Lactancia Materna Unidad 2
Lactancia Materna Unidad 2
Lactancia Materna Unidad 2
Amamantamiento normal
Marta Díaz Gómez: Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad de La Laguna (ULL). Santa Cruz de
Tenerife. España.
OBJETIVOS
• Conocer la fisiología, el funcionamiento de la lactancia materna y la composición de la leche
materna.
• Entender las características del amamantamiento normal los primeros días de vida.
• Realizar la evaluación correcta de la técnica de alimentación al pecho.
• Conocer las formas de extracción de la leche materna y su conservación.
• Conocer la importancia y cómo se debe realizar la historia de lactancia materna.
ANATOMÍA DE LA MAMA
La mama está formada por 6-12 lóbulos, que contienen los acinos o alveolos mamarios, compuestos
por células secretoras de leche. La leche producida en cada lóbulo mamario es recogida por un
conducto galactóforo que desemboca en el pezón. El tejido del pezón es eréctil. Bajo su piel hay
abundante tejido muscular y conectivo dispuesto en forma de malla que asegura la protractilidad
del pezón durante la succión y funciona como un sistema de cierre al paso de la leche cuando no
hay succión.
Las células secretoras de los alveolos mamarios están rodeadas por unas células mioepiteliales que
se contraen y hacen posible que la leche fluya por los conductos galactóforos.
El tamaño de las mamas no guarda relación con su capacidad para producir leche, ya que obedece
principalmente a diferencias en la cantidad de grasa y no de tejido glandular mamario.
La piel del pezón y la areola contiene abundantes terminaciones sensitivas que durante la succión
recogen y trasmiten los estímulos que provocan la liberación de hormonas que intervienen en la
producción y salida de la leche.
En la areola se encuentran las glándulas de Montgomery, glándulas sebáceas que secretan una
sustancia que lubrica y protege la piel del pezón y la areola durante la lactancia.
FISIOLOGÍA DE LA LACTANCIA
La lactancia es un proceso interactivo entre la madre y el niño. Requiere el funcionamiento
adecuado de las estructuras anatómicas y hormonales de la madre y el vaciado activo del pecho por
parte del lactante.
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• Control hormonal: las principales hormonas que intervienen en la lactancia son la prolactina,
que estimula la producción de leche y la oxitocina responsable de la contracción de las
células mioepiteliales que envuelven los alveolos (reflejo de eyección láctea). Ambas se
liberan en respuesta a la succión del pezón. La subida de la leche (lactogénesis II) se produce
al segundo o tercer día después del parto. La elevada concentración de prolactina, junto con
el descenso brusco de progesterona y lactógeno placentario (que dejan de inhibir la acción
de la prolactina), condicionan la producción abundante de leche que hace que las mamas
aumenten de tamaño, estén calientes y tensas. La secreción de oxitocina está muy
influenciada por factores psicológicos, que pueden afectarla positivamente (oír o ver al bebé,
apoyo, confianza y seguridad en la lactancia) o negativamente (el estrés, la ansiedad o la
fatiga materna).
• Control periférico: se ha demostrado la presencia de un factor inhibidor de la lactancia (FIL)
que se activa cuando no se produce un correcto vaciado del pecho y actúa sobre las células
de los alveolos mamarios disminuyendo la producción láctea.
• Posición y agarre del pecho: un buen acoplamiento boca-pecho es necesario para el drenaje
eficaz de la leche.
• Movilidad de la lengua y musculatura bucal.
• Succión efectiva, coordinada con la deglución y la respiración. La succión es el mecanismo
más importante para regular la producción de leche1.
• Grasas: (3,5 g por 100 ml de leche). Su contenido está influenciado por la dieta materna.
• Carbohidratos: (7 g por 100 ml), fundamentalmente lactosa, pero también oligosacáridos y
glicoproteínas, que intervienen en la maduración del tracto gastrointestinal y en los
mecanismos de defensa frente a las infecciones.
• Proteínas (0,9 g por 100 ml).
