TDUEX 2020 Mancha Ramirez
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TDUEX 2020 Mancha Ramirez
en Ciencia y Tecnología
2020
TESIS DOCTORAL
en Ciencia y Tecnología
Fdo.: Dra. Mª del Henar Prieto Losada Fdo.: Dr. David Uriarte Hernández
2020
Para la realización de este trabajo se ha contado con el apoyo institucional de los proyectos
del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) (RTA2008-
00037-C04-00), (RTA2009-00026-C02-02), (RTA2012-00029-C02-01) y de la Junta de
Extremadura (LOI 1303020/1).
A mis padres
AGRADECIMIENTOS
Figura 2.2. Evolución mensual del Déficit de Presión de Vapor (DPV) (A) y de la
Radiación neta (Rn) (B) para los años objeto de estudio (2010-2011-2012). .................. 80
Figura 2.3. Evolución estacional de los parámetros de CropSyst en 2010 para cv.
Tempranillo, después de su parametrización. Coeficiente de extinción de luz (Kc) (A),
coeficiente de partición tallo/hoja (stem/leaf partition) (B), el coeficiente de cultivo para
una total cobertura del dosel vegetal (Kcfc) (C), máxima extracción de agua por parte
de la planta en mm día-1 (Umax) (C). ................................................................................ 82
Figura 2.6. Relación lineal entre los valores de Fracción de intercepción de Radiación
PAR (FiPAR) simulados mediante CropSyst y medidos en campo durante los años
2011 y 2012. Número de observaciones n = 24. ............................................................ 87
Figura 2.7. Evolución estacional de la ETc, en el año 2011 (A) y 2012 (C), y el k c, en
el año 2011(B) y 2012 (D), simulados por CropSyst y medidos en el lisímetro. Las
líneas representan las líneas de tendencia de las evoluciones ajustadas a una
polinómica de orden 2. ................................................................................................... 88
Figura 2.8. Relación lineal entre los valores de evapotranspiración del cultivo (ET c)
(A) y coeficientes de cultivo (Kc) (B) simulados mediante CropSyst y medidos en
campo durante los años 2011 y 2012. Número de observaciones n = 273. .................... 89
XV
Figura 2.9. Relación lineal entre los valores de potencial hídrico de tallo (tmd)
simulados mediante CropSyst y medidos en campo durante las campañas 2011 y
2012. Número de observaciones n = 35. ......................................................................... 90
Figura 3.3. Evolución anual de las variables meteorológicas durante los años de
estudio 2012, 2013, 2014 y 2015. Temperatura media (Tam) en ºC y Precipitación (P)
en mm en los gráficos E, F, G y H. Radiación solar media (Rs) en MJ m -2 día-1 y
Déficit de Presión de Vapor medio (DPV)en kPa día-1, en los gráficos A, B, C y D. ...... 112
Figura 3.4. Evolución estacional del Índice del Área Foliar (LAI), gráficos A, B, C y D.
Fracción de Intercepción de Radiación PAR (FiPAR), gráficos E, F, G y H. Potencial
hídrico de tallo a mediodía (tmd) en MPa, gráficos I, J, K y L de los tratamientos
planteados (Riego y Secano), en los años 2012, 2013, 2014 y 2015. ........................... 115
Figura 3.6. Evolución semihoraria a lo largo del día de la Transpiración obtenida con
los sensores de flujo de savia por unidad de área foliar de las cepas (TSF/AF), para los
tratamientos de Riego (R) y Secano (S) y de la Radiación solar (Rs), para los meses
de junio (A), julio (B), agosto (C), septiembre (D) y octubre (E) del año 2012, y valores
de Potencial hídrico de tallo a mediodía (Ѱtmd). ............................................................. 121
Figura 3.7. Evolución semihoraria a lo largo del día de la Transpiración obtenida con
los sensores de flujo de savia por unidad de área foliar de las cepas (TSF/AF), para los
tratamientos de Riego (R) y Secano (S) y de la Radiación solar (Rs), para los meses
de mayo (A), junio (B), julio (C), agosto (D), septiembre (E) y octubre (F) del año
2014, y valores de potencial hídrico de tallo a mediodía (Ѱtmd). .................................... 122
XVI
Figura 3.8. Relación entre la Evapotranspiración del cultivo obtenida con sensores de
flujo de savia (ETcSF) y la Evapotranspiración del cultivo obtenida mediante lisímetro
de pesada (ETcLys), durante el periodo vegetativo correspondiente a los años 2012,
2013, 2014 y 2015, en condiciones de riego. La relación se ajustó a un modelo lineal
simple n=378. ***, indica que el factor fue significativo en p < 0,001. ...........................123
Figura 3.9. Relación entre la Transpiración obtenida con sensores de flujo de savia
(TSF) y el desarrollo vegetativo de las cepas, determinado mediante FiPAR y el LAI,
durante el periodo vegetativo correspondiente a los años 2012, 2013, 2014 y 2015 en
condiciones no limitantes de agua y en condiciones de secano. La relación se ajustó a
un modelo lineal simple, siendo el número de valores (n) para el gráfico A:
Tratamiento de riego (n = 36), Tratamiento de secano (n = 30); para el gráfico B:
Tratamiento de riego (n = 23), Tratamiento de secano (n = 22). *, **, ***, indican que el
factor fue significativo en p < 0,05, p < 0,01 y p < 0,001, respectivamente. ...................124
Figura 4.1. Evolución estacional del potencial hídrico de tallo medido a mediodía
(ψtmd) en los 4 tratamientos de riego en los años A) 2009, B) 2010 y C) 2011. Cada
punto es la media de las 4 parcelas elementales en carga alta. Las barras
representan el error estándar de la media. ....................................................................154
Figura 4.2. Evolución estacional del potencial hídrico de tallo medido a mediodía
(ψtmd) en el tratamiento secano (T1) y ETo obtenida en el lisímetro de pesada de
pradera en los años A) 2009, B) 2010 y C) 2011. Cada punto de ψtmd representa el
valor medio de 4 subparcelas en carga alta. .................................................................155
Figura 4.3. Relación entre el valor medio para todo el ciclo de cultivo del potencial
hídrico del tallo medido a mediodía y la producción de materia seca Total (g/cepa) y
desglosada en materia seca de racimos y materia seca de los órganos vegetativos. **,
***, indica una significación en p < 0,01 y p < 0,001, respectivamente. .........................163
Figura 4.4. Relación entre la radiación PAR estacional interceptada por el viñedo (RI)
y la producción de materia seca Total (g/m2), desglosada en materia seca Productiva
y materia seca Vegetativa. * indica una significación en p < 0,05; ns, no significativo. ..164
XVII
XVIII
ÍNDICE DE TABLAS
Tabla 3.1. Producción en kg/ha para los distintos manejos de riego, durante los años
de estudio 2012, 2013, 2014 y 2015 ................................................................................. 114
Tabla 3.3. Valores medios diarios, para cada mes de abril a octubre, de los cuatro años
de estudio, de la Evapotranspiración de referencia (ETo PM), Evapotranspiración de
cultivo obtenida en el lisímetro (ETcLys), Evapotranspiración de cultivo, obtenida con
los sensores de flujo de savia (ETcSF) en el tratamiento de Riego, Coeficiente de cultivo
obtenido del lisímetro (KcLys), Coeficiente de cultivo obtenido con TSF + E (KcSF),
Evaporación (E), Transpiración obtenida con los sensores de flujo de savia en el
tratamiento de Riego (TSFriego) y Transpiración obtenida con los sensores de flujo de
savia en el tratamiento de Secano (TSFsecano). ................................................................... 120
Tabla 4.2. Estados fenológicos expresados en Día del Año (DDA) y Grados Día (GD) en
los años 2009, 2010 y 2011............................................................................................... 152
XIX
Tabla 4.3. Promedio del potencial hídrico de tallo a mediodía (ψtmd) para los periodos
de Pre-envero y Post-envero y para ambos periodos (Total) en los 4 tratamientos de
riego y dos niveles de carga en los años 2009, 2010, 2011. ............................................. 156
Tabla 4.4. Fracción de intercepción de radiación PAR (FiPAR) en % (valores medios por
periodos) de los tratamientos de manejo de riego en carga alta en los periodos de Pre-
envero, Post-envero y Total, correspondientes a los años 2009, 2010 y 2011. ............... 157
Tabla 4.6. Características del mosto (SST, pH, Ac. Total, Antocianos e IPT),
correspondiente a los años 2009, 2010 y 2011. ............................................................... 161
Tabla 4.8. Eficiencia en el Uso del Agua de la vegetación (EUAv) y producción (EUAp)
de los distintos tratamientos de riego en carga alta, correspondiente a los años 2009,
2010 y 2011. ...................................................................................................................... 165
Tabla 4.9. Relación entre el estado hídrico anual de los tratamientos en carga alta, en
pre-envero y en post-envero con parámetros de calidad, mediante función lineal. ....... 169
XX
ÍNDICE DE IMÁGENES
Imagen 2.1. Vista en superficie del lisímetro de pesada de viña durante uno de los
ciclos de tapado. ................................................................................................................. 73
Imagen 3.1. Vista en superficie del lisímetro de pesada utilizado en el estudio ............. 108
Imagen 3.2. Detalle de instalación del sensor de flujo de savia. ..................................... 110
XXI
XXII
LISTA DE SÍMBOLOS Y ABREVIATURAS
XXIII
Símbolo Término Unidad
Cmax Conductancia hidráulica de la planta mm día-1 MPa-1
DPV Déficit de Presión de Vapor kPa
Tm Temperatura media diaria °C
Tamáx Temperatura máxima °C
Tamín Temperatura mínima °C
ψh Potencial hídrico de hoja MPa
Potencial hídrico del suelo a capacidad de MPa
Ψfc
campo
Mínimo potencial hídrico de la planta que no MPa
Ψl,sc
limita la transpiración
ψt Potencial hídrico de tallo MPa
ψtmd Potencial hídrico de tallo a mediodía solar MPa
R2 Coeficiente de determinación
Rs Radiación solar MJ m-2
Máxima extracción de agua para un mm día-1
Umáx
desarrollo máximo
Vv Velocidad del viento m s-1
Abreviatura Término
XXIV
RESUMEN
XXV
La totalidad de este estudio se llevó a cabo, durante los años 2009 a 2015, en
un viñedo experimental cv. Tempranillo de 1,8 ha, situado en la Finca La Orden del
Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (CICYTEX),
localizado en las Vegas Bajas del Guadiana. Esta parcela disponía de un lisímetro de
pesada en viña, y estaba aneja a otra parcela en la que se encontraba una estación
agrometeorológica.
En esta parcela se establecieron 4 tratamientos de riego, cada uno de ellos con
4 repeticiones. El diseño fue de bloques al azar y parcelas divididas, estableciéndose
como factor principal el riego, y la carga de cosecha como factor secundario. Los
tratamientos de riego fueron:
T4: riego al 100 % ETc durante todo el ciclo.
T3: riego al 75 % ETc en pre-envero y al 25 % ETc en post-envero.
T2: riego al 25 % ETc en pre-envero y al 75 % ETc en post-envero.
T1: Secano
Sobre los tratamientos T1, T2 y T3, se establecieron dos niveles de cosecha,
ajustada mediante aclareo de racimos en el cuajado.
Para alcanzar el primer objetivo (Capítulo 4), se llevó a cabo un ensayo durante
los años 2009 a 2011, observándose como el grado de estrés hídrico que se puede
inducir en las cepas está muy condicionado por la demanda evaporativa del ambiente,
y como el estado hídrico en el periodo de pre-envero es más determinante a la hora
de influir en los parámetros productivos. Por otra parte, se observó que la carga de
cosecha no influye en el estado hídrico de las cepas, pero sin embargo el estado
hídrico si condiciona la producción de materia seca de las mismas. En cuanto a los
parámetros de calidad de los mostos, en nuestro estudio no se apreció que el riego
afectara a su calidad, presentándose el aclareo de racimos temprano como una
opción para mejorar la relación fuente-sumidero, en años de elevadas producciones,
mejorando la calidad de los mostos.
Para evaluar la capacidad de determinación del consumo hídrico de las cepas
por parte del modelo de simulación de cultivos (CropSyst, CS) (Capítulo 2), se llevó a
cabo un estudio durante los años 2010 a 2012, centrado en la zona del viñedo
experimental en la que se encontraba el lisímetro de pesada y en un solo manejo de
riego (100 % ETc). Durante el año 2010 se procedió a realizar el ajuste de los
XXVI
principales parámetros del modelo, usando como referencia los datos obtenidos en el
lisímetro de pesada, mientras que en los años siguientes (2011 y 2012) se procedió a
realizar una validación de los ajustes iniciales. Con todo esto, se pudo apreciar como
el modelo de simulación de cultivos CropSyst, es una herramienta útil a la hora de
determinar el consumo potencial de un viñedo, pero que la robustez de este modelo
se ve algo alterada por las intervenciones de manejo de la vegetación en el cultivo.
Por último, y en el tercer capítulo de este trabajo, se pretendió ajustar los
sensores de flujo de savia al cultivo de la vid y evaluar su fiabilidad en la
determinación de consumos hídricos en el viñedo. Para ello, se llevó a cabo un estudio
durante los años 2012 a 2015, centrado en dos manejos de riego, secano y 100 % ETc,
instalando 4 sensores de flujo de savia por manejo de riego, en la zona del viñedo
experimental en la que se encontraba el lisímetro de pesada, monitorizando las dos
cepas del lisímetro por sendos sensores de flujo de savia. Los resultados obtenidos en
este estudio mostraron, en ausencia de limitaciones hídricas, una buena correlación
entre los datos obtenidos a partir del lisímetro de pesada y los sensores de flujo de
savia, así como entre la transpiración obtenida por los sensores de flujo de savia y el
desarrollo vegetativo para las dos situaciones hídricas planteadas. Por tanto, se
recomienda la medida de la transpiración mediante sensores de flujo de savia como
una herramienta adecuada para determinar el consumo potencial de un viñedo en
situaciones no limitantes de agua.
XXVII
SUMMARY
Optimizing the use of irrigation water in the vineyards, adapting the schedules
to obtain a certain production and quality is one of the objectives of modern
viticulture, which can only be achieved by having the knowledge necessary scientists
on the water needs of the vineyards and their response to water inputs. Controlled
deficit irrigation (RDC) has been presented as a good strategy to save water in the
irrigation of woody species, which entails a certain risk related to production losses or
inadequate ripening. These risks come to be better understood when considering the
wide spectrum of possible cultivation conditions, motivated by the combinations
between Climate x Soil x Cultivation Techniques x Vigour of the plant, and highlights
the need to deepen the knowledge of the answer of the plant against the water
deficit in each of the phenological stages, key to the characteristics of the final
harvest.
The main objective of this work was to generate the necessary knowledge to
propose a more efficient use of irrigation in the vineyards of red grapes in temperate
and semi-arid climates such as Extremadura, adapting the moments and doses of
irrigation to the productive objectives. For this, it was proposed, on the one hand, to
evaluate the effect of the moment and intensity of application of the deficit irrigation,
on productive and qualitative parameters in the grapevine (cv. Tempranillo) in
combination with different levels of production adjusted by clusters thinning, under
the semi-arid conditions of Extremadura, and on the other, and in view of the absence
of a simple and rapid method for the determination of water consumption in vine
(ETc), evaluate as an alternative the use of a crop simulation model (CropSyst, CS ) as a
Decision Support System (DSS), as well as assessing the determination capacity of the
ETc of the vine of sap flow sensors (Sap Flow), presenting both methodologies as
alternatives to direct measurements made by weighing lysimeter, that can be offered
to the viticultural sector in irrigation management.
The whole of this study was carried out, during the years 2009 to 2015, in an
experimental vineyard cv. Tempranillo 1.8 ha, located in the Agricultural Research
XXVIII
Institute "Finca La Orden-Valdesequera", located in Las Vegas Bajas del Guadiana. This
plot had a weighing lysimeter in the vineyard, and was attached to another plot in
which there was an agrometeorological station.
In this plot, 4 irrigation treatments were established, each of them with 4
replications with a random block design and divided plots, establishing irrigation as
the main factor, and the harvest load as a secondary factor and irrigation treatments
being established:
T4: irrigation to 100 % evaportranspirative demand (ETc)
throughout the cycle.
T3: irrigation at 75 % ETc in pre-veraison and 25 % ETc in post-
veraison.
T2: irrigation at 25 % ETc in pre-veraison and 75 % ETc in post-
veraison.
T1: Rainfed.
Treatments T1, T2 and T3, established two crop load, adjusted by thinning
cluster on fruit set.
To reach the first objective (Chapter 4), an experiment was carried out during
the years 2009 to 2011, observing how the degree of water stress that can be induced
in vine is very conditioned by the evaporative demand of the environment, and as
water status in the pre-veraison period is more decisive when influencing the
productive parameters. On the other hand, it was observed that the crop load does
not influence the water status on vine, but nevertheless the water status does
condition the dry matter production of the same ones. Regarding the quality
parameters of the musts, in our study it was not appreciated that the irrigation
affected its quality, presenting the early cluster thinning as an option to improve the
source-sink relationship, in years of high production, improving musts quality.
In order to evaluate the capacity of determination of the water consumption
on vine by the crop simulation model (CropSyst, CS) (Chapter 2), a study was carried
out during the years 2010 to 2012, focusing this study in the area of the experimental
vineyard in which the weighing lysimeter was located and in a single irrigation
management (100 % ETc). During 2010, the main parameters of the model were
adjusted, using as a reference the data obtained in the weighing lysimeter, while in
XXIX
the following years (2011 and 2012) a validation of the initial adjustments was carried
out. With all this, it was possible to appreciate how the CropSyst crop simulation
model is a useful tool when determining the potential consumption of a vineyard, but
that the robustness of this model is somewhat altered by the management
interventions of the vegetation in the crop.
