Productivo Sin Estrés en 15 Pasos
Productivo Sin Estrés en 15 Pasos
Productivo Sin Estrés en 15 Pasos
Ser productivo está muy bien. Pero no debería ser a costa de tu salud. Si crees que trabajo,
productividad y estrés van de la mano, igual deberías revisar algunos conceptos. El estrés
continuado perjudica la salud. Y se puede ser productivo sin estar estresado
constantemente. Así que veamos cómo conseguir ser productivo sin estrés.
Veamos los pasos para abordar estas fuentes de estrés a fin de conseguir más productividad
pero sin estrés.
Si, por el contrario, tu definición del éxito incluye disfrutar de la vida, del camino, del
aprendizaje y de las personas que te rodean, sabrás tomar mejores decisiones para tu
productividad y tu bienestar.
Por eso sugiero que amplíes tu definición de lo que consideras ser productivo. Cualquier
cosa que te permita trabajar mejor en tus objetivos a la vez que cuidar tu bienestar es ser
productivo.
Levantarte puntual por la mañana. Alimentarte de forma saludable lo que te provee de los
nutrientes y la energía necesarios para rendir bien. Tomarte tiempo para la actividad física
para reponer las pilas y ganar más energía. Realizar tareas domésticas y mantener el orden.
Todas estas actividades cotidianas también cuentan. La productividad personal no solo se
define por tu rendimiento en el trabajo con el que te ganas el pan.
3. Conócete a ti mismo
El autoconocimiento es clave para conseguir productividad sin estrés. Por un lado te
ayudará conocer tus fortalezas y debilidades. Así puedes centrar tus esfuerzos en las cosas
que se te dan bien y desarrollar más estas habilidades. También puedes mejorar las
debilidades que estén perjudicando tu productividad.
Por otro lado, conocer tus biorritmos y cuándo son tus horas más productivas te permite
planificar mejor tu día. Por último, saber qué te suele estresar te ayudará a lidiar con las
fuentes del estrés.
5. Planifica tu tiempo
De nuevo, si no planificamos cómo emplear nuestra energía y nuestro tiempo, solo
reaccionamos a lo que surja. Haremos lo que se nos ocurra en el momento en cuestión. Pero
en función de nuestro nivel de energía las decisiones serán mejores o peores. Según avanza
el día, cuantas más decisiones tomemos, más fatiga de decisión sufriremos. Haber
planificado por adelantado nos libera de la carga de tener que estar decidiendo a cada
minuto qué toca hacer a continuación.
6. Prioriza
Ser productivo sin estrés también significa saber priorizar. No solo eso. También significa
saber que es necesario porque el tiempo es limitado; y no sentirnos culpables por ello.
Vivirás en un estado de estrés continuo si llenas tus días de más actividades y tareas de las
que consigas realizar.
Tendrás una sensación de no haber logrado gran cosa si además haces de todo sin avanzar
en nada importante. Recuerda que estar ocupado no significa ser productivo. Por eso la
clave está en aceptar que no te da tiempo a todo y de tomarte tiempo para lo importante.
Puedes, por ejemplo, anotar durante una semana, después de ciertas tareas, cuánto tiempo
les has dedicado. Eso te ayudará a planificar mejor en el futuro.
Hay múltiples factores que influyen en si alcanzamos nuestros objetivos o no. Con esta
mentalidad nos sentiremos frustrados cuando no los alcanzamos. Pero también, cuando los
alcancemos y nos demos cuenta de que no nos hace tan felices como pensábamos.
El error aquí está en el enfoque. Serás más feliz si disfrutas del camino y de los pasos que
vas dando. Vivirás más contento si no te aferras a los objetivos tal y como los definiste
inicialmente; sino los vas adaptando a tus progresos y las circunstancias. Por tanto, para ser
productivo sin estrés, conviene tomarse las metas como indicadores del camino en vez de
como fin último.
9. Mantén la perspectiva
Es fácil verse engullido por el día a día, las obligaciones y cosas que surjan. Es fácil
perderse en los detalles. Entonces nos sentimos estresados y superados por nuestras
responsabilidades y tareas. O nos sentimos frustrados por no avanzar en lo que nos
habíamos propuesto.
Por eso es importante mantener la perspectiva. Por un lado, considera qué es lo que más te
estresa habitualmente. ¿Qué puedes hacer para eliminar o reducir las fuentes de este estrés?
Por otro lado, tomarte tiempo para repaso y planificación te ayudará a ser productivo sin
estrés. Mantendrás la perspectiva de tus prioridades, objetivos, avances y cosas por hacer.
Por eso sugiero que limites y selecciones bien la información que consumas. Considera qué
te aporta. Consume información con la que aprendes, que te inspire y te haga sentir bien.
Además, procúrate ratos de desconexión. Descansos activos haciendo ejercicio físico,
meditando o practicando la contemplación son perfectos para contrarrestar esta sobrecarga.
Como menciono en el punto anterior, lo mejor son descansos activos con actividades
“offline”. Haz un poco de deporte, unos estiramientos, alguna tarea doméstica. Elige alguna
actividad para alejarte un rato de las pantallas de móvil y ordenador y levantarte de la silla.
Sugiero que reflexiones cuáles son las tareas que tú debes llevar a cabo y cuáles puedes
delegar. A la hora de delegar es importante que confíes en los demás. Si controlas cada
paso que dan, no solo te estresarás a ti mismo sino también a ellos.
De las tareas que debes realizar tú, conviene buscar la forma de hacerlas del modo más
efectivo. La automatización nos ayuda a ahorrar tiempo. Aprovechar la tecnología y crear
buenos hábitos son maneras de automatizar nuestro día a día.
También practica la asertividad y aprende a decir “no” cuando hace falta. Decíamos que el
tiempo es limitado. Por eso no podemos complacer todas las peticiones. Está muy bien
ayudar a otros. Pero es clave encontrar el equilibrio justo que nos permita dedicarnos
también a lo que es importante para nosotros mismos. Saber decir que “no” y poner límites,
te gana respeto además de evitarte estrés por sobrecargarte de obligaciones.
Por último revisa tu necesidad de aprobación ajena. ¿Cuánta importancia le das a lo que
otros opinan? ¿Cuánto te preocupas por complacerlos? Date cuenta que esto consume
mucha energía y también tiempo. La próxima vez que te preocupe que otros no estén de
acuerdo o no aprueben lo que haces, pregúntate qué es realmente lo peor que podría pasar.