento, más disfunción endotelial, más
estado proinflamatorio, disfunción del sistema inmunitario y mayor hipoperfusión y disfunción de
órganos (riñones, pulmones, cerebro, hígado, etc.).
La sepsis es actualmente un importante problema sanitario, que precisa un abordaje global, al
ser una patología frecuente, creciente, con una elevada mortalidad (en ocasiones no es percibi-
da debidamente al producirse tras un ingreso prolongado) y con una alta morbilidad (deterioro
significativo de la clase funcional, disfunción de órganos permanente…). Por todo ello se debe
trabajar en sus dos facetas de prevención y tratamiento tanto a nivel individual como desde la
organización sanitaria.
La sepsis es la primera causa de muerte en los hospitales y un alto porcentaje ingresa desde el
Servicio de Urgencias. Los Servicios de Urgencias tienen un papel esencial en la detección del
paciente séptico y en el inicio de tratamiento que ha demostrado una mejoría del pronóstico
(disminución de mortalidad de hasta el 50 %).
La detección precoz del paciente séptico, su resucitación hemodinámica y la administración del
antibiótico empírico adecuada en la primera hora conforman la triada fundamental para mejorar
la elevada morbimortalidad de la sepsis y el shock séptico.
En la tabla 1 se exponen la diferencia de sepsis y shock séptico.
La sepsis se diagnostica por la historia clínica y hallazgos de la exploración física, apoyada por los
resultados de la analítica y los estudios microbiológicos. El diagnóstico de sospecha (ver tabla 2
y tabla 3) es fundamental y la evaluación diagnóstica debe efectuarse al mismo tiempo que se
inicia el tratamiento.
1. Valorar si podemos estar ante una sepsis si una persona presenta signos o síntomas que indican una
posible infección.
2. Considerar la posibilidad de sepsis ante cualquier disfunción de órgano aguda.
3. Se prestará especial atención a pacientes de riesgo como ancianos, inmunodeprimidos,
con enfermedad neoplásica u oncohematológicos, insuficiencia renal o hepática crónica e
institucionalizados.
4. Considerar que la sepsis puede presentarse de forma inespecífica y sin localizar la causa (por ejemplo:
malestar general, deterioro de la clase funcional, caídas o disminución del nivel de conciencia).
5. Puede haber sepsis sin haber objetivado o presentado fiebre.
6. Valorar con atención las indicaciones de la persona o de los familiares o cuidadores (deterioro de la
clase funcional, alteraciones del comportamiento...).
7. Prestar especial atención a las poblaciones vulnerables para recoger una buena historia clínica
(ancianos o deterioro cognitivo, pacientes psiquiátricos, dificultades en la comunicación).
8. Al evaluar a las personas con cualquier sospecha de infección identificar:
a. Posible foco de infección.
b. Factores que aumentan el riesgo de sepsis.
c. Indicios de preocupación clínica, como nuevas anomalías en el nivel de conciencia, respiración
(frecuencia respiratoria, saturación arterial de O2, capnografía), hemodinámicas (presión arterial y
frecuencia cardiaca).
9. V alorar la presencia de sepsis en los pacientes en tratamiento con quimioterapia o inmunodepresores
que presentan deterioro clínico.
• Los extremos de edad tienen un mayor riesgo: atención a los mayores de 75 años.
• Las personas con fragilidad y con menor reserva funcional.
• Trastornos del sistema inmunológico debido a una enfermedad o medicamentos: tratamiento para el
cáncer con quimioterapia, trastornos función inmune (diabetes, esplenectomía, enfermedad de células
falciformes…), tratamiento prolongado con esteroides u otros medicamentos inmunosupresores
(trasplantados, enfermedades autoinmunes, artritis reumatoide…).
• Cirugía u otros procedimientos invasivos en las últimas 6 semanas.
• Falta de integridad de la piel (cortes, quemaduras, infecciones cutáneas).
• Catéteres o accesos vasculares o uso indebido de drogas por vía intravenosa.
• Mujeres que están embarazadas, que hayan dado a luz o han tenido una interrupción del embarazo
o aborto involuntario en las últimas 6 semanas (en particular si han sido necesarios procedimientos
invasivos o han estado en contacto cercano con personas con infección por estreptococos del grupo A).
Los focos más frecuentes por orden son el respiratorio, urinario, la cavidad abdominal, la herida
quirúrgica y los catéteres intravasculares. Durante la valoración inicial conviene estratificar al pa-
ciente con objeto de determinar su gravedad e iniciar un conjunto de medidas.
En esta valoración inicial (minutos) la obtención de los niveles de lactato es fundamental. La pre-
sencia de lactato mayor de 4 mmol/l (≥ 36 mg/dl), hipotensión (PA media < 65 mm Hg), o presencia
de datos de disfunción de órgano aguda o hipoperfusión, implica el inicio de las medidas de resu-
citación hemodinámica y antibioterapia en menos de una hora. Se debe ubicar al paciente donde
se garantice la monitorización de constantes y las medidas de resucitación hemodinámica. Los
pacientes con lactato > 2 mmol/l (18 mg/dl) deben ser estrechamente vigilados (este valor es pre-
dictor independiente de gravedad, mala evolución clínica y mortalidad). Si el lactato > 2 mmol/l
(18 mg/dl) tras una reposición adecuada de líquidos es indicativo de shock y también implica el
inicio de las medidas de resucitación hemodinámica y antibioterapia en menos de una hora.
Se recomienda canalizar vía venosa (grueso calibre 14-16 G) con extracción de la primera muestra
para hemocultivos, muestra para lactato (es válido venoso si no se realiza torniquete prolongado,
o mejor arterial si se realiza gasometría arterial) y extracción de analítica (“perfil de sepsis”). Por
esta vía se puede iniciar ya la fluidoterapia.
En el paciente con sepsis se recomienda la obtención de dos sets de hemocultivos. Sin intervalo
entre punciones, hay que extraer la segunda muestra de hemocultivos, que puede ser aprovecha-
da para canalizar una segunda vía, por donde se puede administrar el antibiótico en esta primera
valoración según la sospecha del foco y puede ser útil para inicio de drogas vasoactivas en un
segundo tiempo o aporte de fluidos en valoración inicial. Se recomienda obtener al menos 2 sets
con 2 frascos (anaerobio y aerobio) por set, con 10 ml de sangre por frasco, extraídos de sitios
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
803
diferentes (como mínimo uno percutáneo y uno de cada acceso vascular que haya estado inser-
tado más de 48 horas), en condiciones de la mayor asepsia. La identificación de las solicitudes de
las muestras microbiológicas con motivo: SEPSIS facilita que el Servicio de Microbiología valore
técnicas de diagnóstico rápido y se prioricen los resultados.
En muchas ocasiones no es fácil identificar o diferenciar la sepsis de otros procesos no infecciosos o
infecciosos de menor gravedad. En la valoración secundaria con los resultados analíticos se puede
evidenciar una disfunción orgánica (función renal, perfil hepático, plaquetopenia…) y una mejor
estimación de la gravedad con los biomarcadores (tabla 6). La procalcitonina (PCT) es uno de los
mejores indicadores de sepsis bacteriana, siendo un marcador útil para evaluar la gravedad y el
pronóstico de la infección. Su determinación seriada permite una adecuada monitorización de res-
puesta al tratamiento instaurado. Se emplea habitualmente cuando existe duda diagnóstica sobre
la presencia de sepsis o su gravedad, así como en la monitorización de la respuesta al tratamiento.
Es un marcador precoz, se eleva a las 4-6 horas de la agresión bacteriana, alcanzando a las 12 horas
su máximo nivel, con una vida media corta (20-36 horas). La tendencia ascendente o descendente
de las determinaciones repetidas tiene mucha relevancia clínica tanto para detectar el posible pe-
CAPÍTULO 91
804 SEPSIS: ATENCIÓN EN URGENCIAS
riodo de ventana inicial (decisiones de cribado a partir de las primeras 8-12 horas de clínica) en las
primeras como para valorar la evolución (un aumento o descenso de las cifras del 30-50 % traducen
progresión o regresión del cuadro). La disminución de su concentración bajo tratamiento adecua-
do es rápida (24-36 horas), por lo que si en un paciente la evolución no es favorable (persistencia
de fiebre, ausencia mejoría del estado general…) o existen dudas, es de interés repetir una nueva
determinación de PCT: si esta permanece elevada o va en aumento, indica que no hay control de la
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
805
infección, por lo que se debe investigar y tratar la causa (antibioterapia inadecuada, foco drenable).
Su capacidad diagnóstica y predictiva se mantiene en pacientes ancianos, con insuficiencia renal
y hepática, pacientes oncohematológicos y neutropénicos, enfermedades autoinmunes o reuma-
tológicas. La proteína C reactiva (PCR) se libera en respuesta a cualquier estímulo inflamatorio, no
solo infeccioso. Su uso es frecuente por la rapidez en su determinación, experiencia adquirida y
alta sensibilidad. Si bien, plantea limitaciones, su capacidad diagnóstica y pronóstica, aunque es
superior a síntomas como la fiebre o el recuento leucocitario, es por sí misma insuficiente. Entre sus
limitaciones se encuentran su cinética (se eleva lentamente tras el inicio de la inflamación, a las 6-8
horas, y puede tardar 24 horas en mostrar valores significativos, siendo su pico máximo hacia las
48 horas) y su elevación en múltiples procesos infecciosos y no infecciosos (mide el grado de infla-
mación secundario). Presenta menos sensibilidad y especificidad que la procalcitonina en términos
generales, y especialmente en ancianos y grupos de pacientes con fiebre de presentación atípica. Se
presupone que si el nivel de inflamación es bajo no es necesario antibiótico (pero no lo descarta), y
si el nivel es alto, el riesgo de infección grave es más probable y se debe considerar emplear antibió-
ticos sino hay otra causa que lo justifique. En las inflamaciones agudas e infecciones bacterianas las
concentraciones de PCR suelen oscilar entre 50 y 200 mg/l y en casos de infecciones graves están
por encima de 200 mg/l. Puede tener su utilidad si la duración de los síntomas es más de 24 horas y
los niveles de PCR son < 20 mg/l, porque en este marco no es esperable una infección bacteriana ni
un beneficio en el tratamiento antibiótico. La proadrenomedulina (proADM) es un biomarcador me-
nos extendido, pero que tiene su utilidad como biomarcador pronóstico. Puede tener un papel en
la identificación de pacientes con una mayor disfunción orgánica y mortalidad, de la que se predice
con las escalas clínicas de disfunción orgánica (qSOFA o SOFA). La elevación de lactato es un predic-
tor independiente de una mayor mortalidad. El lactato está incluido en todas las recomendaciones
de valoración de los pacientes con sepsis. No es un marcador diagnóstico precoz, ya que implica
hipoxia tisular e hipoperfusión, sino que es un marcador de gravedad e inicio de tratamiento inme-
diato. También tiene su utilidad en la monitorización de respuesta a tratamiento. Su obtención es
rápida, barata y su resultado es casi inmediato. Un lactato sérico ≥ 4 mmol/l en el contexto de sepsis
es equiparable a la situación de shock séptico. Los niveles intermedios por encima de 2-2,5 mmol/l
también se asocian con una mayor mortalidad y son indicativos de la necesidad de un tratamiento
precoz. El aclaramiento del lactato en sangre se relaciona directamente con la consecución de la
resucitación hemodinámica, por lo que su aclaramiento en las 3-6 primeras horas de inicio del trata-
miento se correlaciona con el pronóstico. Cada 10 % de aclaramiento que se consigue se disminuye
la mortalidad en un 11 %.
Se debe valorar el beneficio de la activación del tratamiento y la aplicación de los objetivos de
cuidado con el diagnóstico de sepsis de forma individualizada a cada paciente. Si en la valoración
global del paciente o situación se considera que el paciente no se beneficia de la activación del
código o que se deben ajustar los cuidados del paciente, prima la valoración y decisión clínica. Se
debe registrar el diagnóstico y esta decisión razonada en la historia clínica.
En la sepsis y el shock séptico es recomendable iniciar el conjunto de medidas que se exponen a
continuación tan pronto como se reconoce el cuadro.
3. TRATAMIENTO
Se basa en tres pilares fundamentales que se deben aplicar de forma precoz y simultánea (tablas
7 y 8):
a. Inicio antibioterapia
b. Resucitación inicial y tratamiento de soporte
c. Control del foco
CAPÍTULO 91
806 SEPSIS: ATENCIÓN EN URGENCIAS
Se deben ajustar estas pautas al perfil de paciente, foco, riesgo de resistencias y política local de
antibióticos.
Considerar las medidas para el confort del paciente y reducir la demanda de oxígeno: antipiréti-
cos y analgesia.
No se debe realizar profilaxis de enfermedad tromboembólica hasta tener certeza de la no indica-
ción quirúrgica o de procedimientos invasivos al paciente. La profilaxis se realiza con heparina de
bajo peso molecular excepto en casos de trombocitopenia, sangrado activo, hemorragia cerebral
reciente o coagulopatía. En estas circunstancias es recomendable el uso de dispositivos mecá-
nicos (compresión neumática intermitente). Si es posible se pueden combinar los dispositivos
mecánicos y la profilaxis farmacológica.
Se debe valorar la corrección de la coagulopatía y trombocitopenia en función de los procedi-
mientos a realizar y el grado.
La oxigenoterapia de alto flujo y la ventilación mecánica no invasiva pueden tener un papel de so-
porte ventilatorio en fases leves o moderadas del síndrome de distrés respiratorio agudo o insufi-
ciencia respiratoria, como paso inicial o intermedio del proceso o como único soporte si la ventila-
ción mecánica esta contraindicada. Se debe ser cauto y realizar vigilancia estrecha por la falta de
evidencia y potencial fracaso. Su utilización no debe retrasar la ventilación invasiva si es necesaria.
4. DESTINO
Se deben individualizar los cuidados y el destino a los objetivos de tratamiento de cada paciente.
Los pacientes con shock séptico se benefician de ingreso precoz en UCI. Los pacientes con sepsis
y alteración del nivel de conciencia, insuficiencia respiratoria aguda con altos requerimientos de
oxigenoterapia, o situaciones de disfunción orgánica aislada importantes (renal, hematológica,
hepática…) se debe realizar valoración por UCI para no retrasar el ingreso si se prevé beneficio.
Los Servicios de Urgencias son garantes en la atención inicial de todos los pacientes y en la aten-
ción continuada de los pacientes en los que no se realiza un ingreso inmediato en UCI o no se
considera beneficio en el mismo. La decisión de ingreso posterior en hospitalización es individua-
lizada a los objetivos de tratamiento, la evolución clínica y a los cuidados requeridos.
Los pacientes con sospecha de sepsis no confirmada pueden quedar en Observación de Urgen-
cias para reevaluación continua y tratamiento.
CAPÍTULO 91
812 SEPSIS: ATENCIÓN EN URGENCIAS
Puntos clave/recuerda
▶▶ La sepsis es una urgencia vital. La detección precoz del paciente séptico, su resucitación hemo-
dinámica y la administración del antibiótico empírico adecuada en la primera hora conforman
la triada fundamental para mejorar la elevada morbimortalidad de la sepsis y shock séptico.
▶▶ Se recomienda el empleo de herramientas de cribaje de sepsis y formar al personal basada
en parámetros clínicos y toma de constantes.
▶▶ Se debe administrar el tratamiento antibiótico en la primera hora. Realizar la dosis de carga
inicial a dosis máximas y sin ajustar a función renal. El antibiótico empírico debe ser adecuado
para el perfil del paciente, foco y riesgo de resistencias. Conviene tener protocolizada la anti-
bioterapia empírica a nivel de cada hospital.
▶▶ Se deben realizar cargas de fluidoterapia valorando su respuesta y anticipándose a los posi-
bles efectos deletéreos. De elección son los cristaloides isotónicos; realizando cargas de 500
en 20-30 minutos. El objetivo inicial es obtener una PAM > 65 mm Hg. Se recomienda al menos
30 ml / kg en las tres primeras horas.
▶▶ Si no se consiguen los objetivos hemodinamicos con las cargas de volumen se deben iniciar
vasopresores. El fármaco de elección es la noradrenalina.
▶▶ El control del foco infeccioso se debe procurar obtener en las primeras 6-12 horas.
▶▶ Se debe valorar siempre la posibilidad de necesidad de un control adicional de la infección
con medidas no farmacológicas.
CAPÍTULO 92
INFECCIONES VÍAS RESPIRATORIAS ALTAS Y ORL
Inés García Rosa | Isabel Gil Rosa | Pascual Piñera Salmerón
INTRODUCCIÓN
Las enfermedades producidas por los virus respiratorios se han dividido en distintos síndromes
clínicos: el resfriado común, la faringitis, la laringotraqueobronquitis, la traqueítis y la neumonía.
La mayor parte de los virus respiratorios son capaces de causar más de un tipo de enfermedad
respiratoria, y es frecuente que un mismo paciente aparezcan manifestaciones clínicas de más de
un tipo de enfermedad. Por eso es muy difícil diagnosticarlas etiológicamente sólo por la clínica.
Aun así, casi nunca es necesaria la realización de pruebas complementarias, ya que habitualmente
provocan cuadros clínicos leves-moderados que no precisan un ingreso hospitalario ni tratamiento
específico antiviral, excepto en el caso de la complicación o la evolución clínica desfavorable.
RESFRIADO COMÚN
1. DEFINICIÓN
Es un cuadro catarral, no febril y agudo que afecta a las vías respiratorias altas.
2. ETIOLOGÍA
La causa es vírica. El rinovirus (50 %) es el más frecuente. El coronavirus puede desencadenar la
exacerbación de la bronquitis crónica o asma. El virus respiratorio sincitial en los adultos provoca
resfriado común y en los niños neumonía y bronquiolitis. Otros agentes son el adenovirus, in-
fluenza y parainfluenza. El enterovirus, en ocasiones provoca enfermedad respiratoria durante el
verano con fiebre sin localidad clara. Se puede producir una sobreinfección bacteriana que debe
hacer replantear el tratamiento.
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Combinación variable de fiebre, tos, rinorrea (de inicio acuosa y progresivamente espesa), odin-
ofagia, congestión ocular, obstrucción nasal y estornudos de 4 a 10 días de evolución.
4. DIAGNÓSTICO
Es clínico, aunque debe hacerse el diagnóstico diferencial con otras causas de rinitis y la gripe que
cursa de modo brusco con fiebre, dolor muscular y malestar general.
5. TRATAMIENTO
Es sintomático. Indicar abundante hidratación, antitérmicos, analgésicos, antitusígenos y muco-
líticos. Si hay obstrucción nasal hacer lavado nasal. Si asocia sobreinfección bacteriana realizar
antibioterapia (tabla 1).
CAPÍTULO 92
814 INFECCIONES VÍAS RESPIRATORIAS ALTAS Y ORL
ALGORITMO
SINTOMATOLOGÍA DEL
RESFRIADO COMÚN
SÍ NO NO SÍ
Valorar
tratamiento
antibiótico
CAPÍTULO 92
816 INFECCIONES VÍAS RESPIRATORIAS ALTAS Y ORL
RINOSINUSITIS
1. DEFINICIÓN
Es la inflamación de la mucosa de revestimiento de la nariz y los senos paranasales que ocurre ha-
bitualmente como complicación de una infección respiratoria viral. Cuando la duración es mayor
a 10 días se presupone sobreinfección bacteriana.
2. ETIOLOGÍA
En su mayoría serán virales y solo una pequeña proporción desarrolla una infección bacteriana
secundaria. Rinovirus, influenza y parainfluenza son los más comunes en sinusitis aguda. Entre
los microorganismos bacterianos (60 %) destacan: S. pneumoniae, H. influenzae, S. aureus, anae-
robios (sinusitis crónica y sinusitis maxilar de origen dental), S. pyogenes y M. caharrhallis. En in-
munodeprimidos, diabéticos mal controlados, trasplantados, neutropénicos, insuficiencia renal
crónica e infecciones intrahospitalarias son frecuentes S. aureus, Pseudomonas aeruginosa, Acine-
tobacter, enterobacterias y S.maltophilia. Pueden darse también sinusitis fúngica: aspergilomas y
mucormicosis. Es posible la coinfección bacteriana y la implicación de diferentes bacterias en la
enfermedad polisinusal.
3. CLASIFICACIÓN
Según la duración:
▶▶ Aguda: < 4 semanas y resolución completa de los síntomas. Existe nivel hidroaéreo y transilu-
minación negativa.
▶▶ Subaguda: 4-12 semanas: Ocupación total reversible. Etiología similar a aguda.
▶▶ Aguda recurrente: episodios de < 4 semanas y separados entre sí al menos 10 días.
▶▶ Crónica: > 12 semanas o más de 3 / año. Cambios irreversibles con síntomas residuales persistentes.
Según la localización: maxilar, etmoidal, frontal y esfenoidal.
4. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Inicialmente como catarro, con rinorrea acuosa (si existe rinorrea mucoide o purulenta sospechar
sobreinfección bacteriana), estornudos, congestión nasal, prurito y obstrucción nasal. Otros sín-
tomas son dolor facial, sensación de presión en arcada dental, mandíbula superior, ojos, frente, o
hemicara o cefalea (que agravan con maniobras que aumenten presión intrasinusal, como bajar
la cabeza), dolor al palpar los puntos sinusales, presión ocular, inflamación periocular, halitosis,
otalgia, odinofagia, fiebre y hiposmia/anosmia. Puede haber vómitos por la rinorrea posterior.
Sospecharemos complicación si existe edema periorbital, alteración en motilidad ocular, reapari-
ción de fiebre, cefalea importante, vómitos, alteración del estado mental, convulsiones, focalidad
neurológica y síntomas de hipertensión intracraneal.
5. DIAGNÓSTICO
El diagnóstico es clínico. Al menos 2 o más síntomas mayores y 1 de los menores.
Criterios mayores: descarga purulenta anterior, descarga purulenta posterior (rinorrea) o insufi-
ciencia respiratoria nasal.
Criterios menores: cefalea, dolor facial, edema periorbitario, otalgia, halitosis, dolor dental, odin-
ofagia, anosmia y fiebre.
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
817
6. EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS
Rinoscopia anterior mostrará una mucosa eritematosa y secreción mucoide en el suelo de la fosa
o en meato medio.
Radiografías simples de los senos paranasales en proyección fronto-naso-placa (frontal y etmoi-
dal) y naso-mento-placa (seno maxilar) se utilizan para el diagnóstico. La presencia de opacidad
completa, nivel hidroaéreo y el engrosamiento de la mucosa (> 5 mm en el adulto y > 3 mm en el
niño) sugieren infección.
Ecografía y transiluminación es fiable solo en pacientes mayores 6-10 años. La opacidad completa
es sugestiva de infección y la ausencia la descarta.
TC de senos paranasales se recomienda para el estudio de las celdas etmoidales, evaluación de pacien-
tes con sinusitis crónica, y se realizará de forma urgente si existe proptosis, alteración de motilidad ocular
o visión, cefalea intensa, vómitos repetidos, convulsiones o alteración del sensorio. (Ver tabla 2).
7. TRATAMIENTO
7.1. TRATAMIENTO SINTOMÁTICO
En el 40 % de los pacientes los síntomas se resuelven espontáneamente. Para el manejo de los
síntomas se recomiendan glucocorticoides vía tópica no sistémica, descongestionantes tópicos o
sistémicos, antihistamínicos orales, calor local y lavados nasales.
8. COMPLICACIONES
8.1. ORBITARIAS:
▶▶ Celulitis preseptal (no afecta más allá del septum orbitario).
▶▶ Celulitis orbitaria (inflamación difusa de los contenidos orbitarios sin absceso).
CAPÍTULO 92
818 INFECCIONES VÍAS RESPIRATORIAS ALTAS Y ORL
8.2. INTRACRANEALES
Absceso epidural, absceso subdural, meningitis, absceso cerebral y trombosis del seno caverno-
so (ptosis, proptosis, diplopía y disminución agudeza visual).
FARINGOAMIGDALITIS
1. DEFINICIÓN
Inflamación difusa que implica los folículos linfoides de faringe, mucosa y estructuras subyacen-
tes como amígdalas palatinas, mucosa nasal, úvula y paladar blando.
2. ETIOLOGÍA
Es viral en un 90 % de los casos. Los adenovirus son los más prevalentes. Otros virus implicados son:
rinovirus, enterovirus, influenza A y B, parainfluenza, virus respiratorio sincitial, coronavirus, herpes
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
819
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
La mayor parte son de origen viral en el contexto de un cuadro catarral que cursa con congestión
nasal, febrícula, tos, disfonía, cefalea o mialgias. La faringoamigdalitis bacteriana cursa con un
cuadro brusco de fiebre, odinofagia y disfagia pero sin síntomas virales generales.
4. DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de presunción es clínico. La faringoamigdalitis por SBHGA presenta faringe erite-
matosa, edematosa y exudados blanquecino-grisáceos. estableció 4 criterios: a) fiebre, b) ade-
nopatías cervicales anteriores, c) exudado amigdalar y d) ausencia de tos, en la que se suma un
punto por cada criterio, de manera que los pacientes con ninguno o un criterio presenta un riesgo
muy bajo de infección por SBHGA, por tanto, no hay que tratar con antibióticos. En pacientes con
2 criterios la situación es indeterminada y se considera la prescripción diferida de antibióticos.
El hemograma suele presentar leucocitosis (neutrofilia en etiología bacteriana y linfocitosis en ví-
rica). La aparición de linfocitosis con > 10 % de linfocitos reactivos (linfocitos grandes con vacuolas
citoplasmáticas) es característica de la mononucleosis infecciosa.
En el diagnóstico microbiológico el cultivo faríngeo es la prueba de referencia pero su desventaja
es el tiempo en obtener el resultado. Una alternativa es el test rápido de detección antigénica de
SBHGA que ofrece la ventaja de diagnosticar en unos minutos con una especificidad mayor 95 %
cuando se utilizan en pacientes con 2 o más criterios Centor. Si existe sospecha de infección por
VEB solicitar serología (prueba Paul-Bunnell).
5. TRATAMIENTO
Es sintomático. Se basa en hidratación, antiinflamatorios y antipiréticos. El uso de corticoides
orales o intramuscular es beneficioso para aquellos con faringoamigdalitis estreptocócica. Se
asocia antibiótico si hay sospecha o confirmación de proceso bacteriano. El tratamiento antibió-
tico de la faringoamigdalitis por SBHGA reduce la duración de los síntomas, el tiempo de contagio
y la incidencia de complicaciones (fiebre reumática), excepto la glomerulonefritis aguda postes-
treptocócica. (Ver tabla 4).
Elección Penicilina V: 1,2 M/12 h (8-10 días) v.o. Amoxicilina/clavulánico 875 / 125 mg / 8 h (7 d)
Alternativo Amoxicilina 500 mg/12 h v.o (8-10 días) Josamicina 1 g/12h v.o (10 días) (alergia a
Cefadroxilo 0.5-1 g/12 h v.o (8-10 días penicilina y menor resistencia que los macrólidos
de 14-15 átomos).
Clindamicina: 300 mg/8 h (10 días) en alergia a
penicilina.
Amoxicilina/clavulánico 50 /125 mg/8 h v.o (10
días) en recurrencias.
CAPÍTULO 92
820 INFECCIONES VÍAS RESPIRATORIAS ALTAS Y ORL
ALGORITMO
FARINGOAMIGDALITIS AGUDA
Fiebre/Odinofagia
Inflamación faringo-amigdalar
BACTERIANA VÍRICA
Tratamiento sintomático
Control ambulatorio
Valoración clínica
Pruebas complementarias
diagnósticas
Si alta sospecha clínica e
imposibilidad de diagnostico
microbiológico iniciar antibiótico
NEGATIVO
POSITIVO NEGATIVO
Tratamiento sintomático
Si no complicaciones
manejo ambulatorio
Cultivo
Tratamiento antibiótico
Tratamiento sintomático
Si no complicaciones
manejo ambulatorio
CAPÍTULO 92
822 INFECCIONES VÍAS RESPIRATORIAS ALTAS Y ORL
LARINGITIS
1. DEFINICIÓN
Es la inflamación de la mucosa y submucosa de la zona subglótica.
2. ETIOLOGÍA
Es viral, en su mayoría por parainfluenza tipo 1 y 2, adenovirus, rinovirus, coronavirus y herpes
simple. Puede complicarse con sobreinfección bacteriana por S. viridans, S. pyogenes, S. pneu-
moniae, Moraxella catharralis, Klebsiella pneumoniae, H. influenzae y Staphylococcus aureus. La
laringitis causada por Cándida es poco común, pero se da en inmunocomprometidos e inmuno-
competentes (uso previo antibióticos, corticoides inhalados…).
3. CLÍNICA
En el adulto cursa con cuadro de fiebre, mialgias, tos seca irritativa, disfonía, dificultad para tra-
gar y estridor. Puede añadirse una sobreinfección bacteriana con tos productiva y expectoración
mucopurulenta.
4. DIAGNÓSTICO
Se basa en la clínica. Mediante laringoscopia indirecta o fibroscopia podemos visualizar edema
y enrojecimiento difuso de la mucosa. El hemograma muestra leucocitosis con neutrofilia en las
laringitis bacterianas. El hemocultivo debe solicitarse si se acompaña de fiebre alta. En la radio-
grafía cervical se puede observar una estenosis subglótica (en reloj de arena).
5. TRATAMIENTO
Reposo vocal. Hidratación abundante. Humidificación. Antitusígenos y expectorantes. El trata-
miento antibiótico con penicilina V y eritromicina pueden mejorar la disfonía aunque no se reco-
mienda de forma rutinaria por el coste-beneficio. Se pueden administrar corticoides y adrenalina
nebulizada si fuera necesario.
ALGORITMO
LARINGITIS AGUDA
Mantener en observación
y/o
Ingreso hospitalario
CAPÍTULO 92
824 INFECCIONES VÍAS RESPIRATORIAS ALTAS Y ORL
EPIGLOTITIS
1. DEFINICIÓN
Es la inflamación de la epiglotitis y las estructuras supraglóticas adyacentes que puede conducir
a la obstrucción respiratoria súbita y la muerte. Se desarrolla de manera brusca y rápidamente
progresiva. Es más frecuente en varones.
2. ETIOLOGÍA
El agente etiológico más frecuente (90-95 %) es el Haemophillus influenzae tipo B. Otros agentes:
S. pneumoniae, S. pyogenes, S. aureus, H. influenzae no tipificable, H. parainfluenzae, S. agalactiae,
Branhamella catarrhalis, Klebsiella pneumoniae, M. catarrhalis, Neisseria meningitidis, P. aerugino-
sa, enterobacterias, Pasteurella multocida y Cándida.
La epiglotitis solía ser una enfermedad infantil causada por H. influenzae tipo B. Actualmente de-
bido a la vacunación generalizada esta bacteria casi ha sido erradicado en niños, y se presentará
en adultos y niños no vacunados.
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
En ocasiones cursa con un proceso catarral previo, pero generalmente es un cuadro de inicio
brusco, con fiebre alta (39-41ºC), mal estado general, con tos escasa o ausente, seguido de estri-
dor inspiratorio con tiraje subcostal, supraesternal y supraclavicular marcado y aleteo nasal. Aso-
cia frecuentemente faringolalia, disfagia, odinofagia, sialorrea y babeo. El paciente adopta una
posición típica “en trípode”, con el cuello en hiperextensión, hacia delante y la boca abierta con
la lengua hacia afuera, intentando aumentar el flujo aéreo. No suele haber disfonía dado que las
cuerdas vocales por lo general no están afectadas. La progresión de los síntomas es rápida por lo
que es importante la hospitalización e intubación temprana.
En adultos los síntomas son similares a los de los niños, si bien puede no ser tan agudo como en
niños tardando más de 24 horas y como la vía aérea es de un mayor diámetro, la obstrucción es
menos frecuente y menos fulminante.
Un dolor de garganta intenso con un aspecto normal de faringe debe hacer pensar en epiglotitis. Un
retraso en el diagnóstico y tratamiento aumenta el riesgo de obstrucción de vías respiratorias y la muerte.
4. DIAGNÓSTICO
Es clínico. Se puede confirmar mediante visualización con laringoscopia o depresor lingual apre-
ciándose una epiglotis edematosa, rígida y de color rojo cereza. Precisará pues, examen directo,
generalmente con fibrolarincoscopia flexible. El examen de faringe y laringe pueden precipitar
obstrucción respiratoria completa (espasmo de glotis), en niños sobre todo, por lo que esta explo-
ración se realizará en un lugar donde se disponga de los medios para intervención de vía aérea si
precisara (intubación orotraqueal o traqueotomía).
En la analítica se observa leucocitosis con desviación izquierda intensa y aumento de reactantes
de fase aguda o infección.
En la radiografía de cuello se puede ver inflamación epiglótica con desplazamiento posterior de la
misma, con la columna de aire subglótico normal.
El diagnóstico etiológico se realiza por hemocultivos que son positivos en un 95 % de los casos, y
mediante cultivo de secreciones de epiglotis, que generalmente son negativos.
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
825
5. TRATAMIENTO
El objetivo fundamental es asegurar la vía aérea mediante administración de oxígeno e intuba-
ción orotraqueal. Mantener el paciente sentado y evitar decúbito supino. En niños asegurar de
inmediato la permeabilidad de vía aérea, preferencia por la intubación nasotraqueal, sólo por
personal experto en quirófano. Los adultos con obstrucción muy marcada pueden ser intubados
durante la fibrolaringoscopia, otros pueden no requerir intubación inmediata, pero tendrá que
ingresar en unidad de cuidados intensivos con equipo de intubación/cricotirotomía a la cabecera
del paciente. Precisa tratamiento antibiótico empírico con antibióticos hasta obtener resultados
de cultivo y antibiograma. (Ver tabla 5).
OTITIS EXTERNA
1. DEFINICIÓN
Inflamación del canal auditivo externo (CAE) por infecciones, alergia o alteraciones cutáneas.
2. ETIOLOGÍA
Son bacterianas en su mayoría: localizada (S. aureus) y difusa (P. aeuriginosa). También micótica
(aspergillus) y vírica (OE bullosa hemorrágica).
3. CLÍNICA
Cursan todas con otalgia, siendo más intensa en la OE maligna y en la miringitis bullosa. La OE
maligna causada por P. aeruginosa puede afectar a pares craneales (IX, X, XI y XII) que indica peor
pronóstico y es típica de varones diabéticos. La manifestación clínica habitual de la otomicosis es
el prurito, con otodinia leve y una escasa otorrea no fétida.
El herpes zóster ótico o síndrome de Ramsay-Hunt se acompaña hasta en un 60-90 % de parálisis
facial periférica ipsilateral. Clínicamente se objetivan vesículas en el conducto auditivo externo,
pabellón auricular, cuello y paladar. Ocasionalmente (10-40 %) se asocia con afectación del VIII
par craneal y se acompaña de vértigo, tinnitus y/o hipoacusia. El tratamiento y manejo se detalla
en el capítulo 131 (Parálisis facial periférica).
4. CLASIFICACIÓN
Se puede diferenciar la localizada aguda (foliculitis), difusa aguda, externa maligna, otomicosis y
la miringitis bullosa.
CAPÍTULO 92
826 INFECCIONES VÍAS RESPIRATORIAS ALTAS Y ORL
5. DIAGNÓSTICO
Signo del trago positivo en la OE difusa es patognomónico. La otoscopia se observa edema, eri-
tema en CAE con oclusión o suboclusión y otorrea moderada. En OE bullosa habrá una o más
ampollas hemorrágicas en el tímpano y piel de CAE. En la causada por Aspergillus se ve en CAE,
masas de aspecto algodonoso, moho o grisáceo.
6. TRATAMIENTO
El tratamiento se basa en:
▶▶ La limpieza del canal. Los audífonos deben evitarse hasta que cedan el dolor y la otorrea.
▶▶ Evitar la humedad o entrada de agua en el canal: no nadar ni sumergirse en agua, y cubrir el
conducto durante la ducha (con un algodón empapado en vaselina).
▶▶ El tratamiento antiinflamatorio / analgésico (ibuprofeno o paracetamol).
▶▶ Tratamiento antiinfeccioso tópico. El tratamiento antibiótico será específico de cada tipo (tabla 6).
Existen numerosos agentes tópicos, incluyendo agentes acidificantes (para restaurar el pH ácido
del cerumen), antisépticos, antibióticos y antiinflamatorios (corticoides), con una amplia variedad
de preparados comerciales como los que se describen en la tabla 7. El empleo de gotas óticas
debe estar restringido en caso de perforación timpánica. La otitis externa en pacientes diabé-
ticos, inmunodeprimidos, con antecedentes de radioterapia o con evolución tórpida o extensa,
debe ser tratada con antibióticos sistémicos suplementando las gotas (otitis externa necrotizan-
te). Asimismo, en caso de obstrucción completa del conducto auditivo externo con imposibili-
dad para la aplicación tópica del tratamiento, puede ser necesario el empleo de quinolona por
vía oral. El tratamiento otomicosis se basa en la acidificación del conducto auditivo externo con
alcohol boricado 70º o ácido acético 2 %; y del empleo de antimicóticos tópicos (clotrimazol) u
ocasionalmente sistémicos (itraconazol).
La otomicosis es una infección fúngica frecuente causadas generalmente por hongos del género
aspergillus (flavus y niger), aunque en rara ocasión se ven placas de muguet por candida spp., so-
bre todo en portadores de prótesis auditivas. Los factores predisponentes son los cuerpos extra-
ños en el conducto auditivo externo, el abuso de gotas antibióticas tópicas, la diabetes mellitus
o la otorrea crónica.
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
827
ALGORITMO
OTITIS EXTERNA
NORMAL
otalgia-otorrea
Analgésicos
OTOSCOPIA
Control 24-48 hs
Edema CAE
secreciones
ANORMAL
1. DEFINICIÓN
Proceso agudo inflamatorio y/o infeccioso del mucoperiostio del oído medio con o sin supuración.
2. ETIOLOGÍA
Bacteriana (70 %): S. pneumoniae (25-40 %), H. influenzae (10-30 %), M. catarrhalis (2-15 %), S. Pio-
genes, S. Aureus, menos frecuentes E. Coli, P. aeruginosa, anaerobios y muy excepcionalmente M.
Pneumoniae y Chlamydia.
Viral (20-30 %) y fúngica.
3. CLASIFICACIÓN
▶▶ OMA esporádica: episodios aislados.
▶▶ OMA de repetición: a) OMA persistente; recaída antes de 7 días desde la curación del proceso
anterior; b) OMA recurrente: recaída después de 7 días y c) predisposición a OMA: ≥ 3 episodios
en 6 meses o ≥ 5 episodios en 12 meses.
▶▶ OMC (crónica): ocupación del oído superior a 3 meses.
4. CLÍNICA
En adultos se presenta otalgia intensa, pulsátil, con o sin fiebre, hipoacusia de transmisión, acúfe-
nos, otorrea sin perforación timpánica, sensación de plenitud y autofonía.
5. DIAGNÓSTICO
Por otoscopia: abombamiento, hiperemia, inmovilidad y opacidad timpánica debido a la ocupa-
ción del oído medio. La retracción timpánica orienta a ototubaritis y la presencia de burbujas a
OM secretora. Se puede observar perforación timpánica.
6. TRATAMIENTO
Se recomienda:
▶▶ Analgésicos y antiinflamatorios.
▶▶ Antibioterapia (ver tabla 8).
Puntos clave/recuerda
▶▶ La mayor parte de los virus respiratorios son capaces de causar más de un tipo de enferme-
dad respiratoria, y es frecuente que un mismo paciente aparezcan manifestaciones clínicas
de más de un tipo de enfermedad.
▶▶ Casi nunca es necesaria la realización de pruebas complementarias, ya que habitualmente
provocan cuadros clínicos leves-moderados que no precisan un ingreso hospitalario ni tra-
tamiento específico antiviral.
▶▶ El resfriado común es de predomino viral (rinovirus). En ocasiones se puede producir una
sobreinfección bacteriana que debe hacer replantear el tratamiento.
▶▶ El diagnóstico de la rinosinusitis es clínico. Cuando la duración es mayor a 10 días se presu-
pone sobreinfección bacteriana. En su mayoría serán virales.
▶▶ Las faringoamigdalitis son virales en su mayor parte. La faringoamigdalitis bacteriana cursa
con un cuadro brusco de fiebre, odinofagia y disfagia pero sin síntomas virales generales.
▶▶ Los criterios de Centor y el testrápido de detección antigénica de SBHGA son muy útiles
para orientar mejor la indicación de antibioterapia.
▶▶ La laringitis en el adulto cursa con cuadro de fiebre, mialgias, tos seca irritativa, disfonía,
dificultad para tragar y estridor. Puede añadirse una sobreinfección bacteriana con tos pro-
ductiva y expectoración mucopurulenta.
▶▶ El agente etiológico más frecuente de la epiglotitis (90-95 %) es el Haemophillus influenzae
tipo B. Actualmente debido a la vacunación generalizada esta bacteria casi ha sido erra-
dicado en niños, y se presentará en adultos y niños no vacunados. Un dolor de garganta
intenso con fiebre y malestar general, con un aspecto normal de faringe debe hacer pensar
en epiglotitis.
▶▶ La otitis externa es bacteriana en su mayoría: localizada (S. aureus) y difusa (P. aeuriginosa).
También puede ser micóticas (aspergillus) o víricas (OE bullosa hemorrágica). El tratamien-
to se basa en limpieza canal, evitar humedad, tratamiento antiinflamatorio/analgésico y
el tratamiento antiinfeccioso tópico. En situación de perforación timpánica, obstrucción
completa CAE u otitis externa en pacientes diabéticos, inmunodeprimidos, radioterapia o
con evolución tórpida o extensa, debe ser tratada con antibióticos sistémicos.
▶▶ El diagnóstico de la otitis media es clínico y mediante otoscopia. Se recomienda analgési-
cos/antiinflamatorios y antibioterapia oral.
▶▶ Si OMC se recomienda tratamiento tópico con ciprofloxacino o neomicina-polimixina e hi-
drocortisona y tratamiento antibiótico oral durante 2-3 semanas. Si mastoiditis ingreso y
tratamiento endovenoso.
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
831
ALGORITMO
SOSPECHA CLÍNICA
OTITIS MEDIA AGUDA
otalgia-fiebre
OTOSCOPIA
NORMAL ANORMAL
Observación MEJORIA
SÍ NO
Control 2
semanas
SÍ NO
Observación Derivar
otorrinolaringología
CAPÍTULO 93
GRIPE
Francisco López-Medrano | María Asunción Pérez-Jacoiste Asín
1. DEFINICIÓN
La gripe es una infección respiratoria aguda de etiología viral que ocurre en brotes epidémicos,
fundamentalmente durante los meses de invierno. Es una enfermedad habitualmente autolimi-
tada en inmunocompetentes, pero se asocia a un incremento de la mortalidad en determinados
grupos de riesgo (tabla 1). Los agentes etiológicos responsables son los virus de la gripe A y B.
2. EPIDEMIOLOGÍA
La gripe ocurre en brotes anuales que reflejan la naturaleza antigénica cambiante del virus, res-
ponsable de que una elevada proporción de la población esté inmunológicamente desprotegida
frente a los virus circulantes cada año. Las variaciones antigénicas menores del virus de la gripe
dan lugar a las epidemias, mientras que los cambios antigénicos mayores son responsables de las
pandemias, que ocurren periódicamente.
El curso temporal de los brotes anuales es característico, con un inicio abrupto y un pico de máxima
incidencia a las 2-3 semanas tras los primeros casos esporádicos. La duración del brote varía entre
6-8 semanas. Los factores que determinan su gravedad son tanto la virulencia intrínseca del virus
(capacidad para producir infección sintomática, eficacia de transmisión) como la susceptibilidad de
la población al mismo (prevalencia de anticuerpos frente al virus circulante en la población).
La infección se extiende rápidamente en la población gracias a la transmisión eficaz del virus en
las gotas respiratorias de personas infectadas, expulsadas al toser y estornudar. Los virus se eli-
minan en secreciones respiratorias desde 48 horas antes hasta unos 7 días después del inicio de
la clínica. La transmisión por contacto puede ocurrir puesto que el virus mantiene su capacidad
infecciosa sobre superficies hasta 48 horas, de ahí la importancia de la higiene de manos.
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Tras un periodo de incubación de 1-4 días, el síndrome gripal comienza con malestar general y
cefalea, seguido de fiebre alta (39-40ºC), mialgias intensas y síntomas respiratorios (tos no pro-
ductiva, odinofagia, rinorrea). En ocasiones pueden acompañarse de síntomas gastrointestinales
como náuseas y vómitos; o síntomas oculares como conjuntivitis. El cuadro clínico dura entre 3-7
días, aunque la astenia y la tos pueden persistir hasta dos semanas más.
Algunos pacientes, fundamentalmente aquellos con factores de riesgo (tabla 1), desarrollan
complicaciones que son la principal causa de morbimortalidad. Las complicaciones pueden ser
pulmonares o extrapulmonares:
a. Neumonía primaria por gripe: cursa con tos persistente escasamente productiva, fiebre ele-
vada y disnea. El paciente puede presentar insuficiencia respiratoria y en la radiografía de tórax
se observan opacidades reticulonodulares bilaterales.
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
833
b. N
eumonía secundaria por sobreinfección bacteriana: tras una mejoría transitoria del cua-
dro gripal inicial, reaparece la fiebre y los síntomas respiratorios, con tos y expectoración puru-
lenta. La radiografía de tórax demuestra consolidación pulmonar con broncograma aéreo. La
bacteria causal más frecuente es Streptococcus pneumoniae pero también hay que considerar
la posibilidad de sobreinfección por bacterias que habitualmente no producen neumonía ad-
quirida en la comunidad como Staphylococcus aureus o Streptococcus pyogenes. En paciente
inmunodeprimidos se ha descrito la sobreinfección pulmonar por Aspergillus sp.
c. Complicaciones extrapulmonares: son infrecuentes. Entre ellas destacan: miositis/rabdo-
miolisis (caracterizada por mialgias intensas, edema muscular sobre todo en extremidades in-
feriores, y elevación de CPK); afectación del sistema nervioso central (síndrome de Guillain-Ba-
rré, encefalitis, mielitis transversa, meningitis aséptica); complicaciones cardiacas (miocarditis,
pericarditis); síndrome de Reye (puede aparecer en menores de 18 años, principalmente como
complicación de la infección por virus de la gripe B y favorecida por la toma de ácido acetilsa-
licílico. Consiste en una degeneración hepática grasa aguda, con encefalopatía secundaria).
4. DIAGNÓSTICO
El diagnóstico es fundamentalmente clínico. La aparición de los síntomas característicos durante
un brote comunitario de gripe es, habitualmente, suficiente para establecerlo. La presencia de
fiebre en sujetos adultos posee un alto valor predictivo positivo para distinguir la infección por el
virus de la gripe de la producida por otro tipo de virus respiratorios. Por otra parte, es importante
valorar la posibilidad de una infección gripal en todo paciente con neumonía durante la epidemia
anual de gripe.
En caso de sospecha de neumonía está indicada la realización de una radiografía de tórax. Las
pruebas microbiológicas permiten distinguir el virus de la gripe de otros virus respiratorios e iden-
tificar el subtipo de virus. Se deben realizar en aquellos pacientes en los que el resultado vaya a
modificar la actitud (decisión de iniciar tratamiento, medidas de aislamiento, decisiones de cara a
cobertura antibiótica) (tabla 2). Es fundamental una correcta toma de las muestras para un ade-
CAPÍTULO 93
834 GRIPE
Tabla 2. Indicaciones para la realización de pruebas diagnósticas de infección por virus de la gripe
Pacientes con síntomas gripales y factores de riesgo para gripe complicada (tabla 1).
Pacientes con síntomas gripales y criterios de hospitalización.
Pacientes hospitalizados, que desarrollan síntomas gripales durante el ingreso.
Cualquier neumonía con catarro previo o en época de epidemia de gripe.
Casos de neumonía grave ingresados en UCI.
Valorar en pacientes inmunocompetentes de cualquier edad con síntomas gripales de < 48 horas de
duración que pueden ser tratados de forma ambulatoria, para acortar la duración del cuadro.
cuado rendimiento de las pruebas microbiológicas. Se debe recoger un exudado con una torunda
que se introducirá por la fosa nasal hasta la nasofaringe, transportándola en un medio líquido es-
pecial para la detección de virus. En caso de infección de vías respiratorias bajas puede requerirse
una muestra de lavado broncoalveolar o realizar la detección en el aspirado traqueal. El rápido
envío de la muestra al laboratorio de Microbiología aumenta las posibilidades de detección del
virus. Entre las pruebas disponibles se encuentran:
a. Detección rápida de antígenos: es una prueba cuyo resultado es casi inmediato tras el pro-
cesamiento de la muestra pero con una sensibilidad baja, por lo que un resultado negativo no
excluye la posibilidad de gripe.
b. PCR de virus de la gripe A y B: es lo más sensible y específico. Es el “patrón oro” para el diag-
nóstico. En muchos hospitales se considera la prueba diagnóstica de elección.
c. Cultivo de virus en medios celulares: es una prueba costosa y laboriosa. No permite un
diagnóstico rápido.
5. TRATAMIENTO
▶▶ Medidas de prevención de la transmisión: son de especial importancia. Durante la estancia
en Urgencias de un caso sospechoso está indicado el aislamiento respiratorio del paciente con
mascarilla quirúrgica. El personal sanitario que lo atiende también debe tomar las medidas
adecuadas de aislamiento tanto respiratorio (mascarilla quirúrgica) como de contacto (incluida
la higiene de manos). Si es preciso el tratamiento broncodilatador, se recomienda su adminis-
tración de forma inhalada. Se deben evitar en lo posible las nebulizaciones, que favorecen la
diseminación de la infección. En caso de realizar procedimientos que impliquen la generación
de aerosoles se recomienda mascarilla de partículas (por ejemplo, broncoscopia, aspiración de
secreciones o intubación traqueal)
▶▶ Medidas generales: tratamiento sintomático con analgésicos y antipiréticos.
▶▶ Tratamiento específico: existen antivíricos específicos frente al virus de la gripe, eficaces en dis-
minuir la duración del cuadro y el desarrollo de complicaciones. Las indicaciones del tratamiento
antiviral se especifican en la tabla 3. Estos fármacos deben iniciarse lo más precozmente posible,
preferiblemente en las primeras 48 horas tras el inicio de los síntomas, si bien pasado este tiempo
también están indicados en grupos de riesgo porque han demostrado efectividad. No se debe
retrasar su inicio al resultado de las pruebas diagnósticas. Los antivirales recomendados son los
inhibidores de la neuraminidasa: oseltamivir 75 mg/12horas por vía oral (puede administrarse
también por sonda nasogástrica) durante 5 días o zanamivir 10 mg/12horas por vía inhalada du-
rante 5 días. La dosis de oseltamivir debe ajustarse al aclaramiento de creatinina en casos de insu-
ficiencia renal (tabla 4). No se ha demostrado el beneficio de dosis más altas de la pauta estándar
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
835
7. PROFILAXIS
La prevención de la infección por virus de la gripe es fundamental para evitar los casos compli-
cados. La vacunación anual está indicada en todos los sujetos pertenecientes a grupos de riesgo
para el desarrollo de complicaciones (tabla 1), residentes en instituciones geriátricas o de cuida-
CAPÍTULO 93
836 GRIPE
dos crónicos y en aquellas personas que pueden transmitir la infección a grupos de riesgo, como
personal sanitario, de servicios sociales (policías, bomberos, etc), empleados de instituciones ge-
riátricas o de cuidados crónicos y convivientes con personas pertenecientes a grupos de riesgo. Los
sujetos pertenecientes a grupos de riesgo que no estén vacunados deben recibir quimioprofilaxis
cuando se exponen estrechamente a sujetos con gripe, en las primeras 48 horas tras el contac-
to. También podría estar indicada en pacientes hospitalizados o residentes en instituciones donde
haya un brote de gripe, independientemente del estatus vacunal (tabla 5). Todo aquel que tome
profilaxis debe buscar atención médica si desarrolla una infección respiratoria febril. El fármaco de
elección en esta situación es oseltamivir 75 mg/día durante 7-10 días en pacientes con función renal
normal, ajustando la dosis en caso de insuficiencia renal (tabla 4). Para el control de brotes en las
instituciones de cuidados crónicos la quimioprofilaxis debe continuarse hasta 7 días después del
último caso identificado. En ningún caso la quimioprofilaxis es un sustituto de la vacunación.
Sujeto con alto riesgo de desarrollar complicaciones en caso de infección por virus de la gripe y que no
ha sido vacunado (o durante las dos primeras semanas tras la vacunación), cuando se exponen a un
paciente con gripe.
Sujeto que presenta inmunodeficiencia grave o en tratamiento inmunosupresor (incluso si está
correctamente vacunado), cuando se expone a un paciente con gripe.
Residentes en instituciones geriátricas o de cuidados crónicos durante un brote* de gripe, con
independencia del estatus vacunal. El personal sanitario (no vacunado) de dicho centro también debe
recibir quimioprofilaxis.
Considerar en adultos (incluyendo personal sanitario) y niños mayores de un año no vacunados
que estén en contacto estrecho durante la epidemia anual con sujetos con alto riesgo de desarrollar
complicaciones en caso de infección por virus de la gripe. Deben vacunarse cuanto antes y dos semanas
tras la vacunación (6 semanas en el caso de los niños) suspender la quimioprofilaxis.
* Se define brote por la detección de al menos dos casos de gripe entre los residentes en un intervalo
inferior a 72 horas
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
837
Puntos clave/recuerda
▶▶ La gripe es habitualmente autolimitada en inmunocompetentes, pero se asocia a un incre-
mento de la mortalidad en determinados grupos de riesgo, que se deben atender con espe-
cial cautela (tabla 1).
▶▶ Se pueden desarrollar complicaciones como neumonía por gripe o sobreinfección bacteria-
na. En caso de sospecha de neumonía está indicada la realización de una radiografía de tórax.
▶▶ Es importante valorar la posibilidad de una infección gripal en todo paciente con neumonía
durante la epidemia anual de gripe.
▶▶ El diagnóstico es fundamentalmente clínico. La aparición de los síntomas característicos du-
rante un brote comunitario de gripe es suficiente para establecerlo.
▶▶ Las pruebas microbiológicas se deben realizar en aquellos pacientes en los que el resultado
vaya a modificar la actitud (tabla 2). Es fundamental una correcta toma de las muestras y
envío a laboratorio. La PCR de virus de la gripe A y B es lo más sensible y específico.
▶▶ El seguimiento de las medidas de prevención de la transmisión es de especial importancia
en Urgencias.
▶▶ El oseltamivir y el zanamivir son eficaces en disminuir la duración del cuadro y el desarrollo de
complicaciones, en las situaciones indicadas (tabla 3). Su inicio debe ser precoz y no demo-
rarse al resultado de las pruebas diagnósticas.
▶▶ La prevención de la infección por virus de la gripe es fundamental para evitar los casos com-
plicados. La vacunación anual es efectiva y está indicada en todos los sujetos pertenecientes
a grupos de riesgo, residentes en instituciones geriátricas o de cuidados crónicos y en perso-
nal sanitario.
CAPÍTULO 93
838 GRIPE
ALGORITMO
Caso sospechoso de gripe
(fiebre + cuadro catarral +
mialgias durante un brote
epidémico)
AISLAMIENTO RESPIRATORIO
durante la valoración en
Urgencias
* En casos de adquisición
nosocomial: meropenem.
Si sospecha de S. aureus
meticilina resistente: linezolid.
(esta recomendación se debe
ajustar a la política local de
tratamiento de la infección
nosocomial).
CAPÍTULO 94
NEUMONÍA ADQUIRIDA EN LA COMUNIDAD
Agustín Julián Jiménez | Raquel Parejo Miguez
1. INTRODUCCIÓN
Denominamos neumonía adquirida en la comunidad (NAC) a la lesión inflamatoria del parénquima
pulmonar que aparece como respuesta a la llegada de microorganismos a la vía aérea distal y que
se produce en aquellas personas inmunocompetentes y que no han estado ingresadas en ningu-
na institución. En la práctica clínica se asume cuando existe “una presentación clínica infecciosa
aguda compatible y su demostración radiológica”.
La incidencia de la NAC oscila entre 2-15 casos/1.000 habitantes/año, según área geográfica y es-
tación del año, siendo mayor en varones, fumadores, pacientes ≥ 75 años, con comorbilidades o
inmunodeprimidos. En los Servicios de Urgencias (SU) el diagnóstico de NAC ha aumentado hasta
suponer el 1,35 % de todos los pacientes. El 51 % de las NAC atendidas en los SU lo son en pacien-
tes con ≥ 70 años, subgrupo con un diagnóstico más difícil, mayor gravedad clínica y mortalidad a
medio-largo plazo. El 75-80 % de todas las NAC diagnosticadas son atendidas en los SU y de éstas
requerirán ingreso hospitalario, incluyendo las áreas de observación, el 40-60 % (con rangos muy
variables, 22-65 %, según centros, época del año y características de los pacientes), y de ellos en-
tre el 2-10 % será en la unidad de cuidados intensivos (UCI). La NAC representa la principal causa
de muerte por enfermedad infecciosa tanto en los SU como en los países occidentales (10-14 %,
según edad y factores asociados: < 2% en jóvenes sin comorbilidad, 14 % en hospitalizados y del
20-40% en la UCI) y el origen de la mayoría de las sepsis/shock sépticos que se atienden en los SU.
Por todo ello, las decisiones iniciales tomadas en los SU (pruebas complementarias, tratamiento,
destino del paciente, etc.) serán determinantes en la evolución del proceso y la mortalidad. Las
guías de práctica clínica (GPC) con el uso de las escalas pronósticas de gravedad (EPG) y los bio-
marcadores de respuesta inflamatoria e infección (BMRII) mejoran la adecuación del tratamiento,
de los ingresos, la evolución, la estancia hospitalaria y la mortalidad.
2. ETIOLOGÍA
El diagnóstico microbiológico de la NAC solo se consigue establecer entre el 30-60 % de los casos.
Cuanto más grave es el proceso, más técnicas se emplean y más diagnóstico etiológico se logra.
De forma global, el agente más frecuente es Streptococcus pneumoniae (30-65 %), incluso se esti-
ma que hasta en el 30-40 % de casos no diagnosticados por métodos convencionales la etiología
puede ser neumocócica. Por ello y por su morbimortalidad se considera al S. pneumoniae como
el “patógeno clave”. Otros microorganismos responsables son: Mycoplasma pneumoniae, Chlamy-
dophila pneumoniae, Legionella pneumophila, Haemophilus influenzae, virus influenza A, Coxiella
burnetii, Chlamydophila psittaci, Staphylococcus aureus y bacilos gramnegativos.
Es conocido que la estratificación pronóstica de la NAC (que condiciona el destino) se correlaciona con
la etiología (tabla 1). Esta suele ser monomicrobiana excepto en las neumonías aspirativas (múltiples
microorganismos de la orofaringe). Hay que tener en cuenta que el 12-18 % de NAC, los virus aparecen
implicados, y que en 8-14 % se encuentran asociaciones de patógenos (“etiología bacteriana mixta”, la
mayoría S. pneumoniae más M. pneumoniae o C. pneumoniae). Esto último, junto con la frecuencia de M.
CAPÍTULO 94
840 NEUMONÍA ADQUIRIDA EN LA COMUNIDAD
pneumoniae (similar o mayor que el propio S. pneumoniae) en los pacientes con tratamiento domiciliario,
hará necesario que el tratamiento empírico oral tenga cobertura y actividad adecuada para ambos.
Por otro lado, debemos recordar que existen una serie de condicionantes epidemiológicos que
predisponen a los pacientes a padecer NAC por determinados agentes (tabla 2).
Síndrome típico Presentación aguda (días), fiebre alta (≥ 38°C), escalofríos, tos
productiva, expectoración purulenta (herrumbrosa) y dolor pleurítico.
En la auscultación crepitantes y/o soplo tubárico. En la radiografía de
tórax condensación bien delimitada y homogénea con broncograma
aéreo. Suele corresponder con infección por S. pneumoniae, H.
influenzae o M. catarrhalis.
Síndrome atípico Inicio subagudo o insidioso y predominio de los síntomas
extrapulmonares, sobre todo al principio (fiebre variable, artromialgias,
cefalea, alteración de la consciencia, vómitos o diarrea) junto con
tos seca o escasamente productiva, por lo que puede conducir a
diagnósticos erróneos en el SU. La radiología es variable, desde
afectación multifocal a patrones intersticiales. Así, se habla de:
“NAC atípicas zoonóticas” (psitacosis, fiebre Q y tularemia), “NAC
atípicas no zoonóticas” (M. pneumoniae, C. pneumoniae y Legionella
spp.),“neumonías causadas por distintos virus respiratorios” (virus de
la gripe, virus parainfluenza, adenovirus y virus respiratorio sincital).
Puede acompañarse de otros hallazgos objetivos como hiponatremia,
hipofosfatemia o hematuria, sobre todo en relación con Legionella spp.
Síndrome mixto o indeterminado De inicio, larvado o “atípico” que evoluciona hacia uno “típico” (no
infrecuente, por ejemplo, en casos de infección por Legionella spp.)
o sin orientación clara a ninguno de los dos síndromes o con datos
compatibles con ambos.
SU: servicio de urgencias, NAC: neumonía adquirida en la comunidad.
- RADIOGRAFÍA DE TÓRAX POSTEROANTERIOR Y LATERAL: debe solicitarse en todos los casos para el
diagnóstico y establecer la extensión y localización, así como la posible existencia de complicaciones (cavitación
o derrame pleural) y descartar otras enfermedades que pueden cursar con manifestaciones clínicas similares.
La afectación bilateral o multilobar o la existencia de derrame son indicadores de gravedad y de ingreso. En
ocasiones, si se realiza precozmente al inicio de los síntomas, puede faltar el infiltrado radiológico que suele
aparecer a partir de las 12 horas. Y, por lo tanto, poco demostrativa en fases iniciales de la neumonía, como
puede ocurrir también en casos de deshidratación, neutropenia e infección por determinados patógenos (P.
jiroveci en inmunodeprimidos). No hay un patrón radiológico que permita reconocer la etiología (se puede
ver condensación o infiltrado alveolar único o múltiple, con distribución anatómica, segmentaria o lobar, o
parcheado o intersticial). En ocasiones el paciente consulta por un dolor torácico de características pleuríticas
que resulta desproporcionado a los escasos hallazgos de la radiografía; en dichos casos debe prestarse atención
a los senos costofrénicos ya que puede tratarse de la fase inicial de un derrame metaneumónico. Además se
deben valorar otros posibles hallazgos como la presencia de adenopatías hiliares o mediastínicas o zonas de
atelectasia que pueden orientar hacia la presencia de una neoplasia pulmonar subyacente no objetivada hasta
el momento. Por último, no debe asumirse que todo infiltrado pulmonar se corresponde con una neumonía.
La resolución radiológica suele ser posterior a la clínica, pero siempre deberemos indicar la realización de una
radiografía para confirmar su resolución a partir de la 4ª semana tras finalizar el tratamiento.
- HEMOGRAMA: leucocitosis con desviación izquierda o leucopenia intensas pueden orientar sobre la
gravedad del cuadro; la presencia de anemia o trombopenia pueden servir para valorar la situación
general del paciente.
- BIOQUÍMICA BÁSICA: la presencia de hiponatremia, insuficiencia renal o hiperglucemia pueden tener
valor pronóstico. La alteración de la función hepática puede orientar al patógeno causal o influir en la
decisión de la pauta de tratamiento elegido.
- HEMOCULTIVOS: se recomienda la extracción de 2 muestras en los pacientes que vayan a ingresar y
siempre antes del inicio del tratamiento antibiótico; resultan útiles para ajustar el tratamiento e identificar
a un subgrupo de pacientes de alto riesgo ya que la bacteriemia se asocia con una mayor mortalidad.
- ANÁLISIS DEL ESPUTO (tinción de Gram y cultivo): la mayor rentabilidad se obtiene cuando la
muestra es de buena calidad (grados IV y V de Murray, con < de 10 cél. escamosas y > 25 PMN/campo
a 100 aumentos), se toma antes del inicio del tratamiento antibiótico y se transporta con rapidez al
laboratorio (en menos de 30 minutos). Sobre todo indicados en pacientes graves o con sospecha de
microorganismos no habituales o resistentes es conveniente su realización.
- ANTÍGENO DE NEUMOCOCO EN ORINA es un método rápido y puede ser útil sobre todo en casos
graves. Su sensibilidad en orina directa está en torno al 66 % y del 75-85 % cuando existe bacteriemia,
mientras que la especificidad es > 95 %. El resultado se puede obtener en poco tiempo (15 minutos)
y cuando se hace en orina concentrada la sensibilidad es mayor, pero es más cara y tarda 1-3 horas.
Algunas limitaciones incluyen la posibilidad de falsos positivos en casos de colonización por neumococo
o infecciones por otras especies de Streptococcus spp.
- ANTÍGENO DE LEGIONELLA EN ORINA debe solicitarse sobre todo en casos graves y
epidemiológicamente posibles; normalmente tras comprobar la negatividad del antígeno de
neumococo. El resultado es menos rápido dado que la orina se debe concentrar y aplicarse tratamiento
térmico para que la sensibilidad sea adecuada; debe tenerse en cuenta que sólo detecta serogrupos del
tipo 1 (responsable de > 90 % de casos en humanos).
CAPÍTULO 94
844 NEUMONÍA ADQUIRIDA EN LA COMUNIDAD
La accesibilidad y rapidez para determinar BMRII en muchos SU hacen que estos se postulen
como criterios añadidos a las EPG y la exploración para valorar la gravedad y mejorar la toma de
decisiones al predecir el diagnóstico de NAC bacteriana, bacteriemia y decidir el lugar apropiado
de tratamiento. De hecho, hoy en día se considera la combinación de EPG y BMRII como la mejor
estrategia para la valoración pronóstica y predicción de mortalidad en el paciente con NAC. En la
tabla 5 se muestran las recomendaciones y utilidades para su uso.
Tabla 5. Recomendaciones del uso de los biomarcadores en los pacientes con NAC en los SU
Inicialmente, la mayoría de las EPG surgen con la idea de convertirse en reglas clínicas que preten-
den estratificar a los pacientes en grupos de riesgo en relación con la mortalidad observada a los
30 días, considerando distintos factores pronósticos relacionados con la morbimortalidad como
son los dependientes del paciente (edad, enfermedades asociadas, aspectos epidemiológicos,
etc.) o los dependientes del proceso (hallazgos clínicos, analíticos y radiológicos), con el objetivo
de determinar con seguridad qué pacientes pueden ser tratados en su domicilio. Y una vez que se
decide la indicación del ingreso, se debe estimar la necesidad de reconocer a los pacientes que
precisan vigilancia en una UCI al tratarse de una NAC grave (NACG).
Hoy en día el evitar al máximo tanto los ingresos innecesarios como las altas improcedentes,
constituye un objetivo irrenunciable en el SU. Aunque existen múltiples EPG, Pneumonía Severity
Index (PSI) o escala de Fine y CURB-65 (acrónimo de las siglas en inglés de Confusión, Urea, FR, PA
y edad ≥ 65 años) son las más utilizadas. ambas tienen una capacidad similar para reconocer a los
pacientes con riesgo de fallecer a los 30 días. El uso de EPG disminuye la proporción de NAC de
bajo riesgo (grupos PSI I-III) ingresadas inadecuadamente (49 % al 31 %), las reconsultas en el SU,
la estancia hospitalaria y la mortalidad. Aunque, son conocidas las limitaciones de PSI y CURB-
65, así como que las combinaciones de los BMRII con éstas mejoran su capacidad predictiva y
podrían mejorar la adecuación de los ingresos en la NAC.
El PSI combina 20 variables demográficas, de morbilidad, hallazgos exploratorios, de laboratorio
y radiológicos definiendo 5 clases de riesgo en relación con la mortalidad a los 30 días (figura 1).
En función de la clase de riesgo asignada, recomienda tratamiento ambulatorio en los grupos
I–II, observación en el SUH o en UCE en la clase III e ingreso hospitalario en las clases IV-V. El PSI
identifica bien el bajo riesgo de mortalidad en las clases I-III y nos ayuda a decidir “el alta”, pero
puede infraestimar la gravedad, sobre todo en jóvenes con hipoxia, y no valora criterios y circuns-
tancias adicionales que deben ser tenidas en cuenta (criterios sepsis-SS, bilateralidad, afectación
multilobar o cavitación radiológica). De ahí que se surgiera el concepto de “Escala de Fine o PSI
modificado (PSIm)”, como una actualización del clásico PSI, que indica el ingreso de los pacientes
de bajo riesgo (I-III) que presenten alguno de los criterios adicionales de ingreso (tabla 6).
Tabla 6. Criterios adicionales que condicionan el ingreso de los pacientes con PSI I-III (PSIm)
La CURB-65 (figura 2), define 6 grupos de riesgo. En relación con el PSI detecta mejor a los pa-
cientes de alto riesgo (clases 3-5) que ingresarían, pero también presenta grandes limitaciones
al sobreestimar el riesgo en los ≥ 65 años por el criterio de la edad y tampoco valora los criterios
adicionales señalados en la tabla 6 (ej. la PaO2). Por ello en los grupos de riesgo 0-2 también se
indicaría el ingreso con la existencia de alguno de estos criterios (tabla 6).
CAPÍTULO 94
846 NEUMONÍA ADQUIRIDA EN LA COMUNIDAD
¿Es un varón > 50 años o mujer > 60 años? Variables y características Puntos
del paciente asignados
Factores demográficos
Nº años
SÍ Edad varón
nº años-10
Edad mujer
+10
Institucionalizado en residencia
¿Presenta alguno de
estos antecedentes? Comorbilidad
Neoplasias +30
SÍ Neoplasia
+20
Hepatopatía Hepatopatía
Insuficiencia cardiaca +10
Insuficiencia cardiaca
Enfermedad +10
Enfermedad cerebrovascular
cerebrovascular +10
Nefropatía
Nefropatía Calcular puntuación y
asignar al paciente a un Examen físico
+20
¿Y alguno de estos grupo de riesgo II-V Alteración nivel consciencia
+20
hallazgos? FR ≥ 30 rpm
+20
Alteración del nivel de PA Sistólica < 90 mmHg
+15
consciencia Temperatura < 35º o ≥ 40ºC
+10
PA Sistólica < 90 mmHg FC ≥ 125 lpm
FC ≥ 125 lpm SÍ
Pruebas complementarias
FR ≥ 30 rpm +30
pH arterial < 7,35
+20
Urea >65 mg/dl (Cr >1,5 mg/dl)
NO +20
Sodio < 130 mEq/L
+10
Glucemia > 250 mg/dl
Asignar al paciente al +10
Hematocrito < 30 %
grupo de riesgo I +10
PaO2 < 60 mmHg o SatO2 < 90%
+10
Derrame pleural
Grupo/clase Mortalidad
Puntos Recomendación sitio de cuidados
de riesgo %
* (Criterios de PSI modificado) Si PaO2 <60 mmHg o criterios de sepsis o hipotensión aislada se indica al menos obser-
vación en urgencias o en unidad de corta estancia y reevaluación a las 12-24 horas. Además, se debe tener en cuenta
cualquier otro factor o situación que impida un tratamiento ambulatorio (ver criterios adicionales).
FC: frecuencia cardiaca; FR: frecuencia respiratoria; lpm: latidos por minuto; NAC: Neumonía Adquirida en la Comunidad;
OU: observación de Urgencias; PA: presión arterial; PSI: Pneumonia Severity Index; rpm: respiraciones por minuto; UCE:
unidad de corta estancia; UCI: unidad de cuidados intensivos.
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
847
AIRE CONTACTO
Necesidad de ventilación mecánica • PAS < 90 mmHg (que requiere fluidoterapia agresiva)
• Afectación multilobar (≥ 2 lóbulos) o bilateral
• Frecuencia respiratoria ≥ 30 rpm
• Confusión/desorientación
• Urea ≥ 45 mg/dl (BUN ≥ 20 mg/dL)
Shock séptico con vasopresores • PaO2 / FiO2 ≤ 250
• Leucopenia < 4.000/mm3
• Trombocitopenia < 100.000/mm3
• Hipotermia (temperatura < 36º C)
Se debe cumplir un criterio mayor o tres menores para indicar su ingreso en la UCI
ATS/IDSA: American Thoracic Society-Infectious Diseases Society of America); FiO2: fracción inspirada de oxígeno; NACG:
neumonía adquirida en la comunidad grave; PaO2: presión parcial de oxígeno; PAS: presión arterial sistólica; rpm:
respiraciones por minuto; UCI: unidad de cuidados intensivos.
3.6. TRATAMIENTO
La dificultad en el diagnóstico etiológico hace que en la mayoría de las ocasiones se indique un
tratamiento empírico, salvo cuando podemos confirmar un diagnóstico microbiológico desde el
SU, lo que nos permite instaurar un tratamiento dirigido. Las recomendaciones terapéuticas se
establecen en general según clasificación del PSI y el destino del paciente decidido. Independien-
temente de la pauta y los antimicrobianos indicados, las primeras dosis adecuadas de antibiótico
CAPÍTULO 94
848 NEUMONÍA ADQUIRIDA EN LA COMUNIDAD
deberán administrarse siempre lo más precozmente posible en el propio SU (de forma inmediata
si existe sepsis), lo que disminuye la estancia hospitalaria y la mortalidad tanto en pacientes leves
como en los que se presentan con sepsis.
La tabla 8 muestra las recomendaciones de tratamiento empírico vía oral (vo) o intravenoso (iv)
según el destino del paciente. Esta tabla será aplicable para la mayoría de los casos de NAC que
atendamos en los SU.
Si neumonía aspirativa, absceso de pulmón o sospecha de anaerobios (14 días de tratamiento mínimo)
con una de las siguientes pautas:
- Amoxicilina-clavulánico iv (2 g/8 h).
- Ertapenem iv (1 g/24 h).
- Clindamicina iv (600 mg/8 h) más Ceftriaxona iv (2 g/24 h).
Si sospecha de Pseudomonas aeruginosa (pacientes con EPOC avanzada (FEV1 < 30 %) o con
bronquiectasias generalizadas y que hayan recibido antibióticos de forma repetida durante el último año)
(Se realizará durante 10-14 días con una de las siguientes pautas):
[Cefepime iv (2 g/8-12 h) o meropenem iv (1 g/8 h) o piperazilina/tazobactam iv (4/0,5 g/6-8 h)]
+
[Levofloxacino iv (500 mg/12 h) o amikacina iv 15 mgr/Kg/día)]
EPOC: enfermedad pulmonar obstructiva crónica; iv: intravenosa; NAC: neumonía adquirida en la comunidad; PSI:
Pneumonia Severity Index; UCI: unidad de cuidados intensivos; vo: vía oral.
Nota: consultar y ajustar la dosis de los antimicrobianos cuando sea necesario en caso de insuficiencia renal.
Para finalizar, debemos tener en cuenta otras medidas terapéuticas necesarias que han de acom-
pañar al correcto tratamiento antimicrobiano: el cuidado de los problemas asociados (descom-
pensación diabética, insuficiencia cardiaca, etc.), oxigenoterapia adecuada, balance cuidadoso
de líquidos, corrección de las alteraciones electrolíticas, prevención de procesos tromboembó-
licos mediante la utilización de heparina de bajo peso molecular y en los pacientes con EPOC
y NAC grave considerar inicialmente la ventilación mecánica no invasiva antes de plantearse la
intubación y ventilación mecánica invasiva. En todos los casos debemos recordar que se debe
valorar al paciente a los 2-4 días de iniciado el tratamiento y comprobar, a partir de la 4ª semana
con radiografía de control, la resolución total del cuadro.
Puntos clave/recuerda
▶▶ El agente más frecuente es Streptococcus pneumoniae.
▶▶ El diagnóstico sindrómico se basa en la existencia de una clínica de infección aguda acompa-
ñada de un infiltrado pulmonar de reciente aparición en la radiografía de tórax, no atribuible
a otra causa.
▶▶ Las decisiones iniciales tomadas en los SU (pruebas complementarias, tratamiento, destino del
paciente, etc.) son determinantes en la evolución del proceso y la mortalidad. Las guías de prácti-
ca clínica, con el uso de las escalas pronósticas de gravedad y los biomarcadores mejoran la ade-
cuación del tratamiento, de los ingresos, la evolución, la estancia hospitalaria y la mortalidad.
▶▶ La escala PSI o escala de Fine y CURB-65 facilitan determinar el destino del paciente y la an-
tibioterapia. Se deben aplicar con un conocimiento de su valor añadido y sus limitaciones.
▶▶ Los criterios de gravedad ATS/IDSA y la escala SCAP son las apropiadas para identificar a los
pacientes subsidiarios de precisar soporte inotrópico y/o ventilatorio y/o ingreso en la UCI.
▶▶ En la mayoría de las ocasiones se inicia un antibiotico empírico. Se recomienda que la prime-
ras dosis se administre lo más precozmente posible en el propio SU (de forma inmediata si
existe sepsis), ya que disminuye la estancia hospitalaria y la mortalidad.
CAPÍTULO 94
850 NEUMONÍA ADQUIRIDA EN LA COMUNIDAD
ALGORITMO
Sospecha de NAC
Anamnesis y exploración
física y radiografía de
confirmación PA y lateral
NO SÍ
Presenta:
Alteración nivel consciencia
FR ≥ 30 rpm Clase II Clase III Clase IV Clase V
FC ≥ 125 lpm
PAS < 90 mmHg
T < 35ºC o > 40ºC Tratamiento Observación Ingreso
domiciliario o UCE
NO
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
La neumonía nosocomial (NN) es un proceso inflamatorio pulmonar de origen infeccioso, ausente
en el momento del ingreso hospitalario, y que se desarrolla tras más de 48 h de haber ingresado
en el hospital. Se han utilizado los términos «de inicio precoz» para referirse a las NN que ocurren
en las primeras 96 h de estancia hospitalaria, y «de inicio tardío» a las NN que aparecen poste-
riormente. Se denomina neumonía asociada al ventilador (NAV) al subgrupo de NN que inciden
en pacientes con vía aérea artificial, que llegan a representar más del 80 % de las neumonías
adquiridas en la unidad de cuidados intensivos (UCI). En urgencias, nos referiremos a la situación
clínica más frecuente, paciente con alta reciente (< 7 días), que tras estancia mayor de 48 h acude
con neumonía, por tanto, a todos los efectos NN tardía.
Las sociedades American Thoracic Society y la Infectious Diseases Society of America (ATS/IDSA)
recomendaron un nuevo concepto, la neumonía relacionada con la asistencia sanitaria o neu-
monía asociada a cuidados de salud (NACS). Este término de NACS se apoyó principalmente en
datos retrospectivos de EEUU, agrupando a una población no hospitalizada pero en frecuente
contacto con el sistema sanitario y con mayor riesgo de infección por gérmenes multirresistentes.
La NACS se define como la neumonía que se presenta en pacientes: a) hospitalizados durante 2 o
más días en los 90 días previos, b) residentes en centros asistidos (residencias o sociosanitarios),
c) en tratamiento ambulatorio endovenoso, con quimioterapia, hemodiálisis, o curas de lesiones
cutáneas en los últimos 30 días, d) convivientes de portadores crónicos de patógenos resistentes.
Afecta a pacientes de mayor edad, con más comorbilidad y mayor riesgo de broncoaspiración
que la neumonía adquirida en la comunidad. Cursa con mayor mortalidad, estancias hospitala-
rias más prolongadas y mayor gasto sanitario. En las guías americanas se propone diagnosticar y
tratar la NACS de forma similar a la NN, utilizando empíricamente combinaciones de antibióticos
de amplio espectro con cobertura para bacterias multirresistentes. No obstante, la controversia
surge en Europa, con un patrón de gérmenes muy diferente a EEUU y con la preocupación de la
optimización del uso del arsenal empírico. Como argumentos, en primer lugar, la NACS implica
una población muy heterogénea sin tener en cuenta la gravedad, los factores de riesgo individua-
les para los patógenos multirresistentes, ni la epidemiología local. En segundo lugar, en nuestro
medio los adultos ingresados con NACS, el patógeno más frecuente siguió siendo el Streptococcus
pneumoniae (28-39 %). La tasa de SARM fue inferior al 1 % o Pseudomonas aeruginosa del 1,5 %,
muy diferente al perfil microbiológico de EEUU con tasas de SARM y Pseudomonas aeruginosa
superiores al 20 %.
CAPÍTULO 95
852 NEUMONÍA EN SITUACIONES ESPECIALES
Por todo ello, los autores europeos se muestran partidarios de reevaluar el término de NACS y va-
lorar el riesgo individual de neumonía por patógenos multirresistentes, teniendo especialmente
en cuenta el estado funcional, el riesgo de aspiración y el uso de antibióticos previos.
La neumonía necrotizante es una forma de infección del parénquima pulmonar que se caracte-
riza, desde el punto de vista radiológico, por la existencia de una condensación con múltiples
cavitaciones menores de 1 cm. La distinción entre neumonía necrotizante y absceso pulmonar
no tiene excesivo interés clínico, ya que a menudo representan distintos estadios evolutivos de
un mismo proceso.
La neumonía aspirativa (NA) consiste en la evidencia radiológica de condensación pulmonar cau-
sada por el paso al árbol traqueobronquial de una cantidad importante de secreciones contami-
nadas por bacterias patógenas, ya sean orofaríngeas o del aparato digestivo alto, en pacientes
con alteraciones de la motilidad orofaríngea o gastroesofágica. El contexto clínico suele ser ancia-
nos con disfagia orofaríngea y disnea tras la ingesta oral o por aspiración de secreciones gastroe-
sofágicas tras vómitos, regurgitación o reflujo. Comparte una etiología similar con la necrotizante,
la flora orofaríngea. Representa una entidad clínica frecuente en los servicios de urgencias donde
ancianos con fragilidad acuden por episodios de broncoaspiración durante la ingesta.
4. TRATAMIENTO
4.1. TRATAMIENTO ANTIBIÓTICO EMPÍRICO
Para dirigir la elección de la pauta empírica se recomienda establecer diferentes grupos de pa-
cientes en función de la gravedad del cuadro, de la presencia de factores de riesgo para microor-
ganismos específicos, y de la duración de la hospitalización previa (tabla 4).
GRUPO TRATAMIENTO
Neumonía Nosocomial
Puntos clave/recuerda
▶▶ Deben diferenciarse la neumonía adquirida de la comunidad, de la neumonía nosocomial
de inicio precoz, neumonía nosocomial de inicio tardío, neumonía asociada al ventilador,
neumonía relacionada con la asistencia sanitaria o neumonía asociada a cuidados de salud,
neumonía con riesgo individual de patógenos multirresistentes, neumonía necrotizante y
neumonía aspirativa.
▶▶ En Urgencias las más habituales son neumonía nosocomial de inicio tardío, neumonía as-
pirativa y habrá que valorar el riesgo individual de patógenos multirresistentes (valorar el
ingreso reciente en la última semana, el riesgo de aspiración y el estado funcional o el uso
previo de antibióticos).
▶▶ En todos los casos de neumonía habrá que tener en cuenta los principales factores de se-
lección de flora durante la estancia hospitalaria, como son el tratamiento antibiótico recibido
previamente y el tiempo de hospitalización previo al diagnóstico de la neumonía.
▶▶ Conviene realizar un estudio microbiológico previo al inicio de antibioterapia en estas si-
tuaciones para un mejor ajuste posterior de antibioterapia.
▶▶ En la elección de la pauta empírica se recomienda establecer diferentes grupos de pacien-
tes en función de la gravedad del cuadro, de la presencia de factores de riesgo para mi-
croorganismos específicos, y de la duración de la hospitalización previa (tabla 4).
▶▶ Se debe individualizar la duración del tratamiento antibiótico.
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
859
ALGORITMO
Infiltrado
Criterios clínicos y/o +
radiológicos de sospecha secreciones purulentas
de neumonía leucocitosis (leucopenia)
fiebre/hipotermia
Obtención de muestras:
Hemocultivo, Ag. legionella y Pneumococo
Valorar si cultivo de esputo
Etiología
Precoz Tardía
Patógenos habituales:
B lactámico +/-
macrólido
Tratamiento empírico
específico
CAPÍTULO 96
TUBERCULOSIS PULMONAR
Guillermo Cuevas Tascón | Pablo Ryan Murúa
1. INTRODUCCIÓN
La tuberculosis (TB) es una enfermedad infecciosa causada por especies del complejo Mycobac-
terium tuberculosis (MT). La localización pulmonar es la más habitual, si bien la enfermedad puede
afectar a cualquier órgano.
El mecanismo de transmisión más habitual es la vía aérea por gotas de pequeño tamaño (1 a 5 μ
de diámetro), expulsadas al toser o estornudar por los enfermos con formas pulmonares bacilífe-
ras. La tuberculosis extrapulmonar en general no es transmisible, con excepción de la tuberculo-
sis laríngea, o en situaciones esporádicas en las que haya fístulas con secreción.
En España en el año 2014 se notificaron 5.018 casos de TB, lo que corresponde a una tasa de inci-
dencia de 10,80 casos por 100.000 habitantes. La incidencia en los últimos 10 años ha bajado de
20 casos a 10 casos por 100.000 habitantes. Del total de casos del 2014, 3.933 (71 %) corresponden
a TB pulmonar, 67 a meningitis tuberculosa, y 1.018 a TB de otras localizaciones.
La TB es una de las enfermedades contagiosas causantes de mayor morbilidad y mortalidad. Sin
tratamiento, la enfermedad presenta una tasa de mortalidad elevada, de ahí la importancia del
diagnóstico precoz y el tratamiento para cortar la cadena de transmisión. La TB es una enferme-
dad de declaración obligatoria (EDO). Es muy importante el estudio y seguimiento de los contac-
tos en los casos bacilíferos y el tratamiento de la infección tuberculosa latente (TBL).
En este capítulo trataremos la TB pulmonar y su manejo en el ámbito de los Servicios de urgencias.
3. TUBERCULOSIS PLEURAL
La TB pleural puede presentarse de forma aislada o concomitante a una TB pulmonar. Su apari-
ción puede ser aguda o subaguda. Los síntomas pueden ser los de una pleuritis aguda con fiebre
alta y dolor torácico de características pleuríticas o bien, más frecuentemente, que se presente
como una pleuritis crónica con dolor, febrícula, tos seca, deterioro del estado general, pérdida de
peso, astenia y disnea progresiva. La radiografía de tórax presenta la imagen típica de derrame
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
861
pleural que suele ser unilateral y de tamaño variable. Por toracocentesis se obtiene un líquido
pleural de color amarillento, generalmente con características de exudado linfocitario, que de-
berá utilizarse para los distintos procedimientos diagnósticos. En ocasiones, el derrame pleural,
especialmente si se cronifica, se puede presentar como un empiema. Excepcionalmente puede
fistulizar a través de la pared torácica.
4. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Los síntomas iniciales de la TB son insidiosos y poco expresivos en la mayor parte de los casos, no
pudiéndose diferenciar de otras entidades nosológicas, lo que provoca importantes retrasos en
el diagnóstico y el tratamiento. De los sistémicos los más frecuentes son la fiebre, la pérdida de
apetito y de peso, la astenia, la sudoración nocturna profusa y el malestar general.
En la TB pulmonar no hay correlación entre la extensión de la enfermedad y la magnitud de los
síntomas. De los síntomas propiamente pulmonares, el más importante y frecuente es la tos, que
puede ser seca o productiva, con expectoración mucosa, purulenta y en ocasiones hemoptoica.
Es importante recordar que la contagiosidad está muy relacionada con este síntoma. La disnea se
presenta en la enfermedad ya muy extendida.
Por último, la afectación diseminada, miliar, puede darse en cualquier paciente, aunque ocurre
con mayor frecuencia en aquellos con infección por el VIH (especialmente en aquellos en situa-
ción de SIDA, así como en otras condiciones que asocien inmunosupresión celular: tratamientos
esteroideos crónicos y/o anti-TNF, desnutrición severa, etc.). Se produce por una diseminación
hematógena. Se presenta con pérdida de peso, anorexia, fiebre, sudación nocturna y mal estado
general.
5. COMPLICACIONES DE TB PULMONAR
Las complicaciones son hemoptisis, neumotórax, bronquiectasias, destrucción extensa pulmo-
nar, fistulización, estenosis traqueobronquial y aspergilosis pulmonar crónica.
6. EXPLORACIÓN FÍSICA
En pacientes con sospecha de TB pulmonar la exploración física debe ser sistemática. La explo-
ración torácica puede ser anodina, o bien pueden auscultarse ruidos o estertores localizados
o asimetrías en los ruidos respiratorios. En la TB pulmonar hay que tener en mente la semiolo-
gía de derrame pleural y detectar la existencia de adenopatías. En la TB pleural la exploración
muestra asimetría en la auscultación, palpación y percusión torácica, con semiología de derra-
me pleural. Además, se deben buscar otros signos característicos de localizaciones extra-pul-
monares.
7.2.3. Laboratorio
Dentro de los datos analíticos hay que destacar moderada anemia, hipoproteinemia (parámetros
más frecuentes en casos de enfermedad diseminada o evolución prolongada) y aumento de la
velocidad de sedimentación globular (VSG) hasta 50-60 mm. La elevación de la enzima adenosin-
desaminasa (ADA) que se libera a partir de los linfocitos activados contribuye al diagnóstico de la
TB pleural.
8. TRATAMIENTO
8.1. QUIMIOPROFILAXIS. Se dan dos situaciones:
Quimioprofilaxis primaria
Se instaura el tratamiento para evitar que un contacto en riesgo llegue a infectarse (expuestos sin
infección, PT negativa). Esta indicado en niños y en inmunodeprimidos. La pauta más utilizada es
la isoniazida (H) durante 2,5 meses.
Quimioprofilaxis secundaria
Se tratan personas ya infectadas (PT positiva) para evitar que enfermen. Los supuestos en los
que el beneficio de los tratamientos supera a los efectos adversos son los siguientes: infección
por VIH, conversores PT recientes (24 meses), silicosis, imágenes fibróticas residuales no tratadas,
lista de espera de trasplante, utilización de inmunosupresores y otras indicaciones de valoración
individual. Las pautas más utilizadas en estos casos son la isoniacida (5 mg/kg/día) durante 6-9
meses o rifampicina (R) durante 4 meses (en casos de resistencia a H). En estos tratamientos tan
prolongados, la adherencia a los mismos resulta determinante para que sea efectiva.
Etambutol ¿sí o no?: la indicación de añadir E a todos los pacientes se ha establecido para cubrir
la posibilidad de la resistencia primaria a H, por lo que en caso de sensibilidad demostrada a H
puede omitirse en la primera fase.
En un estudio multicéntrico realizado en España en 2010 se observó una tasa de resistencia
global a H del 6,7 %, encontrando diferencias significativas entre la población española (3,4 %)
y la población extranjera (10,2 %). Las tasas de tuberculosis multirresistente fueron de tan solo
un 1,9 %. Por tanto, es importante conocer la ecología local y las características de la población
para decidir el régimen más apropiado. En general, se utiliza la pauta con 4 fármacos en aque-
llas zonas con resistencias primarias a H mayores al 4 %.
Pautas, posología y duración: los fármacos se administran en una única dosis por la mañana
y en ayunas (no ingerir nada hasta pasada media hora) y se recomienda el empleo de las combi-
naciones fijas. Esto facilitará el cumplimiento y evitará los fracasos y la creación de resistencias.
Tratamiento de inducción
▶▶ Cuatro fármacos: 2HRZE (RIMSTAR ® durante dos meses). Según peso: 30-40 kg: 2 comp/día;
40-55 kg: 3 comp/día; 55-70 kg: 4 comp/día; >70 kg: 5 comp/día. Si no es posible utilizar E, puede
sustituirse por estreptomicina.
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
865
▶▶ Tres fármacos: 2HRZ (RIFATER® durante dos meses). Según peso: < 40 kg: 3 grag/día; 40-50 kg:
4 grag/día; 50-65 kg: 5 grag/día; > 65 kg: 6 grag/día. Cuando el antibiograma demuestra sensibi-
lidad a todos los fármacos.
Tratamiento de continuación
▶▶ Dos fármacos: 4RH (RIFINAH®, durante 4 meses). Con estómago vacío.
▶▶ Se recomienda alargar el tratamiento a 7RH en pacientes con silicosis.
¿Cuando administrar piridoxina?: la H puede producir neuropatía periférica por déficit de esta
sustancia en ciertas situaciones. Es recomendable su administración en: alcoholismo, desnutri-
ción, embarazo, diabetes, insuficiencia renal e infección por el VIH. Dosis: (10–50 mg/día)
Tratamiento en situaciones especiales
▶▶ Pacientes con hepatopatía crónica: intentar siempre que se pueda el tratamiento estándar
con vigilancia.
• Si hepatopatía avanzada, retirar Z: 2HRE/7HR
• Hepatitis aguda: evitar fármacos con potencial hepatotóxico (H, R, Z)
—— Medidas: Utilizar quinolona (Moxifloxacino o Levofloxacino) + inyectable (aminoglucosi-
do o capreomicina) + E.
• Hepatopatía descompensada o terminal: evitar fármacos con potencial hepatotóxico (H, R, Z).
—— Medidas: Utilizar quinolona (moxifloxacino o levofloxacino) + inyectable (aminoglucosi-
do o capreomicina)+ etambutol.
▶▶ Insuficiencia renal crónica: utilizar tratamiento estándar. En pacientes con aclaramiento de
creatinina menor de 30 ml/min o en pacientes en programas de hemodiálisis se recomienda
administrar el tratamiento 3 veces por semana (después de la hemodiálisis ya que H, E y Z se
dializan) manteniendo las mismas dosis de la pauta diaria.
▶▶ Imposibilidad de administrar la medicación vía oral: es posible administrar fármacos por vía
parenteral, sonda nasogástrica o gastrostomía percutánea. Hay formulaciones parenterales de
H, R y E de dosis equivalentes a las presentaciones orales.
▶▶ Infección por el VIH
• Si el paciente NO toma tratamiento antirretroviral (TARV): Se comenzará el tratamiento están-
dar de la TB. Posteriormente el especialista en VIH comenzará el TARV.
• Si el paciente toma TARV: Antes de iniciar el tratamiento de la TB hay que tener en cuenta las
interacciones con TARV. Se recomienda evaluar la medicación concomitante en la siguiente he-
rramienta: http://www.hiv-druginteractions.org/checker.
Síndrome de reconstitución inmune (IRIS): en pacientes infectados por el VIH con diagnóstico y tra-
tamiento de la TB que comienzan TARV es posible que presenten empeoramiento y exacerbación de
la TB (incluso formas explosivas de TB) transcurridas unas semanas de mejoría inicial. Esto es debido
a la recuperación de la inmunidad celular y suele aparecer semanas o meses después del inicio del
TARV. Las manifestaciones clínicas incluyen fiebre, exacerbación y extensión de la afección pulmonar
y extrapulmonar, sobre todo afección ganglionar en múltiples territorios. Esta situación puede darse
también en pacientes sin infección por el VIH, se conoce en este caso como “Respuesta Paradójica” al
tratamiento, y oscila entre el 6 y el 30 % de los casos, especialmente cuando hay afectación del SNC.
Medidas: cuando el paciente está muy sintomático, se pueden utilizar AINES y esteroides.
Tratamiento no estándar: las principales indicaciones de las pautas no estándar son la resis-
tencia y la intolerancia a uno o más de los fármacos de elección. Deberá seguir los siguientes
preceptos:
CAPÍTULO 96
866 TUBERCULOSIS PULMONAR
9. AISLAMIENTO
Es importante el seguimiento de las medidas de aislamiento respiratorio recomendadas. Estas
medidas se basan en la permanencia de los pacientes en habitaciones individuales de aislamien-
to, tanto en el hospital como en el domicilio, y el empleo de sistemas de protección individual
(mascarillas, respiradores de seguridad biológica). Si se confirma el diagnóstico de TB pulmonar,
se inicia tratamiento específico y el paciente continúa aislado, a las dos semanas se deberán so-
licitar 3 baciloscopias en días diferentes. Si las tres son negativas se levantará, en principio, el
aislamiento.
Ingreso: si el paciente precisa ingreso hospitalario, es necesario el uso de una habitación indivi-
dual. Se recomienda que las habitaciones de aislamiento tengan sistema de esclusas, las puertas
se mantengan cerradas y que tengan presión negativa. Si no se dispone de una habitación de
estas características, se colocará al paciente en una habitación individual con la puerta cerrada
y ventana al exterior que facilite una ventilación frecuente. Estas medidas se aplicarán a todo
paciente que ingrese en un hospital con sospecha de TB pulmonar mientras no se descarte dicho
diagnóstico, en particular a los pacientes bacilíferos.
Alta: si el paciente está estable y existe una mejoría clínica, la necesidad de aislamiento no impide
el alta de dichos pacientes. Se verificará que ha recibido información adecuada sobre cómo realizar
el aislamiento en su domicilio y que se está realizando el estudio de contactos.
Puntos clave/recuerda
▶▶ La tuberculosis es una enfermedad infecciosa contagiosa que cursa generalmente de forma
subaguda y exige al médico un alto nivel de sospecha.
