JA Navarro FIBRA DE COCO COMO SUSTRATO DE CULTIVO
JA Navarro FIBRA DE COCO COMO SUSTRATO DE CULTIVO
JA Navarro FIBRA DE COCO COMO SUSTRATO DE CULTIVO
INTRODUCCIÓN
Cuando se inició la historia de los cultivos enarenados en Almería se estaba creando lo que
posteriormente se ha definido como un sistema semi-hidropónico, puesto que en la mayoría
de ocasiones se aportaba suelo fértil a zonas improductivas, materia orgánica y un acolchado
con producto natural como es la arena. Aunque parecía difícil que hubiera algo más
productivo que aquella artificiosa forma de cultivar, los problemas para el sistema fueron
llegando, apareciendo patógenos en el medio. Progresivamente se fue incrementando el coste
de las labores de mantenimiento como son las propias desinfecciones o el aporte de materia
orgánica, el llamado retranqueo; por otra parte, los materiales empleados, tierra, estiércol y
arena se fueron encareciendo, llegando un momento en el cual los cultivos sin suelo
comenzaron a adquirir protagonismo. A partir de las década de los noventa la hidroponía ha
llegado a ser una opción para la que la mayoría de invernaderos están preparados, la técnica se
ha asumido, se conocen sus ventajas, y los inconvenientes, siendo hoy día es normal que
indistintamente cualquier agricultor escoja el medio de cultivo sin la menor duda sobre su
rentabilidad.
La fibra de coco en estos años ha demostrado ser un buen sustrato, un residuo industrial con
buenas propiedades como medio para el desarrollo de plantas pero que en la mayoría de
ocasiones ha adolecido de una falta de rigor técnico en su tratamiento como sustrato de
cultivo.
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La fibra de coco como sustrato de cultivo José Ángel Navarro
LA PLANTA
El fruto es una drupa de epidermis lisa, con mesocarpo espeso llamado estopa del que se
extrae la fibra, en cuyo interior se contiene el endocarpo, llamado hueso o concha
envolviendo el albumen sólido o copra y el líquido o agua de coco. El embrión se sitúa
próximo a dos orificios del endocarpo.
Los requerimientos culturales son de temperaturas estables con medias diurnas en torno a los
27°C y pequeñas oscilaciones día-noche que no superen unos 7°C. La humedad relativa
también debe ser estable y moderada superior al 60 %, con buena disponibilidad de agua,
adaptándose de forma natural con precipitaciones anuales de 1500 mm y unas 2000 horas
anuales de luz solar directa. La altura óptima para el cultivo en las latitudes tropicales se sitúa
por debajo de los 500 m, siendo muy sensibles a las bajas temperaturas y especialmente a las
heladas. Los vientos son perjudiciales.
Los mejores suelos son los de tendencia arenosa, profundos con buena disponibilidad de agua,
beneficiándole que ésta tenga cierta salinidad debido a la gran demanda de cloro que precisa.
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La fibra de coco como sustrato de cultivo José Ángel Navarro
EL CULTIVO
Se precisan terrenos con buen drenaje, ligeros, bastante profundos y con poca pendiente para
permitir una humedad uniforme de toda la superficie de cultivo. Las labores previas y
posteriores al cultivo se encaminarán a conseguir un sustrato aireado y con buen drenaje. Para
conseguirlo, a veces se realizan labores de subsolado o incluso removido de la tierra en la que
se realizará la plantación. El tamaño de hoyo de transplante tendrá la forma de un cubo de
unos 40 a 60 cm de lado. El transplante se realiza al inicio de la estación lluviosa, mezclando
la tierra con materia orgánica y abono fosforado. A veces incluso, en terrenos arcillosos se
aligera la tierra con fibra. La planta se entierra hasta el cuello compactándose a continuación
el terreno para darle firmeza al ejemplar.
El marco de plantación va desde 7,5 x 7,5 metros para variedades enanas y llega hasta los 9 x
9 en las gigantes. La fertilización suele hacerse de forma estacional al inicio y final de la
época lluviosa, siendo variable en su composición en función de las características locales.
Es recomendable el riego por inundación, aunque llegan a utilizarse sistemas localizados en
zonas con escasez de agua.
VARIEDADES CULTIVADAS
Cocoteros gigantes.
