Anemia Ferropenica
Anemia Ferropenica
Anemia Ferropenica
Anemia Ferropénica
Grupo 4
Docente
Dra. Xochilth del Carmen Fley Centeno
Integrantes
● Allisson Samantha Solari Montoya CIF: 19014372
● Ariana Carolina Chavarría Lovo CIF 19014823
● Aura Lucía González Dumas CIF: 21010359
● Gehard Emilio Quindos Gutiérrez CIF: 21010133
● Josué Palma Ruiz CIF: 21010434
● Marcela Fernanda Campos Sandoval CIF 21010380
● Mayerli del Carmen Batres Avendaño CIF: 19014526
● Yariela Ivette Yoon Rivera CIF: 19014674
Managua, Nicaragua
03/11/23
Definición Yariela Yoon
En el mundo, la mitad de los casos de anemia se atribuye a deficiencia de hierro y causa cerca
de un millón de fallecimientos cada año a nivel mundial. Las regiones de la OMS de África y
Asia Sudoriental son las más afectadas por la anemia, con cerca de 106 millones de mujeres y
103 millones de niños y niñas afectados en el caso de África, y 244 millones de mujeres y 83
millones de niños y niñas en el de Asia Sudoriental.
Los grupos de población más vulnerables son los menores de 5 años, en particular los
lactantes y los menores de 2 años, las adolescentes y las mujeres que menstrúan, y las
mujeres embarazadas y en fase puerperal.
● Niños: En especial durante la edad preescolar, afecta a 269 millones de niños y niñas
de 6 a 59 meses en todo el mundo, representando un 40%.
○ El recién nacido tiene reservas de hierro hasta los 4-6 meses de edad, debido al
aporte de hierro materno intrauterino.
● Embarazadas: Durante el embarazo, es frecuente la aparición de anemia (35%).
Hasta un 80% de mujeres gestantes sin aporte suplementario de hierro desarrollan
ferropenia especialmente a partir del segundo trimestre de embarazo. La ferropenia
grave puede dar lugar a partos pretérmino y a bebés con bajo peso, así como una
mayor morbimortalidad prenatal.
● Mujeres en edad fertil: Se calcula que la anemia afecta al 30% de mujeres en edad
fértil a nivel mundial, aproximadamente 500 millones de mujeres de 15 a 49 años.
● Hombres: Afecta a un 2-5% de varones adultos en los países desarrollados. La
anemia se desarrolla lentamente después de agotar las reservas de hierro que, en
general, son más amplias en el varón que en la mujer.
En 2019, padecían anemia el 30% (539 millones) de las mujeres no embarazadas y el 37%
(32 millones) de las mujeres embarazadas de 15 a 49 años.
En 2012, la 65.ª Asamblea Mundial de la Salud pidió una reducción del 50% de la
anemia entre las mujeres en edad reproductiva para 2025, sin embargo, el
progreso en la reducción de la anemia se ha estancado, tanto a nivel mundial como
regional, y la tasa anual de reducción está muy por debajo de la necesaria para
alcanzar las metas.
Adolescencia - Metrorragias
- Dietas con escaso aporte de hierro
- Obesidad
- Ejercicio muy intenso
- Bajo nivel socioeconómico
- Etnia hispana / raza asiática
Además se tienen distintos grupos que de personas podrían tener un mayor riesgo de padecer
anemia ferropénica:
- Mujeres. Debido a que las mujeres pierden sangre durante la menstruación, en
general corren más riesgo de padecer anemia por deficiencia de hierro.
- Lactantes y niños. Los bebés, especialmente los prematuros o los de bajo peso al
nacer, que no obtienen el hierro suficiente de la leche materna o maternizada pueden
correr riesgo de padecer deficiencia de hierro. Los niños necesitan una cantidad
adicional de hierro durante los períodos de crecimiento. Si el niño no tiene una dieta
saludable y variada, podría tener riesgo de padecer anemia.
- Vegetarianos. Las personas que no comen carne pueden tener mayor riesgo de
padecer anemia por deficiencia de hierro si no ingieren otros alimentos ricos en
hierro.
- Donantes de sangre frecuentes. Las personas que donan sangre regularmente pueden
tener un mayor riesgo de padecer anemia por deficiencia de hierro debido a que donar
sangre puede agotar las reservas de hierro. Un nivel bajo de hemoglobina relacionado
con la donación de sangre puede ser un problema temporal que se soluciona comiendo
alimentos ricos en hierro. Si te informan que no puedes donar sangre porque tienes un
nivel bajo de hemoglobina, pregúntale a tu médico si deberías preocuparte.