▶▶ Para su diagnóstico se cuenta con el apoyo de la radiografía, las baciloscopias y cultivos,
así como la prueba de la tuberculina fundamentalmente. El diagnóstico de certeza sigue
siendo el cultivo
▶▶ Se recomienda que el tratamiento tuberculostático no debe ser iniciado de forma empírica
(con la excepción de la afectación de SNC), sino demorarlo hasta obtener resultados con-
firmatorios.
▶▶ Es importante el seguimiento de las medidas de aislamiento respiratorio recomendadas
desde su posible detección o sospecha.
CAPÍTULO 97
INFECCIONES DEL TRACTO URINARIO
Lucía Fito Jordán | José Luis Fraile González | Jesús Garrido Dorronsoro
Las infecciones del tracto urinario (ITU) constituyen el segundo proceso infeccioso más habitual
en los Servicios de Urgencias hospitalarios. Son la causa más frecuente de infección de adquisi-
ción nosocomial. Anatómicamente se dividen en infecciones del tracto urinario inferior (uretritis,
cistitis y prostatitis) y del tracto urinario superior (pielonefritis y abscesos intrarrenales).
1. DEFINICIONES
▶▶ Bacteriuria asintomática: presencia de más de 100.000 unidades formadoras de colonias
(UFC)/ml en 2 urocultivos consecutivos en mujeres o uno en varones, en pacientes sin sintoma-
tología urinaria.
▶▶ ITU no complicada: infección del tracto urinario (ITU) que se da en pacientes sin anomalías
estructurales ni funcionales de la vía urinaria, y sin historia de instrumentalización o infección
en las semanas anteriores. Generalmente incluye las cistitis y pielonefritis no complicadas en
mujeres jóvenes, no gestantes, y sin patología previa.
▶▶ ITU complicada: ITU asociada a alguna condición que aumente el riesgo de complicación
o fracaso terapéutico. Los principales factores de riesgo asociados a complicaciones son:
anomalías anatómicas o funcionales, manipulación urológica reciente o sondaje vesical,
antibioterapia en el mes previo, adquisición nosocomial, inmunodepresión, embarazo,
mayores de 65 años o paciente varón. Aunque habitualmente se considera toda infección
urinaria en el varón como complicada, es posible encontrar ITU no complicadas en varones
jóvenes.
▶▶ Infección urinaria recurrente (IUR): tres episodios de infección urinaria en los últimos 12 me-
ses o 2 episodios en los últimos 6 meses. Puede tratarse de recidivas o reinfecciones: recidiva si
es el mismo microorganismo y reinfección si es un microorganismo diferente.
2. ETIOLOGÍA
En las ITU no complicada E. coli es el patógeno más frecuente (75-95 %), seguido de Staphylococ-
cus saprophyticus, principalmente en mujeres jóvenes (5-15 %). Klebsiella, Proteus, Citrobacter y
Enterococos constituyen el 5-15 % restante.
En el caso de la ITU complicada, aunque E.coli sigue siendo el patógeno más habitual (40-50 %),
aumenta la importancia de otros microorganismos como Proteus (litiasis renal), Pseudomonas,
Enterobacter, Enterococo, S. aureus (bacteriemia de otro origen) y Cándida.
En las orquiepididimitis la etiología es similar excepto en varones jóvenes sexualmente activos
donde los patógenos mas habituales son Chlamydia trachomatis y Neisseria gonorrhoeae (aso-
ciándose en ocasiones uretritis). La afectación aislada del testículo (orquitis) en pacientes pre-pú-
beres suele ser de origen vírico (virus de la parotiditis).
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
869
3. CLÍNICA
La ITU tienen un espectro clínico que oscila entre la ausencia de síntomas hasta una sepsis. Se
produce bacteriemia en el 20-30 % de los casos y en algunos pacientes puede llegar a producirse
un shock séptico.
Si no hay mejoría clínica (p. ej., persistencia de fiebre más allá de tres días) se sospecharán compli-
caciones localizadas (absceso renal, nefritis focal aguda, obstrucción con pionefrosis), microorga-
nismos resistentes y, en pacientes diabéticos, necrosis papilar o pielonefritis enfisematosa.
▶▶ Cistitis: se caracteriza por la presencia de disuria, polaquiuria, tenesmo y micción urgente (sín-
drome miccional), acompañados, a menudo, de dolor suprapúbico y, en ocasiones, hematuria.
En la mujer y en el anciano es relativamente frecuente la incontinencia urinaria. Es monomicro-
biana en más del 95 % de los casos.
▶▶ Pielonefritis: se presenta con fiebre, escalofríos, tiritona, dolor lumbar, náuseas, vómitos, dolor
abdominal, malestar general y, en ocasiones, diarrea. Puede acompañarse de síndrome miccio-
nal. Tiene puñopercusión dolorosa. En un 20-30 % de los casos se acompaña de bacteriemia.
▶▶ Prostatitis aguda bacteriana: se presentan con fiebre, disuria, polaquiuria, dolor suprapúbi-
co, perineal o testicular y hemospermia. Además, se observa dificultad para iniciar la micción
intermitente y goteo posmiccional. En el tacto rectal, la próstata está agrandada y es dolorosa.
No se debe realizar masaje prostático por riesgo de bacteriemia.
▶▶ Orquiepididimitis: fiebre, dolor testicular unilateral de comienzo agudo, escroto inflamado y
edematoso, con dolor a la palpación.
▶▶ ITU en paciente sondado: la mayoría de estos pacientes son ancianos o con problemas neu-
rológicos. La fiebre sin foco es el signo más común, además de síndrome confusional, deterioro
del estado neurológico basal o incluso únicamente descompensación glucemia. Con frecuen-
cia son infecciones polimicrobianas, especialmente, en los casos de cateterismo prolongado,
en donde E. coli representa el 50%, siendo el resto P. aeruginosa, Klebsiella, Enterococcus faeca-
lis, Staphylococcus aureus y Candida.
4. DIAGNÓSTICO
El diagnóstico se realiza mediante la historia clínica, la exploración física y la utilización apropiada
de las pruebas complementarias. La necesidad de éstas es variable.
Se debe realizar una analítica general básica con hemograma, bioquímica con pruebas de función
renal y PCR, salvo en las cistitis y algunas orquiepididimitis no complicadas en las que la clínica
compatible, exploración y tira de orina positiva pueden ser suficientes para llegar al diagnóstico.
Se debe solicitar un sedimento de orina, en que se debe valorar:
▶▶ Piuria y nitritos: presencia de leucocitos en orina en concentración de > 5 leucocitos en orina
centrifugada que se correlaciona con una concentración de bacterias de > 105 UFC/ml. Determi-
nada por test de la esterasa es el método indirecto más rápido, accesible y barato, con una sen-
sibilidad superior al 90 % y una especificidad superior al 95 %. Si se detecta piuria (con uroculti-
vo negativo de forma persistente) debe cuestionarse el diagnóstico o pensar en M. tuberculosis,
C. trachomatis, U. urealitycum, hongos, cálculos, nefritis intersticial o alteraciones anatómicas.
La detección de nitritos en la orina es un método específico (> 90 %) pero poco sensible (40-70
%) para la detección de enterobacterias, otros patógenos como Proteus o Enterococos no pro-
ducen nitritos. Cuando los dos test son positivos se alcanza una especificidad > 98 %.
▶▶ Bacteriuria: presencia de bacterias en orina que no implica ITU.
▶▶ Hematuria: es habitual en las ITU, no aparece en las uretritis ni en las vaginitis. Si persiste tras
tratamiento eficaz valorar otro diagnóstico.
CAPÍTULO 97
870 INFECCIONES DEL TRACTO URINARIO
5. TRATAMIENTO
Las medidas generales consisten en una correcta hidratación oral o intravenosa, la utilización
de fármacos sintomáticos, como analgésicos o antieméticos, control de diuresis y de constantes
vitales.
En cuanto al tratamiento específico (tabla 1) cabe tener en cuenta algunas consideraciones:
▶▶ Las fluoroquinolonas y el cotrimoxazol alcanzan altas concentraciones en orina, persisten acti-
vos varias horas, no afectan a la flora anaerobia y tienen pocos efectos adversos.
▶▶ E. coli es el microorganismo más frecuente y sus resistencias en España son: ampicilina en más
del 50 %, cotrimoxazol en el 40 %, cefalosporinas de primera generación en el 20-30 %, fluoro-
quinolonas en el 20 % (en aumento, con ciprofloxacino hasta un 30 %, sobre todo, en ancianos
pluripatológicos) y las cefalosporinas de segunda y tercera generación < 5 %.
▶▶ Cada vez es más habitual encontrar enterobacterias productoras de betalactamasas de espec-
tro extendido (BLEE), productoras de Amp-C (grupo ESCPM) y productoras de carbapenema-
sas (EPC). Lo habitual es encontrarlo en infecciones asociadas a cuidados sanitarios o nosoco-
miales. El tratamiento de elección son los carbapenémicos y está indicado de forma empírica
cuando exista la sospecha y se trate de una infección grave o sepsis, reevaluando la indicación
de forma periódica. Se recomienda elegir ertapenem si no hay que cubrir Pseudomonas aerugi-
nosa, salvo en shock séptico.
Respecto a la duración del tratamiento antibiótico:
▶▶ Cistitis y bacteriuria asintomática bastaría con 3-5 dias de tratamiento (excepto fosfomicina
trometamol que es dosis única).
▶▶ En pielonefritis aguda no complicada se recomiendan ciclos de 10-14 días. En la complicada se
recomienda mantener el antibiótico durante 14-21 días.
▶▶ Prostatitis: aunque en teoría se debería optar por antibióticos que alcanzan buenos niveles en
la secreción prostática (fluorquinolonas, cotrimoxazol, macrólidos, doxiciclina) la inflamación
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
871
glandular que ocurre en la prostatitis aguda favorece la perfusión tisular, lo que permite el uso
inicial de antibióticos que en otras circunstancias no alcanzarían niveles óptimos a dicho nivel.
Por eso, se puede al inicio optar por lo antibióticos descritos previamente (tabla 1), y posterior-
mente, tras la defervescencia pasar a un tratamiento por vía oral en función del antibiograma,
dando preferencia a las fluorquinolonas y al cotrimoxazol. Si existe riesgo de infección por bac-
terias productoras de BLEES se debe optar por un carbapenem. La duración debe ser de entre
4 a 6 semanas.
Si se produjera una retención aguda de orina, el sondaje vesical debe realizarse de forma muy cui-
dadosa y con una sonda de calibre reducido, o bien, plantearse la colocación de catéter suprapú-
bico. Si existe predominio de síntomas miccionales obstructivos se puede asociar al tratamiento
un alfabloqueante como la tamsulosina.
▶▶ Orquiepididimitis: mantener tratamiento 4 semanas por el riesgo de asociación con prostatitis.
▶▶ Paciente sondado: se recomienda recambio de catéter en paciente con ITU antes de iniciar anti-
biótico, se ha demostrado menor duración de la fiebre, mejora de la situación clínica a las 72 h y
una menor tasa de recaídas al mes de terminar el tratamiento. Este supuesto no es tan evidente
si el paciente lleva menos de 14 días sondado.
▶▶ Candiduria: en la candiduria sintomática se retirará la sonda vesical, si es posible (si no, se cam-
biará), y se realizará una valoración mediante ecografía renal. Se instaurará tratamiento du-
rante 7-14 días. Si la infección está causada por Candida no albicans, el tratamiento se podría
mantener durante 3-5 días.
Puntos clave/recuerda
▶▶ En la ITU el E. coli es el patógeno más frecuente.
▶▶ Si no hay mejoría clínica en la ITU (persistencia de fiebre más allá de tres días) se sospe-
charán complicaciones localizadas (absceso renal, nefritis focal aguda, obstrucción con
pionefrosis), microorganismos resistentes y, en pacientes diabéticos, necrosis papilar o pie-
lonefritis enfisematosa.
▶▶ El diagnóstico se realiza mediante la historia clínica, exploración física y tira o análisis de
orina en las cistitis y orquiepididimitis no complicadas. No se requieren más pruebas com-
plementarias
▶▶ Se debe realizar ecografía abdominal urgente en caso de shock séptico, insuficiencia renal
aguda, mal control del dolor, hematuria franca, presencia de una masa renal o persistencia
de la fiebre al tercer día de un tratamiento antibiótico correcto.
▶▶ La bacteriuria asintomática y la candiduria asintomática no requieren por norma general
tratamiento.
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
873
ALGORITMO
SOSPECHA DE ITU
SO y urocultivo;
antibioterapia empírica
Ecografía SÍ NO
Descartar Ajustar
complicación: antibiótico
ecografía
CAPÍTULO 98
INFECCIÓN INTRAABDOMINAL
Juan González del Castillo | María José Núñez Orantos
1. DEFINICIÓN
Se considera como infección intraabdominal (IIA) a toda aquella que se localiza en el abdomen
afectando a la pared de las vísceras huecas, o progresa más allá de sus límites alcanzando el com-
partimento peritoneal, como consecuencia de la contaminación bacteriana del peritoneo debida
a perforación del tubo digestivo, obstrucción o inflamación de una víscera hueca.
Un estudio epidemiológico desarrollado en 49 hospitales a nivel nacional establece este diag-
nóstico en el 4,2 % de los pacientes que acuden a urgencias por procesos infecciosos. Un número
importante de pacientes con infección intraabdominal desarrollan estados avanzados de la in-
fección y la mortalidad puede ser muy elevada, en función del sitio y la severidad de la infección,
desde el 1,1 % (apendicitis) al 21 % (perforación colónica). El pronóstico va a depender de la gra-
vedad de la infección, estado del paciente, su comorbilidad, los factores de riesgo para la selec-
ción de microorganismos resistentes, de la adecuación y precocidad del tratamiento antibiótico y
del control apropiado del foco mediante cirugía.
2. ETIOLOGÍA
En la IIA comunitaria están implicados bacilos gram negativos y anaerobios (tabla 1). A pesar de
la compleja microbiología intestinal, Escherichia coli entre los facultativos y Bacteroides fragilis
entre los anaerobios, tienden a predominar. Los cocos grampositivos también son relevantes en
la IIA, destacando los Streptococcus spp, Staphylococcus spp y en menor medida Enterococcus spp.
Existe una cierta controversia sobre el significado clínico de los aislados de enterococos y Pseu-
domonas en las muestras de pacientes con una IIA adquirida fuera del hospital. Cuando se aíslan
enterococos como parte de una infección polimicrobiana en un paciente inmunocompetente, su
patogenicidad es cuestionable. Esta situación se puede dar en el 10-20 % de las IIA de origen ex-
trahospitalario. Aunque las Pseudomonas son en principio responsables de infecciones nosoco-
miales, están presentes en el 5-20 % de las IIA de origen extrahospitalario. En ensayos clínicos no
se ha evidenciado que los antibióticos con buena actividad antipseudomónica ofrezcan ventajas
frente a antibióticos con actividad limitada frente a éstas, no requiriéndose la administración de
antipseudomónicos en IIA comunitaria.
En IIA postoperatoria (nosocomial), la flora puede ser más resistente, participando Pseudomonas
aeruginosa, Enterobacter sp, Proteus sp, Staphylococcus aureus meticilin resistente, Enterococcus sp,
y Candida sp.
3. CLASIFICACIÓN
3.1. PRIMARIA: infección difusa de la cavidad peritoneal, generalmente monomicrobiana, en la que
no se ha documentado una alteración macroscópicamente visible de la integridad del tracto gastroin-
testinal. La forma más frecuente es la peritonitis espontánea asociada a enfermedad hepática avanza-
da (ascitis infectada), seguida de la infección en pacientes tratados con diálisis peritoneal.
3.3. TERCIARIA: se define como la IIA «postinfección» y suele afectar a pacientes sometidos a
procedimientos quirúrgicos repetidos, ingresados en la UCI y en los que frecuentemente coexis-
ten infecciones a distancia (infección respiratoria, sepsis por catéter y urinaria).
4. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Las manifestaciones clínicas incluyen fiebre (puede estar ausente en los pacientes ancianos o
inmunodeprimidos), dolor abdominal localizado o generalizado, náuseas, vómitos o distensión
abdominal. En la exploración puede observarse vientre en tabla, distendido e inmóvil, signo de
la descompresión positivo (Blumberg) u otros signos como los de Psoas, Murphy o Rovsing. Los
ruidos hidroaéreos pueden estar disminuidos o ausentes. Deben evaluarse los signos de sepsis
(hipotensión, taquicardia, taquipnea).
5. DIAGNÓSTICO
El diagnóstico del foco infeccioso se establece mediante la anamnesis, las manifestaciones clíni-
cas y las pruebas de laboratorio y de imagen.
Analítica
Debe practicarse un hemograma para ver la presencia de leucocitosis o leucopenia, neutrofilia o
hemoconcetración. Debemos solicitar una bioquímica con función renal y hepática, amilasa y bi-
lirrubina. La coagulación es precisa por si el paciente precisa intervención quirúrgica y nos ofrece,
junto con los D-dímeros, información de la presencia de sepsis grave. También pueden ser de uti-
lidad la solicitud de biomarcadores como proteína C reactiva (PCR), procalcitonina y lactato. Una
gasometría puede ser de utilidad para el diagnóstico de pancreatitis aguda o isquemia mesenté-
CAPÍTULO 98
876 INFECCIÓN INTRAABDOMINAL
rica. El sedimento de orina puede ser de utilidad para el diagnóstico diferencial de pielonefritis
o cólico nefrítico complicado. En peritonitis primaria se debe realizar análisis del líquido ascítico
y en secundaria es útil para la exclusión precoz de hemoperitoneo en traumatismo abdominal.
Pruebas de imagen
▶▶ Radiografía de tórax posteroanterior y lateral para descartar neumoperitoneo o absceso sub-
frénico (elevación del diafragma).
▶▶ Radiografía simple de abdomen (en bipedestación, decúbito supino y lateral), buscando pre-
sencia de aire libre bajo las cúpulas diafragmáticas (perforación), dilatación de asas de delgado
(obstrucción); distensión de asas, niveles hidroaéreos, separación de asas por líquido perito-
neal (íleo paralítico); “Thumb printing” o huellas de dedos (isquemia intestinal); ausencia de lí-
nea del psoas (apendicitis); imagen en grano de café (vólvulo).
▶▶ Ecografía abdominal. Es sencilla de realizar, sin riesgos, barata, rápida, y permite su realización
portátil en pacientes graves. Es útil para el diagnóstico de abscesos y colecciones líquidas, y
puede ser de utilidad como guía para drenaje percutáneo de colecciones. Detecta líquido libre
y permite evaluar la vía biliar.
▶▶ Tomografía computerizada de abdomen. Debe realizarse con contraste para optimizar su ren-
dimiento. Tiene una sensibilidad y especificidad > 85-90 %. Existen contraindicaciones relativas
como son la insuficiencia renal y el íleo paralítico. Es de utilidad para el diagnóstico de colec-
ciones, aire libre, obstrucción intestinal, isquemia intestinal (en estadíos iniciales puede no ser
diagnóstica), lesiones inflamatorias pancreáticas y aneurisma de aorta.
Estudio microbiológico
En la IIA comunitaria no hay beneficio clínico en la toma de cultivos ya que la flora habitualmente
es sensible, y sólo es positivo en el 25-30 % de los casos. El único beneficio atribuible es el epide-
miológico para establecer patrones de sensibilidad a los microorganismos más frecuentemente
involucrados. No deben solicitarse cultivos rutinarios de anaerobios, salvo para conocer patrones
locales de susceptibilidad de Bacteroides fragilis. En IIA nosocomial, los hemocultivos no aportan
datos adicionales por lo que tampoco se recomiendan. Es mucho más rentable la solicitud de
gram/cultivo de líquido o tejido, que puede servirnos como guía en el tratamiento a seguir.
6. TRATAMIENTO
El tratamiento debe comprender los siguientes 5 puntos:
1. Dieta absoluta.
2. Soporte hemodinámico. Reposición hidroelectrolítica.
3. Aspiración nasogástrica si existe distensión abdominal o sospecha de obstrucción, en caso de
obstrucción intestinal, vómitos incoercibles y distensión gástrica.
4. Antibioterapia precoz (< 1 hora). El inicio precoz de la antibioterapia en la infección grave mejo-
ra el pronóstico de los pacientes, ya que cada hora que se retrasa el tratamiento antibiótico se
incrementa la mortalidad un 7,6 %. En general, se recomienda comenzar el tratamiento en la
primera hora desde el diagnóstico o sospecha de IIA. La terapia antibiótica empírica apropiada
para IIA se asociada con una mortalidad hospitalaria sustancialmente baja.
5. Cirugía. Extirpación del órgano infectado (apéndice, vesícula), reparación o cierre de solución
de continuidad de la víscera perforada, exéresis de tejido inflamado o necrótico, drenaje de
colecciones purulentas y lavado peritoneal y retirada de catéter de diálisis peritoneal.
La selección del tratamiento antibiótico debe ser empírica y basada en patrones locales de sensi-
bilidad. Debe evitarse la utilización de quinolonas en el tratamiento empírico de la IIA debido a las
altas tasas de resistencias que presentan las enterobacterias a éstas en nuestro medio.
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
877
c. F actores de riesgo de infección por Cándida spp. Si el riesgo de es ≥ 3 puntos (cirugía previa 1
punto, nutrición parenteral 1 punto, colonización multifocal 1 punto y sepsis grave 2 puntos),
se trata de una IIA postoperatoria de foco gastroduodenal o se observa presencia de levaduras
en la tinción de gram, se debe añadir antifúngico. Para la cobertura se recomienda empírica-
mente fluconazol, limitándose el uso de caspofungina o anidulafungina a los casos con sepsis
grave o shock séptico o si ha existido tratamiento previo con un azol.
d. Factores de riesgo de infección por Enterococcus spp.: inmunosuprimidos, receptores de tras-
plante de órgano sólido, rescate de IIA (sobre todo si ha recibido tratamiento con cefalospo-
rinas), pacientes con valvulopatía u otro factor de riesgo de endocarditis, IIA grave de origen
colónico o postoperatoria.
La duración del tratamiento antibiótico ha venido determinada clásicamente por los siguientes
criterios: normalización de leucocitos, apirexia y reinstauración de la funcionalidad intestinal. Es-
tos criterios presentan un valor predictivo negativo limitado y pueden favorecer la selección de
resistencias. Puede ser de utilidad para guiar la suspensión el uso de marcadores biológicos de
respuesta inflamatoria. Se puede realizar tratamiento antibiótico en un ciclo corto en los siguien-
tes supuestos:
▶▶ En infección comunitaria leve-moderada, en inmunocompetente, sin otros factores de mala
evolución y un correcto control del foco: 3 días.
▶▶ En infección comunitaria grave, sin shock séptico, con buen control del foco, recuperación del
funcionalismo intestinal y disminución de PCR ≥ 50% respecto al día de control del foco: 5 días.
Puntos clave/recuerda
▶▶ El pronóstico va a depender de la gravedad de la infección, estado del paciente, su co-
morbilidad, los factores de riesgo para la selección de microorganismos resistentes, de la
adecuación y precocidad del antibiótico y del control apropiado del foco mediante cirugía.
▶▶ En la IIA comunitaria no hay beneficio clínico en la toma de cultivos. En IIA nosocomial, los
hemocultivos no aportan datos adicionales. Es mucho más rentable la solicitud de gram/
cultivo de líquido o tejido.
▶▶ La selección del tratamiento antibiótico debe ser empírica y basada en patrones locales de
sensibilidad. No sustituye a la indicación quirúrgica.
▶▶ Para la selección del tratamiento antibiótico debemos valorar el origen de la infección (co-
munitaria frente a nosocomial), la gravedad de la infección (escala de APACHE > 15 o cri-
terios de sepsis grave), los factores de riesgo de mala evolución (edad mayor de 65 años,
inmunosupresión, malnutrición, diabetes, insuficiencia renal crónica, enfermedad pulmo-
nar obstructiva crónica o cirrosis hepática), el riesgo de infección por bacterias multirresis-
tentes o si existe peritonitis fecaloidea o mal control del foco.
▶▶ No se ha demostrado que los antibióticos con buena actividad antipseudomónica ofrezcan
ventajas frente a antibióticos con actividad limitada frente a ésta en la IIA comunitaria.
CAPÍTULO 98
880 INFECCIÓN INTRAABDOMINAL
ALGORITMO
INFECCIÓN COMUNITARIA INFECCIÓN COMUNITARIA
LEVE-MODERADA GRAVE O POSOPERATORIA
NO SÍ NO SÍ
1.
Ertapenem 1 g cada 12 horas IV puede ser una alternativa en los casos de IIA con bajo riesgo de infección enterocócica
y por Pseudomonas.
2.
En pacientes con riesgo de infección por P. aeruginosa o en aquellos que presenten shock séptico es preciso añadir un
fármaco antipseudomónico específico (cefalosporina antipseudomónica o amikacina).
3.
En pacientes con riesgo de infección intraabdominal en la que puede participar Candida spp. debe añadirse al tra-
tamiento un antifúngico. Las candinas están indicadas en los pacientes afectos de sepsis grave o shock séptico y en
aquellos que han recibido previamente fluconazol.
CAPÍTULO 99
GASTROENTERITIS AGUDA
Julio Javier Gamazo del Río | Rebeca Ibarzabal Sánchez
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
Si bien en los últimos años la mortalidad por gastroenteritis aguda ha disminuido significativa-
mente producto de mejoras en las condiciones sanitarias, nutricionales y en las terapias de re-
hidratación, actualmente continúa siendo una causa importante de morbilidad. Este impacto
es especialmente relevante en los extremos de la vida, niños menores y ancianos (en el caso de
los niños, entre otras razones, por el eventual impacto en su desarrollo físico y cognitivo). En ni-
ños mayores y adultos la relevancia viene dada principalmente por la pérdida de funcionalidad
transitoria y el absentismo escolar/laboral. Además, algunos agentes productores de diarrea de
causa infecciosa son capaces de inducir secuelas importantes a largo plazo, como pueden ser el
síndrome hemolítico-urémico (Escherichia coli enterohemorrágico, productor de toxina de Shiga,
O157:H7) y el síndrome de Guillain-Barré (Campilobacter jejuni).
Se puede definir la gastroenteritis aguda como una inflamación y/o disfunción de las mucosas
gástrica e intestinal, producida habitualmente por un agente infeccioso o sus toxinas, que va a
cursar clínicamente con un síndrome diarreico, acompañado o no de vómitos, dolor abdominal y
fiebre, de menos de 2 semanas de evolución. Diarrea es la alteración del tránsito intestinal carac-
terizada por un incremento en la frecuencia (epidemiológicamente hablando, mayor de 3 episo-
dios al día), el volumen o la fluidez de las deposiciones.
2. ETIOLOGÍA
Existe una diversidad de bacterias, virus y parásitos que pueden causar gastroenteritis aguda.
Los agentes más frecuentemente involucrados varían de acuerdo a las condiciones socioeconó-
micas y sanitarias de cada región, y con la edad del paciente. En países con mejores condiciones
sanitarias tiende a predominar la etiología viral, mientras que las bacterias y parásitos son más
frecuentes en zonas menos desarrolladas. Las variaciones por la edad se pueden explicar por
los cambios en hábitos alimentarios y conductas (fuente de contagio), adquisición de respuesta
inmune efectiva y presencia de comorbilidades. En aproximadamente 45-60 % de los casos no es
posible identificar el agente infeccioso responsable.
Podemos decir que rotavirus y norovirus son la principal causa de gastroenteritis aguda endémi-
ca en niños menores de cinco años; en niños mayores y adultos Escherichia coli, Salmonella sp.,
Shigella sp., Campylobacter jejuni y Norovirus serían las causas más frecuentes; en adultos mayo-
res se añade a estas causas Clostridium difficile.
Clostridium difficile es la causa más frecuente de diarrea infecciosa adquirida en un hospital en el
mundo desarrollado y en los últimos años se asocia cada vez con una mayor morbimortalidad. Se
relaciona con el empleo reciente de antibióticos, siendo los de mayor riesgo las cefalosporinas de
segunda y tercera generación, la clindamicina y las fluorquinolonas.
En situación de brote, los agentes más frecuentes son Norovirus y Salmonella sp., independiente de
la edad. Vibrio cholerae es causa frecuente de diarrea aguda severa en países en vías de desarrollo.
CAPÍTULO 99
882 GASTROENTERITIS AGUDA
En los pacientes con diarrea aguda moderada-grave y en pacientes hospitalizados se solicitará una
analítica que incluya iones y creatinina, así como un hemograma. Además, se deberá solicitar un co-
procultivo para averiguar la causa de la diarrea, independientemente de que se inicie o no un trata-
miento antibiótico. Es aconsejable solicitar un coprocultivo, además de en la situación anterior, en los
casos de presentación grave (sepsis o shock séptico), en la diarrea aguda sanguinolenta, en pacientes
ancianos, inmunocomprometidos o con comorbilidad, así como, con fines epidemiológicos, en los
casos de sospecha de brotes epidémicos (centros de día, instituciones sociosanitarias) y a determi-
nados profesionales (manipuladores de alimentos o trabajadores sanitarios con contacto directo con
enfermos). Sin embargo, el porcentaje de coprocultivos positivos es inferior al 10 %. Las principales
bacterias que se aíslan son Salmonella (55 %) y Campylobacter (35 %). En los pacientes hospitalizados
o en personas que hayan sido tratadas previamente con antibióticos o inhibidores de la bomba de
protones se solicitará, además, la detección de las toxinas de Clostridium difficile en las heces.
A pesar de que la determinación de leucocitos en heces y lactoferrina figura en todos los tratados
de medicina, su aplicación práctica en nuestro medio es prácticamente nula.
La detección de toxina-Shiga mediante test inmunológicos en deposición resulta de utilidad en
caso de sospecha de E. coli enterohemorrágica (O157:H7), particularmente en presencia de dia-
rrea con sangre.
El examen parasitológico seriado de deposiciones, si bien tiene baja sensibilidad y es operador
dependiente, sigue siendo el examen de primera línea frente a la sospecha de este grupo de agen-
tes; sospechar, fundamentalmente, en cuadros de duración prolongada (> 7 días), especialmente
en pacientes inmunocomprometidos.
Algunos centros cuentan además con reacción en cadena de polimerasa para detección de pató-
genos específicos. Este examen tiene mayor sensibilidad que el coprocultivo, pero por su costo se
sugiere reservarlo para casos severos e inmunosuprimidos.
La radiografía simple de abdomen se pedirá cuando en la exploración física aparecen signos de
irritación peritoneal o dolor abdominal muy intenso para descartar perforación intestinal, mega-
colon o neumatosis.
Si a pesar de las exploraciones anteriores y del tratamiento, la diarrea persiste se deberá plantear
la realización de una analítica general más completa que incluya hormonas tiroideas, proteína C
reactiva y un perfil hepático. Además se solicitará estudio de parásitos en heces y, en caso de que
persista, una sigmoidoscopia o colonoscopia.
4. TRATAMIENTO
La reposición de líquidos y electrolitos es de los objetivos principales. Siempre que se pueda se
realizará por vía oral, a no ser que la diarrea sea grave, precisando fluidoterapia intravenosa. En
los pacientes que presenten vómitos persistentes se intentará un tratamiento previo con antiemé-
ticos por vía oral o intramuscular como metoclopramida o domperidona. En los últimos años se
ha podido observar que una sola dosis de ondansetrón por vía oral es eficaz en los vómitos por
gastroenteritis aguda en niños.
La reposición de líquidos y electrolitos se basa en la solución de la OMS (1,5 g de cloruro potásico,
3,5 g de cloruro sódico, 2,5 g de bicarbonato sódico y 20 g de glucosa por litro). La fórmula estaba
calculada para una pérdida alta de sodio (90 mEq/l de sodio) por lo que en estos momentos se
aconsejan soluciones con menos cantidad de este ión y menor osmolaridad (< 250 mOsm/kg).
En el año 2002 la propia OMS aprueba el uso de una solución con más baja concentración de
sodio (75 mEq/l de sodio) y una osmolaridad de 245 mOsm/kg para evitar el riesgo de hipernatre-
mia. Existen muchos preparados comerciales que tienen esta composición. También la conocida
CAPÍTULO 99
884 GASTROENTERITIS AGUDA
como “limonada alcalina” puede prepararse en el domicilio con una composición similar: en un
litro de agua se diluyen 2 cucharadas soperas de azúcar (4 sobres de azúcar de 10 g), la “punta de
un cuchillo” de sal (1,8 g o 1,5 ml de sal fina), la “punta de un cuchillo” de bicarbonato (1,5 ml de
bicarbonato sódico) y el zumo de 2 limones (50 ml). Con esta receta la limonada contiene unos
50 mEq de sodio y una osmolaridad dentro del rango establecido; sin embargo, siempre que sea
posible se utilizarán soluciones de rehidratación comerciales debido a que pueden existir errores
en su preparación. Los refrescos comerciales o zumos también pueden ser útiles para realizar la
reposición hidroelectrolítica en caso de diarreas leves, pero no en el caso de diarreas moderadas
o graves ya que contienen un aporte excesivo de azúcares y una osmolaridad muy alta.
En las primeras 24-48 h tras el inicio de la diarrea, la dieta debe ser líquida para ir reintrodu-
ciendo progresivamente la dieta sólida en pequeñas cantidades. Se puede comenzar con agua
de arroz y yogures, para continuar con arroz, jamón cocido, carne de pollo o pescado blanco
al vapor, patata y manzana cocida, pan tostado, queso fresco, etc. Posteriormente se puede
preparar alimentos a la plancha, y por último, alimentos con fibra (legumbres, verduras, ensa-
ladas y frutas en general), grasas y frituras, leche, mermeladas, cacao, estimulantes tipo café o
bebidas gasificadas.
Los agentes antidiarreicos como loperamida y racecadotrilo se utilizan para el tratamiento sinto-
mático. Están indicados en caso de diarreas leves. Loperamida es un opiáceo que actúa sobre los
receptores μ-opiáceos en el plexo mientérico del intestino grueso y la dosis habitual para adultos
es de 4 mg al inicio y, posteriormente, 2 mg tras cada deposición hasta un máximo de 16 mg al
día. Racecadotrilo es un inhibidor selectivo de las encefalinasas y la dosis para adultos es de 100
mg cada 8 h. Con estos fármacos, la diarrea se acorta entre 1 y 2 días. Se desaconseja utilizar este
tipo de agentes en caso de diarrea sanguinolenta. Otro fármaco antidiarreico muy utilizado en
niños es la gelatina, que actúa como absorbente intestinal y cuya dosis en niños es de 250 mg
cada 6-8 h.
Antibióticos: más del 90 % de las diarreas agudas son autolimitadas por lo que no se aconseja
tratamiento antibiótico empírico. El tratamiento con antibióticos de forma empírica estaría in-
dicado en la diarrea del viajero y en pacientes con diarrea moderada-grave. El tratamiento de
elección es ciprofloxacino y, como alternativa, cotrimoxazol. Las quinolonas son efectivas contra
una gran variedad de patógenos bacterianos como Shigella, Salmonella, Yersinia y Aeromonas.
Cuando el tratamiento antibiótico es correcto acorta la duración entre 1 y 3 días, mejorando de
forma rápida los síntomas acompañantes (fiebre, tenesmo y la excreción de microorganismos).
Campylobacter jejuni es una de las bacterias que se encuentra con mayor frecuencia en los copro-
cultivos y presenta una resistencia elevada a quinolonas y baja a macrólidos.
Debido a que se puede favorecer el aumento de portadores crónicos y a la mayor probabilidad
de recurrencia, la gastroenteritis por Salmonella solo se trata en personas inmunodeprimidas,
de edad avanzada, con enfermedades asociadas graves o con diarrea grave. Del mismo modo,
debido a la mayor probabilidad de síndrome hemolítico-urémico, tampoco se deben emplear
antibióticos ante la sospecha de E. coli productor de toxina de Shiga O157:H7.
En el caso de un paciente con diarrea grave y coprocultivo positivo se elegirá el antibiótico ade-
cuado según el microorganismo aislado.
En los niños, el uso de probióticos puede acortar la duración y la gravedad de la diarrea.
Tabla 1.
Alto riesgo de recurrencia* (edad > 65 años, creatinina > 1,5 mg/dl, índice de Horn modificado
3-4, existe necesidad de continuar con tratamiento antibiótico, está recibiendo inhibidor de la
bomba protones, ha tenido episodios previos, sufre inmunodepresión o padece una enfermedad
inflamatoria intestinal)
PRIMERA RECURRENCIA
Mismo esquema de tratamiento que en el primer episodio
SEGUNDA RECURRENCIA Y SUCESIVAS
- Vancomicina 125 mg 4 veces al día VO por 14 días, seguido de 125 mg dos veces al día VO por 7 días,
seguido de 125 mg cada 48 horas VO por 7 días, seguido de 125 mg cada 72 horas al día VO por 14 días
o
- Vancomicina 125 mg cuatro veces al día VO por 10 días seguido por pulsos de Vancomicina 125 mg cada
3 días por 10 veces.
CAPÍTULO 99
886 GASTROENTERITIS AGUDA
6. PREVENCIÓN
Tanto las personas que presenten diarrea aguda como las que estén en contacto con ellas deben
extremar las medidas higiénicas para evitar el contagio. Es fundamental lavarse las manos fre-
cuentemente con jabón o un desinfectante adecuado, realizar la limpieza de las superficies con
lejía y es aconsejable que no se manipulen alimentos al menos durante 3 días tras haber pasado
una diarrea aguda; en el caso de manipuladores de alimentos o trabajadores sanitarios con con-
tacto directo con enfermos, se precisan dos coprocultivos consecutivos negativos recogidos con
24 horas de diferencia y al menos tras 48 horas sin síntomas o después de finalizar un tratamiento
antibiótico, para garantizar un retorno a su puesto laboral con garantía de seguridad.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Los agentes más frecuentemente involucrados varían de acuerdo a las condiciones socioe-
conómicas y sanitarias de cada región, y con la edad del paciente. En países con mejores
condiciones sanitarias tiende a predominar la etiología viral.
▶▶ En situación de brote, los agentes más frecuentes son Norovirus y Salmonella sp.,
▶▶ Clostridium difficile es la causa más frecuente de diarrea infecciosa adquirida en un hospital
en el mundo desarrollado.
▶▶ En la evaluación inicial, la historia clínica resulta fundamental para determinar la gravedad
(grado de deshidratación) y posibles complicaciones; y distinguir la causa (etiología) más
probable.
▶▶ La mayoría de los casos son leves a moderados, autolimitados sin un tratamiento específi-
co, por lo que no se requiere estudio de laboratorio ni antibioterapia.
▶▶ En los pacientes con diarrea aguda moderada-grave y en pacientes hospitalizados se soli-
citará una analítica y un coprocultivo.
▶▶ En los pacientes hospitalizados o en personas con toma de antibióticos o inhibidores de la
bomba de protones se solicitará toxinas de Clostridium difficile en las heces.
▶▶ Se debe garantizar la reposición de líquidos y electrolitos; siempre que se pueda se realiza-
rá por vía oral.
▶▶ El tratamiento con antibióticos de forma empírica esta indicado en la diarrea del viajero
y en los pacientes con diarrea moderada-grave. La primera elección es el ciprofloxacino.
▶▶ En la toxiinfección por Clostridium difficile si puede usarse la vía oral, se empleará metroni-
dazol 500 mg/8 h x 14 días en colitis no grave y vancomicina 125 mg/6 h x 14 días en la grave.
Si no es posible utilizar la vía oral, metronizadol 500 mg/8 h x 14 días en la no grave, y metro-
nidazol 500 mg/8 h más vancomicina intracólica (500 mg/4-14 h) o por sonda nasogástrica
(500 mg/6 h) en la grave.
CAPÍTULO 99
888 GASTROENTERITIS AGUDA
ALGORITMO
Paciente con diarrea aguda
Rehidratación oral NO
¿Tiene una diarrea
+ antiperistálticos + moderada-grave?
antieméticos
SÍ
SÍ NO
¿Curación en menos Analítica básica y un
de 5 días? coprocultivo
Rehidratación SÍ
¿Tiene criterios de
intravenosa + ingreso hospitalario?
antibiótico empírico
NO
NO
Ingreso hospitalario
Ampliar estudio (analítica,
parásitos en las heces,
radiografía de abdomen,
sigmoidoscopia-colonoscopia)
CAPÍTULO 100
INFECCIÓN DE PIEL Y PARTES BLANDAS.
HERIDA QUIRÚRGICA
Ferran Llopis Roca
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
Las infecciones de la piel y las partes blandas afectan a la piel y los anejos cutáneos, el tejido
celular subcutáneo, la fascia y el músculo esquelético. Son un motivo frecuente de consulta a
Urgencias y su espectro de gravedad varía desde cuadros leves o banales, a otros con afectación
sistémica, muy graves, y que en ocasiones pueden ser letales. Definimos las siguientes entidades:
▶▶ Impétigo: infección superficial epidérmica muy contagiosa. Cursa con vesículas que evolucio-
nan a pústulas y a costras típicas; no dejan cicatriz.
▶▶ Erisipela: infección superficial de la piel con compromiso linfático. Cursa con una placa delimi-
tada, eritematosa rojo brillante, indurada y dolorosa.
▶▶ Celulitis: la infección se extiende en profundidad hasta el tejido graso celular subcutáneo. De
bordes habitualmente mal definidos, puede afectar cualquier parte de la superficie cutánea, con
predominio en extremidades inferiores. Cursa con eritema, edema, calor y puede haber fiebre y
linfangitis loco-regional. Suele producirse a partir de pequeños traumatismos o lesiones previas.
▶▶ Infección de herida quirúrgica (IHQ): se produce en la herida de una incisión quirúrgica. De-
pende del tipo de procedimiento quirúrgico realizado y de la localización anatómica (infección
superficial, profunda y de órgano o espacio). El grado de contaminación bacteriana de los már-
genes de la herida condiciona el riesgo de sufrir una IHQ, y la cirugía se clasifica, acorde a ello,
en limpia, limpia-contaminada, contaminada y sucia.
▶▶ Infecciones complicadas o necrosantes: son infecciones profundas de la piel y con una pro-
gresión muy rápida. Si afectan al tejido subcutáneo y la fascia superficial sin rebasarla habla-
mos de fascitis y si llegan hasta nivel del tejido muscular de miositis. Cuando la histología obje-
tiva necrosis lo denominamos infección necrosante.
▶▶ Infección del pie diabético: definida por la ulceración, infección y/o destrucción de los tejidos
profundos en los miembros inferiores en un enfermo con diabetes mellitus. De base etiopatogé-
nica neuropática, con o sin coexistencia de isquemia y previo desencadenante traumático. Los
tres factores fundamentales en su fisiopatología son la neuropatía, la isquemia y la infección.
2. CLASIFICACIÓN
Se han propuesto diferentes clasificaciones según el origen, la gravedad, la localización anatómi-
ca o la existencia de complicaciones. Desde un punto de vista clínico y pronóstico las clasificamos
en primarias o secundarias:
2.1 PRIMARIAS
a. Sin necrosis: impétigo, erisipela, celulitis y piomiositis.
b. Con necrosis: celulitis necrosante, fascitis necrosante y mionecrosis.
CAPÍTULO 100
890 INFECCIÓN DE PIEL Y PARTES BLANDAS. HERIDA QUIRÚRGICA
3. ETIOLOGÍA
Los cocos gram positivos suelen ser los microorganismos más frecuentemente implicados en es-
tas infecciones. Según el tipo de infección distinguimos:
▶▶ Impétigo: Staphylococcus aureus y Streptococcus pyogenes
▶▶ Erisipela: generalmente causada por S. pyogenes.
▶▶ Celulitis: S. aureus y S. pyogenes son los más frecuentes. A menudo polimicrobiana, otros mi-
croorganismos menos implicados son los bacilos gram negativos, los anaerobios (Bacteroides y
Clostridium), los estreptococos B, C, G y D (en enfermedades crónicas), H. influenzae B (< 5 años),
Pseudomonas aeruginosa, Pasteurella multocida (en mordedura de animal), Aeromonas hydro-
phila o Vibrios (en heridas en contacto con agua dulce o marina respectivamente).
▶▶ Infección de herida quirúrgica: la etiología varía según el tipo de cirugía:
a. Cirugía limpia: monomicrobiana con predominio de cocos gram positivos (Staphylococcus).
b. Cirugía limpia-contaminada, contaminada y sucia (cirugía gastroduodenal, de intestino
delgado y colon): generalmente polimicrobiana (bacilos gram negativos, sobre todo E. coli,
Enterococcus spp. y anaerobios estrictos como Bacteroides fragilis).
▶▶ Pie diabético: la etiología varía según la duración y gravedad de la infección:
• Según la duración de la infección:
—— Infecciones agudas (sin tratamiento antibiótico previo). Monomicrobianas por cocos
gram positivos aerobios (80-90 %): S. aureus y Streptococcus beta-hemolítico.
—— Infecciones crónicas o de heridas profundas. Polimicrobianas (90 %), a los previos debe-
mos añadir gram negativos (enterobacterias: Proteus spp., E. coli, P. aeruginosa) y anae-
robios (Peptostreptococcus spp., Bacteroides spp. y Prevotella spp.).
• Según la gravedad de la infección:
—— Leve (no complicada): cocos gram positivos aerobios (80-90 %), bacilos gram negativos
aerobios (10-20 %) y anaerobios (< 1 %).
—— Moderada-grave (complicada): polimicrobianas (99 %), el 66 % por aerobios (2/3 bacte-
rias gram positivas; 1/3 gram negativas) y el 33 % por anaerobios.
▶▶ Infecciones complicadas o necrosantes. Distinguimos las siguientes:
1. Fascitis necrosante tipo 1: polimicrobiana por anaerobios (Bacteroides, Peptoestreptococ-
cus) y por aerobios facultativos (cocos gram positivos y enterobacterias).
2. Fascitis necrosante tipo 2: monomicrobiana por S. pyogenes y, ocasionalmente, por S. au-
reus.
3. Miositis piogéna primaria (tropical): S. aureus.
4. Mionecrosis o gangrena gaseosa (infección muscular más frecuente en nuestro medio):
Clostridium spp.
5. Postraumática (rara), postoperatoria tras cirugía abdominal o vascular, y espontánea (pa-
cientes con patología colónica): C. septicum.
▶▶ Infección por S. aureus resistente a meticilina (SARM) comunitario: en la última década han
aparecido cepas de SARM como causa de infección adquirida en la comunidad en pacientes sin
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
891
factores de riesgo conocidos. En niños y personas jóvenes sanas suelen producir principalmente
infecciones leves de piel y partes blandas con tendencia a la recidiva en forma de forúnculos, abs-
cesos y lesiones con centro necrótico (estas últimas pueden confundirse con picaduras de araña).
4. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
▶▶ Impétigo: localizado en la cara y los miembros inferiores, cursa con la rotura de una vesícula
sobre piel sana, que deja una erosión superficial cubierta por costras de color miel y cura sin
dejar cicatriz. El impétigo bulloso cursa con grandes ampollas, en menor número y pueden
persistir durante varios días.
▶▶ Erisipela: localizada habitualmente en los miembros inferiores y menos frecuentemente en la
cara, cursa con una placa delimitada, sobreelevada, eritematosa, edematosa y dolorosa con
aspecto de “piel de naranja”. Suele asociarse fiebre y mal estado general.
▶▶ Celulitis: suele cursar con una lesión eritematosa (rosada o rojiza), dolorosa, con calor y a me-
nudo fiebre. Las extremidades inferiores son la localización más habitual, aunque puede pre-
sentarse en cualquier parte del cuerpo. Los bordes de la lesión no suelen estar sobreelevados
ni bien definidos y a veces pueden aparecer flictenas, necrosis parcheada, supuración o signos
de sobreinfección.
▶▶ Infecciones necrosantes: inicialmente las manifestaciones clínicas suelen ser escasas o nulas,
por lo que hay que tener un alto índice de sospecha. Las claves clínicas, en un primer momento,
son el edema e induración de la zona y el dolor desproporcionado a los hallazgos clínicos, así
como los síntomas de afectación sistémica. Existe una mala respuesta antibiótica inicial, y si
la lesión progresa se observa un tejido celular subcutáneo de consistencia leñosa, con crepi-
tación, secreción acuosa maloliente, ampollas cutáneas y cambio de coloración de la piel. Se
produce anestesia cutánea por destrucción de los nervios sensitivos superficiales, signos de
toxicidad sistémica, sepsis o shock séptico y deterioro del nivel de conciencia.
6. TRATAMIENTO
El tratamiento de las infecciones de la piel y las partes blandas contempla unas medidas generales
y otras de específicas con antibiótico y/o cirugía.
Paciente diabético o Cefotaxima 1-2 g/8 h iv o ceftriaxona 1-2 g/ En heridas en contacto con
con factores de riesgo día iv agua valorar cefalosporinas
(anciano encamado, + de 3 o 4 gen o carbapenems
edema crónico, Cloxacilina 2 g/4 h iv o linezolid 600 o quinolonas (doxiciclina 100
cirrosis hepática o mg/12 h vo/iv o tedizolid 200 mg/día mg/12 h iv si exposición a agua
inmunodepresión) vo/iv o daptomicina 6-8 mg/kg/día iv o de mar)
dalbavancina 1 g iv + 500 mg iv a la semana
o 1500 mg iv dosis única
Herida por punción en la Ciprofloxacino 750 mg/12 h vo Tratamiento Ciprofloxacino oral es eficaz si
planta del pie parenteral anti-Pseudomonas: Ceftazidima se realiza previamente un buen
2 g/8 h iv o meropenem 1 g/6 h iv desbridamiento quirúrgico
+/- (sino empezar tratamiento
amikacina (15 mg/kg/día iv) o tobramicina parenteral hasta evolución
(6 mg/kg/día iv) clínica favorable).
Infección de herida Cefalosporina 3ª gen. (cefotaxima 1-2 g/8 h Suele ser suficiente el
quirúrgica iv o ceftriaxona 1-2 g/día iv) desbridamiento y drenaje.
+/- Riesgo colonización SARM:
linezolid, tedizolid, daptomicina, antibiótico reciente, ingreso en
dalbavancina o vancomicina (si riesgo de centros con prevalencia >15 %
infección por SARM) o infección reciente por SARM.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Las claves en el diagnóstico de las infecciones de la piel y las partes blandas son determinar
si existe necrosis, cuál es la profundidad de la lesión, el grado de afectación sistémica y los
factores de riesgo de mala evolución. El diagnóstico suele ser clínico y basado en la visua-
lización de las lesiones.
▶▶ En los pacientes diabéticos, inmunodeprimidos o con procesos inflamatorios crónicos está
indicada la búsqueda del agente causal por su potencial gravedad, presencia de microor-
ganismos no habituales o resistencias a antibióticos de uso habitual. La rentabilidad de las
muestras microbiológicas es mayor.
▶▶ La antibioterapia está indicada en todas las infecciones de la piel y de partes blandas (tabla 1).
▶▶ Ante la sospecha de una infección necrosante de partes blandas se debe proceder a una
exploración quirúrgica urgente, ya que esta es la maniobra diagnóstica y terapéutica más
eficaz.
▶▶ En las infecciones del pie diabético se aconsejan antibióticos bactericidas a dosis elevadas
y durante más tiempo. La gravedad de la infección condiciona la selección del tratamiento
antimicrobiano empírico y la vía de administración (tabla 2).
▶▶ Si existe infección supurada o colección de pus debe valorarse cirugía para su desbrida-
miento y drenaje quirúrgico del tejido desvitalizado.
CAPÍTULO 100
896 INFECCIÓN DE PIEL Y PARTES BLANDAS. HERIDA QUIRÚRGICA
ALGORITMO
DIAGNÓSTICO CLÍNICO DIAGNÓSTICO MICROBIOLÓGICO
Aislamiento
Identificación
Clase 1 Clase 2 Clase 3 Clase 4
Sensibilidad
Mejoría No mejoría
Mejoría
No mejoría
Completar 48 - 72 horas
tratamiento
MENINGITIS AGUDA
1. DEFINICIÓN
Es la inflamación de cualquier etiología del tejido leptomeníngeo y del líquido cefalorraquídeo
(tabla 2). La meningitis aguda bacteriana presenta una alta mortalidad, llegando al 15 % en los
casos producidos por Streptococcus pneumoniae. El origen de la infección suele ser por disemina-
ción desde un foco local (ORL), hematógena o secundaria a iatrogenia (neuroquirúrgica).
Tabla 2. Etiología de meningitis bacteriana según edad del paciente y características epidemiológicas1
2. PRESENTACIÓN CLÍNICA
La triada clásica de fiebre, alteración del nivel de conciencia y rigidez de nuca se presenta sólo
en el 30 % de los pacientes. Sin embargo, prácticamente el 100 % presentarán al menos dos de
los siguientes: cefalea, fiebre, rigidez de nuca y alteración del nivel de conciencia. Las náuseas y
vómitos también son frecuentes.
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
899
3. DIAGNÓSTICO
Se debe valorar sistemáticamente la presencia de focos contiguos (otitis, mastoiditis,
cirugía del SNC, TCE…) y/o a distancia (neumonía o endocarditis sobre todo en la meningitis neu-
mocócica), antecedentes sexuales de riesgo, exposición a vectores y antecedente de tratamiento
antibiótico en los días previos.
Ante la sospecha clínica de meningitis aguda se deben extraer hemocultivos y analítica completa
con hemograma, coagulación y bioquímica completa. Se procederá a realizar la PL si no hay con-
traindicación ni necesidad de prueba de imagen previa. La ausencia de pleocitosis es rara, aunque
está descrita tanto en meningitis bacteriana como viral, por lo que todo LCR debe enviarse a cultivar.
No hay ningún parámetro del LCR que diferencie al 100 % meningitis bacteriana de viral (tabla 1).
Predice fuertemente etiología bacteriana una glucorraquia ≤ 34 mg/dl, proteinorraquia ≥ 220 mg/
dl y leucocitos ≥ 2000 con predominio de PMN. Dos recientes metaanálisis sugieren que la herra-
mienta de mayor utilidad para diferenciar meningitis bacteriana de viral es el lactato aumentado
en LCR, aunque no está globalmente aceptado. Pierde sensibilidad si se ha iniciado antibioterapia
o existe otra infección del SNC diferente de meningitis aguda.
En el estudio microbiológico del LCR:
▶▶ El Gram es positivo en el 60-90 % de las meningitis bacterianas.
▶▶ El cultivo es la prueba de referencia para el diagnóstico de una meningitis bacteriana siendo
positivo entre 80-90 %. Pierde sensibilidad si se ha iniciado antibioterapia previa a la PL.
▶▶ PCR en tiempo real: alta especificidad con muy buena sensibilidad que apenas se modifica con
el inicio previo antibiótico. No está disponible en todos los centros.
▶▶ Detección de antígenos bacterianos (Streptococcus pneumoniae, Streptococcus agalactiae, Hae-
mophilus influenzae de tipo b, Escherichia coli y Neisseria meningitidis): poco sensible, aunque no
se modifica si se ha iniciado tratamiento antibiótico previo a la PL.
En las meningococemias también son rentables muestras faríngeas y de las lesiones cutáneas
(cultivo y PCR).
Ocasionalmente según el contexto clínico se puede solicitar antígeno de Criptococcus neofor-
mans, serología de espiroquetas o cultivo para Mycobacterium tuberculosis.
El diagnóstico diferencial debe realizarse con otras infecciones del sistema nervioso central sobre
todo la meningoencefalitis, el empiema subdural y el absceso epidural.
CAPÍTULO 101
900 INFECCIONES DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. MENINGITIS, ENCEFALITIS Y ABSCESO CEREBRAL
4. TRATAMIENTO
Se debe iniciar el tratamiento antibiótico tan pronto como sea posible y nunca se debe demorar
su administración en caso de no poder realizarse inmediatamente la punción lumbar diagnóstica,
pues ensombrece el pronóstico (tabla 3).
Paralelamente se debe asegurar la vía aérea, así como la estabilidad hemodinámica del paciente con va-
loración por UCI en caso necesario, especialmente en casos de sepsis y alteración de nivel de conciencia.
Las crisis comiciales deben tratarse enérgicamente pero no existe indicación de profilaxis primaria.
Ante la sospecha de N. meningitidis o H. influenzae se recomienda asilamiento respiratorio de
gotas hasta las 48 h posteriores al inicio del tratamiento antibiótico. Existe riesgo aumentado
de hemorragia intracraneal en los pacientes anticoagulados. Se debe valorar individualmente el
riesgo/beneficio de suspender la anticoagulación.
ENCEFALITIS
1. DEFINICIÓN
La encefalitis aguda es una inflamación del parénquima cerebral que da lugar a una disfunción
neurológica difusa (nivel de conciencia, conducta, memoria) o focal. En los casos producidos por
VHS-1 el pronóstico es desfavorable y son frecuentes las secuelas neurológicas.
CAPÍTULO 101
902 INFECCIONES DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. MENINGITIS, ENCEFALITIS Y ABSCESO CEREBRAL
2. ETIOLOGÍA
La etiología más frecuente es viral, pero en un tercio de los casos no se encuentra un agente etio-
lógico. Aunque cientos de virus son capaces de causar encefalitis, el principal agente etiológico
conocido en nuestro medio es VHS-1 tras una reactivación.
Menos frecuentes son los enterovirus (meses de verano), VHS-2 (neonatos), virus varicela-zoster
(VVZ) (tanto en la varicela como en el zoster, en raras ocasiones sin lesión cutánea), parotiditis
y arbovirus (causa habitual de encefalitis en otras regiones del mundo, existiendo casos espo-
rádicos en nuestro medio; trasmitidos por artrópodos hematófagos, mosquitos o garrapatas).
En pacientes inmunodeprimidos cobran también importancia citomegalovirus (CMV), virus Ebs-
tein-Barr (VEB), virus JC y virus del herpes humano 6 (VHH-6).
Dentro de las causas infecciosas no virales que pueden causar cuadros de meningoencefalitis
aguda/subaguda están Listeria monocytogenes, Cryptococcus neoformans, Mycobacterium tuber-
culosis y espiroquetas como Borrelia burgdorferi (enfermedad de Lyme) o Leptospira interrogans.
Entre las causas no infecciosas destacan la encefalitis postinfecciosa o encefalomielitis aguda
diseminada (EMAD) producida por respuesta inmune frente a una vacuna o una infección y las
encefalitis autoinmunes. En la EMAD, al contrario que en las encefalitis virales, suele haber un
periodo ventana de 1-2 semanas entre la infección / vacuna y el desarrollo de la clínica.
4. DIAGNÓSTICO
Deben recogerse de la anamnesis los siguientes datos que pueden orientar el diagnóstico: an-
tecedentes de viajes recientes, exposición a arañazos o mordeduras por roedores, picaduras de
garrapatas u otros artrópodos, lesiones cutáneas o mucosas y vacunas o infecciones previas.
El diagnostico se basa en el estudio del LCR, pruebas de neuroimagen y EEG que se realizarán
siempre que estén disponibles.
En el estudio del LCR las características son superponibles a las meningitis víricas (tabla 1). Pue-
de asociar componente hemorrágico con más de > 500 hematíes hasta en un 20 % de los casos.
Un LCR normal no descarta encefalitis.
El estudio de LCR básico en pacientes inmunocompetentes consiste en PCR para VHS y entero-
virus y en caso de sospecha clínica, también para VVZ. La PCR para VHS tiene una S 98 % y E 94
% siendo el método diagnóstico de elección. Puede haber falsos negativos los 3 primeros días
desde el inicio de la clínica, por lo que ante un estudio inicial negativo está indicado repetirlo a
las 72 h. Su sensibilidad disminuye con el inicio de tratamiento. En inmunodeprimidos también se
recomienda realizar PCR para VHH-6, VEB, CMV y virus JC.
En ocasiones según el contexto epidemiológico puede estar indicado realizar PCR para arbovirus,
rabia, parotiditis, búsqueda de antígeno de Cryptococcus neoformans o serología de Borrelia y
Leptospira.
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
903
El estudio de neuroimagen de elección es la RMN cerebral. Sin embargo, raramente está dispo-
nible de urgencia por lo que debe hacerse previamente un TC craneal urgente. Este puede ser
normal hasta en un 35 % de las encefalitis virales sobre todo en fases iniciales. El estudio se com-
pletará posteriormente con un EEG que está alterado en más del 75 % de los pacientes.
Tanto la RMN cerebral como el EEG pueden mostrar patrones típicos que permiten orientar el
diagnóstico, aunque en ningún caso son patognomónicos. Así, por ejemplo, en la encefalitis por
VHS, la RMN suele mostrar áreas de intensidad de señal aumentada en T2 en las regiones ence-
fálicas frontotemporal, del cíngulo o insulares y frecuentemente predomina en uno de los hemis-
ferios y el EEG característico consiste en complejos periódicos punta-onda lateralizados (PLED).
5. TRATAMIENTO
En todo paciente se debe iniciar tratamiento de soporte y vigilancia estrecha de signos de HTIC.
Es importante valorar el inicio de profilaxis anticomicial especialmente en los casos de encefalitis
grave donde las crisis epilépticas son muy frecuentes. Se puede utilizar fenitoina o levetiracetam.
Inicialmente en toda encefalitis debe asumirse etiología herpética e iniciar tratamiento empírico
precoz con aciclovir intravenoso 10 mg/kg cada 8 h en perfusión lenta y diluido, ya que el retraso
en el inicio del tratamiento empeora el pronóstico. Una vez confirmado el diagnóstico se manten-
drá 14-21 días repitiendo PCR en LCR al finalizar el tratamiento, si persiste positiva se ampliará una
semana más el tratamiento con aciclovir. No hay indicación de corticoterapia.
En caso de no poderse descartar la etiología bacteriana por el LCR hay que valorar asociar ampi-
cilina 2 g/4 h iv para cubrir Listeria y doxicilcina 100 mg/12 h iv para espiroquetas.
Ante la sospecha de CMV el tratamiento de elección será ganciclovir 5 mg/kg/12 h + foscarnet 60
mg/kg/8 h iv por 3 semanas.
El tratamiento de la EMAD son bolos de corticoides de 1 g/24 h por 3-5 días.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Las infecciones del SNC requieren una asistencia precoz ya que pueden tratarse de ver-
daderas emergencias médico-quirúrgicas, especialmente la meningitis aguda bacteriana,
donde la velocidad en la toma de decisiones y el inicio precoz del tratamiento antibiótico
tienen una importancia capital.
▶▶ El cuadro clínico es variable e inespecífico aunque en la mayoría de los pacientes se ob-
serva, al menos, uno de los siguientes: fiebre, cefalea, bajo nivel de conciencia, focalidad
neurológica o crisis comicial.
▶▶ No hay indicación de realizar tomografía computarizada (TC) del SNC previa a la punción
lumbar (PL) salvo en los siguientes supuestos: crisis comicial reciente, inmunodepresión,
antecedentes de enfermedad intracraneal, infección focal del SNC, déficit neurológico fo-
cal (excluidos pares craneales), Glasgow Coma Scale (GCS) < 10 o papiledema.
▶▶ En la meningitis aguda la triada clásica de fiebre, alteración del nivel de conciencia y rigidez
de nuca se presenta sólo en el 30 % de los pacientes. Sin embargo, prácticamente el 100 %
presentarán al menos dos de los siguientes: cefalea, fiebre, rigidez de nuca y alteración del
nivel de conciencia.
▶▶ Ante la sospecha clínica de meningitis aguda se deben extraer hemocultivos, analítica com-
pleta y se realizará PL si no hay contraindicación ni necesidad de prueba de imagen previa.
▶▶ No hay ningún parámetro del LCR que diferencie al 100 % meningitis bacteriana de viral
▶▶ Se debe iniciar el tratamiento antibiótico tan pronto como sea posible y nunca se debe
demorar su administración a la punción lumbar diagnóstica.
▶▶ La encefalitis aguda es una inflamación del parénquima cerebral que da lugar a una disfun-
ción neurológica difusa (nivel de conciencia, conducta, memoria) o focal. La etiología más
frecuente es viral (VHS-1) pero en un tercio de los casos no se encuentra un agente etioló-
gico. Suele presentarse con la triada clásica de fiebre, alteración del nivel de conciencia y
cefalea, pero dicha combinación carece de especificidad.
▶▶ El diagnostico de encefalitis se basa en el estudio del LCR, pruebas de neuroimagen (prefe-
rible RMN) y EEG que se realizarán siempre que estén disponibles.
▶▶ En la encefalitis es importante valorar el inicio de profilaxis anticomicial. Inicialmente en
toda encefalitis debe asumirse etiología herpética e iniciar tratamiento empírico precoz con
aciclovir intravenoso ya que el retraso en el inicio del tratamiento empeora el pronóstico.
▶▶ En el empiema subdural, absceso epidural y absceso cerebral es menos frecuente la pre-
sencia de fiebre (< del 50 % de los casos) y más frecuente la presencia de crisis o focalidad
neurológica. Los procesos predisponentes principales son la extensión desde un foco ad-
yacente, procedimientos neuroquirúrgicos previos, traumatismos y siembra hematógena.
▶▶ En las infecciones focales del SNC existe contraindicación de PL por riesgo de herniación
y el diagnóstico suele ser por imagen (TAC o RMN) y cultivo del material drenado tras pun-
ción. En general el tratamiento es antibioterapia y valoración de drenaje por Neurocirugía.
CAPÍTULO 101
906 INFECCIONES DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. MENINGITIS, ENCEFALITIS Y ABSCESO CEREBRAL
ALGORITMO
Sospecha de infección del SNC: cefalea, fiebre,
rigidez de nuca, alteración del nivel de conciencia
iniciar antibioterapia en < 30 minutos
SÍ NO
Iniciar antibiótico +/- aciclovir PL e inmediatamente después
empírico y posteriormente solicitar iniciar antibioterapia empírica
prueba de imagen craneal urgente
(TAC o RMN)
SÍ NO
Sospecha de meningitis bacteriana: Crisis comicial, disfunción cognitiva, Iniciar ampicilina 4 g/6 h iv
Mantener antibioterapia empírica o alteración de la memoria, deterioro Valorar Inmunodepresión. Valorar
dirigida por Gram. del nivel de conciencia, crisis, cobertura de micobacterias y
Ingreso hospitalario. focalidad neurológica hongos según sospecha.
Si no inmunodepresión iniciar Valorar causas no infecciosas
dexametasona 8-10 mg/4 h iv e infecciones parameningeas y
meningitis decapitada.
SÍ NO
Sospecha de (meningo)encefalitis: Sospecha de meningitis
Aciclovir 10 mg/kg/8 h iv aséptica:
Ingreso hospitalario. Valorar según estado general
Solicitar EEG y RMN cerebral manejo ambulatorio con
Valorar profilaxis primaria anticomicial revisión en 48 h
GCS: Glasgow Coma Score; PL: punción lumbar; LOE: lesión ocupante de espacio; HTIC: hipertensión intracraneal; PMN:
polimorfonucleares; EEG: electroencefalograma.
CAPÍTULO 102
ENDOCARDITIS INFECCIOSA Y BACTERIEMIA
ASOCIADA A CATÉTER
Ana Carlavilla Martínez | Antonio Lalueza Blanco
ENDOCARDITIS INFECCIOSA
1. DEFINICIÓN
La endocarditis infecciosa (EI) es una infección endovascular cuya característica común es la inva-
sión microbiana del endocardio valvular o mural.
2. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
2.1. SOBRE VÁLVULA NATIVA O INFECCIÓN TARDÍA (> 12 MESES) DE UNA VÁLVULA
PROTÉSICA: las etiologías más frecuentes son Staphylococcus aureus y Streptococcus del grupo
viridans. Menos frecuentemente se debe a Enterococcus, Streptococcus gallolyticus, Staphylococcus
coagulasa negativo (SCN) y microorganismos del grupo HACEK.
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Según la localización de la lesión (cavidades izquierdas o derechas), la naturaleza de la válvula
(nativa o protésica) y la agresividad del microorganismo (S. aureus u otro), la clínica será variable.
El intervalo entre el procedimiento invasivo con alto riesgo de bacteriemia y el desarrollo de los
síntomas es corto (menos de 2 semanas en Streptococcus spp.) La fiebre, que rara vez supera
los 40ºC, es la manifestación más frecuente (90 % de los casos) y en ocasiones la única; aunque
puede estar ausente en casos de insuficiencia cardiaca, insuficiencia renal, enfermedad terminal,
ancianos o tratamiento antibiótico y con algunos microorganismos poco agresivos (Abiotrophia).
CAPÍTULO 102
908 ENDOCARDITIS INFECCIOSA Y BACTERIEMIA ASOCIADA A CATÉTER
4. DIAGNÓSTICO
4.1. PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
a. Analítica general: incluyendo sedimento de orina.
b. Estudios microbiológicos: extracción de al menos 3 sets de hemocultivos (mediante la ex-
tracción de al menos 10 ml de sangre en cada hemocultivo). Se deben extraer 3 hemocultivos
(detectaría el 96 % de las bacteriemias) y antibiograma con determinación de la concentración
mínima inhibitoria (CMI). No es necesario que la extracción coincida con el pico febril. Debe
evitarse extraer los hemocultivos a través de un catéter venoso. Repetir los hemocultivos a
las 48-72 horas para comprobar la efectividad del tratamiento. Se realizará tinción de Gram
y cultivo del material obtenido de una metástasis séptica, de un émbolo o de una vegetación
durante el acto quirúrgico.
c. Ecocardiograma: debería realizarse de manera precoz siempre que esté disponible. Está in-
dicado realizar de entrada un ecocardiograma transtorácico (ETT). La ecocardiografía tran-
sesofágica (ETE) es más sensible si la posibilidad de que la calidad de la exploración por ETT
sea mala, la probabilidad pretest sea alta (prótesis valvular, etc.) o la ETT haya mostrado vege-
taciones grandes, signos de insuficiencia valvular o de disfunción ventricular o afectación del
anillo valvular.
d. Otros: radiografía de tórax y electrocardiograma. Valorar prueba de imagen abdominal si se
sospecha embolismo séptico renal o esplénico.
5. TRATAMIENTO
Está indicado iniciar de inmediato siempre que se sospeche una EI aguda, o cuando en la EI suba-
guda o crónica se sospechen complicaciones cardiacas, afectación infecciosa a distancia o ines-
tabilidad hemodinámica. Inicialmente se aplicará un tratamiento empírico (ver algoritmo). Una
vez identificado el microorganismo y su susceptibilidad in vitro se debe instaurar el tratamiento
antibiótico específico.
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
909
Tabla 1. Criterios modificados de la Sociedad Europea de Cardiología 2015 para el diagnóstico clínico
de endocarditis infecciosa
Criterios mayores
1. Hemocultivos positivos para EI:
a) 2 hemocultivos positivos con aislamiento de: Streptococcus viridans, S. gallolyticus, grupo «HACEK»,
S. aureus o Enterococcus sp adquirido en la comunidad, en ausencia de foco primario.
b) Bacteriemia persistente: > 2 cultivos positivos separados por al menos 12 h o > 3 cultivos con al menos
1 hora de diferencia o positividad del 75 % de los hemocultivos (cuando se realizan al menos 4).
c) 1 hemocultivo positivo para Coxiella burnetii o Anticuerpo antifase-I IgG a título mayor de 1:800.
2. Evidencia de afectación endocárdica:
a) Ecocardiograma positivo:
- Vegetaciones, absceso, pseudoaneurisma, fístula intracardiaca, perforación valvular o aneurisma,
dehiscencia parcial nueva o válvula protésica.
b) Actividad anómala alrededor del lugar de implante de la válvula protésica detectada por 18F-FDG
PET/TC (solo si la prótesis lleva implantada más de 3 meses) o SPECT/TC con leucocitos marcados
con isótopos.
c) Lesiones paravalvulares definidas por TC cardiaca.
Criterios menores
1. Predisponentes como enfermedad cardíaca predisponente o uso de drogas por vía parenteral.
2. Fiebre mayor o igual de 38ºC.
3. Fenómenos vasculares (incluidos los que se detectan solo por imagen): émbolos arteriales mayores,
infartos pulmonares sépticos, aneurismas micóticos, hemorragia intracraneal, hemorragias
conjuntivales y lesiones de Janeway.
4. Fenómenos inmunológicos: glomerulonefritis, nódulos de Osler, manchas de Roth, factor reumatoide.
5. Evidencia microbiológica: Hemocultivo positivo que no cumple un criterio mayor de los que se indican
más arriba o evidencia serológica de infección activa con un microorganismo compatible con EI.
ALGORITMO
Sospecha de endocarditis infecciosa:
Clínica y epidemiológicamente
Ecografía cardiaca
Si ha recibido tratamiento
antibiótico los 8 días previos
Sacar 3 sets de y estabilidad hemodinámica
hemocultivos repetir en 48 horas
Presentación clínica
- EI aguda
- EI subaguda sin complicaciones
- EI subaguda con complicaciones*
§: el cuadro superior indica la etiología más frecuente y la parte inferior indica otras menos habituales. *: complicacio-
nes: insuficiencia cardiaca, inestabilidad hemodinámica, infección en otra localización. **: para más detalles véase el
texto. ***: para este supuesto las 2015 ESC guidelines recomiendan, en su lugar, vancomicina (15 mg/kg/12 h iv) + gen-
tamicina (3 mg/kg/d iv)+ rifampicina (900-1200 mg/24 h iv).
CMI: concentración mínima inhibitoria.
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
911
2. ETIOLOGÍA
La etiología más frecuente de la BAC es SCN y S. aureus. Otras posibles etiologías, aunque mucho
menos frecuentes son Enterobacterias, Pseudomonas aeruginosa, Enterococcus sp, Streptococcus
del grupo viridans y Candida sp.
3. DIAGNÓSTICO
Se debe obtener dos hemocultivos, uno con sangre obtenida por una punción de una vena peri-
férica y otro con sangre obtenida a través del catéter (preferentemente de cada una de las luces).
Obtención de Gram y cultivo del exudado del punto de inserción del catéter.
4. TRATAMIENTO
4.1. MANEJO DEL CATÉTER
▶▶ El catéter venoso de inserción periférica debe ser retirado siempre.
▶▶ El catéter transitorio de inserción central debe retirarse de inmediato si hay: a) sepsis grave, b)
infección local en el punto de inserción, c) sospecha de complicaciones locales o a distancia, d)
prótesis valvular o presencia de dispositivos intravasculares. En los demás casos puede mante-
nerse hasta confirmación microbiológica de la infección.
▶▶ En el catéter venoso central permanente la decisión de su retirada ha de valorarse individualmen-
te, considerándose imperativa su retirada si hay infección del trayecto subcutáneo, shock séptico,
tromboflebitis supurada, endocarditis infecciosa, embolismo a distancia o bacteriemia persisten-
te (más de 72 horas desde la antibioterapia), recurrencia de la infección o infección por S. aureus,
Pseudomonas sp, hongos o micobacterias. Si el catéter resulta imprescindible, la retirada del mis-
mo supone una dificultad técnica compleja (catéteres tunelizados, implantados con reservorio
subcutáneo, coagulopatía severa que imposibilita la colocación de otro nuevo catéter, etc) y no
presenta ninguna de las complicaciones anteriores, se puede intentar administrar un tratamiento
antibiótico sistémico y sellar todas las luces del catéter durante, al menos, 12 horas diarias (ta-
bla 2) con reevaluación de las situación a las 48-72 horas. El sellado debe durar 14 días.
4.2. ANTIBIOTERAPIA
El tratamiento antimicrobiano empírico recomendado en la actualidad es: vancomicina 15-20
mg/kg/12 h iv asociado a un betalactámico antipseudomónico (preferible un carbapenem si
shock séptico). Se recomienda daptomicina en lugar de vancomicina si existe insuficiencia renal
aguda, uso de vancomicina en los tres meses previos o elevada prevalencia de cepas con CMI a
vancomicina >1,5 mcg/ml. Se debe valorar cobertura antifúngica con una equinocandina si exis-
ten 2 o más de los siguientes criterios: ingreso en UCI más de 10 días, cirugía abdominal, pancrea-
titis grave, nutrición parenteral, insuficiencia renal que requiera técnica de diálisis, tratamiento
antibiótico empírico previo, catéter femoral, neoplasia hematológica o trasplante de médula o de
órgano sólido o colonización por Candida sp en ≥ 2 localizaciones.
Puntos clave/recuerda
▶▶ La clínica es variable según la localización de la lesión, la naturaleza de la válvula y la agre-
sividad del microorganismo.
▶▶ El intervalo entre el procedimiento invasivo con alto riesgo de bacteriemia y el desarrollo
de los síntomas es corto.
▶▶ La fiebre es la manifestación más frecuente (90 % de los casos), aunque puede estar au-
sente.
▶▶ En la EI subaguda la fiebre se acompaña de otros síntomas inespecíficos como anorexia,
pérdida de peso, astenia intensa, y sudoración nocturna. En los UDVP predomina la clínica
producida por el embolismo pulmonar séptico
▶▶ Ante cualquier cuadro de fiebre de causa no aclarada en un paciente con prótesis valvular
se debe descartar siempre la EI.
▶▶ Ante la sospecha se deben extraer al menos 3 hemocultivos (10 ml) de venopunción, inde-
pendiente del pico febril.
▶▶ Se inicia tratamiento empírico de inmediato siempre que se sospeche una EI aguda, o cuan-
do en la EI subaguda o crónica se sospechen complicaciones cardiacas, afectación infec-
ciosa a distancia o inestabilidad hemodinámica.
▶▶ Deben conocerse las indicaciones quirúrgicas de la endocarditis para procurar una orienta-
ción adecuada desde su detección.
▶▶ La etiología más frecuente de la bacteriemia asociada a catéter es SCN y S. aureus. Se re-
comienda dos hemocultivos, uno por punción de una vena periférica y otro a través del
catéter. Así como exudado del punto de inserción del catéter.
▶▶ El catéter venoso de inserción periférica debe ser retirado siempre. El catéter transitorio
de inserción central debe retirarse si hay sepsis, infección local en el punto de inserción,
sospecha de complicaciones locales o a distancia, prótesis valvular o presencia de disposi-
tivos intravasculares. El catéter venoso central permanente la decisión de su retirada ha de
valorarse individualmente.
▶▶ El tratamiento empírico recomendado es vancomicina asociado a un betalactámico antipseu-
domónico.
CAPÍTULO 103
INFECCIONES OSTEOARTICULARES
Laura Mao Martín | Martín S. Ruiz Grinspan
ARTRITIS INFECCIOSA
1. INTRODUCCIÓN
La Artritis infecciosa (AI) es la inflamación producida por la invasión directa del espacio articular
por microorganismos. Es una emergencia médico-quirúrgica ya que, a pesar de una detección y
tratamiento antibiótico y descompresivo precoces, si la causa es bacteriana, la rápida destruc-
ción tisular puede dar lugar a cambios irreversibles en la articulación, con pérdida de la funciona-
lidad articular en el 25-50 % de los casos.
Los factores de riesgo asociados al desarrollo de AI son: edad mayor de 65 años, diabetes melli-
tus, artritis reumatoide, cirugía articular previa, prótesis articular, traumatismos abiertos e infec-
ciones cutáneas, infiltración intraarticular de esteroides, usuarios de drogas por vía parenteral
(UDVP) e infección por el VIH.
El mecanismo de infección más frecuente es la propagación hematógena (bacteriemia, catéteres
permanentes, UDVP); otras veces es por inoculación directa (traumatismo directo, mordeduras) o
por contigüidad (osteomielitis, celulitis).
Habitualmente sucede en grandes articulaciones, siendo la localización más frecuente la rodilla
(50 %), seguido de la cadera (20 %) y, menos frecuentemente, el hombro, codo, tobillo y muñe-
ca. La infección de localización esternoclavicular o condrocostal es infrecuente y suele verse en
UDVP, tras canalización de una vía central subclavia o en bacteriemias.
2. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
Los microorganismos varían con la edad y las características clínicas del paciente.
Las AI son mayormente monomicrobianas y monoarticulares. El agente etiológico más frecuen-
te, en todos los grupos etarios, es el Staphylococcus aureus. Debido al incremento progresivo de
aislamientos de cepas de Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SAMR) ha de conside-
rarse su cobertura antibiótica empírica en aquellos pacientes con más riesgo (ingresos repetidos
y prolongados, úlceras vasculares o por presión, diabéticos, UDVP y pacientes en hemodiálisis).
En los pacientes sin comorbilidad, el segundo agente causal son los estreptococos (S. pyogenes,
S. pneumoniae, S. del grupo viridans y S. agalactiae en menores de tres meses).
La incidencia de bacterias gramnegativas, como Pseudomonas aeruginosa, está incrementada
en pacientes mayores de 60 años, trauma penetrante, UDVP o pacientes con inmunosupresión.
En pacientes con infecciones urinarias de repetición, ciclos de antibiótico repetidos en los últi-
mos tres meses, diabetes mellitus y hospitalizaciones previas, también debe considerarse la ne-
cesidad de tratar bacilos gramnegativos productores de betalactamasas de espectro extendido
(BLEE).
CAPÍTULO 103
914 INFECCIONES OSTEOARTICULARES
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Toda artritis aguda ha de considerarse de etiología infecciosa hasta que pueda establecerse o
descartarse el diagnóstico de un modo razonable; los antecedentes de artritis por microcristales
o artritis inflamatoria y/o degenerativa no excluyen una AI.
La AI se presenta con dolor (75 %), fiebre (40-60 %), aumento de calor local y distintos grados
de limitación funcional. Al igual que en otros modelos de infección, ciertas poblaciones (edad
avanzada, inmunodeprimidos y UDVP) pueden tener menor expresividad clínica, lo que dificulta
el diagnóstico.
4. DIAGNÓSTICO
Ante la sospecha de AI debe realizarse en el menor tiempo posible la artrocentesis que per-
mite la descompresión de la articulación y el análisis y cultivo del líquido articular. Además
se solicitará hemograma, coagulación, bioquímica con biomarcadores (Velocidad de sedi-
mentación globular [VSG] y Proteína C reactiva [PCR], que serán útiles en el seguimiento de
la respuesta al tratamiento), radiografía simple (valor limitado, pero ayuda a valorar la pre-
sencia de osteomielitis periarticular) y ecografía (como guía en la artrocentesis). En casos
de sospecha de artritis reactiva completar el estudio con coprocultivo y/o exudado uretral
según el antecedente epidemiológico. Los hemocultivos extraídos tienen una rentabilidad
en torno al 50 %.
Realizada la artrocentesis, se valorará (tabla 1):
▶▶ Examen visual del líquido articular: claridad, color y viscosidad.
▶▶ Recuento celular y fórmula. Tinción de Gram urgente (si se dispone); de gran utilidad por la in-
formación que nos aporta en espera de los resultados de los cultivos (positivo en el 75-95 % de
los pacientes infectados por cocos grampositivos y en el 50 % por gramnegativos).
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
915
▶▶ Cultivo del líquido sinovial inoculado en frascos de hemocultivo para aerobios y anaerobios.
Solicitarlo en los medios adecuados si la sospecha es AI por micobacterias, hongos, N. gonorr-
hoeae o Brucella.
Conviene conocer que la visualización en microscopía de luz polarizada del líquido sinovial per-
mite la identificación de microcristales, si bien su presencia no excluye una AI. Así como que el
descenso de glucosa y el aumento de proteínas en el líquido articular son marcadores poco sen-
sibles para la detección de AI.
Al igual que en otros modelos de infección es necesario determinar la presencia de fallo orgánico
asociado a la artritis infecciosa, para ello se realizará en la valoración inicial y posteriores del
paciente el q-SOFA (quick Sequential (sepsis-related) Organ Failure Assessment) y se realizará una
búsqueda activa de signos de sepsis (ver capítulo sepsis).
5. TRATAMIENTO
El inicio del tratamiento en una AI es una emergencia médico-quirúrgica que incluye:
▶▶ Drenaje precoz del mayor volumen posible y valorar la limpieza artroscópica por traumatología.
En ocasiones es necesario realizar artrocentesis periódicas, que permite evaluar la respuesta
al tratamiento; son criterios de buena evolución la negativización del cultivo en 48 horas y la
reducción en más de 50 % de la cifra de leucocitos en 5-7 días.
▶▶ Antibioterapia empírica guiada por Gram y características del paciente (tabla 2). El tratamiento
intravenoso se mantendrá durante 14 días. Se ajustará según cultivo, con paso posterior a tera-
pia oral hasta completar de 4-6 semanas, siempre con un seguimiento estrecho.
▶▶ Inmovilización de la articulación (en extensión la rodilla y en flexión de 90º el codo); la moviliza-
ción pasiva precoz se realizará una vez controlado el foco de infección, el dolor y en ausencia de
derrame, para conservar la función articular.
6. DESTINO
Todo paciente con AI debe ser ingresado para tratamiento antibiótico y valoración por traumato-
logía que establecerá la indicación de drenaje o limpieza quirúrgica.
Del mismo modo, aquel paciente con monoartritis aguda febril, con liquido sinovial no conclu-
yente, debe permanecer hospitalizado hasta que pueda esclarecerse adecuadamente el diag-
nóstico. Si el diagnóstico no es claro, es preferible el tratamiento antibiótico precoz en espera del
resultado de cultivos.
CAPÍTULO 103
916 INFECCIONES OSTEOARTICULARES
ALGORITMO
Malestar general, tumefacción o dolor local,
Presentación inespecífica:
fiebre, úlceras por presión que no curan,
mantener alto grado sospecha clínica
celulitis con evolución tórpida
Hematógena
Considerar edad y mecanismo
Contigüidad
patogénico
Asociado a Insuficiencia Vascular
Exploración física.
q-SOFA
Pruebas complementarias.
SOFA si q SOFA ≥ 2
OSTEOMIELITIS
1. INTRODUCCIÓN
La Osteomielitis (OM) es la infección de la cortical y/o medular del hueso, generalmente de
origen bacteriano. Según su presentación puede ser aguda (OMA con un tiempo de evolución
de días a semanas) o crónica (si evoluciona en meses o años, relacionada habitualmente con
fracturas abiertas o fracturas periprotésicas). Este capítulo se centrará en la forma aguda de la
enfermedad.
2. ETIOLOGÍA
La etiología bacteriana de la OMA es la más frecuente, siendo el Staphylococcus aureus sensible a
meticilina el patógeno más frecuente. Existe un incremento de la incidencia de SAMR; los factores
que aumentan el riesgo son los descritos en la AI. En el caso que la OMA esté asociada a material
de osteosíntesis o prótesis articulares, es el Staphylococcus epidermidis el patógeno más frecuen-
temente implicado.
Las enterobacterias suelen verse en OMA postquirúrgicas o postraumáticas, en la de adquisición
hospitalaria y en la forma crónica de la enfermedad. En el caso de la OMA en relación a pie diabé-
tico o herida punzante del pie, debe considerarse Pseudomonas aeruginosa.
Son causas infrecuentes de OMA Brucella spp. (OMA vertebral) y Salmonella spp. (pacientes con
anemia drepanocítica o inmunodepresión severa).
En caso de mordedura considerar como posibles agentes Eikenella corrodens y Pasteurella mul-
tocida.
Se estima que el aislamiento de cepas de bacterias anaerobias pudiera estar infraestimado (por
errores en la manipulación o transporte de las muestras microbiológicas) pero ha de considerarse
su cobertura antibiótica en el tratamiento empírico del pie diabético, úlceras por presión o si el
mecanismo de adquisición fue una mordedura.
La OM tuberculosa es de curso subagudo o crónico y no debe olvidarse en nuestro medio dado el
creciente número de pacientes inmunodeprimidos y los movimientos migratorios de población
procedente de países con alta tasa de tuberculosis. En la enfermedad extrapulmonar por Myco-
bacterium tuberculosis con afectación osteoarticular, la OM vertebral se da en hasta la mitad de
los casos.
Otros agentes como Candida spp. o Mucor spp. se asocian a OMA en pacientes con inmunodepre-
sión severa.
Según su etiopatogenia, la OMA puede clasificarse en:
▶▶ Por contigüidad: suelen ser polimicrobianas y es la forma más frecuente en adultos. Relaciona-
das con traumatismos abiertos o cirugías, y en ancianos con recambio de prótesis articulares o
úlceras por decúbito.
▶▶ Hematógena: suelen ser monomicrobianas, desde un foco infeccioso a distancia. En niños es el
mecanismo de adquisición más frecuente, la infección suele asentar en la metáfisis de fémur y
tibia. En adultos suele verse en UDVP, en pacientes con catéteres, infecciones urinarias bacte-
riémicas o anemia drepanocítica: localizada en vértebras (lumbares, torácicas y cervicales, por
este orden), huesos sacroilíacos y esternoclaviculares (en UDVP) y menos frecuentemente en
diáfisis de huesos largos.
▶▶ Asociadas a insuficiencia vascular: habitualmente polimicrobianas; se dan fundamentalmente
en pacientes diabéticos (en el pie diabético es típica la afectación de huesos pequeños del pie)
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
919
y en pacientes con arteriopatía periférica (ante úlceras vasculares con evolución tórpida debe-
mos sospechar OM subyacente).
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
La presentación clínica es a menudo insidiosa por lo que mantener un alto grado de sospecha es
fundamental. Suele presentarse con mal estado general tumefacción y dolor local dependiendo
del hueso afecto y la fiebre puede estar ausente. En aquellos pacientes que tiene úlceras profun-
das o celulitis de evolución tórpida, ha de descartarse siempre.
4. DIAGNÓSTICO
El diagnóstico es complejo, ya que en las fases iniciales la radiología simple puede no mostrar al-
teraciones, y la extracción de muestras microbiológicas necesarias no siempre son de fácil abor-
daje.
A todo paciente con sospecha de OMA, se solicitará analítica completa con biomarcadores (la
PCR es mejor parámetro de control evolutivo de la enfermedad que la VSG). La radiología simple
puede no aportar información en las dos primeras semanas de enfermedad, de modo que, ante
una elevada sospecha y sin hallazgos en la radiología simple que sean concluyentes, se comple-
tará el estudio con Tomografía computarizada (TC) y/o Resonancia magnética (RM), pruebas más
sensibles y específicas en fases precoces.
Las muestras microbiológicas son esenciales para el ajuste posterior del tratamiento antibiótico
empírico:
▶▶ Hemocultivos: son positivos en aproximadamente la mitad de los casos de origen hematógeno,
y menos frecuentemente en la OM por contigüidad o inoculación directa.
▶▶ Las muestras obtenidas con torundas de heridas o trayectos fistulosos, deben evitarse dado
su alto índice de contaminación por flora habitual cutánea que puede inducir a confusión en la
interpretación de los aislamientos microbiológicos.
▶▶ Las muestras microbiológicas más rentables son las recogidas del absceso cerrado (guiadas
por TC) y la biopsia ósea (abierta preferible a la percutánea).
Al igual que en la AI, es fundamental la detección precoz de la presencia de sepsis.
5. TRATAMIENTO
En términos generales, el abordaje inicial en la OMA aguda será tratamiento antibiótico parenteral
durante 4-6 semanas (tabla 3), así como valoración por traumatología desde la sospecha inicial,
para la toma de muestras mediante biopsia, así como desbridamiento y limpieza quirúrgica de la
zona. Es indicación de cirugía urgente la presencia de abscesos epidurales con déficit neurológi-
co, o bien en el curso de la enfermedad si se desarrollaran otras complicaciones como abscesos,
necesidad de desbridar tejido necrótico, artritis o inestabilidad articular.
Idealmente la biopsia y muestras microbiológicas se deben obtener antes del inicio de la antibio-
terapia. En la OM crónica, si la situación clínica del paciente lo permite, se puede retrasar el inicio
del tratamiento antimicrobiano hasta tener muestras de buena calidad para cultivo y estudio his-
tológico.
6. DESTINO
Todo paciente con OM debe ser ingresado para tratamiento antibiótico y valoración por trauma-
tología.
CAPÍTULO 103
920 INFECCIONES OSTEOARTICULARES
Puntos clave/recuerda
▶▶ La artritis infecciosa (AI) es una emergencia médico-quirúrgica.
▶▶ Habitualmente es monoarticular, monomicrobiana y en grandes articulaciones, siendo la
localización más frecuente la rodilla (50 %), seguido de la cadera (20 %).
▶▶ El agente etiológico más frecuente, en todos los grupos etarios, es el Staphylococcus aureus.
▶▶ Se debe considerar infecciosa toda artritis aguda hasta que se demuestre lo contrario
▶▶ La artritis infecciosa se presenta con dolor, fiebre, aumento de calor local y distintos grados
de limitación funcional.
▶▶ Ante su sospecha se debe realizar una artrocentesis que permite la descompresión de la
articulación y el análisis y cultivo del líquido articular.
▶▶ El tratamiento en una AI es una emergencia médico-quirúrgica que incluye: drenaje precoz
del mayor volumen posible y valorar limpieza artroscópica, antibioterapia empírica guiada
por Gram y características del paciente (tabla 2) inmovilización de la articulación.
▶▶ La osteomielitis se puede diferenciar en aguda (días a semanas) o crónica (si evoluciona en
meses o años).
▶▶ El Staphylococcus aureus es el agente causal más frecuente de ostemielitis aguda. Si la osteo-
mielitis está asociada a material de osteosíntesis o prótesis articulares, es el Staphylococcus
epidermidsi.
▶▶ La presentación clínica es a menudo insidiosa por lo que mantener un alto grado de sospe-
cha es fundamental. Suele presentarse con mal estado general tumefacción y dolor local
dependiendo del hueso afecto. Puede no haber fiebre.
▶▶ En los pacientes que tiene úlceras profundas o celulitis de evolución tórpida, ha de valorarse
siempre.
▶▶ Las muestras microbiológicas son esenciales para el ajuste posterior del tratamiento anti-
biótico empírico.
▶▶ En la OM crónica, si la situación clínica del paciente lo permite, se puede retrasar el inicio
del tratamiento antimicrobiano hasta obtener muestras.
CAPÍTULO 103
922 INFECCIONES OSTEOARTICULARES
ALGORITMO
Dolor y derrame Sospecha de artritis infecciosa:
articular +/- fiebre Emergencia médico-quirúrgica
Artrocentesis
Pruebas complementarias.
SOFA si q SOFA ≥ 2
Claramente Infeccioso o
NO infeccioso indeterminado
Tabla 2 Limpieza/drenaje
quirúrgico
CAPÍTULO 104
INFECCIONES OFTALMOLÓGICAS
Nicolás Alejandre Alba | María Mir Montero
El tratamiento de la fase aguda incluye antivirales (aciclovir 800 mg/5 veces al día, valaciclovir 1
g/8 h, famciclovir 500 mg/8 h) y corticoides (generalmente tópicos) para controlar la inflamación.
Cualquier sospecha de afectación ocular por herpes, debe ser valorada por un oftalmólogo en
las primeras 24 horas. Las secuelas recibirán tratamientos específicos por parte del oftalmólogo.
2. QUERATITIS
2.1. BACTERIANAS
Las bacterias suelen necesitar un daño epitelial previo para infectar la córnea (salvo algunas como
el gonococo), por lo que el uso de lentes de contacto (especialmente de uso nocturno), trauma-
tismos, cuerpos extraños y patologías corneales previas son los principales factores de riesgo.
Cursan con pérdida de visión, dolor e hiperemia. En la exploración veremos una lesión corneal
blanquecina sobre la que habrá un defecto epitelial observable con fluoresceína. El tratamiento
se realiza con antibioterapia tópica y debe de ser monitorizado por un oftalmólogo desde el pri-
mer momento ya que en muchas de ellas es necesario realizar un raspado corneal para cultivo
antes de iniciar el tratamiento. En los portadores de lentes de contacto es fundamental descartar
que se trate de una Acantamoeba, infección rara y de extrema gravedad.
2.2. VÍRICAS
Los virus que tienen mayor capacidad para producir una infección corneal son los de la familia
Herpesviridae. Los dos más frecuentes son: el Virus Herpes Simplex y el Virus Herpes Zóster.
3. CONJUNTIVITIS
El signo clave es la hiperemia de 360º que afecta también a los párpados (se desplazan hacia aba-
jo para explorar la conjuntiva tarsal) acompañada de aumento de secreciones (se refiere funda-
mentalmente al despertarse). La exploración de la cornea con linterna no debe presentar ninguna
opacidad.
El síntoma clave para distinguir una conjuntivitis infecciosa de una alérgica es el picor que acom-
paña siempre a las segundas. Además la secreción es mucho menos intensa y suelen acompañar-
se de un cuadro alérgico.
Para el médico general debe de ser un diagnóstico de exclusión: sin pérdida de agudeza visual, sin
antecedente reciente de traumatismo o cirugía, sin un dolor muy intenso, sin lesiones palpebrales
y con pupilas normales. Se recomienda que sean valorados por un oftalmólogo los portadores de
lentes de contacto.
No es preciso realizar cultivos (solamente los cuadros de larga duración). Existe un test rápido
para detectar antígenos de adenovirus que nos ayudaría a no prescribir antibioterapia.
4. ESCLERITIS
La escleritis es un cuadro de hiperemia localizada o difusa, que no afecta a la conjuntiva tarsal (la
que se ve al bajar el párpado), doloroso, que no blanquea con vasoconstrictores (fenilefrina) ya
que afecta a los vasos profundos. No presenta un aumento de las secreciones. Es potencialmente
muy grave y obliga a descartar enfermedades sistémicas autoinmunes (por lo que la etiología
infecciosa puede tardar en diagnosticarse). En nuestro medio la causa más frecuente son el VHS y
el VHZ, su diagnóstico es complejo si no se presenta con afectación corneal. Las bacterias son la
siguiente causa (la primera en algunas series) especialmente si hay antecedentes de cirugía ocular
(aunque sea remota) siendo Pseudomonas spp el 85 % de los casos, seguida de los cocos gram
positivos. Otras causas como hongos, toxoplasma, tuberculosis o sífilis son menos frecuentes.