Utilizados para la producción de aceite y para
consumo en fresco, aunque el sabor es poco
dulce. Comienzan a florecer a los 8-10 años,
produciendo anualmente unos 80 frutos.
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Cocoteros enanos
Existe menos hibridación que en el caso de los gigantes, ya que ser produce autofecundación.
Su vida también es menor, llegando a los 35 años.
La producción media oscila entre 150-240 frutos por planta y año.
Algunas de sus ventajas son: la resistencia al Amarillamiento letal del cocotero, la precocidad
de producción, el elevado número de frutos por planta y el crecimiento lento. Entre sus
inconvenientes destacan: el pequeño tamaño del fruto, la mala calidad de la copra y su
susceptibilidad a periodos cortos de sequía.
Híbridos.
Resultado de la hibridación de gigantes y enanos.
Adquieren las mejores cualidades de los padres también hereda la resistencia al
amarillamiento.
El híbrido más cultivado es:
MAPAN VIC 14, que es un cruce entre Enano Malasino x Alto de Panamá.
COMPOSICIÓN
Según Cidade, E. y Gheler, J., las del coco son fibras constituidas por polisacáridos, como la
celulosa que es un polímero lineal constituido de unidades D-glicopiranosidios ligados de
modo 1:4 por uniones B-glicosidicas, hemicelulosa perteneciente al grupo de pentosas, D-
xilosa y L-arabinosa, de hexosas D-glucosa, D-galactosa, D-manosa y ácido 8-O-
metilglucurónico, siendo éstos no cristalinos, ramificados pero con menor grado de
polimerización que una celulosa, con lignina y compuestos derivados de alcoholes aromáticos
y de pectinas, polisacáridos ácidos de peso molecular elevado teniendo como constituyente
básico ácido D-galacturónico polimerizado en moléculas lineales ligadas entre sí por los
carbonos 1 y 4.
USOS
Los usos del coco son múltiples, en Sri Lanka dicen que “el coco puede ser utilizado de 99
maneras, pero con todas seguridad se encontrará una centena”. Se utiliza para la construcción,
fabricación de muebles por la dureza de la corteza. La yema apical que se conoce también
como palmito se consume de distintas formas, la raíces se usan es dietética, las palmas se usan
para canastas, sombreros, alfombras, etc. De la pulpa del coco se obtienen muchos usos
extrayendo aceite para cosmética, combustibles, harinas para ganado, consumo en fresco,
rayado, conservas, esencias, etc.
Pero a nosotros nos interesa el mesocarpo, una especie de estopa de largas fibras y de la que
obtienen cuerdas, alfombras, sacos, es utilizado como aislante térmico y acústico, en láminas
como geotextil para afirmar taludes, el polvo como mejorador de suelos confiriéndoles más
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La fibra de coco como sustrato de cultivo José Ángel Navarro
capacidad de retención hídrica y en el caso que nos compete, como sustrato de cultivo en
explotaciones intensivas.
COCO FRUTA
DESTOPADO
ESTOPA
HUESO CON
COPRA
FIBRA POLVILLO DE
PRENSADA ESTOPA
SEPARACIÓN
DE LA COPRA
MEJORADOR
DE
SUELOS COPRA HUESO
PANELES
DE
CONSTRUCCIÓN
TORTA DE
ACEITE
EXTRACCIÓN
TECHOS DE CASAS
CARBON
CASAS COMPLETAS
VEGETAL
CARBON
ACTIVADO
RENDIMIENTO
El cocotero tiene una vida de unos 15 a 20 años tras los cuales se poda para la utilización de la
madera. La cantidad de cocos obtenidos por árbol es variable, pudiendo oscilar en una
palmera de 8 años entre los 30 a 50 frutos. Para obtener una tonelada de copra seca es
necesario dependiendo de las variedades, edad, condiciones de crecimiento, contar con unos
3000 a 6000 cocos. Las palmeras se suelen sembrar a tresbolillo a razón de unos 143 árboles
por hectárea, tardando entre 5 a 6 para alcanzar su momento de producción. El rendimiento
del cultivo por hectárea viene a ser de 2 a 2.5 toneladas.
