El Saber Está en Todas Partes
El Saber Está en Todas Partes
El Saber Está en Todas Partes
Pulgarcita es una joven de 18 años, inicia su vida universitaria en la UNAH, ella decide estudiar
Ingeniería Industrial, pero en una de sus clases optativas como lo es Derechos Humanos; como
parte de las estrategias didácticas, la docente le asignó a ella y sus compañeros capacitar a un
grupo de jóvenes en riesgo social sobre derechos de la mujer. Pulgarcita descubrió que le
encantaba conocer más sobre los problema sociales y ayudar a los demás “era lo suyo” a raíz de
esa experiencia decidió estudiar la Carrera de Trabajo social. Ella era una joven proveniente en
la era digital, sus habilidades de comunicación, estudio, lectura y socialización son diferentes; su
vida está rodeada de Blogs, Facebook, Twitter, WhatsApp, Spotify, Periscope, Skype, Snapchat,
YouTube, Dropbox, Podcasts ,Google Drive, Google Maps narraciones digitales entre otras más, e
infinidad de aplicaciones para su Smartphone. En fin, como dirían muchos: “ella es una chica
tecnológica”.
La catedrática María, fue educada bajo otro paradigma “la educación tradicional”, y no
comprendía las nuevas estrategias de aprendizajes con apoyo de las Tecnologías de la
Información y Comunicación (TICs), que podía implementar como parte de su práctica
pedagógica. La clase transcurría sin mayor motivación para Pulgarcita, a ella le gusta leer, y hacer
uso de bibliotecas virtuales, artículos y libros digitales todo lo almacenaba en “la Nube” o utilizaba
“Diigo” que es un sistema de gestión de información. Pero la catedrática insistía en que no se
debía hacer uso de esos recursos. Pulgarcita debía de comprar un compendio de capítulos de
libros (fotocopias que no despertaban el deseo de leer), ella se preguntaba ¿Quizás mi docente
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desconoce el uso de dichas herramientas digitales? O ¿A caso tiene miedo que yo posea mayores
conocimientos que ella? Cualquiera que fuera la respuesta, Pulgarcita seguía sin interés de asistir a
las clases, y muchos menos sin ánimos de aprender.
La Licenciada María se justificaba en que una de las funciones de los docentes consiste en
“transmitir conocimientos” y que las nuevas tecnologías suplían el rol que por décadas le
corresponde al docente. A lo cual Pulgarcita le respondió lo siguiente:
“¿Qué transmitir? ¿El saber? Ahí está, en todas partes por la Red, disponible, objetivado.
¿Transmitirlo a todos? En este momento, todo el saber es accesible para todos. ¿Cómo
transmitirlo? ¡Ya está hecho!”
La catedrática ante tal comentario, exaltada le dijo: “usted solo quiere utilizar sus pulgares para
pensar”, refiriéndose a que ahora solo se ocupa los dedos pulgares para conectarse al mundo.
Ante tal comentario, resignada Pulgarcita se dio cuenta que no podía cambiar a la docente, sin
embargo, le ayudó a reflexionar sobre cómo la universidad del siglo XXI necesita mejores
docentes con una visión más integral del uso de las Tics en Educación. Pulgarcita terminó su clase
y cumplió con todas las asignaciones brindas por su docente, ¡tenía que pasarla!, de lo contrario le
afectaría el índice. Al final del periodo académico, ella empezó a leer un libro que le
recomendaron, cuya portada decía: “El mundo cambió tanto que los jóvenes deben reinventar
todo: una manera de vivir juntos, instituciones, una manera de ser y de conocer”.