Historia de La Pedagogía Social Española: Orígenes (... 1944) y Desarrollo (1944-2000)
Historia de La Pedagogía Social Española: Orígenes (... 1944) y Desarrollo (1944-2000)
Historia de La Pedagogía Social Española: Orígenes (... 1944) y Desarrollo (1944-2000)
LA PEDAGOGÍA
SOCIAL
ESPAÑOLA
Orígenes (...1944)
y
Desarrollo (1944-2000)
© Derechos de edición:
Nau Llibres. Periodista Badía 10.
Tel.: 96 360 33 36, Fax: 96 332 55 82. 46010 VALENCIA
E-mail: nau@naullibres.com web: www.naullibres.com
Imprime:
Guada Impresores S.L.
ISBN: 84-7642-680-1
Depósito Legal: V- x.xxx - 2003
Introducción .............................................................................................................. 7
1. Definiciones de algunos términos ................................................................... 7
2. Pedagogía Social ............................................................................................. 8
3. Ámbitos investigados y limitaciones bibliográficas ........................................ 9
2. Pedagogía Social
2.1. Área de Pedagogía Social
La Pedagogía Social tiene dos acepciones en el mundo académico. En primer lugar
aspira a ser un Área de Conocimiento, dentro de los planes de estudio de las Facultades de
Ciencias de la Educación, aunque no haya conseguido aún ese sitial. Prescindiendo, por
ahora, de la actitud de las Administraciones Públicas, opino que en esa Área se integrarían
las siguientes materias cursadas ya en no pocas universidades:
también cuestión debatida. Para fijarlos me atengo a varios criterios: a) áreas preferenciales y no
preferenciales de los Servicios Sociales; b) declaraciones de Congresos, Seminarios y Jornadas
de científicos y prácticos de la educación social; c) bibliografía española sobre estas materias;
d) operatividad de la acción social; e) paridad y relaciones con profesiones afines.
Evolución histórica
Tres fueron las principales acciones de acción social antes de 1868: 1ª) control y
prohibición de la mendicidad (s. XVI); 2ª) recogimiento de pobres (ss. XVII-XVIII); 3ª) mode-
lo asistencial y política de pobreza (s.XIX).
El inicio es el borrascoso año 1868 y el término final (1944) coincide con la introducción
de la Pedagogía Social, como materia, en la Sección de Pedagogía, de la Universidad de
Madrid. Abarca casi un siglo, durante el cual se fueron configurando legal, administrativa y
socialmente las condiciones propicias para que los pedagogos dieran la bienvenida a una
nueva materia, que iba a ocuparse laicamente de la educación para disminuir las ingentes
necesidades de las personas, de los grupos y de las comunidades. Se hizo, sin percatarse,
paralelamente a la escuela, institución a donde habían de acudir obligatoriamente los ciuda-
danos a fin de capacitarse como productores. La escuela no fue capaz de resolver los gran-
des problemas derivados de la emigración rural hacia las grandes ciudades y esta imposibi-
lidad, según K. Mollenhauer, hizo que surgiera la Pedagogía Social en Alemania. En España
tardó un siglo en aparecer.
En este período, no obstante, hubo experiencias de cultura popular, que fueron verdadero
precedente de la Animación Sociocultural, aunque hasta la década de 1960 no llegara a ser
aceptada y practicada con cierto rigor teórico y técnico (Hernández Díaz: 1997, 63-74). La bur-
guesía conservadora del finales del s. XIX perpetuó las formas culturales ilustradas del s. XVIII
en los ateneos, casinos, sociedades, etc. La burguesía liberal, laica y proclive al republicanismo,
prefirió el ideario de la Institución Libre de Enseñanza. De ella derivan: la extensión universitaria,
cuyo objetivo era acercar las novedades cotidianas de las Universidades; las Universidades
Populares; y las misiones pedagógicas institucionistas (creadas por Decreto en 1931),
propiciadoras de la participación de los destinatarios o usuarios. Los movimientos obreros,
anarquistas o socialistas, herederos de ideologías marxistas, promovieron actividades de
dinamización cultural popular.
La Iglesia Católica, sacudida por la encíclica de León XIII, Rerum Novarum (1891),
impulsada por los movimientos de Acción Católica, apoyada en los servicios sociales de
institutos religiosos, preocupada por el sindicalismo, pionera de Cajas de Ahorros y de
Círculos Católicos, fue otra importante fuerza animadora con motivación religiosa y visión
humanista. El Papa León XIII lideró los movimientos sociales a favor de los menesterosos, de
los obreros y de los movimientos migratorios del éxodo desde el campo a la ciudad. No cabe
duda de que, en una nación que había firmado el Concordato en el reinado de Isabel II, la
autorizada voz pontificia encontró eco y aceptación en los círculos católicos.