Es un cuadro que precisa valoración oftalmológica.
5. ENDOFTALMITIS
Hablamos de endoftalmitis cuando se produce una infección bacteriana o fúngica que afecta al
contenido ocular (clásicamente al vítreo).
Se trata siempre de cuadros extremadamente graves que precisan manejo oftalmológico hospitalario.
Puntos clave/recuerda
▶▶ El tratamiento del orzuelo consiste en aplicación de calor con un masaje suave
▶▶ Conviene diferenciar la celulitis preseptal o palpebral de la posteptal u orbitaria. La primera
se trata de forma ambulatoria. La celulitis orbitaria es más grave y requiere ingreso. Puede
conducir a la ceguera, trombosis del seno cavernoso y/o abscesos cerebrales. Se recono-
ce por dolor a la movilidad de los músculos oculares, oftalmoplegia, proptosis y quemosis
hiperémica. El diagnóstico diferencial se basa en la clínica y se apoya en las pruebas de
imagen (TC de órbita y senos).
▶▶ La dacriocistitis se diferencia en aguda o crónica. En su tratamiento se emplean antibió-
ticos vía oral o tópica. Si existe absceso se debe drenar. Una vez resuelto episodio agudo
debe plantearse la intervención quirúrgica.
▶▶ El herpes oftálmico es una urgencia que requiere antivirales y corticoides para controlar la
inflamación. Ante la sospecha debe ser valorada por un oftalmólogo.
▶▶ Las queratitis bacterianas cursan con pérdida de visión, dolor e hiperemia. El tratamiento
se realiza con antibioterapia tópica y debe de ser monitorizado por un oftalmólogo. La que-
ratitis viral por HVS o VHZ se tratan con antivirales y requiere seguimiento por oftalmología
▶▶ El signo clave de la conjuntivitis es la hiperemia de 360º que afecta también a los párpados y
se acompaña de aumento de secreciones. Se debe distinguir una conjuntivitis infecciosa de
una alérgica (picor, secreción menos intensa y suelen acompañarse de un cuadro alérgico).
▶▶ La conjuntivitis viral no se trata con antibióticos.
▶▶ Las medidas higiénicas para evitar el contagio de conjuntivitis son la parte más importante
del tratamiento.
▶▶ La endoftalmitis es un cuadro grave que precisan manejo oftalmológico hospitalario. Cursa
con disminución marcada de la agudeza visual.
CAPÍTULO 105
INFECCIONES GINECOLÓGICAS
José Sevilla Ros | Silvia Fraga Campo
Las infecciones genitales figuran entre las enfermedades que más frecuentemente hacen perder
años de salud y de vida productiva debido a complicaciones importantes como salpingitis, este-
rilidad, embarazo ectópico y morbilidad perinatal.
VULVOVAGINITIS
La vulvovaginitis es un motivo de consulta muy frecuente en la práctica clínica diaria. Se trata de
una inflamación de la vulva, vagina y tejido endocervical ectópico que puede ocasionar leucorrea,
prurito, disuria o dispareunia.
1. VAGINOSIS BACTERIANA
Es la primera causa de las vaginitis. Se produce por un desequilibrio de la microbiota vaginal,
existiendo una disminución de Lactobacillus y un aumento de Gardnerella vaginalis y otros anae-
robios que forman parte de la flora vaginal. No es una infección de transmisión sexual.
Clínica: suele ser asintomática, en ocasiones se presenta como leucorrea blanquecina-grisácea,
fluida, homogénea y en cantidad moderada. En ocasiones se asocia a prurito vulvo-vaginal, sen-
sación de calor o ardor y dispareunia.
Diagnóstico: deben cumplirse 3 de los 4 criterios de Amsell: leucorrea grisácea, acuosa y homo-
génea, pH vaginal > 4,5, test de aminas positivo (olor a pescado), presencia de células clave o clue
cells al microscopio.
Tratamiento (tabla 1): sólo deben tratarse las vaginosis sintomáticas, las asintomáticas sólo en
caso de gestación (deben tratarse siempre por aumento del riesgo de amnionitis, rotura de mem-
branas, parto pretérmino, etc.) y en caso de mujeres que se sometan a procedimientos invasivos
(biopsia endometrio, histeroscopia, inserción de DIU o histerectomía). No es necesario tratar a la
pareja .
• Metronidazol: por vía oral (500 mg/12 h, 7 días). Evitar la ingesta de alcohol por el efecto antabús (hasta
24 h tras última dosis).
• Clindamicina: crema vaginal al 2 % (una aplicación diaria durante 7 días) o clindamicina oral (300 mg/12
h durante 7 días) o vaginal (óvulos de 100 mg diarios durante 3 días).
• Tinidazol oral (2 g/día por 2 días o 1 g/día por 5 días) evitar alcohol hasta 72 h tras la última dosis.
• Cloruro de decualinio: 1 comprimido de 10 mg por vía vaginal/24 h (6 días).
Excepto el tinidazol, todos son seguros en embarazo y lactancia
CAPÍTULO 105
930 INFECCIONES GINECOLÓGICAS
3. TRICOMONIASIS
La Trichomona vaginalis es un parásito protozoario anaerobio. El 50 % son asintomáticas, motivo
por el cual podríamos infravalorar su incidencia.
Clínica: leucorrea abundante, maloliente, espumosa, amarillo-verdosa e irritación vulvar con pru-
rito intenso a nivel vulvo-vaginal, disuria y dispareunia.
Diagnóstico: Es clínico, se confirma mediante visualización del parásito con su flagelo al micros-
copio y su característico movimiento. El pH vaginal es superior a 5. Puede realizarse tinción Giem-
sa, y cultivos.
Tratamiento: Debe tratarse siempre a la pareja. Se trata con metronidazol 2 g oral monodosis o
metronidazol 500 mg/12 h/7 días o tinidazol 2 g vo monodosis. En gestación y lactancia se debe
usar metronidazol.
URETRITIS Y CERVICITIS
La clínica es variable: flujo vaginal aumentado, dolor en hipogastrio o disuria La etiologia puede ser
gonocócica (Neisseria gonorrheae) o no gonocócica (Clamidia trachomatis, Ureaplasma urealyticum,
Mycoplasma genitalum, y menos frecuente herpes simple 1 y 2, trichomona vaginalis, cándida).
1. GONOCÓCICA
El tratamiento preferible es ceftriaxona 500 mg im (dosis única) + azitromicina 1 g vo (dosis única).
Se acepta: ceftriaxona 250 mg im (dosis única) o cefixima 400 mg vo (dosis única) + azitromicina 1 g vo
(dosis única). Si hay alergia a la penicilina y cefalosporinas: azitromicina 2 g vo (dosis única). Si se
sospecha EIP: ceftriaxona 500 mg im (dosis única) junto con doxiciclina 100 mg/12 h vo y metro-
nidazol 500 mg/12 h vo (ambos 14 días). En gestación y lactancia: ceftriaxona y azitromicina. Se
recomienda descartar otras ITS, tratar a las parejas sexuales de los 60 días previos y realizar un
seguimiento posterior (2 semanas tras finalizar el tratamiento).
2. CHLAMYDIA
Es la infección bacteriana más frecuente en el mundo occidental. Frecuentemente están asinto-
máticas (70-95 %), por lo que puede derivar en infecciones de larga evolución y complicaciones
(EIP, gestación ectópica o esterilidad). Los síntomas: secreción vaginal, cervicitis, coitorragia, do-
lor pélvico, etc. El diagnóstico se basa en las pruebas NAATs (amplificación del ADN o ARN). El
tratamiento: azitromicina 1 g vo (monodosis) o doxiciclina 100 mg/12 h vo (7 días) (no pautar a
gestantes).
Alternativas:
▶▶ eritromicina 500 mg/12 h vo (7 días),
▶▶ levofloxacino 500 mg/24 h vo (7 días) (no pautar en gestantes),
▶▶ ofloxacino 200 mg vía oral /12 h por días (no en gestantes),
▶▶ josamicina 500 mg/8 h vo o 1 g/12 h vo durante 7 días.
CAPÍTULO 105
932 INFECCIONES GINECOLÓGICAS
HERPES GENITAL
Etiología: VHS tipo 2 y en menor frecuencia VHS tipo 1. Los virus permanecen en sus huéspedes
y son responsables de infecciones latentes y de reactivaciones, a menudo asintomáticas. Es la
causa más frecuente de úlcera genital en los países desarrollados.
Clínica: la infección primaria suele ser más intensa que la reactivación de una infección
previa. Aparecen ampollas dolorosas rojizas que progresan a úlceras. Las lesiones se trans-
forman en costra y curan. Hay pródromos con escozor o picor en la zona anogenital, flu-
jo vaginal anómalo, dolor y manifestaciones sistémicas (fiebre, malestar general, cefalea,
mialgia) entre 2 y 24 horas antes de la aparición de las lesiones. Son frecuentes la uretritis
y la linfadenopatía inguinal dolorosa. El periodo de incubación es de 4 días (2-12 días). En
la infección no primaria los síntomas locales y sistémicos son menos graves y se resuelven
con mayor rapidez que en la primaria. La duración media de excreción viral es de 12 días
en la enfermedad primaria y de 7 días en la no primaria. En el herpes genital recurrente las
manifestaciones cutáneas suelen aparecer en la misma zona de la infección inicial, con una
extensión menor, a menudo unilateral. Puede incluso no producirse lesiones. Los síntomas
sistémicos son poco frecuentes y de menor gravedad. Los días de excreción viral durante la
recurrencia son menores.
Diagnóstico: se basa en la clínica. Puede confirmarse con el cultivo de virus, el aislamiento viral
y tipificación de muestras, tomando material de la vesícula o un raspado sobre el fondo de la
úlcera.
Tratamiento (tabla 3): El objetivo es aliviar los síntomas, disminuir las recurrencias y disminuir
la capacidad de transmisión. El tratamiento no influye en la frecuencia de recurrencias posterio-
res. Se aconseja la revisión de los compañeros sexuales y si son sintomáticos deben ser tratados
como la pareja.
Gestación El riesgo de transmisión neonatal es de 30-50 %, si el contagio es próximo al parto. Se
indica la terapia supresora (especialmente si presenta VHS recurrente) desde la semana 36 para
minimizar el riesgo de transmisión vertical y no tener que realizar un parto mediante cesárea. El
tratamiento es con aciclovir 400 mg/8 h o valaciclovir 500 mg/12 h.
Primoinfección Recurrencias
1. Aciclovir 400 mg/8 h (10 días) o 200 mg /5 veces 1. A
ciclovir 200 mg/5 veces/día o 400 mg/8 h o 800
al día (10 días) mg/12 h (5 días)
2. Valaciclovir 1 g/12 h (10 días) 2. Valaciclovir 500 mg/12 h 3 días o 1 g/24 h 5 días
3. Famciclovir 250 mg/8 h (7-10 días 3. Famciclovir 125 mg/12 h 5 días o 1 g/12 h 1 día
Terapia de supresión: si hay más de 6 episodios/año, afectación calidad de vida, necesidad de disminuir
el riesgo de transmisión (gestantes):
1. Aciclovir 400 mg/12 h 6-12 m
2. Valaciclovir 500 mg/24 h 4-6 m
3. Famciclovir 250 mg/12 h 4-6 m
Enfermedad grave: Aciclovir iv 5-10 mg/kg/8 h, 2-7 días o hasta mejoría clínica y posteriormente
tratamiento oral 7 días.
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
933
VERRUGAS GENITALES
Son producidas por el virus del papiloma (VPH genotipos 6 y 11). Adquirido por transmisión se-
xual, también está descrita la transmisión por fómites y perinatal.
Clínica: verrugas únicas o múltiples, aparecen entre 5-15 lesiones de 1-10 mm, o em grandes pla-
cas. Pueden aparacer en cualquier lugar del tracto: labios menores, mayores, vestíbulo, introito,
clítoris, meato uretral, periné, ano, vagina y ectocérvix. Es más frecuente en pacientes inmunosu-
primidos y diabéticos.
Diagnóstico: clínico. No está indicada la biopsia salvo resistencia al tratamiento, niñas, o inmu-
nosuprimidas.
Tratamiento: podofilotoxina tópica (crema al 0,15 % o solución al 0,5 %), cada 12 h por 3 días; se
descansa 4 días y si no han desaparecido, se repite el tratamiento hasta 4 ciclos. Imiquimod (crema
al %) al acostarse, 3 veces por semana (máximo 16 semanas). Sinecatequinas (pomada 10 %) 3 veces
al día (máximo 16 semanas).
tracto genital inferior que precede al cuadro clínico puede pasar inadvertida o causar sólo ligeras
molestias genitourinarias (la cervicitis suele ser asintomática) o producir leucorrea. El dolor ab-
dominal (en hipogastrio o con extensión bilateral a ambas fosas ilíacas) es de intensidad variable
(desde ausente en la EIP silente a muy intenso en cuadros con un componente peritoneal im-
portante); instauración subaguda y persistente. La leucorrea; en el 50 % de los casos a menudo
precede a la clínica de EIP aguda. La fiebre está en el 50 % de casos (a menudo en forma de febrí-
cula que se incrementa conforme pasa el tiempo), a veces después de un coito o una exploración
ginecológica, siendo más frecuente en las formas graves. El sangrado irregular: (intermenstrual,
post-coital) se presenta con mayor frecuencia en infección por Chlamydias. Otros: dispareunia,
síntomas urinarios, náuseas, vómitos, diarrea, etc. Es posible la ausencia de síntomas.
Se debe descartar una EIP cuando una mujer sexualmente activa presenta dolor pélvico
acompañado de fiebre y leucorrea. La gravedad de las secuelas de la EPI justifica que esté
sobrediagnosticada y tratada precozmente, especialmente en mujeres nulíparas.
den palpar engrosados, fijos y muy sensibles a la presión. La ecografía transvaginal es útil para el
diagnóstico diferencial de las masas pélvicas (absceso tubo-ovárico, embarazo ectópico, quistes
de ovario etc.) y para valorar la existencia de líquido libre. En los casos de EIP leve la ecografía
suele ser normal y en estadios más avanzados se pueden observar engrosamientos anexiales,
dilataciones tubáricas, exudado peritoneal y abscesos pélvicos con una seguridad diagnóstica
del 95 % (aunque para algunos autores estos hallazgos no son específicos). La analítica muestra
leucocitosis (superior a 10.000/mm3) en más del 50 % de casos, aumento de la VSG y de la PCR
en más del 70 % de los pacientes. El aumento de la PCR puede sernos de utilidad para valorar el
grado de severidad. En el frotis vaginal la presencia de leucocitos no tiene valor diagnóstico pero
su ausencia es un dato importante: un frotis vaginal con flora normal nos excluye con alta proba-
bilidad un cuadro de EIP de inicio reciente. Realizar hemocultivos en caso de sospecha de sepsis.
La laparoscopia es el método más fiable para el diagnóstico (permite una visión directa y la toma
de cultivos). Se realizará en casos de diagnóstico dudoso o fracaso del tratamiento médico.
Tratamiento (tabla 5): ante la sospecha de EIP se debe instaurar tratamiento antimicrobiano
empírico, debe tener en cuenta la etiología polimicrobiana de la enfermedad con implicación de
Neisseria gonorrhoeae, Chlamydia trachomatis, cocos gram positivos, bacilos gram negativos y
gérmenes anerobios. Debe realizarse precozmente, para prevenir las secuelas que pueden pro-
ducirse incluso en casos de infección leve.
DIU y EIP: El riesgo de desarrollar una EIP está fundamentalmente relacionado con el proceso
de inserción. El riesgo es 6 veces mayor en los 20 primeros días de la inserción, posteriormente,
el riesgo es similar al de las no usuarias. No es necesario retirar el DIU si la paciente desea conti-
nuar con este. Si la paciente no desea conservar el DIU, retirarlo después de haber comenzado el
CAPÍTULO 105
936 INFECCIONES GINECOLÓGICAS
Requieren ingreso hospitalario las pacientes con EIP en estadio II, III y IV
Las pacientes en estadio cuando concurra alguna de las siguientes circunstancias:
• Falta de respuesta a la antibioterapia después de 48 h o sospecha de incumplimiento.
• Temperatura > 38º C o sintomatología importante, náuseas y/o vómitos.
• Diagnóstico incierto.
• Riesgo quirúrgico.
• Valorar en embarazo.
• Signos de reacción peritoneal alta. Sospecha de piosalpinx, absceso ovárico o tubo-ovárico.
• Prepúber o adolescente.
• Gran interés en mantener la fertilidad.
• Pacientes inmunodeprimidas (infección por VIH avanzada, u otras causas).
Todas las pacientes deben ser controladas cuando los cultivos estén disponibles, para observar
la evolución clínica. Las pacientes asintomáticas que han dado positivo a Chlamydia o gonococo,
deben ser reevaluadas a los 3 meses con un nuevo cultivo. Si vuelve a ser positivo al gonococo y
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
937
Puntos clave/recuerda
▶▶ La vulvovaginitis es un motivo de consulta muy frecuente en la práctica clínica diaria. Se
trata de una inflamación de la vulva, vagina y tejido endocervical ectópico que puede oca-
sionar leucorrea, prurito, disuria o dispareunia.
▶▶ La vaginosis bascteriana es la primera causa de las vaginitis. Sólo deben tratarse las vagi-
nosis sintomáticas, las asintomáticas sólo en caso de gestación o mujeres que se sometan
a procedimientos invasivos
▶▶ La vulvovaginitis candidiasica también es una entidad frecuente dónde sólo se debe tratar
las vulvovaginitis sintomáticas
▶▶ Las uretritis y cervicitis se diferencian en gonocócica o no gonocócica. El tratamiento pre-
ferible en la gonocócica: ceftriaxona 500 mg im (dosis única) + azitromicina 1 g vo (dosis
única). La infección por Chlamydia frecuentemente es asintomática y puede derivar en in-
fecciones de larga evolución y complicaciones (EIP, gestación ectópica o esterilidad). El tra-
tamiento es azitromicina 1 g vo. Se recomienda la revisión a las parejas.
▶▶ El herpes genital esta causado por VHS tipo 2 y en menor frecuencia VHS tipo 1, pueden
causar una infección primaria (más intensa) o permanecer latentes y causar reactivaciones.
Su diagnóstico es clínico. Se recomienda la revisión a las parejas.
▶▶ En las verrugas genitales no está indicada la biopsia salvo resistencia al tratamiento, em
niñas e inmunosuprimidas. El tratamiento es tópico.
▶▶ La EIP es la inflamación e infección del tracto genital superior de la mujer que afecta a trom-
pas, ovarios y estructuras adyacentes. Causa gran morbilidad y como última consecuencia
una alta tasa de infertilidad.
▶▶ La clínica más frecuente es dolor pélvico y escasa afectación del estado general. Sólo un
pequeño porcentaje presentan formas pelviperitoníticas graves. El diagnóstico es difícil y
requiere una alta sospecha clínica. Existen diversidad de criterios diagnósticos, en el capí-
tulo se recogen los de la CDC.
▶▶ Se debe descartar una EIP cuando una mujer sexualmente activa presenta dolor pélvico
acompañado de fiebre y leucorrea. La gravedad de las secuelas de la EPI justifica que se
pueda sobrediagnosticar, especialmente en mujeres nulíparas. Ante la sospecha de EIP se
debe instaurar tratamiento antimicrobiano empírico para prevenir las secuelas, incluso en
casos de infección leve.
CAPÍTULO 106
ENFERMEDADES DE TRANSMISIÓN SEXUAL
Bárbara Otero Perpiñá | Jesús Garrido Dorronsoro
1. DEFINICIÓN
Son un grupo de procesos de etiología variada cuya vía de transmisión es la sexual. Aunque la
mayoría son procesos infecciosos se incluyen también neoplasias y procesos inmunológicos.
Las infecciones de transmisión sexual (ITS) comprenden una serie de patologías, de etiología in-
fecciosa diversa, en las que la transmisión sexual es relevante desde el punto de vista epidemio-
lógico, aunque en ocasiones pueden existir otros mecanismos de contagio, como la transmisión
perinatal o la vía parenteral.
Pueden ser causadas por bacterias, virus o parásitos, y es importante tener en cuenta que es fre-
cuente la coexistencia de más de un agente patógeno (coinfecciones), pudiendo ser asintomáticas
Existen más de 30 microorganismos que se transmiten por contacto sexual, entre ellas las más
prevalentes son la sífilis, gonorrea, clamidiasis y tricomoniasis, hepatitis B, virus del herpes simple
(VHS), VIH y virus del papiloma humano (VPH)
En determinados casos se deben realizar otros exámenes complementarios como una explora-
ción ginecológica para la obtención de una muestra cervical con objeto de detectar N. gonorr-
hoeae y Chlamydia Trachomatis y citología para detección del virus del papiloma humano, o la
llamada triple toma que consiste en un exudado uretral, faríngeo si hay sexo oral, y anal si hay
sexo anal, para cultivo de N. gonorrhoeae y PCR de Chlamydia Trachomatis.
Las muestras deben transportarse sin demora y almacenarlas en las condiciones de temperatura
adecuadas a cada caso para evitar falsos positivos.
Sin embargo, tanto el diagnóstico clínico como el etiológico tienen inconvenientes. En el clínico,
la existencia de coinfección por más de un patógeno o presentaciones atípicas pueden hacer que
el tratamiento sea inadecuado. En el caso del etiológico se requiere el apoyo de un servicio de
laboratorio especializado en ello (que no siempre está disponible), además la demora en obtener
el resultado podría retrasar el inicio del tratamiento, favoreciendo su incumplimiento y que los
individuos infectados continúen transmitiendo
Por ello la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un enfoque sindrómico, frente al
enfoque puramente clínico o etiológico, ya que es muy sensible, no omite las infecciones mixtas,
y permite tratar al paciente en la primera visita.
Los síntomas y signos de los principales síndromes de ITS y sus causas se exponen a continuación (Tabla 1)
Los síndromes son relativamente fáciles de identificar y es posible crear un diagrama de flujo para
cada uno de ellos, con los pasos a seguir en el proceso de toma de decisiones, aconsejándose un
tratamiento de los agentes causales más importantes y frecuentes (algoritmos 1-5)
CAPÍTULO 106
940 ENFERMEDADES DE TRANSMISIÓN SEXUAL
3. TRATAMIENTO
El tratamiento de las uretritis, cervicitis y epididimitis se deberá hacer en todos los casos, inde-
pendientemente de haberse realizado o no estudio etiológico.
Se aconseja en el tratamiento empírico o si se constata la infección gonocócica ceftriaxona 500
mg im (dosis única) + azitromicina 1 g vo (dosis única). Si la infección es no gonocógica podría
tratarse sólo con azitromicina 1g en dosis única o doxiciclina 100 mg/12 h por 7 días vía oral (si se
sospecha Trichomonas vaginalis asociar metronidazol 2 g vía oral en dosis única).
En las vaginosis se aconseja metronidazol vía oral (500 mg/12 h por 7 días), clindamicina en crema
vaginal al 2 % (una aplicación diaria durante 7 días) o clindamicina oral (300 mg cada 12 h durante
7 días) o vaginal (óvulos de 100 mg diarios durante 3 días), tinidazol oral (2 g/día por 2 días o 1 g/día
por 5 días) o cloruro de decualinio (1 comprimido de 10 mg por vía vaginal/24 h por 6 días)
En el caso de las úlceras genitales el tratamiento sería más dirigido a la sífilis si se confirmara esta
o antivirales para cubrir herpes.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Los pacientes con infecciones de transmisión sexual pueden consultar, bien por haber
estado expuestos a una situación de riesgo para adquirir una ITS, estando asintomáticos,
o por presentar síntomas.
▶▶ Es importante realizar una anamnesis detallada y beneficioso intentar crear un ambiente
de confianza, relajado. La exploración física también deber ser completa y exhaustiva con
evaluación de toda la superficie cutánea, mucosa y la búsqueda de adenopatías.
▶▶ Se recomienda un enfoque sindrómico, frente al enfoque puramente clínico o etiológico,
ya que es muy sensible, no omite las infecciones mixtas, y permite tratar al paciente en la
primera visita.
▶▶ Ante la sospecha el tratamiento se deberá realizar, independientemente de haberse reali-
zado o no estudio etiológico.
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
941
ALGORITMO 1
Exudado uretral
Anamnesis y examinar
exudado uretral
Exudado confirmado
SÍ NO
¿Alguna otra
-T RATAMIENTO para gonorrea y
enfermedad genital?
clamidiasis:
Azitromicina 1 g vía oral (vo)
dosis única + ceftriaxona 250 mg SÍ NO
intramuscular (im).
Alternativa: Utilizar diagrama - Educación sexual.
cefixima 400 mg vo dosis única de flujo - Ofrecer
o ciprofloxacino 500 mg vo dosis correspondiente asesoramiento y
única + doxiciclina 100 mg/12 h serologías VIH, VHA,
7 días VHB, VHC, sífilis.
- EDUCACIÓN SEXUAL - Tratamiento a la
- OFRECER asesoramiento y pareja
serologías VIH, VHA, VHB. VHC,
sífilis.
-TRATAMIENTO PAREJA
CAPÍTULO 106
942 ENFERMEDADES DE TRANSMISIÓN SEXUAL
ALGORITMO 2
Secreción vaginal,
prurito vulvar
- Educación sexual.
Anamnesis y exploración NO NO - Ofrecer asesoramiento y
física con flujo vaginal ¿Alguna otra
serologías VIH, VHA, VHB.
anormal enfermedad genital?
VHC, sífilis.
- Tratamiento a la pareja
SÍ SÍ
ALGORITMO 3
Úlcera genital
Anamnesis y exploración
física
SÍ NO
ALGORITMO 4
Adenopatía inguinal
Anamnesis y exploración
física
¿Presenta adenopatías
inguinales y/o femorales?
SÍ NO
SÍ NO
ALGORITMO 5
Tumefacción escrotal
Anamnesis y exploración
física
¿Tumefacción/dolor
confirmado?
SÍ NO
No ITS: cefalosporina
de 3º iv (ceftriaxona
o cefotaxima) o
ciprofloxacino 500
mg/12 h o levofloxacino
500 mg/24 h vía oral, o
cotrimoxazol 160/800
mg/12 h vía oral
CAPÍTULO 107
FIEBRE EN EL VIAJERO E INFECCIONES
EN LA GLOBALIZACIÓN
José Luis Fraile González | Jesús Garrido Dorronsoro
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
En los últimos años se vive un aumento de los viajes internacionales y debido a ello un auge del
número de casos patología tropical importada. La fiebre es, tras la diarrea, uno de los motivos de
consulta más frecuentes al retorno y motivo de frecuentación del Servicio de Urgencias.
No existe una definición consensuada de fiebre del viajero, pudiendo ser la que ocurre durante el
viaje hasta, en la mayoría de los casos, en las dos semanas tras el regreso. Conviene tener en con-
sideración que determinadas patologías tienen un periodo de incubación que puede extenderse
de estas dos semanas.
Las causas de fiebre en el viajero son numerosas. La metodología basada en restringir las posibi-
lidades diagnósticas en función de la clínica, el período de incubación y la zona visitada, permite
acotar la mayoría de los casos.
Son aquellos en los que se da alguna de estas situaciones:
▶▶ Una enfermedad se disemina a una nueva área geográfica debido a la globalización o el calen-
tamiento global, como puede ser el West Nile o el Virus Crimea-Congo, o incluso reaparecer en
una zona donde había desaparecido.
▶▶ Un microorganismo que cambia de comportamiento infectando reservorios que antes no lo
hacía, como puede ser el virus de la gripa aviar.
▶▶ Finalmente, el último caso, es la aparición de nuevos virus desconocidos como el caso del SARS
en 2005.
Debemos reconocer en Urgencias las enfermedades con elevada morbi-mortalidad (malaria, fie-
bre tifoidea, fiebre hemorrágica) así como las que representan un peligro para la salud pública
(fiebre hemorrágica, síndrome respiratorio agudo grave, tuberculosis).
2. EVALUACIÓN INICIAL
Es primordial a la hora de evaluar la fiebre en un paciente viajero una buena anamnesis y explo-
ración física. Hay que tener en cuenta dos principios: toda fiebre en un viajero es malaria hasta
que se demuestre lo contrario, pero es más frecuente que se trate de una patología no “exótica”
o importada.
Siempre se debe considerar en el diagnóstico diferencial las infecciones comunes (neumonías,
infecciones urinarias…) y las causas no infecciosas (tromboembolismo pulmonar, neoplasia…).
Puede ser complicado llegar a un diagnostico definitivo en urgencias, pero sí que se debe iden-
tificar gravedad y realizar un diagnostico diferencial. Si se excluye la fiebre autolimitada sin diag-
nóstico que representa casi el 25 % de los pacientes, hay seis entidades que copan la mayoría de
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
947
los diagnósticos: malaria, infección respiratoria, gastroenteritis, dengue, hepatitis vírica y fiebre
tifoidea.
Con los datos de la anamnesis y exploración determinaremos el síndrome y el período de incuba-
ción, que nos servirán para establecer un diagnóstico diferencial.
EXPOSICIÓN INFECCIÓN
Picaduras Malaria, arboviriasis (Dengue, Zika, Chinkugunya), Fiebre amarilla
1. Mosquitos Ricketsiosis, tularemia, encefalitis, Fiebre Q, borreliosis, fiebre
2. Garrapatas hemorrágica Crimea-Congo
3. Moscas Tripaniosomiasis africana, Oncocercosis, Leishmaniosis
4. Pulgas Peste
5. Chinches Enfermedad de Chagas
Agua sin tratar Hepatitis A/E, salmonelosis, shigella, giardiasis, cólera
Lácteos sin pasteurizar Brucelosis, TBC, listeriosis, fiebre tifoidea
Alimentos poco cocinados Enterobacterias, ascaris, trichinosis, tenia, amebiasis, toxoplasmosis,
hepatitis
Contacto piel con agua Leptospirosis, esquistosomiasis
Contacto piel con suelo/arena Leptospiosis, larva cutánea migrans, strongyloidiasis
Contacto sexual VIH, Hepatitis B/C, ETS
Contacto con animales Brucelosis, Fiebre Q, tularemia, rabia, peste, antrax
Contacto personas enfermas Fiebres hemorrágicas virales (Ébola, Lassa, Marburg), TBC,
meningococemia
CAPÍTULO 107
948 FIEBRE EN EL VIAJERO E INFECCIONES EN LA GLOBALIZACIÓN
3. TRATAMIENTO Y MANEJO
Lo primero es establecer la presencia de signos de gravedad clínicos como insuficiencia respirato-
ria, hipotensión, signos hemorrágicos, signos de sepsis o shock. Estas condiciones serían criterios
para realizar un tratamiento empírico, sobre todo para tratar una posible malaria o leptospirosis.
A continuación, se valorará la necesidad de aislamiento, se debe instaurar a pacientes con signos
hemorrágicos que han llegado en los últimos 21 días de zonas en las que se han notificado casos de
fiebre hemorrágica viral en los últimos 5 años. También a pacientes en contacto con líquidos corpo-
rales de enfermos con fiebre hemorrágica viral, aunque no tengan manifestaciones hemorrágicas.
En la mayoría de los casos, el paciente podrá ser dado de alta con tratamiento específico o sim-
plemente sintomático, a la espera de los resultados de las pruebas complementarias, siendo re-
visado en consultas.
CAPÍTULO 107
950 FIEBRE EN EL VIAJERO E INFECCIONES EN LA GLOBALIZACIÓN
▶▶ Fiebre tifoidea
• Ciprofloxacino 500 mg/12 h o levofloxacino 500 mg/24 h durante 10 días.
• Ceftriaxona 2 g/24 h iv o Cefixima 400 mg/24 h vo x 10-14 días.
▶▶ Ricketsiosis/Enfermedad de Lyme
• Doxiciclina 100 mg/12 h durante 7 días (Lyme 14 días).
▶▶ Leptospirosis
• Cefalosporinas de 3ª generación durante 7 días.
• Doxiciclina 100 mg/12 h durante 7 días.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Debemos reconocer en urgencias las enfermedades con elevada morbi-mortalidad (ma-
laria, fiebre tifoidea, fiebre hemorrágica) así como las que representan un peligro para la
salud pública (fiebre hemorrágica, síndrome respiratorio agudo grave, tuberculosis)
▶▶ La fiebre es, tras la diarrea, uno de los motivos de consulta más frecuentes al retorno y
motivo de frecuentación del Servicio de Urgencias.
▶▶ Toda fiebre en un viajero es malaria hasta que se demuestre lo contrario, pero es más
frecuente que se trate de una patología no “exótica” o importada.
▶▶ Puede ser complicado llegar a un diagnostico definitivo en urgencias, pero sí que se debe
identificar gravedad y realizar un diagnostico diferencial. Hay seis entidades que copan
la mayoría de los diagnósticos: malaria, infección respiratoria, gastroenteritis, dengue,
hepatitis vírica y fiebre tifoidea.
▶▶ Lo primero es establecer la presencia de signos de gravedad clínicos como insuficiencia
respiratoria, hipotensión, signos hemorrágicos, signos de sepsis o shock. A continuación,
se valorará la necesidad de aislamiento. Con la clínica, exploración, epidemiología (zona
visitada), periodo de incubación y pruebas complementarias de urgencias se puede reali-
zar un enfoque diagnóstico inicial e indicar un tratamiento específico de urgencia, ambu-
latorio o pendiente de las pruebas complementarias.
CAPÍTULO 107
952 FIEBRE EN EL VIAJERO E INFECCIONES EN LA GLOBALIZACIÓN
ALGORITMO
Evaluación inicial
- Signos de gravedad
- Necesidad aislamiento
Epidemiología
Clínica y exploración Tiempo incubación
(Origen, exposición…)
Diagnóstico sospecha
Pruebas
complementarias
Valorar necesidad
tratamiento empírico
mentos en los costes junto con la observación de que hay pacientes de bajo riesgo donde la morbi-
mortalidad es mínima, ha estimulado la evaluación de nuevas estrategias que acorten la duración o
eliminen la hospitalización en pacientes con neutropenia febril. Las nuevas modalidades terapéuticas
son el tratamiento antibiótico oral, el alta hospitalaria precoz o la atención en régimen de hospital de
día o en régimen de hospitalización domiciliaria. Así, varios autores han intentado definir con mayor
precisión estos riesgos y tras identificar los factores de morbimortalidad en estos pacientes han desa-
rrollado modelos de predicción del riesgo. Los más relevantes han sido el modelo de Talcott (tabla 1) y
el sistema de puntuación de la Multinational Association of Supportive Care in Cancer (MASCC) (tabla
2). El modelo predictivo MASCC es el método más seguro para identificar a los pacientes neutropéni-
cos febriles que tienen menos riesgo de evolucionar desfavorablemente. Atendiendo a estos factores
de bajo riesgo, los pacientes con índice score de MASCC > 20, con un tumor sensible a quimioterapia
en situación de remisión, sin enfermedades asociadas, estables clínicamente, con radiografía de tórax
normal, y con función renal y hepática conservada, con fiebre que se inicia en casa, son pacientes con
neutropenia febril de bajo riesgo (anexo 1. Hoja de recomendaciones).
CARACTERÍSTICA* PESO
Severidad de la enfermedad clínica.**
• Síntomas leves. 5
• Síntomas moderados. 3
No hipotensión 5
No EPOC 4
Neoplasia sólida o neoplasia hematológica sin infección fúngica previa 4
No deshidratación ni necesidad de fluidos intravenosos 3
Régimen ambulatorio 3
Edad menor de 60 años 2
*Puntuación ≥ 21. Riesgo < 5 % de complicaciones.
**Valores no acumulativos.
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
955
Anexo 1. Hoja de recomendaciones para el paciente con neutropenia febril de bajo riesgo
• Hemos estudiado los síntomas que usted padece y realizado las exploraciones oportunas, encontrando
que está usted en situación de neutropenia febril de bajo riesgo.
• Valorados los criterios de ingreso usted puede ser tratado en domicilio, cumple con los mismos, por lo
que se le envía bajo la vigilancia del Servicio de Oncología de nuestro hospital. Debe ir con el informe de
urgencias al mismo para citarse en el plazo de 24-48 horas.
• En urgencias se ha iniciado el tratamiento antibiótico por vía intravenosa y se le ha prescrito un
tratamiento oral que debe seguir según las pautas indicadas, con el fin de impedir el desarrollo o el
empeoramiento de las infecciones a las que está expuesto por la situación de neutropenia.
• Debe permanecer en casa, evitando el contacto con personas que sufran un proceso infeccioso: cuadro
catarral, gripe, neumonía, varicela, etc.
• Si hay un empeoramiento del estado general, no tolerancia al tratamiento antibiótico oral o aparece
una nueva sintomatología clínica debe ponerse en contacto con el Servicio de Oncología-Hematología
de nuestro hospital. En caso de no contactar acudirá de nuevo al Servicio de Urgencias. No dude en
consultarnos cualquier duda.
5.2.1. Pacientes de bajo riesgo. Si cumple criterios de bajo riesgo tras recoger las muestras mi-
crobiológicas (hemocultivos y urocultivo) iniciaremos la primera dosis por vía intravenosa u oral
en Urgencias y mantendremos en observación al menos 12 horas. Posteriormente si se mantiene
estable y no cumple criterios de ingreso hospitalario recomendaremos la pauta de ciprofloxacino
750 mg/12 horas oral + amoxicilina-clavulánico 875 mg/8 horas oral dado que es con la que mas
evidencia hay de tratamiento por vía oral. Reseñar que esta pauta solo debe administrase tras
comprobar la no alergia a betalactámicos. También se puede utilizar moxifloxacino oral 400 mg
al día en monoterapia, con menos evidencia clínica. La duración del tratamiento antibiótico será
de 7 días tras comprobar que el paciente está afebril y tiene recuperada la neutropenia (al menos
2 determinaciones). Los pacientes alérgicos a betalactámicos y/o aquellos que hayan recibido
profilaxis previa con quinolonas o tienen riesgo de bacilos gramnegativos multirresistentes (co-
lonización previa) deben ingresar. Tras el alta la monitorización debe ser estrecha (diaria en las
primeras 72 horas). Se considerará el ingreso si el paciente persiste con fiebre tras 3 días, esta
reaparece, los cultivos son positivos, hay deterioro clínico y/o el paciente presenta intolerancia
oral. En pacientes de bajo riesgo que ingresen por motivos no clínicos se puede plantear el paso a
tratamiento por vía oral (con la pauta recomendada) desde el inicio del ingreso.
5.2.2. Pacientes con neutropenia febril sin criterios de bajo riesgo. La pauta antibiótica
de inicio en el paciente con criterios de ingreso y neutropenia febril depende de la existencia de
riesgos añadidos o no.
En el paciente neutropénico con fiebre sin ningún factor de riesgo añadido las pautas antibióticas
de inicio serán:
▶▶ Piperacilina/tazobactam (4-0,5 g/6 h iv)
▶▶ Meropenen (1 g/8 h iv) o imipenem/cilastatina (500 mg/6 h iv).
▶▶ Cefepime (2 g/8 h iv). En un metaanálisis de ensayos se asoció a aumento de la mortalidad en
comparación con los anteriores, aunque la FDA lo sigue considerando de primera elección.
▶▶ Ceftazidima (2 g/8 h iv). Utilidad más limitada por carecer de actividad frente a cocos gram po-
sitivos y bacilos gram negativos AmpC. Hay menor evidencia clínica que nos las otras opciones.
▶▶ No se recomienda la combinación rutinaria de aminoglucosidos, aunque puede ser válida en
pacientes en shock y/o con riesgo de resistencias.
5.2.3. En los pacientes con factor de riesgo añadido elegiremos las siguientes pautas:
a. Paciente neutropénico (< 500) con fiebre ≥ 38ºC con factores de riesgo para infección por anae-
robios (mucositis severa, patología perineal). Asegurar una buena cobertura antibacteriana
frente a anaerobios y enterococo.
• Piperacilina/tazobactam (4-0,5 g/8 h iv).
• Imipenem 500 mg/6 h iv o Meropenem 1 g/8 h iv.
• No Cefepime ni Ceftazidima.
En caso de mucositis oral severa o síntomas esofágicos. Considerar añadir fluconazol para Candida
spp y/o aciclovir para cobertura de virus herpes simple.
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
957
b. P
aciente neutropénico (< 500) con fiebre ≥ 38ºC con factores de riesgo para infección por Sta-
phylococcus spp. (Portador de catéter central con signos inflamatorios o infección de partes
blandas):
• Las pautas previamente recomendadas + vancomicina 15-20 mg/kg/12 h o daptomicina 6-10
mg/kg de peso o linezolid 600 mg/12 h. El uso de linezolid y daptomicina deberían limitarse a
situaciones específicas que incluyan infección causada por microorganismo resistente a van-
comicina (enterococo resistente a vancomicina) o para pacientes en los que la vancomicina es
peor opción (endocarditis y/o bacteriemia complicada por SAMR y neumonía por SAMR).
• Si el paciente es portador de catéter central permanente y no hay criterios de retirada urgente
(inestabilidad hemodinámica, shock séptico y/o infección de punto de entrada con supuración,
tromboflebitis supurada, endocarditis infecciosa, embolismo a distancia o bacteriemia persis-
tente) se sellará el catéter con dosis de vancomicina y amikacina (disolver 500 mg de amikacina
y 500 mg de vancomicina en 50 cc de fisiológico 0,9 %) (solución de 10 mg/ml). De esta solución
preparada en servicio de farmacia en condiciones de asepsia poner 10 ml en cada una de las
luces del catéter y no utilizar éste. Recambiar la solución cada 12-24 horas en la luz del catéter.
c. Paciente con sepsis, shock séptico o distress respiratorio:
• (Imipenem 500 mg/6 h o meropenem 1 g/8 h iv) + amikacina 30 mg/kg/24 h iv. + (vancomicina
15-20 mg/kk/12 h o daptomicina 6-10 mg/kg/24 h o linezolid 600 mg/12 h iv).
• Colistina con dosis de carga (9 MU iv) seguidos de 4,5 MU/12 h (brote hospitalario y/o coloniza-
ción por gérmenes productores de carbapenemasas) +/- tigecilcina (100 mg iv seguidos de 50
mg/12 h).
d. Paciente neutropénico (< 500) con fiebre ≥ 38ºC y dolor abdominal o diarrea. Si riesgo de C.
difficile.
• Añadir vancomicina oral (250-500 mg/6 h) o metronidazol oral (500 mg/8 h).
e. Paciente con RIESGO de microorganismos multirresistentes (antecedentes de infección previa
documentada por estos microorganismos, brotes hospitalarios).
• Riesgo de SAMR (S. aureus meticilin resistente). Añadir vancomina o daptomicina o linezolid.
• Riesgo de BLEE (Bacilo gramnegativo productor de betalactamasas). Cobertura inicial con car-
bapenemas (Imipenem o meropenem).
• Riesgo de bacilos productores de carbapenemasa. Añadir tratamiento empírico con colistina:
9 MU en bolo y posteriormente 4,5 MU/12 h y tigeciclina (100 mg /iv seguidos de 50 mg/12 h).
• En caso de brote por Pseudomonas resistente a bectalactámicos: considerar: Ceftolozano/ta-
zobactam 3 g/8 h iv con tigeciclina (100 mg /iv seguidos de 50 mg/12 h).
f. En pacientes alérgicos a betalactámicos:
• Amikacina 20-30 kg/24 h+ tigeciclina 100 mg iv seguido de 50 mg/12 h +/- (vancomicina 15-20
mg/kg/12 h o daptomicina 6-10 mg/kg/24 h o linezolid 600 mg/12 h iv).
En estos casos dada la gravedad de la situación se debes solicitar de forma urgente valo-
ración por Servicio de alergia para desensibilización a betalactámicos, preferentemente
meropenem.
CAPÍTULO 108
958 INFECCIÓN EN EL PACIENTE NEUTROPÉNICO
Puntos clave/recuerda
▶▶ Se define neutropenia la cifra de neutrófilos inferior a 500/μL o una cifra < 1000/μL si se pre-
vé una caída a < 500/μL en las 48 horas siguientes a la evaluación. Los pacientes no suelen
presentar síntomas o signos de inflamación y la fiebre es, casi siempre la única manifesta-
ción clínica de la infección.
▶▶ En la anamnesis es importante recoger situación de la neoplasia, episodios previos de neu-
tropenia febril y documentación microbiológica, última dosis de quimioterapia. Se evaluará
la comorbilidad y se buscará el posible foco de la fiebre (incluyendo examen del fondo de
ojo, mucosa oral, lesiones cutáneas y región perianal). Es importante reseñar el estado clí-
nico del paciente y el compromiso hemodinámico y respiratorio (toma completa de cons-
tantes).
▶▶ El modelo predictivo MASCC es el método más seguro para identificar a los pacientes neu-
tropénicos febriles que tienen menos riesgo de evolucionar desfavorablemente.
▶▶ Los pacientes con índice score de MASCC > 20, con un tumor sensible a quimioterapia en
situación de remisión, sin enfermedades asociadas, estables clínicamente, con radiografía
de tórax normal, con función renal y hepática conservada, con fiebre que se inicia en casa,
son pacientes con neutropenia febril de bajo riesgo.
▶▶ El paciente debe recibir antitérmicos para el adecuado control sintomático y no es nece-
sario el aislamiento salvo que el paciente sea portador de un patógeno multirresistente o
la neutropenia esperable sea de alto riesgo (> 10 días con neutrófilos < 100/µL). Debemos
evitar las visitas y si hay síntomas de infección se debe evitar el contacto con el paciente
(sobre todo en epidemias gripe, diarreas…).
▶▶ El uso de factores estimulantes de colonias (C-CSF, filgastrim) no debe ser utilizado de for-
ma rutinaria en todos los pacientes con neutropenia febril. Se recomienda en pacientes con
alto riesgo de complicaciones
▶▶ Se recomienda el inicio del tratamiento antimicrobiano, tras la recogida de muestras mi-
crobiológicas en la primera hora de su llegada a urgencias.
▶▶ El tratamiento antimicrobiano puede realizarse oral en domicilio en los pacientes con neu-
tropenia de bajo riesgo. Deberán llevar un seguimiento estrecho.
▶▶ En los pacientes con neutropenia febril sin criterios de bajo riesgo, se recomienda antibio-
terapia endovenosa que se decidirá según presente factores de riesgo (anaerobios, Sta-
phylococcus spp, C. difficile, microorganismos multirresistentes como SAOR, BLEE, bacilos
productores de carbapenemasa, Pseudomonas resistente a betalactámicos) o presente
sepsis, distress respiratorio o alérgicos a betalactámicos.
▶▶ No se recomienda la combinación rutinaria de aminoglucósidos, aunque puede ser válida
en pacientes en shock y/o con riesgo de resistencias.
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
959
ALGORITMO
Neutropenia febril
SÍ NO
Observación 12 h Ingreso en
Urgencias Oncología
Seguimiento en
Consultas Externas
Oncología
1. INTRODUCCIÓN
En España se estima que 130.000-160.000 personas viven con la infección por el Virus de la Inmu-
nodeficiencia Humana (VIH). Un 20 % de ellas desconoce el diagnóstico y es responsable del 60 %
de las transmisiones, perpetuando la epidemia. En el momento del diagnóstico, un 46,5 % tienen
CD4 < 350 cél/µl (“diagnóstico tardío”), y un 30 % debutan con CD4 < 200 cél/µl o enfermedad
definitoria de sida (“enfermedad avanzada”). En contraste, los pacientes que reciben tratamiento
antirretroviral (TAR) y mantienen la supresión virológica, obtienen un beneficio personal con me-
jora sustancial de su supervivencia y protegen a la comunidad, siendo en la práctica muy bajo el
riesgo de transmisión del virus.
Por lo tanto, en Urgencias se presentan varios escenarios:
▶▶ La asistencia en Urgencias, donde acude población vulnerable, es una oportunidad para el
diagnóstico de la infección por el VIH. Las oportunidades perdidas tras contactar con un medio
sanitario tienen impacto en la salud individual y colectiva.
▶▶ Los pacientes que acuden con infecciones graves deben generar una sospecha y ser objeto de
una serología VIH; serán manejados como potenciales enfermos de sida.
▶▶ Los pacientes con buen control inmunovirológico normalmente deberán recibir una atención
similar a la de la población general, con problemas propios de las comorbilidades y el enveje-
cimiento. Existe mayor riesgo cardiovascular y prevalencia de neoplasias. En los hombres que
tienen sexo con hombres (HSH) se deben plantear las infecciones de transmisión sexual (ITS).
▶▶ En pacientes diagnosticados y/o tratados en fase avanzada que acuden por un nuevo problema
de salud, debe plantearse una infección oportunista o un síndrome de reconstitución inmune.
Serán especialmente vulnerables pacientes con diagnóstico o tratamiento reciente o pacientes
con mal cumplimiento del TAR que no realizan seguimiento en una unidad especializada.
Siendo condiciones potencialmente controlables, los pacientes pueden ser subsidiarios de un
manejo con medidas intensivas (UCI), como la población general. Hoy en día, las medidas de so-
porte que ayuden a controlar una situación crítica pueden ser valiosas, con la perspectiva de
futuro y calidad de vida bajo un TAR eficaz.
4. SÍNDROMES CLÍNICOS
En la historia clínica de Urgencias es fundamental conocer la cifra de CD4 más reciente del paciente,
puesto que la sospecha diagnóstica estará guiada por la situación inmunológica, que lo hace vul-
nerable a procesos concretos. La carga viral pasa a un segundo plano en el ámbito de Urgencias,
aunque si tiene un buen control habitual, traduce una situación estable. Estos síndromes pueden
aparecer como debut de la infección VIH desconocida, como una complicación nueva o un síndro-
me inflamatorio de reconstitución inmune (SIRI). El SIRI es el conjunto de alteraciones inflamatorias
que suceden como consecuencia de una respuesta paradójica del sistema inmunológico tras el ini-
cio del TAR. Puede ser general, estar en relación con infecciones oportunistas preexistentes, exacer-
bación de enfermedades autoinmunes o de neoplasias. Se aplican corticoides en caso de SIRI con
tuberculosis, reactivación de P. jirovecii y entidades con afectación de SNC focal.
4.1. NEUMONÍA
En todo paciente con disnea e infección VIH (sospechada o diagnosticada) se extraerá hemogra-
ma, bioquímica con perfil hepático y renal, gasometría arterial basal, hemocultivos, baciloscopia
en esputo con cultivo para micobacterias y se realizará una radiografía de tórax. Para ayudar a
identificar la causa etiológica tendrán utilidad el antígeno de neumococo y Legionella, exudado
nasofaríngeo para despistaje de gripe estacional, la broncoscopia con lavado broncoalveolar, etc.
En Urgencias, la actitud diagnóstico-terapéutica inicial se basa en el patrón radiológico y la situa-
ción inmunológica.
Si el paciente tiene una radiografía normal, debe valorarse la posibilidad de falso negativo para
neumonía por Pneumocystis jirovecii o tuberculosis pulmonar.
Si el paciente presenta un infiltrado alveolar lobar:
▶▶ Con CD4 > 200 cél/µl el tratamiento es similar al de la población general inmunocompetente
(criterios de ingreso, uso de antibióticos). Si un paciente recibe TAR de forma estable y tiene
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
963
cierta discordancia inmunovirológica (buen control virológico mantenido, aunque sus CD4 bajo
el umbral de los 200 cél/µl), se puede manejar de forma ambulatoria tras un periodo inicial de
observación en Urgencias.
▶▶ Con CD4 < 200 cél/µl, se procederá al ingreso del paciente. La cobertura antibiótica debe con-
templar neumonía típica y atípica, además de cotrimoxazol empírico (un 20 % de neumonías
por P. jirovecii debutan con infiltrado alveolar).
Si presenta un infiltrado alveolo-intersticial bilateral: todo paciente ha de ser ingresado, indepen-
dientemente de su situación inmunológica. El tratamiento debe cubrir neumonía típica, atípica y
P. jirovecii (tabla 2). No se requiere aislamiento respiratorio si predomina la sospecha de P. jirovecii.
Cotrimoxazol 15-20/75-100 mg/kg/día en 3-4 dosis iv [2 viales Soltrim® en suero glucosado 5 %/6-8 h]
Usar vía oral en casos leves o tras mejoría clínica. No se aconseja ácido folínico.
Alternativas si alergia a Clindamicina 600 mg/6-8 h iv o vo + primaquina 30 mg/día vo
sulfamidas Pentamidina 4 mg/kg/día iv
Atovacuona 750 mg/12 h vo en formas leves
+ cefalosporina [ceftriaxona 2 g/día iv] + quinolona iv o vo
+ macrólido [azitromicina 500 mg/día o claritromicina 500 mg/12 h] [levofloxacino 500
mg/12-24 h]
Prednisona oral indicada en enfermedad moderada-grave (pO2 < 70 mmHg o gradiente alveolo-capilar >
35 mmHg): días 1-5: 40 mg/12 h; días 6-10: 40 mg/día; días 11-21: 20 mg/día.
En caso de brote epidémico de gripe, se aplicará el protocolo vigente de cada hospital para pa-
cientes con alto riesgo: diagnóstico rápido mediante exudado nasofaríngeo, tratamiento con
oseltamivir, etc., según recomendaciones de la campaña de gripe.
4.2. DISFAGIA
La principal causa de disfagia en la infección VIH con CD4 < 200 cél/µl es la esofagitis por cándida.
Típica (pero no necesariamente) da lesiones blanquecinas en paladar o lengua. Otras etiologías
posibles con CD4 bajos son la esofagitis por CMV, por herpes simple o el propio VIH. La esofagitis
péptica es posible, como en la población general (figura 1).
Ausencia de
Mejoría clínica
respuesta
Esofagitis por candida: 7-14 días Endoscopia digestiva alta: cultivo viral y
-Fluconazol 100-200 mg/día vo o iv de hongos
- Lesiones algodonosas orientan a cándida
-Si refractaria: (continuar tratamiento antifúngico)
*Caspofungina 70 mg 1ºdía, 50 mg/día iv - Lesiones ulcerosas y friables orientan
*Voriconazol 200 mg/día a CMV o VHS (iniciar ganciclovir iv o
*Itraconazol 200 mg/día valganciclovir vo)
*Posaconazol 400 mg/día
* Micafungina 150 mg/día iv
4.3. DIARREA
La historia clínica debe recoger el tiempo de evolución (crónica si > 3 semanas) así como la pre-
sencia de productos patológicos (enteroinvasiva) y su grado de afectación general (deshidrata-
ción, pérdida de peso). La diarrea crónica es un síntoma frecuente como debut de la infección VIH,
que obliga a una serología VIH urgente.
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
965
Puntos clave/recuerda
▶▶ Urgencias, donde acude población vulnerable, es una oportunidad para el diagnóstico de
la infección por el VIH. Los pacientes que acuden con infecciones graves deben generar una
sospecha y ser objeto de una serología VIH.
▶▶ En el ámbito de Urgencias se priorizaría la serología urgente ante la sospecha de sida o en-
fermedades cuyo manejo sería diferente en caso de confirmarse la infección VIH
▶▶ Los pacientes con buen control inmunovirológico normalmente deberán recibir una atención
similar a la de la población general. Existe mayor riesgo cardiovascular y prevalencia de neo-
plasias. En los hombres que tienen sexo con hombres se deben plantear las infecciones de
transmisión sexual.
▶▶ En pacientes diagnosticados y/o tratados en fase avanzada que acuden por un nuevo pro-
blema de salud, debe plantearse una infección oportunista o un síndrome de reconstitu-
ción inmune. Serán especialmente vulnerables pacientes con diagnóstico o con tratamien-
to reciente o pacientes con mal cumplimiento del TAR que no realizan seguimiento en una
unidad especializada.
▶▶ Los pacientes pueden ser subsidiarios de un manejo con medidas intensivas, como la po-
blación general.
▶▶ El tratamiento antirretroviral puede producir efectos adversos, que en su mayoría serán va-
lorados en la unidad especializada. En Urgencias se presenta el exantema por medicamen-
tos. Normalmente se limita a la piel, siendo oportuno mantener el tratamiento y asociar
un antihistamínico (cetirizina) o un esteroide a dosis bajas. Si el exantema es grave (fiebre,
diarrea, otros síntomas sistémicos), ha de suspenderse todo el TAR (no solo el fármaco sos-
pechoso) e iniciar esteroides.
▶▶ El TAR es susceptible de provocar o ser objeto de interacciones medicamentosas que se
deben conocer. Asimismo debe conocerse el fenómeno de Chemsex.
▶▶ El TAR puede requerir ajuste si sobreviene una complicación que modifica la función re-
nal (filtrado glomerular estimado [CKD-EPI] <30-50 ml/min/1,73 m2) o hepática (Child-Pugh
B-C).
▶▶ Se deben considerar las particularidades de los síndromes clínicos: neumonía, disfagia, dia-
rrea y alteración del nivel de conciencia o focalidad neurológica. Es fundamental conocer
la cifra de CD4 más reciente. Estos síndromes pueden aparecer como debut de la infección
VIH desconocida, como una complicación nueva o un síndrome inflamatorio de reconsti-
tución inmune. Se aplican corticoides en caso de SIRI con tuberculosis, reactivación de P.
jirovecii y entidades con afectación de SNC focal.
CAPÍTULO 110
INFECCIÓN EN EL PACIENTE
INMUNODEPRIMIDO: ESPLENECTOMIZADO,
TRASPLANTADO O CON FÁRMACOS
INMUNOSUPRESORES
Eric Jorge García Lamberechts | Ana Isabel Hormigo Sánchez
1. INTRODUCCIÓN
El bazo es un órgano responsable de aproximadamente el 25 % del tejido linfoide total. Su función
dentro del sistema inmune se basa en la capacidad de los leucocitos para fagocitar bacterias y
actuar como células presentadoras de antígenos con el fin de desarrollar anticuerpos específicos
por los linfocitos.
Existe disfunción esplénica en aquellos casos en los que existe ausencia de bazo, bien sea por as-
plenia congénita o bien por extirpación quirúrgica, así como en casos de asplenia funcional oca-
sionada por infartos múltiples (drepanocitosis), trombosis esplénica, infiltración del bazo (amiloi-
dosis, sarcoidosis, neoplasias), o situaciones de congestión esplénica (infiltración, congestión por
hipertensión portal, etc.).
La principal importancia de los pacientes con disfunción esplénica y especialmente los esplenec-
tomizados radica en el desarrollo de una sepsis fulminante producida por bacterias encapsuladas
que normalmente son eliminadas en el bazo. Se estima que la incidencia de sepsis es de aproxi-
madamente 1 por cada 175 pacientes/año en niños y de 1 por cada 400 a 500 pacientes/año en
adultos. Sin embargo estos datos pueden ser mayores en pacientes con patologías subyacentes
(enfermedad de Hodgkin, talasemia, hipertensión portal).
El periodo de mayor riesgo de sepsis surge durante los primeros años tras la esplenectomía, aun-
que se ha documentado casos hasta 20 años después de la esplenectomía. No obstante, la mor-
talidad es mayor cuanto menor es el tiempo entre la aparición del cuadro y la esplenectomía.
2. ETIOLOGÍA
Dentro de la etiología de la sepsis fulminante en el esplenectomizado destacan fundamentalmen-
te las bacterias encapsuladas como Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae y Neisseria
meningitidis. Entre ellos el S. pneumoniae supone cerca del 60 % de las infecciones y es la causa de
muerte más frecuente (mortalidad global del 59 %). No se ha evidenciado mayor frecuencia de unos
serotipos sobre otros. La incidencia de H. influenzae como causa de sepsis es menor, afectando
principalmente a niños no vacunados contra la bacteria. Su mortalidad ronda el 32 %. La sepsis por
N. meningitidis es mucho menos frecuente dada la baja incidencia de esta infección en la población
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
969
general, especialmente tras las medidas de vacunación en la infancia. Otras bacterias que se han
relacionado con la sepsis fulminante en pacientes asplénicos incluyen la Capnocytophaga canimor-
sus, asociada a contacto con la saliva de perros, y la Bordetella holmesii asociada con bacteriemia,
endocarditis y enfermedades respiratorias, principalmente en huéspedes inmunocomprometidos.
Hay además microorganismos que se han relacionado con un mayor riesgo de infección en los pa-
cientes esplenectomizados como el Plasmodium spp. y la Babesia spp. La pérdida de deformabili-
dad eritrocítica y la opsonización de eritrocitos favorecen el secuestro de hematíes en el bazo y su
destrucción, algo que no es posible en pacientes esplenectomizados. Esto incrementa el riesgo
de desarrollar una babesiosis grave y posiblemente un cuadro más persistente y recurrente. Del
mismo modo las personas infectadas por P. falciparum pueden tener una respuesta retardada al
tratamiento apropiado, con fiebre persistente y parasitemia.
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
El cuadro clínico puede ser inespecífico siendo la fiebre un hallazgo que debe servir de alarma. En
ocasiones el cuadro clínico comienza como un proceso infeccioso inespecífico asociando males-
tar general, escalofríos, artromialgias y fiebre. La evolución puede ser fulminante ocasionando rá-
pidamente complicaciones asociadas a bacteriemia y coagulación intravascular diseminada con
la aparición de petequias, púrpura, meningitis, hipotensión y shock. La aparición de meningitis es
más frecuente en niños.
La exploración física puede ser anodina en sus comienzos. En ocasiones se objetivan datos que
indican el foco primario de infección, que incluyen el tracto respiratorio y el área otorrinolaringo-
lógica (otitis media, sinusitis, faringitis o neumonía), signos neurológicos de meningitis (rigidez de
nuca, Kernig y Brudzinsky) así como afectación del área odontógena (flemón dentario). Aunque
estos datos con frecuencia no están presentes. En situación de sepsis fulminante el paciente pre-
senta deterioro marcado del estado general con taquicardia, taquipnea, hipotensión, púrpura
fulminante, e incluso necrosis de las extremidades.
4. PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
Las pruebas complementarias incluyen la realización de pruebas análisis clínicos (hemograma,
bioquímica, coagulación, gasometría y sistemático de orina), radiografía de tórax y pruebas mi-
crobiológicas (hemocultivos, urocultivo, aspirado de lesiones cutáneas y cultivo de otras mues-
tras). El frotis de sangre periférica puede revelar granulaciones tóxicas, llamadas cuerpos de Dohle
y cuerpos de Howell-Jolly en los hematíes. Las bacterias intracelulares o extracelulares pueden
ser visualizadas ocasionalmente directamente en el frotis sanguíneo periférico o a través de la
tinción de Gram o Wright.
En general el hemograma mostrará leucocitosis con neutrofilia y células inmaduras o leucopenia.
La bioquímica puede presentar deterioro de la función renal y hepática así como elevación de
biomarcadores proinflamatorios (proteína C reactiva, procalcitonina…) y el lactato. Frecuente-
mente se objetiva un aumento de los tiempos de coagulación por coagulopatía de consumo y
datos de acidosis metabólica asociada con hipoxemia por distrés respiratorio. Todos estos datos
sugieren disfunción multiorgánica. La radiografía de tórax puede revelar un infiltrado neumónico,
signos de distrés respiratorio o derrame pleural.
Otras pruebas incluyen la punción lumbar que se realiza habitualmente ante datos de sospecha
de meningitis. Sin embargo, los pacientes pueden presentar afectación meníngea sin claros sínto-
mas por lo que se recomienda realizar ante la falta de un claro foco infeccioso primario. Además,
un líquido normal o mínimamente anormal no descarta necesariamente la posibilidad de una
CAPÍTULO 110
970 INFECCIÓN EN EL PACIENTE INMUNODEPRIMIDO: ESPLENECTOMIZADO, TRASPLANTADO O CON FÁRMACOS…
meningitis ya que estos pacientes pueden presentar un deterioro tan rápido que los cambios
característicos en el líquido cefalorraquídeo no estarán presentes en el momento de la punción,
aunque el cultivo si que puede ser positivo. Otras pruebas a realizar incluyen ecocardiograma,
ecografía, escáner abdominal, electrocardiograma, entre otros.
5. MANEJO EN URGENCIAS
Un paciente esplenectomizado con fiebre debe considerarse como una situación de potencial
gravedad. En situación de estabilidad clínica debe recabarse información de la anamnesis y ex-
ploración atendiendo a:
▶▶ Factores relacionados con la esplenectomía: causa de esplenectomía y tiempo desde la esple-
nectomía ya que cuanto menor sea este más probable es el desarrollo de sepsis fulminante.
▶▶ Factores de riesgo añadidos:
• Se debe conocer si el paciente ha recibido la vacunación adecuada frente a neumococo, menin-
gococo y Haemophillus. La ausencia de vacunación supone una situación de mayor riesgo y de
alta sospecha de sepsis postesplenectomía en caso de acudir con fiebre.
• Valorar la presencia de situaciones de riesgo como el contacto con personas con un proceso in-
feccioso activo o reciente, mordedura o arañazos (especialmente de perros), o viajes recientes.
• Antecedentes patológicos del paciente: a menudo el pronóstico no sólo depende del propio
proceso infeccioso en cuestión sino de la desestabilización de otras comorbilidades.
Además, deben monitorizase las constantes vitales, y valorar la situación neurológica (signos de me-
ningitis), así como la presencia de petequias, o púrpura. Es prioritario la toma de muestras microbio-
lógicas y los análisis clínicos, en especial el lactato como marcador precoz de hipoxia tisular y shock
séptico. Posteriormente se deberá valorar el tratamiento antibiótico y concomitante más adecuado.
En caso de inestabilidad clínica la prioridad pasa por la toma de decisiones terapéuticas inmedia-
tas. Se debe instaurar de forma precoz una terapia antibiótica de amplio espectro y tratamiento
de soporte. La administración de antibióticos no debe retrasarse para realizar estudios diagnós-
ticos (incluida la PL), ya que su mortalidad se incrementa notablemente. El tratamiento incluye la
resucitación con alta cantidad de fluidos, aunque frecuentemente precisará de apoyo con sopor-
te vasoactivo, intubación orotraqueal y ventilación mecánica.
6. TRATAMIENTO
El tratamiento antibiótico debe realizarse precozmente ante la más mínima sospecha de infec-
ción en el paciente esplenectomizado, especialmente si se sospecha un proceso séptico. A menu-
do los cultivos pueden ser negativos, especialmente si ha recibido antibiótico previamente; esto
no contraindica la administración de antibioterapia empírica. El régimen más empleado incluye
el uso de ceftriaxona 2 g/24 h (cada 12 h si se sospecha meningitis) junto a vancomicina 1 g/12 h
inicialmente y posteriormente ajustar según niveles y función renal. En alérgicos a betalactámicos
puede emplearse moxifloxacino 400 mg/24 h junto a vancomicina a las mismas dosis descritas.
Otros tratamientos incluyen la dexametasona y la administración de inmunoglobulina intrave-
nosa. La dexametasona puede ser necesaria en algunos pacientes con sospecha de meningitis
(ver capítulo 101). Algunos expertos recomiendan la administración de inmunoglobulina intrave-
nosa en pacientes esplenectomizados con sepsis aunque su eficacia en esa situación se basa en
estudios experimentales limitados y no ha sido investigada en ensayos clínicos controlados. No
obstante, se acepta valorar su administración en pacientes con inestabilidad hemodinámica o
coagulación intravascular diseminada, aquellos con sepsis estreptocócica del grupo A, y pacien-
tes con otra inmunodeficiencia subyacente.
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
971
1. INTRODUCCIÓN
El trasplante de órgano sólido ha supuesto desde sus comienzos un gran avance al mejorar la
supervivencia y en especial la calidad de vida de pacientes que hasta entonces estaban abocados
a un pronóstico infausto a corto-medio plazo. Los avances en el desarrollo de terapias inmunosu-
presoras han permitido disminuir la incidencia de rechazo del órgano trasplantado aunque esto
implica a su vez una mayor susceptibilidad a desarrollar infecciones oportunistas y neoplasias.
La respuesta inmunitaria parcialmente suprimida implicará una menor expresividad clínica para
las infecciones, lo que conlleva a menudo un retraso en su diagnóstico y tratamiento, con un
potencial defensivo del huésped menor. El desarrollo de profilaxis eficaz frente a agentes como
Pneumocystis jirovecii o Citomegalovirus (CMV) ha permitido mejorar la incidencia de infecciones
oportunistas cambiando el perfil del paciente trasplantado frente a los inicios.
2. ETIOLOGÍA
La etiología de las infecciones va a depender de varios factores, algunos derivados de infecciones
propias del donante o las presentes en el receptor en el momento del trasplante, pero también
del tratamiento inmunosupresor empleado, el tipo de trasplante y en especial del tiempo trans-
currido desde la realización del trasplante. En general se acepta que existen tres periodos tem-
porales en los que atendiendo a los factores descritos podremos deducir los posibles agentes
causales (tabla 1).
▶▶ Durante el primer mes postrasplante la infección suele estar en relación con la cirugía practi-
cada, con las técnicas de soporte vital y con los problemas que afectan al injerto como la insu-
ficiencia vascular del implante. Generalmente es producida por flora nosocomial y supone el
periodo de máxima frecuencia de infecciones. Según el órgano trasplantado se podrán valorar
las posibles causas asociadas (tabla 2).
▶▶ Entre el primer mes y el sexto mes postrasplante las infecciones suelen relacionarse con el ma-
yor grado de inmunosupresión, donde los microorganismos oportunistas adquieren el prota-
gonismo destacando la reactivación de infecciones virales latentes reactivadas o transmitidas
a través del injerto (fundamentalmente CMV) y otros microorganismos intracelulares (Mycobac-
terium spp., Listeria spp., Toxoplasma…)
CAPÍTULO 110
972 INFECCIÓN EN EL PACIENTE INMUNODEPRIMIDO: ESPLENECTOMIZADO, TRASPLANTADO O CON FÁRMACOS…
▶▶ A partir del sexto mes, el riesgo de infección disminuye, sin embargo, el paciente será espe-
cialmente frágil a los patógenos comunitarios, y es posible la reactivación tardía de algunos
agentes virales.
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Las manifestaciones clínicas serán diferentes en función del foco de infección. Sin embargo cabe
destacar que, dada la administración de fármacos inmunosupresores, en muchas ocasiones la
expresividad clínica del cuadro será muy diferente, bien sea por cuadro paucisintomáticos como
por la presencia de manifestaciones clínicas atípicas. Se ha descrito que hasta el 40 % de las
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
973
4. PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
Las pruebas complementarias más utilizadas se describen en la tabla 3. Por lo general los ha-
llazgos de radiología simple pueden ser menos expresivos lo que obliga a menudo a utilizar
pruebas de imagen más sensibles como el TC o la RMN. Las serologías pueden ser útiles en el
entorno previo al trasplante, sin embargo no son útiles una vez efectuado el trasplante, ya que
los pacientes que se encuentran en tratamiento inmunosupresor, con frecuencia no desarro-
llan anticuerpos lo suficientemente rápido como para establecer un diagnóstico precoz. Por
ese motivo se prefieren pruebas cuantitativas que detectan directamente los productos protei-
cos o ácidos nucleicos de los microorganismos (ELISA, inmunofluorescencia directa, o pruebas
de detección de ácidos nucleicos). Por otro lado, los pacientes a menudo están colonizados.
Una estrategia útil puede ser el muestreo de cultivos en los sitios de mayor riesgo de infección
(ascitis, drenajes, secreciones pulmonares…) para así servir de guía en el caso de que se pro-
duzca una infección activa.
5. TRATAMIENTO
El tratamiento antibiótico empírico dependerá del foco infeccioso y se deberá instaurar lo más precoz-
mente posible en casos de sospecha de etiología bacteriana (tabla 4). Cuando se presentan acumula-
ciones de líquido sin drenar, sangre o tejidos desvitalizados, la terapia antimicrobiana por sí sola suele
ser insuficiente y puede favorecerse la adquisición de microorganismos resistentes. En esos casos el
desbridamiento quirúrgico precoz y de dichas colecciones es esencial para el éxito terapéutico.
Tabla 4. Tratamiento antimicrobiano empírico en la infección del paciente con trasplante de órgano sólido
En la tabla 5 se describen los principales agentes etiológicos en función del periodo postrasplante. Por lo
general las pruebas complementarias son similares a las descritas en el trasplante de órgano sólido y el
tratamiento antibiótico dependerá de foco de infección y de microorganismo sospechado o evidencia-
do. En ese sentido el tratamiento dependerá del periodo transcurrido tras el trasplante, de forma que en
las primeras 3 semanas se realizará cobertura antibiótica con el esquema de neutropenia (ver capítulo
108), entre las 3 semanas y 100 días destacaran microorganismos propios de inmunodeficiencia celular
con Pneumocystis jirovecii, Mycobacterium spp., diferentes virus y bacterias intracelulares, por lo que el
tratamiento deberá ser dirigido a ellos según sospecha o evidencia clínica. A partir de los 100 días, y en
el caso de trasplante alogénico, el esquema de tratamiento es similar al de la esplenectomía frente a
bacterias encapsuladas.
CAPÍTULO 110
976 INFECCIÓN EN EL PACIENTE INMUNODEPRIMIDO: ESPLENECTOMIZADO, TRASPLANTADO O CON FÁRMACOS…
Puntos clave/recuerda
▶▶ La principal importancia de los pacientes con disfunción esplénica y especialmente los es-
plenectomizados radica en el desarrollo de una sepsis fulminante producida por bacterias
encapsuladas. En estos pacientes el periodo de mayor riesgo de sepsis surge durante los
primeros años tras la esplenectomía. No obstante la mortalidad es mayor cuanto menor es
el tiempo entre la aparición del cuadro y la esplenectomía.
▶▶ Dentro de la etiología de la sepsis fulminante en el esplenectomizado destacan fundamen-
talmente las bacterias encapsuladas como Streptococcus pneumoniae, Haemophilus in-
fluenzae y Neisseria meningitidis. Entre ellos el S. pneumoniae es la más frecuente y mortal.
▶▶ La fiebre en el paciente esplenectomizado es siempre un signo de alarma. La exploración
física puede ser anodina de inicio. La evolución de una sepsis puede ser fulminante.
▶▶ El tratamiento antibiótico debe realizarse precozmente ante la más mínima sospecha de
infección en el paciente esplenectomizado, especialmente si se sospecha un proceso sép-
tico. El régimen más empleado incluye el uso de ceftriaxona 2 g/24 h (cada 12 h si se sospe-
cha meningitis) junto a vancomicina 1 g/12 h inicialmente
▶▶ Los pacientes con trasplante de órgano sólido tienen una mayor susceptibilidad a desarro-
llar infecciones oportunistas y neoplasias. Tienen una menor expresividad clínica para las
infecciones, lo que conlleva a menudo un retraso en su diagnóstico y tratamiento.
▶▶ La etiología de las infecciones va a depender de varios factores, algunos derivados de in-
fecciones propias del donante o las presentes en el receptor en el momento del trasplante,
pero también del tratamiento inmunosupresor empleado, el tipo de trasplante y en es-
pecial del tiempo transcurrido desde la realización del trasplante. En general se enfoca la
atención a la infección conforme a tres periodos temporales (tabla 1) durante el primer
mes postrasplante, entre el primer mes y el sexto mes postrasplante, y a partir del sexto
mes.
▶▶ Hasta el 40 % de las infecciones no asocian fiebre. La bacteriemia es más común en los
receptores de trasplantes de órgano sólido, especialmente aquellas debidas a infección
urinaria. La presencia de bacteriuria asintomática con o sin fiebre asociada es compatible
con una posible infección de tracto urinario.
▶▶ Por lo general los pacientes con trasplante de órgano sólido con fiebre e inestabilidad clí-
nica deben ser ingresados. Sin embargo en casos de infecciones leves que mantengan una
situación clínica y con foco conocido pueden manejarse de forma ambulatoria.
▶▶ En el trasplante hematopoyético el grado de inmunodeficiencia en mucho mayor que en el
trasplante de órgano sólido. Se distinguen tres periodos: primeras 3 semanas, de 3 sema-
nas a 100 días y a partir de los 100 días.
▶▶ El tratamiento antibiótico dependerá del periodo transcurrido tras el trasplante; en las pri-
meras 3 semanas se realizará cobertura antibiótica con el esquema de neutropenia, entre
las 3 semanas y 100 días destacaran microorganismos propios de inmunodeficiencia celu-
lar con Pneumocystis jirovecii, Mycobacterium spp., diferentes virus y bacterias intracelulares
y a partir de los 100 días, y en el caso de trasplante alogénico, el esquema de tratamiento es
similar al de la esplenectomía frente a bacterias encapsuladas.
CAPÍTULO 111
BOTULISMO, TÉTANOS Y RABIA
Beatriz Rodríguez Rodríguez | Raquel Pinuaga Orrasco | José Luis Fraile González
BOTULISMO
1. DEFINICIÓN Y ETIOLOGÍA
El botulismo es una enfermedad de declaración obligatoria (EDO) causada por Clostridium botu-
linum, ubicuo bacilo grampositivo anaerobio. Produce mediante su exotoxina una inhibición de
la transmisión de la acetilcolina que conlleva una parálisis flácida simétrica descendente. Es una
enfermedad de baja prevalencia en España, por debajo de la media europea, si bien en ocasiones
se detectan brotes aislados.
2. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Presenta seis formas clínicas: a) intoxicación alimentaria (conservas en mal estado, pescado de-
secado, miel,…), b) botulismo de las heridas (se incluye aquí la punción en ADVP), c) del lactante,
d) por colonización intestinal en niños mayores y adultos, e) iatrogénica por el uso de la toxina con
fines médicos e f) inhalatorio por bioterrorismo (agente de bioterrorismo de categoría A).
La clínica se presenta tras un periodo de incubación de 12-48 horas y consiste inicialmente en una
sintomatología inespecífica como mareo, sequedad bucal, cefalea, náuseas y posteriormente se
asocia parálisis de pares craneales (midriasis, visión borrosa, diplopía, disfagia…), pudiendo pro-
gresar a parálisis de la musculatura respiratoria y muerte. Es característica la ausencia de fiebre y
que el paciente conserva el nivel de conciencia.
5. TRATAMIENTO
Tratamiento sintomático y medidas de soporte
La primera causa de muerte es el fallo respiratorio. Por tanto, se debe monitorizar al paciente,
controlar la capacidad funcional respiratoria (peak flow), la ventilación y la integridad de la vía
aérea. Si están comprometidas o se deterioran se procederá a una intubación precoz.
En el botulismo alimentario, se debe procurar la eliminación de la toxina del tracto gastrointesti-
nal con lavado gástrico o administración de enemas (habiendo descartado previamente la exis-
tencia íleo), según el momento de la ingesta.
En el botulismo por heridas, se recomienda desbridamiento quirúrgico tras administración de la
antitoxina. El uso de antibiótico queda restringido a este tipo (no indicado en el botulismo del lac-
tante ni en el gastrointestinal por riesgo de empeoramiento) y se recomienda penicilina G sódica
2-4 mUI/4 h iv o metronidazol 500 mg/8 h iv en alérgicos a penicilina. Están contraindicados los
aminoglucósidos por posibilidad de inducir bloqueo neuromuscular. Si existen signos de celulitis
o fascitis es probable una sobreinfección por otro patógeno o polimicrobiana, por lo que se segui-
rán las recomendaciones del capítulo 100 (Infección de piel y partes blandas. Herida quirúrgica)
Tratamiento específico con antitoxina bivalente equina (A, B)
Debe administrarse lo más precozmente posible, a poder ser en las primeras 24 horas del inicio
de la clínica. Puede provocar anafilaxia por lo que se suele realizar una prueba cutánea previa a
la administración iv, si bien tampoco la descarta. La administración se hace en dosis única. En el
caso de la alimentaria, debe administrarse antitoxina a todos los comensales. En adultos, 1 vial iv
(250 ml). En pacientes de 1 a 17 años, entre un 20-100 % de la dosis de los adultos y en menores de
un año, inmunoglobulina humana antitoxina botulínica 50 mg/kg iv en una sola dosis.
TÉTANOS
1. DEFINICIÓN Y ETIOLOGÍA
Es una EDO causada por el bacilo grampositivo anaerobio Clostridium tetani presente de forma
ubicua en el ambiente y que se transmite a través de heridas contaminadas con esporas. No hay
transmisión persona a persona y existen una serie de factores predisponentes: coinfección bacte-
riana, inmunodepresión, enfermedades debilitantes, isquemia local. Produce la tetanospasmina
que bloquea las neuronas inhibitorias presinápticas medulares y del tronco cerebral dando lugar
a la clínica típica de espasmos musculares. En España con la mejora de las coberturas vacunales
desde 2009 aparecen unos 10 casos al año.
2. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
La clínica se inicia tras un periodo de incubación que varía de 1 día a 3 meses, según la distancia
entre el lugar de inoculación de las esporas y el SNC. Existen cuatro formas de presentación. Puede
aparecer de forma generalizada que se caracteriza por nivel de conciencia normal junto con es-
pasmos musculares dolorosos desencadenados por estímulos sensoriales (trismus, risa sardónica,
espasmo de glotis con apnea, abdomen en tabla, opistótonos, …) y disfunción autonómica (sudo-
ración, taquicardia, labilidad de TA,…). Otra presentación es la forma local con clínica localizada
próximo a la puerta de entrada (se denomina tetanos cefálica cuando se inicia en dicha zona) y pos-
teriormente puede generalizarse. El tétanos neonatal, es generalizado y acontece en los primeros
quince días de vida. Las infecciones focales, sin tétanos, son raras y generalmente óseas.
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
979
5. TRATAMIENTO
Tratamiento sintomático y de soporte: se debe asegurar la vía aérea, con intebacion endotra-
queal si fuese preciso. El tratamiento de los espasmos musculares se puede realizar con benzo-
diacepinas (ej. midazolam 0,02-0,08 mg/kg repetible a los 5 minutos), baclofeno (1-2 mg/kg/día) o
un bloqueante neuromuscular (pancuronio, vecuronio). Para el control de la disfunción autonó-
mica se utilizan betabloqueantes como labetalol (0,25-1 mg/min), sulfato de magnesio (1,5-2 g/h)
o atropina (1-2 mg/h).
Desbridamiento de la herida. Se realizará desbridamiento de la herida y se iniciará como an-
tibiótico de elección metronidazol 500 mg/8 h iv (alternativas penicilina G sódica 2-4 mUI/4 h iv,
doxiciclina 100 mg/12 h iv o clindamicina 600 mg/8 h iv). Está recomendada la profilaxis de enfer-
medad tromboembólica.
Gammaglobulina y vacunación. Se administrara la gammaglobulina antitetánica 500-1000 U
im (250 U en niños). El tétanos no produce inmunidad por lo que se debe administrar la primera
dosis de vacunación en un lugar diferente al de administración de la gammaglobulina. Se deben
programar para garantizar las 3 dosis de vacunación.
En el capítulo 90, Profilaxis de infección en Urgencias, se recogen las indicaciones de profilaxis de
tétanos.
RABIA
1. DEFINICIÓN Y ETIOLOGÍA
La rabia es una EDO considerada como una de las zoonosis más importantes. Causada por virus
del género Lyssavirus, todos los mamíferos, con predominancia de carnívoros y quirópteros, son
susceptibles a la infección, actuando como reservorio y eventualmente transmisores a los hu-
manos. A nivel mundial, la fuente más común de exposición es el perro (95 % de los casos), sin
embargo, no podemos olvidar a otros animales como murciélagos y zorros.
España ha estado libre de rabia terrestre desde el año 1978, a excepción del brote de Málaga de
1975 y el caso importado de Marruecos declarado en junio de 2013. Las campañas de vacunación
de perros han erradicado la enfermedad de todo el territorio nacional, salvo en Ceuta y Melilla
que presentan aproximadamente un caso de perro rabioso al año. Sin embargo se debe tener
CAPÍTULO 111
980 BOTULISMO, TÉTANOS Y RABIA
en cuenta la posible aparición de casos por tráfico ilegal de animales así como el contacto con
animales silvestres.
La transmisión se produce a través de la saliva de los animales y excepcionalmente por vía inha-
latoria. Otra fuente son los trasplantes humanos sin poder descartar la vía digestiva por ingestión
de carne fresca y leche.
2. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
La presentación clínica se corresponde con una encefalitis febril, de periodo de incubación pro-
longado y mortal una vez que aparecen los síntomas.
El periodo de incubación es variable, de 4 semanas a 6 meses, relacionado con el lugar de la heri-
da (menor cuanto más próxima esté al SNC), la severidad de la misma, y la cantidad de partículas
virales inoculada. El riesgo de transmisión comienza diez días antes de la aparición de los prime-
ros signos clínicos y continúa hasta la muerte del animal.
La fase prodrómica comprende fiebre, cefalea, alteraciones psíquicas y de la musculatura farín-
gea y/o fonación. Se sigue de un periodo de excitación en el que aparece la hidrofobia, así como
alteraciones del comportamiento de tipo maniaco (rabia furiosa) y finalmente un periodo para-
lítico en el que se da una parálisis muscular generalizada que conlleva a la muerte por apnea de
origen bulbar.
5. TRATAMIENTO
El tratamiento se divide en dos pilares fundamentales, el sintomático consistente en administra-
ción de medidas de soporte y la profilaxis postexposición que incluye el tratamiento local de la
herida con lavado abundante y prolongado con agua y jabón (independiente del tiempo de evo-
lución) y posterior aplicación de un desinfectante mediante irrigación. Se debe desbridar tejidos
necróticos y evitar la sutura quirúrgica de la misma. Si la herida es por mordedura se recomienda
profilaxis con amoxicilina/clavulánico 875/125 mg cada 8 horas por 3-5 días Se debe realizar pro-
filaxis antitetánica según las recomendaciones habituales (ver capítulo 90).
La administración de gammaglobulina y vacunación antirrábica se administra por norma ante la
exposición (mordedura, saliva...) a un animal sospechoso de tener rabia o en situación descono-
cida (ver capítulo 90. Profilaxis de infección en Urgencias). La Ig se administrara en su mayor parte
en el lugar de la mordedura y el resto de forma intramuscular en otra localización distinto al de
la vacuna.
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
981
Puntos clave/recuerda
▶▶ El diagnóstico del botulismo, tétanos y rabia son fundamentalmente de sospecha; basados
en una presentación clínica y tras una anamnesis cuidados del antecedente epidemiológico.
▶▶ En el botulismo es característica la sequedad bucal, midriasis, visión borrosa, diplopía, dis-
fagia… y posterior parálisis flácida simétrica descendente. El tétanos consiste en espasmos
musculares dolorosos y disfunción autonómica. La rabia se presenta como un cuadro de
encefalitis febril.
▶▶ Las tres entidades tienen un desenlace potencialmente fatal, por lo que es necesaria una
vigilancia estrecha y una actitud muy proactiva en el tratamiento (intubación, premura en
administración gammaglobulina…)
▶▶ Su alta mortalidad y difícil manejo terapéutico una vez instaurada implica ser minucioso en
la consecución de las medidas preventivas necesarias ante una posible exposición (lavado
y desbridamiento heridas, gammaglobulinas y vacunación correcta…).
CAPÍTULO 112
PROFILAXIS POST-EXPOSICIÓN EN RELACIÓN
CON EL VIH, VHB Y VHC
Leire Pérez Latorre | José Luis Fraile González | Jesús Garrido Dorronsoro
1. INTRODUCCIÓN
La profilaxis post-exposición (PPE) es una estrategia de prevención secundaria que trata de evitar
la transmisión de una infección tras una exposición. Diferenciaremos dos situaciones en función
del ámbito en que se produzca la exposición a sangre o fluidos potencialmente infecciosos: a)
exposición ocupacional: cuando el contacto ocurre como consecuencia de la realización de un
trabajo y puede suponer un riesgo de infección para el trabajador; b) exposición no ocupacional:
cuando el contacto se produce fuera del ámbito laboral.
▶▶ Test rápido de VIH (VIH Ac IgG): para obtener un resultado en las 2 primeras horas.
• Serología de VHB y VHC: solicitaremos Ag Hbs, Ac Hbs IgG, Ac Hbc IgG, Ac VHC: para obtener los
resultados en las 24 primeras horas.
▶▶ Si la exposición ha sido vía sexual se solicitará además serología para sífilis y virus herpes. En
función de la clínica y exploración física valorar la necesidad de estudio microbiológico para
gonococo y Chlamydia.
▶▶ Analítica básica urgente que incluya hemograma, función renal y hepática.
FUENTE RECOMENDACIÓN
VIH positivo Recomendar PPE
VIH desconocido Fuente perteneciente a población de riesgo* Se recomienda PPE**
Fuente no perteneciente a población de riesgo* Valorar***
* Población de riesgo: hombres que tienen sexo con hombres (HSH), usuario de drogas por vía parenteral (UDVP),
trabajador del sexo, agresor sexual, antecedentes e ingreso en centros penitenciarios o un individuo procedente de
un país con una prevalencia de VIH superior al 1 % (Haití, Bahamas, Jamaica, Belice, Trinidad y Tobago, Estonia, Rusia,
Tailandia y África subsahariana).
** En general si la fuente corresponde a una población de riesgo recomendamos PPE pero valorar más individualmente
en el caso de hombres que tienen sexo con hombres donde la práctica de mayor riesgo es la recepción anal con
eyaculación (0.8-3%). En caso de recepción anal sin eyaculación, recepción vaginal con o sin eyaculación, penetración
anal, sexo oral con o sin eyaculación, el riesgo es bajo. (0.05-0.8%)
*** En estos casos el riesgo de transmisión es bajo (0,05-0,8 %) en el caso de recepción anal con eyaculación o mínimo (0,01-
0,05 %) en el caso de recepción vaginal, penetración anal y vaginal, sexo oral con/sin eyaculación o sexo orogenital femenino.
300 mg/ritonavir 100 mg (1 vez al día), o dolutegravir 50 mg (1 vez al día), o elvitegravir 150 mg/
cobicistat 150 mg (1 vez al día) o rilpivirina 25 mg (1 vez al día).
▶▶ Al alta de urgencias se entregará al paciente la medicación necesaria hasta su revisión en las
consultas de Enfermedades Infecciosas que deberá realizarse en los días siguientes.
▶▶ El tratamiento de profilaxis postexposición se completará durante 28 días.
4. SITUACIONES ESPECIALES
4.1. OTRAS ENFERMEDADES DE TRANSMISIÓN SEXUAL
En las agresiones sexuales se aconseja además instaurar una pauta de tratamiento empírico tri-
ple con ceftriaxona, metronidazol y azitromicina o doxiciclina.
Puntos clave/recuerda
▶▶ La profilaxis post-exposición es una estrategia de prevención secundaria que trata de evitar
la transmisión de una infección tras una exposición. Diferenciaremos la exposición ocupa-
cional de no ocupacional.
▶▶ Para valorar la necesidad de profilaxis frente a VIH tras una exposición ocupacional es fun-
damental conocer la situación serológica tanto de la fuente como del trabajador expuesto
y para ello solicitaremos a cada uno de ellos test rápido de VIH, serología de VHB y VHC y al
trabajador expuesto una analítica básica.
▶▶ Si la serología del trabajador expuesto es negativa y la serología de la fuente es positiva
para VIH se valorará la necesidad de profilaxis teniendo en cuenta el tipo de exposición.
▶▶ Si la profilaxis post-exposición ocupacional está indicada se recomienda iniciarla lo antes
posible, preferentemente en las primeras 24 horas y siempre dentro de las primeras 72 horas.
No está indicada la PPE si han pasado más de 72 horas desde la exposición.
▶▶ En el caso de la exposición no ocupacional lo más probable es que no podamos disponer
de los datos serológicos de la fuente por lo que en la mayoría de casos la recomendación se
establecerá en base a riesgos estimados.
▶▶ Para la profilaxis de VIH la recomendación establece como primera elección el tratamiento
con tenofovir difumarato 245 mg/emtricitabina 200 mg (1 comprimido cada 24 horas) y
raltegravir 400 mg (1 comprimido cada 12 horas). En caso de enfermedad renal leve, mode-
rada o severa el tratamiento antirretroviral con tenofovir difumarato/emtricitabina no debe
pautarse.
▶▶ En las agresiones sexuales se aconseja además instaurar una pauta de tratamiento empí-
rico triple con ceftriaxona, metronidazol y azitromicina o doxiciclina. En caso de sospecha
o confirmación de abuso sexual se notificará a las autoridades judiciales y se realizará un
examen físico forense.
▶▶ Se valorará la PPE para VHB si se confirma que la fuente tiene una infección por VHB activa
o si pertenece a un grupo de alto riesgo.
▶▶ Tras valorar la indicación de profilaxis para el VIH, VHB o VHC el paciente será dado de alta
informándole que durante el periodo de seguimiento deberá evitar una posible transmisión
secundaria del VIH o de otras infecciones.
INFECCIOSAS
MANUAL DE URGENCIAS
987
ALGORITMO
PPE OCUPACIONAL FRENTE AL VIH
¿Tiempo desde la exposición > 72 h?
SÍ NO
- Servicio de
Prevención de
Riesgos Laborales Valoración Valoración
- Consulta de serológica de la serológica del
Enfermedades fuente paciente expuesto
Infecciosas
Servicio de
Prevención de Valorar el tipo de - Servicio de
Riesgos Laborales exposición* Prevención de
Riesgos Laborales
- Consulta de
Enfermedades
¿Se recomienda
Infecciosas
PPE?
SÍ NO
-D
ispensar el tratamiento Derivar al Servicio
antiretroviral necesario de Prevención de
hasta revisión en consulta de Riesgos Laborales
Enfermedades Infecciosas
-D
erivar al Servicio de Prevención
de Riesgos Laborales
ALGORITMO DE ACTUACIÓN
PPE NO OCUPACIONAL FRENTE AL VIH
¿Pertenece la exposición a una situación en que no está indicada la PPE?
a) Cualquier tipo de exposición con líquidos no infectantes: vómitos, heces,
saliva, sudor, lágrimas, orina y esputo (no tienen riesgo significativo
excepto si tienen sangre visible).
b) Exposiciones sobre piel intacta. Mordeduras sin rotura de piel ni
sangrado. Pinchazo o erosión superficial con agujas u otros objetos
punzantes o cortantes abandonadas que no han estado en contacto
reciente con sangre. Besos. Reanimación boca a boca sin lesiones
cutaneomucosas. Caricias. Masturbación sin rotura de piel ni exposición a
sangre. Relación sexual con uso adecuado del preservativo.
SÍ NO
Se recomienda PPE.
Valorar riesgo Dispensar tratamiento
de transmisión* antiretroviral necesario
hasta revisión en consulta
de Enfermedades
Infecciosas
Derivar a consultas
de Enfermedades
Infecciosas
ALGORITMO DE ACTUACIÓN
PPE FRENTE A VHB
¿Se trata de una exposición con riesgo de transmisión?
Exposición percutánea, mucosa o piel no integra, a sangre, fluidos o tejidos
corporales con sangre visible, otros fluidos corporales potencialmente
infecciosos (secreciones vaginales, semen y líquidos cefalorraquídeo, sinovial,
pleural, pericárdico, peritoneal y amniótico) y muestras de laboratorio que
contienen virus, exposición sexual y victima de asalto o abuso sexual.
SÍ NO
¿ Tiene la fuente una infección por VHB Control habitual por Médico
activa confirmada o pertenece a un de Atención Primaria
grupo de alto riesgo?
SÍ NO
Determinar anti-HBs
Respuesta
adecuada: Respuesta inadecuada: anti-HBs <
antiHBs > 10 10 mUI/ml
mUI/ml
Fuente HBsAg + o Administrar 1 dosis Protegido: No Con 2 series Con 1 serie
desconocida de IGHB (*) + Serie precisa PPE completas de completa de
completa de vacunación vacuna VHB vacuna VHB
o completar vacunación
Administrar 1
del VHB, según
Administrar 2 dosis de IGHB
corresponda (**)
dosis de IGHB (*) + completar
separadas 1 nueva serie de
mes* vacunación del
VHB (**)
*IGHB: Inmunoglobulina de la Hepatitis B; Dosis de 0,06ml/Kg (12-20 UI/Kg) por vía intramuscular. Se debe administrar lo
antes posible después de la exposición, preferiblemente en las primeras 24 horas. No se ha demostrado su eficacia
si se administra después de 7 días de la exposición.
**La dosis de vacuna se debe administrar lo antes posible después de la exposición, preferiblemente en las primeras
24 horas. Se puede administrar simultáneamente con la IGHB en sitios separados (la vacuna siempre en el músculo
deltoides).
