Bloque 3 - Términos
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Tratado de Alcaçovas: acuerdo firmado por Castilla y Portugal en 1479 (siglo XV) que puso fin a la guerra
de sucesión abierta en Castilla tras la muerte de Enrique IV entre los partidarios de Isabel y los de Juana.
Por este tratado Juana y su esposo, el rey de Portugal Alfonso V, renunciaban al trono de Castilla,
reconocían como reina a Isabel, mientras Juana era recluida en un convento de Coimbra, y concertaban el
matrimonio del infante Alfonso -heredero de Portugal- con la hija mayor de los Reyes Católicos, Isabel.
Además, para resolver la rivalidad entre los dos reinos a causa de su política expansionista en el Atlántico,
Castilla y Portugal delimitaban sus respectivas zonas de expansión: Portugal conseguía los derechos de
conquista de las costas occidentales de África al sur de Cabo Bojador y el reconocimiento de su dominio
sobre las islas de Madeira, las Azores, Cabo Verde y Guinea; a cambio, Castilla obtenía los derechos
sobre las Islas Canarias.
Inquisición: también llamada Santo Oficio. Tribunal eclesiástico creado por iniciativa papal para
perseguir la herejía y otros delitos contrarios a la fe cristiana (brujería, apostasía, bigamia,
homosexualidad). Se estableció inicialmente en Aragón en el siglo XIII (1233, reinado de Jaime I) con la
autorización del Papa Gregorio IX y poco después en Navarra. En 1478 los Reyes Católicos consiguieron
del Papa Sixto IV la autorización para establecer en Castilla este tribunal para perseguir a los herejes y a
los falsos conversos, en especial a los de origen judío, y también la brujería y las conductas amorales, e
incluso la disidencia política, por lo que se convirtió en un instrumento para la unidad religiosa y la
represión política. Esta institución dejó de depender del Papa y de los obispos para colocarse bajo la
jurisdicción de la Corona, controlada por los dominicos, con competencias en todos los reinos hispanos.
Estaba dirigida por el Consejo de a Suprema y General Inquisición, presidido por el inquisidor general -el
primero fue Torquemada-; tenía tribunales provinciales y sus sentencias podían implicar desde la
absolución hasta la muerte en la hoguera, pasando por la prisión, el uso del sambenito…En el siglo XVI, y
especialmente en el reinado de Felipe II, la Inquisición se convirtió en un instrumento de la Contrarreforma,
persiguió a los erasmistas y a los protestantes y ejerció un rígido control sobre la cultura y, en particular,
sobre la importación y edición de libros. Fue suprimida por las Cortes de Cádiz en 1813, restablecida en
los periodos absolutistas del reinado de Fernando VII y desapareció definitivamente en 1834.
Expulsión de los judíos: Medida que adoptaron los Reyes Católicos, quienes ordenaron, a través de los
decretos del 31 de marzo de 1492, la expulsión o conversión de todos los judíos de sus reinos en el plazo
de tres meses; podían llevarse sus bienes muebles, excepto oro y plata, y debían vender sus bienes
raíces. Las causas de esta decisión son difíciles de comprender, ya que, al comienzo de su reinado, los
Reyes Católicos tomaron medidas para proteger a las comunidades judías, pues éstas apoyaron
económicamente a la monarquía. Se ha apuntado, como principal motivo de la expulsión, el deseo de
unidad religiosa y territorial como vía para consolidar el poder autoritario de los reyes, así como la
necesidad de evitar que los judíos influyeran en los conversos y los arrastraran a judaizar (seguir
practicando la religión judía). Las consecuencias fueron muy negativas ya que la mayoría optó por el exilio,
dirigiéndose a Portugal, Marruecos, Italia y el Imperio Turco, donde formaron la comunidad sefardita; la
salida supuso la pérdida de una población de entre 50.000 y 150.000 judíos; muchos de ellos
desempeñaban profesiones y actividades de especial relevancia como medicina, artesanía especializada -
orfebrería-, comercio, finanzas; los conversos siempre fueron sospechosos de judaizar y se convirtieron en
el principal objetivo de la Inquisición; además, muchas instituciones comenzaron a exigir limpieza de
sangre para poder acceder a ellas o para ocupar determinados cargos; se generó entre la población una
mentalidad de rechazo hacia las actividades comerciales y financieras -préstamos-, consideradas propias
de judíos; por último, las secuelas culturales también fueron importantes pues muchos judíos ejercían un
papel destacado en el ámbito científico e intelectual.
