La Accion de Proteccion Tercera Edicion - Nodrm
La Accion de Proteccion Tercera Edicion - Nodrm
La Accion de Proteccion Tercera Edicion - Nodrm
LA ACCIÓN DE PROTECCIÓN
Tercera Edición
Quito-Ecuador
Este libro es, a mi juicio, uno de los mejores que se han escrito en Ecuador
sobre este importante instituto, indispensable para la efectiva vigencia de los
derechos fundamentales. Ese criterio podrá ser corroborado con la lectura de
esta obra, escrita con el rigor que se echa de menos en tantas otras.
La obra que tiene en sus manos no solo que no es una improvisación del autor,
ni es una mera exposición sobre las ideas que tiene sobre esta garantía
constitucional. La aplicación estricta de nuestro derecho positivo, más allá de
las observaciones que el autor, de forma siempre fundamentada, hace sobre
cada uno de los temas, haciendo presente no solo los errores y vacíos en que
caen el constituyente y el legislador, reflejan esa rigurosidad. El lector
comprobará que muchas de esas normas fueron elaboradas con tal liviandad y
desconocimiento, que no cumplen el fin para el que fueron creadas. El autor,
en todo caso, no se permite soslayar las reglas, ni pretende ignorarlas y, menos
aún, violarlas con argumentos vanos, aunque sí se encontrarán varios pasajes en
los que sostiene su inconstitucionalidad o anticonvencionalidad.
Su sustento doctrinario es solo superado por el estricto empleo de la
jurisprudencia, entregando al lector un sistemático conocimiento de las
decisiones que la Corte Constitucional ha expedido sobre cada uno de los
temas, en ocasiones de manera farragosa, en los que se reflejan las no pocas
contradicciones en que cae la Magistratura y que deben ser tenidas en cuenta
por quienes pretenden estudiar la acción de protección y practicarla.
La obra es importante en lo académico, pues será herramienta insustituible en
el estudio de esta garantía, y será indispensable en la práctica profesional, pues
previene al abogado sobre todos los predicamentos que deben ser evitados para
que su demanda no sea inadmitida o rechazada por improcedente. Advierte a
los justiciables sobre cómo actuar debidamente antes, durante y después de su
tramitación, es decir, desde cómo elaborar la demanda o preparar la
contestación, hasta los incidentes que se pueden dar sobre la ejecución del fallo.
El proponente, entonces, sabrá en qué casos la acción de protección será
adecuada para lograr sus pretensiones y el accionado conocerá los casos en que
puede oponerse a partir de su improcedencia, todo ello con el debido sustento
dogmático y jurisprudencial, a partir del conocimiento de la misma naturaleza
jurídica de la acción.
Conceptos tan indispensables, como elementales y a veces confusos, son
despejados por el autor. Quién y cómo se legitima en la causa y en el proceso,
tanto en activa como en pasiva, determinando quién puede demandar y a quién
debe hacerlo, diferenciando los casos de la acción de protección contra
autoridad pública de la que se propone contra particulares. Cuáles son los
casos de inadmisión y de improcedencia, distinguiendo los eventos y las
consecuencias respectivas, incluso cuando se puede creer que se han cumplido
los requisitos de procedencia, cuestiones profundamente abordadas por quien
escribe, en especial sobre los actos que son claramente oponibles a través de
este proceso constitucional y los que, bien o mal, se excluyen, a veces por la
arbitrariedad del legislador y en ocasiones por decisiones contenidas en los
precedentes jurisprudenciales, asuntos que deben ser tenidos muy en cuenta
por el abogado, el académico y, en general, por el estudioso del Derecho
Procesal Constitucional. Cómo distinguir cuando cabe proponerse una acción
de protección o cuando procederá la acción contencioso administrativa es la
pregunta que diariamente se formulan muchos. No menos importante es la
interrogación de cuándo, frente a una omisión, cabe esta garantía o la acción
por incumplimiento o bien la de inconstitucionalidad por omisión, cuando no
la contencioso administrativa para hacer ejecutar el silencio administrativo.
Cómo se determina la competencia en razón de la materia, los grados y el
territorio, previniendo siempre al lector sobre los casos en que la demanda
arriesgaría una inadmisión por no cumplir las correspondientes reglas,
conforme su desarrollo jurisprudencial. Las condiciones prescritas para la
tramitación de la garantía, con las dificultades que se pueden encontrar en su
desarrollo, se abordan con claridad y precisión, dejando muy clara la inversión
de la carga probatoria en la protección contra autoridad pública –que no
implica una exoneración en el fundamento de hecho de la demanda–, los
problemas que acarrea contra el propio accionante a quien, curiosamente, se
quiso aventajar con esa medida pero que le puede perjudicar a la hora de
pretender contradecir la prueba de descargo que presente el accionado en la
audiencia, momento procesal en el que recién se contesta la demanda, y que,
por tanto, no cuenta con anuncio previo que le permita ejercer plenamente el
derecho de contradicción.
Sobre los recursos, además de revisarse el de apelación y las condiciones para
su interposición, se analiza el prácticamente fallido sistema de selección y
revisión de sentencias, que ha sido, en los hechos, sustituido por la acción
extraordinaria de protección. Y sobre la acción extraordinaria de protección
contra fallos de protección ordinaria, el autor da a conocer la diferenciación
jurisprudencial producida por la Corte Constitucional que llevan a esta acción
a tratarla como un verdadero recurso, en el que la Magistratura se vuelve a
pronunciar sobre los hechos del caso, la aplicación de las normas para la toma
de la decisión y su interpretación en la causa, llegándose en algunas ocasiones a
dictar auténticas sentencias de remplazo, lo que no ocurre cuando la demanda
de protección extraordinaria se plantea contra sentencias civiles, penales y de
otro carácter.
Es motivo de particular satisfacción para mí prologar la obra de Ismael
Quintana, un joven abogado constitucionalista y verdadero estudioso del
Derecho Constitucional quien, de persistir en su empeño, está llamado a altos
destinos si persevera en su vocación. Con íntima emoción, felicito al autor por
su tan estupenda obra.
Por otro lado, este principio hace referencia a que el texto constitucional le
otorga a cualquier servidor público y a cualquier juzgador, la potestad de
aplicar las normas constitucionales de manera directa y amplia, principalmente,
en materia de derechos, pero elimina la posibilidad de que, en el caso del
juzgador, se inapliquen normas contrarias a la Constitución, cuestión que sí
estuvo prevista en la Constitución de 1998 y que, actualmente, ha sido
reservada a la Corte Constitucional mediante la consulta que realizan los jueces
en aplicación del artículo 428 del Código Político.
Es imperioso hacer presente que existe diferencia entre lo previsto en los
artículos 426 y 428 de la Constitución, pues una cosa es que la norma
constitucional sea aplicada de manera directa e inmediata, a pesar de no
contener norma secundaria que la desarrolle y, otra muy distinta, pretender
inaplicar una norma secundaria existente y vigente pero que contradice al texto
constitucional. En esta confusión ha incurrido la Corte Constitucional al
mencionar lo que sigue:
La actual Constitución es norma suprema, porque según el artículo 424 está por encima del resto
de las normas jurídicas y vincula a todos los sujetos públicos y privados en todas sus actividades;
asimismo, el artículo 426 de la Carta Fundamental habla de aplicación directa de las normas
constitucionales y se refiere esencialmente al ejercicio y aplicación directa de los derechos
constitucionales, en ausencia de normas para su desarrollo.
La aplicación y eficacia directa de la Constitución implica que todas las normas y los actos del
poder público deben mantener conformidad con las disposiciones constitucionales; por lo tanto,
legisladores, jueces y demás servidores públicos, así como los particulares, habrán de tomar a la
Constitución como una norma de decisión, con las siguientes consecuencias: a) habrá de
examinarse y compararse todas las normas con las disposiciones constitucionales para determinar,
de forma legítima, si hacen parte o no del ordenamiento jurídico; b) en la solución concreta de
conflictos jurídicos provocados por ausencia de ley o por evidentes contradicciones respecto de la
Constitución, habrá de aplicarse directamente la Carta fundamental; y c) habrá de interpretarse
todo el ordenamiento conforme a la Constitución.10
Se hace presente que las dos figuras tienen alcance distinto, pues mientras la
tercería está prevista, en materia constitucional, para quienes tienen un interés
indirecto en el caso ya sea porque sus derechos fundamentales han resultado
vulnerados (tercería coadyuvante activa) o porque al suspender o anular un
acto impugnado o al ordenar la actuación el demandado en caso de omisión,
sus derechos se verían afectados (tercería coadyuvante pasiva), el amicus curiae
hace referencia a toda intervención que, sin tener un interés directo o indirecto
en el caso, pretende, mediante un escrito de índole académica, ilustrar y
colaborar con el juzgador para un mejor resolver de la cuestión constitucional
sometida a su conocimiento.
2.2.2. Irrepetibles
Esta característica refiere a la prohibición de presentar, más de una vez, una
garantía de derechos contra las mismas personas, por las mismas acciones u
omisiones y con la misma pretensión (art. 8, Nº 6 LOGJCC). La prohibición de
repetir una garantía ayuda a dirimir el conflicto en el evento que, sucesiva o
simultáneamente, se presenten acciones constitucionales contra los mismos
actos u omisiones, contra el mismo accionado y basando la demanda en la
misma pretensión.
Ahora bien, incluso el artículo 23 de la Ley Orgánica de Garantías
Jurisdiccionales y Control Constitucional castiga la proposición abusiva de
garantías de derechos y entrega a los jueces la posibilidad de disponer de sus
facultades correctivas y coercitivas, de conformidad con el Código Orgánico de
la Función Judicial, para sancionar a quien, abusando del Derecho, presenten
varias acciones, en forma simultánea o sucesiva, por el mismo acto u omisión,
por violación del mismo derecho y en contra de las mismas personas.67
Esta característica guarda íntima relación con tres institutos esenciales en
todo proceso: el non bis in ídem, del que derivan la cosa juzgada68 y la litispendencia.
En tal virtud ¿qué ocurriría si se proponen, simultánea o sucesivamente,
acciones constitucionales que ataquen la misma acción u omisión, pretendan la
protección de los mismos derechos y tengan como legitimados en activa y
pasiva a las mismas personas?, ¿se vulneraría el debido proceso por inobservar
la prohibición de volver a juzgar más de una vez por la misma causa (idéntica
acción u omisión, sean las mismas o distintas acciones constitucionales), con el
mismo objeto (los mismos derechos vulnerados) y con las mismas personas
como participantes del proceso (identidad de legitimado activo y pasivo)?,
¿podría el legitimado en pasiva excepcionarse con la cosa juzgada en caso de
acciones constitucionales sucesivas?, ¿podría existir excepción de litispendencia
en caso de acciones constitucionales propuestas de forma simultánea?
Se hace presente que el non bis in ídem es, en Ecuador, parte de las garantías al
debido proceso, e implica que nadie puede ser juzgado más de una vez por la
misma causa y materia, conforme lo señala el artículo 76, número 7, letra i, de
la Constitución.
El desarrollo de este instituto en el Derecho Constitucional es extenso e,
incluso, la Convención Americana sobre Derechos Humanos lo consagra,
aunque reducido a la esfera del Derecho Penal (art. 8.4), cuestión que ha sido
ampliada por la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos a todos los ámbitos (lo que incluye el constitucional), así como el
administrativo sancionatorio:
Si bien el artículo 8 de la Convención Americana se titula “Garantías Judiciales”, su aplicación no
se limita a los recursos judiciales en sentido estricto, “sino [al] conjunto de requisitos que deben
observarse en las instancias procesales” a efectos de que las personas estén en condiciones de
defender adecuadamente sus derechos ante cualquier tipo de acto del Estado que pueda afectarlos.
Es decir, cualquier actuación u omisión de los órganos estatales dentro de un proceso, sea
administrativo sancionatorio o jurisdiccional, debe respetar el debido proceso legal.
En cualquier materia, inclusive en la laboral y la administrativa, la discrecionalidad de la
administración tiene límites infranqueables, siendo uno de ellos el respeto de los derechos
humanos. Es importante que la actuación de la administración se encuentre regulada, y ésta no
puede invocar el orden público para reducir discrecionalmente las garantías de los administrados.
Por ejemplo, no puede la administración dictar actos administrativos sancionatorios sin otorgar a
los sancionados la garantía del debido proceso.69
Por último, si se admite la presencia del non bis in ídem frente a la proposición
simultánea y abusiva de acciones constitucionales, se hace referencia, a la vez, a
la posibilidad de que el legitimado en pasiva pueda excepcionarse con la
alegación de litispendencia.
La litispendencia procede, generalmente, cuando un juez conoce ya de un juicio
en el que hay identidad entre partes, acciones deducidas y objetos reclamados,
es decir, cuando las partes litiguen con el mismo carácter. Por tanto, la razón
de ser de esta excepción es que ya existe litigio pendiente en el que se tramitan
las mismas pretensiones, por lo que debe entenderse que las partes son las
mismas y que el objeto del juicio anterior se identifica con el segundo juicio.75
Aplicado esto al campo del Derecho Procesal Constitucional, bien se puede
concluir con la imposibilidad de formular, de manera simultánea, acciones
constitucionales que tengan como titular de las mismas a idéntico individuo,
contra el mismo legitimado en pasiva, por el mismo acto o la misma omisión y
con el objeto de tutelar los mismos derechos fundamentales.
2.2.3. Orales
Los procesos de garantías de derechos son orales en todas sus instancias,
cuestión que implica que dichos procesos se tramitan, generalmente, mediante
audiencias públicas, y con arreglo al trámite general previsto en la Constitución
y en la Ley de la materia.
Se hace presente que la oralidad, como principio o herramienta a aplicarse en
la generalidad de los procesos, obedece a una disposición de orden
constitucional, pues su sustanciación, en cualquier materia, instancia, etapa y
diligencia se lleva a cabo mediante el señalado sistema, tomando en cuenta,
además, los principios de concentración, contradicción y dispositivo (art. 168,
Nº 6 CE). Similar disposición se encuentra prevista en la Constitución al hacer
referencia a las garantías de derechos, así como también se encuentra
reproducido en la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control
Constitucional (arts. 86, Nº 2, letra a y Nº 3 CE, 8, Nº 2, 14 LOGJCC).
Lo señalado no impide que ciertas actuaciones procesales sean reducidas a
escrito, como se verá (art. 8, Nº 2 LOGJCC).
2.2.4. Sumarias o breves
Esta característica tiene que ver con la prohibición constitucional de aplicar
normas procesales que pretendan retardar la tramitación, sustanciación y
resolución de procesos constitucionales consistentes en garantías de derechos.
Así, tampoco se pueden admitir incidentes procesales que tiendan a cumplir
con los fines descritos. Por otro lado, estos procesos deben ser sencillos,
rápidos y eficaces (arts. 86, Nº 2, letras a y e CE y 8, Nº 1 y 5 LOGJCC).
