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Antecedentes y surgimiento de la psicología

positiva

Las disciplinas relacionadas con la salud de los seres humanos han sido durante
mucho tiempo pensadas a través del diagnóstico, el tratamiento de la enfermedad y
las deficiencias, es decir, se buscaba “arreglar” aquello que “no funcionaba” o
“funcionaba mal”. Con el avance de la ciencia, y con algunas respuestas en relación
con la enfermedad, se puso en relieve que se había relegado, justamente, la salud,
las fortalezas, los recursos positivos y saludables del ser humano. En este contexto,
surge la psicología positiva de cara a la potencialidad, plenitud y felicidad del ser
humano.

Antecedentes y surgimiento de la psicología positiva

Referencias
Lección 1 de 2

Antecedentes y surgimiento de la psicología positiva

La mirada sobre el ser humano es tan compleja y dinámica como el propio


ser humano. Por ello, ha ido modificándose a lo largo de la historia. Por
momentos, la visión ontológica sobre el hombre ha sido negativa, pero en
otros momentos ha sido positiva. Es así que se puede encontrar estas
ambivalencias, tendencias y contrapuntos en el pensamiento judeocristiano
predominante en el Medioevo, el anarquismo del siglo XIX y tantos otros
desarrollos como en ideas de pensadores como Protágoras, Sócrates,
Platón, Hobbes, Locke, Kant, Schopenhaouer, Nietzsche, Spinoza, por
mencionar algunos.

“Cuanto más conozco a los hombres más quiero a mi perro”


(Diógenes, siglo IV a. C.)

Aun siendo una disciplina joven, la psicología ha tenido también, a su modo,


diferentes enfoques hacia su objeto de estudio. En sus inicios, la psicología
se ha desarrollado sobre el modelo de enfermedad del hombre. Es decir que
la disciplina se ha enfocado principalmente en los problemas de los seres
humanos, en sus deficiencias y dificultades, en los trastornos. Solo
recientemente ha cobrado relevancia y popularidad el estudio y abordaje de
los recursos saludables y las potencialidades de las personas con miras al
desarrollo de sus cualidades positivas (Seligman y Csikszentmihalyi, 2000).

El discurso inaugural del Dr. Martin Seligman en la conferencia de la


American Psychological Association en 1998 fue, para muchos, la entrada y
el despegue de la psicología positiva a la disciplina. Sin embargo, los
desarrollos en relación con aspectos positivos del pensamiento, emociones y
comportamiento pueden rastrearse hasta los inicios de la disciplina
psicológica.

Esto se puede reconocer en temas clásicos como el apego, las conductas


prosociales, los valores humanos y la creatividad, entre otros (Castro-Solano,
2010). Más específicamente, en los inicios del siglo XX se encuentran los
trabajos de investigadores como William James, sobre la relevancia de las
experiencias subjetivas positivas (Froh, 2004); y los estudios de Terman,
Watson y Jung, sobre la felicidad marital, la parentalidad efectiva y el
significado de la vida, respectivamente (Seligman y Csikszentmihalyi, 2000).

Sin embargo, el interés por el fortalecimiento de la salud y el desarrollo pleno


de las personas se vio desplazado en gran parte por el contexto sociopolítico
y económico global, especialmente por las consecuencias relacionadas con
las guerras. En la segunda mitad del siglo XX, el interés general se tornó
hacia el desarrollo productivo y tecnológico, la calidad de vida, el bienestar, la
comunión entre los pueblos y las metas de desarrollo colectivo. Este cambio
de orientación impregnó todos los campos académicos, incluso la salud. Lo
cual se expone claramente en la definición de salud adoptada en la
constitución de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1946: “la salud
es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la
ausencia de afecciones o enfermedades” (OMS, 2021).

Sin embargo, aún se debía lidiar con las consecuencias en la salud propias de
las guerras. Por lo que el interés académico y las fuentes de inversión
estuvieron mayormente dirigidos al tratamiento de trastornos, la
recuperación y rehabilitación de las personas y las sociedades.

Para comprender los temas abordados, a continuación, se presenta un caso


ficticio.

Carla es una mujer de 47 años de edad, ama de casa, casada


con Ernesto desde sus 22 años y madre de dos hijos de 22 y 23
años, respectivamente. Carla se siente mal desde hace unos
meses, se queda hasta más tarde en la cama. Ella manifiesta
“no tengo motivo para levantarme”, “ya cumplí con mi propósito
en la vida”, refiriéndose a la crianza de sus hijos, “ahora soy una
mujer inútil”. Carla no tiene muchas amigas, aunque se siente
muy cercana a su cuñada que se mudó de ciudad meses atrás.
La familia comenta que habla menos que antes y que algunos
días está de muy mal humor, aparentemente sin motivo alguno.
Carla comenzó tratamiento psicológico y con el correr de las
semanas su estado anímico ha ido mejorando. Sus
pensamientos son más realistas y positivos, ahora piensa más
en sus propios deseos. Comenzó a hacer actividad física, se
levanta temprano y disfruta nuevamente el tiempo en familia.
¡Una historia de éxito!

Retomaremos este caso más adelante.

Además del notable desarrollo académico sobre el diagnóstico y tratamiento


de la psicopatología, es posible encontrar planteamientos teóricos que
abordan aspectos más positivos del ser humano. Entre estos, se destaca la
corriente de la psicología humanista en defensa de una visión holística,
sistémica y compleja del ser humano (Rosal-Cortés, 2017). Esta surge entre
psicólogos y académicos del siglo pasado que ya consideraban que la
psicología, tanto el modelo psicoanalista como el conductista, se centraba
demasiado en los procesos de enfermedad, desestimando fenómenos
positivos y procesos salutogénicos, tales como el amor y la felicidad (Froh,
2004; Rosal-Cortés, 2017). Es así que la psicología humanista se centra en
las capacidades y potencialidades humanas (Casullo, 2008).

Este movimiento ha contado con exponentes de gran impacto en la


psicología. El principal referente es Maslow, quien, por ejemplo, enfatizó
sobre la importancia del estudio de la salud, la creatividad y la
autorrealización, entre otras cosas (Moss, 2015). Inclusive, el término de
psicología positiva se encuentra por primera vez en uno de sus libros
(Maslow, 1954). Por su parte, Carl Rogers dedicó sus esfuerzos a identificar
las condiciones para el crecimiento y funcionamiento óptimo de las
personas, además propició un encuadre detallado para el trabajo con los
pacientes. Como ellos, Frederick Perls, Jourard y muchos otros fueron
consolidando este movimiento (Moss, 2015).