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EL SUSTRATO
PROCEDENCIA
A pesar de la amplia distribución del cultivo en las zonas tropicales del Pacífico, no todas son
suministradores en la actualidad de material con destino a la agricultura. Los principales
países productores de este sustrato son Indonesia, Filipinas, India, Sri Lanka y México.
PRESENTACIÓN
La presentación más popular ha sido la del polvo de coco que por la posibilidad de
proporcionarle un alto grado de compresión 1:8, ha sido prácticamente el único producto
ofrecido en estos años en nuestro país. Hay que entender que el polvo es el residuo con menos
utilizad en todo el proceso de aprovechamiento del coco y que permite un ahorro enorme en el
transporte. Sin embargo, el polvo de coco es posiblemente para el uso como sustrato la peor
de las texturas posibles. Las buenas propiedades de aireación y retención de agua se
convierten en graves inconvenientes en poco tiempo, ya que el material tiende a compactarse
a la vez que se va degradando, quedando convertido en las zonas de depósito en un barro muy
poco conveniente para producir. Estos problemas han sido especialmente acusados al
utilizarse en sacos de cultivo, aformes y sin una adecuada capacidad drenante. Este material
es totalmente prescindible pero casi inevitable en una baja proporción ya que en unos meses
existirá por el proceso natural de degradación de la fibra.
Existe un material de granulometría media que podía denominarse como cáscara de coco,
partículas que no llegan a ser polvo pero tampoco fibra, de unos 0,5 mm de tamaño mínimo y
unos 1,5 mm de máximo. Son sobre todo fibras gruesas y cortas, pequeños nódulos fibrosos
lignificados, pequeños trozos de corteza, etc. Normalmente no puede ser compactado más de
5 veces. Este material proporciona aireación ofreciendo al conjunto una buena retención de
agua. El equilibrio de la mezcla debería basarse en combinar este material con la fibra.
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La fibra de coco como sustrato de cultivo José Ángel Navarro
UTILIZACIÓN EN CULTIVO
En lo que se refiere al soporte de cultivo utilizado, se pueden dividir en: jardineras, sacos de
cultivo y canales continuas.
Las jardineras o cubos, son recipientes rígidos de formas diversas, desde elementos
cuadrados a jardineras alargadas donde el aprovechamiento del sustrato es mayor. Por lo
general el material utilizado ha sido poliestireno expandido, ya que ofrecía rigidez, poco peso,
buen aislamiento térmico, larga duración y un precio competitivo. Este soporte rígido
proporciona un fácil manejo de la fibra, pudiéndose rellenar cómodamente y ser desinfectado
y reutilizado durante muchos años. Para este contenedor se han utilizado tanto tacos de coco
prensado como coco ya procesado y expendido en sacos.
Los sacos de cultivo también se han utilizado ampliamente, sobre todo debido al buen precio.
Pero sin embargo para materiales de coco muy finos sin estructura y tendencia a la
acumulación en la zona inferior ha provocado en ocasiones problemas de encharcamiento. Por
otra parte la limitación en el uso de la fibra viene impuesta por la duración del plástico. En
este sistema no existe la posibilidad de reutilización si no es reembolsando el material, lo cual
es muy costoso. En este caso el coco normalmente se suministra descomprimido dentro del
saco cerrado. Existe otra opción minoritaria para un coco de mayor calidad, más fibroso, que
se recibe comprimido en forma de plancha dentro de una bolsa de cultivo; el problema de este
sistema es el almacenamiento, ya que las fibras largas tras un largo periodo de compresión
pierden la capacidad de recuperar su estructura inicial, no descomprimiéndose debidamente.
Este material se expande al llenar la bolsa de agua y proporciona un medio con estructura y
buena aireación, dentro de las bolsas de cultivo es la mejor opción disponible.
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Las canales continuas se realizan con materiales diversos. Existen de poliestireno expandido,
con piezas que se unen, presentando el inconveniente del precio y las uniones que deben ser
selladas con una lámina plástica adicional. De polipropileno celular resultan más baratas y
duraderas, pudiéndose colocar de una tirada. Para este tipo es necesaria una buena nivelación
del terreno. Se utiliza tanto material comprimido que se hidrata en el propio canal, como
suelto. De la misma forma existen canales de lámina de polietileno que se sujetan mediante
hilos que se disponen dentro de un ojal en ambos laterales y se sujetan con piquetas soporte
con forma de U. En otros casos son de PVC, teniendo mayor rigidez.
