Derecho Penal
Derecho Penal
Derecho Penal
2023
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Índice
Introducción …………………………………………………….
Escuela Clásica…………………………………………………………..
Introducción
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Para Jiménez de Asúa las Escuelas Jurídico-Penales son "el cuerpo orgánico de concepciones
tcontrapuestas sobre la legitimidad del de- recho de penar, sobre la naturaleza del delito y sobre el
fin de las sanciones".
En un sentido más amplio, Sainz Cantero entiende por "escuela" "la dirección de pensamiento que
tiene una determinada orientación, trabaja con un método peculiar, y responde a unos determinados
presu puestos filosófico-penales''.
Las escuelas penales son aquellas que mediante sus postulados nos permiten entender las funciones
del derecho penal, así como la legitimidad del estado para actuar por medio del derecho penal,
presentando diversas concepciones sobre, la pena y el delito, así mismo analizando los distintos
fenómenos del delito y la pena desde distintas corrientes filosóficas. Los pensamientos penales se
han conformado no en pensamientos idénticos, sino en distintas teorías que tienen rasgos en
común. Se denominan escuelas penales aquellas en que los rasgos comunes en cuanto hace al
pensamiento jurídico criminal, prevaleciendo para ser los pilares de nuestro sistema jurídico penal.
A continuación me permito se anexa un cuadro de las llamadas Escuelas jurídico-penales que se
detallaran en el transcurso de este breve ensayo.
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1. Escuela Clásica
Entiende el criminal como un sujeto que goza de libre albedrío y que por tanto debe ser
responsable de sus actos.
El relato que explica el origen de esta escuela se asemeja al del retribucionismo penal. Igual que
este, tiene sus raíces en la Ilustración y en el liberalismo político.
El contexto histórico muestra una enorme indiferencia ante los derechos humanos de la población
criminal. El trato que esta recibe se caracteriza por procesos judiciales sin garantías,
largas torturas y penas desproporcionadas, y prisiones en condiciones inhumanas.
El pensamiento penal de la ilustración se fue sistematizando «en una serie de axiomas y principios
básicos», dando lugar así a la Escuela Clásica (Feusier, 2018).
Sin embargo, fue un positivista, y no un clásico, quien dio nombre a esta corriente. Enrico Ferri,
considerado uno de los padres de la Escuela Positiva, englobó de forma —se ha dicho
que— peyorativa al conjunto de autores y postulados precedentes a la aparición de la corriente
italiana.
En España, cabría destacar a Manuel de Lardizábal y Uribe («Discurso sobre las penas
contraído a las leyes criminales de España para facilitar su reforma»). También han sido
destacados otros autores, como Pellegrino Rossi y Giovanni Carmignani.
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A mediados del siglo XIX, cuando la corriente clásica del Derecho Penal, consideraba haber
alcanzado su más alto grado de perfeccionamiento, en relación a la bien construida construcción
jurídica carrariana, que ya brillaba por toda Europa, aparece en Italia una nueva corriente de
pensamiento en la ciencia del Derecho Penal, que apartándose radicalmente de los principios y
postulados clásicos hasta entonces aceptados, provocó una verdadera revolución en el campo
jurídico penal, minando su estructura desde los cimientos hasta sus niveles más elevados.
Se trataba del surgimiento de la Escuela Positiva del Derecho Penal, que atacando los más
consagrados principios de la Escuela Clásica, creó una profunda confusión en las ideas penales de
esa época, que provocó lo que se ha denominado “la crisis del Derecho Penal Clásico”, por cuanto
que hicieron caer al derecho penal en cierta desubicación que duró casi más de medio siglo.
Según las explicaciones del profesor argentino Juan Ramos, la Escuela Positiva del Derecho Penal
evolucionó en tres etapas: la primera etapa “antropológica”, está representada por Cesare
Lombroso, y, dentro de ella, la preocupación dominante es el estudio del delincuente en sus
particularidades anatómicas, o morfológicas. Pero, en tal época se ignoraba al Derecho Penal,
puesto que Lombroso era Médico y sentía por el derecho “el desapego habitual de quien no lo
entiende”.
