Zenobia

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 10

COLEGIO DE BACHILLERES PLANTEL #8 CUAJIMALPA

9 de junio del 2016

PALMIRA, EL IMPERIO DE ZENOBIA


Sucedió en la Antigüedad

25 de mayo de 2015 7 comentarios

Durante el convulso siglo III d.C. surgió en Oriente Medio un nuevo poder. Desde la ciudad de
Palmira, laciudad de las palmeras, capital del reino nabateo, una mujer, la reina regente
Zenobia, forjó un efímero imperio que hizo frente a los dos grandes poderes de la época, Roma
y Persia.

Contenidos del artículo: [mostrar]

La crisis del siglo III


La economía de Roma durante los dos primeros siglos de nuestra era estaba basada en los
productos que llegaban de las provincias y que los esclavos transformaban. De hecho, Roma
sólo producía un “producto”: legionarios.

Básicamente podemos decir que el dinero de Roma se utilizaba para pagar el ejército, que
“producía” continuas conquistas, de las que obtenía esclavos y tributos. Estos tributos se
invertían en infraestructuras y, de nuevo, en el ejército.
Efectivamente, si tienes nociones de economía te has dado cuenta: Roma vivía en una “burbuja
económica” alimentada por el ejército. Mientras éste siguiera produciendo conquistas seguiría
automanteniéndose y alimentando la economía.

Y mientras, en Roma, sólo tenían que preocuparse de gastar toda esa riqueza que llegaba de
fuera, sin ni siquiera preocuparse de transformarla, ya que para eso tenían a los esclavos. Pero
en realidad no era una economía de producción, por lo que no era un sistema autosostenible.

Sobre este tema hemos tenido alguna que otra experiencia en Europa en los últimos años. De
hecho hay enormes similitudes entre lo que ocurrió en el Imperio Romano en el siglo III y lo que
está ocurriendo en la actualidad en Europa, y posiblemente esto contribuyó a sentar las bases
de la decadencia del imperio. Pero ése es otro tema que daría él solo para uno o varios libros.

Crisis social y económica


El caso es que en el siglo III la fortísima expansión militar que había tenido lugar durante los
siglos anteriores se frena. Básicamente porque “ya no cabe más Roma en el mundo”. Hacia la
mitad del siglo II el imperio ha alcanzado su máxima expansión:

La presión de los pueblos bárbaros por el norte, la del imperio sasánida por el este, el Atlántico
al oeste y el Sáhara al sur impiden que la expansión continúe al ritmo de los dos últimos siglos.
Las conquistas se detienen, y la burbuja económica que se sostiene en ellas estalla.

Los esclavos dejan de llegar a Roma, por lo que su precio se dispara. Dado que son el motor
de la economía, se produce un incremento espectacular en todos los precios. Como tampoco
llegan metales preciosos baja la calidad de las aleaciones en las monedas o, lo que es lo
mismo (dicho en palabras de hoy) la moneda se devalúa.
Roma se rompe
A la vez se produce una crisis política. El mandato de los emperadores es efímero. Mueren de
forma violenta y nuevos imperators son nombrados por la guardia pretoriana o se proclaman
apoyados por sus legiones. Roma se desmorona.

En esta situación el poder de Roma, evidentemente, se ha debilitado muchísimo. En el año 259,


durante la batalla de Edesa (Siria) contra el rey persa Sapor I, el emperador Valeriano es
capturado y llevado como prisionero a Persépolis. Su muerte no se la deseo a nadie. Según
citan algunas fuentes, allí fue obligado a tragar oro fundido y después fue desollado para hacer
un trofeo con su piel.

Con este panorama en Oriente y con el vacío de poder, los alamanes y los galos ven su
oportunidad y entran en la Galia. Marcus Cassianus Latinius Postumus (Póstumo) lanzó a sus
legiones contra ellos, se hizo con el control de la Galia y, más tarde, de Hispania y Britania. Se
proclama emperador creándose el Imperio Galo-romano. Aunque Roma recuperó poco
después las provincias de Hispania y Britania por medio de Aureliano, la Galia ya no volvería al
Imperio Romano.

La ciudad de Palmira
En el otro extremo del imperio, en el Medio Oriente, el vacío de poder había dejado las
posesiones romanas a merced de los persas, con la sola resistencia de los gobernantes locales.
En la ciudad de Palmira este puesto lo ocupaba el regente Septimio Odenato.