Los sustratos de coco presentan una gran diversidad en cuanto a sus propiedades físico-
químicas. Éstas, están condicionadas tanto por la procedencia como por el proceso de
obtención y fundamentalmente por la composición granulométrica del producto final. Por este
motivo, ofrecer de forma genérica una caracterización normalizada del “producto” es casi
imposible. Sin embargo, tomaremos un análisis que nos servirá de guía para destacar las
propiedades que lo hacen distinto en relación a otros sustratos. Se trata de un material de
buenas propiedades para el uso en cultivos hortícolas que se suministra dentro de su saco de
cultivo, en una plancha comprimida. La proporción de polvo es baja y predomina la fracción
intermedia con abundancia de fibra en proporción 2:5:3 del volumen.
FÍSICAS
Retención de agua
Una de las propiedades más apreciadas en la fibra de coco es su alta capacidad de
retención hídrica. Como ya se ha comentado dependerá en gran medida de la proporción de
las distintas fracciones granulométricas. Sabemos que a pesar de la granulometría o
estructura, algunos materiales retienen poco, como ocurre con la lana de roca, mientras que
otros lo hacen en exceso, como es el caso de la turba rubia. La fibra de coco fina es capaz de
retener el 800 % de su peso en seco y a pF 1.0 retiene un 58 % de agua.
Aireación
Es necesario un equilibrio entre la cantidad de agua retenida y la aireación. La
capacidad de oxigenación de la raíz proporcionará plenas posibilidades de que el espacio
poroso del sustrato sea explorado con facilidad, evitando problemas de encharcamiento y
proliferación de enfermedades en un medio anaerobio. La proporción de aire a pF 1.0 es del
37 %
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Capacidad de intercambio
La fibra de coco es un material con una capacidad de intercambio catiónico elevada;
en torno a 300 meq/l. Muy alta si la comparamos con otros sustratos, sobre todo inertes, en los
que es nula o muy baja. Así, los cambios de elementos en el entorno de la raíz son muy lentos,
al igual que en las turbas.
SUSTRATO meq/l
Fibra de coco 330
Turba negra 200 a 400
Turba rubia 115
Cortezas de pino 95
Por tanto, posee un fuerte poder tampón, que unido a la buena capacidad de retención,
hace que el sistema tenga un umbral de seguridad ante fallos en la fertirrigación, muy superior
que la mayoría de sustratos.
Peso
Atendiendo al transporte y al manejo, es un sustrato muy cómodo debido a su ligereza.
Acidez
El valor de pH tiende a ser ligeramente ácido, lo cual es positivo de cara al facilitar la
solubilidad de algunos microelementos, sobre todo en zonas de aguas con altos contenidos de
carbonatos y de naturaleza básica.
Salinidad
Uno de los mayores inconvenientes que se ha encontrado en la fibra, es la falta de
uniformidad en cuanto al contenido de sales. No se deberían superar valores de 1 mS/cm, y
debe ser ésta una exigencia de calidad. No obstante, el lavado con agua de menor
conductividad es sencillo por la facilidad de lixiviado de las sales existentes como sulfatos,
cloruros, etc.
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QUÍMICAS
Elementos minerales
En un cuadro se recogen las cantidades presentes de cada elemento, comprobándose
que sus concentraciones no son perjudiciales ni tienen por qué interferir en el cultivo. Por otra
parte, no hay ningún elemento fitóxico. No obstante, tal y como hemos indicado son fáciles de
lixiviar y en poco tiempo estas cantidades son variadas por el equilibrio de la solución
nutritiva utilizada, motivo por el cual normalmente ni siquiera se tienen en cuenta.
UNIDAD
E. MINERAL (mg/g materia seca)
Ca2+ 0,1 - 4,9
Mg2+ 0,9 - 1,5
K+ 1,8 - 10,8
Na+ 0,9 - 4,1
P 0,2 - 0,4
N 3,9 - 4,6
CaO 0,1 - 6,9
MgO 1,5 - 2,5
K2O 2,2 - 13,1
Na2O 1,5 - 5,5
P2O5 0,5 - 0,9
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Materia orgánica
El porcentaje de materia orgánica lógicamente es muy elevado, un 92 %, en la línea de
otros de origen natural, corteza de pino, 98 %, o el 97 % de la turba rubia. La materia orgánica
sufre un proceso de descomposición, aunque como veremos posteriormente en el caso de la
fibra de coco es muy lento. Pero el efecto es similar a otros medios orgánicos, favoreciendo
un desarrollo radicular superior al de otros medios inertes. La riqueza de componentes
orgánicos que interactúan, intercambian y retienen elementos y moléculas proporciona una
mejora adicional al cultivo.
