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China es una nación ubicada en Asia Oriental con una población de más de
1.400 millones de personas. Es conocida por su rica historia y cultura milenaria. En las
últimas décadas, China ha experimentado un rápido crecimiento económico y se ha
convertido en una de las principales potencias económicas y políticas a nivel mundial.
Su geografía abarca desde montañas hasta llanuras y costas. La historia de China
incluye dinastías antiguas, como la Dinastía Qin y la Dinastía Han, así como eventos
históricos como la Revolución Cultural y la fundación de la República Popular China en
1949 bajo el liderazgo del Partido Comunista. Actualmente, China desempeña un papel
importante en la economía global, la política internacional y la tecnología.
Población y geografía: China tiene una población de más de 1.400 millones de personas,
lo que lo convierte en el país más poblado del mundo. Su vasto territorio abarca una
variedad de paisajes, desde montañas hasta llanuras y costas.
Arte de China
El arte chino ha experimentado una evolución histórica marcada por las distintas
dinastías reinantes y sus influencias culturales y filosóficas. Desde la Dinastía Shang
con sus objetos de bronce y esculturas, pasando por la Dinastía Zhou con un estilo
decorativo y el desarrollo de la caligrafía y la laca, hasta la Dinastía Qin con la
construcción de la Gran Muralla y el Ejército de terracota de Xian.
La Dinastía Han se caracterizó por la paz y prosperidad, la introducción del budismo y
la creación de capillas funerarias con estatuas de leones y tigres. En el periodo de las
Seis dinastías, el budismo se difundió ampliamente, y se construyeron grandes
santuarios con estatuas de Buda.
Arte de Japón
El arte japonés ha sido influenciado por China y Corea a lo largo de su historia,
especialmente en las áreas religiosas. Se destacan tres períodos clave en la evolución del
arte japonés:
Período Jōmon (5000-200 a.C.): Durante el Mesolítico y el Neolítico, se produjeron
instrumentos de hueso y cerámica de estilo Jōmon, conocida por su decoración única
con incisiones o impresiones de cuerda.
Período Yayoi (200 a.C.-200 d.C.): Se introdujo la influencia continental china y
coreana, evidenciada en las sepulturas ornamentadas y la cerámica producida con torno.
Período Kofun (200-600 d.C.): Destacan las grandes sepulturas de emperadores, las
figuras de terracota llamadas haniwa y las primeras muestras de pintura japonesa.
También se menciona el templo de Isa.
La literatura japonesa tiene influencia china debido a la adopción de la escritura china.
Los textos más antiguos incluyen el Kojiki y el Nihonshoki. La poesía está representada
por el Man'yōshū, una antología de poemas.
En la música japonesa, las honkyoku y el min'yō son ejemplos tempranos. Los ritos
sintoístas presentan la kagura, ejecutada con instrumentos como la flauta de bambú y el
oboe, junto con tambores.
Período Asuka (592-710 d.C.): Durante este período, el budismo se consolidó en Japón,
lo que tuvo un impacto significativo en el arte. Se construyeron los primeros templos
budistas, como el Horyu-ji en Nara, que es uno de los templos de madera más antiguos
del mundo. La escultura budista, con figuras como el Gran Buda de Nara, se convirtió
en una forma de arte prominente.
Período Heian (794-1185 d.C.): Este período vio el florecimiento de la literatura
japonesa, con obras como "El cuento de Genji" de Murasaki Shikibu, una de las
primeras novelas del mundo. También se desarrollaron las artes decorativas y la
caligrafía, con un enfoque en la belleza estética y la simplicidad.
Arte de Oceanía
El arte de Oceanía es muy diverso y cubre una amplia gama de culturas indígenas de la
región del Pacífico. Incluye tradiciones artísticas de Australia, Nueva Zelanda, las islas
del Pacífico y partes de Indonesia. Algunas de las formas más famosas de arte marítimo
incluyen tallas de madera, pinturas de corteza, tallas de hueso y piedra, y arte en telas y
alfileres (un estilo tradicional de tejido). Estas expresiones artísticas suelen estar
vinculadas a la identidad mitológica, religiosa y cultural de las comunidades aborígenes
de la región.
Se caracteriza por los numerosos territorios insulares esparcidos por el Océano Pacífico,
incluidas las islas de Australia y Nueva Zelanda y las tres islas y archipiélagos
principales de Polinesia, Melanesia y Micronesia. La primera cultura que se desarrolló
en esta región fue la Lapita (1500-500 a. C.). C.), se originó en Nueva Caledonia y se
extendió a Nueva Guinea y la Polinesia Occidental (principalmente Islas Salomón,
Vanuatu, Fiji, Tonga y Samoa). Se caracteriza por cerámica decorada con patrones en
forma de dientes formados a partir de crestas o púas, así como objetos de obsidiana y
concha.
