Principios Bangalore

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UNIVERSIDAD ANDINA DEL CUSCO

FILIAL SICUANI

ACREDITADA INTERNACIONALMENTE Y LICENCIADA POR SUNEDU

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLÍTICA

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

“PRINCIPIOS DE BANGALORE”

DOCENTE: Abg. CHECYA HUANCA NANCY DIANA

CURSO: DERECHO DE LA MAGISTRATURA

ALUMNOS:

APARICIO SARAVIA MARINELA LUCER

HOLGADO FRISANCHO JUDITH VALERIA

CAÑARÍ QUISPE YURI JUVENAL

SICUANI - CUSCO –PERU 2023-II


INTRODUCCION

Una judicatura de integridad inobjetable es la institución básica fundamental que garantiza la

vigencia de la democracia y la legalidad. Incluso cuando fallan todas las protecciones, una

judicatura de esas características ofrece al público un baluarte contra los atropellos a los

derechos y libertades garantizados por la ley. Estas observaciones se aplican tanto

internamente, en el contexto de cada Estado nación, como a escala global, de modo que la

judicatura aparece como uno de los grandes bastiones de la legalidad en todo el mundo.

Garantizar la integridad de la judicatura mundial constituye así una tarea a la que es preciso

dedicar mucha energía, capacidades y experiencia.

Los Principios de Bangalore sobre la conducta judicial han recibido creciente aceptación de

parte de los diferentes sectores de la judicatura mundial y de los organismos internaciones

interesados en la integridad del proceso judicial. Como resultado de ello, los Principios de

Bangalore son vistos cada vez más como un documento que todas las judicaturas y sistemas

jurídicos pueden aceptar sin reservas. Dicho en pocas palabras, estos principios dan expresión

a las más elevadas tradiciones de la función judicial como se la concibe en todas las culturas y

sistemas jurídicos. Lograr acuerdo en torno a estos principios básicos ha sido difícil, pero el

irrenunciable compromiso del Grupo de Integridad Judicial de lograr un resultado que pudiese

recibir aceptación universal le ha permitido superar las barreras que se alzaron en su camino.
ANTECEDENTES

En abril del año 2000, en la Oficina de las Naciones Unidas en Viena, se realizó la primera

reunión del Grupo Judicial de Reforzamiento de la Integridad Judicial.

El encuentro sirvió para determinar que era necesaria la elaboración de una forma aceptable de

evaluar a los jueces, respetando la independencia de los mismos.

La segunda reunión de este grupo tuvo lugar en Bangalore (India), un año después de la

asamblea original. Aquí se definió los valores básicos de la propuesta, a la par que se formuló

los principios pertinentes y aprobó el borrador los Principios de Bangalore.

Además, se reconoció que esta primera versión había sido elaborada por jueces

principalmente de países de derecho consuetudinario, por lo que resultaba prioritario que jueces

de otras tradiciones jurídicas también le dieran un visto bueno.

En el 2002 y luego de múltiples revisiones, el Borrador de Bangalore se sometió a la

consideración de la Reunión de Mesa Redonda de Presidentes de Tribunales Superiores de

países del sistema de derecho civil celebrada en la Sala Japonesa del Palacio de la Paz de La

Haya.

Finalmente, los Principios de Bangalore sobre la conducta judicial se incluyeron como anexo

del informe presentado por el Relator Especial sobre la independencia de magistrados y

abogados. El 29 de abril de 2003 la Comisión aprobó por unanimidad la resolución 2003/43

que tomó nota de los Principios de Bangalore sobre la conducta judicial y señaló esos principios

«a la atención de los Estados Miembros, los órganos de las Naciones Unidas y las

organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales, para su consideración».

PRINCIPIOS BANGALORE

Este instrumento desarrolla seis valores éticos fundamentales que debe observar todo

magistrado: independencia, imparcialidad, integridad, corrección, igualdad y

competencia/diligencia.
Los Principios de Bangalore no solo han sido adoptados por algunos Estados, sino que otros

han basado en ellos sus propios principios de conducta judicial. Las organizaciones

internacionales también los han recibido favorablemente y les han dado su respaldo. El Consejo

Económico y Social de las Naciones Unidas, en su resolución 2006/23 de 27 de julio de 2006,

invitó a los Estados Miembros, de conformidad con sus ordenamientos jurídicos internos a que,

al examinar o elaborar normas con respecto a la conducta profesional y ética de los miembros

de la judicatura, tomasen en consideración los Principios de Bangalore. La Oficina de las

Naciones Unidas contra la Droga y el Delito ha apoyado activamente los Principios de

Bangalore, que también han recibido el reconocimiento de órganos como la American Bar

Association y la Comisión Internacional de Juristas. Los jueces de los Estados Miembros del

Consejo de Europa también han acogido favorablemente los Principios de Bangalore.