INFECCIOSAS
BIBLIOGRAFÍA
CAPÍTULO 89
CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE PATOLOGÍA INFECCIOSA
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INFECCIOSAS
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CAPÍTULO 95
NEUMONÍA EN SITUACIONES ESPECIALES. NEUMONÍA NOSOCOMIAL, RIESGO DE PATÓGENO
NO HABITUAL/MULTIRRESISTENCIA, NECROTIZANTE, ASPIRATIVA
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CEREBRAL
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INFECCIOSAS
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CAPÍTULO 102
ENDOCARDITIS INFECCIOSA Y BACTERIEMIA ASOCIADA A CATÉTER
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ENFERMEDADES DE TRANSMISIÓN SEXUAL
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CAPÍTULO 110
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CAPÍTULO 111
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CAPÍTULO 112
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ENDOCRINOLOGÍA
CAPÍTULO 113
MANEJO DEL PACIENTE DIABÉTICO
EN URGENCIAS
María Mir Montero | Marta Alvarado Blasco
1. INTRODUCCIÓN
La diabetes mellitus (DM) tipo 2 es uno de los problemas sanitarios más graves de nuestro tiempo,
con una prevalencia en España del 12-25 %. Se estima que el 13 % de los pacientes hospitaliza-
dos presentan una glucemia mayor de 200 mg/dl al ingreso y, de ellos, pese a hiperglucemias
persistentes en los sucesivos días de ingreso, hasta el 36 % son dados de alta sin diagnóstico de
diabetes ni de hiperglucemia.
El 30-40 % de los pacientes que consultan en los Servicios de Urgencias son diabéticos. En la
mayoría de los casos, el motivo de consulta en Urgencias no es una alteración glucémica pero su
detección y tratamiento y el control global del paciente diabético deben ser una prioridad para el
médico urgenciólogo.
La hiperglucemia no es solo un fenómeno acompañante de la enfermedad sino que además es un
factor pronóstico de la misma, asociándose a mayor tasa de infecciones nosocomiales, mortalidad
hospitalaria, ingresos en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y prolongación del tiempo de ingreso.
Es necesario el conocimiento de un correcto manejo del paciente diabético en Urgencias y dejar
atrás prácticas clínicas subóptimas aplicadas durante décadas.
Tabla 1. Pauta de insulina correctora en función de dosis total de insulina requerida, peso del paciente
y determinación de glucemia capilar
Dieta Dieta
oral absoluta
Algoritmo 2. Paciente diabético con tratamiento domiciliario con insulina +/- ADO
Suspender ADO
Dieta Dieta
oral absoluta
Por otro lado, se calculará la insulina prandial (lispro) con la siguiente fórmula: 0,15 UI/kg/día. Esa
cantidad se repartirá entre desayuno, comida y cena.
Además, se dejará indicada una pauta correctora de insulina ultrarrápida (lispro) en función de las
glucemias capilares medidas antes de desayuno, comida y cena (tabla 1).
El manejo de este paciente se podría esquematizar del siguiente modo (algoritmo 3):
Dieta Dieta
oral absoluta
Puntos clave/recuerda
▶▶ La hiperglucemia es un factor pronóstico de la enfermedad que la desencadena, asocián-
dose a mayor tasa de infecciones nosocomiales, mortalidad hospitalaria, ingresos en la
UCI y prolongación del tiempo de ingreso.
▶▶ En Urgencias la sospecha de DM o glucemia basal alterada debe hacerse atendiendo a
las cifras de glucosa en ayunas o a determinaciones mayores de 200 mg/dl en cualquier
momento.
▶▶ Debemos realizar controles glucémicos como parte del despistaje de hiperglucemia o dia-
betes a todo paciente diabético, a los pacientes no diabéticos con hallazgo de glucemias
en urgencias por encima de 180 mg/dl, a los no diabéticos en tratamiento esteroideo y a
los pacientes con nutrición artificial.
▶▶ Los objetivos de control glucémico para el paciente en Urgencias son: glucemia en ayunas
menor de 140 mg/dl y glucemia posprandial (a las 2 h de la ingesta) menor de 180 mg/dl.
▶▶ Como norma general, los ADO deben ser suspendidos durante el manejo agudo de un
paciente en el Servicio de Urgencias ya que ciertas situaciones que se dan o fármacos
concomitantes ponen en riesgo de acidosis al paciente con ADO.
CAPÍTULO 114
HIPOGLUCEMIA
Laura Pérez Alonso | Virginia Vílchez Aparicio
1. DEFINICIÓN
La definición de hipoglucemia depende de la presencia o no de diabetes mellitus (DM):
▶▶ En individuos sanos, es un síndrome clínico en el que la concentración baja de glucosa plas-
mática (menor de 55 mg/dl) produce una serie de síntomas y signos que se resuelven con la
elevación de la glucemia.
▶▶ En individuos diabéticos, la hipoglucemia se define como cualquier episodio de concentración
plasmática de glucosa anormalmente baja (menor de 70 mg/dl), con o sin síntomas, en el que el
individuo se expone a un daño.
2. ETIOLOGÍA
Tradicionalmente las causas de la hipoglucemia se clasificaban en función de la fisiopatología,
atendiendo a la presencia o no de hiperinsulinismo. En la actualidad, se dividen en función de
las características del paciente, sano o aparentemente enfermo, para un abordaje más práctico,
dado que si se documenta una hipoglucemia en un paciente sano, será preciso un estudio poste-
rior más amplio.
3. CLASIFICACIÓN
Según sus consecuencias clínicas, diferenciamos:
▶▶ Hipoglucemia grave: requiere para su recuperación la ayuda de otra persona que administre
hidratos de carbono, glucagón u otras medidas. Aunque no se disponga de medición de glu-
cemia, la recuperación neurológica atribuible a la restauración de la concentración normal de
glucosa se considera evidencia suficiente.
▶▶ Hipoglucemia documentada sintomática: los síntomas típicos de hipoglucemia se acompañan
de una determinación en el plasma inferior a 70 mg/dl.
CAPÍTULO 114
1014 HIPOGLUCEMIA
4. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Existen dos tipos de síntomas: neurogénicos (adrenérgicos) y neuroglucopénicos:
▶▶ Síntomas neurogénicos: sudoración, palidez, temblor, taquicardia, palpitaciones, ansiedad,
hambre y debilidad. Aparecen a partir de valores de glucemia inferiores a 60 mg/dl. Los sínto-
mas adrenérgicos pueden estar enmascarados en pacientes que padezcan neuropatía autóno-
ma o que estén en tratamiento con betabloqueantes.
▶▶ Síntomas neuroglucopénicos: mareo, visión borrosa, cefalea, disartria, afasia, parestesias, pa-
resias, alteración del comportamiento, agresividad, habla incoherente y confusión. Se inician
con glucemias inferiores a 55 mg/dl. Por debajo de 30 mg/dl pueden producirse convulsiones y
coma. La presencia de síntomas neuroglucopénicos en pacientes sin diabetes conocida orienta
más a una causa subyacente que los síntomas neurogénicos.
5. DIAGNÓSTICO
5.1. CRITERIOS DIAGNÓSTICOS
▶▶ En pacientes no diabéticos: se diagnostica con la tríada de Whipple: síntomas de hipoglucemia,
documentación de glucemia inferior a 55 mg/dl y mejoría de los síntomas tras la normalización
de la glucemia.
▶▶ En pacientes diabéticos: depende según la clasificación anterior de la documentación de cifras
de glucemia inferiores a 70 mg/dl o de la presencia de síntomas.
6. TRATAMIENTO
El tratamiento debe ir dirigido a la corrección de los síntomas y a la identificación de la causa
responsable.
lina de forma aguda, evitando las dosis repetidas de glucosa v.o. o i.v. mientras se espera
que se disipe la acción de la sulfonilurea, reduciendo los requerimientos de glucosa y
previniendo la hipoglucemia recidivante (50-75 mg s.c. Sandostatin® Ampollas de 50 y
100 ug).
▶▶ Si transcurridos de 10 a 30 min tras la normalización de la glucemia el paciente no ha recupe-
rado el nivel de consciencia, hay que descartar complicaciones, como el edema cerebral. Si
se confirma, se deben administrar:
• Dexametasona 10 mg i.v, seguido de 4 mg/6 h.
• Manitol (Manitol Mein® sol. 20 %, 250 ml = 50 g): 0,5-1 g/kg i.v. a pasar en 20-30 min, seguido de
0,25-0,50 g/kg/4-6 h.
Puntos clave/recuerda
▶▶ La cifra de glucosa que define el síndrome hipoglucémico depende de la situación previa
del paciente (diabético conocido o no).
▶▶ La causa más frecuente de hipoglucemia en un paciente sano es el hiperinsulinismo endó-
geno y en pacientes medicados la farmacológica.
▶▶ En el paciente consciente se puede tratar la hipoglucemia con aportes orales de glucosa,
pero en el paciente inconsciente o con deterioro importante de la consciencia el trata-
miento debe ser rápido e i.v.
▶▶ La hipoglucemia en pacientes con síntomas neuroglucopénicos es una emergencia médica.
CAPÍTULO 114
1018 HIPOGLUCEMIA
ALGORITMO
HIPOGLUCEMIA
DM: glucemia < 70 mg/dl
No DM: síntomas + glucemia < 55 mg/dl + recuperación
tras la normalización de la glucemia recuperación tras
normalización glucemia
100 mg de actocortina
Aparentemente Mala respuesta Valorar glucagón
DM Recuperación
sano al tratamiento
Si persiste un bajo
nivel de consciencia TC
CEREBRAL
DM: diabetes mellitus; TC: tomografía computarizada; UCI: Unidad de Cuidados Intensivos.
CAPÍTULO 115
CETOACIDOSIS DIABÉTICA E HIPERGLUCEMIA
HIPEROSMOLAR. HIPERGLUCEMIA SIMPLE
Marta Alvarado Blasco | Virginia Vílchez Aparicio | María Mir Montero
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
La cetoacidosis diabética (CAD) y la hiperglucemia hiperosmolar (HH), también llamada hiperglu-
cemia no cetósica, son dos de las complicaciones más graves de la diabetes mellitus (DM).
La CAD suele aparecer en situaciones en las que existe un déficit absoluto de insulina, como en
la DM tipo 1, aunque también se puede dar en la DM tipo 2 bajo condiciones de estrés extremo.
Se caracteriza por la presencia de hiperglucemia y cetoacidosis. Tiene una mortalidad del 5 %.
La HH es menos frecuente y se produce en pacientes que tienen cierta reserva de insulina. Se ca-
racteriza por la presencia de hiperglucemia mantenida y deshidratación. Su mortalidad es mayor
que la de la CAD dado que la HH suele afectar a pacientes más mayores y con más comorbilidad;
puede alcanzar el 15 % de los casos.
En más de un tercio de los casos, los pacientes presentan un cuadro mixto de cetoacidosis e hi-
perosmolaridad.
2. ETIOLOGÍA
Los principales factores precipitantes de las descompensaciones hiperglucémicas se recogen en
la tabla 1.
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
La CAD se desarrolla rápidamente, habitualmente en 24 h. Los síntomas característicos son: po-
liuria, polidipsia, polifagia, vómitos, dolor abdominal y debilidad. El dolor abdominal, asociado a
náuseas y vómitos, es frecuente y se correlaciona con el grado de acidosis metabólica. Si existe
dolor abdominal en ausencia de acidosis metabólica o cuando esta ya se ha corregido, es nece-
sario descartar otras causas de dolor abdominal.
Los pacientes con CAD pueden desprender un olor afrutado por la exhalación de acetona y pre-
sentar respiración de Kussmaul. Además, suelen tener la temperatura normal o baja, incluso
cuando el desencadenante es una infección, debido a la vasoconstricción periférica.
En la HH, los síntomas aparecen de forma insidiosa a lo largo de varios días. Inicialmente, el pa-
ciente presenta poliuria, polidipsia y pérdida de peso. Posteriormente, aparecen los síntomas
neurológicos (letargia, focalidad neurológica y, raramente, coma). Se deben buscar otras causas
de deterioro neurológico cuando el paciente con HH presenta estupor o coma y la osmolaridad
efectiva no es superior a 320 mOsm/kg.
CAPÍTULO 115
1020 CETOACIDOSIS DIABÉTICA E HIPERGLUCEMIA HIPEROSMOLAR. HIPERGLUCEMIA SIMPLE
En los pacientes con HH, los datos exploratorios más relevantes son aquellos relacionados con
la deshidratación y con las alteraciones neurológicas. La taquipnea es muy frecuente y, a veces,
existe respiración de Cheyne-Stokes.
4. DIAGNÓSTICO
Se basa en una adecuada sospecha clínica y un conjunto de pruebas complementarias compa-
tibles.
Es imprescindible la toma de constantes vitales (temperatura, tensión arterial, frecuencias cardía-
ca y respiratoria y saturación de oxígeno). Es necesario realizar una exploración física completa
(buscando datos de depleción de volumen y de posibles precipitantes), así como una exploración
neurológica básica.
Ante la sospecha clínica de una complicación hiperglucémica, se determinarán de forma inme-
diata la glucemia y los cuerpos cetónicos a nivel capilar. Inmediatamente después, se solicitarán
análisis de sangre completo y análisis de orina. Por otro lado, en función de la sospecha clínica y
de la causa desencadenante, ampliaremos el estudio con electrocardiograma, cultivo de esputo,
urocultivo, hemocultivos, radiografía de tórax, etc. Se recomienda la determinación de hemog-
lobina glicosilada (HbA1c) tanto en pacientes diabéticos conocidos (si no tienen ninguna dentro
de los 3 meses previos) como en pacientes no diabéticos conocidos con hiperglucemia de nueva
aparición (puede ayudar a diferenciar entre pacientes diabéticos no diagnosticados e hipergluce-
mia de estrés).
4.1. GLUCEMIA
4.2. CUERPOS CETÓNICOS EN LA SANGRE
Los niveles por debajo de 0,6 mmol/l están en el rango de la normalidad.
ENDOCRINOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1021
4.3. SODIO
Es necesario corregir el sodio plasmático con la siguiente fórmula:
Na+ corregido = Na+ medido + [0,016 x (glucosa – 100)]
La mayoría de los pacientes con CAD o HH tienen una hiponatremia leve. Sin embargo, los pacien-
tes con HH que tienen una importante diuresis osmótica pueden tener niveles normales o eleva-
dos de sodio. La hiperlipidemia no controlada de algunos pacientes diabéticos puede producir
pseudohiponatremia y pseudohipercloremia.
AG elevado (suele ser mayor de 20 mEq/l) por acumulación de cetoácidos. El bicarbonato sérico en
la CAD está muy disminuido, mientras que en la HH se encuentra normal o ligeramente disminuido.
4.5. POTASIO
Es necesario corregir la cifra de potasio sérico sabiendo que el K+ aumenta 0,6 mmol/l por cada 0,1
U de disminución de pH (y viceversa):
K+ corregido: K+ plasmático – (0,6 mEq/l por cada 0,1 puntos de descenso del pH)
Tanto en la CAD como en la HH suele haber un déficit corporal de potasio (de 3 a 5 mEq/kg), de-
bido sobre todo a las pérdidas por la diuresis osmótica. Sin embargo, el potasio sérico al ingreso
puede ser normal o estar elevado hasta en un tercio de los pacientes.
4.7. FOSFATO
Al igual que ocurre con el potasio, a pesar de que su concentración corporal total se encuentra
disminuida, su cifra sérica se encontrará normal o aumentada.
4.9. HEMOGRAMA
La leucocitosis es proporcional al grado de cetonemia. Sin embargo, si es mayor de 25.000 o el
porcentaje de cayados es superior al 10 %, sugiere infección. Suele existir elevación del hemató-
crito por hemoconcentración.
Los criterios de gravedad de la CAD y de la HH se indican en las tabla 2 y tabla 3, respectivamente.
Debemos realizar diagnóstico diferencial con otras causas de cetoacidosis en las que la glucemia
suele estar baja (alcohólica, por inanición) y con otras acidosis con AG elevado que no cursan con
elevación de cuerpos cetónicos (acidosis láctica, insuficiencia renal aguda o crónica avanzada,
intoxicación por metanol, intoxicación por etilenglicol, intoxicación por salicilatos, intoxicación
por paracetamol, rabdomiólisis masiva, etc.).
CAPÍTULO 115
1022 CETOACIDOSIS DIABÉTICA E HIPERGLUCEMIA HIPEROSMOLAR. HIPERGLUCEMIA SIMPLE
5. TRATAMIENTO
El tratamiento de la CAD y de la HH es similar y está resumido en el algoritmo. Los objetivos del
mismo son:
▶▶ Descenso de la glucemia a un ritmo de 50 mg/dl/h.
▶▶ Ritmo de diuresis de 0,5 ml/kg/h.
▶▶ Descenso de la cifra de cuerpos cetónicos en el plasma de 0,5/h, en caso de estar presentes.
▶▶ Aumento de bicarbonato de 3 mEq/h, en caso de que esté disminuido.
5.2. FLUIDOTERAPIA
▶▶ El déficit medio de fluidos es de 3 a 6 l en la CAD y de 8 a 10 l en la HH.
▶▶ La reposición total ha de hacerse en aproximadamente 24 h.
▶▶ Inicialmente, se hará con suero salino (SS) al 0,9 %: 1.000 cc/h. Posteriormente, tras la segunda
o la tercera hora, se elegirá el tipo de suero en función del estado de hidratación, la diuresis y los
niveles en la sangre (corregidos) de sodio y potasio. La mayoría de los pacientes tienen natremia
normal o elevada, por lo que se cambiará a suero salino hipotónico (SS al 0,45 %). Si el sodio
sérico está bajo (< 135 mEq/l), se puede continuar con SS al 0,9 %. El ritmo de infusión será de
250-500 ml/h.
ENDOCRINOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1023
5.3. INSULINA
▶▶ La terapia con insulina no debe iniciarse hasta conocer el valor del potasio sérico.
▶▶ Si el potasio sérico corregido es menor de 3,3 mEq/l, se pospondrá la insulinoterapia hasta
haber corregido la hipopotasemia.
▶▶ Inicialmente, se administrará un bolo i.v. de insulina regular (U de insulina regular i.v. en bolo =
0,1 UI x kg de peso del paciente). Posteriormente, se iniciará la perfusión i.v. de insulina: 50 UI de
insulina regular en 50 ml de suero salino fisiológico (SSF) al 0,9 %, quedando una dilución de 1
UI/ml. El ritmo será de 0,1 UI/kg/h.
▶▶ El objetivo es conseguir un descenso de glucemia de 50-70 mg/dl/h. En caso de no alcan-
zarse, se comprobará el acceso venoso y se subirá la velocidad de infusión de 2 en 2. Si la
glucemia desciende más de 100 mg/dl/h, se disminuirá el ritmo de infusión.
▶▶ Cuando la glucemia alcanza los 250 mg/dl en la CAD o los 250-300 mg/dl en la HH, debe cam-
biarse la sueroterapia a 250-500 ml/h de SS al 0,9 % o al 0,45 % + SG al 10 % 1.000 cc/24 h y
reducir la perfusión de insulina a la mitad.
La CAD se considera resuelta cuando la glucosa se mantiene por debajo de 200 mg/dl, el AG es
menor de 12 mEq/l, la cifra de cuerpos cetónicos es menor de 0,6 mmol/l, el bicarbonato sérico
es mayor o igual a 18 mEq/l y el pH venoso es mayor de 7,30.
La HH se considera resuelta cuando la glucosa se mantiene entre 250 y 300 mg/dl, el paciente está
mentalmente alerta y la osmolalidad plasmática es menor de 315 mOsm/kg.
Una vez que la crisis hiperglucémica está resuelta, el manejo posterior dependerá de si el pacien-
te puede comer o no:
a) Los candidatos a dieta oral recibirán:
▶▶ Dieta rica en hidratos de carbono.
▶▶ Insulina basal s.c. en su horario normal y ajustando sus dosis habituales (en el caso de ser pa-
ciente diabético conocido y estar recibiendo previamente insulina) o con una dosis calculada
según la siguiente fórmula habitual:
0,2 – 0,3 UI x kg/día
(si el peso del paciente es menor o mayor de 90 kg, respectivamente)
Glargina o detemir: dosis única diaria, preferiblemente por la noche.
NPH: en 2 dosis, el 60 % en el desayuno y el 40 % en la cena.
CAPÍTULO 115
1024 CETOACIDOSIS DIABÉTICA E HIPERGLUCEMIA HIPEROSMOLAR. HIPERGLUCEMIA SIMPLE
▶▶ Una dosis de insulina de acción rápida s.c. en función de la última glucemia capilar medida:
Glucemia 100-149 → 4 UI, 150-199 → 6 UI, 200-249 → 8 UI
▶▶ La bomba de insulina se suspenderá 1 h después de la administración de la insulina de acción
rápida.
▶▶ Posteriormente, en cada comida se administrará la insulina de acción rápida s.c. que se precise:
prandial (0,15 U/kg/día, repartidas entre las 3 comidas principales) e insulina correctora (tabla 4).
Tabla 4. Pauta de insulina correctora en función de dosis total de insulina requerida, peso del
paciente y determinación de glucemia capilar
5.4. POTASIO
▶▶ Previamente a la administración de potasio, tenemos que asegurarnos de que el paciente tiene
una función renal adecuada (ritmo de diuresis > 50 ml/h).
▶▶ Si el potasio sérico corregido es menor de 3,3 mEq/l, se pospondrá o se suspenderá la insulino-
terapia hasta haber corregido la hipopotasemia para evitar posibles arritmias, paro cardíaco o
debilidad de la musculatura respiratoria. 20-40 mEq de cloruro potásico/h hasta que el potasio
ENDOCRINOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1025
sérico sea superior a 3,3 mEq/l. Si el paciente necesita aportes de potasio superiores a 40 mE-
q/l, es preferible utilizar SS al 0,45 %.
▶▶ Si el potasio sérico corregido es mayor o igual de 5,5 mEq/l, no se administrarán aportes pero
deberá realizarse un control a las 2 h.
▶▶ Si el potasio sérico corregido está entre 3,3 y 5,5 mEq/l, se añadirán entre 20 y 30 mEq de cloruro
potásico/l de sueroterapia. El objetivo es mantener unos niveles séricos de potasio de 4 y 5 mEq/l.
5.5. BICARBONATO
▶▶ La administración de bicarbonato puede conllevar importantes efectos indeseados, por lo que
está limitada a situaciones de CAD grave con pH < 6,9 y/o hiperpotasemia grave.
▶▶ En el caso de que la administración de bicarbonato esté indicada, se calcularán los mEq de
HCO3- sódico necesarios según la siguiente fórmula:
Déficit de HCO3- = 0,4 x peso (kg) x (HCO3- deseado – HCO3- medido)
El HCO3- deseado suele ser de 10-12 mEq/l.
Los viales de 250 ml de HCO3- 1 M aportan 250 mEq de HCO3-. Los viales de 250 ml de HCO3- 1/6 M
aportan 41 mEq.
▶▶ La administración de bicarbonato ha de ir acompañada de cloruro potásico a no ser que el
potasio sérico sea superior a 5,5 mEq/l.
▶▶ Inicialmente, se administrará la mitad del déficit calculado en 30-60 min. Posteriormente, con
una nueva gasometría, se repetirá el cálculo y la infusión correspondiente hasta que el pH sea > 7:
• Para administrar 40 mEq de HCO3-: 250 cc de HCO3- 1/6 M + 10 mEq de ClK, a pasar en 1 h.
• Para administrar 80 mEq de HCO3-: 500 cc de HCO3- 1/6 M + 20 mEq de ClK, a pasar en 2 h.
• Para administrar 100 mEq de HCO3-: 100 cc de HCO3- 1 M diluidos en 400 cc de SS al 0,45 % + 20
mEq de cloruro potásico, a pasar en 2 h.
5.6. FOSFATO
▶▶ La hipofosfatemia suele ser asintomática y autolimitada. Solo debe plantearse tratamiento en
pacientes con una cifra de fosfato sérico inferior a 1 mg/dl, especialmente si se acompaña de
disfunción cardíaca, anemia hemolítica o disfunción respiratoria.
▶▶ Se administra añadiendo entre 20 y 30 mEq de fosfato monopotásico a cada litro de suero,
preferiblemente hipotónico.
ALGORITMO
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS CAD: glucemia > 300 mg/dl, pH < 7.30, bicarbonato < 15 mEq/L, cetonemia > 5 mmol
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS HH: glucemia > 600 mg/dl, Osm plasmática > 320 mOsm/Kg, ausencia de cetosis
CAD: cetoacidosis diabética; GV: gasometría venosa; HH: hiperglucemia hiperosmolar; ICC: insuficiencia cardíaca congesti-
va; SG: suero glucosado; SS: suero salino; Na+: sodio; ** Na+ corregido = Na+ medido + [0,016 x (glucosa – 100)]; K+: potasio; i.v.:
intravenoso; HCO3-: bicarbonato; **Cálculo del déficit de HCO3-: 0,4 x peso (kg) x HCO3- deseado – HCO3- medido.
ENDOCRINOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1027
HIPERGLUCEMIA SIMPLE
Llamamos hiperglucemia simple a una glucemia superior a 200 mg/dl sin descompensación meta-
bólica asociada (acidosis o hiperosmolaridad).
Puede deberse a diferentes causas: infecciones, enfermedades graves, estrés, cirugía, traumatis-
mos graves, embarazo, fármacos, etc.
Suele presentarse de forma asintomática salvo por los síntomas derivados de la causa etiológica.
Los pacientes no diagnosticados previamente de DM que presentan una hiperglucemia simple
y datos de insulopenia, como poliuria, polidipsia, polifagia y pérdida de peso, no necesitan una
segunda determinación de glucemia para el diagnóstico de DM.
Ante todo paciente con glucemia superior a 200 mg/dl se deben registrar temperatura, tensión
arterial, frecuencias cardíaca y respiratoria, estado de hidratación y presencia de cetosis o no. Es
necesario descartar la presencia de CAD o HH puesto que la actitud terapéutica sería diferente.
La indicación de tratamiento en una hiperglucemia simple se establece con una cifra superior a
250 mg/dl con el objetivo de conseguir cifras inferiores a 200. Si la glucemia es inferior a 250, no
requiere tratamiento inmediato.
El tratamiento de elección en los casos indicados es la insulina rápida o los análagos de insulina
de acción ultrarrápida s.c.
Podemos esquematizar el tratamiento según la cifra de glucemia del siguiente modo:
▶▶ Ante una glucemia < 399 mg/dl, administraremos 500 cc de SS al 0,9 % en 2 h (si no existe con-
traindicación) y bolos de insulina de acción rápida o ultrarrápida s.c. según la glucemia: 200-250
mg/dl → 4 UI, 251-300 mg/dl → 6 UI, 301-350 mg/dl → 8 UI, 351-399 → 10 UI.
▶▶ Ante una glucemia > 400 mg/dl, administraremos 500 cc de SSF al 0,9 % en 2 h (si no existe
contraindicación) y, tras comprobar que el paciente tiene una kalemia superior a 3,3 mEq/l,
iniciaremos la perfusión de insulina regular i.v. (50 UI/50 ml de SS al 0,9 %) a un ritmo de 0,1 U/
kg/h. Cuando la glucemia sea menor de 250 mg/dl, se disminuirá el ritmo de infusión a la mitad
y se añadirá SG al 10 % (al menos 1.000 cc en 24 h).
▶▶ Cuando las glucemias sean estables y menores de 200 mg/dl, se iniciará dieta oral para diabé-
ticos y se administrarán antidiabéticos orales o insulina s.c., según su tratamiento previo y con
las modificaciones pertinentes.
Habitualmente la hiperglucemia simple no requiere ingreso hospitalario salvo en pacientes con
patología grave asociada. En pacientes diabéticos no conocidos que tengan datos de insulinope-
nia y en pacientes con intolerancia oral se podría plantear una observación prolongada sin nece-
sidad de ingreso hasta lograr una ingesta adecuada, realizar una educación diabetológica inicial
apropiada y coordinar el tratamiento y el seguimiento al alta del paciente.
CAPÍTULO 115
1028 CETOACIDOSIS DIABÉTICA E HIPERGLUCEMIA HIPEROSMOLAR. HIPERGLUCEMIA SIMPLE
Puntos clave/recuerda
▶▶ A todo paciente diabético con síntomas, hay que realizar la glucemia capilar y, si está por
encima de 200 mg/dl, cuerpos cetónicos en la sangre para el despistaje de complicacio-
nes hiperglucémicas graves.
▶▶ En CAD y HH el dolor abdominal, asociado a náuseas y vómitos, es frecuente y se corre-
laciona con el grado de acidosis metabólica. Si existe dolor abdominal en ausencia de
acidosis metabólica o cuando esta ya se ha corregido, es necesario descartar otras causas
de dolor abdominal.
▶▶ Se deben buscar otras causas de deterioro neurológico cuando el paciente con HH pre-
senta estupor o coma y la osmolalidad efectiva no es superior a 320 mOsm/kg.
▶▶ La terapia con insulina no debe iniciarse hasta conocer el valor del potasio sérico. Si es
menor de 3,3 mEq/l, se pospondrá o se suspenderá la insulinoterapia hasta haber co-
rregido la hipopotasemia para evitar posibles arritmias, paro cardíaco o debilidad de la
musculatura respiratoria.
▶▶ La CAD se considera resuelta cuando la glucosa se mantiene por debajo de 200 mg/dl, el
AG es menor de 12 mEq/l, la cifra de cuerpos cetónicos es menor de 0,6 mmol/l, el bicar-
bonato sérico es mayor o igual a 18 mEq/l y el pH venoso es mayor de 7,30.
▶▶ La HH se considera resuelta cuando la glucosa se mantiene entre 250 y 300 mg/dl, el pa-
ciente está mentalmente alerta y la osmolalidad plasmática es menor de 315 mOsm/kg.
▶▶ No hay que suspender la perfusión i.v. de insulina hasta 2 h después de haber administra-
do insulina s.c. lenta o 1 h de insulina s.c. rápida.
CAPÍTULO 116
OTRAS URGENCIAS ENDOCRINOLÓGICAS
Virginia Vílchez Aparicio | Marta Alvarado Blasco | María Mir Montero
1. CRISIS TIROTÓXICA
1.1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
Es la emergencia médica causada por liberación excesiva y súbita de hormona tiroidea. Es una
rara y grave complicación de un hipertiroidismo grave mal tratado o no diagnosticado y de larga
evolución (puede aparecer en cualquiera de las entidades etiológicas del hipertiroidismo). Pre-
senta una mortalidad en torno a un 10-30 %. Continúa suponiendo un desafío diagnóstico y te-
rapéutico.
1.2. ETIOLOGÍA
Aparece en pacientes con hipertiroidismo (conocido o no) tras un mecanismo precipitante: ciru-
gía (tiroidea y no tiroidea), infecciones y sepsis, administración de contrastes yodados, yoduro ra-
dioactivo, cetoacidosis, coma hiperosmolar, hipoglucemia, mala adherencia o supresión brusca
de fármacos antitiroideos (la causa más habitual) y sobredosis de hormona tiroidea; también con:
ictus, embarazo, traumatismo, tromboembolismo pulmonar (TEP)…
1.4. DIAGNÓSTICO
Es clínico y se basa en la presencia de manifestaciones graves y potencialmente mortales en un
paciente con evidencia bioquímica de hipertiroidismo.
Existen escalas que pueden resultar útiles para identificar a pacientes con alta probabilidad de
presentar una crisis tirotóxica. La más sensible es la escala de Burch-Wartofsky (tabla 1).
Existen hallazgos de laboratorio que nos ayudan a establecer el diagnóstico:
CAPÍTULO 116
1030 OTRAS URGENCIAS ENDOCRINOLÓGICAS
2. COMA MIXEDEMATOSO
2.1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
Es un estado clínico poco frecuente en el cual un individuo con un hipotiroidismo preexistente de
larga evolución muestra una descompensación grave. Tiene una elevada mortalidad.
CAPÍTULO 116
1032 OTRAS URGENCIAS ENDOCRINOLÓGICAS
2.2. ETIOLOGÍA
Abarca el abandono del tratamiento (causa más frecuente) o la presencia de un factor precipi-
tante del cuadro, como una infección, fármacos (amiodarona, betabloqueantes, litio o sedantes),
situaciones que aumentan las necesidades energéticas, como el frío, una cirugía, traumatismos y
una enfermedad aguda intercurrente.
2.4. DIAGNÓSTICO
Es un diagnóstico de sospecha basado en la historia clínica y en la exploración física en un paciente
con niveles bajos de hormonas tiroideas.
Pruebas complementarias:
▶▶ Analítica de sangre: es frecuente encontrar anemia, hiponatremia, hipoglucemia, elevación de tran-
saminasas, creatincinasa (CK) y lactato deshidrogensa (LDH), hipercolesterolemia, disminución de
la presión parcial de oxígeno (PaO2) y aumento de la presión parcial de dióxido de carbono (PaCO2).
▶▶ Hormonas tiroideas: los niveles de T4 libre serán muy bajos y la TSH será alta en el hipotiroidis-
mo primario o normal o baja en el secundario.
▶▶ Hay que valorar extraer una muestra para analizar los niveles de cortisol para descartar insufi-
ciencia suprarrenal asociada.
▶▶ ECG: muestra bradicardia sinusal, prolongación del QT y voltaje bajo con aplanamiento o inver-
sión de las ondas T.
▶▶ Radiografía de tórax: puede mostrar cardiomegalia debido a derrame pericárdico.
2.5. TRATAMIENTO
2.5.1. Medidas generales
▶▶ Habitación a 20-25 ºC.
▶▶ Recalentar con mantas o suero fisiológico por sonda nasogástrica (SNG).
▶▶ Soporte ventilatorio.
▶▶ Remontar la hipotensión si existe (si no responde a la administración de fluidos, deberían ad-
ministrarse vasopresores).
▶▶ Corregir la hipoglucemia si la hay: restricción hídrica si existe hiponatremia (hay que tener precau-
ción con la fluidoterapia; si la hiponatremia es grave, hay que administrar sueros hipertónicos).
▶▶ Tratamiento antibiótico si existe o se sospecha infección concomitante.
la vía oral. Si no se dispone de vía i.v., se puede administrar una dosis de carga de 1.000 mcg
por SNG. Debería valorarse administrar concomitantemente T3 i.v. a dosis iniciales de 5-20 mcg,
seguido de 2,5 a 10 mcg/8 h.
▶▶ Debemos monitorizar diariamente o cada 48 h los niveles de T4 y T3 libres.
3. CRISIS SUPRARRENAL
3.1. DEFINICIÓN
Se trata de una situación de riesgo vital en la que se produce una disminución brusca de los nive-
les de cortisol, por lo que es importantísimo su prevención en pacientes con insuficiencia supra-
rrenal conocida ante situaciones de estrés (tabla 2).
3.2. ETIOLOGÍA
Se suele dar en pacientes con insuficiencia suprarrenal crónica primaria o secundaria (con mayor
riesgo los que tienen insuficiencia suprarrenal primaria) que no está siendo tratada o tras actuar
algún factor desencadenante (frecuentemente una enfermedad gastrointestinal, dado que dismi-
nuye la absorción de la corticoterapia, sepsis o estrés posquirúrgico, trauma, infarto de miocardio,
deshidratación, exposición al frío, quemaduras o sobreesfuerzo). Otras causas son la lesión aguda
Tabla 2. Prevención de crisis suprarrenal: recomendaciones de dosis de corticoides durante una enfermedad
o un procedimiento
SITUACIÓN RECOMENDACIONES
Enfermedad febril menor Doblar la dosis v.o. de corticoides hasta la resolución del proceso
Vómitos persistentes y/o Hidrocortisona 50 mg/8-12 h i.m./i.v. y valorar El ingreso
diarrea
Enfermedad médica grave Hidrocortisona 50-100 mg/8 h i.v., con disminución progresiva
Embarazo Aumento de la dosis de corticoides un 25-50 %
Cirugía mayor con tiempo Hidrocortisona 100 mg i.v. antes de la anestesia y posteriormente 200-300
largo de recuperación mg i.v. de hidrocortisona cada 24 h, con disminución diaria de la dosis hasta
la habitual de mantenimiento
Cirugía mayor con rápida Hidrocortisona 100 mg i.v. antes de la anestesia. El día de la cirugía 50 mg/8
recuperación h i.v. y después disminuir a la mitad las siguientes 24 h y volver a la dosis
habitual los siguientes días
Parto Hidrocortisona 100 mg i.v. al inicio, doblar la dosis v.o. las 24-48 h
posteriores al parto y después seguir con la dosis normal
Cirugía menor o dental Hidrocortisona 100 mg i.v. antes de la cirugía y doblar la dosis las 24 h
mayor posteriores
Cirugía dental menor Doblar la dosis durante 24 h y después seguir con la dosis habitual
Procedimientos Hidrocortisona 100 mg i.v. antes, doblar la dosis las 24 h posteriores y
invasivos: endoscopias, después seguir con la dosis habitual
arteriografías…
CAPÍTULO 116
1034 OTRAS URGENCIAS ENDOCRINOLÓGICAS
3.4. DIAGNÓSTICO
El diagnóstico en Urgencias es eminentemente clínico.
Pruebas complementarias:
▶▶ Hallazgos analíticos frecuentes: hiponatremia, hiperpotasemia (en la insuficiencia suprarrenal
primaria), hipoglucemia, deterioro de la función renal por deshidratación o hipercalcemia, aci-
dosis metabólica, anemia, linfocitosis y eosinofilia.
▶▶ Radiografía de tórax, sistemático de orina, hemocultivos y urocultivos.
▶▶ Analítica de hormonas: la determinación de los niveles de cortisol y hormona adrenocortico-
tropa (ACTH) (antes de administrar corticoides) podría ser útil para un diagnóstico preliminar.
▶▶ Si el paciente no presentaba insuficiencia suprarrenal crónica conocida, podrían realizarse tomografía
computarizada (TC) de abdomen para valorar las suprarrenales o TC craneal para valorar la hipófisis.
3.5. TRATAMIENTO
3.5.1. Medidas generales
▶▶ Canalizar una vía venosa periférica, monitorización de constantes y del ritmo cardíaco y sondaje
urinario para controlar la diuresis.
▶▶ Fluidoterapia: infusión de suero para la corrección de la depleción hidroelectrolítica, comen-
zando con suero fisiológico 3-4 l/24 h (si el paciente está en shock, 1 l la primera h, 500 cc la
segunda hora y después en función de la evolución hemodinámica), alternando con suero
glucosado (un volumen total de unos 4-6 l las primeras 24 h). Este ritmo de perfusión variará
en función de tensión arterial, diuresis y presión venosa central (PVC). No se debe administrar
potasio inicialmente. Si existe hipoglucemia, hay que administrar glucosa hipertónica al 50 % y
disminuir la velocidad de perfusión de suero salino en las siguientes 24-48 h.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Las urgencias endocrinológicas son graves y requieren un alto grado de sospecha diag-
nóstica.
▶▶ Se pueden presentar en pacientes con diagnóstico conocido de una enfermedad endocri-
na descompensada o, menos frecuentemente, como inicio de la enfermedad.
▶▶ En casos de hipertermia con pobre respuesta a los antitérmicos, hay que incluir la crisis
tirotóxica en el diagnóstico diferencial.
▶▶ En una crisis tirotóxica el tratamiento debe instaurarse lo más precozmente posible, sin
demora por esperar confirmación analítica.
▶▶ Las causas más frecuentes de coma mixedematoso son el abandono del tratamiento y la
presencia de un factor precipitante, como infección, fármacos o situaciones que aumen-
tan las necesidades energéticas.
▶▶ La crisis suprarrenal es una situación de riesgo vital que se produce por una disminución
brusca de los niveles de cortisol. Es importantísima su prevención en pacientes con insu-
ficiencia suprarrenal conocida ante situaciones de estrés.
ENDOCRINOLOGÍA
BIBLIOGRAFÍA
CAPÍTULO 113
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CAPÍTULO 121
ANEMIA
Carolina Fernández Palacios | Cecilia Carolina Carrasco Vidoz
M.ª Teresa García Sanz
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
La anemia es la disminución de la masa eritrocitaria y de la concentración de hemoglobina (Hb)
circulantes en el organismo, precisando de mecanismos compensadores para evitar la hipoxia
tisular. Se define como Hb < 13 g/dl en varones, 12 g/dl en mujeres y 11 g/dl en embarazadas.
Determinadas situaciones pueden falsear el valor de la concentración de Hb, sea por hemodilu-
ción (embarazo, anemias carenciales, insuficiencia renal aguda, insuficiencia cardíaca, macroglo-
bulinemia, hipoalbuminemia, hiperesplenismo, ortostatismo) o por hemoconcentración (deshi-
dratación, diarrea, síndromes inflamatorios crónicos intestinales, paracentesis, diálisis peritoneal,
cetoacidosis diabética, diabetes insípida).
2. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
La anemia puede aparecer como resultado de 3 mecanismos fundamentales: pérdidas hemáticas,
disminución en la producción de hematíes y hemólisis. Las anemias por exceso de destrucción o
pérdidas cursan con reticulocitos elevados. En las debidas a defectos de producción los reticulo-
citos se encuentran bajos. Podemos clasificarlas en función de la etiopatogenia y del volumen cor-
puscular medio (VCM) (tablas 1 y 2). La anemia ferropénica es la enfermedad más prevalente del
mundo, seguida en frecuencia por la anemia asociada a trastornos crónicos, que es a su vez la más
común en los pacientes ingresados. En muchos casos la anemia tiene un origen multifactorial.
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Los signos y síntomas son debidos a la combinación de hipoxia celular y de mecanismos
compensadores de la misma y dependen principalmente de la velocidad de instauración de
la anemia, de la cuantía de las pérdidas, de la edad del paciente y de la presencia de comor-
bilidades.
Una pérdida aguda de sangre, sobre todo si la hemorragia es grave, puede producir taqui-
cardia, hipotensión, fallo cardíaco, shock hipovolémico o síntomas neurológicos (acúfenos,
cefalea, irritabilidad, somnolencia, confusión, vértigo…). En cambio, las anemias crónicas
suelen ser asintomáticas o manifestarse con astenia progresiva, cefalea, disnea de esfuerzo
y palpitaciones. En la deficiencia de vitamina B12 aparecen neuropatía periférica bilateral o
desmielinización de las vías piramidales y posteriores de la médula espinal, dando lugar a
parestesias, debilidad muscular, dificultad para caminar, trastornos psicóticos, alteraciones
en la visión y demencia.
4.1. ANAMNESIS
Incluye síntomas de anemia, procesos sistémicos coexistentes, antecedentes familiares de ane-
mia, cirugías previas, toma de fármacos, hábitos tóxicos, sangrados a cualquier nivel y dieta de-
ficiente.
5. TRATAMIENTO
El manejo terapéutico en Urgencias varía en función de la situación clínica del paciente. Si se
encuentra hemodinámicamente inestable, se deberá obtener un acceso venoso periférico de
calibre grueso en cada brazo y/o una vía central e iniciar la infusión rápida de volumen, oxige-
noterapia a alto flujo y tratamiento etiológico (cirugía, endoscopia…) y valorar la necesidad de
transfundir hematíes o sangre alogénica mientras se localiza el punto de sangrado y se controla
la hemorragia. En los pacientes estables no siempre es necesario realizar estudio ni tratamien-
to urgentes.
suelen ser bien tolerados. La transfusión de una unidad de concentrado de hematíes incrementa
la Hb del paciente en 1 g/dl y el hematócrito en un 3 %. Antes de la transfusión es conveniente
extraer una muestra de sangre para el estudio de la anemia, ya que la transfusión interfiere con
los análisis posteriores.
Puntos clave/recuerda
▶▶ El tratamiento de la anemia se debe hacer siempre de forma individualizada.
▶▶ Hay que pensar en la administración de hierro en todo paciente con sospecha de anemia
ferropénica establecida y estable hemodinámicamente.
▶▶ Se debe valorar siempre la extracción de estudio de anemia antes de la transfusión.
CAPÍTULO 121
1084 ANEMIA
ALGORITMO
Valorar la situación
clínica del paciente
Hemodinámicamente Hemodinámicamente
INESTABLE ESTABLE
(sangrado agudo) (sangrado
subagudo-crónico)
Tratamiento Valorar la
Estabilización
etiológico necesidad de Tratamiento Valorar la
transfundir etiológico necesidad de
hemoderivados transfusión
• Acceso venoso
periférico y/o
central
• Oxígeno a alto flujo
• Fluidoterapia
Ingreso Alta
• Deterioro hemodinámico-
cardiorrespiratorio agudo Tratamiento Estudio
• Hemorragia clínica aguda activa domiciliario ambulatorio
• Anemia de presentación aguda
• Sospecha de hemólisis, aplasia o
infiltración tumoral
• Impedimentos físicos-psíquicos
• Escaso soporte familiar-social
CAPÍTULO 122
LEUCEMIA AGUDA
José M.ª Galván Román | Ana Gómez Berrocal
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
La leucemia es una neoplasia de origen hematopoyético en la que la médula ósea produce de for-
ma descontrolada células inmaduras de origen clonal debido a múltiples mutaciones genéticas,
lo que conlleva la aparición de síntomas generales por liberación de esas células en la sangre pe-
riférica y/o por desplazamiento de la normal hematopoyesis en la médula ósea. En España se cal-
cula una incidencia de 7-9/100.000 habitantes/año. El pronóstico de la leucemia varía en función
de la edad de su aparición; en > 15 años la supervivencia es del 28,4 % en la leucemia linfocítica
aguda (LLA) y del 19,8 % en la leucemia mieloide aguda (LMA).
2. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
2.1. FACTORES RELACIONADOS CON SU APARICIÓN
Solo se conocen algunos factores de riesgo de algunos subtipos de leucemias. La exposición a
radiaciones ionizantes y la presencia de enfermedades hematológicas subyacentes (síndrome
mielodisplásico, síndromes mieloproliferativos crónicos) aumentan el riesgo de leucemia agu-
da (LA). La exposición laboral a productos derivados del benceno y al formaldehído, los trata-
mientos previos con una combinación de fármacos quimioterápicos que contienen mostaza
nitrogenada, Oncovin® (vincristina), procarbacina y prednisona (MOPP) y con el isótopo fósfo-
ro-32, enfermedades congénitas como el síndrome de Down y la anemia de Fanconi también
se han relacionado con determinados subtipos de LMA. La exposición al humo del tabaco en
el adulto se ha relacionado con el desarrollo de LMA y la exposición prenatal se ha relacionado
con la aparición de LLA en la población infantil.
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
3.1. PRINCIPALES SIGNOS Y SÍNTOMAS
Los síntomas que refieren los pacientes son generalmente inespecíficos. Son frecuentes los
relacionados con la insuficiencia medular y con la infiltración de órganos: síndrome anémico
(astenia, disminución de la tolerancia al ejercicio, cefalea, dolor torácico o disnea); fiebre y/o
infecciones de repetición como consecuencia de la granulocitopenia; epistaxis o gingivorra-
gias si existe trombopenia grave, hemorragia copiosa o en lugares inusuales en los casos de
coagulación intravascular diseminada (CID); saciedad precoz, epigastralgia o dispepsia, que se
producen en relación con el hiperesplenismo; y síntomas neurológicos cuando hay afectación
del sistema nervioso central por infiltración o por hemorragia intracraneal (cefalea, focalidad,
alteraciones de la visión…).
Los signos clínicos también pueden ser inespecíficos. Es habitual encontrar postración, taquip-
nea, palidez cutánea o decaimiento; pueden encontrarse fiebre y taquicardia en ausencia de in-
fección: equimosis, petequias, hematomas o sangrados en sábana, así como signos de trombosis.
Las lesiones en la piel son sobreelevadas y no pruriginosas y son más frecuentes en las LLA. La
existencia de linfadenopatías, esplenomegalia y hepatomegalia son más frecuentes en LLA, aun-
que resultan más específicas de otras condiciones hematológicas de curso indolente.
El cortejo sintomático de la LMA se desarrolla generalmente de forma paulatina durante semanas
o meses, mientras que en los casos de LLA la aparición de síntomas es más brusca y se acompa-
ñan frecuentemente de tiritona, pérdida de peso, artralgias y mialgias. Debido a la poca especifi-
cidad de signos y síntomas, es habitual diferir el diagnóstico interpretando inicialmente el cuadro
clínico como de origen viral.
ATRA: ácido transretinoico; CID: coagulación intravascular diseminada; HBPM: heparina de bajo peso molecular; HIC: hipertensión intracraneal;
LA: leucemia aguda; LCR: líquido cefalorraquídeo; LLA: leucemia linfocítica aguda; LMA: leucemia mieloide aguda; LPA: leucemia promielocítica
aguda; PCR: proteína C reactiva; RM: resonancia magnética; SSF: suero salino fisiológico; TC: tomografía computarizada.
HEMATOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1089
5. TRATAMIENTO
5.1. ETIOLÓGICO
Se utilizan combinaciones de quimioterápicos, anticuerpos monoclonales y citotóxicos en dife-
rentes esquemas (tratamiento de inducción y de consolidación). Se indicará alotrasplante o auto-
trasplante de células hematopoyéticas en caso de respuesta inadecuada al tratamiento.
Tabla 3. Criterios de gravedad al diagnóstico en la leucemia aguda (leucemia mieloide aguda del adulto)
Puntos clave/recuerda
▶▶ Los signos y síntomas son secundarios al crecimiento incontrolado de células leucémicas
en médula ósea y otros órganos.
▶▶ El frotis de sangre periférica permite una aproximación diagnóstica precoz.
▶▶ Se incluyen hidratación intensiva, corrección iónica y reducción de niveles de ácido úrico
como prevención/tratamiento del síndrome de lisis tumoral y de hiperleucocitosis.
CAPÍTULO 122
1092 LEUCEMIA AGUDA
ALGORITMO
DIAGNÓSTICO DE SOSPECHA Fiebre
• Con o sin infecciones de
repetición
+ Síndrome anémico
SÍNTOMAS • Astenia, cefalea, disnea
INESPECÍFICOS • Palidez
+ Alteraciones de la
coagulación
• Hemorragias de sitios
FROTIS COMPATIBLE inusuales
• Trombosis
LEUCEMIA AGUDA
Anemia
• Normocítica y
ALTERACIONES normocrómica
HEMATOLÓGICAS Trombocitopenia
• < 50.000
• Sin historia de uso de
heparinas
• Sin agregados en el frotis
Leucocitosis
• < 4.000
• > 1.000.000
TRATAMIENTO TRATAMIENTO
• Desviación izquierda o
DE SOPORTE ESPECÍFICO
blastos
Coagulación
MANEJO DE LAS • TP, rp-TA, TTPa
COMPLICACIONES prolongados
LMA no LPA • Fibrinógeno < 125 mg/dl
HEMORRÁGICAS EN LA
CID** • Dímero-D elevado
• Transfusión de
plaquetas para LLA
conseguir > 50.000
• Crioprecipitado de 10 U
si el fibrinógeno < 125 LPA
mg/dl
• Concentrado de
hematíes para conseguir
hematócrito > 30 % TRASLADO AL HOSPITAL,
CON SERVICIO DE
HEMATOLOGÍA
MANEJO DE LA PREFERENTEMENTE
NEUTROPENIA Valorar ATRA CON UNIDAD DE
FEBRIL en Urgencias* TRASPLANTE
ATRA: ácido transretinoico; CID: coagulación intravascular diseminada; LLA: leucemia linfocítica aguda; LMA: leucemia
mieloide aguda ; LPA: leucemia promielocítica aguda; rp-TA: activador tisular del plasminógeno recombinante; TP: tiempo
de protrombina; TTPa: tiempo de tromboplastina parcial activado.
CAPÍTULO 123
TROMBOCITOPENIA. LEUCOPENIA.
PANCITOPENIA
María Cuadrado Fernández | Virginia Vílchez Aparicio
1. TROMBOCITOPENIA
1.1. DEFINICIÓN
Se define como trombocitopenia la existencia de un recuento plaquetario < 150.000 plaquetas/
mm3. Según dicho recuento, se pueden establecer 3 grados: trombocitopenia leve (150.000-100.000
plaquetas/mm3), moderada (50.000-100.000 plaquetas/mm3) y grave (< 5.0000 plaquetas/mm3).
1.2. ETIOLOGÍA
La trombocitopenia puede estar en relación con descenso de producción plaquetaria en la mé-
dula ósea, aumento de la destrucción periférica, secuestro plaquetario o dilución (tabla 1). Es im-
portante distinguir la trombocitopenia real de la pseudotrombocitopenia (debida a la formación
de agregados plaquetarios inducidos por etilendiaminotetracético [EDTA]).
1.4.5. Serologías
Se debe realizar serología del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y del virus de la he-
patitis C (VHC); otros estudios serológicos (virus de Epstein-Barr [VEB], citomegalovirus [CMV],
parvovirus B19…) irán orientados a la sospecha clínica.
1.5. TRATAMIENTO
1.5.1. Medidas generales
Están dirigidas a disminuir el riesgo hemorrágico del paciente. Se debe considerar la retirada
de fármacos implicados en la trombocitopenia, así como de antiagregantes o anticoagulantes.
Respecto a la restricción de la actividad física, en general, en pacientes asintomáticos no es
necesaria, aunque en caso de trombocitopenia grave es recomendable evitar actividades de
riesgo.
en pacientes con plaquetas < 30.000/mm 3 o en pacientes con plaquetas entre 50.000 y
30.000 con sangrado activo o factores de riesgo. El tratamiento de elección se centra en
los glucocorticoides (prednisona 1 mg/kg/día), a los que pueden añadirse inmunoglobu-
linas i.v. (2 g/kg, que pueden ser administrados de dos formas: 1 g/kg/día en 2 días o 0,4
g/kg en 5 días) en caso de sangrado grave. En pacientes refractarios cabe plantearse la
esplenectomía o el tratamiento con agentes trombopoyéticos. En caso de sangrado grave
debe plantearse la necesidad de transfusión plaquetaria (siempre en combinación con
corticoides e inmunoglobulinas).
▶▶ Microangiopatías trombóticas: se caracterizan por la combinación de anemia hemolítica mi-
croangiopática, trombopenia y formación de trombos plaquetarios en los pequeños vasos,
con disfunción orgánica secundaria. Incluyen el síndrome hemolítico urémico (SHU) (más
frecuente en niños y caracterizado por la presencia de fallo renal), la púrpura trombocitopé-
nica trombótica (PTT) (debida a deficiencia congénita o adquirida de la enzima plaquetaria
ADAMTS13 y caracterizada por la presencia de alteraciones neurológicas) y otras microan-
giopatías (como el SUH atípico o microangiopatías secundarias a fármacos, VIH, neoplasias
o enfermedades autoinmunes). En todos los casos el tratamiento debe incluir medidas de
soporte y en el caso de la PTT se basa en la plasmaféresis, que debe iniciarse de forma pre-
coz, asociado al uso de corticoides (prednisona a dosis de 1 mg/kg/día v.o. en pacientes sin
afectación neurológica o metilprednisolona a dosis de 125 mg/6-12 h i.v. en casos graves o
que no toleren la vía oral), así como de rituximab (sobre todo en casos de refractariedad o
recidiva).
▶▶ Trombocitopenia inducida por heparina: está mediada por anticuerpos anti-FP4, que favo-
recen la activación y la agregación plaquetaria. Se manifiesta por la aparición de trombo-
citopenia asociada en ocasiones a fenómenos trombóticos tanto arteriales como venosos.
Su tratamiento implica la suspensión de la heparina, así como el inicio de otro fármaco
anticoagulante (argatrobán o fondaparinux) (ver capítulo sobre la anticoagulación).
2. LEUCOPENIA
Se define como una cifra de leucocitos en la sangre periférica < 4.000/mm3. Comprende la neutro-
penia y la linfopenia.
2.1. DEFINICIÓN
Se define como neutropenia la presencia de < 1.500 neutrófilos/mm3 en la sangre periférica. Se
puede dividir en leve (1.000-1.500/mm3), moderada (500-1.000/mm3) y grave (< 500/mm3).
HEMATOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1097
2.2. ETIOLOGÍA
La neutropenia puede dividirse en congénita o adquirida (tabla 3).
2.5. TRATAMIENTO
2.5.1. Medidas generales
Se deben suspender los fármacos que puedan estar implicados en la aparición de la neutropenia
y vigilar los signos de infección, así como mantener una buena higiene corporal y oral. En caso de
neutropenia grave y prolongada, el paciente puede requerir aislamiento inverso.
de tumor (leucemia mieloide aguda [LMA], síndrome mielodisplásico [SMD], leucemia linfocítica
aguda [LLA]) e intensidad de la quimioterapia (como regímenes que lleven análogos de purinas).
3. LINFOPENIA
Se define como un recuento de linfocitos < 1.000/mm3.
Las principales causas de la linfopenia se resumen en la tabla 5.
Las pruebas complementarias deben dirigirse a la sospecha clínica. Puede ser útil la realización
de una extensión de sangre periférica, así como serologías o estudios de autoinmunidad. El ma-
nejo de la linfopenia debe ir orientado al de la enfermedad de base.
4. PANCITOPENIA
4.1. DEFINICIÓN
Se define como la asociación de anemia, trombopenia y leucopenia.
4.2. ETIOLOGÍA
La pancitopenia puede ser debida a una enfermedad medular primaria (congénita o adquirida), a
infiltración de la medula ósea o a aumento de destrucción, secuestro o redistribución. Las princi-
pales causas de la pancitopenia se recogen en la tabla 6.
4.5. TRATAMIENTO
Está dirigido a la enfermedad de base, pudiendo requerir tratamiento de soporte de cada ci-
topenia.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Es importante distinguir la trombocitopenia real de la pseudotrombocitopenia (debida a
la formación de agregados plaquetarios inducidos por EDTA).
▶▶ La correlación entre el riesgo de sangrado y el recuento plaquetario en ocasiones es in-
cierta, debiendo tener en cuenta otros factores, como la coexistencia de defectos en la
función plaquetaria y alteraciones de la coagulación.
▶▶ En cualquier citopenia hay que investigar los fármacos como causa desencadenante.
▶▶ La necesidad de transfusión plaquetaria siempre se debe individualizar. Es más eficaz en
trombocitopenias de causa central que en las periféricas y está contraindicada en caso de
microangiopatías trombóticas.
▶▶ Las manifestaciones clínicas de la neutropenia dependen de la presencia de infección
asociada.
▶▶ El riesgo de infección en la neutropenia es mayor en la insuficiencia medular que en la
neutropenia periférica.
▶▶ Es importante tener en cuenta que en los pacientes neutropénicos los signos de infección
pueden ser menos manifiestos.
▶▶ El tratamiento con factores de crecimiento queda reservado para pacientes con neutro-
penia prolongada e infecciones graves o recidivantes, siempre que se haya descartado
antes la presencia de leucemia mieloide subyacente.
CAPÍTULO 124
DIÁTESIS HEMORRÁGICA
Ana Belén Carlavilla Martínez | Francisco Javier Castelbón Fernández
1. INTRODUCCIÓN
La hemostasia es el conjunto de mecanismos que mantienen la integridad del sistema vascular
tras una lesión endotelial, evitando la pérdida sanguínea y regulando la duración del tapón
hemostático. Deriva de la adecuada interacción de tres sistemas: la hemostasia primaria, la
secundaria y el sistema fibrinolítico.
1.3. FIBRINÓLISIS
La lisis del coágulo comienza inmediatamente después de su formación por acción de la plas-
mina, que da lugar a los productos de degradación del fibrinógeno (PDF). Sus activadores son el
factor tisular, el factor XII y el activador tisular del plasminógeno (tPA).
Todos estos procesos están regulados por inhibidores de la coagulación (antitrombina III, proteí-
na C, proteína S, cofactor II de la heparina) e inhibidores de la fibrinólisis (a2-antiplasmina, inhibi-
dor del activador del plasminógeno, inhibidor de la plasmina).
2. DIAGNÓSTICO
La diátesis o predisposición hemorrágica puede deberse a un gran número de procesos, tanto
hereditarios como adquiridos. Para el correcto enfoque diagnóstico de estos trastornos, es fun-
damental realizar unas buenas anamnesis y exploración física.
2.1. ANAMNESIS
Debe interrogarse al paciente en busca de antecedentes familiares de enfermedades hemorrági-
cas (hemofilia, enfermedad de von Willebrand [EvW]), así como de episodios personales previos
HEMATOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1103
3. TRASTORNOS HEMORRÁGICOS
3.1. TRASTORNOS HEREDITARIOS
3.1.1. Trombopenias hereditarias
(Ver el capítulo 123).
FvW en pacientes con trastornos linfoproliferativos (el más frecuente es la leucemia linfática crónica),
lupus eritematoso sistémico y neoplasias de órgano sólido.
El FvW es una proteína que se sintetiza en los megacariocitos y el endotelio. Interviene en la adhe-
sión y agregación plaquetaria y se une al factor VIII circulante para estabilizar el tapón plaquetario.
Las manifestaciones hemorrágicas dependen de la cuantía del déficit. Suelen ser hemorragias
mucocutáneas (epistaxis, gingivorragia, sangrado por heridas menores), sangrado posparto y
menorragias.
El diagnóstico se sospecha con la historia familiar y/o personal de sangrado con cifra normal de
plaquetas y TTPa normal o aumentado. Se confirma con la detección del cofactor de ristocetina
y la determinación cuantitativa del FvW.
En el tratamiento de las hemorragias leves se emplean hemostáticos locales y antifibrinolíticos
como el ácido tranexámico (15-25 mg/kg/8-12 h v.o.). También se usa desmopresina (DDAVP), que
aumenta la concentración plasmática del FvW y el factor VIII (0,3 mg/kg i.v. diluidos en 100 ml de
suero salino fisiológico [SSF] a pasar en 30 min). Esta última no debe emplearse en niños < 2 años
(por el riesgo de hiponatremia) ni en cardiópatas o pacientes con enfermedad cerebrovascular.
En caso de hemorragia grave o en los pacientes que vayan a someterse a cirugía mayor deben
emplearse concentrados de FvW y factor VIII (Wilate®).
3.1.3. Hemofilias
En la hemofilia A se produce un déficit cuantitativo del factor VIII y en la B del factor IX. Ambas
presentan herencia ligada al cromosoma X y se clasifican en función del nivel de los factores en
leve (> 5 %), moderada (1-5 %) y grave (< 1 %).
Los síntomas más frecuentes son los hemartros, los hematomas musculares y los sangrados tar-
díos y persistentes tras traumatismo o cirugías. En las formas graves pueden aparecer sangrados
de los sistemas nervioso central (SNC) o gastrointestinal o hematuria.
El diagnóstico se sospechará en todo varón con sangrado de localización típica y antecedentes
familiares (aunque hasta un 30 % de los casos se deben a mutaciones de novo) con un TTPa alar-
gado que se corrige al añadir plasma normal. Se confirma con la determinación cuantitativa de
los factores.
En hemorragias leves se emplean hemostáticos locales, ácido tranexámico o DDAVP i.v. En casos
graves o cirugía mayor se emplean los factores deficitarios.
y renal], microangiopatías trombóticas, por fármacos [penicilinas, aspirina, quinina] o por altera-
ciones del tejido conectivo (desnutrición, corticoides, amiloidosis).
3.2.5. Hepatopatía
En los pacientes con hepatopatías son frecuentes las complicaciones hemorrágicas y trombóti-
cas por alteraciones en la hemostasia. Por otro lado, las determinaciones de laboratorio habitua-
les (alteraciones de TP, INR, TTPa, plaquetas, fibrinógeno) no siempre predicen adecuadamente
el riesgo hemorrágico en estos pacientes. Por ello, se recomienda evitar el uso profiláctico de
hemoderivados para corregir alteraciones analíticas de la coagulación antes de realizar un proce-
dimiento invasivo y guiar las transfusiones por la aparición de hemorragias. El tratamiento de las
hemorragias en los pacientes hepatópatas se resume en la tabla 1.
3.2.8. Fármacos
Son múltiples los fármacos causantes de coagulopatía: antagonistas de la vitamina K y anticoa-
gulantes orales de acción directa (ver capítulo sobre la anticoagulación), coloides, antibióticos
(isoniazida, rifampicina, betalactámicos), anticomiciales…
CAPÍTULO 124
1108 DIÁTESIS HEMORRÁGICA
Tenemos que destacar dos ideas claves en pacientes con diátesis hemorrágica: por un lado, evitar
el uso de hemoderivados de forma preventiva antes de procedimientos invasivos o quirúrgicos,
salvo intervenciones de alto riesgo; por otro lado, recomendar la profilaxis con heparina de bajo
peso molecular (HBPM) cuando esté indicada.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Para el diagnóstico de diátesis hemorrágica es fundamental indagar la presencia de
otras enfermedades asociadas con la hemorragia y la toma de fármacos o productos
de herbolario.
▶▶ La forma de presentación de la hemorragia puede orientar hacia una alteración de la he-
mostasia primaria (hemorragias inmediatas en piel y mucosas: púrpuras, equimosis, epis-
taxis, gingivorragias, hematuria) o secundaria (sangrados que se demoran horas o incluso
días, de mayor cuantía y que suelen afectar a articulaciones, tejido muscular u órganos
internos y retroperitoneo).
▶▶ Es fundamental la realización de frotis de sangre periférica para descartar agregados
plaquetarios en las pseudotrombopenias y para hacer un despistaje de enfermedades
hematológicas.
▶▶ El diagnóstico de hemofilia se sospechará en todo varón con sangrado de localización
típica y antecedentes familiares con un TTPa alargado que se corrige al añadir plasma
normal. Se confirma con la determinación cuantitativa de los factores.
▶▶ En la CID aparecen trombopenia y/o fibrinogenemia con o sin hemorragia asociada,
aumento de DD y PDF y alargamiento de TP y TTPa. Cursa con hemorragias en cualquier
localización y fenómenos microtrombóticos que pueden ocasionar necrosis cutánea
generalizada (púrpura fulminans) y fallo multiorgánico.
CAPÍTULO 125
ANTICOAGULACIÓN
Y TROMBOPROFILAXIS EN URGENCIAS
M.ª Lorena Castro Arias | Alicia Paloma García Marín
1. INTRODUCCIÓN
La elección del tratamiento anticoagulante debe ser individualizada para cada paciente y requiere
valoración sistematizada de la indicación establecida, ausencia de contraindicaciones y de ries-
gos trombótico y hemorrágico, nivel de anticoagulación deseado y elección óptima del fármaco.
2. FÁRMACOS ANTICOAGULANTES
La elección óptima del fármaco anticoagulante ha de realizarse atendiendo a las características
farmacológicas del mismo, a los riesgos trombótico y hemorrágico, a los antecedentes personales,
a la situación clínica del paciente y a la esfera biopsicosocial.
Tabla 2. Pauta de modificación de la dosis de la heparina no fraccionada en función del control del tiempo
de tromboplastina parcial activada
TTPa CAMBIO DE DOSIS (ml/h) PRÓXIMO CONTROL DEL TTPa
< 35 s Bolo de 80 UI/kg + subir el ritmo de infusión a 4 ml/h 6h
35-45 s Bolo de 40 UI/kg + subir el ritmo de infusión a 2 ml/h 6h
46-70 s No modificar 24 h
71-90 s Disminuir el ritmo de infusión a 2 ml/h 6h
> 90 s Suspender la perfusión 1 h y reiniciar disminuyendo 6 h después de reiniciar la
el ritmo de infusión a 3 ml/h perfusión
TTPa: tiempo de tromboplastina parcial activada.
Como complicaciones de uso puede presentar hemorragia y trombocitopenia inducida por he-
parina (TIH); en ambos casos ha de suspenderse su administración. En caso de hemorragia vital
puede administrarse 1 mg de protamina por cada 100 UI de HNF, la mitad de dosis si han pasado
30 min desde su administración.
Ante la sospecha de TIH se recomienda estudio, determinación de anticuerpos anti-FP4-hepa-
rina e iniciar anticoagulación con otros fármacos, como argatrobán o fondaparinux. Si se desea
introducir fármacos antagonistas de la vitamina K (AVK), se administrarán a dosis bajas junto con
el fármaco anticoagulante elegido previamente para evitar necrosis cutánea, siempre y cuando el
recuento de plaquetas > 150.000/mm³. Cuando la International Normalizated Ratio (INR) se sitúe
en rango terapéutico 3 días consecutivos, se suspenderá el primer fármaco anticoagulante.
2.1.3. Heparinoides
El fondaparinux (Arixtra®) es un inhibidor indirecto del factor Xa con respuesta rápida y predeci-
ble. Su eliminación es renal. No precisa monitorización y carece de antídoto específico. Dado que
no tiene reacción cruzada con anticuerpos antiheparina, puede usarse en pacientes con sospe-
cha de TIH. Se pueden revisar sus indicaciones en la tabla 5. Está contraindicado en insuficiencia
renal grave (con ClCr < 30 ml/min) y embarazo.
Se administra generalmente a dosis fijas de 2,5 mg/24 h salvo para la indicación de tratamiento
de la ETEV, en la que se realiza un cálculo de dosis ajustado al peso de la siguiente manera: 5
mg/24 h si pesa < 50 kg; 7,5 mg/24 h si pesa 50-100 kg y 10 mg/24 h si pesa > 100 kg. Cabe destacar
que es el primer fármaco aprobado para el tratamiento de la trombosis venosa superficial (TVS)
y requiere una duración de tratamiento de 30 días, que se prolongan a 45 días en pacientes que
presentan alto riesgo de complicaciones tromboembólicas.
2.1.4. Argatrobán
Es un inhibidor directo de la trombina de administración intravenosa. Está indicado en caso de
TIH con una dosis inicial de 2 mg/kg/min en perfusión continua, excepto en pacientes críticos,
con disfunción hepática moderada o sometidos a cirugía cardíaca, en los que se recomienda una
dosis inicial de 0,5 mg/kg/min. Su monitorización incluye un primer control de TTPa 2 h después
del inicio de la administración, considerándose como objetivo un valor de TTPa 1,5-3 veces el
valor basal. Carece de antídoto específico.
estos casos es 5 mg/12 h y 2,5 mg/12 h si tiene ≥ 2 de las siguientes características: > 80 años,
peso < 60 kg o creatinina > 15 mg/dl. Prolonga TP y TTPa de manera discreta.
No requiere ajuste de dosis con insuficiencia renal leve o moderada; con ClCr < 15 no se recomienda
su uso.
Está contraindicado en cualquier patología que aumente el riesgo de sangrado, sangrado activo,
hepatopatía y tratamiento concomitante con cualquier otro anticoagulante salvo en situaciones
temporales de cambio de los mismos.
4. SITUACIONES ESPECIALES
4.1. ANTICOAGULACIÓN EN EL EMBARAZO
Las HBPM no atraviesan la barrera placentaria, por lo que se consideran el fármaco de elección
durante el embarazo. Además, presentan baja incidencia de osteoporosis y trombocitopenia ma-
terna. Enoxaparina, nadroparina y dalteparina son los fármacos con mayor experiencia. Se reco-
mienda evitar los AVK especialmente en el primer trimestre. Ante la necesidad de su uso durante
el embarazo, deben suspenderse antes de la semana 37. No hay ensayos clínicos de los fármacos
anticoagulantes de acción directa en mujeres gestantes.
En pacientes en tratamiento con AVK de alto riesgo (prótesis mitral mecánica, prótesis aórtica
metálica antigua, ictus o AIT en los 6 meses previos) o moderado riesgo (prótesis aórtica metálica
y un factor de los siguientes: FA, ictus o AIT previos, HTA, DM, ICC o > 75 años) se recomiendan HNF
o HBPM a dosis terapéuticas como terapia puente, siendo la última dosis de administración antes
del procedimiento a las 6 h en caso de HNF y 24 h en caso de HBPM. En pacientes de bajo riesgo
(prótesis aórtica metálica sin FA ni otros factores de riesgo) se recomienda el uso de HBPM a dosis
profilácticas como terapia puente, siendo la última administración 12 h antes del procedimiento.
Los pacientes en tratamiento con dabigatrán que precisen un procedimiento invasivo o cirugía con
compromiso vital o emergente se benefician de la administración de su antídoto idarucizumab
HEMATOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1117
5. TROMBOPROFILAXIS
5.1. PROFILAXIS DE LA ENFERMEDAD TROMBOEMBÓLICA VENOSA DURANTE EL
EMBARAZO Y POSPARTO
Además de la posible existencia de factores de riesgo preexistentes, el embarazo presenta una
serie de cambios (estado de hipercoagulabilidad, aumento de la estasis venosa, activación en-
dotelial, etc.) que predisponen al desarrollo de ETEV. Está indicada la profilaxis en gestantes con
antecedentes de ETEV, sin antecedentes de ETEV con trombofilia hereditaria o con múltiples fac-
tores de riesgo, con trombofilia adquirida y en la cesárea de carácter urgente. La HNF y las HBPM
no atraviesan la placenta, por lo que son seguras para el feto. Es necesario ir ajustando la dosis de
HBPM acorde con el incremento de peso de la paciente o con los niveles de anti-Xa (0,5-1,2 U/ml).
5.2. PROFILAXIS DE LA ENFERMEDAD TROMBOEMBÓLICA VENOSA EN EL PACIENTE
CON PATOLOGÍA AGUDA MÉDICA (HOSPITALIZADO Y AMBULANTE)
Los objetivos del tratamiento profiláctico son prevenir la aparición de complicaciones asociadas, evi-
tar secuelas a largo plazo (ETEV recidivante, síndrome postrombótico, hipertensión pulmonar) y dis-
minuir la mortalidad asociada a ETEV. Apenas existen estudios de eficacia de la profilaxis en pacientes
con patología médica en Urgencias. La escala PRETEMED (tabla 9) se ha elaborado para pacientes
con patología médica aguda, independientemente de si requieren o no hospitalización. Solo puede
aplicarse si el paciente presenta al menos un proceso precipitante o un proceso asociado con peso ≥ 2.
Si el riesgo ajustado resulta de 1-3, se recomiendan medidas físicas; si es 4, se sugiere profilaxis
con HBPM; y si es > 4, se recomienda profilaxis con HBPM.
La escala de Padua (tabla 10), de fácil manejo, ha sido validada para pacientes hospitalizados
con patología médica. Clasifica a los pacientes en dos grupos de riesgo: riesgo alto con ≥ 4 puntos
y riesgo bajo con < 4 puntos.
Las HBPM son los fármacos de elección por su fácil administración y buena relación coste/beneficio.
Se recomienda realizar profilaxis con HBPM, HNF a dosis bajas o fondaparinux en pacientes médicos
ingresados con alto riesgo de ETEV. En aquellos pacientes con contraindicación para la profilaxis
farmacológica se deben instaurar medidas no farmacológicas (deambulación precoz, medias elás-
ticas, etc.), iniciando profilaxis farmacológica una vez que disminuya el riesgo de sangrado.
5.3. PROFILAXIS DE LA ENFERMEDAD TROMBOEMBÓLICA VENOSA EN EL PACIENTE
TRAUMATOLÓGICO (LESIONES AISLADAS DE LOS MIEMBROS INFERIORES NO QUI-
RÚRGICAS QUE REQUIEREN INMOVILIZACIÓN)
Las guías recomiendan profilaxis con HBPM en pacientes con fractura en los miembros inferiores
(MMII) durante el período de inmovilización con férula o vendaje del miembro afectado. Se sugiere
profilaxis con HBPM en lesiones sin fractura si existen otros factores de riesgo.
CAPÍTULO 125
1118 ANTICOAGULACIÓN Y TROMBOPROFILAXIS EN URGENCIAS
Tabla 9. Escala para el cálculo del riesgo ajustado de enfermedad tromboembólica venosa en pacientes
con patología médica aguda
PESO AJUSTADO 1 PESO AJUSTADO 2 PESO AJUSTADO 3
Procesos Viaje en avión > 6 h EII activa Ictus con parálisis de los MMII
precipitantes Embarazo*/puerperio Infección grave EPOC grave
IC de clase III IAM
Neoplasia IC de clase IV
Mieloma con quimioterapia****
Trauma de los MMII sin cirugía
Procesos DM TVP previa**
asociados Hiperhomocisteinemia Trombofilia***
Infección por VIH Vasculitis
TVS previa Síndrome nefrótico
Fármacos Anticonceptivos Quimioterapia
Antidepresivos
Antipsicóticos
Tamoxifeno-raloxifeno
Inhibidores de la aromatasa
Otros Catéter venoso central Encamamiento
> 60 años > 4 días
Obesidad (IMC > 28)
> 35 cigarrillos/día
* Peso 3 si: embarazo y trombofilia; Peso 4 si: embarazo y TVP previa; ** Peso 3 si: TVP previa espontánea. Peso 5 si: TVP
previa y trombofilia; *** Peso 2 si: factor V de Leyden en > 60 años, déficit de proteínas S o C, déficit combinado, déficit de
antitrombina, anticuerpos antifosfolípidos. Peso 1 si: factor VIII > 150 % o factor V de Leyden en < 60 años.; **** Peso 4 si:
mieloma en tratamiento con quimioterapia y talidomida.
DM: diabetes mellitus; EII: enfermedad inflamatoria intestinal; EPOC: enfermedad pulmonar obstructiva crónica; IAM: infarto
agudo de miocardio; IC: insuficiencia cardíaca; IMC: índice de masa corporal; MMII: miembros inferiores; TVP: trombosis
venosa profunda; TVS: trombosis venosa superficial; VIH: virus de la inmunodeficiencia humana.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Ante la sospecha de TIH se recomienda estudio, determinación de anticuerpos an-
ti-FP4-heparina e iniciar anticoagulación con otros fármacos, como argatrobán o fon-
daparinux.
▶▶ La dosis de HBPM debe ajustarse en función del ClCr: reducir dosis un 30-50 % con ClCr de
30-50 ml/min y sustituir por HNF con ClCr < 30 ml/min.
▶▶ Las HBPM no atraviesan la barrera placentaria, por lo que se consideran el fármaco de
elección durante el embarazo.
▶▶ Las diferentes moléculas de HBPM no son idénticas en sus propiedades farmacocinéticas
y anticoagulantes, por lo que no son intercambiables entre sí.
▶▶ Para valorar el efecto anticoagulante del acenocumarol se necesitan 24 h y cuando se
suspende se precisan 3 días para alcanzar niveles normales. Necesita un control analítico
estrecho del INR que debe mantenerse en 2-3 en la mayoría de las patologías.
▶▶ El dabigatrán es el único de los anticoagulantes de acción directa que posee antídoto
específico.
▶▶ Es importante la valoración de profilaxis de ETEV en pacientes con patología médica, hos-
pitalizados y ambulantes.
HEMATOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1121
ALGORITMO
Valorar la gravedad de la hemorragia y la localización
Pruebas complementarias
Indicar la cantidad de fármaco y la hora de la última dosis
AVK: antagonista de la vitamina K; CCP: concentrado de complejos protrombínicos; HNF: heparina no fraccionada; INR: Inter-
national Normalizated Ratio; PFC: plasma fresco congelado.
CAPÍTULO 126
HEMOTERAPIA
Virginia Vílchez Aparicio | María Mir Montero
1. INTRODUCCIÓN
La transfusión de los componentes celulares y plasmáticos de la sangre es trascendente en nu-
merosas situaciones clínicas. La seguridad del acto transfusional se apoya en tres pilares fun-
damentales: la correcta indicación, la elección del componente sanguíneo (CS) más idóneo y la
dosis apropiada.
La sangre es un bien precioso e insustituible; la única fuente disponible sigue siendo la donación.
En las últimas décadas ha habido un avance extraordinario en la selección de donantes de sangre
(normativa estatal que recoge el anexo II del Real Decreto 1088/2005), el estudio de las donaciones
y la producción de CS de alta calidad y seguridad. Sin embargo, aún persisten efectos adversos aso-
ciados a la transfusión.
2.1. INDICACIONES
La transfusión de hematíes está indicada cuando sea necesario aumentar la capacidad de transpor-
te de oxígeno de la sangre en el paciente con anemia y se carezca de tratamiento farmacológico o no
pueda esperarse a que haga efecto.
HEMATOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1123
Los factores que hay que tener en cuenta en la indicación de la transfusión de hematíes son:
repercusión clínica e intensidad de la anemia, etiología, volumen y probabilidad de una nueva
hemorragia y factores de riesgo cardiovascular.
3. TRANSFUSIÓN DE PLAQUETAS
Las plaquetas se pueden obtener por dos métodos: donaciones de sangre total o aféresis.
3.1. INDICACIONES
Los concentrados de plaquetas se transfunden para prevenir o tratar hemorragias en pacientes
con defectos cualitativos y/o cuantitativos de las plaquetas.
▶▶ Transfusión masiva: hay que mantener una cifra de plaquetas > 75 x 109/l.
▶▶ CID: debe mantenerse una cifra > 50 x 109/l plaquetas.
3.2. DOSIFICACIÓN Y ADMINISTRACIÓN
No se precisan pruebas de compatibilidad eritrocitaria. Se realizará tan rápidamente como sea
tolerada por el receptor, por lo general de 20-30 min.
4.1. INDICACIONES
En el momento actual se dispone de escasa evidencia científica que contribuya a definir el ade-
cuado uso de este CS.
Las indicaciones establecidas son las siguientes:
▶▶ Hemorragia aguda grave asociada a: coagulopatía dilucional, hepatopatía con coagulopatía y ac-
tividad de protrombina (AP) < 50 %, CID y coagulopatía con AP < 50 % y/o fibrinógeno < 100 mg/dl.
▶▶ Deficiencia grave hereditaria de factor V (actividad residual < 5 %), antes de una cirugía o de la
realización de un procedimiento invasivo y en casos de hemorragia grave.
▶▶ Hemorragia y AP < 50 % si no hay concentrados de factores específicos en las siguientes situa-
ciones: deficiencia congénita de factores de coagulación, déficit de vitamina K y neutralización
del efecto de la anticoagulación oral directa (ACOD).
4.2. DOSIFICACIÓN Y ADMINISTRACIÓN
Para la transfusión de plasma no son necesarias las pruebas de compatibilidad transfusional. La
dosis es de al menos 15 ml/kg peso (en adultos una dosis < 600 ml no es adecuada) y a un ritmo
de infusión de 30-50 ml/min.
5.1.1. Indicaciones
▶▶ Deficiencias congénitas de factores de la coagulación dependientes de la vitamina K.
▶▶ Deficiencias adquiridas de factores de la coagulación dependientes de la vitamina K, si se re-
quiere una reversión rápida del efecto por hemorragia grave.
6. COMPLICACIONES DE LA TRANSFUSIÓN
La transfusión de sangre y sus componentes presenta un alto nivel de seguridad, pero puede conlle-
var efectos adversos (tabla 2) que obligan a considerar en cada indicación los riesgos/beneficios de
CAPÍTULO 126
1126 HEMOTERAPIA
nuestra actuación. Ante un efecto adverso relacionado con la transfusión, habrá que estudiarlo, parar
la transfusión y notificarlo al Servicio de Transfusión/banco de sangre.
EICH: enfermedad de injerto contra huésped; LPART: lesión pulmonar aguda asociada a transfusión.
7. AFÉRESIS TERAPÉUTICA
El objetivo fundamental es la eliminación de determinadas células sanguíneas o componentes
plasmáticos cuya acumulación excesiva es causante o determinante de la sintomatología de ciertas
patologías. La más frecuente es la plasmaféresis, en la que se extrae un volumen de plasma del
paciente, sustituyéndose por PFC o albúmina.
7.1. INDICACIONES
Son: síndrome de Guillain-Barré, miastenia gravis, polirradiculopatía desmielinizante inflamatoria
crónica, trastornos neuropsiquiátricos autoinmunes pediátricos asociados a infección estrepto-
cócica o corea de Sydenham, síndrome de Goodpasture, crioglobulinemias, hiperviscosidad en
las gammapatías monoclonales, PTT, glomerulonefritis rápidamente progresiva asociada a anti-
cuerpos anticitoplasma de neutrófilos (ANCAS), síndrome de Eaton-Lambert, esclerosis múltiple
y aloinmunización frente a hematíes en la gestación.
8. TRANSFUSIÓN MASIVA
La hemorragia masiva (pérdida sanguínea de más de 150 ml/min, mayor de 1,5 ml/kg/min o que
requiera la transfusión de 4 o más CH en menos de 1 h) conlleva una elevada morbimortalidad.
Habitualmente se asocia al paciente politraumatizado, aunque también a hemorragias digestivas,
obstétricas o intervenciones quirúrgicas mayores.
La reanimación con control de daños se basa en la hipotensión permisiva, la minimización del uso
de cristaloides y la implementación precoz de protocolos de transfusión masiva con relaciones
establecidas de componentes sanguíneos.
La transfusión masiva es la transfusión de una volemia o más en un período de 24 h (el 7 % del
peso ideal en adultos y el 8-9 % en niños) o la transfusión del 50 % de la volemia en 3 h. El desa-
rrollo de coagulopatía durante una hemorragia/transfusión masiva aumenta la mortalidad, por lo
que se han de instaurar medidas para detectarla, prevenirla y tratarla.
Los ratios de transfusión de hemoderivados recomendados en los últimos estudios y protocolos
de transfusión masiva son: 1:1:1 (CH:PFC:plaquetas) por asociarse a menor mortalidad.
CAPÍTULO 126
1128 HEMOTERAPIA
Puntos clave/recuerda
▶▶ Los factores que hay que tener en cuenta en la indicación de la transfusión de hematíes
son repercusión clínica e intensidad de la anemia, etiología, volumen y probabilidad de
una nueva hemorragia y factores de riesgo cardiovascular.
▶▶ Se aconseja que la reposición volémica inicial se haga con criterios de hipotensión contro-
lada con el fin de disminuir el sangrado y la coagulopatía dilucional.
▶▶ 1 CH eleva la Hb 1 g/dl en pacientes estables.
▶▶ Para la transfusión plaquetaria no se precisan pruebas de compatibilidad eritrocitaria. Se
realizará tan rápidamente como sea tolerada por el receptor, por lo general en 20-30 min.
▶▶ Para la administración de PFC se dispone de escasa evidencia científica. Una de las indi-
caciones establecidas es la hemorragia aguda grave asociada a coagulopatía dilucional,
hepatopatía con coagulopatía y CID.
▶▶ Los ratios de transfusión de hemoderivados recomendados en los últimos estudios en los
protocolos de transfusión masiva son 1:1:1.
CAPÍTULO 127
URGENCIAS ONCOLÓGICAS
Nerea Muñoz Unceta | Carmen Díaz Pedroche
1. COMPRESIÓN MEDULAR
1.1. DEFINICIÓN Y FRECUENCIA
La compresión medular tiene lugar cuando una masa tumoral localizada en la columna vertebral
o el espacio epidural comprime o desplaza la médula espinal. Tras las metástasis cerebrales es
la segunda complicación neurológica más frecuente. Puede conllevar paraplejía o pérdida del
control de los esfínteres si no se trata o el diagnóstico se retrasa. Por ello un diagnóstico precoz y
un tratamiento urgente es esencial. En torno a un 5 % de los pacientes con cáncer desarrollarán
una compresión medular. Suele ocurrir en pacientes con un diagnóstico de cáncer previo, siendo
la primera manifestación en el 20-30 % de los pacientes con cáncer de pulmón.
▶▶ Óseo: se describe como sordo y mecánico, suele hacerse progresivamente más intenso y au-
menta con el decúbito, la percusión sobre las apófisis espinosas, el Valsalva y el movimiento. Si
es agudo puede traducir fractura o aplastamiento vertebral.
▶▶ Radicular: se describe como lancinante, urente o como una descarga eléctrica y se distribuye
por el dermatoma correspondiente a la raíz afecta, lo que es muy útil para localizar el nivel de la
lesión. En este caso, el dolor suele ser unilateral si la afectación es cervical o lumbar o bilateral
si es dorsal.
▶▶ Central o funicular: se describe como difuso y profundo y asocia disestesias y alodinia. Se produce
por afectación de los cordones posteriores.
La pérdida de fuerza es el segundo síntoma más frecuente y lo presentan el 60-80 % de los pacien-
tes. Suele resultar en debilidad de la musculatura extensora en los miembros superiores (MMSS)
y debilidad flexora en los miembros inferiores (MMII), con hiperreflexia y presencia de signo de
Babinski. Si la compresión es cervical, se verán afectados los MMSS y los MMII, mientras que si
existe déficit motor bilateral de MMII la compresión puede ser cervical, torácica, lumbar o de la
cola de caballo.
Los déficit sensoriales como hipoestesia o parestesias son menos frecuentes (40-70 %) y más tar-
díos que los síntomas motores. Si la compresión es en la cola de caballo la pérdida de sensibilidad
suele ser bilateral y afectar a región perineal, cara posterior del muslo y lateral de la pierna. La
disfunción autonómica (impotencia, incontinencias o retenciones urinarias y fecales, síndrome
de Horner) sucede tardíamente en el 60 % de los pacientes y se asocia con un pronóstico desfa-
vorable.
1.4. DIAGNÓSTICO
La resonancia magnética (RM) es la prueba de elección para el diagnóstico de compresión me-
dular. Es extraordinariamente sensible (93 %) y específica (97 %). Se debe valorar toda la columna
en un solo estudio dada la alta incidencia de compresión a varios niveles (30 %). La tomografía
computarizada (TC) supera a la RM en la valoración de la destrucción y estabilidad ósea, por lo
que está indicada si se va a realizar neurocirugía. La radiografía simple no debe usarse de rutina,
ya que es muy poco sensible y específica; la mielografía está en desuso y la gammagrafía ósea y
la tomografía por emisión de positrones (PET) son muy sensibles para el diagnóstico de enferme-
dad ósea metastásica, pero su resolución no es útil en la compresión medular.
▶▶ Cirugía: la descompresión por vía anterior (que ha desplazado a la clásica laminectomía) per-
mite la resección del tumor y la inmediata estabilización de la columna. Se ha demostrado en
un estudio randomizado que cirugía + RT comparado con RT sola ofrece a los enfermos mejor
capacidad para la deambulación y mejor calidad de vida. Las indicaciones de cirugía se exponen
en la tabla 1.
▶▶ Radioterapia: más efectiva en pacientes con tumores radiosensibles que están ambulantes, en
los últimos años se está estudiando su papel a altas dosis con la Stereotactic Body Radiation
Therapy (SBRT) en el tratamiento de la compresión medular.
▶▶ Quimioterapia (QT): rara vez se usa en el tratamiento de la compresión medular aguda, aunque
puede ser útil en el tratamiento de tumores quimiosensibles, como los linfomas, los tumores
germinales o el carcinoma microcítico de pulmón (CMP).
2.2. ETIOPATOGENIA
La presencia de una masa en bronquio derecho o mediastino medio o anterior (adenopatías, lin-
foma, timoma o un aneurisma aórtico) o incluso de un trombo en la vena cava superior, pueden
condicionar compresión de la vena cava. La gravedad de los síntomas dependerá de la rapidez de
instauración del cuadro, siendo los procesos benignos (trombosis de la vena cava superior) más
agudos y con mayor riesgo de compromiso vital que los procesos malignos, cuya evolución más
CAPÍTULO 127
1132 URGENCIAS ONCOLÓGICAS
insidiosa permite el desarrollo de circulación colateral hacia la vena cava inferior o la vena ácigos.
Las neoplasias son la causa principal de SVCS, siendo el carcinoma no microcítico de pulmón
(CNMP) la histología más frecuente (50 %), seguido del CMP (22 %) y el linfoma (12 %). Entre las
causas benignas, la trombosis asociada a catéter venoso central (CVC) ha aumentado su incidencia
en los últimos años (20 %) debido al mayor uso de dichos dispositivos.
2.4. DIAGNÓSTICO
En la mayoría de los casos, la sintomatología y la exploración física permiten el diagnóstico de
SVCS. Sin embargo, en otros casos en los que la sintomatología es más larvada las pruebas de
imagen pueden confirmar el diagnóstico:
▶▶ Pruebas de imagen: la radiografía de tórax debe realizarse siempre y en el 80 % de los casos
detecta anormalidades, como ensanchamiento mediastínico, masa pulmonar apical o hiliar
derecha o derrame pleural secundario. La TC de tórax con contraste i.v. es la prueba de ima-
gen más útil ya que permite no solo objetivar el lugar de obstrucción y la circulación colate-
ral, sino también distinguir si la causa de la compresión es extrínseca o intrínseca (trombo).
Además, permite ver la relación de la masa tumoral con otras estructuras mediastínicas, lo
cual es útil para planificar una PAAF guiada con TC si no existe diagnóstico histológico. La
venografía es la prueba gold standard y es necesaria si se va a implantar un stent, pero no
identifica la causa. La RM de tórax puede usarse en pacientes alérgicos al contraste yodado
o en los que la TC está contraindicada. La PET/TC puede ser útil para el diseño del campo
de irradiación.
▶▶ Diagnóstico histológico: es fundamental tratar de obtenerlo antes de comenzar el tratamiento.
Solo si el cuadro se instaura de forma rápida y la vida del enfermo corre peligro se puede iniciar el
tratamiento (stent y RT) sin diagnóstico histológico, pero el tratamiento con RT puede disminuir
hasta en un 50 % el rendimiento diagnóstico de una ulterior biopsia.
2.5. TRATAMIENTO
2.5.1. Medidas generales
▶▶ Elevación del cabecero de la cama a 60º (permite disminuir la presión venosa).
▶▶ Oxigenoterapia.
▶▶ Corticoides: no existen estudios randomizados que confirmen su efectividad; permiten una dis-
minución del componente inflamatorio asociado al tumor o al tratamiento con RT y son espe-
cialmente útiles en caso de linfomas y timomas. Lo más habitual es emplear dexametasona a
dosis de 6-10 mg/6 h i.v.
HEMATOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1133
▶▶ Diuréticos de asa: deben usarse con precaución, ya que la deshidratación aumenta el riesgo de
trombosis.
▶▶ Anticoagulación: solo se recomienda si existe trombosis. Si la trombosis está asociada a CVC,
hay que valorar retirar el dispositivo 3-5 días tras el inicio de la anticoagulación.
3.2. ETIOPATOGENIA
El SLT ocurre típicamente tras el inicio del tratamiento antitumoral en neoplasias con alto índi-
ce proliferativo, gran carga tumoral o alta sensibilidad al tratamiento con agentes citotóxicos,
anticuerpos citolíticos, RT o incluso el tratamiento con glucocorticoides. La lisis tumoral masi-
va provoca la liberación del contenido intracelular al torrente sanguíneo, produciendo altera-
ciones metabólicas como hiperuricemia (por la destrucción de ácidos nucleicos ricos en puri-
na), e hidroelectrolíticas como hiperpotasemia, hiperfosfatemia e hipocalcemia, lo que deriva
en formación de cristales de urato y precipitación del fosfato cálcico en los túbulos renales,
produciendo insuficiencia renal grave. El cuadro es característico de neoplasias hematológicas
(leucemia linfoblástica aguda, linfoma de Burkitt), es menos habitual en neoplasias sólidas y es
extraordinario que ocurra en pacientes no tratados, aunque algunos factores predisponentes
son los tumores bulky, con lactato deshidrogenasa (LDH) elevada o insuficiencia renal e hipe-
ruricemia previas.
3.4. CLASIFICACIÓN
En 2004 Cairo y Bishop establecieron una clasificación del SLT en:
CAPÍTULO 127
1134 URGENCIAS ONCOLÓGICAS
▶▶ SLT analítico: existen dos o más criterios de laboratorio alterados entre 3 días antes y 7 días
después de iniciar el tratamiento: ácido úrico ≥ 8 mg/dl, potasio ≥ 6 mEq/l, fósforo ≥ 4,5 mg/dl,
calcio ≤ 7 mg/dl o variación del valor en un 25 % sobre su basal.
▶▶ SLT clínico: requiere la presencia del SLT analítico más una o más de las complicaciones clínicas
siguientes: insuficiencia renal, arritmias, convulsiones o muerte súbita (tabla 2). Permite esta-
blecer una gradación de la gravedad del cuadro.
Tabla 2. Definición y gradación del síndrome de lisis tumoral clínico según Cairo-Bishop
G R A D O
Complicación 0 1 2 3 4 5
Creatinina* ≤ 1,5 x LSN 1,5 x LSN > 1,5-3 x LSN > 3-6 x LSN > 6 x LSN Muerte
Arritmia* No Intervención Intervención Sintomática Arritmia grave Muerte
no indicada médica no Control médico (ICC, hipotensión,
urgente incompleto síncope, shock)
Control con
desfibrilador
Convulsión* No --- Una convulsión Convulsión con Convulsión de Muerte
breve alteración de cualquier tipo,
generalizada la consciencia prolongada,
Convulsiones Convulsiones repetitiva o de difícil
bien controladas mal control (estatus
con tratamiento controladas epiléptico, epilepsia
intratable)
NOTA: Síndrome de lisis tumoral analítico y al menos una complicación clínica.* No directamente o probablemente
atribuible al agente terapéutico.
ICC: insuficiencia cardíaca congestiva; LSN: límite superior de la normalidad.
3.5. TRATAMIENTO
▶▶ Profilaxis del SLT: es el mejor tratamiento, se recomienda en los pacientes de medio y alto
riesgo, manteniendo una actitud expectante en los de bajo riesgo. En pacientes de alto riesgo
se deberá considerar la posibilidad de traslado a una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI)
antes de iniciar el tratamiento citostático:
• Hidratación: se deben administrar al menos 2-3 l/m2/día i.v de fluidos desde las 24-48 h previas
al inicio del tratamiento. Puede ser necesario el uso de diuréticos, siempre que no existan hipo-
volemia o uropatía obstructiva.
• Alopurinol: se debe comenzar 1-2 días antes del inicio del tratamiento. La dosis es de
100 mg/m2/8 h (máximo: 800 mg/día). Precisa ajuste de dosis si existe insuficiencia re-
nal previa.
