Conciliacion Requisito de Procedibilidad

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Resumen: La Corte Suprema ha señalado que si la parte demandada que

ha sido declarada rebelde no cuestiona la inobservancia de conciliación


extrajudicial previa, esta se convalida en atención al principio de celeridad
procesal.
Palabras clave: Conciliación extrajudicial, excepción, defensa previa.
1. Introducción
En la sentencia recaída en la Casación 2816-2016, Ica, se discute acerca de
la posibilidad de convalidación de la falta de realización de conciliación
extrajudicial, en aplicación del principio de celeridad procesal. Así, se tiene
como antecedente, la demanda de Interdicto de Retener interpuesta en
contra de la Asociación de Vivienda Los Jardines de Villa, sobre un
inmueble, en la que no se realizó la debida conciliación extrajudicial antes
de interponerse la demanda.
En primera instancia, el Juzgado Civil de la Corte Superior de Justicia de
Ica, declara infundada la demanda sobre Interdicto de Retener al
considerar que de los medios probatorios aportados por la parte
demandante no se aprecia la presencia de terceros en el inmueble, así
como actos que perturben su posesión (supuestos necesarios para
declarar fundada la demanda de Interdictos).
Apelada la sentencia, se emitió la Sala Superior la revocó y reformándola
declara la nulidad de todo lo actuado por invalidez de la relación jurídica
procesal y por ende improcedente la demanda, al señalarse que de
acuerdo a la Ley de Conciliación, regulada por la Ley número 26872 y su
Reglamento, aprobado por Decreto Supremo número 014-2008-JUS, es
necesario que al momento de postular una demanda se cumpla con
adjuntar el Acta de Conciliación, el mismo que se encuentra considerado
como un requisito de procedibilidad, dado que, el demandante debe
cumplir con acudir a la conciliación extrajudicial previo a la interposición
de una demanda, su omisión conlleva una serie de consecuencias
negativas para aquellos justiciables que pretenden obtener tutela
jurisdiccional sin antes cumplir con el requisito previo de la conciliación.
Finalmente, la Corte Suprema declaró Fundado y ordenó a la Sala Superior
que emita nueva resolución y que considere que al haberse declarado
rebelde la parte demandada y no haber cuestionado la exigibilidad de la
conciliación extrajudicial conforme a lo establecido en los artículos 455 y
447 del Código Procesal Civil, por lo tanto ha convalidado la inexigibilidad
de dicho requisito previo, todo ello concordante con el Principio de
Celeridad Procesal, a través del cual se persigue la obtención de una
justicia oportuna, sin dilaciones.
2. Análisis
2.1. La conciliación extrajudicial
En Perú, la Conciliación Extrajudicial se encuentra regulada en la Ley
26872, se publicó el 13 de noviembre de 1997, en la que se declaró de
interés nacional la institucionalización y desarrollo de la Conciliación como
mecanismo alternativo de solución de conflictos.
Respecto a la finalidad de la Conciliación, Ladrón de Guevara (2016: 207-
215)[1], señala:
“Cuando en diciembre de 1997 se publicó en el diario oficial la Ley N°
26872, Ley de Conciliación –en adelante, la Ley-, el legislador asumió reto
y objetivo principal la institucionalización del empleo de dicho mecanismo,
a través del logro de su empleo recurrente y reiterativo a fin de lograr la
implementación de una cultura de paz en nuestra sociedad. En este
sentido, el artículo 1 de la Ley declara de interés nacional la
institucionalización y desarrollo de la conciliación como mecanismo
alternativo de solución de conflictos, y el artículo 2 proclama que la
conciliación propicia una cultura de paz.
(…) Es establecimiento de la llamada “cultura de paz” propugna que en
una sociedad donde el conflicto se ha institucionalizado como manera de
hacer respetar nuestros derechos, creando un clima adversarial en la
resolución de disputas, se debe aspirar a llegar a alcanzar una situación
ideal en que se mantenga la paz y tranquilidad entre los miembros de la
sociedad”.
