Visitas Al Santísimo Sacramento y A María Santísima
Visitas Al Santísimo Sacramento y A María Santísima
Visitas Al Santísimo Sacramento y A María Santísima
Sacramento
y a María Santísima
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TABLA DE CONTENIDOS
Fórmula breve
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¡Hiere e inflama mi pecho frío, que arda y se abrase siempre por
Ti!
Traducción castellana:
Cante la voz del Cuerpo más glorioso
El misterio sublime y elevado,
Y de la Sangre excelsa que, amoroso,
En rescate del mundo ha derramado,
Siendo fruto de un vientre generoso.
El Rey de todo el orbe, más sagrado.
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Reserva al Santísimo
Sacramento
Cántase siempre este himno:
Traducción castellana:
Demos, pues, a tan Alto Sacramento,
culto y adoración, todos rendidos,
y ceda ya el antiguo documento
a los ritos de nuevo instituidos:
constante nuestra fe dé suplemento
al defecto de luz de los sentidos.
Al Padre con el Hijo sea dado
júbilo, aplauso y gloria eternamente,
salud, virtud y honor interminado;
y al Espíritu de ambos espirado
sea gloria y honor no diferente.
Amén.
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V. Pan del cielo les disteis
R. Que contiene en sí todas las delicias.
ORÉMUS
R. Amen
OREMOS
R. Amén
Alabanzas a Jesús y
María en reparación de
las blasfemias
* Bendito sea Dios.
* Bendito sea su Santo Nombre.
* Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.
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* Bendito sea el nombre de Jesús.
* Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
* Bendita sea su preciosísima sangre.
* Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del altar.
* Bendita sea la Gloriosa Santa María Madre de Dios.
* Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
* Bendita sea su Gloriosa Asunción.
* Bendito sea el nombre de María Virgen y Madre.
* Bendito sea San José, su castísimo Esposo.
* Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.
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Visitas al Santísimo
Sacramento y a María
Santísima
Oración preparatoria para todos los días
Señor mío Jesucristo, que por amor a los hombres estáis día y
noche en ese Sacramento, lleno de misericordia y amor,
esperando, llamando y acogiendo a cuantos vienen a visitaros;
creo que estáis presente en el Santísimo Sacramento del Altar; os
adoro desde el abismo de mi nada, os doy gracia por todos los
beneficios que me habéis hecho, y especialmente por haberos
dado todo a mí en ese Sacramento, por haberme concedido por
abogada a María, vuestra Madre santísima y por haberme llamado
a visitaros en este lugar santo.
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voluntad. Os recomiendo las almas del Purgatorio, y en particular
las más devotas del Santísimo Sacramento y de María Santísima.
Os recomiendo también todos los pobres pecadores. Por fin, oh
Salvador amantísimo, uno todos mis afectos a los de vuestro
amantísimo Corazón, y así unidos los ofrezco a vuestro eterno
Padre, pidiéndole en vuestro nombre se digne aceptarlos, y oiga
mis súplicas por amor vuestro.
Visita al Santísimo
Comunión espiritual
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veces he merecido. Os amo, Señora amabilísima, y por el amor
que os tengo, os prometo serviros siempre y hacer todo lo posible
para que de los demás seáis también amada.
¡Oh, Madre mía! Por el amor que tenéis a Dios, os ruego que
siempre me ayudéis; pero mucho más en el último instante de mi
vida. No me desamparéis, mientras no me veáis salvo en el cielo,
bendiciéndoos y cantando vuestras misericordias por toda la
eternidad. Amén. Así lo espero, así sea.
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Visita 1ª
Se lee la Oración preparatoria para todos los días
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él ninguna criatura que quiera robarme parte de aquel amor que se
os debe y que yo consagro anteramente a Vos. Reinad en mí Vos
solo, amado Redentor mío; tomad sólo Vos posesión de todo mi
ser; y si alguna vez no os obedezco perfectamente, castigadme
con rigor, para que en adelante sea más diligente en complaceros
como Vos queréis.
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Se lee la Oración a María Santísima para todos los días
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Visita 2ª
Se lee la Oración preparatoria para todos los días
Pues, ¡oh Jesús mío!, ya que estáis en el Sagrario para oír las
súplicas de los miserables que acuden a pediros audiencia, oíd
ahora el ruego que os dirige el pecador más ingrato que vive entre
los hombre.
