TD02
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2014-03-19
Rubiales, Josefina
http://rpsico.mdp.edu.ar/handle/123456789/72
Descargado de RPsico, Repositorio de Psicología. Facultad de Psicología - Universidad Nacional de Mar del Plata. Innic
INDICE
1
ÍNDICE DE TABLAS Y FIGURAS
Tabla 5. Descripción del grupo clínico, discriminado por subtipo de TDAH y Pág. 73
el grupo control.
Tabla 6. Estadísticos descriptivos de las medidas de flexibilidad cognitiva, Pág. 81
discriminados por grupo.
Tabla 7. Frecuencias para la variable Categoría del WCST. Pág. 82
2
LISTADO DE ABREVIATURAS
FE Funciones Ejecutivas
3
4
RESUMEN
SUMMARY
The study was composed by 60 children of ages between 8 and 14 years old from
Mar del Plata city, Argentina. They were divided into two groups: a clinical sample
5
consisting of 30 children diagnosed with ADHD and a control sample consisting of
30 children without ADHD diagnosis. In order to assess cognitive flexibility was used
the Wisconsin Card Sorting Test, to assess cognitive inhibition was used Stroop Test
Color-Word, and to assess motor inhibition were used go and no-go tests (Tapping
and Golpeteo). The results allowed empirical evidence that confirms the idea that
there is a relationship between the deficit in the flexibility processes, cognitive and
motor inhibition and the ADHD diagnosis, reflecting that the affectation of the
cognitive flexibility and the inhibitory control are distinctive features of children
with ADHD.
RESUMO
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7
INTRODUCCIÓN
8
que varía es la frecuencia y la intensidad de los síntomas. Se trata de un trastorno
heterogéneo, es decir, que la manifestación de sus síntomas no es igual y, por lo
tanto, su diagnóstico resulta, aún hoy en día un proceso complejo. La literatura
científica registra numerosas evidencias de que la tríada diagnóstica de
desatención, hiperactividad e impulsividad, (Barkley, 1999b; Fischer, Barkley,
Smallish & Fletcher, 2005; Brown, 2005) podría originarse en una disfunción
ejecutiva y que la evaluación de las funciones ejecutivas puede ser sumamente útil
para identificar a los niños con el trastorno y convertirse en una herramienta de
diagnóstico, basada en el déficit de procesos cognitivos básicos y no en una mera
observación de manifestaciones conductuales (Holmes et al., 2010).
9
de los mismos (Sabagh Sabbagh, 2008), a partir de lo cual, se considera importante
continuar analizando la distinción entre inhibición cognitiva e inhibición motora y su
relación con la flexibilidad en niños que padecen el TDAH. Resulta imprescindible
una continuidad en la investigación científica para conocer mejor las características
y la etiología del trastorno, ya que la demostración de que el TDAH se debe a una
disfunción ejecutiva podría promover cambios en su conceptualización, en la
detección precoz, la evaluación diagnóstica y el tratamiento, (Servera-Barceló,
2005; Diamond, 2005; Bitaubé, López-Martín, Fernández-Jaén y Carretié Arangüena,
2009; De la Peña et al., 2010).
Las investigaciones sobre este tema son muy recientes, sus resultados son
controvertidos y aún no aportan evidencias concluyentes. Asimismo, la revisión de
la literatura científica, indica que no se registran antecedentes de estudios de este
tipo en nuestro país. Por todo lo expuesto, se considera que la obtención de
evidencias empíricas que demuestren las relaciones de la flexibilidad cognitiva y la
inhibición cognitiva y motora en niños con TDAH, reviste interés, tanto científico
como práctico, en la medida que supondría un avance en su explicación y predicción
y un insumo invalorable para su detección y tratamiento.
10
11
I. 1. TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD
Lauder y Denhoff (1957) fueron quienes realizaron por primera vez una
descripción sistemática de un síndrome hipercinético y afirmando que los síntomas
secundarios, como las conductas antisociales, eran producto de una interacción
entre factores biológicos y sociales.
12
(Capdevilla Brophy et al., 2005; Spencer et al., 2007). Este cuadro clínico no obtuvo
suficiente apoyo empírico para considerarlo como un síndrome médico, lo que
condujo a caracterizar a la hiperactividad como un trastorno del comportamiento
(Muñoz-Yunta et al., 2006).
13
DSM IV (APA, 2002), no incluyendo las alteraciones cognoscitivas, neuroanatómicas,
electrofisiológicas, ni genéticas que las investigaciones científicas reconocen como
vinculadas con el TDAH (Téllez Villagra, Valencia Flores y Beauroyre Hijar, 2011).
I. 1. 2. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
14
.Atención selectiva: habilidad para inhibir estímulos que no son importantes
y atender a los que han sido seleccionados.
15
(2) La hiperactividad puede ser entendida como una inquietud motora,
movimientos excesivos e indiscriminados (Hidalgo, 2007). La persona parece estar
siempre en movimiento; no puede permanecer quieta; predomina una sensación
interna de inquietud; suele presentar dificultad para jugar o realizar actividades de
ocio, y se manifiesta un habla excesiva, con dificultad para mantenerse en silencio y
esperar un turno (Fernández Pérez y López Beniro, 2006; Graeff & Vaz, 2008). La
excesiva actividad motriz se asocia con dificultades en la motricidad gruesa, la cual
se manifiesta en la falta de flexibilidad y rigidez en los movimientos (Herrera
Gutiérrez, Calvo-Llena y Peyres-Egea, 2003). De acuerdo al DSM-IV (APA, 2002) la
hiperactividad se vincula con el movimiento en exceso de manos o pies, el
abandonar el asiento en situaciones en que se espera que el niño permanezca
sentado. Los niños con hiperactividad suelen correr o saltar excesivamente en
situaciones en que es inapropiado hacerlo, suelen tener dificultad para jugar y a
menudo hablan en exceso.
16
determinada situación y, en el nivel comportamental, se destaca la incapacidad
para inhibir una conducta o evitar dar una respuesta determinada (Cubero, 2006).
.Déficit ejecutivo: existen numerosas evidencias que confirman que los niños
con TDAH presentan déficit en las funciones ejecutivas (Holmes et al., 2010)
17
motricidad fina, siendo frecuentes las manifestaciones disgráficas como letras
irregulares, tachones, interlineado y márgenes ondulantes.
.Problemas de lenguaje: Se puede afirmar que los niños con TDAH presentan
más problemas en el desarrollo del lenguaje que los niños sin el trastorno,
observándose dificultades tanto en los aspectos de forma como de contenido del
lenguaje.
18
sociales, conocer y seguir las reglas que las regulan y presentan un alto nivel de
egocentrismo en las interacciones con los demás.
I. 1. 3. DIAGNÓSTICO
19
población infanto-juvenil presenta determinado trastorno, cabe esperar que se
hayan incluido como casos patológicos numerosas personas que realmente no lo
padecen (Cardo y Servera, 2008).
20
actividades; (b) a menudo tiene dificultades para mantener la atención en tareas o
en actividades lúdicas (c) a menudo parece no escuchar cuando se le habla
directamente (d) a menudo no sigue instrucciones y no finaliza tareas escolares,
encargos, u obligaciones en el centro de trabajo (no se debe a comportamiento
negativista o a incapacidad para comprender instrucciones) (e) a menudo tiene
dificultades para organizar tareas y actividades (f) a menudo evita, le disgusta o es
renuente en cuanto a dedicarse a tareas que requieren un esfuerzo mental
sostenido (como trabajos escolares o domésticos) (g) a menudo extravía objetos
necesarios para tareas o actividades (p.e., juguetes, ejercicios escolares, lápices,
libros o herramientas) (h) a menudo se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes
(i) a menudo es descuidado en las actividades diarias (2) seis (o más) de los
siguientes síntomas de hiperactividad-impulsividad han persistido por lo menos
durante seis meses con una intensidad que es desadaptativa e incoherente en
relación con el nivel de desarrollo.
Hiperactividad (a) a menudo mueve en exceso manos o pies, o se remueve
en su asiento (b) a menudo abandona su asiento en la clase o en otras situaciones
en que se espera que permanezca sentado (c) a menudo corre o salta
excesivamente en situaciones en que es inapropiado hacerlo (en adolescentes o
adultos puede limitarse a sentimientos subjetivos de inquietud) (d) a menudo tiene
dificultades para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades de ocio (e) a
menudo "está en marcha" o suele actuar como si tuviera un motor (f) a menudo
habla en exceso.