Finally, and in the third chapter of this work, it was intended to adjust sap flow
sensors on vine and evaluate its reliability in the determination of water consumption
in the vineyard, for which a study was carried out during the years 2012 to 2015,
focused on two irrigation management, rainfed and 100 % ETc, installing 4 sap flow
sensors for irrigation management, in the area of the experimental vineyard in which
the weighing lysimeter was located, being monitored the two vine of the lysimeter by
two sap flow sensors. The results obtained in this study showed, in the absence of
water limitations, a good correlation between the data obtained from the weighing
lysimeter and the sap flow sensors, as well as between the transpiration obtained by
the sap flow sensors and vegetative growth for the two hydric situations raised.
Therefore, the measurement of transpiration by sap flow sensors is suggested as an
adequate tool to determine the potential consumption of a vineyard in non-water
limiting situations.
XXX
CAPÍTULO 1
INTRODUCCIÓN
GENERAL
Introducción General
33
Capítulo 1
de riego. Las previsiones señalan a España como uno de los países que se verán más
castigados por el déficit hídrico para el año 2040.
En la reciente Cumbre del Clima 2019, celebrada en Nueva York, se ha
propuesto dar soluciones ambiciosas en seis áreas de actuación, entre las que se
encuentra el “Establecimiento de una Agricultura Sostenible”, lo que pasa
necesariamente por un uso eficiente de los recursos naturales, formando parte
importante el agua. Destacando el anuncio de la Unión Europea de destinar al menos
el 25 % de su presupuesto a actividades relacionadas con el clima.
En este marco, un enfoque razonable es marcar como objetivo maximizar la
productividad del agua (producción por unidad de agua aplicada). Si tenemos en
cuenta que tan sólo el agua transpirada influye en la productividad del cultivo (Fereres
et al., 2012), un primer paso es adoptar medidas que minimicen las pérdidas de agua
no utilizada por el cultivo (escorrentía, percolación y evaporación), prestando especial
atención a los requerimientos hídricos de los cultivos, aplicando el agua necesaria
para cumplir las expectativas productivas deseadas. Ello implica conocer con precisión
las necesidades hídricas del cultivo a lo largo de todo su ciclo y, además, determinar
los estados fenológicos más sensibles al déficit hídrico con el fin de poder diseñar las
estrategias de riego más efectivas y eficaces que cumplan con los objetivos específicos
de cada explotación agrícola y maximicen la eficiencia del uso del agua.
En Extremadura la capacidad de embalse es de 14.300 hm3, la mayor del
conjunto de las regiones de España, con una superficie de riego de 282.890 ha
(ESYRCE, 2019). Con estas cifras, en la mayoría de los casos, nos encontramos con
regadíos bien dotados, con agua de buena calidad para el riego y con precios
variables, pero bajos, asociados al coste energético. Sin embargo, también en esta
región se sufren periodos cíclicos de sequía que han llegado a comprometer las
producciones e incluso la supervivencia de los cultivos permanentes. Por otro lado,
existen regadíos infradotados, como es el caso de los regadíos de montaña del norte
de Cáceres.
La superficie de riego se ha incrementado en los últimos años y junto con el
aumento de la demanda de agua por parte de otros usuarios, han hecho que los
nuevos regadíos en Extremadura, como los de Tierra de Barros, se contemplen ya con
34
Introducción General
35
Capítulo 1
vitícola y olivarera.
La producción científica relativa a la respuesta al riego del viñedo se ha
incrementado considerablemente en España desde la derogación de la prohibición de
riego en la vid (García-Escudero et al., 1997; Lisarrague, 1997; Rubio, 2002; Intrigliolo
y Castel, 2010; Uriarte et al., 2015, 2016; Santesteban et al., 2019), si bien, aún existe
escasa información relativa a la respuesta al riego de variedades tradicionales
españolas, bajo las diferentes condiciones edafoclimáticas de las distintas zonas
productoras, y a la metodología más adecuada para la determinación de necesidades
hídricas. Por otra parte, al analizar la bibliografía disponible en viñedo, se observan
diferencias en cuanto a los resultados obtenidos frente a aspectos, “a priori”
similares, lo que indica que la interacción entre genotipo y ambiente juega un papel
fundamental en la respuesta de la vid. Ejemplos significativos son la falta de consenso
en cuanto al indicador de estado hídrico más adecuado en viñedo o a la estrategia de
riego más recomendable para cada tipo de elaboración enológica.
Aumentar la disponibilidad de agua de las cepas supone un cambio radical en
la fisiología de la mismas (Carbonneau y Ollat, 1991), que afecta de forma decisiva a
los procesos de fructificación y maduración de las uvas y por tanto a las características
de los mostos (García-Escudero, 1991). Las condiciones climáticas cambiantes ponen
en marcha en las cepas, mecanismos fisiológicos en respuesta al incremento de las
temperaturas y la escasez de agua, que requieren de investigaciones sobre las
necesidades de agua en el viñedo bajo entornos climáticos dinámicos, así como,
contribuir al aumento de la productividad del agua utilizada procedente de unos
recursos hídricos sobre los que se seguirá incrementando la presión.
36
Introducción General
37
Capítulo 1
38
Introducción General
distribución del sistema radicular puede ser diferente, siendo difícil de evaluar el
impacto sobre la T. Por otra parte, esta metodología es poco transferible al sector por
su complejidad, coste de implementación y carácter estático, por lo que se hace
necesario el desarrollo de nuevas herramientas que posibiliten adaptar la información
obtenida en estos lisímetros a las condiciones concretas de las parcelas comerciales.
Otras metodologías directas para la determinación de la ET c son el método de
balance de agua, ampliamente utilizado en cultivos leñosos (Abrisqueta et al., 2001;
Andreu et al., 1997; García-Petillo y Castel, 2007; Moreno et al., 1988; Samperio et al.,
2014), los modelos de simulación (Grasso et al., 2018; Liu et al., 1998; Marsal et al.,
2013; Popova y Pereira, 2011), y métodos micrometeorológicos como Bowen Ratio
(de Teixeira et al., 2007; Zhang et al., 2010) y Eddy Covariance (Ferreira et al., 2012;
Ortega-Farias et al., 2007; Poblete-Echeverria y Ortega-Farias, 2009), que están
basados en balances de energía y medición de flujos de CO2 y H2O en zonas de poca
extensión, pero que pueden extrapolar sus resultados a amplias zonas mediante el
análisis de imágenes satélites. Los sistemas Bowen Ratio tienen un diseño más simple
y económico frente a Eddy Covariance, pero son una referencia entre los métodos
micrometeorológicos (Monteith y Unsworth, 2007).
También existe la posibilidad de determinar, mediante diferentes
metodologías, las componentes que integran la ETc, T y E, de forma independiente
(Allen et al., 1998). T se puede obtener a partir de índices de vegetación obtenidos a
través de imágenes satélites (Campos et al, 2010), a través de métodos
micrometeorológicos (Oliver y Sene, 1992; Yunusa et al., 2004) y a través de la medida
del flujo de savia (Ferreira et al., 2012; López-Bernal, 2015; Poyatos et al., 2016; Testi
y Villalobos, 2009), siendo esta última metodología la más directa. A su vez, la
determinación de E puede realizarse con medidas empíricas o modelos matemáticos
especialmente adaptados (Bonachela et al., 1999; Torres y Calera, 2010), utilizando
microlisímetros (Bonachela et al., 2001; Liu et al., 2002; Marek et al., 2019) e incluso
mediante ciclos de tapado en un lisímetro de pesada (Montoro et al., 2016).
39
Capítulo 1
40
Introducción General
interanual de los mismos. Son herramientas útiles para comprender la fisiología del
crecimiento de cultivos leñosos (Allen et al., 2005; Buckley y Roberts, 2006; Costes et
al., 2008), la asignación y balance de carbono (Escobar-Gutierrez et al., 1998; Génard
et al., 1998; Lakso et al., 2001; Pallas et al., 2016), el crecimiento de los frutos
(Fishman y Génard, 1998; Génard y Huguet, 1996), y su calidad (Génard et al., 2006,
2009), así como para predecir el efecto de las diversas prácticas de cultivo en la
calidad de los frutos (Lescourret et al., 2011). También han sido utilizados para
predecir la evolución de plagas bajo diferentes manejos y situaciones (Gibert et al.,
2009; Grechi et al., 2010), para simular estrés hídrico durante cortos períodos de
tiempo en peral (Marsal y Stöckle, 2012), para predecir el coeficiente de cultivo en
manzano (Marsal et al., 2013) y ciruelo japonés (Samperio et al., 2014), así como para
proporcionar información realista sobre el consumo de agua en diferentes especies
frutales (Marsal et al., 2014) y en olivares superintensivos (Paço et al., 2014). Al igual
que en el resto de cultivos leñosos, los modelos han sido utilizados en el viñedo para
predecir el efecto de la relación fuente-sumidero en la acumulación de peso fresco y
seco en las bayas durante la maduración (Dai et al., 2009a), así como para la
acumulación de azúcar (Dai et al., 2009b), para predecir la asimilación y asignación de
carbono (Vivin et al., 2002; Wermelinger et al., 1991), en la determinación de
balances de carbono (Lakso et al., 2008; Mirás-Avalos et al., 2018; Poni et al., 2006),
además de para simular desarrollo vegetativo (Bindi et al., 1997; Louarn et al. 2008) y
procesos fisiológicos como la fenología (Fila et al., 2012). A pesar de este amplio
espectro de uso, son aún escasos los estudios que han utilizado los modelos de
simulación como herramienta de predicción del consumo hídrico en viña (Cancela et
al., 2006, 2012; Fandiño et al., 2012), y aún más escasos los estudios que se han
apoyado en lisímetros de pesada para su ajuste y validación, siendo este uno de los
huecos que se pretende llenar con este trabajo.
En el caso de esta tesis, el modelo utilizado ha sido CropSyst (Stöckle et al.,
2003). CropSyst (Cropping Systems Simulation Model), es un modelo mecanicista,
multi-cultivo y multi-año, desarrollado por el Dr. Stöckle de la Universidad del Estado
de Washignton en Estados Unidos, inicialmente concebido para cultivos extensivos
con cobertura total del suelo. Este modelo ha sido desarrollado con una interface
amigable, tiene un link a software GIS (ArcGIS), que permite controlar la variabilidad,
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Capítulo 1
parece tener un importante aspecto varietal, ya que mientras las uvas de Tempranillo
no terminan su maduración si el estrés hídrico se vuelve demasiado severo, debido a
una defoliación extensa (Intrigliolo y Castel, 2010) y a las limitaciones de carbono
(Girona et al., 2009), en el caso de Cabernet Sauvignon, incluso bajo estrés hídrico
muy severo, lleva a término la maduración de las uvas, dando como resultado una alta
concentración fenólica y de azúcares en la uva, principalmente debido a la
deshidratación (Intrigliolo et al., 2016).
La significación de los efectos del estrés hídrico sobre el crecimiento
vegetativo y la producción, dependen del grado de estrés y del momento del ciclo de
desarrollo del cultivo en el que el estrés se produce en la cepa. Todo ello, repercute
necesariamente sobre la composición de la uva, el mosto y el vino. Este hecho, ha
contribuido al desarrollo de estrategias de riego que permitan, conocidos los efectos
del estrés hídrico sobre la cepa, manejar dicho estrés según momento, intensidad y
duración, en función de los objetivos deseados y, por lo general, en pro de una mejora
de la calidad de la cosecha y una mayor eficiencia en el uso del agua de riego, que es
lo que se conoce como estrategias de Riego Deficitario Controlado (RDC).
El RDC tiene sus orígenes en Australia, y surgió como una forma de controlar el
vigor de los árboles, en plantaciones intensivas de melocotonero, sin afectar a la
producción (Chalmers et al., 1981).
El RDC puede definirse como “la práctica de regular y restringir el agua de
riego empleada en un cultivo, tratando de aplicarla en los momentos en los que su
eficiencia sea máxima, de acuerdo con los objetivos del cultivo” (Martínez et al.,
2007). Aunque existen otras estrategias de riego deficitario también utilizadas en el
viñedo, como el riego parcial de raíces o el riego deficitario sostenido, esta práctica de
gestión de riego se ha convertido en una de las más usadas en los viñedos de zonas
semiáridas, ya que presenta un gran potencial para reducir el vigor de la vid en
plantaciones vigorosas, o incrementarlo en plantaciones sometidas a estrés elevado
de forma natural, estabilizar el rendimiento, mejorar la calidad de las bayas y
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Introducción General
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Capítulo 1
por lo que las estrategias de riego deficitario suelen utilizarse, además, como una
herramienta para el control de la producción (Intrigliolo y Castel, 2010; Kriedemann y
Goodwin, 2003; McCarthy, 2000). En este sentido, la disminución del rendimiento es
mayor cuando la limitación hídrica ocurre a principios de la temporada (Williams y
Matthews, 1990). El estrés hídrico, durante este periodo, disminuye además el
tamaño de la baya, efecto ampliamente descrito en variedades como Bobal (Salón et
al., 2005), Colombard (van Zyl, 1984), Cabernet franc (Matthews y Anderson, 1988),
Shiraz (McCarthy, 1997) o Tempranillo (Girona et al., 2009) y, tradicionalmente, está
relacionado con una mejora en la calidad de la cosecha, aunque esta opinión parece
estar cada vez más en desuso ya que existen estudios que cuestionan la relación
directa entre tamaño de baya y calidad (Castellarin et al., 2007a, 2007b; Roby et al.,
2004).
Además del peso de la baya, Santesteban et al. (2011) observaron una menor
producción, debida no sólo a la disminución en el peso sino también al número de
bayas del racimo, como resultado de un estrés hídrico antes del envero. Sin embargo,
otros autores sólo observaron una disminución del rendimiento debida
exclusivamente al tamaño de la baya (Casassa et al., 2015; Matthews y Anderson,
1989). Esta diversidad de efectos observados en los diferentes órganos, pone de
manifiesto la dificultad del manejo del estrés hídrico mediante la gestión del riego y
evidencian la importancia del momento e intensidad en la que la cepa experimenta el
estrés, en el que juegan un papel muy importante las características hidráulicas de los
suelos. Los efectos del déficit hídrico sobre la producción serán más severos e
irreversibles cuanto más temprano en la campaña aparezca el estrés (Girona et al.,
2009).
Las mayores discrepancias en los resultados de los estudios sobre RDC se
observan cuando se analiza su efecto sobre la composición de la baya. El riego
deficitario controlado puede minimizar los efectos negativos de la falta severa de
agua en la cepa y, por tanto, contribuir a una mejora en la calidad de los vinos
(Acevedo-Opazo et al., 2010; Romero et al., 2010). El efecto positivo de las estrategias
RDC sobre los compuestos responsables del color ha sido ampliamente descrito por
varios autores (Chaves et al., 2007; Esteban et al., 2001; Koundouras et al., 1999;
Matthews y Anderson, 1988; Salon et al., 2005; Santesteban et al., 2011), y se afirma
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Capítulo 1
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1.6. OBJETIVOS
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Introducción General
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61
Capítulo 1
62
Introducción General
63
Capítulo 1
64
AJUSTE Y VALIDACIÓN
CAPÍTULO 2
DEL MODELO DE
SIMULACIÓN CROPSYST
AL VIÑEDO Y SU
APLICACIÓN AL
CÁLCULO DE LA
EVAPOTRANSPIRACIÓN
DE CULTIVO
65
Ajuste y validación del modelo de simulación CropSyst al viñedo
2.1. RESUMEN
67
Capítulo 2
2.2. INTRODUCCIÓN
68
Ajuste y validación del modelo de simulación CropSyst al viñedo
69
Capítulo 2
de CS en viñedo, como una posible herramienta para la gestión del riego en este
cultivo, centrado en dos aspectos fundamentalmente: la determinación de las
necesidades hídricas del cultivo a lo largo del ciclo vegetativo y la simulación del
estado hídrico.
70
Ajuste y validación del modelo de simulación CropSyst al viñedo
71
Capítulo 2
72
Ajuste y validación del modelo de simulación CropSyst al viñedo
negro (Imagen 2.1), evitando así la evaporación del agua desde la superficie del suelo,
obteniéndose para esos días la T y calculando el ratio T/ETo. La Evaporación del suelo
(Es) fue estimada mediante el cálculo del coeficiente de evaporación (Ke), según la
ecuación:
Ke = (ETc/ETo) – (T/ETo) = E/ETo
Donde la ETc, se obtuvo como el valor promedio de los dos días anteriores y
posteriores al día de tapado del lisímetro, de acorde a lo realizado anteriormente por
Marsall et al. (2013), para posteriormente establecer una correlación entre el Ke y la
ETc del lisímetro, respondiendo a la ecuación lineal:
(Ke = 0,0606 ETc – 0,0689 ; R2 = 0,65 ; n = 7)
La ETc obtenida por el modelo (ETc CS) se determinó como la suma de dos
componentes: la Transpiración actual simulada (Tcs), y la Es obtenida de forma
empírica. Siendo, en nuestro caso, la Tcs igual a la Transpiración potencial, ya que el
cultivo se desarrolla sin limitaciones hídricas (Marsal et al., 2013).
1 Imagen 2.1. Vista en superficie del lisímetro de pesada de viña durante uno de los ciclos de
tapado.
73
Capítulo 2
Los pasos seguidos a la hora de ajustar los parámetros del modelo fueron,
inicialmente un ajuste de Kc y stem/leaf partition para que el modelo simulase de
manera correcta el desarrollo vegetativo durante la estación de crecimiento;
posteriormente se ajustó el Kcfc para minimizar las diferencias entre la ETc obtenidas
del lisímetro y la proporcionada por el modelo, y finalmente, se ajustó Umáx para
modelar correctamente el potencial hídrico de tallo.