Colón, Cristóbal (Génova? hacia 1451 – Valladolid, 1506). Navegante posiblemente genovés que, al
servicio de Castilla, descubrió América. Su proyecto era buscar una nueva ruta hacia la India y las Islas
Molucas (o Islas de las Especies) por el oeste, a través del Atlántico, ya que los turcos habían conquistado
Constantinopla e interceptado la ruta tradicional comercial entre Asia y Europa. Defendía la idea de la
esfericidad de la Tierra y, siguiendo las teorías de Ptolomeo y los cálculos de Toscanelli, creía que su
diámetro era mucho menor que el real. Inicialmente, en 1484 presentó esta propuesta al rey de
Portugal -Enrique II-, quien la rechazó porque los portugueses habían avanzado mucho en la ruta hacia
las Indias bordeando la costa africana; además, la empresa podía vulnerar el tratado de Alcaçovas, los
cálculos de Colón parecían poco fiables y sus exigencias económicas eran excesivas. Después, en 1485,
Colón -respaldado por los monjes de la Rábida- expuso su proyecto en la Corte de Castilla, pero una
comisión de expertos rechazó su propuesta; además los reyes estaban inmersos en la Guerra de
Granada y consideraron desmedidas sus condiciones. Finalmente, la capitulación del reino nazarí y la
rivalidad de Portugal en la expansión atlántica hicieron que los Reyes Católicos aceptaran la empresa,
de modo que el 17 de abril de 1492 firmaron las Capitulaciones de Santa Fe con Colón, al que
concedían los títulos de almirante de la mar océana, virrey y gobernador de las nuevas tierras
descubiertas; también le otorgaban la décima parte de las riquezas encontradas y la posibilidad de costear
la octava parte de la expedición. La expedición de Colón, formada por tres navíos (La Santa María -
capitaneadas por él mismo-, La Niña y La Pinta -capitaneadas por los hermanos Pinzón-) y unos cien
hombres, partió de Palos de Moguer (Huelva) el 3 de agosto de 1492 e hizo escala en las Islas
Canarias. Esta expedición arribó el 12 de octubre de 1492 a la isla de San Salvador (Guanahaní para
los nativos y actual isla de Watling, en Las Bahamas) y exploró las islas Juana (Cuba) y La Española
(República Dominicana y Haití). Colón realizó otros tres viajes más entre 1493 y 1504 para explorar
nuevas tierras, colonizar las tierras descubiertas, evangelizar a los indios y encontrar un paso hacia la
costa de Cathay (China) y hacia las Islas de las Especies, convencido de haber alcanzado las Indias
orientales cerca de Cipango (Japón). Exploró las Antillas menores, San Juan Bautista (Puerto Rico) y
Santiago (Jamaica), fundó la ciudad de Santo Domingo, alcanzó tierra firme en la desembocadura del
Orinoco, recorrió las costas de la actual Venezuela, donde descubrió las islas Trinidad y Margarita y
exploró las costas de América Central -Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá-. Como
gobernador de las tierras descubiertas su gestión fue nefasta: se enfrentó a las autoridades enviadas
por los Reyes, no supo imponer su autoridad, permitió los enfrentamientos entre colonos y los abusos
sobre los nativos; acusado de abuso de poder fue apresado. Los Reyes lo liberaron, pero fue destituido de
su cargo de gobernador.
Capitulaciones de Santa Fe: acuerdo firmado en abril de 1492 entre los Reyes Católicos y Colón, por el
que éste era reconocido como almirante, virrey y gobernador de las tierras que descubriera. También se le
otorgaba una elevada recompensa económica: la décima parte de las riquezas que encontrara y de los
beneficios que se obtuvieran en la expedición, así como el derecho a aportar una octava parte del capital,
a lo que le correspondía un octavo de los beneficios.
Tratado de Tordesillas. Acuerdo firmado entre Castilla (Isabel y Fernando) y Portugal (Juan II) en 1494,
(finales del siglo XV) tras el rechazo portugués de la Bula Inter Caetera, por el cual se estableció un
reparto de las zonas de navegación y conquista del Océano Atlántico y del Nuevo Mundo mediante un
meridiano situado a 370 leguas al oeste de las Islas de Cabo Verde, con el fin de evitar conflictos de
intereses entre la Monarquía Hispánica y el reino de Portugal. El Tratado adjudicaba a Castilla las tierras al
oeste de la línea divisoria y a Portugal le correspondían los territorios al este de dicho meridiano, lo que
permitió a los portugueses conquistar Brasil . Además, en virtud de este tratado, Castilla renunciaba a su
expansión en las costas atlánticas de África -reservadas a Portugal- y Portugal cedía a Castilla sus
derechos sobre la costa mediterránea africana, lo que permitió la conquista de Melilla (1497).
