Leyendas

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1- Los enamoramientos del duende de Trujillo

De este duende decían que era un ángel dulce que tocaba la


guitarra y que fue expulsado del cielo por mujeriego. Cuando cayó
en la Tierra se convirtió en un duende: un hombrecito orejón,
barrigón, con la cabeza siempre tapada por un sombrero gigante.

Dicen que el duende se robaba a las mujeres bonitas y jóvenes.


Hoy, cuando una mujer cree haber visto el duende debe decir
“recuerda la música del cielo” para que éste se espante y se vaya.

El duende amedrenta a una mujer, tirando cosas a la ventana de


su casa. Cuando el duende se lleva a las mujeres, más nunca se
vuelve a saber de ellas.
2- La Siguanaba

Ilustración de la Siguanaba. Fuente: Orlando Callejas, CC BY-SA 4.0 , via Wikimedia


Commons
Es la historia de una muchacha muy linda, que aparece cerca de
un río a medianoche ante los hombres que traicionan a sus
esposas o novias. Ella los encanta y los enamora, pero cuando
éstos le aceptan las insinuaciones, ella se transforma en un ogro.
El comelenguas

El comelenguas.
Fuente: De Luis Alfredo Romero – Trabajo propio, CC BY-SA 4.0
En una época los finqueros hondureños empezaron a quejarse por
la pérdida del ganado vacuno. Las vacas aparecían muertas
tiradas en el pasto como si hubiesen sido atacadas por una
criatura salvaje. Les aparecían las lenguas cortadas de raíz y las
quijadas partidas, dislocadas.

Existen fotos de animales muy raros que parecen prehistóricos y


que fueron acusados de ser los comelenguas.

Sin embargo, todavía no se tiene certeza alguna de que estos


animales hayan existido, aunque en los años 40, época en la que
ocurrieron la mayoría de los casos, se recogieron datos de
criaturas semejantes en Goias, Brasil.
El cadejo blanco

Se trata de un perro mítico que solo aparece ante las personas


que deambulan por la calle a altas horas de la noche. Según las
versiones, el perro tiene dos formas: una blanca, que es la buena;
y otra negra, que es la mala.

El perro negro está asociado con el mal y dicen que persigue a las
personas que andan borrachas saliendo de fiestas, carnavales o
juegos de azar y cantinas.

El perro blanco protege a los que no andan en vicios pero que


también tuvieron que deambular por la calle de noche por alguna
razón diferente.
8- La mula herrada

Es un cuento aterrador sobre otra hermosa joven que falleció al


enterarse de la muerte de su madre, causada por los puñetazos
que una mula “chúcara” le había dado cuando ella la había dejado
sola.

A la joven la enterraron y al tercer día se paró de la tumba


convertida en mula negra “herrada”: mitad mujer, mitad mula.
Dicen que ese fue el castigo por abandonar a su madre.

Algunos dicen haberla visto a medianoche cabalgando cerca de


algún sitio en donde se reúnen personas de la mala vida,
instándolos a cambiar su actitud.
La lluvia de peces de Yoro

Fue un fenómeno meteorológico increíble que ocurrió en la ciudad


de Yoro. Se trata de una lluvia de peces que todavía sucede entre
los meses de mayo y julio. Según los habitantes de Yoro, este
hecho extraordinario sucede desde hace un siglo.

El origen supersticioso de este fenómeno se debe a la historia del


padre Subirana. Este fue un religioso que visitó Honduras entre
1856 y 1864.

Al encontrar mucha gente pobre y hambrienta, oró durante tres


días y tres noches pidiendo a Dios un milagro que ayudara a los
pobres a conseguir alimento.
El cerro brujo

El Cerro Brujo. Fuente: De User:Joelsvhn – Trabajo propio, CC BY-SA 3.0


Es una montaña de tamaño menor que se encuentra cerca de la
ciudad de Tegucigalpa.

Esta leyenda tiene apenas 40 años para la fecha. Según el registro


oral, en la cima del cerro se tenía pensada la construcción de una
residencia, la cual no se llevó a cabo porque un hombre gigante
apareció en el lugar mientras unas personas trabajaban.

¿Pudo haber sido el Sisimite? Después de este hecho la obra se


paralizó por miedo a que el gigante apareciera de nuevo. Por eso
bautizaron la zona como “El cerro brujo”.
Los cíclopes

Los indígenas de la selva misquita creen en la existencia de un ser


parecido a los cíclopes. Según una de las historias, a mediados del
siglo XX, un indio llamado Julián Velásquez no quiso ser bautizado.

Él vivía cerca de la laguna Seca, pero viajó hacia la costa atlántica


en compañía de un brujo. Allí encontró a una tribu de antropófagos
que poseían un solo ojo.

Julián fue capturado y estuvo prisionero junto con tres ladinos


(blancos y mestizos) para ser engordados. Julián Velásquez logró
escapar de la infame tribu. Nunca más se ha oído hablar de tales
cíclopes.
La Sucia

Este relato es muy parecido al de La Llorona o La Sayona en el


resto de Latinoamérica. Ésta era una muchacha muy hermosa que
tenía un prometido, el amor de su vida.

Sin embargo, el cura se negó a efectuar la boda porque la joven no


estaba bautizada. El casamiento no se dio y ella entró en una
depresión, razón por la cual el novio la dejó.

Cuando se enteró de que su ex prometido se iba a casar con otra,


impactada por la noticia, entró en demencia y se lanzó por un
precipicio. Por eso su espíritu deambula por las riberas de los ríos,
lanzando alaridos horribles y espantando a los hombres y jóvenes.
El Cristo de Santa Lucía

Esta es una historia compartida por los pueblos de Cedros y Santa


Lucía. Los habitantes de esos pueblos se percataron de que los
Cristos de sus iglesias principales estaban intercambiados y
decidieron devolver cada uno a su lugar de origen.

Ambas poblaciones salieron en procesión hacia Tegucigalpa, en


donde se intercambiarían a los santos, pero los de Santa Lucía no
pudieron llegar porque el Cristo se empezó a poner muy pesado en
un sitio llamado La Travesía, y no pudieron cargarlo más en esa
dirección. Así que la imagen regresó a la iglesia de Santa Lucía.

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