La próspera economía de esta ciudad, estratégicamente situada en un oasis en las rutas


comerciales que conectaban Roma con Mesopotamia y el Oriente a través de la Ruta de la
Seda, se basaba en la neutralidad. Su privilegiada posición entre los imperios romano y
sasánida necesitaba paz y estabilidad para que el comercio, y con él la ciudad, prosperasen.

Palmira toma partido


Así que en cuanto la cosa empezó a torcerse justo en su vecindad, Odenato quiso asegurarse
la tranquilidad enviando unos regalos a Sapor I. Vamos, que quiso sobornarle para que les
dejara tranquilos y a lo suyo, que era el comercio. Pero el rey persa, que tampoco sería tonto,
rechazó los regalos.

Porque claro, quién se va a conformar con unos regalos si puede quedarse con toda una rica
ciudad, aprovechando que casualmente tenía un ejército por allí y que en Roma la situación era
bastante convulsa. Así que es de suponer que Sapor I no quiso atarse las manos y se reservó
el derecho de, llegada la ocasión, entrar a saco en Palmira.

Así que, estando donde estaba (justo en la frontera entre ambos imperios), a Odenato sólo le
quedaba una opción, y era tomar partido por un bando. Y tomó partido por Roma, con la que al
fin y al cabo les había ido bien hasta ahora, atacando al ejército persa que regresaba de
saquear Antioquía, asestándoles una gran derrota antes de que pudieran atravesar el Éufrates.

Y Odenato no sólo tomó partido por Roma sino también por un pretendiente al imperio
(recuerda que Valeriano acaba de morir en Persépolis entre torturas). Y apuesta por Publio
Licinio Ignacio Galieno, hijo de Valeriano, matando al otro aspirante al trono, el usurpador
Quietus.

Odenato no sólo recuperó los territorios perdidos ante los persas, sino que conquistó alguno
nuevo. Capturó Edesa, Nísibis y Carras y atacó por dos veces la capital sasánida de Ctesifonte.
Todo esto le valió una posición muy fuerte en Roma, recibiendo el título de Totius Orientis
Imperator, que compartió con su hijo mayor Hairan. Una posición demasiado fuerte quizá para
como era la política en Roma.

El Imperio de Palmira (en latín: Imperium Palmyrenum) fue un efímero Estado del Oriente
Próximo escindido del Imperio romano, formado a partir de la sublevación de la reina de
Palmira, próspera ciudad árabe vasalla de Roma, en el año 268 con la supuesta intención de
dominar a los dos imperios que le flanqueaban, el romano y el sasánida y a partir de las crisis
del siglo III.1 Comprendía las provincias romanas de Siria-Palestina, Egipto y zonas del sureste
de Asia Menor. El imperio tomó su nombre de la ciudad capital, Palmira. Sólo tuvo una
gobernante, la reina Zenobia. El emperador Aureliano retomó el control de la zona para el
Imperio romano en el 273.

Índice
[ocultar]

• 1Historia
o1.1Creación
o 1.2Imperio
• 2Véase también
• 3Referencias

Historia[editar]
Creación[editar]
Véase también: Crisis del siglo III

En el contexto de la Crisis romana del siglo III, la derrota y cautiverio del emperador Valeriano
en 260 dejó las provincias orientales vulnerables a los persas. La idea de una supremacía
persa en la región no era algo deseable para Palmira y su regente, Septimio Odenato.
Inicialmente, al parecer, Odaenathus intentó sobornar el monarca persa Sapor I. Sin embargo,
cuando sus presentes fueron rechazados2 decidió apoyar la causa de Roma. La neutralidad
que había creado la prosperidad de Palmira fue abandonada en pro de una política militar
activa, que, mientras contribuía a la fama de Odenato, en poco tiempo trajo la ruina a su ciudad
natal. Atacó las fuerzas armadas persas que retornaban tras el saqueo de Antioquía y les
infligió una gran derrota antes de que pudieran atravesar el río Éufrates.

