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“AÑO DE LA PAZ, EL DESARROLLO Y LA UNIDAD”

INSTITUCIÓN EDUCATIVA FE Y ALEGRÍA N°19

PROYECTO:
"DEVASTACIÓN ECONÓMICA:
Los impactos de los desastres naturales y la urgencia de protocolos preventivos"

ASIGNATURA:
Ciencia y Tecnología

DOCENTE:
ROSALES VELÁSQUEZ, Miriam K.

AUTORES:
- GONZÁLES ROSALES, Xiomara P.
- OSORIO GARCILASO, Yomeyri D.
- ZEBALLOS ALVARADO, Erick B.
- SIFUENTES TOLEDO, Samira Y.

HUARAZ- NOVIEMBRE DEL 2023


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Índice

INTRODUCCIÓN ………………………………………………………………………………1

PROBLEMA …………………………………………………………………………………….2
OBJETIVO ……………………………………………………………….…………………….3
JUSTIFICACIÓN……………………………………………………………………………….4
MARCO TEORICO …………………………………………………………………………….6
RESULTADOS……………………………………………………………….…………...…..25
CONCLUSIONES………………………………………………………………………….…26
BIBLOGRAFIA……………………………………………………..……………………...….28
ANEXO…………………………………………………………………………………………30
3

Introducción
A través de millones de años de la evolución del planeta Tierra se han producido
innumerables fenómenos naturales, como sismos, huaycos, inundaciones y muchos
fenómenos más. Es con la presencia del hombre que se producen los desastres
naturales y éstos afectan sus actividades socioeconómicas y su entorno ambiental.
Los desastres naturales traen consigo trastornos ambientales, pues contaminan el
suelo y el agua; destruyen parte de la flora y fauna; y crean casi siempre focos de
infección y otros, afectando el hábitat del hombre.
En el presente trabajo se desarrolla un estudio sobre los impactos medio ambientales
en nuestra comunidad y como las medidas de prevención minimizan los impactos de
estos fenómenos.

Los desastres naturales, además de representar una amenaza para la seguridad de


las personas, impactan considerablemente la economía de una comunidad. Las
pérdidas materiales derivadas de estos eventos, que pueden incluir daños a la
infraestructura, pérdida de cultivos, destrucción de propiedades y pérdida de empleos,
tienen un efecto directo en el bienestar económico de la población local. Además,
estas catástrofes generan un costo adicional para el gobierno y otras organizaciones
en términos de financiamiento destinado a la recuperación y reconstrucción.

En este estudio, no solo nos centramos en comprender los trastornos ambientales


causados por los desastres naturales en nuestra comunidad, sino también en evaluar
en profundidad cómo estos eventos impactan la economía local. Analizaremos los
efectos económicos directos e indirectos, desde las pérdidas económicas inmediatas
hasta los efectos a largo plazo en los sectores empresariales, el empleo y la calidad de
vida de la población. Además, nos sumergiremos en la evaluación crítica de las
medidas de prevención adoptadas hasta el momento, examinando su eficacia para
minimizar tanto los impactos medioambientales como los económicos.

Es imperativo comprender la interrelación entre los desastres naturales, los impactos


medioambientales y económicos, y la efectividad de las medidas preventivas para
poder diseñar estrategias más sólidas que protejan tanto el entorno natural como la
economía de nuestra comunidad. Este trabajo no solo busca evidenciar los desafíos
que enfrentamos, sino también ofrecer una base sólida para la toma de decisiones
informadas y efectivas que puedan salvaguardar mejor nuestro entorno y bienestar
económico en el futuro.
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Problema de investigación:

Los desastres naturales representan un desafío para la economía de nuestra comunidad.


Debido a su frecuencia y magnitud, generan graves consecuencias económicas. Estos
eventos ocasionan pérdidas en infraestructuras como carreteras, puentes y edificaciones,
lo que no solo impacta directamente en las finanzas locales, sino que también afecta la
capacidad de recuperación económica a largo plazo. La destrucción de propiedades y
medios de sustento tanto a nivel individual como empresarial causará una reducción en la
actividad económica, lo que afectará directamente en la producción y en la disponibilidad
de bienes y servicios esenciales para la comunidad.

En este contexto, la evaluación de las medidas preventivas existentes se convierte en


un aspecto importante. Se deben analizar críticamente las estrategias de prevención,
desde los sistemas de alerta temprana hasta las infraestructuras resistentes y los
planes de gestión de desastres. Es muy importante comprender cómo estas medidas
han respondido en situaciones de emergencia y si han logrado reducir de manera
efectiva los impactos económicos adversos causados por los desastres naturales. Esta
evaluación no solo permitirá identificar áreas de mejora, sino que también ayudará a
diseñar y mejorar estrategias preventivas más eficaces y adaptativas para proteger la
economía local.

El impacto económico de los desastres naturales no se limita únicamente a la pérdida


de materiales físicos y empleos, sino que también afecta los servicios básicos, la
infraestructura y la seguridad financiera de la comunidad en su conjunto. La necesidad
de implementar medidas preventivas más eficaces para reducir estos impactos
económicos es evidente. Esta investigación se enfoca en analizar estos aspectos, con
la finalidad de proporcionar protocolos que protejan nuestra económica frente a futuros
desastres naturales, protegiendo así el bienestar y el desarrollo económico sostenible
de la región.

Para entender los desafíos económicos asociados con los desastres naturales en las
comunidades, nos hemos planteado indagar el daño económico que generan estos
desastres. Además, nos interesa evaluar cómo las medidas de prevención
implementadas ayudan a minimizar la magnitud de este impacto. En este contexto,
buscamos comprender mejor cómo la frecuencia de los desastres naturales se
relaciona con el daño económico experimentado por las comunidades, considerando la
eficacia de las medidas preventivas existentes.

En este sentido, nos hemos planteado la siguiente pregunta de investigación:

¿Hasta qué punto la frecuencia de desastres naturales influye en el daño económico


en las comunidades, teniendo en cuenta el efecto de las medidas de prevención?

Mediante esta pregunta, pretendemos indagar el impacto de los desastres naturales y


las consecuencias económicas en nuestras comunidades, evaluando las medidas
preventivas implementadas para minimizar estos fenómenos en la economía local.

A partir de la pregunta planteada, hemos formulado una posible solución que


buscamos explorar y verificar en nuestro estudio:

La frecuencia de desastres naturales puede tener un impacto significativo en el


nivel de daño económico en las comunidades, incluso considerando las
medidas de prevención implementadas. En este sentido, se plantea la viabilidad
de establecer protocolos anti-desastres naturales como una estrategia efectiva
para reducir los impactos en nuestra economía.
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Objetivo de investigación:

1. Entender cómo los desastres naturales afectan la economía y los bienes en las
comunidades, a pesar de las precauciones tomadas.
2. Evaluar la mejora de las medidas de protección actuales para reducir el impacto
económico de los desastres.
3. Proponer nuevos protocolos para mejorar las medidas anti-desastres y reducir las
pérdidas económicas.

Esta investigación busca comprender cómo los desastres naturales afectan nuestra
economía, a pesar de los intentos por protegerlos. Además, se evaluará la efectividad
de las medidas actuales y se plantearán nuevos protocolos para mejorar la
preparación ante estos eventos. Asimismo, se analizarán diferentes métodos utilizados
en distintas regiones para protegerse de desastres, con el fin de aprender y adaptar
enfoques más eficaces en la protección de los recursos económicos locales.
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Justificación:

Investigar sobre desastres naturales y su impacto en la economía es importante


porque estos eventos están sucediendo más seguido y afectan mucho a las
comunidades. Queremos entender por qué, incluso cuando tratamos de protegernos,
estos desastres todavía causan muchos problemas económicos. La investigación es
para ayudar a encontrar maneras de proteger mejor nuestro dinero y cosas valiosas
cuando ocurren desastres.
Esta investigación está dirigida a estudiantes de secundaria y a las personas
interesadas en entender cómo los desastres naturales afectan el dinero y las cosas
importantes de una comunidad, a pesar de que intentamos protegerlas. También es
para aprender cómo otras comunidades se protegen de desastres y si lo que hacen
podría ayudarnos a proteger nuestras cosas igualmente.

1.1 Metodología:
La metodología que se utilizará para esta investigación combina dos enfoques
diferentes: uno que usa números y otro que se enfoca en entender historias y
explicaciones.

Método 1: Usar números y datos:


Vamos a recopilar información numérica, como estadísticas y números, sobre los
desastres naturales y el dinero que se pierde cuando ocurren. Esto nos ayudará a ver
cuánto daño económico causan los desastres en diferentes lugares.