• Vitaminas y minerales: la leche humana contiene las cantidades de vitaminas y minerales
que el lactante precisa, con la excepción de la vitamina K, que se debe administrar a todos
los recién nacidos como prevención de la enfermedad hemorrágica4 y la vitamina D, cuyo
aporte puede no ser suficiente, especialmente en circunstancias en las que hay baja síntesis
de vitamina D cutánea (poca actividad al aire libre, empleo de protectores solares, ropa, piel
oscura…). Para asegurar que el lactante recibe un aporte adecuado de yodo, se recomienda
que la madre tome un suplemento diario de 200 µg de yoduro potásico durante toda la
lactancia5.
• Otros componentes. La leche humana contiene además factores bioactivos: enzimas,
hormonas, factores de crecimiento intestinal, IgAs, citocinas y otros inmunomoduladores
que estimulan la maduración intestinal y del sistema inmunitario, previenen el desarrollo de
alergia y protegen frente a las infecciones.
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Existen diferencias en la composición y el volumen de leche entre una madre y otra. En una misma
mujer puedan existir variaciones de un día a otro, en distintos momentos del día e incluso durante
una misma toma.
La leche del final de la toma es más rica en grasa que la leche del inicio que, por su menor contenido
graso, parece más aguada.
• Los primeros días: calostro. Se produce en el volumen (40-50 ml el primer día) y composición
que mejor se adapta a las necesidades del recién nacido y su reducida capacidad gástrica. Es
rico en IgAs y tiene mayor contenido en proteínas, minerales y vitaminas A, E y K que la leche
madura.
• Entre el 2.º y 4.º día: leche de transición. Es producida en mayores cantidades: 300-400
ml/24 horas sobre el tercer día después del parto (subida de la leche), aumentando a 500-
800 ml alrededor del quinto día.
• A partir de los 10-14 días: leche madura.
• Mejora la adaptación a la vida extrauterina, con una más rápida recuperación del estrés del
parto y menor riesgo de hipotermia.
• Favorece el vínculo afectivo madre-hijo; a ello contribuye el aumento de la oxitocina que se
produce durante el contacto precoz madre-hijo.
• Favorece la instauración de la lactancia y se relaciona con una mayor duración de la misma6.
Si el recién nacido y la madre están sanos se recomienda, después del parto (tanto por vía vaginal7
como por cesárea), dejar al recién nacido en decúbito prono en contacto piel-piel con su madre el
máximo tiempo posible, al menos hasta que consiga el agarre espontáneo al pecho y realice la
primera toma.
Durante este primer contacto entre la madre y su hijo, la función del profesional solo consiste en
observar y acompañar a la madre, sin intervenir a menos que la madre presente dificultades o
precise apoyo y el recién nacido no haya realizado el agarre espontáneo al pecho antes de que
finalice la primera hora después del parto.
La mayoría de los cuidados rutinarios (identificación, test de Apgar…) se pueden realizar sin separar
al recién nacido de su madre o se pueden postergar unas horas (antropometría, administración de
vitamina K…).
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Contacto piel con piel tras el parto. Recomendaciones de la guía de practica clínica sobre lactancia
materna:
• Se recomienda realizar el contacto piel con piel inmediato e ininterrumpido tras el parto,
colocando al recién nacido en decúbito prono, desnudo, con la cabeza ladeada sobre el
abdomen y el pecho desnudo de la madre durante los primeros 120 minutos tras el
nacimiento.
• Se recomienda secar suavemente la cabeza y espalda del recién nacido, pero no sus manos.
• Para evitar la pérdida de calor se recomienda cubrirle con una manta precalentada y ponerle
un gorro.
• El estado de la madre y del recién nacido deben ser supervisados durante ese tiempo por un
acompañante correctamente informado o por un profesional sanitario.
• En recién nacidos por cesárea, se recomienda realizar el contacto piel con piel inmediato tras
el parto siempre que la situación del recién nacido y la madre lo permita.
• Los cuidados que sean necesarios se pueden realizar con el recién nacido sobre el pecho de
la madre.
Se consideran como principales factores de riesgo: madre primípara, posición RN en decúbito prono
y la fatiga materna8.
Para reducir el riesgo de EALs durante el contacto piel-piel es aconsejable que todo el proceso esté
supervisado por un profesional con experiencia en valoración de recién nacidos y asegurar que
madre e hijo no estén solos9.