Resulta evidente que el marco geográfico ha sido determinante en la conformación de
todas las culturas del mundo, y por tanto de su arte, pero esto es especialmente claro en
el caso del arte de Oceanía. El carácter insular del continente provocó que la mayor
parte de los pueblos que lo habitaron vivieran prácticamente aislados del mundo
exterior, dando lugar a un número enorme de culturas, generalmente de pequeño
tamaño, que crearon una interesante producción artística en la que los puntos comunes
son su carácter generalmente mágico/religioso y la simplificación geométrica que en
ocasiones llega hasta la abstracción.
Las obras más célebres de Polinesia, y quizás de todo el Arte del Pacífico, son los moai,
estatuas monolíticas de la Isla de Pascua (Rapa Nui), creadas entre 1250 y 1500. El arte
maorí de Nueva Zelanda es notable por su whakairo, una tradicional técnica de tallado
en madera, piedra o hueso. Por su parte, el arte de las Islas Hawái destaca por sus tallas
de madera y sus textiles de formas geométricas e intensos colores.
Si bien la influencia del arte de Oceanía y el Pacífico no tuvo la misma influencia sobre
el arte moderno europeo que el africano, esta tampoco puede pasarse por alto. Artistas
como Picasso o Matisse tuvieron obras de arte del Pacífico en sus colecciones privadas.
Sin embargo, «el arte oceánico, sin embargo, tuvo quizás su impacto más profundo en
los surrealistas. En la fantasiosa geografía del famoso ‘mapa surrealista del mundo’,
publicado en 1929, los grandes archipiélagos del Pacífico, muy ampliados, ocupan una
posición central, lo que refleja el papel crucial del arte oceánico en el movimiento.»
(“Oceania: Art of the Pacific Islands in the Metropolitan Museum of Art”, publicado por
el Metropolitan Museum of Art, 2007).
Otra Manifestaciones
Los hititas, que habitaron la península de Anatolia, Armenia y Siria entre el III y el II
milenio a.C., dejaron un legado artístico que fusionó influencias de Mesopotamia con
elementos propios. Su arquitectura se destacó por su monumentalidad, con palacios que
se accedían a través de avenidas flanqueadas por esculturas de esfinges. Un ejemplo de
esto se encuentra en Boğazköy. Además, se hallaron relieves que representan escenas de
guerra y caza. Las esculturas de Karkemish y Tell-Halaf (Siria) también son notables
ejemplos de su arte.
Los fenicios, conocidos por su tradición marinera y comercio en todo el Mediterráneo,
transmitieron influencias orientales a través de su arte. Sus esculturas, influenciadas por
estilos asirios y egipcios, a menudo exhiben una cierta rigidez arcaica y falta de
naturalidad en sus formas. Este arte fenicio se extendió por diversas regiones del
Mediterráneo, como Chipre, Cerdeña e Ibiza.
El arte escita, también conocido como "arte de las estepas", corresponde a los pueblos
nómadas que habitaron las llanuras euroasiáticas principalmente entre el II y el I
milenio a.C. Dada su naturaleza nómada, su arte se centró en objetos fácilmente
transportables, como armas, escudos, fíbulas, cinturones, joyas y obras en materiales
como bronce, hierro, metales preciosos, madera, hueso, cuero, tela y alfombras. Sus
creaciones a menudo presentaban motivos animalísticos, posiblemente relacionados con
creencias totémicas. El arte escita influenció a civilizaciones posteriores, como los
pueblos germánicos, vikingos y paleocristianos.
En la península ibérica, el arte ibérico floreció de manera contemporánea a la cultura de
La Tène. Se destacó por la arquitectura de muros de tapial con sistema adintelado y la
construcción de ciudades en acrópolis, como Azaila, Ullastret y Olérdola. La escultura
ibérica es notable, especialmente las figuras femeninas conocidas como "damas", como
las encontradas en Elche, Baza y el Cerro de los Santos. También se representaron
animales, como caballos, toros y leones, algunos de ellos con características
antropoides, como la Bicha de Balazote.
En Persia, se desarrolló una rica tradición artística bajo las dinastías aqueménida y
sasánida. La arquitectura persa combinó elementos de Mesopotamia y Egipto,
destacando el uso de la piedra en palacios como Susa, Persépolis y Pasargada. Aquí, se
introdujo el uso de ventanas en lugar de iluminación cenital. Las grandes salas con
columnas de gran altura y capiteles de volutas eran características. La escultura persa se
centró en relieves en piedra o cerámica esmaltada, representando escenas de guerreros,
combates con monstruos y animales como toros y leones.
Los nabateos, un pueblo de origen semítico que habitó en la zona sirio- palestina entre
los siglos VI y II a.C., son conocidos por la ciudad de Petra. Esta ciudad, situada entre
desfiladeros de montaña, contiene templos, palacios y tumbas excavados en la roca, con
influencias helenísticas. Un ejemplo destacado es el "Tesoro del Faraón", con su
monumental fachada hexástila y frontón, así como un tholos redondo y edículos
laterales con semifrontones.