2.2.5. Informales
Entre las características de informalidad que revisten a los procesos de
garantías de derechos están el reconocimiento de que, en aquella materia, son
hábiles todos los días y horas;76 que toda garantía puede ser propuesta sin
formalidades, sin necesidad de citar normas y sin necesidad de patrocinio de
abogados, aunque, de ser necesario, si el accionante lo solicita, el juez puede
asignarle un defensor público, un abogado de la Defensoría del Pueblo o un
asistente legal comunitario según lo determine el Código Orgánico de la
Función Judicial (arts. 86, Nº 2, letras b y c CE y 8, Nº 3 y 7 LOGJCC).
En cuanto a la posibilidad de que en materia de garantías se puedan contar
como hábiles todos los días y horas, se deben hacer presentes los señalamientos
que la Corte Constitucional ha efectuado respecto a este tópico, pues la misma
ha establecido que, para efectos de proponer una garantía, solamente se
cuentan los días hábiles, aunque, como verá más adelante, el criterio varió en
otro pronunciamiento:
1) El artículo 8, numeral 3 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control
Constitucional dispone que en los casos de garantías jurisdiccionales de derechos constitucionales
son hábiles todos los días y horas; en cambio, el artículo 60 ibídem dispone que el término
máximo para interponer la acción extraordinaria de protección es de veinte días contados desde la
notificación de la decisión judicial a la que se imputa violación de derechos constitucionales. 2) La
sentencia impugnada fue expedida y notificada el 5 de noviembre del 2009, como consta de fojas
84 a 85 vta., del proceso seguido en la Primera Sala de lo Laboral de la Corte Nacional de Justicia
(ver Anexo 3) y no el 6 de noviembre del 2009. 3) La presente acción constitucional fue propuesta
el 1 de diciembre del 2009 (fojas 102 a 104 vta.- Anexo 3) y no el 2 de diciembre del 2009. 4) La
aparente contradicción existente entre los artículos 8, numeral 3 y 60 de la Ley Orgánica de
Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional debe ser resuelta a favor del accionante, pues,
de conformidad con el artículo 312 del Código de Procedimiento Civil, “no correrán los términos
en los días feriados y de vacante, y las juezas y jueces no podrán habilitarlos por ningún motivo”;
es decir, que entre el 5 de noviembre y el 1 de diciembre del 2009, transcurrió el término de 18
días, por lo cual la acción extraordinaria de protección ha sido deducida oportunamente.77
En los casos en que se dicte una medida cautelar dentro de garantía, el juez o
el peticionario deben observar los requisitos de procedencia (art. 27 LOGJCC).
Por ello, el juzgador deberá verificar que haya amenaza grave (fumus boni iuris o
apariencia de buen derecho), ora la inminencia de violación a derechos
(periculum in mora). También tendrá que ver la petición de la medida cautelar no
incurra en causales de improcedencia, tales como que no se la pida frente a la
ejecución de órdenes judiciales, ora conjuntamente con la acción extraordinaria
de protección, o cuando existan medidas cautelares en la vía administrativa u
ordinaria.
Esas medidas cautelares, en todo caso, serán preventivas al no juzgar ni
prejuzgar las eventuales violaciones a derechos que deben debatirse en la
acción de protección. Así también, serán siempre accesorias, ya que se justifican
por el riesgo que corren los derechos que han de debatirse en la acción de
protección. Finalmente, esas medidas serán provisionales, manteniendo su
vigencia hasta que se dicte la sentencia definitiva o sean revocadas por el juez,
esto es, cuando sean efectivamente cumplidas, o si no existen los requisitos
legales para su procedencia, ora si se demuestra su improcedencia por parte del
destinatario de las medidas (art. 35 LOGJCC).
Las medidas cautelares se conceden inaudita parte, por lo que se ordenan y se
otorgan una vez que ellas son procedentes, debiendo luego ser comunicadas al
destinatario (art. 33, inc. 1º LOGJCC).
En todo caso, si el juez otorga medidas cautelares dentro de una acción de
protección, debe tramitarlas de manera previa, teniendo que concederlas en el
mismo auto de admisión, no pudiendo, en caso de haberse revocado, dictarse
otra medida cautelar por los mismos hechos, por lo que el juez deberá resolver
en sentencia el fondo de la discusión: la violación de derechos (arts. 32 y 37
LOGJCC).
4. ES REPARATORIA
Se ha insistido en que la acción de protección pretende, si previamente se
detecta y, en consecuencia, se declara vulneración de derechos fundamentales, la
orden judicial de reparación por parte de quienes provocaron tal violación (art.
6 LOGJCC). Inclusive el mandamiento de reparación integral de los derechos
debe, obligatoriamente, formar parte de la resolución adoptada por el juez en
caso de hallarse quebrantamiento de derechos (art. 17, Nº 4 LOGJCC).
La reparación en materia de garantías de derechos fundamentales implica
que, una vez identificada la violación de los mismos, el juzgador debe ordenar
la retrotracción de las cosas al estado anterior al cual se produjeron dichas
anomalías, como fue indicado en el anterior capítulo (arts. 18 y 19 LOGJCC).
En este marco de ideas, la Corte Constitucional pronto reconoció la
naturaleza reparatoria de la acción de protección:
En cuanto a su solicitud de inaplicabilidad a través de una acción de protección, cabe señalar
enfáticamente que el efecto de la concesión de una acción de protección, en los términos previstos
en la Constitución de la República como en la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y
Control Constitucional, no es la inaplicabilidad de un acto, en este caso, de un acto administrativo
con efectos particulares y directos. Cabe precisar que el efecto propio de la concesión de una
garantía jurisdiccional de derechos constitucionales es, en primer término, la declaratoria de
vulneración de esos derechos por parte del acto u omisión de autoridad pública no judicial o
particular; y segundo, la reparación integral, material e inmaterial, según sea el caso, de los derechos
constitucionales vulnerados.138
En otro pronunciamiento, la misma Magistratura reiteró la naturaleza
reparatoria de las garantías de derechos:
En este contexto, la reparación integral en el ordenamiento ecuatoriano constituye un verdadero
derecho constitucional, cuyo titular es toda persona que se considere afectada por la vulneración
de sus derechos reconocidos en la Constitución. Adicionalmente, es un principio orientador que
complementa y perfecciona la garantía de derechos; así, esta institución jurídica se halla inmersa en
todo el ordenamiento constitucional ecuatoriano, siendo transversal al ejercicio de los derechos, así
por ejemplo, la obligatoriedad de la reparación para las víctimas de delitos penales (artículo 78);
para los consumidores y consumidoras que sufran engaños comerciales (artículo 52); la posibilidad
de demandar una reparación como consecuencia de las afectaciones por racismo o xenofobia
contra comunidades o poblaciones indígenas (artículo 57) y por afectaciones ambientales que
puedan atentar contra los ecosistemas (artículo 397), entre otras.
En materia específica de garantías jurisdiccionales se impone el deber judicial de la aplicación
obligatoria de la reparación integral ante toda vulneración de derechos, pues “...Los procesos
judiciales sólo finalizarán con la ejecución integral de la sentencia o resolución” (artículo 86
numeral 3 segundo inciso), de lo que se deduce que las decisiones que resuelvan las acciones
planteadas en protección de los derechos constitucionales, que declaren la vulneración de un
derecho, deben necesariamente contener la disposición de reparación integral en la parte resolutiva
de la decisión constitucional.139
Por ello, a la luz de lo anotado, ese recurso sencillo y rápido es, hoy en día, la
acción de protección. Si la garantía constitucional no existiera se incumplirían
obligaciones internacionales (art. 25 CADH).
En todo caso, no es suficiente la creación del recurso dentro del orden
jurídico interno, pues este requiere una verdadera idoneidad y efectividad,
ocurriendo que un recurso en que se dé retardo injustificado en la decisión o
cualquier circunstancia que no permita al lesionado el acceso a la justicia en un
recurso efectivo y rápido no cumple los parámetros de los artículos 8.1 y 25 de
la Convención Americana sobre Derechos Humanos al superar la idea del
plazo razonable,154 lo que ocurre con los recursos contencioso administrativos,
cuya tramitación tarda inclusive años.
La acción contencioso administrativa es la vía que se emplea para atacar los
actos ilegales de la administración, pero el excesivo transcurso de tiempo que
corre entre la presentación de la demanda y la resolución del caso en sentencia
vulnera derechos fundamentales,155 lo que ha sido reconocido por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos cuando se ha referido a los recursos
ineficaces:
56. De otra parte, el artículo 8.1 de la Convención consagra los lineamientos del llamado “debido
proceso legal”, que consiste en el derecho de toda persona a ser oída con las debidas garantías y
dentro de un plazo razonable por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial,
establecido con anterioridad por la ley para la determinación de sus derechos.156 El plazo
razonable al que se refiere el artículo 8.1 de la Convención se debe apreciar en relación con la
duración total del procedimiento que se desarrolla hasta que se dicta sentencia definitiva.157
57. El artículo 25.1 de la Convención ha establecido, en términos amplios, la obligación a cargo de
los Estados de ofrecer, a todas las personas sometidas a su jurisdicción, un recurso judicial efectivo
contra actos violatorios de sus derechos fundamentales. Dispone, además, que la garantía allí
consagrada se aplica no sólo respecto de los derechos contenidos en la Convención, sino también
de aquéllos que estén reconocidos por la Constitución o por la ley.158
58. Asimismo, este Tribunal recuerda que en virtud de la protección otorgada por los artículos 8 y
25 de la Convención, los Estados están obligados a suministrar recursos judiciales efectivos a las
víctimas de violaciones de los derechos humanos, que deben ser sustanciados de conformidad con
las garantías judiciales, todo ello dentro de la obligación general, a cargo de los mismos Estados,
de garantizar el libre y pleno ejercicio de los derechos reconocidos por la Convención a toda
persona que se encuentre bajo su jurisdicción (artículo 1.1).159
59. Por último, la Corte ha señalado que el derecho de acceso a la justicia implica que la solución
de la controversia se produzca en tiempo razonable;160 una demora prolongada puede llegar a
constituir, por sí misma, una violación de las garantías judiciales.161
Estas decisiones, así como las que fueron citadas cuando se analizó a la
acción de protección como un proceso de conocimiento, confirman que la
Magistratura se decanta por oponerse a la posibilidad de que, mediante aquella
garantía, se abra el espacio para debatir lo que ha denominado “asuntos de
legalidad”, reservándola solo para lo relacionado con los “conflictos de
constitucionalidad”.
Señalar que la justicia constitucional se ocupa de los conflictos de esa materia
y que la ordinaria de lo legal no es una afirmación errada; aunque la
jurisprudencia constitucional no ha fijado las diferencias entre la legalidad y la
constitucionalidad, sino que, caso a caso, según su criterio y en base al derecho
cuya protección se solicita, ha establecido si lo pedido en demanda atañe o no a
un conflicto de legalidad o si, por el contrario, se trata de un aspecto de
constitucionalidad, incurriendo, para ello, en una injustificable confusión entre
la fuente del derecho subjetivo cuya violación se alega, su contenido y la
materia propia del conflicto.
La Magistratura luego desechó la idea de diferenciar entre “derechos legales”
y constitucionales, y decidió, más bien, indicar que la acción de protección
procede, aunque el derecho (de propiedad en el caso que se cita) tenga “rango
legal”, atendiendo a la faceta o ámbito en el que aquel haya sido vulnerado,
criterio que nos parece más adecuado:
Si un ciudadano pierde un inmueble, pues lo había hipotecado como garantía a una obligación
monetaria que había contraído y que por su propia negligencia no la pudo cumplir en los términos
establecidos, el posible menoscabo ante la pérdida de su propiedad en las condiciones antes
expuestas y todos los problemas que de ahí comúnmente devienen, son cuestiones que se
solucionarían en el ámbito de la legalidad; siendo infructuoso, por lo general, tratar de solucionar
este tipo de situaciones acudiendo a un juez constitucional o poniendo en marcha una garantía
jurisdiccional como la acción de protección. Por su parte, es posible que un ciudadano, de manera
imprevista, sea desalojado de un inmueble de su propiedad por parte de un poder público o
privado, sin que haya mediado orden judicial expresa y sin que dicho inmueble haya estado
formalmente comprometido en ninguna situación que pueda devenir en una ruptura del lazo de
propiedad frente a su poseedor (sujeto a sucesión, indeterminación del título de propiedad, objeto
de garantía real como una hipoteca etc.), caso en el cual las características de los hechos sobrepasan
la dimensión de la legalidad, pues su solución va más allá de la aplicación de normas como el
código civil y de procedimiento civil, e implican la entrada a otra dimensión, en este caso la
constitucional, pues ya no está en juego únicamente el ejercicio del derecho real sobre un inmueble,
sino cuestiones como la integridad del ciudadano, el irrespeto por parte de poderes superiores, la
situación de impotencia en la que el ciudadano es colocado, etc.179
Emitir una decisión como la arriba citada implicaría, entonces, que cualquier
aspecto que tenga que ver con jubilaciones no pueda tratarse a través de acción
de protección por el impropio hecho de concebirse como una cuestión de
legalidad, cuando, conforme paso a revisar, el análisis del juzgador debe ser
otro.
3. LEGALIDAD Y CONSTITUCIONALIDAD
Aspirar a distinguir entre lo legal y lo constitucional no reviste asunto de
sencillo análisis, ni tampoco ha sido materia de reciente discusión. Téngase en
cuenta que el intento de diferenciación entre estos dos conceptos aparece,
principalmente, en la doctrina francesa de los siglos XVIII, XIX y XX. Así, la
constitucionalidad es solo una mera aplicación particular de la idea de
legalidad, propia del Estado Legal en que no se hacen cuestionamientos sobre
lo que debía entenderse como constitucionalidad, salvo lo relacionado con el
“control de constitucionalidad”; no obstante, el concepto de legalidad abarca no solo
el control de las leyes, decretos y reglamentos, sino que, progresivamente,
también alcanzó a los principios generales del Derecho, la jurisprudencia e,
incluso, la Constitución.
Ahora bien, el guardián de la legalidad era el juez administrativo, pues
controlaba que la actividad de la Administración Pública cumpla con la ley, la
Constitución y los instrumentos internacionales. La legalidad no era, en
consecuencia, un concepto aplicable al resto del Derecho Positivo, ni la
constitucionalidad aparecía visible en el vocablo jurídico de entonces.
En este sentido, la doctrina publicista admitió, como anota Louis FAVOREAU,
la ampliación de la competencia del poder reglamentario donde, a falta de
control de las leyes, el mayor control de los actos administrativos permitía
asegurar, de manera eficaz, la supervisión del poder, lo que condujo a sacralizar
la infalibilidad del legislador y de la ley. La legalidad, entonces, fue constituida
para ser aplicada e impuesta solamente para las autoridades administrativas, por
lo que los conflictos entre particulares eran ajenos a su esfera y tampoco se
hacía alusión al aspecto de los derechos fundamentales.182
La legalidad es un concepto solamente administrativo desde la perspectiva
del Derecho Público clásico, por lo que no puede ser aplicable a todas las
ramas jurídicas, admitiéndose que cada una la construya y aplique de acuerdo a
sus principios. En consecuencia, la legalidad es unitaria y no se fracciona en
virtud de la autonomía de cada materia.