Se debe advertir a la madre y a su acompañante que avise en cuanto el recién nacido se duerma y
enseñarle la posición en la que la boca o la nariz del recién nacido no corren peligro de obstruirse
durante el contacto piel con piel.
También es importante que tanto la madre como su acompañante sepan reconocer los signos de
alerta y avisar a los profesionales sanitarios si se presentan:
• Cambio en la coloración de los labios, que están azulados o pálidos en vez de sonrosados.
• Cambios en la respiración, con dificultad para respirar o quejido.
• Alteraciones en el tono muscular, con pérdida de fuerza o temblores.
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tomas frecuentes (10-12/día, o más) día y noche. Las tomas frecuentes estimulan la producción de
leche y reducen el riesgo de hipoglucemia, hiperbilirrubinemia, pérdida excesiva de peso y otras
complicaciones en los primeros días de vida. Por ello, si el recién nacido continúa adormilado, se le
indicará a la madre que lo despierte para ofrecerle el pecho con frecuencia.
Es muy importante para el éxito de la lactancia el alojamiento conjunto madre-hijo y realizar todos
los procedimientos rutinarios sin separarlos10.
A los dos o tres días del parto, los cambios en la mama que se está preparando para la lactancia,
pueden condicionar una ingurgitación mamaria. La ingurgitación mamaria se manifiesta por
hinchazón, sensación de tensión, dolor, enrojecimiento y calor en las mamas. A diferencia de la
mastitis, no hay fiebre ni sintomatología general. En estos casos se recomienda aumentar la
frecuencia de las tomas y realizar la técnica de presió n inversa suavizante para disminuir el edema
en la areola que dificulta el agarre al pecho.
El profesional debe saber evaluar una toma (posición y enganche del niño) y corregir errores 11. Se
recomienda no ofrecer chupete durante el primer mes, para facilitar el buen inicio de la lactancia y
evitar la confusión de pezón12. La confusión de pezón se puede definir como la dificultad en la
alimentación al pecho, o preferencia por el biberón, después de que el niño haya estado expuesto
al chupete o la tetina de un biberón. Varios estudios han constatado que el empleo de biberón
condiciona una mayor interferencia con la lactancia y se relaciona más con la confusión de pezón
que el empleo de chupete.
Puede resultar práctico dar información breve y concisa por escrito a las familias.
Se recomendará a la madre que ofrezca el pecho a demanda, siempre que el bebé quiera y desde
que muestre señales precoces de hambre: se empieza a agitar, abre la boca, mueve la cabeza
buscando el pecho, se lleva la mano a la boca.
Si no se atiende a estas señales y se pospone la toma de pecho, aumenta su agitación, se pone rojo
y aparece el llanto, que son señales tardías de hambre. Cuando el niño llora, la posición de la lengua
dificulta el agarre. Hay que calmarlo antes de ofrecerle el pecho.
Para asegurar el vaciado frecuente del pecho y evitar la ingurgitación conviene comenzar la toma
por el pecho del que no mamó o del que mamó menos en la toma anterior.
Es importante permitir que el niño mame todo el tiempo que quiera del mismo pecho, sin limitar la
duración de la toma, para que vacíe bien el pecho e ingiera la leche del final, que tiene más grasa.
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de su cuerpo (la oreja, el hombro y la cadera del bebé estén bien alineados) y que haga un buen
agarre, introduciendo en su boca gran parte de la areola.
Al ofrecer el pecho, colocar el pezón frente a la nariz del niño y rozar levemente el labio superior,
para desencadenar el reflejo de búsqueda. Cuando abra bien la boca, la madre debe acercar el niño
al pecho, con rapidez y decisión (no desplazar el pecho hacia la boca del bebé).
Si la madre tiene que sujetar el pecho con una mano, debe hacerlo con el pulgar y el índice en forma
de C, colocados por encima y debajo de la areola, o en forma de U, colocados a ambos lados de la
areola, sin comprimir el pecho.
No se debe presionar la cabeza del bebé porque si se hace, de forma refleja se alejará del pecho en
vez de acercarse. La madre tampoco debe presionar el pecho con los dedos (para liberar la nariz del
niño o comprobar el agarre) porque esta maniobra podría obstruir un conducto lácteo o sacar parte
de la areola de la boca del niño, dificultando el agarre.
