Manejo de Intervencion en Crisis

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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA

ADULTOS
(UAPA)

PARTICIPANTE

Zunilda Alejandra Cruz Félix

MATRÍCULA

100026753

ASIGNATURA

Manejo Clínico de Intervención en Crisis.

FACILITADORA

Kania Pimentel

FECHA

JUNIO 2023

República Dominicana
Introducción.

En el trabajo a continuación estaré tratando lo que es el manejo clínico de


intervención en crisis el cual es fundamental para garantizar la seguridad y
el bienestar emocional de los empleados en un entorno laboral. En un
centro universitario, el departamento de Recursos Humanos desempeña un
papel crucial en el cuidado y apoyo de los empleados, especialmente en
situaciones de crisis que puedan afectar su salud mental.

Este protocolo preventivo tiene como objetivo proporcionar pautas y


procedimientos claros para el manejo clínico de intervención en crisis en un
centro universitario, específicamente enfocado en el departamento de
Recursos Humanos.

Al tener un protocolo establecido, se busca asegurar una respuesta rápida y


efectiva ante situaciones de crisis emocionales, minimizando así el impacto
negativo en la salud mental de los empleados.

Este protocolo incluye la creación de un equipo de intervención en crisis, la


identificación de situaciones de crisis, la evaluación inicial, la intervención
inmediata, el seguimiento y remisión, así como la evaluación continua y
mejora del protocolo. Se enfatiza la importancia de proporcionar apoyo
emocional, información clara sobre los recursos disponibles y opciones de
tratamiento, y una atención integral en colaboración con otros profesionales
de la salud.

Es crucial adaptar este protocolo a las necesidades específicas del centro


universitario y cumplir con las regulaciones y leyes locales relacionadas
con la salud mental y la privacidad de la información. Además, se
recomienda contar con el respaldo y la supervisión de profesionales de la
salud mental para garantizar la implementación efectiva de este protocolo.
Al seguir este protocolo, el departamento de Recursos Humanos de un
centro universitario estará preparado para brindar una respuesta adecuada y
brindar el apoyo necesario a los empleados que atraviesen situaciones de
crisis, promoviendo así un ambiente laboral saludable y apoyando el
bienestar emocional de toda la comunidad universitaria.

También estaré realizando un breve análisis de los temas abordados en las


diferentes unidades de esta asignatura.
Análisis de las unidades.

El comportamiento humano:

Análisis del comportamiento humano en situaciones de crisis o


emergencias psicológicas:

En situaciones de crisis o emergencias psicológicas, el comportamiento


humano puede verse afectado de diversas formas. Cada persona puede
reaccionar de manera diferente según su personalidad, experiencias previas,
recursos emocionales y apoyo social disponible. A continuación, se
analizan algunos aspectos comunes del comportamiento humano en estas
situaciones:

1. Respuestas emocionales intensas: Las crisis y emergencias


psicológicas pueden desencadenar respuestas emocionales intensas,
como ansiedad, miedo, tristeza, confusión o ira. Estas respuestas
emocionales son naturales y pueden variar en intensidad y duración
en cada individuo.
2. Dificultades en la toma de decisiones: En momentos de crisis, las
personas pueden experimentar dificultades para tomar decisiones
debido a la sobrecarga emocional y cognitiva. Pueden tener
dificultades para evaluar las opciones, priorizar y considerar las
consecuencias de sus decisiones.
3. Cambios en el comportamiento: El comportamiento puede cambiar
en situaciones de crisis. Algunas personas pueden volverse más
retraídas o aisladas, mientras que otras pueden mostrar agitación,
irritabilidad o impulsividad. El sueño y el apetito pueden verse
afectados, y pueden surgir conductas de evitación o escape.
4. Reacciones físicas: Las respuestas físicas, como palpitaciones,
sudoración, tensión muscular o dificultades respiratorias, son
comunes en situaciones de crisis. Estas reacciones pueden ser
síntomas de ansiedad o estrés agudo.

Primeros auxilios psicológicos.

Los primeros auxilios psicológicos son una serie de estrategias y técnicas


utilizadas para brindar apoyo inmediato y básico a las personas en
situaciones de crisis o emergencias psicológicas. Estos primeros auxilios se
centran en proporcionar confort emocional, seguridad y conexión social, y
se basan en los siguientes principios:
Escucha activa y empática: Los primeros auxilios psicológicos implican
escuchar activamente a la persona en crisis, mostrando comprensión y
empatía. Es importante permitirles expresar sus sentimientos y
preocupaciones sin juzgarlos.