En síntesis, algunos de los aportes más significativos de la psicología


humanista fueron:

la su visión holística y sistémica;

la atención a procesos específicamente humanos como el amor,


los valores éticos, vacío existencial, etc.;

el énfasis en el potencial de la voluntad y la motivación;

el énfasis en el potencial de la voluntad y la motivación;

el estudio de la creatividad y la capacidad de elección;

la importancia del proyecto de vida y la búsqueda de sentido


(Rosal-Cortés, 2017).
Es fácil identificar raíces del enfoque de la psicología positiva en la psicología
humanista, sin embargo, la primera se diferencia en algunos aspectos. Si
bien la corriente humanista cuenta con desarrollos científicos de
metodología cualitativa como cuantitativa y ha tenido gran impacto clínico,
su desarrollo y reconocimiento en el ámbito académico ha sido
considerablemente menor (Castro-Solano, 2010; Forh, 2004).

Por su parte, la psicología positiva surge principalmente apoyada en los


desarrollos y métodos empírico-cuantitativos. Es así que existe un especial
énfasis no solo en el abordaje de objetos de estudio positivos, sino además
en el desarrollo de teorías, instrumentos de evaluación e intervenciones
sustentados rigurosamente en la evidencia empírica.

En cierto sentido, la psicología positiva surge en el momento en el que el


estudio del psiquismo se ha consolidado como una disciplina de rigurosidad
científica y gran potencialidad como estrategia para la salud mental. Sin
embargo, una vez que los trastornos psicológicos fueron comprendidos y
tratados con significativo (aunque no total) éxito, quedó en evidencia que la
ausencia de sufrimiento no resulta suficiente para la salud psíquica, es decir,
el bienestar psicológico es un fenómeno diferente (Castro-Solano, 2010).

Carla volvió a pedir una cita con el mismo psicoterapeuta, dos


años después. El profesional estaba confundido mientras la
escuchaba; ella le comentaba que estaba bien, no había vuelto a
sentirse “tan mal”. Entonces, ¿para qué habrá pedido la
consulta? “Ya sé que está todo bien, pero mi vida es gris. Todo
es monótono, quiero que cambie, quiero hacer cosas para mí
como aprendí años atrás. Pero no sé qué quiero hacer ni cómo
descubrirlo”, manifestaba Carla.

El psicoterapeuta, basándose en la psicología positiva y sus


estrategias, ayudó a Carla en pocas semanas a descubrir sus
fortalezas personales, explorar nuevas aficiones e intereses y
aumentar sus experiencias positivas como el disfrute.

En la última sesión, Carla le comenta a su terapeuta que se tiene


que ir puntual ese día, porque quiere llegar a tiempo a la reunión
barrial, ya que “las chicas” le avisaron que llegaron las
lentejuelas para continuar la confección de los trajes de la
murga. Resulta que Carla descubrió que disfruta especialmente
el diseño y confección de indumentaria, pero además la motiva
saber que es para “los chicos del barrio”.

El objetivo de la psicología positiva es canalizar el cambio desde un enfoque


prioritario de la enfermedad y los problemas de la vida hacia la inclusión de lo
positivo y salutogénico en las personas y las comunidades (Seligman y
Csikszentmihalyi, 2000). Con este afán, la psicología positiva, además, se
propone como fin último ser integrada a la psicología y desaparecer como
movimiento diferenciado.

Es en este sentido que la psicología positiva emerge no como una corriente o


teoría diferente del psiquismo, sino como una mirada complementaria y que,
inclusive, va más allá del campo de la psicología en sí, por lo que también
influye en la visión que se tiene sobre las personas en todos sus aspectos y
ámbitos de desarrollo.

Actividades de repaso:

1 Sintetiza los antecedentes de la psicología positiva en un párrafo.

2 ¿Cuáles son las características de la psicología positiva?

C O NT I NU A R
Lección 2 de 2

Referencias

Castro-Solano, A. (2010). Concepciones teóricas acerca de la psicología


positiva. En A. Castro-Solano (Comp.), Fundamentos de Psicología Positiva
(pp. 17-42). Buenos Aires, Argentina: Paidós.

Casullo, M. M. (2008). Prácticas en Psicología Positiva. Buenos Aires,


Argentina: Lugar Editorial S.A.

Froh, J. J. (2004). The history of positive psychology: Truth be told. En NYS


psychologist, 16(3) pp. 18-20. Recuperado de
http://citeseerx.ist.psu.edu/viewdoc/download?
doi=10.1.1.574.435&rep=rep1&type=pdf

Maslow, A. H. (1954). Motivation and personality. Nueva York, Estados


Unidos: Longman.

Moss, D. (2015). The roots and genealogy of humanistic psychology. En


Schneider, K.; Pierson, J.; y Bugental, J. (Eds.) The handbook of humanistic
psychology: Theory, research, and practice (2.da. ed.). Thousand Oaks,
Estados Unidos: Sage Publications.
Organización Mundial de la Salud [OMS]. (2021). Constitución. Recuperado
de https://www.who.int/es/about/who-we-are/constitution

Rosal-Cortés, R. (2017). Logros, errores y responsabilidades para el futuro de


la Psicología Humanista. En Revista de Psicoterapia 28(107) pp. 85-126.
Recuperado de https://doi.org/10.33898/rdp.v28i107.171

Seligman, M. E. P.; Csikszentmihalyi, M. (2000). Positive psychology: An


introduction. American Psychologyst, 55(1) pp. 5-14. Recuperado de
https://doi.org/10.1037/0003-066x.55.1.5

C O NT I NU A R
Desarrollos más significativos de la disciplina

La psicología positiva ha puesto en relieve los aspectos más positivos de las


personas, con la posibilidad, incluso, de potenciarlos. Es decir que no solo se interesa
por el análisis, sino también por la generación y consolidación de las fortalezas y los
recursos positivos en las personas. En esta lectura, se presentan algunas de las
líneas de aplicación en auge de la psicología positiva de las últimas décadas. Entre
ellas, se encuentran sus aplicaciones en la salud física y mental, la educación y el
trabajo.

Desarrollos más signi cativos de la disciplina

Referencias
Lección 1 de 2

Desarrollos más significativos de la disciplina

La psicología positiva se plantea como “el estudio científico de las


posibilidades de un desarrollo humano óptimo” (Casullo, 2008, p. 9). Sus
pilares básicos giran en torno al estudio y abordaje de las emociones
positivas, los rasgos positivos y las instituciones positivas (Castro-Solano,
2010). A estos pilares se suma, posteriormente, y debido a diversas
investigaciones, el estudio de los vínculos positivos (Seligman, 2009 citado
en Lupano-Perugini y Castro-Solano, 2010).

