Teoría de Corte 13 19
Teoría de Corte 13 19
Teoría de Corte 13 19
El termopar herramienta-viruta se ha utilizado por los investigadores para estudiar la relación entre la
temperatura y las condiciones de corte como velocidad y avance. Trigger determinó la relación entre
velocidad y temperatura y obtuvo la siguiente forma general:
T=K.vm (23)
Existe una relación similar entre la temperatura de corte y el avance; sin embargo, el efecto del
avance sobre la temperatura no es tan fuerte como la velocidad de corte. Los resultados empíricos
tienden a apoyar la validez general de la ecuación de Cook, ecuación 22.
FIGURA 15. Temperaturas de corte medidas experimentalmente y graficadas contra la velocidad para tres materiales de trabajo,
mostrando conformidad con la ecuación 22.
Las operaciones de maquinado se realizan usando herramientas de corte. Las altas fuerzas y
temperaturas durante el maquinado crean un ambiente muy agresivo para la herramienta. Las fuerzas
de corte demasiado grandes fracturan la herramienta. Si la temperatura de corte se eleva demasiado,
el material de la herramienta se ablanda y falla. Y si ninguna de estas condiciones ocasionan falla de
la herramienta, de cualquier manera hay una acción continua de desgaste de la herramienta de corte
que la conduce finalmente a la falla. La tecnología de las herramientas de corte tiene dos aspectos
principales:
1) el material de la herramienta y 2)
la geometría de la herramienta.
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La primera se refiere al desarrollo de materiales que puedan soportar las fuerzas, las temperaturas y
la acción de desgaste en proceso de maquinado. La segunda se ocupa de optimizar la geometría de
la herramienta de corte para el material de la herramienta y para una operación dada.
Éstos son los aspectos que trataremos en este capítulo. Es conveniente empezar considerando la
vida de las herramienta ya que ésta es un prerrequisito en la revisión de varios temas sobre los
materiales para herramientas. También se incluye una sección sobre los fluidos para corte al final de
este capítulo, ya que éstos se usan frecuentemente en las operaciones de maquinado para prolongar
la vida de las herramientas.
1) Falla por fractura. Este modo ocurre cuando la fuerza de corte se hace excesiva en la punta
de la herramienta, causando una falla repentina por fractura.
2) Falla por temperatura. Esta falla ocurre cuando la temperatura de corte es demasiado alta
para el material de la herramienta, causando ablandamiento en la punta, deformación plástica
y pérdida del filo en el borde.
3) Desgaste gradual. El desgaste gradual del borde cortante ocasiona pérdida de la forma de la
herramienta, reducción en la eficiencia del corte, desgaste acelerado y falla final de la
herramienta, a la falla por temperatura.
Las fallas por fractura y temperatura dan como resultado una pérdida prematura de la herramienta de
corte. Estas dos formas de falla son por lo tanto indeseables. De las tres posibles formas de falla es
preferible el desgaste gradual, debido a que éste permite una mayor utilización de la herramienta con
la ventaja económica asociada a un uso más prolongado.
La calidad del producto también debe considerarse cuando se intenta controlar las formas de falla de
la herramienta. La falla repentina de la punta de la herramienta durante un corte causa
frecuentemente daños a la superficie del trabajo. Este daño requiere volver a trabajar la superficie o
posiblemente desechar la parte. El daño se puede evitar si la selección de las condiciones de corte
favorecen el desgaste gradual de la herramienta y evitan la fractura o la falla por temperatura, o si la
herramienta se cambia antes de que ocurra una falla catastrófica del borde o filo cortante.
1) desgaste en cráter y
2) desgaste del flanco,
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ilustrados en la fig.16. Usaremos una herramienta de punta sencilla para explicar el desgaste y el
mecanismo que lo causa.
Se pueden identificar varias características del desgaste del flanco. En primer lugar, aparece
frecuentemente un desgaste extremo en el flanco sobre el filo de corte en el sitio que corresponde a
la superficie original de la parte de trabajo.
A éste se le llama muesca de desgaste, y ocurre porque la superficie original del trabajo es más dura
y más abrasiva que el material interno. El endurecimiento por trabajo es provocado por el estirado en
frío o por maquinados previos, así como por partículas de arena en la superficie de la fundición o por
otras razones. Como consecuencia de la superficie más dura el desgaste se acelera en esta región.
El desgaste del radio de la nariz es la segunda región de desgaste del flanco que puede identificarse
y conduce a la terminación del borde de corte. El mecanismo específico que ocasiona el desgaste de
la herramienta se puede resumir como sigue.
Abrasión. Ésta es una acción de desgaste mecánico debido a que las partículas duras en el material
de trabajo rayan y remueven pequeñas porciones de la herramienta. Esta acción abrasiva ocurre
tanto en el desgaste del flanco como en el desgaste en cráter, pero predomina en el desgaste del
flanco.