Método 2: Entender historias y explicaciones:


Además, vamos a hablar con personas que han vivido desastres naturales para
entender qué pasó realmente y por qué. Esto nos dará una idea de cómo las
comunidades se protegen y qué podríamos hacer mejor.

Método 3: Aplicación del Método Científico:

1. Observación: Se llevará a cabo una investigación exhaustiva en libros, revistas


científicas, informes gubernamentales y otras fuentes confiables para recopilar
información sobre desastres naturales y sus impactos económicos en distintas
comunidades.
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2. Formulación de hipótesis: Basándonos en la información obtenida, se podría


plantear una hipótesis inicial, por ejemplo: "La revisión de fuentes documentales
revelará patrones consistentes en cuanto al daño económico causado por desastres
naturales y las medidas de prevención utilizadas".

3. Recopilación de datos: Se buscarán y revisarán detalladamente fuentes


documentales relevantes que proporcionen datos y análisis sobre desastres naturales,
pérdidas económicas asociadas y estrategias de prevención implementadas.

4. Análisis de datos: Los datos y la información recopilada se analizarán para


identificar tendencias, evaluar la efectividad de las medidas preventivas y comprender
el impacto económico de los desastres naturales en diferentes contextos.

5. Formulación de conclusiones: Basándonos en el análisis documental, se extraerán


conclusiones sobre la relación entre la frecuencia de desastres, el daño económico y
la eficacia de las estrategias de prevención.

6. Comunicación y verificación: Los resultados y conclusiones obtenidos se


compartirán con expertos y otras comunidades para su revisión y validación,
permitiendo una verificación independiente de los hallazgos documentales.

1.2 Justificación de la Metodología:

La elección de estas metodologías responde a la necesidad de entender la


problemática desde diversas perspectivas para obtener una comprensión completa.
El Método 1: se centrará en la recopilación de datos numéricos y estadísticas sobre
los desastres naturales, permitiéndonos conocer y entender el impacto económico en
diferentes regiones geográficas.

El Método 2: se enfocará en comprender las experiencias personales y las opiniones


de aquellos que han enfrentado desastres naturales. Esto nos brindará una
perspectiva sobre cómo las comunidades se protegen y responderán ante estos
eventos.
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El Método 3: basado en la investigación en libros, revistas científicas y otros recursos


confiables, ampliará nuestra comprensión mediante análisis detallados de informes
históricos y estudios sobre el impacto económico de los desastres naturales y las
estrategias de prevención implementadas.

La integración de estos tres métodos permitirá una evaluación, combinando datos


numéricos, experiencias personales y análisis documental. Esto nos dará una
comprensión más amplia y detallada de cómo los desastres afectan la economía y las
estrategias de protección. Además, permitirá identificar fortalezas y debilidades en las
estrategias actuales de prevención.

Esta investigación se enfoca en entender el impacto económico de los desastres


naturales y en evaluar la efectividad de las medidas de protección existentes. Los
resultados obtenidos serán esenciales para proponer estrategias más eficaces y
precisas, mejorando así la protección de los recursos económicos y los bienes
esenciales en caso de futuros desastres.
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Capítulo I
LOS RIESGOS DE DESASTRES EN EL PERÚ

- ¿Qué es un desastre?
Cuando un fenómeno destructivo actúa sobre condiciones de vulnerabilidad y produce
graves daños contra la vida y los bienes de las personas, e interrumpe, por ello, el
normal funcionamiento de la sociedad, se produce un desastre. Un desastre causa,
normalmente, grandes pérdidas de vidas, materiales, ambientales, culturales y
económicas. Además, provoca gran sufrimiento humano. La comunidad afectada no
puede seguir adelante por sus propios medios y requiere de la ayuda nacional y/o
internacional. Por lo general, los desastres son consecuencia de las decisiones que la
gente toma acerca del desarrollo y del manejo de su entorno natural y social. Todos
los desastres pueden ser minimizados o evitados si las comunidades plantean sus
estilos de vida y su desarrollo futuro teniendo en cuenta los peligros que provienen de
la naturaleza y de las formas de vida sustentadas en el deterioro del medio ambiente.
Principales tipos de desastres naturales que afectan el medio ambiente:
Los sismos, vulcanismo, deslizamiento de rocas, deslizamiento de tierra,
hundimientos y sumideros, huaycos, alud, aluviones, avenidas, erosión de riberas,
desbordes e inundaciones son los principales desastres que afectan el medio
ambiente.
Desastre natural y el entorno ambiental del hombre
Todas las áreas urbanas donde el hombre intensifica sus actividades económicas y
sociales son consideradas problemas ambientales. Todos los desastres naturales
deterioran el entorno ambiental del hombre porque degradan la calidad de vida de sus
habitantes, la calidad de los recursos naturales renovables existentes y producen un
desequilibrio ecológico substancial, y el hecho hace de que dichas áreas se hagan
vulnerables a la actividad de los diversos desastres naturales, también el propio
hombre deteriora su seguridad; así por ejemplo el abandono de andenería en ciertas
zonas, el sobrepastoreo con ganado caprino y por consiguiente la desaparición de
pastos, arbustos y suelos pueden acelerar los procesos de avenidas de huaycos u
otros flujos torrenciales.
Del mismo modo, luego de la ocurrencia de un desastre cualquiera, sismo, huayco,
inundación, etc., hay un deterioro ambiental en el entorno del hombre, ya que hay
destrucción de viviendas, aparición de insectos, plagas, enfermedades y muchos
hechos colaterales que afectan directamente el hábitat del hombre.
Así por ejemplo las principales consecuencias ambientales que afectarían a Lima si
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hay huaycos o inundaciones serían:


- Destrucción y deterioro de la vivienda, tierras de
- Destrucción y deterioro de la vivienda, tierras de cultivo, etc.
- Suspensión del servicio de agua y desagüe, lo cual crea focos de infección.
- Contaminación del aire por descomposición de la materia orgánica, desechos que
trae el río o el huayco y también por animales muertos que existían en la población.
- Propagación de epidemias.
- Destrucción de la flora y fauna, aparición de insectos como zancudos y otros.
- Destrucción de centros escolares y diversos locales públicos.
- Cortes en las vías de tránsito.
- Pérdidas de patrimonio cultural y natural.

1.2 Los desastres sísmicos


La actividad sísmica derivada de la interacción de las placas de Nazca y
Sudamericana, así como de la existencia de fallas locales, se ha expresado en la
ocurrencia de una serie de sismos de magnitudes significativas, de los cuales seis
superaron los ocho grados de la escala de Richter. Las ciudades de Lima,
Arequipa, Cusco, Ica, Tacna y Ancash son las que han sufrido en mayor grado la
furia destructiva de los terremotos. En los casos de Tacna y Ancash, se registraron
dos terremotos de gran intensidad de grado XI en la escala MSK (ocho grados de
la escala de Richter). La tabla de la siguiente página resume los terremotos de
mayor impacto ocurridos en Perú desde 1604; para ello, se ha considerado su
tamaño (magnitud e intensidad) y el grado de destrucción observado en superficie.

1.3 Sismos ocurridos en el Perú


El registro de los terremotos en la historia del Perú nos advierte de sus gravísimas
consecuencias que ocasionaron, así tenemos:
•El 28 de octubre de 1746 se destruyó Lima y Callao. En la capital, quedaron en
pie 25 de las 3.000 casas; hubo 1.300 muertos de cerca de 60.000 habitantes. El
movimiento de la tierra causó un gran maremoto en las costas del Callao. De un
total de 4.000 personas que habitaban el puerto solo sobrevivieron 200.
•En 1940, un sismo en Lima de 8,2 grados en la escala de Richter causó 179
muertos y 3.500 heridos.
•En 1948, ocurrió un terremoto de 7,5 grados en la escala de Richter que afectó
Moquegua Tacna y Puno.
•En 1958, Arequipa sufrió un sismo destructivo de siete grados en la escala de
Richter.
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•El 31 de mayo de 1970 un sismo en Ancash fue el detonante de aluviones y


licuefacción de suelos. Fallecieron 69.000 personas; hubo 150.000 heridos,
800.000 personas quedaron sin hogar y el 95% de las viviendas fueron destruidas.
Las pérdidas alcanzaron los US $ 500 millones.
•En 1990 y 1991, los terremotos en el Alto Mayo, San Martín, no han sido
sustantivamente diferentes a otros ocurridos desde hace más de cuarenta años en
dicha región. La masiva ocupación del territorio producida desde la década de
1970, como consecuencia de la apertura de la carretera marginal ha posibilitado
que dichos sismos terminen convirtiéndose en desastres. La magnitud de la
destrucción de viviendas obedece, asimismo, a la deficiente calidad de las mismas,
ya que la población procedente de la sierra y la costa norte del Perú construyó sus
viviendas utilizando criterios, procedimientos y materiales no apropiados para la
región.
•El 12 de noviembre de 1996 un sismo con epicentro bajo el mar, frente a Nazca, y
una magnitud de 6,4 grados en la escala de Richter, que afectó un área de 46.210
km² en los departamentos de Ica, Arequipa, Ayacucho y Huancavelica, causó más
de 100.000 damnificados, 624 heridos, 14 muertos, 4.000 viviendas destruidas,
11.071 viviendas afectadas, 91 centros educativos, 10 centros de salud dañados y
el 80% de viviendas destruidas.
•El 23 de junio de 2001 un sismo con epicentro localizado en el mar, frente a
Ocoña, y con magnitud de 8,4 grados en la escala de Richter afectó los
departamentos de Arequipa, Moquegua, Tacna, Ayacucho y Apurímac. Se
activaron varias fallas geológicas en la región andina con una actividad sísmica
poco usual en la región sur del país.
•El 25 de septiembre del 2005 un sismo en Lamas, San Martín, de grado 7,2 en la
escala de Richter causó la destrucción de numerosas viviendas de colonos e
indígenas.