Por lo tanto, la psicología positiva es un amplio campo de fenómenos


saludables. Entre ellos, se destaca el estudio e intervención del bienestar, el
compromiso, las emociones positivas, el perdón, la esperanza, la
espiritualidad, el altruismo, el optimismo, la tolerancia, el flow, entre muchos
otros (Seligman y Csikszentmihalyi, 2000).

Figura 1: Constructos de la psicología positiva


Fuente: elaboración propia

Los fenómenos comprendidos en la psicología positiva son numerosos, por


lo tanto, el listado expuesto es ejemplificador y no exhaustivo.

Un concepto muy interesante, y un pilar básico de la psicología positiva, es el


humor. Se trata de un concepto aún escurridizo en cuanto a su definición,
pero es posible entenderlo como una actitud propia del ser humano que tiene
a la experiencia o estimulación de la risa en otros, logrando un estado de
ánimo positivo (Toledo y García-Aparicio, 2010). La risa, sin dudas, es una
fortaleza que colabora para que la vida sea más placentera y digna de ser
disfrutada.

En las siguientes líneas se discutirá otras consecuencias positivas del humor.

El humor, como otras variables de la psicología positiva, cobra relevancia en


su aplicación en diferentes ámbitos concretos del desarrollo humano, como
la psicología clínica, la prevención, la salud, la educación, el trabajo, entre
muchos otros.
En primer lugar, es importante destacar la aplicación de los conocimientos de
la psicología positiva al tratamiento de los problemas psicológicos. Desde
esta perspectiva, ya el proceso de diagnóstico incorpora la evaluación de
recursos adaptativos, fortalezas, creatividad, bienestar, entre otros. Esto es
clave, ya que el cambio se generaría incrementando las capacidades de
resiliencia de las personas, sus fortalezas y otros recursos positivos (Castro-
Solano, 2010).

Una de las aplicaciones más prometedoras de estos conocimientos es el


campo de la prevención en salud mental. La investigación ha puesto de
relieve aquellas variables que actúan como protectoras ante las
psicopatologías. Se destacan, así, factores claves como el optimismo, las
habilidades sociales, la honestidad, la perseverancia, la resiliencia y el coraje.
En este sentido, si se desea mejorar la salud mental de nuestras
comunidades, se debe comprender cómo actúan estos factores y de qué
forma podemos incrementarlos (Seligman y Csikszentmihalyi, 2000).

Un ejemplo de estas aplicaciones se encuentra en la prevención del suicidio


adolescente. La propuesta de Bahamón (2017) involucra intervenciones
positivas en encuentros con adolescentes en contexto educacional, dirigidas
tanto al pasado como al futuro. Entre las intervenciones sobre el pasado, se
destaca el abordaje de la gratitud, el reconocimiento de sucesos positivos y
la memoria autobiográfica positiva. En relación con el futuro, se trabajan la
esperanza, motivación, autodeterminación, sensación de control y fortalezas,
entre otros.
¿Sumarías el humor a las estrategias de intervención para la prevención
del suicidio en adolescentes? ¿Por qué? ¿Para qué?

Relacionado con el área de la prevención, pero también en la asistencia, se


encuentra la línea de trabajo de la psicología positiva en la salud física. En
este aspecto, los desarrollos son especialmente prometedores, ya que se
enfocan en identificar y potenciar aquellos recursos positivos que impactan
favorablemente tanto en la prevención como en la recuperación de
enfermedades.

Es el caso del optimismo sobre el futuro que, por ejemplo, se asocia a una
mejor calidad de vida y mayor sobrevida en enfermedades como el VIH y el
cáncer (Cerezo-Guzmán, 2013; Seligman y Csikszentmihalyi, 2000). Esto es
fácil de visualizar, ya que una persona que, aún con un diagnóstico con gran
connotación negativa, puede sostener una visión positiva acerca de su futuro
y se imagina que superará la adversidad, estará mejor predispuesta para
llevar a cabo el tratamiento y se esforzará para seguir las indicaciones
terapéuticas, obteniendo así mejores resultados.

Considerando nuevamente el humor, ahora en relación con la salud, se


encuentran asociaciones asombrosas. El humor y la risa son grandes aliados
de la salud, generando la liberación de endorfinas, reduciendo el estrés, la
tensión muscular y la ansiedad, incrementando la respuesta del sistema
inmunológico, entre otras cosas (Toledo y García-Aparicio, 2010). Por esta
razón, la llamada “risoterapia” ya cuenta con cierta historia y prestigio, pero
aún no se desarrolla en el marco asistencial.
Figura 2: La enfermera en el cuadro

Fuente: [imagen sin título sobre la enfermera en el cuadro], 2017, https://bit.ly/34cFELk

Figura 3: Patch Adams en el Hospital Borda

Fuente: [imagen sin título sobre Patch Adams], 2013, https://bit.ly/3ulcFQa


Además, se cuenta con evidencia de que las intervenciones basadas en la
psicología positiva benefician la consolidación de hábitos saludables
relacionados con la longevidad y el estilo de vida saludable y reduce el riesgo
de enfermar (Lianov, Fredrickson, Barron, Krishnaswami, y Wallace, 2019;
Vázquez, Hervás, Rahona y Gómez, 2009).

Para profundizar en el conocimiento de esta área de aplicación de la


psicología positiva en el ámbito de la salud, puede resultar de interés la
lectura del artículo científico escrito por Páez-Cala. Este artículo desarrolla el
concepto de resiliencia como factor decisivo en los comportamientos que
influyen en la salud y calidad de vida. Puedes leerlo a continuación:

L2 La salud desde la perspectiva de la resiliencia.pdf


379.4 KB

Fuente: Páez-Cala M.L. (2020). La salud desde la perspectiva de la resiliencia. En Arch Med (Manizales) 20(1) pp.

203-16. Recuperado de: http://apsmanizales.com/files/2a-La-salud-desde-la-perspectiva-de-la-resiliencia.pdf

De manera lógica, si pensamos en el desarrollo de recursos positivos, la


promoción de la salud de las comunidades, la educación y las instituciones
educativas cobran especial relevancia. De este modo, la educación positiva
amplía el objetivo de formación académica hacia la formación integral de las
personas. Aquí se incluyen particularmente aspectos como el flow, la
motivación y la inteligencia emocional, entre muchos otros, que incidirán en
el desarrollo integral de personas saludables y plenas (Castro-Solano, 2010;
Cintra y Guerra, 2017).