Sobre su definición, Ledesma (1996:47-48)[2], señala que “es un acto
intraproceso donde las partes a través de un pronunciamiento obligatorio
y bajo la dirección del Juez, van a intercambiar sus puntos de vista sobre
sus pretensiones y propuestas de composición, atribuyendo a los acuerdos
a que logren, los efectos de la cosa juzgada y sancionando
pecuniariamente a quien se resiste a ello”.
Respecto de su naturaleza jurídica, Hinostroza (2005:736)[3], indica que
“la conciliación es un acto jurídico procesal complejo, típico, nominado,
bilateral, de libre discusión, conmutativo, oneroso y solemne, por el cual
los sujetos procesales (activo y pasivo), en presencia del juez, quien la
dirige, exponen sus puntos de vista sobre la materia controvertida y llegar
a un acuerdo con el que ponen término al proceso en que se ventila”.
En el caso peruano, la conciliación puede ser extrajudicial o judicial:
i) La Conciliación Judicial: regulada de los artículos 323° a 329° del código
procesal civil, se realiza dentro del proceso ante el Juez, con tal objeto, el
órgano jurisdiccional, a pedido del demandante y demandado, está
facultado para llevar a cabo su realización, la misma que acontecerá en la
audiencia respectiva, que puede convocar en cualquier estado del
proceso, hasta antes de la sentencia en segunda instancia;
ii) La Conciliación Extrajudicial: regulada en la Ley 26872, y que se
constituye como un mecanismo alternativo para la solución de conflictos,
por el cual las partes acuden a un Centro de Conciliación extrajudicial a fin
que se les asista en la búsqueda de una solución consensual al conflicto.
Cabe precisar que la Ley 268722 fue modificada por el Decreto Legislativo
N° 1070, del 28 de junio de 2008, se modificó el artículo 6° en el siguiente
sentido: “si la parte demandante, en forma previa a interponer su
demanda judicial, no solicita ni concurre a la audiencia respectiva ante un
Centro de Conciliación extrajudicial para los fines señalados en el artículo
precedente, el juez competente al momento de calificar la demanda la
declarará improcedente por causa manifiesta falta de interés para
obrar[4]”.
En la Exposición de Motivos del Proyecto de Modificación del Decreto
Legislativo N° 1070, se precisa que “es necesario modernizar el marco
normativo de la Conciliación Extrajudicial, para hacerla más eficiente y
asegurar su eficiente utilización, especialmente por las Entidades del
Estado”. En ese sentido, “se busca promover la utilización de la
Conciliación, no como un requisito más para interponer la demanda, sino
como un mecanismo de desjudicialización de las controversias que
pueden ser solucionadas con la utilización de este valioso mecanismo
alternativo”.
Respecto a la modificación del artículo 6°, se indica que “obedece a la
necesidad de poner énfasis en la institucionalización de una verdadera
cultura de paz efectiva a través de la búsqueda de un acuerdo dialogado y
consensuado a través de mecanismos de justicia participativa y creando
espacios de dialogo como el que se produce en una Audiencia de
Conciliación Extrajudicial. Por ello, la necesidad de resaltar la necesidad de
acudir a un Centro de Conciliación Extrajudicial en primer término para
que se acredite el interés para obrar en la interposición de una demanda
ante el Poder Judicial”.
Entonces, como se aprecia, actualmente, si el demandante previamente a
interponer la demanda, no solicita ni concurre a la audiencia de
conciliación extrajudicial, su demanda será declarada improcedente, por
falta de interés para obrar.
2.2. Las excepciones y las defensas previas
La excepción es un medio de defensa del demandado, a través del cual
alega la falta de algún presupuesto material o procesal. Las excepciones
pueden ser sustantivas o de fondo y adjetivas o procesales. Las sustantivas
están reguladas en el código civil y las procesales en el código procesal
civil. Según el artículo 446º del código procesal civil, el demandado sólo
puede presentar las excepciones reguladas en dicho artículo, por ejemplo,
excepción de incompetencia, de caducidad, cosa juzgada, entre otros.