Frente a esos postulados, la idea de Estado de Derecho aparece entre los
debates políticos y administrativos. En este escenario se abandona –aunque no
se elimina– la idea de legalidad absoluta y se admite el criterio de
constitucionalidad, razonamiento que se basa no solo en objetar la exclusividad
y el unitarismo propios de la legalidad (administrativa), sino en reconocer la
ausencia de control de los actos administrativos o jurisdiccionales que se
generan dentro del resto de áreas del Derecho Positivo.
También al reconocerse a la Constitución como fuente de fuentes y como
vehículo de los valores esenciales o fundamentales del Estado, no solo que se
limita el accionar arbitrario de la administración y del legislador, sino que,
además, la constitucionalidad así concebida se reserva para sí la garantía del
contenido esencial de los derechos fundamentales, rechazando que la legalidad
pueda hacerse cargo de revisar este último aspecto. La legalidad no desaparece,
es un simple componente de la constitucionalidad.
La constitucionalidad aparece como un concepto general no fragmentario, lo
que implica que no puede haber una constitucionalidad para el derecho público
y otra para el privado, así como tampoco se puede concebir a la
constitucionalidad aplicable a cada uno de los principios generales propios de
cada rama. Es decir, puede haber legalidad específica y propia de cada materia
(cada rama tiene y construye su propio orden jurídico con sus propios
principios), pero no puede ocurrir lo mismo con la constitucionalidad, esta es
la misma para todas. Ello implica reconocer, por autonomía, que existen
jurisdicciones especializadas que conocen y resuelven asuntos puntuales sobre
materias jurídicas específicas, pero todas las medidas legislativas,
administrativas o jurisdiccionales, así como las conductas de los particulares,
deben estar acordes con la rectitud jurídica, en la medida en que se ajustan a la
Constitución, pues esta es el marco de la legalidad ya que se impone al
conjunto del orden jurídico en su totalidad.
Reconocer la constitucionalidad no quiere decir que la legalidad desaparece o
que la primera se sobrepone a esta última, sino que cada una desempeña un
papel diferente. La legalidad se ocupa de los conflictos propios y específicos de
cada ámbito del Derecho en donde se cuenta con autoridades y juzgadores
competentes para ello, sin perjuicio de que aquellos se vean vinculados a
aplicar y observar las normas constitucionales. La constitucionalidad vigila la
sujeción de las conductas públicas y, en algunos casos, privadas, a la Norma
Fundamental, la cual cuenta con juez propio para conocer y sancionar la
inobservancia a la Constitución sea porque se vulneran derechos
fundamentales, ora porque la conducta no se acopla a la supremacía formal y
material de ella.
La constitucionalidad no significa otorgar poder al juez constitucional para
reemplazar o invadir, ni mucho menos anular las reglas del Derecho Civil,
Penal, Administrativo u otras ramas jurídicas, por normas constitucionales;
simplemente quiere decir que, de manera progresiva, ella deviene un supuesto,
o bien una dimensión del orden jurídico aplicable al conjunto de sectores
cubiertos por este último, pues la constitucionalidad no se acompaña de la
eliminación de él; al contrario, lo fortalece.
El conflicto que puede suscitarse entre lo legal y lo constitucional se
relaciona, en primer lugar, con la materia sobre la que se pretende discutir ante
el juzgador. El juez constitucional no puede invadir ámbitos o esferas que son
de competencia del juez ordinario, es decir, no puede conceder acciones
constitucionales cuando el peticionario pretenda que la discusión de fondo, que
debe ventilarse ante juez competente mediante las vías ordinarias que
corresponden, se efectúe dentro de la justicia constitucional a pretexto de
argumentar violación a derechos, pues ello conduciría a sobreponer la justicia
constitucional a la ordinaria.
En segundo lugar, otro elemento que le permite al juez dirimir el aludido
conflicto entre los dos conceptos se refiere al análisis del contenido y alcance
del derecho invocado, que no puede confundirse con la fuente del mismo,
como señala Pablo PÉREZ TREMPS.183 Por ello, el juez debe actuar frente a
violaciones directas a derechos fruto de una omisión o de un acto cuando esa
afectación se interfiera con el contenido esencial de aquellos.
Para hacer el análisis de diferenciación entre escenarios de legalidad y
constitucionalidad respecto del derecho alegado, el juez no puede incurrir en
confusión entre la fuente del derecho que, presuntamente, ha sido vulnerado y
el contenido del mismo.
Los derechos subjetivos tienes tres fuentes: la Constitución, los instrumentos
internacionales y la propia naturaleza de la persona. La ley, en nuestra opinión,
no es fuente de derechos,184 ya que no los consagra, sino que solo los regula al
imponerles condiciones, exigirles requisitos, fijarles límites, desarrollarlos y
habilitar su ejercicio. Ello obedece a que la Constitución, como norma general,
en su parte dogmática no puede ni debe ocuparse de normar, específicamente,
todos los aspectos relacionados con los derechos, ya que solo los positiviza
mediante su reconocimiento o consagración, por lo que delega a la ley el
cumplimiento de aquella tarea, reconociendo para ello el aludido principio de
reserva legal, pero ese encargo no aprueba a la ley la consagración de derechos,
sino que le faculta a regularlos y desarrollarlos e, incluso, ampliarlos sin poder,
en consecuencia, restringirlos (arts. 132, Nº 1, 133, Nº 2 y 11, Nº 4 CE).
Considero, además, que algunos principios constitucionales de aplicación de
derechos cierran toda posibilidad de pensar que la ley los reconozca o
consagre, pues la propia Constitución no hace distinción al señalar que todos
los derechos son de igual jerarquía, señalamiento que anula la errada idea de
distanciar a los “derechos legales” de los constitucionales como argumento
suficiente para rechazar una acción constitucional, ya que todo derecho
proviene de una fuente –la Norma Fundamental o un instrumento
internacional, así como también devienen de la propia naturaleza de las
persona– y ninguno tiene primacía sobre otro (art. 11, Nº 6 CE). También la
Constitución hace delegación expresa a la ley para que solamente desarrolle el
contenido de un derecho, castigando con la inconstitucionalidad a cualquier
acción u omisión que los vulnere (art. 11, Nº 8 CE).
En cambio, un aspecto que debe ser tomado en cuenta por el juez
constitucional es el relacionado con el ámbito, contenido o alcance del derecho
que se alegue vulnerado, pues este constituye un verdadero límite entre el
terreno de la legalidad y la constitucionalidad. Sería inadecuado asegurar que
todo derecho puede ser objeto de una acción de protección. Para no incurrir en
esa equivocación el juez debe tener clara la diferencia entre el ámbito material o
accidental y el ámbito esencial o jurídicamente protegido del derecho, también
denominado núcleo duro.
El contenido de la mayor parte de derechos se encuadra en un determinado
ámbito de actividad (laborar, empresarial, familiar, político); sin embargo, no
todas las conductas que se desprenden de ese ámbito general de actividades
obtienen protección constitucional, sino solamente aquellas que forman parte
del contenido esencial de ese escenario. Todos los derechos tienen un
contenido concreto, lo que implica que también presentan límites internos,
barreras o contornos que configuran y delimitan el ámbito de la personalidad o
de la actuación humana que es protegida por cada derecho. Ese marco de
límites internos se denomina ámbito jurídicamente protegido del derecho y abarca
una protección absoluta; fuera de ese ámbito o esos límites, el derecho no goza
de protección constitucional. Su delimitación obedece, en todo caso, a la
interpretación sistemática de la Constitución y a la atención de la finalidad del
derecho mismo. El ámbito material de los derechos abarca toda acción u omisión
que pueda incluirse o relacionarse con el área genérica de actividad o que sea
expresión derivada del ámbito de la personalidad humana al que pertenece el
contenido del derecho, la cual no goza de protección constitucional.185
Es claro entonces que la acción de protección procederá siempre que el acto
o la omisión afecten al contenido esencial del derecho vulnerado, lo que no
implica que el juez entre a analizar la fuente de donde este proviene. De hecho,
la Corte de 2019 ha confirmado el hecho de que el conflicto será siempre de
relevancia constitucional cuando de los hechos relatados el juez encuentre
efectiva vulneración a derechos fundamentales, con independencia de la materia
sobre la que verse el conflicto sometido a su conocimiento:
29. (…) la cuestión consistente en dilucidar si el asunto puesto en conocimiento de los jueces
constitucionales es efectivamente una vulneración de derechos o no, no está relacionada con la
competencia en razón de la materia. Ello porque cuando el legitimado activo alega la vulneración
de sus derechos, el juez competente para resolver si tal vulneración existió o no siempre será el juez
constitucional. Esto no quiere decir necesariamente que dichas vulneraciones efectivamente existan
en todos los casos puestos en su conocimiento, pues ese es precisamente el objeto del
pronunciamiento en sentencia de acción de protección.
47. (…) Solo se ve afectada la esfera de protección constitucional de este derecho cuando los
jueces y juezas ignoran su calidad de juzgadores constitucionales y resuelven una acción de
protección sin analizar la posible vulneración de derechos constitucionales, desnaturalizando su
objeto y usándola para resolver cuestiones de otra naturaleza que tienen sus propios mecanismos
judiciales adecuados.186
En todo caso, desde 2019, la regla fijada por la Corte Constitucional es que
las personas jurídicas de derecho público están legitimadas para proponer la
acción de protección, pero se deberá atender al derecho cuya vulneración se
invoca como afectado. De este modo, si el derecho vulnerado es de aquellos
que tiene como titular exclusivo a la persona humana, la acción de protección
se torna improcedente, pero no por falta de legitimación activa, sino, en
realidad, porque el peticionario no es titular del derecho aludido, salvo, ha
dicho la Magistratura, que se trate de una acción de protección donde se
pretenda la defensa de derechos de personas, comunidades, pueblos y
nacionalidades, lo que pone en evidencia una seria confusión en que incurre la
Corte sobre las reglas de legitimación en la causa y en el proceso. Tampoco es
adecuado afirmar, como hace la Corte de 2019, que no existen derechos fuera
de los de dimensión procesal que no puedan tener como titular al Estado,
como por ejemplo ocurre con el derecho de dominio:
El artículo 86 numeral 1 de la Constitución y el artículo 9 de la LOGJCC, establecen la regla
general de que las garantías jurisdiccionales pueden ser presentadas por cualquier persona, de
forma individual o colectiva, así como por comunidades, pueblos o nacionalidades, lo cual alcanza
a la acción de protección. Esta legitimación activa amplia ha sido entendida, en la práctica, en el
sentido de incluir a las funciones del Estado, sus órganos o personas jurídicas de derecho público
quienes, como ha sucedido en el presente caso, han presentado demandas de acción de
protección, cuestión que no ha sido objeto de análisis por parte de esta Corte respecto de esta
garantía específica.
40. La Corte Constitucional considera que la presentación de acciones de protección por parte de
representantes de las distintas funciones del Estado, sus órganos o personas jurídicas públicas no
es per se incompatible con la acción de protección. Al analizar la procedencia de una acción de
protección presentada por representantes de organismos estatales o personas jurídicas de derecho
público, lo fundamental es determinar si la demanda cumple o no con el objeto constitucional
previsto para tal garantía jurisdiccional; es decir, la protección y tutela de derechos.
La Corte Constitucional reconoce que, dado el objeto constitucional de la acción de protección,
así como su legitimación activa amplia, podrían existir casos en que las instituciones públicas
presenten acciones de protección con el objetivo de tutelar derechos de personas, comunidades,
pueblos y nacionalidades, e incluso de la naturaleza. No obstante, fuera de las excepciones
señaladas supra, el Estado y sus órganos no son titulares de derechos, sino que, por el contrario, el
Estado a través de sus órganos es el principal obligado a proteger y garantizar tales derechos. De
ahí que, al considerar la procedencia de las acciones de protección presentadas por los diversos
órganos y entidades del Estado, los jueces constitucionales deben analizar con especial atención si
la acción planteada cumple o no con el objeto previsto por la Constitución. Las acciones de
protección presentadas por instituciones públicas con la pretensión de tutelar como propios
derechos constitucionales inherentes a la dignidad humana son improcedentes.214
Para el caso de las juntas receptoras del voto, las juntas intermedias de
escrutinio y las juntas provinciales, regionales y distritales al ser su actividad
netamente electoral y al no ser estas autoridades públicas, los actos u omisiones
emanados de aquellos no son susceptibles de impugnación mediante acción de
protección (arts. 35 a 57 LOEOPE).243
3.1.2. Las entidades del régimen autónomo descentralizado
El Ecuador es un Estado que se rige por el sistema de descentralización (art.
1 CE) y constituyen gobiernos autónomos de ese sistema las juntas
parroquiales rurales, los concejos municipales, los concejos metropolitanos, los
consejos provinciales y los consejos regionales, siendo que estos últimos no se
han conformado (art. 238 CE). Por tanto, en caso que estos incurran en
omisión o dicten actos violatorios de derechos, procede la acción de protección
en su contra, así como también procede frente a las políticas públicas que
adopten, como se verá.
3.1.3. Las entidades creadas por la Constitución y la ley
Se hace presente que estos organismos son creados para el ejercicio de la
potestad estatal, prestación de servicios públicos o desarrollo de actividades
económicas asumidas por el Estado. Este es el caso, por ejemplo, del Servicio
de Rentas Internas (art. 1 LCSRI), Consejo de Regulación y Desarrollo de la
Información y Comunicación (art. 47 LOC), Consejo de Educación Superior
(art. 166 LOES), CEAACES (art. 171 LOES), SENESCYT (art. 182 LOES),
Agencia Nacional de Regulación y Control del Transporte Terrestre, Tránsito y
Seguridad Vial (art. 16 LOTTTSV), Agencia de Regulación y Control
Hidrocarburífero (art. 11 LH), Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (art.
370 CE), Banco Central (art. 303 CE), entre otras entidades que ejercen
potestades estatales y que, eventualmente, podrían incurrir en omisión
violatoria de derechos o en la emisión de actos de similar contenido, abriendo
paso a la acción de protección en su contra.
También existen instituciones que se crean por mandato constitucional o
legal y que son definidas como “autónomas”, es decir, que no forman parte de
las funciones de poder, cuyos actos u omisiones pueden ser materia de una
acción de protección, con las consideraciones que se harán en lo posterior. Ello
ocurre, por ejemplo, con el caso de la Procuraduría General del Estado (arts.
235 CE y 1 LOPGE), Corte Constitucional (arts. 429 CE y 170 LOGJCC),
Defensoría Pública y Fiscalía General del Estado. Estos dos últimos, si bien
son entes autónomos de la Función Judicial, están regulados dentro del Código
Orgánico de la Función Judicial (art. 178 CE).
