La Toma de Decisiones
La Toma de Decisiones
La Toma de Decisiones
LA TOMA DE DECISIONES
Los gerentes de todos los niveles y todas las áreas de las organizaciones toman decisiones, es
decir, hacen elecciones. Si bien la toma de decisiones suele describirse en términos de una
elección entre alternativas, esta perspectiva resulta demasiado simplista. ¿Por qué? Porque es
(y debe ser) un proceso y no sólo el simple acto de elegir entre alternativas.
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Paso 1: Identificación del problema: Todas las decisiones tienen su origen en un
problema, es decir, una discrepancia entre la condición actual y aquella a la que aspiramos.
¿Cómo identifican los gerentes los problemas? En el mundo real, la mayoría de los problemas
no “anuncian” su presencia. Por otro lado, los gerentes deben cuidarse de no confundir los
problemas con los síntomas de un problema. identificar eficazmente los problemas es
importante, pero no fácil.
Paso 2: Identificación de los criterios de decisión: Una vez que el gerente ha identificado un
problema, debe determinar los criterios de decisión que son importantes o relevantes para
resolverlo. Todo aquel que toma decisiones utiliza criterios para guiar sus decisiones, aun
cuando no estén definidos de manera explícita. Parámetros que definen los factores
importantes o relevantes para resolver un problema.
Paso 3: Ponderación de los criterios: Si todos los criterios relevantes no tienen la misma
importancia, quien toma las decisiones deberá ponderarlos para determinar su peso adecuado
en la decisión. ¿Cómo hacerlo? Una forma sencilla consistiría en dar al criterio más importante
un valor de 10 y luego ponderar el resto utilizando ese estándar. Desde luego, se puede usar
cualquier número como el valor más alto.
Paso 4: Desarrollo de alternativas: El cuarto paso del proceso de toma de decisiones exige que
el responsable liste las alternativas viables que podrían resolver el problema. En este paso es
preciso que el individuo sea creativo y que se limite a listar las opciones sin evaluarlas todavía.
Una vez que ha identificado las alternativas, el individuo debe evaluarlas una por una. ¿Cómo?
Utilizando los criterios establecidos en el paso 2. La calificación total de cada opción es, por
consiguiente, la suma de la ponderación de sus criterios correspondientes. En ocasiones quien
toma la decisión puede obviar este paso. Si una alternativa obtiene una calificación muy alta
en todos los criterios, no será necesario considerar las ponderaciones porque esa alternativa
representará ya la mejor opción.
Paso 6: Selección de una alternativa: El sexto paso del proceso de toma de decisiones consiste
en elegir la mejor alternativa o aquella que haya obtenido el total más alto en el paso 5.
Otra cosa que tal vez deban hacer los gerentes durante la implementación es reevaluar el
entorno para detectar cualquier cambio que ocurra, sobre todo si la decisión tiene efectos en
el largo plazo. ¿Los criterios, las alternativas y la elección siguen siendo los mejores o el
entorno ha cambiado de manera que es necesario hacer una reevaluación?
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A) TOMA RACIONAL DE DECISIONES
Suponemos que los gerentes ejercen una toma racional de decisiones; es decir, que eligen
opciones lógicas y consistentes para obtener el máximo valor. Después de todo, los gerentes
cuentan con toda clase de herramientas y técnicas que les ayudan a tomar decisiones
racionales.
Es aquella que se basa en la experiencia, los sentimientos y los juicios acumulados. Los
investigadores que estudian el uso gerencial de la toma intuitiva de decisiones han identificado
cinco diferentes aspectos de la intuición:
3. las opiniones, preferencias y valores de aquellos que se verán afectados por la decisión y
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La fuerza o el grado de influencia que cada uno de esos elementos tiene sobre una decisión
varían según el caso. Algunas veces la intuición (juicio) del individuo que toma las decisiones
podría tener mayor peso en la decisión; en otras ocasiones podrían predominar las opiniones
de los interesados; e incluso en otras podrían influir factores éticos (contexto organizacional).
Lo importante es que los gerentes reconozcan y comprendan la elección consciente con
respecto a cuáles son los elementos más relevantes y que deben enfatizarse al tomar una
decisión.
Problemas estructurados porque son simples, conocidos y fáciles de definir. Es una decisión
programada, es decir, una decisión repetitiva que puede ser manejada con un método de
rutina. Dado que se trata de un problema estructurado, el gerente no se ve en la necesidad de
invertir esfuerzo y tiempo en un proceso de decisión. En este caso, la etapa de “desarrollo de
alternativas” no existe o exige muy poca atención. ¿Por qué? Porque una vez que se define el
problema estructurado, la solución suele ser evidente o limitarse a unas cuantas alternativas
conocidas y que han resultado adecuadas en el pasado. El gerente tiene a su disposición tres
tipos de decisiones programadas: un procedimiento, una regla o una política.
Un procedimiento es una serie de pasos secuenciales que el gerente utiliza para responder a
un problema estructurado. La única dificultad estriba en identificar el problema. Una vez que
éste es claro, el procedimiento queda definido.
Una regla es una aseveración explícita que informa a los gerentes qué se puede o no se puede
hacer. Con frecuencia, las reglas se cumplen porque son fáciles de seguir y generan
consistencia. Las reglas sobre retardos y ausentismo permiten que los supervisores tomen
decisiones disciplinarias justas de manera expedita.
Las políticas, es decir, lineamientos para la toma de decisiones. A diferencia de las reglas, las
políticas establecen parámetros generales para las decisiones, en lugar de dictar de manera
específica lo que se debe y lo que no se debe hacer. Las políticas suelen incluir un término
ambiguo que deja su interpretación en manos de quien toma las decisiones.