1.4 Desastres desencadenados por huaycos


Los huaycos son precipitaciones masivas de agua y lodo que arrastran a su paso
todo lo que encuentran y pudiendo ocasionar graves daños personales y
materiales. Entre los principales huaycos acontecidos en el país, se puede
mencionar:
• Los de 1925 en Chosica y Santa Eulalia (localidades ubicadas al este de Lima,
azotadas cada año por intensos huaycos) que cobraron inusitada violencia.
• Los de 1983 en Santa Eulalia destruyeron parcialmente San José de Palle, Las
Kiskas y La Trinchera (70 viviendas).
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• Los del 9 de mayo de 1987 (fueron 14 en total) afectaron Santa Eulalia, Rímac,
Jicamarca, Chosica, Campoy y Huachipa, y dejaron 6.750 damnificados, 16
fallecidos, 100 desaparecidos y 12 tramos de la carretera Central interrumpidos.
Ese mismo día un huayco arrasó parte de la localidad de Moro (Ancash).
• En 1998, en la cuenca del río Acobamba, se produjo un aluvión que afectó el
poblado de Santa Teresa y la central hidroeléctrica de Machu Picchu.
• En 1998, se produjo un huayco en Choco, provincia de Castilla (Arequipa), que
arrasó setenta de las cien viviendas del pueblo.

1.5 Desastres desencadenados por inundaciones


Las inundaciones son incrementos violentos de las descargas de los ríos y lagos,
los cuales producen desbordes que afectan a las poblaciones aledañas. Entre los
principales casos ocurridos están los siguientes:
• En Lima: las zonas de Chaclacayo, Ate-Vitarte, Chosica, Santa Eulalia, Ricardo
Palma han sido afectadas de manera constante por inundaciones.
• En El Callao: en 1994, los sectores de Gambeta y Castilla fueron severamente
afectados por inundaciones del río Rímac, las que dejaron 10.754 damnificados,
427 viviendas destruidas, 1.096 viviendas afectadas y cuantiosas pérdidas
materiales.
• En Puno: durante el verano 1985/1986, sufrió fuertes inundaciones debido a un
incremento en el nivel de las aguas del lago Titicaca, lo cual ocasionó que 11.030
hectáreas de cultivo sean deterioradas, 146 comunidades afectadas con 13.712
familias damnificadas de un total de 68.560 habitantes.
Los aluviones se originan por el desprendimiento de nieve de los nevados, las que
arrastran grandes masas de nieve y rocas sobre zonas pobladas. Tal como se han
presentado en la historia peruana, son eventos de gran letalidad. Se recuerdan los
siguientes casos:
• En el departamento de Ancash, se ha concentrado la mayor cantidad de
aluviones ocurridos en el país, entre ellos, el de enero de 1725, que sepultó a
1.500 personas; el del 24 de junio de 1883 en Macashca, que destruyó escuelas,
casas, sementeras y produjo muchas muertes; el del 20 de enero de 1938, que
produjo la ruptura de la laguna Artesa (Paliashcocha) en la quebrada de Ulta, río
Buín, pueblo de Tinco (Carhuaz); el de 1941, que provocó el desborde de una
laguna, cuyas aguas sepultaron parte de la ciudad de Huaraz causando miles de
muertos; los de 1962 y mayo de 1970, que destruyeron Ranrahirca (el de 1970, fue
producido por un sismo que sepultó Yungay).
• En 1991, un aluvión en la cordillera Huaytapallana cayó sobre el río Shullcas en
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Junín y afectó varios centros poblados.


• En febrero de 1998, el de Acobamba, al pie del nevado Salcantay (Cusco),
destruyó la hidroeléctrica de Machu Picchu y ocasionó una pérdida de US $ 100
millones.
• El 12 de agosto de 1996, el de Acobamba (Cusco) provocó cinco muertos.
• El 4 de marzo de 1995, el del distrito de Balsapuerto (Loreto) arrasó once pueblos
y dejó cincuenta muertos.

1.6 Las amenazas de desastres en el Perú


La amenaza es la probabilidad de ocurrencia de un fenómeno potencialmente
dañino, derivado de condiciones naturales o de la propia acción del hombre, y que
puede determinar serios estragos para la población ubicada en el lugar de
ocurrencia. En el Perú, la historia demuestra que existe una amenaza constante de
eventos destructivos. La compleja geografía del Perú es producto de intensos
procesos geológicos y de la acción de fuerzas naturales que han ido modelando el
paisaje, creando escenarios de mucha belleza y, al mismo tiempo, de fuerte
desafío para la vida humana. La tierra, el agua, el aire, los hielos, las montañas, el
mar, el subsuelo, los bosques, los desiertos, los páramos son materias en
movimiento, cuyos elementos de riesgo pueden ser comprendidos y anticipados,
moderados o agravados, dependiendo de nuestra propia acción sobre ellos. Los
fenómenos de mayor potencial destructivo en el país son: los terremotos, las
inundaciones, los huaycos, aluviones y las sequías. Existen otros fenómenos
potencialmente dañinos, pero que tienen impactos más reducidos por su amplitud
y efectos humanos, como: los deslizamientos, friajes e incendios forestales.
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Capítulo II
- LOS RIESGOS EN EL DEPARTAMENTO DE ANCASH
El departamento de Ancash está ubicado al norte de Lima y abarca dos sub-
regiones con características muy diferenciadas: (a) la costa con extensos territorios
desérticos, atravesada por algunos ríos que forman valles donde se ubican las
principales ciudades: (Casma, Huarmey y Chimbote, el más importante puerto
pesquero del país y una de las grandes concentraciones urbanas de la costa norte)
y donde se desarrollan actividades agrícolas y pesqueras; (b) la sierra, marcada por
el desplazamiento de dos grandes cordilleras: la Blanca y la Negra, en cuyas faldas
se ubica la mayor parte de las ciudades. El Callejón de Huaylas se enclava entre los
cerros negros que miran a la costa y los blancos con los picos más altos del país,
entre ellos el Huascarán. Está bañado por el río Santa y otros ríos afluentes, y sobre
su territorio, se erigen las ciudades de Yungay, Ranrahirca, Carhuaz, Caraz y
Huaraz, esta última, capital del departamento. En el contrafuerte oriental de la
cordillera Blanca se extiende el callejón de Conchucos, una formación más irregular
que limita con el río Marañón y el departamento de Huánuco. Las principales
ciudades de esta parte del departamento son Huari, Pomabamba, Sihuas y
Corongo. El departamento de Ancash tiene una trágica experiencia de desastres.
Como ha sido mencionado, en esta parte del país, han ocurrido algunos de los
peores sismos, aluviones y otras desgracias de gran magnitud. En 1970, la
combinación de un sismo y los aluviones que sobrevinieron al movimiento causó la
muerte a 69.000 personas. En este capítulo, presentaremos el mapa de los
desastres ocurridos en el departamento de Ancash para luego analizar las causas
de la recurrencia: las amenazas existentes y las condiciones de vulnerabilidad que
provocan altos costos humanos y materiales.

1. Los desastres en la región Ancash


Las tres ciudades principales del Callejón de Huaylas han sido escenarios de
desastres destructivos en los últimos setenta años: Huaraz fue destruida en 1942
como consecuencia del desborde de una laguna, causado a su vez por
desprendimientos de nevados; Ranrahirca fue arrasada en 1962 y afectada en 1970
por sendos aluviones; y Yungay, en 1970, fue sepultada por un gigantesco alud de
roca y nieve que mató a la mayor parte de sus habitantes. Pequeños centros
poblados rurales también tuvieron esta misma suerte y han sido reconstruidos
reocupando progresivamente las zonas de alto riesgo, aumentando por lo tanto su
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grado de vulnerabilidad. Entre 1970 y el año 2003 se tienen registrados 1.446


desastres en Ancash, evidenciándose un marcado incremento de los mismos en los
últimos años.

