Dialnet PersonaYPersonalidadSegunSanJuanDeLaCruz 4099097
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I. La experiencia mística
En primer lugar, conviene indicar que entendemos por experien-
cia mística. Ella es un “conocimiento experimental de las profundidades de
Dios, o de pasión de las cosas divinas, que conduce al alma, por una serie
de estados y de transformaciones, a experimentar en el fondo de sí
misma el contacto con la deidad, y a ‘sentir la vida de Dios’”2.
Sobre la experiencia mística subrayemos o advirtamos ya en este
momento las dos cosas siguientes: 1) El alma llega a un cierto “culmen”
en la experiencia mística, pero para ser capaz de la misma ha de recibir
una depuración de aquello que impide una mayor unión con Dios y 2)
en la experiencia mística lo principal es siempre la acción de Dios so-
bre el alma.
Atendido a lo que es la experiencia mística y al dinamismo corres-
pondiente, para referirnos a ello de un modo pedagógico pero excesi-
vamente simplificado y, por tanto, de manera algo inexacta, podemos
decir que estamos tratando del “esfuerzo metódico del alma individual,
1. Esta tesis ya fue afirmada y desarrollada por el Dr. Manuel García Morente
en su conferencia “La idea filosófica de la personalidad en San Juan de la Cruz”.
Nuestra exposición aunque se beneficiará de la antedicha conferencia, no obstante,
no coincidirá plenamente con algunos de los contenidos y de las formulaciones de
la misma.
2. J. MARITAIN. Distinguir para unir o los grados del saber, Club del lectores,
Buenos Aires, 1968, 416.
11. Llegados a este punto, es preciso recordar, al hilo de esta exposición, que
todo ser humano desde el momento de su concepción, que es el de su fecunda-
ción, es persona y tiene la misma dignidad personal. Y, por lo mismo, el aborto
provocado es siempre un asesinato.
12. GARCIA-MORENTE, La idea filosófica de la personalidad en san Juan de la Cruz ,
369s.
254 José María Montiu de Nuix
V. Conclusión
Así pues, la noción de persona humana entendida como subsisten-
te distinto en naturaleza humana, subyace en los escritos místicos de
San Juan de la Cruz. Aunque la misma se halle más bien sugerida des-
de una óptica más descriptiva y dinámica, más en su vertiente de len-
guaje místico que de formulación metafísica.
Una vez obtenida esta noción de persona humana, fluye de la misma
una teoría filosófica sobre la personalidad. Pues, aunque, obviamente, el
dispositivo místico de San Juan de la Cruz pertenece al ámbito de la so-
brenaturalidad, no obstante, el mismo tiene cierta correspondencia con
el siguiente esquema filosófico sobre la personalidad: el hombre deshace
en él lo que de tal manera pertenece a su condición de mero sujeto que
le impediría ser persona en plenitud y, una vez deshecho, entrega su per-
sona al amor de Dios.
La noción de persona es de índole filosófica, pero ha penetrado en
la filosofía gracias a aquella única religión verdadera que a su vez dis-
pone de la verdad de los dogmas trinitarios y cristológicos. Así pues,
este concepto de persona humana recibe también raudales de luz gra-
cias a la mística. También en este punto, ser hijo de la Iglesia, con vi-
bración mística y con una sujeción al Magisterio de la Iglesia, resulta
muy iluminador.
DR. JOSE MARIA MONTIU DE NUIX
Miembro de la SITA, sección de Barcelona