El ensayo se llevó a cabo durante tres años (2010, 2011 y 2012), en un viñedo
experimental cv. Tempranillo de 1,7 ha, perteneciente a la "Finca La Orden", Badajoz
(38° 51'N, 6° 40'W, altitud 188 m), España. Esta viña está injertada en patrón Richter
110, plantada en 2001, el sistema de conducción es en espaldera, formada en doble
cordón Royat dejando 6 pulgares por planta y 2 yemas por pulgar, con un marco de
plantación de 2,5 x 1,20 m, con una altura de tronco de 0,60 m y una altura de la
espaldera de 1,50 m, con una orientación de filas Este-Oeste (104°N). Todas las
determinaciones realizadas en el viñedo se centraron en la parcela elemental en la
que se localiza el lisímetro de pesada, parcela constituida por 108 cepas distribuidas
en 6 filas de 18 cepas, localizándose 2 de estas cepas en el lisímetro. Las cepas fueron
regadas diariamente, mediante 2 goteros autocompensantes por cepa de 4 l h -1, en
base a la ETc del día anterior, obtenida del lisímetro, controlando el riego mediante un
programador de riego (Agrónic 4000, Sistemas Electrónicos Progres, Bellpuig, España).
Durante el desarrollo del cultivo se realizaron podas en verde para ajustar la carga por
cepa y, también fueron realizados despuntes para la contención de la vegetación en la
espaldera de acuerdo con las prácticas culturales de la zona.
El suelo es aluvial, con textura franca, ligeramente ácido y pobre en materia
orgánica (Tabla 2.1). La profundidad del suelo es mayor de 2,5 m, limitada esta
profundidad en el lisímetro a 1,5 m y con bajo contenido en piedras.
La zona tiene un clima mediterráneo con influencias atlánticas suaves, veranos
secos y calurosos, con alta radiación diaria y demanda evaporativa.
74
Ajuste y validación del modelo de simulación CropSyst al viñedo
1Tabla 2.1. Propiedades físicas del suelo en la parcela experimental en la que se localiza el lisímetro de
pesada.
3 -3 3 -3 -3
(m m ) (m m ) (g cm )
75
Capítulo 2
76
Ajuste y validación del modelo de simulación CropSyst al viñedo
77
Capítulo 2
2.4. RESULTADOS
78
Ajuste y validación del modelo de simulación CropSyst al viñedo
de riego de 7,7 mm día-1 y 5,93 mm día-1 para 2010 y 2011 respectivamente, mientras
que en 2012 el inicio de riego se adelantó a los primeros días de junio (DDA 153),
registrándose valores medios de 7,2 mm día-1 (Figura 2.1).
16 0
Poda Despuntes Vendimia
10 15
ETc
2010
8 20
ETo A
6 Es 25
R
4 Pe 30
2 35
0 40
16 0
Brotación Despuntes Vendimia
10 ETc 15
ETo 2011
8 Es B 20
R
6 Pe 25
4 30
2 35
0 40
16 0
Despunte Vendimia
Brotación
14 5
Poda Riego y Pe (mm día-1)
12 verde 10
ETo, ETc y Es (mm dia-1)
10 ETc 2012 15
ETo C
8 Es 20
R
6 25
Pe
4 30
2 35
0 40
0 50 100 150 200 250 300 350
Día del año
2 Figura 2.1. Evolución estacional de la evapotranspiración del viñedo (ET c), la evapotranspiración de
referencia (ETo), la evaporación del suelo (Es), la precipitación efectiva (Pe) y del riego (R) durante los años
objeto de estudio 2010(A), 2011(B) y 2012(C).
79
Capítulo 2
para llegar a los valores mínimos a finales de año (Figura 2.2). En el año 2010 se
observan valores de DPV sensiblemente más altos que en los otros 2 años en los
meses de julio y agosto, y en 2012 hubo una caída del DPV en el mes de abril,
coincidiendo con unos días de lluvia, recuperándose posteriormente al mes siguiente
(Figura 2.2 A).
3.0
A
2.5
2.0
DPV (kPa)
1.5
1.0
0.5
0.0
18
B
16
14
12
Rn (MJ m-2)
10
8
2010
6
4 2011
2 2012
0
Mes
3 Figura 2.2. Evolución mensual del Déficit de Presión de Vapor (DPV) (A) y de la Radiación neta (Rn) (B)
para los años objeto de estudio (2010-2011-2012).
80
Ajuste y validación del modelo de simulación CropSyst al viñedo
81
Capítulo 2
0.40
0.20
0.00
2.00 B
stem/ leaf partition
1.50
1.00
0.50
0.00
1.60 C
1.20
Kcfc
0.80
0.40
0.00
24
D
21
18
15
12
Umax
9
6
3
0
50 100 150 200 250 300 350
Día del año
4 Figura 2.3. Evolución estacional de los parámetros de CropSyst en 2010 para cv. Tempranillo, después de
su parametrización. Coeficiente de extinción de luz (Kc) (A), stem/leaf partition (coeficiente de partición
tallo/hoja) (B), el coeficiente de cultivo para una total cobertura del dosel vegetal (Kcfc) (C), máxima
-1
extracción de agua por parte de la planta en mm día (Umax) (C).
82
Ajuste y validación del modelo de simulación CropSyst al viñedo
83
Capítulo 2
oscilando los valores de tmd entre –0,27 MPa al inicio del periodo vegetativo y –0,55
MPa a mediados de verano (Figura 2.4 E). El ajuste obtenido entre los datos simulados
y medidos fue muy bueno, coincidiendo el mínimo tmd con el máximo DPV (Figura
2.2). Al enfrentar los datos simulados a los medidos el R2 fue 0,96, ajustándose a la
expresión lineal:
tmdmedido = 1,0738 tmdsimulado + 0,0244
84
Ajuste y validación del modelo de simulación CropSyst al viñedo
5
Brotación Envero Vendimia
Despuntes
4 A
0
0.8 B
0.6
FiPAR
0.4
0.2
0
10
C
8
ETc (mm día-1)
0
D
1
kc
0.5
0
E
-0.2
tmd(MPa)
-0.4
-0.6
-0.8 Lisímetro
CropSyst
-1
50 100 150 200 250 300 350
Día del año
5 Figura 2.4. Evolución estacional de parámetros medidos en campo y simulados de índice de área
foliar (LAI), fracción de intercepción de radiación PAR (FiPAR), evapotranspiración del cultivo (ET c),
coeficiente de cultivo (Kc) y el potencial hídrico de tallo medido a mediodía (t ), durante la
md
campaña 2010.
85
Capítulo 2
1
Despuntes Vendimia Despunte
0.9 2012 Vendimia
2011
0.8 A B
0.7
0.6
FiPAR
0.5
0.4
0.3
CropSyst CropSyst
0.2
Lisímetro Lisímetro
0.1
0
50 100 150 200 250 300 50 100 150 200 250 300
Día del año Día del año
6 Figura 2.5. Evolución estacional de la Fracción de intercepción de radiación PAR (FiPAR) simulada por
CropSyst y de la medida en el lisímetro para el periodo 2011-2012.
86
Ajuste y validación del modelo de simulación CropSyst al viñedo
0.9
0.8
y = 0,3951x + 0,2177
0.7 R² = 0,65
0.6
FiPAR medido
0.5
0.4
0.3
0.2
0
0 0.1 0.2 0.3 0.4 0.5 0.6 0.7 0.8 0.9 1
FiPAR simulado
7 Figura 2.6. Relación lineal entre los valores de Fracción de intercepción de Radiación PAR (FiPAR)
simulados mediante CropSyst y medidos en campo durante los años 2011 y 2012. Número de
observaciones n = 24.
Los valores máximos de ETc fueron 7,25 y 8,93 mm día-1 para los años 2011 y
2012 respectivamente (Figura 2.7 A y C). En cuanto a Kc los máximos valores
alcanzados fueron 1,00 y 1,30 para 2011 y 2012 respectivamente (Figura 2.7 B y D). En
ETc y Kc hubo una buena sincronización entre datos medidos y simulados (Figura2.7).
En 2011 CS infravaloró la ETc y Kc hasta el DDA 135, sobrevalorándola en la etapa de
máximo consumo (entre el DDA 135 y 249), obteniéndose el mejor ajuste a partir del
87
Capítulo 2
DDA 249, en el periodo de post-vendimia (Figura 2.7 A y B). En 2012 los datos
simulados estuvieron en casi todo momento por debajo a los medidos, siendo
diferente la forma de la curva estacional (Figura2.7 C y D).
Lisímetro
6
CropSyst CropSyst
4
0
1.4
B D
1.2
1
0.8
0.6
kc
0.4
0.2
0
0 100 200 300 0 100 200 300
Dia del año Dia del año
8 Figura 2.7. Evolución estacional de la ETc, en el año 2011 (A) y 2012 (C), y el kc, en el año 2011(B) y 2012
(D), simulados por CropSyst y medidos en el lisímetro. Las líneas representan las líneas de tendencia de las
evoluciones ajustadas a una polinómica de orden 2.
La relación entre valores simulados y medidos de ETc y Kc, para los 2 años de
validación, se presentan en la Figura 2.8. Se pudo observar un buen ajuste para ambos
años. Hubo cierta dispersión de los datos en los valores centrales y una
infraestimación por parte del modelo en los valores más bajos, lo que propició que la
relación lineal obtenida presentara una pendiente de 0,8176 y un coeficiente de
determinación de 0,77 para ETc (Figura 2.8 A). La pendiente de la relación lineal
obtenida para Kc, fue de 0,7851 con un coeficiente de determinación de 0,73 (Figura
2.8 B).
88
Ajuste y validación del modelo de simulación CropSyst al viñedo
12 1.6
A B
y = 0,8176x + 1,1191 1.4
10 R² = 0,77 y = 0,7851x + 0,1926
R² = 0,73
1.2
8
ETc medido (mm día-1)
kc medido
6 0.8
0.6
4
0.4
2
2011 2012 0.2 2011 2012
0 0
0 2 4 6 8 10 12 0 0.2 0.4 0.6 0.8 1 1.2 1.4 1.6
9 Figura 2.8. Relación lineal entre los valores de evapotranspiración del cultivo (ET c) (A) y coeficientes de
cultivo (Kc) (B) simulados mediante CropSyst y medidos en campo durante los años 2011 y 2012. Número
de observaciones n = 273.
Los valores medidos de tmd durante la campaña 2011 y 2012 oscilaron entre
–0,36 y –0,69 MPa, mientras que los valores simulados oscilaron entre –0.22 y –0,69
MPa, no obteniéndose una predicción satisfactoria de tmd con los ajustes
paramétricos del modelo en 2010 (Figura 2.9).
89
Capítulo 2
-0.8
-0.7
-0.6
tmd medido (MPa)
-0.5
-0.4
-0.3
y = 0.169x - 0.4297
R² = 0.0692
-0.2
-0.1
2011 2012
0
0 -0.1 -0.2 -0.3 -0.4 -0.5 -0.6 -0.7 -0.8
t md simulado (MPa)
10 Figura 2.9. Relación lineal entre los valores de potencial hídrico de tallo ( t ) simulados mediante
md
CropSyst y medidos en campo durante las campañas 2011 y 2012. Número de observaciones n = 35.
2.5. DISCUSIÓN
La gestión eficiente del agua en los cultivos tiene un primer requisito que es
conocer sus necesidades hídricas, aspecto al que se ha dedicado un considerable
esfuerzo en la comunidad científica. A pesar de esta dedicación de tiempo y recursos,
existen múltiples factores que determinan el consumo de agua de las plantas, de
forma que las condiciones agroecológicas concretas de una parcela pueden provocar
desviaciones considerables entre valores calculados y reales. El empleo de modelos de
simulación de cultivos es una de las propuestas para mejorar la precisión en las
estimaciones de los consumos hídricos para una parcela concreta. En este sentido CS
se propone como una alternativa para poder calcular los consumos de agua de un
viñedo, pero para ello hay que ajustar el modelo y posteriormente validarlo para
90
Ajuste y validación del modelo de simulación CropSyst al viñedo
evaluar la fiabilidad de esta herramienta, por lo que se propuso ese ajuste, validación
y evaluación como objetivos en este estudio.
El desarrollo vegetativo del viñedo fue ajustado mediante los parámetros Kc y
stem/leaf partition (Figura 2.3 A y B), presentando una cierta desviación en su ajuste
en fases iniciales de desarrollo (entre floración y tamaño guisante de la baya), donde
se produce una mayor pendiente de crecimiento, en relación al simulado (Figura 2.4 A
y B). Esta infraestimación inicial por parte del modelo puede ser debida, además de al
gran vigor del cv. Tempranillo en estos suelos y condiciones, al propio sistema de
poda del viñedo, el cual deja una cierta densidad de yemas en un plano lineal, no
considerando el modelo este parámetro, sino tan sólo unas dimensiones iniciales
homogéneas. Esta limitación de CS, en las fases iniciales de desarrollo, no fue
observada en otros cultivos leñosos como el ciruelo (Samperio et al., 2014), ni en
manzano, peral o melocotonero (Marsal et al., 2014). Por otra parte, Ferrer et al.
(2000) obtuvieron, con este mismo modelo, una sobreestimación en las simulaciones
en las fases iniciales del maíz que coincide con la tendencia observada en las fases
posteriores del cultivo. Aunque el ajuste inicial del desarrollo vegetativo realizado en
2010, año con un gran desarrollo vegetativo, que obligó a realizar 3 despuntes, se
acercó bastante a la realidad, el modelo sobreestimó la FiPAR para los 2 años de
validación posterior. En estos 2 años el crecimiento vegetativo fue menor que en
2010, llegándose a reducir las intervenciones sobre la vegetación (2 y 1 despuntes
para 2011 y 2012 respectivamente) (Figura 2.5). Además de la poda en verde y los
despuntes, otra fuente de distorsión a la hora de poder simular fielmente la FiPAR ha
sido el posicionamiento vertical de la vegetación dentro de la espaldera, en un
momento determinado del ciclo de cultivo, coincidiendo con Rusell et al. (1989) que
afirmaron que entre los factores que afectan a la producción de materia seca y a la
radiación PAR interceptada por el cultivo se encuentran la estructura de la vegetación
y el manejo de la misma.
La demanda de agua de la planta parametrizada por Kcfc siguió una evolución
muy similar a la encontrada para ciruelo por Samperio et al. (2014), pero con valores
máximos de Kcfc algo inferiores en viña (Figura 2.3 C). El ajuste de este parámetro
propició un buen ajuste con la realidad de ETc y Kc, pero con una cierta infraestimación
por parte del modelo en la fase de mayor pendiente de crecimiento del viñedo, más
91
Capítulo 2
acentuada para Kc (Figura 2.4 C y D). Este desfase, a la hora de simular el consumo
hídrico, fue debido probablemente al poco acierto de CS a la hora de simular
correctamente en esa fase la intercepción de radiación por parte de la vegetación
(Figura 2.4 B), ya que como previamente este mismo equipo de trabajo determinó,
existe una gran relación entre el consumo hídrico del viñedo y la intercepción de
radiación por parte de la vegetación (Picón-Toro et al., 2012). La validación de ETc y Kc
en los años 2011 y 2012 resultó satisfactoria, al igual que lo encontrado para otras
especies leñosas (Marsal et al., 2014; Samperio et al., 2014), y acorde con el ajuste
inicial realizado, con una cierta infraestimación por parte de CS, sobre todo en los
valores más bajos (Figura 2.8 A y B). En 2011 los valores de consumo hídrico fueron
inferiores (Figura 2.7 A y B), en sintonía con el menor desarrollo vegetativo alcanzado
(Figura 2.5 A), lo que ha podido provocar que en 2011, y con los ajustes paramétricos
de 2010, el modelo sobreestimara en ciertos momentos el consumo hídrico al haber
sido ajustada Kcfc para un mayor desarrollo vegetativo (Figura 2.4 A y B).
El ajuste inicial obtenido de tmd fue muy satisfactorio (Figura 2.4 E). tmd fue
parametrizado mediante Umáx, el cual siguió una evolución estacional similar a la
sugerida para Cmáx en ciruelo por Samperio et al. (2014) (Figura 2.3 D) y presentando,
al igual que en ciruelo, una evolución acorde con la ETc obtenida del lisímetro, la cual
estuvo muy condicionada por el manejo del cultivo (Figura 2.1). La gestión diferencial
de la vegetación en la espaldera en un viñedo de elevado vigor ocasionó que la
validación de CS en 2011 y 2012 para tmd no fuera acertada (Figura 2.9), ya que en el
año 2010, además de la poda en verde se realizaron tres despuntes, mientras que
para los años 2011 y 2012 sólo se realizaron 2 y 1 despuntes respectivamente, y no
necesariamente en el mismo tiempo térmico acumulado. Este resultado difirió de lo
obtenido para ciruelo por Samperio et al. (2014), el cual si obtuvo una buena
validación de tmd ya que en este cultivo las intervenciones en la vegetación fueron
menores y se redujeron a la poda en verde, hecho que produjo menos interferencias
en el modelizado.
La obtención de la evaporación mediante varios ciclos de tapado del lisímetro
de pesada para salvar la limitación de cálculo de CS, como ya hicieran otros autores
(Marsal et al., 2013), resultó de gran ayuda a la hora de modelizar el consumo hídrico
de las cepas. La evaporación cuantificada (Figura 2.1) fue acorde con la evolución de la
92
Ajuste y validación del modelo de simulación CropSyst al viñedo
2.6. CONCLUSIONES
93
Capítulo 2
modelo a la hora de determinar ETc y Kc, siendo determinante este manejo diferencial
para la falta de fiabilidad del modelo a la hora de simular el estado hídrico. La
posibilidad de introducir diferentes valores a lo largo del ciclo de cultivo de los
parámetros ajustados inicialmente, hacen que la fiabilidad del modelo aumente,
pudiendo ser interesante introducir factores de corrección de Kc y stem/leaf en
función de las intervenciones en el cultivo, y de Kc en función del posicionamiento de
los pámpanos.