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Dad a conocer, ¡oh gran Señor!, a toda la corte del Cielo vuestro
sumo poder y bondad inmensa, convirtiendo a un rebelde
miserable, como soy yo, en un verdadero amante vuestro. Vos
podéis y queréis hacerlo. Suplid todo lo que me falta, a fin de que
llegue a amaros mucho, o, a lo menos, tanto cuanto os tengo
ofendido. Os amo, Jesús, sobre todas las cosas; os amo más que a
mi vida, Dios mío, amor mío y mi todo.
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Socorredme, pues, amorosamente; cubridme con las alas de
vuestro poderoso patrocinio, y no dejéis de protegerme hasta que
me halle en posesión de la patria bienaventurada.
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Visita 3ª
Se lee la Oración preparatoria para todos los días
Aquí me tenéis, Señor mío y Dios mío, ante este altar, donde
residís de día y de noche por mí. Vos sois la fuente de todo bien,
Vos el médico de todos los males, Vos el tesoro de todos los
pobres. Aquí tenéis ahora a vuestros pies a un pecador, el más
pobre y más enfermo de todos, que os pide misericordia; tened
compasión de mí. No quiero que mi propia miseria me desanime;
porque veo que en este Sacramento bajáis del Cielo a la tierra,
solamente para mi bien.
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Virgen Santísima, Santos protectores míos, Ángeles y
bienaventurados de la Gloria, ayudadme todos a amar a mi
amabilísimo Dios.
¡Oh, Santo Patriarca! Vos, que tanto deseáis ver amado a Jesús,
alcanzadme un ardiente amor para con este Redentor divino.
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Jaculatoria. Protegednos, bendito Patriarca, con paternal
amor.
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Visita 4ª
Se lee la Oración preparatoria para todos los días
Los de acá del Cielo, y los de allá de la tierra, hemos de ser unos
en el amor y pureza; los de acá viendo la esencia divina, y los de
allá adorando al Santísimo Sacramento, con el cual habéis de
hacer vosotros lo que nosotros con la esencia divina: nosotros
gozando, y vosotros padeciendo, que en esto nos diferenciamos.
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digno de mi amor; siento no amaros cuanto merecéis. Quisiera,
Señor, morir por amor vuestro. Aceptad mi deseo, y dadme
vuestro amor.
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Se lee la Oración a San José para todos los días
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Visita 5ª
Se lee la Oración preparatoria para todos los días
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Visita a María Santísima
Señora mía, San Bernardo os llama robadora de corazones. Dice
que vais robando los corazones con vuestra hermosura y bondad.
Robad también, os lo ruego, este corazón mío y toda mi voluntad.
Os la entrego toda; y unida a la vuestra, ofrecedla a Dios.
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Visita 6ª
Se lee la Oración preparatoria para todos los días
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Viva mi alma sólo para amaros; inflámese en amor con sólo
recordar el amor vuestro; y al oír mencionar el Pesebre, la Cruz,
el Sacramento, arda toda en deseos de hacer grandes cosas por
Vos, oh Jesús mío, que tanto habéis hecho y sufrido por mí.
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todo, buscando solamente la gloria de Dios y mi propia
santificación.
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Visita 7ª
Se lee la Oración preparatoria para todos los días
Este nuestro amoroso Pastor, que dio la vida por nosotros, sus
ovejas, no quiso ni aun muriendo separarse de otros. Aquí estoy -
dice-, ovejuelas amadas, siempre con vosotras; por vosotras me
quedé en este Sacramento, aquí me hallaréis, siempre que
quisiereis, para auxiliaros y consolaros con mi presencia. No os
dejaré hasta el fin del mundo, mientras permanezcáis en la tierra.
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Amaros será mi premio. Oh, Hijo amado del Eterno Padre, tomad
mi libertad, mi voluntad, todas mis cosas, y a mí mismo
enteramente, y daos a mí. Os amo y os busco, por Vos suspiro; os
quiero, os quiero, os quiero.
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Jaculatoria. San José, amparadme ahora y en la hora de mi
muerte
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Visita 8ª
Se lee la Oración preparatoria para todos los días
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conociesen el tierno amor que les tenéis, a fin de que todos
viviesen sólo para honraros y complaceros, como deseáis y
merecéis. Viva yo a lo menos siempre enamorado de vuestra
belleza infinita.
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ayudarla en todas sus necesidades, así en Nazaret, como en todas
partes.
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Visita 9ª
Se lee la Oración preparatoria para todos los días
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Mudadme, Señor mío, mudadme; no quiero vivir como en lo
pasado, tan ingrato y tan poco amante para vuestra bondad
infinita, que tanto me ama y merece infinito amor. Haced que, de
hoy en adelante compense todo el amor que he dejado de teneros
en la vida pasada.