Casa de Contratación: institución fundada en época de los Reyes Católicos (1503) con sede en Sevilla,
que era puerto real. Este organismo fue creado para gestionar todos los asuntos concernientes al
comercio con las Indias, (organizar e inspeccionar todo el tráfico de personas y mercancías con América y
asegurar la recaudación de quinto real. La Casa de Contratación también tenía competencias en aspectos
administrativos ya que actuaba como tribunal de comercio y de él dependía la concesión de licencias y de
permisos. Así mismo era escuela náutica y centro de cartografía y de estudios geográficos.
Leyes de Burgos: primeras Leyes de Indias promulgadas por la Junta de Burgos que fue convocada por
el rey Fernando el Católico en 1512 y donde teólogos y juristas discutieron sobre los derechos de la
monarquía en los territorios americanos descubiertos y sobre las poblaciones nativas, tras las denuncias
del Padre Montesinos contra los abusos cometidos por los colonos y por las autoridades españolas sobre
los indígenas. Estas disposiciones legales reconocían a los reyes de España los “justos títulos”, pero no
autorizaban la explotación de los indios. Además, las Leyes de Burgos autorizaron y legalizaron las
encomiendas; sin embargo, el incumplimiento de estas leyes originó nuevas reclamaciones y protestas.
Comunidades de Castilla: sublevación de las ciudades castellanas (comunidades de villa y tierra), contra
la política autoritaria de Carlos I y el poder de la alta nobleza. El levantamiento se inició en 1520 en Toledo
entre la baja nobleza, el bajo clero, los artesanos y los pequeños comerciantes y se extendió a otras
ciudades como Salamanca, Segovia, Ávila, León, Zamora, Burgos, Madrid… Los comuneros expulsaron a
los corregidores y a los procuradores de las Cortes de Castilla que habían cedido ante el rey al concederle
unas sumas de dinero con las que Carlos había pagado su elección como emperador, y exigieron a Carlos
I que prescindiera de sus consejeros flamencos y reservara los cargos más relevantes para los
castellanos, que acatara las leyes y respetara los fueros de Castilla, que reconociera ciertas prerrogativas
a las Cortes, además de rebajar los impuestos, reducir los gastos de la Corte, adoptar medidas
proteccionistas para la industria textil; también le pidieron que residiera en el reino y que aprendiera el
castellano. La Junta Santa -reunida en Ávila- intentó conseguir, sin éxito, el apoyo de la reina Juana y de
Portugal. El movimiento se extendió a las villas de señorío y los campesinos se rebelaron contra los
señores, lo que supuso la radicalización del movimiento -que adquirió el carácter social y antiseñorial- y la
intervención de la nobleza que hasta entonces había permanecido al margen del conflicto y que unió sus
fuerzas a las del rey contra los comuneros. Las tropas reales, con el apoyo de la nobleza castellana,
derrotaron al ejército comunero en la batalla de Villalar (Valladolid, 23 de abril de 1521) y sus líderes -
Padilla, Bravo y Maldonado- fueron ejecutados. Las ciudades castellanas perdieron sus libertades y fueron
sometidas al poder real; la monarquía autoritaria y el poder nobiliario se consolidaron, así como la alianza
de la nobleza castellana con el rey.
Carlos I: (Gante, 1500 – Yuste, 1558). Rey de España (1517-1556) y emperador de Alemania (1521-
1556). Hijo de Felipe de Borgoña (Felipe el Hermoso) y de Juana de Castilla (Juana la Loca), heredó de
sus abuelos paternos (el emperador Maximiliano de Austria y María de Borgoña) Austria, Borgoña, el
Franco Condado y los Países Bajos, y de los abuelos paternos (los Reyes Católicos) España, las
posesiones americanas e italianas (Cerdeña, Nápoles y Sicilia), así como las plazas del norte de África, un
imperio al que incorporó Milán y los territorios incas y aztecas. Durante su reinado tuvo que hacer frente al
movimiento de las Comunidades en Castilla y a las Germanías en Valencia y Mallorca. Deseaba la
hegemonía en Europa y restaurar el espíritu de universitas cristiana, es decir, la unidad de Europa bajo la
fe católica con el poder repartido entre el emperador y el Papa, lo que le llevó a rivalizar con Francisco I,
rey de Francia, que le disputaba a Carlos V Flandes, Borgoña y Milán, a frenar el avance turco de Solimán
en el Mediterráneo y a luchar contra los luteranos. Al abdicar legó España y los Países Bajos a su hijo
Felipe II siendo elegido nuevo emperador Alemán su hermano Fernando.