1.2 El sismo de 1970


El sismo de 1970, constituye, sin duda, el mayor desastre en la historia del Perú y
uno de los peores de América Latina. El domingo 31 de mayo de 1970 se produjo
un terremoto seguido de un gran aluvión que destruyó y enterró pueblos enteros y
dejó una cifra grande de muertos y daños que demandaron muchos años en ser
revertidos. El sismo tuvo una de magnitud 7,6 a 7,8 grados en la escala de Richter,
y su epicentro se ubicó a treinta kilómetros mar adentro, en la zona donde la placa
de Nazca subduce a la placa Sudamericana. Aquí los sismos son frecuentes por la
presencia de la falla de Mendaña y la Dorsal de Nazca, que han sido generadoras
del mayor número de sismos grandes ocurridos en el país a lo largo de su historia.
El radio del área dañada abarcó una distancia de 150 kilómetros, repercutió sobre
las ciudades costeras de Chimbote y Casma (fuertes daños) e impactó por el norte
en Trujillo y hacia el sur en la ciudad de Lima. La onda, sin embargo, fue mucho
más amplia y afectó violentamente la zona andina del departamento de Ancash,
golpeando a las ciudades de Huaraz, Caraz, Yungay, Ranrahirca, Aija, a las que
dejó semidestruidas.
En Chimbote, el 75% del total de viviendas resultaron dañadas, y el 96% de las
viviendas de adobe se destruyó. En esta ciudad, más de mil personas fallecieron,
por efecto del movimiento de tierra. Pero las mayores desgracias ocurrieron en la
zona de sierra, donde los hielos de los Andes se desmoronaron sobre el Callejón de
Huaylas. El desprendimiento de una de las paredes del lado este del nevado
Huascarán, removidas por la intensidad del sismo, dio origen a un alud de
extraordinarias proporciones que descendió velozmente hacia las ciudades de
Yungay y Ranrahirca, y destruyó totalmente la primera y parcialmente la segunda,
que se salvó por la presencia de una enorme masa rocosa que desvió la avalancha.
Una masa de hielo se deslizó a mucha velocidad desbordando las lagunas y los
cauces de los ríos, y arrasó en tres minutos Yungay, ubicada a diez kilómetros del
glaciar. La avalancha atravesó el río Santa y ascendió hasta un nivel de 83 metros
sobre la otra ribera. Tres mantos de diez metros de espesor de tierra y arena
cubrieron el área de ocho kilómetros cuadrados. El volumen total del deslizamiento
fue de cincuenta a cien millones de toneladas. El área aguas abajo del valle del
Santa también fue afectada.
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1.3 Aluviones.
La cordillera Blanca es la mayor concentración de nevados del país y de las
montañas de mayor altura. Los glaciares dan origen a lagunas de deshielo, éstas
representan una posibilidad de desborde cuando caen en ellas los
desprendimientos de masas de hielo. La mayor amenaza de desastre que existe en
la sierra ancashina son los cerros cubiertos de nieve; aunque después de la
tragedia de 1970, el monitoreo y control de las lagunas más antiguas y los glaciares
ha permitido reducir la inminencia del peligro. El cambio climático global incrementa
la posibilidad de desprendimientos de masas de hielo y, además, conduce a la
formación de nuevas lagunas, que son amenazas adicionales. Muchas veces, las
acumulaciones de materiales interrumpen los drenajes naturales de las aguas de
discurrimiento y se forman las llamadas “lagunas glaciares” en las quebradas,
como: Llaca (en la quebrada Llaca), Palcacocha (en Cojup), Tulparraju y
Cuchillacocha (en Quilcayhuanca), Shallap (en Shallap) y Rajucolta (en Pariac). En
el nevado Huascarán, se ha detectado que durante los últimos cincuenta años el
frente glaciar ha retrocedido un promedio de cuarenta metros anuales. Entre 1970 y
1997, la cuenca del río Llanganuco ha perdido ocho kilómetros cuadrados de área
glaciar. Una de las zonas más propensas a aluviones originados por los deshielos
de la cordillera Blanca es la ciudad de Huaraz, pues las aguas que se colectan
formando el cauce del río Quillcay luego atraviesan la ciudad por su parte central.
Este río constituye el mayor peligro para Huaraz en cuanto a aluviones. Además,
por el sector norte de la ciudad (distrito de Independencia), cerca del barrio de
Palmira, está la quebrada Llaca, que drena aguas provenientes del deshielo glaciar
al río Santa. Por último, a unos cinco kilómetros al sur de la ciudad, existe la
quebrada Pariac que también drena aguas glaciares al río Santa.

1.4 Sismos
Los fenómenos geodinámicos que ocurren en la profundidad del mar generan una
amenaza constante en las poblaciones costeras. Las consecuencias de estos
fenómenos pueden afectar a los valles serranos. Los callejones de Huaylas y
Conchucos presentan una extensa historia de eventos con características
destructivas que indican la presencia de otros factores como la falla regional bajo la
cordillera.

1.5 Inundaciones
Las inundaciones son frecuentes en los diferentes valles del departamento de
Ancash y su impacto tiende a ser mayor porque ocupan los cauces y zonas más
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bajas. Asimismo, el desvío del río Lacramarca ha devenido en un problema mayor


para la ciudad de Chimbote, debido a la probabilidad de inundación de las zonas
centrales y la ubicación de la actual zona de desembocadura en zonas pantanosas
de muy fácil saturación. Los antiguos canales de riego y los sistemas 33 de drenaje
constituyen un peligro adicional de inundación dado su deficiente mantenimiento y
el uso que da la población como vertederos de residuos sólidos en Chimbote,
Nepeña y otros centros poblados. Muchas filtraciones originadas en los canales de
riego han producido deslizamientos de tierras y asentamientos que han estrechado
los cauces de las quebradas y, por lo tanto, han aumentado la posibilidad de
inundaciones ante las fuertes precipitaciones pluviales. Cabe recordar que por las
quebradas no solo discurre agua, sino también material sólido, troncos, etc., lo cual
obstruye el cauce de las quebradas y origina inundaciones en ciertos sectores de
determinadas localidades. La morfología de las ciudades de Huaraz, Chimbote,
Moro, Huarmey y Casma es propicia para la ocurrencia de inundaciones. Por un
lado, teniendo en cuenta que las ciudades están ubicadas sobre un plano inclinado
de pendiente moderada de este a oeste, la cual se encuentra al pie de colinas con
fuertes pendientes, y, por otro lado, en terrenos cercanos a los conos de deyección
que desembocan al mar. Tanto los deslizamientos como el curso de los huaycos
están cada vez más influidos por la erosión de los suelos, generada por el hombre y
por la ocupación de los cauces, como sucede, por ejemplo, en la parte sur de
Huaraz, en relación con el río Seco, o en el distrito de Independencia, debido a los
cortes en los taludes para construir las plataformas de las viviendas.

1.6 La vulnerabilidad en el departamento de Ancash


Oliver Smith advierte que el terremoto de mayo de 1970 encontró al Perú, y
especialmente a la zona de desastre, en una condición muy vulnerable. La razón de
esta situación se relaciona con el sistema socio productivo imperante (algodón,
azúcar, guano, pesca y luego, petróleo) que creó una infraestructura extractiva de
carreteras y comunicaciones hacia Lima u otras ciudades de la costa y no entre las
localidades vecinas. Esto, determinó, por ejemplo, la migración hacia Chimbote,
que pasó de ser una localidad de cuatro mil habitantes en la década de 1950 a una
ciudad de más de doscientos mil en 1970. El perfil de la vulnerabilidad andina se
completaba con condiciones de inseguridad que tenían que ver con el diseño
urbano basado en el modelo colonial y en materiales y técnicas de construcción
incompatibles con la mínima resistencia sísmica. A lo largo de los años, se
abandonó la costumbre precolombina de localizar los asentamientos en filas
prolongadas en las cumbres de los cerros, ubicándolos en terrenos más planos,
18

