Proyecto Tutoria Iii

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Programa de Formación Humanística

FACULTAD DE INGENIERÍA Y ARQUITECTURA


ESCUELA PROFESIONAL DE ARQUITECTURA

CURSO:

TUTORÍA III: Protagonista del cambio

CICLO ACADÉMICO:

Tercer ciclo

TEMA:

PROYECTO EMPRENDEDOR DE PLAN DE MEJORA

AUTOR:

Patazca Apolo Melany Katherine

DOCENTE:

Karina Angelica Calderon Rodriguez

Trujillo-Perú
2023
ÍNDICE
I. PRESENTACIÓN …………………………………………………………3
II. PROBLEMÁTICA …………………………………………………………3
III. OBJETIVO ……………………………………………………………...…5
IV. ACCIONES Y/O ACTIVIDADES A
REALIZAR………………………………………………………………….6
V. CRONOGRAMA …………………………………………………………..7
VI. SEGUIMIENTO A LAS ACCIONES Y/O ACTIVIDADES
PROPUESTAS…………………………………………………………….8
VII. RESULTADO………………………………………………………………9
1. PRESENTACIÓN:

La Universidad César Vallejo busca la formación de profesionales


emprendedores, que cuenten con valores, sentido humanista, además de
estar comprometidos con la transformación de la sociedad para un buen
desarrollo sostenible. Por la cual la UCV se encuentra comprometida ante la
sociedad, mediante acciones precisas como enseñanza, aprendizaje,
investigación, responsabilidad social, autoconocimiento, entre otras. Y es por
ello que mediante la asignatura de Tutoría III, se está realizando un proyecto
de Plan de mejora, por el cual el presente trabajo está centrado en poder
identificar uno de los problemas que afectan mi entorno como estudiante
universitaria, y a base de ello poder proponer soluciones para de esa manera
lograr generar un cambio personal. Mi principal problema considero que es,
la procrastinación, el motivo por el cual elegí esta problemática es porque,
suelo dejar todo para último minuto con la excusa de “Lo haré en cinco
minutos” llega el momento y sigo repitiendo la frase ya que no tengo interés
en realizar las actividades que debo realizar en ese momento además de
tener elementos distractores a mi alrededor como el celular, computadora,
juegos, entre otros más. En el Perú, el 60% de los estudiantes presenta un
nivel medio y el 34% un nivel alto de procrastinación académica (Nava, 2018).
Este comportamiento trae consecuencias como: no poder manejar
adecuadamente los estudios, involucrarse en prácticas inmorales y desertar
de la carrera (Hussain & Sultan, 2010). De esta manera, la procrastinación
interfiere en la voluntad de realizar las tareas y en el compromiso que tienen
con las mismas (Tice & Baumeister, 1997).