Si el lactante tiene problemas para respirar durante la toma (por ejemplo, si su cabeza está
flexionada o en caso de pecho muy voluminoso que ocluye su nariz) se indicará a la madre que
intente acercar más el cuerpo del bebé al suyo (apretando contra ella las nalgas del niño) o
desplazarlo ligeramente en dirección hacia el otro pecho, para que extienda un poco su cuello y al
cambiar el ángulo liberar la nariz.
Posición de cuna
La posición de cuna es una de las más utilizadas. La madre se coloca sentada en una silla o sillón
cómodo, con la espalda apoyada en el respaldo. Se puede usar un reposapiés o un cojín para que el
niño quede a la altura del pecho.
Sostendrá al bebé con el brazo del lado del pecho que le está ofreciendo, colocando la mano en la
espalda. Puede usar la otra mano para sostener y dirigir el pecho.
El cuerpo del lactante debe quedar enfrentado y pegado al de la madre, con la cabeza apoyada en
el antebrazo, no muy cerca de la flexura del codo, para evitar que el cuello se flexione, lo que
dificultaría el agarre.
La única diferencia con la posición de cuna es el brazo que sostiene al bebé. En este caso el bebé se
apoya en la mano y el antebrazo opuesto al pecho que se le está ofreciendo.
La madre coloca la palma de su mano en la espalda del lactante con el pulgar e índice detrás de sus
orejas, para mantenerle el cuello, sin apretar demasiado. Puede sostener el pecho con la mano que
queda libre para facilitar el agarre correcto del bebé.
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Posición acostada
La posición acostada suele resultar cómoda para las tomas nocturnas, ya que facilita el descanso de
la madre. También se recomienda en los primeros días de lactancia, especialmente después de una
episiotomía, si resulta molesto amamantar en posición sentada.
La madre y el niño se colocan acostados en la cama, de lado, uno frente a otro, de manera que la
cabeza del bebé quede a la altura del pecho y el cuerpo enfrentado y pegado al de la madre.
La madre debe mantener elevado el brazo que queda por debajo y con el otro sujeta la espalda del
bebé. Para facilitar el agarre, cuando el lactante abra la boca, la madre puede acercarlo al pecho,
empujándolo con suavidad por la espalda.
La madre puede colocar cojines para apoyar su espalda o su cabeza o entre las piernas. Para que el
lactante se mantenga de lado también se puede colocar detrás de su espalda una tela doblada (una
toalla o sábana) o un pequeño cojín.
La madre se coloca sentada, con un cojín debajo del brazo, en el mismo lado del pecho que le ofrece
y acomoda al bebé sobre el cojín, por debajo de su axila, con las piernas hacia atrás y la cabeza a
nivel del pecho de forma que la nariz quede a la altura del pezón.
Para sostener la cabeza del lactante, la madre colocará su dedo índice y pulgar detrás de las orejas.
Los omoplatos del bebé descansan en la palma de la mano y el resto del cuerpo queda situado sobre
el antebrazo de la madre y apoyado sobre el cojín. El cuello del bebé debe quedar un poco extendido
hacia atrás (levemente deflexionado) para facilitar el agarre.
Posición de caballito
La posición de caballito (o dancer), puede ayudar en casos de lactantes con microrretrognatia o con
reflujo gastroesofágico importante.
El lactante se coloca sentado sobre uno de los muslos de su madre, quien sujeta la parte alta de su
espalda (los omoplatos) con la palma de la mano, colocando el pulgar y el índice detrás de sus orejas,
para sostener el cuello, sin apretar. La otra mano de la madre sujeta al bebé por la región lumbar,
para mantenerlo pegado a su cuerpo.
La madre se coloca semirreclinada, en un ángulo de unos 45°, boca arriba, con los pechos
descubiertos y el niño recostado (en prono) sobre su cuerpo, de forma que la cabeza quede situada
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entre sus pechos, en contacto piel con piel. Es importante que los pies del bebé estén bien apoyados,
para que pueda poner en marcha los reflejos de gateo y búsqueda y moverse hacia el pecho.