Adhesión. Cuando dos metales entran en contacto a alta presión y temperatura, ocurre la adhesión o
soldado entre ellos. Esta condición está presente entre la viruta y la superficie de ataque de la
herramienta. A medida que la viruta fluye a través de la herramienta, se rompen pequeñas partículas
de la herramienta y se separan de la superficie, provocando el desgaste de la superficie.
Al continuar el corte, los diferentes mecanismos de desgaste producen mayores niveles de desgaste
en la herramienta de corte. La relación general de desgaste de la herramienta contra el tiempo de
corte se muestra en la fig.17. Aunque la relación que se ilustra es para el desgaste del flanco, existe
una relación similar para el desgaste en cráter. Por lo general se pueden identificar tres regiones en la
curva típica del crecimiento del desgaste.
FIGURA 17. Desgaste de la herramienta en función del tiempo de corte. Se usa el desgaste del flanco como medida
del desgaste de la herramienta. La curva del desgaste en cráter sigue una curva similar de crecimiento.
Finalmente, el desgaste alcanza un nivel donde la velocidad del desgaste se empieza a acelerar.
Esto marca el principio de la región de falla, en la cual las temperaturas de corte son más altas y la
eficiencia general del proceso de maquinado se reduce. Si estas condiciones continúan, la
herramienta finalmente fallará por un mal control en la temperatura.
Esto se indica en la fig.18 por el final de cada curva de desgaste. Sin embargo, en producción
frecuentemente es inconveniente usar una herramienta hasta que ocurra esta falla, debido a las
dificultades que acarrea el reafilado de la herramienta y a los problemas que ocasiona a la calidad de
las partes de trabajo.
Como una alternativa se puede seleccionar un nivel de desgaste como criterio de la vida de la
herramienta y reemplazarla cuando el desgaste alcance este nivel. Un criterio conveniente de la vida
de la herramienta es un cierto valor de desgaste del flanco o superficie de incidencia, como 0,05 mm
(0,02 pulg.) que en la gráfica de la figura se ilustra como una línea horizontal.
FIGURA 18. Efecto de la velocidad de corte sobre el desgaste del flanco o superficie de incidencia de la herramienta
para tres velocidades de corte. Se dan valores hipotéticos de la velocidad de corte y de la vida de las herramientas
para un criterio de vida de 0,02 pulg. de desgaste del flanco.
Cuando cada una de las tres curvas de desgaste interceptan la línea, se define que la vida de las
herramientas correspondientes ha terminado. Si los puntos de intersección se proyectan sobre el eje
del tiempo se pueden identificar los valores de la vida de la herramienta.
Ecuación de Taylor para la vida de las herramientas. Si los valores de vida de las herramientas
para las tres curvas de desgaste en la fig.18 se trazan en una gráfica log-log de velocidad de corte
contra la vida de las herramientas, la relación resultante es una línea recta como se muestra en la
fig.19. El descubrimiento de esta relación hacia 1900 se le acredita a E. W. Taylor. Se puede expresar
en forma de ecuación y se la llama ecuación de Taylor para la vida de una herramienta:
v.Tn = C (24)
donde v = velocidad de corte, (m/min.); T = vida de la herramienta, min.; n y C son parámetros cuyos
valores dependen del avance, de la profundidad de corte, del material de corte, de la herramienta
(material en particular) y del criterio usado para la vida de la herramienta. El valor de n depende del
material de la herramienta, mientras que C depende más del material de trabajo y de las condiciones
de corte.
La ecuación 24 establece básicamente que las velocidades de corte más altas traen como
consecuencia vidas más cortas para la herramienta. Al relacionar los parámetros n y C con la fig.19, n
es la pendiente de la gráfica y C es la intersección sobre el eje de velocidad. C representa la
velocidad de corte a la cual la herramienta duraría un minuto.
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El problema con la ecuación 24 es que las unidades en el lado derecho de la ecuación no son
consistentes con las unidades del lado izquierdo. Para hacer consistentes las unidades la ecuación se
debe expresar en la forma:
v . Tn = C (T n ref) (25)
donde Tref = un valor de referencia para C. El valor de Tref = 1 minuto, cuando las unidades que se
usan para v y T son (m/min) y min., respectivamente.
La ventaja de la ecuación 25 se comprende cuando se desea usar la ecuación de Taylor con otras
unidades; por ejemplo, si la velocidad de corte se expresara como m/seg. y la vida de la herramienta
como segundos, en este caso T ref podría ser = 60 seg. y C podría tener el mismo valor de velocidad
que en la ecuación 24, aunque convertida a unidades de m/seg.
FIGURA 19. Gráfica en escala log-log de la velocidad de corte contra vida de la herramienta.
