José, un joven venezolano de 20 años, se mudó a Perú en busca de mejores oportunidades económicas. En el autobús conoció a Santiago, un antiguo amigo de la escuela primaria también emigrante. Santiago cuidó de José cuando se enfermó durante el viaje y lo alojó temporalmente en la casa de una tía en Perú. Tras semanas de vivir juntos, Santiago consiguió su propio lugar para vivir y se despidió de José, recordando la aventura de su viaje y reenc
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José, un joven venezolano de 20 años, se mudó a Perú en busca de mejores oportunidades económicas. En el autobús conoció a Santiago, un antiguo amigo de la escuela primaria también emigrante. Santiago cuidó de José cuando se enfermó durante el viaje y lo alojó temporalmente en la casa de una tía en Perú. Tras semanas de vivir juntos, Santiago consiguió su propio lugar para vivir y se despidió de José, recordando la aventura de su viaje y reenc
José, un joven venezolano de 20 años, se mudó a Perú en busca de mejores oportunidades económicas. En el autobús conoció a Santiago, un antiguo amigo de la escuela primaria también emigrante. Santiago cuidó de José cuando se enfermó durante el viaje y lo alojó temporalmente en la casa de una tía en Perú. Tras semanas de vivir juntos, Santiago consiguió su propio lugar para vivir y se despidió de José, recordando la aventura de su viaje y reenc
José, un joven venezolano de 20 años, se mudó a Perú en busca de mejores oportunidades económicas. En el autobús conoció a Santiago, un antiguo amigo de la escuela primaria también emigrante. Santiago cuidó de José cuando se enfermó durante el viaje y lo alojó temporalmente en la casa de una tía en Perú. Tras semanas de vivir juntos, Santiago consiguió su propio lugar para vivir y se despidió de José, recordando la aventura de su viaje y reenc
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Era un día soleado, José, un chico de 20 años salía de su país
Venezuela en rumbo a Perú, ya que en su país la economía es
muy mala y en su trabajo no le pagaban bien y no se podía alimentar.
Sus padres lo estaban llevando a la terminal de Cúcuta,
Colombia. Allí se embarcaría camino a Perú.
Eran las 10am, José y sus padres se encontraban esperando la
hora de partida de José que era a las 12pm, mientras esperaban hablaban de los planes que tenía José cuando llegue a Perú, sobre su trabajo, y más cosas, prácticamente compartiendo con sus padres antes de irse muchos kilómetros lejos de su país.
Llegaron las 12 y José partía rumbo a Perú, le tocó el asiento 15 ,
así que fue a su asiento, en el asiento 16, el que está a su costado, iba otra persona, esta persona se llamaba: Santiago. José dijo en su mente: este chico me parece conocido Se sentó y le dijo hola al chico de su costado, Santiago le respondió con un Hola y José le dijo: Como estás Santiago: ¿Bien y tú? José: No tan bien, ando medio triste porque dejé mi país y mi familia. Santiago: Yo igual, pero no te sientas triste, esto lo estamos haciendo por nuestro bien. José: Tienes razón, lo estamos haciendo por nuestro bien…, oye una pregunta, ¿cuál es tu nombre? Me pareces conocido Santiago: Tú también me pareces conocido, mi nombre es: Santiago, Santiago Pérez José: ¡¿Santiago Pérez?! ¡¿En serio eres el que estoy prensando? ¡,mi nombre es: José, José Ruíz. Santiago: ¡¿José Ruíz?! ¿Acaso eres tú? José: ¿Creo que sí? ¿Estudiamos juntos no? Hasta que nos graduamos de primaria, después de eso agarramos nuestro camino y no supimos más del otro. Santiago: ¡Sí! ¡Qué gusto haberte vuelto a encontrar amigo!
En ese momento, estaban llegando a Ecuador, el día se volvió
más nublado. Cuando José se bajó del autobús se empezó a sentir mal, con mareos y malestar estomacal. José le dijo a Santiago de su estado de salud y Santiago le dio unas medicinas que tenía en su maleta porque su mamá las metió en caso de emergencias. Pasaron horas y José se seguía sintiendo mal, Santiago le avisó al conductor que pare el autobús porque un pasajero está en mal estado, así que el conductor avisó a la terminal y a los pasajeros que habrá un retraso. Lo llevaron a un tópico que se encontraba cerca y le dijeron que se sentía mal porque había desayunado mal y no había tomado agua, además la sensación de irse así de la nada de tu país le afectó un poco. Y José dijo: -Sí, no tenía hambre.
Santiago que se encontraba allí le dio agua y le dijo que se
terminara su desayuno. José se terminó su desayuno. Después de un rato, José se sintió mejor, y le dijo a Santiago: -Gracias por haberme ayudado, darme medicamentos y agua para tener más energía, no tener mareos y llegar sanos a Perú. Santiago le dijo: -No te preocupes, al fin y al cabo los amigos están para ayudarse ¿no?
Finalmente, llegaron a Perú, José y Santiago sintieron una
sensación de felicidad. Bajaron del autobús y José le dijo a Santiago: -¿No pensaste en donde te vas a quedar? Santiago respondió: -no…. José le dijo: -Bueno yo tengo aquí una tía que me dijo para quedarme en su casa, si quieres vamos y nos quedamos allí y al día siguiente buscamos trabajo y algún departamento o habitación para vivir. ¿Qué te parece? Santiago respondió: -Sí, esto es como una gran coincidencia, menos mal nos encontramos en el camino jajá. José dijo: -Si tienes razón.
Y se fueron en camino a la casa de su tía, pasaron la noche allí.
Luego de unas semanas...
Santiago: Al fin encontré un lugar donde vivir.
José: Que bien, ¿cuándo te vas? Santiago: Mañana. José: Ah ok, bueno ya era hora de que consiguieras algo, yo todavía estoy buscando, si quieres te ayudo a empacar. Santiago: Está bien.
Al día siguiente…
Santiago: Bueno ya es hora de irse.
José: Si… Fue un gusto volverte a encontrar, y recuerda: Los
amigos siempre están para ayudarse. Santiago: Tienes razón, fue un gusto volverte a encontrar. Y se despidieron… Recordando toda la aventura que pasaron en ese viaje de amistad