José Madrid Manso (1842-1911), sacerdote palentino, en 1869 abrió una escuela noc-
turna para adultos y una biblioteca complementaria, fundó una revista La Propaganda
Católica, activa hasta 1921, la Caja de Ahorros, el Círculo de Obreros (1884), la Sociedad
de Socorros Mutuos (1885) e impulsó la edificación de casas baratas; recibió de León XIII la
medalla Pro Ecclesia et Pontífice y, en 1894, fue nombrado Canónigo en la Catedral de
Burgos.
podría afirmarse que Suceso Luengo fue la primera voz en España a favor de la Pedagogía Social
(Badillo: 1986). Si hubiéramos de situarla en su contexto espaciotemporal, habríamos de recordar
su paso por Soria, La Habana y Málaga; y conceptualmente, en el regeneracionismo, en el
progresismo, en una apasionada defensa de la Pedagogía, porque de hoy en adelante, los
pueblos serán lo que sea su Pedagogía (Luengo: 1902, 7) y en el aperturismo mental, que le
permitió beneficiarse de las aportaciones de Alemania, Estados Unidos e Inglaterra. No le dolie-
ron prendas, cuando hubo de criticar a lo que inculpó de falta de saber pedagógico, que mina y
carcome su talente democrático, porque en el fondo de todos los problemas hay un problema
pedagógico (Luengo: 1902, 8).
Limitándonos al modo de entender la naciente Pedagogía Social, cabría pensar que fue
Concepción Arenal quien más influencia tuvo; de aquí el interés por la Pedagogía Penitenciaria,
que en España fue creada por la insigne escritora gallega, llevada a la práctica por los Tribunales
Tutelares, por la Protección de la Infancia, gracias a D. Amancio Tomé director de varias
prisiones y penales, fundador de la Revista de Estudios Penitenciarios y Secretario de la
Escuela de idéntica denominación, en la que swe reciclaban los nuevos funcionarios penitencia-
rios y a Vicente Garrido, profesor titular de la Universidad de Valencia.
Suceso Luengo concibe la Pedagogía Social como una Pedagogía Especial, como la
ciencia de la educación de todos los pueblos (o.c., 10), siendo su objeto la ayuda y apoyo
a las diversas misiones sociales: política, higiénica, penitenciaria, etc.(o.c., 9). Aunque no
habló expresamente del tercer espacio fuera de la escuela y de la familia, es en él donde
incide la Pedagogía Social, pues de hecho cita como espacios propios la calle, el taller, la
prensa y cuantos elementos integran el organismo social (o. c., 14). No obstante, los
ámbitos preferidos son, como se ha insinuado, el político, el penitenciario, el higiénico, el
sanitario y el maternal. Pero tal vez sus preferencias no disimuladas se cifraron en la Pedago-
gía Penitenciaria, porque el pavoroso problema de nuestros establecimientos penitencia-
rios y correccionales...es en esencia un problema pedagógico (o.c., 26); en consecuencia,
los centros penitenciarios habrán de convertirse en centros regeneracionistas a través de la
educación, en los que privarán los sabios procedimientos pedagógicos y en los que los
celadores serán sustituidos por sabios pedagogos (o.c., 27). Suceso Luengo atendió a los
contenidos, a los agentes socializadores, a las instituciones y a los destinatarios. Como
Natorp, defendió la función educadora de la sociedad (López Hidalgo, 1995).
Ramón Ruiz Amado (1861-1934). Determinante especial fue este gerundense. jurista,
jesuíta de vocación tardía, prolífico escritor se recensionan 160 obras y artículos,
autodidacta, admirador en buena parte de los pedagogos alemanes, a los que pudo conocer
o leer en su versión original, tras haberse esforzado en aprender su idioma en las temporadas
pasadas en la hoy República Federal de Alemania. Su principal punto de referencia fue el
Catolicismo, en dura oposición a la Institución Libre de Enseñanza, integrándose en los
grupos intelectuales conservadores del perennialismo y del espiritualismo católico Le
tocó vivir en un momento polémico entre su pensamiento católico tradicionalista defensor
de verdades eternas, objetivas y universales y las innovaciones progresistas de carácter
subjetivista e insumisión al orden real y natural. De J.F. Federico Herbart heredó sustancio-
sas aportaciones sobre la educación intelectual y la educación moral; le interesó esta última
y fustigó su exagerado intelectualismo.