2.7. AGRADECIMIENTOS
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Capítulo 2
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96
CARACTERIZACIÓN DE
LA TRANSPIRACIÓN DE
CAPÍTULO 3
UN VIÑEDO BAJO
DIFERENTES
ESTRATEGIAS DE RIEGO
MEDIANTE LA
UTILIZACIÓN DE
SENSORES DE FLUJO DE
SAVIA
97
Caracterización de la transpiración mediante sensores de flujo de savia
3.1. RESUMEN
99
Capítulo 3
3.2. INTRODUCCIÓN
100
Caracterización de la transpiración mediante sensores de flujo de savia
101
Capítulo 3
102
Caracterización de la transpiración mediante sensores de flujo de savia
103
Capítulo 3
El ensayo se llevó a cabo durante las campañas agrícolas de 2012, 2013, 2014 y
2015, en un viñedo experimental cv. Tempranillo de 1,7 ha, situado en la "Finca La
Orden", Badajoz (38° 51'N, 6° 40'W, altitud 188 m), España. Esta viña, plantada en
2001, está injertada en patrón Richter 110, conducida en espaldera y formada en
doble cordón Royat dejando 6 pulgares por planta y 2 yemas por pulgar. El marco de
plantación es de 2,5 x 1,20 m, con una altura de tronco de 0,60 m y una altura de la
espaldera de 1,50 m, en una orientación de filas Este-Oeste. Además de la poda
invernal, en la primavera, se ajustó el número de sarmientos por cepa (12 sarmientos
por cepa). También se realizó un despunte para la contención de la vegetación en la
espaldera.
El suelo es aluvial, con textura franca a franco arenoso, ligeramente ácido y
pobre en materia orgánica. La profundidad del suelo es mayor de 2,5 m y con bajo
contenido en piedras. La zona tiene un clima mediterráneo con influencia atlántica
suave, veranos secos y calurosos, con alta radiación diaria y demanda evaporativa. Los
datos agrometeorológicos fueron obtenidos de una estación cercana al ensayo, a 100
m del mismo, con las características descritas por Martí et al. (2015), calculándose el
DPV con las temperaturas y humedades relativas máximas y mínimas (Allen et al.,
1998).
104
Caracterización de la transpiración mediante sensores de flujo de savia
Las viñas se regaron diariamente con un sistema de riego por goteo con 2
emisores autocompensantes por cepa (4 l h-1 para cada gotero). El riego comenzó al
alcanzar un valor umbral de potencial hídrico de tallo a mediodía (tmd) de -0,6 MPa,
para evitar situaciones de estrés hídrico, de acuerdo con Williams y Baeza (2007) y
Williams y Trout (2005), manteniendo el riego hasta la primera quincena de octubre.
En cada riego se aplicó un volumen de agua igual a la consumida (100 % ETc),
cuantificada con un lisímetro de pesada, desde el riego anterior. El lisímetro de
pesada, de 2,67 x 2,25 m y 1,5 m de profundidad, situado en el viñedo experimental
está descrito por Picón-Toro et al. (2012). La Evapotranspiración de referencia (ETo), se
obtuvo de una estación agrometeorológica situada a 100 m de la viña experimental,
perteneciente a la Red de Asesoramiento al Regante de Extremadura (REDAREX;
www.redarexplus.gobex.es/RedarexPlus), utilizando el método de Penman-Monteith
FAO-56 (Allen et al., 1998).
105
Capítulo 3
El LAI se midió periódicamente todos los años, excepto en 2015 donde sólo se
realizaron dos medidas, con un analizador de cubierta vegetal LAI-2200 (Li-Cor Inc.
Lincoln, NE, EE.UU.). Se tomó una medida de referencia por encima de la vegetación,
seguida inmediatamente por la medición de ocho puntos a nivel del suelo en el centro
de ocho cuadrantes en los que se había dividido el marco de plantación. Las
mediciones obtenidas de LAI se utilizaron para determinar la superficie foliar de la
106
Caracterización de la transpiración mediante sensores de flujo de savia
El tmd se midió sobre hoja embolsada al menos 2 horas antes, con bolsas
plastificadas y recubiertas de aluminio, en hojas de la cara norte y de la zona baja de
la cubierta próxima al cordón (Shackel, 2007). Las medidas se realizaron con una
cámara de presión tipo Scholander (Soil Moisture Corp., Modelo 3500, Santa Bárbara,
CA, EE.UU.), en 2 hojas por parcela experimental (1 por cepa), con una periodicidad
semanal.
La determinación de la producción se realizó sobre todas las parcelas
experimentales, cuando se alcanzó una concentración de sólidos solubles próxima a
23 °Brix (valor medio de cada tratamiento). En vendimia se pesaron y contaron todos
los racimos de 10 plantas, previamente seleccionadas, de cada parcela experimental,
determinando una producción media en cada una de ellas.
107
Capítulo 3
108
Caracterización de la transpiración mediante sensores de flujo de savia
109
Capítulo 3
110
Caracterización de la transpiración mediante sensores de flujo de savia
3.4. RESULTADOS
La pluviometría media anual fue de 441 mm, destacando 2013 como el más
lluvioso con 585 mm y 2015 como el más seco con 312 mm. A pesar de estos valores
anuales, el año menos lluvioso durante el periodo vegetativo (abril-septiembre) fue
2013 registrándose 64 mm, aunque la pluviometría fue abundante en el mes de
marzo, antes de la brotación (181 mm) y en octubre (135 mm), próximo a la caída de
hojas. Los años 2012 y 2014 fueron los más lluviosos entre brotación y caída de hojas,
registrando una misma precipitación de 136 mm (Figura 3.3.).
Como se puede ver en la Figura 3.3 el patrón estacional de la Radiación solar
(Rs) fue similar en los 4 años. El mes con mayor Rs fue el mes de julio, oscilando los
valores medios entre los 29,5 MJ m-2 día-1 de 2012 y los 27,7 MJ m-2 día-1 alcanzados
en 2014. Sin embargo, el Déficit de Presión de Vapor (DPV) tuvo los valores máximos
desplazados hacia el mes de agosto, salvo en 2015 que se alcanzaron en el mes de
julio. Los valores máximos de DPV se alcanzaron en los meses de julio y agosto,
oscilando estos valores máximos entre 3,5 y 3,1 kPa día-1, y los mínimos, para el
periodo vegetativo de las cepas, fueron en abril, oscilando entre 0,7 y 1,0 kPa día-1
(Figura 3.3.). La temperatura media diaria (Tm) tuvo una pauta similar a la Rs,
oscilando los valores más altos entre los 30,5°C de 2015 y los 28,9°C de 2014 (Figura
3.3.).
111
Capítulo 3
4 35
2012 DPV 2013 2014 2015
20
2
15
10
1
0 0
35 70
E
Tm G H
Precipitación F
30 60
P (mm)
25 50
20 40
Tam (ºC)
15 30
10 20
5 10
0 0
0 100 200 300 0 100 200 300 0 100 200 300 0 100 200 300
Dia del año Día del año Dia del año Dia del año
a
13Figura 3.3. Evolución anual de las variables meteorológicas durante los años de estudio 2012, 2013, 2014 y 2015. Temperatura media (T m) en ºC y
-2 -1 -1
Precipitación (P) en mm en los gráficos E, F, G y H. Radiación solar media (Rs) en MJ m día y Déficit de Presión de Vapor medio (DPV)en kPa día ,
en los gráficos A, B, C y D.
112
Caracterización de la transpiración mediante sensores de flujo de savia
Las evoluciones estacionales de LAI, FiPAR y tmd para los dos tratamientos y
los cuatro años de estudio se presentan en la Figura 3.4.
El LAI del Riego aumentó tras la brotación hasta el despunte, que provocó una
disminución brusca para recuperar la tendencia creciente hasta el envero, momento a
partir del cual decrece en 2012 y 2014 (Figura 3.4. A-C). El valor más alto de este
parámetro observado en el conjunto de los 4 años fue de 4,35 el año 2012 en el
tratamiento de riego antes del envero. En torno a la vendimia, el LAI de este
tratamiento se situó en valores próximos a 3,70. En secano el máximo fue de 3,12 en
2013, con los valores en vendimia entre 1,76 y 2,26 (Figura 3.4. A-C).
Al igual que el LAI, el FiPAR fue creciente desde la brotación hasta el descenso
brusco tras el despunte, con una posterior recuperación hasta las últimas medidas
efectuadas en 2012 y 2013. En 2014 y 2015 hay una ligera recuperación del FiPAR
post-despunte seguido de una estabilización y caída final con la senescencia foliar. El
máximo valor de FiPAR fue el alcanzado en el Riego en 2012 con 0,53, al final de la
estación (Figura 3.4.E). En el Secano, el incremento FiPAR fue más lento que el Riego
desde etapas tempranas en 2012 y 2015, alcanzando valores estables antes del
despunte, que se mantuvieron hasta la senescencia foliar al final del ciclo (Figura 3.4.
E y H). En los años 2013 y 2014 las diferencias entre tratamientos se establecieron
más tarde, a los 192 y 178 Días del Año (DDA) en 2013 y 2014 respectivamente,
siendo también menores que en años anteriores a partir de este momento. Los
valores máximos, antes del despunte, de FiPAR en Secano oscilaron entre 0,20 y 0,37
en los años objeto de estudio, y alcanzando este tratamiento unos valores en torno a
0,25 al final del periodo de medida (Figura 3.4. E-H).
Las mayores diferencias entre tratamientos en desarrollo vegetativo
corresponden al año 2012, tanto en LAI, como en FiPAR, mientras que en 2013 es
cuando se observaron menos diferencias en las cubiertas vegetales de ambos
tratamientos.
En relación con el estado hídrico, las cepas del tratamiento Riego mantuvieron
valores de tmd constantes a lo largo del ciclo, en torno a -0,6 MPa, salvo en 2014 que
se observa un ligero descenso inicial, estabilizándose a partir de los 150 DDA en torno
113
Capítulo 3
a -0,7 MPa (Figura 3.4. I-L). Aunque en todos los años el Secano alcanzó valores de
tmd significativamente más bajos que el Riego, hubo notables diferencias entre años
en la evolución de tmd en este tratamiento con valores mínimos que oscilaron entre
-1,01 MPa en 2013 y -1,79 MPa en 2015. En las campañas 2012 y 2015 se observaron
las mayores diferencias entre tratamientos, que empezaron a separarse entorno a los
150 DDA. Los valores mínimos del Secano se alcanzaron entorno al envero, que es
cuando se observaron las mayores diferencias con el riego, con una recuperación
posterior que acercó el tmd de ambos tratamientos pero sin que llegaran a igualarse
(Figura 3.4 I y L). En 2013 y 2014 no hubo diferencias entre tratamientos hasta los 191
y 178 DDA, respectivamente. Mientras que en 2013 se mantuvieron diferencias
constantes entre Riego y Secano, en 2014 la recuperación de tmd del Secano al final
del ciclo igualó nuevamente los potenciales de ambos tratamientos (Figura 3.4 J y K).
Las producciones para los dos tratamientos y en los cuatro años objeto de
estudio se presentan en la Tabla 3.1.
Las producciones en el tratamiento de Riego oscilaron entre los 10.864 y los
28.689 kg ha-1 para los años 2014 y 2013 respectivamente, mientras en el tratamiento
de Secano estas producciones oscilaron entre los 8.243 kg ha-1 del año 2015 y los
17.300 kg ha-1 del año 2013 (Tabla 3.1). Destacar el año 2013 como el año más
productivo en ambos tratamientos, siendo el año 2014 la única campaña en la que no
se observó un efecto significativo del manejo de riego en la producción, ya que la
producción del Secano fue próxima al Riego (Tabla 3.1).
-1
2Tabla 3.1. Producción en kg ha para los distintos manejos de riego,
durante los años de estudio 2012, 2013, 2014 y 2015
AÑO
TRATAMIENTO
2012 2013 2014 2015
Riego 13567 28689 10864 13744
Secano 8753 17300 9830 8243
Significación *** *** ns ***
***, indica que el factor riego fue significativo en p < 0,001; ns, no
significativo.
114
Caracterización de la transpiración mediante sensores de flujo de savia
3.00
LAI (m2 m-2)
2.00
1.00 Riego
Secano
0.00
0.80
E F G H
0.60
FiPAR
0.40
0.20
0.00
0.00
I J K L
-0.50
Ψtmd (MPa)
-1.00
-1.50
-2.00
50 150 250 50 150 250 50 150 250 50 150 250
Día del año Día del año Día del año Día del año
14 Figura 3.4. Evolución estacional del Índice del Área Foliar (LAI), gráficos A, B, C y D. Fracción de Intercepción de Radiación PAR (FiPAR), gráficos E, F, G y
H. Potencial hídrico de tallo a mediodía (t ) en MPa, gráficos I, J, K y L de los tratamientos planteados (Riego y Secano), en los años 2012, 2013, 2014 y
md
2015.
115
Capítulo 3
Como se puede ver en la Figura 3.5 A-D la ETo estacional fue diferente en cada
uno de los años, destacando los valores más altos en 2012, principalmente hasta el
envero. Aunque en todos los años hubo una tendencia estacional similar entre ET o,
ETcLys y TSF, en los dos últimos se observa una mayor separación entre ET o y ETcLys y TSF.
La evolución estacional de TSF en las plantas del lisímetro, en condiciones no
limitantes de agua, estuvo acompasada con la ETcLys, pero con valores más bajos
(Figura 3.5 A-D). Ambos procesos fueron cuantitativamente similares previo al inicio
de los riegos, observándose el mayor acoplamiento en 2015 hasta el DDA 133 (Figura
3.5 D). Ambos parámetros disminuyeron con los despuntes y aumentaron hasta
envero, con una posterior fase de meseta. La tendencia decreciente se inició antes de
la maduración, continuando en post-vendimia (Figura 3.5 A-D). TSF fue sensiblemente
más baja en las plantas en secano en comparación a las de riego, con valores entre 0 y
1 mm durante la mayor parte de la campaña en 2013 y 2014, y con valores algo más
altos en 2012 y 2015. Comparando TSF en los dos tratamientos, las diferencias
empiezan a establecerse en las fases iniciales de desarrollo, en torno al inicio de la
floración (DDA 130), incluso antes del inicio de los riegos en 2013 y 2014 (Figura 3.5 A-
D), y sin haberse producido aún una diferenciación en los valores de tmd debido al
riego en estas campañas (Figura 3.4 I-L).
La TSF acumulada (Figuras 3.5 E-H) en el Riego se incrementó tras la brotación
en todos los años, manteniéndose con la misma pendiente hasta la vendimia. A partir
de este momento en 2012 y 2015 se mantiene la tendencia, mientras que en 2013 y
2014 se observa un cambio de pendiente, con una caída en T SF. En el Secano la
pendiente fue menor, no observándose un cambio de tendencia claro con la vendimia
en ninguno de los años. Una vez más se diferencian los años 2012 y 2015 de 2013 y
2014, con una transpiración acumulada más baja en los dos años centrales de ensayo
(Figura 3.5 E-H).
En la Tabla 3.2 se presentan los consumos medios diarios para los meses de
abril a octubre en los 4 años de ensayo, mientras que en la Tabla 3.3 se presentan los
valores medios para el conjunto de los 4 años. En los dos primeros años se produjeron
fallos en los equipos, de forma que no se consiguió completar las campañas,
116
Caracterización de la transpiración mediante sensores de flujo de savia
eliminándose en el cuadro los meses para los que había pocos días con medidas
completas (Tabla 3.2). En los dos primeros años ETcSF se mantuvo por encima de ETcLys,
mientras que en los dos últimos años fue esta última la que tuvo valores ligeramente
más altos en los meses de mayo a octubre en 2014 y de julio a septiembre en 2015
(Tabla 3.2). Considerando globalmente los 4 años de estudio, la ET c obtenida por
ambos procedimientos fue muy parecida (Tabla 3.3). Como consecuencia, los valores
de coeficiente de cultivo (Kc) obtenidos en ambos casos fueron similares al considerar
el conjunto de los 4 años. Con valores máximos para el mes de agosto de 0,85 y 0,82
para ETcLys y ETcSF respectivamente (Tabla 3.3).
La E fue sensiblemente más alta en 2012 en relación con los años posteriores,
llegando a 2,29 mm día-1 como valor medio del mes de agosto (entre un 30 y 33 % de
ETcLys y ETcSF respectivamente) (Tabla 3.2). La TSF en el tratamiento riego fue variable
de forma que los valores diarios más altos se alcanzaron en todos los años en el mes
de julio, pero con notables diferencias entre los dos primeros años que se situaron
próximos a 5 mm día-1, mientras que en los últimos años el máximo apenas superó los
3 mm día-1 (Tabla 3.2). La TSF en Secano fue mucho menor que en Riego en todos los
casos, pero sin un patrón estacional claramente definido.