Los Principios de Bangalore sobre la conducta judicial constituyen un instrumento de gran

valor potencial no solo para los jueces de todas las naciones, sino también para el público en

general y para todas las personas interesadas en el establecimiento de sólidos cimientos para

una judicatura mundial de integridad inobjetable.

PREAMBULO DE LOS PRINCIPIOS BANGALORE

CONSIDERANDO que los principios básicos relativos a la independencia de la judicatura

están formulados para garantizar y promover la independencia de la judicatura y están dirigidos

principalmente a los Estados.

LOS SIGUIENTES PRINCIPIOS pretenden establecer estándares para la conducta ética de los

jueces. Están formulados para servir de guía a los jueces y para proporcionar a la judicatura un

marco que regule la conducta judicial. Asimismo, pretenden ayudar a que los miembros del

ejecutivo y el legislativo, los abogados y el público en general puedan comprender y apoyar

mejor a la judicatura. Estos principios presuponen que los jueces son responsables de su

conducta frente a las instituciones correspondientes establecidas para mantener los estándares
judiciales, que dichas instituciones son independientes e imparciales y que tienen como

objetivo complementar y no derogar las normas legales y de conducta existentes que vinculan

a los jueces.

PRINCIPIOS DE BANGALORE.

1. PRINCIPIO DE INDEPENDENCIA

La independencia judicial es un requisito previo del principio de legalidad y una garantía

fundamental de la existencia de un juicio justo. En consecuencia, un juez deberá defender y

ejemplificar la independencia judicial tanto en sus aspectos individuales como institucionales.

Aplicación

1.1. Un juez deberá ejercer su función judicial de forma independiente, partiendo de su

valoración de los hechos y en virtud de una comprensión consciente de la ley, libre de cualquier

influencia ajena, de instigaciones, presiones, amenazas o interferencias, sean directas o

indirectas, provenientes de cualquier fuente o por cualquier razón.

1.2. Un juez deberá ser independiente en relación con la sociedad en general y en relación con

las partes particulares de una controversia que deba resolver como juez.

1.3. Un juez no sólo estará libre de conexiones inapropiadas con los poderes ejecutivo y

legislativo y de influencias inapropiadas por parte de los citados poderes, sino que también

deberá tener apariencia de ser libre de las anteriores a los ojos de un observador razonable.

1.4. Al cumplir sus obligaciones judiciales, un juez será independiente de sus compañeros de

oficio con respecto a decisiones que esté obligado a tomar de forma independiente.

1.5. Un juez deberá fomentar y mantener salvaguardas para el cumplimiento de sus

obligaciones judiciales, con el fin de mantener y aumentar la independencia de la judicatura.

1.6. Un juez exhibirá y promoverá altos estándares de conducta judicial, con el fin de reforzar

la confianza del público en la judicatura, que es fundamental para mantener la independencia


judicial.

2. PRINCIPIO LA IMPARCIALIDAD

Es esencial para el desempeño correcto de las funciones jurisdiccionales. La imparcialidad

se refiere no sólo a la decisión en sí misma, sino también al proceso mediante el cual se

toma esa decisión.

Aplicación:

2.1. Un juez deberá desempeñar sus tareas judiciales sin favoritismo, predisposición o

prejuicio.

2.2. Un juez garantizará que su conducta, tanto fuera como dentro de los tribunales,

mantiene y aumenta la confianza del público, de la abogacía y de los litigantes en la

imparcialidad del juez y de la judicatura.

2.3. Un juez deberá, dentro de lo razonable, comportarse de forma que minimice las

ocasiones en las cuales pueda ser necesario que el juez sea descalificado para conocer de,

o decidir sobre asuntos.

2.4. Cuando un proceso está sometido o pueda estar sometido a un juez, el juez no realizará

intencionadamente ningún comentario que pueda esperarse razonablemente que afecte al

resultado de tal proceso y que deteriore la imparcialidad manifiesta del proceso. El juez

tampoco hará ningún comentario en público o de cualquier otra forma, que pueda afectar

al juicio justo de una persona o asunto.