Impulsividad: (g) a menudo precipita respuestas antes de haber sido
completadas las preguntas (h) a menudo tiene dificultades para guardar turno (i) a
menudo interrumpe o se inmiscuye en las actividades de otros (p.e., se
entromete en conversaciones o juegos).
B. Algunos síntomas de hiperactividad-impulsividad o desatención que causaban
alteraciones estaban presentes antes de los 7 años de edad.
C. Algunas alteraciones provocadas por los síntomas se presentan en dos o más
ambientes (p.e., en la escuela, o en el trabajo, y en casa).
D. Deben existir pruebas claras de un deterioro clínicamente significativo de la
actividad social, académica o laboral.
E. Los síntomas no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno
generalizado del desarrollo, esquizofrenia u otro trastorno psicótico, y no se
explican mejor por la presencia de otro trastorno mental (p.e., trastorno del estado
de ánimo, trastorno de ansiedad, trastorno disociativo o un trastorno de la
personalidad).
21
hiperactividad y uno de impulsividad. El diagnóstico no puede sostenerse en
ausencia de síntomas de desatención. Se requiere también la presencia de todos los
síntomas en al menos dos ambientes distintos.
22
donde se evalúa a niños con TDAH a través de las informaciones que proveen sus
padres. Evalúa un amplio abanico de aspectos, organizando las preguntas en nueve
secciones para obtener información de la historia médica del niño, de su desarrollo,
de tratamientos anteriores, del ámbito escolar y familiar y de su comportamiento
social. También se indaga sobre los antecedentes familiares de los padres y de los
hermanos, especialmente en problemas que pudieran relacionarse con el TDAH y/o
trastornos del comportamiento.
.Escala SNAP IV: Escala de Swanson, Nolan & Pelham adaptada a los criterios
del DSM-IV, versión en español y validada en Argentina (Grañana et al., 2006;
Grañana et al., 2011). Es un instrumento que se administra a padres y docentes
para la detección de características específicas del TDAH en niños de 4 a 14 años de
edad. Incluye nueve preguntas que indagan déficit de atención y nueve para
hiperactividad/impulsividad.
23
Se compone de 18 ítems organizados en dos partes; la primera evalúa
inatención-desorganización y la segunda, hiperactividad-impulsividad.
24
3. Entrevista y observación del comportamiento del niño o adolescente: de
acuerdo a la edad, la literatura sugiere que la entrevista debe consistir en una breve
conversación, con los niños más pequeños, preferentemente a partir del juego,
observando su comportamiento y su manera de interactuar. Las observaciones en el
ámbito escolar, permiten obtener información adicional del comportamiento en las
interacciones con pares. La desventaja es que no existen datos normativos para
comparar con los datos obtenidos en la observación y determinar así cualquier
grado de desviación que pudiera existir.
25
7. Estudios complementarios para descartar patología clínicas: si bien no se
requieren pruebas complementarias (de laboratorio, neurológicas, radiológicas,
etc.) para realizar el diagnóstico (Cornelio-Nieto, Borbolla-Sala y Gallegos-Dimas,
2011), pueden utilizarse cuando la historia médica personal o familiar presenta
alguna complicación.
26
I. 1. 4. SUBTIPOS DEL TDAH
En la primera edición del DSM de 1952, se incluían tan sólo dos categorías
diagnósticas infantiles y ninguna hacía referencia al TDAH. En el DSM-II de 1968, se
describía la “reacción hipercinética de la infancia o adolescencia” como un trastorno
conductual de la infancia y la adolescencia. Se caracterizaba por exceso de
actividad, inquietud, distracción y lapso atencional corto, especialmente en niños
pequeños. Se pensaba que esta conducta disminuía durante la adolescencia. En él,
se distinguían dos subtipos del TDAH, el TDA+H, que se caracterizaba por síntomas
de inatención, hiperactividad e impulsividad, y el TDA-H, caracterizado por síntomas
de inatención e impulsividad en ausencia de hiperactividad.
A pesar de que la existencia del subtipo TDAH– fue validada por algunos
investigadores, la polémica provocó que el DSM-III-R de 1987 eliminara el concepto
de distinción con o sin hiperactividad, modificando la denominación como
“Trastorno de déficit de atención/hiperactividad”, eliminando los subtipos. Dicho
cambio excluyó la posibilidad de diferenciar niños con “déficit atencional puro” (sin
hiperactividad) y niños con “hiperactividad/impulsividad pura” (sin déficit
atencional). Una categoría adicional llamada “trastorno de déficit atencional no
diferenciado” permitía incluir los trastornos de atención sin hiperactividad.
27
subtipos que en el DSM-IV: TDAH con predominio de inatención (TDAH-I), TDAH con
predominio de hiperactividad-impulsividad (TDAH-H/I) y TDAH subtipo combinado
(TDAH-C).
28
Lo anterior permite hipotetizar la existencia de áreas de superioridad cognitiva
para cada subtipo; memoria espacial para el subgrupo con mayor desatención y
composición gestáltica en el subgrupo combinado, que podrían estar relacionadas
con procesos compensatorios de habilidades (Capdevila- Brophy et al., 2005).
I. 1. 5. DIFERENCIAS DE GÉNERO
Tanto niños como niñas con TDAH presentan los mismos síntomas, aunque
el trastorno afecta de forma diferente a las mujeres y a los hombres. Las revisiones
clínicas tienden a demostrar que se diagnostican más varones en una proporción de
3 a 1 (Valdizán, et al., 2007). Los índices de proporción varón: mujer reportados en
algunos estudios clínicos sugieren que las mujeres están subdiagnosticadas
(Ramtekkar, Reiersen, Todorov & Todd, 2010). Las niñas suelen presentar pocos
síntomas agresivos e impulsivos, tienen índices más bajos de problemas de
conducta, y una mayor probabilidad de mostrar síntomas de inatención en
contraste con los niños, en quienes predominan la hiperactividad, la impulsividad y
los comportamientos disruptivos (Valdizán et al., 2007; Spencer et al., 2007; Urzúa
et al., 2009). Los varones presentan mayor probabilidad de tener problemas de
aprendizaje y manifiestan problemas en la escuela o en actividades realizadas en su
tiempo libre. Como consecuencia, las niñas llegan con menor frecuencia a la
consulta que los varones y, muchas de ellas, no han sido diagnosticadas (Biederman
et al., 2002).
Las niñas con TDAH exhiben niveles más altos de variaciones del humor y
ansiedad que las niñas sin él, también tienen índices significativamente más altos de
problemas de comportamiento y de conducta, aunque son más bajos que los de los
varones afectados por el TDAH. Las niñas con el trastorno presentan mayor
consumo de sustancias y más síntomas de trastornos alimentarios (Kirsten, 2008).
Por otro lado, en los niños se observa un riesgo mayor de padecer depresión mayor,
ansiedad, trastornos de conducta y trastorno negativista-desafiante que las niñas
con TDAH (Biederman et al., 1999). Con relación a las dificultades cognitivas que se
29
observan en las niñas con el trastorno, si bien son similares a los niños, presentan
menor dificultad en la inhibición de respuestas, y mayor déficit en la planificación
(O´Brien, Dowell, Mostofsky, Denckla & Mahone, 2010).
En los primeros años de vida, los síntomas característicos del TDAH son los
elevados niveles de actividad y de impulsividad, mientras que los problemas
atencionales son considerablemente menos prevalentes. De hecho, algunos autores
han planteado que el TDAH del subtipo hiperactivo-impulsivo, que se encuentra
fundamentalmente en niños preescolares, constituye un precursor evolutivo del
30
TDAH del subtipo combinado, que se representa más entre los niños en edad
escolar (Miranda-Casas, Uribe, Gil-Llario y Jarque, 2003).
Existe una diferencia entre los niños con TDAH que tienen entre 6 y 8 años y
los que tienen entre 9 y 11 años. Los niños más pequeños presentan más conductas
de hiperactividad e impulsividad, que disminuyen progresivamente con el
desarrollo, dado que logran adaptarse mejor a las dificultades y adquieren mayor
capacidad para inhibir conductas inapropiadas (Urzúa et al., 2009).