junto a los ríos. Las ciudades se caracterizaban por sus calles estrechas y casas
continuas, muchas de ellas de dos pisos, y por las paredes de adobe anchas y altas
sin los amarres necesarios. Todo ello complementó las condiciones de inseguridad
Finalmente, la pobreza crítica existente, manifiesta en la mortandad infantil, falta de
servicios sanitarios y de salud para casi el 75% de la población de Ancash,
favoreció a que la mayoría careciera de capacidades físicas, posibilidades de ser
atendida de inmediato y condiciones económicas mínimas para sobrevivir y
recuperarse. Tal situación fue reforzada por la creencia de que la respuesta a los
desastres dependía exclusivamente de las instituciones especializadas en el
socorro.
Más de tres décadas después del desastre de 1970, la situación de vulnerabilidad
en el departamento de Ancash ha cambiado, pero no en todos los casos ha tendido
a reducirse. Las condiciones de pobreza extrema están concentradas en zonas de
la cordillera Negra y el callejón de Conchucos, donde se carece de sistemas de
almacenamiento de agua y se evidencia el deterioro extremo de las escuelas y
viviendas ubicadas en suelos inestables. Las precarias construcciones de adobe
siguen caracterizando el hábitat de la población rural y, en menor medida, de las
poblaciones más pobres de las ciudades. Las ciudades, cuya configuración fue
cambiada en la reconstrucción de la década de 1970 con el trazo de calles más
anchas y alejadas de los cauces, han ido perdiendo su nueva fisonomía debido a
los nuevos impulsos del crecimiento desordenado.
Los bajos niveles de desarrollo humano en el departamento de Ancash se registran
en las provincias de Carhuaz y Yungay, ubicadas entre las treinta últimas del país
en el índice de Desarrollo Humano 2003.
A continuación, se presenta algunas características que configuran a las
poblaciones de Ancash como vulnerables a los desastres:
a) El incremento de la población ubicada en zonas inseguras. Ubicación de familias
pobres en zonas de aluviones, de deslizamientos o en lechos inundables. En
algunos casos, estas ocupaciones peligrosas han sido incentivadas por programas
del gobierno por razones de dotación de servicios básicos. Y, en general, han
ocurrido en medio de la pasividad, indiferencia y complicidad de las autoridades
locales.
b) Materiales y métodos de construcción usados.
A partir del sismo de 1970, se ha extendido el uso de ladrillo y de estructuras de
concreto armado; pero, en muchos casos, dicho uso se ha realizado sin la
adecuada dirección y criterios técnicos. El adobe sigue siendo, sin embargo,
predominante en las viviendas rurales y en las principales ciudades, con excepción
19

de Chimbote. De acuerdo con la evaluación efectuada por el INDECI, se ha


establecido que, en la ciudad de Huaraz, el 54% de las edificaciones son de adobe
y el 46%, de ladrillo y concreto armado. Los procesos constructivos con adobe no
han variado notablemente, a pesar de que el sismo originó el cambio de la
reglamentación a nivel nacional con respecto a las construcciones de adobe.
c) Calidad del suelo donde se levantan las construcciones.
No hay suficiente conciencia de las diferencias de suelos en los que se ubican los
conjuntos urbanos. Mientras en el cercado de Huaraz los suelos tienen estratos de
material fino con presencia muy superficial de la napa freática, en el distrito de
Independencia (provincia de Huaraz), los suelos tienen mayor compacidad
incluyendo una estructura de cobertura aluviónica y con la napa freática muy
profunda, lo cual ofrece condiciones para las construcciones.
• Zona A: está comprendida por los barrios Centenario y Patay. En sus terrenos, la
napa freática se halla a mayores profundidades, casi a 2,5 metros, lo cual hace que
el terreno de cimentación sea calificado como bueno.
• Zona B: está comprendida por los barrios San Francisco, Belén y Huarupampa,
cuyos terrenos están calificados como de calidad intermedia por la presencia de la
napa freática, en algunos casos, a una profundidad menor que de 2,5 metros, lo
cual hace que presente ciertos inconvenientes para las cimentaciones.
• Zona C: está comprendida por los barrios de La Soledad y San Francisco, en
cuyos terrenos la napa freática se halla superficialmente, por lo cual, las
condiciones de estabilidad para las construcciones no son satisfactoria.
• Zona D: está comprendida por los barrios del Pedregal y parte de Belén. Sus
terrenos son considerados adecuados para la construcción de edificaciones por
tener la napa freática profunda.

d) Limitado nivel y calidad educativa.

En Ancash la tasa de analfabetismo es de 19,2%, una de las más altas a nivel


nacional, estimada en 10,7%. Asimismo, existen profundas diferencias entre los
niveles de analfabetismo urbano (8,5%) y rural (27,8%). La presencia de instituciones
educativas en las subcuencas es variable. Solo el 18% de la población estudiantil del
nivel primario de los distritos rurales de Yungay accede a la educación secundaria.
Igualmente, la infraestructura de las instituciones educativas está deteriorada, muchas
de los cuales están construidas con material rustico, vulnerables a las diferentes
amenazas. En los centros poblados faltan aulas en los niveles primario y secundario, y
está programado un solo turno, lo que genera hacinamiento en las mismas.
20

Existe una débil vinculación de la escuela con la problemática de la prevención de


desastres. Las actividades de capacitación del Ministerio de Educación se orientan
hacia docentes de zonas urbanas, dejando de lado los problemas del mundo rural.
Además, los procesos educativos no han estado claramente dirigidos a crear un
sistema de acción coordinada de docentes, alumnos y padres de familia, lo cual, los
torna ineficientes.

e) Pobreza e inseguridad alimentaria.

En la sierra de Ancash, la inseguridad alimentaria constituye un factor de


vulnerabilidad cada vez más grave. La carencia de infraestructura de riego en las
zonas altas, las sequías e inundaciones producen pérdidas regulares de alimentos, lo
que desmejora la calidad de vida de las familias.

f) Deficiente acceso.

A pesar de que hoy existen dos carreteras asfaltadas entre Huaraz y la costa y
suficiente interconexión entre las ciudades principales, lo que subsiste es una precaria
relación con las poblaciones secundarias; por ejemplo, las del callejón de Conchucos y
los pueblos rurales. Cabe destacar que, en el sismo de 1970, el 77% de los caminos
se interrumpió durante varias semanas y que en los desastres generados en el
contexto del fenómeno El Niño numerosos pueblos ubicados en los distintos valles de
la costa y sierra del departamento9 estuvieron aislados.

g) Insuficiente conocimiento y organización para la gestión de riesgos.

La ausencia de información y de orientación adecuada y la carencia de mecanismos


de participación han contribuido al incremento de la vulnerabilidad en el departamento.
Las autoridades locales y la población conocen muy poco de la historia y de los
riesgos de desastres; por tanto, ignoran la importancia de las medidas de prevención.
Un aspecto que vale resaltar en la sierra del departamento es la persistencia de la
21

asociación comunitaria para el trabajo destinado a obras de interés común. Sin


embargo, se ha probado una débil capacidad de respuesta a emergencias de estas
organizaciones. Las razones que podrían explicar esto son: (i) la población,
principalmente de las comunidades rurales, tiene actitudes de resignación y evasión
frente a los riesgos de desastres; y (ii) la falta de conciencia sobre los derechos de las
familias, lo que constituye un factor limitante para la participación y la toma de
decisiones de la población, en particular, de las mujeres y jóvenes.

Sin embargo, los comités de administración del agua están débilmente organizados, la
distribución del agua se realiza de acuerdo con la disponibilidad del recurso, por horas
y con tecnologías locales, y no basada en el tipo de producto y en la disponibilidad de
tierras. En la cuenca del río Nepeña, los campesinos se agruparon en una Junta de
Usuarios de Agua, ésta viene administrando el agua para riego de acuerdo con los
estatutos de la organización.

Desastres desencadenados por heladas

La helada o friaje es un enfriamiento de la temperatura ambiente mucho más por


debajo de lo normal; se manifiesta en nevadas, granizadas y temperaturas inferiores a
20 grados bajo cero, lo que afecta la vida de las personas, animales y plantas. Entre el
2002 y 2004, se ha registrado dos heladas que produjeron impactos severos sobre las
actividades agrícolas y pecuarias, actividades que constituyen los principales medios
de vida de las poblaciones altoandinas del Perú. Entre las zonas más afectadas están
los departamentos de Puno, Arequipa, Moquegua, Tacna, Cusco, Ayacucho,
Huancavelica y Abancay. La recurrencia y el incremento de sus efectos pueden estar
asociados a los efectos del cambio climático global creciente.