• Rasburicasa (FasturtecÒ, vial 1,5 mg): su ventaja frente al alopurinol es que reduce la hipe-
ruricemia preexistente y su mecanismo de acción es muy rápido. El tratamiento se debe
mantener durante 5-7 días a dosis de 0,15-0,20 mg/kg/día. Está contraindicada en pacientes
con déficit de G6PD.
• Alcalinización: solo se recomienda el uso de bicarbonato sódico si existe acidosis metabólica.
▶▶ Tratamiento del SLT establecido: rasburicasa a dosis de 0,2 mg/m2/día hasta que se controle el
cuadro clínico, pudiendo pasar a alopurinol cuando los niveles de ácido úrico se hayan norma-
HEMATOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1135
lizado. Puede ser necesaria la hemodiálisis aguda si no se consigue controlar con las medidas
previamente indicadas.
Puntos clave/recuerda
▶▶ La clínica clásica de la compresión medular es dolor y pérdida de fuerza, con hiperreflexia
y presencia de signo de Babinski. Los déficit sensoriales y la disfunción autonómica son
síntomas más tardíos.
▶▶ Si la compresión es cervical, se verán afectados los MMSS y los MMII, mientras que si existe
déficit motor bilateral de los MMII la compresión puede ser cervical, torácica, lumbar o de
la cola de caballo.
▶▶ En el diagnóstico de la compresión medular se debe valorar toda la columna en un solo
estudio dada la alta incidencia de compresión a varios niveles.
▶▶ Los corticoides constituyen la primera línea de tratamiento en los casos de compresión
medular y deben instaurarse de forma precoz, incluso antes de la confirmación radiológica
si la sospecha es alta.
▶▶ Los síntomas más frecuentes y característicos del SVCS son disnea, la congestión facial,
sensación de presión craneal, tos y dolor torácico o en los MMSS. Generalmente la sinto-
matología se instaura de forma progresiva en las semanas previas al diagnóstico.
▶▶ La profilaxis del SLT es fundamental durante el tratamiento de tumores. Para el trata-
miento del SLT establecido se usa: rasburicasa, pudiendo pasar a alopurinol cuando los
niveles de ácido úrico se hayan normalizado. Puede ser necesaria la hemodiálisis aguda si
no se consigue controlar con las medidas anteriores.
HEMATOLOGÍA
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CAPÍTULO 125
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BIBLIOGRAFÍA
1138 HEMATOLOGÍA
CAPÍTULO 126
HEMOTERAPIA
CAPÍTULO 127
URGENCIAS ONCOLÓGICAS
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ORL-OFG
CAPÍTULO 128
OJO ROJO Y TRAUMATISMOS OCULARES
Mayte Ariño Gutiérrez | Nicolás Alejandre Alba
1. OJO ROJO
1.1. DEFINICIÓN
El ojo rojo es un signo común en muchos procesos oculares y supone uno de los motivos de con-
sulta en Urgencias más frecuentes.
1. Ojo seco
2. Conjuntivitis infecciosas
3. Conjuntivitis alérgicas
4. Blefaritis
5. Hiposfagma
6. Queratitis
7. Epiescleritis
8. Uveítis
9. Escleritis
10. Glaucoma agudo
▶▶ Hiposfagma: colección hemática subconjuntival producida por rotura vascular que da lugar a
una mancha focal rojo vino. Normalmente se trata de un proceso banal y generalmente asin-
tomático.
ALGORITMO
Anamnesis y exploración: OJO ROJO
¿DOLOR?
NO SÍ
Secreciones Disminución de la AV
NO SÍ NO SÍ
NO SÍ
Blefaritis Hiposfagma
¿Mucopurulenta?
+ -
NO SÍ
Epiescleritis Escleritis
Picor
NO SÍ
Conjuntivitis Conjuntivitis
alérgica infecciosa Pupila Queratitis
2. TRAUMATISMOS OCULARES
2.1. INTRODUCCIÓN
La mayoría de los traumatismos oculares son banales y solo afectan a la superficie ocular pero en
otras ocasiones pueden provocar secuelas de extrema gravedad, siendo de las primeras causa de
ceguera unilateral en la población activa.
* Si el químico es la cal viva, debido a la reacción exotérmica que se produce con su contacto con el agua, el ojo debe
ser lavado con aceite.
CE: cuerpo extraño; CEIO: cuerpo extraño intraocular; PIO: presión intraocular; RM: resonancia magnética; SSF: suero
salino fisiológico; TC: tomografía computarizada.
ORL-OFG
MANUAL DE URGENCIAS
1147
Puntos clave/recuerda
▶▶ El ojo rojo indoloro suele ser debido a cuadros que normalmente no están asociados a
la disminución de la AV y suelen ser de naturaleza banal, como blefaritis, conjuntivitis e
hiposfagma.
▶▶ El ojo rojo doloroso generalmente se relaciona con patologías oculares graves, especial-
mente cuando cursa con disminución de la AV (queratitis, epiescleritis, escleritis, uveítis y
glaucoma agudo).
▶▶ Para establecer el diagnóstico diferencial del ojo rojo debemos tener en cuenta la presen-
cia o no de dolor, hiperemia, secreciones y pérdida de AV y la pupila.
▶▶ De forma general, lo más importante tras el traumatismo ocular se centra en los lavados
profusos de forma continuada con solución salina o SSF.
▶▶ Todos los traumatismos oculares requieren valoración urgente por Oftalmología.
CAPÍTULO 129
PÉRDIDA DE VISIÓN BRUSCA. DIPLOPÍA
Pedro Arriola Villalobos | Laura Cabrejas Martínez | Nicolás Alejandre Alba
Unilateral Bilateral
Manejo diferido Manejo preferente por Medicina Manejo diferido No requiere derivación
por Neurología Interna o Cardiología por Neurología
El paciente no requiere tratamiento de urgencia, pero la presencia de estos episodios es una señal
de la necesidad de un mayor control de los FRCV, por lo que debe remitirse al paciente de forma
preferente a Medicina Interna para controlarlos y para completar el estudio diagnóstico.
1.1.1.2. Migraña con aura
El paciente refiere escotomas centelleantes en el campo visual, conocidos como “escotomas en for-
tificación”. Estos escotomas suelen aparecer de forma brusca, e ir creciendo, ocupando más áreas
de campo visual. En ocasiones se acompañan de visión borrosa. Estos episodios visuales (“aura
visual”), que duran generalmente de 10 a 60 min, suelen preceder a la cefalea típica de la migraña
(pulsátil, unilateral, intensa, asociada a fotofobia y nauseas), aunque en ocasiones aparecen sin ce-
falea acompañante (“aura sin migraña”). Los síntomas visuales se producen por depresión neuronal.
El tratamiento es el propio de la migraña (ver capítulo sobre cefaleas).
1.1.2. Bilateral
1.1.2.1. Insuficiencia vertebrobasilar
El paciente presenta una pérdida visual transitoria, normalmente menor de 1 min de duración,
similar a la de la amaurosis fugax (AF) pero bilateral. Si la pérdida visual es parcial, el defecto será
homónimo. Puede presentarse de forma aislada o acompañada de síntomas isquémicos centra-
les (desequilibrio, diplopía, disartria, disfagia, parestesias en las extremidades, etc.). En ocasiones
el paciente refiere destellos luminosos, que no suelen progresar en el campo visual (a diferencia
de los asociados a la migraña). El cuadro es secundario a ateromatosis vertebrobasilar.
El manejo es idéntico al de la AF.
1.1.2.2. Papiledema
Esta entidad se define como el edema de la papila bilateral por aumento de la presión intracra-
neal. Los pacientes refieren pérdida de visión brusca, habitualmente bilateral, de unos pocos se-
gundos de duración. En ocasiones los episodios son tan cortos que pasan desapercibidos por
el paciente. Estos episodios, también llamados obscuraciones visuales transitorias, pueden des-
encadenarse por cambios de posición o maniobras de Valsalva. La presión intracraneal elevada
explica otros posibles síntomas acompañantes (diplopía, cefalea, náuseas y vómitos).
El manejo diagnóstico y terapéutico es el de la hipertensión intracraneal (HIC).
CAPÍTULO 129
1150 PÉRDIDA DE VISIÓN BRUSCA. DIPLOPÍA
DOLOROSA NO DOLOROSA
.G
laucoma agudo
PATOLOGÍA PATOLOGÍA DEL
.U
veítis
VITREORRETINIANA NERVIO ÓPTICO
.Q
ueratitis
.D
esprendimiento .C atarata
de retina . A metropía
.H emorragia vítreo .G laucoma crónico
.H
emorragia macular .D MAE
.O clusión .R etinopatía
arteriovenosa diabética
Manejo urgente Manejo urgente Manejo urgente Manejo urgente Manejo diferido
por Oftalmología por Neurología por Oftalmología si es la forma por Oftalmología
arterítica
se pueden visualizar edema de papila, tortuosidad y dilatación de los vasos venosos y hemo-
rragias prominentes en el territorio de la vena obstruida. No existe tratamiento en el momento
agudo, pero el paciente requiere seguimiento oftalmológico diferido (en unas semanas) para su
diagnóstico precoz. Al igual que en la OACR, el paciente debe ser valorado de forma preferente
por Medicina Interna, siendo de interés la realización de analítica general, valorando factores
de coagulación.
1.2.2.6. Patología del nervio óptico
1.2.2.7. Neuropatía óptica isquémica
El paciente, en el 90 % de los casos mayor de 45 años, presenta pérdida visual, en ocasiones
altitudinal (en la mitad superior o inferior del campo visual), típicamente al despertar, sin
dolor ocular, acompañada de DPAR. El cuadro suele afectar a la porción anterior del nervio
óptico, cursando con papilitis (edema de papila) y hemorragias en las astillas peripapilares.
La mayoría son formas no arteríticas y aparecen en pacientes con factores de riesgo vascular
(HTA, DM, hipotensión nocturna, síndrome de apnea-hipoapnea del sueño [SAHS] y vasculi-
tis). Las formas arteríticas, que aparecen en mayores de 55 años en el contexto de una arte-
ritis de células gigantes (ACG), son una verdadera urgencia por el mal pronóstico visual y la
posibilidad de afectación del ojo contralateral. El diagnóstico de la forma arterítica es clínico
(AF previa, claudicación mandibular, edad, etc.) y mediante reactantes de fase aguda. No hay
evidencia sobre la eficacia de ningún tratamiento en las formas no arteríticas más allá de
control estricto de los factores de riesgo. En cambio, las formas arteríticas requieren ingreso
y tratamiento urgente (habitualmente en unidades de corta hospitalización de urgencias) con
corticoides a dosis inmunosupresoras por vía oral, reservando las megadosis endovenosas
para cuadros muy graves de pérdida de visión, ceguera en el ojo contralateral, mala respues-
ta a corticoides orales o AF en paciente con ACG.
2. DIPLOPÍA
2.1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
La diplopía consiste en la percepción de dos imágenes del mismo objeto. Se produce por alte-
ración en el sistema motor (músculos extraoculares, unión neuromuscular, pares craneales [PC]
oculomotores o sistema de control supranuclear) o en el sistema sensorial.
HIC: hipertensión intracraneal; OIN: oftalmoplejía internuclear; PC: par craneal; PPM: posición primaria de la mirada;
V1: primera rama del nervio trigémino; V2: segunda rama del nervio trigémino.
CAPÍTULO 129
1154 PÉRDIDA DE VISIÓN BRUSCA. DIPLOPÍA
Tabla 2.
2.5. TRATAMIENTO
El tratamiento inicial debe ser el de la patología de base. Debe acompañarse de tratamiento sinto-
mático de la diplopía binocular mediante oclusión de uno de los dos ojos en los primeros días/se-
manas. Si pasadas las primeras semanas no hay mejoría o hay empeoramiento, se puede valorar
la inyección de toxina botulínica en el antagonista del músculo parético para evitar contracturas
y mejorar o incluso resolver los síntomas. Los efectos de una única inyección pueden durar 3-6
meses.
ALGORITMO
- Prueba de Cover/Hirschberg
- Exploración de ducciones y versiones
- Pupilas
- Párpados
POM Supranuclear
- Combinaciones de POM
- Síndrome de hendidura
VI IV III orbitaria
> >
- Síndrome del ápex orbitario
- Síndrome del seno
cavernoso
- Sospecha de III incompleto/
- Afectación troncoencefálica
afectación pupilar
- < 50 años
- Antecedentes personales:
cáncer, fiebre, inmunosupresión,
traumatismo, signos/síntomas
neurológicos, dolor
- Progresivo en 4-12 semanas
NO SÍ
BINOCULAR
Descartar
fármacos - Analítica:
- OT perfil tiroideo,
Constante
Constante Intermitente - Arteritis temporal anticuerpos antiR-
- AIT Ach, VSG
- Imagen: TC/RM
Fatigabilidad MG Cita en consulta
Ptosis palpebral
Neurología/
Oftalmología
Ach: anticolinérgico; AIT: accidente isquémico transitorio; ANA: anticuerpos antinucleares; ANCA: anticuerpos anticito-
plasma de neutrófilos; MG: miastenia gravis; OT: orbitopatía tiroidea; PCR: proteína C reactiva; POM: paresia oculomo-
tora; RM: resonancia magnética; TC: tomografía computarizada; TCE: traumatismo craneoencefálico; VSG: velocidad de
sedimentación globular
CAPÍTULO 130
OTALGIA AGUDA
Manuel J. Ruiz Polaina | Carlos Alonso Blas | Raúl Fallos Martí
1. DEFINICIÓN
La otalgia se define como la sintomatología dolorosa de cualquier causa referida al oído. Se suele
diferenciar entre otodinia –dolor ótico causado por afectación intrínseca del oído o el conducto
auditivo externo– y otalgia referida –dolor de estructuras próximas referido al oído sin afectación
ótica cuya otoscopia es habitualmente normal debido a la inervación compartida con otras es-
tructuras–.
Las causas más habituales por las que se consulta en Urgencias son la otalgia referida por afecta-
ción de la articulación temporomandibular (ATM) y las otodinias infecciosas (otitis agudas media y
externa). El diagnóstico se basa casi siempre en la exploración física y en la otoscopia (figura 1). El
manejo y el destino del paciente serán casi siempre ambulatorios y no requerirá remisión urgente
a otorrinolaringología o ingreso hospitalario salvo complicaciones graves o casos especiales.
2. OTALGIAS REFERIDAS
Son dolores originados en estructuras vecinas al oído que se irradian a este. Suelen cursar con
otoscopia anodina y entran en el diagnóstico diferencial de la otalgia. Una otalgia de curso cróni-
co debe ser remitida al especialista para descartar neoplasia. Las causas de otalgia referida más
frecuentes son la faringoamigdalitis estreptocócica aguda, la neuralgia del trigémino, la neuralgia
del glosofaríngeo, la patología de la ATM, la patología dentaria, la patología parotídea y las cervi-
calgias:
▶▶ Patología de la ATM: suele dar otalgia debido a la relación anatómica de la articulación con el
conducto auditivo externo. El dolor aumenta con la palpación de la articulación, la masticación
y el bostezo, pudiendo notarse chasquidos en estos últimos casos. El diagnóstico es clínico. El
tratamiento agudo consiste en antiinflamatorios, calor local y una dieta que no requiera masti-
cación excesiva. Los casos crónicos o recidivantes hay que remitirlos a Cirugía Maxilofacial para
la colocación de una férula de descarga.
▶▶ Patología parotídea, sialolitiasis (cólico salivar) o sialoadenitis carotídea: la primera se carac-
teriza por una tumefacción dolorosa de la glándula parotídea de manera unilateral, que suele
aparecer tras las comidas, y salivación dolorosa. En ocasiones se puede palpar la litiasis en el
conducto de Stenon. El tratamiento se basa en el uso de antiinflamatorios, evitar el consumo de
alimentos sialogogos (ej.: cítricos) y, en el caso de que exista fiebre, añadir tratamiento antibió-
tico con un macrólido o con amoxicilina-clavulánico. Si se sospecha o se evidencia un absceso,
además se recomienda valoración por el especialista o ingreso a su cargo.
▶▶ Heridas incisas e incisocontusas: en estos casos es prioritario evitar la infección y la necrosis del
cartílago, siendo la higiene y asepsia lo más importante. Además, las heridas deben suturarse
sin atravesarse el cartílago y cubriendo siempre con piel sana las zonas de cartílago expuestas.
▶▶ Otohematoma: es el acúmulo postraumático de sangre entre la piel y el subpericondrio, pro-
duciéndose en algunos casos una deformidad auricular significativa. Habitualmente requiere
drenaje (incisión en el borde anterior) y compresión de la zona. Suele precisar antibioterapia
sistémica (amoxicilina-clavulánico o clindamicina v.o. durante 7 días) dado que puede sobrein-
fectarse y dar lugar a una pericondritis supurativa.
▶▶ Pericondritis del pabellón: es la infección del pericondrio auricular que puede evolucionar a
necrosis del cartílago y condritis. Está causada habitualmente por extensión de una infección
del conducto auditivo externo, heridas, lesiones por congelación, piercing o sobreinfección de
un otohematoma. Los gérmenes involucrados son habitualmente Pseudomonas aeruginosa y
más raramente Staphylococcus aureus. El tratamiento es antibiótico y debe iniciarse lo más pre-
cozmente posible. En algunos casos puede requerir ingreso e interconsulta urgente con Otorri-
nolaringología para valorar el desbridamiento de la lesión.
▶▶ Impétigo y erisipela: estas infecciones del tejido celular subcutáneo están causadas por Sta-
phylococcus y Streptococcus, respectivamente. Suele aparecer como una complicación de una
herida o de la colocación reciente de piercings. Se acompañan de un grado variable de afec-
tación general (fiebre, adenopatías, astenia, postración) y de dolor local intenso. Además, el
impétigo asocia costras melicéricas y puede tratarse con antibiótico tópico (mupirocina o ácido
fusídico). En impétigos extensos o en la erisipela el tratamiento antibiótico debe ser sistémico
(amoxicilina-clavulánico o ciprofloxacino) junto con el sintomático.
4. OTITIS EXTERNAS
Ver capítulo sobre infección de las vías respiratorias altas y ORL.
5.2. BAROTRAUMA
Producido por una explosión (bomba, pirotecnia) o sonidos superiores a 140 dB, en estos casos
se produce un blast auditivo con ruptura timpánica, otorragia y otodinia, implicando proximidad
al foco explosivo. El tratamiento específico del barotrauma es similar al del traumatismo directo.
episodios se anteceden de una infección respiratoria alta o rinitis alérgica. Cuando la causa es un
disbarismo reciente (viaje en avión, submarinismo), hablamos de ototubaritis.
La clínica se basa en hipoacusia variable, tinnitus, autofonía y otalgia leve. En la otoscopia desta-
ca la aparición de fluido amarillento o claro tras una membrana timpánica de aspecto normal o
mínimamente opacificada y retraída. Los casos de hipoacusia de instauración brusca deben ser
remitidos al especialista para descartar sordera neurosensorial subyacente.
El tratamiento basado en el empleo de corticoides nasales o antihistamínicos sistémicos en adul-
tos con rinitis alérgica puede ser beneficioso. Las maniobras de apertura tubárica (mascar chicle,
degluciones frecuentes, maniobras de Valsalva) son inocuas y efectivas, por lo que se suelen re-
comendar. El grado de analgesia requerido es variable, pero habitualmente leve. En la mayoría de
los casos hay resolución espontánea.
5.5. MASTOIDITIS
Es una complicación rara de la otitis media aguda que se caracterizada por ocupación de antro
y celdillas mastoideas, con periostitis e importante afectación del estado general. La otoscopia
suele ser similar, pero la aurícula se encuentra desplazada frontalmente y “despegada” de la mas-
toides. Existe dolor intenso, eritema mastoideo (signo de Vacher) y borramiento del surco postau-
ricular (signo de Jacques). Todos los casos requieren valoración urgente por Otorrinolaringología
e ingreso hospitalario. Como tratamiento antibiótico parenteral se emplean las cefalosporinas de
3.ª generación, la amoxicilina-clavulánico o la combinación de un glucopéptido con ciprofloxaci-
no. De producirse un absceso subperióstico, será necesario drenaje quirúrgico.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Es importante diferenciar entre otodinia y otalgia referida.
▶▶ Las causas más habituales por las que se consulta en Urgencias son la otalgia referida por
afectación de la ATM y las otodinias infecciosas.
▶▶ Las causas de otalgia referida más frecuentes son la faringoamigdalitis estreptocócica aguda,
la neuralgia del trigémino, la neuralgia del glosofaríngeo, la patología de la ATM, la patología
dentaria, la patología parotídea y las cervicalgias.
▶▶ En la pericondritis del pabellón el tratamiento antibiótico debe iniciarse lo más precozmente
posible; puede requerir ingreso e interconsulta urgente con Otorrinolaringología para valorar
el desbridamiento de la lesión.
ORL-OFG
MANUAL DE URGENCIAS
1161
ALGORITMO
Otalgia aguda
Otoscopia
Normal Patológico
Tímpano
Normal Patológico
Patología del
Otalgias referidas Otitis media Otitis externa
pabellón auricular
1. DEFINICIÓN
Es un síndrome clínico caracterizado por una disfunción generalmente aguda y unilateral del ner-
vio facial (VII par craneal) en cualquier lugar de su recorrido entre su núcleo de origen y las estruc-
turas que inerva.
Es importante diferenciar entre:
▶▶ Parálisis facial central: por afectación de la corteza motora correspondiente, en la que no se
afecta la musculatura facial superior (frontal, orbicular de los párpados), y que se puede acom-
pañar de otros déficit neurológicos (afasias, paresias, etc.).
▶▶ Parálisis facial periférica: por lesión en el núcleo del nervio o en cualquier tramo distal a él. Se
afecta la musculatura de toda la hemicara, tanto superior como inferior.
2. CLASIFICACIÓN Y ETIOLOGÍA
2.1. PARÁLISIS FACIAL PERIFÉRICA PRIMARIA, IDIOPÁTICA O PARÁLISIS DE BELL
Es la más frecuente (50-75 %). De etiología desconocida, la teoría más aceptada es que se debería
a una activación del virus del herpes simple tipo 1. Afecta por igual a ambos sexos, siendo más
frecuente a los 15-45 años, así como en pacientes diabéticos, inmunodeprimidos y mujeres em-
barazadas (3.er trimestre y 1.ª semana posparto).
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
El cuadro es de inicio brusco, en 1-2 días, con curso progresivo, una sintomatología máxima en
las 3 primeras semanas y cierto grado de recuperación a los 6 meses. Es generalmente unilateral
(si es bilateral hay que descartar causas secundarias: síndrome de Guillain-Barré evolucionado,
ORL-OFG
MANUAL DE URGENCIAS
1163
enfermedad de Lyme, sarcoidosis, etc.). Puede ir precedida de pródromos como dolor pre- y re-
troauricular. El síntoma fundamental es la debilidad de la musculatura de toda la hemicara, que
ocasiona una disminución o el borramiento del surco nasogeniano en el lado afecto, desviación
de la comisura bucal hacia el lado sano e imposibilidad de cerrar completamente el ojo ipsilateral
(al intentar cerrar los ojos, el globo ocular gira hacia arriba dejando a la vista la esclerótica: signo
de Bell). Otros síntomas que pueden aparecer son: pérdida del gusto en los dos tercios anteriores
de la hemilengua afectada (por lesión del nervio intermediario o de Wrisberg), hiperacusia y al-
teraciones de la secreción salival y lagrimal (síndrome de las lágrimas de cocodrilo: lagrimeo en
respuesta a estímulos para la secreción salivar).
Para evaluar la gravedad del cuadro y con fines pronósticos, es útil el uso de la escala de Hou-
se-Brackmann (tabla 1).
GRADO DESCRIPCIÓN
I Función normal
Disfunción leve: ligera o leve debilidad de la musculatura, solo apreciable en la exploración
meticulosa. En reposo, tono y simetría normales
II Movimiento casi normal de la frente, capacidad de cerrar los ojos con mínimo esfuerzo,
asimetría mínima de la boca con el movimiento
No sincinesias, contracturas ni espasmos faciales
Disfunción moderada: en reposo, simetría y tono normal, diferencia clara entre ambos lados,
pero no desfigurante
III
Poco o ningún movimiento de frente, imposibilidad del cierre palpebral completo o con gran
esfuerzo, leve asimetría de la comisura bucal en movimientos máximos
Disfunción moderadamente grave: debilidad y/o asimetría desfigurante. En reposo, simetría y
tono normal
IV
Sin movimiento en la región frontal, imposibilidad del cierre palpebral completo. Asimetría de
la comisura bucal con esfuerzos máximos. Sincinesias. Espasmo facial
V Disfunción grave: movimiento apenas perceptible, asimetría en reposo
VI Parálisis total: pérdida total de tono, asimetría en reposo. No hay movimiento facial
4. DIAGNÓSTICO
Es fundamentalmente clínico y de exclusión.
Hay que diferenciar entre parálisis facial central y parálisis facial periférica.
▶▶ Anamnesis: antecedentes de traumatismo craneoencefálico (TCE), otalgia, otorrea, hipoacusia
y fiebre. Episodios previos. Instauración de los síntomas y tiempo de evolución.
▶▶ Exploración física: general: descartar signos de afectación sistémica. Neurológica completa:
descartar origen central, ver el grado de afectación facial. Otorrinolaringología (ORL): especial
atención a la otoscopia (colesteatoma, otitis media aguda [OMA], perforación, hemotímpano,
lesiones herpéticas) y a la palpación de parótida y mastoides.
▶▶ Pruebas complementarias: no son necesarias de forma rutinaria. Solo están indicadas cuando
la presentación clínica sea atípica (afectación aislada de una rama del nervio facial, afectación
de otros pares craneales, afectación bilateral o recidivante), con persistencia de la clínica des-
pués de 3 semanas o en ausencia de signos de recuperación a los 4 meses. En estos casos debe
CAPÍTULO 131
1164 PARÁLISIS FACIAL PERIFÉRICA
realizarse una analítica completa con serologías y una prueba de imagen (tomografía compu-
tarizada [TC] de alta resolución para el estudio óseo y resonancia magnética [RM] del recorrido
del nervio). El electromiograma solo está indicado en parálisis completas con fines pronósticos.
5. PRONÓSTICO
Relacionado con la gravedad de la lesión inicial, sin tratamiento el 71 % de los pacientes tienen
una recuperación completa, un 13 % presentan secuelas leves y un 16 % secuelas moderadas-gra-
ves (contracturas musculares, sincinesias, debilidad residual). En las parálisis incompletas la tasa
de recuperación es del 94 %, pero cuando la parálisis es completa disminuye al 60 %. La presencia
de herpes zóster se asocia a una paresia más grave con peor pronóstico.
Un 7-15 % de los pacientes pueden sufrir un segundo episodio de parálisis ipsi- o contralateral
con un tiempo medio de recidiva de 10 años. Un tercer o cuarto episodio solo se da en un 3 y 1,5 %
de casos, respectivamente. La recidiva no implica peor pronóstico. Es más frecuente durante el
embarazo y en ocasiones existen antecedentes familiares que sugieren cierta predisposición ge-
nética (en adolescentes hay que descartar el síndrome de Melkersson-Rosenthal).
6. TRATAMIENTO
▶▶ Protección ocular: uso durante el día de gafas de sol y lágrimas artificiales (aplicar formulacio-
nes líquidas o en gel de forma horaria). Por la noche hay que aplicar pomada humectante y
ocluir con parche.
▶▶ Corticoides: administrados v.o. en las primeras 72 h, mejoran la evolución. Pauta: prednisona
60-80 mg/día durante 5-7 días y disminuir 10 mg/día otros 5 días. Existe controversia entre los
autores en el uso de corticoides en el síndrome de Ramsay-Hunt.
▶▶ Antivirales: su asociación con los corticoides (nunca en monoterapia) es un tema controvertido
y solo se recomienda en parálisis graves (House-Brackmann de grado IV o superior) y en el sín-
drome de Ramsay-Hunt basándose en estudios de calidad metodológica baja-media según la
última revisión Cochrane (2015). Pautas: aciclovir 400 mg/4 h, valaciclovir 1 g/8 h y famciclovir
750 mg/día durante 7 días.
▶▶ Tratamiento etiológico: en las parálisis secundarias.
▶▶ Otros tratamientos, como la fisioterapia o la descompresión quirúrgica: no se recomiendan en
la actualidad. La inyección de toxina botulínica podría ser beneficiosa en pacientes con sincine-
sias, espasmos faciales o hiperlagrimeo.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Es importante diferenciar entre parálisis facial central y parálisis facial periférica. También
es importante identificar si se trata de una parálisis facial periférica primaria o secundaria.
▶▶ El síntoma fundamental es la debilidad de la musculatura de toda la hemicara. Otros sín-
tomas que pueden aparecer son la pérdida del gusto en los dos tercios anteriores de la
hemilengua, hiperacusia y alteraciones de la secreción salival y lagrimal.
▶▶ Las pruebas complementarias solo están indicadas cuando la presentación clínica sea
atípica, persista la clínica después de 3 semanas o no haya signos de recuperación a los
4 meses.
▶▶ Sin tratamiento el 71 % de los pacientes tienen una recuperación completa. En las parálisis
incompletas la tasa de recuperación es del 94 %, pero cuando la parálisis es completa dis-
minuye al 60 %. La presencia de herpes zóster se asocia con una paresia más grave con
peor pronóstico.
▶▶ El uso de antivirales y su asociación con corticoides (nunca en monoterapia) es un tema
controvertido y solo se recomienda en parálisis graves (House-Brackmann de grado IV o
superior) y en el síndrome de Ramsay-Hunt.
CAPÍTULO 131
1166 PARÁLISIS FACIAL PERIFÉRICA
ALGORITMO
PARÁLISIS FACIAL
EXPLORACIÓN NEUROLÓGICA
¿Otros déficit neurológicos?
PERIFÉRICA CENTRAL
¿Respeta la musculatura facial
superior?
Ver capítulo
sobre ACVA
VALORACIÓN
Antecedentes (traumatismo, recidivas)
Otoscopia (OMA, barotrauma, colesteatoma,
SÍ
cuerpo extraño, Ramsey-Hunt) Parálisis facial periférica
Exploración parotídea (parotiditis, tumores) SECUNDARIA
Lesiones dermatológicas (artritis/Lyme)
Enfermedades sistémicas (fiebre...) Tratamiento etiológico
específico
Tratamiento de protección
NO
ocular si es de grado III o
superior (ver abajo)
Parálisis facial
PRIMARIA (Bell)
¿Presentación atípica? Ampliar estudio
SÍ
(bilateral o recidivante, (analítica TC/RM)
progresión después de Valoración de ORL/Neurología
3 semanas) según sospecha
Leve/moderada NO
Valorar el grado de afectación
Grave
Progresión, falta de
recuperación a los 3 meses
Derivar a ORL/Neurología
para estudio
ACVA: accidente cerebrovascular agudo, OMA: otitis media aguda; ORL: otorrinolaringología; RM: resonancia magnética;
TC: tomografía computarizada.
CAPÍTULO 132
TRAUMATISMO NASAL Y EPISTAXIS
Angelo D’Abbraccio Casanova | Raúl Fallos Martí | María Mír Montero
1.2. EPIDEMIOLOGÍA
En traumas faciales, la fractura nasal tiene una ocurrencia de cerca del 50 %. Su frecuencia es
mayor en el hombre que en la mujer, es poco común antes de los 5 años y la mayor incidencia se
da entre los 16 y los 20 años.
1.3. CLASIFICACIÓN
Existen varias clasificaciones para las fracturas nasales; las más utilizadas en Servicios de Urgen-
cias son:
1.4. DIAGNÓSTICO
Se basa en anamnesis y exploración detalladas. La clínica varía en función de mecanismo lesional
(contusión, herida cortante…) e intensidad. Habitualmente se dan dolor, epistaxis unilateral o bi-
lateral, edema, obstrucción nasal, tumefacción nasal, heridas cutáneas, crepitación ósea, depre-
sión del dorso nasal, en casos graves hundimiento del dorso nasal y verticalización de las narinas.
El examen físico ha de ser detallado y secuencial:
▶▶ Inspección visual: epistaxis, tumefacción, hundimiento o desviación nasal, heridas cutáneas,
telecanto (fracturas nasoorbitoetmoidales) y verticalización de las narinas.
▶▶ Palpación de la pirámide nasal en busca de crepitaciones o escalones óseos.
▶▶ Evaluación del paso del aire en las fosas nasales.
▶▶ Rinoscopia en caso de obstrucción aérea en la/las fosa para evaluar la situación del tabique y
la presencia de hematomas.
En los casos de duda clínica o en agresiones, está indicada la realización de radiografías nasales
(radiografía de huesos propios y/o proyección de Waters).
1.5. TRATAMIENTO
El objetivo del tratamiento es el control de la epistaxis y del hematoma septal.
Habitualmente requiere instrumentalización, por lo que debe ser valorado por el otorrinolaringó-
logo en las primeras 24 h preferentemente.
2. EPISTAXIS
2.1. DEFINICIÓN
Se denomina epistaxis a la hemorragia originada en las fosas nasales. La zona hemorrágica por
excelencia es el área de Kiesselbach en el tabique nasal debido a que la mucosa nasal en esta
localización es más delgada y está unida directamente al cartílago subyacente, lo que la hace
poco elástica.
2.4. TRATAMIENTO
▶▶ Sentar al paciente con la boca abierta para que el sangrado sea expulsado por la nariz, provo-
car el vaciado nasal de mucosidad o coágulos haciendo que se suene enérgicamente y compri-
mir digitalmente la porción anterior de la pirámide nasal durante unos 10 min.
▶▶ Buscar el punto sangrante con rinoscopia.
▶▶ Si localizamos el punto sangrante, cauterizar con nitrato de plata 30 s tras aplicar anestesia
tópica (debe evitarse la cauterización simultánea de las caras septales directamente opuestas).
Posteriormente hay que aplicar hielo en cuello, nuca y nasal posterior.
▶▶ Si hay sangrado en la sábana: realizar taponamiento anterior introduciendo tira de gasa (im-
pregnada en vaselina) o material hemostático en la fosa nasal a ras del suelo y aplicar sobre el
material hemostático unos 10 ml de suero fisiológico para que se dilate y tapone la fosa nasal.
Hay que visualizar la orofaringe con el depresor lingual y comprobar que no hay sangrado pos-
terior. El taponamiento debe mantenerse durante 48 h.
▶▶ Si el sangrado está localizado en la rinofaringe o en la porción posterior de las fosas nasales, no
se localiza el punto sangrante o el taponamiento anterior es insuficiente: taponamiento poste-
rior realizado por otorrinolaringólogos.
2.5. CRITERIOS DE INGRESO
Las epistaxis normalmente no requieren de permanencia hospitalaria salvo cuando se acompa-
ñan de inestabilidad hemodinámica o suponen la manifestación clínica de una patología que re-
quiera tratamiento hospitalario.
ORL-OFG
MANUAL DE URGENCIAS
1171
ALGORITMO
Epistaxis
Valorar la
situación
Cede No cede
Analítica
Cede No cede
Cede No cede
Tratamiento
quirúrgico por
ORL
ORL: Otorrinolaringología.
CAPÍTULO 133
OBSTRUCCIÓN AGUDA DE LA VÍA AÉREA
SUPERIOR. CUERPOS EXTRAÑOS
Alejandra Sánchez Arias | Mónika Vicente Martín
1.5. TRATAMIENTO
Con el objetivo de asegurar la vía aérea:
▶▶ Medidas generales:
• Oxigenoterapia con fracción inspirada de oxígeno (FIO2) del 100 %.
• Maniobra de Heimlich en caso de sospecha de CE.
• Aspiración de secreciones.
• Intubación faríngea (cánula nasofaríngea o cánula de Guedel) o endotraqueal.
• Cricotirotomía o coniotomía: incisión prelaríngea en la membrana cricotiroidea.
• Traqueotomía: si hay disnea progresiva con imposibilidad de intubación. Se realiza en el segun-
do anillo traqueal.
▶▶ Tratamiento específico según la etiología:
• Laringoespasmo: corticoides i.v. (metilprednisolona 1 mg/kg de peso).
• Caída de la lengua en depresión del SNC: 1. Maniobra frente-mentón 2. Tracción de la mandíbu-
la hacia adelante 3. Apertura de la boca. Tracción manual o instrumental. 4. Cánula orofaríngea
de Guedel.
• CE: ver más adelante en este capítulo.
• Edema angioneurótico: adrenalina i.m. 0,01 mg/kg, con un máximo de 0,5 mg. Corticoides i.v.
Mantener al paciente en observación hasta la resolución del cuadro y derivar al alta a consultas
de alergia para estudio.
• Infecciones: en la epiglotitis, cefalosporinas de tercera generación (cefotaxima 1 g/6 h o ceftria-
xona 2 g/24 h) o amoxicilina-clavulánico 1 g/8 h i.v. y corticoides (metilprednisolona 4-5 mg/kg
en bolo i.v. y posteriormente dosis de mantenimiento). Si hay alergia a la penicilina, claritromi-
cina 500/12 h o clindamicina 600/8 h i.v. El paciente deberá permanecer en observación para
vigilar la evolución en las primeras horas.
• Laringotraqueobronquitis agudas: oxigenoterapia + humidificantes + inhalaciones de bronco-
dilatadores (budesonida inhalada, 0,5 mg, bromuro de ipratropio, 500 mcg) + corticoides i.v.
• Abscesos que precisan ingreso en planta: desbridamiento quirúrgico.
• Gases tóxicos y quemaduras: oxígeno prolongado con humidificación. Broncodilatadores si
existe broncoespamo. Observación hasta la resolución del cuadro y valoración por Otorrino-
laringología (ORL).
• Trauma traqueal y/o laríngeo: aspiración de sangre. Si hay edema de la mucosa, administrar
corticoides i.v. Si hay fractura de cartílagos laríngeos o traqueales con lesiones pequeñas, trata-
miento conservador: antibioterapia y vigilancia estrecha. Si hay fractura de cartílagos laríngeos
o traqueales con lesiones grandes, reparación quirúrgica.
• Tumores: resección quirúrgica y radioterapia.
2. CUERPOS EXTRAÑOS
La aspiración de CE puede producir desde un atragantamiento hasta la asfixia en pocos minutos,
por lo que exige una actuación rápida.
En función de la localización, podemos diferenciar en:
ORL-OFG
MANUAL DE URGENCIAS
1175
Puntos clave/recuerda
▶▶ Constituye una emergencia médica.
▶▶ Las causas más frecuentes que pueden provocar una obstrucción aguda pueden ser infec-
ciosas-inflamatorias, CE, traumáticas, tumorales y neurológicas.
▶▶ La obstrucción aguda de la vía aérea se presenta con bradipnea inspiratoria, tiraje y estridor.
▶▶ El tratamiento consiste en asegurar la vía aérea de forma inmediata.
CAPÍTULO 133
1176 OBSTRUCCIÓN AGUDA DE LA VÍA AÉREA SUPERIOR. CUERPOS EXTRAÑOS
ALGORITMO
OBSTRUCCIÓN LEVE DE LA VÍA AÉREA
(tos efectiva)
Tos ineficaz
Resolución de la
(pasar a algoritmo de
obstrucción
obstrucción grave)
Consciente Inconsciente
-5
golpes en la espalda Iniciar la RCPA
-5
compresiones abdominales Avisar a UCI/ORL
-A
lternar 5 golpes en la
espalda con 5 compresiones
abdominales
-A
spiración de secreciones
-L
aringoscopia: localizar el CE
y extraerlo
Resolución
Intubación
orotraqueal
ORL: Otorrinolaringología; RCPA: reanimación cardiopulmonar avanzada; UCI: Unidad de Cuidados Intensivos.
ORL-OFG
BIBLIOGRAFÍA
CAPÍTULO 128
OJO ROJO Y TRAUMATISMOS OCULARES
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1988.
6. Myron Yanoff, Jay S Duker. Ophthalmology. Mosby; 1999.
CAPÍTULO 129
PÉRDIDA DE VISIÓN BRUSCA. DIPLOPÍA
1. Rhee DJ, Pyfer MF. Manual de Urgencias Oftalmológicas. 3.ª ed. México: McGraw-Hill; 2001.
2. Kanski JJ. Oftalmología clínica. 5.ª ed. Madrid: Elsevier; 2004.
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1178 ORL-OFG
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CAPÍTULO 131
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CAPÍTULO 132
TRAUMATISMO NASAL Y EPISTAXIS
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CAPÍTULO 133
OBSTRUCCIÓN AGUDA DE LA VÍA AÉREA SUPERIOR. CUERPOS EXTRAÑOS
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Lippincott Williams & Wilkins.
2. Reichman & Simon. Urgencias Emergencias. Marban; 2005.
ORL-OFG
MANUAL DE URGENCIAS
1179
1. INTRODUCCIÓN
El traumatismo craneoencefálico (TCE) es la principal causa de mortalidad e incapacidad en
la población < 45 años. Presenta una elevada incidencia que ocasiona múltiples consultas
en Urgencias y va en aumento principalmente a expensas de los TCE leves en mayores de
65 años. Su manejo representa un reto para el médico de Urgencias por la ausencia de una
sintomatología específica que permita identificar a los pacientes en riesgo de presentar una
lesión intracraneal.
2. DEFINICIÓN Y CLASIFICACIÓN
Se define como cualquier lesión física o deterioro funcional del contenido craneal secundario a un
intercambio brusco de energía mecánica.
Existen varias formas de clasificación del TCE en la bibliografía aunque la más utilizada se basa en
la puntuación en la escala del coma de Glasgow (GCS) por su buena correlación con el pronóstico
tabla 1. En la aplicación de la escala siempre se puntuará la mejor respuesta. Se recomienda
anotar la puntuación por apartados (OVN) para el seguimiento seriado del nivel de consciencia y
en caso de deterioro en la puntuación saber a expensas de qué lo hace. Esta escala puede infraes-
timar la gravedad en el paciente anciano.
4 Espontánea
3 Al estímulo verbal
Mejor respuesta de apertura OCULAR O(4)
2 Al estímulo doloroso
1 Ausente
5 Orientada. Conversa
4 Habla confusa
Mejor respuesta VERBAL V(5) 3 Palabras inapropiadas
2 Sonidos incomprensibles
1 Ninguna
6 Obedece órdenes
5 Localiza el estímulo doloroso
4 Retira y flexiona con el dolor
Mejor respuesta MOTORA M(6)
3 Flexión anormal (decorticación)
2 Extensión anormal (descerebración)
1 Ninguna
CAPÍTULO 134
1184 TRAUMATISMO CRANEOENCEFÁLICO
3. MANEJO INICIAL
3.1. TCE GRAVE (GCS ≤ 8)
Siempre se harán tomografía computarizada (TC) y valoración por la Unidad de Cuidados Inten-
sivos (UCI) y Neurocirugía.
▶▶ El TCE grave hay que situarlo en el contexto del paciente politraumatizado.
▶▶ Es primordial realizar una valoración primaria según la escala de valoración primaria en el pa-
ciente politraumatizado ABCD (vía aérea y ventilación, circulación y exploración neurológica).
▶▶ Hay que asegurar una adecuada ventilación (intubación orotraqueal) y cifras tensionales (siem-
pre con una tensión arterial sistólica [TAS] > 90 mmHg) para prevenir las principales causas
asociadas a un aumento de lesiones secundarias: hipoxemia, hipercapnia, hipotensión, hipo-
natremia y fiebre.
▶▶ Se deberá realizar una exploración neurológica dirigida (nivel de consciencia, reacción y
tamaño pupilar, movilidad de las extremidades y respuesta motora en flexión/extensión) y
calcular la puntuación GCS previa a la intubación pues tiene limitaciones en el paciente intu-
bado/sedado.
▶▶ Se deberá descartar la posible afectación espinal cervical, así como otras causas de deterioro
del nivel de conciencia: metabólicas (hipoglucemia principalmente), cardiovasculares (shock),
depresores del sistema nervioso central (SNC) (alcohol y otros tóxicos, fármacos), hipoxia grave
y procesos infecciosos o neoplásicos subyacentes.
▶▶ Tras estabilización, TC y Neurocirugía, si la precisara, se requiere ingreso en la UCI o manejo
quirúrgico urgente.
▶▶ Los pacientes con TCE que precisan ventilación mecánica, transfusión de hemoderivados o in-
tervención neuroquirúrgica urgente presentan un mayor riesgo de complicaciones (neurológi-
cas y no neurológicas) y asocian mayor mortalidad.
▶▶ En el Servicio de Urgencias hay que abordar principalmente tres cuestiones relativas al manejo
inicial y la solicitud de pruebas complementarias (TC craneal).
3.3.2. Establecimiento de los pacientes que pueden precisar una tomografía compu-
tarizada cerebral
Hay dos reglas validadas para el uso eficiente de la TC cerebral en el TCE leve: las Reglas canadien-
ses y los Criterios de Nueva Orleáns (tabla 2). Ambas tienen una elevada sensibilidad, aunque la
canadiense presenta mayor especificidad y es la más empleada. No incluyen a los pacientes anti-
coagulados, antiagregados, con coagulopatías o déficit de agregación plaquetaria previos. Con la
presencia de 1 criterio en cualquiera de ellas, existe indicación de realización de TC.
Según la evidencia actual se recomienda el Algoritmo 1 de actuación.
3.3.3. Decisión sobre qué pacientes pueden ser dados de alta y cuáles deben permanecer
en Observación ante la eventualidad de sufrir lesiones diferidas (algoritmo 1)
3.3.3.1. Alta
Los pacientes con GCS de 15 sin SR ni AR no precisan pruebas complementarias y pueden ser da-
dos de alta. Se debe adjuntar siempre una hoja de recomendaciones con los síntomas de alarma
al informe de alta. Debe ser explicada verbalmente al paciente y/o al cuidador principal, asegu-
rándose de su correcta comprensión.
Antes del alta se deben asegurar los siguientes puntos:
▶▶ Recuperación completa y mantenida del nivel de consciencia (GCS basal).
▶▶ Tolerancia vía oral o situación similar a la basal.
CAPÍTULO 134
1186 TRAUMATISMO CRANEOENCEFÁLICO
▶▶ Los síntomas neurológicos se han resuelto o son menores y en resolución y son susceptibles de
recomendaciones sencillas o de tratamiento analgésico para la cefalea.
▶▶ Paciente independiente o con un soporte sociofamiliar adecuado para asegurar la observación
hasta cumplir las primeras 48 h.
▶▶ No presenta criterios de observación en Urgencias.
▶▶ No precisa pruebas complementarias.
▶▶ En los casos en los que se haya precisado sutura se seguirán las recomendaciones de cuidado
y retirada descritos en el capítulo 143.
3.3.3.2. Observación
Indicación de permanencia en Observación
▶▶ GCS de 15 + SR.
▶▶ GCS ≤ 15 o AR.
▶▶ Imposibilidad para observación en el domicilio en las siguientes 24 h.
Todos los pacientes que presenten lesión en la TC deben ser valorados por Neurocirugía de forma tele-
mática o presencial. No todas las lesiones intracraneales precisan derivación urgente para valoración
por Neurocirugía. Los pacientes sin deterioro neurológico (exploración basal) ni datos de intoxicación,
fractura de cráneo o uso de anticoagulantes que presenten en la TC hematoma subdural (HSD), hema-
toma epidural (HED) o hemorragia intraparenquimatosa (HIP) (una localización) < 4 mm o mínima he-
morragia subaracnoidea (HSA) de la convexidad, siempre en ausencia de hemorragia intraventricular,
pueden permanecer en observación estrecha durante 6 h y ante la estabilidad se puede completar el
período de observación recomendado y revisar por Neurocirugía de forma ambulatoria.
Período de observación
Cuando el paciente está asintomático, totalmente despierto, alerta y neurológicamente en
situación basal, con TC (si procede) sin hallazgos traumáticos intracraneales ni laceraciones
TRAUMATOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1187
ALGORITMO
BAJO riesgo Riesgo MODERADO ALTO riesgo
GCS 15/No SR*/No AR** GCS 15/Sí SR*/No AR** GCS < 15 o AR**
Contactar con
Observación Observación Neurocirugía
6h 24 h
• HSD
• HED
• Persistencia de síntomas
• HIP < 4 mm
• No es posible la
• HSA mínima en
observación domiciliaria
convexidad
• Laceraciones significativas
• Deterioro clínico, GCS < 15
ALGORITMO
Triaje inmediato
Normal INR
CCP 30 UI/kg
INR 1,5-2,5 INR 2,5-3,5 INR > 3,6
Basado en el algoritmo propuesto en Abordaje en urgencias del traumatismo craneoencefálico en pacientes anticoagu-
lados: revisión y protocolo de actuación. Emergencias. 2014;26:210-20.
ACO: anticoagulación oral; AR: antecedente de riesgo; CCP: complejo protrombínico; FC: frecuencia cardíaca; FR: fre-
cuencia respiratoria; HIC: hipertensión intracraneal; INR: International Normalizated Ratio; SatO2: saturación de oxígeno;
SR: síntoma de riesgo; TA: tensión arterial; TC: tomografía computarizada.
* Factores de riesgo de HIC: > 65 años, hemorragia mayor en < 4 semanas previas, cirugía mayor en < 2 semanas previas,
trombopenia < 70.000 mm3, hepatopatía conocida y antiagregación concomitante.
** Sin HIC actual: valorar FR e HIC frente a riesgo trombótico (ej.: prótesis valvular como causa del tratamiento anticoa-
gulante oral) si se quiere revertir INR terapéutico (< 3,5).
CAPÍTULO 135
TRAUMATISMO MAXILOFACIAL
M.ª Carolina Veiga Crespo | Pablo Tranche Álvarez-Cagigas
1. INTRODUCCIÓN
El traumatismo maxilofacial (TMF) puede abarcar desde lesiones puras de partes blandas hasta
fracturas/luxaciones faciales puras o incluso ambas de forma concomitante.
Su etiología más frecuente se centra en accidentes de tráfico, violencia interpersonal (más en
varones jóvenes), accidentes deportivos y laborales y caídas fortuitas (< 10 años y > 60). Existe
una importante relación entre los traumatismos faciales y el consumo de alcohol u otros tóxicos.
Los principios del tratamiento en Urgencias se dirigen inicialmente a identificar y estabilizar a los
pacientes con traumatismos que puedan generar una amenaza vital, principalmente por compro-
miso de la vía aérea, lesiones intracraneales o de la columna cervical y hemorragias. En segundo
plano, pero no menos importante, es primordial actuar dentro de plazos de tiempo óptimos con el
fin de reducir la morbimortalidad (secuelas visuales, funcionales, estéticas) y evitar la necesidad de
reconstrucciones complejas posteriormente.
2. ANAMNESIS
▶▶ Mecanismo lesional y tiempo de evolución: en caso de accidente de tráfico se añadirá ubica-
ción, uso de cinturón de seguridad, activación de airbag, condiciones de extricación o salida
por sus medios. Paciente, acompañante o testigos.
▶▶ Antecedentes personales que incluyan fármacos anticoagulantes o antiagregantes y cirugías
faciales previas.
▶▶ Clínica: sensaciones sensitivas faciales, características del dolor, alteraciones subjetivas de la
oclusión, alteraciones visuales (agudeza y/o diplopía), obstrucción nasal, epífora y alteraciones
auditivas.
3. EXPLORACIÓN FÍSICA
Debe ser sistematizada, ordenada y simétrica:
▶▶ Inspección: presencia de heridas, equimosis o erosiones orientan hacia la zona del impacto.
Asimetrías, falta de fuerza y deformidades.
▶▶ Palpación: se recomienda de cefálico a caudal, de posterior a anterior y bilateral en las promi-
nencias óseas y la articulación temporomandibular (ATM), al igual que la columna cervical. Es
importante identificar escalones óseos, dolor localizado, movilidad patológica y crepitación
ósea.
▶▶ Exploración neurológica: nivel de consciencia (escala de coma de Glasgow [GCS]). Hay que in-
cidir en la exploración del nervio trigémino (V par craneal, inervación sensitiva completa de la
cara, tres ramas) y del nervio facial (VII par, inervación motora de la mayoría de los músculos
faciales, la rama motora del V par y los IX y XI masticadores).
TRAUMATOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1193
4. MANEJO INICIAL
El manejo inicial del traumatismo facial debe estar enmarcado dentro del ABCDE universal de
atención inicial al paciente politraumatizado (ver el capítulo 30). A continuación se remarcan
aspectos propios del TMF:
A. Vía aérea.
B. Ventilación: en TMF graves hay riesgo de desarrollar obstrucción de la vía aérea superior por
presencia de coágulos, dientes, fragmentos óseos, edema (suelo de la boca, faringe y la-
ringe), retroposición del hioides (fracturas de mandíbula), aspiración de fluidos (saliva, jugo
gástrico), tracción anterior de la lengua y bajo nivel de consciencia. Es de vital importancia la
inspección intraoral. Ante la sospecha de broncoaspiración o ante la inminente obstrucción,
se recomienda asegurar la vía aérea con intubación orotraqueal con sujeción de columna
cervical (evitar la intubación nasotraqueal). La cricotiroidotomía o traqueostomía de urgen-
cia debe ser considerada en traumatismos graves oromandibulares; está indicada en frac-
turas panfaciales, fractura conminuta de la mandíbula o edema masivo de tejidos blandos
faciales.
C. Circulación: las hemorragias faciales se identifican con facilidad pero las posteriores (arte-
ria etmoidal posterior) y las situadas en la zona occipitonucal pueden pasar desapercibidas
(principalmente ocultas por sujeción cervical). Se recomienda hemostasia precoz con com-
presión, medidas locales o sutura. No se recomienda la hemostasia a ciegas con pinzas por
riesgo de lesiones nerviosas. Ante el fracaso de las medidas de hemostasia iniciales, hay que
valorar Transcateter Arterial Embolization (TAE), fijación maxilar, reducción de la fractura o, en
casos extremos y ante el fracaso o la no disponibilidad de las técnicas previas, ligadura de
carótida externa/colaterales. Respecto a epistaxis/cavidad oral, hay que hacer taponamien-
to anterior con Merocel® PVA (polivinilacetato) y taponamiento posterior con gasas o sonda
Foley con globo. Se prefiere gasa/Merocel® que sonda por el riesgo de desplazamiento de la
fractura subyacente al hinchar un globo. Se recomienda reposición de volumen, transfusión
de concentrados de hematíes si procede y control de coagulación (principalmente en pa-
cientes con tratamiento anticoagulante [ver el capítulo 125]).
D. Déficit neurológico: se debe realizar examen neurológico completo. Un paciente consciente y
orientado con anisocoria debe hacer sospechar un trauma ocular o de la vía ocular más que
una lesión central.
CAPÍTULO 135
1194 TRAUMATISMO MAXILOFACIAL
E. E xposición: se recomienda sustituir por E de Eyes para no olvidar la exploración ocular en to-
dos los traumatismos faciales, principalmente en los centrofaciales. Una vez que el paciente
se encuentre estabilizado, se debe realizar una evaluación secundaria. Cabe recordar que en
los pacientes politraumatizados asegurar una adecuada ventilación, controlar la hemorragia
y manejar los traumatismos torácico, abdominal y neuroquirúrgico son elementos prioritarios
del manejo del traumatismo facial.
5. PRUEBA DE IMAGEN
Siempre que exista sospecha clínica de fractura facial se debe solicitar una prueba de imagen
para confirmar el diagnóstico.
En los traumatismo faciales sin sospecha de fracturas, hemorragias no controlables ni afectación
ocular, no se recomienda el estudio radiológico.
La tomografía computarizada (TC) representa actualmente el gold standard en el trauma facial gra-
ve, en especial en aquel paciente subsidiario de tratamiento quirúrgico. Ayuda en la planificación del
tratamiento y en la evaluación de los resultados, con las implicaciones médico-legales que conlleva.
Se recomienda la TC ante la presencia de uno de los siguientes criterios asociados a mayor riesgo
de fractura: escalón óseo o inestabilidad, edema o hematoma periorbitario, GCS < 14 puntos,
maloclusión y ausencia de pieza dentaria.
Las fracturas faciales no están asociadas a un aumento de lesión intracraneal en ausencia de TCE
concomitante, excepto los traumatismos/fracturas del hueso frontal. En los traumatismos frontales
se solicitará TC de cráneo según los criterios de manejo del TCE (ver el capítulo 134). En los pacientes
con proptosis y midriasis asociada se solicitará siempre TC (sospecha de hemorragia retrobulbar).
No se recomienda retrasar un traslado cuando es necesario con el fin de realizar la TC.
Si no se dispone de TC se puede realizar un estudio radiográfico simple (tabla 1). La radiografía está
indicada como primera prueba diagnóstica en traumatismos de baja energía mandibulares y nasales.
Hay que valorar la radiografía de tórax ante pérdida de piezas, prótesis o implantes dentarios.
6. TRATAMIENTO Y DESTINO
La mayoría de las fracturas faciales precisan tratamiento quirúrgico si bien en ocasiones se pue-
de retrasar la reparación quirúrgica hasta 2 semanas, por lo que es importante discriminar a los
pacientes que precisan valoración urgente por otras especialidades:
▶▶ Fracturas de alta complejidad: precisan valoración urgente por Cirugía Máxilofacial (CMX): frac-
turas Le Fort, nasoorbitoetmoidales, nasales complejas o panfaciales y orbitarias en estallido
con enoftalmos y/o diplopía.
▶▶ Fracturas de baja complejidad: fractura nasal simple, fracturas dentoalveolares y fracturas ma-
lares pueden ser valoradas de forma ambulatoria.
Se debe valorar la antibioterapia empírica siempre que existan afectación vascular, lesiones pene-
trantes con afectación mucosa oral, exposición del cartílago nasal o auricular, lesiones contaminadas,
mordeduras o fracturas abiertas. Se recomienda individualizar en los pacientes inmunodeprimidos.
Las lesiones cutáneas superficiales se manejan según lo descrito en el capítulo sobre el trata-
miento de heridas y el drenaje de abscesos. Es importante resaltar que deben ser cerradas lo
antes posible (primeras 8 h) para minimizar el impacto estético.
El manejo del traumatismo ocular se expone en el capítulo sobre dolor ocular, ojo rojo y trauma-
tismos oculares.
TRAUMATOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1195
En caso de epistaxis y/o fractura nasal, ver el capítulo sobre traumatismo nasal y epistaxis.
* Se deben al aumento brusco de la presión intraorbitaria; afectan a las paredes óseas más débiles (medial [lámina
papirácea] y suelo). No se afecta el reborde orbitario.
CMF: Cirugía Maxilofacial; TC: tomografía computarizada.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Asegurar la vía aérea y controlar las hemorragias son los objetivos principales en el manejo
inicial.
▶▶ No hay que olvidar la exploración ocular y de la columna cervical en todos los traumatis-
mos faciales.
▶▶ En los traumatismos mandibulares y nasales de baja energía la radiografía simple es la
prueba de elección.
▶▶ Las fracturas Le Fort, nasoorbitoetmoidales, nasales complejas o panfaciales y orbitarias
en estallido con enoftalmos y/o diplopía deben ser valoradas de forma urgente por CMF.
CAPÍTULO 136
TRAUMATISMO TORÁCICO
Cristina Rincón Ruiz | Luis Julián Arce Segura
1. INTRODUCCIÓN
Los traumatismos torácicos constituyen una patología frecuente en nuestro medio. Se presentan
en el 50 % de los politraumatismos, siendo la principal causa directa de muerte en el 25 % de los
casos, contribuyendo en un 25-50 % adicional a la mortalidad relacionada con el trauma grave.
La edad condiciona de forma significativa la etiología; así, en la población joven son los acciden-
tes de tráfico (ATF), las agresiones, las caídas desde gran altura y las lesiones deportivas las cau-
sas más frecuentes, mientras que en los > 70 años se producen mayoritariamente tras accidentes
domésticos o caídas accidentales. La edad condiciona también el riesgo de complicaciones: con
más de dos fracturas costales, en > 85 años y en presencia de algunas comorbilidades, como la
enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y patologías que requieren anticoagulación.
Además las personas > 60 años reingresan más tras un traumatismo torácico.
Se pueden clasificar en:
▶▶ Traumatismos cerrados: son secundarios fundamentalmente a ATF, existiendo en ellos múlti-
ples factores que se asocian a un alto riesgo de aparición de trauma torácico: alta velocidad,
colisión frontal, deformación de la estructura interior del vehículo, deformidad del volante, etc.
Las caídas desde gran altura (> 3 m) con deceleración abrupta superior a 40 km/h suponen un
mecanismo de elevado riesgo para la afectación de grandes vasos.
▶▶ Traumatismos abiertos: son menos frecuentes e incluyen las heridas por arma blanca y las pro-
ducidas por arma de fuego, pudiendo clasificarlos en traumatismos penetrantes y no penetran-
tes. Los primeros se acompañan de colección pleural (hemo- y/o neumotórax) y pueden asociar
repercusiones hemodinámicas, incluyendo shock y taponamiento cardíaco en caso de lesiones
cardíacas.
2. TRAUMATISMOS CERRADOS
2.1. TRAUMATISMOS DE LA PARED TORÁCICA
2.1.1. Epidemiología
Las fracturas costales se encuentran presentes en más del 40 % de todos los traumatismos toráci-
cos, siendo los ATF la causa más común, seguido de las caídas accidentales en población de edad
avanzada. Los arcos costales más afectados son del tercero al noveno.
El tórax inestable o volet costal consiste en el movimiento paradójico de un segmento de la pared
torácica secundario a múltiples fracturas costales consecutivas con dos o más focos de fractura.
Se produce en traumas torácicos graves y se asocia, entre otras lesiones, a contusión pulmonar.
Las fracturas del esternón varían en el 4-8 % (según series) de los traumatismos torácicos cerra-
dos (TTC) y constituyen el resultado de la compresión del esternón entre el volante y la columna
CAPÍTULO 136
1200 TRAUMATISMO TORÁCICO
en individuos portadores de cinturón de seguridad, sobre todo en vehículos antiguos que no dis-
ponen de airbags. Su aparición debe hacer pensar en posibles lesiones asociadas, fundamental-
mente contusión miocárdica.
Las fracturas de la escápula son menos frecuentes (1 % de todas las fracturas). Se requiere la apli-
cación de una gran fuerza para su producción, por lo que más del 90 % se asocian a otras lesiones,
incluyendo contusión pulmonar, neumotórax y fracturas costales.
Los indicadores de gravedad que indican riesgo de lesiones intratorácicas o intraabdominales
asociadas aparecen en la tabla 1:
tura escapular se requiere ingreso en una Unidad especializada dado el alto riesgo de complica-
ciones (contusión pulmonar, neumonía, alteración de la mecánica pulmonar con necesidad de
ventilación mecánica, etc.).
La rotura aórtica puede repararse mediante toracotomía abierta o por técnica endovascular. En
los casos de reparación retardada por la presencia de otras lesiones concomitantes se instaurará
terapia antihipertensiva, manteniendo la tensión arterial sistólica < 120 mmHg.
2.2.2.2. Contusión miocárdica
Supone la segunda lesión más frecuente que conduce a la muerte tras un TTC. La estructura más
vulnerable es la pared del ventrículo derecho dada su proximidad con el dorso del esternón.
Debe sospecharse tras colisiones frontales a alta velocidad y en pacientes con fracturas esternales.
La clínica más frecuente incluye hipotensión, dolor centrotorácico y arritmias, llegando al shock
cardiogénico en caso de grandes contusiones.
Para su diagnóstico debe realizarse seriación de enzimas cardíacas y ECG, siendo la prueba más
específica la ecocardiografía. Se deben monitorizar electrocardiográficamente todos los pacien-
tes durante las primeras 24 h a fin de identificar la aparición de arritmias.
2.2.2.3. Neumotórax traumático
Se produce hasta en un 20 % de los casos de TTC. Los neumotórax simples se producen por pe-
queñas fugas de aire del parénquima pulmonar, muchas veces secundarias a fracturas costales,
aunque pueden darse también tras rupturas alveolares por cambios rápidos de la presión intra-
torácica durante el trauma.
La clínica incluye disnea y dolor torácico. En la exploración se aprecian taquicardia, hipoxia, dis-
minución del murmullo vesicular o timpanismo con la percusión, dependiendo de la extensión
del neumotórax.
Respecto al diagnóstico, la radiografía de tórax anteroposterior (AP) en supino es muy específica
pero presenta hasta un 20-35 % de falsos negativos. La sensibilidad mejora si puede realizarse
proyección PA en inspiración/espiración forzada. Si ello no es posible, puede realizarse ecografía
y posteriormente TC torácica, que diagnostica la presencia de neumotórax ocultos, de pequeño
tamaño, que llegan a producirse en un 2-8 % de los traumas cerrados. El tratamiento de estos
últimos será la observación, requiriendo drenaje pleural tan solo en caso de necesitar el paciente
ventilación mecánica (bien durante la cirugía, bien como soporte ventilatorio a medio plazo), ya
que la aplicación de presión positiva contribuiría a su expansión.
El neumotórax a tensión se produce por una lesión pulmonar con componente valvular unidi-
reccional que hace que penetre aire en la cavidad pleural sin posibilidad de evacuación, lo que
provoca compresión del mediastino y del pulmón contralateral, produciendo cuadro agudo de
disnea, dolor torácico, hipotensión e ingurgitación yugular. En la exploración se aprecian ausencia
de murmullo vesicular y timpanismo del hemitórax afecto.
Se puede llegar a su diagnóstico por radiografía de tórax y/o eco-FAST y debe tratarse de
forma inmediata mediante descompresión con aguja (angiocatéter de 14 G, 7-8 cm de lon-
gitud) en el segundo espacio intercostal en la línea medioclavicular o en el quinto espacio
intercostal en las líneas axilar anterior o media, siguiéndose de la colocación de un tubo de
tórax (36 F).
2.2.2.4. Hemotórax
Las lesiones que dan lugar a hemotórax masivo incluyen la ruptura aórtica, la ruptura miocárdi-
ca, las lesiones hiliares, las lesiones del parénquima pulmonar y las de los vasos intercostales y
mamarios.
Se necesita un volumen de 300 ml para que el hemotórax sea evidente en una radiografía de tórax
PA, siendo más sensible la ecografía.
TRAUMATOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1203
El tratamiento consiste en drenaje pleural con tubo de tórax. Si el drenaje inmediato supera los
20 ml/kg (aproximadamente 1.500 ml), se considera indicación de toracotomía urgente.
2.2.2.5. Contusión pulmonar
Constituye una lesión común en los TTC de alta intensidad, con una incidencia del 30-75 %. Suele
asociarse a otras lesiones, contribuyendo a la mortalidad en un 5-30 % de los casos.
La disipación de la energía traumática a través del parénquima pulmonar causa una combinación
de hemorragia intraparenquimatosa, atelectasia y consolidación, que se traduce clínicamente en
disnea, taquipnea, cianosis e hipotensión.
Se trata de una lesión de curso insidioso, no detectable en la evaluación inicial ni en la radiografía
de tórax, que comienza a progresar a las 4-6 h tras el traumatismo y se desarrolla por completo
en las primeras 24-48 h.
La radiografía de tórax y la TC muestran infiltrados alveolares parcheados que pueden llegar a
confluir y a afectar a todo un lóbulo.
El tratamiento se basa en medidas de soporte con analgesia, oxigenoterapia y fisioterapia intensiva.
2.2.2.6. Lesiones del árbol traqueobronquial
Ocurren en menos del 1 % de los TTC. La mayoría de los pacientes mueren en el lugar del acci-
dente.
Suelen acompañar a otras lesiones graves de pared torácica y parénquima pulmonar. El bronquio
principal derecho es el que se lesiona más frecuentemente a 1-2 cm de la carina, seguido del
bronquio principal izquierdo.
El signo capital de la rotura consiste en la evidencia de la fuga de aire, que da lugar a neumotórax
o neumomediastino persistente a pesar de la colocación de un tubo de tórax.
La presencia de enfisema subcutáneo, ronquera y disnea debe hacer sospechar dicha lesión.
La radiografía de tórax puede mostrar fractura de las tres primeras costillas, neumotórax persis-
tente y/o aire intersticial en la pared traqueal o en los bronquios principales.
El tratamiento será quirúrgico en caso de mediastinitis, obstrucción de la vía aérea o fuga de aire
masiva.
2.2.2.7. Rotura del diafragma
Aunque es más frecuente en los traumatismos penetrantes, ocurre hasta en un 8 % de los casos
de TTC secundarios a ATF con colisión frontal o lateral con intrusión de más de 30 cm y deforma-
ción del habitáculo, con deceleración superior a 40 km/h.
Es más frecuente la rotura del hemidiafragma izquierdo ya que colon y estómago brindan menor
protección que el hígado y se asocia a múltiples lesiones, como hemoneumotórax y lesiones es-
plénicas y hepáticas.
Clínicamente se manifiesta como dolor abdominal, dolor escapulohumeral referido, disnea, vó-
mitos, disfagia o shock.
La radiografía de tórax puede ser normal hasta en un 50 % de los casos; en el resto puede eviden-
ciar la presencia de vísceras abdominales y/o sonda nasogástrica en el tórax, hemoneumotórax,
atelectasias, derrame o pérdida del contorno diafragmático. El diagnóstico se confirma por TC.
2.2.2.8. Rotura esofágica
Se trata de una lesión rara en TTC, en los que se produce por compresión y/o tracción tras hipe-
rextensión cervical o penetración directa tras fracturas costales.
CAPÍTULO 136
1204 TRAUMATISMO TORÁCICO
Los signos clínicos incluyen la presencia de sangre en el líquido aspirado tras la colocación de
sonda nasogástrica, enfisema subcutáneo cervical o hematoma cervical.
En la radiografía de tórax pueden existir neumomediastino y/o derrame pleural. El diagnóstico se
confirma mediante endoscopia, esofagografía con contraste hidrosoluble y TC.
3. TRAUMATISMOS PENETRANTES
Son mucho menos frecuentes que los traumatismos cerrados, pero presentan una mayor mortali-
dad. La incidencia en Europa no supera el 4 % de todos los traumas torácicos, siendo secundarios
a heridas por armas de fuego o blanca, accidentes industriales, caídas, colisiones y explosiones.
La mayoría de las lesiones penetrantes del tórax no requieren tratamiento quirúrgico y los pacien-
tes pueden ser manejados mediante drenaje pleural y observación, aunque el 15-30 % requieren
tratamiento quirúrgico, frente al 10 % de los traumas cerrados.
La incidencia por lesiones específicas varía según las series: las lesiones de grandes vasos tie-
nen lugar aproximadamente en un 4 % de los casos; las lesiones del árbol traqueobronquial se
asocian con roturas esofágicas y lesiones de grandes vasos en un 30 % de los casos, las lesiones
cardíacas se producen en un 3 % de casos y se asocian a lesiones del árbol traqueobronquial y
gran mortalidad y las lesiones diafragmáticas se dan hasta en un 19 % de los casos, aumentando
al 30 % en caso de heridas por arma blanca y al 60 % en caso de heridas por arma de fuego que
afectan a la zona inferior del hemitórax izquierdo.
LESIÓN TRATAMIENTO
Obstrucción de la vía aérea Intubación. Considerar cricotiroidotomía frente a traqueostomía
Neumotórax a tensión Descompresión con aguja seguida de tubo de tórax
Neumotórax abierto Oclusión inicial mediante vendaje (fijación por 3 lados) seguido de cierre de
la herida y tubo de tórax
Hemotórax masivo Hidrocoloides, transfusión de isogrupo, tubo de tórax. Considerar
toracotomía de emergencia
Taponamiento cardíaco Pericardiocentesis si el paciente está estable. Considerar toracotomía de
emergencia
Modificado de Platz Joseph, et al. Thoracic Trauma. Injuries, evaluation and treatment. Surg Clin N Am. 2017;97:783-99.
CAPÍTULO 136
1206 TRAUMATISMO TORÁCICO
ALGORITMO
¿Hemodinámicamente estable?
NO SÍ
SÍ NO
Tratamiento de las lesiones potencialmente letales:
Evaluación primaria Evaluación secundaria
Pérdida de pulsos en el SU incluyendo: incluyendo:
Toracotomía
o salida por el tubo de tórax • FAST
urgente • Radiografías de tórax PA
de > 20 ml/kg • Radiografía de tórax AP y lateral
en supino • ECG en ancianos o si posible
Ausencia uni/bilateral
de ruidos respiratorios o Toracotomía • ECG enfermedad cardiaca
radiografía que muestra con aguja • Tratamiento inmediato
neumotórax de las lesiones
Colocación de encontradas
¿Hallazgos normales?
tubo de tórax
ej.: contusión pulmonar,
Derrame pericárdico por fracturas costales, volet
eco con sospecha de Pericardiocentesis o neumotórax
taponamiento
Tratamiento Si el paciente
¿Deceleración a apropiado está
alta velocidad Posterior asintomático,
¿Inestabilidad o traumatismo evaluación si alta
hemodinámica importante de la pared está indicada, Si tiene
persistente o pérdida torácica? incluyendo TC síntomas,
de sangre? torácica observación
y repetir la
SÍ NO radiografía de
tórax
SÍ
NO TC torácica Radiografías
Toracotomía Angiografía de tórax PA y
en quirófano ETE lateral
SÍ NO
¿Hallazgos anormales?
AP: anteroposterior; ECG: electrocardiograma; ETE: ecografía transesofágica; FAST: Focused Assesment with Sonography
in Trauma; PA: posteroanterior; SU: Servicio de Urgencias; TC: tomografía computarizada.
Modificado de Legome E. Initial evaluation and management of blunt thoracic trauma in adults. UpToDate. 2017.
CAPÍTULO 137
TRAUMATISMO ABDOMINAL
Raquel García de Pedro | Carmen Gimeno Galindo
1. INTRODUCCIÓN
El traumatismo abdominal supone un reto para el médico de Urgencias, pues el paciente que lo
sufre debe ser considerado como un paciente potencialmente grave y debemos conocer el meca-
nismo lesional para intentar anticiparnos a posibles lesiones.
Las lesiones intraabdominales y sobre todo en la región retroperitoneal pueden presentar
inicialmente una exploración abdominal anodina, por lo que debemos mantener la sos-
pecha de lesión oculta intraabdominal durante la estancia del paciente en el Servicio de
Urgencias.
La demora en el reconocimiento de lesiones abdominopélvicas puede ocasionar la muerte precoz
por hemorragia o tardía por lesiones viscerales.
2. CLASIFICACIÓN
Se clasifica en dos grupos según el mecanismo lesional.
3. CLÍNICA Y DIAGNÓSTICO
La hipotensión es el signo fundamental en la valoración del shock hipovolémico como causa fun-
damental de la hemorragia intraabdominal para determinar si existe lesión, junto con la historia
clínica, la exploración física y pruebas complementarias. En pacientes jóvenes puede aparecer
con hipovolemia importante debido a la reserva funcional.
3.1. ANAMNESIS
Es fundamental una buena transferencia de información desde extrahospitalaria para entender
los posibles mecanismos lesionales:
▶▶ Colisión vehicular: velocidad, tipo de vehículo, tipo de colisión (frontal, lateral, trasera, vuelco),
deformidad del habitáculo y del volante, uso del cinturón de seguridad, despliegue de airbags,
posición del paciente y daño del resto de pasajeros.
▶▶ Precipitados: altura de la caída.
▶▶ Trauma penetrante: tipo de arma, tiempo transcurrido, distancia del atacante y número de
heridas de arma blanca o de balas de arma de fuego recibidas.
▶▶ Explosión: la posibilidad de lesión abdominal por la onda expansiva aumenta si el estallido
ocurre en un espacio cerrado y con la cercanía del paciente a la explosión.
4. TRATAMIENTO
4.1. TRATAMIENTO GENERAL
Se dará prioridad al ABC: mantenimiento de la vía aérea, ventilación y estabilización hemodinámica.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Debemos conocer el mecanismo lesional para intentar anticiparnos a posibles lesiones.
▶▶ Una exploración anodina del abdomen no excluye lesiones intraabdominales.
▶▶ La demora en el reconocimiento de lesiones abdominopélvicas puede ocasionar la muerte
precoz por hemorragia o tardía por lesiones viscerales.
▶▶ Existe indicación de eco-FAST en pacientes inestables y de TC abdominal en pacientes
estables por su alta sensibilidad y especificidad.
▶▶ La laparotomía urgente se ha de hacer ante heridas penetrantes e hipotensión, trauma ce-
rrado con eco-FAST positiva, peritonismo persistente, evisceración y heridas por arma de
fuego que atraviesan la cavidad peritoneal.
TRAUMATOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1211
ALGORITMO
Traumatismo abdominal cerrado
Estabilidad hemodinámica
NO SÍ
Eco-FAST Consciente
No intoxicado
NO SÍ
+ –
TC abdominal Eco-FAST
NO SÍ
Laparotomía
Estabilización Estabilización Manejo no
(TC abdominal) (fijación, angiografía) invasivo
Exploración
seriada
Observación FAST seriado
– + 12 h
Exploración TC
seriada abdominal
Observación 12 h
Exploración seriada
Laparotomía – +
Manejo no invasivo
Observación 12 h
Laparotomía
Manejo no
Alta invasivo
FAST: Focused Assessment with Sonography for Trauma; TC: tomografía computarizada.
CAPÍTULO 137
1212 TRAUMATISMO ABDOMINAL
ALGORITMO
Traumatismo abdominal penetrante
SÍ NO
SÍ NO
Inestabilización hemodinámica
o peritonismo
SÍ NO
SÍ NO
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
Los traumatismos sobre la columna vertebral condicionan un elevado riesgo para el paciente
que se traduce en términos de mortalidad y morbilidad. Esta morbilidad puede relacionarse con
secuelas tremendamente limitantes para la vida del lesionado, que determinan situaciones de
considerable repercusión personal, social y económica. Por todo ello es fundamental un abordaje
preciso de este proceso que se basa en cuatro pilares:
1. Conocimiento del mecanismo de lesión y de la intensidad del mismo.
2. Conocimiento anatómico de las estructuras implicadas y de sus manifestaciones clínico-ra-
diológicas.
3. Conocimiento de los factores individuales del sujeto que pueden influir en el manejo del trau-
matismo: edad, tratamiento anticoagulante, lesiones o enfermedades previas de columna, en-
fermedades cardiopulmonares, etc.
4. Conocimiento del ámbito más seguro para el abordaje de este proceso.
Los tres principales factores asociados a lesiones medulares se relacionan con la presencia de
traumatismo craneoencefálico, intoxicaciones que alteran el nivel de consciencia o politrauma-
tismo (con afectación de otros órganos, sistemas o territorios osteoarticulares).
2. CLASIFICACIÓN
Los traumatismos pueden ser penetrantes (abiertos) o no. Las fracturas de la columna se dividen
en cervicales (altas C1-C2 y bajas C3-C7) y toracolumbares (la localización más frecuente es la
charnela toracolumbar, T11-L2, con el 50 % del total). Aunque hay numerosas sistematizaciones,
en los últimos años se han extendido los esquemas de clasificación y toma de decisiones del
Thoraco lumbar Injury Classification and Severity score (TLICS) y de la Subaxial Cervical Spine In-
jury Classification (SLIC):
▶▶ Por el mecanismo de lesión (suele asociar una morfología de fractura):
• Lesión por aplastamiento (por fuerzas de compresión o carga axial): suele asociar lesiones a
varios niveles; el más frecuente es el dorsolumbar:
—— Fractura en cuña con aplastamiento < 50 % del cuerpo vertebral: suele ser estable
(TLICS y SLIC 1), aunque las fracturas con aplastamiento > 50 % suelen ser inestables.
—— Fractura en estallido: con fractura conminuta del cuerpo vertebral y posible paso de
fragmentos óseos al interior del canal medular. Suele ser inestable (TLICS y SLIC 2), aun-
que si el muro posterior está indemne puede ser moderadamente estable.
• Lesión por traslación-rotación (por fuerzas de torsión, cizallamiento o ambos): desplazamiento
horizontal de un cuerpo vertebral respecto a otro. Suele ser inestable (TLICS 3 y SLIC 4).
• Lesión por distracción (por fuerzas de hiperflexión o hiperextensión): se produce una rotura o
separación de elementos del raquis. Es más frecuente a nivel cervical:
CAPÍTULO 138
1214 TRAUMATISMO DE COLUMNA VERTEBRAL
• Por (hiper)flexión: se lesionan las estructuras posteriores. Si hay daño importante del complejo
ligamentario posterior (CLP), suele ser inestable (TLICS 4 y SLIC 3), aun en ausencia de fractura
vertebral.
• Por hiperextensión: se lesionan las estructuras anteriores.
▶▶ Por el resultado del traumatismo:
• Con fractura ósea:
—— Con fractura estable.
—— Con fractura inestable (criterios de Whitesides y Shah):
- Pérdida de la integridad del cuerpo vertebral.
- Pérdida de integridad del CLP o del arco posterior.
- Pérdida de la alineación de la columna por angulación o translocación.
• Sin fractura ósea: puede existir daño medular sin anomalía radiológica (Spinal Cord Injury
WithOut Radiographic Abnormality [SCIWORA]), más frecuente en niños.
▶▶ Por lesión neurológica establecida:
• Con lesión neurológica establecida:
—— Daño medular primario.
—— Daño medular secundario a edema, isquemia o toxicidad local.
• Sin lesión neurológica establecida.
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
En la valoración neurológica es fundamental establecer la estructura anatómica dañada: a nivel
central (encefálica o medular) o a nivel periférico (raíz, plexo, nervio) (figura 1). En la valoración
inicial de los traumatizados con posible lesión medular, es importante el reconocimiento de los
pacientes en riesgo y la realización de una exploración dirigida pero completa. Con demasiada
Figura 2. Dermatomas.
CAPÍTULO 138
1216 TRAUMATISMO DE COLUMNA VERTEBRAL
• Síndrome medular anterior: suele producirse por hiperflexión. El paciente presenta pérdida to-
tal de la función motora (neurona motora en el asta anterior) y de la sensibilidad (termoalgésica).
• Síndrome medular posterior: suele producirse por hiperextensión. El paciente presenta daño de
los “cordones posteriores”, con alteración de la sensibilidad vibratoria y propioceptiva.
• Síndrome de cola de caballo (afectación radicular; la médula llega hasta L1-L2): el paciente
presenta afectaciones vesical, intestinal y sexual, anestesia en silla de montar y trastornos
sensitivo y motor de los miembros inferiores.
• Síndromes mixtos.
▶▶ Shock medular/neurogénico: una lesión medular por encima de D10 suprime la inervación de
las glándulas suprarrenales, con disminución del tono simpático y predominio parasimpático
(vagal). Existe hipotensión arterial (con poca respuesta a fluidos, pero enérgica respuesta a
aminas), bradicardia y vasodilatación venosa (con piel caliente y bien perfundida).
4. DIAGNÓSTICO
Las pruebas complementarias que permiten confirmar el diagnóstico clínico y en ocasiones poner
de manifiesto lesiones no sospechadas son:
1. Radiología convencional (proyecciones especiales): la realización de pruebas de radiología
convencional ante un traumatismo de columna viene determinada por una adecuada apro-
ximación clínica al proceso. Las recomendaciones más empleadas se basan en las Canadian
Cervical Spine Rules (CCSR) de la columna izquierda y en el National Emergency X-Radiography
Utilisation Study (NEXUS) de la columna derecha de la (figura 3 y tablas 2 y 3). Una conside-
ración conjunta de ambas resulta en una adecuada ayuda para el clínico, tanto en el manejo
extrahospitalario (recomendación de inmovilización) como intrahospitalario (mantener inmo-
vilización/realizar radiografías).
TRAUMATOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1217
CCSR
Existencia de un Inmovilizar/mantener
factor de riesgo SÍ inmovilización
(Tabla 103.2) Realizar radiografía
NO SÍ NEXUS
Ausencia de factores de
riesgo menores que permiten 1. Politraumatismo
NO 2. Intoxicación
valorar el movimiento
(Tabla 103.2) 3. Déficit neurológico
4. Alteración en nivel de consciencia
5. Dolor en línea media posterior
SÍ
No inmovilizar/no mantener
SÍ inmovilización
No realizar radiografía
• Traumatismo leve
• Paciente que espera sentado a ser atendido
• El paciente deambula en todo momento
• Inicio tardío del dolor
• Ausencia de dolor en línea media posterior
CAPÍTULO 138
1218 TRAUMATISMO DE COLUMNA VERTEBRAL
Se deben realizar siempre dos proyecciones estáticas, de calidad adecuada, y las radiografías
deben someterse a una evaluación sistemática (si es posible por parte de un especialista). En la
región cervical se recomiendan la transbucal (atlas-axis) y la del nadador, con tracción de brazos
(niveles cervicales bajos).
Se debe sospechar la posibilidad de una lesión inestable escondida (reducción espontánea de la
luxación normalmente al tumbar al paciente). Los signos indirectos son: pinzamiento del disco (en
especial en fracturas acuñadas), fractura parcelar anteroinferior (arrancamiento por hiperexten-
sión del ligamento vertebral anterior) y slice fracture (en vértebra aparentemente normal, lesiones
por rotación), entre otros.
2. TC: permite la detección de hasta un 25 % de lesiones no diagnosticadas en la radiología conven-
cional (especialmente en los últimos niveles cervicales), por lo que la ha ido desplazando en los
Servicios de Urgencias. Su sensibilidad es del 95-100 %, pero sus indicaciones deben reservarse
para los pacientes con alto riesgo de presentar lesiones o para aquellos en los que la indicación de
la TC se debe al diagnóstico de otros procesos no relacionados con el traumatismo de columna:
• Pacientes con bajo nivel de consciencia, intoxicados, intubados, obesos o con cuello corto.
• Politraumatizados con sospecha de otras lesiones no relacionadas con el raquis.
• Pacientes con traumatismos de muy alta energía, en los que la lesión medular es posible aun en
presencia de exploración neurológica normal o ausencia de fractura en la radiología convencio-
nal (con dolor persistente, especialmente cervical y dorsal).
• Pacientes con exploración neurológica compatible con lesión medular.
3. Resonancia magnética: no suele estar indicada en la primera valoración en el Servicio de Ur-
gencias. Es especialmente útil en la valoración del CLP y en el diagnóstico del SCIWORA ya que
permite fundamentalmente la valoración de tejidos blandos (músculos, ligamentos, discos) y
complicaciones asociadas (lesiones isquémicas, hematomas). Debe solicitarla el especialista,
casi siempre en relación con un cambio en la actitud terapéutica.
5. TRATAMIENTO
5.1. TRATAMIENTO GENERAL
La hipoxia y la hipotensión deben ser corregidas precozmente, ya que el pronóstico neurológico
se vincula de forma directa con ello. Se dará prioridad al mantenimiento de la vía aérea, a la ven-
tilación y a la estabilización hemodinámica, pero teniendo en cuenta en todas las maniobras la
posibilidad de un agravamiento de las lesiones. Siempre que sea posible, deben emplearse las
maniobras, las técnicas y los dispositivos alternativos a los habituales.
Debe prestarse especial atención a algunos particularmente trascendentes:
▶▶ Elegir el entorno más apropiado para tratar al paciente, mantener una inmovilización adecuada
y administrar una ajustada analgesia.
▶▶ Hacer un diagnóstico precoz y tratar la insuficiencia respiratoria:
• Lesiones de C1-C2 pueden producir parálisis de todos los músculos respiratorios. Requieren in-
tubación inmediata.
• Lesiones de C3-C5 pueden provocar parálisis diafragmática. Pueden requerir intubación por
agotamiento en el uso de musculatura accesoria.
• Lesiones por debajo de C5 pueden afectar a los músculos intercostales y abdominales. Rara vez
ocasionan insuficiencia respiratoria por sí solas.
▶▶ Hacer un diagnóstico precoz y tratar el shock medular (lesiones por encima de D10) y realizar
diagnóstico diferencial con otros tipos de shock, sobre todo el hemorrágico.
TRAUMATOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1219
6. DESTINO
Consiste en tratamiento ortopédico quirúrgico: en pacientes seleccionados la descompresión
espinal precoz se traduce en un mejor pronóstico neurológico, por lo que la evaluación neuroqui-
rúrgica precoz está recomendada.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Se debe intentar averiguar el mecanismo de lesión y la energía implicada en el traumatismo.
▶▶ Se debe extremar el cuidado en los pacientes traumatizados con alteraciones en el nivel de
consciencia o deterioro cognitivo.
▶▶ No es imprescindible el conocimiento exacto de las vías medulares, pero sí consultar la anato-
mía antes de definir un síndrome y la localización neurológica de una lesión.
▶▶ Los criterios CCSR y NEXUS se encuentran validados y aumentan su fiabilidad si se emplean
de forma combinada.
CAPÍTULO 138
1220 TRAUMATISMO DE COLUMNA VERTEBRAL
ALGORITMO
Elegir el entorno Inmovilización Traumatismo de Analgesia Averiguar el
apropiado para el adecuada columna adecuada mecanismo de
tratamiento lesión y la energía
implicada en el
Paciente inestable traumatismo
NO SÍ Valorar
Imposible o maniobras,
inadecuada técnicas o
Anamnesis posible Ventilación y
por dispositivos
estabilización
intoxicación alternativos
hemodinámica
Glasgow bajo
SÍ NO
Shock
Exploración Localización medular
física de la lesión Exploración Exploración Considerar
física subóptima otros shocks
CCSR
+ Indicadas pruebas
complementarias Indicación de TC
NEXUS
- Dos
NO proyecciones SÍ
- Técnica - Traumatismo
Tratamiento adecuada de alta energía
Indicación
sintomático - Valoración - Columna de
de TC
especializada riesgo
Mejoría
NO SÍ Fractura inestable
Inestables
Comunicación,
Radiología informe,
SÍ NO convencional imágenes,
NO SÍ
preparación y
transferencia
Fractura Tratamiento Tratamiento
Estables médico médico
específico específico
CCSR: Canadian Cervical Spine Rules; NEXUS: National Emergency X-Radiography Utilisation Study; TC: tomografía compu-
tarizada.
CAPÍTULO 139
LUMBALGIA Y CERVICALGIA
Carmen Gimeno Galindo | Sonia López Lallave
1. LUMBALGIA
1.1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
Es una de las principales consultas en Urgencias y la primera causa de invalidez a nivel mundial.
Es un dolor de espalda localizado en la región lumbar (desde el último arco costal hasta los plie-
gues inferiores de los glúteos), irradiado o no a los miembros inferiores. El dolor lumbar puede ser
un síntoma secundario a multitud de procesos, generalmente banales, pero un 5 % se asocian a
procesos sistémicos graves.
1.2. CLASIFICACIÓN
Existen diferentes clasificaciones:
▶▶ Lumbalgia según el tiempo de evolución:
• Aguda: < 4 semanas.
• Subaguda: 4-12 semanas.
• Crónica: > 12 semanas.
• Recidivante: episodios previos con localización similar y período sin síntomas > 3 meses.
▶▶ Lumbalgia según las características del dolor (muy útil en la práctica clínica diaria):
• Lumbalgia mecánica (aproximadamente el 90 %): dolor lumbar de instauración brusca que
empeora con movimientos, sobrecarga y bipedestación y mejora en reposo, no despierta por
la noche (salvo con los cambios posturales), es más intenso al final del día y tiende a la recidi-
va. Las causas más frecuentes son sobrecarga postural/funcional (sedentarismo, contracturas
musculares, síndrome facetario, embarazo, hiperlordosis) y alteración estructural o disfunción
osteomuscular (hernia discal, espondilólisis, espondilolistesis, artrosis, dismetrías, escoliosis,
fracturas o subluxaciones vertebrales, estenosis del canal).
• Lumbalgia no mecánica-inflamatoria: dolor lumbar continuo de instauración progresiva que
aparece o persiste en reposo, no está relacionado con los movimientos y despierta al pacien-
te en la segunda mitad de la noche. Puede acompañarse de alteración del estado general y/o
síntomas sistémicos. Las causas más frecuentes son: inflamatorias-reumatológicas (artritis reu-
matoide, espondilitis anquilosante, etc.), infecciosas (espondilodiscitis, absceso epidural), de la
patología vascular y visceral (aneurisma de aorta, malformaciones retroperitoneales, genitouri-
narias), tumorales (metástasis vertebrales, mieloma múltiple), la enfermedad de Paget, hema-
tológicas y psicógenas.
1.3. DIAGNÓSTICO
Es fundamentalmente clínico; se basa en una anamnesis exhaustiva y una exploración física enca-
minadas a diferenciar el dolor lumbar de tipo mecánico o inflamatorio y a detectar los signos de
alerta o alarma (red flags) (tabla 1).
CAPÍTULO 139
1222 LUMBALGIA Y CERVICALGIA
ANTECEDENTES PERSONALES
• DM/neoplasias/VIH/UDVP
• Osteoporosis/corticoides
• Anticoagulación
• Aneurisma de aorta abdominal
SÍNTOMAS ACOMPAÑANTES
• Infección urinaria o de partes blandas
• Déficit neurológico focal progresivo o incapacitante
• Síntomas incapacitantes
• Síndrome de cola de caballo
• Fiebre, sudoración nocturna, pérdida de peso inexplicable
• Traumatismo previo
• Cirugía previa reciente
• Masa pulsátil o soplo abdominal
PRESENTACIÓN
• < 20 años o > 70 años
• Duración > 6 semanas
• Fracaso del tratamiento a las 4 semanas
DM: diabetes mellitus; UDVP: usuario drogas por vía parenteral; VIH: virus de la inmunodeficiencia humana.
1.3.1. Anamnesis
▶▶ Edad y sexo: las lumbalgias mecánicas son más frecuentes en la tercera década de la vida. En las
mujeres menopáusicas se debe pensar en las fracturas osteoporóticas.
▶▶ Profesión, tipo de trabajo y hábitos laborales (si realizan esfuerzos físicos, si trabajan con ani-
males [brucelosis], posturas mantenidas).
▶▶ Antecedentes de sobreesfuerzo, traumatismos, infecciones, procesos reumatológicos, consu-
mo de tóxicos (usuarios de drogas por vía parenteral [UDVP]), tratamientos prolongados (cor-
ticoides, inmunosupresores, anticoagulantes orales), neoplasias, cirugías previas y depresión,
ansiedad y otras patologías psiquiátricas. Existe un grupo de factores psicosociales denomina-
dos yellow-flags (episodios previos de lumbalgia, miedo a un nuevo episodio, ansiedad, depre-
sión, episodio de patología psiquiátrica, insatisfacción laboral) asociados a un peor pronóstico
y mayor tendencia a la cronificación del cuadro.
▶▶ Características del dolor: tipo, intensidad, localización e irradiación; inicio (posible relación
con traumatismo o sobreesfuerzo previos) y factores que lo modifican (empeoramiento con la
deambulación o mejoría con el reposo, maniobras de Valsalva).
▶▶ Síntomas neurológicos: paresias, parestesias, radiculopatía unilateral o bilateral, disfunción ve-
sical o anal y anestesia en silla de montar.
táneas (herpes zóster), áreas hiperémicas (infección, uso prolongado de calor) y otras lesiones
como lipomas, manchas de café con leche o neurofibromas.
• Palpación: el examen segmentario es la llave del diagnóstico topográfico:
—— Palpación de las apófisis espinosas del espacio L4-L5, que se encuentra a la misma altu-
ra que la parte alta de las crestas ilíacas y que hay que tomar como punto de referencia.
—— Palpación de los tejidos blandos: musculatura paravertebral, puntos dolorosos en la
musculatura de la región lumbar y palpación superficial del nervio ciático (cuadrante
superoexterno del glúteo ipsilateral).
—— Exploración de crestas ilíacas y espinas ilíacas posteriores y superiores.
—— Exploración de las articulaciones sacroilíaca (maniobra de Ericksen: en decúbito supino
se presionan las espinas ilíacas hacia medial y se valora la estabilidad de la articulación)
y coxofemoral (test de Fabre: en decúbito supino se realizan flexión-abducción y rota-
ción externa de la pierna; la presencia de dolor inguinal indica patología de la cadera;
ayuda en el diagnóstico diferencial de la afectación radicular).
• Movilidad: hay que valorar las limitaciones de los movimientos tanto activos como pasivos y los
arcos de movilidad, flexión-extensión, inclinación lateral y rotaciones.
Las maniobras de estiramiento radicular asociadas a la afectación radicular son:
▶▶ Lasègue: con el paciente en decúbito supino, se eleva la extremidad afectada extendida. Es
positivo si se produce dolor irradiado a la pierna antes de 70º.
▶▶ Bragard: la misma posición previa; es positivo si hay dolor con la dorsiflexión del pie.
▶▶ Prueba de la pierna opuesta o prueba cruzada positiva: se eleva en decúbito supino el miembro
no afecto y se reproduce el dolor en el lado opuesto.
ALGORITMO
DOLOR LUMBAR
HISTORIA CLÍNICA
EXPLORACIÓN FÍSICA
Yellow flags: episodios previos de lumbalgia, miedo a nuevo episodio, ansiedad, depresión,
insatisfacción laboral
Tratamiento específico
Valorar derivación al
especialista*: Traumatología/
Neurocirugía/Unidad de Dolor
* Si hay yellow flags:
Psiquiatría/Psicología +
fisioterapia
DM: diabetes mellitus; RM: resonancia magnética; TC: tomografía computarizada; UDVP: usuarios de drogas por vía paren-
teral; VIH: virus de la inmunodeficiencia humana.
TRAUMATOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1227
2. CERVICALGIA
2.1. DEFINICIÓN
Es un dolor localizado en la columna cervical (región posterior del cuello hasta la zona occipito-
nucal) que puede irradiarse o no a miembros superiores y región cefálica. Está formado por siete
vértebras (C1-C7), las dos primeras con nombre propio (C1: atlas y C2: axis).
2.2. CLASIFICACIÓN
1. Por tiempo de evolución: aguda (< 7 días), subaguda (7 días-7 semanas) y crónica (> 12 semanas).
2. Por las características del dolor:
• Dolor cervical de características mecánicas: más localizado, aumenta con la actividad y los
movimientos y mejora con el reposo. Las causas más frecuentes son las postraumáticas tras
accidentes de tráfico. Se incluyen esguince cervical, síndrome del latigazo (por mecanismo de
aceleración-deceleración con energía transmitida al cuello), luxaciones, fracturas-acuñamiento
o estallido de cuerpos vertebrales o degenerativos, como la artrosis.
• Dolor cervical de características no mecánicas-inflamatorias: empeora por la noche y es progre-
sivo y más generalizado, con síntomas sistémicos (ver el apartado de lumbalgia 1.2). Sus causas
son: tumorales, inflamatorias (artritis reumatoide, espondiloartropatías seronegativas), vasculares
(fístulas o malformaciones arteriovenosas), infecciosas (discitis, osteomielitis, meningitis, herpes
zóster), endocrinas (enfermedad de Paget) o neurológicas (Guillain-Barré, esclerosis lateral amio-
trófica, mielitis transversa).
2.3. DIAGNÓSTICO
2.3.1. Anamnesis
Incluye edad, profesión, antecedentes personales de sobreesfuerzos, traumatismos, tratamien-
tos prolongados, neoplasias y enfermedades infecciosas. Hay que conocer las características del
dolor, tipo, localización y factores que lo modifican, síntomas sistêmicos y neurológicos o si es
irradiado (parestesia, paresia, radiculopatía):
Síndrome cervicocefálico: dolor irradiado a vértex o región occipitonucal.
Síndrome cervicobraquial: irradiado a los miembros superiores.
2.3.2. Exploración física
Está orientada a la columna cervical, sin olvidar las estructuras adyacentes, y se hace siempre con
el torso desnudo. Hay que hacer una exploración general según la impresión diagnóstica y si nos
orienta a origen sistémico:
▶▶ Exploración física de la columna cervical:
• Inspección: alineación de la columna (lordosis fisiológica), simetría de los hombros, escápulas,
posturas antiálgicas o lesiones y tumoraciones en la piel.
• Palpación:
—— Ósea:
1. Apófisis vertebrales, empezando por C2 (la primera que podemos palpar hasta C7,
que es la más prominente). Las apófisis están alineadas entre sí; de lo contrario nos
podría orientar a una luxación o fractura de apófisis espinosas.
2. Protuberancia occipital externa.
3. Apófisis mastoides.
4. Hueso hioides.
5. Cartílago tiroideo.
6. Tubérculo carotídeo.
CAPÍTULO 139
1228 LUMBALGIA Y CERVICALGIA
—— De partes blandas:
1. Musculatura paravertebral.
2. Trapecios.
3. Esternocleidomastoideo.
4. Cadenas ganglionares cervicales.
5. Glándula tiroides.
6. Pulso carotídeo.
7. Glándula parótida.
• Movilidad: valorar los arcos de movilidad:
—— Flexión-extensión: ocurre entre el occipucio y C1 el 50 % del movimiento y se distribuye al resto.
—— Rotación lateral (C1-C2).
—— Inclinación lateral (no es un movimiento puro).
Se realizan movimientos activos y pasivos, observándose las limitaciones o asimetrías en los arcos de
movilidad. Es importante si existe sospecha de columna cervical inestable (mecanismo de alta energía)
no efectuar movimientos de la columna cervical porque podríamos producir lesiones neurológicas.
• Exploración neurológica: fuerza, sensibilidad, ROT (tabla 3) y test de Spurling (flexión/extensión
cervical y rotación hacia el lado afecto) y de abducción del hombro (elevar el brazo homolateral
por encima de la cabeza disminuye los síntomas).
• Exploración de hombro (afectación del manguito de los rotadores, presente radiculopatía C4 o
C5) y articulación temporomandibular.
2.5. TRATAMIENTO
2.5.1. Medidas generales
Incluyen reposo relativo, calor seco local y evitar posturas mantenidas.
Puntos clave/recuerda
▶▶ El diagnóstico de lumbalgia es clínico. Las lumbalgias agudas con/sin radiculopatía sin crite-
rios de alarma se resuelven en 4 semanas y no precisan pruebas complementarias. En ausen-
cia de red flags el tratamiento de primera línea será farmacológico (AINE) y no farmacológico.
▶▶ En presencia de red flags hay que solicitar pruebas complementarias.
CAPÍTULO 140
TRAUMATISMOS DE MIEMBRO SUPERIOR
Y CINTURA ESCAPULAR
Yolanda López Albarrán | Pablo Gómez Rodríguez
Carmen Gimeno Galindo | Antonio David Murillo Vizuete
1. INTRODUCCIÓN
Los traumatismos del miembro superior y de la cintura escapular son muy frecuentes y variados,
pudiendo ocasionar lesiones de distinta gravedad. La anamnesis y exploración física son funda-
mentales para el diagnóstico y buen manejo de las posibles lesiones (algoritmo).
TRACCIÓN- Tumbado en la camilla, se coloca Dos operadores: uno sujeta los extremos libres de
CONTRACCIÓN una sábana bajo el hueco axilar la sábana (colocados a la altura del hombro sano)
del brazo luxado rodeando el y el otro el brazo luxado en extensión, separado 45º
tórax del cuerpo, haciendo tracción axilar, relajándose la
musculatura y reduciendo la luxación
DAVOS Sentado en la camilla, apoyando Se coloca al paciente con la rodilla del hemilado
la espalda en el respaldo de la luxado flexionada y las muñecas atadas rodeando la
camilla, inclinado a 60º rodilla. Al bajar progresivamente el respaldo, el peso
del paciente hace tracción y se reduce la luxación
▶▶ Tratamiento: ortopédico con férula durante 4 semanas y movilización precoz en fracturas ex-
traarticulares sin desplazar (solicitar radiografía de control semanal por riesgo de desplaza-
miento tardío). Cirugía en fracturas desplazadas, conminutas e intraarticulares (muy graves).
Ligamento lateral interno Dolor con la palpación y al forzar valgo. Descartar fractura radial/del epicóndilo
Ligamento lateral externo Dolor con la palpación y al forzar varo
Fractura aislada de radio (“en tallo verde”). Niños Ortopédico. Frecuentemente no desplazada
Fractura de cúbito aislada o “del bastonazo” Ortopédico: yeso abierto con codo a 90º
Fractura de Monteggia: tercio proximal del cúbito Quirúrgico: reducción abierta y osteosíntesis urgente.
con luxación de la cabeza radial e inestabilidad Inmovilización posterior
Fractura de Galeazzi: tercio mediodistal del radio Quirúrgico: reducción abierta y osteosíntesis urgente.
con luxación de la cabeza cubital e inestabilidad Inmovilización posterior
Fractura de diáfisis de radio y cúbito Quirúrgico con osteosíntesis
6. TRAUMATISMOS DE MUÑECA
6.1. FRACTURA DEL RADIO DISTAL (tabla 5)
▶▶ Es muy frecuente.
▶▶ ML: caída con la mano extendida.
▶▶ Complicaciones: distrofia de Sudeck, frecuente desplazamiento posreducción (50 %), compre-
sión vascular, afectación del nervio mediano, ruptura tendinosa tardía y artrosis.
▶▶ Tratamiento: maniobra de reducción de tracción longitudinal firme: anudar la raíz de los dedos
con cintas de vendas, traccionar y presionar a la vez sobre el fragmento distal, ejerciendo sobre
el carpo movimiento de flexión (Colles) o extensión (Colles invertido).
TRAUMATOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1235
Fractura de Colles (“en dorso de tenedor”): fragmento Reducción cerrada, control radiológico, yeso
distal hacia dorsal-medial-supinación. Típica en abierto antebraquial durante 6 semanas
ancianos (osteoporosis) Reducción abierta y osteosíntesis si hay fracaso
Fractura de Goyrand-Smith (“en pala de jardinero” o Intentar el mismo tratamiento que en la fractura
“Colles invertido”): fragmento distal hacia volar de Colles
Frecuente reducción abierta y osteosíntesis
Fractura-luxación de Rhea-Barton: fractura del Frecuente reducción abierta y osteosíntesis
reborde del radio (dorsal o volar) y se luxa el carpo
Fractura de Hutchinson (del chauffeur): estiloides radial Frecuente reducción abierta y osteosíntesis
1. Radio 6. Pisiforme
1.1 Apófisis estiloides radial 7. Trapecio
2. Cúbito 8. Trapezoide
2.1 A
pófisis estiloides cubital
9. Grande
3. Escafoides
10. Ganchoso
4. Semilunar
11. Metacarpianos: 1.º, 2.º,
5. Piramidal 3.º, 4.º y 5.º
Fractura-luxación de Bennet: afecta a la base. Siempre quirúrgico (incluso cuando solo es luxación
Intraarticular, muy inestable trapeciometacarpiana sin fractura)
Fractura de Rolando: fractura de la base en Y Siempre quirúrgico
Lesión del ligamento colateral cubital de la Ortopédico: esguince o rotura sin desplazamiento
metacarpofalángica (“del esquiador”). Quirúrgico: bostezo articular, arrancamiento óseo
No se puede hacer la pinza
Luxación metacarpofalángica (frecuente dorsal) Quirúrgico la mayoría de las veces
▶▶ Tratamiento:
• Ortopédico tras reducción cerrada. Inmovilización durante 3 semanas con sindactilia al dedo
adyacente y férula en flexión de la articulación metacarpofalángica a 70º.
• Quirúrgico: en fracturas malrotadas, desplazadas o con angulación dorsal de más de 40º tras
la reducción.
Supraespinoso (dolor en la cara anterior) Test de Jobe positivo (incapacidad para la abducción contra
resistencia > 90º: en las roturas es posible que el brazo caiga)
Infraespinoso/redondo menor Maniobra de Patte positiva (rotación externa disminuida)
Subescápula (dolor en la cara posterior) Lift-off test de Gerber (brazo en rotación interna, hacia
la espalda, no mantiene una distancia de 10 cm contra
resistencia)
Roturas extensas del manguito Test de Codman o “brazo caído” positivo (incapacidad para el
descenso progresivo desde abducción a 180º; a los 90º cae)
8.1. HOMBRO
La causa más frecuente es el síndrome subacromial, secundario a sobreesfuerzos y cambios de-
generativos. Engloba: bursitis subacromial, tendinitis calcificante, lesiones de la porción larga del
bíceps, tendinitis, tendinosis y rotura del manguito rotador (supraespinoso, infraespinoso, subes-
capular y redondo menor).
ALGORITMO
ANAMNESIS
ML: características del impacto (fuerza, velocidad, altura de la caída, etc.)
Localización anatómica de la lesión (ósea, partes blandas)
Características del paciente (edad, antecedentes médico-quirúrgicos, tratamiento)
EXPLORACIÓN FÍSICA
• Actitud a la llegada del paciente (postura antiálgica, sujeción de la extremidad)
• Inspección (heridas, coloración, hematomas, deformidad, inflamación, atrofia, acortamiento, rotación)
• Palpación (temperatura, referencias anatómicas, puntos de dolor, crepitación, abultamientos, edema)
• Movilización (activa y pasiva, arco de movilidad completo y doloroso, rigidez, contra resistencia)
• Alteración neurovascular distal (fuerza, sensibilidad, pulsos) para descartar complicaciones
▶▶ CIínica: según la inestabilidad y las lesiones asociadas. Pueden aparecer hemartros en las lesiones
meniscales y del ligamento cruzado posterior (LCP).
▶▶ Exploración: hay que valorar la estabilidad de la articulación con la rodilla en 0º y 30º:
• LLI y ligamento lateral externo (LLE): se debe valorar el bostezo producido al forzar el varo/valgo.
• LCA y LCP: se valora el bostezo al forzar el cajón anterior y posterior. Se hace la maniobra de La-
chman: una mano fija el fémur y la otra tracciona la tibia proximal en sentido anterior; es positiva
si hay traslación anterior y hay que comparar con la rodilla contralateral:
—— Grado 1: lesión por estiramiento sin disociación.
—— Grado 2: interrupción parcial del ligamento.
—— Grado 3: interrupción completa del ligamento.
TRAUMATOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1243
• Se debe vigilar la afectación del nervio ciático poplíteo externo en lesiones laterales, que se
expresa como la imposibilidad para la dorsiflexión del pie y de sus dedos.
▶▶ Radiografías: AP y lateral.
▶▶ Tratamiento:
• Ortopédico: esguinces de grado I y II; vendaje compresivo o rodillera con rótula libre y deambu-
lación con apoyo progresivo.
• Quirúrgico: esguince de grado III y afectación de otras estructuras.
4. LESIONES MENISCALES
▶▶ ML: en adultos jóvenes se producen en rotación sobre una rodilla flexionada y con el pie apo-
yado, por hiperextensión rápida (cuerno anterior) o por trauma directo (presencia de quistes),
mientras que en individuos de mediana edad pueden ser atraumáticas.
▶▶ CIínica y exploración: dolor, incapacidad para la extensión del miembro y para ponerse de cu-
clillas o agacharse y hemartros en las roturas más periféricas, pues corresponden a la zona más
vascularizada:
• Maniobra de McMurray: en decúbito supino y flexión máxima de la rodilla, se realiza rotación
interna y externa mientras se pasa a flexión de 90º; es positiva si hay chasquido o dolor con la
palpación de la interlínea articular.
• Maniobra de Apley: en decúbito prono, flexión de rodilla a 90º, rotación interna y externa con
compresión axial sobre el talón y después tracción hacia arriba; es positiva si hay dolor en la
interlínea y desaparece con la distracción.
▶▶ Radiografías: solo están indicadas si hay sospecha de lesiones asociadas. Habitualmente se
precisa RM.
▶▶ Tratamiento: inicialmente es conservador, valorando la necesidad de cirugía según la clínica.
Lo decide el cirujano ortopédico y traumatólogo (COT). Si hay bloqueo de la rodilla, puede ser
necesario desbloquearla con anestesia local o cirugía urgente si no se consigue.
5. FRACTURAS DE TIBIA
5.1. FRACTURA DE LA MESETA TIBIAL
▶▶ ML: traumatismos indirectos frecuentemente en valgo que producen fractura de la meseta
tibial (FMT) externa y más raramente en varo con FMT interna.
▶▶ Clínica: dolor e impotencia funcional.
▶▶ Exploración: hemartros, hematoma y deformidad en valgo/varo en función del mecanismo de
producción. En los casos de FMT interna puede asociarse a rotura del ligamento colateral late-
ral (LCL) y afectación del nervio ciático poplíteo externo.
▶▶ Radiografías: AP, lateral y oblicuas, que se complementarán con tomografía computarizada
(TC).
▶▶ Tratamiento: conservador o quirúrgico dependiendo de grado de desplazamiento, hundimiento
y características del paciente. Inmovilización con férula inguinopédica y tratamiento analgésico.
▶▶ Radiografías: AP y lateral y a veces en carga. En las formas externas hay que valorar el quinto MTT.
▶▶ Tratamiento:
• Grado I: no se requiere inmovilización, pero sí aplicación de vendaje o tobillera.
• Grado II: inmovilización con muletas y vendaje elástico o férula durante 2 semanas.
• Grado III: inmovilización con muletas y férula hasta la mejoría del edema y posteriormente or-
tesis o botín de yeso durante 4 semanas. En deportistas o jóvenes activos puede ser quirúrgico.
▶▶ Clínica: dolor en la cara lateral del muslo y con la palpación en la zona del trocánter mayor y con
las rotaciones de cadera.
▶▶ Diagnóstico: clínica +/- radiología simple para descartar calcificaciones +/- ecografía.
▶▶ Tratamiento: reposo, frío local, antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y fisioterapia.
externo, equimosis (flancos, perineal y escrotal), sangre en el meato peneano y sangrado va-
ginal. Se deben descartar las fracturas abiertas.
▶▶ Diagnóstico: estudio radiológico con radiografía AP y TC de pelvis (prueba más sensible).
▶▶ Complicaciones:
• Hemorragia: puede comprometer la estabilidad hemodinámica y conducir al shock hipo-
volémico. Casi un 40 % precisan transfusión; ocasionalmente precisan embolización con
radiología intervencionista para controlar el sangrado.
• Intraabdominal: se asocia con lesiones de hígado, bazo, intestino, vejiga y uretra.
• Neurológicas: frecuentemente afectación de L5-S1.
• Rotura aórtica torácica.
▶▶ Tratamiento: individualizar según el tipo de fractura:
• Ortopédico: con reposo y analgesia y en ocasiones tracción del miembro inferior.
• Quirúrgico: cirugía mediante fijador externo o fijación interna.
CAPÍTULO 142
LESIONES NERVIOSAS PERIFÉRICAS
Irene Arnanz González | Pablo Tranche Álvarez-Cagigas | José M.ª Martínez Ávila
1. INTRODUCCIÓN
Las lesiones traumáticas de los nervios periféricos, aunque presentan una baja incidencia en los
Servicios de Urgencias, son lesiones potencialmente devastadoras pues alteran la calidad de vida
del paciente y pueden asociar una morbilidad significativa, con un alto coste social y económico.
Los nervios periféricos pueden dañarse por traumatismos, iatrogenia, neoplasias, infecciones,
enfermedades autoinmunes o metabolopatías.
Habitualmente se observan en varones adultos jóvenes después de algún evento traumático que
incluya aplastamiento, penetración, tracción o isquemia.
La mayoría de las lesiones nerviosas periféricas traumáticas ocurren en la extremidad superior
(nervios radial, cubital o mediano). Las de los miembros inferiores se suelen asociar a fracturas
acetabulares y luxaciones de rodilla y cadera (nervios ciático, femoral y peroneo).
Todo paciente politraumatizado potencialmente puede presentar lesiones nerviosas asociadas.
Lograr identificar estas lesiones de forma precisa y precoz es un objetivo primordial en los Servi-
cios de Urgencias.
2. DIAGNÓSTICO
La mayoría de los casos son de diagnóstico complejo. La historia clínica y la exploración física
basada en la presencia de síntomas motores, sensitivos y vegetativos congruentes con una neu-
ropatía constituyen el pilar fundamental de este proceso.
La expresión clínica dependerá del grado de afectación nerviosa. Seddon en 1943 clasificó las
lesiones nerviosas en:
Neuropraxia (grado 1): compresión o contusión menor de un nervio periférico. Daño localizado en
la mielina con axón indemne y sin degeneración distal. Presenta recuperación funcional espon-
tánea en días o semanas.
Axonotmesis: disrupción de axón y mielina, con epineuro indemne. Sunderland (1951) las dividió
del grado 2 al 4 (grado 2, máximas probabilidades de recuperación funcional, y grados 3 y 4, más
próximos a la neurotmesis).
Neurotmesis (grado 5): disrupción completa del nervio. Mal pronóstico. Sin posibilidades de recu-
peración funcional de ningún tipo, requiere reparación.
Para la valoración del déficit motor exploraremos según la escala del British Medical Research
Council (tabla 1).
El déficit sensitivo lo valoraremos en función de la distribución metamérica (zona de sensibilidad
tributaria de cada nervio). La exploración se debe realizar siempre de distal a proximal.
Para evaluar las lesiones de los nervios periféricos se debe poseer un conocimiento exacto de la
trayectoria del nervio.
TRAUMATOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1249
El signo de Tinel se obtiene percutiendo con el dedo o martillo el trayecto del nervio lesionado; la
prueba es positiva si se producen parestesias en los dermatomas correspondientes a ese nervio,
no sobre la zona percutida. En una lesión de primer grado no hay signo de Tinel. Las lesiones de
segundo grado se asocian con atrofia muscular y un signo de Tinel que se moverá distalmente
a un ritmo de unos 25 mm/mes, lo que indica el avance del crecimiento axonal. Las lesiones de
tercer grado se atrofiarán y tendrán un signo de Tinel que migra distalmente; sin embargo es más
lento que 25 mm/mes. En las lesiones de cuarto y quinto grados, hay una atrofia rápida y grave y
un signo de Tinel que no se mueve distalmente.
La radiología simple resulta útil si hay sospecha de fractura o luxación como etiología de la afec-
tación nerviosa.
Habitualmente la evaluación anatómica de las lesiones nerviosas se realizaba con resonancia
magnética (RM), no accesible en la mayoría de Servicios de Urgencias.
El desarrollo de transductores de alta frecuencia que mejoran la resolución y su mayor accesibi-
lidad y disponibilidad han posicionado los ultrasonidos como una herramienta útil en la evalua-
ción de estas lesiones. Así, la ecografía debería ser usada, cuando está disponible, en todos los
pacientes con sospecha de lesión nerviosa traumática, ya que nos proporciona un diagnóstico
más integral y permite planificar la terapia más apropiada.
Los estudios electrofisiológicos permiten en muchos casos confirmar el diagnóstico, pero nunca
se realizan de forma urgente; generarían, a posteriori, la información funcional complementaria a
la información morfológica obtenida por ecografía.
3. MANEJO Y TRATAMIENTO
Influyen multitud de factores en el manejo de estas lesiones, desde el tipo y la gravedad de la
lesión, su localización, el tiempo desde que se produjo el daño hasta la presentación del mismo o
el dolor hasta la situación basal del paciente.
En el momento inicial es importante determinar la necesidad de exploración quirúrgica urgente
frente a la observación y el manejo en diferido. Debemos tener en cuenta la exploración física y
datos clínicos, los resultados de pruebas complementarias (ecografía) y el estado de salud del
paciente:
▶▶ Lesiones abiertas: en estos traumatismos es probable que se produzca neurotmesis, y se reco-
mienda siempre la exploración quirúrgica de la herida para evaluar la continuidad del nervio:
• Si la lesión es limpia y se atribuye a un objeto perforante (cuchillo) se prefiere la reparación pri-
maria.
CAPÍTULO 142
1250 LESIONES NERVIOSAS PERIFÉRICAS
• Si la lesión abierta es causada por una fractura, una explosión o aplastamiento, en un momento
inicial es difícil valorar con exactitud la zona de lesión, por lo que la reparación primaria se debe
retrasar; en estos casos se debe suturar el nervio a una estructura local (tendón o fascia) para
evitar la retracción y facilitar la reparación diferida.
▶▶ Lesiones cerradas: suelen caracterizarse por nervios en continuidad, por lo que el daño será
neuropraxia o axonotmesis. En estas lesiones se recomienda observación durante 6 semanas,
inmovilizando las articulaciones afectadas por la parálisis nerviosa en posición funcional, re-
mitiendo al paciente a consultas de Traumatología. Si a las 6 semanas no hay recuperación se
recomienda la realización de ecografía y electromiograma (EMG).
Excepciones a lo anterior:
▶▶ Lesiones compresivas tras manipulación o iatrogenia: en los casos en los que la compresión
aparezca al manipular o reducir una fractura o como consecuencia de una intervención quirúr-
gica previa, aunque sean traumatismos cerrados, es necesario una valoración por Traumatolo-
gía de Urgencias, pudiendo ser necesaria una exploración quirúrgica inmediata.
▶▶ Déficit nerviosos evolutivos: ocurren tras una lesión contusa que provoca inflamación y como
consecuencia de esto atrapamiento nervioso; son otra indicación de cirugía precoz.
▶▶ Patología compresiva gradual: el tratamiento conservador con antiinflamatorios no esteroi-
deos (AINE), complejo vitamínico B (no existe evidencia de clara mejoría en diferentes estudios)
e inmovilización nocturna con férula obtiene resultados en formas incipientes o leves. Se deben
investigar y controlar enfermedades sistémicas. La infiltración con anestésicos locales y corti-
coides tiene valor diagnóstico, pero pocas veces terapéutico. En muchos casos es necesaria la
liberación quirúrgica del nervio de las estructuras que lo comprimen, que se realizará de manera
programada por el Servicio de Traumatología/Neurocirugía (algoritmo).
1. PLEXO BRAQUIAL
MECANISMO LESIONAL INSPECCIÓN MOTOR SENSITIVO
Accidentes de alta Hematoma en hombro o Si aparece síndrome de Pérdida de sensibilidad
energía (moto) base del cuello Horner: pseudoptosis + por encima de la
Depresión del hombro miosis del lado afecto + clavícula: afectación de
con flexión lateral del sequedad de manos C3 y C4 (lesión intensa:
cuello Afectación de la raíz de T1 afecta a plexo y raíces)
Tracción del brazo Afectación del Complementar la
romboides (C5) exploración con el
Iatrogenia: extracción
signo de Tinel
de tumores de la vaina Afectación del nervio
nerviosa serrato anterior (aleteo de
la escápula) (C5, C6, C7)
Afectación de
supraespinoso e
infraespinoso (nervio
supraescapular C5, C6)
TRAUMATOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1251
2. MIEMBRO SUPERIOR
3. MIEMBRO INFERIOR
Puntos clave/recuerda
▶▶ Hay que pensar en lesiones nerviosas periféricas en todos los pacientes politraumatizados,
traumatismos en la extremidad superior y fracturas acetabulares y luxaciones de rodilla/cadera.
▶▶ Se deben explorar siempre la fuerza y la sensibilidad en todas las lesiones traumáticas.
▶▶ La ecografía con transductor de alta resolución proporciona un diagnóstico más integral y
permite planificar la terapia más apropiada.
▶▶ Las lesiones nerviosas periféricas traumáticas deben ser valoradas siempre por un especialista
para decidir el manejo más adecuado (observación o reparaciones primaria o diferida).
TRAUMATOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1253
ALGORITMO
TRATAMIENTO GENERAL
DE LAS LESIONES NERVIOSAS PERIFÉRICAS
TRAUMÁTICAS NO TRAUMÁTICAS
COMPRESIÓN
HERIDAS HERIDAS CERRADAS GRADUAL
ABIERTAS COMPRESIÓN BRUSCA
MANEJO
EXPLORACIÓN Tras manipulación de CONSERVADOR
QUIRÚRGICA fractura o iatrogenia Resto de
situaciones
MANEJO
AMBULATORIO
INMOVILIZACIÓN POR COT
FUNCIONAL
Se confirma
afectación
nerviosa
REPARACIÓN
HERIDA PENETRANTE PRIMARIA
FRACTURA/EXPLOSIÓN/ REPARACIÓN
APLASTAMIENTO DIFERIDA
1. INTRODUCCIÓN
En este capítulo tratamos el abordaje médico-quirúrgico de heridas y abscesos cutáneos que no
impliquen afectación de estructuras (motoras o neurovasculares) ni situaciones de riesgo vital
(arma de fuego, arma blanca, lesiones penetrantes en estructuras vitales o paciente politrauma-
tizado).
Notas:
▶▶ En cara y manos hay que considerar 12-24 h para herida contaminada y > 24 h para infectada.
▶▶ La mucosa oral no precisa antibioterapia empírica excepto si hay cuerpo extraño.
▶▶ Las heridas por mordedura se consideran infectadas excepto en zonas de importancia estética,
donde se puede valorar una sutura de aproximación.
siempre anestésico sin vasoconstrictor. El inicio del efecto anestésico es más lento, 10-15 min.
En los bloqueos digitales, con la palma apoyada en la mesa quirúrgica, con una aguja s.c., se
inyectará perpendicularmente al eje longitudinal del dedo a la altura de la base de la falange
proximal, lateral a la superficie ósea y perpendicular a la mesa, en ambas caras laterales, 1 ml
del anestésico elegido (lidocaína al 2 % o mepivacaína al 2 %).
2.5. SUTURA
Tras la anestesia y la preparación del material necesario se procede a la sutura de la herida. Se
realizarán siempre el menor número de puntos posibles para conseguir hemostasia y buen resul-
tado estético. Se exponen a continuación los diferentes tipos:
▶▶ Punto simple (figura 4): se enfrentan ambos bordes tras su eversión, se pasa el hilo primero por
un borde y posteriormente por el otro y se cierra con varios nudos hechos en diferentes senti-
dos de manera alternante y dejando todos los nudos al mismo lado de la herida.
▶▶ Punto colchonero vertical (figura 5): es uno de los más hemostáticos. Se pasa el hilo por un
borde, posteriormente por el otro y de manera perpendicular acercándonos a la herida se vuel-
ve hasta unir los dos cabos.
▶▶ Punto colchonero horizontal (figura 6): está indicado en zonas de importante tensión cutánea.
Se pasa el hilo por un borde, posteriormente por el otro y de manera paralela acercándonos a
la herida se vuelve hasta unir los dos cabos.
▶▶ Punto intradérmico o punto simple invertido: se realizará con sutura reabsorbible en las muco-
sas y para suturar en los planos internos.
▶▶ Sutura intradérmica: tiene muy buen resultado estético, pero poca resistencia a la tensión.
TRAUMATOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1259
3.3. TRATAMIENTO
Debe ser siempre el drenaje quirúrgico, en Urgencias o en quirófano, según localización (como el
absceso perianal) y tamaño. No está indicada la administración de antibióticos v.o. con el objetivo
de “reducirlo” o curarlo.
En ningún caso está recomendada la aspiración con aguja fina como sustitución de la incisión.
4. La irrigación de la cavidad no está recomendada ya que aumenta el dolor y no ha demostrado
que mejore en ningún aspecto la curación.
5. Colocación de drenaje: en incisión simple, drenaje con gasa, Penrose o tipo teja. Si se trata de
la técnica en bucle, drenaje tipo loop o un dedo de guante estéril. El uso del packing (relleno de
la cavidad con gasa y drenaje) es controvertido.
6. Cura oclusiva.
3.3.2. Antibioterapia
No está indicada la antibioterapia empírica v.o. de forma generalizada tras el drenaje del absceso,
excepto si hay importante celulitis circundante, múltiples abscesos, signos de afectación sistémica,
diabetes mellitus (DM) con mal control o inmunodeprimidos o riesgo de infección por SARM.
1. INTRODUCCIÓN Y FISIOPATOLOGÍA
El síndrome compartimental se define como el conjunto de signos y síntomas derivados del in-
cremento de presión en un compartimento osteofascial cerrado que provoca una disminución de
la perfusión capilar por debajo del nivel necesario para la viabilidad de los tejidos de dicha zona.
Este aumento de presión provoca inicialmente una disminución o abolición de la circulación ca-
pilar, lo que va causando un aumento del edema tisular que, de no tratarse, a su vez produce un
aumento progresivo del edema y la presión venosa, lo que disminuye aún más el gradiente de
circulación arteriovenosa causando un descenso en la perfusión del compartimento, llegando a
producir isquemia tisular y liberación de citocinas inflamatorias, lo cual puede acabar en necrosis
de las estructuras involucradas, principalmente músculos y nervios, e incluso en la afectación
sistémica del paciente.
Se estima que el daño tisular comienza tras 2 h; la neuropraxia y la lesión muscular aparecen tras
4-6 h y el daño muscular y neural irreversible a partir de las 6 h.
Es una patología que presenta muy baja incidencia pero alta morbimortalidad, por lo que la sos-
pecha clínica y el tratamiento quirúrgico precoz (fasciotomía) son muy importantes. Si se produce
cualquier retraso en el diagnóstico y/o tratamiento, puede producir importantes comorbilidades
y secuelas en el paciente.
Es más frecuente en varones jóvenes y asociado a fracturas de los miembros (fractura cerrada de
tercio proximal de tibia, radio distal y diafisaria de antebrazo).
Este capítulo se centra en el abordaje del síndrome compartimental agudo en las extremidades,
pero es importante recordar que también podría estar presente en el esqueleto axial (síndrome
compartimental abdominal, orbitario, craneal, etc.).
2. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
Las causas de este aumento crítico de presión se dividen en dos grupos según se produzca por
compresión externa (causa extrínseca) o por aumento de contenido del compartimento (intrín-
seca) (tabla 1).
Según la duración de los síntomas se puede clasificar en agudo y crónico; el más frecuente e impor-
tante es el agudo, sobre el que versa este capítulo. El síndrome compartimental crónico está descri-
to principalmente en deportistas, se desarrolla tras semanas/meses de ejercicio continuado y su lo-
calización más habitual es el compartimento anterior de la pierna. Se presenta como dolor insidioso
sin traumatismo previo acompañado de parestesias durante el ejercicio que cede progresivamente
con reposo. El inicio y la intensidad de los síntomas son reproducibles con el mismo ejercicio físico.
No suele precisar tratamiento invasivo, si bien puede terminar en cirugía (fasciotomía).
TRAUMATOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1263
MIEMBRO SUPERIOR
BRAZO Deltoides Músculo deltoides
Anterior Músculos bíceps braquial, coracobraquial y braquial anterior
Nervios mediano, musculocutáneo y cubital
Arteria humeral
Tricipital Músculos tríceps braquial y ancóneo
Nervio radial
ANTEBRAZO Anterior Músculos pronador cuadrado, flexor propio del primer dedo, flexor
(volar) común profundo y superficial de los dedos, pronador redondo, palmar
mayor, palmar menor y cubital anterior
Nervios mediano y cubital
Arterias radial y cubital
Posterior Músculos ancóneo, cubital posterior, extensor común de los dedos,
(dorsal) extensor propio del quinto dedo, abductor largo y corto del primer dedo,
extensor largo del primer dedo y extensor propio del segundo dedo
Lateral Músculos supinador largo, primer y segundo radial externo y supinador
corto
Nervio radial
MANO Central Músculos interóseos palmares
Hipotenar Músculos abductor, flexor corto y oponente del quinto dedo
Tenar Músculos abductor corto, oponente, flexor corto y aductor del pulgar
Interóseos Músculos interóseos dorsales
CAPÍTULO 144
1264 SÍNDROME COMPARTIMENTAL AGUDO
MIEMBRO INFERIOR
MUSLO Anterior Músculos cuádriceps, sartorio, ilíaco y psoas mayor
Arteria femoral
Nervios femoral y cutáneo lateral
Glúteo Músculos glúteo mayor, mediano y menor
Nervio ciático
Ilíaco Músculos pectíneo, aductor corto, largo, mayor y grácil
Nervio obturador
Posterior Músculos bíceps femoral, semitendinoso y semimembranoso
Nervio ciático
PIERNA Anterior Músculos tibial anterior, extensor común de los dedos, extensor propio
del primer dedo y tercer peroneo
Arteria tibial anterior
Nervio peroneo profundo
Lateral Músculos peroneo largo y corto
Nervio peroneo superficial
Posterior Músculos gastrocnemios, sóleo y delgado plantar
superficial Nervio crural
Posterior Músculos poplíteo, flexor común de los dedos, tibial posterior y flexor
profundo largo del primer dedo
Arteria tibial posterior
Nervio tibial posterior
PIE Medial Músculos aductor, flexor corto y abductor del primer dedo
Lateral Músculos abductor, flexor corto y oponente del quinto dedo
Central Músculos flexor corto plantar, accesorio del flexor largo, lumbricales e
(plantar) interóseos plantares
Dorsal Músculos interóseos dorsales y extensor corto de los dedos
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Se ha descrito la clínica como la regla de las 5P o 6P en inglés (pain, passive stretch, paresthesias,
pallor, pulselessness y paralysis). Son los signos clásicos de la insuficiencia arterial aguda, muy
poco específicos, de instauración progresiva y no siempre presentes:
1. El dolor (pain) es el síntoma principal, más frecuente y de los primeros en aparecer. Se describe
como profundo, localizado y desproporcionado respecto a la lesión. No mejora con inmovili-
zación y analgesia.
2. El dolor con estiramiento pasivo (pain with passive stretch) se refiere al aumento del dolor tras el
estiramiento pasivo de los músculos del compartimento y la elevación de la extremidad afecta.
3. Las parestesias (paresthesias) por hipoxia tisular constituyen el otro síntoma precoz en aparecer. Son
distales a la lesión y puede llegar a evolucionar a anestesia completa del territorio nervioso afecto.
4. La palidez (pallor) es un síntoma tardío. Hay cianosis distal; la superficie cutánea se encuentra
fría a la palpación y con relleno capilar prolongado (> 3 s).
5. La parálisis (paralysis) es otro síntoma tardío, con debilidad o imposibilidad para movilizar distal
al compartimento afectado. No hay reflejos.
TRAUMATOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1265
3.1. COMPLICACIONES
El principal factor pronóstico que marcará la evolución y las secuelas es el tiempo de isquemia; de
ahí que se insista tanto en la importancia del diagnóstico precoz y de no demorar el tratamiento
(fasciotomía). Las complicaciones se pueden dividir en:
▶▶ Locales: prurito cutáneo, parestesias, contracturas musculares permanentes, deformidad de
las articulaciones y déficit sensitivos y/o motores (si ocurren en el compartimento anterior del
antebrazo se denominan contractura isquémica de Volkmann).
▶▶ Sistémicas: son consecuencia de la rabdomiólisis y de la liberación de toxinas proinflamatorias
de la zona isquémica, que provocan inicialmente acidosis metabólica y mioglobinuria. Estas
pueden conducir a un fallo renal agudo, que se acompaña de shock hipovolémico e hiperpota-
semia que, de no tratarse, pueden conducir a la muerte del paciente.
blandas y presencia de cuerpos extraños (madera, vidrio, plástico y espinas vegetales) y nos per-
mite analizar el flujo sanguíneo en la extremidad o la presencia de trombosis venosa profunda/
superficial. Con una arteriografía podemos observar si hay isquemia arterial. Por último, la reso-
nancia magnética es de utilidad para la valoración del grado y la extensión de necrosis tisular en
los casos de retraso diagnóstico.
4.3. LABORATORIO
Ante la sospecha de síndrome compartimental está indicada la realización de una analítica com-
pleta que incluya bioquímica, hemograma (función renal, infección) y coagulación (riesgo hemo-
rrágico), así como una bioquímica de orina (función renal).
No existen marcadores analíticos específicos para su diagnóstico. Inicialmente se puede observar
una elevación de creatinfosfocinasa (CPK) sérica y/o mioglobinuria como marcadores de daño
muscular. El problema es que no son directamente proporcionales al síndrome compartimental,
por lo que su utilidad radicaría más en el seguimiento posterior o, ante su elevación, en valorar
la presencia de síndrome compartimental no diagnosticado previamente. Si la isquemia y la mio-
necrosis evolucionan, se pueden producir elevación del ácido láctico, acidosis metabólica, insu-
ficiencia renal con alteraciones iónicas (hiperpotasemia, hipocalcemia, hiperfosfatemia), anemia
o trombocitopenia.
Celulitis, piomiositis
Infecciones necrotizantes (fascitis necrotizante)
Osteomielitis
Fractura de estrés
Tenosinovitis
Trombosis venosa profunda
Isquemia arterial aguda
Lesiones de nervios periféricos
5. TRATAMIENTO/MANEJO
Está encaminado a reducir el volumen del compartimento y por tanto a disminuir la presión en él.
Ante la sospecha clínica, debemos contactar con Traumatología/Cirugía plástica/Cirugía General
para la valoración del paciente y no demorar el tratamiento quirúrgico si está indicado.
No se precisa la confirmación con la medición de la presión intracompartimental si la sospecha
por clínica y anamnesis es muy alta.
En el caso de duda diagnóstica, el paciente debe quedarse en Observación, con controles perió-
dicos de presión en el compartimento y manejo según la evolución de la clínica y la presión. La
aparición de nuevos síntomas (6P) o la progresión de estos más la presión intracompartimental
delta < 30 mmHg indican cirugía urgente.
TRAUMATOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1267
Puntos clave/recuerda
▶▶ Hay que pensar en el síndrome compartimental en las fracturas cerradas del tercio proximal
de tibia, radio distal y diafisarias de antebrazo.
▶▶ El tiempo de isquemia es el principal factor pronóstico. Cabe recordar la importancia del
diagnóstico precoz y de no demorar el tratamiento (fasciotomía).
▶▶ El tratamiento es siempre quirúrgico (fasciotomía). Es preferible una fasciotomía innecesaria
que el retraso en el diagnóstico.
CAPÍTULO 144
1268 SÍNDROME COMPARTIMENTAL AGUDO
ALGORITMO
Paciente con dolor intenso y posible clínica
neurológica en un compartimento que
ha sufrido traumatismo, compresión o
quemadura
INGRESO Y CONTROL
EVOLUTIVO PRESIÓN DELTA PRESIÓN DELTA
< 30 mmHg > 30 mmHg
OBSERVACIÓN Y
MONITORIZACIÓN DE
LA PRESIÓN
CAPÍTULO 134
TRAUMATISMO CRANEOENCEFÁLICO
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BIBLIOGRAFÍA
1274 TRAUMATOLOGÍA
1. MONOARTRITIS AGUDA
1.1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
Es la inflamación de una sola articulación y < 6 semanas de evolución. Los cuadros de mayor du-
ración (monoartritis crónica) quedarían fuera de esta definición y del ámbito de actuación de un
Servicio de Urgencias.
La monoartritis aguda es una urgencia médica pues obliga a descartar una artritis séptica,
cuadro clínico que debe ser considerado emergencia médico-quirúrgica y precisa tratamiento
precoz.
1.2.2. Infecciosas
Es importante el diagnóstico precoz pues las bacterianas piógenas destruyen rápidamente la ar-
ticulación. La mayor parte son monoarticulares, se acompañan de fiebre, presentan importantes
signos inflamatorios locales y gran impotencia funcional y afectan a grandes articulaciones (rodi-
lla, cadera, tobillo, codo, hombro). En usuarios de drogas por vía parenteral (UDVP) se pueden ver
en localizaciones anómalas, como las articulaciones esternoclavicular o sacroilíaca. El germen más
frecuente en nuestro medio es Staphylococcus aureus, seguido de estreptococo grupo A y entero-
bacterias. En pacientes jóvenes y sexualmente activos es frecuente el gonococo; en articulaciones
CAPÍTULO 145
1278 MONOARTRITIS Y POLIARTRITIS
protésicas precoces, Staphylococcus epidermidis. Otras causas menos frecuentes son enfermedad
de Lyme, sífilis e infecciones virales (virus del herpes simple [VHS], Coxsackie y parvovirus B19),
aunque estas últimas dan más frecuentemente cuadros poliarticulares. Patogénicamente suelen
producirse por vía hematógena, aunque la inoculación directa es posible tras procesos invasivos
(artrocentesis, cirugías) o infecciones periarticulares (celulitis). Entre los factores de riesgo se en-
cuentran estados de inmunodepresión (ancianos, patologías como la diabetes mellitus, fármacos
como los esteroides o inmunosupresores), enfermedades inflamatorias articulares crónicas (artritis
reumatoide [AR]) y presencia previa de bacteriemia.
1.2.3. Otras
Incluyen: brote monoarticular de enfermedad articular crónica (artritis idiopática juvenil, AR, reu-
matismo palindrómico, espondiloartropatías, artritis psoriásica), artropatía neuropática (Char-
cot), hemartros y enfermedades autoinmunes sistémicas (lupus eritematoso sistémico [LES],
sarcoidosis, enfermedad de Behçet, púrpura de Schönlein-Henoch, Takayasu, síndromes de su-
perposición, polimialgia reumática (PMR), arteritis de células gigantes, fiebre mediterránea familiar,
enfermedad de Still).
1.2.4. No inflamatorias
Los pacientes con artrosis pueden tener episodios de dolor mecánico irruptivo con signos de in-
flamación monoarticular.
1.3. DIAGNÓSTICO
La historia clínica y la exploración física general completa nos deben hacer descartar los cua-
dros de dolor articular postraumático y los cuadros de dolor peri- y yuxtaarticular. La exploración
general debe ser completa y sistemática, explorando todo el aparato locomotor para descartar
otras articulaciones inflamadas y comparando con la articulación contralateral. Hay que valorar
si hay afectación sistémica.
Finalmente, hay que centrarse en la articulación motivo de consulta para determinar si nos en-
contramos ante un proceso articular, peri- o yuxtaarticular:
▶▶ Articular: el signo más específico es el derrame articular y el más sensible la limitación dolorosa
al movimiento. Debemos buscar signos locales, que pueden estar ausentes en las articulacio-
nes profundas (cadera u hombro): tumefacción de partes blandas, calor local, limitación de
la movilidad activa/pasiva, puntos dolorosos focales, alineación articular, estabilidad articular
(signo del cajón, bostezos), derrame o sinovitis (en pequeñas articulaciones).
▶▶ Periarticular: la limitación de la movilidad es con la movilización activa, pero la pasiva es nor-
mal (tendinitis).
▶▶ Yuxtaarticular: son ejemplos el dolor neuropático por irritación de nervios periféricos (radicu-
lopatías lumbares en la cadera, hombro doloroso por plexopatía braquial) y las infecciones lo-
cales (celulitis, abscesos en psoas o retroperitoneales o clínica sugerente de sacroileítis en caso
de diverticulitis).
2. Imagen:
• Radiografía simple: es importante para descartar fracturas y otros procesos de curso suba-
gudo-crónico, fundamentalmente artrosis, pero también tumores primarios o metástasis,
osteomielitis u osteonecrosis. Si hay sospecha de condrocalcinosis se deben buscar calcifi-
caciones en meniscos de rodilla, ligamento triangular del carpo y sínfisis del pubis.
• Ecografía: es la técnica de elección en manos de personal entrenado. Nos permite ver abs-
cesos, tendinitis, derrame articular, cristales y sinovitis, evacuar líquido y tomar biopsias. Es
especialmente útil para confirmar la presencia de derrame articular y drenarlo en articula-
ciones profundas como caderas u hombros.
• Tomografía computarizada (TC): es necesaria para descartar infecciones graves de partes
blandas y complicaciones (abscesos, piomiositis, síndrome compartimental).
3. Estudio del líquido sinovial:
• Es la prueba fundamental en el estudio de una monoartritis aguda en el Servicio de Urgen-
cias. La anticoagulación no contraindica la artrocentesis. Según la cantidad de líquido obteni-
do enviaremos por orden de prioridad: cultivo de bacterias, estudio en fresco al microscopio
óptico de luz polarizada, Gram urgente si es posible, recuento de células y bioquímica.
• Características macroscópicas del líquido sinovial:
—— Un líquido viscoso y transparente o amarillo claro es normal o secundario a un proceso
mecánico.
—— Un líquido más fluido, amarillo oscuro o blanquecino/purulento indica proceso inflama-
torio (sea infeccioso o no).
—— Un líquido sanguinolento puede indicar que la artrocentesis ha sido traumática o que el
paciente está anticoagulado. Si se trata de sangre franca, es diagnóstico de hemartros.
• Características microscópicas del líquido sinovial:
—— Cuanto mayor es el recuento celular en el líquido (más inflamatorio), mayor es > 50.000
leucocitos/mm3).
—— La concentración de glucosa en el líquido suele ser inversamente proporcional a la ce-
lularidad del mismo y no aporta más información sobre la etiología.
—— Cristales en forma de aguja con fuerte birrefringencia negativa corresponden a urato
monosódico.
—— Cristales polimorfos, en forma de bastón o romboidales, con birrefringencia débil positiva
son característicos del depósito de pirofosfato cálcico.
1.5. TRATAMIENTO
1.5.1. Empírico
Ante la sospecha de artritis infecciosa lo fundamental es comenzar de manera precoz, y tras haber ex-
traído muestras para microbiología (hemocultivo y cultivo de líquido sinovial), administrar tratamiento
antibiótico empírico para cubrir los gérmenes más frecuentes (estafilococos, estreptococos, gonococo
y bacilos Gram negativos [BGN]). Si se dispone de Gram se puede hacer una aproximación más precisa.
Ante la ausencia de Gram, una pauta utilizada habitualmente en nuestro medio es cloxacilina 2 g i.v./6 h
(o vancomicina 1 g i.v./12-24 h si hay alergia a penicilinas o sospecha de estafilococo resistente) con cef-
triaxona 2 g i.v./24 h (con alternativa con ciprofloxacino 400 mg i.v./12 h o levofloxacino 750 mg i.v./24 h).
1.5.2. Específico
1. Artritis infecciosa: tratamiento antibiótico específico del germen y drenajes articulares percutá-
neos frecuentes o artroscópico/quirúrgico. Se debe consultar siempre con el cirujano ortopédico.
CAPÍTULO 145
1280 MONOARTRITIS Y POLIARTRITIS
ALGORITMO
Síndrome
peri/yuxtaarticular Historia clínica y
(tendinitis, bursitis, Poliartritis
exploración física
infección de tejidos
blandos)
Cuadro
postraumático o
Se confirma
mecánico
monoartitis aguda
Radiografía
Artrocentesis y
Analítica
estudio del líquido < 5.000
Si hay fiebre, células
sinovial (valorar
hemocultivos
ecografía)
Artrosis Fractura
+ Antibiótico + drenaje
Gram Infección
articular + COT
-
Urato +
monosódico Estudio con
microscopio óptico
Pirofosfato cálcico
- (cultivos pendientes)
2. POLIARTRITIS AGUDA
2.1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
Es la inflamación de 4 o más articulaciones, de 6 o menos semanas de duración. La inflamación
de 2-3 articulaciones se denomina oligoartritis, aunque a efectos de manejo práctico se puede
considerar de forma similar a la poliartritis.
ANCA: anticuerpos anticitoplasma de neutrófilos; AR: artritis reumatoide; BGN: bacilos Gram negativos; CMV: citomega-
lovirus; EII: enfermedad inflamatoria intestinal; LES: lupus eritematoso sistémico; PAN: panarteritis nodosa; PMR: poli-
mialgia reumática; VEB: virus de Epstein-Barr; VHB: virus de la hepatitis B; VHS: virus del herpes simple; VHC: virus de la
hepatitis C; VIH: virus de la inmunodeficiencia humana.
REUMATOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1283
2.3. DIAGNÓSTICO
▶▶ Para el diagnóstico diferencial es útil seguir cuatro pasos:
1. Diferenciar proceso articular de periarticular.
2. Distinguir entre proceso realmente agudo y crónico o crónico reagudizado.
3. Evaluar las causas más frecuentes de dolor poliarticular: traumatismo, artrosis y fibromial-
gia (FM).
4. Encontrar claves diagnósticas.
▶▶ Historia clínica y exploración física:
• Hay que recoger si las características del dolor son inflamatorias (mejoría relativa con la ac-
tividad, empeoramiento con el reposo) o mecánicas (exacerbación con la actividad, mejo-
ría relativa con el reposo). La rigidez matutina articular > 1 h orienta a proceso inflamatorio.
• Se debe evaluar la presencia de signos inflamatorios articulares clásicos (calor, rubor, tu-
mefacción, dolor), aunque la distinción entre artralgia y verdadera artritis no siempre es
sencilla, y diferenciar articular de extraarticular: el dolor articular es profundo y asociado
con limitación del rango articular pasivo y activo en todos los planos, mientras que el
dolor extraarticular se puede localizar en la superficie y solo ocurre con los movimien-
tos activos, no pasivos, y no en todos los planos. Es necesario explorar manifestaciones
extraarticulares que pueden ayudar al diagnóstico (ej.: síndrome seco en la AR), rash ma-
lar o serositis en el LES, uretritis y conjuntivitis en la artritis reactiva, psoriasis y pitting
ungueal en la artritis psoriásica, afectación pulmonar, fiebre, uveítis y parotiditis en la
sarcoidosis y tofos en la gota.
2.4. PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
Son pocas las pruebas complementarias realmente necesarias para la valoración de una poliar-
tritis en el Servicio de Urgencias:
▶▶ Analítica general con ácido úrico y reactantes de fase aguda.
▶▶ Cultivos microbiológicos y serologías adecuadas si se sospecha proceso infeccioso agudo.
▶▶ Estudio de líquido sinovial: en paciente febril y con sospecha de artritis séptica poliarticular o
microcristalina poliarticular (ver apartado sobre la monoartritis aguda).
▶▶ Radiología: si hay traumatismo, sospecha de microcristalina o artritis séptica. Hay que valorar
la radiografía de tórax para descartar un proceso general (ej.: sarcoidosis).
2.5. TRATAMIENTO
En caso de diagnóstico específico de poliartritis infecciosa o microcristalina se prescribirá el trata-
miento específico (ver el apartado sobre la monoartritis aguda). En el resto de casos el manejo será
puramente sintomático con analgésicos simples o AINE si el paciente no tiene contraindicación.
Puntos clave/recuerda
▶▶ La monoartritis aguda es una urgencia médica pues obliga a descartar una artritis séptica.
▶▶ La causa más frecuente de monoartritis es el depósito de microcristales.
▶▶ En caso de sospecha de artritis séptica hay que iniciar el tratamiento empírico de forma
precoz, recogiendo previamente muestras para microbiología.
▶▶ Es fundamental diferenciar en Urgencias el dolor poliarticular de la verdadera poliartritis aguda.
▶▶ En caso de poliartritis aguda debemos buscar una causa específica del proceso y valorar
siempre la afectación sistémica que orienta al diagnóstico.
REUMATOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1285
ALGORITMO
Paciente con dolor poliarticular
Descartar:
- Proceso poliarticular
- Proceso crónico agudizado
- Causas frecuentes (traumatismo, artrosis…)
- Poliartralgias
POLIARTRITIS AGUDA
- +
+ -
Ingreso Consulta de
Reumatología
CAPÍTULO 146
POLIMIALGIA REUMÁTICA Y ARTERITIS
DE CÉLULAS GIGANTES
Juan Mariano Aguilar Mulet | Cristina Santiago Poveda
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
La polimialgia reumática (PMR) y la arteritis de células gigantes (ACG) son dos síndromes inflama-
torios sistémicos íntimamente relacionados y que en muchos pacientes se superponen. La PMR
se caracteriza por la presencia de inflamación sinovial y periarticular moderada de articulaciones
proximales (hombros y caderas), mientras que la ACG lo hace por una vasculitis de vasos de ca-
libre mediano y grande. En la ACG es muy frecuente la presencia de sintomatología de PMR que
puede aparecer antes, después o de forma concomitante a la clínica de arteritis. Hasta un tercio
de los pacientes con PMR tienen afectación vascular subclínica en el momento de presentación.
El 16-21 % de los pacientes con PMR pueden desarrollar ACG, especialmente si no reciben trata-
miento. La incidencia en nuestro país es de 6/100.000 habitantes/año para la ACG, siendo unas 2-3
veces mayor la de PMR.
2. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
La etiología es desconocida, aunque ambas presentan agregación familiar y asociación a deter-
minados genotipos del sistema Human Leukocyte Antigen (HLA). Sobre una predisposición ge-
nética determinados factores ambientales (agentes infecciosos como Mycoplasma pneumoniae,
Chlamydia pneumoniae y parvovirus B19) o endógenos desencadenan una activación del sistema
inmune mediada por linfocitos Th con liberación de citocinas inflamatorias, destacando la inter-
leucina (IL) 6. La edad es el principal factor de riesgo, presentándose en > 50 años, con un pico de
incidencia en la octava década, y predominando en el sexo femenino (2-3:1).
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
3.1. SÍNTOMAS INFLAMATORIOS INESPECÍFICOS
Se relacionan con las citocinas. Son la fiebre, habitualmente no elevada si bien en la ACG puede
ser mayor e incluso manifestarse como fiebre de origen desconocido, la astenia, la anorexia y la
pérdida de peso, presentes en el 50 % de los pacientes.
▶▶ Artritis periférica no erosiva: con sintomatología compatible con sinovitis simétrica seronega-
tiva remitente con edema con fóvea (RS3PE) y/o síndrome del túnel del carpo, no es típica ni
específica de la PMR, pero podemos verla acompañando a la sintomatología proximal hasta en
el 25-50 % de los pacientes. Es menos frecuente su aparición en la ACG y obliga a considerar la
posibilidad de un diagnóstico alternativo.
▶▶ Pruebas de imagen: no están indicadas en el Servicio de Urgencias, salvo que exista una compli-
cación asociada (aneurisma de aorta, accidente cerebrovascular) y/o la necesidad de descartar
un proceso infeccioso como causa de la clínica. Hay que hacer un estudio posterior del paciente
con ecografía, resonancia magnética y tomografía por emisión de positrones con 18-fludesoxi-
glucosa (18F-FDG-PET/TC) para valorar las afectaciones articular y vascular. Hallazgo típico de la
afectación vascular de la ACG en la ecografía es el signo del halo: un anillo hipoecoico alrededor
de la luz arterial como reflejo del edema inflamatorio de la pared arterial.
En el caso de la PMR no existen unos criterios diagnósticos admitidos de forma universal, pro-
bablemente como consecuencia de la falta de una prueba de referencia (tabla 1). Respecto a la
ACG se habla más bien de criterios de clasificación, pues se diseñaron para distinguirla de otras
vasculitis en un paciente con un diagnóstico de vasculitis ya realizado (tabla 2).
OBLIGADOS
• ≥ 50 años
• Dolor en los hombros bilateral
• Elevación de VSG y/o PCR
CRITERIOS MAYORES (2 PUNTOS CADA UNO)
• Rigidez matutina > 45 min
• Ausencia de FR o AAPC
CRITERIOS MENORES (1 PUNTO CADA UNO)
• Dolor en la cadera o limitación en su movilidad activa
• Ausencia de afectación de otras articulaciones
• Hallazgos ecográficos: bursitis subdeltoidea, tendinitis bicipital, sinovitis glenohumeral, bursitis
trocantérea o sinovitis de cadera
• Hallazgos ecográficos en ambos hombros
na puntuación de 4 (o 5 si se incluyen hallazgos ecográficos) es sugestiva de PMR. La sensibilidad y
U
especificidad se sitúan en el 66-68 y 65-88 %, respectivamente. Son criterios desarrollados para su uso en
estudios clínicos
AAPC: anticuerpos antipéptido citrulinado; FR: factor reumatoide; PCR: proteína C reactiva; PMR: polimialgia reumática;
VSG: velocidad de sedimentación globular.
Tabla 2. Criterios de clasificación de la arteritis de células gigantes del American College of Rheuma-
tology (ACR) 1990
1. ≥ 50 años
2. Cefalea de nueva aparición
3. Alteración clínica en las arterias temporales
4. VSG ≥ 50 mm en la primera hora
5. Biopsia de la arteria temporal positiva
La presencia de 3 de los 5 criterios tiene > 90 % de sensibilidad y especificidad para la clasificación como
ACG frente a otras formas de vasculitis
ACG: arteritis de células gigantes; VSG: velocidad de sedimentación globular.
REUMATOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1289
5. TRATAMIENTO
5.1. CORTICOIDES
Son el tratamiento de elección:
▶▶ PMR: el tratamiento no es necesario de forma inmediata, recomendándose que con anteriori-
dad al mismo se haya realizado una evaluación completa al menos clínica y analítica para po-
der establecer el adecuado diagnóstico diferencial con otras entidades, por lo que no se suele
iniciar en Urgencias. La falta de respuesta, que suele ser espectacular en 2-3 días, o la recidiva
de los síntomas durante la fase inicial del tratamiento nos deberían hacer replantearnos nues-
tro diagnóstico y/o considerar la posibilidad de ACG. La dosis inicial recomendada es de 12,5-25
mg/día de prednisona (aunque puede aumentarse y/o disminuirse en función de circunstancias
individuales, manteniéndola en todo caso ≥ 7,5 y < 30 mg/día). La dosis se desciende de forma
progresiva hasta los 10 mg en el plazo de 4-8 semanas. Posteriormente se continúa disminuyen-
do 1 mg/4 semanas.
▶▶ ACG: el tratamiento se debe iniciar en cuanto se establezca el diagnóstico clínico de sospecha
sin esperar al resultado de la biopsia para prevenir las complicaciones isquémicas, especial-
mente las visuales. La dosis recomendada es de 1 mg/kg de prednisona, con un máximo de 60
mg/día, que será la dosis que se utilice en los casos con pérdida visual de un ojo para prevenir
la pérdida en el otro y en los que presenten claudicación mandibular. En los pacientes con sin-
tomatología visual reciente se pueden administrar bolos de 0,5-1 g/día de metilprednisolona
durante 3-5 días. Una vez que los síntomas reversibles se resuelven y VSG y PCR mejoran al
menos un 50 %, se inicia el descenso de la dosis de corticoides, habitualmente a un ritmo de un
10 %/2 semanas. Cuando se alcanza la dosis de 10 mg el descenso debe ser más gradual, con
1 mg/mes. La sintomatología polimiálgica y/o relacionada con inflamación sistémica responde
también de forma espectacular en 2-4 días; sin embargo, la relacionada con afectación del flujo
sanguíneo, como la claudicación mandibular o de las extremidades y/o la pérdida de visión
pueden demorar la respuesta o no hacerlo nunca por la irreversibilidad de la lesión vascular.
Son frecuentes las recidivas. Algunos de los factores que se han visto asociados son el sexo
femenino, la VSG > 40 y la presencia de artritis periférica. Son raras las complicaciones isqué-
micas y suele ser suficiente con ligeras modificaciones de la dosis de esteroides (habitualmente
retomando la dosis previa a la recaída) para su control.
▶▶ Otros inmunosupresores e inmunoterapia:
• Metotrexato: para ahorrar esteroides y/o en los casos de recaída, tanto en PMR como en ACG.
• Tocilizumab (anticuerpo monoclonal frente al receptor de la IL-6): ha demostrado disminuir la
posibilidad de recaídas frente al uso de corticoides solo en la ACG.
5.2. ANTIAGREGACIÓN
Se recomienda el uso de ácido acetilsalicílico a dosis bajas (≤ 100 mg/día) para disminuir el riesgo
de eventos vasculares, si no existe contraindicación, en los pacientes con ACG.
pica, los que tienen un riesgo elevado de efectos secundarios asociados al tratamiento, los casos
refractarios y/o los que recidivan pese al tratamiento con corticoides y en los que se requiere tra-
tamiento prolongado se debería plantear la posibilidad de derivación al especialista. En los casos
de ACG se debe remitir al paciente al especialista correspondiente, internista y/o reumatólogo
habitualmente, incluyendo también al oftalmólogo en los casos con sintomatología visual.
Puntos clave/recuerda
▶▶ La PMR tiene clínica de rigidez y dolor muscular brusco, de predominio matutino proximal
(cuello, hombros y caderas) y habitualmente simétrico.
▶▶ La ACG es una vasculitis de vasos de calibre mediano y grande.
▶▶ La pérdida de visión en la ACG por neuropatía isquémica anterior debe ser tratada de forma
precoz.
REUMATOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1291
ALGORITMO
Paciente ≥ 50 años con clínica
compatible con PMR y/o ACG
NO SÍ
SÍ NO NO SÍ
NO SÍ
a
: en caso de no disponibilidad en Urgencias y/o negatividad pero sin diagnóstico alternativo se completará la evaluación
como si estuvieran alteradas.
b
: se completa habitualmente con carácter ambulante, por lo que no se inicia el tratamiento esteroideo en Urgencias.
Las pruebas iniciales incluyen: hemograma, bioquímica completa con perfil hepático y CPK, proteinograma, ANA, AAPC
y FR, TSH y análisis de orina. Se puede completar en función del contexto con: Mantoux o QuantiFERON®, radiografía de
tórax, ecocardiografía y/o densitometría ósea.
c
: la falta de respuesta obliga a plantear otros diagnósticos.
d
: se debe realizar biopsia de la arteria temporal en casos de sospecha de ACG.
AAPC: anticuerpos antipéptido citrulinado; ACG: arteritis de células gigantes; ANA: anticuerpos antinucleares; CPK: crea-
tinfosfocinasa; DD: dímero-D; FR: factor reumatoide; PCR: proteína C reactiva; PMR: polimialgia reumática; TSH: hormona
estimulante de la tiroides; VSG: velocidad de sedimentación globular.
REUMATOLOGÍA
BIBLIOGRAFÍA
CAPÍTULO 145
MONOARTRITIS Y POLIARTRITIS
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2. Vela Casasempere P. Monoartritis aguda. En: Manual SER de las Enfermedades Reumáticas. 6.ª
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3. Gómez Centeno A. Poliartritis aguda. En: Manual SER de las Enfermedades Reumáticas. 6.ª ed.
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4. McGregor L. Acute Monoarthritis. En: Firestain G. Kelley´s Textbook of Rheumathology. 10.ª ed.
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5. Van Vollenhoven RF. Evaluation and differential diagnosis of polyarthritis. En: Firestain G, Kelley,
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7. Rosenthal AK, et al. Calcium Pyrophosphate Deposition Disease. N Engl J Med. 2016;374:2575-84.
CAPÍTULO 146
POLIMIALGIA REUMÁTICA Y ARTERITIS DE CÉLULAS
1. Kwiatkowski T, Friedman BW. Headache disorders. En: Rosen’s Emergency Medicine. 9th ed. Phi-
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3. Spiera RF. Polimialgia reumática y arteritis de la temporal. En: Goldman L, Schafer AI (eds.).
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College of Rheumatology collaborative initiative. Ann Rheum Dis. 2015;74:1799-807.
PSIQUIATRÍA
CAPÍTULO 147
AGITACIÓN PSICOMOTRIZ
Itxasne Cabezón Estévanez | Laura Cano Alcalde
1. DEFINICIÓN
Es el estado de hiperactividad física y mental inapropiada con aparente ausencia de intencionalidad.
Constituye una urgencia psiquiátrica.
2. ETIOLOGÍA
Las causas más frecuentes se exponen en la tabla 1.
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
La clínica va a depender del origen de la agitación (orgánica o psiquiátrica) (tabla 2). El paciente
presenta un aumento desproporcionado y desorganizado de la motricidad (desde una mínima
inquietud hasta la agitación extrema) acompañado de activación vegetativa (sudoración, taqui-
cardia, midriasis…) y alteración del estado emocional.
Son factores predictores de agresividad:
▶▶ Cambio súbito de conducta.
▶▶ Labilidad emocional.
▶▶ Contacto visual fijo y prolongado.
▶▶ Antecedentes de conducta violenta.
▶▶ Consumo de tóxicos.
▶▶ Actividad motora creciente.
▶▶ Gestos y actitud violentos.
▶▶ Alucinaciones.
Haloperidol 2,5-5 mg, repetible cada 30-60 min (máximo: 100 mg/día) v.o., i.m.,
i.v.
Clorpromazina 25-50 mg, repetible cada 2-4 h (máximo: 150 mg/día) i.m.
Neurolépticos atípicos
Su indicación solo está justificada ante el fracaso de otras alternativas, sin olvidar que dicha me-
dida terapéutica sitúa al paciente en un estado de privación de libertad con implicaciones lega-
les. Siempre se debe realizar en el medio hospitalario, en una sala habilitada para esta función y
con material específico para ello.
Es imprescindible que existan control visual continuo y supervisión en función del protocolo de
cada hospital. En nuestro hospital cada 2 h a fin de examinar al paciente y resolver cualquier con-
tingencia que pudiera surgir.
Es importante reevaluar de forma periódica las indicaciones de inmovilización terapéutica.
PSIQUIATRÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1299
Puntos clave/recuerda
▶▶ En los Servicios de Urgencias la intoxicación por drogas y alcohol es la causa más común
de agitación grave.
▶▶ Es importante de una forma precoz determinar si nos encontramos ante una agitación de
origen orgánico o psiquiátrico.
▶▶ Es fundamental establecer unas medidas de seguridad mínimas ante el abordaje de estos
pacientes con el fin de evitar daños personales y a terceros.
▶▶ Es importante tener siempre en cuenta las señales de incremento de la violencia, entre las
que destacan antecedentes violentos, intoxicaciones y cambio brusco de conducta.
▶▶ La inmovilización terapéutica es una medida excepcional que solamente se debe indicar en
situaciones excepcionales y con una reevaluación de la indicación periódica.
CAPÍTULO 147
1300 AGITACIÓN PSICOMOTRIZ
ALGORITMO
Contención verbal
- Asegurar la integridad de paciente y personal
- Transmitir calma y firmeza
- Mostrar interés por el problema
- Evitar la confrontación con el paciente
- Pactar el comportamiento sucesivo
¿Eficaz?
SÍ NO
NO SÍ
Contención mecánica
- B
ajo indicación médica
- S
ujeción de 3 o 5 puntos, según la gravedad
- V
igilancia estrecha
- E
valuar periódicamente su indicación
- S
i se prolonga > 24 h, pautar profilaxis con
heparina de bajo peso molecular
SÍ NO
¿Mejora tras 12 h de observación?
BZD: benzodiazepinas.
CAPÍTULO 148
ANSIEDAD Y CRISIS DE ANGUSTIA
Sonia Fernández Rojo | Fernando Mora Mínguez
1. DEFINICIÓN
El concepto de ansiedad tiene su origen en el término latino anxietas. Se trata de la condición de
una persona que experimenta conmoción, intranquilidad, nerviosismo o preocupación.
Es importante saber que la ansiedad es una emoción normal y básica que aparece ante deter-
minadas situaciones que la persona las vive como estresantes, siendo una reacción adaptativa
que le ayuda a enfrentarse a ellas. Cuando esto no se consigue y dicha emoción es excesiva,
es cuando se convierte en patológica, provocando malestar significativo en la persona que la
padece.
La crisis de angustia o de pánico consiste en un episodio de intensa ansiedad que aparece de
forma repentina, con una duración variable que va de unos minutos a 2 h (alcanzando su pico más
alto en los primeros 10), acompañado generalmente de síntomas somáticos.
Experimentar un ataque de pánico es una terrible, incómoda e intensa experiencia que puede
generar un trastorno psiquiátrico de mayor entidad.
La edad de inicio de los trastornos de ansiedad se sitúa entre los 18 y los 25 años y es más frecuen-
te en mujeres (2:1). En la población general, se estima que el 10-14 % de las personas presentan
algún trastorno de ansiedad a lo largo de su vida y hasta un 3 %, crisis de pánico.
La ansiedad supone la primera causa de atención psiquiátrica en Urgencias.
2. ETIOLOGÍA
Lo primero que debe hacer un médico de Urgencias ante un paciente con crisis de ansiedad (igual
que con la mayoría de los síntomas psiquiátricos, sobre todo si son de aparición brusca) es des-
cartar si los síntomas y signos que la acompañan son debidos a una patología somática sub-
yacente, como infarto agudo de miocardio, tromboembolismo pulmonar (TEP), taquiarritmias,
prolapso mitral, hipertiroidismo, accidente isquémico transitorio (AIT) o intoxicación/abstinencia
de tóxicos (tabla 1).
También debe valorar si suponen una respuesta al estrés o están dentro de un trastorno específico
psiquiátrico (depresión, trastorno de la personalidad, etc.).
Hay que tener además en cuenta que todo enfermo que acude a Urgencias con alguna enferme-
dad somática puede presentar ansiedad asociada (y en diversos grados como componente emo-
cional asociado a su enfermedad y al temor que le causa, pudiendo desaparecer cuando mejora
o se estabiliza la misma).
Respecto a los factores etiopatogénicos neurobiológicos, el ácido γ-aminobutírico (GABA),
la serotonina y la noradrenalina son los principales neurotransmisores implicados en su
etiología, lo cual se relaciona con la eficacia y la indicación del tratamiento de estos tras-
tornos.
CAPÍTULO 148
1302 ANSIEDAD Y CRISIS DE ANGUSTIA
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
La crisis de ansiedad se caracteriza principalmente por la aparición brusca y breve de intenso
miedo con sensación de muerte inminente, acompañada de varios síntomas psíquicos y físicos
(palpitaciones, sudoración…); estos últimos pueden ser los primeros en aparecer y es posible que
el paciente no los reconozca como tales, sino como una enfermedad grave. En otros casos puede
vivirlos como una recaída de un trastorno psiquiátrico ya tratado.
Según los manuales de diagnóstico psiquiátrico, para hablar de una crisis de ansiedad completa,
se deben presentar cuatro (o más) de los síntomas que aparecen en la tabla 2.
En el contexto de esta situación, es muy frecuente la aparición de hiperventilación. Esta pue-
de provocar una alcalosis respiratoria con una alteración electrolítica secundaria (hipocalcemia,
hipopotasemia, hipofosfatemia); entre los síntomas asociados a la misma podemos encontrar
fasciculaciones musculares, intervalo QT prolongado, debilidad o tetania, llegando al síncope si
la situación no se controla.
4. DIAGNÓSTICO
El diagnóstico en Urgencias se basa en la clínica, una vez descartada la patología somática que
pudiera causarla. Ante un paciente con ansiedad nunca se debe dar por supuesto el origen psi-
quiátrico.
Además de la sintomatología, hay que ahondar en la presencia o no de una situación precipitante
del cuadro y la frecuencia con la que se dan los ataques.
PSIQUIATRÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1303
Los síntomas atípicos, como vértigo o alteración del equilibrio, alteración de la consciencia, pérdi-
da del control vesical o intestinal, alteración del lenguaje o amnesia y el inicio tardío (mayores de
45 años), sin otra justificación, nos deben hacer pensar en una causa somática.
Cuando el origen psiquiátrico de la sintomatología del enfermo no quede claro, habrá que reali-
zar una anamnesis y un examen físico detallado en busca de una posible patología orgánica. Es
importante realizar una glucemia capilar en pacientes diabéticos (o con sospecha de consumo
de insulina), un electrocardiograma (ECG) y tóxicos en la orina. Se pueden requerir, además, he-
mograma y bioquímica general con enzimas cardíacas, dímeros D, gasometría arterial basal y
radiografía de tórax.
5. TRATAMIENTO (algoritmo)
5.1. TRATAMIENTO NO FARMACOLÓGICO EN URGENCIAS
▶▶ Ubicar al paciente en un espacio lo más tranquilo posible y en el que las características de la
urgencia nos lo permita.
▶▶ Tranquilizar al paciente informándole de lo que le está pasando, relativizando los síntomas so-
máticos e insistiendo en que no entrañan ningún riesgo vital; puede ser beneficioso explicar los
síntomas secundarios a la hiperventilación. Es fundamental transmitir seguridad y competen-
cia durante la entrevista. Mostrar interés en el problema del paciente va a generar en él tranqui-
lidad y confianza.
▶▶ Control de la respiración: podemos entrenarle en técnicas sencillas de respiración (como la res-
piración profunda abdominal). Es fundamental que la persona respire pausadamente y que no
hiperventile. Si no se consigue, se puede utilizar una bolsa o mascarilla de oxígeno con los agu-
jeros taponados para aumentar el dióxido de carbono del aire inspirado (no más de 15-20 min).
Puntos clave/recuerda
▶▶ La ansiedad supone la primera causa de atención psiquiátrica en Urgencias.
▶▶ La crisis de ansiedad consiste en la aparición brusca de intenso miedo con sensación de
muerte inminente, acompañada varios síntomas, como palpitaciones, sudoración, temblor,
sensación de ahogo o malestar torácico.
▶▶ Lo primero ante una crisis de ansiedad es descartar si los síntomas y signos son debidos a
una patología somática subyacente.
▶▶ Las medidas no farmacológicas para su tratamiento son: ubicar al paciente en un espacio
lo más tranquilo posible, tranquilizarle y ayudarle a controlar la respiración.
▶▶ Los fármacos de elección para el tratamiento de la crisis de ansiedad son las benzodiazepinas.
CAPÍTULO 148
1306 ANSIEDAD Y CRISIS DE ANGUSTIA
ALGORITMO
CRISIS DE ANSIEDAD
Normal
Ampliar el estudio
somático
Normal
1. Medidas no farmacológicas
2. Benzodiazepinas v.o.
Alprazolam 1 mg
Lorazepam 1 mg
Diazepam 5-10 mg
Repetir el tratamiento
Resolución de la crisis NO
(hasta 2-3 ciclos)
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
El suicidio representa un grave problema de salud pública y se estima que anualmente se pro-
ducen en torno a un millón de muertes a nivel mundial. En el año 2020 esta cifra ascendería a
1,53 millones de muertes anuales. En Europa el suicido se encuentra entre las primeras 10 causas
de muerte. En España, aunque las tasas de suicidio se sitúan entre las más bajas de Europa, según
el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2013 se suicidaron 10 personas/día, de las cuales un
75 % eran hombres. La tasa de suicidio se situó en 8,3 fallecidos/100.000 personas (12,7 en los
hombres y 4,1 en las mujeres). Los hombres son más propensos que las mujeres a morir por suicidio,
mientras que las mujeres son dos veces más propensas a intentar suicidarse.
Por cada suicidio consumado se producen hasta 20 intentos de suicidio cada año, habiéndose
calculado una prevalencia de intentos de suicidio en torno al 3-5 %. Los intentos previos son el
predictor más fuerte de riesgo suicida. El riesgo aumenta hasta casi 30 veces más en los primeros
6-12 meses tras el primer intento. Los ancianos son los que mayor riesgo de suicido consumado
tienen tras tentativas previas debido a mayor intencionalidad, peor salud para afrontar las posibles
secuelas físicas y porque los métodos empleados son más letales.
1.1. DEFINICIÓN
Se han propuesto muchas definiciones de suicidio y en todas ellas subyace la idea de la “intención
de autoprovocarse la muerte”. El suicidio se considera una conducta compleja, y las conductas
suicidas se consideran asimismo parte de las conductas autolesivas. La Organización Mundial de
la Salud (OMS) propone la definición de suicidio como “un acto con resultado letal, deliberada-
mente iniciado y realizado por el sujeto, sabiendo o esperando su resultado letal y a través del
cual pretende obtener los cambios deseados” y lo distingue del parasuicidio, en el que el desen-
lace “no es fatal y cuyo objetivo es obtener cambios en su propia situación vital a través de las
consecuencias físicas esperadas o derivadas del propio acto”. En la actualidad, se considera la
conducta suicida como un continuum que comprende desde ideas (de muerte, de desaparecer,
de suicidio), autolesiones, etc. hasta el suicidio consumado.
2. ETIOLOGÍA
La etiología del suicidio y las conductas relacionadas con el mismo son multifactoriales. Están
presentes diferentes factores de tipo biológico, psicológico y socioambiental que se influyen
mutuamente. Ninguno explica por sí solo el suicidio. Se han propuesto diferentes modelos para
explicar cómo la presencia de factores de riesgo predisponentes junto con otros factores desen-
cadenantes (o precipitantes) favorecerían dicha conducta:
CAPÍTULO 149
1308 ABORDAJE DEL PACIENTE CON INTENCIÓN SUICIDA
▶▶ Trastorno mental: subyace en cerca del 90 % de los casos de suicidio, destacando la depresión.
Por otro lado, casi todos los trastornos mentales presentan un riesgo de suicido aumentado
comparado con la población no enferma (trastornos afectivos: 10-15 %; esquizofrenia: 10 %).
▶▶ Factores biológicos y familiares (genéticos): destaca la disminución de la actividad serotoninér-
gica central (relacionada asimismo con los trastornos depresivos y la impulsividad). Existe una
agregación familiar de la conducta suicida que se explicaría por factores genéticos (herencia de
suicidio con independencia de los trastornos mentales) y también por factores psicológicos de
identificación con el familiar suicidado.
▶▶ Factores psicológicos: impulsividad, rigidez cognitiva y desesperanza (se considera el factor
psicológico más influyente), sin olvidar el suicidio por imitación.
En la tabla 1 se muestran los factores de riesgo de suicidio más relevantes. El nivel de riesgo
aumenta en proporción al número de factores presentes.
Como factores de riesgo precipitantes destacan los acontecimientos vitales estresantes, como
pérdidas personales (muerte de un ser querido, rupturas, divorcios), problemas legales y pérdidas
económicas y laborales.
3. CLASIFICACIÓN
La conducta suicida puede agruparse de forma general en tres grupos:
▶▶ Ideación suicida: presente en muchos pacientes con trastornos mentales y con otras enferme-
dades físicas y sintomatología depresiva. Es importante evaluar la presencia de dicha ideación
suicida y el riesgo de suicidio en este tipo de pacientes.
▶▶ Conductas relacionadas con el suicidio: incluye los denominados gestos autolíticos o gestos suici-
das, muchas veces impulsivos, con baja letalidad, en ocasiones con el objetivo de conseguir cam-
bios en el entorno, o la idea vaga de descansar; también amenazas suicidas, autolesiones, etc.
▶▶ Intento autolítico: se refiere a cuando la conducta autolesiva no tiene un resultado fatal pero
existe evidencia explícita o implícita de que la persona intentaba morir. También se denomina
tentativa suicida o intento suicida. Se incluiría el suicidio frustrado. Suele tratarse de actos ge-
PSIQUIATRÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1309
neralmente con cierta planificación, mayor letalidad, con métodos más eficaces y un objetivo
más claro de quitarse la vida.
5. TRATAMIENTO (algoritmo)
Después de la evaluación inicial del estado físico (lesiones, intoxicaciones, etc.) debe realizarse de
forma inmediata una valoración del riesgo potencial de conducta suicida del paciente (tabla 2) y
adoptar las medidas oportunas de seguridad (ej.: acompañamiento familiar, colocar al paciente
en un lugar de mayor vigilancia por parte de Enfermería, etc.). Es de vital importancia adoptarse
las medidas necesarias para evitar la fuga del paciente o conductas auto- o heteroagresivas del
paciente.
En general debe procurarse el tratamiento de la forma menos restrictiva posible y que sea lo más
seguro y efectivo posible para el paciente. Esto incluye determinaciones que van desde la deriva-
ción del paciente a un medio ambulatorio hasta el ingreso involuntario en un Servicio de Psiquiatría.
En el tratamiento de un paciente con conducta suicida en Urgencias son claves los siguientes
aspectos:
1. Atención de la situación física del paciente: como muchos intentos de suicidio se producen me-
diante intoxicación medicamentosa, es importante obtener rápido toda la información posible
sobre los fármacos o sustancias usados (preguntar al propio paciente, servicios de emergen-
cia, familiares). Se aconseja un tiempo de observación mínimo ante las intoxicaciones a pesar
• Impulsividad • Planificación
• Método de baja letalidad • Método violento
• Ausencia de nota de despedida • Nota de despedida o testamento
• Ambivalencia • Negación de la intención suicida
• Irritabilidad • Aparente “tranquilidad”
• Intervención del entorno probable (alta • Intervención del entorno improbable (baja
rescatabilidad) rescatabilidad)
Modificada de: Rojo Fernández S, Mora Mínguez F. Manejo del paciente suicida. En: Bibiano Guillén C. Manual de
Urgencias. 2.ª ed. Saned; 2014.
PSIQUIATRÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1311
de no revestir una aparente gravedad física para el paciente. Es casos graves se valorará el
ingreso del paciente en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) o Servicio de Medicina.
2. Evaluar la necesidad de atención urgente de un trastorno mental de forma simultánea al trata-
miento del estado físico.
3. Necesidad de tratamiento farmacológico: en ocasiones puede ser necesario el tratamiento
sintomático del paciente con conducta suicida debido a un estado de intensa ansiedad, in-
quietud o agitación. Se debe tener especial precaución con el uso de ansiolíticos o sedantes
en pacientes que hayan realizado una intoxicación medicamentosa con fármacos depresores
del sistema nervioso central.
Puntos clave/recuerda
▶▶ En Europa el suicidio se encuentra entre las primeras 10 causas de muerte; en España se
estima que cada día mueren 10 personas por suicidio.
▶▶ Por cada muerte por suicidio (más frecuente en hombres) se producen hasta 20 intentos de
suicidio (más frecuente en mujeres).
▶▶ Los intentos de suicidio previo son el factor de predicción de riesgo de suicidio más fuerte,
aumentando el riesgo hasta 30 veces en el primer año.
▶▶ La conducta suicida se considera como parte de un continuum en el que se incluyen las
ideas de desaparecer y de suicidio, autolesiones y hasta el propio suicidio consumado.
▶▶ El riesgo de suicidio aumenta en proporción al número de factores de riesgo, tanto de
predisposición como precipitantes.
▶▶ El objetivo diagnóstico en Urgencias es determinar el riesgo de suicidio y descartar la
presencia de un trastorno mental.
▶▶ Todo paciente con conducta suicida en Urgencias, con independencia de su intencionalidad,
debe ser valorado por un psiquiatra o experto en Salud Mental.
CAPÍTULO 149
1312 ABORDAJE DEL PACIENTE CON INTENCIÓN SUICIDA
ALGORITMO
ACTUACIÓN INMEDIATA
Medidas de seguridad:
- Riesgo de fuga
- Riesgo de auto/heteroagresión
DERIVACIÓN
Falta de apoyo
familiar/social
VALORACIÓN
POR EL PSIQUIATRA
INGRESO EN EL HOSPITAL:
- Unidad de Cuidados Intensivos
- Medicina Interna
- Cirugía
CAPÍTULO 147
AGITACIÓN PSICOMOTRIZ
1. Chinchilla A, Correas J, Quintero FJ, Vega M. El paciente agitado y violento. Manual de Urgencias
Psiquiátricas. 2.ª ed. Barcelona: Elsevier Masson; 2010. p. 151-63.
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para el tratamiento de la agitación psicomotora y la conducta agresiva. Rev Neuropsiquiatr.
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CAPÍTULO 148
ANSIEDAD Y CRISIS DE ANGUSTIA
1. Chinchilla A, Correas J, Quintero FJ, Vega M. Trastornos de ansiedad. En: Manual de Urgencias
Psiquiátricas. 2.ª ed. Masson; 2010. p. 393-408.
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CAPÍTULO 149
ABORDAJE DEL PACIENTE CON INTENCIÓN SUICIDA
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PROBLEMAS RELACIONADOS
CON EL CONSUMO DE ALCOHOL
CAPÍTULO 150
INTOXICACIÓN ETÍLICA AGUDA
Elena Carracedo Vega | Rafael Velayos Rubio | Carlos Bibiano Guillén
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
La intoxicación etílica aguda es la patología relacionada con el alcohol que con más frecuencia se
atiende en el Servicio de Urgencias (SU). El etanol es un componente de las bebidas alcohólicas,
así como de multitud de productos domésticos, industriales y farmacéuticos. La absorción del
etanol ocurre en el tracto gastrointestinal, principalmente en el duodeno y, en menor medida,
en el yeyuno y el estómago y se metaboliza mayoritariamente en el hígado. Actúa al inicio produ-
ciendo euforia y excitabilidad y posteriormente, de forma dosis-dependiente, como depresor del
sistema nervioso central. Sus efectos clínicos son proporcionales a la concentración en sangre,
existiendo variaciones individuales.
Se define intoxicación etílica aguda como el estado que se produce tras la ingesta reciente de
alcohol y que produce alteraciones en el comportamiento (labilidad emocional, agresividad, etc.),
y suele acompañarse con diferentes manifestaciones clínicas, como habla farfullante, inestabili-
dad, descoordinación y alteración del nivel de conciencia hasta estupor o coma.
2. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
La clínica está relacionada con el grado de alcoholemia. El consumo habitual de alcohol produce
tolerancia, por lo que, para una determinada alcoholemia, las manifestaciones clínicas pueden
ser diferentes dependiendo de si se trata de un consumidor esporádico o crónico. De forma orien-
tativa, puede asociarse la concentración de alcohol en la sangre con las manifestaciones clínicas
del paciente (tabla 1). El fetor enólico y la vasodilatación conjuntival son característicos, así como
el nistagmo en intoxicaciones graves.
Siempre debemos valorar la existencia de hipoglucemia en todo paciente con alteración de la
conducta o del nivel de consciencia teniendo en cuenta la posible presencia de cetoacidosis,
hipotermia o encefalopatía hepática. La presencia de alteración del nivel de consciencia o cri-
sis convulsivas obliga a descartar patología neurológica subyacente, por lo que se ha de valorar
siempre la existencia de lesiones craneales que orienten a traumatismo craneoencefálico (TCE).
En presencia de vómitos reiterados, hay que considerar pancreatitis asociada y vigilar siempre la
presencia de hematemesis.
La depresión respiratoria representa una de las complicaciones más graves. La broncoaspiración
debido a los vómitos asociados a la depresión del nivel de consciencia y los traumatismos son
otras de las complicaciones más frecuentes en la intoxicación etílica aguda.
Es posible la presentación de arritmias, siendo la más frecuente la fibrilación auricular, y la exis-
tencia de emergencia hipertensiva.
Siempre se ha de considerar la posibilidad de consumo de otras sustancias tóxicas que pueden
antagonizar o potenciar los efectos del alcohol. Hay que valorar el posible consumo de meta-
CAPÍTULO 150
1318 INTOXICACIÓN ETÍLICA AGUDA
Tabla 1. Manifestaciones clínicas de intoxicación etílica en relación con los niveles sanguíneos de alcohol
▶▶ Tomografía computarizada (TC) craneal, si existen signos de TCE, focalidad neurológica o evo-
lución atípica.
4. TRATAMIENTO
4.1. INTOXICACIÓN LEVE
No requiere tratamiento específico:
▶▶ Control de constantes (TA, FC, FR y temperatura) y glucemia.
▶▶ Importante vigilar el nivel de consciencia.
▶▶ Medidas generales de prevención para evitar caídas, broncoaspiración y autolesiones.
El hígado es capaz de metabolizar aproximadamente 10 g etanol/h, lo que significa que la alcoho-
lemia desciende 20-30 mg/dl/h (15-20 mg/dl/h en consumidores no habituales y 25-35 mg/dl/h en
alcohólicos crónicos aproximadamente).
Deberán ingresar en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) aquellos pacientes con GCS < 8,
complicaciones graves con inestabilidad hemodinámica o insuficiencia respiratoria con crite-
rios de IOT.
Puntos clave/recuerda
▶▶ La intoxicación etílica aguda es la intoxicación más frecuente dentro de las intoxicaciones
y puede ser mortal por coma o depresión respiratoria.
▶▶ Siempre hay que descartar TCE por el alto riesgo de lesiones intracraneales en estos
pacientes.
▶▶ En todo paciente con intoxicación etílica aguda se debe hacer una glucemia capilar al inicio.
PROBLEMAS RELACIONADOS CON EL CONSUMO DE ALCOHOL
MANUAL DE URGENCIAS
1321
ALGORITMO
MODERADA
LEVE
GRAVE
Medidas generales
De forma inmediata instaurar tratamiento:
ALTA AL . Suero glucosado al 5 %
DOMICILIO . Omeprazol 40 mg i.v.
. Metoclopramida 10 mg i.v.
. Si hay alcoholismo crónico: tiamina 100 mg i.m.
. Si hay agitación: benzodiazepinas o tiaprida
. Si hay sospecha de consumo de otros tóxicos,
iniciar tratamiento específico
Vigilancia de posibles complicaciones
Mejoría con estabilidad hemodinámica,
buen nivel de consciencia y sin alteraciones
electrocardiográficas o electrolíticas
OBSERVACIÓN
Alteraciones iónicas o electrocardiográficas
mantenidas o no recuperación del nivel de
consciencia con estabilidad hemodinámica
y respiratoria
Coma (Glasgow < 8), inestabilidad hemodinámica
o respiratoria u otras complicaciones graves
INGRESO TRASLADO
OBSERVACIÓN A LA UCI
CAPÍTULO 151
SÍNDROME DE ABSTINENCIA ALCOHÓLICA
Pablo Medina Iglesias | Rafael Velayos Rubio | Carlos Bibiano Guillén
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
Los criterios que incluye el DSM5 para diagnosticar el síndrome de abstinencia alcohólica (SAA)
son 4:
1. Interrupción o disminución del consumo crónico de grandes cantidades de alcohol.
2. Manifestación de 2 o más de los siguientes síntomas en el período de algunas horas o días a
partir de la presentación del criterio 1: síntomas de excitación del sistema vegetativo (ej.: dia-
foresis, taquicardia), temblor intenso de las manos, insomnio, náuseas/vómitos, alucinaciones
transitorias o ilusiones ópticas, auditivas o táctiles, agitación psicomotora, ansiedad y convul-
siones tónico-clónicas.
3. La intensidad de los síntomas mencionados en el criterio 2 tiene importancia clínica o trastorna
el trabajo profesional, la interacción con el entorno o las actividades cotidianas.
4. Los síntomas previamente mencionados no son provocados por otra enfermedad somática o
psíquica.
3. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
El SAA es un diagnóstico clínico. Puede ser necesario realizar pruebas adicionales incluyendo
punción lumbar y TC craneal cuando la presentación inicial incluye alteración del estado
mental y fiebre. Algunos trastornos pueden simular o coexistir con el SAA, como infección,
trauma, alteraciones metabólicas, sobredosis de drogas y fallo hepático. El diagnóstico pre-
maturo puede llevar al uso inapropiado de sedantes, que pueden retrasar un diagnóstico
más preciso.
CAPÍTULO 151
1324 SÍNDROME DE ABSTINENCIA ALCOHÓLICA
4. MANEJO CLÍNICO
El manejo clínico debe incluir: tratamiento farmacológico específico y tratamiento de soporte
(administración de fluidos y corrección de alteraciones electrolíticas y vitamínicas).
Se aconseja el uso de la escala CIWA-Ar (Clinical Institute for Withdrawal Assessment for Alcohol
revised; Sullivan JT, 1989), no incluida de forma íntegra en este texto por motivos de extensión,
para la valoración de la gravedad de los síntomas de abstinencia. Pueden usarse calculadoras
online (ej.: https://www.msdmanuals.com/medical-calculators/CIWA-es.htm).
Esta escala valora 10 parámetros con una puntuación de 1 a 7 (a excepción del último, que se
valora de 1 a 4), con un recuento máximo de 67: (1) náuseas y vómitos, (2) temblor, (3) sudoración,
(4) ansiedad, (5) agitación psicomotora, (6) alteraciones táctiles, (7) trastornos auditivos, (8) tras-
tornos visuales, (9) cefalea/tensión cefálica, (10) orientación y trastornos de la consciencia.
b) Situaciones especiales:
▶▶ En caso de convulsiones, debe mantenerse el tratamiento previo, pudiendo emplear diazepam
10 mg i.v. para su control. En casos de antecedentes de convulsiones o SAA grave, hay que con-
siderar el tratamiento preventivo mediante el programa de dosis fija con una benzodiazepina
de vida media.
▶▶ En pacientes con hepatopatía, se aconseja el programa de tratamiento según los síntomas y la
utilización de lorazepam 1 mg/h v.o. mientras CIWA-Ar > 10, reevaluando al paciente antes de
cada dosis.
▶▶ En pacientes mayores de 65 años se recomienda el programa de tratamiento según los sínto-
mas, con lorazepam o alprazolam 0,5 mg.
▶▶ Pueden utilizarse neurolépticos en casos de alucinaciones graves asociados a las benzodia-
cepinas, nunca en monoterapia (ej.: haloperidol 5 mg i.v. o tiaprida 200-800 mg/día v.o. o i.v.
dividido en 3 dosis). Disminuyen el umbral convulsivo.
▶▶ Pueden administrarse betabloqueantes (atenolol 50-100 mg/día) para el control de la hiperac-
tividad simpática, especialmente en pacientes con enfermedad coronaria, y siempre asociado
a benzodiazepinas.
▶▶ Se considerará el tratamiento profiláctico del SAA tras una interrupción brusca del consumo de
alcohol en enfermos con antecedentes de SAA con convulsiones o DT. En estos casos se acon-
seja el empleo de un programa de dosis fija.
c) DT: se propone el empleo de un programa con dosis de carga:
▶▶ Diazepam 5 mg i.v. (2,5 mg/min) seguido de 2 dosis de 5 mg i.v. cada 5 min. Si persiste la agita-
ción, hay que usar 10 mg i.v. cada 5-10 min en las siguientes 2 dosis y, si se precisa, 20 mg cada
5-10 min en las siguientes.
▶▶ En caso de precisar más de 80-100 mg en 1 h o en pacientes con un riesgo elevado de complica-
ciones, hay que considerar el traslado a la Unidad de Cuidados Intensivos (tabla 3).
▶▶ Si se consigue la sedación adecuada, se debe comenzar la aplicación programada de CIWA-Ar y
la aplicación de tratamiento según los síntomas. Si el paciente no tolera o no es posible aplicar
la escala, hay que continuar con diazepam 10 mg i.v. cada 6 h y su descenso progresivo de dosis
según la respuesta clínica.
CAPÍTULO 151
1326 SÍNDROME DE ABSTINENCIA ALCOHÓLICA
✓ Edad mayor de 40
✓ Fallo cardíaco, arritmia, angina, isquemia miocárdica, infarto agudo de miocardio reciente
✓ Inestabilidad hemodinámica
✓ Alteraciones ácido-base importantes
✓ Anormalidades electrolíticas importantes (hipopotasemia, hipofosfatemia, hipomagnesemia,
hipocalcemia)
✓ Insuficiencia respiratoria (hipoxemia, hipercapnia, hipocapnia grave, neumonía, asma, EPOC)
✓ Infecciones potencialmente graves (heridas, neumonía, trauma, infección urinaria)
✓ Signos de patología gastrointestinal (pancreatitis, sangrado gastrointestinal, peritonitis)
✓ Hipertermia persistente (temperatura > 39 ºC)
✓ Evidencia de rabdomiólisis
✓ Insuficiencia renal o alto requerimiento de fluidos
✓ Historia de complicaciones por deprivación alcohólica previa (ej.: DT, convulsiones por deprivación)
✓ Necesidad de dosis altas frecuentes de sedantes o de infusión intravenosa para el control de los síntomas
✓ Síntomas de deprivación con una concentración plasmática elevada de alcohol
DT: delirium tremens; EPOC: enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Puntos clave/recuerda
▶▶ El DT típicamente comienza entre 48 y 96 h después de la última ingesta de alcohol.