Tras ser proclamados dos emperadores en el Oriente (261), Odenato tomó parte por Galieno,
el hijo y sucesor de Valeriano. Atacó y mató al usurpador Quieto en Emesa y fue
recompensado por su lealtad con una posición excepcional (262). Ya había asumido el título de
rey anteriormente, sin embargo ahora se le nombró totius Orientis imperator, no simplemente
un regente, ni unAugusto, sino líder independiente de todo el Oriente.3
En una serie de campañas rápidas y exitosas, durante las cuales dejó Palmira bajo el control
de Septimius Worod,4 atravesó el río Éufrates y capturó Edesa, recuperando Nísibis y Carras.
Incluso tomó la ofensiva contra Persia y atacó por dos veces la capitalCtesifonte.
Probablemente también trajo a Armenia de vuelta al Imperio romano. Esas victorias restauraron
el dominio romano en el Este y Galieno no creyó inconveniente realizar una parada triunfal con
cautivos y trofeos que Odenato había ganado (264). Odenato celebró sus victorias en el Este,
compartiendo el título oriental de «rey de los reyes» con su hijo mayor Hairan (Herodes).5

A pesar de mantener las formalidades ante su superior, el Emperador Romano, hay pocas
dudas de que el objetivo de Odenato era crear un imperio independiente. Sin embargo, durante
su vida, no hubo ningún conflicto con Roma. Estaba a punto de atacar a losgodos en
Capadocia cuando, junto con su hijo mayor Hairan, fue asesinado por su sobrino Maconius. No
hay ninguna base para suponer que tal acto de violencia hubiera sido instigado por Roma.
Después de su muerte (267-268), Zenobia lo sucedió en su posición y gobernó Palmira junto
con su hijo Vabalato, también llamado de Athenodorus.

Imperio[editar]
Con el incentivo de aprovechar el vacío de poder que el Imperio sasánida aún no había
alcanzado a llenar, Zenobia logró deponer al pretendiente que se alzó en Egipto para el trono
romano y reclamó la corona del imperio para su hijo. El reino de Zenobia se extendió desde
Egipto hasta Asia Menor, abarcando Siria-Palestina, Egipto y amplios territorios en Asia Menor.
Al principio, Aureliano había sido reconocido como emperador, mientras que Vabalato, el hijo
de Zenobia, disfrutaba del título de rex e imperator («rey» y «comandante militar supremo»),
pero Aureliano decidió invadir las provincias orientales en cuanto se sintió suficientemente
fuerte.

De esta forma, el emperador Aureliano emprendió una campaña militar contra Zenobia y la
derrotó. La ciudad de Palmira recibió el perdón en un principio pero, ante un intento de rebelión
de sus habitantes, fue completamente destruida.

En varias ocasiones hemos comentado que el poder en el Imperio Romano no gozó de largos
periodos de estabilidad; las conspiraciones y los usurpadores eran constantes, sobre todo en
momentos ya de por si complicados. Pero en ocasiones estos usurpadores buscan un trono,
pero no tiene porqué ser el romano. En el siglo III, un siglo conocido por su falta de estabilidad,
dos territorios del Imperio declararon su independencia de Roma, por una parte en Occidente
se establece el Imperio Galo (Imperium Galliarum o Gallicum) que ocupaba la Galia, Hispania,
Germania y, es posible, Britania. Por otro lado, y aprovechando la coyuntura, en Oriente, se
declaraba el Imperio de Palmira (Imperium Palmyrenum). Hoy nos ocuparemos de este último,
en otro post escribiremos sobre el primero.
Representación de Zenobia.

Cuando Póstumo se declara emperador del Imperio Galo (en el 260) el Imperio está a punto de
desmoronarse; desde Roma no pueden hacer frente a la usurpación, y Oriente teme que la
debilidad de Roma anime a los enemigos a sacar tajada. Surge aquí Palmira, un reino nabateo
cliente de Roma, que, escudándose en ser los garantes de la paz romana, inicia una campaña
de expansión por Oriente. En un primer momento, desde Roma se celebra la iniciativa de
Palmira, pues el Imperio no estaba en condiciones de dar una respuesta a la situación en
Oriente, embarrada en los ataques al limes en Occidente y con la secesión gala. Además en un
primer momento, Septimio Odenato, rey de Palmira, mantiene las formas y, en teoría, sostiene
su sumisión a Roma, pese a actuar de forma independiente. Esta lealtad quedó demostrada
cuando aniquiló a un usurpador del trono de Roma, Quietus, con lo que se ganó el título de
Imperator Totius Orientis. El acuerdo funcionaba; en Roma los sucesivos emperadores no se
entrometían, mientras Odenato mantenía a raya a los persas, aunque de paso aumentaba su
poder en la región. Pero en una campaña contra los godos asentados en la Capadocia,
Odenato y su hijo, Hairan, son asesinados. El poder recae en su otro hijo, Vabalato, de solo un
año, y en su esposa, Zenobia, que actuaría de regente.