Validación de emociones: Se reconoce y valida las emociones de la persona


en crisis, brindando un ambiente seguro y de aceptación. Esto ayuda a la
persona a sentirse comprendida y a reducir su angustia emocional.

Promoción de la seguridad y la calma: Se enfoca en asegurar la seguridad


inmediata de la persona y promover la calma emocional. Se pueden ofrecer
estrategias de respiración profunda, relajación muscular o técnicas de
autoregulación para ayudar a reducir la ansiedad y el estrés.

Fomento del apoyo social: Se alienta a la persona en crisis a buscar y


utilizar su red de apoyo social, como familiares, amigos o servicios
comunitarios. La conexión social puede proporcionar un sentido de
pertenencia y fortaleza emocional.

El lenguaje del profesional de la conducta.

El lenguaje utilizado por los profesionales de la conducta en situaciones de


crisis o emergencias psicológicas es fundamental para establecer una
comunicación efectiva y empática. Algunos aspectos importantes del
lenguaje del profesional incluyen:

Claridad y sencillez: Es importante utilizar un lenguaje claro y sencillo,


evitando terminología técnica o compleja que pueda generar confusión.
Empatía y comprensión: El lenguaje del profesional debe reflejar empatía y
comprensión hacia la experiencia y las emociones de la persona en crisis.
Debe evitarse cualquier forma de juicio o crítica.

Validación y respeto: Se debe validar los sentimientos y experiencias de la


persona, reconociendo su valor y respetando su perspectiva única.

Orientación y apoyo: El lenguaje debe proporcionar orientación clara y


apoyo práctico. El profesional puede ofrecer información sobre los recursos
disponibles y las opciones de apoyo, así como brindar instrucciones claras
en situaciones que requieran acción inmediata

En resumen, comprender el comportamiento humano en situaciones de


crisis o emergencias psicológicas, aplicar primeros auxilios psicológicos y
utilizar un lenguaje adecuado y empático son elementos esenciales para
brindar apoyo efectivo a las personas en estas situaciones. Los
profesionales de la conducta deben tener en cuenta estos aspectos para
establecer una relación terapéutica sólida y promover el bienestar
emocional de las personas en crisis.

Modelo ABC.

Es importante tratar los problemas emocionales y de relaciones


personales de una manera eficaz y científica. Una de las principales
orientaciones y técnicas de intervención aplicada es la Terapia Racional
Emotiva Conductual (TREC), fundada por el Dr. Albert Ellis en 1955, que
se caracteriza por su alta efectividad y su duración breve.
Su modelo remarca la importancia de la tríada pensamiento-emoción-
conducta en el mantenimiento de los problemas psicológicos y busca que la
persona tome conciencia del problema emocional y vea su parte de
responsabilidad en la creación y mantenimiento del mismo como resultado
de su propio sistema de creencias (o de pensamientos). Enfatiza que son las
creencias irracionales, formadas principalmente por exigencias y falsas
necesidades, las que generan la mayor parte de los problemas emocionales
y de comportamiento.

Etapas de las crisis:

Las etapas de la crisis, también conocidas como las fases de la crisis o el


ciclo de la crisis, son una serie de etapas emocionales y cognitivas que una
persona puede experimentar durante un período de crisis. Estas etapas
suelen ocurrir en secuencia, pero la duración y la intensidad de cada etapa
pueden variar según la persona y la situación. A continuación, se presenta
un resumen de las etapas comunes de la crisis:

 Desorden: En esta etapa inicial, una persona puede experimentar una


sensación de desorden y caos emocional. Pueden sentirse abrumados,
confundidos y desorientados debido a la situación de crisis. Pueden
tener dificultades para procesar la información y tomar decisiones
claras.
 Negación: Durante esta etapa, la persona puede negar o minimizar la
realidad de la crisis. Pueden resistirse a aceptar la gravedad de la
situación o negar que la crisis está ocurriendo. La negación puede ser
un mecanismo de defensa para protegerse de la angustia emocional
inicial.
 Intrusión: En esta etapa, los pensamientos y sentimientos
relacionados con la crisis pueden intrusar en la vida cotidiana de la
persona. Pueden experimentar pensamientos recurrentes, recuerdos
intrusivos o pesadillas relacionadas con la crisis. También pueden
experimentar emociones intensas, como miedo, tristeza o ira, que
interfieren con su funcionamiento normal.
 Traslaboración: Durante esta etapa, la persona comienza a procesar y
enfrentar activamente la crisis. Pueden buscar apoyo emocional,
buscar información sobre la situación y explorar estrategias para
superar la crisis. La persona puede experimentar una mayor
conciencia de sus emociones y trabajar en su adaptación y
recuperación.
 Terminación: En esta etapa final, la crisis se resuelve o llega a su fin.
La persona encuentra una mayor estabilidad emocional y puede
sentir un sentido de alivio, satisfacción o aceptación. Pueden haber
aprendido lecciones importantes de la crisis y estar listos para
avanzar en sus vidas.

Es importante tener en cuenta que no todas las personas pasarán por todas
las etapas de la crisis, y algunas etapas pueden repetirse o superponerse.
Además, cada individuo tiene su propio ritmo y proceso de afrontamiento.
Estas etapas son solo una guía general para comprender cómo las personas
pueden responder emocionalmente a una crisis, y es fundamental brindar
un apoyo adecuado y personalizado durante todo el proceso.

Pasos para la intervención en crisis:

La intervención en crisis es un proceso crucial para brindar apoyo y


atención inmediata a las personas que atraviesan situaciones de crisis
emocional. A continuación, se realiza un análisis de los pasos comunes que
se siguen en la intervención en crisis:

1. Evaluación inicial: Este primer paso implica evaluar la situación de


crisis para determinar la gravedad y urgencia del problema. Se busca
comprender el contexto, los factores desencadenantes y el nivel de
riesgo involucrado. Esta evaluación inicial es fundamental para
establecer las prioridades de intervención y determinar las acciones a
seguir.
2. Establecimiento de rapport: Es esencial establecer una relación de
confianza y empatía con la persona en crisis. El profesional debe
crear un ambiente seguro y acogedor, demostrando comprensión y
respeto. Esto permite establecer una conexión emocional y facilita la
comunicación abierta.
3. Exploración de emociones y pensamientos: En este paso, se alienta a
la persona en crisis a expresar sus emociones, pensamientos y
preocupaciones. El objetivo es comprender su experiencia subjetiva
y cómo está afectando su bienestar emocional. El profesional
escucha activamente, valida los sentimientos y proporciona un
espacio seguro para que la persona se exprese sin juicio.
4. Identificación y evaluación de recursos: Durante la intervención en
crisis, se busca identificar los recursos disponibles para ayudar a la
persona a superar la crisis. Esto puede incluir apoyo social, redes de
apoyo familiar, servicios comunitarios, profesionales de la salud
mental u otros recursos relevantes. Es importante evaluar la
disponibilidad, accesibilidad y adecuación de estos recursos para
satisfacer las necesidades de la persona.
5. Desarrollo de estrategias de afrontamiento: En esta etapa, se colabora
con la persona en crisis para desarrollar estrategias de afrontamiento
efectivas. Esto implica explorar diferentes opciones y técnicas que
puedan ayudar a lidiar con la crisis y reducir el malestar emocional.
Las estrategias pueden incluir la identificación de habilidades de
afrontamiento previas, la promoción de la resiliencia, la práctica de
técnicas de relajación o la derivación a otros profesionales según sea
necesario.
6. Seguimiento y plan de seguridad: Una vez que se han implementado
las estrategias de afrontamiento, es fundamental establecer un plan
de seguimiento y seguridad. Esto puede implicar acordar reuniones
de seguimiento, establecer puntos de contacto de emergencia o
brindar recursos adicionales para el apoyo continuo. El plan de
seguridad busca prevenir futuras crisis y garantizar que la persona
tenga acceso a la ayuda necesaria en caso de necesitarlo.
7. Remisión y coordinación de servicios: En algunos casos, puede ser
necesario derivar a la persona en crisis a servicios especializados,
como servicios de salud mental, hospitales o programas de apoyo
específicos. La remisión implica coordinar la transferencia de
cuidado y asegurarse de que la persona reciba la atención adecuada
por parte de profesionales capacitados.

Es importante destacar que estos pasos son una guía general y que cada
intervención en crisis puede variar según las necesidades individuales y
las circunstancias específicas de cada situación. Los profesionales de la
salud mental están capacitados para adaptar los pasos según las
necesidades de cada persona y garantizar una intervención efectiva y
segura.