Causas de ferropenia
- Hemorragia
- Menstruación
- Hemorragia aguda
- Donación de sangre
- Flebotomía como tratamiento de la policitemia verdadera
- Alimentación deficiente
- Malabsorción por patología (esprúe, enfermedad de Crohn).
- Malabsorción por cirugía (gastrectomía y otro tipo de cirugía bariátrica).
- Inflamación aguda o crónica.
Otro síntoma poco común es el deseo de comer sustancias no nutritivas, como hielo, papel o
tierra (pica). Y otros síntomas incluyen el dolor de lengua y la dificultad para tragar
(disfagia). La anemia ferropénica también puede causar cambios de aspecto. Los signos de
una posible anemia ferropénica son: tez pálida, lengua demasiado lisa (glositis atrófica) y
úlceras dolorosas en las esquinas de la boca (quelosis angular). También puede tener la
uñas secas, frágiles o en forma de cuchara.
Muchas personas con anemia ferropénica sólo tienen algunos signos o síntomas de la
enfermedad. Los signos relacionados con la ferropenia dependen de la gravedad y
cronicidad de la anemia, aparte de los signos habituales de la anemia (fatiga, palidez,
disminución de la capacidad de ejercicio). La queilitis (fisuras en las comisuras de los labios)
y la coiloniquia (uñas en cuchara) son signos de ferropenia hística avanzada.
Clasificándolas en:
1. Anemias regenerativas o periféricas: se observa una respuesta reticulocitaria elevada,
que indica incremento de la regeneración medular, como sucede en las anemias
hemolíticas y por hemorragia.
2. Anemias arregenerativas o centrales: son aquellas que cursan con respuesta
reticulocitaria baja y traducen la existencia de una médula ósea hipo o inactiva. Aquí
se encuentran la gran mayoría de las anemias crónicas.
Y por otro lado, la clasificación morfológica se basa en los valores de los índices
eritrocitarios. Tales como el volumen corpuscular medio (VCM), la hemoglobina corpuscular
media (HCM) y la concentración de hemoglobina corpuscular media (CHCM). Clasificando a
las anemias de forma:
1. Anemia microcítica (VCM < 70 fl): Son las anemias en las que el VCM está por
debajo del rango normal y pueden cursar con sideremia (hierro sérico) normal o
disminuido. En esta se incluye a la anemia ferropénica.
2. Anemia macrocítica (VCM > 100 fl): VCM por encima del rango normal donde la
causa más común es la anemia megaloblástica por déficit de vitamina B12 y/o ácido
fólico, el alcoholismo, las hepatopatías.
3. Anemia normocítica: Se denominan así las anemias con un VCM normal. En estas es
imprescindible atender al valor de los reticulocitos, pues en la hemorragia aguda y en
la anemia hemolítica existe un aumento de estos en consecuencia de la estimulación
de la eritropoyesis en respuesta a destrucción eritrocitaria. Y la anemia por aplasia,
por el contrario será hiporregenerativa donde hay niveles disminuidos de reticulocitos.
Patogenia
El hierro es un elemento crucial en la función de todas las células, aunque las necesidades de
cada tejido varían durante el desarrollo. Al mismo tiempo, el organismo tiene que defenderse
a sí mismo del hierro libre que es muy tóxico, ya que participa en reacciones químicas que
generan radicales libres. En consecuencia, se han desarrollado mecanismos refinados para
hacer que el hierro esté disponible para las funciones fisiológicas, al mismo tiempo que se
manipula para evitar su toxicidad.
La principal función del hierro en los mamíferos es el transporte de oxígeno como parte de la
hemoglobina. El oxígeno también se une a la mioglobina en el músculo. El hierro es un
elemento esencial de las enzimas que contienen hierro, entre las cuales se encuentra el
sistema de los citocromos mitocondriales. Sin él, las células pierden su capacidad de
transporte de electrones y su metabolismo energético.
Al final de su vida, el eritrocito es reconocido como envejecido por las células del retículo
endotelial, que lo fagocitan. Una vez en el interior de la célula del RE, la hemoglobina del
eritrocito ingerido se de grada, la globina y otras proteínas pasan a integrar las reservas de
aminoácidos, y el hierro regresa a la superficie de la célula del RE, donde se presenta a la
transferrina circulante. Es este reciclado eficaz y de gran conservación del hierro procedente
de los eritrocitos viejos el que mantiene el equilibrio de la eritropoyesis.