117
Capítulo 3
10 Inico
Envero Vendimia Despunte Vendimia
Inicio Despunte Envero Envero Despunte Vendimia
2012 riego 2013 Inicio
Vendimia
2014 riego 2015Inicio Envero
9 Despunte
ETc Lisímetro
A B riego
C ETo D riego
8 T SF riego
T SF secano
7
6
mm
0
3000
E F G H
2700
2400
2100
ETc y TSF acumulada (l cepa-1)
ETc
1800
TSF Riego
1500
TSF Secano
1200
900
600
300
0
90 150 210 270 90 150 210 270 90 150 210 270 90 150 210 270
Día del año Dia del año Día del año Día del año
15Figura 3.5. (A, B, C y D) Evolución estacional de la Evapotranspiración del cultivo obtenida con lisimetría (ETcLys), de la Evapotranspiración de referencia (ET o),
de la Transpiración obtenida mediante sensores de flujo de savia (T SF) para las plantas del lisímetro y el Secano. (E, F, G y H). Transpiración acumulada en los dos
tratamientos (TSFRiego y TSFSecano) y Evapotranspiración de cultivo acumulada (ETc) durante los años objeto de estudio 2012, 2013, 2014 y 2015. Cada punto de
transpiración es la media de los cuatro sensores de flujo de savia en secano, mientras que en riego corresponde a los dos sensores localizados en cada una de las
cepas del lisímetro
118
Caracterización de la transpiración mediante sensores de flujo de savia
3Tabla 3.2. Valores medios diarios mensuales, de abril a octubre, de la Evapotranspiración de referencia (ET o PM), Evapotranspiración de cultivo en el lisímetro (ETcLys),
Evapotranspiración de cultivo obtenida con los sensores de flujo de savia (ETcSF) en el tratamiento Riego, Coeficiente de cultivo obtenido con el lisímetro (K cLys), Coeficiente de
cultivo obtenido con TSF + E (KcSF), Evaporación (E), Transpiración obtenida con los sensores de flujo de savia en el tratamiento de Riego (T SFriego) y Transpiración obtenida con
los sensores de flujo de savia en el tratamiento de Secano (TSFsecano) durante los años de estudio 2012, 2013, 2014 y 2015.
2012 2013
Meses ETo PM ETcLys ETcSF KcLys KcSF E TSFriego TSFsecano ETo PM ETcLys ETcSF KcLys KcSF E TSFriego TSFsecano
-1
(mm día-1) (mm día-1) (mm día-1) (mm día-1) (mm día-1) (mm día-1) (mm día-1) (mm día-1) (mm día-1) (mm día-1) (mm día ) (mm día-1)
Abril 3,47 0,47 -- 0,14 -- 0,00 --- --- 3,55 0,89 1,22 0,25 0,34 0,00 1,21 0,66
Mayo 5,54 3,11 -- 0,56 -- 0,78 --- --- 4,95 2,06 2,41 0,42 0,49 0,33 1,85 0,91
Junio 6,79 5,87 --- 0,86 -- 1,95 --- 2,42 5,88 4,83 6,24 0,82 1,06 1,40 4,67 0,70
Julio 7,26 6,23 7,41 0,86 1,02 2,25 5,16 1,65 6,37 -- -- -- -- -- 4,80 0,17
Agosto 6,29 6,96 7,53 1,11 1,20 2,29 5,24 1,28 5,72 -- -- -- -- -- 4,07 0,09
Septiem. 4,23 5,31 5,69 1,26 1,35 1,29 4,40 1,15 4,10 -- -- -- -- -- 3,42 0,18
Octubre 2,49 3,03 2,88 1,22 1,16 0,37 2,51 0,74 2,14 -- -- -- -- -- 1,34 0,14
2014 2015
Meses ETo PM ETcLys ETcSF KcLys KcSF E TSFriego TSFsecano ETo PM ETcLys ETcSF KcLys KcSF E TSFriego TSFsecano
-1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
(mm día ) (mm día ) (mm día ) (mm día ) (mm día ) (mm día ) (mm día ) (mm día ) (mm día ) (mm día ) (mm día ) (mm día-1)
Abril 3,42 2,07 -- 0,61 -- 0,25 --- --- 3,78 1,19 1,35 0,31 0,36 0,06 1,29 0,48
Mayo 5,49 2,80 2,40 0,51 0,44 0,58 1,82 0,66 5,85 3,34 3,46 0,57 0,59 0,83 2,63 1,07
Junio 5,85 3,77 3,69 0,64 0,63 0,99 2,70 0,54 6,26 4,61 4,78 0,74 0,76 1,38 3,40 0,95
Julio 6,20 5,25 4,89 0,85 0,79 1,63 3,26 0,37 7,05 4,56 4,11 0,65 0,58 1,49 2,62 0,70
Agosto 6,10 4,21 4,29 0,69 0,70 1,15 3,14 0,14 5,76 4,34 3,17 0,75 0,55 1,14 2,03 1,25
Septiem. 3,60 1,56 0,61 0,43 0,17 0,13 0,48 0,28 4,07 3,26 2,37 0,80 0,58 0,59 1,78 0,75
Octubre 2,19 1,49 0,28 0,68 0,13 0,05 0,23 0,45 2,22 1,73 1,92 0,78 0,87 0,10 1,82 0,61
119
Capítulo 3
4Tabla 3.3. Media de los 4 años objetos de estudio de los valores medios diarios mensuales de la
Evapotranspiración de referencia (ETo PM), Evapotranspiración de cultivo obtenida en el lisímetro
(ETcLys), Evapotranspiración de cultivo, obtenida con los sensores de flujo de savia (ET cSF) en el
tratamiento de Riego, Coeficiente de cultivo obtenido del lisímetro (K cLys), Coeficiente de cultivo
obtenido con TSF + E (KcSF), Evaporación (E), Transpiración obtenida con los sensores de flujo de savia en
el tratamiento de Riego (TSFriego) y Transpiración obtenida con los sensores de flujo de savia en el
tratamiento de Secano (TSFsecano).
2012-2015
Meses ETo PM ETcLys ETcSF KcLys KcSF E TSFriego TSFsecano
-1 -1 -1 -1 -1 -1
(mm día ) (mm día ) (mm día ) (mm día ) (mm día ) (mm día )
Abril 3,55 1,16 1,29 0,33 0,35 0,16 1,25 0,57
Mayo 5,46 2,83 2,76 0,51 0,51 0,63 2,10 0,88
Junio 6,19 4,77 4,90 0,77 0,82 1,43 3,59 1,15
Julio 6,72 5,35 5,47 0,78 0,80 1,79 3,96 0,72
Agosto 5,97 5,17 5,00 0,85 0,82 1,53 3,62 0,69
Septiem. 4,00 3,38 2,89 0,83 0,70 0,67 2,52 0,59
Octubre 2,26 2,08 1,69 0,89 0,72 0,17 1,48 0,49
En las Figuras 3.6 y 3.7 se presenta la evolución diaria de TSF por unidad de área
foliar para diferentes días en los meses objetos de estudio en el año 2012 (Figura 3.6)
y 2014 (Figura 3.7). Como se puede ver en las figuras hay un cierto paralelismo entre
la evolución diaria de TSF y la Radiación solar (Rs) en las primeras horas de la mañana,
con un cierto desplazamiento de los valores máximos de TSF hacia la tarde. Por otra
parte, la TSF diaria estuvo influenciada por la amplitud horaria de la radiación solar,
pasando de una amplitud horaria en la que se registraron valores de T SF en junio de
6:00 h a 20:30 h (Figura 3.6 A y Figura 3.7 B), a un acortamiento progresivo al avanzar
hacia el otoño con una jornada 08:00 h a las 18:00 h en octubre (Figura 3.6 E Y Figura
3.7 F). Desde las primeras medidas en mayo y junio de 2014 (Figura 3.7 A y B), el
Secano tuvo una TSF por unidad de área foliar inferior al riego, sin embargo, en el año
2012 la evolución diaria siguió la misma tendencia en ambos tratamientos en todos
los meses, no detectándose una restricción brusca de TSF en Secano, incluso con tmd
de -1,32 MPa (Figura 3.6). Sin embargo, en el año 2014 las diferencias en TSF entre
Riego y Secano fueron mayores y en los meses de agosto (Figura 3.7 D) y septiembre
(Figura 3.7 E). TSF decae a partir de las 11:00 h, siendo prácticamente nula hasta la
caída del sol, recuperándose en octubre (Figura 3.7 F).
120
Caracterización de la transpiración mediante sensores de flujo de savia
0.22 1200
0.20
0.18
AGOSTO tmd R -0,53 1000
DDA 219 tmd S -1,16
0.16
C 800
Rs (KJ m-2)
0.14
R
TSF/AF (l m2/h)
0.12
S 600
0.10
0.08 Rs 400
0.06
0.04 200
0.02
0.00 0
0.22 1200
0.20 JUNIO tmd R -0,54 SEPTIEMBRE tmd R -0,56 1000
0.18 DDA 171
0.16 tmd S -1,02 DDA 252 tmd S -0,90
A D
TSF/AF (l m-2 h-1)
800
Rs (KJ m-2)
0.14 R R
0.12 S
S 600
0.10
Rs Rs
0.08 400
0.06
0.04 200
0.02
0.00 0
0.22 1200
JULIO
0.20 OCTUBRE tmd R -0,51
0.18 DDA 185 DDA 278 1000
0.16 B tmd S -0,63
R E 800
Rs (KJ m-2)
0.14 R
TSF/AF (l m-2 h-1)
0.12 S
S 600
0.10 Rs Rs
0.08 400
0.06 tmd R -0,67
0.04 tmd S -1,32 200
0.02
0.00 0
00:30 03:30 06:30 09:30 12:30 15:30 18:30 21:30 00:30 03:30 06:30 09:30 12:30 15:30 18:30 21:30
Hora Hora
16 Figura 3.6. Evolución semihoraria a lo largo del día de la Transpiración obtenida con los sensores de flujo de
savia por unidad de área foliar de las cepas (TSF/AF), para los tratamientos de Riego (R) y Secano (S) y de la
Radiación solar (Rs), para los meses de junio (A), julio (B), agosto (C), septiembre (D) y octubre (E) del año
md
2012, y valores de Potencial hídrico de tallo a mediodía (Ѱt ).
121
Capítulo 3
0.22 1200
0.20 MAYO ѰtmdR= -0,35 AGOSTO ѰtmdR= -0,81
0.18 DDA 143 ѰtmdS= -0,34 DDA 228 ѰtmdS= -1,52 1000
0.16 A D 800
TSF/AF (l m-2 h-1)
Rs (kJ m-2)
0.14
R
0.12 R
S 600
0.10 S
0.08 Rs 400
0.06 Rs
0.04 200
0.02
0.00 0
0.22 1200
0.20 JUNIO ѰtmdR= -0,65
SEPTIEMBRE
ѰtmdR= -0,53 1000
0.18 DDA 179 ѰtmdS= -0,86 DDA 256 ѰtmdS= -0,76
0.16 B E 800
TSF/AF (l m-2 h-1)
Rs (kJ m-2)
0.14
R R
0.12
S S 600
0.10
0.08 Rs Rs 400
0.06
0.04 200
0.02
0.00 0
0.22 1200
0.20 JULIO OCTUBRE
ѰtmdR= -0,73 ѰtmdR= ----- 1000
0.18 DDA 202 DDA 275 ѰtmdS= -----
Ѱt S= -1,43
md
0.16 C F
TSF/AF (l m-2 h-1)
0.14 800
Rs (kJ m-2)
R R
0.12
S S 600
0.10
0.08 Rs Rs 400
0.06
0.04 200
0.02
0.00 0
00:30 03:30 06:30 09:30 12:30 15:30 18:30 21:30 00:30 03:30 06:30 09:30 12:30 15:30 18:30 21:30
Hora Hora
17 Figura 3.7. Evolución semihoraria a lo largo del día de la Transpiración obtenida con los sensores de flujo de
savia por unidad de área foliar de las cepas (TSF/AF), para los tratamientos de Riego (R) y Secano (S) y de la
Radiación solar (Rs), para los meses de mayo (A), junio (B), julio (C), agosto (D), septiembre (E) y octubre (F)
md
del año 2014, y valores de potencial hídrico de tallo a mediodía (Ѱt ).
122
Caracterización de la transpiración mediante sensores de flujo de savia
de ETc. Como se vio anteriormente en la Tabla 3.2, los dos primeros años ETcSF
sobrevaloró la ETc en relación con las medidas del lisímetro, de forma que si se
elimina el año 2013 el coeficiente de determinación lineal pasa a ser de R2 = 0,88.
El año 2012 fue en el que mayor amplitud de valores se obtuvo, con valores
máximos superiores a 9 mm, mientras que en los otros años los valores máximos
estuvieron entre 6 y 7 mm.
10
2012 2013
8
2014 2015
ETc Lys (mm)
4
y = 0,7698x + 0,9338
R² = 0,85***
0
0 2 4 6 8 10
ETcSF (mm)
18 Figura 3.8. Relación entre la Evapotranspiración del cultivo obtenida con sensores de flujo de savia
(ETcSF) y la Evapotranspiración del cultivo obtenida mediante lisímetro de pesada (ETcLys), durante el
periodo vegetativo correspondiente a los años 2012, 2013, 2014 y 2015, en condiciones de riego. La
relación se ajustó a un modelo lineal simple n=378. ***, indica que el factor fue significativo en p <
0,001.
123
Capítulo 3
incremento en FiPAR y LAI fue acompañado de un aumento en TSF siendo esta relación
más robusta con el LAI con un R2= 0,68 (Figura 3.9 B) que para la FiPAR R2= 0,34
(Figura 3.9 A). Por otro lado, en el Secano al aumentar la vegetación en las cepas la T SF
fue menor. Los coeficientes de correlación obtenidos para FiPAR y LAI fueron
similares: R2 = 0,54 y 0,53 para FiPAR y LAI respectivamente (Figura 3.9 A y B).
y = 8,529x + 0,1753
5 R² = 0,34* y = 1,3552x - 0,4764
R² = 0,68***
4
0
0.00 0.08 0.16 0.24 0.32 0.40 0.48 0.56 0 1 2 3 4 5
19 Figura 3.9. Relación entre la Transpiración obtenida con sensores de flujo de savia (TSF) y el desarrollo
vegetativo de las cepas, determinado mediante FiPAR y LAI, durante el periodo vegetativo correspondiente
a los años 2012, 2013, 2014 y 2015 en condiciones no limitantes de agua y en condiciones de secano. La
relación se ajustó a un modelo lineal simple, siendo el número de valores (n) para el gráfico A: Tratamiento
de riego (n = 36), Tratamiento de secano (n = 30); para el gráfico B: Tratamiento de riego (n = 23),
Tratamiento de secano (n = 22). *, **, ***, indican que el factor fue significativo en p < 0,05, p < 0,01 y p <
0,001, respectivamente.
3.5. DISCUSIÓN
124
Caracterización de la transpiración mediante sensores de flujo de savia
mayor parte del agua aplicada se consume como transpiración (Fereres et al., 2012).
La determinación de la transpiración aporta por tanto una información necesaria para
mejorar el uso del agua tanto en condiciones de alta, como de baja disponibilidad de
este recurso. Los sensores de flujo de savia ofrecen “a priori” la posibilidad de evaluar
este consumo, sin embargo, la precisión de estas medidas es un aspecto que debe ser
sometida a estudio cuando el objetivo es obtener valores cuantitativos precisos. Sin
embargo, cuando el objetivo es evaluar la respuesta de la planta frente a diferentes
factores, cabe plantearse la necesidad de obtener un ajuste preciso de estas
cantidades. Por otra parte, la regulación de las relaciones hídricas de la vid es una
herramienta importante para el manejo de la calidad del viñedo, que depende de la
disponibilidad de agua y de los mecanismos de la planta que intervienen para regular
el intercambio gaseoso en la cubierta vegetal.
En este trabajo se ha realizado una evaluación del empleo de medidas de flujo
de savia en viñedo, tanto para la evaluación precisa de los consumos hídricos, con el
apoyo de un lisímetro de pesada como referencia, como para analizar el efecto sobre
las cepas del estrés hídrico sobre las pautas diarias y estacionales de la transpiración.
Ajuste y evaluación de los sensores de flujo de savia para determinar la
transpiración de las cepas.
Aunque diferentes autores han propuesto el empleo de medidas de flujo para
cuantificar las pérdidas de agua por transpiración tanto en vides (Fernández et al.,
2008; Ferreira et al., 2012; Ginestar et al., 1998; Intrigliolo et al., 2009), como en otras
especies leñosas (Fernández et al., 2006; Green y Clothier, 1988; López-Bernal, 2015;
Ortuño et. al., 2006; Swanson y Whitfield, 1981; Villalobos et al., 2013), las
calibraciones directas dan fiabilidad a las medidas. En este trabajo, al disponer de un
lisímetro de pesada, fue posible establecer un coeficiente de calibración de α = 3.
Aunque este coeficiente fue obtenido en las dos cepas del lisímetro, los valores y
tendencias de los flujos de savia de las 4 cepas de Riego, junto con las de Secano,
hacen pensar que el ajuste era aceptable para todas ellas. A pesar de este buen
ajuste, hay autores como Testi (2019) que plantean como limitación de los sensores
de flujos de savia para la medida de la T la necesidad de establecer un coeficiente de
calibración α para cada año y sensor, limitación que ha podido minorar el ajuste
obtenido en este trabajo.
125
Capítulo 3
126
Caracterización de la transpiración mediante sensores de flujo de savia
una parte del suelo que se mantiene humedecida, además de no considerarse cierta
evaporación posible incluso en suelos con bajo contenido de agua.
Los valores de TSF fueron similares a los obtenidos por Trambouze y Voltz
(2001) para cv. Shiraz en los meses de verano, con valores máximos en torno a 3 mm
día-1 frente a los 3,96 y 3,62 mm día-1, para los meses de julio y agosto
respectivamente, obtenidos en nuestro estudio (Tabla 3.3). Sin embargo, nuestros
resultados fueron sensiblemente más altos a los obtenidos por Ferreira et al. (2012),
para un conjunto de variedades y estados hídricos, con valores que oscilaron entre 0,3
y 2 mm día-1 frente a los 0,14 y 5,24 mm día-1 obtenidos en nuestro estudio (Tabla
3.2). Estos valores más altos pudieron deberse a la ausencia de estrés hídrico
observada en parte de las cepas monitoreadas de nuestro estudio.