La reina Zenobia seguirá el plan iniciado por su marido; continua con las campañas militares,
revelándose como una comandante muy capaz, que no dudaba en beber junto a sus oficiales,
a cabalgar a la cabeza de las marchas o a andar algunas millas junto a sus soldados. Pero ya
no es posible mantener las formas para con Roma, Zenobia conquista de manera violenta
Egipto, ejecutando por el camino al prefecto romano en Egipto Probo. Esto ya es una clara
declaración de Independencia; Palmira ha formado un Imperio, que en sucesivas campañas irá
creciendo hasta ocupar parte de Anatolia. Un Imperio considerable entre el romano – que no
termina de estabilizarse – y el Sasánida, que empieza a despuntar al este.
Moneda de Aureliano, en el revés recuerda la victoria sobre Palmira.

La independencia de un territorio vital para Roma como es Oriente Medio, por donde pasan
varias rutas comerciales con Asia supone un duro golpe que hay que resolver cuanto antes.
Aureliano, el emperador de Roma, se lanzó a recuperar los territorios, dejando en suspenso el
asunto galo, y lo consiguió sin encontrarse con demasiada oposición. Lo cual es lógico; la
mayoría de los territorios conquistados por Palmira habían aceptado el liderazgo de Zenobia
como única solución ante la creciente amenaza persa. Cuando Roma volvió a Oriente, la
opción de volver a formar parte del Imperio Romano otra vez era bastante atractiva. Zenobia
intentó huir junto a su hijo pero fue capturada. Aureliano había recuperado oriente en una
rápida campaña, y castigó a Palmira arrasándola (pese a un indulto previo, la ciudad se reveló
contra el emperador el cual no la perdonó una segunda vez), y se nombró Parthicus Maximus y
Restitutor Orientis. Del destino de Zenobia poco se sabe, solo que desfiló en el Triunfo de
Aureliano por Roma; algunas fuentes dicen que fue ejecutada, otros que Aureliano le perdonó
la vida sucumbido a sus encantos.

Septimia Bathzabbai Zainib, más conocida como Zenobia (23 de diciembre 245-274), fue la
segunda mujer del príncipeOdenato de Palmira y reina del Imperio de Palmira entre 267 y 272.
Odenato (castellanización del nombre Odenat) era un príncipe cliente del Imperio romano, pero
fue asesinado en el 267 y entonces Zenobia tomó las riendas del poder a nombre de su joven
hijo heredero.

Aprovechando las disputas en el interior del imperio por la corona del mismo, el reino de
Palmira se sublevó e intentó crear su propio imperio con la intención de dominar a los dos que
le flanqueaban, el romano y el sasánida. También tenían el incentivo de aprovechar el vacío de
poder que el Imperio sasánida aún no había alcanzado a llenar. Las campañas militares de
Zenobia le permitieron crear un imperio que abarcaba toda el Asia Menor e incluso logró tomar
Egipto con sus tropas en el año 269, ya que allí se había levantado un posible candidato al
trono romano. Zenobia logró deponer al pretendiente y reclamó la corona del imperio para su
hijo.

Gobernó Egipto hasta el año 272, cuando fue derrotada y enviada como rehén a Roma por el
emperador Aureliano. A partir de este momento, el destino de Zenobia parece confuso. Existen
múltiples teorías desde que una enfermedad acabó con la vida de Zenobia, hasta que fue una
huelga de hambre o una ejecución por decapitación la causa de su muerte. La versión más
optimista y aceptada cuenta que Aureliano quedó tan impresionado por Zenobia que la liberó,
otorgándole una villa en Tibur (actual Tívoli,Italia) donde se convirtió en una filósofa destacada
de la alta sociedad, viviendo como una matrona romana más.

Índice
[ocultar]

• 1Reina de Palmira
o 1.1Las invasiones de Egipto y Anatolia
• 2Referencias
• 3Narrativa
• 4Enlaces externos

Reina de Palmira[editar]

Antoniniano de Zenobia.

Zenobia se casó en 258 con el rey de Palmira Septimio Odenato como su segunda esposa. Ella
tenía un hijastro llamado Hairan, hijo del primer matrimonio de Odenato.

Alrededor de 266 Odenato y Zenobia tuvieron un hijo, Lucius Iulius Aurelio Septimio
Vaballathus Atenodoro, más conocido como Vabalato.