Los lactantes, los niños y los adolescentes pueden ser incapaces de mantener un balance de
hierro normal por las demandas del crecimiento y el menor aporte alimentario. Durante los
dos últimos trimestres del embarazo las necesidades diarias de hierro aumentan a 5 o 6 mg;
en los países desarrollados, por lo general se prescriben complementos de hierro a las
embarazadas. La absorción de hierro se produce en gran medida en el intestino delgado
proximal.
Dicha absorción está regulada por la hepcidina, un pequeño péptido circulante que se
sintetiza y libera del hígado en respuesta al aumento de las concentraciones de hierro
intrahepático. La hepcidina inhibe la transferencia de hierro desde el enterocito al plasma,
uniéndose a la ferriportina y provocando su endocitosis y degradación. En consecuencia, a
medida que aumentan las concentraciones de hepcidina, el hierro se queda atrapado dentro de
las células duodenales en forma de ferritina de las mucosas y se pierde cuando esas células se
desprenden. Por lo tanto, cuando el cuerpo está repleto de hierro, las concentraciones altas de
hepcidina inhiben su absorción hacia la sangre. Por el contrario, cuando las reservas de hierro
son bajas, la síntesis de hepcidina desciende, lo cual facilita, a su vez, la absorción de hierro.
Al inhibir la ferriportina, la hepcidina no sólo reduce la captación de hierro desde los
enterocitos, sino que también suprime la liberación de hierro desde los macrófagos, que es
una fuente importante de hierro que se utiliza por los precursores eritroides para elaborar la
hemoglobina.
Patogenia de la anemia
Sea cual sea la causa, la deficiencia de hierro produce anemia hipocrómica microcítica.
Desde el principio de la pérdida de sangre crónica u otros estados de balance negativo de
hierro, la reserva en forma de ferritina y hemosiderina puede ser adecuada para mantener las
concentraciones normales de hemoglobina y hematócrito, además de un hierro sérico y una
saturación de transferrina normales. La depleción progresiva de esas reservas reduce primero
el hierro sérico y la saturación de transferrina sin producir anemia. En esta fase inicial
aumenta la actividad eritroide de la médula ósea. La anemia aparece solamente cuando las
reservas de hierro están completamente agotadas y se acompaña de hierro, ferritina y
saturación transferrina bajos en suero.
3. Cuando hay anemia moderada (hemoglobina 10-13 g/100 mL), la médula ósea
permanece hipoproliferativa. En casos de anemia grave (hemoglobina 7 a 8 g/100
mL), se agravan más la hipocromía y la microcitosis; en el frotis sanguíneo se
observan células efectoras y eritrocitos de forma anormal (poiquilocitos); la médula
eritroide es cada vez más ineficaz. En consecuencia, con una anemia ferropénica
grave prolongada, en lugar de hipoproliferación en la médula ósea ocurre hiperplasia
eritroide.
Para el diagnóstico de anemia se necesita una hemoglobina (Hb) inferior a 140 g/l (14 g/dl)
en el varón o a 120 g/l (12 g/dl) en la mujer. Ante un hemograma que revela anemia, según
las cifras mencionadas, la visión clásica indica que la presencia de microcitosis y de
hipocromía es altamente indicativa de anemia ferropénica.
Índice de producción medular/reticulocitario: Valor normal: 1-2, cuando este está por
encima de 2, se considera que es una anemia proliferativa, si este valor está por debajo de 1
se considera una anemia hipoproliferativa.
La falta de hierro puede ser: absoluta cuando hay una reducción real de hierro corporal
total del organismo; o funcional cuando a pesar de existir hierro, este no se aprovecha
adecuadamente para la eritropoyesis.
Anamnesis:
Se debe prestar mucha atención a los siguientes puntos que vamos abordar:
Examen físico:
La palidez cutáneo-mucosa es el signo principal y se puede también observar retardo del
desarrollo pondoestatural, esplenomegalia leve, telangiectasias, alteración de tejidos
epiteliales (uñas, lengua, cabello) y alteraciones óseas.
Estudios de laboratorio:
Hierro sérico:
Es común que se piense que solo necesitamos el hierro sérico, para saber si existe una anemia
ferropénica, sin embargo la sideremia es un valor poco confiable para diagnosticar
ferropenia. Esto obedece a varias razones:
● La sideremia tiene un ritmo nictameral importante, con fluctuaciones que llegan hasta
un 40% en el mismo individuo a lo largo del día.
● La ingestión de preparados multivitamínicos que contengan Fe, aunque sea en
cantidades mínimas, puede falsear los resultados de la determinación.
● Y para acabar de confundir, la sideremia también es baja en la anemia de los
trastornos crónicos.