▶▶ El objetivo del tratamiento en el síndrome de abstinencia se basa sobre todo en evitar la
progresión a DT y evitar las convulsiones.
▶▶ El tratamiento farmacológico del SAA debe estar basado en las benzodiazepinas de vida
media larga principalmente.
▶▶ Se aconseja el uso de la escala CIWA-Ar para la valoración de la gravedad de los síntomas
de abstinencia.
CAPÍTULO 152
OTRAS URGENCIAS RELACIONADAS CON EL
ALCOHOL: ENCEFALOPATÍA DE WERNICKE
Rita Cabezas Olea | Rafael Velayos Rubio | Carlos Bibiano Guillén
1. INTRODUCCIÓN
El alcohol es un tóxico que actúa como depresor del sistema nervioso central (SNC). Sus efectos
son consecuencia directa de su acción sobre las membranas celulares y sobre los neurotransmi-
sores. Las neuronas son particularmente sensibles al efecto neurotóxico del etanol y su exposi-
ción afecta a la morfología neuronal.
Existen múltiples patologías en las que no varía su tratamiento dependiendo de la etiología
(tabla 1).
2. ENCEFALOPATÍA DE WERNIKE
La encefalopatía de Wernicke (EW) forma parte del síndrome de Wernicke-Korsakoff en su mani-
festación aguda. Es un síndrome neuropsiquiátrico que se desarrolla por el déficit de vitamina B1
(tiamina). Es una verdadera urgencia médica dado que el fallo en el diagnóstico y la ausencia de
tratamiento pueden desencadenar la muerte en el 20 % de los pacientes y en el 75 % se puede
desarrollar daño permanente cerebral.
CAPÍTULO 152
1328 OTRAS URGENCIAS RELACIONADAS CON EL ALCOHOL: ENCEFALOPATÍA DE WERNICKE
La tiamina actúa como cofactor de varias enzimas que actúan en la mitocondria de la neuro-
na y cuya disfunción desencadena su muerte. Algunas personas están genéticamente predis-
puestas para desarrollar la EW. El organismo solo tiene 2-3 semanas de reserva de tiamina.
Hay diferentes enfermedades no relacionadas con el alcohol que pueden presentarse como fac-
tores predisponentes de la EW (tabla 2).
2.2. DIAGNÓSTICO
En el Servicio de Urgencias el diagnóstico es de sospecha y eminentemente clínico y no existen
pruebas complementarias de confirmación. Hay que pensar en esta patología dada su alta mor-
talidad y es un reto diagnóstico sobre todo en pacientes no alcohólicos.
En la actualidad se han establecido los criterios de Caine, que tienen mayor sensibilidad que la
tríada clásica. Se considera diagnóstico cuando cumple 2 de los siguientes criterios:
▶▶ Deficiencia dietética.
▶▶ Alteraciones oculomotoras.
▶▶ Disfunción cerebelosa (ataxia).
▶▶ Estado mental alterado o déficit leve de memoria.
2.3. TRATAMIENTO
Es una auténtica emergencia médica, por lo que ante su sospecha debe iniciarse tratamiento con
tiamina tanto intravenosa como intramuscular. Sin tratamiento la EW progresa a coma y muerte
de forma frecuente.
La administración de tiamina sin glucosa puede precipitar o empeorar la EW, por lo que la tiamina
debe administrarse antes que los sueros glucosados.
Tratamiento terapéutico: en pacientes con sospecha de EW se debe administrar de forma in-
mediata tiamina. No se recomienda la vía oral.
Se recomienda tiamina 500 mg/8 h i.v. en 30 min durante 2 días y posteriormente 250 mg/24 h i.v.
o i.m. durante 5 días.
Tratamiento profiláctico: en aquellos pacientes susceptibles de desencadenar EW pero que
aún no tienen la enfermedad (pacientes con síndrome de abstinencia y alcohólicos crónicos con
procesos intercurrentes).
Se recomienda tiamina entre 100 y 300 mg/24 h i.v. dependiendo del estado nutricional del pa-
ciente y del grado de riesgo de padecer EW (y posteriormente continuar con la vía oral).
Puntos clave/recuerda
▶▶ A menudo se asocia con el alcoholismo, pero también puede ocurrir en otras situaciones,
incluidas malabsorción, mala ingesta dietética, hiperemesis gravídica, cirugía gastrointes-
tinal, hemodiálisis, etc.
▶▶ El tratamiento precoz de la EW es fundamental para prevenir la aparición del síndrome de
Korsakoff.
▶▶ La EW es difícil de confirmar y su falta de tratamiento puede progresar a coma y muerte.
▶▶ Los pacientes con sospecha de EW requieren administración parenteral inmediata de tiamina.
▶▶ La administración precoz de tiamina mejora los síntomas oculomotores en horas o días.
▶▶ La EW puede precipitarse mediante la administración de soluciones de glucosa intravenosa a
personas con deficiencia de tiamina. En individuos susceptibles, la administración de glu-
cosa debe ir precedida de tiamina.
PROBLEMAS RELACIONADOS CON EL CONSUMO DE ALCOHOL
BIBLIOGRAFÍA
CAPÍTULO 150
INTOXICACIÓN ETÍLICA AGUDA
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de Urgencias. 2.ª ed. Madrid: SANED; 2014. p. 869-75.
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Julián Jiménez A. Manual de protocolos y actuación en Urgencias. 4.ª ed. 2016. p. 1049-55.
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CAPÍTULO 151
SÍNDROME DE ABSTINENCIA ALCOHÓLICA
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CAPÍTULO 152
OTRAS URGENCIAS RELACIONADAS CON EL ALCOHOL. ENCEFALOPATÍA DE WERNICKE
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3. Latt N, Dore G. Thiamine in the treatment of Wernicke encephalopathy in patients with alcohol
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5. Rudd A, Stewart S, Bakker A, Boyle A, et al. Alcohol-use disorders: diagnosis and management
of physical complications. National Institute for Health and Clinical Excellence. The Guidelines
Manual. NICE, 2010. Update Abril 2017.
TOXICOLOGÍA
CAPÍTULO 153
ATENCIÓN INICIAL EN LAS INTOXICACIONES
AGUDAS. TRATAMIENTO Y MANEJO GENERAL
Bernabé Fernández Esaín | Miguel Ángel Pinillos Echeverría
1. INTRODUCCIÓN
Del 80 % de los pacientes con intoxicaciones agudas (IA) que acuden a los Servicios de Urgencias
hospitalarios (SUH), 25 % lo hacen en la primera hora. En general el pronóstico es bueno (morta-
lidad < 1 %) y solo un 20 % precisan ingreso hospitalario, suponiendo un 2 % de las atenciones y
resolviéndose el 80 % de las mismas en estos Servicios.
Se han desarrollado unas interesantes experiencias de activación de un código asistencial espe-
cífico para el intoxicado grave con nivel de prioridad 1 o 2 (CODITOX, Barcelona), como en otras
patologías tiempo-dependientes, que supone un cambio organizativo con el fin de reducir la de-
mora asistencial persiguiendo una mayor eficacia, eficiencia y efectividad.
Los sistemas de triaje con mayor implantación en nuestro país, con 5 niveles de prioridad defini-
dos, tienen algoritmos específicos para clasificar al paciente intoxicado. Basándose en ello, no se
debería clasificar a ningún paciente intoxicado con una prioridad de niveles 4 o 5, aun estando
completamente asintomático.
INFORMACIÓN Y REGISTRO
DE DATOS DEL EPISODIO
ESTABILIZACIÓN HEMODINÁMICA
Y TRATAMIENTO SOPORTE
D: Focalidad neurológica: hay que valorar las alteraciones pupilares y evitar una lesión cerebral
secundaria (evitar hipoxia e hipotensión). Si el paciente presenta disminución del nivel de cons-
ciencia, hay que seguir los siguientes pasos:
▶▶ Paso 1: establecimiento de la profundidad y gravedad de la disminución del nivel de conscien-
cia mediante la escala de coma de Glasgow.
▶▶ Paso 2: presencia de focalidad y/o fiebre, necesidad de descartar organicidad y/o meningoen-
cefalitis. La presencia de focalidad neurológica descarta el coma tóxico exógeno.
▶▶ Paso 3: diagnóstico diferencial con otros comas sin focalidad: con encefalopatías neurológicas
(hemorragia subaracnoidea [HSA]) y metabólico-hipóxicas (hipoglucemia, cetoacidosis diabéti-
ca, situación hiperosmolar). Se debe realizar siempre glucemia en la valoración inicial.
▶▶ Paso 4: diagnóstico diferencial del coma tóxico exógeno-toxíndrome: anticolinérgico, colinérgi-
co, sedativo hipnótico/narcótico y simpaticomimético. Otros diagnósticos diferenciales inclu-
yen: abstinencias, hipertermia maligna, alucinógenos, solventes…
▶▶ Paso 5: hay que pensar que la causa tóxica no descarta una causa orgánica concomitante.
Hay que preguntar por el tipo o nombre del tóxico y/o la cantidad administrada, el tiempo trans-
currido desde su administración (descontaminación/determinación analítica), la vía de entrada
del tóxico, los síntomas desde la ingesta (como vómitos), antecedentes personales relacionados
con patología psiquiátrica y/o intoxicaciones previas, voluntarias o accidentales, si se ha realizado
alguna maniobra hasta la llegada a nuestro Servicio y si hay afectados con clínica similar en el
entorno.
3.3.1. Laboratorio
▶▶ Analítica básica: hemograma y bioquímica (iones, creatinina, urea, transaminasa glutámico
oxalacética [GOT], transaminasa glutámico pirúvica [GPT], creatincinasa [CK], bilirrubina total,
amilasa, osmolaridad).
▶▶ Coagulación: hepatotóxicos, anticoagulantes o salicilatos.
▶▶ Gases arteriales (anion gap/hiato osmolar): si hay disnea-taquipnea, SatO2 baja o posibilidad de
lesión pulmonar (tóxico inhalado: humo, monóxido de carbono…) o acidosis.
▶▶ Orina y sedimento, iones y creatinina.
▶▶ Test de embarazo en mujeres en edad fértil.
▶▶ Determinación/niveles de tóxicos: según sospecha y gravedad:
• Orina (cribado): anfetaminas y metanfetaminas, barbitúricos, BZD, cannabis, metabolitos de
cocaína, metadona, opiáceos y ADTC.
• Suero: litio, etanol, digoxina, paracetamol, carboxihemoglobina, metahemoglobina, litio, teofili-
na, salicilatos, paraquat, hierro, metanol, etilenglicol, antiepilépticos (carbamazepina, fenitoína,
ácido valproico) y metales pesados (plomo, mercurio). La determinación cuantitativa de ellos
en algunos casos puede guiar el tratamiento.
3.3.3. Electrocardiograma
Puede poner de manifiesto efectos tóxicos directos sobre el tejido cardíaco y el sistema de con-
ducción, así como otras situaciones relacionadas o no con la intoxicación como disfunción mul-
tiorgánica o alteración del equilibrio ácido-base o hipovolemia por un tóxico no cardiotóxico. Es
necesario realizar seriación electrocardiográfica si hay sospecha de cardiotoxicidad o empeora-
miento del cuadro clínico.
▶▶ Vía cutánea: una vez retirados ropas y otros útiles, limpieza cutánea con adecuado equipo de
protección personal (EPP) por arrastre (cuidado con las salpicaduras) con agua tibia durante
15-20 min. Las pertenencias que han estado en contacto con el tóxico deben ser depositadas
en las bolsas identificadas para su procesamiento y limpieza específica.
▶▶ Vía ocular: tras el contacto reciente con un tóxico, retirada de lentillas si procede, administra-
ción de colirio anestésico en el ojo afectado y lavado ocular con suero salino fisiológico al 0,9 %
durante 30 min, lavando bien los fondos de saco conjuntivales.
▶▶ Vía digestiva: hay que tener en cuenta tres variables: clínica del intoxicado, potencial toxicidad
e intervalo entre ingesta y asistencia:
• Emetizantes (jarabe Ipecacuana y apomorfina): sin indicaciones vigentes, con algunas raras
excepciones. Hay que administrar en intoxicaciones por litio y sales de hierro.
• Rescate gástrico: aspiración gástrica simple sin lavado. Se utiliza en ingestas muy recientes
(< 1 h) y tóxico líquido.
• Aspiración-lavado gástrico: técnica compleja y no exenta de riesgos con escasas indicacio-
nes en la actualidad. Se suele requerir aislamiento previo de la vía aérea y está reservada
para tóxicos de alta letalidad.
• Lavado intestinal: administración de sustancias catárticas y en ocasiones muy específicas
(body-packers, asintomáticos).
• Adsorbente: CA. Es de elección la técnica de descontaminación digestiva, salvo con algu-
nos tóxicos, en los que no es eficaz. Es la más empleada en la actualidad por su alta capaci-
dad de extracción del tóxico, realizada antes de las 2 h primeras tras la ingesta.
4.2. ANTÍDOTOS
Son sustancias (fármacos) que actúan contrarrestando total o parcialmente los efectos de algunos
tóxicos o que pueden ayudar al control de las manifestaciones clínicas de algunas intoxicaciones
(ver el capítulo 160).
• Tóxico: produce toxicidad grave, no se elimina de forma eficiente por el paciente, se encuentra
principalmente en la sangre y tiene un tamaño pequeño.
• Técnica: es capaz de eliminar el tóxico en una cantidad significativa.
Las modalidades son:
▶▶ Hemodiálisis (técnica de elección): las principales indicaciones son las intoxicaciones por: me-
tanol, etilenglicol, salicilatos, litio, fenobarbital, carbamazepina, fenitoína y ácido valproico,
teofilina, metformina, ADTC y otros, como el paraquat.
▶▶ Hemofiltración, hemodiafiltración: su papel todavía es discutido en el campo de la toxicología.
▶▶ Plasmaféresis y exanguinotransfusión: su uso está muy restringido a niños.
5. OTRAS CONSIDERACIONES
5.1. UBICACIÓN DEL PACIENTE
El box asistencial del paciente intoxicado debe estar en un área tranquila o en un box asisten-
cial definido para ello dotado con el material necesario y que tenga visibilidad continua del
paciente para permitir su vigilancia clínica y poder detectar la posibilidad de una fuga durante
su asistencia.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Todo puede ser tóxico; solo depende de la dosis.
▶▶ Hay que tratar al paciente, no al tóxico.
▶▶ En todo proceso grave hay que pensar en un posible tóxico.
▶▶ Si no podemos realizar el tratamiento específico de forma segura, lo mejor es abstenerse.
▶▶ Si estuviera indicada la descontaminación digestiva, casi siempre será el CA.
▶▶ Se deben administrar antídotos en pacientes en coma es para el control de otros síntomas
asociados graves (IRA).
▶▶ La contención del paciente agitado es una prioridad asistencial.
▶▶ Existe obligatoriedad de la valoración por Psiquiatría en intoxicaciones con fines suicidas.
Cabe recordar las implicaciones legales de muchas intoxicaciones.
CAPÍTULO 154
INTOXICACIONES POR FÁRMACOS
Ruth Gómez Guerra | Manuel Gil Mosquera | Virginia Álvarez Rodríguez
1.1.3. Diagnóstico
Consiste en sospecha clínica y anamnesis dirigida en pacientes asintomáticos y confirmación con
resultado de las pruebas de detección en el laboratorio.
La determinación cuantitativa en la sangre se debe realizar a partir de las 4 h de la ingesta. Nos
orienta acerca de la hepatotoxicidad del cuadro y es útil para la decisión del tratamiento con
antídoto.
Podemos utilizar el nomograma de Rumack-Matthew (tabla 2), extrapolando la concentración
de paracetamol en la sangre y el tiempo transcurrido desde la ingesta para determinar la gra-
vedad y necesidad del antídoto. Las limitaciones del nomograma son la necesidad de conocer
el tiempo exacto desde la ingesta y que este no sea > 24 h, así como que la ingesta no haya sido
realizada en varias tomas.
TOXICOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1343
Modificado de http://curriculum.toxicology.wikispaces.net/2.1.1.1+Acetaminophen
1.1.4. Tratamiento
1.1.4.1. Dosis y tiempo conocido desde la ingesta
▶▶ Tiempo posingesta < 2 h: administrar carbón activado (75 mg/kg) y a las 4 h posingesta deter-
minar los niveles plasmáticos de paracetamol trasladándolos al nomograma para valorar la
indicación de inicio del tratamiento con N-acetilcisteína (NAC).
▶▶ Tiempo desde la ingesta de 4-8 h: determinación de los niveles plasmáticos de paracetamol. Si la
concentración plasmática de paracetamol es tóxica (> 150 mg/kg sin factores de riesgo y > 100 mg/
kg con factores de riesgo) y se encuentra por encima de la línea de seguridad en el nomograma, se
iniciará el tratamiento con NAC. Si se encuentra bajo la línea de seguridad, no se precisa tratamiento.
▶▶ Tiempo posingesta > 8 h: iniciar el tratamiento con NAC y determinar los niveles plasmáticos de
paracetamol, utilizando posteriormente el nomograma si el tiempo transcurrido desde la ingesta
no es > 24 h. Si los niveles de paracetamol se encuentran por encima de la línea de seguridad del
nomograma, se iniciará el tratamiento con NAC con determinación de alanina aminotransferasa
(ALT) al final de la infusión. Si los niveles de ALT > 50 se deberá continuar con la infusión de NAC.
▶▶ Tiempo posingesta > 24 h: determinación de niveles de paracetamol y ALT. Si los niveles de ALT >
50, se iniciará el tratamiento con NAC. Si las transaminasas son normales pero se detectan niveles
plasmáticos de paracetamol, se iniciará tratamiento con NAC hasta que los niveles de paraceta-
mol sean indetectables, manteniendo las transaminasas dentro de la normalidad. Si las transami-
nasas son normales y no se detecta paracetamol en el plasma, no se precisa tratamiento.
1.1.4.2. Dosis y tiempo desconocido desde la ingesta o ingestas repetidas
Hay que hacer la determinación de paracetamol en plasma y transaminasas: si paracetamol
< 20 mg/l y ALT < 50 U/l, no precisa tratamiento. En cualquier otro caso, se inicia tratamiento
con NAC y se repetirá la determinación de paracetamol y ALT a las 8 h; si se normaliza será
indicación de suspensión del tratamiento, pero si se mantienen alterados se continuará con la
perfusión de NAC y se realizará una nueva determinación a las 12 h.
CAPÍTULO 154
1344 INTOXICACIONES POR FÁRMACOS
1.2.2. Clínica
▶▶ Intoxicaciones leves: síntomas digestivos (náuseas y vómitos), diaforesis, síntomas auditivos (tinnitus con
o sin pérdida de audición), aumento de la frecuencia y amplitud respiratoria, con la consiguiente alcalosis
respiratoria, típica en esta fase. Si presenta acidosis respiratoria indica toxicidad de alta gravedad.
▶▶ Intoxicaciones moderadas: trastorno mixto del equilibrio ácido-base, alcalosis respiratoria y
acidosis metabólica inicial, disminuyendo la capacidad de excreción renal.
▶▶ Intoxicaciones graves: acidosis metabólica grave con hiato aniónico aumentado, provocando
deterioro multiorgánico, con afectación del sistema nervioso central (SNC): confusión, agita-
ción, letargia, convulsiones, edema cerebral y coma.
Otras manifestaciones: insuficiencia respiratoria, hipotermia, rabdomiólisis e hipoglucemia y de
forma excepcional edema agudo de pulmón no cardiogénico e insuficiencia renal.
Los pacientes en tratamiento crónico con ácido acetilsalicílico (AAS), principalmente los ancianos,
presentan clínica lenta con afectación del SNC (somnolencia o delirio).
1.2.3. Diagnóstico
▶▶ Determinación de los niveles plasmáticos en las primeras 6 h posingesta.
▶▶ Determinación urgente de pH, lactato, función renal, glucemia, iones, anion gap, hemograma
y coagulación.
TOXICOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1345
▶▶ Control de salicilemia y equilibrio ácido-base cada 2-4 h hasta la mejoría. La salicilemia en descenso
asociado con un empeoramiento de la acidosis metabólica indicarían agravamiento del cuadro.
1.2.4. Tratamiento
▶▶ Descontaminación digestiva con carbón activado en las primeras horas y uso de antieméticos
de acción central si son necesarios.
▶▶ Reposición hidroelectrolítica para reponer la hipovolemia secundaria a vómitos, hipertermia y
alcalosis respiratoria.
▶▶ Alcalinización urinaria para alcanzar un pH de 7,5-8 (está contraindicada si hay edema pulmo-
nar o cerebral):
• Si pH sérico < 7,2: bolo de bicarbonato 1 M de 1-2 mEq/kg.
• Posterior perfusión de 100 ml de bicarbonato 1 M en 4 h, suspendiendo la perfusión si pH > 7,55
y/o salicilemia 35-40 mg/dl.
• Se puede repetir añadiendo bolos horarios de 10 mEq de bicarbonato 1 M hasta alcanzar el
objetivo de alcalinización.
▶▶ Administración de suero glucosado (SG) al 5 % 500 cc y ClK 20 mEq en 4 h (simultáneamente a
la administración de bicarbonato).
▶▶ Hemodiálisis si hay insuficiencias renal o cardíaca graves, alteraciones electrolíticas, acidosis,
toxicidad sobre el SNC, afectación hepática con coagulopatía o salicilemia > 100 mg/dl en for-
ma aguda y > 60 mg/dl en crónica.
1.3.1. Clínica
Incluye síntomas digestivos (náuseas, vómitos, epigastralgia, hemorragia digestiva), neurológicos
(somnolencia, cefalea, nistagmo, diplopía, acúfenos, desorientación, alucinaciones, coma, con-
vulsiones asociadas a ácido mefenámico), insuficiencia renal, alteraciones hidroelectrolíticas y
obstétricas (retraso del parto y riesgo de sangrado) e hipersensibilidad.
1.3.2. Tratamiento
Consiste en medidas de soporte, asociado a la administración de carbón activado en las primeras
2 h posingesta. Se recomienda observación durante 3 h y, si el paciente permanece asintomático,
puede ser dado de alta. Hay que valorar interconsulta con Psiquiatría.
2.1.2. Clínica
▶▶ Intoxicación leve: apatía, debilidad, temblor fino, náuseas, vómitos y diarrea.
▶▶ Intoxicación moderada: confusión, disartria, ataxia, temblor grosero, nistagmo, hiperreflexia,
mioclonías, alteraciones inespecíficas en el electrocardiograma (ECG).
▶▶ Intoxicación grave: disminución del nivel de consciencia, convulsiones y arritmias graves que
pueden conducir a la muerte del paciente.
La consecuencia más temida es el Syndrome of Irreversible Lithium Effectuated NeuroToxicity
(SILENT), persistencia de los síntomas neurológicos y neuropsíquicos tras la exposición a una
concentración elevada de litio una vez que se ha eliminado el fármaco.
Otros síntomas incluyen: alteraciones extrapiramidales, disfunción cerebelosa, diabetes insípida
asociada a hipernatremia, demencia y ceguera.
2.1.3. Diagnóstico
Incluye analítica completa (hemograma, coagulación, gasometría, bioquímica), sedimento de orina,
ECG y niveles de litio en la sangre.
Se considera intoxicado todo paciente con clínica neurológica y litemia > 1,2 mEq/l o > 1,6 mEq/l
independientemente de la clínica.
La determinación del litio en la sangre se debe repetir cada 2-4 h hasta alcanzar el pico de la lite-
mia. Los niveles de litemia pueden no correlacionarse con la clínica.
Las intoxicaciones crónicas se consideran de mayor gravedad que las agudas, ya que las concen-
traciones de litio intracelular son mayores en estos pacientes.
2.1.4. Tratamiento
▶▶ Medidas de soporte: fluidoterapia con suero fisiológico para mantener la diuresis y la corrección
hidroelectrolítica.
▶▶ Lavado intestinal total con solución evacuante Bohm® hasta 12 h posingesta en caso de haber
tomado comprimidos de liberación retardada. No está indicado el uso de carbón activado ni
de catárticos.
▶▶ Hemodiálisis: es el tratamiento de elección y debe prolongarse hasta 8-10 h dada la lenta redis-
tribución del litio, realizando un nuevo control de litemia posteriormente (tabla 5).
3.1.2. Tratamiento
3.1.2.1. Antagonistas del calcio
▶▶ Estabilización hemodinámica del paciente y monitorización estrecha.
▶▶ Descontaminación digestiva con carbón activado en las 2 h primeras posingesta (en prepara-
dos retardados puede ser más tardía).
▶▶ Si hay bradicardia e hipotensión: administración de suero fisiológico para aumentar la volemia. Para
la bradicardia, atropina 0,5-1 mg i.v., que puede repetirse cada 3 min hasta un máximo de 3 mg.
▶▶ Si persiste la clínica: gluconato cálcico 30-60 ml i.v. o cloruro cálcico al 10 % 10-20 ml i.v.
en 10 min y repetir cada 20 min si no hay respuesta o mantener la perfusión de gluconato
cálcico 0,6-1,2 ml/kg/h o de cloruro cálcico 0,2-0,4 ml/kg/h si existe respuesta. Si la calce-
mia > 10,5 mg/dl o hay alteraciones en el ECG secundarias a hipercalcemia o resolución de
la hipotensión, se debe suspender. Está contraindicado si existe sobredosis de digoxina.
▶▶ En casos de mala respuesta al tratamiento previo: bolo de glucagón (efecto cronotropo e ino-
tropo positivo) 0,1 mg/kg i.v. en 3 min diluido en 100 cc de SG al 5 % y posteriormente perfusión
de 0,07 mg/kg/h en SG durante 6 h.
CAPÍTULO 154
1350 INTOXICACIONES POR FÁRMACOS
▶▶ Si no hay respuesta previa, administración de bolos de insulina de acción rápida (efecto ino-
tropo positivo) 0,1 UI/kg y posteriormente infusión de 0,2-0,3 UI/kg/h asociado a SG al 5-10 %
hasta corregir la hipotensión, con un máximo de 10 UI/kg/h. Es importante el control de gluce-
mia y potasio.
▶▶ Fármacos vasoactivos: la noradrenalina (NA) es el fármaco de primera elección si no existe re-
sultado con el tratamiento previo.
▶▶ Si las terapias anteriores fracasan: emulsión lipídica al 20 % en bolo de 1,5 mg/kg en 1 min
y posteriormente perfusión a 0,25 ml/kg/min hasta lograr mejoría hemodinámica. Si no hay
mejoría, se puede repetir el bolo hasta 3 veces en parada cardíaca o aumentar la perfusión
a 0,5 ml/kg/min.
3.1.2.2. Betabloqueantes
▶▶ Intoxicaciones leves/moderadas: iguales tratamientos que los especificados en la intoxicación
por antagonistas del calcio, teniendo en cuenta el uso de bicarbonato y sulfato de magnesio en
caso de arritmias.
▶▶ Situaciones de bradicardia e hipotensión grave refractaria a los demás tratamientos: se puede
plantear el uso de la emulsión lipídica al 20 %.
3.1.3. Destino del paciente
▶▶ Observación de los pacientes aún asintomáticos durante 12-24 h.
▶▶ En casos de bradicardia o hipotensión sintomática, valorar el ingreso en la UCI.
3.2. Digoxina
Es una intoxicación frecuente debido a su estrecho margen terapéutico.
Las intoxicaciones pueden ser agudas, por sobreingesta con intención autolítica o acciden-
tales, más habitualmente en pacientes en tratamiento crónico con digoxina por sobredosifi-
cación.
Los factores que aumentan la toxicidad son: edad, hipernatremia, hipopotasemia, hipomagne-
semia, alcalosis, hipercalcemia, hipoxia, hipotiroidismo, cardiopatía isquémica y asociación con
otros fármacos, como amiodarona, betabloqueantes y calcioantagonistas.
3.2.1. Dosis tóxica
La dosis terapéutica es de 0,5-2 ng/ml y la tóxica > 2,5 ng/ml.
3.2.2. Clínica
▶▶ Manifestaciones cardíacas (las más graves): casi cualquier tipo de arritmia o trastornos de la
conducción (principalmente si digoxinemia > 10 mg).
▶▶ Intoxicaciones agudas: síntomas digestivos a la 1-2 h posingesta (náuseas, vómitos, diarrea, dolor
abdominal) y ocasionalmente confusión y debilidad.
▶▶ Intoxicaciones crónicas: sintomatología inespecífica, de predominio neurológico (confusión,
cefalea, alucinaciones, somnolencia, cromatopsias, escotomas o ceguera).
3.2.3. Diagnóstico
Se realiza con clínica, determinación iónica (siendo la hiperpotasemia un indicador de gravedad),
ECG, determinación de digoxinemia 6 h posingesta v.o. o 4 h tras su administración i.v.
3.2.4. Tratamiento
Si se trata de una intoxicación crónica se recomienda suspender los digitálicos durante 2-3 días
y los antiarrítmicos concomitantes y corregir situaciones que pueden acompañar, como hipoxe-
mia, deshidratación o deterioro de la función renal.
TOXICOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1351
Bradicardia con frecuencia cardíaca < 40 lpm refractaria al tratamiento con atropina
Extrasístoles ventriculares con riesgo de taquicardia o FV (más de 7 extrasístoles/min, dupletes, tripletes,
multifocales o fenómenos de R sobre T)
TV
FV
Shock cardiogénico
Hiperpotasemia > 5 mEq/l con otros signos de intoxicación digitálica en intoxicaciones agudas
Digoxinemia > 6 ng/ml (> 6 h posingesta)
FV: fibrilación ventricular; TV: taquicardia ventricular.
Tabla 12
ÁCIDO VALPROICO • SNC: somnolencia, letargia, coma, agitación, miosis, temblores, mioclonías,
hiporreflexia
• Signos vitales: hipotensión, taquicardia, hipertermia, depresión respiratoria
• Alteraciones metabólicas: hiperamonemia con alteración del perfil hepático
inusual, acidosis metabólica con anion gap elevado, hipernatremia, hipocalcemia
• Síntomas digestivos: náuseas, vómitos, diarrea, hipertransaminasemia
• Otros: edema cerebral con clínica de aparición tardía, convulsiones paradójicas,
insuficiencia renal aguda, leucopenia, trombopenia, anemia, pancreatitis,
hepatitis rápidamente progresiva
CARBAMAZEPINA • Síntomas neurológicos, cardiovasculares y anticolinérgicos:
—— Leves: somnolencia, nistagmo, midriasis, ataxia, movimientos
coreoatetósicos, disartria, taquicardia
—— Moderados: disminución del nivel de consciencia, prolongación de los
intervalos PR, QT y QRS
—— Graves: coma, convulsiones, hipotensión, arritmias
• Síndrome anticolinérgico: íleo paralítico, RAO, hiponatremia secundaria a SIADH,
hipertermia
FENITOÍNA • v.o.: nistagmo, náuseas, vómitos, ataxia, diplopía, disartria, letargia, irritabilidad
• Si > 40 mcg/ml: coma, depresión respiratoria, convulsiones paradójicas, toxicidad
cardiovascular
• i.v.: arritmias ventriculares, bradiarritmias, hipotensión
FENOBARBITAL • La coingesta con alcohol potencia su acción
• SNC: ataxia y disminución del nivel de consciencia, que puede llegar hasta el
coma profundo hipotónico y arrefléxico, pudiendo dar lugar a parada respiratoria
y muerte
• Otros: hipotensión, hipotermia, shock, flictenas cutáneas
• Complicaciones: broncoaspiración, rabdomiólisis, insuficiencia renal,
convulsiones
RAO: retención aguda de orina; SIADH: síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética; SNC: sistema
nervioso central.
TOXICOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1353
4.3. TRATAMIENTO
4.3.1. Ácido valproico
▶▶ Tratamiento de soporte y carbón activado en las primeras 2 h posingesta (es posible repetir una
segunda dosis).
▶▶ Naloxona 0,4 mg i.v. en bolo en la depresión respiratoria puede ser beneficioso.
▶▶ L-carnitina si hay hiperamonemia y hepatotoxicidad, así como en la disminución del nivel de
consciencia (100 mg/kg, con un máximo de 6 g, seguido de 15 mg//kg/4 h).
4.3.2. Carbamazepina
▶▶ Medidas de soporte cardiovascular y carbón activado.
▶▶ Si hay arritmias y alteraciones ECG, bicarbonato i.v.
▶▶ Si hay convulsiones: benzodiazepinas (BZD).
▶▶ Si hay cardiotoxicidad o neurotoxicidad grave con niveles > 60 mcg/ml, plantear hemoperfusión
con carbón activado (no está justificado si no existe gravedad clínica).
4.3.3. Fenitoína
El tratamiento consiste en soporte, monitorización y carbón activado.
4.3.4. Fenobarbital
▶▶ Tratamiento de soporte cardiorrespiratorio y mantenimiento de la función renal.
▶▶ Lavado gástrico y carbón activado (con intubación orotraqueal [IOT] si hay bajo nivel de cons-
ciencia).
▶▶ Diuresis forzada alcalina si la función renal es normal.
▶▶ En situaciones graves (insuficiencias hepática y/o renal, coma o concentración plasmática
> 100 mg/), indicación de hemodiálisis o hemoperfusión.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Es fundamental mantener la estabilidad hemodinámica del paciente.
▶▶ No hay que realizar los niveles de paracetamol en la sangre antes de las 4 h posingesta. El
antídoto es la NAC.
▶▶ En la intoxicación por litio no es útil el uso del carbón activado.
▶▶ No se debe utilizar flumazenilo si el paciente es epiléptico o ha podido ingerir otras
sustancias proconvulsivantes.
▶▶ En caso de arritmias cardíacas secundarias a intoxicación por digoxina refractarias al
tratamiento habitual, el tratamiento consiste en los anticuerpos antidigoxina.
CAPÍTULO 155
INTOXICACIONES POR DROGAS DE ABUSO
Juana del Cañizo Canto | Elena Díaz Vera | Virginia Álvarez Rodríguez
1. DROGAS ESTIMULANTES
1.1. INTOXICACIÓN POR CLORHIDRATO DE COCAÍNA (COCA, NIEVE FARLOPA, HARINA,
TIRO O RAYA) O CRACK (ROCK, NEVADITO, COCAÍNA DE ROCA O BASE LIBRE)
La cocaína es un alcaloide derivado de la planta de la coca. Calentando el clorhidrato de cocaína
con base fuerte se obtiene el crack. Se trata de drogas vasoconstrictoras y producen un síndrome
simpaticomimético.
1.1.1. Clínica
Los efectos se inician segundos después de ser fumada o inyectada y a los pocos minutos de
esnifarla o ingerirla. Su acción puede durar 1 h o más. Los efectos buscados son euforia, claridad
mental, exageración en la percepción de las propias virtudes y habilidades y disminución de la
sensación de hambre, sueño y fatiga. La clínica depende de la dosis y de la tolerancia personal.
En la tabla 1 se recogen los síntomas más frecuentes relacionados con el consumo de cocaína
agrupados por órganos o sistemas.
LEVES GRAVES
Su empleo crónico produce insomnio, pérdida de peso, perforación del tabique nasal y psicosis
paranoide.
1.6. TRATAMIENTO
Es sintomático y basado en las medidas de soporte, donde las benzodiazepinas tienen un papel
fundamental (algoritmo).
En general, los betabloqueantes están contraindicados ya que pueden exacerbar el efecto alfaes-
timulante y desencadenar isquemia miocárdica y un empeoramiento paradójico de la hiperten-
sión. Se recomienda observación 6-12 h en los casos leves, aunque está indicado el ingreso en la
Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) en los pacientes graves.
2. DROGAS DEPRESORAS
2.1. INTOXICACIÓN POR OPIÁCEOS: HEROÍNA (CABALLO, POTRO, REINA, PAPELINA,
CHUTE, GOMA, ALQUITRÁN O CHINO), OXICODONA (OXYCONTIN® U OXYNORM®) Y
METADONA (MUÑECA O CHISTE)
Son sustancias alcaloides derivadas de la planta Papaver soomniferum de elaboración semisin-
tética (heroína y oxicodona) y sintética (metadona). Producen un síndrome narcótico-opiáceo. La
mayoría de las intoxicaciones agudas atendidas en los Servicios de Urgencias (SU) corresponden
a heroinómanos activos o en programa de deshabituación.
Los efectos por las vías inhalatoria, i.m. y s.c. comienzan a los pocos minutos y por v.o. a los 30
min. La i.v. es la más rápida. La duración de los efectos de la heroína es de 45-60 min, de la oxico-
dona de 4-6 h y de la metadona de 18-36 h.
2.1.1. Clínica
El efecto buscado por el consumidor de heroína es una sensación inmediata de calma, placer,
somnolencia y paz, que se denomina rush. Los efectos dependen de la dosis, de la tolerancia
individual, de la presencia de adulterantes y de la coingesta de otras drogas. Es típica la tríada
compuesta por miosis, depresión respiratoria y estupor o coma (presente en más del 90 % de las
sobredosis). Este triplete puede no aparecer cuando se han consumido otros tóxicos (cocaína,
TOXICOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1357
2.1.2. Complicaciones
Podemos ver las posibles complicaciones secundarias al consumo de estas sustancias en la tabla 2.
2.1.3. Diagnóstico
Los test de cribado toxicológico en Urgencias nos indican presencia o ausencia del tóxico o de sus
metabolitos en la orina, pero no nos permiten valorar la magnitud de la intoxicación. La presencia
de adulterantes en la droga puede dar resultados falsamente negativos.
Debemos realizar: hemograma, bioquímica (glucosa, CPK, iones), coagulación, gasometría arte-
rial, ECG y radiografía de tórax.
2.1.4. Tratamiento
La base del tratamiento la constituyen los soportes circulatorio y ventilatorio (a menudo necesa-
rios de modo inmediato) y el empleo de un antídoto (naloxona).
El lavado gástrico y el carbón activado (CA) pueden usarse en casos de intoxicación reciente v.o.
La naloxona se inicia en bolo i.v. (0,4 mg), pudiéndose repetir la dosis cada 2-3 min hasta obtener
respuesta, aunque algunos expertos recomiendan comenzar con dosis menores (0,1-0,2 mg) para
evitar que aparezca el síndrome de abstinencia o prevalezca el efecto de la cocaína o de otros
estimulantes si se trata de una intoxicación mixta. Si no se consigue un acceso venoso se puede
utilizar s.c., i.m., i.o. o incluso por vía endotraqueal, aunque su eficacia es menor. Si se consigue
revertir el cuadro clínico se aconseja mantener la naloxona en perfusión continua, ya que sus
efectos solo duran 10-15 min y algunos opiáceos tienen una vida larga (metadona). En pacientes
adictos a dosis altas de heroína el tratamiento con naloxona puede desencadenar un síndrome
de abstinencia agudo, que debe ser tratado con benzodiazepinas.
2.2.1. Clínica
Los efectos buscados son desinhibición, relajación, sueño, ligera euforia, autoconfianza, au-
mento del sentido del humor y alteración en la percepción del tiempo. Puede provocar un to-
xíndrome alucinógeno y alteraciones cardiovasculares, neurológicas o renales. Los pacientes
con cardiopatía isquémica establecida tienen menor tolerancia al esfuerzo tras consumo de
marihuana y aumento del riesgo relativo de infarto agudo de miocardio (IAM) en la primera
hora tras su consumo.
2.2.2. Diagnóstico
La positividad para el cannabis de los test de cribado toxicológicos no implica intoxicación
aguda por dicha sustancia. Puede detectarse en la orina hasta varios días tras el consumo.
Los cannabinoides sintéticos son actualmente indetectables por los laboratorios de urgen-
cias hospitalarias.
2.2.3. Tratamiento
Hay que priorizar las medidas de soporte. No existen antídotos ni tampoco es aconsejable el la-
vado gástrico o el CA, salvo en una ingesta muy reciente. Si el motivo de consulta es la ansiedad,
la agitación o las ideas paranoides, se recomienda la administración de benzodiazepinas en una
zona tranquila con pocos estímulos luminosos o auditivos.
2.3.1. Clínica
La sobredosis por GHB se caracteriza por una disminución fluctuante del nivel de cons-
ciencia, que en ocasiones llega hasta el coma (profundo, hipotónico e hiporrefléctico), que
puede ser de rápida instauración y habitualmente de muy corta duración y de recupera-
ción espontánea. En la fase de recuperación, el paciente puede mostrarse desinhibido y
con amnesia retrógrada. También pueden aparecer otros síntomas neurológicos (cefalea,
desorientación, convulsiones), digestivos (náuseas, vómitos), cardiovasculares (palpitacio-
nes, bradicardia) o conductuales (labilidad emocional, agresividad). El diagnóstico es fun-
damentalmente clínico.
2.3.2. Tratamiento
Fundamentalmente es de soporte. No hay que tratar la bradicardia sinusal excepto si existe ines-
tabilidad. Se deben evitar intubaciones orotraqueales (IOT) innecesarias ya que el coma suele ser
< 3 h. Si el coma > 3 h, hay que descartar complicaciones.
TOXICOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1359
2.4.1. Clínica
La gravedad del cuadro clínico está directamente relacionada con la concentración de MHb, que
también determina el tratamiento. Una MHb del 2 % es fisiológica y < 9 % puede no dar síntomas.
El popper también puede dar lugar a una anemia hemolítica aguda, que se detecta 48-72 h tras
el consumo e incluso mucho más tarde, por lo que todos los pacientes han de ser seguidos am-
bulatoriamente.
2.4.2. Diagnóstico
El signo guía es la cianosis sin hipoxemia (solicitar niveles de MHb en gasometría), que no pue-
de valorarse utilizando un pulsioxímetro convencional (ya que MHb y oxihemoglobina absorben
igual la luz en las longitudes de onda que utilizan estos aparatos). Existen en el mercado unos
pulsioxímetros que sí tienen la capacidad de medir de forma incruenta la MHb y la carboxihemog-
lobina (COHb).
2.4.3. Tratamiento
Consiste en la administración de oxígeno al 100 % y azul de metileno i.v. cuando la MHb > 30 %.
Cuando está contraindicado (niños muy pequeños o portadores de un déficit de 1,6-glucosa fos-
fato deshidrogenasa) se utiliza ácido ascórbico (vitamina C), 1 g i.v./h hasta un máximo de 10 g.
3. SUSTANCIAS ALUCINÓGENAS
3.1. INTOXICACIÓN POR DIETILAMINA DE ÁCIDO LISÉRGICO (TRIPI, SELLO, BATMAN,
SIMPSON, ÁCIDO, MICROPUNTO, CARTÓN O SECANTE)
El principio activo tóxico es la dietilamina de ácido lisérgico (LSD), sustancia de propiedades alu-
cinógenas, simpaticomiméticas y anticolinérgicas.
Se consume s.l., v.o., vía oftálmica o por contacto con piel y otras mucosas. Se pueden distinguir
3 fases: “subida” (se inicia a los 20 min y se mantiene 1-2 h), “viaje” (con reiterados picos de inten-
sidad; puede durar 5-8 h) y “bajada” (cansancio psíquico y físico; a las 8-12 h). La dosis tóxica es
variable y la letal de 200 mcg/kg-1 mg/kg.
3.1.1. Clínica
▶▶ Leve: ansiedad, inquietud, confusión mental, despersonalización, insomnio, náuseas, vómitos,
hipertensión arterial (HTA), sinestesias, analgesia, mareos, midriasis, temblores, ataxia…
CAPÍTULO 155
1360 INTOXICACIONES POR DROGAS DE ABUSO
▶▶ Grave: delirio, agitación psicomotriz, alucinaciones, desintegración del yo, crisis de pánico,
agresividad, psicosis, micropsias, macropsias, emergencia hipertensiva, hipotensión arterial,
taquipnea, arritmias graves, hipertermia, edema agudo de pulmón, convulsiones, IAM, coma…
3.1.2. Tratamiento
Es de soporte. Es efectivo el uso de benzodiazepinas. Si hay contacto ocular, con piel o mucosas
se debe realizar un lavado intenso con agua o suero fisiológico (SF).
Hay que evitar los estímulos externos (luces, sonidos...).
Durante el estado de intoxicación se pueden producir accidentes fatales por precipitación y/o
suicidios.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Las sustancias estimulantes producen un síndrome simpaticomimético y el tratamiento
está orientado a tratar o prevenir las complicaciones.
▶▶ Las sustancias depresoras pueden producir depresión respiratoria y del SNC. El trata-
miento se basa en el soporte ventilatorio.
▶▶ En la intoxicación por opiáceos el antídoto es la naloxona.
▶▶ El tratamiento de la intoxicación por alucinógenos es de soporte.
TOXICOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1361
ALGORITMO
INTOXICACIÓN AGUDA POR DROGAS ESTIMULANTES
GRAVE LEVE
VAP + O2. Si hay desaturación: Ambu/IOT Diazepam 10 mg v.o./s.l./i.m.
Monitorizar + glucemia + ECG + Glasgow - Si mejora: observación domiciliaria
Vía + analítica + SF 21 ml/h - Si empeora: algoritmo. Grave
NO
TRATAMIENTO SINTOMÁTICO
OBSERVACIÓN HOSPITALARIA
(Adaptada de Torres Pérez AM, Aguilón Leiva JJ. Intoxicaciones agudas por drogas de abuso. Guía para la asistencia
urgente. 2.ª ed. Editorial Médica Panamericana; 2017).
AAS: ácido acetilsalicílico; CA: carbón activado; ECG: electrocardiograma; HTA: hipertensión arterial; IAM: infarto agudo
de miocardio; IOT: intubación orotraqueal; SF: suero fisiológico; TSV: taquicardia supraventricular; TV: taquicardia ven-
tricular.
CAPÍTULO 156
INTOXICACIÓN POR AGENTES NATURALES:
PLANTAS, SETAS Y ANIMALES
Elena Díaz Vera | Juana del Cañizo Canto | Virginia Álvarez Rodríguez
Tabla 1. Clasificación y ejemplos de las intoxicaciones por plantas según el órgano diana y tratamiento
general en función de la clínica
ÓRGANO DIANA PLANTAS TRATAMIENTO
Tubo digestivo - Ricino: aumenta el peristaltismo (su aceite se usa como laxante): - Si hay parestesias,
vómitos, dolores cólicos, diarrea coleriforme; en fases graves, valorar gluconato cálcico
convulsiones, hemólisis, insuficiencia renal y alteraciones (sobre todo si se asocia a
neurológicas hipocalcemia)
- Muérdago: su consumo se debe a la confusión con las uvas. Puede - Si hay edema de glotis,
dar vómitos y diarrea, pero también bradiarritmias y parestesias, ya corticoides i.v., adrenalina
que actúa sobre los canales del calcio 0,3-0,5 mg i.m. o s.c.
- Difenbaquia: posee cristales de oxalato cálcico, por lo que irrita
zona bucofaríngea y tubo digestivo; en casos graves produce edema
de glotis, hipocalcemia y acidosis metabólica
Estimulantes del - Roldón: su fruto se confunde con la zarzamora. Su mecanismo de - Si hay convulsiones,
sistema nervioso acción es similar al de la estrignina. Puede producir mareos, diarrea, benzodiazepinas
central agitación, alteraciones sensitivas, convulsiones e incluso PCR - Si hay claros síntomas
- Acónito: es la planta más tóxica de Europa. Su contacto con la anticolinérgicos y extrema
piel puede producir anestesia local o prurito. Su ingesta produce gravedad, fisostigmina 2 mg
quemazón en la bucofaringe, parestesias en las extremidades, i.v. en 2 min y repetir cada
cefalea y parálisis progresiva, incluyendo los centros bulbares 30 min hasta 3-4 dosis
- Hierba mora: tiene efectos similares a los de la atropina; en casos
extremos produce un cuadro anticolinérgico y también quemazón en
la bucofaringe y disfagia
Cardiotóxicas - Digital: tiene efectos inotrópicos negativo y vagal. Produce mareo - Si hay bradiarritmias,
y gastroenteritis en casos leves; en casos graves, bradiarritmias, atropina 0,5-1 mg i.v. y
trastornos visuales, convulsiones y delirio. El pronóstico es grave repetir cada 3-5 min hasta
- Adelfa: su uso externo es antiparasitario. Si se ingiere, tiene un un total de 2 mg
efecto similar al de la digital: alteraciones gastrointestinales, vértigo, - En casos graves,
midriasis y agitación, seguido de depresión, alteraciones visuales fragmentos Fab de
cromáticas, oliguria, disnea, convulsiones y lesiones renales. Más anticuerpos antidigoxina
tarde aparecen trastornos cardíacos, con taquiarritmias y fibrilación - Si hay fibrilación
ventricular, pudiéndose producir la muerte a las 12-24 h ventricular, SVCA
Cuadro - Belladona, estramonio, beleño negro: se usan con finalidad lúdica o - Si hay extrema gravedad,
anticolinérgico como métodos terapéuticos tradicionales fisostigmina 2 mg i.v. en 2
min y repetir cada 30 min
(3-4 dosis)
Paralizantes - Cicuta: se confunde con hojas de perejil. Los síntomas son progresivos: - Atropina 0,5-1 mg i.v. (0,5-1
quemazón bucal, mareos, vómitos, diarrea, midriasis, vértigo, frío, sed, ml) para contrarrestar el
parestesias, alucinaciones y parálisis neuromuscular ascendente estímulo vagal
- Vedegambre: se confunde con la genciana. Produce síntomas
vagales, como hipotensión arterial, bradicardia y depresión del
sistema nervioso simpático, y también diarrea y vómitos. Su roce con
la piel puede producir irritación local e hipoestesia
Hepatotóxicas y - Acedera y cólquico: pueden producir insuficiencias hepática y - Corrección de
nefrotóxicas renal graves y trastornos hidroelectrolíticos secundarios a diarrea las alteraciones
y vómitos e incluso agranulocitosis y fallo multiorgánico en casos hidroelectrolíticas
graves
Anticoagulantes - Trébol dulce: la planta fermentada posee dicumarina, antagonista - Vitamina K v.o. o i.v.
de la vitamina K. Puede producir hemorragias de diversa gravedad - Si es grave, plasma fresco
y/o factor de coagulación
Urticantes - Ortiga mayor: su contacto con la piel produce eritema muy - Limpieza local
pruriginoso, dolor e incluso fiebre. En caso de ingestión se produce - Antihistamínicos
irritación de las mucosas bucal y gástrica - Si hay reacción grave,
corticoides (v.o. o tópicos)
PCR: parada cardiorrespiratoria; SVCA: soporte vital cardiovascular avanzado.
CAPÍTULO 156
1364 INTOXICACIÓN POR AGENTES NATURALES: PLANTAS, SETAS Y ANIMALES
llamar al Instituto de Nacional de Toxicología (Tel. 91 562 04 20, disponible las 24 h) para pedir
información, dada la complejidad de los cuadros clínicos.
2.3. TRATAMIENTO
En todos los casos, el tratamiento inicial es de soporte y sintomático, junto con medidas genera-
les (tabla 2), incluyendo a los pacientes asintomáticos, que deben permanecer en observación
como mínimo 24 h.
Si el paciente presenta sintomatología específica de algún determinado grupo sindrómico, el tra-
tamiento será el especificado en las tablas 3 y 4.
Si la seta ingerida es Amanita phalloides u otra que contenga amatoxinas o el tipo de seta es des-
conocido (situación más frecuente) o no conseguimos clasificar los síntomas o el período de la-
tencia en ningún grupo sindrómico, hay que tomar medidas generales y específicas (tabla 2). En
la mayoría de los casos, tendremos que usar este tratamiento genérico por la dificultad a la hora
de clasificar en los distintos grupos.
VÍBORAS CULEBRAS
Cabeza Triangular Ovalada
Dorso de la cabeza Escamas pequeñas Placas grandes
Longitud Cortas (< 50 cm) Largas (a veces llegan a 2 m)
Colmillos En la zona anterior Posteriores o ausentes
Ojos Pupila elíptica Pupila redondeada
Señal en la piel tras la Una o dos incisiones paralelas En forma de U (dientes)
mordedura
Escamas Pequeñas Grandes
Apéndice nasal Levantado, en forma de cuerno Redondeado
Cuerpo Ancho, cola corta Esbelto y alargado, cola larga
Actitud Lenta y pacífica, nocturna Agresiva, diurna
3.1.1. CLÍNICA
La inyección del veneno puede ser s.c., i.m. o i.v., produciendo en estos últimos casos síntomas
más graves y de progresión más rápida. No siempre inyectan veneno al morder. Existen distintos
grados de envenenamiento (tabla 6).
3.1.3. Tratamiento
Dependerá del grado de gravedad según la clínica (tabla 6): como medidas iniciales en todos los
casos hay que incluir el lavado de la herida con agua y jabón, aplicar antiséptico tipo povidona
yodada, no poner torniquetes ni succionar (es peligroso y no sirve para nada) y aplicar hielo local
y vendaje. Se debe considerar cirugía en función de las características de las heridas.
Las indicaciones del suero antiofídico (Viperfav®) son la mordedura por víbora que presente cual-
quier sintomatología sistémica o un edema de más del 50 % de la extremidad (grados de envene-
namiento II y III) o criterios analíticos de gravedad.
Se debe administrar, preferiblemente, en las primeras 6 h y junto a antihistamínicos y corticoides sis-
témicos (con pauta descendente de 3 semanas) por el riesgo de hipersensibilidad (enfermedad del
suero).
La administración consiste en diluir 1 ampolla (4 ml) en 100 cc de suero salino fisiológico (SSF) al
0,9 % y pasar 50 ml/h inicialmente y, si no hay reacción adversa, administrar el resto del contenido
en 1 h. Si hay mala evolución clínica, se puede administrar otra dosis a las 5 h.
TOXICOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1367
3.2. ARÁCNIDOS
En España hay dos especies que pueden producir toxicidad sistémica:
▶▶ Viuda negra: tiene un veneno neurotóxico, suele producir una picadura con dos marcas y em-
pieza a ser sintomática a los 20-60 min. Produce dolor muy intenso, náuseas, vómitos, sudora-
ción, agitación, espasmos o rigidez muscular. El tratamiento es sintomático, incluyendo gluco-
nato cálcico al 10 % (1 ampolla i.v. lenta) para controlar los espasmos musculares y tratamiento
específico si aparecen síntomas anticolinérgicos.
▶▶ Araña marrón: de picadura muy dolorosa, con eritema con una ampolla central a las pocas horas,
la reacción sistémica (loxoscelismo) es muy rara en nuestro medio y suele aparecer a las 24 h (fiebre,
malestar general, náuseas, vómitos, hemólisis y fallo renal). El tratamiento es sintomático.
La tarántula solo suele producir una reacción local muy dolorosa y urticaria.
3.3. MAMÍFEROS
Las mordeduras más frecuentes son las producidas por perros y las que más se infectan, las de
gato, seguidas de las de humano. Su gravedad suele depender de la zona afectada (las más graves
son las de cara y cuello), de la extensión, de si existe desgarro cutáneo y de las características del
paciente (más graves en niños y personas con comorbilidades).
CAPÍTULO 156
1368 INTOXICACIÓN POR AGENTES NATURALES: PLANTAS, SETAS Y ANIMALES
La profilaxis posexposición es necesaria en todos los casos de exposición de los tipos II o III en los
que se concluya que existe riesgo de que la persona contraiga la enfermedad.
3.4. INSECTOS
Los principales insectos que pueden producir intoxicaciones en nuestro medio son abejas, avis-
pas y abejorros, garrapatas, orugas y escorpiones.
3.4.1. Tratamiento
El tratamiento de las picaduras de insectos, en general, varía en función del tipo de reacción local
o sistémica que presente el paciente. Se resume en la tabla 9.
SOLO SÍNTOMAS LOCALES Lavado con agua y jabón, extraer Corticoides tópicos de baja
restos, frío local, extremidad en potencia (ej.: hidrocortisona tópica
alto al 0,5-1 %), antihistamínicos y
analgésicos v.o.
SÍNTOMAS LOCALES CON Curas locales Como cualquier urticaria
EDEMA O URTICARIA
ANAFILAXIA Curas igual que en las leves Como cualquier anafilaxia
SOBREINFECCIÓN Curas locales, valorar antibiótico Si hay celulitis, antibiótico v.o. o i.v.
BACTERIANA tópico (ácido fusídico, mupirocina) (amoxicilina/ácido clavulánico)
Las garrapatas merecen una mención especial, pues son vectores de múltiples enfermedades,
como fiebre botonosa mediterránea (Rickettsia conorii), fiebre recidivante (Borrelia hispanica), tu-
laremia (Francisella tularensis), fiebre Q (Coxiella burnettii), enfermedad de Lyme (Borrelia burgdor-
feri) o incluso fiebre hemorrágica de Crimea Congo (virus de la FHCC). Por ello, debemos ser muy
cuidadosos en el tratamiento de las picaduras (matar y extraer completamente la garrapata y sus
restos con pinza roma y vigilar una posible sobreinfección local), así como respecto a los sínto-
mas generales que pueden hacer sospechar la existencia de cualquiera de estas patologías, como
cefalea, fiebre, mialgias, conjuntivitis, adenopatías, náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal o
síntomas hemorrágicos. Estos síntomas suelen aparecer en los primeros días tras la picadura. No
hay indicación de profilaxis inicial universal; hay que individualizar en cada caso en función de los
CAPÍTULO 156
1370 INTOXICACIÓN POR AGENTES NATURALES: PLANTAS, SETAS Y ANIMALES
Puntos clave/recuerda
▶▶ En las intoxicaciones por sustancias naturales (setas y otras plantas) existen unos criterios
de gravedad para poder actuar con rapidez.
▶▶ Todos los pacientes intoxicados por setas deben permanecer en observación como míni-
mo 24 h y el tratamiento inicial es de soporte y sintomático.
▶▶ En las picaduras por garrapata debemos extraerla entera y vigilar las infecciones locales
y sistémicas posteriores.
CAPÍTULO 157
INTOXICACIÓN POR GASES
Raquel Casero Gómez | Raúl Fallos Martí | Virginia Álvarez Rodríguez
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
La intoxicación por gases ocurre por vía inhalatoria, bien con carácter accidental en el medio
industrial por exposición a compuestos intermedios o finales de una serie de reacciones químicas
en la fabricación de innumerables sustancias, bien en el medio rural, en relación con la liberación
de gases procedentes de la acumulación de residuos orgánicos (como ocurre en fosas sépticas) o
almacenaje de cereales y alimento para animales. También ocurren intoxicaciones por exposición
accidental en el ámbito doméstico (al mezclar agentes de limpieza) y en incendios.
El fuego continúa siendo la causa más frecuente de muerte por intoxicación por monóxido de
carbono (CO) en nuestro medio.
2. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
Los gases, a diferencia de los vapores, cuya intoxicación ocurre también por vía inhalatoria, son
todas aquellas sustancias que se encuentran en estado gaseoso a la temperatura ambiente.
Los diferentes gases pueden agruparse en dos bloques:
▶▶ Gases irritantes: lesionan las mucosas expuestas y pueden producir desde irritación ocular y
de la vía respiratoria alta hasta broncoespasmo y edema agudo de pulmón no cardiogénico. Se
conocen cloro, amoníaco, fosgeno, dióxido de nitrógeno, ozono y ácido sulfhídrico.
▶▶ Gases asfixiantes:
• Físicos: dióxido de carbono, nitrógeno, etano y metano. Desplazan el oxígeno ambiental y pro-
ducen hipoxia.
• Químicos: CO y ácido cianhídrico o cianuro (CN). Alteran la respiración celular, aumentando los
niveles plasmáticos de ácido láctico (sobre todo el CN) y el CO formando carboxihemoglobina
(COHb).
3. GASES IRRITANTES
3.1. CLORO
Es muy utilizado en la industria del plástico y del papel y la fabricación de lejía y desinfectantes
por su poder blanqueante y oxidante. El grado de lesión es directamente proporcional a concen-
tración del tóxico, tiempo de exposición y contenido de agua del tejido expuesto.
Inicialmente la clínica puede ser leve pero de forma tardía (horas-días) pueden aparecer lesiones
como edema de la vía aérea superior o de pulmón o bronquitis exudativa causante de atelectasias
o bronconeumonía.
El tratamiento consiste en oxigenoterapia, broncodilatadores inhalados (salbutamol) y corticoides
en casos rebeldes o en complicaciones tardías.
CAPÍTULO 157
1372 INTOXICACIÓN POR GASES
3.2.1. Clínica
Hay manifestaciones neurológicas como mareo, cefalea, focalidad neurológica, síncope
(frecuente), respiratorias como tos, disnea, hemoptisis y edema pulmonar y por efecto directo
sobre el centro respiratorio, apnea y parada cardíaca.
3.2.2. Diagnóstico
Debe establecerse por la clínica y la exposición laboral ya que hoy no se dispone de forma gene-
ralizada de determinación específica del tóxico en la sangre.
3.2.3. Tratamiento
Consiste en medidas de soporte.
3.3. AMONÍACO
Es un gas incoloro con mal olor e inflamable. Se utiliza en la fabricación de fertilizantes por su con-
tenido en nitrógeno, en la industria textil, en la de plásticos, como solvente en la manufactura del
cuero, así como para la fabricación de explosivos y productos farmacéuticos. Es muy peligroso al
mezclarse con lejía en el ámbito doméstico.
3.3.1. Clínica
Incluye cefalea y sialorrea y la afectación ocular provoca sensación de quemazón, lagrimeo, in-
tenso dolor, visión borrosa, opacificación corneal e iritis. A nivel respiratorio, el edema local que
provoca obstrucción es el primer signo que aparece; posteriormente se dan laringitis, traqueo-
bronquitis, broncoespasmo, edema pulmonar y gran cantidad de secreciones traqueales, que
pueden provocar obstrucción y atelectasia. También hay dolor abdominal, náuseas y vómitos. A
las 48-72 h puede producirse perforación gástrica y esofágica, que se complica con mediastinitis.
3.3.3. Tratamiento
Hay que lavar toda la superficie y los ojos con agua en abundancia e iniciar una fluidoterapia in-
tensa para evitar las pérdidas de líquidos a través de las quemaduras. En caso de inhalación, se
debe administrar oxígeno a flujos elevados, humidificado, y, si es necesario, ventilación mecáni-
ca. También hay que tratar las complicaciones.
Rápidamente es absorbido por los alvéolos pulmonares y presenta una afinidad por la hemoglo-
bina unas 240 veces superior a la del oxígeno, produciendo COHb.
4.2. DIAGNÓSTICO
Requiere un alto grado de sospecha. Es necesaria la determinación de COHb en la sangre, que se
puede realizar tanto en gasometría arterial, como venosa. No obstante, se recomienda que la pri-
mera medición se efectúe en la sangre arterial para identificar datos de insuficiencia respiratoria.
Otras pruebas son: electrocardiograma (ECG) buscando signos de isquemia/arritmias, radiografía
de tórax (inicialmente suele ser normal; evolutivamente puede haber infiltrados alveolares o ede-
ma pulmonar), hemograma (raramente anemia hemolítica) y bioquímica (fallo renal secundario
a rabdomiólisis), con determinación de ácido láctico. Con la tomografía computarizada (TC) cra-
neal se buscan edema cerebral o lesiones isquémicas en alteraciones neurológicas graves.
En situación basal se pueden detectar valores de COHb en torno al 4-9 % en pacientes fumadores
habituales e incluso hasta el 1,5 % en no fumadores.
COHb % SINTOMATOLOGÍA
< 10 % Asintomático
10-20 % Asintomático o cefalea
20-30 % Mareo, vértigo, náuseas, vómitos, disnea
30-40 % Alteraciones visuales
40-50 % Confusión, desorientación, síncope
> 50 % Coma, disfunción cardiopulmonar, éxitus
COHb: carboxihemoglobina.
En niños, valores de COHb < 10 % pueden ser sintomáticos.
CAPÍTULO 157
1374 INTOXICACIÓN POR GASES
Los valores de COHb se relacionan con la clínica del paciente (tabla 1).
Las partículas sólidas tienen capacidad irritativa local (broncoespasmo) y capacidad de obstruir
vías aéreas de mayor y menor diámetro (atelectasias).
vasopresores si es necesario.
▶▶ Tratamiento de otras lesiones asociadas: quemaduras corporales extensas, lesiones por preci-
pitación, etc.
▶▶ Optimización de la ventilación:
• Si predomina el broncoespasmo: broncodilatadores nebulizados (salbutamol 2,5-5 mg/atro-
vent 250-500 mg) y corticoides nebulizados (budesonida 1-2 mg) y/o sistémicos (metilpredniso-
lona 1 mg/kg peso).
• Si predomina el edema pulmonar: diuréticos i.v. (furosemida 40 mg), cloruro mórfico i.v./s.c. (3-5
mg), Continuos Positive Airway Pressure (CPAP) o intubación orotraqueal (IOT).
▶▶ Si se sospecha intoxicación por CN, administración de hidroxicobalamina: las indicaciones de
tratamiento (criterios de gravedad): paciente que ha inhalado humo de incendio (restos de ho-
llín en boca, faringe o esputo), con alteraciones neurológicas (confusión, coma, agitación, con-
vulsiones) y que además presenta alguna de las siguientes circunstancias:
• Bradipnea (< 12 rpm) o parada respiratoria o cardiorrespiratoria.
• Shock o hipotensión.
• Lactato ≥ 8 mmol/l o acidosis láctica.
• Se administrará Cyanokit® 5 g (2 viales) en adultos o 70 mg/kg de peso en niños y adultos con
sobrepeso, disueltos en 100 ml de suero salino fisiológico a pasar en 15 min. Puede repetirse
la dosis una vez más si persiste la sintomatología o hay inestabilidad hemodinámica o parada.
Puntos clave/recuerda
▶▶ El fuego es la causa más frecuente de muerte por intoxicación por CO en nuestro medio.
▶▶ En las intoxicaciones graves por CO hay que realizar vigilancia domiciliaria del síndrome
neuropsiquiátrico diferido, sobre todo en ancianos.
▶▶ En las intoxicaciones por CN hay que pensar en la hidroxicobalamina si hay criterios de
gravedad.
TOXICOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1377
ALGORITMO
Exposición conocida a CO/SIH
SÍ NO
CO: monóxido de carbono; COHb: carboxihemoglobina; ECG: electrocardiograma; GAB: gasometría arterial basal; HTIC:
hipertensión intracraneal; IOT: intubación orotraqueal; ORL: Otorrinolaringología; SIH: síndrome de inhalación de humo;
SSF: suero salino fisiológico; TC: tomografía computarizada; UCI: Unidad de Cuidados Intensivos.
CAPÍTULO 158
OTRAS INTOXICACIONES: ALCOHOLES,
CÁUSTICOS Y PESTICIDAS
Margarita Jurado Otero
1. ALCOHOLES Y GLICOLES
Tres alcoholes generan intoxicaciones potencialmente letales: metanol, etilenglicol y alcohol iso-
propílico. Los dos primeros generan acidosis metabólica con anion gap (AG) y osmol gap (OG)
elevados.
1.1. METANOL
1.1.1. Etiología
Se utiliza como alcohol de quemar, anticongelante y disolvente. Se absorbe v.o., por piel o mucosas
y vía pulmonar.
La dosis tóxica es de 100 mg/kg y la letal en adultos de 30-240 ml (20-150 g).
1.1.2. Clínica
Se inicia a las 12-24 h con cefalea, náuseas, dolor abdominal y ataxia. A las 24 h hay acidosis metabó-
lica grave y alteraciones visuales (por edema del nervio óptico) y neurológicas (midriasis arreactiva,
convulsiones, coma). La clínica se puede retrasar hasta 72 h si se ha ingerido también etanol.
1.1.4. Tratamiento
El carbón activado no es efectivo. Hay que hacer un lavado gástrico antes de las 2 h.
Hay que corregir la acidosis con la administración de bicarbonato: 0,4 x déficit de bases x kg peso,
la mitad en la primera hora y el resto en perfusión en 12 h.
Hay dos antídotos disponibles:
▶▶ Fomepizol (Antizol®): menos tóxico que el etanol pero de coste más elevado. Bolo inicial de 15
mg/kg en suero salino fisiológico (SSF) en 30 min, seguido de 10 mg/kg/12 h durante 2 días y
posteriormente 15 mg/kg/12 h hasta metanolemia < 20 mg/dl.
▶▶ Etanol: al 100 % i.v., con un bolo inicial de 1 ml/kg en 100 ml de suero glucosado (SG) al 5 % en
30 min y posteriormente 0,1 ml/kg/h en 100 cc de SG al 5 % (en alcohólicos crónicos, 0,2 ml/kg/h).
Es importante mantener los niveles de etanol en 1-2 g/l, controlar la glicemia capilar y administrar
tiamina i.v. en alcohólicos crónicos.
TOXICOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1379
Se deben administrar ácidos folínico y fólico: 50 mg i.v. de ácido polínico, seguido de 1 mg/kg i.v.
de ácido fólico y posteriormente 50 mg/4 h.
La hemodiálisis está indicada si: ingesta > 30 ml/pH < 7,2/alteraciones visuales o del nivel de cons-
ciencia.
1.2. ETILENGLICOL
1.2.1. Etiología
Se usa como disolvente y anticongelante de vehículos. Se absorbe por vía digestiva y muy poco
por vía cutánea.
La dosis tóxica es de 50-100 ml (0,5 g/l) y la letal > 100 ml (> 1 g/l).
1.2.2. Clínica
Inicialmente hay náuseas, vómitos y depresión del sistema nervioso central (SNC). Se podrían
observar alteraciones visuales similares a las del metanol. A las 12-48 h hay afectación cardiopul-
monar y a las 24-72 h fallo renal con necrosis tubular aguda.
1.2.4. Tratamiento
Es superponible al de la intoxicación por metanol (ver tratamiento del metanol). Cabe recordar
que es necesario añadir tiamina y piridoxina (100 mg/6 h i.v.).
2. CÁUSTICOS
2.1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
En España, un 23 % de las llamadas al Servicio de Información Toxicológica corresponden a cáus-
ticos. La v.o. es la más frecuente pero también las vías inhalada, cutánea u ocular (ver también el
capítulo sobre urgencias esofágicas).
2.3. CLÍNICA
2.3.1. Oral
El daño varía en función del tipo de sustancia, la cantidad, la concentración, el estado y la dura-
ción de la exposición. Los síntomas más habituales son odinofagia, disfagia, dolor retroesternal,
CAPÍTULO 158
1380 OTRAS INTOXICACIONES: ALCOHOLES, CÁUSTICOS Y PESTICIDAS
2.3.2. Inhalada
Incluye tos, disnea, estridor, broncoespasmo y neumonitis química.
2.3.3. Cutánea
Hay quemaduras de distinto grado en función del tipo de exposición.
2.3.4. Ocular
Incluye dolor, eritema, fotofobia y epífora.
2.5. TRATAMIENTO
2.5.1. Intoxicación oral
(Ver capítulo 64).
3. INSECTICIDAS
Constituyen el grupo de pesticidas más importante. Existen 5 grupos, siendo los más
frecuentes los organofosforados y los carbamatos.
3.1. ORGANOFOSFORADOS
3.1.1. Etiología
Hay múltiples activos tóxicos que se puede absorber vías pulmonar, cutánea o digestiva.
Potencialmente son mortales. Inhiben la acetilcolinesterasa presentando elevación de ace-
tilcolina y síntomas colinérgicos.
3.1.2. Clínica
La instauración puede ser lenta. Podemos encontrarnos distintos síndromes:
▶▶ Síndrome nicotínico/de placa motora: hipertensión, taquicardia, midriasis y afectación
muscular (calambres, fasciculaciones, debilidad…).
▶▶ Síndrome muscarínico/colinérgico: bradicardia, broncoespasmo, miosis, sialorrea, sudo-
ración, lagrimeo y síntomas gastrointestinales.
▶▶ Síndrome neurológico central: puede tener distintas fases, desde la agitación y confusión
hasta convulsiones y coma.
Debemos prestar atención a las vías respiratorias tanto en caso de inhalación porque pue-
den aparecer signos de insuficiencia respiratoria aguda como si hay ingesta porque pueden
broncoaspirarse (neumonía lipoidea).
En algunos casos se puede afectar el páncreas (pancreatitis) y aparecer fallo renal.
En algunos pacientes aparecen nuevas manifestaciones varios días después (síndrome tar-
dío), por lo que será necesario el control ambulatorio.
3.1.4. Tratamiento
▶▶ Consiste básicamente en el soporte cardiorrespiratorio ya que es la causa principal de
muerte.
▶ ▶ Hay que hacer descontaminación digestiva y cutánea de forma precoz: se requieren
lavado gástrico y carbón activado: 25 g/3 h durante 24 h y, si no hay diarreas espontá-
neas, también sulfato sódico (30 g/12 h). Si el carbón no fuese tolerado, se sustituirá
por la Solución evacuante Bohm®: 1 sobre en 250 ml de agua/h hasta que aparezcan
las diarreas.
▶▶ Los síntomas muscarínicos se combaten con atropina a altas dosis: 1 mg i.v./2-3 min mien-
tras persistan los signos de broncoespasmo-broncoplejía y bradicardia. Se suspenderá en
caso de intoxicación atropínica (delirio, alucinaciones...).
▶▶ En caso de síntomas nicotínicos y del SNC deberemos administrar pralidoxima (regenera
la actividad colinesterásica): 1 g en 100 ml de SG al 5 % o SSF en 1 h y posteriormente cada
6 h durante 2-3 días o el tiempo necesario. Como alternativa está la obidoxima: 250 mg i.v.
muy lentos, y se puede repetir a las 2 y 4 h (máximo: 5 mg/kg).
CAPÍTULO 158
1382 OTRAS INTOXICACIONES: ALCOHOLES, CÁUSTICOS Y PESTICIDAS
3.2. CARBAMATOS
3.2.1. Fisiopatología
Se unen reversiblemente a la acetilcolinesterasa, por lo que su efecto tóxico es más leve y de
menor duración.
Se absorben por vía respiratoria, gastrointestinal y, en menor medida, por la piel.
3.2.2. Clínica
Es superponible a la de los organofosforados pero generalmente se inicia antes y tiene una dura-
ción menor. Pasan con dificultad la barrera hematoencefálica, por lo que los síntomas neurológi-
cos son casi nulos.
3.2.4. Tratamiento
Es superponible al de los organofosforados.
3.3. ORGANOCLORADOS
Cada vez están más en desuso. Algunos de ellos son el dicloro difenil tricloroetano (DDT), el lin-
dano y el aldrín.
3.3.1. Clínica
Pueden aparecer síntomas digestivos pero los que más predominan son los neurológicos (pa-
restesias, vértigo, cefalea, ataxia, disminución del nivel de consciencia). Algunos compuestos
pueden producir arritmias ventriculares refractarias al aumentar la excitabilidad miocárdica.
Hay casos de hepatotoxicidad, aplasia medular, shock e insuficiencia renal, pero las causas
más frecuentes de muerte son el deterioro neurológico, la insuficiencia respiratoria o una
arritmia cardíaca.
3.3.3. Tratamiento
No se dispone de antídoto. Se recomiendan las medidas habituales de soporte y descontamina-
ción digestiva y, en caso de convulsiones, administrar benzodiazepinas.
3.4. PIRETROIDES
3.4.1. Etiología
Es el extracto de pelitre o piretro, extraído de las flores del crisantemo.
3.4.2. Clínica
La toxicidad es muy baja. Puede provocar reacciones de hipersensibilidad.
TOXICOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1383
3.4.3. Diagnóstico
Se realiza mediante la sospecha clínica.
3.4.4. Tratamiento
No hay ninguno específico. Se recomienda el uso de carbón activado v.o. en casos de ingesta reciente.
3.5. NEONICOTINOIDES
3.5.1. Etiología
En insectos activa los receptores nicotínicos acetilcolina-dependientes, no observándose en mamíferos.
3.5.2. Clínica
Son de baja toxicidad. Podrían tener un efecto irritante por contacto directo. Los síntomas
sistémicos son excepcionales y solo se han descrito por ingesta. Dosis muy elevadas podrían
producir signos y síntomas colinérgicos, alteraciones del SNC y fallo cardiorrespiratorio.
3.5.3. Diagnóstico
Se hace mediante sospecha clínica.
3.5.4. Tratamiento
No hay ninguno específico. Es sintomático e incluye medidas de descontaminación digestiva (carbón
activado).
4. HERBICIDAS
4.1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
Uno de los herbicidas de uso universal y de los productos más tóxicos que hay en el mercado es
el paraquat. Los más utilizados son el Gramoxone®, Proxone® y Gramafin®.
4.2. FISIOPATOLOGÍA
Sobre todo se produce la intoxicación por vía digestiva, siendo muy débil la vía cutánea. Se elimina
vía renal.
La dosis tóxica es de 12-20 mg/kg y la letal de 20-40 mg/kg.
4.3. CLÍNICA
A nivel cutáneo y mucoso pueden aparecer ulceraciones.
La ingesta de 1,5-3 g produce síntomas digestivos. La afectación renal es frecuente pero de menor
intensidad. La insuficiencia respiratoria puede tardar 10-20 días en aparecer.
Con 3-6 g se inicia un cuadro digestivo. A las 24-48 h hay signos de necrosis tubular renal y afec-
tación hepatocelular. A los 5-7 días existe insuficiencia respiratoria aguda, potencialmente letal.
Con la ingesta de > 6 g los síntomas digestivos preceden a signos y síntomas de shock con insufi-
ciencia respiratoria, que conlleva a la muerte del paciente.
4.5. TRATAMIENTO
▶▶ Debe iniciarse en cuanto se sospeche. Son muy importantes las medidas de soporte y vigilar
estrechamente síntomas y signos de shock.
▶▶ Debido a lo tóxico del producto debe realizarse siempre lavado gástrico (con cuidado por las
lesiones cáusticas). Deben administrase adsorbentes, como el carbón activado (ver organofos-
forados).
▶▶ Se aportarán electrólitos y el máximo volumen que permita el paciente para mantener el fil-
trado y la secreción tubular. La hemodiálisis y la hemoperfusión son ineficaces en la práctica.
▶▶ No existe antídoto, pero la combinación ciclofosfamida (1 g/24 h 2 días) y metilprednisolona
(1 g/24 h 3 días) parece aumentar la supervivencia, recomendada en intoxicaciones modera-
das y graves.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Los antídotos para el tratamiento de las intoxicaciones por metanol y etilenglicol son el
etanol y el fomepizol.
▶▶ En la intoxicación por cáusticos no se debe: provocar el vómito, colocar sonda nasogástrica
(SNG), realizar lavado gástrico ni administrar neutralizantes ni carbón activado.
▶▶ Las intoxicaciones por paraquat tienen una mortalidad muy elevada, por lo que debe ini-
ciarse el tratamiento en cuanto se sospeche.
CAPÍTULO 159
ACTUACIÓN ANTE LA SOSPECHA
DE SUMISIÓN QUÍMICA
Cesáreo Fernández Alonso | Andrés Santiago Sáez
1. INTRODUCCIÓN. CONCEPTOS
El término sumisión química (SQ) proviene del francés soumission chimique y se define como la ad-
ministración de sustancias psicoactivas a una persona sin su conocimiento con el fin de provocar
una modificación en su grado de vigilancia, su estado de consciencia o su capacidad de juicio. En
países anglosajones, a la SQ se la conoce como drug-facilitated crimes o Drug-Facilitated Sexual
Assault (DFSA) cuando se asocia a agresión sexual.
Desde un punto de vista práctico se reconocen dos supuestos:
1. Caso de probable SQ premeditada o proactiva: se produce administración subrepticia de al-
guna sustancia, con frecuencia asociado a bebidas alcohólicas, con intencionalidad delictiva.
2. Caso de probable SQ oportunista o vulnerabilidad química (VQ): tipo de delito, habitualmente
robo y/o agresión sexual, facilitado por el consumo voluntario de tóxicos por parte de la víctima.
(MDA), dietilamina de ácido lisérgico (LSD), gammahidroxibutirato (GHB) o éxtasis líquido, popper,
cannabis y derivados (ver el capítulo 155).
Otras drogas que también se están utilizando en la SQ son:
▶▶ Ketamina: anestésico comercializado en forma de vial para su administración parenteral. Como
droga de abuso, se deseca al horno, microondas o a fuego lento, convirtiéndola en polvo, que
se consume v.o., fumado o esnifado. Combina efectos hipnóticos, alucinógenos, amnésicos y
de despersonalización, sin pérdida de consciencia ni depresión respiratoria a bajas dosis.
▶▶ Escopolamina, burundanga o hioscina: alcaloide antimuscarínico que se encuentra como metaboli-
to secundario en plantas de la familia de las solanáceas, estramonio, escopolia o mandrágora, entre
otras. Burundanga es una palabra afrocubana que hace referencia a un brebaje hecho con arbustos
o plantas que contienen escopolamina. Se la conoce también como beso del sueño, polvo zombi o
aliento del diablo. Puede administrarse tanto v.o. como por vía cutánea. Actúa con rapidez ocasio-
nando depresión del SNC y efecto anticolinérgico. Se trata de una sustancia muy popular rodeada
de mitos. Recientemente se han notificado los primeros casos de SQ por burundanga. Para su tra-
tamiento se necesitan laboratorios cualificados y que la víctima acuda precozmente a Urgencias.
▶▶ Research Chemicals (RC): sustancias químicas también denominadas legal highs o nuevas sus-
tancias de síntesis que en realidad fueron sintetizadas hace más de 30 años o son antiguos fár-
macos o derivados utilizados con fines recreativos con efectos preferentes en el SNC, de accio-
nes muy parecidas a las de las anfetaminas o la cocaína. Un ejemplo de RC asociado a sospecha
de SQ es la alfapirrolidinovaleroferona (a-PVP) o flakka. Se trata de una sustancia que pertene-
ce al grupo de las catinonas sintéticas, derivada del prolintano, vendida sin receta como com-
plejo vitamínico hace décadas, actualmente retirada del mercado, que a su vez se asemeja a
la metilendioxipirovalerona (MDPV) o droga caníbal. Se encuentra como pastillas de flakka en
forma de polvo para ser esnifado y se vende como inofensivas “sales de baño”.
3. PROCEDIMIENTO DE ACTUACIÓN
A continuación se resumen los aspectos más relevantes del procedimiento de actuación ante
sospecha de SQ en el Servicio de Urgencias hospitalario (SUH).
3.4.1. Sangre
Se recomienda la extracción de sangre venosa periférica en 2 tubos de 5 ml, uno con fluoruro
sódico como conservante y oxalato potásico como anticoagulante y otro con sangre total an-
ticoagulada con etilendiaminotetracético (EDTA) para evitar la formación in vitro de GHB, pro-
curando llenarlos al máximo para evitar, en la medida de lo posible, la cámara de aire. Deben
almacenarse y enviarse en condiciones de refrigeración (2-8 ºC).
La sangre es una muestra biológica que informa del consumo reciente de la sustancia y además
puede permitir establecer la correlación entre la concentración y el efecto clínico. Como principal
desventaja de su uso para este tipo de casos figura la rápida eliminación de las sustancias de este
medio biológico, por lo que en el caso de existir cierto retraso en solicitar ayuda médica, es pro-
CAPÍTULO 159
1388 ACTUACIÓN ANTE LA SOSPECHA DE SUMISIÓN QUÍMICA
bable que la sustancia administrada haya desaparecido de la sangre. Por ello no se recomienda
esta prueba si han pasado más de 48 h desde el presunto acto delictivo.
3.4.2. Orina
Se recomienda recoger toda la que se pueda en un frasco de seguridad de 50 ml, que también
debe almacenarse en condiciones de refrigeración (2-8 ºC).
La orina es una muestra que también informa del consumo reciente. Ofrece ventanas de detec-
ción superiores a las de la sangre para las sustancias químicas, ya que pueden llegar a ser de
varios días, como en los cannabinoides y metabolitos de algunas benzodiazepinas. Por ello se
recomienda su recogida hasta pasados 7 días. En la tabla 1 se recoge la ventana de detección
estimada en las drogas habituales.
3.4.3. Cabello
Sirve para distinguir la exposición única de la crónica y para poner en evidencia el tóxico que ya
ha desaparecido de la sangre y la orina. La recogida de cabello solo se contempla a petición o
mediante extracción por parte del médico forense. Se deben obtener 2 mechones de pelo del
grosor de un lápiz de la nuca, cortados a ras del cuero cabelludo, y enviarse en un sobre de papel,
indicando cuál es la punta y cuál la raíz. Se conservan a temperatura ambiente en entorno seco
y protegido de la luz.
Al ser el cabello una matriz biológica que va incorporando a su composición las sustancias quími-
cas presentes en la sangre a medida que crece, y considerando que la velocidad de crecimiento
es de 1 cm/mes, mediante el análisis del segmento proximal obtenido a las 3-5 semanas se podría
detectar la sustancia administrada y/o su metabolito. La principal desventaja consiste en las ba-
TOXICOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1389
jas concentraciones que se pueden esperar tras la exposición a una única dosis del compuesto
administrado.
Se podrán enviar además muestras no biológicas, como la bebida o el alimento sospechoso o la
sustancia, si los aporta el paciente.
4. ASPECTOS MÉDICO-LEGALES
A continuación se detallan determinados aspectos médico-legales que resultan clave para com-
pletar el procedimiento de actuación de forma adecuada.
Puntos clave/recuerda
▶▶ En un paciente en el que se sospeche que se hayan empleado sustancias para una SQ son
fundamentales la anamnesis dirigida y la exploración física.
▶▶ Los síntomas que suelen referir las víctimas son amnesia completa o parcial, alteración
del comportamiento o la conducta, confusión, somnolencia, agitación o alucinaciones,
desinhibición, mareo, resaca desproporcionada o pérdida del conocimiento.
▶▶ Se pueden recoger muestras biológicas de sangre, orina y cabello dependiendo del tiem-
po que haya transcurrido. Hay que utilizar una cadena de custodia adecuada.
▶▶ Se debe entregar al paciente el consentimiento informado para recoger las muestras y un
documento informativo de las medidas que se van a llevar a cabo.
▶▶ Debemos hacer un parte de lesiones.
TOXICOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1391
ALGORITMO
Sospecha de SQ en Urgencias
Complicaciones
Alta de Urgencias
Muestras biológicas Parte judicial urgente Agresión sexual Registro del caso
• Consentimiento • Contacto con Policía
informado • Valoración médico-
• Hoja de información forense
• Almacén de muestras
• Cadena de custodia
Análisis toxicológico-forense
ANEXO 1
TOXICOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1393
ANEXO 2
CAPÍTULO 159
1394 ACTUACIÓN ANTE LA SOSPECHA DE SUMISIÓN QUÍMICA
ANEXO 3
CAPÍTULO 160
ÍNDICE DE ANTÍDOTOS Y ANTAGONISTAS
EN EL PACIENTE ADULTO
Ana Such Díaz | Carlos Bibiano Guillén
BICARBONATO SÓDICO Antidepresivos i.v.: bolo de 1-2 mEq/kg de - Continuar con perfusión Riesgo de hipopotasemia,
- Solución de 1/6 M al 1,4 tricíclicos bicarbonato 1 M de 150 mEq de bicarbonato hipernatremia, alcalosis
% (0,16 mEq/ml): frascos 1/6 M a un ritmo de 250 metabólica
de 250 y 500 ml ml/4 h. Objetivo: pH de No mezclar con otras
- Solución de 1 M al 8,4 7,45-7,55 medicaciones
Alcalinización de i.v.: bolo de 1 mEq/kg de
% (1 mEq/ml) - Continuar con perfusión.
la orina en IA por bicarbonato 1 M
Ampolla de 10 ml y Objetivo pH en la orina > 7,5
salicilatos u otros
frascos de 250 ml
Inhalación de cloro Nebulización: 4 ml de
bicarbonato sódico 1 M + 7
ml de agua destilada
BIPERIDENO Síndromes i.v.: 2,5 mg lenta Se puede repetir a los 20
Ampolla de 5 mg/ml extrapiramidales i.m.: 2,5 mg min
Akineton® por neurolépticos, v.o.: 2 mg/8-12 h para evitar Dosis máxima: 8 mg/día
antieméticos, recaídas 2-3 días
antihistamínicos
GLUCONATO CÁLCICO Antagonistas del i.v.: 4,65 mEq en 10 min Repetir cada 15 min No administrar por s.c. o vía
Ampolla de 10 ml al 10 calcio Máximo: 4 dosis intraarterial
% con 4,65 mEq Ácido fluorhídrico La extravasación produce
Suplecal® Hipocalcemia necrosis
sintomática por
fluoruros, oxalatos
Etilenglicol
Picadura de la
araña viuda negra
L-CARNITINA Ácido valproico i.v.: 100 mg/kg en 30 min 15 mg/kg/4 h Indicada si hay
Ampolla de 1 g/5 ml Dosis máxima: 6 g Máximo: 3 g/dosis hiperamonemia o
Carnicor® hipertransaminasemia
CIPROHEPTADINA Toxicidad por v.o.: dosis inicial de 12 mg 2 mg/2 h o 4-8 mg/6 h v.o. Precaución en: porfiria,
Comprimidos de 4 mg serotonina (también por SNG) hasta el control sintomático glaucoma de ángulo
Periactin® Síndrome o una dosis máxima de 32 estrecho, hipertrofia de
serotoninérgico mg/día próstata, obstrucción
intestinal
CCP (factores II, VII, Reversión de 15-30 ml/kg (más de 3.000 UI). En la hemorragia Mantener calcio iónico
IX y X) deficiencia intracerebral la administración debe ser de 25-50 U/kg en 1-1,3 mmol/l y
Vial de 600 UI adquirida de de CCP. Siempre debe suplementarse con 5-10 mg de normotermia
Prothromplex® factores de vitamina K. Si hay alto riesgo trombótico, se deben valorar Normalización del
coagulación por dosis menores INR 10-30 min tras la
antivitamina K administración de CCP
TOXICOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1397
EDETATO CÁLCICO Plomo i.v.: 1 g en 500 ml de SF o Repetir cada 12 h durante Si se administra junto
DISÓDICO (EDTA) SG al 5 % en 6 h 5 días con BAL, separar las
Ampolla de 500 mg/10 ml Dosis máxima: 75 mg/ administraciones al menos
Calcium Edetate kg/día 4h
Disodium 5 %®
EMULSIÓN LIPÍDICA IA grave por Si la PC es refractaria: i.v.: Contraindicado si hay
INTRAVENOSA (ELI) fármacos muy bolo de 1,5 ml/kg de ELI alergia al huevo o a la soja
Soluciones al 20 % en liposolubles que al 20 %/5 min (100 ml en (según la marca)
envase de 100, 250 y no responden pacientes de 70 kg). Si Dosis máxima total
500 ml (FM) al tratamiento persiste la PC, hasta un acumulada en adultos:
Clinoleic®, Intralipid®, convencional: máximo de 3 dosis 1.100 ml
Lipofundina®, Lipoplus®, anestésicos Si hay shock refractario: i.v.:
Smoflipid® locales, bolo de 1,5 ml/kg de ELI al
antagonistas 20 %, seguido de perfusión
del calcio, continua de 7,5 ml/kg (500
antidepresivos ml para pacientes de 70
tricíclicos kg) en 1 h
Betabloqueantes
Cocaína
Neurolépticos
ETANOL (ALCOHOL Metanol i.v.: bolo de 1 ml/kg en 500 - Alcohólicos crónicos Calcular la cantidad de
ABSOLUTO) Etilenglicol ml de SG al 5 % en 1 h y/o hemodiálisis: 0,2 etanol para 6 h y diluir
Ampolla al 100 % de ml/kg/h en SG al 5 % en 500 ml de SG al 5 % y
10 ml (0,78 g/ml) (FM) (observaciones) administrarlo en 6 h
- Resto de pacientes: 0,1 ml/ Glucemia/3 h y etanol/4 h
kg/h en SG al 5 % v.o.: igual dosis de carga de
Suspender si el metanol en alcohol con 40 % de etanol
sangre < 0,2 g/l o el exceso (whisky...)
de base > 5 mmol/l sin
bicarbonato
FISOSTIGMINA Anticolinérgicos i.v.: bolo de 1-2 mg i.v. Repetir cada 10-30 min Semivida corta, posible
Ampolla de 2 mg/5 ml lenta en 5 min hasta lograr respuesta o recidiva
Anticholium® la aparición de efectos Siempre monitorización y
adversos riesgo de convulsiones
Contraindicación:
bradicardia, bloqueo de
conducción, hipotensión
CAPÍTULO 160
1398 ÍNDICE DE ANTÍDOTOS Y ANTAGONISTAS EN EL PACIENTE ADULTO
SULFATO DE MAGNESIO Hipomagnesemia i.v.: 1-2 g en 50 ml de SG al Según niveles y respuesta Si hay torsade de pointes,
Ampolla al 15 % de 1,5 inducida por 5 % en 15 min de elección incluso con
g/10 ml tóxicos (flúor, niveles de magnesio sérico
Sulmetin® bario) normales
Arritmias
producidas por
hipomagnesemia
(TV, torsade de
pointes)
NALOXONA Opiáceos i.v.: bolo de 0,4-2 mg/2-3 Perfusión: 2 mg en 500 ml de Dosis acumuladas > 10 mg:
Ampolla de 0,4 mg/ml min hasta lograr mejoría SG al 5 % de 0,4-0,8 mg/h replantear el diagnóstico
En adictos a opiáceos También s.c. o i.m. o i.o.
algunos autores Embarazo: categoría B
recomiendan comenzar
con dosis menores (0,1-0,2
mg) para evitar el síndrome
de abstinencia brusca
TOXICOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1399
SUERO ANTIOFÍDICO Mordedura de i.v.: 4 ml de suero en 100 En casos graves puede Precaución por reacciones
Vial de 4 ml víboras ml de SSF en 1 h repetirse la dosis a las 4 h anafilácticas
Viperfav® Premedicación con
corticoides (1 mg/kh/día)
TIOSULFATO SÓDICO Cianuro i.v.: 50 ml de solución al 25 Si es necesario se puede Usar con precaución. No
Vial al 25 % de 50 ml con Nitroprusiato % en 100 ml de SSF a pasar administrar una dosis de es antídoto de primera
12,5 g (FM) en 15 min 6,25 g (equivalente a 25 ml elección
de tiosulfato sódico al 25 %) Como complemento de la
i.v. durante 10 min hidroxocobalamina
AcAd: anticuerpos antidigoxina; BAL: dimercaprol; CCP: complejo protrombínico; CCTD: carga corporal total de digoxina;
ELI: emulsión lipídica intravenosa; FM: fórmula magistral; GCS: escala de coma de Glasgow; IA: intoxicación aguda;
INR: International Normalizated Ratio; MetHb: metahemoglobina; MTX: metotrexato; PCR: parada cardiorrespiratoria;
SF: suero fisiológico; SG: suero glucosado; SNG: sonda nasogástrica; SSF: suero salino fisiológico; TV: taquicardia
ventricular.
TOXICOLOGÍA
BIBLIOGRAFÍA
CAPÍTULO 154
INTOXICACIONES POR FÁRMACOS
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CAPÍTULO 155
INTOXICACIONES POR DROGAS DE ABUSO
1. Torres Pérez AM, Aguilón Leiva JJ. Intoxicaciones agudas por drogas de abuso. Guía para
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BIBLIOGRAFÍA
1402 TOXICOLOGÍA
CAPÍTULO 156
INTOXICACIÓN POR AGENTES NATURALES: PLANTAS, SETAS Y ANIMALES
1. Garcia J, et al. Amanita phalloides poisoning: Mechanisms of toxicity and treatment. Food
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mordeduras o agresiones de animales (tratamiento post-exposición).
5. Enjalbert F, Rapior S, Nouguier-Soulé J, Guillon S, Amouroux N, Cabot C. Treatment of
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7. Nogué S. Intoxicaciones por plantas, setas y picaduras de animales. En: Rozman C (ed.).
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8. Ciardo P, Puñal Pérez A, Talavera Encinas O, Laín Terés N. Intoxicaciones agudas por fármacos,
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CAPÍTULO 157
INTOXICACIÓN POR GASES
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3. Martínez Coronel JF. Intoxicaciones por gases. Principios de Urgencias, Emergencias y Cuidados
críticos. Disponible en: tratado.uninet.edu/c100802.hmtl.
4. Megarbane B. Hidroxicobalamina como antídoto de elección en la intoxicación por cianuro en la
inhalación de humo de incendio: un paso más para demostrar su eficacia. Emergencias. 2010;22:3-5.
CAPÍTULO 158
OTRAS INTOXICACIONES: ALCOHOLES, CÁUSTICOS Y PESTICIDAS
1. Nogué Xarau S. Intoxicaciones agudas. Bases para el tratamiento en un Servicio de Urgencias.
Unidad de Toxicología Clínica. Hospital Clínic. Barcelona; 2010.
2. Sánchez Morla A, Valdeolivas Hidalgo N, Jorge Huerta L, Moreno Fernández A. Intoxicaciones.
En: Manual de Diagnóstico y Terapéutica Médica. 12 de Octubre. 8.ª ed. Madrid; 2017. p. 1449-61.
3. Nogué S, Salgado E. Intoxicación por productos agrícolas. En: Farreras-Rozman: Medicina Interna.
18th ed. Barcelona: Elsevier; 2016. p. 2479-84.
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www.msssi.gob.es/ciudadanos.do?tipo=plaguicidas.
