Reflexiones Sobre La Direccion Escenica
Reflexiones Sobre La Direccion Escenica
Reflexiones Sobre La Direccion Escenica
Resumen
Este artículo da cuenta de la perspectiva artística de 115 directores latinoamericanos sobre cuestiones
de dirección teatral; se trata de entrevistas realizadas en 19 países de las tres Américas. Las entrevistas
—agrupadas en 6 volúmenes publicados bajo el título Arte y oficio del director teatral en América La-
tina— cubren aspectos relacionados con el proceso de producción de un espectáculo (lectura del texto
dramático, ensayos, actuación, promoción, etc.) y configuran así un corpus de saberes sobre la praxis
teatral. Dichos saberes constituyen un banco de datos de enorme riqueza porque no solo abren el debate
a nuevas cuestiones sobre la formación profesional, sino que, a la vez, brindan un panorama amplio
sobre el trabajo del director en distintos contextos socioculturales.
Abstract
This article reports on the artistic perspective of 115 Latin American theatrical directors on issues related
to the mise-en-scène; interviews took place in 19 countries all over the three Americas. Grouped into 6
volumes published under the title Art and Craft of the Theater Director in Latin America, interviews co-
ver multiple aspects involved in the process of producing a show (reading of the dramatic text, rehearsals,
performance, promotion, etc.). They establish a corpus of knowledge on theatrical praxis; such knowledge
constitutes a database of enormous wealth because it not only opens a new debate on professional issues
but also gives a broad overview of the director’s work in different socio-cultural contexts.
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del esfuerzo de Enrique Buenaventura, San- teorizar la praxis teatral. Cuando Buenaven-
tiago García y Augusto Boal, este apetito por tura, por ejemplo, en una charla a sus acto-
lo teórico había desaparecido o bien se ha- res (Buenaventura, 2005, pp. 55-56), toma la
bía diseminado en algunos directores que no Interpretación de los sueños de Freud para
dejaban de hacerse preguntas sobre su arte y hacerse preguntas precisas sobre la puesta
oficio, con la diferencia que ahora estos di- en escena, no está buscando recetas de cómo
rectores más jóvenes, en contraste con los montar un espectáculo (lo que constituye el
maestros colombianos y brasileros, ya no nivel de la técnica) ni de ver los pasos más
escribían. Insisto en que estoy pensando en apropiados para llevar a buen puerto un pro-
un campo que he denominado en otros tra- yecto teatral (lo que correspondería al nivel
bajos “praxis teatral” para restringirlo a todo metodológico), sino que se está planteando
lo que hay antes, durante y después de los sumergirse, delirantemente o no, en una ho-
ensayos, y que compete a la tarea del teatris- mología teórica entre sueño y puesta en es-
ta. No estoy pensando en la producción crí- cena, de cuyas consecuencias podría luego
tica académica que puede presentar diversos elaborarse o discutir tanto lo técnico como
niveles de complejidad o de moda (muchas lo metodológico. Freud es, en este sentido,
veces más inclinada a exhibir un vocabulario paradigmático, porque su producción se es-
multidisciplinario que a realizar un verda- cande en períodos en los que se ve obligado
dero trabajo teórico), pero que siempre está a repensar, a partir del fracaso de sus casos,
enfocada en abordar un texto dramático o todo el armado de su teoría. Así, su propues-
un texto espectacular. La praxis teatral de- ta va constantemente de lo técnico a lo teó-
bería ser un campo teórico, metodológico y rico, ya que no hay técnica que no responda
técnico autónomo y de competencia de los a presupuestos axiomáticos teóricos (los co-
hacedores de teatro, un espacio disciplina- nozca o no el director) ni hay teoría que no
rio que refleje el entramado complejo sobre suponga un aparato técnico-metodológico
el arte y oficio del teatrista. Y adopto este que le sea inherente.
término de “teatrista” para referirme a esa
Ante la falta de escritura, me pareció que
modalidad que se ejerce en algunos países
mi proyecto podría al menos aportar las
en que el director además de dirigir, también
reflexiones de muchos directores, algunos
es actor y autor o coautor, sin que las tácticas
muy experimentados y con larga carrera so-
utilizadas tengan que ver con la creación co-
bre las tablas, otros más jóvenes y con nue-
lectiva, ya un poco más alejada en el tiempo.