En esta postura es el lactante el que dirige la búsqueda y el agarre al pecho. Valiéndose del
desencadenamiento de los reflejos primitivos neonatales, el bebé va levantando la cabeza y
dirigiéndose hacia el pecho de la madre, hasta que logra agarrarse. La madre puede guiarle si es
necesario para que llegue al pecho. Una vez que el bebé se ha agarrado al pecho, lo envuelve con
sus brazos para ayudarle a mantener la postura.
• Más areola visible por encima que por debajo de la boca del lactante.
• Boca del lactante muy abierta (120°).
• Labios hacia afuera, evertidos.
• Mentón tocando o casi tocando el pecho.
• Mejillas redondas, llenas (no hundidas) cuando succiona.
Si hay un buen agarre, el pecho no tiene por qué doler durante la toma. El dolor, en la mayoría de
los casos, indica un agarre o una postura incorrecta.
Durante la toma se puede observar los movimientos suaves de elevación y descenso de la mandíbula
e incluso, si hay suficiente silencio, se puede escuchar como el lactante traga.
Uno de los signos de que la lactancia está bien establecida es la evolución del peso del niño, pero
ese dato no ha de ser valorado de forma aislada, sino junto con el resto de los signos (estado general,
número de micciones y deposiciones, cambios en la mama)14,15.
Flaherman et al.15, partiendo de los registros de peso realizados durante los primeros días de vida
en 161 471 recién nacidos a término sanos, con lactancia materna exclusiva, elaboraron unas curvas
de percentiles de normalidad de pérdida de peso. En este enlace se accede a una herramienta web
en la que introduciendo los datos del niño (fecha de nacimiento, sexo, tipo de parto, peso al
nacimiento, horas de vida, peso actual y tipo de alimentación) compara la pérdida de peso con los
datos percentilados de dicho estudio. Se puede descargar el acceso directo para el ordenador o
smartphone.
8
Micciones 5 o más micciones claras, a partir del quinto día de vida
Deposiciones 2-3 deposiciones de transición a partir del tercer día de vida y 4-
5 deposiciones normales (líquidas, amarillas) a partir del quinto
día
Peso Inicio de recuperación del peso al nacimiento a partir del quinto
día de vida (tras pérdida inicial no superior al 7%) y recuperación
del peso al nacimiento a partir del décimo día de vida
Madre Subida de la leche no más tarde del tercer día después del parto
y ausencia de dolor en el pecho
Las tomas muy largas (más de 50-60 min) y frecuentes, especialmente si el niño no se queda saciado
y se muestra nervioso e irritable al terminar la toma, son indicadores de una mala transferencia de
leche.
El recién nacido sano que mama adecuadamente y a demanda no necesita otros líquidos diferentes
a la leche materna hasta que se introduce la alimentación complementaria.
El llanto no siempre es un signo de hambre. Es una forma de comunicación del bebé que puede
indicar que están molestos por frío, calor, exceso de ruido o que necesitan contacto.
Preparación
La extracción de leche es una técnica utilizada para vaciar el pecho, que imita la succión del bebé.
Madres que desean alimentar al bebé con su leche pero no pueden amamantarlo:
Enfermedad de la madre:
• Por la propia enfermedad o su tratamiento
• Porque se produzca separación madre-hijo
Problemas del bebé:
• Enfermedad que motive separación madre-hijo
• Prematuridad
• El niño no se engancha
9
Según promulga el paso 5 de la IHAN, es una técnica que los profesionales deberían enseñar a todas
las madres que amamantan para que sean capaces de mantener la lactancia, incluso si han de
separarse de sus hijos.
Una vez extraída, la leche materna se puede almacenar y conservar en condiciones adecuadas para
ser utilizada en caso necesario.
Se aplicará calor en el pecho, con una ducha caliente o compresas calientes y se procederá a
masajear suavemente el pecho, a continuación, frotar la piel y por último se sacuden suavemente
ambos pechos, inclinándose hacia adelante16.
Se debe explicar a la madre la técnica de extracción manual y eléctrica de leche y que sea la madre
la que elija el método que prefiera utilizar.