Estabilidad
El proceso de descomposición de la materia orgánica, puede ser medido mediante la
relación C/N. La fibra de coco mantiene esta relación muy alta, lo cual supone una lenta
mineralización y la garantía de cara a la duración del material de no sufrir una degradación
prematura.
SUSTRATO C/N
Fibra de coco 220
Corteza de pino 200 a 300
Turba negra 20 a 25
Turba rubia 50
Partiendo de una fibra dura como es la del coco el proceso es lento y progresivo en
función de la naturaleza de la fibra, la posición y la interacción con raíces, la humedad y los
elementos en disolución, etc.
Fibra compactada
Cuando se dispone de fibra de coco servida en bloques o tacos individuales habrá de tenerse
en cuenta el destino de la misma, esto es, el tipo de contenedor, y la disponibilidad de medios
para el proceso de descompactación. Por lo general, este tipo de material se utilizará en
contenedores abiertos, cubos, jardineras, canales, etc. El proceso de ensacado puede resultar
complejo y se reserva habitualmente a empresas especializadas. Teniendo en cuenta la
relación de compresión del material se cubicará la cantidad de bloques necesarios,
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La empresa Plásticos SunSaver disponía de un sistema que eliminaba toda esta operación y el
consiguiente gasto en mano de obra. Se trataba de bloques fibrosos y poco compactados con
la misma forma del contenedor, un rectángulo de esquinas truncadas, octogonal, por lo que
bastaba con colocar dicho bloque en el interior del cubo y esperar su expansión, quedando un
material estructurado de fibras entrelazadas preparado para plantar.
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Sacos de cultivo
El saco de cultivo está construido con filme de polietileno,
normalmente de color blanco exterior y negro interiormente
para darle estabilidad frente a la radiación ultravioleta. El
saco se presenta completamente sellado, existiendo distintos
tamaños. Un modelo muy utilizado en fibra es el que mide
entre 1 y 1,1 metros con una capacidad de 30 litros.
Normalmente se suministra con cierto contenido de humedad
por lo que la operación de hidratación se reduce, aunque si
contienen un exceso de agua se dificulta la operación de
transporte hasta su ubicación en el invernadero, corriendo el
riesgo de que muchas bolsas se rompan. Debido a que los
sacos han llegado embalados se hace necesario mullir el
contenido interior, al tiempo que se le da cierta altura que a lo
largo del tiempo irá perdiendo. Al igual que en el resto de
opciones se hidrata durante algún tiempo y más tarde se
procede a la apertura de los orificios de drenaje, de
colocación de la planta y de las piquetas de riego.
Sacos de fibra
La opción que más se ha extendido es la fibra de coco descomprimida, evitando todo el
proceso de manipulación, realizándose su distribución en recipientes y canales, para lo cual se
dispone de sacos manejables de entre 80 y 125 litros de material disgregado. El agricultor se
limita a repartirlo, colocar los emisores, dar los primeros riegos y colocar la planta. En este
caso es de suma importancia que la a fibra de coco en el procesado de descompactación se le
proporcione cierta humedad, ya que hidratarla en el campo suele ser una ocupación muy
laboriosa, no se consiguiéndose con
los emisores; requiere gastar
grandes cantidades de agua
recorriendo toda la fibra con una
manguera equipada con un difusor
para hacerla entrar en humedad.
Cuando la fibra está seca repele el
agua, formándose agregados
hidrófobos en los que la fibra no
llega a mojarse y escapa por los
agujeros de drenaje. Otra opción ya
comentada si existe posibilidad es
taparlos, obligando así a la fibra a
permanecer en contacto con el
líquido.
Los riegos de hidratación normalmente deben ser utilizados para acondicionar la fibra de coco
a la necesidades del cultivo.