vas inquietudes y propuestas. Me pareció,
En América Latina, durante los años setenta, asimismo, que contar con estas experiencias
había empezado a insinuarse este interés por por escrito podía ser una base para que los
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futuros estudiantes de teatro (actores, direc- como marco el teatro de sala para adultos;
tores o artistas de la escena, como ilumina- quería, además, diversificar las voces en este
dor, escenógrafo, sonidista, etc.), tuvieran campo profesional, durante mucho tiempo
una pista para despegar, evitando —como dominado por lo masculino, por lo capita-
quien dice— inventar la rueda o la pólvora lino (producto de la organización centrali-
nuevamente. El hecho de que los directores zada de casi todos nuestros países), por lo
no conocieran el cuestionario por anticipa- comercial o incluso por lo racial blanco. Me
do y que la entrevista se hiciera cara a cara, interesé entonces por incorporar la expe-
abría la posibilidad de que nos relataran su riencia de directoras y también de directores
experiencia en un tipo de discurso acce- de color y de provincia o zonas marginales,
sible para que, más allá de los teatristas, el cuya experiencia se realiza en contextos sig-
público en general pudiera asimismo in- nados por otros parámetros estéticos e ideo-
teriorizar las múltiples cuestiones que un lógicos. ¿Cuáles eran sus objetivos, más allá
director tiene que resolver para realizar un de la perfección profesional exigida en los
espectáculo. El resultado es un corpus de centros capitalinos a partir de las imposicio-
entrevistas, enmarcadas por condiciones nes del mercado artístico, de los protocolos
de producción y contextos culturales di- institucionales o de las inversiones financie-
versos, un impresionante cúmulo de expe- ras que sostienen un espectáculo? ¿Cuáles
riencias fascinantes, realizadas por artistas eran las dinámicas involucradas al momento
notables que generosamente comparten de dirigir una obra, o incluso al seleccionar
sus conocimientos con el lector. un texto o un tipo de metodología y has-
Otros aspectos me interesaron también y ta de estilo en áreas que responden a otras
hasta me impactaron durante el proceso de necesidades culturales? Las entrevistas dan
las entrevistas. Me había fijado entrevistar a cuenta de estos aspectos, pero lo verbal —ya
directores cuya tarea, aunque no exclusiva filtrado por la transcripción—4 todavía no
entre otras experiencias performativas, tenía llega a completar lo que constituyó para mí,
4
En un futuro próximo donaré las grabaciones a la institución que demuestre tener un cuidado especial
en el resguardo de sus archivos, particularmente cuando se trata del archivo de la voz. Aunque la versión
escrita refleja lo dicho por el director con la mayor fidelidad posible, no puede escapar a los protocolos
impuestos por la letra. Sin embargo, el registro oral de las entrevistas, cuando se lo coteja con la versión
escrita, puede deparar algunas sorpresas: a veces una pregunta daba paso a un largo silencio, que no se
podía reproducir por escrito; cuando algún comentario causaba risa, lo he dejado señalado. Lo cierto tam-
bién es que algunos directores, cuando revisaron la versión escrita de sus entrevistas, hicieron pequeños
cambios o redujeron la misma de manera notable, a veces en varias páginas. Este proceso de revisión se fue
haciendo cada vez más intenso a medida que se iban publicando los volúmenes del proyecto.
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Por razones financieras, los tomos no pudieron publicarse acompañados de DVD, como había pla-
neado al iniciar el proyecto. He subido algunos clips de la entrevista a mi página en Internet: www.gus-
tavogeirola.com. Como hoy muchos directores —especialmente los más jóvenes— ya tienen su propia
página, no me pareció necesario incluir fotos o videos de sus espectáculos, aunque debo agradecerles a
todos la generosidad que tuvieron en llenar mis maletas de materiales valiosos.
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tienen cierta continuidad de trabajo y otros, que ocurrió en décadas anteriores, allá por los
por opción o por circunstancias que van más sesenta, los directores actuales de la región
allá de su voluntad, tienen cierta intermiten- trabajan en completo aislamiento unos de
cia. Lo cierto es que, a diferencia de Estados otros; ya no hay esos encuentros que se or-
Unidos por ejemplo, el teatro latinoamerica- ganizaban con frecuencia y que permitían un
no no se desarrolla mayormente en el espa- diálogo entre artistas que se conocían y co-
cio universitario. Aunque hay países en que tejaban sus perspectivas particulares varias
este modelo estadounidense tiene vigencia, veces al año en diversos países. Buenaventu-
gran parte de las experiencias teatrales de ra sabía desde Colombia perfectamente qué
“nuestra América” se realizan fuera de los hacía Atahualpa del Cioppo en Montevideo.