La educación positiva plantea que las habilidades para el bienestar deben ser
enseñadas a la par de los contenidos formales, ya que las primeras ejercen
un impacto positivo en el aprendizaje de los segundos. En otras palabras, se
busca propiciar no solo el conocimiento de lo exterior, sino también el
conocimiento de sí mismo en la formación de personas como un todo (Cintra
y Guerra, 2017; Palomera-Martín, 2017; Seligman, Ernst, Gillham, Reivich y
Linkins, 2009).

¿Y el humor en la educación? ¿Acaso humor y educación son conceptos que


se contradicen? El humor como herramienta pedagógica, sin dudas,
confrontaría con las estructuras convencionales sobre las que se asientan
las instituciones educativas, según la cual el docente “brinda” los
conocimientos y los alumnos son los receptores, con claros roles asimétricos
y un esquema predeterminado. Por el contrario, según Toledo y García-
Aparicio (2010), una pedagogía del humor requeriría que la palabra circule en
el espacio áulico, y que haya lugar para lo espontáneo, incongruente e
inesperado en un clima positivo entre las personas. Esto no solo repercutiría,
según los autores, en el bienestar de los alumnos, sino también en la
motivación, participación y atención en clase.
Otro ámbito de aplicación de gran importancia es el que se desarrolla
principalmente en esta materia: los aportes de la psicología positiva en el
trabajo y las organizaciones. En esta área, se trabaja sobre la maximización
de las virtudes y potencialidades de las organizaciones, favoreciendo el
bienestar y capital psicológico de los trabajadores (Castro-Solano, 2010).

¿Será que también en el trabajo el humor puede ser una estrategia de valor?
En un ambiente de trabajo saludable se darían las condiciones básicas para
que el humor, la espontaneidad y la risa tengan lugar. Sin embargo, no todos
los ambientes laborales cuentan con estas características. El trabajo puede
ser un espacio de desarrollo personal y profesional, donde poner en práctica
las fortalezas, descubrir y cultivar habilidades, consolidar vínculos saludables
y participar de equipos de trabajo productivos… Pero también esto puede no
estar ocurriendo. ¿Y si fuera posible favorecer el humor y la espontaneidad
en los equipos de trabajo? ¿Crees que sería un lugar atractivo en el cual
quisieras trabajar?

Para ampliar sobre los temas desarrollados, puedes leer el artículo que se
presenta a continuación.

L2 El humor desde la psicología positiva.pdf


82.6 KB
Fuente: Toledo, M.; García-Aparicio, V. (2010). El humor desde la psicología positiva. En International Journal of

Developmental and Educational Psychology 1(1) pp. 111-117. Recuperado de

http://infad.eu/RevistaINFAD/2010/n1/volumen1/INFAD_010122_111-118.pdf

A modo de repaso, te invito a responder:


¿Cuáles son las principales líneas de desarrollo de la psicología positiva?
¿Cuál de estas líneas de desarrollo le resulta más interesante? ¿Por qué?

C O NT I NU A R
Lección 2 de 2

Referencias

[Imagen sin título sobre la enfermera en el cuadro]. (2017). Recuperado de


https://www.infobae.com/tendencias/2017/05/11/la-verdadera-historia-de-
la-enfermera-del-cuadro-que-pide-silencio-en-los-hospitales-y-clinicas-de-
medio-mundo/

[Imagen sin título sobre Patch Adams]. (2013). Recuperado de


https://www.infobae.com/2013/09/18/1509853-patch-adams-pinto-un-
mural-el-hospital-borda/

Bahamón, M. J. (2017). Prevención del riesgo suicida en adolescentes: una


propuesta de abordaje desde la psicología positiva. En M. J. Bahamón; Y.
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actuales en Psicología. Perspectivas en clínica y salud (pp. 53-69).
Barranquilla, Colombia: Ediciones Universidad Simón Bolívar.

Casullo, M. M. (2008). Prácticas en Psicología Positiva. Buenos Aires,


Argentina: Lugar Editorial S.A.

Castro-Solano, A. (2010). Concepciones teóricas acerca de la psicología


positiva. En A. Castro-Solano (Comp.). Fundamentos de Psicología Positiva
(pp. 17-42). Buenos Aires, Argentina: Paidós.

Cerezo-Guzmán, M. V. (2013). Variables psicológicas positivas en pacientes


con cáncer. En Información psicológica (106) pp. 17-27. Recuperado de
https://doi.org/10.14635/ipsic.2014.106.2

Cintra, C. L.; Guerra, V. M. (2017). Educación Positiva: la aplicación de la


Psicología Positiva a instituciones educacionales. En Psicología escolar e
educacional 21(3) pp. 505-514. Recuperado de: https://doi.org/10.1590/2175-
35392017021311191

Lianov, L. S.; Fredrickson, B. L.; Barron, C.; Krishnaswami, J.; Wallace, A.


(2019). Positive psychology in lifestyle medicine and health care: strategies
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486. Recuperado de https://doi.org/10.1177/1559827619838992

Lupano-Perugini, M. L.; Castro-Solano, A. (2010). Psicología positiva:


Análisis desde su surgimiento. En Ciencias psicológicas 4(1) pp. 43-56.
Recuperado dehttp://www.scielo.edu.uy/scielo.php?pid=S1688-
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Páez-Cala M.L. (2020). La salud desde la perspectiva de la resiliencia. En


Archivos de Medicina (Manizales) 20(1) pp. 203-16. Recuperado de
http://apsmanizales.com/files/2a-La-salud-desde-la-perspectiva-de-la-
resiliencia.pdf
Palomera-Martín, P. (2017). Psicología positiva en la escuela: Un cambio con
raíces profundas. En Papeles del Psicólogo 38 pp. 66-71. Recuperado de
https://doi.org/10.23923/pap.psicol2017.2823

Seligman, M. E. P., & Csikszentmihalyi, M. (2000). Positive psychology: An


introduction. American Psychologyst, 55(1), 5-14.
https://doi.org/10.1037/0003-066x.55.1.5

Toledo, M., & García-Aparicio, V. (2010). El humor desde la psicología


positiva. International Journal of Developmental and Educational Psychology,
1(1), 111-117. Recuperado de
http://infad.eu/RevistaINFAD/2010/n1/volumen1/INFAD_010122_111-
118.pdf

Vázquez, C., Hervás, G., Rahona, J. J., & Gómez, D. (2009). Bienestar
psicológico y salud: Aportaciones desde la Psicología Positiva. Anuario de
Psicología Clínica y de la Salud, 5(1), 15-28. Recuperado de:
http://institucionales.us.es/apcs/doc/APCS_5_esp_15-28.pdf

C O NT I NU A R
El bienestar del ser humano: “la felicidad”

La felicidad y la búsqueda de la felicidad están cotidianamente en la mente y las


conversaciones de las personas. Sin embargo, pareciera ser una fantasía, algo
inasible, buscado, pero a la vez difícil de conceptualizar. ¿Y si no fuera así? En este
texto, encontrarás algunas claves para conceptualizar (¿y por qué no construir?) la
felicidad.