31
también puede observarse tristeza; en algún caso síntomas de depresión, baja
autoestima, desconfianza en el éxito futuro y preocupación por la posibilidad de
acabar los estudios y por ser aceptados socialmente (Joselevich, 2005). En la
adolescencia se observa, en general, una disminución de la inquietud motora
aunque persiste el déficit atencional (Martín et al., 2010). La hiperactividad motora
propia de la infancia, tiende a disminuir y suele ser reemplazada por la
“hiperactividad cognitiva”; mientras que la impulsividad persiste a lo largo de la vida
adolescente, lo cual no siempre se pone de manifiesto en conductas disociales
(Palacios Cruz et al., 2009). Sin embargo, los síntomas de comorbilidad aumentan su
severidad en el período final de la adolescencia, cuando suele observarse una
mayor predisposición a la búsqueda activa de estimulación y al consumo de drogas
(Moreno Gómez, Álvarez Romero y Lobato López, 2010).
32
social, la dependencia y el abuso de sustancias, problemas asociados a las
conductas impulsivas y una mayor frecuencia de accidentes de tránsito (Barkley et
al., 2007).
I. 1. 7. ETIOLOGÍA
33
Factores
genéticos
Factores Factores
neurobológicos ambientales
34
Los resultados de los estudios donde se evaluaron las familias de niños con
TDAH, confirmaron que estas familias, tanto los padres como los hermanos de los
niños hiperactivos, tenían un riesgo más elevado de padecer este trastorno, que los
sujetos de los grupos controles. Se han realizado investigaciones en familias con
adopciones, en las que se comprobó que entre estos familiares existe un riesgo
mayor de tener TDAH cuando son hermanos biológicos (18%) frente a los hermanos
adoptivos (6%) (Sprich, Biederman, Crawford, Mundy & Faraone, 2000), destacando
la importancia de los factores genéticos por sobre los patrones de crianza. Otras
investigaciones demuestran que los padres de niños con TDAH presentan un riesgo
entre dos y ocho veces mayor cuando se los comparan con los controles normales
(Ramos-Quiroga et al., 2007). En estudios realizados con gemelos, se evidenció que
existe una correlación de mayor magnitud entre los gemelos monocigóticos (51%)
que en los gemelos dicigóticos (33%) (Martínez-León, 2006).
Los estudios sobre genética molecular del TDAH incluyen algunos análisis de
ligamiento a escala genómica en familias pero, sobre todo, estudios de asociación
con genes candidatos. Existen algunos marcadores moleculares que han vinculado
al TDAH con un cambio en los genes relacionados con los receptores de dopamina
D2, D4 y D5 y con el gen transportador de dopamina (Siegel & Smith, 2010). Los
genes más estudiados vinculados al TDAH son: el alelo A1 del gen del receptor D2
35
de la dopamina, el gen del transportador de la dopamina DAT1, situado en el
cromosoma 5, y el gen del receptor D4 de la dopamina DRD4, situado en el
cromosoma 11. Este último es el más consistentemente asociado al TDAH, sin
embargo se debe ser cauteloso, ya que esta asociación podría deberse a la
proximidad de este gen a un segundo gen desconocido más relacionado con el
TDAH (Ramos-Quiroga et al., 2007). Las bases moleculares y genéticas del TDAH
continúan siendo motivo de intenso debate e investigación (Siegel et al., 2010).
Estudios más actuales (Rojas Reyes, Calzada Reyes y Rojas Zuaznabar, 2010)
describen una actividad lenta en exceso y menor desarrollo del alfa en pacientes
36
con TDAH, lo que resulta anormal para la edad de estos pacientes, lo cual refuerza
la hipótesis de un retraso en la maduración de los sistemas neuronales como
sustrato neurobiológico del trastorno.
37
Factores ambientales: en los diversos estudios se ha propuesto una amplia
variedad de factores ambientales que podrían asociarse con la aparición del TDAH,
entre ellos la toxicidad producida por los altos niveles de plomo, complicaciones
derivadas del embarazo o parto (consumo de alcohol, drogas, hipoxia, etc), factores
perinatales como la amenaza del aborto, las convulsiones neonatales, gripes con
incapacidad durante el embarazo, consumo de alcohol y tabaco (Barkley, 1998),
alergias a alimentos, factores psicosociales como pobreza y vida familiar caótica
(Mediavilla-García, 2003; Gordon Millichap, 2008), así como el modelo de la
sociedad actual, el cual podría estar contribuyendo a generar una mayor
disfuncionalidad del TDAH. La multiplicación de situaciones que favorecen refuerzos
externos inmediatos y la sociedad de consumo generan pocas oportunidades para
entrenar la atención sostenida, el esfuerzo, la demora de recompensa, las
estrategias reflexivas y de autocontrol (Cardo et al., 2008). Asimismo, ciertos
factores psicosociales como el nivel socioeconómico, la psicopatología parental o el
estrés familiar pueden jugar un papel importante en el mantenimiento del TDAH
(Raya Trenas, Herreruzo Cabrera y Pino Osuna, 2008).
38
realidad, son distintas formas de expresión de un mismo mecanismo: la capacidad
de inhibir respuestas prepotentes ante un evento, la interrupción de respuestas
prepotentes y el control de la interferencia. Una disminución de la capacidad de
inhibición repercute negativamente en el funcionamiento ejecutivo a distintos
niveles. El TDAH puede ser definido como un trastorno del desarrollo de la
inhibición conductual que genera, de forma secundaria, un déficit en el
funcionamiento ejecutivo dependiente o relacionado a la inhibición y que se
manifiestan en el niño como un déficit en la capacidad de autorregulación, en el
control o guía de la conducta por medio de la información representada
internamente y en la dirección de esa conducta en el futuro (Orjales Villar, 2000;
Barkley, 2006). De esta manera puede considerarse al déficit de atención como un
aspecto secundario de un fallo general en el sistema ejecutivo. El problema no
estriba en que no se pueda focalizar la atención hacia determinados estímulos o
que no se pueda estar pendiente de diversos focos de interés, sino que la dificultad
se observa en la persistencia (Artigas-Pallarés, 2009).
2.- Por otro lado, los niños con TDAH podrían presentar un retraso en la
internalización del habla (bucle fonológico) en la memoria de trabajo verbal. Según
Barkley esta disfunción podría deberse bien a inmadurez en la memoria de trabajo
verbal, o bien al esfuerzo en vano de autocontrol a través de la externalización de
39
las verbalizaciones del niño (Miranda, García y Soriano, 2005). Esto podría generar
dificultades para organizar diferentes conducta en una cadena de acciones, y en
actividades que requieran la interiorización del habla para autoimponerse normas y
reglas aprendidas (Martínez-León, 2006).
40
neuropsicológicas (Artigas-Pallarés, 2009). Dicho modelo consta de tres niveles que
estarían afectados de manera diferente en las personas con TDAH (Sergeant, 2000):
41
señalar que el déficit primario está asociado a una disfunción ejecutiva, que
explicaría la mayoría de los síntomas del trastorno (Fischer et al., 2005; Papazian et
al, 2006; Barkley, 2011; Mayor y García, 2011).
42
I. 2. FUNCIONES EJECUTIVAS: FLEXIBILIDAD COGNITIVA E INHIBICIÓN
Por su parte, Sholberg & Mateer (1989) consideran que las denominadas FE
abarcan varios procesos cognitivos, entre los que destacan la anticipación, la
43
elección de objetivos, la planificación, el uso de la retroalimentación, la
autorregulación, el autocontrol y la selección de la conducta.
44
diencéfalo y cerebelo (Pineda, Merchán, Rosselli y Ardila, 2000; Papazian et al,
2006; Sastre-Riba, Merino-Moreno y Poch-Olivé, 2007; Ardila et al., 2008).
45
integración en el cual se coordinarían las capacidades básicas que previamente han
emergido (García-Molina et al., 2009).
Entre los seis y ocho, Pineda (2000) afirma que se produce el mayor
desarrollo de las FE, lapso en que los niños adquieren habilidad para autorregular la
conducta, establecer metas y anticiparse a los eventos sin depender de la
instrucción verbal externa, aunque persiste cierto grado de descontrol e
impulsividad.
46
entendiendo que aglutina numerosas funciones independientes aunque
correlacionadas; y otros consideran que las FE son un conjunto de habilidades
llevadas a cabo por un centro ejecutivo común, definido como un mecanismo
unificado y un constructo unitario. Si bien actualmente el debate parece inclinarse a
favor del primer grupo, aún existen controversias e investigaciones que continúan
poniendo a prueba a ambas hipótesis.
Uno de los autores que se pueden incluir en este grupo es Baddeley, con su
teoría de integración temporal relacionada con la memoria de trabajo. Considera a
la memoria de trabajo como un constructo cognitivo único que explica la función de
los lóbulos frontales a partir del mantenimiento de la información y su
manipulación en la memoria de trabajo (Baddeley, 2000; Tirapú-Ustárroz, García-
Molina, Luna-Lario, Roig-Rovira y Pelegrín-Valero, 2008a).