Dentro de este análisis, merece especial atención lo ocurre con la Corte
Constitucional, pues si bien constituye autoridad pública, no es menos cierto
que ejerce jurisdicción, lo que impide que sus actos u omisiones de carácter
jurisdiccional que, eventualmente, pudieren inobservar derechos, sean
impugnadas mediante acción de protección (arts. 167, 168 y 429 CE), como
ocurre con cualquier órgano jurisdiccional, como se revisó.
Sobre los demás actos administrativos u omisiones en que incurra la Corte
Constitucional, se podría estimar improcedente la proposición de acciones de
protección para impugnarlos porque podría ocurrir el evento que la sentencia
sea remitida a dicha Magistratura para la correspondiente selección y revisión
(art. 86, Nº 5 CE), lo cual la convertiría en juez y parte de sus propios actos u
omisiones. También podría suceder que, contra la sentencia definitiva dictada
dentro de la acción de protección, se proponga una acción extraordinaria de
protección (arts. 94 y 437 CE), teniendo la Magistratura la obligación de
resolver el caso, lo que generaría similar predicamento.
En todo caso, se deberá siempre considerar que la Corte Constitucional,
como cualquier órgano público, puede tomar decisiones o incurrir en
omisiones administrativas violatorias de derechos, por lo que no debe ser
excluida de la acción de protección por los hechos antes comentados, a lo que
se debe agregar que no siempre serán los jueces los que tomen las decisiones o
incurran en omisiones, sino también las autoridades administrativas de la
institución, y que, en caso que un juez haya participado de la toma de la
decisión o haya intervenido para incurrir en la omisión, existirá la posibilidad
de su excusa frente a un eventual caso de selección y revisión o a una acción
extraordinaria de protección, pudiendo, en todo caso, ser recusado si no se
excusa (arts. 175 LOGJCC, 16, 17 y 18 RSPCCC).
3.1.4. Las personas jurídicas creadas por acto normativo seccional
Cabe recalcar que los actos normativos de entidades del régimen seccional se
traducen en ordenanzas, las cuales son inferiores a la ley, por lo que la
Constitución hace referencia a la potestad de estos entes de emitir este tipo
normas que permitan crear personas jurídicas que presten servicios públicos.
En este caso, las denominadas empresas públicas creadas por acto normativo
seccional son un claro ejemplo de la referencia constitucional a la que se alude
(art. 4, Nº 2 LOEP), las cuales pueden comparecer al proceso en calidad de
legitimados pasivos cuando sus omisiones o sus actos vulneren o afecten
derechos.
3.1.5. Los casos de duda
En Ecuador, todo conflicto colectivo de trabajo es conocido y resuelto por
un tribunal de conciliación y arbitraje, el que no pertenece a la Función
Judicial, así como tampoco sus integrantes son nominados por el Consejo de la
Judicatura.
Si bien la Constitución de 2008 no señala la forma de integración de dichos
colegiados,244 sí lo hace el Código del Trabajo al ser norma preconstitucional,
señalando que forman parte de los tribunales dos vocales de los trabajadores,
dos de los empleadores y la autoridad del trabajo, es decir, un inspector,
mientras que en los tribunales superiores, manteniendo el mismo esquema de
representación de empleadores y trabajadores, solamente varía el representante
administrativo que, en este caso, es el Director Regional del Trabajo (arts. 474 y
487 CT).
No cabe duda que estos tribunales pueden incurrir en actos u omisiones
violatorios de derechos, mas, se debe considerar que son entes que ejercen
jurisdicción, cuyas decisiones, al ser resoluciones con fuerza de sentencia, son
susceptibles de impugnación mediante la acción extraordinaria de protección,
conforme lo ha indicado la Corte Constitucional.245
En todo caso, no solo que la improcedencia de impugnar, a través de acción
de protección, actos u omisiones de un tribunal de esta naturaleza se evidencia
por la particular jurisdicción que ejercen, sino porque también aquellos no
constituyen autoridad pública si se tiene presente su forma de integración.
Lo propio ocurre con las autoridades que administran justicia indígena, pues
sus actos u omisiones violatorios a derechos son susceptibles de acción
extraordinaria de protección (arts. 171 CE y 65 y ss. LOGJCC).
3.2. Personas naturales y personas jurídicas privadas
Para el caso de la procedencia de una acción de protección frente a personas
naturales o jurídicas del sector privado, el ordenamiento jurídico resulta ser
limitante. No toda persona natural o jurídica podrá comparecer como
legitimada pasiva en este proceso constitucional, pues tanto la Constitución
como la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional
señalan que la acción procede contra personas que prestan servicios públicos
impropios o de interés público, si actúan por delegación o concesión prestando
servicios públicos, aunque la Constitución se refiere a la generalidad de
concesiones y no solamente a las de servicios públicos, es decir, incluye a las de
obra pública y de demanio o uso, lo que de manera lamentable no se toma en
cuenta en la ley de la materia, como se verá. También la acción de protección
cabe contra los particulares que provocan daño grave, o cuando el afectado se
encuentre en relación de subordinación, discriminación o indefensión respecto
de un particular (arts. 88 CE y 41, Nº 3, 4 y 5 LOGJCC).
Al respecto, téngase presente que la Corte Constitucional ha señalado que,
de modo general, no caben acciones de protección propuestas por instituciones
del Estado en contra de particulares:
Con base en las consideraciones señaladas, esta Corte Constitucional concluye que no proceden las
acciones de protección planteadas por instituciones públicas que, desnaturalizando esta garantía
jurisdiccional, invoquen la supuesta vulneración a derechos cuya titularidad corresponde
únicamente a las personas naturales o la naturaleza; así como tampoco proceden las acciones de
protección planteadas por instituciones jurídicas públicas en contra de particulares por la supuesta
vulneración de sus derechos.246
Por otro lado, no queda claro lo que quiso expresar el legislador con la
inclusión del interés público. No se comprende si se pretende distinguir entre
servicio público impropio y actividad de interés público o si, en todo caso, el
legislador emplea los términos como sinónimos.
Por nuestra parte, hago presente que el interés público es el fundamento de
los servicios públicos, sean ellos propios o impropios. No existe servicio
público sin satisfacción de necesidades o intereses públicos. El interés público
es el resultado de un conjunto de intereses individuales compartidos y
coincidentes de un grupo mayoritario de individuos que se asigna a toda la
comunidad como consecuencia de esa mayoría y que encuentra su origen en el
querer axiológico de esos individuos, apareciendo con un contenido concreto y
determinable, actual, eventual o potencial, personal y directo respecto de ellos,
prevaleciendo sobre los intereses individuales que se le opongan o le afecten.266
De este modo, sería impensable la existencia de servicios públicos destinados a
la cobertura de intereses minoritarios o grupales, mucho menos de aquellos
puramente individuales. Así, tanto el servicio de agua como el de transporte
público satisfacen necesidades e intereses públicos y colectivos, siendo el
primero propio y el segundo impropio.
Por tanto, considero, al igual que cierta parte de la doctrina,267 que la idea de
servicio público impropio debe ser tenida como sinónima de la noción de
actividad privada o individual de interés público, por lo que cuando la Ley
Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional hace
referencia al particular prestador de servicios públicos impropios o de interés
público, siempre se deberá tener en cuenta que asocia o identifica a los dos
conceptos.
En todo caso, quienes presten servicios públicos impropios o de interés
público, sea como personas naturales o jurídicas privadas que por acción u
omisión vulneren derechos, pueden comparecer en calidad de legitimados
pasivos dentro de un proceso de acción de protección, siempre que la
vulneración del derecho que se alegue provenga del servicio prestado por el
particular accionado (art. 88 CE y 41, Nº 4, letra a LOGJCC), como son los
casos de los servicios públicos impropios de salud, educación y transporte
público, que se prestan por particulares, mediando, en todo caso, la figura de la
autorización.
3.2.2. Los demás concesionarios268
Si bien la Constitución hace referencia al concesionario, no es menos cierto
que el legislador reduce el instituto solo al caso de la prestación de servicios
públicos propios (arts. 88 CE y 41 LOGJCC).
Además de la concesión de servicios públicos, existen las concesiones de uso
o demaniales y las relativas a la ejecución de obra pública.
Las clásicas demaniales son las mineras y las de hidrocarburos, aunque
también lo son las que entregan al particular la administración de cualquier
bien de dominio público.
Las de obra pública son aquellas destinadas a construir bienes que, luego,
serán fiscales o demaniales, como carreteras, puentes, parques y, en general,
edificios predestinados a la administración y función pública, como hospitales,
escuelas públicas, entre otros.
También se presentan casos de concesiones interconectadas, como son las de
obra pública y uso, como, por ejemplo, al otorgarse la construcción de una
carretera y, además, su administración (mantenimiento de vía). Otras pueden
ser de uso y servicio público, como ocurriría con las de telecomunicaciones, en
las que se concesiona el bien público (espectro radioeléctrico) y la prestación
del servicio público de telecomunicaciones. También las hay de triple
interconexión, es decir, las de uso, servicio y obra pública, como se podría dar
al concesionarse un ferrocarril: habrá que construir las vías, administrar el bien
y prestar el servicio público de transporte.
En estos casos, los concesionarios de obra pública y de uso también están
legitimados en pasiva por disposición constitucional expresa (art. 88 CE), pese
a la omisión que en su señalamiento se incurrió en la Ley Orgánica de
Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, debiéndose aplicar de
forma directa la norma constitucional en esta materia (arts. 11, Nº 3 y 426 CE).
3.2.3. Cuando provoca daño grave
Para la procedencia de la acción de protección frente a la omisión o el acto
de una persona natural o jurídica privada, la ley de la materia prevé otro caso
específico: que provoque daño grave, a diferencia de lo que ocurría con el
sistema anterior en el cual, para la procedencia de una acción de amparo
constitucional, se requería no solo la existencia del daño grave, sino la
inminencia del mismo (art. 95 CPE).
En materia de acción de protección, tanto la Constitución como la Ley
Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional eliminaron el
requisito de la “inminencia del daño”, que se refiere a un hecho o riesgo futuro
que amenaza con suceder prontamente, considerando que la acción de
protección no es, como lo fue la acción de amparo, un proceso cautelar, sino de
conocimiento.
Incluso para cesar o prevenir la amenaza de violación de algún derecho, el
afectado puede solicitar medidas cautelares (arts. 87 CE, 6, inc. 2 º y 26, inc. 1º
LOGJCC). En similares términos se ha expresado la Corte Constitucional,
aunque ha señalado que, ante inminencia de daño, solamente caben medidas
cautelares autónomas, pues si el hecho se ha consumado y el daño se ha
provocado, lo que cabe es proponer la garantía con petición de medida cautelar
conjunta, lo que no comparto:
Las medidas cautelares pueden ser activadas cuando ocurren tanto amenazas como vulneraciones
o violaciones de los derechos constitucionales, sin embargo, los efectos en uno u otro caso son
distintos. En el primer supuesto, es decir en caso que concurran las amenazas, el objeto es prevenir
una posible vulneración de los derechos, evitando que sucedan los hechos que se consideran
atentatorios a derechos; en tanto que, en el segundo supuesto, es decir en el caso de vulneraciones
o violaciones a derechos constitucionales, el objeto es cesar dicha transgresión.
En este sentido, de los preceptos constitucionales del artículo 87 de la Constitución de la
República, así como del artículo 26 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control
Constitucional, se reitera que el objeto de las medidas cautelares es evitar o cesar la amenaza o
violación de los derechos constitucionales.
El artículo 6 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, al definir la
finalidad de las medidas cautelares, establece “Las medidas cautelares tienen como finalidad
prevenir, impedir o interrumpir la violación de un derecho...”. En efecto, entre el daño temido y
un daño efectivo, se presenta la amenaza de que el daño se consume. Así, la demora alimenta el
riesgo de la consumación del daño, por lo que el constituyente ha previsto la posibilidad de
presentar solicitudes de medidas cautelares autónomas.
Para el caso de la violación de los derechos, la situación es clara desde el momento en el que el
ejercicio pleno de un derecho constitucional o un derecho humano es impracticable, o cuando el
bien jurídico es lesionado, es decir, la persona ha sido ya víctima de una intervención vulneratoria;
la acción de medidas cautelares debe ser solicitada conjuntamente con la garantía jurisdiccional
correspondiente.
El presupuesto de la amenaza, tal como se encuentra prevista en nuestra Constitución en el artículo
87, se refiere a cuando un bien jurídico que, sin ser necesariamente afectado o lesionado, se
encuentra en tránsito de sufrir un daño grave y la persona está sujeta a la inmediata probabilidad
de que la vulneración suceda. Ello se relaciona también de manera directa con la inminencia del
daño y justifica una urgente necesidad de actuación por parte de las juezas y jueces constitucionales
que conocen estas medidas, de lo contrario, el daño se consumaría, convirtiendo en inefectiva la
medida solicitada. En este caso, lo que procede es la presentación de una solicitud de medidas
cautelares autónomas y su concesión, en caso de que ello fuere pertinente.269
Considerando que el contenido del citado artículo guarda relación con presupuestos de
procedibilidad (análisis de fondo del asunto controvertido), es preciso que se deje en claro que la
verificación de dichos requisitos, por parte de las juezas y jueces constitucionales del país, procederá
mediante sentencia racionalmente fundamentada, no de manera sucinta y tampoco mediante auto.
En efecto, los numerales “1. Violación de un derecho constitucional y 2. Acción u omisión de
autoridad pública o de un particular de conformidad con el artículo siguiente”, atañen a la
naturaleza misma de la acción de protección, existiendo una identidad en el razonamiento
desarrollado por esta Corte con respecto del análisis del numeral 1 del artículo 42 de la Ley
Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, efectuado en párrafos anteriores.
Es decir, el juzgador solo podrá asumir un criterio sobre la existencia o no de la vulneración de
derechos constitucionales, por parte de una autoridad pública y violaciones por parte de
particulares, únicamente luego de indagar mediante un procedimiento sencillo, rápido y eficaz.
Finalmente, con relación a la “Inexistencia de otro mecanismo de defensa judicial adecuado y
eficaz para proteger el derecho violado”, al igual que “Cuando el acto administrativo pueda ser
impugnado en la vía judicial, salvo que se demuestre que la vía no fuere adecuada ni eficaz”,
previsto en el numeral 4 del artículo 42, esta Corte Constitucional, bajo las mismas
consideraciones, interpreta condicionalmente que pueden ser invocadas por el juez constitucional
únicamente luego del mínimo recaudo probatorio, que le permite el acceso a la sustanciación de la
garantía jurisdiccional de los derechos, es decir, deberá hacerlo vía sentencia racionalmente
fundamentada.275
Dentro del mismo fallo en que la Corte Constitucional resolvía una acción
extraordinaria de protección, decidió, sin tener competencia para interpretar la
ley y sin mediar acción de inconstitucionalidad de acto normativo, en aplicación
del artículo 436, números 1 y 3 de la Constitución, interpretar
condicionadamente y con efectos erga omnes el artículo 40 de la Ley Orgánica de
Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional en el siguiente sentido:
Los requisitos establecidos en el artículo 40 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y
Control Constitucional constituyen cuestiones que implican un análisis de fondo del asunto
controvertido en la acción de protección, por lo tanto, podrán ser invocados por el juzgador
únicamente a través de sentencia motivada, en los términos exigidos por la Constitución y la Ley
Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional.276
En todo caso, deben distinguirse dos cuestiones: una cosa es que se indique
que el accionante deba fundamentar su petición en todos los casos, a pesar de
los imprecisos señalamientos que la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales
y Control Constitucional efectúa en esta materia (art. 10, Nº 3 LOGJCC),
ocurriendo que otra, muy diferente, es la relativa a la demostración o la prueba
de lo alegado en la demanda. Por ello, el hecho que exista la regla general de
inversión de carga probatoria en caso que el accionado sea la autoridad pública
no judicial (art. 86, Nº 3 CE), ora en el evento que sea un particular el
demandado, no debe ser tenido por el accionante como una falta de necesidad
de fundamentar su demanda, pues una adecuada y sustentada petición siempre
ayudará a un mejor resolver, independientemente de a quien corresponda
probar los hechos.