Modelos de la intervención en crisis.

Existen varios modelos de intervención en crisis que los profesionales de la


salud mental pueden utilizar para abordar situaciones de crisis emocional.
A continuación, se presentan algunos de los modelos más comunes:

1. Modelo de Intervención en Crisis basado en la resolución de


problemas: Este modelo se centra en ayudar a la persona en crisis a
identificar y resolver problemas específicos que están contribuyendo
a la crisis. Se trabaja en la búsqueda de soluciones prácticas y
efectivas para abordar los desafíos presentes.
2. Modelo de Intervención en Crisis basado en la resiliencia: Este
enfoque se centra en el fortalecimiento de la resiliencia y la
capacidad de adaptación de la persona en crisis. Se enfatiza la
identificación y utilización de los propios recursos internos y
externos para superar la crisis y enfrentar las adversidades.
3. Modelo de Intervención en Crisis basado en la psicoterapia breve:
Este modelo se basa en la teoría de la psicoterapia breve y se centra
en lograr cambios rápidos y específicos para aliviar la crisis
emocional. Se utilizan técnicas terapéuticas específicas, como la
reestructuración cognitiva y la modificación de conductas, para
abordar los síntomas y promover la estabilidad emocional.
4. Modelo de Intervención en Crisis basado en la resolución emocional:
Este enfoque se centra en la expresión y la regulación emocional
como parte integral de la intervención. Se trabaja en la comprensión
y la aceptación de las emociones asociadas a la crisis, permitiendo a
la persona explorar y procesar de manera saludable los sentimientos
y experiencias dolorosas.
5. Modelo de Intervención en Crisis basado en el apoyo social: Este
modelo pone énfasis en la importancia del apoyo social como factor
protector durante la crisis. Se busca identificar y movilizar los
recursos de apoyo social disponibles, como familiares, amigos o
grupos de apoyo, para brindar un sistema de apoyo sólido a la
persona en crisis.

Eficiencia cultural y comunicación en la intervención en crisis.

La eficiencia cultural y la comunicación efectiva son elementos clave en la


intervención en crisis, especialmente cuando se trabaja con personas de
diferentes culturas y antecedentes. A continuación, se explora la
importancia de estos aspectos en la intervención en crisis:

Eficiencia cultural: La eficiencia cultural se refiere a la capacidad de los


profesionales de la salud mental para comprender, respetar y adaptarse a las
diferentes culturas y sistemas de creencias de las personas a las que brindan
atención. En la intervención en crisis, esto implica tener en cuenta los
aspectos culturales, como las normas, valores, tradiciones y prácticas de la
persona en crisis y su comunidad.

Sensibilidad cultural: Los profesionales deben ser sensibles a las


diferencias culturales y evitar hacer suposiciones o juzgar basándose en su
propia perspectiva cultural. Es fundamental reconocer y respetar las
diversas formas de expresión emocional y los mecanismos de
afrontamiento culturalmente apropiados.

Competencia cultural: Los profesionales deben adquirir conocimientos y


habilidades culturales para brindar una atención culturalmente competente.
Esto implica educarse sobre diferentes culturas, sus sistemas de creencias y
prácticas de cuidado de la salud mental, y estar abiertos a aprender de las
personas en crisis sobre su propia experiencia cultural.

Comunicación efectiva: La comunicación clara y efectiva es esencial en la


intervención en crisis para establecer una conexión significativa y
comprender las necesidades de la persona en crisis. Algunos aspectos
importantes son:

Escucha activa: Los profesionales deben practicar una escucha activa y


centrada en la persona, prestando atención no solo a las palabras sino
también a las emociones y el lenguaje no verbal. Esto ayuda a comprender
mejor la experiencia y las necesidades de la persona en crisis.

Lenguaje claro y adaptado: Es importante utilizar un lenguaje claro,


sencillo y adaptado al nivel de comprensión de la persona en crisis. Evitar
el uso de terminología técnica y explicar conceptos complejos de manera
comprensible.

Respeto y empatía: Mostrar respeto y empatía hacia la persona en crisis es


fundamental para establecer una relación de confianza. Evitar el juicio y el
estigma, y demostrar comprensión y apoyo genuino.