El bienestar del ser humano: la felicidad

Video conceptual

Referencias
Lección 1 de 3

El bienestar del ser humano: la felicidad

Cada uno, a su manera, busca la felicidad. Puede que sea de forma ineficaz,
de forma patológica o simplemente de forma fantaseada, pero el ser
humano desea ese estado de plenitud asociado con la idea subjetiva de la
felicidad. ¿Quién diría que no quiere ser feliz?

El interés por la felicidad no es algo nuevo. Sin embargo, este tema ha sido
abordado como un tema de índole filosófico antes que un objeto de estudio
científico. En la antigüedad, ya Aristóteles, Ciserón y Séneca se preguntaron
por este tema. Mucho más cercano a nuestro tiempo, en el siglo XX, la
cuestión despertó el interés de la sociología ligado al nivel de calidad de vida
de las sociedades (Castro-Solano, 2010). Más tarde, Erich Fromm, Carl
Rogers y Abraham Maslow, por mencionar algunos psicólogos humanistas
del siglo XX, también hicieron hincapié en el desarrollo de las cualidades
positivas y el sentido de la vida en las personas.

La novedad que aporta la psicología positiva es la aplicación del método


científico al estudio de la felicidad. Esto implica, en primer lugar, la adopción
de una definición tanto conceptual como operacional que permita el
desarrollo de teorías que intenten comprenderla e instrumentos que puedan
medir la felicidad para corroborar o descartar las mencionadas teorías.
En el ámbito de la psicología positiva se ha optado por utilizar el término
“bienestar” en lugar de otros. Sin embargo, este término aún genera
controversias por su solapamiento con otros conceptos como calidad de vida
y felicidad. La ausencia de una teoría unificada y el énfasis sobre diferentes
aspectos en diversas microteorías aumentan su complejidad. Sin embargo,
en esta lectura se intentará repasar los conceptos más significativos en el
desarrollo del bienestar psicológico.

En principio, es importante diferenciar entre el bienestar hedónico y el


eudaemónico. El primero de ellos es aquel que se lograría a través de mayor
frecuencia de emociones positivas o por una disposición personal a ser feliz,
a la vez que implica evitar el sufrimiento. Esta es la perspectiva que ha
primado en las sociedades occidentales, la felicidad sería igual a la
satisfacción y a la suma de momentos placenteros (Castro-Solano, 2010).

Por otro lado, el bienestar eudaimónico derivaría de diferentes fuentes. En


esta perspectiva lo que hace que una persona tenga mayor bienestar es su
significado de la vida y la práctica de actividades virtuosas. Es decir, los
afectos positivos y negativos tendrían un lugar secundario a otros factores
de mayor importancia como el significado vital, los proyectos de vida, la
calidad de los vínculos e inclusive el estado de flow (Castro-Solano, 2010).

En la actualidad, se entiende que el bienestar es la resultante de una


dinámica compleja entre diferentes variables. El bienestar estaría compuesto
por tres elementos, a saber, afecto positivo, afecto negativo y un aspecto
cognitivo, que aporta un sentido de satisfacción con estabilidad a lo largo del
tiempo. Es importante destacar que la evidencia científica apunta a que las
emociones positivas y negativas, así como el bienestar y el malestar, no
forman parte de un mismo continuo, sino que más bien ambas son
dimensiones diferentes e independientes entre sí a largo plazo (Castro-
Solano, 2010; Medrano, 2020; Vázquez y Hervás, 2009).

También se encuentran diversas propuestas explicativas del fenómeno. De


ellas se destacan los modelos propuestos por Jahoda, Deci y Ryan, Carol
Ryff, y más recientemente se encuentra la propuesta teórica de Keyes
(citados en Vázquez y Hervás, 2009) y el modelo PERMA propuesto por
Seligman (2011). La secuencia mencionada permite observar cómo se han
ido perfeccionando algunos conceptos y desarrollos previos, que junto con la
evidencia empírica, fueron especificando y consolidando ciertos aspectos
relacionados al bienestar.

El modelo de Jahoda (1958) propone ciertos criterios mediante los cuales


caracterizar la salud mental positiva. Desde esta perspectiva, la salud
mental positiva estaría determinada por las actitudes hacia uno mismo;
desarrollo y autoactualización; integración; autonomía; percepción de la
realidad y control ambiental. Si bien esta propuesta se apoya mayormente
en racionalizaciones e hipótesis teóricas, es interesante destacar que incluye
a su vez las variables que compondrían cada uno de esos criterios, alentando
su investigación (Vázquez y Hervás, 2009).

Por su parte, Deci y Ryan (2001) desarrollaron teoría de la


autodeterminación apoyada en la evidencia científica disponible al
momento. Para estos autores, el bienestar se define como la experiencia y el
funcionamiento psicológico óptimo. Este estado se conseguiría mediante la
satisfacción de necesidades psicológicas básicas de vinculación, autonomía
y competencia y un sistema de metas internamente congruentes y
coherentes con los valores e intereses del individuo. Estudios posteriores
apoyaron estas hipótesis, ya que la satisfacción de estas necesidades, su
equilibrio y un conjunto de metas congruentes en las personas se han
asociado, en diversas investigaciones, con mayores niveles de bienestar
(Vázquez y Hervás, 2009).

A su vez, el modelo de bienestar psicológico fue elaborado por Ryff con base
en una revisión de los desarrollos previos en la temática, incluyendo los
mencionados entre otros. La autora presenta seis dimensiones,
consideradas como índices, de la salud mental y diferencia en ellas el
funcionamiento óptimo del funcionamiento deficitario. Las dimensiones son
control ambiental, crecimiento personal, propósito de vida, autonomía,
autoaceptación y relaciones positivas con otros (Vázquez y Hervás, 2009).