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Jaculatoria. Aprended de mí, que soy manso y humilde
corazón.
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Visita 10ª
Se lee la Oración preparatoria para todos los días
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santas disposiciones; pues sé que, procediendo de vuestro
amoroso Corazón, amorosas y para mi bien han de ser todas ellas.
Dios mío, Dios mío, ayudadme; haced que desde hoy viva sólo
para Vos, sólo para querer lo que queráis sólo para amar vuestra
amable voluntad. Muera yo por vuestro amor, ya que Vos
moristeis por mí, y por mí os hicisteis alimento del alma.
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Visita al Patriarca San José
Dios constituyó a San José jefe y cabeza de la Sagrada Familia de
Nazaret, reducida en número, pero grande por la altísima dignidad
de los personajes que la componían. En aquella casa José manda,
y el divino Hijo obedece. Esta sujeción de Jesucristo, a la vez nos
demuestra su incomparable humildad y la gran dignidad de José,
superior a la de todos los demás Santos, si se exceptúa a la divina
Madre.
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Visita 11ª
Se lee la Oración preparatoria para todos los días
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Esta fue vuestra vida, ¡oh, primera Amante y Madre de mi Jesús,
María Santísima! Ayudadme, Señor, y alcanzadme que en lo
porvenir viva tan eternamente feliz en Dios, como Vos vivisteis.
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Visita 12ª
Se lee la Oración preparatoria para todos los días
Quien ama a Jesús, está con Jesús, y Jesús está con él." Cuando
San Felipe Neri comulgó por Viático, al ver entrar el Santísimo
Sacramento, exclamó: Aquí está el amor mío, aquí está el amor
mío. Diga, pues, cada uno de nosotros en presencia de Jesús
Sacramentado: Aquí está el amor mío; éste es y será el blanco de
mis amores, durante toda mi vida, por toda la eternidad.
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Se lee el Acto para la Comunión espiritual para todos los días
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Visita 13ª
Se lee la Oración preparatoria para todos los días
Mis ojos y mi corazón estarán ahí todos los días." He aquí cómo
Jesús cumple esta su hermosísima promesa en el Sacramento del
Altar, donde con nosotros se halla de noche y de día.
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entrar dentro de nosotros. Ardéis en deseos de que os recibamos,
y gustáis de uniros a nosotros.
Venid, pues, Jesús mío, venid; deseo recibiros dentro de mí, para
que seáis el Dios de mi corazón y de mi voluntad. Cuanto es de
mi parte, Redentor mío amabilísimo, ceda a vuestro amor:
satisfacciones, placeres, voluntad propia..., todo os lo sacrifico.
Os amo, Dios mío, os amo, y por siempre a Vos sólo quiero amar.
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Visita 14ª
Se lee la Oración preparatoria para todos los días
¡Ah, Señor mío!, ¿por qué perdí tantos años en que no os amaba?
Años míos infelices, os maldigo y bendigo a Vos, ¡oh paciencia
infinita de mi Dios!, que tanto tiempo me habéis sufrido, siendo,
como era, ingrato a vuestro amor.
Mas con ser tan ingrato me esperasteis...¿Por qué, Dios mío, por
qué? Para que vencido algún día de vuestro amor y misericordia,
me entregase del todo a Vos. No quiero, Señor, resistir más; no
quiero más ser desagradecido.
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Os amo con todo mi corazón, os amo sobre todas las cosas, os
amo más que a mi mismo, más que a mi vida. Me arrepiento de
haberos ofendido, bondad infinita; perdonadme, y junto con el
perdon, concededme la gracia de que os ame hasta la muerte en
esta vida, y por toda la eternidad en la otra.
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Si la voz de María bastó para santificar al Bautista y llenar del
Espíritu Santo a Isabel, ¿a qué santidad tan elevada no subiría la
bellísima alma de José, conversando por espacio de tantos años
con la Madre Dios? Y si María es la dispensadora de todas las
gracias que Dios concede a los hombres, ¿con cuánta profusión no
enriquecería de ellas a su castísimo Esposo?
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Visita 15ª
Se lee la Oración preparatoria para todos los días
Jesús mío haced que arda por Vos; haced que no piense, ni
suspire, ni desee, ni busque cosa laguna fuera de Vos. ¡Dichoso
yo si este vuestro santo fuego me inflamase, y, el paso que se
fuesen consumiendo mis años, fueran felizmente destruyéndose
en mí todos los afectos terrenos!