Por otro lado, se debe tomar en cuenta que la Constitución, en principio,
incurriría en la aplicación del positivismo estricto al señalar que los derechos
tutelables mediante acción de protección son, únicamente, los consagrados en
su texto, sin tomar en cuenta a los derechos previstos en los instrumentos
internacionales de derechos humanos (art. 88 CE).280 No obstante, se debe
tener presente que el principio de aplicación directa e inmediata se prevé
también para el caso de los instrumentos internacionales de derechos humanos
y que, en observación irrestricta del mismo, el legislador incluyó a los derechos
humanos dentro del ámbito de la acción de protección (arts. 11, Nº 3 CE, 6 y
39 LOGJCC).
A lo anotado se suma el reconocimiento que hace el constituyente de los
principios de cláusula abierta y de progresividad en materia de derechos y
garantías. Ello, indiscutiblemente, incorpora un criterio más amplio respecto
del ámbito de protección de esta acción constitucional, pues el reconocimiento
de derechos fundamentales y humanos no excluye a los demás derechos
derivados de la dignidad de las personas, los cuales se desarrollan mediante
normas, jurisprudencia y políticas públicas (art. 11, Nº 7 y 8 CE),281 con lo que
la crítica a una tendencia positivista por parte del constituyente queda
desvanecida.
2.1. Derechos fundamentales o constitucionales
Bien suele señalar la doctrina que las Constituciones, en general, constan
formadas de dos partes: la primera, una parte dogmática, la cual constituye el
cúmulo de artículos en donde el constituyente incorpora el catálogo de
derechos fundamentales y consagra los instrumentos procesales para su
protección, es decir, las garantías; la segunda refiere a una parte orgánica, pues
regula la organización del Estado y la asignación de competencias para los
órganos del poder público.282
Lo que ya no consta en el actual régimen de derechos fundamentales es la
clasificación que se hacía en la Constitución de 1998 respecto a los derechos
civiles (arts. 23, 24 y 25 CPE) y políticos (arts. 26, 27, 28 y 29 CPE),
económicos, sociales y culturales (arts. 30-82 CPE), colectivos (arts. 83, 84 y 85
CPE) y difusos (arts. 86-92 CPE), todos objeto de cautela mediante acción de
amparo. Actualmente, el constituyente decidió eliminar la clásica diferenciación
entre derechos de primera, segunda, tercera y cuarta generación, y prefirió
establecer una nueva clasificación en derechos del buen vivir (agua y
alimentación, ambiente sano, comunicación e información, cultura y ciencia,
educación, hábitat y vivienda, salud, trabajo y seguridad social), derechos de las
personas y grupos de atención prioritaria y grupos de atención prioritaria
(adultos mayores, jóvenes, movilidad humana, mujeres embarazadas, niños y
adolescentes, discapacitados, enfermos catastróficos, privados de la libertad,
usuarios y consumidores), derechos de las comunidades, pueblos y
nacionalidades, derechos de participación, derechos de libertad, derechos de la
naturaleza y derechos de protección. Todos estos derechos, que son de igual
jerarquía, son objeto de tutela mediante acción de protección (arts. 88 y 11, Nº
6 CE), salvo aquellos que puedan protegerse por otra acción de defensa
constitucional, (art. 39 LOGJCC).
La Constitución no hace distinción alguna respecto de los derechos
fundamentales que son objeto de acción de protección, sino que, más bien,
hace referencia, en términos generales, a derechos constitucionales que por
acción u omisión resulten lesionados (art. 88 CE), criterio ratificado por la
Corte Constitucional:
En efecto, la acción de protección es la garantía idónea y eficaz que procede cuando el juez
efectivamente verifica una real vulneración a derechos constitucionales, con lo cual, no existe otra
vía para la tutela de estos derechos que no sean las garantías jurisdiccionales.283
Por otro lado, se encuentran los actos expedidos dentro del ejercicio de
potestades que propenden a la protección y defensa de los bienes
demaniales. Generalmente, la protección del dominio público se ve no solo
como un derecho, sino también como una obligación, por lo que intenta
reprimir la actitud ilegítima del administrado en procura de satisfacer intereses
públicos. La protección del demanio, como lo señala la doctrina, es amplia y
abarca no solo el cuidado y resguardo de la estructura física de cualquier bien
público, sino también de su status jurídico.350
En tal virtud, al derivar del privilegio de autotutela, los actos emitidos en
ejercicio del amparo del dominio público son, esencialmente, administrativos y
carecen de carácter jurisdiccional, asunto que habilita su impugnación mediante
acción de protección para el caso que se emitan con abierta violación a
derechos. Incluso la Corte Constitucional negó una acción extraordinaria de
protección en que se impugnó un acto de esta naturaleza, indicando que la
negativa de renovar una concesión no era una decisión judicial:
Esta Corte debe precisar que pese a la inicial admisión de la demanda, la comprobación de que
concurren los requisitos procesales puede abordarse o reconsiderarse en la Sentencia de oficio o a
instancia de parte, a fin de garantizar el cumplimiento de los mandatos constitucionales y actuar de
conformidad con los presupuestos procedimentales, así como garantizar seguridad jurídica a todas
las personas usuarias del sistema de justicia constitucional, de manera que si se admitió a trámite
una demanda, la comprobación de la falta de los presupuestos de procedibilidad puede dar lugar a
un pronunciamiento de inadmisión, como en efecto decidirá esta Corte por encontrar que la
resolución emitida por el Ministro de Transporte y Obras Públicas, impugnado en esta acción, no
constituye auto o sentencia definitiva emitidas en un procedimiento judicial.351
b) Actos generales
Si se pretende impugnar un acto normativo o, incluso, administrativo de
carácter general, el peticionario cuenta con la posibilidad de proponer la acción
de inconstitucionalidad, ante la Corte Constitucional (art. 436, Nº 2 y Nº 4
CE). De igual manera, si lo que se busca es atacar el acto general por su
ilegalidad, la vía adecuada para aquello será la jurisdicción contencioso
administrativa (arts. 300 y 326, Nº 2 COGP). Así lo ha determinado la
Magistratura:
Es el caso del control abstracto de constitucionalidad y la acción de protección. En el primer caso,
es claro que cuando un acto administrativo con efectos generales, o un acto normativo con efectos
generales contravengan preceptos constitucionales y la pretensión sea la expulsión de dicho acto
del ordenamiento jurídico o su ineficacia, la vía adecuada será el control abstracto de
constitucionalidad, competencia exclusiva y excluyente de la Corte Constitucional, de conformidad
con los numerales 2, 3 y 4 del artículo 436 de la Constitución de la República. En el segundo caso,
cuando un acto o u omisión de cualquier autoridad no judicial, política pública, acción u omisión
proveniente de un particular, bajo los parámetros previstos en el artículo 88 de la Constitución de
la República, VULNEREN DERECHOS CONSTITUCIONALES, y la pretensión sea la
declaración de dichas vulneraciones junto con la reparación integral, será la acción de protección el
mecanismo constitucional adecuado para la protección y reparación de esos derechos
vulnerados.375
En todo caso, valga indicar que con la entrada en vigencia del Código
Orgánico General de Procesos se otorgó expresa competencia a la justicia
contencioso administrativa para conocer y resolver demandas de ejecución de
silencio administrativo positivo (arts. 370A COGP y Disp. Ref. 1ª COA).
Además, en ese mismo cuerpo normativo ya se indica el tipo de procedimiento
que se debe seguir para lograr la ejecución de lo obtenido por efecto del
silencio administrativo positivo, siendo el adecuado el ejecutivo.
b) Criterios de diferenciación entre omisión violatoria de derechos y
silencio administrativo
Se revisó, brevemente, lo concerniente al instituto del silencio administrativo
en el Derecho ecuatoriano. Sin embargo, su tratamiento no solo reviste
complejidad dentro del Derecho Administrativo en Ecuador, sino que, además,
presenta riesgo de su confusión con respecto a la acción de protección por
omisión.
Así las cosas, es menester tener en cuenta algunas consideraciones que
ayuden a distinguir al instituto en comento a fin de diferenciar las vías de
impugnación ordinarias (para ejecutar lo ganado por efecto del silencio
administrativo) y las vías constitucionales (para impugnar una omisión
violatoria de derechos).
Bien fue anotado que la omisión, para que importe al estudio del Derecho
Constitucional y Procesal Constitucional, debe vulnerar derechos
fundamentales, pues de lo contrario, cabría dentro del orden de la ilegalidad,
situación ajena a la justicia constitucional, aspecto aseverado por la
Magistratura, que ha manifestado lo que sigue:
Sin embargo, como lo ha señalado la Corte Constitucional de Colombia en la Sentencia número
T-808/7 “(…) la procedencia de la tutela contra sentencias no habilita al juez constitucional para
pronunciarse sobre todos los extremos de la litis. Su competencia se limita, exclusivamente, a
estudiar la posible violación de los derechos fundamentales a raíz de la decisión impugnada y sólo
cuando ya no existe otro recurso judicial ordinario para estudiar esta cuestión. Justamente por esta
razón para evitar una ilegítima usurpación de competencia, el juez tiene la carga de demostrar, de
manera clara y suficiente, que el asunto sobre el cual se pronuncia se refiere, no a una cuestión de
aquellas que le competen a un juez ordinario como la simple interpretación del derecho legislado o
la valoración de la prueba, sino a una cuestión de estricta relevancia constitucional (…)429
Finalmente, la Magistratura se decantó por distinguir, uno por uno, los casos
que son de procedencia y de admisión en esta materia:
Esta Corte, con miras a la protección de la efectividad de la acción de protección y la eficacia de la
justicia constitucional, desarrollará esta tercera posibilidad en la interpretación, para lo cual se
analizará el razonamiento judicial que se debe realizar en cada numeral. En efecto, el artículo 42
establece algunas causales que deben ser analizadas a partir de los derechos constitucionales de
tutela judicial efectiva, la naturaleza tutelar de las garantías jurisdiccionales de los derechos y las
características de sencillez, inmediación y eficacia del procedimiento de las garantías jurisdiccionales
de los derechos.437
4. LA DECLARACIÓN DE UN DERECHO
Téngase presente que la acción de protección es, por naturaleza, un proceso
de conocimiento, no declarativo, a pesar de los ambiguos pronunciamientos de
la Corte Constitucional. Por ello, el legislador ha previsto como causal de
improcedencia el hecho de proponer la garantía con finalidad declarativa, esto
es, que el juez establezca la existencia de un derecho o determine que el
accionante es su titular, impidiéndole, en consecuencia, conceder la acción,
pues aquella tiene como finalidad el amparo directo de derechos y no la
declaración de los mismos.
Ahora bien, cierto sector de la doctrina en Ecuador comete una
equivocación al confundir la naturaleza declarativa de un proceso con el
establecimiento, reconocimiento o consagración de derechos en un
instrumento jurídico positivo. Así, por ejemplo, Juan MONTAÑA PINTO444 y
Pablo ALARCÓN PEÑA,445 respecto de la causa de improcedencia que se analiza,
señalan que aquella resulta obvia, por cuanto los derechos objeto de amparo de
la acción de protección ya han sido previamente declarados y establecidos en la
norma constitucional, en los instrumentos internacionales de derechos
humanos e, incluso, aquellos que derivan de la naturaleza de la persona que,
aunque no consten escritos, son objeto de protección en virtud de los
principios de cláusula abierta y progresividad de derechos, por lo cual no
corresponde determinar o declarar la existencia de un derecho mediante
sentencia, sino solo su salvaguarda, en caso de ser necesario. Por tanto, para
estos autores, la improcedencia de la acción de protección con un fin
declarativo se relaciona con la consagración previa de un derecho en una
norma, señalamiento que dista doctrinariamente de lo que se definió como
proceso declarativo, pues una cosa es que una norma consagre en su contenido
un derecho y, otra, muy distinta, que un proceso declare una situación jurídica a
favor de una de las partes procesales.
En todo caso, la tarea del juez constitucional consiste en evidenciar la
violación de derechos y ordenar, en sentencia, su reparación, situación que
difiere de la posibilidad de que se declare una situación jurídica, en este caso,
un derecho, mediante una garantía cuya función es, más bien, protegerlo (art.
17, Nº 4 LOGJCC).
A pesar de aquello, la Corte Constitucional tampoco ha estado libre de
confusiones en esta materia, pues no ha logrado distinguir entre la naturaleza
declarativa de un proceso, la consagración positiva del mismo y la declaración
de su violación hecha en sentencia por parte del juez:
5. Cuando la pretensión del accionante sea la declaración de un derecho. Esta es otra de las
causales que denotan claramente la naturaleza tutelar de la acción de protección y su distinción con
las acciones de la justicia ordinaria, pues como esta Corte también ha sostenido, bajo la
concepción del Estado constitucional de derechos y justicia los derechos constitucionales no son
declarados, sino tutelados, dado que estos preexisten, lo único que se declara en las acciones de
garantías jurisdiccionales de los derechos son las vulneraciones que ocurren a los derechos
constitucionales. Cosa distinta sucede en la justicia ordinaria, toda vez que, mediante el ejercicio de
sus competencias, lo que se pretende es la declaración del derecho y su correspondiente
exigibilidad. Ahora bien, para determinar esta circunstancia, el juzgador también ha de requerir de
la sustanciación del proceso (pruebas, alegatos), razón por la cual también esta se constituye en una
causal de improcedencia.446
5. PROVIDENCIAS JUDICIALES
La Constitución excluye del ámbito de la acción de protección a los actos de
autoridad judicial, mientras que la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y
Control Constitucional impide de forma expresa que se proponga tal garantía
para impugnar providencias judiciales (arts. 88 CE, 39, 40 y 42, Nº 6
LOGJCC).