Posteriormente, Keyes propone un nuevo modelo de bienestar y salud


mental. Este modelo retoma gran parte del trabajo de Ryff, pero incluye otras
áreas del bienestar en un intento de integración de los componentes
hedónicos, eudaimónicos y social. De esta forma, la salud mental positiva
estaría conformada, según Keyes, por el bienestar emocional, el bienestar
psicológico, y el bienestar social. Es decir, en este modelo las emociones
positivas son puestas en relieve, junto con las dimensiones del modelo de
Ryff, y en conjunción con un funcionamiento social y comunitario
enriquecedor y satisfactorio (Vázquez y Hervás, 2009).

Recientemente, Seligman (2011) propuso su modelo PERMA para el estudio,


evaluación e intervención de este fenómeno. En esta perspectiva se
plantean cinco elementos que permiten incrementar el bienestar subjetivo:
emociones positivas (positive emotion), compromiso (engagement),
relaciones (relationships), sentido (meaning) y sensación de logro
(accomplishment). Estas variables, advierte el autor, son claves en el
bienestar subjetivo, pero no son exhaustivas, es decir, se entiende que
existen otros factores que también influirán como por ejemplo la vitalidad y la
salud (Seligman, 2018).

¿En qué momento de tu vida fuiste más feliz? Seguramente, habrás pensado
en tu infancia. Para visualizar el modelo PERMA de la felicidad, te invita a ver
el siguiente video sobre esta etapa de la vida, contada por niños.

Video 1. Lo mejor de ser niños y niñas


Fuente: Sentido Común Medios, [Sentido Común Medios] (2021). Lo mejor de ser niños y niñas. [YouTube]
Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=k4mby1zteLU

Las emociones positivas constituyen el componente hedónico en este


modelo. El placer, el confort y la felicidad, entre otras emociones positivas, no
son vistos simplemente como un marcador sino, inclusive, como
favorecedoras del bienestar subjetivo.

En el video puedes apreciar la relevancia de las emociones positivas en los


protagonistas, manifestado especialmente por el énfasis en el disfrute y el
divertimento.
El compromiso subjetivo es un estado de conexión profunda a una
determinada actividad o causa. Cuando este compromiso alcanza su estado
óptimo ocurre una inmersión subjetiva, un alto grado de concentración hacia
una tarea intrínsecamente motivadora. Esto fue definido por
Csikszentmihalyi como estado de flow. Las características del flow son
intensidad de la concentración en lo que se está haciendo en un determinado
momento, satisfacción por la actividad en sí misma, fusión con la acción que
se está realizando, disminución de la conciencia de uno mismo como actor
social, una sensación de control de las propias acciones, siendo
especialmente percibida la distorsión de la experiencia temporal (Nakamura
y Csikszentmihalyi, 2014). En palabras simples “el tiempo pasa volando
cuando hago lo que me gusta”.

La gran mayoría de las personas puede recordar cómo el tiempo pasaba


volando cuando jugaba con sus amigos. “¿Ya nos vamos? ¡Pero estamos
jugando mamá!”. ¿Cómo podría existir algo más importante?

El peso de las relaciones en el bienestar de las personas resulta más claro y


de la misma forma incuestionable. En esta variable se incluye la sensación
de pertenencia a una comunidad, la percepción de ser apreciado por los
seres queridos y contar con lazos sociales satisfactorios.

Para los niños esto es muy claro. En el video se observa que una de las cosas
que más se menciona y valora por los niños es la amistad, la familia, el
compartir, el estar con otros.
El sentido refiere a la percepción de tener un propósito, una orientación en la
vida que vaya más allá de la propia persona. En ocasiones el sentido puede
tener una clara referencia al bienestar de otras personas, a ayudar a otros, el
servicio comunitario sería el ejemplo clásico. Sin embargo, no es necesario
que este sentido pertenezca a este orden. El cuidado de la familia, la
contribución al medioambiente, al conocimiento científico, tener un buen
servicio para los clientes, e infinitas variantes se pueden encontrar en este
nivel. Lo importante no son las consecuencias externas sino el valor personal
de este sentido.

En los niños el sentido de la vida tiene un valor muy profundo, aunque la


mirada adulta tienda a subestimarlo. En el video se escucha claramente en
las alusiones a sus sueños, deseos y planes con relación al futuro: “ayudar a
mi familia”, “cuidar la soberanía del Estado”, “ser veterinaria”, etc.

Por último, la sensación de logro implica el reconocimiento, tanto interno


como externo, del acercamiento a las metas personales, la superación de
obstáculos o la obtención de resultados altos. Esta variable si bien puede ser
valorada de forma concreta también puede ser muy variable, ya que las
metas personales pueden ser de muy variada índole, inclusive el logro por la
sensación de logro en sí misma.

¿Puedes reconocer este último factor al escuchar a los niños del video?
Algunas de las alusiones a la sensación de logro se encuentran también en
las referencias a su futuro, especialmente con relación a la finalización de
sus estudios.
Actividades de repaso

Mencionar dos características de cada uno de los modelos


explicativos de la felicidad.

Según Martin Seligman, ¿Cuáles son los componentes de la


felicidad?

C O NT I NU A R
Lección 2 de 3

Video conceptual

C O NT I NU A R
Lección 3 de 3

Referencias

Castro-Solano, A. (2010). Concepciones teóricas acerca de la psicología


positiva. En A. Castro-Solano (Comp.), Fundamentos de Psicología Positiva
(pp. 17-42). Buenos Aires: Paidós.

Jahoda, M. (1958). Current concepts of positive mental health. Washington,


DC: American Psychological Association. https://doi.org/10.1037/11258-000

Medrano, L. A. (2020). Recursos personales: El papel de los recursos


psicológicos
positivos. En L. A. Medrano & C. Sponton (Eds.), Regulación del Estrés en
tiempos de pandemia. Pautas para la Resiliencia Organizacional(pp. 61-103).
Córdoba, Argentina: Brujas; Universidad Siglo XXI.

Nakamura, J.; y Csikszentmihalyi, M. (2014). The concept of flow. En Flow


and the foundations of positive psychology (pp. 239-263). Dordrecht: Springer.

Ryan, R. M.; y Deci, E. L. (2001). On happiness and human potentials: A


review of research on hedonic and eudaimonic well-being. Annual review of
psychology, 52(1), 141-166. https://doi.org/10.1146/annurev.psych.52.1.141
Seligman, M. (2018). PERMA and the building blocks of well-being. The
Journal of Positive Psychology, 13(4), 333-335.
https://doi.org/10.1080/17439760.2018.1437466

Seligman, M. E. P. (2011). Flourish: A New Understanding of Happiness and


Well-being - And What It Takes to Reach Them. New York, NY: Free Press.