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Deseo la gracia, a tantos mártires concedida, de morir por vuestro
amor. Mas, si no soy digno de tal merced, concededme a lo
menos que os sacrifique mi vida, con toda mi voluntad, abrazando
la muerte que de Vos me fuere enviada. Señor, anhelo esta gracia;
quiero morir con la voluntad de honraros y complaceros, y desde
ahora os sacrifico mi vida, y os ofrezco mi muerte, sea cual fuere
y cuando quiera que venga.
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viéndose, con María, echados de Belén, y obligados a guarecerse
en un establo.
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Visita 16ª
Se lee la Oración preparatoria para todos los días
¿Por qué, pues, hijos de Adán (parece que nos dice el Redentor),
os quejáis de vuestros males, cuando tenéis en este Sacramento el
médico y el remedio de todos ellos? Venid a Mí todos...y yo os
aliviaré.
Diré, pues, con las hermanas de Lázaro: Ved que está enfermo el
que amáis. Señor, yo soy aquel miserable a quien amáis; tengo el
alma llena de llagas, por los pecados que he cometido. Vengo a
Vos, divino médico mío, a que me sanéis; y si queréis, podéis
sanarme. Sanad, pues, mi alma; porque pequé contra Vos.
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Se lee el Acto para la Comunión espiritual para todos los días
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Visita 17ª
Se lee la Oración preparatoria para todos los días
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Jaculatoria. Jesús mío, ¿cuándo os amaré de veras?
Justo es, pues, Madre mía amabilísima, que os ame yo. Mas no
me contento sólo con amaros, sino que deseo, ahora en la tierra y
después en el Cielo, ser, después de Dios, el que más os ame. Y si
tal deseo es harto atrevido, cúlpese a vuestra amabilidad, y al
especial amor que me habéis demostrado; que si fueseis menos
amable, menos desearía yo amaros.
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la muerte, y envió un Ángel para avisar a José que tomase al Niño
y asu Madre y huyesen a Egipto. Y al punto José emprende aquel
viaje largo y penoso.
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Visita 18ª
Se lee la Oración preparatoria para todos los días
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amor, más llamas que me estimulen siempre a amaros y a desear
siempre complaceros.
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encontrar a cada paso los soldados de Herodes; y todo esto en lo
más crudo del invierno.
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Visita 19ª
Se lee la Oración preparatoria para todos los días
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¡Oh, Dios, océano incomprensible! Ya que sois tan benigno, que
para estar junto a nosotros os dignáis descender a nuestros altares,
propongo visitaros con frecuencia; quiero gozar lo más que me
sea posible de vuestra presencia dulcísima, que hace
bienaventurados a los Santos en la Gloria. ¡Oh, si pudiese
permanecer siempre ante Vos, para adoraros y amaros
continuamente!
Siempre doy gracias a Dios, ¡oh, Señora mía!, porque hizo que yo
os conociese. ¡Pobre de mí, si no os conociera, o si me olvidase
de Vos! Gran riesgo correría mi salvación. Pero yo, Madre mía,
os bendigo, os amo y confío en Vos, y en vuestras manos pongo
mi alma.
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Jaculatoria. ¡Oh, María!, dichoso quien os conoce y en Vos
confía.
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Visita 20ª
Se lee la Oración preparatoria para todos los días
En aquel día -dice el Profeta- habrá una fuente abierta para la casa
de David y para los moradores de Jerusalén, en la cual se lave el
pecador." (Zac. 13, 1.) Jesús en el Santísimo Sacramento es esta
fuente, que el profeta predijo, abierta para todos, y en la cual,
siempre que lo quisiéremos, podemos lavar nuestras almas de
todas las manchas de los pecados que cada día cometemos.
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una palabra, sino que permanecía ante su amado Señor todo el
tiempo de que podía disponer.
Oíd, pues, qué cosa os pido: pobre pecador soy, que merece mil
infiernos. Quiero mudar de vida; quiero amar a mi Dios, a quien
tanto he ofendido. A Vos me ofrezco por esclavo; a Vos me
entrego, mísero como soy. Salvad, os digo, a quien es vuestro, y
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ya no suyo. Señora mía, ¿me habéis oído? Espero que me habréis
escuchado y atendido favorablemente.