Hernán Cortés: Conquistador extremeño (Medellín, 1485). En 1504 se trasladó a La Española y participó
en la expedición a Cuba de Diego Velázquez. Desde Cuba, Cortés se dirigió hacia Yucatán (Méjico),
donde convirtió a los indios en sus aliados contra los aztecas. Fundó Veracruz, se internó en territorio
azteca y llegó a Tenochtitlán -capital del imperio azteca-, donde el emperador Moctezuma se reconoció
vasallo de Carlos I. Tras una grave insurrección indígena contra los españoles, Cortés abandonó la ciudad
(“la noche triste”), pero la victoria de Otumba le permitió regresar, siendo nombrado gobernador y capitán
general por Carlos I. Organizó varias expediciones, durante las que descubrió California. En 1540 regresó
a España.
Francisco Pizarro: conquistador extremeño (Trujillo, 1478). Participó en las expediciones de Alonso de
Ojeda y Núñez de Balboa. Ante las noticias de las riquezas del imperio inca, se asoció con Almagro, y
desde Panamá se dirigió a las costas del Perú, donde desembarcó en 1524. Intervino en la lucha entre los
caudillos incas Atahualpa y Huáscar, apoderándose de Cajamarca. Hizo prisionero al inca Atahualpa al
que mandó matar. Pizarro entró en Cuzco -capital del imperio inca-, aunque se estableció en la costa
donde fundó la ciudad de Lima. Posteriormente se enfrentaron Almagro y Pizarro por el reparto de las
tierras conquistadas. Almagro fue ejecutado en 1538 y, tres años después, sus partidarios asesinaron a
Pizarro.
Bartolomé de las Casas: fraile dominico, teólogo y jurista defensor de los derechos de los indios de
América. Había participado en la conquista de La Española y de Juana (Cuba), por lo que recibió un
repartimiento de indios y una encomienda, a los que posteriormente renunció. Impresionado por los
sermones de fray Antonio de Montesinos en los que denunciaba el maltrato al que eran sometidos los
nativos de La Española, se unió a la comunidad de dominicos de la isla. Fue recibido en la Corte por el rey
Fernando y por Cisneros (regentes de Castilla), y posteriormente por Carlos I, quien convocó al Consejo
de Indias en Valladolid. A raíz de las denuncias de fray Bartolomé se promulgaron las Leyes Nuevas de
Indias en 1542. En los años 1550 y 1551 mantuvo una disputa con Juan Ginés de Sepúlveda sobre la
legitimidad de la conquista, que él cuestionaba.
Paz de Augsburgo: firmada en 1555 tras la victoria de las tropas del emperador Carlos V en la batalla de
Mülhberg frente a los príncipes luteranos de la Liga de Esmalcalda, que les otorgó el derecho a decidir su
religión e imponerla a sus súbditos según el principio cuius regio, eius religio, lo que dividió el Imperio en
dos confesiones.
Felipe II: (Valladolid, 1527 – El Escorial, 1598). Rey de España (1556-1598) perteneciente a la dinastía
Habsburgo, hijo de Carlos I y de Isabel de Portugal, recibió las Coronas de Castilla y Aragón, así como los
Países Bajos, aunque no el Imperio Alemán. En política interior planteó reformas que rompían con la
tradición medieval como la sedentarización de la Corte (1560, capitalidad de Madrid), la reforma y creación
de nuevos consejos y audiencias, que junto con la convocatoria de Cortes en Toledo fijaron las bases de la
moderna administración pública. En política exterior, su reinado fue la época de hegemonía de España en
Europa y entre los hechos más relevantes están la sublevación de los Países Bajos, reprimida por los
tercios de Flandes y el duque de Alba; la lucha contra los turcos que finalizó con la victoria de Lepanto
(1571); el enfrentamiento con Inglaterra en el que fue destruida la Armada Invencible (1568); la guerra
contra Francia que finalizó con la victoria de San Quintín y la Paz de Cateau-Cambresis, que puso fin a las
reivindicaciones francesas en Italia. Los problemas internos estuvieron marcados por la defensa del
catolicismo y la unificación del territorio peninsular, el levantamiento de los moriscos en las Alpujarras, la
anexión de Portugal (1581), el caso de Antonio Pérez y el recorte de los fueros aragoneses (1592).
Concilio de Trento: Asamblea de las altas jerarquías eclesiásticas católicos convocada por el Papa,
presionado por Carlos V, reunida en la ciudad italiana de Trento en 1545, cuyas sesiones se prolongaron
hasta 1563 y en las que fue importante la intervención de los teólogos españoles dominicos y jesuitas. El
Concilio se reunió para fijar las verdades de la fe católica frente a la herejía luterana y calvinista e impulsó
la Contrarreforma -movimiento de la Iglesia católica que ratificó los dogmas de la fe católica frente a la
Reforma protestante-.