Utilización de recursos de comunicación culturalmente apropiados:


Adaptar el estilo de comunicación según la cultura de la persona puede
facilitar la comprensión mutua y fortalecer la relación terapéutica. Esto
puede incluir el uso de intérpretes, herramientas visuales o medios de
comunicación culturalmente relevantes
La eficiencia cultural y la comunicación efectiva en la intervención en
crisis promueven una atención más adecuada y respetuosa, y ayudan a
superar las barreras culturales y lingüísticas. Al comprender y responder a
las necesidades únicas de cada persona, los profesionales pueden brindar un
apoyo más efectivo durante la crisis y promover el bienestar emocional de
manera más holística.

Intervención en crisis en un estado de desastres naturales.

La intervención en crisis durante un estado de desastres naturales es crucial


para brindar apoyo emocional y psicológico a las personas afectadas. Estas
situaciones pueden generar un alto nivel de estrés, angustia y trauma en las
personas, y es fundamental contar con un plan de intervención en crisis
efectivo.

A continuación, se presentan algunas estrategias y consideraciones


importantes para la intervención en crisis durante un estado de desastres
naturales:

1. Establecer un entorno seguro: Lo primero es asegurar la seguridad


física de las personas. Se deben identificar y abordar las amenazas
inmediatas, como la búsqueda y el rescate, la evacuación o la
protección contra elementos peligrosos. Proporcionar un entorno
seguro ayuda a reducir la ansiedad y promover la sensación de
protección
2. Realizar una evaluación de necesidades: Es esencial realizar una
evaluación rápida de las necesidades de las personas afectadas. Esto
implica identificar a las personas más vulnerables, como niños,
ancianos o personas con discapacidad, y garantizar que reciban la
atención adecuada. También se deben evaluar las necesidades
básicas, como agua, alimentos, refugio y atención médica.
3. Proporcionar apoyo emocional: Durante un desastre natural, las
personas pueden experimentar una amplia gama de emociones, como
miedo, angustia, tristeza, confusión o ira. Es importante brindar
apoyo emocional y validar sus sentimientos. Escuchar activamente,
mostrar empatía y proporcionar un espacio seguro para expresar
emociones son componentes clave de la intervención en crisis.
4. Facilitar la comunicación: Establecer canales de comunicación
efectivos y claros es esencial durante un desastre natural.
Proporcionar información precisa y actualizada sobre la situación,
los recursos disponibles y las medidas de seguridad ayuda a reducir
la incertidumbre y la ansiedad. También es importante fomentar la
comunicación entre las personas afectadas y sus seres queridos, ya
sea a través de llamadas telefónicas, mensajes o servicios de apoyo a
la reunificación familiar.
5. Facilitar la resiliencia y la adaptación: Ayudar a las personas a
desarrollar resiliencia y adaptarse a la situación es fundamental en la
intervención en crisis. Esto implica fomentar la autoeficacia y el
afrontamiento activo, brindar información sobre estrategias de
afrontamiento saludables y promover la conexión social y el apoyo
mutuo entre los afectados.
6. Coordinación con otros servicios: Durante un desastre natural, es
común que diferentes organizaciones y agencias estén involucradas
en la respuesta y recuperación. Es esencial coordinar y colaborar con
estos servicios, como equipos de rescate, personal médico,
organizaciones de ayuda humanitaria y servicios de salud mental,
para brindar una intervención integral y garantizar la continuidad del
cuidado.
7. Seguimiento a largo plazo: La intervención en crisis no debe
limitarse solo a la fase inicial del desastre. Es importante reconocer
que los efectos emocionales y psicológicos pueden persistir a largo
plazo. Se debe facilitar el acceso a servicios de salud mental y apoyo
comunitario a largo plazo, así como realizar un seguimiento regular
para evaluar el bienestar emocional y brindar apoyo continuo a las
personas afectadas.
1. Elija y elabore un protocolo preventivo de Manejo Clínico
de Intervención en Crisis para:
Un centro universitario en departamento de recursos humanos.
Protocolo Preventivo de Manejo Clínico de Intervención en Crisis para un
Centro Universitario en el Departamento de Recursos Humanos
Objetivo: El objetivo de este protocolo es proporcionar pautas y
procedimientos para el manejo clínico de intervención en crisis en un
centro universitario en el departamento de Recursos Humanos.
El protocolo tiene como finalidad garantizar la seguridad y el bienestar
emocional de los empleados en situaciones de crisis y facilitar la
intervención temprana para minimizar el impacto negativo en su salud
mental.
Procedimientos:
1. Creación de un equipo de intervención en crisis: a. Designar un
grupo de profesionales de la salud mental, como psicólogos o
trabajadores sociales, para formar un equipo de intervención en
crisis. b. Establecer roles y responsabilidades claras para cada
miembro del equipo. c. Garantizar que al menos un miembro del
equipo esté disponible en todo momento para responder a situaciones
de crisis.
2. Identificación de situaciones de crisis: a. Capacitar al personal del
departamento de Recursos Humanos para identificar signos y
síntomas de crisis emocionales en los empleados. b. Establecer un
canal de comunicación confidencial para que los empleados puedan
informar sobre situaciones de crisis o solicitar ayuda.
3. Evaluación inicial: a. Cuando se reporte una situación de crisis, el
miembro del equipo de intervención en crisis deberá realizar una
evaluación inicial para determinar la gravedad y urgencia de la
situación. b. Evaluar el riesgo de daño físico o emocional para el
empleado y para otros miembros de la comunidad universitaria.
4. Intervención inmediata: a. Brindar apoyo emocional y contención al
empleado en crisis. b. Escuchar activamente al empleado, validando
sus sentimientos y preocupaciones. c. Proporcionar información clara
y precisa sobre los recursos disponibles y las opciones de
tratamiento. d. Evaluar la necesidad de remitir al empleado a
servicios médicos o de emergencia, si es necesario.
5. Seguimiento y remisión: a. Establecer un plan de seguimiento para
garantizar que el empleado reciba la atención adecuada después de la
intervención inicial. b. Proporcionar información sobre servicios de
salud mental disponibles dentro y fuera del campus universitario. c.
Colaborar con otros profesionales de la salud, como médicos o
terapeutas, para garantizar una atención integral.
6. Evaluación y mejora continua: a. Realizar revisiones periódicas del
protocolo y realizar ajustes según sea necesario. b. Obtener
retroalimentación de los empleados y del equipo de intervención en
crisis para mejorar la efectividad del protocolo. c. Ofrecer
capacitación continua al personal del departamento de Recursos
Humanos sobre el manejo de crisis y la promoción de la salud mental
en el lugar de trabajo.
Es importante destacar que este protocolo debe adaptarse a las necesidades
y recursos específicos del centro universitario, y cumplir con las
regulaciones y leyes locales relacionadas con la salud mental y la
privacidad de la información.
Además, se recomienda contar con el apoyo y la supervisión de
profesionales de la salud mental para implementar este protocolo de
manera efectiva.
Conclusión.