Asimismo, cabe precisar que existen excepciones de fondo y de forma. Las
de fondo consisten en negar y/o contradecir las pretensiones del
demandante, presentando causales de extinción de la obligación exigida.
Se encuentran reguladas en el código civil y no en el código procesal civil,
pues éste regula las denominadas defensas de forma o excepciones
procesales, por ejemplo, la excepción non adimpleti contractus (regulada
en el artículo 1426º del código civil), que tiene lugar en los contratos con
prestaciones recíprocas en los cuales deben cumplirse simultáneamente.
El demandado puede presentarla, en el supuesto que el requiriente no
haya cumplido con la prestación que le respecta.
Las excepciones de forma, están reguladas expresamente en el artículo
446º del código procesal civil, ya que señala: “el demandado sólo puede
hacer valer las siguientes excepciones”, por ejemplo, de caducidad,
prescripción, cosa juzgada, etc.
Por su parte, las defensas previas, son medios procesales a través de los
cuales, el demandado solicita la suspensión del proceso hasta que el actor
realice la actividad que el derecho sustantivo prevé como acto previo al
planteamiento de la demanda.
No tiene por objeto denunciar la carencia de falta de un requisito de
forma; de un presupuesto de fondo; ni tampoco tiene por propósito negar
la pretensión procesal propuesta por el accionante, sino tiene por objeto
la suspensión del proceso en tanto se cumpla un acto previo al
planteamiento de la demanda señalado por el ordenamiento civil.
Las defensas previas se proponen y tramitan como las excepciones, y sus
efectos son la suspensión del proceso hasta que se cumpla el tiempo o el
acto previsto como antecedente para el ejercicio del derecho (Art. 456º
del código procesal civil).
Ejemplos de defesas previas, son el beneficio de inventario[5] o de
excusión[6].
3. Opinión
En el caso, la Corte Suprema considera que el emplazado al no haber
interpuesto la defensa previa a fin de denunciar la no realización de la
conciliación extrajudicial, la ha convalidado. Al respecto se aprecian dos
interpretaciones erróneas realizadas por la Corte, que son referidas a la
naturaleza de la defensa previa y la segunda es la referida a la
convalidación de la no realización de la conciliación extrajudicial, que
analizaremos a continuación:
3.1. Sobre la defensa previa
En el fundamento tercero y cuarto de la sentencia revisada, la Corte
Suprema señala lo siguiente:
“TERCERO.- El derecho de defensa se puede manifestar entre otras, a
través de la defensa previa, que es aquella defensa que se interpone
cuando no se ha cumplido con un requisito de procedibilidad, es decir que
la ley dispone que deben satisfacerse previamente determinados
requisitos sin los cuales no es posible iniciar válidamente el proceso civil.
CUARTO.- Por lo general el proceso se inicia sin necesidad de cumplir
previamente con requisitos directamente relacionados con el hecho
demandado. Pero hay casos excepcionales, sin embargo, en los que la ley
dispone que deban satisfacerse previamente determinados requisitos, sin
los cuales no es posible iniciar válidamente el proceso civil. No obstante, si
no se observaran tales requisitos, es posible interponer un medio de
defensa al cual se le denomina defensa previa”.
Posteriormente en el fundamento cinco, añade las siguientes doctrinas:
“QUINTO.- Para Carrión Lugo, las defensas previas constituyen medios
procesales a través de los cuales el demandado solicita la suspensión del
proceso hasta que el actor realice la actividad que el derecho sustantivo
prevé como acto previo al planteamiento de la demanda. Según Monroy
Gálvez, la defensa previa es aquella que sin constituir un cuestionamiento
a la pretensión y tampoco a la relación procesal, contiene un pedido para
que el proceso se suspenda hasta tanto el demandante no realice o
ejecute un acto previo. La defensa previa no ataca la pretensión, solo
dilata al proceso y su eficacia, a veces incluso de manera definitiva”.