El Código Orgánico General de Procesos se refiere a sentencias, autos
interlocutorios y autos de sustanciación (art. 88 COGP), por lo que, en este
evento, el legislador niega toda posibilidad de impugnar este tipo de actos
mediante una acción de protección, asunto que con la vigencia del amparo
generó algún debate sobre la posibilidad de impugnar a través de esa garantía
autos y decretos, pues tanto la Constitución de 1998 (art. 95) como el
Reglamento de Trámite de Expedientes del Tribunal Constitucional (art. 50,
Nº 2) hacían referencia solamente a decisiones judiciales adoptadas dentro de
un proceso, es decir, a las sentencias, duda que fue despejada por el mismo
Tribunal Constitucional al negar una acción de amparo contra una medida
cautelar.448
Con la Constitución de 2008, la garantía adecuada para impugnar decisiones
judiciales como son las sentencias y los autos definitivos, estos son, aquellos
que ponen fin al proceso, así como las resoluciones con fuerza de sentencia, es
la acción extraordinaria de protección,449 por lo que la acción de protección no
puede fungir, como he mencionado, de alternativa de reemplazo de otras vías
de impugnación (arts. 94, 437 CE y 58 LOGJCC). La acción extraordinaria de
protección permite al afectado solicitar a la Corte Constitucional la declaración
de violación de derechos ocurrida no solo por efecto de la emisión de la
decisión judicial impugnada (art. 61, Nº 5 LOGJCC), sino también aquellas
afectaciones al debido proceso que hayan ocurrido durante la tramitación de la
causa, siempre que esas anomalías se hayan señalado en debida forma dentro
del mismo proceso (art. 61, Nº 6 LOGJCC), por lo que las violaciones a
derechos provocadas por decretos o autos no definitivos bien pueden
subsanarse en el proceso o, en todo caso, a través de la acción extraordinaria de
protección.
Sobre la procedencia de la acción extraordinaria de protección frente a una
decisión judicial, la Magistratura ha indicado lo que sigue:
Es preciso indicar que, en atención a la naturaleza de la acción extraordinaria de protección, la
Corte solo se pronunciará respecto a dos cuestiones principales: la vulneración de derechos
constitucionales o la violación de normas del debido proceso. En ese sentido, se pretende que la
vulneración de derechos mencionados, no queden en la impunidad y sea mediante la activación de
esta garantía excepcional, que se permita que las sentencias, autos y resoluciones firmes o
ejecutoriadas puedan ser objeto de revisión por parte del más alto órgano de control de
constitucionalidad en el país.450
Esta causal alude al hecho que la acción de protección procede siempre que
los derechos cuyo amparo se pretende no sean susceptibles de defensa mediante
otra garantía, es decir, por el hábeas data, hábeas corpus, acción de acceso a la
información pública, acción por incumplimiento y acción extraordinaria de
protección.
Si bien las acciones de hábeas data, hábeas corpus y de acceso a la
información pública amparan derechos que no pueden tutelarse mediante
acción de protección, no es menos cierto que la acción por incumplimiento no
es, a pesar de su inclusión constitucional y legal, una garantía de derechos, pues
su finalidad es solamente el cumplimiento, aplicación y eficacia del orden
jurídico infraconstitucional y no la protección de derechos, tanto así que su
proposición con ese fin genera su inadmisión (arts. 93, 436, Nº 6 CE, 53 y 56,
Nº 2 LOGJCC).
Por su parte, en cambio, la acción extraordinaria de protección, que sí es una
garantía constitucional, puede resguardar, al igual que la acción de protección,
cualquier derecho, siendo que la diferencia entre las dos acciones no deviene
del tipo de derecho tutelado, sino del acto u omisión y la autoridad de la que
emana la violación: en el primer caso serán omisiones, autos definitivos,
sentencias o resoluciones con fuerza de sentencia, emitidos solamente por
órgano judicial, mientras que en el segundo, como se ha visto, serán actos u
omisiones que emanan de autoridad pública no judicial o de particulares, en
determinados casos. Al respecto, la Magistratura indicó esta diferencia cuando
rechazó una acción extraordinaria de protección en que se impugnó un acto
administrativo que afectaba derechos del peticionario.457
Aunque esta causa de improcedencia no está prevista en aquellas que se
regulan en el artículo 42 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y
Control Constitucional, sí se la prevé en el artículo 39 de la misma y pretende
evitar que se active esta garantía de derechos en reemplazo de otra, lo que
quiere decir que el resto de garantías tampoco pueden invadir el ámbito de
competencia de la acción de protección, señalamiento que se desprende del
principio de interpretación sistemática de la Constitución (art. 427 CE).
Incluso la Corte Constitucional decidió delimitar el objeto de la acción de
protección respecto del resto de garantías de derechos al determinar lo que
sigue:
Es evidente que mediante esta acción puede ser protegido cualquier derecho (excluidos los de
libertad y los de información personal y pública, que pueden ser tutelados por las acciones de
hábeas corpus, hábeas data y acceso a la información, respectivamente) por vulneración
proveniente no solo de autoridades de las funciones del Estado, excepto la judicial, sino de
particulares.458
Capítulo Séptimo
COMPETENCIA
Existen garantías que son directamente conocidas por la Corte
Constitucional, como la acción extraordinaria de protección y la acción por
incumplimiento (arts. 93, 94, 436, Nº 5, 437 CE, 57, 62 LOGJCC, 3, Nº 8, letras
a y c y 3, Nº 8, letras a y c RSPCCC) y otras que, en cambio, son resueltas ante
la jurisdicción ordinaria, como ocurre con el hábeas corpus, hábeas data, acción
de acceso a la información pública y la acción de protección.
En materia de acción de protección, el constituyente estableció competencia
solamente en razón del territorio, pues es competente el juez “del lugar en el
que se origina el acto o la omisión o donde se producen sus efectos” (art. 86,
Nº 2 CE), lo que se ratifica en la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y
Control Constitucional, que, además de reproducir la norma constitucional,
añade que esta garantía debe ser conocida por todos los jueces “de primera
instancia” (art. 7 LOGJCC), lo que ha conducido a asegurar que esta ley fija
competencia también en razón de la materia.
Al respecto, un curioso señalamiento se ha hecho en 2019 por la Corte
Constitucional, la que ha señalado que en materia de acción de protección el
tipo de acto impugnado no se relaciona con la competencia del juez, pues lo
que resulta transcendente, a criterio de la Magistratura, es que el acto, sin
importar cuál sea, vulnere derechos:
21. Respecto del argumento del accionante relacionado con la falta de competencia por tratarse de
un acto administrativo, esta Corte considera que la naturaleza jurídica del acto no determina la
competencia de los jueces al conocer una acción de protección, sino que el fundamento de la
demanda sea la existencia de una vulneración de derechos constitucionales como sucedió en el
presente caso.459
Incluso sobre la competencia del juez del lugar donde la omisión o el acto
surten efectos, la Magistratura ha señalado que la misma se extiende al
domicilio del accionante, tomando en cuenta el derecho afectado o vulnerado,
lo que implica retomar parcialmente la norma derogada de las Reglas de
Procedimiento para el Ejercicio de las Competencias de la Corte
Constitucional, para el período de transición, anteriormente revisada:
La Corte Constitucional, para determinar el lugar en donde se producen los efectos de la acción u
omisión de la amenaza o vulneración de los derechos constitucionales, considera que es necesario
analizar la Constitución de forma integral, ya que el artículo 82 numeral 2 dice que será “ […]
competente [el juez] del lugar […] donde se produce sus efectos […]”, hecho que debe
relacionarse a la naturaleza de los derechos constitucionales afectados o acusados de vulneración
por parte del recurrente o identificados por el juez en virtud del principio iura novit curia.
En ese sentido el cuestionamiento de la vulneración al derecho a la educación podría ocurrir en el
lugar de origen donde se realizó la acción u omisión, así como en el lugar del domicilio del
recurrente, ya que la finalidad de un Estado Constitucional es la protección de derechos de forma
sencilla, rápida y eficaz.
En ese sentido, el Juez Décimo Cuarto del Cantón Cayambe sí era el competente para conocer la
acción de protección, en razón de que el derecho a la educación forma parte de las personas y su
“baja” –equivalente fáctico de la expulsión– produce sus efectos en el lugar de su domicilio.467
2. COMPETENCIA EXTRAORDINARIA
La acción de protección es una garantía constitucional cuyo trámite se rige
bajo la sencillez, rapidez y eficacia, lo que halla su fundamento en la necesidad
de obtener protección sumaria y preferente de derechos frente a actos u
omisiones que los afecten (arts. 86, Nº 2, letra a CE y 8, Nº 1 LOGJCC).
La mayoría de juzgados tienen un horario de atención fijo y establecido,
siendo que no todas esas dependencias laboran en días festivos o fines de
semana. No obstante, téngase presente que una omisión o un acto violatorio de
derechos se puede producir cualquier día, sin necesidad de que se trate de día
laborable o no, por lo que en materia de garantías son hábiles todos los días y
horas (art. 86, nº 2, letra b CE).
Por lo señalado, excepcionalmente, la ley permite que se pueda presentar la
acción de protección ante el juez de turno, evento que procede solamente si la
demanda se plantea en días feriados o fuera del horario de atención de los otros
juzgados (art. 7, inc. final LOGJCC).
Únicamente jueces de garantías penales y jueces penales especializados
(adolescentes infractores, de tránsito, de garantías penitenciarias472 y de
contravenciones) laboran, por turnos, en días feriados o fuera del horario
normal de atención del resto de juzgados, que, aunque no exista señalamiento
expreso como sí ocurría en la anterior Ley de Control Constitucional, hace
referencia a fines de semana y también a días hábiles en los que se proponga la
acción de protección fuera del horario de normal atención en las demás
dependencias judiciales de primera instancia.
La competencia extraordinaria de estos jueces, salvo el caso de los jueces de
garantías penitenciarias, no está expresamente prevista en el Código Orgánico
de la Función Judicial, aunque se deja abierta la posibilidad de que resuelvan
garantías cuando sus artículos 225, número 8, 228, 229 y 231 señalan que
ejercerán las competencias señaladas en la norma, así como los demás casos que
determine la ley.
Curiosamente, en la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control
Constitucional se omite señalar la obligación del accionante de justificar las
razones extraordinarias que le conducen a proponer la garantía en día feriado o
fuera del horario normal de labores judiciales, lo que sí ocurría con el amparo
constitucional, so pena de que, si se incumplía tal exigencia, el juez debía
inadmitir la acción.473
3. LOS FUEROS
En materia procesal constitucional no se aplican los fueros, pues la acción de
protección es proceso contra una omisión o un acto en que no se demanda a
una persona, por lo que el fuero del que pueda estar investida no le asiste, ya
que no es parte en el proceso, sino un mero informante, tanto así que su
ausencia en la audiencia pública no impide que esta se realice (arts. 88 CE, 14,
inc. final y 39 LOGJCC).
Por otro lado, téngase en cuenta que el fuero no se extiende a la justicia
constitucional, pues este instituto, de conformidad con el Código Orgánico de
la Función Judicial, se aplica en los casos expresamente señalados en él y dentro
de ellos no se incluyen a los procesos constitucionales (arts. 169, 186, 192, 194 y
208 COFJ).
Asimismo, el juez de cualquiera de las Cortes Provinciales de Justicia, o de la
Sala de lo Penal, Penal Militar, Penal Policial y Tránsito de la Corte Nacional
de Justicia que, por sorteo, sea designado como sustanciador de los procesos
seguidos contra una persona investida de fuero, si bien actúa como juzgador de
primera instancia, lo hace, únicamente, respecto de los casos en los que tiene
esa competencia excepcional, no siéndole, por ese hecho, aplicables las reglas de
competencia que en materia de garantías contiene la Ley Orgánica de Garantías
Jurisdiccionales y Control Constitucional.
4. INHIBICIÓN, EXCUSA Y RECUSACIÓN
La regla general en materia de garantías es que el juez que deba conocerlas
no puede inhibirse de su tarea por razón alguna, ni siquiera en caso de ser
incompetente en razón del territorio o los grados (art. 7 LOGJCC). Este
señalamiento pretende que no se produzcan dilaciones en esta clase de
procesos que alargarían aún más la eventual vulneración de derechos, lo que se
podría dar por la instauración de juicios de competencia entre los juzgadores
que se estimen competentes para conocer la causa.
Por ello, si el juez estima que es incompetente en razón de los grados o del
territorio, debe inadmitir la acción propuesta, decisión que puede ser apelada,
como ya he indicado (arts. 7, inc. 3º y 8, Nº 8 LOGJCC). Ahora bien, tal como
se revisó, la incompetencia en razón del territorio como argumento para la
inadmisión liminar de una acción de protección debe, sin duda, observar los
precedentes que se han mencionado respecto a las reglas constitucionales y
legales flexibles que existen en esta materia, pues una inadmisión irregular
resultará violatoria del derecho a la tutela judicial efectiva y al juez natural
(arts. 75 y 76, Nº 7, letra k, CE).
Lo que sí hace la ley es contemplar la posibilidad de que el juzgador se
excuse. Este instituto que a diferencia de la inhibición que se produce solo por
razones de competencia, impide al juzgador conocer ciertos casos en los que,
por intereses personales contrapuestos, pueda afectar gravemente a los
justiciables, pretende garantizar la imparcialidad del mismo frente a los casos
que a su conocimiento se someten (art. 76, Nº 7, letra k, CE), lo que ha sido
finalmente confirmado por la Corte Constitucional, aunque solamente lo ha
hecho respecto de la recusación:
De tal modo que, a partir de esta configuración constitucional, se procura impedir que la
administración de justicia sea ejercida por parte de personas que no tienen la facultad para aquello
o por autoridades que resultando competentes carecen de independencia o imparcialidad;
evitando con esto, la posible iniciación, sustanciación o resolución de procesos carentes de
legitimidad y trasgresores del orden constitucional. De ahí, la importancia de asegurar el
cumplimiento de esta garantía a través de varias figuras o mecanismos procesales como el juicio de
recusación.474
Ahora bien, la Corte Constitucional tiene el plazo de veinte días desde que el
caso es remitido para decidir si lo selecciona y, además, de seleccionarlo, deberá
dictar sentencia dentro de los siguientes cuarenta días contados desde su
selección (art. 25, Nº 6 y 8 LOGJCC), deben, para ello, observar los parámetros
de gravedad del asunto, novedad del caso e inexistencia de precedente,
inobservancia del precedente fijado previamente o la relevancia y trascendencia
nacional del caso (art. 25, Nº 4, LOGJCC). En todo caso, la Corte de 2019 ha
señalado que los plazos no la limitan si es que el daño provocado subsiste y no
fue adecuadamente reparado, declarándose competente para actuar en ese
evento, lo que evidencia el desprecio de la Magistratura hacia disposiciones
legales expresas:
9. En el presente caso los términos previstos en el artículo 35 (6) y (8) de la LOGJCC son
inaplicables puesto que la Corte evidencia que existe una vulneración de derechos constitucionales
y el daño subsiste y no ha sido adecuadamente reparado.482
Una duda que se presenta en esta materia es la forma en que debe hacerse la
citación al accionado. No han faltado criterios que señalan que al proceso
constitucional se deben aplicar las reglas de citación y notificación contenidas
en el Código de Procedimiento Civil, así como no faltarán en su momento
argumentos para pretender aplicar aquellas previstas en el Código Orgánico
General del Procesos, mucho más cuando la propia Ley Orgánica de Garantías
Jurisdiccionales y Control Constitucional así lo señala en su Disposición Final,
lo que se confirmaría con la consagración del principio de formalidad
condicionada que vincula al juez a adecuar las formalidades previstas en el
sistema jurídico al logro de los fines de los procesos constitucionales (art. 4, Nº
7 LOGJCC).
Otros, a los cuales me sumo, han optado por negar la aplicación de las
normas procesales civiles al ámbito de las garantías constitucionales, al menos
en este aspecto, pues una actuación de tal naturaleza afectaría las disposiciones
constitucionales y legales que señalan que las notificaciones en esta materia se
deben efectuar por los medios más eficaces que estén al alcance del juez, del
accionante y del accionado y que, además, proscriben la aplicación de normas
procesales que retarden el ágil despacho de la causa, siendo las reglas civiles un
ejemplo de normas procesales que incumplen con la sencillez, rapidez y eficacia
con que se debe tratar una garantía constitucional (arts. 86, 2, letras d y e CE, 8,
Nº 1, 4 y 5 LOGJCC).
