Uno, Dos, Tres Por El Maíz PROCESO 2021
Uno, Dos, Tres Por El Maíz PROCESO 2021
Uno, Dos, Tres Por El Maíz PROCESO 2021
Personajes:
Se- HORMIGA
Ome- HORMIGA
Eyi- HORMIGA
Takuatzin- TLACUACHE
Colibrí- ESPÍRITU
Cochita- PÁJARO CARPINTERO
Juglar 1
Juglar 2
INTRODUCCIÓN
¿ROJA?
(Música de jaranas).
Unas valientes Hormigas
cargan un rojo maíz,
que ha sido fuerte raíz
de una raza milenaria
que ha olvidado construir
un camino diferente,
que no conduzca a la gente
a terrenos moribundos,
se puede hacer otro mundo
con corazón y la mente.
Entran tres hormigas cargando una enorme mazorca sobre sus cabezas,
cantando una peculiar estrofa en náhuatl,
que entonarán siempre que estén en marcha.
Se: Izquierda
Ome: Derecha
Se: Izquierda, menos, menos izquierda, no, no, otro poquito, no.
Ome: Sí, si, si, si….
Se: Izquierda, abajo… espera abajo, no no no…
Eyi: ¡Amigos, amigos, oigan, amigooooooos!
Visión flash back. El colibrí dice algo en el lenguaje secreto de los pájaros
Se: Ahí está; Él lo dijo claramente: “Para salvar a los hombres, deben llevar
el corazón de Sentiopil. Y este…
Ome: No es el corazón de Sentiopil, el corazón de Sentiopil es rojo; y está
bien, lo acepto, a veces la vista me falla, pero definitivamente…
Se: Está bien, está bien. Pero se parece un poco.
El colibrí realiza unos pases mágicos a la mazorca que de pronto cobra algunos
matices en rojo.
Juglar 1: Por fin cargan la mazorca, excepto Ome que, no está del todo
convencido de que realmente vayan al norte, revisa un mapa.
Juglar 2: Se y Eyi tiemblan por la pesada carga.
Se: Se.
Ome: (Sin cargar) Ome.
Eyi: Eyi.
Ome: Amigos, creo que el norte es hacia allá.
Se: Por las antenas de mi abuela, no abandones tu posición.
Juglar 1: Ome intenta guardar el mapa en su bolso, pero sin darse cuenta
se cae al suelo.
Juglar 2: Entra Takuatzin y toma el mapa.
TIERRA DE TLACUACHES
(Música de jaranas).
Los caminos de la sierra
se han vuelto muy inseguros,
tan peligrosos y oscuros
que hacen temblar a la tierra.
Se: Nunca me hacen caso, nunca. Les dije que hacia el norte.
Ome: Yo les dije que…
Se: Nada, nada. Si no hubieras perdido el mapa.
Ome: Perdón…
Eyi: Mi abuelo decía…
Se: Tu abuelo era ciego.
Eyi: Ciego, pero no mudo.
Se: Askame: Se
Ome: Ome.
Eyi: Eyi.
Juglar 2: Takuatzin tiene el corazón tan duro que no logra ver el verdadero
color del corazón de Sentiopil.
Se: (Molesto) ¿Se encuentra usted bien señor guía de turistas, viajeros y
caminantes perdidos?
Takuatzin: Perdón, perdón, de pronto recordé algo gracioso, nada
importante. Llámenme Takuatzin por favor. Entonces esta mazorca es…
Se: Nada. Un maíz más que necesitamos para los tiempos de lluvia, ya
sabe, provisiones.
Eyi y Ome: (Al unísono): “Es el maíz sagrado, el corazón de Sentiopil y lo
llevamos al cerro de la abundancia”. Estamos perdidos ¿usted puede ayudarnos?
Se: Shhhhh….
Takuatzin: Ah. Ahora que lo dicen, sí tiene unos tonos de rojo muy bellos
(Con tono profético). Dicen que el corazón de Sentiopil estaba hecho de carne y
sangre, sangre y carne.