Los límites normales del hierro sérico oscilan entre 50 y 150 μg/100 ml
➢ Ferritina: Informa del estado de las reservas de Fe del organismo, por lo que ante un
cuadro de anemia con un descenso de ferritina el diagnóstico de anemia ferropénica es
prácticamente seguro.
Sin embargo como no todo es perfecto en la vida, también pueden haber interferencias
interpretativas con respecto a este parámetro:
En varones adultos las concentraciones séricas de ferritina son alrededor de 100 μg/L,
mientras que en las mujeres adultas son de casi 30 μg/L.
Por lo que se ha creado el empleo combinado de la determinación de ferritina y del rsTF.
Algunos autores preconizan que el cociente entre la concentración de rsTF y el logaritmo
de la ferritina permite distinguir con un 100% de sensibilidad si un paciente presenta o no
una ferropenia en el curso de una situación de fase aguda.
● Cuando existe una carencia marcial intracelular, ya que la célula aumentará el número
de receptores en su superficie para captar cualquier molécula de transferrina más o
menos saturada de Fe.
● si aumenta la masa de células eritroides.
Amplitud de distribución eritrocitaria (ADE): No es más que una cuantificación del grado
de anisocitosis. Cualquiera que observe un frotis de sangre periférica de una anemia
ferropénica apreciará que, junto a hematíes minúsculos, coexisten otros de tamaño
prácticamente normal (anisocitosis). El intervalo de referencia normal para la ADE de los
glóbulos rojos humanos va del 10,6 al 14,7%. En la ferropenia este se encuentra aumentado.
Prueba terapéutica:
Consiste en administrar sulfato ferroso en dosis terapéuticas (3-6 mg/ kg/día) y evaluar la
respuesta eritropoyética. La positividad de la prueba puede evaluarse detectando un pico
reticulocitario (recuento ≥ 2%) a los 5-10 días u observando un aumento de hemoglobina ≥ 1
g/dL a los 30 días.
Parámetros nuevos:
Contenido de Hb de los reticulocitos:
El CHr es el producto de la medición de la concentración de la hemoglobina celular y el
volumen celular de los reticulocitos, para ello, es importante establecer un volumen celular de
referencia en los eritrocitos y en los reticulocitos. Refleja la síntesis de la hemoglobina en los
precursores eritroides y permite la detección de las primeras etapas de la deficiencia de
hierro. Los valores de variabilidad biológica para la CHr se encuentran entre 24,1 pg a 35,8
pg. Cuando se habla de una deficiencia de hierro el valor se encuentra generalmente inferior a
26 pg.
Gold standard:
Biopsia de médula: Mediante un aspirado de médula ósea y la tinción de Perls, que pondrá
de manifiesto de forma inequívoca si existen o no reservas de Fe y si éste se incorpora o no
a los eritroblastos. Si bien es cierto que un aspirado medular es una técnica molesta, debe
sopesar la gran información que puede proporcionar, ya que no sólo indica cómo se encuentra
y distribuye el Fe, sino que también puede informar sobre anomalías que podrían haber
pasado inadvertidas hasta el momento, como la existencia de signos de megaloblastosis o de
mielodisplasia.
Resumen:
La instauración de una ferropenia es un proceso dinámico, que se inicia con la disminución
de las reservas de Fe del organismo, pasa por una eritropoyesis ferropénica y termina con una
anemia franca. En cada una de estas fases la sensibilidad diagnóstica de cada técnica analítica
es diferente, por lo que un algoritmo diagnóstico rígido es una apuesta muy arriesgada. Sin
embargo, sí puede decirse que en una anemia el hallazgo de una disminución de la ferritina
resulta diagnóstico de ferropenia.
En casos más dudosos, la determinación de rsTF y, como consecuencia, del cociente entre
esta magnitud y el logaritmo de la ferritina puede resolver el problema. Y ante una duda
razonable sobre la existencia de una ferropenia que no ha sido desenmascarada por ninguno
de los métodos ya expuestos, el aspirado medular con tinción de Perls puede acabar
despejando las dudas. Una vez diagnosticada la ferropenia, es imperativo averiguar sus
posibles causas, tratarlas si es posible y administrar las dosis suficientes de un preparado de
Fe, que se absorba correctamente, durante el tiempo necesario.
Tratamiento Aura González
Esta prolongación del tratamiento sirve para reponer depósitos de hierro. Las complicaciones
habituales son: intolerancia digestiva y coloración negruzca de dientes.