Se puede formular una versión aumentada de la ecuación 24 para incluir el efecto del avance, de la
profundidad de corte y la dureza del material de trabajo:
v . Tn . fm . dp . Hq = K . Tnref . fmref . dpref . Hqref (26)
donde f = avance (mm); d = profundidad de corte (mm); H = dureza expresada en una escala
apropiada de dureza; m, p y q son exponentes cuyos valores se determinan experimentalmente para
las condiciones de la operación; K = una constante análoga a C en la ecuación 24; fref, dref y Href son
los valores de referencia para el avance, la profundidad de corte y la dureza. Los valores de m y p, los
exponentes para la alimentación o avance y la profundidad son menores que 1,0.
Esto demuestra los efectos más grandes de la velocidad de corte sobre la vida de la herramienta, ya
que el exponente de v es 1,0. Después de la velocidad sigue en importancia el avance, y así m tiene
un valor más grande que p. El exponente para endurecimiento por trabajo q, también es menor que
1,0.
Existen dificultades para aplicar la ecuación 26 a una operación práctica de maquinado. Quizá la
dificultad más grande sea la tremenda cantidad de datos de maquinado que se requieren para
determinar los parámetros de la ecuación. Las variaciones en el material de trabajo y las condiciones
de prueba causan también dificultades por la introducción de la variación estadística en los datos.
La ecuación es válida para indicar la tendencia general de las variables, pero no es capaz de predecir
con precisión la vida de la herramienta en el desempeño. Para reducir estos problemas generalmente
se eliminan algunos de los términos, lo cual hace que esta ecuación sea más manejable. Por ejemplo,
si eliminamos la profundidad y la dureza, la ecuación 26 se reduce a la siguiente:
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v . Tn . fm = K . Tnref . fmref (27)
donde los términos tienen el mismo significado que antes, excepto que la constante K tendrá una
interpretación diferente.
A continuación se presentan nueve criterios para determinar la vida útil de la herramienta durante las
operaciones de maquinado, pero algunos de ellos tienen carácter subjetivo:
1. La falla completa del borde cortante (por fractura, por temperatura o por desgaste).
2. La inspección visual por el operador de la máquina del desgaste del flanco (o desgaste en
cráter) sin microscopio. Este criterio se limita al juicio y habilidad del operador para observar el
desgaste de la herramienta a simple vista.
3. La prueba al tacto del borde o filo cortante (con la uña) por el operador.
4. Los cambios en el sonido emitido por la operación, a juicio del operador.
5. La viruta se vuelve más larga, enmarañada y más difícil de eliminar.
6. Degradación del acabado superficial en el trabajo.
7. Mayor consumo de potencia medida por un vatímetro conectado a la máquina herramienta.
8. Conteo de las piezas de trabajo. Se capacita al operador para que cambie la herramienta
después de un número específico de partes' maquinadas.
9. Tiempo acumulado de corte, el cual es similar a la cuenta de partes del punto anterior, excepto
que se registra la longitud de tiempo que ha trabajado la herramienta. Esto es posible en las
máquinas herramienta controladas por computadora, la cual se programa para registrar el
tiempo total de corte de cada herramienta.
Se pueden usar los tres modos de falla de la herramienta para identificar algunas de las propiedades
importantes que deben poseer los materiales para herramientas:
1. Tenacidad. Para evitar las fallas por fractura, el material de la herramienta debe tener alta
tenacidad. La tenacidad es la capacidad de absorber energía sin que falle el material. Se
caracteriza generalmente por una combinación de resistencia y ductilidad del material.
2. Dureza en caliente. La dureza en caliente es la capacidad del material para retener su dureza
a altas temperaturas. Ésta es necesaria debido al ambiente de altas temperaturas en que
opera la herramienta.
3. Resistencia al desgaste. La dureza es la propiedad más importante que se necesita para
resistir el desgaste abrasivo. Todo los materiales para herramientas de corte deben ser duros.
Sin embargo, la resistencia al desgaste en el corte de metales no solamente depende de la
dureza de la herramienta, sino también de otros mecanismos de desgaste. El acabado
superficial de la herramienta (superficie más lisa significa coeficiente de fricción más bajo), la
composición química de la herramienta y de los materiales de trabajo, y el uso de un fluido
para corte son otras características que afectan la resistencia al desgaste.
Los materiales de las herramientas de corte logran esta combinación de propiedades en varios
grados. En los artículos de esta sección se analizarán los siguientes materiales de herramientas de
corte:
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1) aceros al carbono y de baja aleación,
2) aceros rápido,
3) fundición de aleaciones de cobalto,
4) carburos cementados, cermets y carburos recubiertos,
5) cerámicas,
6) diamantes sintéticos y nitruro de boro cúbico.
Antes de examinar estos materiales en forma individual, será útil un breve panorama y las técnicas de
comparación. La tabla 4 y la fig. 20 presentan datos sobre las propiedades de varios materiales de
herramientas. Las propiedades relacionadas con los requerimientos de una herramienta de corte son:
dureza, tenacidad y dureza en caliente.