Ome: Eso, y que si lo llevamos a…
Takuatzin: No, no, no… (Ríe) No, crean rumores, seguro alguien los quiso
engañar con el cuento de que un colibrí anda por ahí pidiendo a “todo mundo” que
haga no sé qué para no sé cuánto y entonces así… nananananan… (Aparece el
Colibrí que molesta al Tlacuache)
Juglar 1: Es el colibrí y no se ve muy contento con el tramposo tlacuache.
Juglar 2: Las hormigas se preparan para irse, pero sin el mapa, no tienen
idea qué dirección tomar.
El marsupial engañoso,
a las hormigas condujo
como si fuera un embrujo
a un encargo peligroso.
Trepar a un árbol frondoso
Para unos huevos robar
y así su hambre saciar,
pero no se imaginaba
que la pájara, muy brava,
estaba a punto de llegar.
DE PICOTAZOS Y PLUMAS
(Música de jaranas).
Los abuelitos dijeron
que carpinteros famosos,
Valientes y habilidosos
A picotazos rompieron
La piedra del noble cerro
Donde el maíz se escondía
Para volver algún día
Cantándole fuerte al viento
Defendiendo el alimento
Con alegre rebeldía.
Juglar 2: Detrás del colibrí volando furiosa viene una pájara carpintera.
Juglar 1: Es la madre de los indefensos huevos. Esto no acabará bien.
Cochita que propina tremenda golpiza a Ome por hurgar en su nido. Takuatzin
huye. El colibrí intercede por las hormigas y ahora Cochita aterriza y recupera el
aliento.
Cochita: Sigan en esa dirección hasta que puedan ver una cima que escupe
humo, vayan hacia allá, a un lado duerme la mujer blanca, en su vientre está la
montaña sagrada, cuando puedan verla ya nunca se perderán. Kualtsixiakaj.
Las tres: Tlazoj´kamatik.
Se: ¡Askame! Se.
Ome: Ome.
Eyi: Eyi.
Cochita: ¡Tengan mucho cuidado con la niebla!
El manantial es la cuna
donde Sentiopil nació,
en la tierra se escondió
bajo la luz de la luna
y fue semilla, fortuna,
milagro, de veras, profundo
que en su camino fecundo
las hormigas lo encontraran
y a los hombres entregarán
el alimento del mundo.
EL MANANTIAL
En el manantial se guardan
las historias verdaderas,
de cómo surge en la tierra
el que nos trajo verbena.
Se: Eyi. ¡Eyi! Lo que me faltaba: una hormiga cobarde y otra curiosa.
Eyi: (Tiene una visión en el agua) Somos nosotros… La montaña sagrada;
el agua dice que la encontraremos.
Se: Mikilis, Ome.
Juglar 2: ¿Mikilis?
Juglar 1: Muerte.
Ome carga la mazorca sin ayuda. Se, ha visto en el agua la muerte de Ome, que
continuaba repitiendo sin parar.
Las tres: (Golpeando a Takuatzin) ¡No mires para abajo, no mires para
abajo, no mires para abajo!
LA MONTAÑA SAGRADA
(Música de jaranas).
Decían los antepasados
que los volcanes enormes,
rápidos como coyotes,
con las nubes se movían.
Y un horizonte vacío
a sus ojos engañaba,
pues debajo se encontraba
el monte verde dormido.
Se: (Que ha reconocido el lugar donde según la visión del manantial Ome
pierde la vida). Mikilis, Ome. Esa tormenta eléctrica está muy cerca, debemos
refugiarnos y subir por el poniente en cuanto los rayos paren.
Ome: Pero el mapa dice que es por aquí, además ya se está haciendo de
noche.
Eyi: Estoy de acuerdo con Se. Mi abuelo decía que a veces el camino más
largo resulta ser el más corto si lo medimos con un reloj y no con nuestros pasos.
Ome: Eyi, hasta yo sé que no habrá otro camino más corto. Ya hemos
estado antes bajo una tormenta, pensé que yo era el cobarde.