La segunda etapa jurídica está representada por Rafael Garófalo quien, como jurista y magistrado,
se preocupó de injertar en el Derecho las teorías anatómicas lombrosianas. La tercera se preocupó
de hacer notar la influencia del medio social sobre el delincuente apartándose ya de la tesis del
“Delincuente Nato” creada por Lombroso (Ramos P., 1942: 172).
La transformación tan profunda que sufre el Derecho Penal con la Escuela Positiva se manifiesta,
por ejemplo, en que, para Enrico Ferri, el Derecho Penal desaparece como disciplina jurídica para
convertirse en una simple rama de la Sociología Criminal. Con estos criterios que se plantean
resulta evidente, por tanto, las grandes mutaciones que sufrió la corriente clásica con la irrupción
de la corriente positivista, cuyos postulados más importantes pueden resumirse así:
• Respecto al Derecho Penal. Ésta disciplina pierde su autonomía (véase qué es, su
concepto; y también su definición como “autonomy” en el contexto anglosajón, en
inglés), como ciencia jurídica y es considerada como parte de las ciencias
fenomenalistas, especialmente como una simple rama de la Sociología Criminal.
Enrico Ferri afirmaba que la Antropología y la Estadística Criminal, así como el
Derecho Criminal y Penal, no son más que capítulos diferentes de una ciencia única
que estudia el delito considerado como fenómeno natural y social.
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• Respecto al delito. Se consideró al delito como acción humana con causas naturales
o sociales. Se definió el delito como una lesión a aquella parte del sentimiento moral
que consiste en la violación de los sentimientos altruistas fundamentales, es decir,
la piedad y la propiedad, en la medida en que estos sentimientos son poseídos por
una comunidad (Delito natural de Garófalo): o bien, el delito debe considerarse
como acción punible determinada por aquellas acciones encaminadas por móviles
individuales y antisociales que turban las condiciones de vida y contravienen la
moralidad media de un pueblo en un momento dado (delito social de Ferri).
• Respecto a la pena. Consideraron que la pena era un medio de defensa social, que
se realizaba mediante la prevención general (amenaza de pena a todos los
ciudadanos), y la prevención especial (ampliación de dicha amenaza al
delincuente); sosteniendo que la pena no era la única consecuencia del delito, ya
que debía aplicarse una serie de sanciones y medidas de seguridad, de acuerdo con
la personalidad del delincuente.
Con el desarrollo de cada uno de los postulados enunciados los positivistas crearon quizás el más
grande desconcierto del Derecho Penal Clásico y tuvieron influencia en el sistema jurídico de
aquella época, dado que las legislaciones de corte clásico se convirtieron en positivistas,
arrastradas por aquella corriente que cambió algunos de los cimientos anteriores del Derecho Penal
durante medio siglo (de 1850 a 1900).
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La Tercera Escuela, Terza Scuola, escuela critica o escuela del positivismo critico, tiene su
aplicación precisamente por la pugna existente entre las escuelas clásica y positiva. Tercera escuela
la principal surge en Italia(terza scuola), cuyos principales representantes son Alimena y
Carnevalle. En Alemania hubo una tercera escuela, que coincide con los postulados de la italiana.
Movimiento ecléctico italiano, admite algunos principios clásicos y algunos positivistas. Mira al
Derecho Penal como ciencia independiente. Combate la teoría del delincuente nato de Lombroso;
por primera vez clasifica a los sujetos activos del delito en Imputables e Inimputables y sostiene
que el castigo (penas) es solo para los primeros y a los segundos les viene a efectos de la defensa
social una medida de seguridad. Su precursor fue Eugenio Carnevale (1891). También: Bernardino
Alimena, Giambatista Impaliomeni.
Bibliografía:
https://www.huellalegal.com/escu
https://www.monografias.com/trabajos84/escuelas-derecho-penal/escuelas-
derecho-penal2
https://leyderecho.org/escuela-positiva-del-derecho-penal/
https://gc.scalahed.com/recursos/files/r161r/w24336w/Criminologia_capX_254-
272.pdf