Batalla de Lepanto: conflicto bélico que enfrentó en 1571 -reinado de Felipe II- frente a las costas griegas
a la escuadra turca y a la flota dispuesta por la Liga Santa, formada por España, Venecia y el Papado (Pío
V), dirigida por Don Juan de Austria y apoyada por el almirante genovés Andrea Doria, para defender el
catolicismo y el Mediterráneo de los ataques otomanos. La victoria de la coalición permitió el inicio de
negociaciones secretas que condujeron a una tregua definitiva. Esta batalla también es conocida porque
en ella participó Miguel de Cervantes, quien fue hecho prisionero por los piratas argelinos.
Validos: favorito o privado, figura clave en el gobierno de la monarquía hispánica del siglo XVII, especie
de secretario o primer ministro en el que el rey depositaba su confianza absoluta y delegaba las decisiones
de gobierno, por falta de capacidad o de interés de los monarcas y por la complejidad de la administración
del Estado. Pertenecientes a la nobleza, los validos intentaron gobernar al margen de los Consejos
mediante juntas integradas por sus propios partidarios; desde el poder apartaron a sus enemigos y
colocaron en los puestos más importantes a parientes y amigos, formando una red de clientelas y
camarillas. Los validos más destacados fueron el duque de Lerma y su hijo el duque de Uceda en el
reinado de Felipe III, el conde-duque de Olivares y su sobrino don Luis de Haro en el de Felipe IV y, por
último, el padre Nithard, don Fernando Valenzuela, el duque de Medinacelli y el conde de Oropesa en el
de Carlos II.
Expulsión de los moriscos: Decisión adoptada en 1609 por Felipe III contra los musulmanes
supuestamente convertidos al cristianismo. Estos constituían una minoría no integrada en la sociedad
cristiana, sospechosa de mantener su religión y sus costumbres y de la que se desconfiaba por sus
supuestos contactos con los turcos y los piratas berberiscos. La expulsión afectó especialmente a Aragón
y Valencia, donde la población morisca era numerosa, dedicada preferentemente a la agricultura y a la
artesanía, con lo que algunas comarcas quedaron despobladas y los campos abandonados, lo que
perjudicó a los señores que dejaron de percibir parte de sus rentas.
Unión de Armas: proyecto del Conde-Duque de Olivares, valido de Felipe IV, presentado en 1625 que
establecía un sistema de cuotas por el que cada reino debía proporcionar, en caso de guerra, un número
determinado de hombres y una cantidad de dinero en proporción a sus recursos económicos y
demográficos para formar un ejército de 140.000 hombres reclutado, armado y mantenido por cada reino.
La Unión de Armas era una medida unificadora y centralizadora que pretendía reforzar el poder real y
suprimir las diferencias forales de los distintos territorios de la Corona para que todos contribuyeran de
forma equitativa a las cargas de la monarquía en hombres e impuestos y evitar que los costes del imperio
recayesen en mayor medida sobre Castilla. Por ello, provocó las rebeliones secesionistas de Cataluña y
Portugal que se negaron a contribuir con tropas y subsidios a la política belicista de España en defensa de
sus fueros frente al autoritarismo real.
Paz de Westfalia: firmada en 1648 puso fin a la Guerra de los Treinta Años. Significó un nuevo orden
internacional y un nuevo equilibrio entre Estados, con la derrota de los Habsburgo y la consolidación de
Francia como nueva potencia hegemónica; la cesión de territorios a favor de los estados alemanes
protestantes y de Francia, que consiguió posiciones estratégicas en las comunicaciones por tierra entre
Flandes y los estados italianos, como Alsacia; el reconocimiento del pluralismo religioso al permitir la
libertad religiosa de los príncipes alemanes y de sus vasallos, y el reconocimiento por Felipe IV de la
independencia de las Provincias Unidas, además de aceptar las conquistas holandesas en las colonias
portuguesas, aunque no el libre comercio en los territorios de la América española.
Tratado de los Pirineos: acuerdo firmado en 1659 -reinado de Felipe IV- que ponía fin a la guerra entre
España y Francia, y que supuso la cesión por la monarquía hispánica del Rosellón, la Cerdaña y algunas
plazas de Flandes, lo que consolidaba la hegemonía francesa y la decadencia española. El acuerdo se
selló con el compromiso matrimonial entre la infanta María Teresa -hija de Felipe IV- y Luis XIV, rey de
Francia.