claustros. Las restricciones jurídicas y admi- Actualmente, algunos directores conocen el
nistrativas vigentes en Estados Unidos ha- trabajo de otros porque se han cruzado en un
cen que los grupos independientes tengan festival, pero no se toman el tiempo de aque-
allí menos posibilidades de proliferar y de llos maestros para debatir cuestiones tea-
sostenerse, en muchos casos, por la terri- trales, políticas o culturales cruciales para el
ble competencia que representa el teatro quehacer del teatrista. A esta falta de encuen-
comercial de las grandes capitales, engolo- tros para discutir conceptos, se suma otra, la
sinado frecuentemente con los despliegues desaparición del crítico teatral. En esta época
tecnológicos impuestos por la industria —y en que nos hicieron creer en el debilitamien-
la ideología— del entretenimiento de las to o la muerte de las ideologías y apurados
masas de espectadores. No parece ser éste como nos tienen con esa idea de political co-
el caso de muchos grupos en América La- rrectness, a veces mal sana por mal entendi-
tina; aunque obviamente, si, por un lado, da y mal aplicada, muchos directores no solo
hay ciertas flexibilidades, hay también por echan de menos la falta de diálogo con sus
el otro, diferentes dificultades que no son colegas, sino también aquel “malestar” (que la
menos amenazantes para la tarea teatral, tal perspectiva del tiempo demostró ser saluda-
como parece ser la desesperada necesidad ble) provocado por un buen crítico de teatro;
de ceder a las demandas internacionales se tienen que conformar en estos tiempos con
impuestas por la globalización bajo la for- una reseña periodística y, en algunos casos, si
ma de festivales y giras. han resultado favorecidos, con algún trabajo
Al momento de realizar las entrevistas, he académico que los interrogue sobre su queha-
tenido la impresión de que, a diferencia de lo cer y sus presupuestos estéticos e ideológicos.
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Como nos permiten apreciar las entrevistas, formación, y finalizando con sus propuestas
dirigir un espectáculo involucra —además escénicas, la selección de sus autores, temas
de conocimientos técnicos precisos en mu- y estrategias de promoción de su trabajo, a
chas disciplinas y metodologías de trabajo veces en circunstancias políticas extremada-
que faciliten la fluidez y el máximo aprove- mente peligrosas. Imagino que estas entre-
chamiento de las aptitudes y habilidades del vistas pueden aportar al debate sobre dichas
equipo involucrado en el proceso de ensayo cuestiones y abrir el campo de discusión
y de producción— saberes resistentes a las para otras que seguramente están activas
recetas; me refiero a la capacidad del direc- entre los teatristas latinoamericanos de hoy.
tor de conocerse a sí mismo, de interrogarse Guardo la esperanza de que los directores
sobre su deseo, sobre su lugar como sujeto vuelvan a escribir sus procesos, de que las
de liderazgo en la perspectiva de su equipo, instituciones favorezcan el trabajo teórico
sobre su posición en el contexto sociopolíti- sobre la praxis teatral, por medio de la or-
co donde realiza su tarea, en la forma en que ganización de encuentros, de la publicación
responde a las demandas de productores y y promoción de nuevos materiales relativos
público, su capacidad de calibrar, por medio al quehacer del teatrista, de que renazca la
de los diseños espaciales y estéticas convo- figura del crítico teatral y que tenga el espa-
cadas, el juego con las demandas y los deseos
cio periodístico que merece y, finalmente, de
de quienes trabajan con él (incluyendo el de
que los académicos comiencen a contribuir
los productores privados o institucionales) y
con cuestiones teatrales más allá del análisis
los modos de goce naturalizados en las con-
del texto dramático y del texto espectacular.
venciones teatrales que se ponen en acción
en cada espectáculo. Lista de referencias:
Dirigir una obra también requiere cuestio- Buenaventura, E. (2005). La Elaboración de
nar el lugar que se ocupa en la historia del los Sueños y la Improvisación Teatral.
teatro, en general, y del teatro de su país o En E. Buenaventura y J. Vidal (eds.),
localidad, en particular, su conceptualiza- Esquema general del método de trabajo
ción de la memoria cultural y su involucra- colectivo del Teatro Experimental
miento en formas de producción de placeres de Cali y otros ensayos. Maracaibo:
colectivos, empezando con sus lecturas y su Universidad de Zulia.
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