TOXICOLOGÍA
MANUAL DE URGENCIAS
1403
CAPÍTULO 159
ACTUACIÓN ANTE LA SOSPECHA DE SUMISIÓN QUÍMICA
1. Burillo-Putze G, López-Hernández A, Expósito-Rodríguez M, Dueñas-Laita A. Sumisión
química, oportunista o premeditada. Med Clin (Barc). 2013;140:139.
2. Cruz-Landeira A, Quintela-Jorge O, López-Rivadulla M. Sumisión química: epidemiología
y claves para su diagnóstico. Med Clin (Barc). 2008;131:783-9.
3. Fernández Alonso C, Quintela Jorge O, Bravo Serrano B, Santiago Sáez A. Sospecha de
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4. Fernández Alonso C, Quintela Jorge O, Santiago Sáez A. Identificación de la droga de
abuso flakka (a-PVP) como sospecha de sumisión química no probada en Urgencias de
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6. García Repetto R, Soria ML. Sumisión química: reto para el toxicólogo forense. Rev Esp
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logía y Ciencias Forenses (Departamento de Madrid) durante los años 2010, 2011 y 2012.
Rev Esp Med Legal. 2014;40:11-8.
8. Nogué S, Miró O. Sumisión química y atención en los servicios de Urgencias. Med Clin
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9. Santiago Sáez A (coord.). Comisión contra la violencia. Guía de Detección Clínica de la
Sumisión Química. Hospital Clínico San Carlos; Madrid.
10. Xifró A, Barbería E, Pujol A, Arroyo A, Bertomeu A, Montero F. Sumisión química: guía de
actuación médico-forense. Rev Esp Med Legal. 2013;39:32-6.
11. Verstraete AG. Detection times of drugs of abuse in blood, urine, and oral fluid. Ther
Drug Monit. 2004;26:200-5.
PACIENTE PALIATIVO
EN URGENCIAS
CAPÍTULO 161
SEDACIÓN PALIATIVA EN URGENCIAS
Sonia López Lallave | Lucía Cano Carrero | Rodrigo Pacheco Puig
1. INTRODUCCIÓN
El manejo del paciente terminal en situación de últimas horas o de últimos días representa el
paradigma del manejo que aspira a ser excelente en la práctica de la Medicina. Por ello debemos
estar formados tanto en aspectos técnicos como en habilidades de comunicación en los Servicios
de Urgencias.
Aunque los pacientes paliativos (oncológicos y no oncológicos) acuden a Urgencias con frecuen-
cia en sus últimos meses de vida, el Servicio de Urgencias no es el lugar apropiado para atender-
los al final de su vida debido a la gran carga asistencial, la ausencia de intimidad y además a que
en muchos casos se desconocen las últimas voluntades del paciente.
El final de la vida es una experiencia única en la biografía de cada individuo y por su importan-
cia todo lo que rodea dicha situación suele ser crucial para los familiares y acompañantes del
paciente. Nuestra intervención deberá estar encomendada a que esta experiencia se desarrolle
garantizando tanto el confort del paciente como el de sus allegados, así como evitando cualquier
sufrimiento y ofreciéndonos a aclarar cualquier duda sobre el posible sufrimiento. Debemos guiar
y acompañar al paciente y a sus familiares en todo el proceso dignificando el paso de la vida a la
muerte.
2. SEDACIÓN PALIATIVA
La sedación paliativa (SP) es una medida terapéutica utilizada como último recurso para ali-
viar el sufrimiento de un paciente en la fase terminal de su enfermedad (proceso avanza-
do e incurable). Consiste en la administración deliberada de fármacos, en la dosis y en las
combinaciones necesarias, para reducir el nivel de consciencia de un paciente tanto como
sea preciso para aliviar adecuadamente uno o más síntomas refractarios, entendidos como
aquellos que no se controlan a pesar de realizar intensos esfuerzos para obtener un trata-
miento tolerable.
En situación de últimos días los cambios en el estado del paciente son frecuentes y rápidos.
Los síntomas más frecuentes son agitación, delirio, disnea intensa, dolor, hemorragias masivas,
vómitos, náuseas y convulsiones. Aparecen debilidad profunda y pérdida de la vía oral. Estos
síntomas deben diferenciarse de aquellos que aparecen de forma brusca y secundarios a una
causa reversible.
La escala de Menten valora la supervivencia del paciente. Los signos de Menten aparecen en la
tabla 1.
Con 4 o más signos de Menten, estaríamos en situación de agonía, prediciendo el éxitus en menos
de 4 días.
CAPÍTULO 161
1408 SEDACIÓN PALIATIVA EN URGENCIAS
5.1. FÁRMACOS
5.1.1. Midazolam (tabla 2)
Es una benzodiazepina (BZD) de inicio de acción rápido (5-10 min s.c. y 2-3 min i.v.) y vida media
de 2-5 h. Su dosis máxima es de 160-200 mg i.v./día y se presenta en ampollas de 5 o 15 mg/3 ml.
Se usa para la mayoría de los síntomas y constituye la 2.ª opción (tras la levomepromazina) para
el deliro en la SP. También se emplea como rescate en caso de mioclonías.
Se inicia la sedación administrando un bolo de inducción, repitiendo cada 5 min si se precisa, has-
ta que el paciente esté tranquilo. A partir de entonces se pueden administrar una perfusión conti-
nua durante 24 h y las dosis de rescate que precise el paciente. En caso de precisar una sedación
rápida y profunda, como en casos de hemorragia masiva (hemoptisis o hemorragia digestiva), hay
que doblar las dosis recomendadas.
Tabla 2. Midazolam
con edema cerebral (disminuye el umbral convulsivo) pero se debe usar el 50 % de la dosis reco-
mendada. Cuando se usa por fracaso del midazolam hay que disminuir la dosis al 50 % en 24 h
para evitar el síndrome de abstinencia antes de comenzar con levomepromazina y posteriormente
reducir un 33 % de la dosis diaria hasta la retirada.
Tabla 3. Levomepromazina
Sus efectos secundarios son: hipotensión dosis-dependiente y riesgo de retención urinaria por
efecto anticolinérgico. No se recomienda su uso asociado a haloperidol, metoclopramida y setro-
nes (ondansetrón) por aumento del efecto sedante.
Tabla 4. Morfina
de 120 mg/día (6 ampollas) y la de inducción o rescate, tanto vía s.c. como i.v., es de 20 mg/4-6 h
hasta el control de los síntomas. La infusión continua (s.c./i.v.) es de 60-120 mg/día.
Aunque la SP se inicie en Urgencias, los pacientes deberían estar en un lugar íntimo y confortable
(planta o sala de paliativos). Hay que vigilar estrechamente su efectividad, modificando el ritmo
de la perfusión de forma individualizada. En caso de que la SP dure más de 24 h, en la siguiente
preparación de los fármacos deberán aumentarse las dosis según los rescates recibidos en las 24 h
previas.
Puntos clave/recuerda
▶▶ La SP como medida terapéutica es utilizada como último recurso para aliviar el sufrimiento
de un paciente en la fase terminal de su enfermedad.
▶▶ Hay que registrar en la historia clínica todo el proceso de sedación, dejando constancia de
que ha sido consensuado con el paciente y/o la familia.
▶▶ El midazolam es el fármaco de elección para la SP, junto con los fármacos coadyuvantes que
precise el paciente según su sintomatología.
CAPÍTULO 162
CONTROL DE SÍNTOMAS EN EL PACIENTE
PALIATIVO EN URGENCIAS
Sonia López Lallave | Lucía Cano Carrero | Rodrigo Pacheco Puig
1. INTRODUCCIÓN
Los cuidados paliativos (CP) son los que debemos proporcionar a pacientes con enfermedad
avanzada, progresiva o terminal y a sus familias para mejorar su calidad de vida, teniendo en
cuenta siempre sus valores, preferencias y creencias.
Estos cuidados deben comenzar junto con los tratamientos activos de la enfermedad, cobrando ma-
yor importancia al final de la misma. Por este motivo, los Servicios de Urgencias se transforman en un
punto fundamental en la atención a estos pacientes, ya que acudirán en numerosas ocasiones duran-
te el proceso de su enfermedad, con aumento en el número de visitas en los últimos meses de vida.
La base principal de los CP en Urgencias debe ser el control y manejo de los síntomas. Los sínto-
mas que presentan los pacientes paliativos son múltiples, multifactoriales y cambiantes, provo-
cando un importante impacto emocional, social y espiritual en el paciente y en su familia. Para
conseguirlo, debemos contar en Urgencias con un equipo multidisciplinar (urgenciólogos, Enfer-
mería, Medicina Interna, Servicio de Paliativos, Oncología, Trabajo Social, Psiquiatría, etc.) para
proporcionar un correcto apoyo y soporte individual y familiar.
▶▶ Comunicación:
• Debe ser honesta y respetuosa, comprendiendo siempre la situación del paciente y de su familia.
• Explicar al paciente y a su familia, en términos comprensibles, los síntomas que presenta,
su causa y cómo tratarlos.
• Fijar un plan terapéutico con plazos para conseguir el control de los síntomas y monitorizar
la respuesta a los tratamientos.
▶▶ Cuidados:
• Acompañar al paciente y su familia hasta el control de los síntomas.
• Evitar movilizaciones innecesarias.
• Si el paciente aún mantiene su autonomía, facilitar su movilidad, evitando sedentarismo
y encamamientos durante su estancia en Urgencias. Esto ayuda a evitar el estreñimiento.
• Facilitar el descanso nocturno manteniendo horarios regulares y, sobre todo, evitar inte-
rrupciones del sueño para administrar medicación y tomar las constantes.
• El cuidado de la boca es uno de los principales indicadores de calidad en el cuidado de
pacientes paliativos. Debemos asegurar hidratación adecuada, cepillado tras cada comida
y dieta rica en frutas y vegetales crudos, pues evitan la sequedad bucal, así como en cítricos
o piña, que estimulan la salivación.
• Alimentación: disminuir el volumen de la ingesta en cada comida; usar gelatinas o espe-
santes para líquidos (pacientes con disfagia, atragantamientos o anorexia); conviene que el
paciente coma cuando tenga apetito, favoreciendo la libertad horaria.
• A los pacientes con disnea, náuseas o vómitos, ubicarles en un lugar aireado y favorecer la
sedestación con el cabecero elevado.
• En casos de procesos hemorrágicos (hemorragias digestivas, hemoptisis o epistaxis), colocar
ropa oscura (verde) en la cama por el efecto visual en caso de exteriorización.
▶▶ Técnicas:
• Priorizar el tratamiento sintomático frente a pruebas diagnósticas invasivas.
• La vía de elección en situaciones urgentes de control de los síntomas es la i.v. por su rapidez
ya que no depende de procesos de absorción.
• La v.o. es la vía de elección mientras sea posible. En los pacientes que hayan perdido la v.o.
por encontrarse en fases avanzadas de su enfermedad será necesario el uso de la i.v. Al alta,
se valorará la s.c.
• Sonda vesical: en episodios de retención aguda de orina (RAO) o para evitarlos, pero no
para el control de la diuresis por el disconfort que produce al paciente. Puede plantearse
como alternativa a la cuña para evitar movilizaciones durante el aseo.
• Sonda nasogástrica: su uso en caso de obstrucción intestinal, así como la cirugía, es con-
trovertido y debemos individualizar según el paciente y la fase de su enfermedad.
• Técnicas invasivas: la paracentesis y la toracocentesis son técnicas habituales en estos pa-
cientes para aliviar los síntomas. La colocación de gastrostomías, yeyunostomías, nefros-
tomías, etc. no es una decisión que se deba tomar en Urgencias.
▶▶ Tratamientos:
• Ante un síntoma de causa reversible se administrará el tratamiento etiológico sin olvidar el
tratamiento sintomático del mismo.
• Oxigenoterapia: siempre en casos de hipoxemia o dependencia psicológica, preferente-
mente en gafas nasales, pues producen menos disconfort.
• Ventilación mecánica no invasiva (VMNI): para paliar el trabajo respiratorio del paciente con
disnea, junto con tratamientos médicos sintomáticos, está recomendado siempre que no
produzca disconfort al paciente.
CAPÍTULO 162
1414 CONTROL DE SÍNTOMAS EN EL PACIENTE PALIATIVO EN URGENCIAS
Tabla 1.
▶▶ Hemoptisis: en casos de sangrado leve o moderado está indicado el tratamiento con codeína
para controlar la tos, fármacos antifibrinolíticos como el ácido tranexámico 1-1,5 g/8-12 h v.o.
y nebulizaciones con adrenalina 1/1.000 (1 mg diluido en 5 ml de suero salino fisiológico
[SSF]). Se puede plantear tratamiento con radioterapia paliativa. En casos de hemorragia
masiva (> 200 ml/24 h) debemos plantear al paciente (si fuera posible) y a su familia iniciar
la sedación paliativa. Hay que iniciar el tratamiento con midazolam 15 mg i.v. (por la mayor
rapidez de esta vía) hasta alcanzar la sedación profunda.
▶▶ Hipo (ver el capítulo 18): el fármaco de elección, como relajante muscular e inhibidor central, es
el baclofeno 5-10 mg v.o. en las crisis y 5-20 mg/8-12 h v.o. de mantenimiento.
▶▶ Tos: no se deberán mezclar opiáceos menores con mayores. Si ya existe tratamiento con opiá-
ceos, se deberá aumentar la dosis.
PACIENTE PALIATIVO EN URGENCIAS
MANUAL DE URGENCIAS
1415
Tabla 2.
Opioides: dextrometorfano 15-30 mg/4-8 h v.o., codeína 15-60 mg/4-8 h v.o., morfina: liberación
inmediata 5-10 mg/12 h v.o., liberación retardada 10 mg/12 h v.o.
No opioide: antihistamínicos H1 sedantes: cloperastina 20 mg/8 h v.o.
Mucolíticos: acetilcisteína 200 mg/8 h v.o., butilescopolamina 10 mg/6-12 h v.o.
Anticolinérgico inhalado: bromuro de ipratropio cada 6-8 h
Tabla 3.
Tabla 4.
▶▶ Tenesmo vesical o espasticidad del detrusor: butilescopolamina s.c. en bolos o en infusión con-
tinua i.v. 60-120 mg/día, amitriptilina 25-50 mg/día v.o., oxibutinina 2,5-5 mg 8-12 h v.o. o antiin-
flamatorios no esteroideos (AINE) (naproxeno 500-1.000 mg/12 h v.o.).
▶▶ Hematuria: franca con coágulos, sondaje vesical con lavados para evitar RAO; si es leve, asinto-
mática, no tratar, tranquilizando al paciente y a la familia; si es moderada, continua, se puede
emplear ácido tranexámico 500 mg/8 h v.o. o i.v.
Tabla 5.
▶▶ Convulsiones: los pacientes con antecedentes de crisis epilépticas deben mantener su trata-
miento de base, valorando ajustar dosis y vía de administración en caso de pérdida de la v.o.
Fármacos como fenobarbital, carbamazepina, ácido valproico y lamotrigina se pueden admi-
nistrar por vía rectal sin necesidad de ajuste de dosis. Con el levetiracetam se reduce la dosis a
la mitad por vía rectal. En las crisis se puede administrar diazepam i.v. y vía rectal.
▶▶ Insomnio: es un síntoma frecuente que produce una disminución en el umbral del dolor. Se
deben mantener horarios regulares y ambiente tranquilo y evitar estimulantes e interrupciones
del sueño para administrar la medicación. El tratamiento consiste en benzodiazepinas (BZD)
de vida media corta, antidepresivos sedantes (mirtazapina, trazodona, amitriptilina) si asocia
síntomas depresivos y neurolépticos en caso de angustia vital.
▶▶ Depresión: es importante tratarla ya que potencia otros síntomas. Los fármacos de elección de
los antidepresivos son los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). Hay que
acompañar al paciente con medidas de soporte emocional multidisciplinar.
▶▶ Ansiedad: son de elección BZD, neurolépticos (si asocia delirio) y opioides (si la ansiedad se
asocia a dolor o disnea).
▶▶ Diaforesis: está producida por algunos tumores (mama, próstata) y por fármacos. Su trata-
miento consiste en dexametasona 1-2 mg/día v.o., amitriptilina 10-50 mg/día v.o. y oxibutinina
2,5 mg/8 h v.o.
▶▶ Fiebre: son de elección los AINE (naproxeno 500 mg/12 h v.o.).
▶▶ Prurito: hay que mantener hidratación y cuidados de la piel. Si es localizado se trata con lido-
caína al 2 % o esteroides tópicos y si es generalizado con hidroxizina, clorpromazina, resinco-
lestiramina (por colestasis), gabapentina o sertralina (por insuficiencia renal).
▶▶ Crisis de claudicación familiar: son crisis de descompensación del enfermo y/o de los familiares
en las que se agravan los problemas médicos y su impacto. Es la primera causa de ingreso hos-
pitalario y debemos ser capaces de diagnosticarla. Generalmente aparecen ante una situación
médica nueva o un síntoma nuevo o mal controlado en el domicilio. Debemos ser comprensivos
con la familia y ofrecer apoyo e ingreso hospitalario si es preciso.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Ante la presencia de un síntoma nuevo hay que buscar la causa reversible del mismo, selec-
cionando siempre técnicas diagnósticas y tratamientos lo menos invasivos posibles.
▶▶ Cualquier síntoma que empeore la calidad de vida del paciente y de sus familiares ha de ser
considerado importante y se deberá intentar tratar.
PACIENTE PALIATIVO EN URGENCIAS
BIBLIOGRAFÍA
CAPÍTULO 161
SEDACIÓN PALIATIVA EN URGENCIAS
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CAPÍTULO 162
CONTROL DE SÍNTOMAS EN EL PACIENTE PALIATIVO EN URGENCIAS
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4. Mejías Estévez MJ. Guía práctica de manejo domiciliario del dolor y otros síntomas. 2.ª ed.
Octubre de 2016.
MISCELÁNEA
CAPÍTULO 163
ANAFILAXIA
Francisco Javier Ruano Pérez | María Garcimartín Galicia
1. ANAFILAXIA
1.1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
La anafilaxia, con una incidencia de 4-50/100.000 personas/año, es una patología frecuente en
Urgencias, constituyendo el 1,8 % de las consultas en los Servicios de Alergología. Se define como
una reacción alérgica generalizada, grave, de instauración rápida y potencialmente mortal (0,7-2 %).
Los síntomas incluyen afectación cutánea (urticaria y angioedema) y de otros sistemas (respi-
ratorio, cardiovascular o digestivo). Si existe hipotensión se habla de shock anafiláctico (ver el
capítulo 32).
1.2. ETIOLOGÍA
La causa más frecuente de anafilaxia en niños y adolescentes consiste en los alimentos, mientras
que en los adultos se trata de los fármacos. El mecanismo por el que se produce es con mayor
frecuencia inmunológico (inmunoglobulina [Ig] E mediada), si bien puede ser no inmunológico o
idiopático (tabla 1).
1.4. DIAGNÓSTICO
Es fundamentalmente clínico; se considera anafilaxia cuando se cumple uno de los 3 criterios
siguientes:
1. Inicio agudo (min/h) de un síndrome que afecta a piel y/o mucosas junto con al menos uno de
los siguientes:
• Compromiso respiratorio (disnea, sibilancias, estridor).
• Disminución de la tensión arterial (TA) o síntomas asociados a disfunción orgánica (hipotonía, sín-
cope, incontinencia).
2. Aparición rápida (min/h) tras la exposición a un alérgeno potencial para ese paciente de 2 o más
de los siguientes síntomas:
• Afectación de piel y mucosas.
• Compromiso respiratorio.
• Disminución de la TA (o síntomas de disfunción orgánica).
• Síntomas gastrointestinales persistentes (dolor abdominal tipo cólico, vómitos).
3. Disminución de la TA (min/h) tras la exposición a un alérgeno conocido para ese paciente (adul-
tos: tensión arterial sistólica [TAS] < 90 mmHg o descenso superior al 30 % de la basal; lactantes
y niños: TA baja o descenso superior al 30 % de la TAS).
La gravedad de la anafilaxia se relaciona con la rapidez en la progresión de los síntomas, con el
tipo de antígeno y su vía de entrada y con los órganos afectados. Se deben valorar el nivel de
consciencia, la vía respiratoria y el sistema cardiovascular, distinguiéndose 3 grados:
• Leve: solo afectación de la piel y/o del tejido celular subcutáneo.
• Moderado: compromiso respiratorio, cardiovascular y/o digestivo.
• Grave: hipoxia, hipotensión y/o afectación neurológica.
normaliza a las 6-9 h tras la reacción. El aumento de dos veces el nivel basal en las 6 h primeras
apoya el diagnóstico.
El diagnóstico diferencial de la anafilaxia es fundamentalmente con otros cuadros que produ-
cen clínica respiratoria aguda (asma, bronquitis, edema agudo de pulmón, tromboembolismo
pulmonar, neumotórax, aspiración de cuerpo extraño), clínica de rubefacción (mastocitosis,
síndrome carcinoide, feocromocitoma, escombroidosis, vipoma, síndrome del restaurante
chino), angioedema (bradicinérgicos, inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina
[IECA]), hipotensión o síncope (reacción vasovagal, ansiedad, shock de otra etiología, accidente
cerebrovascular).
1.6. TRATAMIENTO
La anafilaxia es una emergencia médica, por lo que en primer lugar se debe retirar el agente
causal cuando sea posible (retirar infusión del fármaco, aguijón del insecto o resto de ali-
mento que quede en la cavidad oral) y evaluar la gravedad (edema en las vías respiratorias,
broncoespasmo, hipotensión). En segundo lugar, una vez establecido el diagnóstico y sin ma-
yor demora, se administrará adrenalina i.m. en la zona anterolateral del muslo (0,3-0,5 mg),
seguido de medidas generales: colocar al paciente en decúbito supino, asegurar la permeabi-
lidad de la vía aérea, oxigenoterapia, 2 accesos venosos, si hay hipotensión, suero salino fisio-
lógico (SSF) 1-2 l/h con monitorización de la TA, frecuencia cardíaca, saturación de oxígeno y
electrocardiograma.
Como tratamiento adyuvante añadiremos: antihistamínicos (anti-H1: dexclorfeniramina 5 mg i.v. y
anti-H2: ranitidina 50 mg i.v.), corticosteroides (hidrocortisona 100-200 mg i.v. y metilprednisolona
1-2 mg/kg i.v.) y, si evidenciamos broncoespasmo, broncodilatadores (nebulizado de salbutamol
2,5-5 mg con bromuro de ipratropio 250-500 mg).
Si no observamos mejoría:
1. Repetiremos la dosis de adrenalina i.m. cada 5-15 min (alternando las zonas de inyección y evi-
tando la región glútea).
2. Iniciaremos la perfusión de adrenalina i.v.: hay que diluir 1 mg de adrenalina en 100 ml de SSF
= 0,01 mg/ml (1/100.000). La dosis de inicio es de 0,5-1 ml/kg/h (30-100 ml/h) y la máxima reco-
mendada de 6 ml/kg/h.
3. Si no observamos mejoría con la adrenalina y el paciente está en tratamiento con betablo-
queantes, añadiremos glucagón 1-5 mg i.v. en 5 min, seguido de perfusión: 5 mg de glucagón
en 250 ml de suero glucosado (SG) al 5 % = 20 mg/ml, iniciando a 1-10 mg/min (puede producir
vómitos).
4. Si presenta bradicardia prolongada, añadiremos atropina (bolos de 0,5 mg i.v. hasta un máximo
de 3 mg en 24 h).
5. Si hay hipotensión refractaria al volumen (1-2 l de SSF/h), administraremos 2 ampollas de nora-
drenalina (10 mg) en 100 ml de SG al 5 %, comenzando con 5 ml/h y subiendo de 5 en 5 según
respuesta, o 2 ampollas de dopamina (200 mg) en 100 ml de SG al 5 % = 2.000 mg/ml, comen-
zando con 5-10 mg/kg/min.
6. Avisaremos a la UCI.
En cuanto al embarazo, el tratamiento es similar al de la población general; la adrenalina i.m. es
el tratamiento de elección, tras lo cual se administrará oxigenoterapia y se colocará a la paciente
en decúbito lateral izquierdo. Se debe mantener la TAS > 90 mmHg, con monitorización fetal y
materna continua.
CAPÍTULO 163
1426 ANAFILAXIA
2. URTICARIA Y ANGIOEDEMA
2.1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
La urticaria es una de la patologías dermatológicas más frecuentes: un 15-20 % de la población
tendrá un episodio de urticaria aguda a lo largo de su vida y aproximadamente el 1,8 % de la
población mundial presenta una urticaria crónica. La urticaria es una enfermedad caracterizada
por la presencia de habones, angioedema o ambos. El habón se produce por edema de la dermis
superficial mientras que el angioedema se produce en el tejido celular s.c. y/o submucoso.
2.4. DIAGNÓSTICO
La urticaria/el angioedema se diagnostican clínicamente. La anamnesis debe ir dirigida a recoger:
factores desencadenantes (infecciones, alimentos ingeridos, ejercicio, temperatura, picaduras,
viajes), episodios similares previos, manifestaciones que sugieren un episodio grave (cambios en
la voz, estridor, disfagia, disnea, rinitis, broncoespasmo, inestabilidad hemodinámica), existencia
de pródromos, diagnóstico previo de angioedema o antecedentes familiares. Se debe sospechar
angioedema bradicinérgico si el paciente o los familiares están diagnosticados de angioedema
hereditario, angioedema sin urticaria que no responde al tratamiento, dolor abdominal recidi-
vante sin otra causa que lo justifique o pacientes en tratamiento con IECA que no responden al
tratamiento. En el examen físico junto con la exploración cutánea se valoran de manera priorita-
ria la vía aérea (lengua, úvula o labios) y el sistema cardiovascular.
dermatitis alérgica aguda por contacto, erisipela o celulitis facial, edema linfático, herpes zóster,
enfermedad de Crohn, enfermedades sistémicas del tejido conectivo (como la dermatomiositis)
y abdomen agudo.
2.6. TRATAMIENTO
El manejo en Urgencias de la urticaria/el angioedema va dirigido en primer lugar a eliminar o
retirar el agente causal (fármacos, alimentos, himenópteros) y en segundo lugar al uso de medica-
mentos. El angioedema laríngeo se considera una emergencia médica. El tratamiento de primera
elección en todos los casos de urticaria y/o angioedema consiste en: antihistamínicos (anti-H1:
dexclorfeniramina 5 mg i.v., con un máximo de 20 mg/día), corticosteroides (hidrocortisona 100-
200 mg i.v. y metilprednisolona 1-2 mg/kg i.v.) y adrenalina (0,3-0,5 mg i.m.).
En los pacientes con angioedema sin urticaria que no responden a los 30-60 min de iniciar el
tratamiento nos plantearemos la posibilidad de que se trate de un angioedema bradiquinérgico.
El tratamiento se realizará con:
▶▶ Concentrados plasmáticos del inhibidor de la C1-esterasa humana (phC1INH): 20 UI/kg i.v. en
niños o adultos en dosis única o 1.000 U i.v. en > 12 años en dosis única, según el producto far-
macéutico; se puede repetir la dosis a los 60 min. De 2 a 11 años se ajustará según el peso: < 25
kg: 500 U y > 25 kg: 1.000 U.
▶▶ Inhibidor de la C1 esterasa humana recombinante (rhC1INH): conestat alfa: > 12 años con peso <
84 kg: 50 U/kg i.v. y con peso > 84 kg: 4.200 U i.v.; se puede repetir la dosis transcurridas 6 h pero
nunca más de 2 inyecciones/día.
▶▶ Antagonista del receptor B2 de la bradicinina (acetato de icatibant): > 18 años en dosis única
de 30 mg s.c.; se puede repetir la dosis transcurridas 6 h pero nunca más de 3 inyecciones/día.
Si no disponemos de estos fármacos se pueden emplear antifibrinolíticos: ácido tranexámico
500-1.000 mg v.o. o i.v. (15 mg/kg)/4 h o plasma fresco congelado. Además del tratamiento es-
pecífico del angioedema, el paciente puede precisar analgesia, antieméticos y/o fluidoterapia,
especialmente cuando hay afectación intestinal.
ALGORITMO
Definiciones Prevalencia y etiología
Anafilaxia: reacción alérgica generalizada, grave, de Anafilaxia: 0,05-2 % de la población mundial. Etiología:
instauración rápida y potencialmente mortal niños (alimentos: huevo, leche, frutos secos); adultos
Urticaria: enfermedad caracterizada por la presencia (AINE, betalactámicos, alimentos, himenópteros)
de habones, angioedema o ambos. Se clasifica en: Urticaria aguda: 15-20 % de la población.
aguda (< 6 semanas), crónica (> 2 episodio/semana Etiología: alimentos, medicamentos, infecciones,
durante > 6 semanas) estímulos físicos, himenópteros, látex, anisakis…
Angioedema sin urticaria: se clasifica en: Urticaria crónica: 1,8 % de la población mundial.
• Hereditario: con/sin déficit de inhibidor C1 Etiología: espontánea o inducible
• Adquirido: con déficit de inhibidor C1, por IECA, Angioedema hereditario: enfermedad rara, 1
idiopático histaminérgico o no histaminérgico caso/100.000 hab. HA dominante
Sin urticaria
Síntomas respiratorios Angioedema recidivante
No Dolor abdominal
↓ TA Duración del habón
Disfunción orgánica Vómitos
Edema laríngeo
< 24 h > 24 h Historia familiar de AE
Sí < 6 semanas > 6 semanas
Angioedema
Anafilaxia Urticaria aguda Urticaria crónica Urticaria-vasculitis bradicinérgico
Tratamiento
AINE: antiinflamatorio no esteroideo; IECA: inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina; LES: lupus eritematoso
sistémico; phC1INH: inhibidor de la C1-esterasa humana; rhC1INH: inhibidor de la C1 esterasa humana recombinante;
SG: suero glucosado; SSF: suero salino fisiológico; TA: tensión arterial.
CAPÍTULO 164
URGENCIAS DERMATOLÓGICAS
M.ª Ángeles Martín Díaz | Rodrigo Pacheco Puig
1. INTRODUCCIÓN
Existen pocos cuadros cutáneos que precisen una atención médica inmediata y que puedan ser
considerados una emergencia porque supongan un riesgo vital para el paciente. Sin embargo,
son muchas las enfermedades de la piel que tienen un debut agudo, y por ello el paciente acude
al Servicio de Urgencias para valoración y tratamiento.
A continuación se describen brevemente las urgencias dermatológicas más frecuentes.
2. CELULITIS Y ERISIPELA
Son infecciones bacterianas que afectan a la piel, llegando hasta el tejido celular s.c. Los agentes
etiológicos implicados más frecuentemente son Staphylococcus aureus y Streptococcus pyogenes.
La celulitis es más profunda y con límites menos netos y la erisipela más superficial, con bordes
más delimitados y eritema más intenso.
2.1. CLÍNICA
Se manifiesta por una placa eritematoedematosa, dolorosa, de aparición brusca, acompañada
de fiebre y malestar general. La afectación es unilateral; debe cuestionarse el diagnóstico cuando
sea bilateral. Puede encontrarse una puerta de entrada, como heridas o abrasiones cutáneas, pi-
caduras o pie de atleta. La insuficiencia venosa, la diabetes y la xerosis en los miembros inferiores
pueden ser factores favorecedores.
2.2. DIAGNÓSTICO
Se basa en la anamnesis y en la exploración física. Se preguntará por tiempo de evolución, si exis-
te fiebre y malestar general, posibles puertas de entrada y enfermedades de base. Se valorarán
la localización y la extensión del cuadro. No son necesarias las pruebas complementarias para
confirmar el diagnóstico. Sin embargo, pueden ser útiles para detectar complicaciones y orientar
el tratamiento.
Es recomendable solicitar un análisis con hemograma, bioquímica y coagulación y hemocultivos
si la fiebre es alta. Hay que valorar ecografía de partes blandas si hay sospecha de miositis o de
síndrome compartimental.
2.3. TRATAMIENTO
Se basa en antibióticos sistémicos que cubran de forma empírica S. aureus y S. pyogenes. Se pue-
de iniciar el tratamiento antibiótico v.o., salvo en casos de gravedad clínica o comorbilidades aso-
ciadas. Los antibióticos de elección son amoxicilina clavulánico 500 mg/8 h, cloxacilina 500 mg/6 h
o cefuroxima 500 mg/12 h. La duración del tratamiento será individualizada en función de la res-
puesta clínica y oscila entre 5 y 14 días. Si los síntomas progresan a pesar de 48 h de tratamiento
CAPÍTULO 164
1432 URGENCIAS DERMATOLÓGICAS
v.o., será necesario el ingreso del paciente y el tratamiento i.v. En caso de alergias o resistencias se
pueden usar quinolonas, clindamicina o vancomicina y linezolid.
Además, serán necesarias medidas de soporte, como hidratación y analgesia. Es recomendable
hidratar la piel y elevar la pierna para eliminar el edema.
3. IMPÉTIGO
Es una infección bacteriana de la epidermis altamente contagiosa y rápidamente progresiva. A
pesar de su clínica característica, es frecuente que se confunda con un herpes o con dermatofito-
sis. Es un motivo de consulta habitual en Urgencias, sobre todo en verano y en niños.
3.1. CLÍNICA
Afecta sobre todo a niños de 2-6 años en meses de verano. Puede haber epidemias en campa-
mentos o en colegios por su alta contagiosidad. También se ha descrito con mayor frecuencia
en países en vías de desarrollo en relación con la pobreza y la falta de higiene. Es una infección
autolimitada, que cura sin cicatriz en 10-15 días. Deja de ser contagioso cuando se desprenden
las costras o tras 2 días de antibiótico. Las complicaciones son raras y suelen darse en adultos.
En un 1-5 % de los casos puede haber glomerulonefritis (en caso de impétigo estreptocócico).
Sin embargo, no se asocia con fiebre reumática. Hay dos formas clínicas:
▶▶ Impétigo contagioso: supone el 70 % de los casos. Suele aparecer en la cara, en regiones perio-
rificiales, como pápulas eritematosas que se van extendiendo y evolucionan rápidamente a ve-
sículas frágiles, que se rompen dando lugar a las características costras melicéricas. Se puede
extender a extremidades y otras localizaciones por autoinoculación. Hay que preguntar si hay
más casos similares en hermanos o en amigos. En la actualidad en la mayoría de los casos (70 %)
se aíslan S. aureus y S. pyogenes solo en un 2 % (más frecuente en países subdesarrollados); el
resto son formas mixtas.
▶▶ Impétigo ampolloso: es menos frecuente y menos contagioso que el anterior. Suele afectar a
lactantes. Su agente causal es S. aureus, que produce una toxina epidermolítica. Se caracteriza
por ampollas flácidas, que se rompen en 2-3 días, dejando erosiones con collarete descamati-
vo. Se localiza típicamente en los pliegues. El estado general suele ser bueno.
3.2. DIAGNÓSTICO
Es clínico. El cultivo microbiológico puede ser interesante para detectar cepas nefritogénicas o S.
aureus meticilín-resistente.
3.3. TRATAMIENTO
Como medidas generales se recomienda una adecuada higiene de manos y evitar compartir toa-
lla o ropa de cama para reducir la transmisión.
Es fundamental eliminar las lesiones costrosas. Para ello se emplean fomentos con sulfato
de cobre o de zinc (se empapa una gasa con la solución y se deja actuar sobre la zona que
hay que tratar durante unos 5 min; de esta forma las costras se desprenden fácilmente).
Posteriormente hay que aplicar un antibiótico tópico, que es el tratamiento de primera lí-
nea, como la mupirocina y el ácido fusídico. Este tratamiento hay que realizarlo 2 veces/día
durante 7-10 días.
La antibioterapia v.o. se reserva para formas muy extensas o complicadas. Amoxicilina 500 mg/8
h, cloxacilina 500 mg/ 6 h y cefuroxima 500 mg/12 h durante 7 días son el tratamiento v.o. de elec-
ción. En caso de alergias se pueden usar macrólidos o trimetoprim sulfametoxazol.
MISCELÁNEA
MANUAL DE URGENCIAS
1433
4. HERPES ZÓSTER
Es la reactivación del virus de la varicela. Produce las mismas lesiones que esta pero de forma
localizada, en una o varias metámeras. Su incidencia y gravedad aumentan con la edad y con la
inmunodepresión y estos mismos factores favorecen la reactivación. Supone un motivo de con-
sulta frecuente a los Servicios de Urgencias.
4.1. CLÍNICA
Es característico que unos días antes de la erupción vesiculosa unilateral el paciente presente un
dolor neuropático en dicha zona. Si consulta antes de la erupción, puede ser mal diagnosticado
de cardiopatía isquémica, cólico biliar o cólico nefrítico, dependiendo de la localización. Las me-
támeras más frecuentemente afectadas son las torácicas, seguidas del territorio del trigémino,
lumbosacro y cervical. Cuando se afecta la rama oftálmica del V par craneal se denomina herpes
zóster oftálmico; si además afecta a la rama nasociliar (lesiones en la punta nasal), puede haber
afectación ocular y debería ser valorado por Oftalmología. Otra localización especial es en el VII
o VIII par craneal, con lesiones herpéticas en la concha auricular, y se puede complicar con acú-
fenos, hipoacusia, vértigo o parálisis facial (síndrome de Ramsay Hunt). En inmunodeprimidos el
herpes zóster puede diseminarse y supone un cuadro grave. La complicación más frecuente del
herpes zóster es la neuralgia posherpética. Se trata de un dolor neuropático incapacitante en la
localización del herpes que aparece sobre todo en personas de edad avanzada.
4.2. DIAGNÓSTICO
Es clínico.
4.3. TRATAMIENTO
Es recomendable realizarlo v.o., sobre todo en la fase vesiculosa. Son útiles los fomentos astrin-
gentes, como el sulfato de cobre o de zinc, y los antibióticos tópicos para evitar la sobreinfección.
Los antivíricos tópicos no son eficaces y pueden provocar una reacción local.
El tratamiento antiviral v.o. se recomienda en las primeras 48-72 h. En pacientes > 50 años, con com-
promiso ocular o nuevas lesiones, está indicado el tratamiento antiviral v.o. aunque hayan pasado
más de 72 h del inicio de las lesiones. Se pueden prescribir aciclovir 800 mg v.o. 5 veces/día durante 7
días, valaciclovir 1 g/8 h durante 7 días o famciclovir 500 mg/8 h durante 7 días y también brivudina 125
mg/24 h durante 7 días. Sin embargo, hay que tener precaución con este último fármaco, ya que está
totalmente contraindicado en pacientes en tratamiento con 5-fluorouracilo y derivados.
5.1. CLÍNICA
Las manifestaciones clínicas son muy características. Primero aparece una placa ovalada de 1-5
cm, eritematosa, con un collarete descamativo y asintomática (medallón heraldo). Suele locali-
zarse en el tronco. A las 2 semanas aproximadamente se añaden lesiones similares, pero de me-
nor tamaño en tronco, cuello y raíz de las extremidades. Estas lesiones siguen una distribución
“en árbol de Navidad” (siendo el eje mayor de las lesiones paralelo a las líneas de tensión de la
piel). No hay afectación del estado general.
CAPÍTULO 164
1434 URGENCIAS DERMATOLÓGICAS
Aunque característicamente es una erupción asintomática, el prurito puede ser variable en fre-
cuencia e intensidad. Generalmente desaparece en 6-8 semanas. No suele haber recidivas.
5.2. DIAGNÓSTICO
Es fundamentalmente clínico y más difícil si el paciente consulta en la fase inicial, cuando solo
tiene el medallón heraldo, ya que se puede confundir con una tiña o con un eccema. Cuando la
erupción se generaliza es cuando suele acudir a Urgencias. Habrá que establecer el diagnóstico
diferencial con la sífilis secundaria, la psoriasis en gotas y el eccema numular.
5.3. TRATAMIENTO
Dado que es un proceso autolimitado y asintomático, lo primordial es informar y tranquilizar al
paciente. Únicamente en los casos en los que el prurito sea muy intenso se recomiendan emolien-
tes, corticoides tópicos de baja potencia y/o antihistamínicos v.o.
6. VASCULITIS
Un motivo por el que un paciente puede acudir a Urgencias es la púrpura palpable, que es la
lesión característica de las vasculitis, que son enfermedades caracterizadas por el daño y la infla-
mación de las paredes vasculares, independientemente del calibre del vaso afectado. La afecta-
ción cutánea en los distintos tipos de vasculitis es muy frecuente, bien aislada, bien en el contexto
de un compromiso sistémico.
La más frecuente es la vasculitis leucocitoclástica de pequeño vaso. El desarrollo de una vasculitis
puede ser de causa desconocida o deberse a infecciones, fármacos, neoplasias o enfermedades
inflamatorias sistémicas.
6.1. CLÍNICA
Las manifestaciones más frecuentes son pápulas purpúricas en las piernas que no desaparecen
a la vitropresión, secundarias a la afectación de vasos dérmicos de pequeño calibre. Si se afec-
tan vasos mayores pueden aparecer ampollas hemorrágicas, pústulas y nódulos, que se pueden
ulcerar. Esta clínica puede acompañarse de síntomas extracutáneos, como astenia, artralgias y
fiebre.
6.2. DIAGNÓSTICO
Es necesario hacer una biopsia cutánea para confirmar la afectación vascular y el calibre del vaso
afectado. Es recomendable escoger lesiones recientes, de menos de 48 h de evolución. Además,
hay que descartar afectación visceral, por lo que se debe solicitar un análisis con hemograma,
coagulación, perfil hepático y renal, sedimento urinario y una radiografía de tórax. Además, el es-
tudio de laboratorio se debe completar con anticuerpos antinucleares (ANA), anticuerpos antici-
toplasma de neutrófilos (ANCA), factor reumatoide, crioglobulinas, complemento, proteinograma
y serología para virus de la hepatitis B (VHB) y virus de la hepatitis C (VHC).
6.3. TRATAMIENTO
Como tratamiento sintomático es recomendable el reposo con elevación de los miembros infe-
riores. En formas cutáneas extensas se puede pautar prednisona 0,5-1 mg/kg/día en pauta des-
cendente. Si existen recidivas puede precisarse tratamiento inmunosupresor, como la azatioprina
o el metotrexato. El tratamiento sistémico no debe iniciarse antes de haber realizado la biopsia
cutánea.
MISCELÁNEA
MANUAL DE URGENCIAS
1435
7. ERITRODERMIA
Se define como eritema y descamación variable que afecta a > 90 % de la superficie corporal.
Requiere atención urgente ya que condiciona un fallo cutáneo agudo, con riesgo de alteración
del equilibrio hidroelectrolítico, hipovolemia, taquicardia, insuficiencia renal y sepsis. En más del
50 % de los casos se trata de la generalización de una dermatosis previa (psoriasis, dermatitis
atópica, linfoma cutáneo de células T, pitiriasis rubra pilaris, etc.); también puede ser una manifes-
tación de una toxicodermia o un proceso paraneoplásico. Hasta en un 30 % de los casos no llega
a encontrarse la causa.
7.1. CLÍNICA
En días o semanas va apareciendo un eritema descamativo generalizado, sin afectar a las mu-
cosas. Independientemente de la causa, puede haber prurito, adenopatías, alopecia, ectropión,
distrofia ungueal, queratodermia palmoplantar, desequilibrio hemodinámico e infecciones.
7.2. DIAGNÓSTICO
En la historia clínica y en la exploración física deben buscarse indicios de la enfermedad subya-
cente, sobre todo de psoriasis (antecedentes familiares o personales, afectación ungueal), derma-
titis atópica (antecedentes personales, inmunoglobulina [Ig] E, rasgos de atopia), linfoma cutáneo
de células T (adenopatías, linfocitosis atípica en la sangre periférica) o toxicodermia (introducción
de un fármaco nuevo en los últimos 10 días). La biopsia cutánea es fundamental para diagnosticar
la enfermedad subyacente. Los hallazgos de laboratorio suelen ser inespecíficos. Es recomenda-
ble solicitar hemograma, bioquímica con iones, albúmina y perfiles hepático y renal y, si hay fiebre
alta, hemocultivos.
7.3. TRATAMIENTO
En ocasiones se puede requerir ingreso para realizar el estudio y el tratamiento. Los pacientes
se benefician, independientemente de la causa, de ambiente cálido, sueroterapia, baños emo-
lientes, corticoides tópicos de baja potencia, cobertura antibiótica y antihistamínicos. En casos
graves, incluso sin diagnóstico etiológico, se pueden emplear prednisona, ciclosporina (en casos
psoriasiformes) y metotrexato (en caso de sospecha de linfoma).
8.1. CLÍNICA
Aparece un cuadro febril de inicio brusco, con malestar general y artralgias. Se añaden placas
eritematoedematosas, pseudovesiculosas, dolorosas, bien definidas y localizadas en la cara, el
cuello y las extremidades superiores.
8.2. DIAGNÓSTICO
El de sospecha ante la clínica típica debe confirmarse con el estudio histológico, donde se obser-
va el infiltrado neutrofílico. En los análisis aparecen leucocitosis con neutrofilia y aumento de pro-
teína C reactiva (PCR) y velocidad de sedimentación globular (VSG), que apoyan el diagnóstico.
CAPÍTULO 164
1436 URGENCIAS DERMATOLÓGICAS
8.3. TRATAMIENTO
Los corticoides sistémicos son el tratamiento de elección. Consiguen una mejoría clínica muy
evidente de forma rápida. De este modo, la respuesta terapéutica sirve para reafirmar el diag-
nóstico. Utilizaremos prednisona 0,5-1 mg/kg/día en pauta descendente durante varias semanas
para evitar recidivas.
9. ENFERMEDADES AMPOLLOSAS
Un motivo de consulta al Servicio de Urgencias es la aparición de ampollas. En un adulto tenemos
que tener en cuenta las enfermedades ampollosas autoinmunes, sobre todo el pénfigo vulgar y
el penfigoide ampolloso:
▶▶ Pénfigo vulgar: la ampolla es intraepidérmica, por lo que resulta más frágil y difícil de ver; lo
que se suele observar son erosiones. El signo de Nikolsky es positivo. Se produce acantólisis
secundaria a los autoanticuerpos frente a desmogleína 3 o desmogleína 1 y 3. Es una enferme-
dad rara.
▶ ▶ Penfigoide ampolloso: es más frecuente y menos grave. La ampolla es subepidérmica,
más tensa. Se debe al depósito de autoanticuerpos frente a la membrana basal. El
signo de Nikolsky es negativo. Puede ser inducido por fármacos en algunas ocasiones.
Recientemente se han publicado múltiples casos secundarios a la toma de antidiabé-
ticos orales de la familia de los inhibidores de la dipeptidil peptidasa-4 (DPP-4), como
la vildagliptina y sitagliptina. Puede desarrollarse meses después del inicio de la toma
del fármaco.
9.1. CLÍNICA
El pénfigo vulgar aparece a los 40-60 años y las erosiones se localizan en cuero cabelludo, extre-
midades, pliegues y áreas de presión. Es frecuente la afectación de mucosas, que puede preceder
a las lesiones cutáneas. Se trata de un cuadro que puede conllevar fallo cutáneo agudo. El pro-
nóstico depende también de la afectación de las mucosas.
El penfigoide ampolloso se da en ancianos y no suele afectar a las mucosas. Las ampollas tensas
suelen aparecer sobre placas urticariales muy pruriginosas.
9.2. DIAGNÓSTICO
Para confirmarlo es preciso realizar una biopsia cutánea con inmunofluorescencia directa que
confirme la localización de la ampolla y el depósito de anticuerpos. La inmunofluorescencia
indirecta también es útil para detectar los anticuerpos circulantes en la sangre periférica. En la
anamnesis, ante la sospecha de un penfigoide, hay que preguntar por la toma de inhibidores de
la DPP-4.
9.3. TRATAMIENTO
En el pénfigo vulgar muchas veces se requiere ingreso para el tratamiento de soporte. Para con-
trolar el brote se necesitan corticoides sistémicos a altas dosis. Para evitar recidivas se pueden
emplear inmunosupresores (azatioprina, micofenolato, etc.) y rituximab.
En el penfigoide ampolloso se recomiendan corticoides tópicos de alta potencia, como el
clobetasol. Si no es posible o no es suficiente, se puede usar prednisona v.o. a dosis bajas. Si
se encuentra un fármaco responsable, es necesario interrumpir su toma para poder controlar
el cuadro.
MISCELÁNEA
MANUAL DE URGENCIAS
1437
10.1. CLÍNICA
Suele haber una fase prodrómica con fiebre y malestar general. En pocos días aparecen, de forma
brusca, máculas eritematopurpúricas en el tronco, la cara y el cuello que tienden a coalescer,
formándose ampollas flácidas, que se rompen y dejan erosiones y costras. El signo de Nikolsky es
positivo. Las lesiones se pueden extender a las extremidades.
Además, se afectan las mucosas. La afectación de la mucosa oral es constante, con erosiones
y costras en la mucosa labial y estomatitis. También se afecta la mucosa ocular, con riesgo de
formación de pseudomembranas, y la mucosa genital. Incluso en casos graves, pueden afec-
tarse la mucosa respiratoria y la esofágica. La evolución del proceso puede durar 4-6 semanas,
con una morbilidad y mortalidad significativas. Las complicaciones pueden ser por infeccio-
nes y desequilibrios hidroelectrolíticos. Las secuelas a largo plazo están condicionadas por la
afectación ocular.
10.2. DIAGNÓSTICO
Es clínico. La biopsia cutánea demostrará la necrosis de queratinocitos.
Es importante preguntar por los fármacos introducidos 1-3 semanas antes del inicio del cuadro.
En los análisis se pueden observar aumento de reactantes de fase aguda, leucocitosis, alteracio-
nes hidroelectrolíticas y aumento de transaminasas.
10.3. TRATAMIENTO
Lo primero es retirar el fármaco responsable. Si existen dudas se debe suspender toda la medica-
ción que tomara el paciente. En segundo lugar, hay que instaurar medidas de soporte, por lo que
está indicado el ingreso hospitalario (en casos > 30 % de la superficie corporal será en la Unidad
de Cuidados Intensivos).
En último lugar se debe poner tratamiento para disminuir la actividad del proceso. Al haber
pocos casos descritos, no existen ensayos clínicos controlados sobre el tratamiento específi-
co y es un tema controvertido pero, dada la gravedad del cuadro, está indicado instaurar en
fases iniciales un tratamiento para disminuir la reacción inmunológica, como los corticoides
sistémicos, en pulsos, administrados de forma precoz. También se han usado ciclosporina,
con buenos resultados, e Ig i.v.
CAPÍTULO 165
URGENCIAS POR FRÍO
Mariano Bartolomé Colussi | Rodrigo Pacheco Puig
1. HIPOTERMIA
1.1. DEFINICIÓN
La hipotermia accidental es el descenso de la temperatura central por debajo de los 35 ºC que
ocurre de forma espontánea.
1.2. ETIOLOGÍA
La termorregulación es el equilibrio entre la producción y la eliminación del calor; la temperatura
corporal central se mantiene estable en 36,5-37,5 ºC. Los mecanismos de intercambio de calor
son la conducción, la convección y la radiación y los de pérdida, la evaporación. El frío es el agente
etiológico indiscutible y fundamental; su acción patógena depende de su intensidad, del tiempo
de exposición y de condiciones ambientales como el viento, la humedad y la altura.
La hipotermia puede ser aguda, por una exposición al frío brusca e intensa, siendo los meca-
nismos de termorregulación ineficaces. La forma subaguda se instaura de manera gradual por
agotamiento de las reservas energéticas del organismo. La forma crónica se da en sujetos que
no son capaces de mantener una adecuada respuesta termorreguladora sin la necesidad de una
exposición al frío intenso.
Las intoxicaciones, quemaduras y otras alteraciones dérmicas, enfermedades endocrinas, altera-
ciones neurológicas y demencias, procedimientos iatrogénicos, sepsis y enfermedades carencia-
les influyen o son causas de hipotermia no medioambiental y hay que tenerlas en cuenta en su
diagnóstico diferencial.
1.3. CLASIFICACIÓN
Se basa en la temperatura central. La hipotermia leve es de 35-32 ºC, la moderada de 32-28 ºC y la
grave < 28 ºC. La categoría profunda es < 24-20 ºC.
La Escala Suiza es un método más práctico basado en los signos clínicos y su relación con la tem-
peratura central:
▶▶ Grado I: paciente alerta y temblando (35-32 ºC).
▶▶ Grado II: paciente somnoliento sin temblor (32-28 ºC).
▶▶ Grado III: paciente inconsciente pero con signos vitales presentes (28-24 ºC).
▶▶ Grado IV: ausencia de signos vitales; muerte aparente (24-13,7 ºC).
▶▶ Grado V: muerte por hipotermia irreversible (< 13 ºC).
La limitación de este sistema es la variabilidad individual frente a la hipotermia.
MISCELÁNEA
MANUAL DE URGENCIAS
1439
El ECG muestra enlentecimiento de la conducción y alteraciones del ritmo cardíaco, siendo lo más
frecuente la FA. Con < 32 ºC se puede observar la onda J o de Osborn, que suele ser proporcional
al grado de hipotermia.
La radiografía de tórax está indicada en pacientes con hipoxia. La neumonía por aspiración y el
edema pulmonar son hallazgos frecuentes.
1.6. TRATAMIENTO
Los objetivos generales de la asistencia consisten en:
▶▶ Aislamiento del ambiente frío.
▶▶ Prevención de una caída posterior de la temperatura corporal.
▶▶ Manejo cuidadoso del paciente.
▶▶ Traslado a un hospital con la tecnología adecuada para el tratamiento del grado de hipotermia.
Las primeras acciones se dirigen a:
▶▶ Administrar soporte vital y evitar la pérdida adicional de calor.
▶▶ Evitar movimientos bruscos al desvestir y explorar al paciente, ya que pueden precipitar arrit-
mias cardíacas.
▶▶ Realizar una exploración general en busca de lesiones por frío locales o signos de traumatismos.
Se valorará al paciente según su clínica y temperatura central:
▶▶ Víctima consciente y temblando: se realizarán aislamiento y protección térmica. Se deben ad-
ministrar bebidas calientes azucaradas para suministrar calorías.
▶▶ Con nivel de consciencia bajo: se debe iniciar el recalentamiento activo con los medios de los
que se disponga, pero evitando siempre el contacto directo sobre la piel. El oxígeno caliente y
humidificado es muy útil. Si se mantiene el reflejo nauseoso, se pueden administrar bebidas
calientes y azucaradas.
▶▶ Inconsciente: se inicia el soporte vital avanzado. El uso de relajantes musculares con < 30 ºC es
controvertido. La valoración cardiovascular es complicada y los pulsos son difíciles de palpar,
por lo que es importante la monitorización del paciente. En este sentido es muy útil la ecografía
cardíaca. Si se requiere una vía central, se evitarán las que presentan acceso a cavidades car-
díacas. La fluidoterapia caliente se realizará con sueros libres de lactato y debe ser cuidadosa
para evitar sobrecargar al paciente. Es obligado el recalentamiento interno activo.
▶▶ Víctima aparentemente muerta: hay que tomar la decisión de si reanimar o no. La ausencia de
reflejos, las livideces y la dilatación pupilar no deben tomarse como signos de muerte. La reani-
mación no debe iniciarse si existen lesiones mortales, el tórax no es compresible, el abdomen
no es depresible o el potasio sérico > 12 mmol/l. Una vez iniciada la reanimación, continuará
ininterrumpidamente hasta que el paciente esté recalentado (32-35 ºC). No se certificará el éxi-
tus hasta que “el paciente esté caliente y muerto”.
Estos pacientes deberán transportarse directamente a un hospital terciario con posibilidades de
recalentamiento con oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO) o bomba de circulación
extracorpórea.
Con < 30 ºC puede intentarse la desfibrilación, pero una sola descarga a máxima potencia. No
se administrarán adrenalina ni amiodarona, pues son ineficaces. Con > 30 ºC los intervalos entre
dosis de fármacos vasopresores y antiarrítmicos se duplican o las dosis se reducen a la mitad. El
marcapasos transcutáneo puede ser eficaz.
El recalentamiento extrahospitalario y en Urgencias mejora la supervivencia; hay que elegir el
método de recalentamiento, que dependerá de las características del paciente y del grado de
hipotermia.
MISCELÁNEA
MANUAL DE URGENCIAS
1441
nariz, orejas, frente y labios. Es muy importante evitar los fenómenos de recongelación tras un
recalentamiento parcial, ya que agravan la lesión.
2.1. CLÍNICA
Presenta dos períodos. El primero (de congelación) se suele instaurar insidiosamente, práctica-
mente sin dolor, y evoluciona hacia un adormecimiento progresivo. El segundo (de recalenta-
miento) se caracteriza por dolor constante y lancinante, en relación con la intensidad y profundi-
dad de la congelación. Las lesiones se clasifican en cuatro grados:
▶▶ Primer grado: palidez y edema; hay parestesias y un eritema poscalentamiento. Es una conge-
lación parcial de la piel que deja pocas secuelas.
▶▶ Segundo grado: eritema, flictenas y cianosis con mínima sensibilidad. Afecta a todo el espesor
cutáneo y tiende a la curación.
▶▶ Tercer grado: cianosis importante y ampollas serohemáticas con anestesia de la herida. Se pro-
duce necrosis hasta la dermis. Cura en 4-6 meses con secuelas.
▶▶ Cuarto grado: la lesión presenta un color grisáceo, con necrosis y posible gangrena. Se afectan
tejidos muscular y óseo. Posiblemente requiere amputaciones.
Existen también dos lesiones por frío pero sin congelación:
1. Sabañón (pernio): es una lesión vascular y neuronal sin pérdida tisular por repetida exposición
al frío. Produce eritema, edema y ligero prurito. Puede evolucionar a placas azuladas, nódulos
y lesiones ulceradas. Es autolimitado.
2. Pie de inmersión (de trinchera): se da por frío húmedo. Inicialmente el pie está cianótico, frío y
con edema y luego, por vasodilatación, aumenta el edema y hay grandes ampollas exudativas.
La gangrena es frecuente y hay trastornos sensitivos.
2.2. TRATAMIENTO
Es fundamental la prevención de la lesión: protegiendo la piel del frío, manteniendo buena hidra-
tación y evitando la inmovilización o prendas ajustadas.
El tratamiento de la congelación es el recalentamiento. Se debe realizar lo antes posible (siempre
que estemos convencidos de que no se va a volver a congelar la parte afecta) y continuar hasta
que el área esté flexible y eritematosa. El recalentamiento debe efectuarse mediante la inmersión
en agua en torno a 38 ºC, evitando quemaduras. No hay que hacer masajes, ya que ocasionan
lesiones mecánicas, ni romper las ampollas si no están infectadas. Es importante proteger de
traumatismos la zona por su anestesia. El proceso es doloroso, por lo que habrá que administrar
analgésicos (opiáceos) e incluso realizar bloqueos nerviosos. Se deben practicar curas locales
asépticas, abiertas y no oclusivas. La extremidad deberá estar elevada. El ácido acetilsalicílico o
el ibuprofeno se usan como inhibidores de las prostaglandinas.
Como tratamiento para mejorar la microcirculación se ha probado con aplicaciones tópicas de
nitroglicerina, antiagregantes plaquetarios, profilaxis antitrombótica con heparinas de bajo peso
molecular e incluso con fibrinolíticos (alteplasa [rtPA]).
Se debe realizar profilaxis antitetánica con toxoide y gammaglobulina y la profilaxis antibiótica
está indicada en lesiones graves. La antibioterapia de elección es amoxicilina-ácido clavulánico
o vancomicina.
El tratamiento quirúrgico debe ser conservador y dejarse para una fase posterior salvo que exis-
tan complicaciones infecciosas o compresivas.
MISCELÁNEA
MANUAL DE URGENCIAS
1443
ALGORITMO
Sospecha de HIPOTERMIA
HIPOTERMIA MODERADA
(28-32 ºC)
- Recalentamiento externo activo - Secuencia de
en áreas del tronco recalentamiento interno
- Recalentamiento interno activo activo (ECMO)
si fracasa lo anterior - Medir temperatura
central
* Iniciar RCP en pacientes sin signos de vida, salvo lesiones mortales, tórax no compresible o potasio sérico > 12 mmol/l.
ECMO: oxigenación por membrana extracorpórea; FV: fibrilación ventricular; PCR: parada cardiorrespiratoria; RCP: rea-
nimación cardiopulmonar; TV: taquicardia ventricular.
CAPÍTULO 166
URGENCIAS POR CALOR. HIPERTERMIA
Manuel Moya Mir | Carlos Alonso Blas
1. CONCEPTO
El centro termorregulador del hipotálamo anterior controla la temperatura corporal para que se
mantenga en torno a los 37 ºC, regulando la producción y la pérdida de calor. El centro recibe
información de los receptores de frío y calor periféricos y de la temperatura de la sangre que llega
a él, modificando los mecanismos por los que el calor se produce o se pierde. El calor se produce
por los procesos bioquímicos que constituyen el metabolismo basal y mediante la contracción
muscular voluntaria o involuntaria (escalofríos). El calor así producido se pierde por radiación, por
conducción, favorecido por las corrientes de convenciówn y por evaporación de sudor, que es la
principal forma de perder calor cuando la temperatura ambiental es > 28 ºC. Cuando la produc-
ción de calor supera la pérdida, la temperatura corporal se eleva por encima de lo normal y apare-
ce hipertermia, que es un proceso diferente de la fiebre ya que su mecanismo de producción es un
fallo de la termorregulación, y el tratamiento consiste en enfriar al paciente. La hipertermia, y es-
pecialmente cuando es debida a golpe de calor, es una verdadera urgencia cuya mortalidad oscila
entre el 10 y el 80 % y aumenta al retrasar el inicio del tratamiento, así como en personas de edad
avanzada, en las que tienen comorbilidad importante, en encamados y en excluidos socialmente.
2. ETIOLOGÍA
Las causas de hipertermia son múltiples y aparecen en la tabla 1.
Dentro de las causas de la hipertermia hay dos que merecen una especial consideración:
1. Síndrome neuroléptico maligno: aparece en personas tratadas con fenotiazinas u otros tran-
quilizantes mayores, existiendo, además de la elevación térmica, un cuadro extrapiramidal y
marcada elevación de creatinfosfocinasa (CPK).
2. Hipertermia maligna posanestesia: es debida a un trastorno genético que se hereda de forma
autosómica dominante. En ella el músculo produce una enorme cantidad de calor tras la expo-
sición a ciertos anestésicos inhalados.
3. CLASIFICACIÓN
El aumento de la temperatura ambiental es la causa más frecuente de hipertermia. Sin llegar a
la hipertermia, el calor tiene otros efectos sobre el organismo que pueden clasificarse, en orden
creciente de gravedad, en exantema, edema, calambres, síncope, agotamiento y golpe por calor.
Solo en los dos últimos hay hipertermia. El golpe de calor puede ser de dos tipos:
1. Por ejercicio (tipo I): suele ser por ejercicio intenso con elevada temperatura ambiental y apare-
ce en personas jóvenes.
MISCELÁNEA
MANUAL DE URGENCIAS
1445
2. Clásico (tipo II): aparece por insuficiencias cardíaca o vascular periférica que impiden la elimi-
nación del calor y aparece en personas mayores, diabéticos, enfermos tratados con fármacos
anticolinérgicos o niños de poca edad cuando hay una ola de calor.
4. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Las alteraciones debidas al calor pueden dar lugar a las siguientes manifestaciones, que son dife-
rentes en los diversos grados de alteración por calor:
▶▶ Exantema por calor: inicialmente hay eritema y prurito en las zonas de piel cubiertas y, si per-
siste la exposición al calor, aparece una erupción maculopapular no pruriginosa que puede
hacerse crónica.
▶▶ Edema por calor: aparece pocos días después de la exposición al calor, afecta a manos y pies y
desaparece en días o pocas semanas espontáneamente.
▶▶ Calambres por calor: son contracciones musculares dolorosas, casi siempre en las extremida-
des, que suelen aparecer al terminar el ejercicio físico intenso en personas con poca adapta-
ción al calor y/o con gran producción de sudor. Su aparición probablemente se deba a altera-
CAPÍTULO 166
1446 URGENCIAS POR CALOR. HIPERTERMIA
ciones en la cantidad de agua, sodio y potasio corporal, que pueden no ser evidentes al realizar
un ionograma.
▶▶ Síncope por calor: es debido a la vasodilatación por el calor, unido a un predominio vagal. Suele
aparecer en bipedestación y se precede de síntomas vagales que mejoran con la posición de
Trendelenburg.
▶▶ Agotamiento por calor: se caracteriza por la presencia de irritabilidad, cefalea, cansancio, mial-
gias, mareo, náuseas, vómitos y sed. En la exploración hay taquicardia, hipotensión ortostática,
diaforesis e hipertermia, que no pasa de 41 ºC, sin alteración del nivel de consciencia, lo que lo
diferencia del golpe de calor. Se debe a la depleción de agua y sal por el calor.
▶▶ Golpe de calor: el clásico o tipo II se caracteriza por la tríada de hiperpirexia (más de 41 ºC), anhi-
drosis y alteración de la consciencia. Aparece el síndrome de respuesta inflamatoria sistémica,
con posterior aparición de shock y fallo multiorgánico. Las manifestaciones son las propias de
la hipertermia. En el tipo I no suele haber anhidrosis sino gran diaforesis, al menos inicialmente.
▶▶ Alteraciones propias de la hipertermia: las manifestaciones clínicas de la hipertermia son muy
variadas y dependen fundamentalmente de las complicaciones que aparezcan y que figuran en
la tabla 2, en la que se observa que prácticamente cualquier órgano o sistema puede afectarse
por la elevación térmica. Hasta en un 20 % de los pacientes pueden aparecer complicaciones
tardías o secuelas (nistagmo, ataxia, dismetría, disartria, déficit intelectual, disminución de la
diaforesis).
5. DIAGNÓSTICO
5.1. CRITERIOS DIAGNÓSTICOS
Las alteraciones debidas al calor se diagnostican por la aparición de las manifestaciones clínicas in-
dicadas en presencia de exposición al calor, especialmente si aparecen en personas no adaptadas.
La hipertermia debe sospecharse por la presencia de elevación de la temperatura corporal y sin-
tomatología compatible en situaciones de riesgo y se puede establecer el diagnóstico una vez
que se ha descartado razonablemente un foco infeccioso que justifique la elevación térmica. Las
principales situaciones de riesgo son: infección viral previa, deshidratación, cansancio, deficiente
estado de forma, ropa que interfiera con la evaporación del sudor, ejercicio prolongado (sobre
todo en personas no entrenadas), falta de aclimatación al calor, obesidad, déficit de sueño, vi-
vienda mal acondicionada, edad avanzada y fármacos (simpaticomiméticos, anticolinérgicos,
betabloqueantes, alfaadrenérgicos, diuréticos, antipsicóticos).
MUSCULARES • Mialgias
• Necrosis muscular y/o rabdomiólisis con mioglobinuria, hiperuricemia,
hiperuricosuria, hiperpotasemia y aumento de CPK
RENALES • Proteinuria
• Insuficiencia renal aguda
PULMONARES • Hiperventilación
• Edema pulmonar no cardiogénico
• Cor pulmonale agudo
HEMATOLÓGICAS • Poliglobulia
• Anemia
• Trombopenia
• Coagulación intravascular diseminada
Las transaminasas se elevan también en ausencia de fallo hepático, al inicio del golpe de calor,
llegando a un pico a las 48 h, aunque este pico se puede retrasar hasta 2 semanas.
El estudio de la coagulación puede mostrar tiempos alargados, disminución de fibrinógeno y au-
mento de dímero D.
La gasometría arterial puede ser normal o mostrar hipoxemia, acidosis metabólica o alcalosis
respiratoria por hiperventilación. Para interpretar los valores de la gasometría es necesario tener
CAPÍTULO 166
1448 URGENCIAS POR CALOR. HIPERTERMIA
en cuenta que hay que aumentar la presión parcial de oxígeno (PaO2) un 7,2 % y la presión parcial
de dióxido de carbono (PaCO2) un 4,4 % y disminuir el pH 0,015 por cada ºC que la temperatura
esté por encima de 37 ºC.
La orina suele mostrar hematuria y proteinuria. Puede haber mioglobinuria y en el sedimento,
cilindros hialinos y/o granulosos.
En el electrocardiograma puede haber solo taquicardia sinusal y, en ocasiones, alteraciones de la
repolarización, QT largo o arritmias.
Son datos de mal pronóstico los siguientes:
▶▶ Temperatura inicial > 41,1 ºC o una temperatura aislada > 42,2 ºC o > 38,8 ºC de forma persisten-
te, a pesar del enfriamiento.
▶▶ Coma de más de 2 h de duración.
▶▶ Edema pulmonar grave.
▶▶ Hipotensión prolongada y de aparición tardía.
▶▶ Acidosis láctica en el golpe de calor clásico.
▶▶ Insuficiencia renal aguda e hiperpotasemia.
▶▶ Transaminasas > 1.000 en las primeras 24 h.
6. TRATAMIENTO
6.1. TRATAMIENTO DE LAS ALTERACIONES POR CALOR
▶▶ Exantema por calor: si hay prurito se pueden administrar un antihistamínico y clorhexidina tópi-
ca. Debe tratarse la sobreinfección bacteriana, generalmente por estafilococo, con amoxicilina/
clavulánico.
▶▶ Edema por calor: no requiere tratamiento. Se puede recomendar elevar las piernas al estar en
sedestación o medias elásticas de compresión débil (mal toleradas con el calor). Los diuréticos
no son útiles.
▶▶ Calambres por calor: responden mal al tratamiento con ingesta abundante de agua y sal o elec-
trólitos, que, sobre todo, previenen su aparición pero tardan en mejorar los calambres. Si no es
posible una ingesta adecuada, debe administrarse suero salino i.v.
▶▶ Síncope por calor: se debe colocar al paciente en Trendelenburg en un ambiente fresco e iniciar
una adecuada hidratación v.o. o i.v. si es necesario.
▶▶ Agotamiento por calor: hay que reponer las pérdidas con suero salino o Ringer lactato.
▶▶ Golpe de calor: el tratamiento es el de la hipertermia.
recomienda una reanimación agresiva, sin control, por el riesgo de aparición de edema agudo
de pulmón.
▶▶ Monitorizar la saturación de oxígeno con pulsioximetría: si hay desaturación, administrar oxíge-
no. Si se acompaña de Glasgow < 9, se debe intubar al paciente.
▶▶ Tratar las complicaciones que presente inicialmente y las que vayan apareciendo.
▶▶ Las técnicas de enfriamiento interno (lavado gástrico con suero salino a 10 ºC, lavado perito-
neal con suero a 20 ºC, hemodiálisis o by-pass cardiopulmonar con enfriamiento externo de la
sangre) se reservan para cuando el paciente esté en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
▶▶ Dantroleno sódico 2,5 mg/kg i.v.: se puede repetir a los 5-10 min y luego continuar con 1 mg/
kg/6 h y puede ser útil en algunas formas de hipertermia, como el síndrome neuroléptico ma-
ligno, aunque se tiende a utilizar en la mayoría de los casos de hipertermia grave, sin que exista
evidencia de su eficacia. En el síndrome neuroléptico maligno puede utilizarse bromocriptina
10-20 mg/día si los síntomas extrapiramidales son muy intensos.
▶▶ Tratar la causa de la hipertermia, si se conoce.
ALGORITMO
SOSPECHA DE HIPERTERMIA
Síntomas
Exposición al calor
Ejercicio intenso
Fármacos
Rehidratación
Recomendaciones OBSERVACIÓN
Exploraciones complementarias
Mejoría
La temperatura desciende a < 38,5 ºC
SÍ NO
DOMICILIO SÍ NO
INGRESO
Detener Mantener
el enfriamiento el enfriamiento
Complicaciones UCI
Tratar
complicaciones
Tratar la causa
Valorar dantroleno
NO SÍ Valorar
enfriamiento
interno
CAPÍTULO 167
AHOGAMIENTO
Raúl Fallos Martí | Raquel Casero Gómez
1. DEFINICIÓN
Se define ahogamiento como el proceso que lleva a la aparición de insuficiencia respiratoria pri-
maria tras la inmersión en un medio líquido.
El término semiahogamiento viene definido como la supervivencia, al menos temporalmente,
después de la aspiración del fluido en los pulmones (semiahogamiento húmedo) o tras la asfixia
secundaria a laringoespasmo (semiahogamiento seco). Estos últimos términos han llevado a con-
fusión y en las últimas guías de reanimación se recomienda no usarlos.
El ahogamiento ocurre con más frecuencia en niños < 5 años en piscinas, ríos y playas. Existe un
segundo pico de prevalencia entre los varones de 15-25 años.
2. ETIOLOGÍA
La causa desencadenante más frecuente de ahogamiento en < 5 años es la falta de supervisión
por un adulto y en 15-25 años prácticas imprudentes e ingesta de tóxicos. El resto de causas se
recogen en la tabla 1.
3. PATOGENIA
Sea cual sea el desencadenante inicial, todos los pacientes presentan hipoxemia que lleva a hi-
poxia tisular y a acidosis láctica, afectando a cualquier órgano del cuerpo. El proceso comienza
con una fase de lucha con contención de la respiración y posterior deglución de grandes can-
tidades de agua, seguido de laringoespasmo de origen vagal. Al aumentar el grado de hipoxia
aparece pérdida de consciencia y relajación del laringoespasmo con entrada de líquido en los
pulmones. Solo en un 10-20 % de los pacientes que sufren ahogamiento no se encuentra líquido
en los pulmones.
La variable más importante de cara al pronóstico es la duración de la hipoxia (tabla 2).
4. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
▶▶ Pulmonares: tanto el agua dulce como la salada producen lavado alveolar del surfactante y
activación de la respuesta inflamatoria, apareciendo en grado variable tos, taquipnea, edema
pulmonar no cardiogénico y síndrome de insuficiencia respiratoria aguda (SDRA). Las atelec-
tasias y neumonías aspirativas son complicaciones pulmonares tardías que inicialmente no se
verán en la radiografía de tórax. El broncoespasmo es muy frecuente.
▶▶ Neurológicas: hipoxia tisular, acidosis e isquemia cerebral producen edema cerebral y elevación
de la presión intracraneal, que conlleva en grado variable alteraciones del nivel de consciencia,
convulsiones y déficit neurológicos, como alteraciones motoras o del habla. Estos síntomas
progresan en las 24 h siguientes al ahogamiento.
▶▶ Cardiovasculares: las arritmias supraventriculares (taquibradicardia sinusal, fibrilación auricu-
lar) secundarias a hipotermia e hipoxemia son muy frecuentes. La insuficiencia cardíaca debida
a isquemia o expansión de volumen circulante es menos frecuente. La hipotensión e hipovole-
mia están producidas por un aumento de diuresis (diuresis fría) en relación con la hipotermia.
▶▶ Renales: insuficiencia renal secundaria a necrosis tubular aguda por hipoxia, shock, hemoglo-
binuria o mioglobinuria.
▶▶ Del metabolismo ácido-base y de los electrólitos: la acidosis (metabólica o respiratoria) está
casi siempre presente. Los cambios electrolíticos significantes solo aparecen si se aspiran más
de 11 ml/kg de líquido hipertónico o se hace en medios inusuales (ej.: Mar Muerto, con agua
extremadamente hipertónica).
MISCELÁNEA
MANUAL DE URGENCIAS
1453
▶▶ Otras:
• Vómitos: derivados de la distensión gástrica por las grandes cantidades de agua y aire deglu-
tidas.
• Hipotermia: frecuente en las fases iniciales.
5. DIAGNÓSTICO
Es evidente pero es importante recoger en la historia clínica los siguientes datos para establecer
el pronóstico e instaurar el tratamiento apropiado:
▶▶ Circunstancias del ahogamiento: posibilidad de daño medular asociado, lesiones en la colum-
na vertebral y daños viscerales.
▶▶ Tiempo estimado de hipoxia: tiempo de inmersión y hora de comienzo de la reanimación car-
diopulmonar (RCP) efectiva.
▶▶ Posibilidad de aspiración de líquido, tipo y cuantificación.
6. TRATAMIENTO
6.1. PREHOSPITALARIO
▶▶ La RCP debe comenzarse tan pronto como el reanimador entre en contacto con el paciente y
siempre con dos ventilaciones de rescate; algunos autores prefieren cinco ventilaciones inicia-
les y antes de las compresiones y seguir con las compresiones torácicas. En pacientes hipotér-
micos la RCP debe continuar mientras el paciente se encuentre a < 35 ºC.
▶▶ La inmovilización cervical no está recomendada salvo que existan signos clínicos de traumatis-
mo cervical o craneal o si se sospecha por la situación del ahogamiento (aguas poco profundas).
▶▶ La maniobra de Heimlich no se recomienda salvo en caso de atragantamiento.
▶▶ Se debe retirar la ropa mojada y los pacientes con temperaturas < 33º C deben recibir trata-
miento para la hipotermia.
▶▶ Hay que realizar monitorización continua de saturación de oxígeno; dióxido de carbono exhala-
do mediante capnografía, glucemia y electrocardiograma (ECG) son obligados.
▶▶ La antibioterapia solo debe iniciarse si se observan signos o síntomas de infección pulmonar o
la inmersión ha ocurrido en aguas claramente contaminadas. En caso de sospecharse, el an-
tibiótico elegido debe cubrir patógenos acuáticos como Aeromonas, Pseudomonas y Proteus.
▶▶ A los pacientes con respiración espontánea se les suministrará oxígeno en mascarilla para man-
tener saturaciones del 92-96 % y evitar la hiperoxigenación.
▶▶ El broncoespasmo se debe tratar igual que en los pacientes con crisis asmáticas administrando
agonistas betaadrenérgicos.
▶▶ La indicación de intubación en el paciente sintomático incluye:
• Signos de deterioro neurológico o incapacidad para proteger la vía aérea.
• Presión parcial de oxígeno (PaO2) < 60 mmHg o saturación de oxígeno (SatO2) < 90 % con
suplementos de oxígeno a alto flujo.
• Presión parcial de dióxido de carbono (PaCO2) > 50 mmHg.
• Solicitud de gasometría arterial basal (GAB), hemograma, bioquímica con iones y coagu-
lación.
• Solicitud de radiografías cervical y torácica y tomografía computarizada (TC) craneocer-
vical solo si se sospecha posible lesión medular o lesión de órganos internos en tórax y
abdomen que puedan entorpecer el manejo del paciente. La radiografía de tórax no aporta
información acerca de la gravedad de la afectación pulmonar, por lo que debe realizarse
solo cuando esté indicada por los síntomas observados.
▶▶ En los pacientes conscientes con hipoxia mínima sin sospecha de aspiración hay que tener en
cuenta los siguientes puntos:
• Seguir todas las recomendaciones anteriores.
• Si el pH < 7,2, administrar 2-5 mEq/kg de bicarbonato 1/6 M (6 ml = 1 mEq) a pasar en 20 min.
• Observar durante al menos 8 h y realizar radiografía de tórax minutos antes del alta.
• Hacer recomendaciones verbales y por escrito de vigilancia y vuelta al Servicio de Urgen-
cias si aparece cualquier síntoma respiratorio o de otro tipo respecto a los descritos ante-
riormente.
▶▶ En pacientes con aspiración e hipoxia más grave con adecuada ventilación aparente hay que:
• Seguir todas las recomendaciones anteriores.
• Colocar sonda nasogástrica para la evacuación de todo el contenido gástrico.
• Si persiste la hipoxemia a pesar del aporte de oxígeno, valorar presión positiva continua
en las vías respiratorias (CPAP) o intubación orotraqueal (ver indicaciones de intubación
arriba).
• Hacer un control neurológico cada 1-2 h para detectar de manera precoz el edema cerebral
y, si se detecta, comenzar con medidas antiedema: elevar el cabecero 30º, furosemida 1
ampolla/8 h para evitar hipervolemia, hiperventilación si existe riesgo inminente de her-
niación, control estricto de las glucemias y agresivo de las crisis con anticonvulsivantes no
sedantes (ej.: fenitoína 1 g [4 ampollas] en 250 ml de suero salino fisiológico [SSF] a pasar en
1 h), evitando los bloqueantes musculares.
• Si hay evidencia de infección pulmonar, comenzar con metilprednisolona 250 mg en bolo
seguido de 40 mg/6-8 h (solo indicado en el paciente grave) y con piperacilina-tazobactam
(4 g/8 h) o meropenem (1 g/8 h) más amikacina (500 mg/12 h).
• Valorar el ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) si hay deterioro a pesar de lo
anterior.
▶▶ En los pacientes con hipoxia grave, aspiración importante, respiración inadecuada o que han
sufrido parada cardiorrespiratoria (PCR), hay que:
• Seguir todas las recomendaciones anteriores.
• Hacer ingreso en la UCI.
• Colocar un catéter de presión venosa central para el control estricto de la volemia.
• Monitorizar la presión intracraneal.
MISCELÁNEA
MANUAL DE URGENCIAS
1455
ALGORITMO
AHOGAMIENTO
TRATAMIENTO PREHOSPITALARIO
-R CP tan pronto como se pueda comenzando con 2
ventilaciones
- I nmovilización cervical solo si signos de
traumatismo craneal. No Heimlich
- O2 para mantener Sat O2 92-96 %
-R etirar la ropa mojada y calentar si Tª < 33 ºC
-V alorar consciencia, ventilación y posibilidad de
aspiración
TRATAMIENTO HOSPITALARIO
Medidas generales:
- 2 vías periféricas y sueroterapia según agua de
inmersión
-S olicitud de analítica con GAB
-S i pH<7,2 Bicarbonato 1/6 M
-S olicitud de pruebas de imagen si sospecha de
traumatismo
ASPIRACIÓN
HIPOXIA GRAVE
VENTILACIÓN NORMAL
- Colocación de SNG
- Valorar CPAP o IOT
- Control neurológico
- Si infección pulmonar ATB y corticoides
- Valorar ingreso en UCI si no hay mejoría
CAPÍTULO 168
QUEMADURAS
Alicia Paloma García Marín | M.ª Lorena Castro Arias
1. DEFINICIÓN
Una quemadura es una lesión traumática en la piel u otro tejido orgánico causada por la trans-
ferencia de energía y la consiguiente destrucción celular procedente de un agente térmico, eléc-
trico, químico, biológico o radiactivo. Tiene una alta morbimortalidad, provocando unas 180.000
muertes/año a nivel mundial y siendo la tercera causa de muerte accidental en España. Su mane-
jo y pronóstico viene definido por el grado, la extensión y la localización de la quemadura, requi-
riendo en la mayoría de los casos un manejo multidisciplinar.
2. ETIOLOGÍA
Los agentes causales de las quemaduras se clasifican en:
▶▶ Agentes físicos:
• Térmicos (calor o frío): sólidos, líquidos, vapores y fuego directo.
• Eléctricos: electricidad doméstica, atmosférica o industrial.
• Radiaciones: sol y radiaciones ionizantes.
▶▶ Agentes químicos: ácidos o álcalis.
▶▶ Agentes biológicos: medusas, sapos…
3. CLASIFICACIÓN
3.1. CLASIFICACIÓN SEGÚN LA PROFUNDIDAD DE LA PIEL AFECTADA
▶▶ Primer grado o epidérmicas (tipo I): destrucción de la epidermis. Presentan aspecto eritemato-
so, no exudativo, y sin flictenas ni ampollas. Son dolorosas y con hipersensibilidad. Curan en 3-7
días sin dejar cicatriz.
▶▶ Segundo grado o dérmicas: se subdividen en:
• Dérmicas superficiales (tipo IIa): destrucción de la epidermis y < 50 % de la dermis. Presentan
eritema claro o rojo brillante, con dolor, formación de flictenas y aspecto húmedo. Son muy
dolorosas y con hipersensibilidad. Curan en 7-21 días y pueden producir una mínima cicatriz o
hipopigmentación.
• Dérmicas profundas (tipo IIb): destrucción de la epidermis y < 50 % de la dermis con destrucción
de fibras nerviosas, glándulas sebáceas y folículos pilosos, por lo que generalmente son menos
dolorosas. El color es rojo oscuro o blanco moteado. Curan en 3-8 semanas, con riesgo impor-
tante de retracciones y sobreinfección.
▶▶ Tercer grado o subdérmicas superficiales (tipo III): afectan a todas las capas de la piel y al tejido
celular s.c. Presentan un aspecto que varía entre carbonáceo y blanco nacarado. Son indoloras
por la destrucción completa de las terminaciones nerviosas. Precisan tratamiento quirúrgico.
MISCELÁNEA
MANUAL DE URGENCIAS
1457
ADULTO NIÑO
Cabeza y cuello 9% 18 %
Tronco 18 % 18 %
Espalda 18 % 18 %
Extremidades superiores 9%% 9%
Extremidades inferiores 9% 13 %
Genitales 1% 1%
4. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Dependen del agente causal, el tiempo de exposición al mismo, la profundidad de y la existencia
de enfermedades previas:
▶▶ Químicas: son producidas por ácidos o álcalis. Su característica principal es la capacidad para
seguir produciendo daño o lesión mientras no se neutralice la acción de la sustancia agresora.
Suelen provocar rápida aparición de edema e inflamación de tejidos subyacentes.
▶▶ Eléctricas: son, en general, de poca extensión pero gran profundidad. Dependen del voltaje, el tipo
de corriente, la duración del contacto, la resistencia del tejido y la conductancia del terreno.
▶▶ Inhalación: pueden variar desde afectación de las vías altas con ronquera y estridor hasta afec-
tación del árbol bronquial, con broncoespasmo e insuficiencia respiratoria.
5. DIAGNÓSTICO
5.1. ANAMNESIS
Es importante precisar cuándo se quemó el paciente, con qué y durante cuánto tiempo, su edad
y sus antecedentes personales (alergias, patologías asociadas, medicación, etc.) y el tratamiento
prehospitalario recibido.
6. TRATAMIENTO
6.1. MEDIDAS GENERALES
▶▶ Oxigenoterapia con mascarilla a alto flujo, salvo en pequeños quemados, e intubación endotra-
queal ante la sospecha de lesiones por inhalación.
▶▶ Dos vías venosas periféricas de gran calibre (18 o 16) y, si es necesario, recurrir a la vía intraósea.
▶▶ Sondaje vesical para el control estricto de la diuresis en quemados graves, manteniendo un
ritmo de diuresis de 1 mg/kg/h en niños y de 0,5 ml/kg/h en adultos.
▶▶ Valoración de la colocación de sonda nasogástrica.
▶▶ Sueroterapia: la reposición inicial se debe hacer con cristaloides (Ringer lactato preferentemen-
te), perfundiendo 500 ml en 30 min mientras calculamos la cantidad que se ha de perfundir
según la fórmula de Parkland modificada (4 ml de Ringer lactato x kg de peso x % de superficie
corporal quemada) en las primeras 24 h: el 50 % del total en las primeras 8 h y el resto en las 16
h siguientes. Las quemaduras eléctricas requieren mayor aporte de líquidos (9 ml/kg/% super-
ficie quemada).
▶▶ Monitorización cardíaca y pulsioximetría.
▶▶ Analgesia: con opioides preferentemente: morfina 2,5-10 mg i.v. en adultos y 0,1-0,2 mg/kg i.v.
en niños (no se recomienda usar la vía i.m.).
▶▶ Control de la ansiedad/agitación: preferiblemente con benzodiazepinas o haloperidol.
▶▶ Profilaxis de la úlcera de estrés: con inhibidores de la bomba de protones (IBP) o antihistamíni-
cos inhibidores de los receptores H2 (anti-H2).
▶▶ Profilaxis: con antitoxina tetánica si el paciente ha recibido la última dosis hace más de 5 años;
si hace más de 10 años o es desconocido, asociar dosis de 500 U i.m. de gammaglobulina anti-
tetánica.
▶▶ Profilaxis antitrombótica.
▶▶ No está indicada la administración de antibioterapia profiláctica.
▶▶ En quemaduras circulares y profundas en extremidades, tórax y cuello, practicar escarotomías
(incisiones hasta la fascia) y/o fasciotomías (las incisiones abarcan también la fascia subyacen-
te) con el fin de evitar síndrome compartimental en las extremidades o dificultades con la res-
piración en tórax y cuello.
▶▶ En las quemaduras de segundo grado profundas y de tercer grado con tejido necrótico desvi-
talizado, se recomienda desbridar y antibioterapia tópica con sulfadiazina argéntica al 0,5-1 %
o bacitracina.
▶▶ Cobertura: las quemaduras dérmicas o subdérmicas deben cubrirse tras la aplicación de anti-
biótico tópico con compresas o gasas estériles y sujetarse con un vendaje laxo.
Puntos clave/recuerda
▶▶ Un paciente quemado se considera crítico o potencialmente crítico y debemos tratarlo
como tal.
▶▶ La profundidad, extensión y localización de las quemaduras, junto con otros factores
como la edad y comorbilidad del paciente, ayudan a estimar su gravedad.
▶▶ Además de los tratamiento específicos y la analgesia, el tratamiento de elección es el
aporte de fluidos, principalmente Ringer lactato, para conseguir la estabilidad hemodi-
námica del paciente.
MISCELÁNEA
MANUAL DE URGENCIAS
1461
ALGORITMO
PACIENTE QUEMADO
Valoración quemadura
ANAMNESIS
- Agente causal
- Escenario de la
exposición
- Edad LOCALIZACIÓN
- Patología asociada PROFUNDIDAD CÁLCULO EXTENSIÓN
- Epidérmica CORPORAL QUEMADA
- Dérmica - Regla de los “9” Wallace
- Subdérmica - Regla de la palma (1 %)
- Esquema de Lund-Browder
GRAVEDAD
LEVE MODERADA-GRAVE
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN
El riesgo eléctrico se define como la posibilidad de circulación de la corriente eléctrica a
través del cuerpo humano, transformándose este en conductor, formando así parte del
circuito eléctrico (efecto de electrización), lo que genera daños en el organismo (lesión por
electricidad).
El daño puede ser producido a través de diferentes mecanismos, como el efecto eléctrico
directo, el efecto eléctrico por proximidad (side splash), la conversión a energía térmica y el
blunt mecánico producido por la descarga.
La gravedad de la lesión eléctrica depende de los factores de Kouwenhoven: tipo de corrien-
te, intensidad, voltaje, resistencia de los tejidos, tiempo de exposición y trayectoria de la co-
rriente.
1.3. VOLTAJE
Se define como la fuerza que desplaza los electrones. Se mide en voltios (V). Según el voltaje,
distinguimos 2 tipos de corriente:
1. Baja tensión: < 500 V.
2. Alta tensión: > 500 V, más dañina.
2. ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
Las lesiones se clasifican en dos grupos:
1. Por fuente natural (rayo o electrofulguración): presentan mayor incidencia en primavera y ve-
rano.
2. Por fuente artificial: tienen mayor incidencia en dos picos de edad: infancia por accidentes por
manipulación de dispositivos eléctricos y edad adulta por accidentes laborales.
3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
3.1. TIPOS DE LESIONES
▶▶ Clásica: puede traducirse en lesiones térmicas (quemadura, necrosis tisular) o electroquímicas
(electroporación: alteración del potencial de las membranas celulares, provocando edema y
daño celular irreversible).
▶▶ Mecánica: por onda expansiva que sacude al paciente, provocando un politraumatismo secun-
dario a su proyección o caída.
▶▶ Por quemadura:
• Quemadura por arco eléctrico: en ella la corriente se extiende por la piel produciendo ignición
de la ropa, dando lugar a quemaduras graves en la piel.
• Quemadura por llamarada: suele ser superficial, dada la escasa duración del contacto.
• Quemadura por calentamiento: hay destrucción tisular masiva, coagulación y necrosis de teji-
dos, produciendo rabdomiólisis.
• Quemadura de contacto (entrada y salida): es la más frecuente, caracterizada por su aspecto
chamuscado, con un centro seco y deprimido y un halo gris-blanquecino de necrosis.
CAPÍTULO 168
1464 QUEMADURAS
de ABC y a reexaminarle completamente en busca de lesiones ocultas. Una vez estabilizado, in-
tentaremos recabar la información acerca del mismo y de la situación en la que se produjo la
lesión. Con todo lo anterior se decidirán los estudios complementarios que se deben realizar y
se reevaluará al paciente de forma frecuente prestando especial atención a posibles síndromes
compartimentales.
Puntos clave/recuerda
▶▶ El paciente que ha sufrido una lesión por electricidad se debe manejar como trauma po-
tencialmente grave.
▶▶ La gravedad de una quemadura externa no predice la gravedad de las lesiones por elec-
tricidad, al igual que la ausencia de quemaduras externas no descarta la presencia de
lesiones eléctricas internas.
▶▶ La electricidad puede causar daños tardíos y lesiones profundas graves que no se corres-
ponden con la presencia de lesiones superficiales.
MISCELÁNEA
BIBLIOGRAFÍA
CAPÍTULO 163
ANAFILAXIA
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CAPÍTULO 164
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1470 MISCELÁNEA
CAPÍTULO 165
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MISCELÁNEA
MANUAL DE URGENCIAS
1471
CAPÍTULO 168
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APÉNDICE
LABORATORIO EN URGENCIAS
Tamar Talaván Zanón | Beatriz Tendero de la Asunción
INTRODUCCIÓN
El laboratorio clínico es responsable de la emisión de informes de resultados analíticos que
contribuyen al diagnóstico, pronóstico, orientación terapéutica y prevención de la enfermedad.
La petición urgente del laboratorio consta de una serie de pruebas diagnósticas de gran uti-
lidad en la evaluación del estado del paciente que acude a urgencias, es decir, pruebas que
pueden condicionar o modificar de forma inmediata la actitud terapéutica. El laboratorio
de urgencias es un laboratorio automatizado en el que se intenta minimizar el tiempo de
respuesta (tiempo entre que una petición llega al laboratorio y se envían los resultados). Para
lograr disminuir ese tiempo de respuesta, hay que tratar de solicitar las determinaciones que
se consideren más oportunas para atender la patología urgente en ese momento. Es de enor-
me trascendencia que exista una relación coordinada entre el Laboratorio y el Servicio de
Urgencias para lograr la máxima eficiencia en la gestión de las pruebas de laboratorio y sus
tiempos de respuesta.
Los constantes avances tecnológicos y un mejor conocimiento de las distintas patologías han
implicado la incorporación de nuevas pruebas diagnósticas que se suman o sustituyen a las ya
existentes.
Es importante señalar que los valores de referencia, también llamados “valores normales”, de-
penden de la población sobre la que se han realizado los cálculos y de la tecnología que se utiliza
para realizar esa prueba. Es deseable por ello, que cada laboratorio clínico establezca sus propios
valores de referencia, con respecto a la población de pacientes a los cuales presta sus servicios y
a la tecnología que utiliza para realizar las pruebas.
Normalmente los resultados de laboratorio son los esperados o consecuencia del estado de
salud del paciente, pero otras veces, se obtienen resultados con valores umbral o incluso con
valores críticos, que requieren una reevaluación urgente de la situación clínica del paciente
que de no ser corregida en poco tiempo aumenta la posibilidad de aparición de eventos ad-
versos.
La comunicación precisa, efectiva y a tiempo a los profesionales sanitarios que ordenan las prue-
bas, de los valores de laboratorio significativamente anómalos (resultados o valores críticos) es
esencial para asegurar una atención adecuada y prevenir los resultados adversos de los retrasos
en el tratamiento.
Muchas de las determinaciones de laboratorio pueden verse afectadas por hemolisis, lipemia o
ictericia. Es importante que esto quede reflejado en el informe final de laboratorio pudiendo in-
cluso algunas de las pruebas ser anuladas al verse muy afectadas por estos índices, para evitar así
errores en la consideración de los resultados.
APÉNDICE
1612 LABORATORIO EN URGENCIAS
βHCG Gonadotropina - Dx. y seguimiento < 10 > 150.000 U/l Mola hidatiforme,
coriónica humana de la enfermedad corioepitelioma,
trofoblástica quiste luteínico,
gestacional. neoplasia.
- Dx. y seguimiento de
embarazo ectópico.
Calcio iónico - Dx. de 1,12-1,23 mmol/l < 0,70 mmol/l o > Si ↑ riesgo de
hipercalcemias 1,6 mmol/l shock, si ↓ riesgo
en sospecha de de tetania.
hiperparatiroidismo,
en enfermedad renal
crónica.
- Dx. hipocalcemias
neonatales, en
hipoparatiroidismo.
- Monitorización en
pacientes críticos.
Calcio total Similar al calcio iónico 8,7-10,4 mg/dl < 6,5 mg/dl o > 14 Si ↑ riesgo de
mg/dl coma, si ↓ riesgo
de tetania.
LDH - Dx. y seguimiento 120-246 U/l > 2.000 U/l Anemia hemolítica,
Lactato deshidrogenasa de las anemias neoplasia
hemolíticas. avanzada.
- Seguimiento de
patologías con
intenso recambio
celular, como las
neoplasias.
Lipasa - Dx. pancreatitis 73-393 U/l > 4.000 U/l Pancreatitis aguda.
aguda junto con la
alfa amilasa.
Magnesio - Detección y 1,3-2,7 mg/dl < 1,2 mg/dl o > 5,0 Síntomas
seguimiento de la mg/dl neuromusculares,
hipomagnesemia e insuficiencia renal.
hipermagnesemia.
- Monitorización en el
Dx. de preeclampsia,
eclampsia.
APÉNDICE
MANUAL DE URGENCIAS
1615
GASOMETRÍA ARTERIAL
HEMATIMETRÍA