47
El modelo de Luria plantea una descripción detallada de los componentes
funcionales del cerebro humano, donde otorga un papel más práctico a los lóbulos
frontales en relación a la programación, monitorización y regulación del
comportamiento (Hughes, 2005), proponiendo que el cerebro está integrado por los
tres sistemas o unidades funcionales previamente descriptos que interaccionan
entre sí.
48
de estímulos irrelevantes a la tarea que se está ejecutando. El adecuado ejercicio de
este control constituye un requisito previo e indispensable para que se puedan
poner en marcha las FE a las que considera conformadas por los cuatro
componentes (memoria de trabajo no verbal, memoria de trabajo verbal o lenguaje
interno, autorregulación del afecto, la motivación y el estado de alerta y capacidad
de análisis y síntesis del propio comportamiento) (Sánchez-Carpintero et al., 2004).
49
Las diferencias entre las teorías y los modelos propuestos por los diferentes
autores no se contraponen, sino que, por el contrario podrían complementarse,
coincidiendo en la idea básica de que las FE posibilitan al individuo controlar y
regular su conducta a través de diversos procesos cognitivos. Las evidencias
empíricas demuestran que las FE no son una entidad simple, sino múltiples
capacidades o habilidades cognitivas que permiten la anticipación y el
establecimiento de metas, la formación de planes, el inicio de las actividades, su
autorregulación y la habilidad para llevarlas a cabo eficientemente. Esta
complejidad hace necesario subdividir el constructo de FE en unidades manejables,
para facilitar el estudio y el análisis de la relación entre el funcionamiento ejecutivo
y la conducta (Tirapú-Ustárroz et al., 2008b).
50
FE calientes: auto-control, toma de decisiones y regulación
del procesamiento de la emoción y la respuesta emocional.
Zelazo y Müller (2002).
FE frías: planificación, razonamiento, comportamiento
estratégico, flexibilidad y memoria de trabajo.
Planificación
Organización
Anticipación
Soprano (2003). Memoria de Trabajo
Inhibición
Flexibilidad
Autorregulación
Control de la conducta
Anticipación
Selección de metas
Planificación y organización
Iniciación de la actividad
Anderson y Doyle (2004). Autorregulación
Flexibilidad mental
Despliegue atencional
Memoria de Trabajo
Retroalimentación
Activación y emprendimiento
Capacidad de focalización
Sostenimiento de esfuerzo
Brown (2005).
Modulación de las emociones
Memoria
Acción de auto-monitoreo y auto-regulación
Región dorsolateral: Memoria de trabajo, Razonamiento,
Comprensión de situaciones.
Región ventromedial: Conductas sociales, Inhibición de
Slachevsky et al., (2005).
respuestas automatizadas, Motivación y recompensa.
Región medial: Control de la atención y Planificación.
Región Frontopolar: Planificación adaptativa.
Flexibilidad cognitiva
Toma de decisiones
Roth, Randolph, Koven, y Control Inhibitorio
Isquith (2006). Planificación y organización
Automonitoreo
Memoria de Trabajo
51
Memoria de Trabajo no verbal
Barkley, Murphy y Fischer Memoria de Trabajo verbal
(2008). Autorregulación de las emociones, motivación y activación
Recomposición
.Planificación:
52
almacenada en la memoria declarativa. Para conseguir la meta propuesta la
persona debe elaborar y poner en marcha un plan estratégicamente organizado de
secuencias de acción (Mateo et al., 2007).
.Memoria de trabajo:
De acuerdo con Case (1992) esta función comienza a manifestarse entre los
7 y los 12 meses de edad, mejora entre los cuatro y los ocho años y alcanza su
máximo potencial alrededor de los 11 años.
53
.Monitorización:
.Fluidez Verbal:
54
estrategias que permitan la producción del mayor número posible de palabras
dentro del tiempo estipulado (Soprano, 2009; Marino y Alderete, 2009). Se trata de
una función compleja que implica gran cantidad de procesos cognitivos, la
capacidad de producción verbal controlada y programada, la organización de la
respuesta y la eliminación de respuestas previamente dadas. Asimismo, implica a
otros procesos y funciones cognitivas como la atención, la flexibilidad cognitiva, la
velocidad de procesamiento de la información, la iniciativa y la imaginación
(Fernández et al., 2002; Garcés-Redondo, Santos, Pérez-Lázaro y Pascual-Millá 2004;
Ramírez, Ostrosky-Solís, Fernández y Ardila, 2005).
.Flexibilidad cognitiva
55
retroalimentación (Romero-Ayuso, Maestú, González-Marqués, Romo-Barrientos y
Andrade, 2006).
56
.Inhibición
57
Las inhibiciones motivacionales se refieren a la inhibición motivada
por incentivos contextuales, ya sea del comportamiento o del pensamiento.
58
Lustig, Hasher & Zacks (2007) han propuesto una teoría donde se distinguen
tres funciones inhibitorias independientes: acceso, borrado y restricción.
59
anatómicos para estos procesos se activan de manera distinta según las demandas
requieran de un control de interferencia motora, o de inhibición cognitiva (Sabagh
Sabbagh, 2008).
60
de tarjetas y el desempeño es dependiente del número de reglas que se incluyan en
la prueba. Es así como al incrementar el número de reglas y, por lo tanto, la
complejidad de la prueba, se observa mayor rigidez cognitiva a través de respuestas
perseverativas. Un niño de tres años de edad puede almacenar una regla, y si se le
pide que cambie la regla, probablemente perseverará en clasificar las tarjetas de
acuerdo con la primer regla (Rosselli et al., 2008).
A medida que avanza el desarrollo, de los tres a los cinco años es posible
observar un mejor desempeño en las pruebas que implican un cambio en la tarea y
en las que se requiere un mantenimiento activo de la información e inhibición
(Lozano Gutiérrez et al., 2011). Autores como Anderson, Anderson, Northam, Hendy
& Wrenall (2001) consideran que hasta los siete años de edad el niño continúa
presentando dificultades en pruebas de clasificación en las que se debe mantener
acceso mental a varias reglas para poder hacer cambios de una regla a otra durante
la tarea. Diferentes autores destacan que esta habilidad, expresada
fundamentalmente en el número total de reglas o categorías logradas y la cantidad
de errores de perseveración, tiene un nivel de ejecución similar al del adulto a partir
de los ocho años de edad (De Luca et al., 2003; Etchepareborda y Mulas, 2004).
61
Con el motivo de evaluar y analizar estas funciones es necesario aplicar
pruebas especialmente diseñadas para tal fin. Las pruebas neuropsicológicas y
cognitivas son herramientas que permiten el establecimiento de un perfil cognitivo
característico y diferencial, así como permiten evaluar cuantitativa y
cualitativamente las FE y comparar el desempeño en las pruebas con un grupo
normativo de edad y nivel educacional similar (Labos et al., 2008; Rizzutti, 2008).
De las pruebas existentes para evaluar las diferentes FE, la tabla 4 detalla los
instrumentos para evaluar la flexibilidad y la inhibición que cuentan con mayor
consenso entre expertos y, a su vez, poseen mayor frecuencia de aplicación en
investigaciones con población infantil (Ardila et al., 2000; Soprano, 2003; Peña-
Casanova, 2007; Labos et al., 2008; Soprano, 2009).
62
deben ser consideradas como “impuras”, y factibles de relacionarse con uno o más
elementos del listado funcional (Marino, 2010).
63
Las teorías actuales sobre TDAH coinciden en señalar que el déficit primario
está asociado a una disfunción ejecutiva (Barkley, 1998; Etchepareborda, 1999;
Fischer et al., 2005; Romero-Ayuso et al., 2006), lo que produce esa variabilidad o
inconstancia en su rendimiento y en su conducta (Joselevich, 2005). Las
manifestaciones de la disfunción ejecutiva en los niños con TDAH incluyen
inflexibilidad cognitiva, incapacidad para desarrollar un plan de acción y una meta,
mantener ese plan en la mente y llevarlo a cabo con la ayuda de la planificación.
Más concretamente, la evidencia empírica sugiere que las manifestaciones
conductuales de los niños con TDAH están relacionadas con una disfunción
subyacente de inhibición de respuestas (Capdevilla-Brophy et al., 2005). Los niños
con TDAH presentan, además de alteraciones en el control inhibitorio, alteración en
la percepción del tiempo con aversión a la espera y alteración de la memoria
operativa (Castellanos, Tannock, 2002).