La Constitución y la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control
Constitucional contienen normas específicas sobre cómo deben producirse las
citaciones con el contenido de la demanda, así como las notificaciones dentro
de un proceso en que se sustancie una garantía como la acción de protección.
A los procesos constitucionales se aplican las normas del Código Orgánico
General de Procesos únicamente en caso que la Ley Orgánica de Garantías
Jurisdiccionales y Control Constitucional no contenga disposiciones referentes
a la materia, conforme lo señala la Disposición Final de la citada Ley Orgánica,
lo que no ocurre en este caso, pues las normas que regulan las forma en que se
hacen las citaciones y notificaciones dentro de una garantía constitucional sí
existen.
Incluso téngase presente que si se quisiera aplicar las reglas del Código
Orgánico General de Procesos, se tendría como resultado que en una acción de
protección no sería posible llevar a cabo la audiencia pública en los términos
previstos en el artículo 13, número 2, de la Ley Orgánica de Garantías
Jurisdiccionales y Control Constitucional, pues la sola exigencia de citar al
demandado mediante tres boletas entregadas en tres fechas distintas, en caso
que no sea personal, imposibilitaría que la audiencia se desarrolle dentro del
plazo máximo de tres días contados desde que se califica la demanda a trámite.
Sobre la improcedencia de la aplicación de normas que retarden la
tramitación de una acción de protección, la Corte Constitucional ha señalado
lo que sigue:
Ese decir que bajo estas condiciones, la acción de protección de derechos fundamentales ha sido
consagrada en la Constitución del 2008 para proteger los derechos fundamentales de las personas,
de lesiones o amenazas de vulneración por parte de una autoridad pública y, bajo ciertos supuestos,
por parte de un particular; se trata de un procedimiento sencillo, rápido y eficaz, autónomo,
directo y sumario, y en ningún caso pueden ser aplicables normas procesales que tiendan a retardar
su ágil despacho, debido a que es una institución procesal alternativa que guarda armonía con su
objeto dispuesto en el artículo 39 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control
Constitucional (…)493
Por lo señalado y para evitar que las garantías se tramiten bajo normas que
retarden su desarrollo, la Constitución y la Ley de la materia facultan al juez a
emplear los medios más eficaces que estén a su alcance para poder efectuar las
citaciones y notificaciones correspondientes, utilizando, de preferencia
inclusive, los medios electrónicos.
Que el juez constitucional está obligado a hacer uso de los medios más
adecuados y eficaces para citar y notificar las actuaciones procesales dentro de
una garantía constitucional, entre los que se prefieren los medios electrónicos,
es un criterio que ha sido señalado por la Corte Constitucional:
Si bien la Primera Sala de lo Laboral, Niñez y Adolescencia de la Corte Provincial de Justicia, al
momento de comunicar a los interesados la recepción del proceso, no contó con el señalamiento
de casilla judicial que permita notificar al Ministerio de Relaciones Laborales, tuvo la obligación de
buscar el medio más expedito para hacer conocer sus actuaciones, acorde con lo dispuesto por el
artículo 86 numeral 2 literal d de la Constitución de la República, que establece que “las
notificaciones se efectuarán por los medios más eficaces que estén al alcance del juzgador, del
legitimado activo y del órgano responsable del acto u omisión”, en concordancia con el artículo 8
numeral 4 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional que
manifiesta, de manera muy similar a la Constitución, que “las notificaciones se harán por los
medios más eficaces que estén al alcance de la jueza o juez, de la persona legitimada activa y de la
persona, entidad u órgano responsable del acto u omisión. De ser posible se preferirán medios
electrónicos”. Estas normas constitucionales y legales, establecen reglas comunes para el
procedimiento de las garantías jurisdiccionales de derechos constitucionales (en el caso concreto
referido a una acción de protección), por tal motivo, es deber primordial que los administradores
de justicia encuentren el medio más eficaz para cumplir con tal cometido. La Primera Sala de lo
Laboral, Niñez y Adolescencia de la Corte Provincial de Justicia tuvo la responsabilidad ineludible
de revisar el proceso de instancia inferior en busca de ese medio más eficaz de notificación;
teniendo en cuenta además que, el Ministerio de Relaciones Laborales, al ser un organismo estatal,
cuenta con página web, en donde consta el modo de establecer contacto, ya sea mediante la
dirección de sus instalaciones o su dirección electrónica.494
También, dentro del mismo caso, la Magistratura señaló que el instituto del
desistimiento tácito, al ser excepcional, debe cumplir con los presupuestos o
requisitos legales:
No obstante, al ser una forma anormal y excepcional de dar por terminado un proceso –en este
caso de garantías jurisdiccionales– esta figura tiene límites y presupuestos marcados que deben
cumplirse para que pueda configurarse. Esto quiere decir que el desistimiento tácito no es
automático y no puede producirse por cualquier conducta del demandante, sino únicamente
cuando concurran todos los presupuestos establecidos en la ley.
Luego la propia Corte Constitucional explicó cuáles son los requisitos legales
que deben cumplirse para que opere el desistimiento tácito:
De conformidad con los artículos 14 y 15 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y
Control Constitucional, la ausencia de la persona afectada en la audiencia pública podrá
considerarse como desistimiento tácito, siempre que concurran los siguientes presupuestos: “(...) Se
considerará desistimiento tácito cuando la persona afectada no compareciere a la audiencia sin
justa causa y su presencia fuere indispensable para demostrar el daño (...)507
A los requisitos señalados la Magistratura agregó uno adicional al indicar
que, previo a revisar lo señalado en el artículo 15, número 1 de la Ley Orgánica
de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, el juez debe verificar
que la inasistencia del peticionario a la audiencia no se deba a falta de
notificación por parte del propio juzgador:
Según se desprende de la lectura de este artículo de la ley, así como de la jurisprudencia de esta
Corte, para que el juez constitucional pueda declarar el desistimiento tácito debe verificar la
concurrencia de todos los presupuestos establecidos en la norma. Sin embargo, es preciso destacar
además que, previo a considerar la concurrencia de los requisitos legales, en primer lugar, el juez
deberá verificar que la inasistencia del afectado no sea imputable al órgano judicial; es decir, le
corresponderá al juez verificar que el afectado haya sido debidamente notificado en tiempo y
forma, de conformidad con la normativa aplicable y las garantías del debido proceso, consagradas
en la Constitución de la República. Solo una vez que se ha verificado que la no comparecencia del
afectado en el día y hora señalados para la realización de la audiencia pública es su responsabilidad
exclusiva, es posible que el juez considere y valore la factibilidad de declarar el desistimiento tácito
de la garantía jurisdiccional.508
Para que se ordenen las medidas de reparación integral, el titular del derecho
vulnerado debe ser escuchado, de ser posible, en la misma audiencia, mas, si el
juez considera adecuado, antes de dictar sentencia o emitir el auto de
allanamiento, puede convocar a otra audiencia únicamente con la finalidad de
discutir lo relativo a la reparación integral. Esta audiencia, según indica la Ley
Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, debe llevarse
a cabo dentro del término de ocho días, aunque se omite señalar desde qué acto
o etapa procesal se debe contar ese período de tiempo (art. 18, inc. final
LOGJCC).
La orden de reparación integral implica que el juez debe individualizar las
obligaciones tanto positivas como negativas que deben cumplirse por los
destinatarios de la decisión, así como también se deben indicar las
circunstancias, modo y lugar en que deben acatarse, salvo que se dispongan
compensaciones económicas, las que no pueden fijarse directamente en la
sentencia o acuerdo reparatorio, sino en un proceso posterior (arts. 86, Nº 3
CE y 18, inc. 3º LOGJCC).
Si la reparación integral consiste en compensaciones económicas, estas
solamente son ordenadas en la sentencia o en el auto que aprueba el
allanamiento y acuerdo reparatorio, mas, el establecimiento del monto se debe
definir en un proceso judicial posterior. Será mediante juicio verbal sumario y
ante el mismo juez que sustanció la causa si el accionado fuere un particular y
será mediante juicio contencioso administrativo si el accionado fuere la
autoridad pública no judicial (art. 19 LOGJCC).
El nuevo proceso que se instaure no constituye uno de conocimiento en que
se puedan discutir las violaciones a derechos que ya fueron juzgadas en el
proceso principal de garantía, sino que únicamente se convierte en un juicio de
orden ejecutivo, por lo que solo cabe discutir sobre el establecimiento del
monto que se deberá satisfacer, asunto confirmado por la Magistratura:
Empero esta Corte deja en claro que la determinación del monto de la reparación económica,
consecuencia de la declaración de una vulneración de derechos, no generará un nuevo proceso de
conocimiento, sino exclusivamente una cuantificación dentro de un trámite de ejecución de la
sentencia constitucional, pues de lo contrario, la ejecución de las decisiones constitucionales
quedarían a la expensa de que estas se ratifiquen en un nuevo proceso en la justicia ordinaria que
declare la vulneración del derecho. En efecto, el proceso de cuantificación de reparación
económica no es un proceso en el que se debatirá nuevamente las situaciones acerca de los hechos
que dieron lugar a la declaración de la vulneración del derecho y si esta se verificó o no, sino que
se limita a ser un procedimiento de puro derecho en el que se cuantifique la reparación
económica.540
Con estas precisiones, es fácil determinar que el artículo 86, numeral 2, literal b de la Constitución
se refiere al derecho de toda persona a interponer una acción jurisdiccional cuando se ha visto
violentado un derecho constitucional, y para ello tendrá todos los días y horas, incluyendo los
sábados, domingos y feriados. Sin embargo, para garantizar el derecho a recurrir un fallo o
sentencia, contenido en el artículo 76, numeral 7, literal m ibídem, la Ley Orgánica de Garantías
Jurisdiccionales y Control Constitucional señala específicamente en su artículo 24 inciso primero,
que se tendrán “… hasta tres días hábiles”, entendiéndose en este caso, a aquellos días en que
existe, por ejemplo, acceso a los casilleros judiciales, y que en general, las condiciones se den para
que los operadores de justicia permitan a quienes deben recurrir: conocer el fallo o sentencia al que
impugnarán, preparar sus alegaciones y fundamentar bien el recurso, ya que sólo así se puede
ejercer debidamente el derecho a recurrir un fallo o resolución y, en consecuencia, ejercer el
derecho a la tutela judicial efectiva en ese momento del proceso.
El artículo 11, numeral 5 de la Constitución de la República determina de manera clara que en
materia de derechos y garantías constitucionales se deberá aplicar la norma y la interpretación que
más favorezcan su efectiva vigencia; en consecuencia, cuando la Ley Orgánica de Garantías
Jurisdiccionales y Control Constitucional se refiere a “días hábiles” para presentar el recurso de
apelación, lo asimila a TÉRMINO y no a PLAZO, pues para guardar concordancia con el
mandato constitucional contenido en el artículo 76, numeral 7, literal m, debe procurar el acceso
idóneo a los órganos jurisdiccionales, guardando siempre las garantías mínimas del debido
proceso, entre ellas el derecho a una adecuada defensa. Hay que tomar en cuenta que el derecho a
la tutela judicial efectiva también significa eliminar cualquier obstáculo que impida el libre acceso a
la justicia.553
A los requisitos mencionados, la Corte agregó uno adicional: que el caso sea
grave, novedoso, de relevancia nacional o que los jueces de instancia
constitucional hayan inobservado precedentes establecidos por la Magistratura:
57. El criterio de gravedad responde a la necesidad de brindar una protección eficaz e inmediata y
una reparación integral a los derechos cuya vulneración no pueda ser ignorada por esta Corte
cuando ya han conocido de ella a través de la acción extraordinaria de protección y el daño
causado pueda tornarse en irreparable. Lo grave del caso puede estar dado por la condición del
sujeto, el grado de invasión en la esfera de protección del derecho u otras particularidades que
puedan ser advertidas por la Corte.
58. El criterio de novedad está asociado con el establecimiento de precedentes jurisprudenciales en
ejercicio de la atribución de esta Corte para expedir sentencias que constituyan jurisprudencia
vinculante respecto de la acción de protección, cumplimiento, hábeas corpus, hábeas data, acceso a
la información pública y demás procesos constitucionales.
60. El criterio de relevancia nacional se refiere a casos que involucran luchas de movimientos
sociales y/o grupos de interés, así como a aquellos que evidencian la repetición de un patrón
fáctico relacionado con circunstancias políticas y sociales. Por otro lado, el criterio de inobservancia
de precedentes guarda relación con el control de la actividad jurisdiccional de los jueces, lo que
forma parte del objeto connatural de la acción extraordinaria de protección.585
1 SALGADO PESANTES, Hernán, Manual de Justicia Constitucional Ecuatoriana, Quito, Corporación Editora
Nacional, 2004, p. 89.
2 En este aspecto, SZaidán, Neoconstitucionalismo: Teoría y Práctica en el Ecuador, Quito, Cevallos Editora
Jurídica, 2012, p. 54., señala que algunos de los principios constitucionales de 1998 demostraron ser
letra muerta y, sin embargo, el constituyente persistió en conservarlos en el nuevo esquema
constitucional y los reformuló para dar apariencia de novedad. El neoconstitucionalismo en el Ecuador,
dice Salim ZAIDÁN, le apuesta a los máximos dogmáticos, pero no los complementa con mínimos
estructurales.
3 Cfr. BACHOF, Otto, ¿Normas Constitucionales Inconstitucionales?, Lima, Palestra Editores, 2008. Pp .65-66.
4 Al respecto, Salim ZAIDÁN, Ob. Cit., p. 55, ofrece un criterio contrapuesto y argumenta que el problema
consiste en que la Constitución consagra una legitimación activa de acción popular que permite, a
cualquier persona, proponer acciones sin necesidad de acreditar su condición de víctima, pero, la
mencionada ley, no, pues presenta una combinación entre legitimación activa subjetiva o personal
(cada titular del derecho puede exigirlo) y la legitimación colectiva restringida (comunidades, pueblos o
nacionalidades). Por tanto, para este autor, la disposición legal no puede aplicarse.