2. PROBLEMÁTICA
La problemática elegida es la procrastinación. La procrastinación académica
es la tendencia a postergar actividades o tareas para fechas futuras, ya que
el estudiante suele distraerse con otras actividades (Ellis & Knaus, 1977).
Asimismo, existen características del estudiante procrastinador en tres
niveles: en el cognitivo, el estudiante emplea la razón para aplazar las
actividades que debe hacer, teniendo pensamientos desastrosos y
rumiadores, un autoconcepto negativo y no auto eficaz (Tuckman, 2010;
Guzmán 2013; Steel, 2011). A nivel conductual, se presenta la conducta
impulsiva, es decir, distraerse con facilidad, incoherencia entre lo que dice
que quiere hacer y lo que hace, y dificultad para tomar decisiones con rapidez
(Steel, 2011); además, la poca tolerancia a la frustración o necesidad de
realizar actividades placenteras con el fin de disminuir la ansiedad que le
genera aplazar las tareas, la culpa y la falta de autorregulación (Guzmán,
2013). A nivel emocional, el estudiante tiene un gran miedo al fracaso y al
éxito, a no obtener los resultados deseados, a tener sentimientos de culpa,
ansiedad y estrés (Guzmán, 2013)
Existen investigaciones a nivel mundial sobre la influencia de la
procrastinación. Se calcula que alrededor del 20-25% de la población general
procrastina (Klingsieck, 2013), y que de 15% al 20% de adultos alrededor del
mundo ha reportado experimentar problemas de procrastinación crónica
(Ferrari & Díaz-Morales, 2007; Gautam et al., 2019; Mohammadi et al., 2020).
A su vez, entre el 80% y 95% de estudiantes universitarios procrastinan, y
cerca del 50% de ellos lo hace de manera constante y problemática (Rozental
& Carlbring, 2014; Steel, 2007). Se ha investigado más la procrastinación en
estudiantes universitarios (Burgos-Torre & Salas-Blas, 2020). En China, se
encontró que el 74.1% de estudiantes postergó al menos una tarea (Zhang
et al., 2018); y en Turquía, la tendencia fluctúa entre 10.2% y 75% (Balkis &
Duru, 2009). También, Ferrari & Díaz-Morales (2007) señalan que en Estados
Unidos, Inglaterra, Australia, España, Venezuela y Perú no hay mayores
diferencias por nacionalidad ni por 11 sexo, y que el 13.5% procrastina por
estímulos externos, mientras que el 14.6% lo hace por evasión. Por otro lado,
que en Ecuador entre el 58.3% y 61% procrastinan moderadamente, mientras
que el 16.2% presenta un alto nivel de postergación académica (Moreta-
Herrera et al., 2018). En tanto, en Perú, el 14.1% de universitarios procrastina
postergando sus actividades (Dominguez-Lara, 2017).
A nivel nacional, es preciso indicar que el 92,7% de jóvenes de 18 años a
menos manejan internet como entretenimiento, significando que su usanza
irresponsable suscita diversión, pasatiempo en actividades rutinarias
conllevando a la procrastinación (INEI, 2021). A nivel del sistema educativo
básico existe un nivel medio del 35.3% de PA por situaciones de los recursos
tecnológicos que usan los adolescentes y falsas justificaciones para dar
evasivas de cumplimiento a sus responsabilidades escolares o universitarias
postergando por contar con internet y aparatos electrónicos (Carbajal et al.,
2022). En departamento como Madre de Dios y Tarapoto se evidencian un
60.5% y 74,4% de niveles alto y muy alto en escolares de formación básica
respectivamente (Estrada & Mamani, 2020); esto impide lograr aprendizajes
de los discípulos en el desarrollo apropiado y su desempeño social en el
contexto donde se desenvuelvan (Salgado et al., 2021).

Una de las causas principales son las redes sociales las cuales fueron
creadas para darle voz al público y que puedan alcanzar todos los rincones
del mundo. Si bien han facilitado y cambiado la manera en la que las
personas se relacionan y comunican, han empezado a complicar sus vidas
también. Es elemental resaltar que los jóvenes son el grupo más susceptible
porque ellos son quienes se encuentran más conectados y se adaptan más
rápido a los nuevos medios. La rapidez, interactividad y versatilidad son
características que lo hacen muy atractivo para los jóvenes. Su uso
representa un problema cuando ellos empiezan a dejar sus quehaceres de
lado para acceder a las redes sociales (Echeburúa y Corral, 2010). Es así
como estas plataformas se convierten en un vehículo de procrastinación y
estrés; distrayéndolos de sus deberes y estudios (Frost, 2017). Esto conlleva
a su vez a efectos secundarios, que se manifiesta sobre todo en la salud de
los alumnos afectando negativamente su sueño y en ansiedad.
Además, respecto al aplazamiento de las tareas escolares o procrastinación
académica, se puede decir que es un patrón conductual considerado como
especialmente grave por las consecuencias que conlleva para el estudiante
y su entorno académico y familiar (González, Maytorena, Lohr & Carreño,
2006; Steel, 2007). Onwuegbuzie (2004) lo considera como un
“comportamiento disfuncional caracterizado por promesas de hacer más
tarde; excusar o justificar retrasos y evitar la culpa cuando el sujeto se
encuentra frente a una tarea académica” (2004)
Como consecuencia Pittman (2008) señala que las personas que tienden a
postergar actividades experimentan constantemente una sensación intensa
de malestar derivada de la incertidumbre que genera la posibilidad de no
cumplir con la tarea en los tiempos requeridos, acompañada de sentimientos
negativos frente a la dificultad de la tarea y frente a su desempeño.
La procrastinación es causa y consecuencia de la baja autoestima y también
de la depresión, pues los estudiantes se sienten inútiles y vagos, cuando se
comparan con los compañeros que son más responsables (aunque sean
menos brillantes). Sin embargo, el principal inconveniente para su tratamiento
es que no existe un criterio diagnóstico porque no hay un síndrome tipificado,
precisamente quizá por ser algo muy común y presente en muchos trastornos
asociados a la salud mental.
Con los conceptos mencionados anteriormente ¿Qué pasaría si este hábito
negativo continua?, Las posibles consecuencias que traería principalmente
seria que el estrés aumente a medida que pospongo las tareas, Las fechas
límite se acercan, y llego a encontrarte muy abrumada por la cantidad de
trabajo. Por ello el estrés constante asociado con esta problemática puede
afectar negativamente en mi salud física y mental ya que da lugar a
problemas como insomnio, ansiedad y otros trastornos relacionados con el
estrés.
Así como también la procrastinación a menudo resulta en trabajos de menor
calidad. Cuando me apuro para completar algo, me tomo menos tiempo del
necesario para hacer un trabajo bien hecho. Así como estas posibles
consecuencias que he mencionado existen muchas más, pero estas son las
que llevo experimentando en el tiempo que tengo este mal hábito.