Sentido Común Medios. [Sentido Común Medios] (2021). Lo mejor de ser


niños y niñas. [YouTube] Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?
v=k4mby1zteLU

Vázquez, C.; y Hervás, G. (2009). Salud positiva: Del síntoma al bienestar. En


C. Vázquez & G. Hervás (Eds.), Psicología Positiva Aplicada (2a. ed.). España:
Desclée de Brouwer.

C O NT I NU A R
Introducción a la Psicología organizacional positiva
(POP)

El trabajo puede ser un lugar de crecimiento de las personas, fortalecimiento de


lazos sociales y de valores de la ciudadanía. Aunque todos conocen ejemplos de
trabajadores que padecen la jornada laboral, que ruegan por no “tener que” asistir a
eventos extralaborales de la empresa donde trabajan, o inclusive a las reuniones de
equipo. Entonces, ¿de qué depende el bienestar en el trabajo? ¿Cómo se puede
favorecer el desarrollo de organizaciones saludables? Con relación a estas
preguntas, entre otras, se establece la psicología organizacional positiva (POP).

Introducción a la psicología organizacional positiva (POP): características, enfoques, ejes, etc.

Referencias

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Lección 1 de 4

Introducción a la psicología organizacional positiva


(POP): características, enfoques, ejes, etc.

El hombre, en su esencia, es un ser social. Esto implica no solo que necesita


establecer lazos con otros para sobrevivir, sino que el hombre es hombre por
su relación con otros, es decir, se constituye como persona en su
interrelación con otras personas.

Es así que el abordaje de la salud y el bienestar de las personas debe incluir,


necesariamente, los aspectos que hacen que las comunidades e
instituciones sean positivas y saludables (Seligman y Csikszentmihalyi,
2000). En la sociedad posmoderna una gran parte de las relaciones sociales
ocurren en el marco de las actividades laborales.

De esta manera, una de las líneas de trabajo más importantes en psicología


positiva es la salud positiva de trabajadores y organizaciones. Este campo de
aplicación de la psicología positiva incluye la psicología de la salud
ocupacional, la psicología ocupacional positiva y la psicología organizacional
positiva. Si bien todos estos desarrollos redundan en aportes significativos y
en muchos casos convergentes, la presente lectura y las siguientes se
enfocarán especialmente en la última.
La psicología organizacional positiva (POP) ha sido definida como

El estudio científico del funcionamiento óptimo de la salud de las


personas y de los grupos en las organizaciones, así como de la
gestión efectiva del bienestar psicosocial en el trabajo y del
desarrollo de organizaciones para que sean más saludables.
(Salanova, Llorens y Martínez, 2016, p. 177)

Se entiende, por tanto, que su función es la de estudiar, comprender y


potenciar el funcionamiento óptimo, el bienestar psicosocial y la calidad de
vida en el trabajo.

Para ejemplificar este tema se tomará de referencia el artículo de revisión de


Sánchez-Vázquez, Sánchez-Ordoñez, y Jimbo-Días (2019) sobre la felicidad
en el trabajo.

L4 Happiness Management.pdf
352.8 KB

Fuente: Sánchez-Vázquez, J. F.; Sánchez-Ordóñez, R.; y Jimbo Días, J. S. (2019). «Happiness Management»:

Revisión de literatura científica en el marco de la felicidad en el trabajo. En Retos Revista de Ciencias de la

Administración y Economía, 9(18), pp. 259-271.


En este artículo encontrarás un claro ejemplo del interés por la comprensión
del fenómeno de la felicidad en un contexto muy particular, pero a la vez de
tanta variabilidad como lo es el ambiente laboral.

En otras palabras, la POP intenta identificar cuáles son las variables que
favorecen un funcionamiento organizacional positivo y pleno, tanto a nivel
individual como a nivel intersubjetivo, grupal, institucional y social (Salanova
et al., 2016). Las organizaciones positivas son las que promueven a los
sujetos a una mejor ciudadanía, a la tolerancia, la responsabilidad y a las
buenas prácticas laborales, entre otras cosas, todo lo cual implica un cambio
de perspectiva en tanto de los académicos como de los empresarios
(Salanova, Llorens y Martínez, 2019).

En este sentido, se promueve la idea de que las organizaciones y el ámbito


laboral son el ámbito privilegiado para desarrollar y potenciar el crecimiento y
bienestar de los trabajadores en tanto ciudadanos, no solo para aumentar la
salud y competitividad de las empresas sino, además, para ser promotoras
del bienestar en las sociedades.

La apuesta es entonces hacia la salud, en su máxima expresión, el desarrollo


de potencialidades y la mejora continua de las personas, de los grupos y
equipos, y de las organizaciones con repercusiones positivas a nivel
psicológico, social y también económico (Salanova et al., 2019). En este
marco cobran relevancia conceptos claves como la motivación intrínseca, el
flow, las creencias positivas, la satisfacción, la felicidad, el capital psicológico,
las fortalezas, y otros tantos temas de la psicología positiva aplicados al
ámbito laboral.

Se han fijado ciertos criterios para la distinción de los temas que integran el
campo de la POP (Luthans, Youssef y Avolio, 2007). Estos criterios son:

estar relacionados específicamente con el comportamiento laboral;

ser cualidades o aspectos positivos;

regirse por el método científico (incluirse en una teoría, basarse en


la evidencia empírica y ser medible);

estar relacionado con un buen rendimiento laboral; y

que sea plausible de ser mejorado o desarrollado.

Este último criterio hace hincapié en el estudio de rasgos, cualidades,


comportamientos y todo aquello que pueda ser susceptible al cambio, en
detrimento de aquellas variables que no pueden ser modificadas (Luthans et
al., 2007).

Al considerar el artículo de revisión sobre la felicidad es posible visibilizar


estos criterios:
En primer lugar, la temática se encuentra delimitada a la felicidad
en su expresión con la experiencia laboral.

En segundo lugar, se trata claramente de la confluencia de


diferentes factores positivos hacia la percepción de felicidad de los
trabajadores.

En tercer lugar, vemos que la revisión hace menciones constantes


a diferentes planteos teóricos e investigaciones científicas que han
ido fundamentando las mismas. Se observa que estos planteos
teóricos implican la identificación de variables operacionales. Cabe
aclarar, además, que muchas de las formulaciones teóricas
mencionadas en el artículo cuentan con sus respectivos
instrumentos de medida.

En cuarto lugar, las asociaciones entre la felicidad en el trabajo y el


rendimiento reportadas en diferentes estudios se ven destacadas
especialmente en la tabla 1 de dicha publicación.

