Meditación y Terapia
Meditación y Terapia
Meditación y Terapia
Meditación y terapia
Meditación curativa:
La práctica de la conciencia o atención plena es básica en la
mayoría de las formas de meditación budista e hinduista. Muchas
de las psicoterapias modernas han incorporado dicha conciencia
en su terapia. La atención plena se basa principal y básicamente en
las sensaciones corporales y respiratorias, pero se extiende a la
conciencia de los sentimientos, pensamientos y sensaciones que se
producen en el presente. En primer lugar, nos lleva a habitar en
nuestro cuerpo-mente, a estar en contacto con lo que nos ocurre
aquí y ahora: dejamos ser todo lo que nos ocurre aquí y ahora en
nuestro cuerpo-mente; este dejar ser facilita cierta distancia y
desapego de nuestras emociones y pensamientos. Hay un espacio
para respirar, por así decirlo, entre las emociones/pensamientos y
uno mismo. Se adquiere cierta perspectiva. Se trata de tolerar las
emociones contradictorias de ansiedad, terror, placer,
omnipotencia, confusión, etc. Normalmente tendemos a
identificarnos con un conjunto de emociones y pensamientos, y a
evitar o reprimir los llamados pensamientos/emociones no
deseados. Aquí, en esta práctica de mindfulness, uno deja estar
juntos, sin juzgar, todos los contrarios y problemas. Uno no vuela
con sus ángeles ni lucha con sus demonios. Es lo contrario de la
negación, el desplazamiento, la proyección, la racionalización, etc.
Es una práctica de dejar-ser, estar-con, hacerse amigo de todas las
emociones, pensamientos e imágenes.
Sólo sentarse:
Samadhi y esfuerzo:
Autoconstitución y autoapropiación:
Despertar al vacío:
Problemas y peligros:
Volver al mercado:
También existe el peligro de tomar la meditación como el todo y el
fin. La meditación es sólo una parte del camino espiritual.
Además, la meditación y el despertar tienen que fluir en la vida
cotidiana y en las relaciones personales. Hay que asumir la
responsabilidad de la propia vida y de la forma en que se vive. La
práctica de la meditación y el despertar se autentifican viviendo la
vida cotidiana, aprendiendo a relacionarse con los demás,
cuidando del mundo, comprometiéndose con una vocación. El
despertar no es simplemente para uno mismo; es una llamada a
cuidar del mundo y de los demás, así como de uno mismo. La
mayoría de las veces uno se cura cuando empieza a cuidar y a
comprometerse con los demás y con el mundo. Al mismo tiempo,
también es necesario comprenderse a uno mismo, aprender a
escuchar el corazón y la mente, discernir lo bueno y lo verdadero
de lo falso y lo malo, y elegir el camino que da vida. Esto
implicará aprender a vivir con los demás en comunión, aprender a
escuchar, compartir y dialogar. De este modo, la vida misma se
convierte en terapia; y el campo de la vida es el ámbito de la
autentificación y la actualización del despertar. La fuente de la
vida despierta se fundamenta en la visión del Misterio del Vacío
del yo y del mundo y su no dualidad. Permítanme expresarlo en
términos del despertar zen: Permanece en el Vacío mientras
caminas por los caminos del mundo; y camina por los caminos del
mundo mientras permaneces en el Vacío.
Bibliografía:
Benson, Herbert, M.D. con William Proctor: Beyond the
Relaxation Response: Cómo aprovechar el poder curativo
de sus creencias personales. New York Times Book Co.,
Inc., 1984.