La primera operación que se debe realizar con el material recibido es comprobar sus
propiedades granulométricas visualmente: tomando un puñado de material podemos ver el
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tamaño de las fibras, presionarlo entre los dedos para comprobar su granulometría y por
último de una muestra que esté en una grado intermedio de humedad (no encharcada,
compactada ni por el contrario seca) con tendencia a disgregarse al ponerla en la palma de la
mano, estrujarla y comprobar la cantidad de agua que escurre. Otro aspecto fácilmente
controlable es la conductividad, tomando una parte de sustrato y realizando un extracto
saturado, tras agitar la papilla se extrae el agua con lo que obtendremos la salinidad del
mismo. La acción siguiente en función de los resultados, será corregir la mezcla
granulométricamente o lavar con largos riegos de agua el material en caso necesario.
Al tiempo que se realiza la hidratación, o se dan los primeros riegos, se aprovecha para
equilibrar iónicamente el material. Es normal realizar aportes de calcio, elemento que al inicio
del cultivo es fuertemente retenido por el sustrato y muy importante para la planta desde los
primeros momentos del transplante. Para ello es preferible utilizar nitrato cálcico junto a
microelementos, todo ello a baja concentración, por lo general no incrementando la solución
más de 0,5 mS/cm. Tras un dos o tres días con un mínimo de un par de largos riegos (20-30
minutos) que serán aprovechados para comprobar el funcionamiento de los emisores, los
drenajes, las propiedades de retención y aireación del sistema fibra-contenedor, la
dosificación de la máquina de riego, la demanda... se puede proceder a la plantación.
PLANTACIÓN O TRASPLANTE
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La fibra de coco como sustrato de cultivo José Ángel Navarro
Pero en este punto el contenedor adquiere gran importancia. Contenedores con cierta
capacidad aislante mejoran esta circunstancia, siendo de entre los estudiados sin duda el
porespand el que mejores prestaciones ofrece, e indudablemente el saco de cultivo el más
desfavorable. En medidas simultáneas se han llegado a obtener entre ambos y para una
temperatura ambiente de 34°C, diferencias de 8°C.
TÉCNICA DE CULTIVO
Es necesaria la observación y seguimiento de la solución drenada al inicio del cultivo por las
posibles interacciones que pudieran ocurrir y que sin duda la planta irá reflejando:
disminuciones en los niveles de nitrógeno o calcio, bajada de pH... y que en poco tiempo
tienden a estabilizarse.
De otra parte, debemos tener en cuenta la capacidad de intercambio catiónico del sustrato.
Esto compensará deficiencias puntuales, aunque la capacidad de respuesta también puede
verse afectada por esa inercia de la que goza. Un temor con relación a este sustrato es la
retención de sales, pero manteniendo un buen manejo, tal acumulación no suele producirse.
En caso de detectarse alta concentración salina lo mejor es recurrir puntualmente a riegos
largos con muy pocas sales, “riegos de lavado”, pero en los que es aconsejable mantener el
equilibrio.
Con objeto de lavar los excesos salinos acumulados durante el cultivo es aconsejable realizar
largos riegos de lavado solo con agua en el periodo final previo a la retirada de las plantas.
Algunos días más tarde se procederá a cortar los tallos por encima del cuello de la planta,
dejando un tocón. Sin planta que absorba agua, el sustrato puede tardar mucho tiempo en
secarse, secado por otra parte necesario para extraer ese tocón junto a las raíces de mayor
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La fibra de coco como sustrato de cultivo José Ángel Navarro
grosor que parten de él. El resto de raíces irán desapareciendo quedando como materia
orgánica mínima residual. Para favorecerlo es bueno mantener muy bajo el grado de humedad
pero no permitir que el sustrato llegue a secarse completamente, debido a la dificultad en la
rehidratación del mismo. Para ello bastará con realizar un riego de 10 minutos a la semana.
DESINFECCIÓN
Cualquiera de los métodos de desinfección que se utilizan para el resto de sustratos pueden ser
empleados para la fibra de coco, desde productos químicos hasta tratamientos por calor,
biológicos, etc. Hay que tener en cuenta la dificultad adicional que puede suponer las
propiedades de un sustrato orgánico desde el punto de vista de la desinfección, ante todo por
tratarse de un sistema más complejo con una determinada capacidad de amortiguar los
cambios del medio. Por este motivo hay que conseguir una buena distribución del
desinfectante.