64
estaban en marcha, para resistir a la interferencia y para mantener los esfuerzos
cognitivos centrados en una sola actividad (López-Campo et al., 2005).
Existen evidencias que permiten corroborar que los niños con TDAH
presentan un déficit general en los procesos de inhibición, tanto motora como
cognitiva. Los niños con TDAH, a pesar de obtener desempeños considerados
normales, presentan mayores dificultades que los niños sin TDAH para realizar la
tarea del Stroop, que implica procesos de inhibición cognitiva. También se observa
una dificultad mayor, considerada anormal o atípica, en los procesos de inhibición
motora, evaluada a través de pruebas de tapping y golpeteo (Rubiales, Bakker y
Urquijo, 2010). Otro estudio obtuvo como resultado que la medida de inhibición es
una función ejecutiva que, junto con el funcionamiento de la memoria de trabajo,
permite discriminar a los niños con y sin TDAH (Holmes et al, 2010).
65
Etchepareborda (Etchepareborda, 2000; Etchepareborda et al., 2004) ha
propuesto que la alteración en la flexibilidad cognitiva sería una de las
características básicas del TDAH. En esta línea Etchepareborda y colaboradores
(2004) observaron mayor número de errores en la prueba de clasificación de cartas
de Wisconsin (WCST) en un grupo de niños con TDAH en comparación a un grupo
de niños sin el diagnóstico. Diferentes estudios posteriores evidenciaron que entre
el grupo de niños con TDAH y el grupo control se observaron diferencias
significativas para el WCST en las variables analizadas (Morales Avendaño et al.,
2003; López-Campo et al., 2005).
66
En un estudio realizado por López-Campo y colaboradores (2005) se
compararon los subtipos de TDAH entre sí, observándose sólo una ejecución
significativamente menor en las pruebas de fluidez verbal para el TDAH-H. En el
resto de tareas cognitivas, los subtipos de TDAH se comportan como si fueran un
solo grupo. Por esta razón, los análisis de factores se realizaron asumiendo que los
diversos tipos de TDAH constituyen un grupo homogéneo desde el punto de vista
cognitivo.
Sin embargo, otros estudios mostraron resultados que indican que los niños
con TDAH no presentan diferencias significativas en flexibilidad e inhibición
respecto a niños sin el diagnóstico. Un estudio sobre el desempeño en las FE de
niños con TDAH no encontró diferencias significativas con el grupo control en el
WCST ni en el Test de Stroop, con lo cual consideran que estas variables no pueden
ser consideradas como déficit primario del trastorno (Willcutt, Doyle, Nigg, Faraone
& Pennington, 2005). Asimismo, en otros estudios no se encontraron evidencias de
déficit en la inhibición y la flexibilidad cognitiva en los niños con TDAH en
comparación con los controles (Rommelse, et al., 2007; Schwartz & Verhaeghen,
2008; Song & Hakoda, 2011).
67
Resumiendo, el TDAH se define como un patrón persistente de síntomas de
inatención y/o hiperactividad-impulsividad que es más frecuente y grave que el
observado habitualmente en las personas con un grado de desarrollo similar. Es un
síndrome complejo con características sintomáticas amplias y variadas, que no se
presentan en forma exclusiva en el trastorno, sino que sus manifestaciones forman
parte de conductas habituales en todas las personas; lo que varía es la frecuencia y
la intensidad de los síntomas. La literatura científica registra numerosas evidencias
de que la tríada diagnóstica de desatención, hiperactividad e impulsividad, (Barkley,
1999b; Fischer et al., 2005; Brown, 2005) podría originarse en una disfunción
ejecutiva y que la evaluación de las FE puede ser sumamente útil para identificar a
los niños con el trastorno y convertirse en una herramienta de diagnóstico, basada
en el déficit de procesos cognitivos básicos y no en una mera observación de
manifestaciones conductuales (Holmes et al., 2010). En la literatura científica se
suele relacionar al TDAH con las FE y, particularmente, con dificultades en la
inhibición y la alternancia o flexibilidad cognitiva (Papazian et al, 2006). Los
estudios sobre la inhibición en niños con TDAH, indican que se observa un déficit en
la capacidad de inhibición motora, que explicaría la dificultad que poseen para
frenar las respuestas impulsivas, para detener las conductas en marcha, y un déficit
en la inhibición cognitiva necesaria para resistir a la interferencia de estímulos
concurrentes y para mantener a los procesos cognitivos centrados en una sola
actividad (López-Campo et al., 2005). La flexibilidad cognitiva es la capacidad que
permite cambiar intermitentemente el foco de atención sobre una o varias reglas,
interactuando necesariamente con los procesos de inhibición y la memoria de
trabajo (Slachevsky et al., 2005). Las investigaciones científicas han encontrado
evidencias de que las fallas en la inhibición cognitiva están vinculadas a la
internalización de problemas, mientras que las fallas en la inhibición
comportamental están vinculadas a la externalización de los mismos (Sabagh
Sabbagh, 2008), a partir de lo cual, se considera importante continuar analizando la
distinción entre inhibición cognitiva e inhibición motora y su relación con la
flexibilidad en niños que padecen el TDAH. Resulta imprescindible una continuidad
68
en la investigación científica para conocer mejor las características y la etiología del
trastorno, ya que la demostración de que el TDAH se debe a una disfunción
ejecutiva podría promover cambios en su conceptualización, en la detección precoz,
la evaluación diagnóstica y el tratamiento, (Servera-Barceló, 2005; Diamond, 2005;
Bitaubé et al., 2009; De la Peña et al., 2010).
Efectivamente, las investigaciones sobre este tema son muy recientes, sus
resultados son controvertidos y aún no aportan evidencias concluyentes. Asimismo,
la revisión de la literatura científica, indica que no se registran antecedentes de
estudios de este tipo en nuestro país. Por todo lo expuesto, se considera que la
obtención de evidencias empíricas que demuestren las relaciones de la flexibilidad
cognitiva y la inhibición cognitiva y motora en niños con TDAH, reviste interés, tanto
científico como práctico, en la medida que supondría un avance en su explicación y
predicción y un insumo invalorable para su detección y tratamiento.
69
70
II. 1. OBJETIVOS
Objetivo General
Analizar y comparar la flexibilidad cognitiva, la inhibición cognitiva y la
inhibición motora en niños con y sin diagnóstico de Trastorno por déficit de
atención con hiperactividad.
Objetivos Específicos
1. Describir y comparar la flexibilidad cognitiva en niños con y sin TDAH.
2. Describir y comparar la inhibición cognitiva y motora en niños con y sin
TDAH.
3. Establecer la existencia de perfiles diferenciales en el funcionamiento de la
flexibilidad y de la inhibición cognitiva y motora en niños con y sin TDAH.
4. Explorar la existencia de relaciones entre el déficit en inhibición cognitiva y
motora de niños con TDAH y antecedentes familiares de impulsividad e
hiperactividad.
II. 2. HIPÓTESIS
a. Los niños con TDAH presentan un número significativamente mayor de
errores y perseveraciones en tareas que evalúan la flexibilidad cognitiva
que los niños sin TDAH.
b. Los niños con TDAH presentan un desempeño significativamente menor en
la inhibición cognitiva que los niños sin TDAH.
c. Los niños con TDAH presentan un desempeño significativamente menor en
la inhibición motora que los niños sin TDAH.
d. Existe una asociación entre el déficit en inhibición cognitiva y motora de
niños con TDAH y sus antecedentes familiares de impulsividad e
hiperactividad.
71
II. 3. TIPO DE ESTUDIO
Diseño de tipo ex post facto retrospectivo con dos grupos, uno de cuasi
control, según la clasificación de Montero y León (2007).
II. 4. PARTICIPANTES
Universo: Niños con y sin diagnóstico de TDAH, escolarizados, de la ciudad
de Mar del Plata, con edades entre 8 y 14 años de edad.
Los criterios para la muestra clínica fueron: a) haber sido diagnosticado con
TDAH por los médicos neurólogos derivantes; b) cumplir el criterio diagnóstico para
el TDAH según el DSM-IV; c) pertenecer a una rango de edad igual o mayor a 8 años
y menor de 14; d) poseer una evaluación neuropsicológica que confirme el
diagnóstico; e) tener nivel intelectual (CI) promedio; f) poseer el consentimiento
informado de sus padres para participar en el estudio.
72
Tabla 5. Descripción del grupo clínico, discriminado por subtipo de TDAH y el grupo control.