III. OBJETIVOS
- Objetivo General
Identificar en qué momento se presenta la procrastinación para poder
afrontarla de una manera eficaz.
- Objetivo Específico
Plantear estrategias que me ayuden a combatir la procrastinación.
Analizar los factores que me llevan a procrastinar.
Determinar un horario con reglas establecidas para mis actividades.

IV. ACCIONES ACTIVIDADES A REALIZAR


Para afrontar la procrastinación requiere un enfoque práctico y realista. Aquí
tenemos una lista de acciones que pueden ayudar para este proceso:
1. Autoevaluación: Debemos identificar las tareas que tendemos a
procrastinar siendo específicos sobre las actividades que evitamos.
2. Establece Metas Claras: El dividir las tareas grandes en tareas más
pequeñas y manejables nos ayudará a verlas de una manera menos
pesada y será más fácil realizarlas.
3. Priorización: Clasificaremos las tareas según su importancia y urgencia.
Concentrándonos en las actividades más relevantes antes de realizar
otras menos de menor importancia o urgencia.
4. Crea un Cronograma: Establecer un horario realista y de acuerdo a
nuestros tiempos. Asignar un tiempo específico para cada tarea y nos
respetaremos ese horario.
5. Elimina Distracciones: Identificar y eliminar o minimizar lo más posible las
distracciones en tu entorno de trabajo o estudio. Esto puede incluir apagar
notificaciones del teléfono o usar aplicaciones de bloqueo de sitios web
durante períodos de concentración.
6. Recompensas y Descansos: Establecer pequeñas recompensas para mí
misma después de completar tareas importantes. Además, programar
descansos breves para mantener alta tu productividad y no caer
nuevamente en la procrastinación por el largo tiempo al realizar tus
actividades ya que podría ser aburrido y estresante.
7. Visualización de Consecuencias: Reflexionar sobre las consecuencias
negativas que nos trae el procrastinar y gracias a ello podemos visualizar
los beneficios de completar las tareas a tiempo.
8. Apoyo Externo: Compartir tus metas con amigos, familiares o colegas. La
responsabilidad compartida puede ser una fuerte motivación.
9. Aprende a Decir No: Aprende a decir no a tareas adicionales que pueden
contribuir a la procrastinación. Focaliza en tus objetivos prioritarios.
10. Ajusta y Mejora Continua: Regularmente revisa y ajusta tu plan de acción
según sea necesario. Reflexiona sobre lo que funciona y lo que no, y haz
ajustes para mejorar continuamente.

Con esta lista de actividades a realizar para evitar nuestro mal hábito el cual es
la procrastinación estoy segura de que con perseverancia y disciplina
lograremos cambiar y mejorar.

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