Finalmente, en el fundamento sétimo, finaliza:
“SÉTIMO.- Entonces, en determinados casos, antes del inicio del proceso
civil se debe cumplir con el requisito de procedibilidad establecido en la
ley sustantiva (entiéndase por esta al Código Civil), ya que su no
cumplimiento originaría que la formulación de una defensa previa
suspenda el proceso hasta que se cumpla con dicho requisito”.
Coincidimos con los autores citados por la Corte Suprema, puesto que la
defensa previa es un mecanismo procesal, mediante el cual, el emplazado
alega que el demandante debió realizar un acto previo a la interposición
de la demanda. Asimismo, cabe precisar que las defensas previas se
encuentran reguladas en el código procesal civil, a diferencia de las
excepciones, que se encuentran expresamente establecidas en el código
procesal civil.
Como indica la Corte, es cierto que existen algunos procesos en los cuales,
antes de presentarse la demanda, debe cumplirse con ciertos requisitos,
como es el caso de la fianza, en el cual primero se demanda al deudor
principal y luego al garante (si no fuera así este garante demandado
podría interponer la defensa previa de beneficio de excusión); sin
embargo, consideramos que es erróneo considerar a la conciliación
extrajudicial como un supuesto de defensa previa, puesto que la misma
norma que regula la conciliación, indica que es un supuesto de
procedibilidad que es diferente a la defensa previa.
Por tanto, como señala la Ley 268722, modificada por el Decreto
Legislativo N° 1070, del 28 de junio de 2008: “si la parte demandante, en
forma previa a interponer su demanda judicial, no solicita ni concurre a la
audiencia respectiva ante un Centro de Conciliación extrajudicial para los
fines señalados en el artículo precedente, el juez competente al momento
de calificar la demanda la declarará improcedente por causa manifiesta
falta de interés para obrar”.
3.2. Sobre la convalidación de la conciliación extrajudicial
Para al Corte Suprema, el hecho de no cuestionarse (por parte del
demandado) la falta de presentación del acta de conciliación extrajudicial,
ha convalidado ese requisito, siendo que en el fundamento noveno
concluye:
“NOVENO.- Siendo ello así, y al haberse declarado rebelde la parte
demandada conforme se advierte de la resolución de fojas ciento
veinticinco, de fecha veintiuno de noviembre de dos mil trece; en
consecuencia, no ha cuestionado la exigibilidad de la conciliación
extrajudicial conforme a lo establecido en los artículos 455 y 447 del
Código Procesal Civil, por lo tanto ha convalidado la inexigibilidad de dicho
requisito previo, todo ello concordante con el Principio de Celeridad
Procesal, a través del cual se persigue la obtención de una justicia
oportuna, sin dilaciones, debiendo la Sala pronunciarse respecto al fondo
de la controversia; y habiéndose estimado la causal procesal no resulta
necesario emitir pronunciamiento respecto a las demás causales
denunciadas”.
En este punto, nos encontramos en desacuerdo por lo expresado por la
Corte Suprema, puesto que la norma de conciliación (Ley 26872
modificada por Decreto Legislativo N° 1070) es clara la señalar que “el juez
competente al momento de calificar la demanda la declarará
improcedente por causa manifiesta falta de interés para obrar”.
Es decir, es una obligación del Juez, al momento de calificar la demanda,
verificar que el demandante haya acudido antes de interponer la demanda
al centro de conciliación extrajudicial, en caso contrario el Juez declarará
improcedente la demanda, no siendo posible convalidar ese hecho por la
falta de cuestionamiento del demandado.
4. Colofón
El hecho de no cuestionarse la falta de conciliación extrajudicial por parte
del demandado, no la convalida, puesto que la misma norma es clara al
indicar que es una obligación del Juez verificar que el demandante haya
solicitado la conciliación antes de interponer su demanda, siendo que
tampoco es un supuesto de defensa previa, sino es un requisito de
procedibilidad como señala expresamente la ley 26872[7], y en caso de no
cumplirse, es un supuesto para declarar improcedente la demanda por
causa de falta de interés para obrar.

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