En 267 el marido de Zenobia y su hijastro fueron asesinados. Vabalato tenía solo un año de
edad, por lo que su madre sucedió a su esposo y gobernó Palmira como regente del menor. A
Zenobia y su hijo le fueron otorgados los títulos honoríficos de Augusta y Augusto.

Zenobia fortificó y embelleció la ciudad de Palmira con una avenida custodiada por grandes
columnas corintias de más de 15 metros de altura. Estatuas de héroes y de benefactores se
encontraban por toda la ciudad, pidiendo a todos los nobles de la ciudad que mandaran
esculpir sus estatuas y con ellas levantaran una columna en la que exhibirlas. Todos los
notables de la ciudad, posaron ante los artistas para satisfacción de los ediles. En Palmira
podían encontrarse cerca de doscientas estatuas en sus columnas y en las paredes del ágora.

También mandó erigir en el año 271 d. C. un par de estatuas de ella y de su difunto esposo. La
ciudad contaba entonces con una población que superaba los 150 000 habitantes y estaba
llena de hermosos templos, monumentos, jardines y edificios públicos, entre ellos destacaba el
Templo del Sol. Las murallas que rodeaban la ciudad, según se decía, tenían 21 kilómetros de
circunferencia.

Tras la muerte de Galieno en el año 268 d. C. y viendo que su sucesor, Claudio el Gótico, tenía
que dedicar todos sus esfuerzos a contrarrestar una invasión goda, Zenobia sublevó al reino de
Palmira e intentó crear su propio imperio, con la intención de dominar a los dos imperios que le
flanqueaban, el Imperio sasánida y el Imperio romano.

Roma, envuelta en un nuevo periodo de caos debido a las distintas sucesiones, dejaba a la
reina de Palmira, que estaba bien asentada en su reino, intentar aspirar a crear un tercer
imperio que dominara a ambos.

Zenobia fue conquistando nuevos territorios, aumentando el territorio del Imperio de Palmira en
memoria de su esposo y como un legado a su hijo. Su objetivo declarado era proteger el
Imperio romano de Oriente del Imperio sasánida, por la paz de Roma, sin embargo, sus
esfuerzos aumentaron significativamente el poder de su trono.

Las invasiones de Egipto y Anatolia[editar]


En 269, Zenobia, su ejército, y el general Zabdas conquistaron violentamente Egipto con la
ayuda de su aliado egipcio, Timágenes, y su ejército. El prefecto romano de Egipto, Probus
Tenagino y sus fuerzas, trataron de expulsarles de Egipto, pero el ejército de Zenobia capturó y
decapitó a Probus. Zenobia se proclamó reina de Egipto y acuñómonedas con su nombre. En
ese momento su reino se extendía desde el Nilo hasta el Éufrates.

El Imperio de Palmira en amarillo (año 271).

Después de estas incursiones iniciales, Zenobia llegó a ser conocida como "la reina guerrera"
al dirigir personalmente a su ejército, demostrando ser buena jinete, capaz de caminar tres o
cuatro millas con sus soldados a pie.

Zenobia hizo expediciones con su gran ejército y conquistó Anatolia hasta Ancira y Calcedonia,
y más tarde Siria, Palestina y el Líbano. En su imperio de corta duración, Zenobia tomó rutas
de comercio vitales para los romanos. El emperador Aureliano, subido al trono en el año 270,
tras estabilizar la frontera del Danubio, decidió finalmente emprender una campaña militar
contra ella. Mandó algunas de sus fuerzas hacia Egipto y el grueso de su ejército hacia el este
a través de Asia Menor. Zenobia contaba con un gran ejército, formado por sus arqueros y
catafractos comandado por dos generales, Zabdas y Zabbai. Pero Aureliano conquistó Egipto y
lanzó sus fuerzas hacia Siria.

Zenobia fue derrotada en Emesa (actual Homs), y se retiró a Palmira, donde fue sitiada por
Aureliano. Palmira había hecho acopio de víveres y confiaba en la fuerza de sus excelentes
arqueros, esperando resistir durante meses, pero gracias a los jefes árabes del desierto, que
Zenobia había desdeñado, Aureliano venció la resistencia de la ciudad. Zenobia y su hijo se
escaparon de allí en camello con la ayuda de los sasánidas, pero fueron capturados en el río
Éufrates por los jinetes de Aureliano. El corto reinado de Zenobia sobre Egipto y el Imperio de
Palmira habían terminado. Los palmiranos restantes que se negaron a rendirse fueron
capturados y ejecutados por orden de Aureliano.

También podría gustarte