Tres son las obras relacionadas con la Pedagogía Social, en las que encumbra sobre
cualquiera otra la educación moral, por ser el fundamento de la educación social, y ésta de la
educación cívica.
La educación cívica (1918) es una obra en la que Ruiz Amado concibe el civismo como
una consecuencia de la educación social. El objeto de la educación cívica es la formación del
ciudadano, que ha de usar correctamente el vínculo jurídico que une a los que pertenecen a un
mismo Estado, hasta tal punto que la democracia sería una utopía, si no se tuviera conocimiento
de los derechos y de los deberes cívicos, divulgados por los medios de comunicación, el
material impreso, la familia, etc. y cultivados en el municipio, los partidos políticos y otras
instituciones. Las principales virtudes cívicas son el respeto a la autoridad, la obediencia a las
leyes, la tributación, la cooperación para mantener el orden legal, la defensa del país, la puntua-
lidad, el celo del honor patrio, la participación cultural, etc. (Ruiz Amado: 1918, 3, 162).
La educación social (1920) fue ampliada en la segunda edición (1929) con una segun-
da parte sobre la autoridad, insustancial para nuestro propósito. Carece de originalidad,
porque había aprendido de Herbart y sus discípulos las principales tesis por él asumidas,
pero aducibles en este empeño de historiar la Pedagogía Social en la España de las primeras
décadas del s. XX.
Expone al principio los conceptos de social, socialista, societario, educación social, Peda-
gogía Social y sujeto de la educación social, que no es otro que el niño o adolescente ser
social por naturaleza en el que hay que eliminar el egoísmo, para infundirle actitudes altruístas.
La Pedagogía Social de Ruiz Amado se contrapone por igual a la pedagogía liberal e individua-
lista y a la pedagogía socialista. He aquí algunas tesis claves de este libro: el fin de la educación
social debe ser moral-religioso...; por consiguiente, todo cuanto contraría a la moralidad debe
quedar excluido del fin social (Ruiz Amado: 1920, nro. 84); el hombre es ser social y sólo en
sociedad puede obtener sus más elevados fines (o.c., nro.2); no basta que alcance su perfec-
ción como individuo, sino que esta perfección individual se ordene al perfeccionamiento de la
sociedad (o.c.,: 5-6); el individuo nace de la sociedad, es nutrido y educado por ella y se debe
a ella (o.c., nro. 13). Los dos principios fundamentales de la educación social son la mutualidad
o reciprocidad de los beneficios y el deber para la sociedad en que hemos nacido, pero con una
escrupulosa separación de las tesis socialistas o societarias. El fin de la educación social es la
perfección del individuo en cuanto ser social, lo que implica moralidad y religiosidad. La
educación social ha de suscitar y clarificar las ideas de trabajo, propiedad, autoridad, coopera-
tivismo y mutualidad. Los medios de educación social son el trabajo, la propiedad, la autoridad,
el cooperativismo y la mutualidad (o.c., nro. 90); pero no serían eficaces, si no se dispusiera de
una instrucción adecuada y del ejercicio de las virtudes sociales.
Su obra Pedagogía Social y Política está dividida en dos partes: la Pedagogía Social
y la Pedagogía Política. Me interesa únicamente la primera parte, como es natural, que en la
reedición de 1993 ocupa las pp. 31-140. Consta de ocho capítulos: Concepto y desarrollo de
la Pedagogía Social, La sociedad y la educación, Las clases sociales y la educación, Las
generaciones y la educación, Las masas y la educación, La comunidad local y la educación,
La comunidad doméstica y la educación y La escuela y la educación.
Ramón Albó y Martí (1871-1955) fue diputado a Cortes (1908), Presidente del Tribunal
Tutelar de Menores y Director General de Prisiones (1922). Cuando ejercía como juez de
Menores en Barcelona, creó la escuela de reforma Toribio Durán. Fue autor de un enjundioso
libro sobre las obras benéficas de la protección de Menores (Albó: 1955). Albó fue más un
práctico que un teórico, que brilló con luz propia en los Tribunales de Menores, en la Protec-
ción de la Infancia y en la pedagogía práctica penitenciaria, aunque con sólida base científica
en las dimensiones jurídica y educativa. Su vida y obra estuvieron dedicadas a los niños,
jóvenes y adultos, que habían tenido que ver con la justicia, tal y como demostró, joven áun,
en su tesis doctoral sobre los sistemas penitenciarios, siguiendo la estela de Concepción
Arenal. La sociedad era deudora de sus sabias aportaciones y así lo interpretó la revista Pro
Infancia y Juventud, que dedicó a su memoria el nro. 42 (año 1955).