- Vía parenteral: Se utilizará en casos de intolerancia digestiva grave al hierro oral, patología
digestiva que contraindique la vía oral, o presunción firme de tratamiento oral insuficiente o
inadecuado. La dosis total a administrar, para corregir la anemia y reponer los depósitos, se
calcula según la siguiente fórmula:
Las complicaciones que pueden observarse son: dolor en el sitio de inyección, linfadenitis
regional, hipotensión arterial, shock anafiláctico, cefalea, malestar general, urticaria, fiebre,
mialgias, artralgias.
Después del tratamiento ¿Qué debemos hacer? y ¿Por qué este puede llegar a fallar?
Control del tratamiento y alta Causas de fallo terapéutico: las más
hematológica: las pautas son similares, frecuentes son:
independientemente de la vía por la que
se administró el tratamiento:
Profilaxis
Comprende cuatro aspectos:
a. Suplementación con hierro medicinal:
● Se debe administrar a los siguientes grupos de riesgo:
- Prematuros.
- Gemelares.
- Niños de término alimentados con leche de vaca.
- Niños de término alimentados a pecho que no reciban alimentos ricos en
hierro a partir de los 6 meses.
- Niños con patologías que impliquen malabsorción o pérdida crónica de hierro.
- Niños que hayan sufrido hemorragias en periodo neonatal.
- Las dosis a administrar son:
- En recién nacidos de término: 1 mg/kg/ día, comenzando antes del 4°
mes de vida.
- En recién nacidos pretérmino (1.500-2.500 g): 2 mg/kg/día,
comenzando antes del 2° mes de vida.
- En recién nacidos pretérmino de muy bajo peso (750-1.500 g): 3-4
mg/kg/día, comenzando durante el primer mes de vida.
- En recién nacidos pretérmino de peso extremadamente bajo (<750 g):
5-6 mg/kg/día, comenzando durante el primer mes de vida.
● El preparado de elección aconsejable es el sulfato ferroso.
● En todos los casos, la administración deberá prolongarse hasta los 12-18
meses de edad.
b. Dieta compuesta por alimentos con alta biodisponibilidad de hierro. Se deben
enfatizar la importancia de la lactancia materna y, una vez comenzada la alimentación
con sólidos, la introducción precoz de alimentos ricos en hierro, según los
lineamientos sobre biodisponibilidad que se muestran en la
c. Ingesta de alimentos fortificados con hierro. Numerosos alimentos y algunas leches de
vaca están suplementados con hierro de aceptable biodisponibilidad. La fortificación
de alimentos se considera una herramienta eficaz para la prevención de la ferropenia,
pero su verdadera utilidad no ha sido aún claramente establecida. Asimismo, se debe
tener en cuenta que su ingesta indiscriminada por niños no carenciados de hierro
conlleva el posible riesgo de enfermedad por sobrecarga de hierro (hemocromatosis).
d. Incremento del hierro de depósito al nacimiento. Se recomienda la ligadura tardía del
cordón umbilical (1-3 minutos luego del nacimiento), con lo cual se logra aumentar
los depósitos de hierro corporal en aproximadamente 30% y disminuir la incidencia
de anemia ferropénica. Se debe tener en cuenta que los riesgos de hiperbilirrubinemia
y de síndrome de policitemia/hiperviscosidad en el neonato, así como el de
hemorragia postparto grave en la madre, no han sido aún suficientemente evaluados.
La transfusión de sangre tiene como función principal mantener el transporte de oxígeno a los
tejidos. Existen dos tipos de componentes de la sangre para transfusión: sangre total y
concentrado eritrocitario.
El ser humano tolera cifras de hasta 7 g/dl, o inferiores, de hemoglobina, por lo que el nivel
de ésta como tal nunca debe ser un indicador de transfusión, más bien la indicación debe estar
basada en la sintomatología, lo agudo de la disminución o el estado hipovolémico asociado
del paciente.
Anemia crónica en pacientes adultos:
Como norma general, la transfusión sólo
está indicada cuando la anemia es
sintomática y refractaria al tratamiento
etiológico. En pacientes asintomáticos, en
ausencia de factores de riesgo, la
transfusión no está indicada
independientemente de los valores de Hb,
como es el caso de las anemias ferropénicas
de hasta 5 g/dl, en las que han de evitarse
las transfusiones si no hay una repercusión
cardíaca.
La transfusión no debe usarse en caso de anemias tratables con productos específicos (hierro,
eritropoyetina y otros), excepto en anemias sintomáticas que requieran tratamiento inmediato.
La transfusión de hematíes como expansores plasmáticos, o de manera «profiláctica», o para
mejorar el estado general del paciente, o como sustitutos del tratamiento específico de cada
anemia, son situaciones en las que se está haciendo un uso inapropiado de los glóbulos rojos.
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