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Visita 21ª
Se lee la Oración preparatoria para todos los días
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miserias: aquí vengo, a Vos me acerco. Convertidme enteramente;
arrojad de mí todo amor que no sea para Vos, todo deseo que no
os agrade, todo pensamiento que a Vos no se dirija. Jesús mío,
amor mío, sólo a Vos quiero dar gusto.
Verdad es que he sido reo de graves delitos a los ojos del Señor,
multiplicando mis agravios después de tantos beneficios y gracias
como me ha concedido; pero el mal, hecho está, y Vos podéis
salvarme. Basta que digáis a Dios que Vos me defendéis, y Él me
perdonará y me salvaré.
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María y José sabían cuanto los profetas habían predicho de Jesús;
y es de creer que hablarían muy a menudo de su dolorosa Pasión
y Muerte, meditándola con ternura.
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Visita 22ª
Se lee la Oración preparatoria para todos los días
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Ayudadme con vuestra gracia.
Haced que yo, mísero esclavo del infierno, sea desde hoy feliz
esclavo de vuestro amor.
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pensar de las llamas de santa caridad que se encenderían en el
corazón de José conversando por espacio de cerca de treinta años
con Jesucristo, acariciándole y recibiendo las caricias de aquel
amado Niño?
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Visita 23ª
Se lee la Oración preparatoria para todos los días
Pues si los peregrinos tienen por gran ventura, como dice San
Paulino, traer de aquellos Santos Lugares un poco de polvo del
pesebre, o del sepulcro del Señor, ¿con qué fervor no debiéramos
nosotros ir a visitarle en el Santísimo Sacramento, donde está el
mismo Jesús en persona, sin ser preciso para hallarle correr tantos
trabajos ni peligros?
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Sacramento me saca fuera de mí. No puedo dejar de hablar del
Santísimo Sacramento, que tanto merece ser amado. No sé qué
hacer por Jesús Sacramentado."
¡Oh, Jesús mío!, dadme a conocer la grandeza del amor que tenéis
a los hombres, a fin de que a vista de tanto incendio de caridad,
crezca en mí cada vez más el deseo de amaros y complaceros. Os
amo, Señor amabilísimo; y quiero amaros siempre sólo para
agradaros.
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recurre. Así, pues, Señora mía, si queréis salvarme, haced que
siempre os invoque y que en Vos confíe.
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Visita 24ª
Se lee la Oración preparatoria para todos los días
A vista, pues, del extremo a que llega, ¡oh, amado redentor mío!,
el amor que tenéis a los hombres, quedó, Dios mío, fuera de mí, y
no sé que decir. Vos por este Sacramento llegáis por amor a
esconder vuestra Majestad, y abatir vuestra gloria, y destruir y
anonadar vuestra vida divina. Y mientras estáis en los altares,
parece que no tenéis otro ejercicio que el de amar a los hombres,
y patentizarles el cariño que les profesáis. Y ellos, ¿con qué
gratitud lo recompensan, oh, hijo excelso de Dios?
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creen, en vez de reparar con sus obsequios tantos ultrajes, o
vienen a los templos a disgustaros más con sus irreverencias, u os
dejan olvidado en los altares, desprovistos a veces hasta las luces,
o de los necesarios ornamentos.
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mercedes, que os creéis ofendida, como dice San Buenaventura,
de quien no os pide gracias.
Protector mío San José: mis pecados me han merecido, sin duda,
una mala muerte; pero si Vos me defendéis, no me perderé.
Alcanzadme en la última hora particular asistencia de Jesús y de
María.
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Visita 25ª
Se lee la Oración preparatoria para todos los días
Bien sé que en ese altar estáis amándome con aquel mismo amor
que me tuvisteis cuando consumasteis en la Cruz el sacrificio de
vuestra divina vida en medio de tantas amarguras. Ilustrad, ¡oh
Corazón divino!, a los que no os conocen, para que os conozcan.
Librad del Purgatorio con vuestros merecimientos a aquellas
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almas afligidas, que son ya vuestras eternas esposas, o, al menos,
aliviadlas.
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dice que María es un Arca más amplia, más fuerte y más piadosa.
Pocos fueron los hombres y animales que aquella recibió y salvó;
mas esta nuestra Arca salvadora recibe a cuantos se acogen bajo
su pabellón, y a todos seguramente los salva.
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Visita 26ª
Se lee la Oración preparatoria para todos los días
Razón tenéis, Señor, razón tenéis: yo soy uno de esos ingratos que
os dejan solo, sin venir siquiera a visitaros. Castigadme como
quisiereis; mas no con el castigo que merecería de verme privado
de vuestra presencia; no, Dios mío, que yo quiero enmendarme de
la descortesía y desatención con que os he tratado; y deseo de hoy
en adelante, no sólo visitaros a menudo, sino detenerme con Vos
cuanto pudiere.