. Para la confirmación del diagnóstico médico de TDAH se utilizaron los criterios del
DSM-IV (APA, 2002) ya citados anteriormente y la Escala Estandarizada de Swanson,
Nolan y Pelham adaptada a los criterios del DSM IV (SNAP IV), versión en español y
validada en Argentina (Grañana et al, 2006) (Anexo 1). La misma fue administrada a
los padres y a los docentes de todos los niños involucrados en el estudio.
Adicionalmente, a los padres se les administró el Listado de Síntomas para Niños -
Child Behavior Checklist (CBCL)- (Samaniego, 1998) (ver Anexo 2), validado en
Argentina, el cual evalúa síntomas comórbidos internalizantes (retraimiento, quejas
somáticas, síntomas de ansiedad y depresión) y externalizantes (conductas
antisociales y agresivas) y que, también, permite obtener información sobre la
presencia de síntomas de impulsividad e inatención, característicos del TDAH. Los
resultados de la prueba t de diferencia de medias para dos muestras
independientes, muestra que las diferencias para los cuestionarios SNAP IV y CBCL
resultan significativamente diferentes entre el grupo clínico y el grupo control (ver
Anexo 3).
73
Para descartar un déficit del nivel intelectual y analizar el Índice de
distractibilidad se administró el Test de Inteligencia de Weschler para niños y
adolescentes, WISC III (Wechsler, 1994) .
74
clasificación previa comienza a recibir retroalimentación negativa y se espera que
las respuestas del sujeto cambien y se adapten al nuevo principio de categorización.
La prueba finaliza una vez completadas las tres categorías o cuando se acaban las 64
tarjetas. Las variables seleccionadas para establecer las puntuaciones son: el
número total de tarjetas utilizadas o total de respuestas emitidas; el número de
aciertos, que permite establecer el porcentaje de aciertos, la cantidad de respuestas
erróneas, que permite obtener el porcentaje de errores; la cantidad de respuestas
perseverativas, que permite calcular el porcentaje de respuestas perseverativas
(cuando el niño persiste en responder a una dimensión del estímulo que no es
correcta); el porcentaje de errores perseverativos; el porcentaje de errores no
perseverativos; el número de categorías completas y el porcentaje de respuestas de
nivel conceptual (series de tres o más respuestas correctas consecutivas, lo cual
requiere la comprensión de los principios de clasificación por que es poco probable
que se logre al azar) (Heaton et al., 1997; Peña-Casanova, Gramunt & Gich, 2005).
Los puntajes utilizados para realizar los análisis estadísticos fueron los puntajes
brutos, ya que no se observaron diferencias significativas en la edad de los sujetos
que participaron del estudio.
75
impresas con los colores de la segunda; el primer ítem corresponde a la palabra del
ítem 1 de la primera lámina impreso en la tinta del color del ítem 1 de la segunda
lámina. No coincide en ningún caso el color de la tinta con el significado de la
palabra. Por ejemplo, la palabra VERDE impresa en color rojo. En esta última lámina,
el niño debe nombrar el color de la tinta, sin leer la palabra, lo cual exige prestar
atención selectiva a una dimensión relativamente menos sobresaliente del estímulo
y, al mismo tiempo, inhibir una respuesta automática; la interferencia que se
genera se manifiesta en una mayor comisión de errores y un mayor tiempo de
reacción y se conoce como “efecto Stroop” (Soprano, 2009). La puntuación
obtenida en la primera hoja permite distinguir la cantidad de palabras leídas,
evaluando así la rapidez en la lectura de palabras; la puntuación de la segunda hoja
evalúa la cantidad de elementos (colores) nombrados; y la puntuación de la tercera
lámina permite evaluar la resistencia a interferencia generada, o sea la capacidad
de inhibición cognitiva, que se expresa cuantitativamente en un Índice de
resistencia a la interferencia.
76
patrón diferente, “…Cuando yo golpeo con el puño vos golpeas con el canto de la
mano, y cuando yo golpeo con la palma vos no haces nada…”, con lo cual el niño
tenía que inhibir la respuesta motriz previamente aprendida (Soprano, 2009).
II. 6. PROCEDIMIENTO
77
individual. Con los padres, se les administró una entrevista para relevar datos sobre
antecedentes pediátricos, síntomas, antecedentes familiares y médicos del niño y se
les administraron los cuestionarios necesarios para confirmar el diagnóstico. A los
niños se les administraron las pruebas de nivel intelectual para descartar retraso
cognitivo y las pruebas para evaluar flexibilidad cognitiva, inhibición cognitiva y
motora. Se les solicito a los padres de los niños con TDAH que, durante el periodo
de evaluación y durante las 24 horas previas a la misma, no recibieran tratamiento
farmacológico.
Por otro lado, se contactó a los niños de la muestra control y a sus padres.
Los niños asistían a las mismas instituciones educativas que los niños con TDAH,
siendo compañeros de curso de los mismos. La participación fue voluntaria y sujeta
a consentimiento informado de los padres y los niños (Anexo 5). Se administraron
los mismos cuestionarios a los padres y a los docentes de cada niño y las pruebas de
evaluación a los niños, de forma individual, en el espacio de la institución educativa
a la cual asistían.
78
de Mann Whitney, la cual es una alternativa a la prueba t de student cuando no se
cumple el supuesto de normalidad.
79
80
Con el objeto de describir y comparar la flexibilidad cognitiva en niños con y
sin TDAH, los datos obtenidos fueron sometidos a un análisis estadístico descriptivo,
en función de la pertenencia al grupo clínico (con TDAH) o al grupo control (sin
TDAH), presentándose los resultados en la Tabla 6.
81
Tabla 7. Frecuencias para la variable Categoría del WCST.
Los resultados confirman que las diferencias, para todas las variables, son
estadísticamente significativas. El tamaño del efecto de las diferencias es
importante para las variables % de aciertos, % de errores, % de errores no
perseverativos y % de respuestas de nivel conceptual; y mediano para la cantidad
de respuestas, el número de categorías completadas, el % de respuestas
perseverativas y el % de errores perseverativos.
82
Con el objeto de describir la inhibición cognitiva y motora en niños con y sin
TDAH, se calcularon las medias y los desvíos estándar, que se presentan,
discriminados por grupo, en la tabla 9.
Los resultados permiten observar que los niños con TDAH presentan
desempeños inferiores a los niños del grupo control en las tareas de inhibición
cognitiva y motora. Con el propósito de establecer si las diferencias entre grupos
son estadísticamente significativas, se aplicó la prueba U de Mann Whitney de
comparación de medias para dos muestras independientes, en el desempeño en
tareas de inhibición cognitiva e inhibición motora, en función de la
presencia/ausencia de TDAH y se calculó el tamaño del efecto para las mencionadas
diferencias (ver Tabla 10).
83
Tabla 10. Prueba U de Mann Whitney y el tamaño del efecto para la variable inhibición
cognitiva y motora.
Grupo de pertenencia
Total
Grupo pronosticado
Grupo
Grupo Control Grupo Clínico
Control
Recuento Grupo Control 28 2 30
Grupo Clínico 2 28 30
Original
% Grupo Control 93,3 6,7 100,0
Grupo Clínico 6,7 93,3 100,0
84
De acuerdo a los resultados, el desempeño en pruebas de flexibilidad
cognitiva e inhibición resultan criterios que permiten discriminar correctamente la
presencia de TDAH en el 93,3% de los casos del grupo clínico y la no pertenencia del
93,3% de los casos del grupo control. Este resultado permite inferir que los
desempeños bajos en estas FE, servirían como criterios de clasificación para
determinar el diagnóstico de TDAH.
A partir de los análisis precedentes, en los que se verifica un déficit de la
flexibilidad y la inhibición en el grupo de niños con TDAH, surgió el interés de
analizar la existencia de diferencia de FE en función de los subtipos diagnósticos del
TDAH, más allá de no haber sido planteado como objetivo inicial del estudio. Para
establecer si el desempeño en flexibilidad cognitiva e inhibición varía en función de
la pertenencia al grupo control y a los subtipos TDAH-I y TDAH-C en primer lugar se
realizó un análisis estadístico descriptivo (Tabla 12) para las variables evaluadas en
función de la pertenencia al grupo control, grupo clínico subtipo TDAH-I o grupo
clínico subtipo TDAH-C.
85
Los resultados del análisis descriptivo, demuestran que ambos subtipos del
TDAH, obtienen desempeños semejantes, siempre inferiores a los sujetos del grupo
control. Vale la pena destacar que en algunas de las dimensiones evaluadas de
flexibilidad e inhibición, se observan diferencias en el desempeño, según el
diferente subtipo; el subtipo TDAH-I presenta desempeño inferior en la
perseveración en sus respuestas respecto a flexibilidad cognitiva y en inhibición
cognitiva, y el subtipo TDAH-C presenta desempeño inferior en inhibición motora.