Las amenazas sísmicas

La posibilidad de ocurrencia de terremotos constituye uno de los mayores peligros en


nuestro país. La actividad sísmica en el Perú tiene un amplio desarrollo, cuyo origen
está relacionado con las condiciones tectónicas regionales y locales, y con las
condiciones locales de los suelos, que determinan la aceleración y la severidad de
22

sacudimiento, y que a su vez van a tener notable influencia sobre las estructuras. En el
país, existen dos grandes regiones sismogénicas:

• La zona de subducción de placas tectónicas, generada por la interacción de las


placas Sudamericana (continental) y la de Nazca (submarina), las cuales interactúan
generando fricciones. Estas producen energía que es liberada de manera violenta a
modo de sismos. Esta es la principal causa de los mayores terremotos registrados en
el país. Toda la franja costera y litoral del océano Pacífico es el escenario donde
repercuten los movimientos que ocurren en la profundidad. Las ciudades y pueblos de
la costa peruana, y aquellos que ocupan los contrafuertes de la cordillera occidental
sienten los mayores impactos. Los sismos ocurridos en la zona de subducción pueden
generar tsunamis y aumentar los efectos destructivos sobre las poblaciones.

• Fallas geológicas activas. Los sismos que generan estas fallas son por lo general de
menor magnitud, pero al desatarse muy cerca de la superficie, alcanzan un gran poder
destructor reflejado en la fuerza del sacudimiento y en la intensidad registrada en las
estructuras. Las zonas sismogénicas continentales corresponden a segmentos que
corren paralelos a la Cordillera de los Andes. Una de ellas está ubicada en la vertiente
oriental de los Andes y abarca los departamentos de Amazonas y San Martín, y se
extiende hacia el sur, a los departamentos de Huánuco, Pasco, Junín, Ayacucho,
Cusco y puno. Otro segmento recorre los valles interandinos desde Cajamarca hasta
Ancash. Un tercer segmento está en el norte del Perú, en Piura, y se extiende hacia el
Ecuador.

Las amenazas de inundaciones

Las inundaciones básicamente se producen cuando el cauce de una cuenca no


soporta el volumen de agua procedente de las precipitaciones pluviales abundantes y,
por lo tanto, el agua se desborda, lo que afecta centros poblados u obras de
infraestructura. Una inundación también es el evento en el cual el caudal que discurre
por un cauce supera la capacidad de éste y ocupa las áreas adyacentes, dependiendo
de las pendientes para que lo haga con mayor o menor fuerza. En cualquier caso,
estos eventos son siempre destructivos y ocasionan mayor daño cuanto más violento
es el desplazamiento del agua y los sedimentos que vienen con ella. En planicies con
23

pendientes suaves, la inundación tiene un menor efecto erosivo; pero si el flujo tiene
una menor velocidad, ocasiona que algunos tipos de estructuras sufran serios daños,
irreversibles en muchos casos, lo que origina pérdidas notables en la propiedad. Las
inundaciones ocurren en muchas regiones del país, principalmente alrededor de las
cuencas de los ríos más grandes. Los desbordes laterales de los ríos, lagos y el mar
pueden cubrir temporalmente terrenos bajos, adyacentes a sus riberas, llamadas
zonas inundables. Se producen entre fines y comienzo de un nuevo año, en relación
con la temporada de lluvias y tienden a intensificarse con el Fenómeno El Niño. Los
desbordes e inundaciones se producen en mayor medida en las llanuras ribereñas o
terrazas de inundación donde están emplazadas muchas ciudades del país. En la
costa, existen 53 cuencas cuyos ríos se originan en los Andes y drenan en el océano
Pacífico. La mayor parte de ellos son solo de régimen temporal: tienen agua durante
diciembre a abril y permanecen con muy poca agua o secos el resto del año. En la
sierra y selva, existen 42 cuencas que conducen sus aguas hacia el Atlántico. Hay 7
cuencas alrededor del lago Titicaca. Las inundaciones, en el caso de los ríos de la
costa y los de la vertiente del lago Titicaca, ocurren principalmente en los tramos
finales, antes de su desembocadura. En esta zona, se sedimentan los materiales de
arrastre transportados desde las cuencas medias a altas y luego se depositan en el
lecho de los ríos. Por esta razón, cada año los ríos desbordan con menor caudal. Los
caudales incrementados de los ríos también producen la erosión y desplome de los
taludes laterales del cauce, cortando así las carreteras que generalmente discurren
paralelas a ellos; afectan también bocatomas y otra infraestructura y los terrenos de
cultivo ubicados en las márgenes.

En general, las inundaciones causan muchos daños en las viviendas, terrenos de


cultivos y otras infraestructuras vitales, sistemas de alcantarillado que se bloquean y
colapsan, al igual que en los sistemas de agua. Asimismo, el empozamiento y
encharcamiento de aguas facilitan la reproducción de insectos o vectores de la
malaria, el paludismo, el dengue y otras enfermedades tropicales que afectan
masivamente a la población.

Las amenazas de huaycos

Los huaycos son corrientes de lodo de ocurrencia eventual que consisten en flujos
rápidos o avenidas intempestivas de aguas turbias que arrastran a su paso materiales
24

de diferentes tamaños (desde suelos finos hasta enormes bloques de rocas, así como
maleza) y se desplazan a lo largo de un cauce definido con desbordes laterales. En su
fase final, conforma un cono o abanico. Dependiendo del nivel de lluvias y las
características del suelo, la mayor incidencia de huaycos se da en las microcuencas
de la costa y de la selva, donde existen suelos deleznables o que no tienen protección.

Al igual que las inundaciones, los huaycos se producen durante la temporada de


lluvias, entre diciembre y abril. Cuando se presenta el FGN, se incrementa el número y
la magnitud de estos flujos de lodo, debido a las lluvias intensas que caen sobre las
cuencas costeñas, poniendo en actividad muchas quebradas y torrenteras. Los
huaycos arrasan viviendas y cultivos, destruyen tramos de carreteras y la
infraestructura sanitaria.

Las amenazas de aluviones

Un aluvión es el desplazamiento violento de una gran masa de agua con mezcla de


sedimentos de variada granulometría y bloques de roca de grandes dimensiones que
se movilizan a gran velocidad a través de quebradas o valles, debido a la ruptura de
diques naturales y/o artificiales o al desembalse súbito por represamiento de un río. La
intensidad pluvial y los derrumbes por diversas causas -entre ellas, los sismos- pueden
desatar los aluviones. La ocurrencia de aluviones en la zona de glaciares cobra
singular importancia, no solo por el riesgo que representa para pobladores y centros
poblados que ocupan los valles, sino también respecto de importantes proyectos
hidroeléctricos y obras de infraestructura.

Las amenazas de deslizamientos

Un deslizamiento es la ruptura o desplazamiento, pendiente abajo y hacia afuera, de


pequeñas a grandes masas de suelos, rocas, rellenos artificiales o combinaciones de
éstos en un talud natural o artificial. Se caracteriza por presentar necesariamente un
plano de deslizamiento o falla, a lo largo del cual se produce el movimiento que puede
ser lento o violento. En un deslizamiento, se distingue: escarpas o saltos de talud,
grietas tensionales y cuerpo del deslizamiento. Se origina en la pérdida de soporte
25

lateral de los taludes naturales, generalmente en la construcción de obras viales, de


irrigación, eléctricas y de viviendas; sobresaturación del terreno por el agua; acción de
la gravedad y movimientos sísmicos; desintegración gradual e hidratación del
afloramiento rocoso; intercalación de estratos competentes con incompetentes
(areniscas con lutitas)

Las amenazas de sequías

Las sequías afectan principalmente la actividad agropecuaria, la producción de


hidroenergía eléctrica e incluso el abastecimiento normal de agua potable en las
ciudades. El sur andino abarca las regiones de Puno, Cusco, Apurímac, Arequipa,
Moquegua y Tacna, y es la zona más propensa a las sequías. Sin embargo, algunas
veces, éstas se han extendido hacia Ayacucho y Huancavelica. Se estima en cuatro
millones las personas que resultan afectadas, llevando la peor parte quienes habitan
por encima de los 3.500 metros sobre el nivel del mar (alrededor de 1’300,000). Allí, el
80% de las tierras son de pastoreo, y las tierras de cultivo son escasas, a pesar de lo
cual el 70% de su población económicamente activa se dedica a la agricultura y
ganadería.