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¡Oh, fuego consumidor!, destruid en mí todo apego a las cosas
creadas, porque sólo ellas pueden hacerme infiel y alejarme de
Vos.
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Visita al Patriarca San José
Es indudable -escribe San Bernardino de Siena- que Jesucristo no
ha olvidado en el Cielo la familiaridad y el respeto que profesó en
la tierra a San José; al contrario, es de, creer que estos
sentimientos de un verdadero hijo para con su padre son al
presente más vivos y profundos."
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Visita 27ª
Se lee la Oración preparatoria para todos los días
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Tiempo hubo en que yo también me cansaba de estar en vuestra
presencia, porque no os amaba, o porque os amaba muy poco;
mas si logro con vuestra gracia amaros mucho, entonces no me
cansaré de perseverar a vuestras plantas en este Sacramento.
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Escribía Santa Teresa: "Es cosa que espanta las grandes mercedes
que me ha hecho Dios, por medio de San José, de los peligros que
me ha librado, así de cuerpo como de alma... No he conocido
persona que de veras le sea devota y haga particulares servicios,
que no la vea más aprovechada en la virtud... Sólo pido, por amor
de Dios, que lo pruebe quien no me creyere."
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Visita 28ª
Se lee la Oración preparatoria para todos los días
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perseverancia, la gloria, y, sobre todo, el sumo don de vuestro
perfecto amor. Bien veo que yo soy quien a todo pongo
impedimento; pero aun esto, Vos lo remediaréis.
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Se lee la Oración a María Santísima para todos los días
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Visita 29ª
Se lee la Oración preparatoria para todos los días
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Veo que os quedasteis en este Sacramento, no sólo con el fin de
premiar a los que os aman, sino también para enriquecer a los
pobres con vuestros bienes.
Unidme, Señor mío, del todo con Vos; haced que aun de mí
mismo me olvide, a fin de que llegue un día en que
venturosamente me desprenda de todas las cosas y hasta de mí
mismo, para hallaros a Vos solo, amándoos siempre. Os amo,
Señor mío Sacramentado; a Vos me entrego, A vos me uno, haced
que os encuentre, haced que os ame, y nunca os apartéis de mí.
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Mostrad al Paraíso cuán poderosa sois. Mostrad, entre tantos
prodigios, esta otra maravilla de vuestra misericordia, uniendo
enteramente con Dios a quien tan lejos de Dios estaba.
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Visita 30ª
Se lee la Oración preparatoria para todos los días
¡Ah, Jesús mío! ¿Qué invención pudo haber más amorosa que
esta del Santísimo Sacramento, en el cual os ocultáis bajo las
especies de pan, a fin de que os amen y puedan hallaros en la
tierra cuantos lo deseen? Razón tenía el Profeta al decir que
clamasen los hombres y pregonaran y publicaran por todo el
mundo hasta qué punto llegan las invenciones del amor que nos
tiene nuestro buen Dios.
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mí tuvisteis al morir en el Calvario; y que por esto tenéis grande
deseo de unirme enteramente a Vos.
Haced Vos, Señor mío, que así lo ejecute, de suerte que de hoy en
adelante todas mis obras, sentimientos y afectos se conformen
enteramente con vuestro beneplácito.
Os diré, pues, hoy y siempre, con las palabras del devoto Blosio:
¡Oh, María Santísima!, en esta gran batalla que con el infierno
tengo empeñada, ayudadme siempre, y cuando veáis que me hallo
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vacilante y próximo a caer, tendedme entonces, ¡oh, Señora mía!,
aún más presto vuestra mano, y sostenedme con más fuerza.
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Visita 31ª
Se lee la Oración preparatoria para todos los días
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Jesús mío, enamorado de las almas!, bien conozco el agravio que
os hacen los hombres. Los amáis y no sois amado; les hacéis bien,
y recibís desprecios; queréis que oigan vuestra voz, y no os
escuchan; les ofrecéis vuestras gracias, y no las admiten.
Jaculatoria. ¡Dios mío, Dios mío, vuestro soy, y Vos sois mío!.
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peligros, la clementísima Señora se compadece de nosotros y nos
socorre con amor de madre.
Jaculatoria. ¡Oh, María, Madre mía, haz que sea tuyo siempre!
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