86
Se puede observar que entre el grupo clínico subtipo TDAH-I y TDAH-C las
diferencias son estadísticamente significativas solo para porcentaje de errores
perseverativos, donde el subtipo TDAH-I presenta mayor déficit.
87
para dos muestras independientes, de los antecedentes familiares en función del
padecimiento del TDAH. Los resultados se presentan en la tabla 16.
Tabla 16. Resultados prueba U de Mann Whitney de antecedentes familiares en función del
grupo.
88
Tabla 17. Resultados del análisis de correlación entre las FE y los AF, para toda la muestra.
AF AF
AF AF AF AF 1er. AF 2do. AF
abuelos abuelos
Padre Madre hermanos grado grado Totales
paternos maternos
Pearson 0,02 0,20 0,17 -0,09 0,04 0,17 -0,00 0,10
WCST Rtas
Sig. (bilat) 0,85 0,12 0,25 0,48 0,76 0,19 0,97 0,43
WCST % Pearson -0,05 -0,41* -0,41* -0,01 -0,10 -0,40* -0,08 -0,29*
Aciertos Sig. (bilat) 0,67 0,00 0,00 0,94 0,44 0,00 0,55 0,02
WCST Pearson 0,07 0,43* 0,43* 0,02 0,11 0,42* 0,09 0,31*
% Errores Sig. (bilat) 0,59 0,00 0,00 0,88 0,38 0,00 0,49 0,01
WCST Pearson -0,06 -0,20 -0,19 -0,08 -0,01 -0,19 -0,05 -0,14
Categorías Sig. (bilat) 0,63 0,13 0,19 0,55 0,93 0,15 0,72 0,28
WCST % Pearson -0,08 0,25 0,56** -0,02 -0,08 0,37* -0,07 0,18
Persev Sig. (bilat) 0,54 0,06 0,00 0,85 0,55 0,00 0,59 0,17
WCST % Pearson -0,07 0,28* 0,57** -0,09 -0,08 0,39* -0,09 0,19
Errores Pers Sig. (bilat) 0,60 0,03 0,00 0,51 0,56 0,00 0,49 0,16
WCST % Pearson 0,16 0,40* 0,06 0,10 0,26 0,25 0,23 0,28*
Error No Pers Sig. (bilat) 0,22 0,00 0,69 0,44 0,05 0,05 0,09 0,03
WCST % Pearson -0,06 -0,37* -0,31* 0,07 -0,06 -0,33* -0,02 -0,21
Nivel Conc Sig. (bilat) 0,64 0,00 0,03 0,58 0,63 0,01 0,88 0,11
Stroop Pearson -0,02 0,05 -0,32* 0,11 0,11 -0,17 0,12 -0,03
Palabra Pje T Sig. (bilat) 0,88 0,69 0,03 0,41 0,42 0,21 0,34 0,81
Stroop Color Pearson -0,01 -0,08 -0,25 0,09 -0,09 -0,17 -0,04 -0,12
Pje T Sig. (bilat) 0,93 0,52 0,08 0,51 0,47 0,20 0,76 0,35
Stroop P- Pearson -0,01 -0,21 -0,16 0,06 -0,15 -0,13 -0,07 -0,12
Color Pje T Sig. (bilat) 0,88 0,11 0,29 0,66 0,26 0,31 0,57 0,36
Stroop Interf Pearson -0,12 -0,22 0,09 -0,04 -0,20 -0,06 -0,16 -0,12
Pje T Sig. (bilat) 0,36 0,09 0,52 0,74 0,13 0,64 0,23 0,35
Pearson -0,64** -0,24 0,05 -0,30* -0,55** -0,32* -0,51** -0,48*
Tapping
Sig. (bilat) 0,00 0,07 0,73 0,02 0,00 0,01 0,00 0,00
Pearson -0,41* -0,09 0,14 0,02 -0,09 -0,14 -0,05 -0,12
Golpeteo
Sig. (bilat) 0,00 0,50 0,34 0,85 0,50 0,27 0,67 0,37
*Correlación significativa en niveles bajos.
**Correlación significativa en niveles moderados.
89
de flexibilidad e inhibición en la muestra total de niños, y con algunos niveles
moderados (r> 0,5).
90
91
IV. 1. DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS Y CONCLUSIONES
92
flexibilidad cognitiva. Además de perseverar, el elevado número de respuestas, el
elevado número de errores cometidos y el bajo número de categorías completadas
sugieren una falla de planificación y conceptualización sobre la tarea (Salvador et
al., 2000).
93
internalización de problemas y las fallas en la inhibición motora a la externalización
de los mismos (Sabagh Sabbagh, 2008), por lo cual se considera interesante analizar
separadamente los datos de la inhibición cognitiva y de la inhibición motora en los
niños con TDAH.
De esta manera, los resultados obtenidos con el Test de Stroop, que evalúan
la resistencia a la interferencia, coincidirían con varios estudios que encontraron
evidencias de diferencias significativas entre el desempeño del grupo de niños con
TDAH y el grupo de niños sin el trastorno (Morales Avendaño et al., 2003; Pasini et
al., 2007; Arán Filippetti et al., 2009). Al respecto, es importante mencionar que la
prueba utilizada considera como un insumo básico la velocidad de lectura, función
que generalmente es deficitaria en los niños con TDAH, y que probablemente afecte
el desempeño final. A pesar de controlar la velocidad de lectura en la primera
lámina de la prueba y luego considerar este dato para el cálculo de la resistencia a la
inhibición, cuando la lectura no se encuentra automatizada, no se cumple el
objetivo de que funcione como una interferencia. Por lo tanto, debería considerarse
con sumo cuidado si el test de Stroop sería una prueba adecuada para analizar la
inhibición cognitiva en niños pequeños o que todavía no han automatizado sus
procesos de acceso léxico. En este caso, resultaría conveniente incluir pruebas o
instrumentos adicionales que permitan obtener evidencias extra para reconfirmar
los hallazgos.
94
respecto al subtipo combinado, lo que contradice a los resultados de algunos
estudios que indican que no hay diferencias para estas variables entre subtipos
(López-Campo et al., 2005; López-Villalobos et al., 2010); y otras investigaciones que
encontraron que los niños con TDAH de tipo combinado presentan un mayor déficit
en la impulsividad cognitiva, en perseveración e inhibición de respuestas (Cardo et
al., 2008; Abad-Mas et al., 2011). Los resultados encontrados podrían explicarse a
partir de considerar que la inhibición cognitiva es una función que hace posible la
atención selectiva y sostenida (Rosselli et al., 1997; Diamond, 2006; Sabagh
Sabbagh, 2008) que se encuentra en déficit justamente en los niños con TDAH
pertenecientes al subtipo con predominio inatento.
95
De esta manera, el estudio aporta evidencia empírica que confirma la
existencia de diferencias entre los dos tipos de inhibición (motora y cognitiva)
demostrando, por un lado, la independencia entre ambos mecanismos y, por otro
lado, la afectación específica de la inhibición motora como característica distintiva
de los niños con TDAH. Este hecho es congruente con los supuestos de Sabagh
Sabbagh (2008) y de Beral (2009) de que los niños con TDAH se caracterizan más
por presentar dificultades en la externalización de sus problemas que en la
internalización. El control inhibitorio no solo es imprescindible para ignorar un
estímulo irrelevante o frenar una respuesta, sino que también permite cambiar la
atención de un estímulo a otro para seleccionar acciones y adquirir
comportamientos flexibles. Por ello, podría decirse que el control inhibitorio resulta
un prerrequisito indispensable para el funcionamiento adecuado de la flexibilidad
cognitiva (Diamond, 2006; Diamond, 2005).