La vulnerabilidad en el Perú

La vulnerabilidad es la condición de debilidad o fragilidad de una comunidad frente a


una o más amenazas y la posibilidad de sufrir daños y pérdidas cuando ellas ocurran.
En el Perú, las vulnerabilidades están asociadas a factores como los cambios
demográficos, la comunicación y la pobreza. También se relacionan con las
condiciones inseguras referidas principalmente a la ubicación y características de las
viviendas, infraestructura y servicios. Hewitt sostiene que muchos fenómenos
naturales no llegarían a tornarse en desastres, u ocasionarían menos daño, si no fuera
por las condiciones que caracterizan el subdesarrollo en que las poblaciones se han
visto obligadas a vivir, intentando adaptarse a las condiciones sociales y económicas,
y a los contextos que se encuentran fuera de su control3. Factores dinámicos que
inciden en la vulnerabilidad Entre 1940 y 2005, la población peruana casi se
cuadruplicó y pasó de siete a veintisiete millones de habitantes. Este crecimiento
explosivo y el tipo de distribución de la gente sobre el territorio (casi el 70% vive en la
26

estrecha franja coastera, donde se ubican las mayores ciudades) han ido
constituyéndose como condicionantes de vulnerabilidad, e incidiendo en el incremento
de los peligros asociados al deterioro de los recursos naturales. La mayor
concentración urbana genera mayor vulnerabilidad frente a los sismos, sobre todo,
cuando la expansión es producto de migraciones no planificadas, que van ocupando
espacios inseguros de los pobres. Ciertamente en las ciudades están concentrados los
principales recursos institucionales para enfrentar las emergencias; pero, éstos se
tornan ineficientes y desactivados en un ámbito muy grande y de mucha precariedad.
Es como si las estrategias de sobrevivencia de los más pobres aumentaran las
vulnerabilidades urbanas en su perjuicio y, simultáneamente, privaran a los pueblos
pequeños y a los espacios rurales de capacidades de ayuda, perjudicando a otros
como ellos.

Entre los años 1940 y 2005, los departamentos con mayor velocidad de crecimiento
han sido Ucayali y San Martín, en la selva; Lima y la provincia constitucional de El
Callao, y los departamentos costeños fronterizos de Tumbes y Tacna. Estos cambios
poblacionales impulsados principalmente por las migraciones son determinantes para
la vulnerabilidad, porque implican una rápida ocupación de espacios territoriales sin
previo conocimiento del medio.

La pobreza constituye un grave factor de vulnerabilidad, ya que por definición implica


carencia de recursos: servicios básicos y condiciones seguras, en particular en
relación con la vivienda. Implica, asimismo, limitaciones para recuperarse con
posterioridad a los desastres. Las tasas de pobreza alcanzan sus porcentajes más
altos en la sierra rural (65,5%) y en la selva rural (69,2%) y urbana (51,5%). La
pobreza extrema afecta al 22,6% de la población, siendo más crítica en los
departamentos de Huancavelica, Apurímac, Puno y Amazonas. De los treinta distritos
de menor desarrollo humano: siete están en Cusco, cinco en Cajamarca, cuatro en
Huancavelica, cuatro en Huánuco, tres en Ancash, tres en Ayacucho y los tres
restantes en San Martín, Amazonas y Loreto. Un factor clave de vulnerabilidad es la
educación. El 12% de la población peruana es analfabeta, y se concentra en
Ayacucho, Huancavelica Puno, Ancash y Cusco. El 45% de alumnos en el país
terminan secundaria en las ciudades y solo el 12,1% en el campo

Las condiciones inseguras


27

La localización de las poblaciones puede ser determinante según el tipo de amenaza:


en el caso de los sismos cobra importancia la relación con el foco y las características
de los suelos; en el caso de las inundaciones, la cercanía a los cauces y la ocupación
de zonas bajas; en el caso de los deslizamientos, la relación con las laderas y taludes
inestables. La ubicación de las poblaciones en zonas peligrosas constituye una de las
principales explicaciones del aumento de las víctimas y los damnificados de los
desastres. Las construcciones son, a su vez, escenarios claves de la vulnerabilidad
frente a desastres repentinos. La debilidad de materiales y la mala edificación
conducen a graves afectaciones o a la destrucción, lo que determina buena parte de la
mortalidad y morbilidad

La autoconstrucción, una de las soluciones al problema de la vivienda en situaciones


de pobreza, genera, sin embargo, decisiones peligrosas: ocupación de terrenos
inadecuados (de baja compactación, potencialmente deslizables o que pueden
inundarse fácilmente), procesos constructivos sin orientación técnica e insuficiente
mantenimiento y protección de las viviendas. Las construcciones públicas mal hechas
o deterioradas son un foco de alta vulnerabilidad. Se estima que existen tres mil
centros educativos y veinte mil aulas susceptibles de derrumbarse en caso de
desastres y que además resultan inadecuadas para servir como refugios temporales,
como lo prevé la ley. Lo mismo puede decirse de numerosos hospitales y centros
médicos.

Las capacidades

El Sistema Nacional de Defensa Civil (SINADECI) está constituido por el conjunto de


organismos del sector público y no público que concurren a prevenir, reducir, atender y
reparar los daños a las personas y sus bienes como resultado de eventuales
desastres. El ente rector es el Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI) y los
organismos principales son: Comisión Multisectorial de Prevención y Atención de
Desastres; comités regionales, provinciales y distritales de Defensa Civil; oficinas
regionales de Defensa Civil; oficinas de las empresas del estado, instituciones y
sectores de la Defensa Civil; oficinas de Defensa Civil de los gobiernos locales. Los
comités de Defensa Civil a nivel distrital y provincial constituyen la célula básica
operativa del sistema y tienen carácter permanente para actuar en la prevención y las
emergencias. Están integrados por todas las instituciones, así como por las
organizaciones sociales presentes en su ámbito con competencias para poder llevar a
28

cabo las actividades planificadas en conjunto. El Comité Regional de Defensa Civil


conduce y supervisa a los comités de Defensa Civil provinciales y distritales de su
jurisdicción, y juntos constituyen los sistemas regionales de Defensa Civil.

Capítulo III – EXPERIENCIAS LOCALES DE GESTIÓN DE RIESGO Y RESPUESTA


A EMERGENCIAS EN LA REGIÓN ANCASH

En este capítulo, se presenta casos de diversos proyectos y actividades orientadas a


mejorar la gestión de riesgos en el departamento de Ancash, con el fin de hacer frente
a las amenazas existentes y reducir las vulnerabilidades.

Resumen general

Ante la situación de riesgo de desastres en el departamento de Ancash, y


especialmente en la provincia del Santa, sobre la faja costera, se plantea reducir las
vulnerabilidades existentes mediante el fortalecimiento de las capacidades de los
actores locales en la gestión y prevención de riesgos de desastres, articulando el nivel
municipal con el comunitario.

Beneficiarios

Se trabajó directamente con autoridades de los municipios de Nuevo Chimbote,


Nepeña y Moro; con líderes y pobladores de cuatro asentamientos y con autoridades
educativas y docentes de la provincia del Santa. Los beneficiarios directos fueron
12.500 personas y los indirectos, la población de dicha provincia estimada en 403.605
habitantes.

Resultados esperados al final del proyecto


29

• Los municipios cuentan con sistemas de información sobre riesgos e incorporación


de la gestión de riesgo en planes de desarrollo y presupuestos participativos.

• Una estrategia de preparación y respuesta a desastres, elaborada con participación


de las instituciones y medios de comunicación local.

• Docentes capacitados que promueven la participación de los estudiantes en


actividades de prevención de desastres.

• Organizaciones locales fortalecidas que implementan acciones de reducción de


riesgos.

• Sistematización y difusión de la experiencia en otros ámbitos.

Problemas urbano-ambientales

Chimbote es uno de los escenarios que presenta los mayores problemas ambientales
de la zona baja de la cuenca del Santa, como producto de un crecimiento caótico y
desordenado, sin planificación urbana y ausente de medidas de protección y manejo
adecuado de sus ecosistemas. Los impactos ambientales en Chimbote no solo han
frenado su tránsito hacia el desarrollo sostenible, sino que han puesto en grave peligro
su recurso más valioso: sus habitantes, quienes en diferentes momentos han
enfrentado serios problemas de salud derivados de la falta de saneamiento ambiental,
como ocurrió en 1991 con la epidemia de cólera y en 1997 con la presencia del
Fenómeno El Niño.

1.Agua

La bahía El Ferrol se constituye en el sistema natural más afectado por la actividad


antrópica, ya que es el receptor final de efluentes de la industria pesquera y
siderúrgica, y de desechos municipales; todos, vertidos que reciben poco o ningún
tratamiento antes de ser evacuados al mar. Esto ha originado que las aguas pierdan
su calidad en términos de transparencia, color, olor, salinidad, etc.
30

2.Suelo

Varios son los agentes que contaminan el suelo urbano:

• Desechos municipales: generados por el déficit de recolección de basura diario: 71


TM/día, que son depositadas en la playa, avenidas, parques, etc. • Desechos
industriales, entre los que se diferencian los provenientes de la industria siderúrgica (a
través de escorias que se encuentran dentro del cerco perimétrico de la fábrica), de
aquellos producidos por las industrias pesqueras.