El calor es una de las mejores opciones, pero resulta costoso y difícilmente en la práctica se
lleva a cabo. Otra opción que tampoco se utiliza y que tiende a eliminarse es la utilización de
bromuro de metilo. El amonio cuaternario sería otra opción que solo se utiliza en recintos y
utensilios.
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La fibra de coco como sustrato de cultivo José Ángel Navarro
En la práctica la mayoría de agricultores optan por tratamientos con productos químicos por
resultar más cómodos y económicos, y dentro de los químicos por la aplicación del producto a
través del sistema de riego. En este caso sería aconsejable que el sustrato pudiera ser inundado
con la solución desinfectante durante algún tiempo para garantizar su eficacia por el contacto
de todo el volumen disponible y por la duración de dicho contacto.
Hipoclorito sódico, lejía común que se suele utilizar al 5% de concentración, pero no hay
inconveniente en concentrarla a más del doble si posteriormente se lava la acumulación de
sodio que pudiera producirse.
Dicloro-propeno, es uno de los más utilizados presentando buena efectividad a las dosis
recomendadas y siendo importante respetar el plazo aconsejado hasta realizar la plantación.
Puede llegar a atacar los contenedores de poliestireno expandido, fundiéndolos de manera
irreparable.
Metam, tanto metam-sodio como metam-potasio, son igualmente eficaces, si bien en el caso
del metam-sodio se debe lavar con abundante agua una vez pasado el periodo de desinfección.
Hay que señalar que este tipo de tratamientos se aplican preventivamente, o como actuación
en caso de que hayan aparecido durante el cultivo focos puntuales de una determinada
patología transmitida por el agua de riego u hospedada en el sustrato. Pero en el caso de
ataques generalizados no cabe duda que la acción más segura es la desinfección de todos los
elementos de la instalación como emisores, tuberías, equipos, embalse, contenedores, y la
completa sustitución del sustrato.
MEZCLAS
Por otro lado surge una idea equivocada, muchas veces fruto del desconocimiento sobre los
sustratos, pretendiéndose hallar “fórmulas magistrales” y secretas. En la actualidad
disponiendo de la granulometría adecuada es posible crear sustratos puros de propiedades
equivalentes.
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REUTILIZACIÓN Y ECOLOGÍA
Durante la última década del pasado siglo XX la preocupación medio ambiental ha llevado a
considerar la necesidad de estudiar la reutilización de los materiales utilizados en la
agricultura, y en particular los sustratos. Frente a esto la posibilidad de utilizarlos más tiempo
y su incorporación como materia orgánica al suelo han sido los aspectos que más se han
valorado en el caso de la fibra de coco.
Si no existen enfermedades que afecten al cultivo, la fibra de coco puede ser mantenida
mucho tiempo, con la posibilidad ya comentada de ir adicionando material nuevo para
reponer la degradación sufrida a lo largo del cultivo. Por tanto, esto incide nuevamente en el
tema de el ahorro y en el interés por reutilizar.
Así vemos como el coco cumple con gran parte de las exigencias impuestas hoy en día a un
sustrato, en todo momento puede ser utilizado íntegramente en la más diversas aplicaciones
sin suponer un costo adicional para el agricultor.
En el primer caso para corteza de pino (CP), fibra de coco (FC), 2/3de fibra de coco y 1/3 de
corteza de pino (CP) e invirtiendo la proporción (PC), y por último turba rubia (TR); se
obtiene para cultivo de tomate var. Prisca (F1, Caillard), una producción más favorable,
bastante regular y de mayor calidad en relación a las demás muestras. Los datos obtenidos de
los drenajes recogidos no muestran grandes variaciones. Destaca baja retención de potasio y
mayor retención de calcio magnesio y nitrógeno en los primeros dos meses de cultivo. Esta
misma tendencia se muestra en el ensayo con perlita donde además se estudia el ión amonio
con similares consecuencias en lo referente a la absorción por parte de la fibra de coco. Pero
en este caso es posible que el amonio no solo sea retenido sino además transformado gracias a
las buenas propiedades para el establecimiento de bacterias nitrificantes que ofrece el sustrato.
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BIBLIOGRAFÍA
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