Se: Rodearemos y subiremos por el poniente. Punto. Se acabó.
Eyi: Vamos. (Eyi y Se ocupan sus posiciones para levantar la mazorca.
Ome permanece en el mismo lugar).
Se: Se…
Ome: …
Eyi: Eyi.
Ome: Se. Eyi. Sé que nunca he sido una arriera brillante, pero ¿qué me
dicen de aquella vez en que descubrí que la tortilla estaba envenenada.
Eyi: Una hora después de que habías dicho que estaba limpia.
Ome: Y ¿qué tal cuando inventé aquellas alas que nos permitieron hacer un
camino de dos días en unos cuantos minutos?
Se: Invento por el que me rompí una pata y que nos retrasó una semana
completa.
Eyi: Es inútil Ome. Vámonos.
Ome: (Después de pensarlo y resistirse un poco) En otras circunstancias no
dudaría ni segundo que debo seguirlos, pero algo muy fuerte me dice que al
menos yo, debo seguir por aquí, aunque me aseguraran que este camino está
repleto de tzitzimimej, estoy seguro que prefiero subir por aquí (Ome se aleja
corriendo y gritando por el camino que el mapa marcaba como correcto). Na mej
tlasoj tla.
Se: ¡Omeeee!
Eyi: ¡Omeeee!
Ome: Ya estoy cansado de tener miedo.
Se: No es miedo, Ome, es que vi algo en el manantial.
Ome: ¿Qué…? ¿Yo? ¿Por qué yo? Todo a mí. Amigos el Colibrí dice que
un rayo me va a…
Un rayo fulminante cae cerca de Ome, él resbala y cae por la ladera cerca
de sus amigos que intentan rescatarlo sin tener éxito.
Eyi y Se han soltado la mazorca que rueda hasta detenerse en una terraza.
Chocan contra ella, ambos se quedan en silencio, el colibrí los acompaña,
pero ahora no dice nada, sólo da pequeños lamentos. Se y Eyi hacen un
pequeño funeral.
Sorteando la tempestad,
dos hormigas en camino
a cumplir van el destino,
heridas de realidad,
y encontrarán voluntad
al ver a Ome en el cielo,
acompañando en el vuelo
al colibrí salvador,
desafiando sin temor
al tlacuache traicionero.
Incansable bandolero
es el Tlacuache montuno,
que, al ver momento oportuno,
lanzó un ataque muy fiero,
pero con rayo certero
las nubes lo castigaron,
su suave cola incendiaron,
creando un inmenso fuego,
que todos los hombres, luego
por el mundo se llevaron.
(Música de jaranas).
El rayo partió la piedra
para mostrar el camino,
y su fulgor asesino
pudo abrir la antigua grieta,
que llevaría hacia un destino,
un destino venturoso,
de paisajes majestuosos
que acaricien la mirada,
diferente llamarada
entre montes peligrosos.
Takuatzin: Creyeron que sería fácil, pero matar a un tlacuache es más difícil
que escalar la más alta de las montañas, insectos ingenuos.
Eyi: “Pequeña centella, gran fuego engendra”, cuanta sabiduría nos dejaron
los abuelos (Las tres hormigas observan con detenimiento el rastro que ha dejado
Takuatzin).
Se: Uff. Estuvo cerca
Ome: Y ahora lejos, miren nomás. Por lo menos ha iluminado los caminos y
todos podrán tomar el fuego para dar calor a sus hogares.
Juglar 1: Se, Ome y Eyi toman su mazorca y trepan al lomo del Colibrí, que
volando los lleva hasta la cima.
(Música de jaranas).
El vuelo del colibrí,
esperanza de las flores,
esperanza de las flores,
de las flores del maíz.
Se: Miren esa luz, creo que nos está pidiendo que entremos.
Ome: Ahora entiendo.
Eyi: Sólo las arrieras pueden pasar por ahí.
Juglar 2: Ahora todo a quedado claro para las hormigas aventureras.