96
Con respecto a la hipótesis planteada acerca de la existencia de una
asociación entre el déficit en inhibición cognitiva y motora de niños con TDAH y sus
antecedentes familiares de impulsividad e hiperactividad, los resultados mostraron
que los niños con mayor cantidad de antecedentes familiares tienden a presentar
un mayor déficit en su desempeño en flexibilidad e inhibición. Estos resultados son
coincidentes con otros estudios (Romero Ogawa et al., 2002; Ramos-Quiroga et al.,
2007), que sostienen que los niños con TDAH presentan más antecedentes
familiares de síntomas del trastorno que los niños sin TDAH. Se puede observar
además como dato significativo, que los familiares de los niños con TDAH,
especialmente los familiares de primer grado, padres y hermanos, presentan más
síntomas de desatención, hiperactividad e impulsividad, apoyando la hipótesis
vigente sobre la existencia de agregación familiar del TDAH, que sugiere la
participación de factores genéticos en la etiología del trastorno (Sprich et al, 2000;
Faraone et al., 2001; Romero Ogawa et al, 2002; Faraone et al., 2005; Ramos-
Quiroga et al., 2007; Wilens et al., 2010). Es de destacar que los resultados
obtenidos en este estudio indican que la posesión de antecedentes de síntomas
maternos se asocia a una tendencia a relacionarse con dificultades en la flexibilidad,
la organización ejecutiva y la clasificación en los niños mientras que la posesión de
antecedentes de síntomas paternos tiende a hacerlo con conductas de impulsividad
motora. La literatura científica no registra antecedentes sobre este fenómeno y la
diferencia podría deberse a un sesgo producido por el pequeño tamaño de la
muestra, aunque también podría llegar a explicarse por las conductas aprendidas a
partir de la educación recibida por sus padres. Esto último podría deberse a los
factores genéticos involucrados, y a los refuerzos en el aumento de los síntomas a
partir de la crianza que los niños reciben de sus madres, quienes se suelen ocupar
mayoritariamente de los quehaceres organizativos, potenciando las dificultades de
organización y flexibilidad en sus hijos; de todas maneras esta hipótesis requeriría
de futuros estudios para demostrarse.
97
funcionamiento cognitivo, con un menor control inhibitorio y una menor flexibilidad
cognitiva, caracterizado por una afectación específica de la inhibición motora,
asimismo por una ejecución desorganizada vinculada al déficit en la flexibilidad
cognitiva. Esta caracterización se vincula a su vez con el diagnóstico diferencial de
los subtipos, concluyendo que los niños pertenecientes al subtipo
predominantemente inatento presentan un perfil con mayor dificultad en tareas de
flexibilidad e inhibición cognitiva, mientras que los niños del subtipo combinado
presentan un perfil con mayor dificultad en tareas de inhibición motora, lo cual
permite establecer diferencias funcionales entre los subtipos diagnósticos. Otro de
los datos a destacar es la participación de factores genéticos en la etiología del
trastorno, ya que los niños con mayor cantidad de antecedentes familiares tienden
a presentar un mayor déficit en su desempeño en flexibilidad e inhibición.
98
necesario ampliar la cantidad de sujetos de la muestra clínica a un número de 195
niños con TDAH.
99
Con relación a la proyección de las conclusiones obtenidas en el presente
estudio, puede pensarse en la posibilidad de programación y desarrollo de cursos
destinados a docentes de las escuelas de nivel educativo primario y secundario,
para mejorar y actualizar los conocimientos sobre el TDAH y la aplicación de
estrategias áulicas que permitan favorecer el proceso de enseñanza y aprendizaje
de los niños con dificultades específicas.
No se puede soslayar la necesidad de evaluar el efecto de tratamientos
específicos en niños con TDAH, considerando las dificultades mencionadas en
flexibilidad e inhibición, como así también la posibilidad de diseñar e implementar
entrenamientos diferenciados de acuerdo al subtipo diagnóstico del trastorno,
considerando que cada uno de ellos presenta un perfil cognitivo con características
diferenciales.
100
101
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119
120
ANEXO 1. CUESTIONARIO DE CONDUCTA (SNAP IV).
A continuación se presenta una serie de frases. Lea con atención cada frase y
responda considerando el comportamiento del niño/a. Marque con una X el
casillero correspondiente. Si un comportamiento no ha sido observado por usted,
marque 0.
121
Comportamiento a ser observado 0 1 2 3
27. A menudo se ofende y enoja
28. Es rencoroso y vengativo
29. Es peleador
30. Es negativo, desafiante, desobediente u hostil hacia las personas de autoridad
31. Hace ruidos en voz baja, canturrea o hace sonidos raros con su boca
32. Es excitable e impulsivo
33. Llora fácil y frecuentemente
34. A menudo no coopera
35. Se hace “el vivo”
36. Está sin calma y/o hiperactivo
37. A menudo molesta a otros niños
38. Su humor cambia rápida y abruptamente
39. Se frustra con facilidad y a menudo requiere que sus demandas se satisfagan
inmediatamente
40. Molesta a otros niños e interfiere en sus actividades
122
ANEXO 2. CUESTIONARIO- CBCL.
A continuación hay una lista de frases que describen a los/as niños/as y jóvenes.
Para cada frase piense si describe a su hijo/a actualmente o durante los últimos 6
meses. Por favor conteste todas las frases de la mejor manera posible,
considerando que:
0= No es cierto o nunca
1=Es cierto algunas veces o de cierta manera
2=Muy cierto o casi siempre
123
0= No es cierto o nunca 1=Es cierto algunas veces o de cierta manera 2=Muy cierto o casi siempre
124
0= No es cierto o nunca 1=Es cierto algunas veces o de cierta manera 2=Muy cierto o casi siempre
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ANEXO 3.
TABLA 18. Resultados prueba t de confirmación del diagnóstico para grupo clínico y
grupo control.
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ANEXO 4. CUESTIONARIO DE ANTECEDENTES FAMILIARES.
127
ANEXO 5. CONSENTIMIENTO INFORMADO.
SOLICITUD DE CONSENTIMIENTO
Facultad de Psicología. Universidad Nacional Mar del Plata
La participación implica:
-Por parte del niño realizar actividades guiadas (evaluación neuropsicológica) por un
profesional especialmente capacitado a tal efecto.
-Por parte de los padres, responder a una entrevista con un profesional y completar
cuestionarios (Cuestionario de Conducta para TDAH – SNAP IV; Cuestionario de
Síntomas- CBCL; Planilla de Antecedentes Familiares).
128
La información obtenida sobre cada niño será estrictamente confidencial y su
participación no implica riesgo psicológico, neurológico, para la salud o el desarrollo
del niño. Asimismo cada padre tendrá la posibilidad de solicitar un informe oral y
por escrito en el que se detalle el desempeño de su hijo.
Consentimiento
Acepto las condiciones anteriormente expuestas, expresando así mi autorización y
voluntad de participación.
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AGRADECIMIENTOS
Quiero agradecer a todos los niños, padres, docentes y profesionales que
participaron de la investigación.
A CONICET por la otorgación de las becas doctorales que permitieron el desarrollo
del proyecto, a la Facultad de Psicología (UNMDP) por brindarme sus instalaciones, al
Centro de Investigación en Procesos Básicos, Metodología y Educación (CIMEPB) y al Grupo
de Investigación “Comportamiento Humano, Genética y Ambiente” por otorgarme las
instalaciones y recursos necesarios.
A mi director de Tesis y director de la beca Tipo I de CONICET, el Dr. Sebastián
Urquijo, por creer en mí, por sus orientaciones, su generosidad, su ánimo y optimismo.
A mi director de Beca tipo II de CONICET, Dr. Máximo Etchepareborda por su
colaboración, ha sido un gran privilegio tenerlo como director estos años.
A mi codirectora de Becas y directora del grupo de investigación del cual forma
parte este proyecto, Esp. Liliana Bakker, por su asesoramiento continuo, por todo lo que
me ha enseñado en estos años de formación, por los momentos compartidos, por
brindarme su confianza absoluta y por sobre todo por su amistad y cariño.
A la Esp. Marcela López, la Lic. María José Aguilar por compartir el proyecto general,
por los trabajos previos en conjunto que fueron las bases de este, por la motivación y el
cariño de siempre.
A Rocío, Daiana, Florencia, Emilia, María, Paula, y todos los integrantes del grupo de
investigación Comportamiento Humano, Genética y Ambiente por su colaboración
constante; al equipo de investigación del Centro al que pertenezco, que con su compañía
hicieron que este trabajo fuera más sencillo.
A la Dra. Patricia Weissmann, al Dr. Joao Alchieri en la UFRN de Natal, Brasil y a su
grupo de investigación, por permitirme realizar una pasantía en una universidad extranjera.
A mi familia especialmente, y a mis amigos, por el amor de siempre, por creer en
mí, motivarme a la distancia, y por todo el tiempo que no hemos podido compartir en estos
últimos años.
Y muy especialmente en este trabajo al que le he dedicado gran parte de los
últimos cinco años, quiero agradecerle a Héctor, mi compañero de toda la vida, por su
apoyo incondicional, su confianza, su alegría y su amor de todos los días.
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