Administracion La Ultima
Administracion La Ultima
Administracion La Ultima
La administración es una de las «actividades humanas» más importantes encargada de organizar y dirigir el
trabajo individual y colectivo efectivo en términos de objetivos. A medida que la sociedad empezó a depender
crecientemente del esfuerzo grupal y que muchos grupos organizados tienden a crecer, la tarea de los
administradores (conocidos también como gerentes) se hace mucho más importante. La administración aparece
desde que el hombre comienza a trabajar en sociedad. El ser humano es social por naturaleza, por ello tiende a
organizarse y cooperar con sus semejantes.1
Desde que el hombre apareció en la Tierra ha trabajado para subsistir, tratando de lograr en sus actividades la
mayor efectividad posible: para ello, ha utilizado en cierto grado a la administración. 2 La administración nace junto
al hombre,3 aunque, luego se la estudie como fenómeno social.
Las compañías, al igual que los individuos, tienen éxito o fracasan por una gran variedad de razones. Algunas de
éstas son circunstanciales. La mayoría son personales y humanas e incluyen decisiones que los administradores
toman y acciones que realizan.
En los negocios, nada puede sustituir una administración eficiente. Es posible que las compañías vuelen alto
durante un tiempo; sin embargo, no se mantienen mucho a estas alturas sin una administración correcta. Lo
mismo sucede con los individuos: para tener éxito se han enfocado en las cosas fundamentales, discerniendo
claramente entre lo que es importante y lo que no, y administrándose correctamente. 4
Tanto en el desarrollo de la actividad social como de la individual, el papel desempeñado por las organizaciones
ha sido clave en el avance de la civilización. Ese papel ha cambiado con el correr de los tiempos porque se han
modificado los modelos con que tales organizaciones se han administrado, así como las teorías que han
intentado explicar y predecir el comportamiento de tales organizaciones y de su administración. Dicho conjunto de
teorías y otros conceptos conexos son el bagaje con que se han conformado una disciplina general llamada
administración y sus disciplinas derivadas, las ciencias administrativas o administraciones especiales
Origen de la administración
La capacidad de administrar es inherente al ser humano y surge ante la necesidad de tomar decisiones,
coordinar y ejecutar diversas tareas de manera individual. Cuando el ser humano comenzó a vivir
en comunidad, desarrolló esa capacidad para coordinar actividades más complejas que permitieron alcanzar
un mayor desarrollo político, económico y social.
A medida que aumentaban las operaciones militares, crecía el número de responsables con grupos de
subordinados a cargo.
Evolución de la administración
Max Weber propuso un procedimiento centralizado en una jerarquía.
El proceso administrativo es una actividad universal del mundo moderno: toda organización debe coordinar
sus tareas para cumplir con sus objetivos. La Revolución Industrial desempeñó un rol clave para el
desarrollo formal de esta disciplina administrativa.
La producción en serie generó un nuevo sistema de fábricas, que reemplazó a los talleres de artesanos:
un empresario con medios de producción, compra la fuerza de trabajo y coordina las tareas para que la
organización sea eficiente. A partir de ese proceso productivo surgieron teorías para mejorar los métodos, el
tiempo y los recursos.
Las teorías de la gestión administrativa permiten establecer un orden para controlar y coordinar las acciones
y los distintos roles que se desempeñan en una organización. De esta manera, la organización puede
prevenir problemas, adaptarse a los cambios y cumplir sus objetivos. Algunas de las principales teorías
administrativas son:
La teoría científica (Estados Unidos, 1903). Frederick Wilson Taylor propuso optimizar el trabajo
del obrero para alcanzar mayor eficiencia en la producción industrial. Esta teoría sostiene que
mediante la planeación de procedimientos científicos, cada empleado puede aumentar su
capacidad productiva sin dejar lugar a su criterio personal o a la improvisación.
La teoría de la burocracia (Alemania, 1905). Max Weber propuso un procedimiento centralizado
en una jerarquía, con división de las responsabilidades y especialización en el trabajo. Según esta
teoría, el control depende del orden burocrático cuyas normas deben ser respetadas por el jefe y
el resto de los integrantes.
La teoría clásica (Francia, 1916). Henry Fayol propuso un enfoque sistemático integral de toda la
organización, en el que todos sus componentes deben estar controlados y coordinados. Esta
teoría se enfoca en el desempeño de la dirección jerárquica para que desarrolle todas las
funciones administrativas y delegue responsabilidades en el resto de los empleados.
La teoría humanista (Estados Unidos, 1932). Elton Mayo propuso una nueva filosofía empresarial
para contrarrestar a los rigurosos métodos científicos que deshumanizaban al obrero. Esta teoría
entiende las necesidades del individuo dentro de la organización y destaca la importancia de la
superación personal. Las buenas relaciones interpersonales contribuyen a una
mayor eficiencia del proceso de producción.
La teoría del comportamiento (Estados Unidos, 1950). Abraham Maslow propuso una teoría,
denominada “la pirámide de Maslow”, para explicar las necesidades que impulsan a
la conducta humana. Esta teoría sigue siendo utilizada en la actualidad, y reconoce cinco tipos de
necesidades en orden de mayor a menor importancia: fisiológicas, de seguridad, sociales, de
reconocimiento y de autorrealización.