En conclusión, el establecimiento de un protocolo preventivo de manejo


clínico de intervención en crisis para un centro universitario en el
departamento de Recursos Humanos es fundamental para garantizar la
seguridad y el bienestar emocional de los empleados. Este protocolo
proporciona pautas claras y procedimientos efectivos para abordar
situaciones de crisis emocionales y brindar el apoyo necesario.
Al implementar este protocolo, el departamento de Recursos Humanos
podrá identificar y responder rápidamente a las situaciones de crisis,
ofreciendo apoyo emocional, contención y orientación a los empleados que
lo necesiten. Además, se establece un sistema de seguimiento y remisión
para asegurar que los empleados reciban la atención adecuada y se les
informe sobre los recursos disponibles.
Es importante destacar que este protocolo no solo se centra en la
intervención inmediata, sino también en la prevención y en la promoción
de la salud mental en el lugar de trabajo. La capacitación continua del
personal de Recursos Humanos y la colaboración con otros profesionales
de la salud mental son aspectos clave para garantizar una implementación
efectiva y una mejora constante del protocolo.
Al brindar un ambiente de trabajo que priorice la salud mental de los
empleados, el centro universitario no solo se preocupa por su bienestar
individual, sino que también fomenta un clima laboral positivo y
productivo. El cuidado de la salud mental en el entorno laboral contribuye
al bienestar general de los empleados y puede mejorar su rendimiento y
satisfacción en el trabajo.
En resumen, el protocolo preventivo de manejo clínico de intervención en
crisis en el departamento de Recursos Humanos de un centro universitario
es esencial para proporcionar un apoyo efectivo a los empleados en
situaciones de crisis emocionales.
La implementación de este protocolo promueve la salud mental y el
bienestar en el lugar de trabajo, fortaleciendo así la comunidad universitaria
en su conjunto.
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