ENSAYO Miguel Calderon

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 9

ENSAYO

POR:
MIGUEL ANGEL VILLAGOMEZ ROMERO

PROFESOR:
JOSÉ LUIS NÁPOLES SERRANO

6° SEMESTRE
TURNO VESPERTINO

INTRODUCCIÓN
Felipe Calderón llegó a la Presidencia de México, en diciembre de 2006, en medio
de un tufo a ilegalidad. Diversas voces aseguraban que la elección había sido
manipulada para que ganara el candidato de Acción Nacional, partido que había
gobernado el sexenio anterior con Vicente Fox.

Es por eso que una de sus primeras acciones fue emprender una lucha contra el
narcotráfico, pero lo hizo sin una estrategia, lo que sumió al país en una violencia
nunca antes vista, la cual, sigue imparable y que ha dejado miles de muertos y
desaparecidos.

Esta semana se dio a conocer que el ex presidente acudiría al Tecnológico de


Monterrey a dar una “conferencia magistral” a estudiantes de Derecho de esa casa
de estudios.

Las reacciones no se hicieron esperar, por lo que se inició una petición en la


plataforma Change.org para evitar que el exmandatario acudiera a la institución,
recordando que justamente 2 estudiantes de excelencia en esa institución, fueron
asesinados en 2010 y catalogados como integrantes del crimen organizado, sin
haber averiguado antes.

Las críticas llevaron a Calderón a cancelar su conferencia. Mediante una carta, el


ex mandatario señaló que lo hacía debido al rechazo de Rosa Elvia Mercado,
madre de uno de los jóvenes asesinados y aunque le gustaría reunirse con los
familiares de Jorge y Javier y “escucharlos de viva voz” respeta su dolor, por lo
que declinó la invitación.
“La guerra contra el narco”

El 10 de diciembre de 2006, sólo 9 días después de haber tomado posesión


como presidente de la República, Felipe Calderón ordenó el despliegue de
6,500 elementos del Ejército en la Tierra Caliente en lo que se denominó
“Operativo conjunto Michoacán” que tendrían el objetivo de combatir al crimen
organizado en la entidad “por cielo, mar y tierra”.

Michoacán, tierra natal del entonces presidente, era azotada por el Cártel de la
Familia Michoacana, el cual ya había dado muestras de su sanguinario y
cruel poderío al arrojar cinco cabezas humanas en la pista de un centro
nocturno, en septiembre de 2006. También se implementaron operativos
militares en Chihuahua y Baja California.

Calderón le había declarado “la guerra” al narcotráfico.

Al siguiente mes, en enero de 2007, Felipe Calderón visitó la 43 Zona Militar


ubicada en Apatzingán enfundado en un traje militar y le pidió a los soldados
seguir en la batalla contra los criminales.
La estrategia de Calderón, sumió al país es una espiral de violencia
inimaginable desde la época de la Revolución.

A lo largo de su sexenio, Calderón continuó el despliegue de militares como parte


de su lucha contra el narco en más estados.

Aunque hizo importantes capturas de capos, como la de Alfredo Beltrán Leyva,


en enero de 2008, la detención de Edgar Valdés Villarreal “La Barbie” en 2010
o el abatimiento de Arturo Beltrán Leyva “El Barbas” en diciembre de 2009; en
los seis años de su Gobierno el país se llenó de sangre al registrarse 102,859
homicidios y 22,112 desaparecidos, de acuerdo con datos del Registro
Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED).

Aunque fue un sexenio envuelto en la violencia de principio a fin, hubo algunos


casos que marcaron la presidencia de Felipe Calderón.

El asesinato en Villas de Sálvarcar


El 31 de enero de 2010, un comando armado asesinó a 17 jóvenes que
celebraban una fiesta en Villas de Sálvarcar, en Ciudad Juárez Chihuahua.

Sin una averiguación de por medio, Calderón acusó a las víctimas de ser
pandilleros, pero después se dio a conocer que se trataba de estudiantes. El
11 de febrero, la madre de dos de los jóvenes asesinados lo increpó y le exigió
que se retractara, lo cual se vio obligado a hacer.

Por el asesinato detuvieron a cuatro sujetos, quienes fueron encontrados


culpables del multihomicidio. Sin embargo, sobrevivientes de la masacre
aseguraron que el comando estaba integrado por alrededor de 20 hombres.

Tras estos hechos, el Ejecutivo federal puso en marcha en febrero de 2010 el


plan “Todos Somos Juárez”, para erradicar la violencia de raíz y al que
destinó 3,383 millones de pesos (unos 277 millones de dólares).

El programa estableció 160 acciones en los temas de economía, empleo, salud,


educación, desarrollo social y seguridad que serían completadas en un máximo de
100 días y dirigidas a reconstruir el tejido social y la convivencia de los residentes
de esta ciudad insegura.

El plan contuvo la violencia, pero sólo por un tiempo. De acuerdo con cifras del
Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) a
agosto de 2019, Chihuahua ocupa el tercer lugar en el número de homicidios
dolosos, sólo por detrás de Colima y Baja California, al tener una tasa de con
37.74 casos.
Los estudiantes del TEC ejecutados en Monterrey

En marzo del 2010, Jorge Antonio Mercado Alonso y Javier Francisco


Arredondo Verdugo, estudiantes de posgrado del Tecnológico de Monterrey,
fueron asesinados por elementos del Ejército mexicano a unos pasos del
campus en el estado de Nuevo León.