2.5. Un juez se descalificará de participar en cualquier proceso en el que no pueda decidir

el asunto en cuestión de forma imparcial o en el que pueda parecer a un observador

razonable que el juez es incapaz de decidir el asunto imparcialmente. Los citados procesos

incluirán, sin ánimo de exhaustividad, situaciones en las que:


(a) El juez tenga realmente predisposición o prejuicios para con una parte o posea

conocimientos personales sobre los hechos probatorios controvertidos relativos al proceso;

(b) El juez haya actuado previamente como abogado o como testigo material en el asunto

controvertido; o

(c) El juez, o algún miembro de su familia, tenga un interés económico en el resultado del

asunto sujeto a controversia; lo anterior teniendo en cuenta que no será necesaria la

descalificación de un juez si no puede constituirse otro tribunal para conocer del caso o

cuando, por circunstancias urgentes, la no-participación del juez puede producir una

denegación de justicia grave.

3. PRINCIPIO DE INTEGRIDAD:

Es esencial para el desempeño correcto de las funciones jurisdiccionales.

Aplicación

3.1. Un juez deberá asegurarse de que su conducta está por encima de cualquier reproche a los

ojos de un observador razonable.

3.2. El comportamiento y la conducta de un juez deberán reafirmar la confianza del público en

la integridad de la judicatura. No sólo debe impartirse justicia; también ha de verse cómo se

imparte.

4._ PRINCIPIO DE CORRECION.

La corrección y la apariencia de corrección son esenciales para el desempeño de todas las

actividades de un juez.

SU APLICACIÓN:

4.1. Un juez evitará la incorrección y la apariencia de incorrección en todas sus actividades.

4.2. Como objeto de un constante escrutinio público, un juez deberá aceptar restricciones

personales que puedan ser consideradas una carga para los ciudadanos ordinarios y lo deberá
hacer libremente y de forma voluntaria. Particularmente, un juez se comportará de forma

consecuente con la dignidad de las funciones jurisdiccionales.

4.3. Un juez, en sus relaciones personales con miembros individuales de la abogacía que

practiquen su trabajo regularmente en su sala de audiencias, evitará situaciones que puedan

levantar sospechas razonables o tener apariencia de favoritismo o parcialidad.

4.4. Un juez no participará en la resolución de un caso en el que un miembro de su familia

represente a un litigante o esté asociado de cualquier forma con el caso.

4.5. Un juez evitará que utilice su residencia un miembro de la abogacía, para recibir clientes

u otros miembros de la abogacía.

4.6. Un juez, como cualquier otro ciudadano, tiene derecho a la libertad de expresión y de

creencias, derecho de asociación y de reunión, pero, cuando ejerza los citados derechos y

libertades, se comportará siempre de forma que preserve la dignidad de las funciones

jurisdiccionales y la imparcialidad e independencia de la judicatura.

4.7. Un juez deberá informarse sobre sus intereses personales y fiduciario-financieros y hará

esfuerzos razonables para informarse sobre los intereses financieros de los miembros de su

familia.

4.8. Un juez no permitirá que su familia, sus relaciones sociales o de otro tipo influyan

incorrectamente en la conducta judicial del juez y en su criterio como juez.

4.9. Un juez no utilizará o prestará el prestigio de las funciones jurisdiccionales para ayudar a

sus intereses privados, a los de un miembro de su familia o a los de cualquier otra persona;

asimismo, un juez tampoco dará ni permitirá a otros que den la impresión de que nadie está en

situación de influir en el juez de forma incorrecta cuando desempeña sus obligaciones

judiciales.
4.10. La información confidencial obtenida por un juez en el ejercicio de sus competencias

judiciales no será utilizada o revelada por el juez para ningún otro propósito no relacionado

con el ejercicio de sus competencias judiciales.

4.11. Sujeto al desempeño correcto de sus obligaciones judiciales, un juez podrá:

(a) Escribir, dar conferencias, enseñar y participar en actividades relacionadas con la ley, el

sistema legal, la administración de justicia y asuntos conexos;

(b) Aparecer en una audiencia pública de un cuerpo oficial encargado de asuntos relacionados

con la ley, el sistema legal, la administración de justicia o asuntos conexos;

(c) Servir como miembro de cualquier cuerpo oficial, o de otras comisiones, comités o cuerpos

asesores, si tal condición de miembro no es inconsecuente con la imparcialidad percibida y con

la neutralidad política de un juez; o (d) Participar en otras actividades si las citadas actividades

no desvirtúan la dignidad de las funciones jurisdiccionales o interfieren de cualquier otra forma

en el desempeño de las obligaciones judiciales.

4.12. Un juez no ejercerá la abogacía mientras desempeñe funciones jurisdiccionales.

4.13. Un juez podrá formar o unirse a asociaciones de jueces o participar en otras

organizaciones que representen los intereses de los jueces.