La teoría de la contingencia (Estados Unidos, 1980). William Dill, William Starbuck, James
Thompson, Paul Lawrence, Jay Lorsch y Tom Burns propusieron a la organización como
un sistema abierto. Sostenían que la relación entre las condiciones del ambiente y
las técnicas administrativas de la organización deben ser consideradas en conjunto, a fin de
adaptar la estructura organizacional a los diversos imprevistos. Según esta teoría, el correcto
funcionamiento de la organización depende de la interacción con el entorno.
CALIDAD TOTAL:
El concepto de Calidad ha evolucionado y experimentado un profundo cambio hasta llegar a lo
que hoy conocemos como «Calidad Total». Si echamos la mirada atrás podemos ver como el
concepto de calidad se ha ido ampliando progresivamente desde su origen hasta nuestros días.
En origen, el concepto hacía referencia de forma exclusiva a lo que hoy conocemos
como calidad del producto. Poco a poco, se fue ampliando hacia otros focos como, por
ejemplo, el de los clientes. El concepto ha seguido ampliándose hasta llegar a un aspecto más
global en la actualidad, en la que ya han comenzado a tomar mayor protagonismo otros
grupos de interés para la organización, como son: los clientes, accionistas, profesionales de la
plantilla, proveedores o la sociedad en general.
¿Qué es la calidad total?
La Calidad Total, también conocida como Excelencia, se puede definir como una estrategia de
gestión de la organización, cuyo objetivo principal es satisfacer de una manera equilibrada las
necesidades y expectativas de todos sus grupos de interés. Estos grupos de interés suelen estar
formados normalmente por empleados, accionistas y la sociedad en general.
Este concepto está muy relacionado con con lo que los profesionales del sector conocen como
el ciclo Deming o PDCA, que se corresponde con las siglas en ingles de: Plan = Planificar, Do
= Hacer, Check = Revisar y Adjust = Ajustar.
Este ciclo conocido como espiral de mejora continua es una estrategia basada en la mejora
continua de la calidad, en cuatro pasos, los que se recogen en las iniciales PDCA.
La concepción actual de la calidad responde a diferentes aportaciones y teorías que han ido
surgiendo a lo largo del siglo XX. En la actualidad, la Calidad Total es un conjunto de las
mejores prácticas en el ámbito de la gestión de organizaciones. A este conjunto de mejores
prácticas se les suele denominar los 8 principios de la Calidad Total:
1. Orientación hacia los resultados.
2. Orientación al cliente.
3. Liderazgo y coherencia en los objetivos.
4. Gestión por procesos y hechos.
5. Desarrollo e implicación de las personas.
6. Aprendizaje, innovación y mejora continuos.
7. Desarrollo de alianzas.
8. Responsabilidad social.
La gestión de la calidad total cuenta con una serie de características fundamentales entre las
que se pueden destacar las que se enumeran a continuación:
Valor de los empleados internos. La calidad total otorga gran relevancia al papel de
los trabajadores y trabajadoras de la propia organización. Tanto la opinión de estos
últimos como su crecimiento, personal y profesional, y su desarrollo se convierten en
elementos centrales para la compañía.
Valor de los empleados externos. Este espacio hace referencia a la importancia que
ostentan tanto los proveedores como cualquier otro empleado externo a la empresa u
organización. La calidad total primará la mejora continua para mantener los estándares
deseados.
Foco sobre los clientes. En este sentido, y en línea con la calidad total, la compañía
otorgará importancia a la satisfacción de las necesidades y expectativas de sus clientes
y clientas. Del mismo modo se depositará este interés sobre los productos y servicios
ofrecidos.
Liderazgo en línea con los objetivos. Los objetivos establecidos por la empresa u
organización en materia de calidad total tendrán que ir alineados con la filosofía de la
compañía, materializada en un liderazgo que tiene el foco sobre la mejora continua.
Mejora continua como base de toda gestión. Tanto la gestión como la toma de
decisiones de la compañía comulgarán con la mejora continua, estableciendo
cuestiones y análisis previos en todos los casos.
¿Cuáles son las ventajas de implantar modelos de calidad total?
gestión de calidad
Las normas ISO 9000 permiten a las organizaciones implementar un sistema de gestión de calidad,
determinando indicadores para evaluar su desempeño y cumplimiento de objetivos. Así, reducen
Las normas ISO 9000 están basadas en el principio de mejora continua. "Es importante que la
gestión de calidad se fundamente en una cultura de calidad y trabajo en equipo, garantizando una
gestión de mejora continua para la organización", sostiene Alvarado. Al implementarse de forma
efectiva, se logra aumentar sostenidamente el valor económico y la calidad de lo ofrecido a los
clientes. Para la implementación de este sistema, las empresas deben realizar una serie de pasos
que comprueben que gestionan eficientemente su calidad:
1. Definir las necesidades y expectativas de los proyectos de la compañía.
2. Identificar las políticas y objetivos de calidad de cada producto.
3. Determinar los procesos de producción e identificar los cuellos de botella que pueden surgir
durante el proceso.
4. Contar con los recursos necesario para el alcance de objetivos.
5. Definir las herramientas que permitirán medir la eficiencia y eficacia de los proyectos.
6. Establecer los métodos para evitar las no conformidades durante una auditoría.
7. Determinar las correcciones que se llevarán a cabo para la mejora continua de los procesos de
producción.
Un sistema de gestión de calidad ayudará a las empresas a optimizar sus procesos, gracias a la
consigna de mejora continua. La certificación ISO 9000 brinda reputación y confianza a las
organizaciones, por lo que son más capaces de cerrar alianzas estratégicas con otras compañías o
proveedores que les facilitarán la expansión.