3.Aire

La calidad ambiental del aire en Chimbote es afectada mayormente por emisiones de


origen industrial (siderúrgico y pesquero) y del parque automotor, que constituyen el
75,78% de la carga contaminante. Los contaminantes principales son: dióxido de
azufre, partículas de hollín finos de harina y monóxido de carbono. Éstos producen
efectos en la salud de la comunidad: enfermedades respiratorias, a la piel, alergias,
etc.

4.Áreas verdes

Chimbote no había considerado importante durante mucho tiempo la generación de


áreas verdes como posibilidad para mejorar el paisaje, incrementar las zonas de
recreo y esparcimiento y como pulmón de la ciudad. Los movimientos ambientalistas
han sido el móvil para arborizar la ciudad; además, existen iniciativas del municipio a
través del proyecto “Chimbote, te quiero verde”.

5.Pérdida de recursos naturales

La situación de fragilidad en que se encuentran los ecosistemas en la ciudad es


producto de la falta de respeto a la normatividad existente y de la falta de identidad de
la población y autoridades con su entorno.

b) Protocolos para reducir el impacto económico de desastres naturales:


31

1. Planificación de emergencia y evacuación: Esta planificación no solo debe


incluir la definición de rutas de evacuación y puntos seguros, sino también la
identificación de recursos disponibles localmente para facilitar la asistencia y el
alojamiento de evacuados. Los simulacros deben simular condiciones realistas
y evaluar la efectividad de los planes establecidos, con revisiones periódicas
para incorporar lecciones aprendidas.

2. Construcción resistente a desastres: Además de seguir medidas de


construcción específicos para cada región, la capacitación continua de
arquitectos, ingenieros y contratistas en nuevas tecnologías y materiales
resistentes es importante. La inspección regular de edificios y la renovación de
estructuras antiguas para cumplir con los estándares actuales también son
esenciales.

3. Sistemas de alerta temprana: La efectividad de estos sistemas depende de su


accesibilidad y comprensión por parte de la comunidad. La realización de
campañas de concientización y simulacros de respuesta ante alertas puede
mejorar la preparación de la población y garantizar una respuesta rápida y
coordinada.

4. Educación y concientización: Implementar programas educativos inclusivos y


adaptados a diferentes grupos de edad y nivel educativo. La integración de la
educación en el plan de estudios escolar y la realización de talleres prácticos
regulares en la comunidad son estrategias efectivas para mejorar la
preparación y respuesta ante desastres.

5. Mantenimiento de áreas verdes y control de la vegetación: Más allá del control


de la vegetación, la creación de corredores verdes y zonas de amortiguamiento
alrededor de áreas urbanas puede disminuir la velocidad y el alcance de
incendios, protegiendo así las viviendas y la infraestructura.
32

6. Reservas de suministros de emergencia: Es esencial mantener un inventario


actualizado de suministros de emergencia, rotarlos periódicamente para
garantizar su viabilidad y almacenarlos en lugares accesibles y conocidos por
toda la comunidad para una rápida distribución en caso de desastre.

7. Infraestructura resistente: La inversión en tecnologías innovadoras, como


materiales de construcción avanzados y técnicas de ingeniería, puede
garantizar que las infraestructuras críticas sean más duraderas y resistentes a
los desastres, minimizando así los costos de reconstrucción posteriores.

8. Protección y conservación del medio ambiente: Fomentar la conservación de


hábitats naturales como manglares, bosques y áreas costeras puede reducir
significativamente la vulnerabilidad de la comunidad a eventos extremos,
actuando como barreras naturales y reguladores del clima local.

9. Monitoreo y planificación urbanística: La implementación de tecnologías de


monitoreo continuo, como sensores sísmicos o sistemas de alerta temprana,
puede proporcionar datos cruciales para una planificación urbana más segura y
sostenible, minimizando así los riesgos asociados con desastres.

10. Participación comunitaria y cooperación: El establecimiento de grupos de


trabajo locales dedicados a la gestión de desastres puede mejorar la respuesta
y recuperación comunitarias. El acceso a información actualizada, el
intercambio de mejores prácticas y la toma de decisiones participativa son
pilares clave de esta colaboración.

La implementación exitosa de estos protocolos requiere no solo recursos financieros


adecuados, sino también una comprensión profunda de las necesidades y
características específicas de la comunidad. Es de gran importancia una coordinación
33

entre autoridades locales, expertos en gestión de desastres y la población en general


para asegurar una preparación y respuesta efectivas ante desastres.

c) Respuesta a la hipótesis:

Después de realizar investigaciones, confirmo que la hipótesis planteada se respalda


con los datos analizados. Los estudios muestran que la frecuencia de los desastres
naturales impacta significativamente en el daño económico de las comunidades,
incluso cuando se aplican medidas para prevenirlos.

Al revisar múltiples casos de desastres y la efectividad de las medidas preventivas, se


observa que, si bien estas medidas pueden reducir el impacto de los desastres, no
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logran eliminar por completo las pérdidas económicas. La repetición frecuente de


eventos catastróficos sigue generando pérdidas económicas considerables, a pesar de
los esfuerzos preventivos.

Esto resalta la necesidad no solo de implementar medidas de prevención, sino


también de considerar estrategias adicionales para abordar la frecuencia de estos
eventos, reduciendo así su impacto económico y fortaleciendo la resiliencia de las
comunidades.

Los protocolos que propuse, como la planificación de evacuaciones, la construcción


más resistente a desastres y la educación comunitaria, ayudarán a preparar a la gente.

Estos protocolos son importantes, pero es importante comprender que se requiere no


solo financiamiento adecuado, sino también colaboración entre autoridades locales,
expertos en gestión de desastres y la comunidad en general. Esta coordinación
garantiza una respuesta más efectiva ante situaciones de desastre, lo que es
fundamental para reducir su impacto económico y fortalecer la resiliencia de las
comunidades.

Resultados principales de la investigación:

1. Impacto de la frecuencia de desastres: Se evidencia que la frecuencia de los


desastres naturales está directamente relacionada con el nivel de daño
económico en las comunidades. A pesar de la implementación de medidas
preventivas, la repetición frecuente de estos eventos continúa generando
pérdidas económicas considerables.
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2. Efectividad de medidas preventivas: Si bien las medidas de prevención ayudan


a reducir el impacto de los desastres, no eliminan por completo las pérdidas
económicas. La construcción resistente a desastres, sistemas de alerta
temprana, educación comunitaria y otros protocolos implementados
demostraron ser eficaces, pero no fueron suficientes para anular por completo
el impacto económico.

3. Importancia de la coordinación: Se destaca la importancia de una colaboración


efectiva entre autoridades locales, expertos en gestión de desastres y la
comunidad en general. Esta coordinación asegura una mejor preparación y
respuesta ante desastres, lo que resulta crucial para reducir su impacto
económico.

Conclusiones:

Después de revisar toda la investigación, se llega a las siguientes conclusiones:

1. Desastres y economía: La investigación confirma que los desastres naturales


frecuentes siguen generando grandes pérdidas económicas en las
comunidades. Aunque se tomen medidas para evitarlos, estas situaciones
siguen afectando significativamente la economía local.
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2. Limitaciones en las medidas preventivas: A pesar de su importancia, las


medidas preventivas no eliminan por completo las pérdidas económicas
durante los desastres. Se observa que, aunque ayudan, no son suficientes
para evitar completamente el impacto económico.

3. Necesidad de una respuesta: Queda claro que se necesita una respuesta más
completa ante desastres. Esto incluye fortalecer las medidas preventivas, pero
también mejorar la forma en que las comunidades se recuperan y se adaptan a
estos eventos.

Recomendaciones para futuras investigaciones:

Considerando estas conclusiones, sugerimos algunos puntos para futuras


investigaciones:

1. Estrategias a largo plazo: Es importante investigar estrategias a largo plazo


para adaptarse mejor a los desastres naturales más frecuentes. Esto podría
incluir cómo las comunidades pueden adaptarse al cambio climático y ser más
resistentes.

2. Factores sociales y económicos: Estudiar detalladamente cómo los factores


sociales y económicos influyen en la recuperación de las comunidades
después de un desastre. Esto ayudará a planificar y distribuir recursos de
manera más efectiva.

3. Estudios específicos: Realizar estudios detallados en diferentes áreas para ver


cómo las medidas preventivas afectan realmente el impacto económico de los
desastres. Analizar casos que puedan darnos una visión más clara de lo que
funciona mejor en cada situación.
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Estas recomendaciones ayudarán a guiar investigaciones que puedan fortalecer


nuestra comprensión sobre cómo responder mejor a los desastres naturales y reducir
su impacto económico en las comunidades afectadas.

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medio ambiente. Ed. Joaquín Mortiz, México, 1990.
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ANEXOS:
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