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III.- CONDICIONES PARA TOMA DE DECISIONES
Al tomar decisiones, los gerentes podrían enfrentar tres condiciones distintas: certidumbre,
riesgo e incertidumbre:
RIESGO: Una situación mucho más común es la de riesgo, una condición en la que el
responsable de tomar las decisiones es capaz de calcular la probabilidad de que se den ciertos
resultados. Cuando enfrentan una situación de riesgo, los gerentes cuentan con datos
históricos basados en sus experiencias personales previas o con información secundaria que
les permite asignar probabilidades a distintas alternativas.
INCERTIDUMBRE: ¿Qué ocurre cuando uno enfrenta una decisión y no tiene certeza alguna
acerca de los resultados, y ni siquiera puede hacer un cálculo razonable de las probabilidades?
A esta situación se le denomina incertidumbre, y los gerentes enfrentan muchas veces este
tipo de situaciones al tomar decisiones. Bajo tales circunstancias, la elección de alternativas se
ve influenciada por la limitada cantidad de información disponible y por la orientación
psicológica de quien toma las decisiones. Si el gerente es optimista, se inclinará por la opción
maximax (esto es, la que maximice el máximo beneficio posible); si es pesimista optará por la
alternativa maximin (la que maximiza el mínimo beneficio posible); y si desea minimizar su
“arrepentimiento” máximo, elegirá la opción minimax.
Cuando los gerentes toman decisiones suelen utilizar criterios o reglas generales o heurísticas
para simplificar la labor. Las reglas generales pueden resultar útiles porque ayudan a darle
sentido a información compleja, imprecisa y ambigua. Sin embargo, aun cuando los gerentes
utilicen reglas generales, eso no significa que éstas sean confiables. ¿Por qué? Porque pueden
conducir a errores y sesgos en el procesamiento y la evaluación de la información.
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Cuando los responsables de tomar decisiones tienden a pensar que saben más de lo que en
realidad saben, o tienen una perspectiva exageradamente positiva de sí mismos y de su
desempeño, ponen de manifiesto un sesgo de exceso de confianza.
Un sesgo de confirmación los individuos que buscan información que reafirme las elecciones
que han hecho en el pasado y desdeñan aquellas que contradicen sus juicios previos, ellos
tienden a aceptar sin mayor análisis los datos que confirmen sus puntos de vista
preconcebidos y se muestran críticos y escépticos ante la información que pone en duda esas
ideas.
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El sesgo de disponibilidad ocurre cuando las personas tienden a recordar los eventos más
recientes y vívidos de su memoria. ¿Cuáles son las consecuencias? Esto afecta su capacidad
para evocar objetivamente los sucesos, provocando juicios y estimaciones de probabilidad
distorsionados.
El sesgo de aleatorización describe las acciones de los individuos que tratan de darle
significado a eventos aleatorios. Ellos hacen esto porque casi todas las personas tienen
dificultades para manejar situaciones azarosas, aun cuando todos experimentamos eventos
aleatorios y no hay nada que podamos hacer para predecirlos.
El error de costos hundidos ocurre cuando los individuos olvidan que las alternativas actuales
no pueden corregir el pasado; de manera incorrecta, se basan en costos previos de tiempo,
dinero o esfuerzo para evaluar las alternativas, en lugar de fijarse en las consecuencias futuras.
En otras palabras, en lugar de dejar de lado los costos hundidos, se aferran a ellos.
Sesgo al servicio del yo. Los individuos que tienden a hacer alarde inmediato de sus éxitos y
culpar a cualesquiera factores externos por sus fracasos.
Cuando los gerentes están conscientes de estos errores de decisión y sesgos, y se abstienen de
caer en ellos, pueden evitar los efectos negativos. Por fortuna, las investigaciones demuestran
que la capacitación permite que los empleados reconozcan sesgos específicos en la toma de
decisiones y que disminuyan posteriormente las decisiones sesgadas, y que este efecto es
perdurable.
Comprender las diferencias culturales. Depende de los valores, las creencias, las actitudes y
los patrones de comportamiento de las personas involucradas.
Crear estándares para una buena toma de decisiones. Las buenas decisiones son
vanguardistas, utilizan información disponible, consideran todas las opciones disponibles y
viables, y no generan conflictos de interés. Están obligados a evitar y a revelar conflictos de
interés éticos, legales, financieros y de otros tipos que involucren a la empresa, así como están
obligados a abstenerse de adoptar una posición de autoridad para tomar decisiones respecto
de cualquier situación de conflicto.
Saber cuándo rendirse. Cuando sea evidente que una decisión no está funcionando, no tema
dar marcha atrás. Muchos individuos que toman decisiones bloquean o distorsionan la
información negativa porque no quieren reconocer que su punto de vista está equivocado.
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Están tan apegados a sus decisiones que se rehúsan a reconocer la oportunidad de desistir. En
el dinámico entorno actual, este tipo de pensamiento sencillamente no funciona.
Usar un proceso de toma de decisiones eficaz. Los expertos afirman que, para ser eficiente, un
proceso de toma de decisiones debe reunir seis características:
2. es lógico y congruente;
Desarrollar su capacidad para pensar con claridad. Con la finalidad de tomar mejores
decisiones en el trabajo y en su vida personal. Tomar buenas decisiones no es algo que se dé
de manera natural; es necesario trabajar en ello. Lea y estudie acerca de la toma de decisiones.
BIBLIOGRAFIA
Stephen P. Robbins, Mary Coulter, Administración, Decimosegunda edición, PEARSON,
México, 2014