Técnica manual
La técnica manual ofrece la ventaja de que es barata y es la más apropiada para extraer el calostro
porque optimiza la cantidad extraída. Se recomienda comenzar la extracción manual del calostro si
el recién nacido no se engancha al pecho durante las primeras 6 horas tras el nacimiento o tras dos
intentos de darle de mamar.
La madre colocará el pulgar y los dedos índice y medio formando una C a unos 3-4 cm por detrás del
pezón y empujará suavemente los dedos hacia atrás (hacia las costillas), sin separarlos. A
continuación comprimirá el pecho entre los dedos y lo soltará, rítmicamente, hasta que aparezcan
las primeras gotas de leche.
Cuando cesa de salir la leche, debe mover los dedos (pulgar e índice) a otra zona del pecho y repetir
el procedimiento, y así sucesivamente, cambiando los dedos de posición, alrededor de la areola, de
modo circular.
Las gotas de calostro o de leche que vayan saliendo se pueden recoger en una cuchara o en un vaso.
Extracción mecánica
La extracción mecánica ofrece la ventaja de que produce una mayor estimulación hormonal y que
algunos dispositivos permiten extraer leche de ambos pechos a la vez.
Es importante informar a la madre de que, al igual que con la extracción manual, puede que en las
primeras extracciones solo se obtengan unas cuantas gotas. En sucesivas extracciones la cantidad
irá aumentando.
Se pueden usar sacaleches manuales o eléctricos, de los que existen numerosos modelos. Los
extractores manuales tienen el inconveniente de que requieren más tiempo para la extracción y
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más práctica. Al inicio la madre debe hacer aspiraciones cortas y rápidas (llamada de la leche). Una
vez que se obtenga leche, las aspiraciones serán más largas y uniformes.
Los extractores eléctricos son más eficaces que las manuales para estimular la producción de leche,
pero más caros. Se recomiendan cuando se precisa un bombeo frecuente y a largo plazo.
Es importante utilizar la copa del tamaño adecuado para que la extracción sea eficaz y no lesione el
pezón.
La leche descongelada se puede conservar 24 horas en la nevera, siempre que no haya sido
calentada, pero no se debe volver a congelar18.
11
HISTORIA CLÍNICA DE LACTANCIA MATERNA
La historia clínica de lactancia, unida a la observación de la toma, permite detectar a tiempo y poner
en marcha intervenciones dirigidas a solucionar los problemas y dificultades que puedan surgir
durante la lactancia
Se puede utilizar una ficha de historia clínica de lactancia que sirva como guía, pero permitiendo que
la madre hable primero de lo que ella considera que es importante, continuando posteriormente con
las preguntas sobre: alimentación actual, salud y comportamiento del bebé, primeras tomas de pecho,
nivel de apoyo familiar, problemas en el pecho, alimentación de hijos anteriores…
12
Fuente: Comisión Europea, Dirección Pública de Salud y Control de Riesgos. Alimentación de los lactantes y de los niños
pequeños: Normas recomendadas por la Unión Europea. 2006.
PUNTOS CLAVE
• La succión y el vaciado frecuente son los mecanismos más importantes para regular la
producción de leche.
• Se debe recomendar a la madre que ofrezca el pecho a demanda, siempre que el bebé lo
requiera y todo el tiempo que quiera.
• La secreción de oxitocina, responsable del reflejo de eyección o salida de la leche, está muy
influenciada por factores psicológicos.
13
• El contacto precoz piel con piel es importante para una buena instauración de la lactancia y
el establecimiento de vínculos afectivos entre la madre y el hijo.
• La evaluación de una toma requiere la observación de la diada madre-hijo: valorar la mama,
la boca del lactante y la posición y el agarre del niño al pecho.
• La lactancia no tiene por qué doler. El dolor es un signo que, en la mayoría de los casos,
indica un agarre o una postura incorrecta del niño al pecho.
• En determinadas circunstancias que lo hacen necesario, la leche materna se puede extraer,
de forma manual o con sacaleches, para mantener la producción y poder administrarla al
niño.
• Es importante mantener una cadena de frío adecuada para una correcta conservación de la
leche extraída.
• La historia clínica de lactancia y la observación de la toma permite detectar los problemas y
dificultades que surjan durante la lactancia y prestar la ayuda que cada madre pueda
necesitar.
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