La evolución de los parámetros que caracterizaron el consumo hídrico en las
cepas del lisímetro de pesada siguieron una pauta estacional muy similar a otros
estudios (Johnson et al., 2005; Picón-Toro et al., 2012). Los valores obtenidos en
nuestro trabajo, aun siendo inferiores a los mostrados por estos autores, son
indicativos de máximo consumo durante los meses de julio y agosto (Kc = 0,78-0,85)
(Tabla 3.3) y puede deberse a diferencias en el desarrollo vegetativo. Comparando la
evolución de la ETc con la TSF (Figura 3.5. A-D) se observó una mayor separación entre
evoluciones en los meses de verano (DDA 152-243), a partir del inicio de los riegos,
cuando se incrementó la superficie de suelo humedecido. Este desfase, entre ET c y TSF,
se debió principalmente a que esos meses fueron los que mayor componente
evaporativa presentaron (Tablas 3.2 y 3.3), siendo esta evaporación máxima en los
meses de julio y agosto (DDA 182-243). En estos meses se registraron los valores
máximos de radiación solar y temperatura del aire (Figura 3.3.), siendo estos factores
determinantes para la evaporación. Estos resultados son similares a los obtenidos
para un viñedo de esta misma variedad por Montoro et al. (2016), pero en nuestro
caso, se obtuvieron menores tasas de evaporación en las fases iniciales de desarrollo
del cultivo.
Los valores máximos de E en los meses de riego (Tablas 3.2 y 3.3) ponen de
manifiesto la ineficiencia de las altas frecuencias de riego en climas semiáridos, al
propiciar grandes pérdidas por evaporación (Montoro et al., 2016), representando en
nuestro trabajo valores máximos entre un 30 y un 33 % del valor total de la ETc en los
127
Capítulo 3
meses de junio, julio y agosto, acorde con lo encontrado por Montoro et al. (2016)
para volúmenes de riego elevados.
Por otra parte, se observó el efecto de la poda sobre la transpiración, tanto en
el lisímetro de pesada como en los datos obtenidos mediante las sondas de flujo de
savia (Figura 3.5 A-D). Se produjo una disminución proporcional al área foliar
eliminada por las podas en verde, lo que coincide con observaciones previas en viña
(Picón-Toro et al., 2012) y en otros cultivos leñosos (Ayars et al., 2003; Girona et al.,
2011; Green et al., 2003; Pereira et al., 2007).
Relación entre la transpiración y el desarrollo vegetativo de las viñas.
La transpiración de un cultivo guarda una estrecha relación con el desarrollo
de la cubierta vegetal en condiciones no limitantes de agua (Ayars et al., 2003; Girona
et al., 2011; Green et al., 2003; Pereira et al., 2007; Picón-Toro et al., 2012), con una
apertura estomática máxima en estas condiciones, con máxima iluminación y
humedad relativa elevada (Champagnol, 1984). En este estudio TSF en el tratamiento
Riego aumenta desde la brotación al incrementarse LAI y FiPAR y disminuye de forma
brusca con las intervenciones de poda en verde (Figura 3.4 A-H). Si se comparan las
relaciones con LAI y FiPAR con TSF en el Riego con las obtenidas por Picón et al. (2012)
con Kcb, en los dos casos hay una mejor relación con LAI que con FiPAR. En Secano la
dispersión es menor, ya que al producirse el cierre estomático, las condiciones
ambientales no tienen una influencia tan alta sobre la transpiración de las cepas.
Contrariamente al Riego, en el Secano el mayor desarrollo de la cubierta reduce T SF
(Figura 3.9 A-B), siendo el cierre estomático necesario para que la planta se defienda
de la limitación hídrica (Jones, 1990). En condiciones de baja disponibilidad de agua, el
mayor tamaño de cubierta supone una mayor demanda hídrica y un consumo más
rápido de las reservas, lo que lleva a un estrés más severo. En estas condiciones
adquieren protagonismo una serie de mecanismos de la planta que actúan para el
control de la transpiración a través del cierre estomático (Lavoie-Lamoureux et al.,
2017).
Evaluación de la respuesta de la T del viñedo en condiciones limitantes y no
limitantes de agua.
Las condiciones en las que se desarrollan las cepas (ambientales y
disponibilidad de agua) determinan el desarrollo de la cubierta (número de hojas,
128
Caracterización de la transpiración mediante sensores de flujo de savia
129
Capítulo 3
130
Caracterización de la transpiración mediante sensores de flujo de savia
3.6. CONCLUSIONES
131
Capítulo 3
3.7. REFERENCIAS
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132
Caracterización de la transpiración mediante sensores de flujo de savia
133
Capítulo 3
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Capítulo 3
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138
Caracterización de la transpiración mediante
CAPÍTULO 4
DEFICITARIO CONTROLADO Y
EL ACLAREO DE RACIMOS
TEMPRANO EN PARÁMETROS
PRODUCTIVOS Y
CUALITATIVOS DE UN VIÑEDO
CV. TEMPRANILLO BAJO
CONDICIONES SEMIÁRIDAS
DEL SUROESTE DE ESPAÑA
Riego Deficitario Controlado y Aclareo de racimos temprano
4.1. RESUMEN
141
Capítulo 4
los racimos. Sin embargo, el estado hídrico durante el pre-envero tuvo un mayor
impacto sobre la vendimia al afectar a la fertilidad de las yemas, tanto del año en
curso como en el siguiente, y por tanto al número de racimos por cepa y a las bayas
por racimo. La pérdida de cosecha provocada por el aclareo de racimos, sólo fue
parcialmente compensada por el aumento en el peso individual de los racimos, y fue
debido a un mayor número de bayas por racimo, ya que el peso medio de la baya se
mantuvo constante en ambos niveles de carga.
El tratamiento de riego modificó las características de los mostos, aunque una
vez más la respuesta obtenida estuvo muy condicionada por las características del
año, de forma que no se mantuvieron las mismas tendencias año tras año. Con
carácter general, el riego tuvo un efecto positivo sobre la composición del mosto en el
año más seco (2009), incrementando sólidos solubles, acidez, polifenoles y
antocianos. De forma similar, el aclareo de racimos mostró tendencia a mejorar las
características de los mostos cuando las condiciones fueron más limitantes, siendo
más evidente en el año 2009 y en el tratamiento T1.
4.2. INTRODUCCIÓN
El agua es un factor de producción esencial en la agricultura, en especial en
zonas semiáridas donde la pluviometría no satisface la demanda de los cultivos, no
siendo una excepción la viticultura.
A pesar de que la vid está bien adaptada a la escasez de agua debido a la
profundidad y extensión de sus raíces y a los mecanismos de resistencia a la sequía,
como el control de la apertura estomática (Escalona et al., 1999) y el ajuste osmótico
(Medrano et al., 2007), aumentar la disponibilidad de agua para la planta supone un
cambio radical en su fisiología (Chaves et al., 2010; Lavoie-Lamoureux et al., 2017).
Estos cambios fisiológicos afectan de forma decisiva no sólo a los procesos de
fructificación y maduración de las uvas, sino también a las características de los
mostos (García-Escudero, 1991; Junquera et al., 2012; Ollat et al., 2002; Williams y
Matthews, 1990).
Conocer el momento y la cantidad de agua a aplicar es esencial para lograr,
142
Riego Deficitario Controlado y Aclareo de racimos temprano
por un lado, una gestión eficiente de este recurso natural cada vez más escaso y
costoso y, por otro, mantener la rentabilidad de las explotaciones mediante el
equilibrio entre productividad y calidad de la uva. Así, la correcta aplicación del agua
requiere el conocimiento preciso de la respuesta de la vid al estrés hídrico en sus
diferentes estados fenológicos para identificar cuáles son los periodos de menor
sensibilidad de la uva y definir la mejor estrategia de riego a aplicar.
El periodo de mayor crecimiento vegetativo en la vid ocurre desde la brotación
de las yemas hasta la parada de crecimiento de los brotes, el cual tiene lugar próximo
al envero (Williams y Matthews, 1990). Condiciones de estrés hídrico durante este
periodo disminuyen el crecimiento de los brotes y el área foliar de la cepa (Shellie,
2006). Este efecto será más acusado cuanto más temprano se presente el estrés y ha
sido utilizado como herramienta para el control del crecimiento en plantaciones de
elevado vigor. Por otro lado, tras envero el estrés hídrico tiene efectos leves o
inexistentes sobre el desarrollo del área foliar (Matthews et al., 1987; Naor et al.,
1993; Poni et al., 1994), siempre y cuando, el estrés en la cepa no resulte severo, ya
que un elevado estrés produce la senescencia prematura de las hojas y una limitación
en la translocación de fotoasimilados hacia los racimos y órganos de reserva.
El crecimiento vegetativo disminuye a medida que el crecimiento y desarrollo
de la baya se hace evidente, de tal manera que los racimos se convierten en el
principal sumidero de fotoasimilados en detrimento de los ápices vegetativos, que
terminan por detener su crecimiento. La multiplicación y elongación de las células de
la baya disminuyen como respuesta al estrés hídrico temprano, resultando bayas de
menor tamaño (Ojeda et al., 1999). Este menor tamaño de baya, se ha relacionado
con incrementos en la calidad de los mostos, como consecuencia del aumento del
ratio hollejo/pulpa (Poni et al., 1994), si bien, Matthews y Nuzzo (2007) reportaron
que el manejo de la cepa a lo largo del ciclo de cultivo, tenía una influencia mayor
sobre la composición de la baya que el tamaño de la baya en sí mismo.
El manejo del estrés mediante el riego, también ha sido utilizado en zonas de
clima cálido como herramienta para mejorar la composición de la baya y el vino
(Baeza et al., 2005; Basile et al., 2012; Ferreyra et al., 2003; Gu et al., 2004; Intrigliolo
et al., 2012; Keller et al., 2016; Santesteban et al., 2011; Schultz y Matthews, 1988;
Uriarte et al., 2017). Un estrés hídrico inducido durante pre-envero, produce cambios
143
Capítulo 4
144
Riego Deficitario Controlado y Aclareo de racimos temprano
regulación del nivel de carga de cosecha (Chapman et al., 2004). A este respecto,
aunque algunos estudios han informado que el aclareo de racimos aumentó la
concentración de azúcares y antocianinas (Guidoni et al., 2002; Uriarte et al., 2016),
otros concluyeron que este efecto es leve o inexistente (Keller et al., 2008, 2005;
Ough y Nagaoka, 1984), si bien, otros resultados obtenidos en la variedad Tempranillo
indican que, a igual concentración de azúcar, el aclareo de racimos disminuye la
acidez y aumenta el pH (Uriarte et al., 2015). Esta diversidad de resultados sugiere
que los efectos del aclareo de racimos dependen del suelo, el clima, los factores
genéticos y las posibles variaciones en la implementación de esta práctica.
El efecto, tanto de la estrategia del riego, como del aclareo de racimos
dependen en gran medida de las condiciones agroclimáticas. A pesar de que el cv.
Tempranillo es la variedad con mayor superficie de plantación en España, no se
dispone aún de suficiente información sobre su respuesta frente a diferentes
estrategias de riego en condiciones de altas temperaturas durante la maduración, ni
tampoco del efecto combinado de estas estrategias de riego y el aclareo de racimos
temprano. Este trabajo analiza el efecto de diversas estrategias de riego deficitario
combinadas con diferentes niveles de carga de racimos, ajustados en cuajado, sobre
el desarrollo vegetativo, sobre la producción y la calidad de la uva Tempranillo bajo
las condiciones de cultivo de Extremadura.
145
Capítulo 4
146
Riego Deficitario Controlado y Aclareo de racimos temprano
147
Capítulo 4
148
Riego Deficitario Controlado y Aclareo de racimos temprano
Mechatronics BP61S, Göttinger, GER) y sensibilidad de 0,1 mg. Para el secado de las
muestras se utilizó una estufa de ventilación forzada a 65 °C, y se mantuvo las
muestras en la misma hasta alcanzar un peso constante.
La vendimia se realizó, sobre todas las subparcelas, cuando se alcanzó una
concentración de sólidos solubles próxima a 23 °Brix (valor medio de cada
tratamiento). En vendimia se pesaron y contaron todos los racimos de las 10 plantas
seleccionadas de cada subparcela, tanto de carga alta como de carga baja,
diferenciando cada una de las plantas. El peso de baya se determinó mediante
muestreo en cada subparcela en vendimia, y pesado de 100 bayas.
149
Capítulo 4
150
Riego Deficitario Controlado y Aclareo de racimos temprano
4.4. RESULTADOS
5Tabla 4.1. Evapotranspiración de referencia (ETo) y de cultivo (ETc), precipitación y volúmenes de agua
de riego en cada uno de los tratamientos entre brotación y vendimia, en los años 2009, 2010 y 2011.
Precipitación
Periodo Caída de Riego Riego Riego
ETo ETc Precipitación
Año (Brotación- hoja- (mm) (mm) (mm)
(mm) (mm) (mm)
Vendimia) Vendimia T4 T3 T2
(mm)
2010 DDA 85-256 978 633 109 656 505 129 155
151
Capítulo 4
6Tabla 4.2. Estados fenológicos expresados en Día del Año (DDA) y Grados Día (GD) en los años 2009,
2010 y 2011.
Vendimia (1) 244 1712 256 1928 249 1860 250 1834
El ψtmd del tratamiento T4 se mantuvo por encima de -0,7 MPa en los años
2010 y 2011. En 2009 se produjo un descenso estacional del potencial en este
tratamiento hasta -1,0 MPa debido a una infraestimación de la ETc en el lisímetro
descrita por Picón-Toro et al. (2012).
En los tres años de ensayo, se llegaron a establecer diferencias en el estado
hídrico de los tratamientos en pre o post-envero, en función de la estrategia de riego,
aunque en mayor o menor medida en función de las características del año. En el año
2009 se produjo un descenso inicial rápido de ψtmd que explica el inicio temprano del
riego en T3 y T4 en relación con los dos años posteriores (Figura 4.1). Se establecieron
diferencias claras en pre-envero entre los 4 tratamientos; al inicio del riego T3 y T4 se
152
Riego Deficitario Controlado y Aclareo de racimos temprano
153
Capítulo 4
0
Inicio Inicio Envero Reanudación Vendimia 2009
-0.2 riego riego riego
T4 y T3 T2 T3 A
-0.4
-0.6
-0.8
MPa
-1
-1.2
-1.4
-1.6
0
Inicio Envero Vendimia 2010
-0.2 riego Inicio
T4 y T3 riego B
-0.4 T2
-0.6
-0.8
-1
-1.2
-1.4
-1.6
0
Inicio Envero
-0.2 riego
Vendimia 2011
Inicio
T4 y T3 riego C
-0.4 T2
-0.6
-0.8
-1
-1.2
-1.4 T1 T2
T3 T4
-1.6
130 150 170 190 210 230 250 270 290
DDA
md
20 Figura 4.1. Evolución estacional del potencial hídrico de tallo medido a mediodía (ψ t ) en los 4
tratamientos de riego en los años A) 2009, B) 2010 y C) 2011. Cada punto es la media de las 4
parcelas elementales en carga alta. Las barras representan el error estándar de la media.
154
Riego Deficitario Controlado y Aclareo de racimos temprano
md
21 Figura 4.2. Evolución estacional del potencial hídrico de tallo medido a mediodía (ψt ) en el
tratamiento secano (T1) y ETo obtenida en el lisímetro de pesada de pradera en los años A) 2009, B)
md
2010 y C) 2011. Cada punto de ψt representa el valor medio de 4 subparcelas en carga alta.
155
Capítulo 4
y por último 2011. A pesar de estas diferencias interanuales, en todos los años el ψ tmd
de los tratamientos se ordenó, en los periodos de pre-envero y post-envero, de
acuerdo al volumen de agua recibido. Al considerar el periodo total, la estrategia T3
mantuvo las plantas en mejor o similar estado hídrico que T2, pero con un menor
volumen de agua en los años 2010 y 2011, mientras que en 2009, el volumen de agua
aplicado en T3 fue ligeramente más alto (Tabla 4.1).
md
7Tabla 4.3. Promedio del potencial hídrico de tallo a mediodía (ψ t ) para los periodos de Pre-envero y
Post-envero y para ambos periodos (Total) en los 4 tratamientos de riego y dos niveles de carga en los
años 2009, 2010, 2011.
md
ψt 2009 2010 2011
Nivel de
ns ns ns ns ns ns ns ns ns
carga
Baja -0,78 -0,81 -0,80 -0,52 -0,74 -0,66 -0,55 -0,60 -0,59
Alta -0,78 -0,84 -0,82 -0,53 -0,74 -0,67 -0,57 -0,60 -0,60
Interacción ns ns ns ns ns ns ns ns
Letras diferentes dentro de la misma columna indican diferencias significativas entre tratamientos de
riego para p<0,05 según test de Tukey. **, ***, indican diferencias significativas para p<0,01 y p<0,001
respectivamente; ns, no significativo.
156
Riego Deficitario Controlado y Aclareo de racimos temprano
tratamientos de riego sobre la captación de radiación. Este efecto fue más evidente
en el año 2010 donde las intervenciones sobre la vegetación fueron más intensas que
para el resto de los años objeto de estudio (datos no mostrados). Según los datos
presentados en la Tabla 4.4, los valores más bajos de FiPAR corresponden al secano,
con un desarrollo vegetativo acorde a las características del año. El FiPAR medio fue
creciente al avanzar los años. En el otro extremo T4 tuvo los valores más elevados,
que descendieron en el año 2010 como consecuencia de las intervenciones sobre la
vegetación (Tabla 4.4).
8Tabla 4.4. Fracción de intercepción de radiación PAR (FiPAR) en % (valores medios por periodos) de los
tratamientos de manejo de riego en carga alta en los periodos de Pre-envero, Post-envero y Total,
correspondientes a los años 2009, 2010 y 2011.
Letras diferentes dentro de la misma columna indican diferencias significativas entre tratamientos de
riego para p<0,05 según test de Tukey. *, **, ***, indican diferencias significativas para p<0,05, p<0,01
y p<0,001 respectivamente; ns, no significativo.
4.4.4. PRODUCCIÓN
157
Capítulo 4
158
Riego Deficitario Controlado y Aclareo de racimos temprano
9Tabla 4.5. Rendimiento y componentes del rendimiento en los diferentes tratamientos de riego y carga, correspondiente a los años 2009, 2010 y 2011.