En el artículo no se encuentran propuestas de intervención


explicitadas en detalle, sin embargo, los autores realizan
menciones continuas sobre el propósito y la factibilidad del
desarrollo de la felicidad en los ambientes laborales.

Basados en estos criterios se encuentran diversos desarrollos. Así se


destaca el estudio de la identificación con la empresa, la justicia
organizacional, el comportamiento de ciudadanía organizacional, la
confianza en la empresa, el compromiso organizacional, la satisfacción
laboral y el capital psicológico. Se encuentran también los desarrollos sobre
satisfacción y motivación laboral, engagement, relaciones entre los ámbitos
trabajo-familia, bienestar en el trabajo, liderazgo, entre otros (Salanova,
Martínez y Llorens, 2014). De esta forma, la lista de temas sigue creciendo a
medida que la investigación también lo hace.

Es posible encauzar esta gran vertiente de estudios y prácticas de la POP en


tres ejes principales: la investigación, la práctica profesional basada en
evidencia y la formación de alto nivel (Salanova et al., 2019).

De la misma manera que la psicología positiva en general hace hincapié en la


evidencia empírica como base de su crecimiento, la POP también hace
hincapié en la investigación. En este sentido, se propone la validación de
teorías y conceptualizaciones de las variables positivas, por lo que resulta
necesaria la delimitación conceptual, el análisis de consecuencias y la
diferenciación del nivel de análisis, ya sea individual, grupal, organizacional o
multinivel. Este eje de trabajo también implica la creación y validación de
instrumentos de medida fiables; clasificación de fortalezas en todos los
niveles de análisis; creación de un marco teórico positivo integral;
consideración de la implicancia de variables sociodemográficas como el
género y la diversidad generacional; como así también la comprobación de
resultados de los programas o intervenciones positivas en sus distintos
niveles de análisis (Salanova et al., 2019).
En cuanto a la práctica profesional, se debe aclarar que este no es un eje
contrario al anterior sino resultante de la misma. Es decir, que la práctica
profesional como reto fundamental de la POP implica como paso previo la
investigación con tal fin. En este conjunto de desafíos se encontrará el
diagnóstico y la intervención para el desarrollo de las fortalezas en los tres
niveles. También se destaca aquí el desarrollo de los programas de
promoción de la salud en el ámbito laboral y el trabajo de distintas
instituciones y centros académicos con servicios para la generación de
organizaciones saludables y productivas. Otra línea de trabajo importante
para la práctica profesional es la creación de redes interdisciplinares,
inclusive a nivel internacional, para una comprensión integral de los
fenómenos (Salanova et al., 2019).

Para el favorecimiento de los ejes anteriores, tanto de la investigación como


de la práctica fundamentada en la evidencia, es requerimiento que se cuente
con formación de alto nivel y calidad en POP. En este punto, las universidades
del mundo son los centros preferenciales mediante la inclusión de estas
temáticas en el currículo de las carreras de grado como de niveles
superiores. Para este cometido la creación de programas de calidad es clave
para sentar las bases de la POP en los perfiles profesionales (Salanova et al.,
2019).

Los ejes fundamentales de la POP también se pueden identificar en el


artículo de revisión. Es así que el estudio y la investigación de la felicidad en
el trabajo han dado lugar a aproximaciones teóricas, operacionales, de
evaluación y prácticas. Lo que ha llevado a que no solo las empresas, sino
universidades, centros de investigación y organismos internacionales han
incorporado la felicidad en el trabajo dentro de sus agendas.

Es así que en esta materia recorrerás los fundamentos, conceptos,


evidencias y algunas herramientas relacionadas con la comprensión y el
fortalecimiento de las organizaciones saludables para el beneficio no solo de
las empresas sino especialmente de los trabajadores y la ciudadanía en su
conjunto.

Como repaso de lectura, te propongo:

1 Mencionar los criterios de la POP para la delimitación de temáticas.

2 Identificar los ejes de trabajo de la POP.

C O NT I NU A R
Lección 2 de 4

Referencias

Luthans, F.; Youssef, C. M.; y Avolio, B. J. (2007). Psychological capital:


Developing the human competitive edge. New York, NY: Oxford University
Press.

Salanova, M.; Llorens, S.; y Martínez, I. M. (2016). Aportaciones desde la


Psicología Organizacional Positiva para desarrollar organizaciones
saludables y resilientes. En Papeles del Psicólogo, 37(3), 177-184.
Recuperado de http://www.papelesdelpsicologo.es/pdf/2773.pdf

Salanova, M.; Llorens, S.; y Martínez, I. M. (2019). Organizaciones


Saludables. Una mirada desde la psicología positiva. España: Aranzadi.

Salanova, M.; Martínez, I. M.; y Llorens, S. (2014). Una mirada más" positiva"
a la salud ocupacional desde la psicología organizacional positiva en tiempos
de crisis: aportaciones desde el equipo de investigación WoNT. En Papeles
del Psicólogo, 35(1), 22-30. Recuperado de
http://www.papelesdelpsicologo.es/pdf/2318.pdf

Sánchez-Vázquez, J. F.; Sánchez-Ordóñez, R.; y Jimbo Días, J. S. (2019).


«Happiness Management»: Revisión de literatura científica en el marco de la
felicidad en el trabajo. En Retos Revista de Ciencias de la Administración y
Economía, 9(18), 259-271.

Seligman, M. E. P.; y Csikszentmihalyi, M. (2000). Positive psychology: An


introduction. American Psychologyst, 55(1), 5-14.

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Lección 3 de 4

Revisión del módulo

Hasta acá aprendimos

Antecedentes y surgimiento de la psicología positiva



La psicología positiva surge en respuesta al énfasis de la psicología
tradicional en las enfermedades y deficiencias del ser humano. Esta corriente
propone una mirada que pone de relieve los recursos positivos y saludables
de las personas.

Desarrollos más significativos de la disciplina



La psicología positiva tiene múltiples líneas de estudio y aplicaciones, se
destacan los desarrollos en prevención de trastornos mentales, prevención y
asistencia en salud, aplicaciones en la educación y el ámbito laboral.

El bienestar del ser humano: “la felicidad”



La psicología positiva impulsó el estudio científico de la felicidad. En función
de desarrollos teóricos previos y numerosas investigaciones, actualmente se
dispone de diversas aproximaciones teóricas y prácticas al fenómeno.

Introducción a la psicología organizacional positiva (POP)



La psicología organizacional positiva es una de las líneas de desarrollo más
importante de la psicología positiva. Estos desarrollos se rigen por criterios
definidos y proponen tres ejes de trabajo principales: investigación, práctica y
formación.

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