Luego los militares alteraron la escena, pusieron armas a los cuerpos de los
jóvenes y los acusaron de ser parte de un grupo armado con el que se habían
enfrentado minutos antes. Dijeron que los jóvenes iban “armados hasta los
dientes”.

Las autoridades mexicanas, incluido el entonces presidente Calderón,


apoyaron la versión de los militares. Después, se reveló que ambos jóvenes
eran estudiantes de excelencia en esa institución, pero fue hasta marzo de 2019
que el gobierno mexicano ofreció una disculpa pública por lo ocurrido.

La masacre de migrantes en San Fernando


El 24 de agosto de 2010, México y el mundo se horrorizaron con el hallazgo
de 72 cadáveres de migrantes centroamericanos en una bodega en San
Fernando, en el estado mexicano de Tamaulipas. El lugar fue encontrado
gracias a un migrante herido que logró escapar, pero que después murió en el
hospital. Otro más logró sobrevivir.

Él revelaría que sicarios de Los Zetas los secuestraron cuando viajaban a bordo
de dos autobuses sobre la carretera San Fernando- Matamoros, llevaron a 74
personas a una bodega semi abandonada del poblado. Ahí los invitaron a unirse
a las filas de Los Zetas, pero ante la negativa, los vendaron y los balearon.
Después les dieron el tiro de gracia.

Los familiares de las víctimas sufrieron un calvario para recuperar los restos de
sus seres queridos. Algunos denunciaron que estaban siendo obligados a aceptar
restos sin identificar. Acusaron a la Comisión de Derechos Humanos (CNDH) de
no tomar en cuenta a los familiares de las víctimas ni siquiera para pedir en su
nombre que el Estado mexicano reparara el daño causado.

El ataque al Casino Royale


AP

El 25 de agosto de 2011, un atentado al casino Royale, en Monterrey, Nuevo


León, ocasionó la muerte de 52 personas, entre ellas adultos mayores y hasta
mujeres embarazadas.

Ese día, sicarios de Los Zetas, uno de los cárteles más sanguinarios del país,
llegó a reclamar el cobro de piso, pero al no obtener respuesta de los
dueños, atacaron con bombas molotov y bidones de gasolina el Casino que
en ese momento se encontraba lleno de gente.

El atentado fue catalogado como el peor ataque en la historia reciente en


México.

Por los hechos fueron detenidas 18 personas, de las cuáles una falleció en el
interior del penal del Topo Chico, pero sólo cuatro han sido sentenciadas con
penas que van de los 75 a los 100 años de prisión. A 8 años de distancia, ningún
ex funcionario ha sido procesado.
CONCLUSIONES

El eje del artículo ha sido la guerra como un proyecto político personal de


Calderón en el que puede observarse su sello distintivo en cuanto a la manera
principal de atacar el problema de la inseguridad en México: con las fuerzas
armadas. Esto sirve para reflexionar algunas cuestiones de cómo se hace política
en el país, pero sobre todo cómo gobierna el presidente, tanto en relación con las
demás instituciones políticas como en relación con la ciudadanía. Una de las
cuestiones más sobresalientes del fenómeno es que la guerra se vuelve el tema
de la política mexicana en el momento en el que surgen las víctimas (2008 en
adelante), antes el foco de atención no estuvo en el proyecto de Calderón.

Es inevitable pensar en la responsabilidad del político desde la figura presidencial


y preguntarse por qué no hay consecuencias a pesar de la gravedad de esta
guerra, ni para el político que la inició ni para las instituciones políticas que deben
establecer límites a las decisiones presidenciales (evitar que un presidente
gobierne como si los recursos fueran personales). Es por esto que se enfatiza la
mirada del “juego” para observar al político y sus varias transformaciones dentro
del mandato, para poner el foco de atención en que modificó su comportamiento
no precisamente por la relación con los límites que pudieran imponerle las demás
instituciones políticas, sino, principalmente, por una de las consecuencias más
visibles de su juego de guerra: el surgimiento de los ciudadanos organizados que
le exigen responsabilidad, justicia y dignidad, tanto por la propia actuación de los
miembros del gobierno federal como por las acciones del crimen organizado.
Utilizando la metáfora del juego propuesta por Goffman, Calderón la ha
“reventado”, y a pesar de ello no se visualizan cambios en las maneras de hacer
política en México (independientemente de que se le castigue políticamente o no).

Algunas cuestiones quedan pendientes. Una es aquello que se observa con el


vuelco que da Calderón dentro de la marea de acontecimientos por su manera de
conducirse públicamente. Él mismo precipitó las críticas en su contra debido a sus
declaraciones, pero independientemente de la progresiva complicación de las
consecuencias de la guerra, su manera de conducirse ante la ciudadanía permite
ver la gran distancia simbólica que existe entre la clase política y los ciudadanos.
En otras palabras, aunque sea criticable una conducción pública autoritaria, y se
enarbole constantemente a la democracia a partir de ello, Calderón fue víctima de
su propio autoritarismo por su trato con los ciudadanos.

También podría gustarte