Nº Racimos Producción (Kg/Planta) Peso Medio racimo (g) Peso medio de baya (g)
Trat. Carga 2009 2010 2011 2009 2010 2011 2009 2010 2011 2009 2010 2011
ns ns ns ns ns
Baja 11,2*** 9,8*** 12,2*** 2,7 3,4 3,9*** 242,8*** 343,7*** 313,9*** 1,8 1,9 1,9
T1
Alta 15,4b 15,0b 21,9 2,6c 4,2c 4,8b 162,3b 267,1c 221,7c 2,1 1,7 1,9
ns ns ns
T2 Baja 12,2*** 11,2*** 12,2*** 3,6*** 4,7** 6,5 294,0*** 419,7*** 534,9*** 1,6** 1,9 2,0
Alta 18,9a 16,3b 21,7 4,4b 5,7b 6,6a 232,8a 345,6b 303,4a 2,1 1,9 2,0
ns ns ns ns ns
T3 Baja 11,7*** 10,8*** 12,3*** 3,3* 4,5*** 6,2 284,8*** 423,2 506,9*** 1,8 1,9 2,0
Alta 16,4b 19,0a 22,6 3,9b 7,3a 5,9a 234,5a 382,5ab 259,8b 1,9 1,9 2,1
T4 Baja --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- ---
Alta 20,5a 20,0a 22,3 5,0a 7,8a 5,9a 247,5a 393,0a 264,7b 2,0 1,8 2,1
Valores dentro de las columnas seguidas por distintas letras presentan diferencias significativas, para las cargas altas, en p < 0,05 usando test de Tukey. *, **, *** indican
que un factor o interacción fue significativo en p < 0,05, p < 0,01 y p < 0,001, respectivamente; ns, no significativo.
159
Capítulo 4
El tratamiento de riego tuvo un efecto claro sobre los sólidos solubles totales
(SST), en los tres años de ensayo, a pesar de que se estableció un mismo criterio de
vendimia. En 2009 el estrés severo soportado por T1 limitó la acumulación de
azúcares, mientras que en los dos años posteriores los resultados fueron variables
(Tabla 4.6).
La acidez fue similar entre los tratamientos de riego durante todo el estudio a
excepción de 2009, que fue menor en T2 (Tabla 4.6). El pH fue similar entre años y
entre tratamientos, con valores más bajos en T4 en relación a T2 y T3 durante 2009 y
2011, mientras que T1 mostró valores similares en 2009 y más elevados en 2011 que
los observados en T4 (Tabla 4.6). En cuanto a los compuestos responsables del color,
determinados como índice polifenoles totales (IPT) y antocianos, el riego tuvo un
efecto significativo en 2009 y 2011. En el año más seco (2009), la mayor dosis de riego
de T4 incrementó las concentraciones de estos compuestos, mientras que en 2011 los
valores más altos se obtuvieron en T1 (Tabla 4.6).
El ajuste de la carga mediante aclareo de racimos temprano incrementó el IPT
y antocianos en 2009 y 2010. Sin embargo, la reducción de carga sólo aumentó los SST
y disminuyó el pH en 2010 (Tabla 4.6). Por último, al reducir la carga se incrementó la
acidez titulable en 2009 y 2011 (Tabla 4.6).
Como se puede ver en la Tabla 4.6, hubo interacción entre riego y carga en los
SST en los dos primeros años, en los que el aclareo de racimos incrementó la
concentración de SST en los tratamientos con mayor nivel de estrés durante el post-
envero, no observándose este efecto en el año con mayor disponibilidad hídrica. La
acidez titulable presentó interacción entre el riego y la carga el primer año de estudio,
mientras que al analizar la interacción entre el riego y la carga para pH, IPT y
antocianos, no se apreciaron interacciones, exceptuando en 2011 para IPT y
antocianos debido al efecto reductor encontrado del aclareo en estos parámetros en
el secano (Tabla 4.6).
160
Riego Deficitario Controlado y Aclareo de racimos temprano
10Tabla 4.6. Características del mosto (SST, pH, Ac. Total, Antocianos e IPT), correspondiente a los años 2009, 2010 y 2011.
Trat. Carga 2009 2010 2011 2009 2010 2011 2009 2010 2011 2009 2010 2011 2009 2010 2011
Riego ** *** * * ns ns ** ns * ** ns ** ** ns **
Baja 23,7*** 25,7*** 24,4ns 4,1* 4,8ns 5,2ns 3,79ns 3,79ns 3,80ns 1,81** 1,95ns 1,17** 1,24** 0,75ns 0,47*
T1
Alta 22,9b 22,9b 24,0a 3,6ab 4,7 4,9 3,82b 3,82 3,84a 1,08b 1,86 1,61a 0,81b 0,69 0,66a
Baja 23,0** 24,4ns 22,7ns 4,3*** 4,9ns 5,1ns 3,97ns 3,79*** 3,71* 1,75ns 1,90ns 1,39ns 1,21ns 0,78ns 0,51ns
T2
Alta 23,8a 24,2a 22,9b 3,3b 4,8 4,6 3,93a 3,94 3,78ab 1,54a 1,66 1,31b 1,10a 0,70 0,49b
Baja 24,0ns 24,0** 22,9** 5,0*** 5,0ns 5,3ns 3,98ns 3,81ns 3,70ns 1,56ns 2,16*** 1,48ns 1,07ns 0,83** 0,60**
T3
Alta 23,8a 23,2b 23,7ab 3,7ab 5,1 4,9 3,94a 3,86 3,73ab 1,21ab 1,70 1,34b 0,87ab 0,64 0,47b
Baja --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- ---
T4
Alta 23,5ab 23,0b 23,2ab 4,1a 4,8 5,2 3,81b 3,81 3,69b 1,47a 1,82 1,35b 1,14a 0,77 0,54ab
Inter. ** *** ns ** ns ns ns ns ns ns ns ** ns ns **
Valores dentro de las columnas seguidas por distintas letras, presentan diferencias significativas, para las cargas altas, en p < 0,05 usando test de Tukey. *, **, ***, indican
que el factor o interacción fue significativo en p < 0,05, p < 0,01 y p < 0,001, respectivamente; ns, no significativo.
161
Capítulo 4
11Tabla 4.7. Producción de materia seca Total, vegetativa (despunte + poda) y productiva (vendimia),
para los distintos tratamientos de riego en carga alta, correspondiente a los años 2009, 2010 y 2011.
Trat. 2009 2010 2011 2009 2010 2011 2009 2010 2011
Valores dentro de las columnas seguidos por distinta letra, presentan diferencias significativas en p <
0,05 usando test de Tukey. *, **, ***, indica que el factor riego fue significativo en p < 0,05, p < 0,01 y p
< 0,001, respectivamente; ns, no significativo.
162
Riego Deficitario Controlado y Aclareo de racimos temprano
La Figura 4.3, muestra la relación entre ψtmd medio para el ciclo completo del
cultivo (incluido post-vendimia) y la producción de materia seca. Como se puede ver
en esta figura, la producción de biomasa decrece de forma lineal al incrementarse el
estrés soportado por las cepas. El ajuste es altamente significativo en todos los casos,
con un coeficiente de determinación (R2) superior a 0,72, mejorando hasta 0,85 al
considerar sólo los órganos vegetativos, y con un R2 de 0,73 en el caso de los racimos.
3500
y = 3369,3x + 4668,5
3000
R² = 0,8186***
2500
Materia seca por cepa (g)
y = 2328,7x + 3263,4
2000 R² = 0,7263**
1500
y = 1046,9x + 1411,5
R² = 0,8515***
1000
Total
500 Productiva
Vegetativa
0
0.0 -0.1 -0.2 -0.3 -0.4 -0.5 -0.6 -0.7 -0.8 -0.9 -1.0 -1.1 -1.2
22 Figura 4.3. Relación entre el valor medio para todo el ciclo de cultivo del potencial hídrico del tallo
medido a mediodía y la producción de materia seca Total (g/cepa) y desglosada en materia seca de
racimos y materia seca de los órganos vegetativos. **, ***, indica una significación en p < 0,01 y p <
0,001, respectivamente.
163
Capítulo 4
1200
1000
800
Materia seca por m2 (g)
y = 1,3416x + 64,549
R2 = 0,2964ns
600
y = 0,7808x + 131,48
400 R2 = 0,1865ns
Total
200 Productiva
y = 0,5664x - 69,189
R2 = 0,5693*
Vegetativa
0
0 100 200 300 400 500 600 700
23 Figura 4.4. Relación entre la radiación PAR estacional interceptada por el viñedo (RI) y la producción
2
de materia seca Total (g/m ), desglosada en materia seca Productiva y materia seca Vegetativa. *
indica una significación en p < 0,05; ns, no significativo.
Al analizar de forma conjunta la EUA de los tres años, destaca la baja eficiencia
del año 2009 en relación con los años posteriores, lo que pone de manifiesto la
importancia del efecto de las precipitaciones previas al inicio del ciclo de cultivo.
Como consecuencia del balance entre el agua recibida por el cultivo y la producción
de biomasa, los tratamientos de RDC (T2 y T3) fueron más eficientes en el uso del
agua con respecto al tratamiento más regado (T4) (Tabla 4.8). Al comparar los
tratamientos de riego deficitario, en 2 de los 3 años T3 tuvo tendencia hacia valores
más altos de EUA, tanto en la componente vegetativa como en la productiva, aunque
sin llegar a ser significativas las diferencias (Tabla 4.8). En el año 2009, el inicio
temprano de la campaña del riego incrementó el volumen de agua de riego en T3
reduciendo la EUA en relación con T2 (Tabla 4.8).
164
Riego Deficitario Controlado y Aclareo de racimos temprano
12Tabla 4.8. Eficiencia en el Uso del Agua de la vegetación (EUAv) y producción (EUAp) de los distintos
tratamientos de riego en carga alta, correspondiente a los años 2009, 2010 y 2011.
Valores dentro de las columnas seguidos por distinta letra, presentan diferencias significativas en p <
0,05 usando test de Tukey. *, **, ***, indican que el factor fue significativo en p < 0,05, p < 0,01 y p <
0,001, respectivamente; ns, no significativo.
165
Capítulo 4
166
Riego Deficitario Controlado y Aclareo de racimos temprano
25 10
A 9 D
20 8
7 y = 4,6373x + 9,0135
R2 = 0,3655*
Producción (kg/cepa)
Racimos por cepa
15 6
y = 12,689x + 28,362 5
R2 = 0,75***
10 4 Total
Total y = 13,07x + 29,585
R2 = 0,57*** y = 6,3354x + 25,338 3
Pre- Pre-
R2 = 0,20ns
5 envero 2 envero
Post- Post- y = 5,9912x + 9,2222
envero 1 envero R2 = 0,4163** y = 7,1658x + 10,349
R2 = 0,5067***
0 0
500 2.6
450 B C
2.4 y = -0,264x + 1,782
y = 145,6x + 392,23 y = -0,1097x + 1,8776
400 R2 = 0,07ns
R2 = 0,19ns 2.2 R2 = 0,01ns
300 2
250 1.8
Total
200
1.6 Total y = 0,069x + 2,0108
150 Pre-
envero y = 257,01x + 444,03 R2 = 0,01ns
1.4 Pre-
100 R2 = 0,40**
Post- y = 263x + 461,03 envero
50 envero R2 = 0,35* 1.2 Post-
envero
0 1
0 -0.2 -0.4 -0.6 -0.8 -1 -1.2 -1.4 -1.6 0 -0.2 -0.4 -0.6 -0.8 -1 -1.2 -1.4 -1.6
Potecial hídrico (MPa) Potencial hídrico (MPa)
24 Figura 4.5. Relación entre el estado hídrico anual, en pre-envero y en post-envero, de los tratamientos en carga alta, con parámetros de producción. En el
caso del número de racimos se comparó con el estado hídrico del año anterior. *, **, ***, indican que el factor fue significa tivo en p < 0,05, p < 0,01 y p <
0,001, respectivamente; ns, no significativo.
167
Capítulo 4
168
Riego Deficitario Controlado y Aclareo de racimos temprano
13 Tabla 4.9. Relación entre el estado hídrico anual de los tratamientos en carga alta, en pre-envero y en post-envero con parámetros de calidad, mediante función lineal.
a b R2 Significación
Total Pre-envero Post-envero Total Pre-envero Post-envero Total Pre-envero Post-envero Total Pre-envero Post-envero
SST 0,1262 0,3686 0,0835 23,519 23,672 23,362 0,00 0,01 0,00 n.s. n.s. n.s.
pH -0,1987 -0,1301 -0,1597 3,6907 3,7456 3,7027 0,09 0,04 0,10 n.s. n.s. n.s.
Acidez total 2,7001 2,5713 1,5254 6,3846 6,1659 5,703 0,43 0,46 0,24 * ** n.s.
Ác. Tartárico 0,8517 -0,9691 -0,3747 4,947 4,9122 5,2475 0,04 0,06 0,01 n.s. n.s. n.s.
Ác. Málico 1,4232 1,2826 0,8406 2,6781 2,5151 2,3482 0,34 0,33 0,21 * * n.s.
Potasio 2,8501 1,7132 2,3912 3,6652 2,777 3,573 0,27 0,12 0,33 n.s. n.s. *
IPT 0,7085 0,8246 0,2965 1,9954 2,0365 1,7331 0,10 0,16 0,03 n.s. n.s. n.s.
Antocianos 0,3557 -0,3248 -0,2207 0,4978 0,5358 0,5717 0,05 0,04 0,03 n.s. n.s. n.s.
a (pendiente), b (ordenada al origen). *, **, Indican que el factor fue significativo en p < 0,05 y p < 0,01, respectivamente; ns, no significativo.
169
Capítulo 4
4.5. DISCUSIÓN
170
Riego Deficitario Controlado y Aclareo de racimos temprano
también con el año de menor carga productiva. Estos resultados ponen también de
manifiesto una aceleración de la maduración debido al aclareo de racimos
coincidiendo con lo encontrado por autores como Santesteban et al. (2011) y Uriarte
et al. (2016). Esta aceleración de la maduración es atribuida a una acumulación de
azúcares más rápida, debida a un cambio en la relación fuente-sumidero, que permite
una mayor asignación de fotoasimilados a los racimos dejados (Santesteban et al.,
2011).
En este estudio, el estado hídrico de las cepas no se vio afectado por la carga
de cosecha. Un resultado similar fue encontrado para cv. Tempranillo por Uriarte et
al. (2015) y para cv. Cabernet Sauvignon por Keller et al. (2008), aunque en ambos
casos el aclareo de racimos se realizó en envero. Sin embargo, Willliams (1987)
encontró que la reducción de la carga de cosecha en Thomson Seedless mejoraba el
estado hídrico, por lo que parece que hay una falta de consenso en relación al efecto
del aclareo de racimos sobre el estado hídrico.
El estado hídrico de las cepas estuvo condicionado por el agua disponible para
las plantas (pluviometría y riego), pero también por la demanda evaporativa del
ambiente (ETo). La Figura 4.2, muestra un gran paralelismo entre la evolución
estacional de ψtmd del tratamiento de secano y ETo en los tres años de ensayo, que
parece indicar un alto grado de acoplamiento entre ambos. Estos resultados
cuestionan el comportamiento isohídrico de la vid (Chaves et al., 2010, 1987; Higgins
et al., 1992; Schultz, 2003), que se planteó como argumento para cuestionar la validez
de la medida de ψtmd como indicador de estado hídrico en este cultivo (Blanco-
Cipollone et al., 2017; Intrigliolo y Castel, 2007). En este sentido, hay trabajos en los
que se propone utilizar como indicador de estado hídrico más adecuado, las medidas
de potencial hídrico al amanecer o a media mañana, estas últimas, antes de
producirse el cierre estomático provocado por el descenso diario del DPV (Blanco-
Cipollone et al., 2017). Esta controversia en cuanto al comportamiento isohídrico o
anisohídrico en la vid puede deberse a lo encontrado por Lavoie-Lamoureux et al.
(2017), que afirmaban que el portainjerto en vid juega un papel importante en la
sensibilidad estomática al estrés hídrico. También pueden influir las diferencias entre
variedades de vid en cuanto al comportamiento isohídrico (Hugalde y Vila, 2014;
Schultz, 2003), incluso un mismo cultivar puede tener diferente comportamiento en
171
Capítulo 4
función de las condiciones ambientales (Lovisolo et al., 2002; Rogiers et al., 2011) y
del estado del cultivo (Intrigliolo y Castel, 2006).
Aunque la aplicación de riego no siempre dio lugar a un incremento en la
radiación interceptada (Tabla 4.4), al mejorar el estado hídrico de las cepas aumentó
la producción de biomasa, tanto en los órganos vegetativos como reproductivos
(Figura 4.3), de forma que se consiguió un incremento en la productividad de la
cubierta debido no sólo a una captación más eficiente de radiación, sino
probablemente a mayores tasas de fotosíntesis por unidad de radiación interceptada.
La producción de biomasa se incrementó linealmente al mejorar el estado
hídrico medio a lo largo de todo el ciclo de cultivo, sin establecerse diferencias en
función del momento en el que el estrés fue más severo (Figura 4.3). Desde el punto
de vista de la economía en el uso del agua (referida a la producción comercial) la
estrategia más recomendable será la que mantenga mejor estado hídrico con menor
riego, lo que dependerá del régimen pluviométrico del año. Aunque “a priori” era de
esperar que en estas condiciones climáticas el tratamiento menos eficiente fuera el T3
(déficit post-envero), esto sólo resultó así en años de primavera seca, como en 2009,
donde T2 fue el más eficiente de los tratamientos RDC. En cualquier caso, un exceso
de riego es ineficiente al promover cepas vigorosas y permitir un “consumo de lujo”
de agua (Green et al., 2000).