José Juan Piquer i Jover (1911-1985), alumno aventajado de José Pedragosa en la Escue-
la-Granja de Plegamans, discípulo de J. Xirau en el Seminario de Pedagogía (Universidad de
Barcelona) y continuador de la obra de R. Albó, formó parte de la Junta de Protección de
Menores y del Tribunal Tutelar. Especial mención merece la ficha individual por él ideada, con
tres grandes apartados (antropométrico, psicológico y pedagógico) que fue el instrumento
psicopedagógico usado en el Laboratorio Psicotécnico del Grupo Benéfico de Barcelona, que
llegó a albergar a 1.300 niños problematizados. Desde 1950 a 1963, fue redactor jefe de la revista
Pro Infancia y Juventud, órgano de la Junta de Protección de Menores. Su producción biblio-
gráfica, especializada en menores delincuentes o en riesgo social, abarca 47 contribuciones
pedagógicas o psicosociales sobre la protección de menores, 10 sobre el Tribunal Tutelar y 4
sobre la Junta Provincial de Protección de Menores. Disponemos de una Bibliografía de J.J.
Piquer y Jover, de la que es autora su esposa, Carlota Pomés i Coll (1987).
Pero fue a partir de la década de 1960 cuando la educación social, con una u otra
denominación, cobró carta de ciudadanía en España, bajo influencia francesa. El Régimen
creó el Patronato de Cultura Popular, el Auxilio Social, el Frente de Juventudes (1940), la
Sección Femenina y el Sindicato de Estudiantes Universitarios (SEU), que canalizaron la
1 Agregado fue una categoría de profesor funcionario universitario ideado en 1967, al que se
concedían todos los privilegios del catedrático, excepto ser candidato a Rector y ganar lo mismo que
el catedrático. La Ley de Reforma Universitaria (1983) suprimió esta categoría y concedió a todos
los agregados la posibilidad de integrarse en el Cuerpo de Catedráticos de Universidad
El País Vasco promulgó la primera Ley de Servicios Sociales, que fue el patrón, en
el que se inspiraron todas las CC.AA. para proyectar y aprobar las suyas en sus
respectivos Parlamentos.
1983: La Pedagogía Social es nueva materia en la Universidad de Murcia, que tanta
dedicación iba a tener posteriormente a estas investigaciones y estudios. Aproba-
ción por las Cortes Generales de la L.R.U. (Ley de Reforma Universitaria), que abría
una nueva vía en la creación de nuevas titulaciones universitarias y en la
funcionarización de miles de profesores con contrato administrativo. Soplaba un
viento renovador. Iba a permitir que nuestra joven ciencia pedagógica otorgara una
titulación nueva Diplomatura en Educación Social, 1991 y estabilizara a profe-
sores, bajo el perfil de Pedagogía Social, en alguno de sus ámbitos.
La Universidad de Santiago de C. inició la especialidad de Intervención
Socioeducativa.
Por eso he fijado el año 1985 como fecha inicial de mi investigación histórica; todo lo
anterior es la Prehistoria de la Pedagogía Social en España, de la que es de agradecidos
reconocerlo procedemos el mayor porcentaje de cuantos actualmente integramos la comu-
nidad científica de pedagogos y educadores sociales.
Notas bibliográficas
N.B. Recojo escritos de los pioneros de la Pedagogía Social o algunos trabajos biblio-
gráficos sobre ellos.
Infraestructura de la
Pedagogía Social
La infraestructura universitaria se apoya en siete pilares, en los que se ha edificado el
saber científico sobre la educación social no formal. Todos han sido mencionados ya o lo
serán en las páginas restantes; pero quiero enumerarlos antes de comenzar esta segunda
parte, siguiendo un orden cronológico.
1.2. Titulaciones
La Ley de Reforma Universitaria (1983) y la creación de nuevas universidades 12 en
1968, más de 50 en 1999 han posibilitado nuevas titulaciones. La implantación de la Diplo-
matura en Educación Social (1991) y de la asignatura Pedagogía Social (1993) democratiza-
ron estos estudios y han sido un soplo de aire nuevo.
TOTAL: 22
TOTAL: 5
TOTAL: 14
N.B. El 95% de las universidades han respondido al cuestionario enviado para recoger
los datos referidos al profesorado; les estoy muy agradecido. Espero que el 5% restante sean
comprensivas con el autor, porque mi insistencia no encontró la colaboración suplicada.
Lamento los errores u omisiones, si los hubiera, nunca debidos al interés manifiesto de ser lo
más objetivo posible.
TOTAL: 21
TOTAL: 10