4.14. Un juez y los miembros de su familia no pedirán ni aceptarán ningún regalo, legado,

préstamo o favor en relación con cualquier cosa que el juez haya hecho o deba hacer u omitir

con respecto al desempeño de las obligaciones judiciales.

4.15. Un juez no permitirá intencionadamente al personal de los tribunales o a otras personas

sobre las cuales el juez pueda tener influencia, dirección o autoridad, que pidan o acepten

ningún regalo, legado, préstamo o favor en relación con cualquier cosa hecha, por hacer o por

omitir en relación con sus obligaciones o tareas.

4.16. De acuerdo con la ley y con todos los requisitos legales sobre revelación pública, un juez

podrá recibir un pequeño regalo, premio o beneficio simbólicos que sean apropiados para la
ocasión en que se hayan hecho, siempre que no pueda percibirse de forma razonable que tal

regalo, premio o beneficio se entrega para pretender influir en el juez durante el desempeño de

sus obligaciones judiciales o que pueda tener de cualquier otra forma una apariencia de

parcialidad.

5._ PRINCIPIO DE IGUALDAD.

Garantizar la igualdad de tratamiento de todos ante un tribunal es esencial para desempeñar

debidamente las funciones jurisdiccionales.

SU APLICACIÓN:

5.1. Un juez se esforzará para ser consciente de, y para entender la diversidad de la sociedad y

las diferencias provenientes de varias fuentes, incluidas sin ánimo de exhaustividad, la raza, el

color, el sexo, la religión, el origen nacional, la casta, las minusvalías, la edad, el estado civil,

la orientación sexual, el nivel social y económico y otras causas similares (“motivos

irrelevantes”).

5.2. Durante el desempeño de sus obligaciones judiciales, un juez no manifestará

predisposición o prejuicios hacia ninguna persona o grupo por motivos irrelevantes.

5.3. Un juez cumplirá sus obligaciones judiciales con la apropiada consideración para todas las

personas, como por ejemplo, las partes, los testigos, los abogados, el personal del tribunal y los

otros jueces, sin diferenciación por ningún motivo irrelevante y sin que afecte al correcto

cumplimiento de las citadas obligaciones.

5.4. Un juez no permitirá intencionadamente al personal de los tribunales o a otras personas

sobre las cuales el juez pueda tener influencia, dirección o control, que hagan diferencias entre

las personas implicadas en un asunto sometido a la decisión del juez, basándose en motivos

irrelevantes.

5.5. Un juez pedirá a los abogados que actúan en procesos judiciales que se abstengan de

manifestar, mediante palabras o conducta, predisposición o prejuicios basados en motivos


irrelevantes, excepto cuando sean legalmente relevantes para un asunto procesal y puedan ser

objeto del ejercicio legítimo de la abogacía.

6._ PRINCIPIO DE COMPETENCIA Y DILIGENCIA.

competencia y la diligencia son requisitos previos para desempeñar debidamente las funciones

jurisdiccionales.

SU APLICACIÓN:

6.1. Las obligaciones judiciales de un juez primarán sobre todas sus demás actividades.

6.2. Un juez dedicará su actividad profesional a las obligaciones judiciales, que no sólo

incluyen el desempeño de obligaciones judiciales en el tribunal y la pronunciación de

resoluciones, sino también otras tareas relevantes para las funciones jurisdiccionales o las

operaciones de los tribunales.

6.3. Un juez dará los pasos razonables para mantener y aumentar sus conocimientos,

habilidades y cualidades personales necesarias para el correcto desempeño de las obligaciones

judiciales, aprovechando para ese fin los cursos y facilidades que puedan estar a disposición de

los jueces, bajo control judicial.

6.4. Un juez se mantendrá informado sobre los cambios relevantes en el derecho internacional,

incluidos los convenios internacionales y los otros instrumentos que establezcan normas de

derechos humanos.

6.5. Un juez desempeñará todas sus obligaciones judiciales, incluida la emisión de decisiones

reservadas, de forma eficaz, justa y con una rapidez razonable.

6.6. Un juez mantendrá el orden y el decoro en todos los procesos en que participe y será

paciente, digno y cortés con los litigantes, los jurados, los testigos, los abogados y las otras

personas con que trate en su capacidad oficial. El juez exigirá una conducta similar de los
representantes legales, del personal del tribunal y de las otras personas sujetas a la influencia,

la dirección o el control del juez.

6.7. Un juez no exhibirá conductas incompatibles con el desempeño diligente de las

obligaciones judiciales.

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