Con respecto a la relación entre la producción de materia seca y la radiación
PAR interceptada por el cultivo, se ha encontrado una respuesta positiva,
observándose como a medida que se incrementa la intercepción de la radiación PAR,
se produce un incremento en la producción de materia seca (Figura 4.4),
obteniéndose coeficientes de correlación bajos, tanto para la materia seca total como
para la materia seca productiva, en consonancia con lo obtenido para cv. Tempranillo
por Pérez (2002). La correlación con la biomasa de los órganos vegetativos resultó
más alta, coincidiendo con los resultados de Russell et al. (1989), que afirmaban que
hay una serie de factores que afectan a la relación entre la producción de materia
seca y la radiación PAR interceptada, entre los que se encuentran la variedad, la
eficacia en la fotosíntesis, las propiedades de las hojas, la estructura del dosel vegetal
influenciada por el manejo del cultivo y todos aquellos factores que puedan alterar la
fotosíntesis. En el caso de este estudio, los despuntes de los brotes realizados para
172
Riego Deficitario Controlado y Aclareo de racimos temprano
173
Capítulo 4
174
Riego Deficitario Controlado y Aclareo de racimos temprano
constatado por otros autores (Esteban et al., 1999; García-Escudero et al., 2006),
puede deberse a que el riego incrementa el desarrollo vegetativo (Smart, 1985; Castel
et al, 2013) que propicia un microclima más desfavorable para la combustión del
ácido málico, estando estrechamente relacionado el desarrollo vegetativo con el
contenido en málico de los mostos (Intrigliolo y Castel, 2010). Por otro lado, el ácido
tartárico permaneció muy estable, independientemente del estado hídrico, hecho que
concuerda con resultados obtenidos para cv. Tempranillo por otros autores (Esteban
et al., 1999; García-Escudero et al., 2006). Todo esto nos lleva a una disminución de la
relación tartrato/malato a medida que se mejora el estado hídrico (García-Escudero et
al., 2006), relación que puede tener una gran importancia en el pH final del vino al
tener una mayor presencia en el mosto de un ácido débil, como es el málico, frente a
un ácido fuerte, como el tartárico.
En cuanto al efecto del riego sobre el pH, los resultados apoyaron la
variabilidad obtenida por otros autores. No se observó un claro efecto en 2009, sin
efecto del riego en 2010, como ya afirmaron Uriarte et al. (2015), o disminuyó por
efecto del riego en 2011 (Tabla 4.6), tal y como afirmaban algunos autores (García-
Escudero, 1991; Rubio, 2002). De igual modo, tampoco se pudo obtener un resultado
concluyente al analizar el efecto del aclareo sobre este parámetro.
El potasio es el catión mineral con mayor presencia en las bayas (Peynaud y
Ribéreau-Gayon, 1971), y son varios los autores que lo responsabilizan del incremento
de pH, debido a la neutralización de los ácidos málico y tartárico en diversas etapas
del desarrollo de la baya (Christensen, 1969; Hale, 1977). Por otro lado, el estrés
hídrico puede reducir la absorción de potasio debido a una menor actividad y
crecimiento de las raíces (Hale, 1977). Esta afirmación queda reflejada en la Tabla 4.9,
al apreciarse como, al igual que encontraron otros autores (García-Escudero et al.,
2006; Lissarrague, 1986), a medida que se mejora el estado hídrico de las cepas se
produce un incremento en el contenido de potasio de los mostos, aunque esta
correlación sólo fue significativa en este estudio para el estado hídrico durante el
periodo de maduración (post-envero).
La calidad del vino está muy condicionada por el color, por lo que es de gran
importancia la incidencia que sobre este parámetro puedan ejercer los distintos
manejos del riego. Los distintos estudios al respecto obtienen en ocasiones resultados
175
Capítulo 4
contradictorios (Castel et al., 2013; García-Escudero et al., 2006; Salón et al., 2005;
Smart, 1974). Los resultados de este estudio, no pudieron establecer una correlación
clara entre el estado hídrico soportado por las cepas y el Índice de Polifenoles Totales
(IPT), ni con el contenido de antocianos (Tabla 4.9), desmitificando la idea de que el
riego y la calidad son conceptos opuestos, y en contra de lo establecido por otros
autores (García-Escudero et al., 2006; Salón et al., 2005), los cuales si veían un claro
efecto del riego en la disminución de estos parámetros. La escasa diferencia en
calidad, inducida por los diferentes regímenes hídricos, puede deberse a que no se
establecieron diferencias en el tamaño de baya (Figura 4.5 C), parámetro que está
inversamente correlacionado con la carga polifenólica (Salón et al., 2005).
El aclareo de racimos es una práctica costosa que reduce la producción del
viñedo, que sólo podría quedar justificada por una sensible mejora en las
características de la uva. En este sentido, los resultados de este trabajo muestran un
aumento en parámetros como la acidez, sólidos solubles y compuestos del color,
aunque estas diferencias fueron, una vez más, dependientes del año. El aclareo de
racimos incrementó los SST cuando la disponibilidad de asimilados era más baja, es
decir, en los tratamientos con mayor estrés hídrico en 2009 y 2010, y llegó a
descender en T3 en 2011 probablemente por el considerable incremento en el
tamaño de los racimos que provocó el aclareo, elevando la competencia por
asimilados entre bayas (Tabla 4.5). El aclareo de racimos incrementó los antocianos e
IPT, confirmando los resultados de otros autores en este mismo cultivar (García-
Escudero et al., 1997; Lissarrague, 1986; Uriarte et al., 2016). Como se ha mencionado
anteriormente, cuando las diferencias en producción se produjeron debido al manejo
del riego, no se obtuvieron resultados concluyentes sobre las concentraciones de
polifenoles y antocianos en los mostos, teniendo un efecto diferente a la regulación
de la carga mediante eliminación de racimos, como ya observaran García-Escudero et
al. (2000) y Smart (1974), destacando la importancia en la síntesis de compuestos
responsables del color de otros factores como la iluminación efectiva de hojas y de los
racimos (Carbonneau et al., 1982) y los volúmenes de agua utilizados (Freeman y
Kliewer, 1983).
Un aspecto importante de este trabajo es la comparación del efecto producido
por las fechas diferentes de aclareo de racimos sobre un mismo viñedo, apreciándose
176
Riego Deficitario Controlado y Aclareo de racimos temprano
una mejora en los compuestos responsables del color en los vinos, el año en el que se
registraron unas mayores producciones (Tabla 4.5) y un menor desarrollo vegetativo
(Tabla 4.4), al igual que lo encontrado para aclareos tardíos por Uriarte et al. (2015).
Este hecho ha contribuido a la mejora de la relación fuente-sumidero debido al
aclareo de racimos, efecto más perceptible en los aclareos tempranos que en los
tardíos, como ya apuntara García-Escudero et al. (2000). Por otra parte, el aclareo de
racimos tardío redujo la acidez de los mostos y aumentó el pH (Uriarte et al., 2015),
mientras que en este trabajo, ese mismo aclareo practicado en fechas más
tempranas, mejoró la acidez en dos de los años objeto de estudio y disminuyó el pH
en uno de ellos (Tabla 4.6). Otro aspecto a destacar de los aclareos de racimos fue el
adelanto de la maduración que produjeron, siendo este más acentuado en el aclareo
temprano que lo constatado para aclareos tardíos por Uriarte et al. (2015).
4.6. CONCLUSIONES
El estado hídrico de las cepas está influenciado por el manejo del riego, y
condicionado por las características del año.
La evolución del estado hídrico de las cepas en secano está influenciada por la
evolución anual de la ETo.
El déficit hídrico reduce la productividad del viñedo referido tanto al peso
fresco de la uva, como a la producción de biomasa vegetativa y reproductiva.
El nivel de carga, ajustado mediante aclareo de racimos temprano, no tiene
efecto sobre el estado hídrico de las cepas.
El estado hídrico en pre-envero es más determinante en la productividad de
las cepas, al afectar el cuajado de las bayas en el año en curso, y la fertilidad de las
yemas del año siguiente.
El riego deficitario controlado es una buena herramienta para incrementar la
eficiencia del uso del agua.
La mejora del estado hídrico de las cepas en pre-envero aumenta la acidez
total de los mostos, principalmente debido al aumento del ácido málico.
177
Capítulo 4
4.7. AGRADECIMIENTOS
4.8. REFERENCIAS
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184
CAPÍTULO 5
DISCUSIÓN
GENERAL Y
CONCLUSIONES
Discusión General y Conclusiones
187
Capítulo 5
188
Discusión General y Conclusiones
interceptada en las fases finales, propiciado por una mayor inclinación solar al final
del verano e inicio del otoño. También habría que tener en cuenta que menores
intervenciones en la vegetación del viñedo, favorecerían la fiabilidad del modelo.
Otra parte importante de esta tesis ha sido evaluar la utilización de sensores
de flujo de savia en el viñedo, tanto para determinar el consumo hídrico junto con
métodos de cuantificación de la evaporación, como para analizar el efecto del estrés
hídrico sobre las cepas (Capítulo 3).
La determinación por separado de la T y la E, nos ha proporcionado una
información muy útil para analizar el uso del agua hacia un uso más eficiente, dirigida
a evitar contribuciones elevadas, como las obtenidas en nuestro estudio, de la E a la
ETc (30-33%), coincidiendo con lo expuesto por Montoro et al. (2016), pues sólo el
agua transpirada influye en la productividad de los cultivos (Fereres et al., 2012).
Aunque los sensores de flujo de savia han proporcionado unos resultados
satisfactorios a la hora de su uso en la determinación de la ETc en el viñedo (Figura
3.8), la variabilidad de ajuste entre años parece aconsejar el realizar ajustes del
coeficiente de calibración “α” para cada uno de los años e incluso para cada uno de
los sensores Testi (2019), hecho que puede restar cierta transferibilidad de este tipo
de sensores al sector vitivinícola. Otra fuente de distorsión en el ajuste de la ET cLys y la
ETcSF, ha sido la determinación de la E mediante el modelo planteado en este estudio.
En los cuatro años objeto de estudio, el modelo de evaporación no ha recogido ciertos
periodos y determinadas situaciones, como eventos de precipitación, diferentes
exposiciones del suelo a la radiación solar e incluso diferentes superficies de suelo
humedecido, factores que pueden alterar la E, lo que plantea la necesidad de
desarrollar modelos de E más dinámicos, acorde con la variabilidad interanual del
viñedo y de la meteorología.
Los efectos del déficit hídrico sobre la transpiración de las cepas han sido
también objeto de este estudio (Capítulo 3). En condiciones no limitantes de agua, la
T de las cepas aumentó con el desarrollo vegetativo (Figura 3.9), de acuerdo con lo
observado por Picón-Toro et al. (2012). Sin embargo, en condiciones de baja
disponibilidad de agua, el aumento de desarrollo vegetativo hace que haya un mayor
control de la transpiración a través del cierre estomático (Figura 3.9), como ya
observaron Lavoie-Lamoureux et al. (2017). Este comportamiento de cierre
189
Capítulo 5
estomático en el Secano, observado en nuestro estudio durante los años 2013 y 2014
(Figura 3.5), contradice, en cierto modo, lo encontrado en esta tesis en el (Capítulo 4)
donde se apreció un acople del estado hídrico de las cepas de Secano con el ambiente
(Figura 4.2). Estos resultados contribuyen a la controversia sobre si la vid (Vitis vinifera
L.) es isohídrica o anisohídrica, por lo que sería más apropiado hablar de
comportamiento isohídrico o anisohídrico (Blanco-Cipollone et al., 2017), el cual
dependería de las condiciones ambientales de cada campaña (Domec et al, 2009;
Rogiers et al., 2011) y del momento en el que sobrevienen las condiciones adversas
(Intrigliolo y Castel, 2006), ya que, como se ha podido apreciar en los años 2013 y
2014 de este estudio, ante unas expectativas productivas y vegetativas elevadas,
episodios de escasez de agua produjeron una drástica regulación estomática.
Un aspecto importante de esta tesis ha sido continuar el avance de estudios
previos de nuestro equipo de trabajo, en el mismo viñedo experimental (Gamero et
al., 2014a y b; Talaverano et al., 2016; Uriarte et al., 2015, 2016). De este estudio, se
ha obtenido información sobre la necesidades hídricas del viñedo en las condiciones
semiáridas de Extremadura; se ha estudiado el efecto de distintas estrategias de RDC
y de la carga cosecha, establecida mediante aclareos de racimos tempranos, sobre
parámetros productivos y cualitativos; se ha analizado el efecto del estado hídrico
sobre la producción de materia seca, y finalmente, cómo este estado hídrico, en
distintos periodos (pre y post envero), afecta a la productividad y calidad del viñedo
(Capítulo 4).
Las necesidades hídricas medias del viñedo, obtenidas en este estudio
(Capítulo 4) fueron 568 mm, propiciando las estrategias de RDC ahorros de agua de
riego entre el 70 y el 62 %, mientras que este mismo viñedo, en el periodo 2005-2008
(Uriarte et al., 2015) presentó unas necesidades hídricas muy variables entre años,
con un valor medio de 500 mm y propiciando los manejos de riego deficitario
sostenido (RDS), reducciones de agua acorde con los porcentajes aplicados.
Ante la respuesta variable de la vid frente a los tratamientos de riego
planteados en este y en anteriores trabajos sobre el mismo viñedo experimental
(Uriarte et al. 2015, 2016), parece ser más interesante no tanto hablar de manejo de
riego, sino de manejo del estrés hídrico en determinados periodos del ciclo fenológico
del cultivo. Apreciándose, al igual que lo encontrado por Uriarte et al. (2015), como
190
Discusión General y Conclusiones
191
Capítulo 5
estudio, adelantándose las vendimias entre 4 y 13 días para los aclareos de racimos
tardíos y tempranos respectivamente. Por otra parte, el aclareo de racimos tardío
redujo la acidez de los mostos y aumentó el pH (Uriarte et al., 2015), mientras que en
nuestro estudio este mismo aclareo practicado en fechas más tempranas mejoró la
acidez en dos de los años objeto de estudio y disminuyó el pH en uno de ellos (Tabla
4.6). En cuanto a los compuestos responsables del color (IPT y antocianos), estos se
vieron incrementados por el efecto del aclareo de racimos temprano, al igual que lo
encontrado para aclareo de racimos tardíos por Uriarte et al. (2016), resultando más
efectiva para la mejora de los parámetros responsables del color la regulación de la
carga mediante aclareo de racimos, que la regulación de la carga resultante del
manejo del riego.
Este trabajo, una vez más, pone de manifiesto las elevadas necesidades
hídricas de los viñedos en climas mediterráneos semi-áridos.
Aunque está generalmente aceptado que para la producción de uvas tintas
para vinificación es recomendable adoptar estrategias de riego deficitario, los análisis
de madurez tecnológicas y fenólicas no siempre justifican la pérdida de cosecha que
acompaña a los riegos deficitarios. De hecho, otras prácticas culturales como el
aclareo de racimos proporcionan resultados más claros en este sentido. Sin embargo,
analíticas más complejas recomiendan estas prácticas (Gamero et al., 2014a y b;
Talaverano et al., 2016).
La alta variabilidad interanual en los resultados obtenidos, tanto en
rendimiento y componentes, como en características de las bayas, señalan la
importancia de factores meteorológicos más allá de la pluviometría, que a priori es la
que puede ser más mediatizada por el riego. En este sentido, destaca la importancia
de las condiciones durante la primavera, como se ha mencionado en varios puntos de
esta tesis, por lo que conviene prestar una mayor atención a la disponibilidad hídrica
en este periodo en relación con los futuros escenarios que planteará el cambio
climático.
Si bien no ha sido objeto de esta tesis, es importante tener en cuenta a la hora
de gestionar el riego en la vid el periodo de post-vendimia, ya que debido al adelanto
de las maduraciones en los últimos años, como consecuencia del cambio climático,
este periodo va siendo cada vez más amplio, pudiendo una buena gestión en esta fase
192
Discusión General y Conclusiones
paliar las consecuencias de los periodos de escasez de agua y las altas temperaturas,
afectando a la acumulación de reserva, a la brotación, al rendimiento e incluso a la
composición de las bayas.
5.2. CONCLUSIONES
193
Capítulo 5
Los resultados obtenidos tras cuatro años de estudio reflejan que los sensores
de flujos de savia, junto con la metodología CPC más la técnica de gradiente
promedio, son útiles para la determinación del consumo hídrico en el viñedo,
al obtenerse un buen ajuste con los datos obtenidos directamente de un
lisímetro de pesada.
La E es una componente de gran importancia en el consumo hídrico del
viñedo, siendo necesario plantear modelos eficaces para su determinación, así
como manejos de riego que minimicen su peso en el consumo hídrico del
viñedo.
El desarrollo vegetativo puede ser un buen indicador de la T de las cepas,
siendo positiva la relación entre ambos parámetros en condiciones no
limitantes de agua, mientras que en secano, esta relación es negativa.
El comportamiento isohídrico o anisohídrico del viñedo está muy influenciado
por el manejo del riego y por las condiciones ambientales de cada año. En
situaciones iniciales de elevadas expectativas productivas y vegetativas, si esas
expectativas no son apoyadas con aportes hídricos, la vid (Vitis vinifera L.)
presenta un comportamiento isohídrico.
194
Discusión General y Conclusiones
5.3. REFERENCIAS
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Anexo I
220
Bibliografía General
221
Anexo I
222
ANEXO II
PRODUCCIÓN
CIENTÍFICA
Producción científica
225
Anexo II
226
Producción científica
227
Anexo II
228
Producción científica
229
Anexo II
230
Producción científica
231
Anexo II
232
Producción científica
233
Anexo II
234
Producción científica
235
Anexo II
236
Producción científica
237
Anexo II
238
Producción científica
239
Anexo II
240
Producción científica
241
Anexo II
242
Producción científica
243
Anexo II
244
Producción científica
245
Anexo II
246