5 Autores como Ramiro ÁVILA incurren en esta confusión, la que se agrava desde que ÁVILA, además,
para sostener que la legitimación prevista en la Constitución de 2008 es amplia y se ubica dentro de un
sistema garantista en comparación con la legitimación de la Constitución de 1998 en materia de
amparo, a la que cataloga de legalista y cerrada, confunde los conceptos de legitimación en la causa y
legitimación en el proceso. Al respecto, remítase el lector a ÁVILA, Ramiro, Los Derechos y sus Garantías.
Ensayos Críticos, Quito, Corte Constitucional para el período de transición, 2011, pp. 64-66. Asimismo,
ÁVILA, Ramiro, “Del Amparo a la Acción de Protección Jurisdiccional”, en Genealogía de la Justicia
Constitucional, Dunia Martínez Molina Ed., Quito, Corte Constitucional para el período de transición,
2011, p. 235.
6 Sobre el método de interpretación sistemática, C ORREA RUBIO , Marcial, La Interpretación de la Constitución
Según el Tribunal Constitucional, Lima, Pontificia Universidad Católica del Perú, 2005, p. 71, sostiene que
trata de mirar íntegramente la Constitución y de dar respuestas normativas constitucionales, no desde
un texto normativo específico sino desde el conjunto de reglas y principios constitucionales, por lo
que, para analizar cada problema constitucional, se debe revisar no solamente la regla aplicable sino
todo el texto constitucional y los principios de la disciplina.
7 Una interesante clasificación de los procesos constitucionales se puede revisar en ESCOBAR FORNOS,
Iván, Introducción al Derecho Procesal Constitucional, México, Editorial Porrúa, 2005.
8 SALGADO PESANTES, Hernán, Ob. Cit., pp. 91-92.
9 Sentencia Nº 001-10-SIN-CC, dictada dentro de los casos acumulados Nº 0008-09-IN y Nº 0011-09-
IN, publicada en el Suplemento del Registro Oficial Nº 176 de 21 de abril de 2010.
10 Sentencia Nº 001-10-SIN-CC, dictada dentro de los casos acumulados Nº 0008-09-IN y Nº 0011-09-
IN, publicada en el Suplemento del Registro Oficial Nº 176 de 21 de abril de 2010.
11 Sentencia Nº 020-10-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0583-09-EP, publicada en el suplemento del
Registro Oficial Nº 228 de 5 de julio de 2010.
12 Sentencia Nº 001-10-SIN-CC, dictada en los casos acumulados Nº 0008-09-IN y Nº 0011-09-IN,
publicada en el Suplemento del Registro Oficial Nº 176 de 21 de abril de 2010.
13 Sentencia Nº 016-10-SCN-CC, dictada en caso Nº 0018-10-CN, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 272 de 6 de septiembre de 2010.
14 ÁVILA SANTAMARÍA, Ramiro, Los Derechos y sus Garantías, Ob. Cit., p. 73.
15 SALGADO PESANTES, Hernán, Ob. Cit., p. 94.
16 Sobre el contenido esencial del derecho en relación a la acción de protección volveré a insistir en el
Capítulo Tercero.
17 Cfr., VILLAVERDE M ENÉNDEZ, Ignacio, “Los Límites a los Derechos Fundamentales”, en Teoría General
de los Derechos Fundamentales en la Constitución Española de 1978, Francisco J. Bastida Freijedo, et. al, Madrid,
Tecnos, 2004, pp. 124-133.
18 Revísese, por ejemplo, las Sentencias Nº STC 173/1998 y Nº STC 292/2000.
19 Cfr., VILLAVERDE M ENÉNDEZ, Ignacio, Ob. Cit., pp. 133-141.
20 Cfr. HERNÁNDEZ VALLE, Rubén, Introducción al Derecho Procesal Constitucional, México, Editorial Porrúa,
2005, pp. 59-60. En el mismo sentido, véase similar tópico en otra obra del autor citado: Derechos
Fundamentales y Jurisdicción Constitucional, Lima, Editores Jurista, 2006, pp. 46-50.
21 ZAIDÁN, Salim, Ob. Cit., p. 59.
22 Similar postura se puede revisar en C ARPIZO, Enrique, Derechos Fundamentales, Interpretación Constitucional.
La Corte y los Derechos, México, Editorial Porrúa, 2011, p. 96.
23 Los requisitos son exigencias que se establecen en la Constitución o en la ley, las cuales una vez
cumplidas y justificadas habilitan al individuo a ejercer el derecho del cual es titular.
24 Las condiciones son los escenarios o las circunstancias previstas por el ordenamiento jurídico, bajo las
cuales es posible el ejercicio de un derecho fundamental.
25 Los límites hacen referencia a determinadas restricciones que la Constitución o la ley, por autorización
de la Constitución, imponen al ejercicio de un derecho, las cuales, en todo caso, deben cumplir con las
condiciones y justificar las causas revisadas cuando me referí el principio de no restricción normativa.
26 Así por ejemplo, en el evento que los derechos consagrados en instrumentos internacionales de
derechos humanos sean más favorables a la persona que los derechos consagrados en la Constitución,
el juzgador tendrá que decidir aplicar los primeros (arts. 424, inc. 2º y 426, inc. 2º CE), lo cual
constituye una excepción clara al principio de supremacía constitucional (art. 424 CE). Incluso téngase
presente que, por mandato fundamental, los tratados internacionales de derechos humanos que sean
ratificados por el Ecuador, deben observar, entre otros, el principio pro ser humano (art. 417 CE).
27 SALGADO PESANTES, Hernán, Ob. Cit., p. 94.
28 Revísese, por ejemplo, FERRAJOLI, Luigi, Principia Iuris. Teoría del Derecho y de la Democracia, Vol. I, Madrid,
Editorial Trotta, 2007, p. 636. En esta obra, el autor llama garantía primaria a la norma que debe
reconocer un derecho, la cual, de no existir, debe ser llenada por la labor interpretativa del juzgador
para evitar la laguna indebida que se produce por tal anomia.
29 ZAIDÁN, Salim, Ob. Cit., p. 57.
30 Sobre los conceptos de dignidad como fundamentos de los derechos de la persona y su relación con
el Derecho Natural se puede revisar PACHECO G., Máximo, Teoría del Derecho, 4ª ed., Santiago de Chile,
Editorial Jurídica de Chile, 1990.
31 ETO C RUZ, Gerardo, El Desarrollo del Derecho Procesal Constitucional a Partir de la Jurisprudencia del Tribunal
Constitucional Peruano, México, Editorial Porrúa, 2012, p. 151.
32 OYARTE M ARTÍNEZ, Rafael, La Acción de Amparo Constitucional: Jurisprudencia, Dogmática y Doctrina, 2ª ed.,
Primera Reimpresión, Quito, Fondo Editorial Andrade & Asociados, 2006, p. 20.
33 Resoluciones del ex Tribunal Constitucional Nº 0015-2002-TC y Nº 0029-2002-TC.
34 Sentencia Nº 029-14-SEP-CC, dictada en el caso Nº 118-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 230 de 22 de abril de 2014.
35 OYARTE M ARTÍNEZ, Rafael, Ob. Cit., p. 27.
36 ESCOBAR FORNOS, Iván, Ob. Cit., pp. 37-38.
37 ETO C RUZ, Gerardo, Ob. Cit. pp. 151-152.
38 OYARTE M ARTÍNEZ, Rafael, Ob. Cit. pp. 24-26.
39 Sentencia Nº 010-09-SEP-CC, dictada en los casos Nº 0125-09-EP y Nº 0171-09-EP (acumulados),
publicada en el Suplemento del Registro Oficial Nº 637 de 20 de julio de 2009.
40 Sentencia Nº 002-09-SAN-CC, dictada en el caso Nº 0005-08-AN, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 566 de 8 de abril de 2009.
41 ETO C RUZ, Gerardo, Ob. Cit. p. 160.
42 Sentencia Nº 003-11-SIN-CC, dictada en el caso Nº 0002-11-IN, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 656 de 8 de marzo de 2012.
43 Sentencia Nº 016-12-SIN-CC, dictada en el caso Nº 0039-11-IN, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 743 de11 de julio de 2012.
44 N ARANJO M ESA, Vladimiro, Teoría Constitucional e Instituciones Políticas, 7ª ed., Bogotá, Editorial Temis,
1997, p. 245.
45 Cfr. L OEWENSTEIN, Karl, Teoría de la Constitución, Barcelona, Ediciones Ariel, 1970, p. 54.
46 Véase KELSEN, Hans, ¿Quién Debe ser el Defensor de la Constitución?, 2ª ed., Madrid, Editorial Tecnos, 1983.
47 La Constitución de 1945 crea por primera vez un Tribunal de Garantías Constitucionales, tomando
como referencia el órgano creado en la Constitución española de 1931, por lo que aquel reemplazó al
Consejo de Estado. Este órgano realizaba control previo de proyectos de ley objetados de
inconstitucionales por parte del Ejecutivo, desligando de esta función a la Corte Suprema, también
hacía control de normas jurídicas, y, de insistirse en su inconstitucionalidad, se remitía al Congreso para
que este decida en definitiva sobre el asunto, aunque, hasta que el parlamento decida, el Tribunal podía
suspender dichas normas. La Constitución de 1946 eliminó el Tribunal de Garantías Constitucionales
y volvió a instaurar el Consejo de Estado, la Corte Suprema suspendía las leyes inconstitucionales por
la forma, hasta que el Congreso resuelva sobre su inconstitucionalidad, asimismo el control previo
volvió a manos de la Corte Suprema. La Constitución de 1967 vuelve a instaurar ya definitivamente al
Tribunal Garantías Constitucional y elimina, de manera definitiva, al Consejo de Estado, aunque se
mantuvieron las atribuciones que en 1946 se dio a la Corte Suprema (suspensión de leyes
inconstitucionales por la forma, extendiéndose la competencia al análisis de fondo, así como a
decretos y ordenanzas, hasta que el Congreso decida, en definitiva. También hacía control previo de
proyectos de ley), pese a que se crearon los Tribunales Contenciosos, el Tribunal de Garantías
Constitucionales seguía haciendo control de legalidad. La Constitución de 1978-79 mantuvo el
Tribunal de Garantías Constitucionales, que hacía control sobre la Constitución, ya no de las leyes
(salvo que estas sean formuladas contra la Constitución), la facultad de la Corte Suprema se amplió
hacia acuerdos, resoluciones y reglamentos. Las reformas de 1983 devolvieron al Tribunal de
Garantías Constitucionales la facultad de suspender normas jurídicas por inconstitucionalidad en el
fondo y en la forma, hasta que decida sobre ello el Congreso, además que podía observar a los entes
estatales que emitan actos contrarios a la Constitución. La reforma de 1992 creó una Sala de lo
Constitucional en la Corte Suprema, cuyas resoluciones eran definitivas y con efectos generales, el
Congreso ya no decidía en última instancia sobre las inconstitucionalidades y se seguía manteniendo el
Tribunal de Garantías Constitucionales, quien ya no podía conocer de oficio la inconstitucionalidad de
normas. Las últimas reformas del año 1995-96 crean al Tribunal Constitucional, que emitía
resoluciones definitivas e inapelables, resolvía inconstitucionalidades de normas y actos administrativos,
hacía control previo respecto de proyectos de ley, conocía acciones de hábeas data, hábeas corpus y
amparo y dirimía conflictos de competencias. Este órgano fue reemplazado por la Corte
Constitucional con la entrada en vigencia de la Constitución de 2008.
48 Sentencia Nº 001-12-SIN-CC, dictada en el caso Nº 0067-11-IN, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 670 de 27 de marzo de 2012.
49 A criterio del profesor Rafael OYARTE, Curso de Derecho Constitucional, Fuentes del Derecho Constitucional, Poder
Constituyente y Derechos Políticos, Tomo I, Quito, Fondo Editorial Andrade & Asociados, 2007, la
Constitución es suprema porque esta constituye y conforma el poder o autoridad, determina la forma
y naturaleza del Estado, organiza su funcionamiento, limita el poder estatal y, porque, además, como
norma solemne promulgada, se erige como valor superior que dota de validez y unidad al resto de
normas que forman parte del orden jurídico.
50 Se hace presente que en el caso de las leyes orgánicas y ordinarias existe ausencia de diferenciación
formal y material, lo cual genera confusión (arts. 132 y 133 CE). En el caso de los tratados
internacionales, a diferencia de lo que ocurría con el Código Político de 1998, la Constitución actual
omitió establecer el trámite de aprobación interna de dichos instrumentos.
51 Cfr. ECHEVERRI, Álvaro, Teoría Constitucional y Ciencia Política, 4ª ed., Bogotá, Editorial Temis, 1990, p.
252.
52 Sentencia Nº 001-12-SIN-CC, dictada en el caso Nº 0067-11-IN, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 670 de 27 de marzo de 2012.
53 Sentencia Nº 001-12-SIN-CC, dictada en el caso Nº 0067-11-IN, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 670 de 27 de marzo de 2012.
54 Cfr. INREDH, Garantías Constitucionales, 2ª ed., Cotopaxi, Fundación Regional de Asesoría en Derechos
Humanos, 2006, p. 26.
55 Cuando se analiza la temática relacionada con los derechos, las posturas no suelen convenir en cuanto
a su concepción como fundamentales o como humanos. No obstante, la doctrina es concordante al
señalar, como lo hace Osvaldo Alfredo GOZAÍNI, La Justicia Constitucional, Buenos Aires-Argentina,
Ediciones Depalma, 1994, que el respeto a la dignidad humana ha sido objeto de preocupación por
parte de los Estados y de la comunidad de los mismos. Por tanto, tras varios procesos históricos, tales
prerrogativas han podido ser consagradas tanto en los textos constitucionales como en lo varios
pactos o tratados sobre la materia.
Los derechos constituyen una construcción histórica, pues son fruto de un contexto específico y del
reconocimiento otorgado por cada sociedad, tal como anota Renato SELAYARAM, “La Construcción de
los Derechos Humanos”, en Anuario de Derecho Constitucional Latinoamericano, Montevideo, Konrad
Adenauer Stiftung, 2009. Abundan los criterios que se esfuerzan por marcar diferencias entre derechos
humanos y derechos fundamentales, como por ejemplo lo hace Francisco J. BASTIDA FREIJEDO,
“Concepto y Modelos Históricos de los Derechos Fundamentales”, en Teoría General de los Derechos
Fundamentales en la Constitución española de 1978, Madrid, Editorial Tecnos, 1994. Por el contrario, otras
posturas se decantan por no diferenciarlos y, más bien, asociarlos como sinónimos, dejando diferencia,
solamente, entre aquellos y los derechos constitucionales, como ocurre con la postura adoptada por
Humberto NOGUEIRA ALCALÁ, Teoría y Dogmática de los Derechos Fundamentales, México, Universidad
Nacional Autónoma de México, 2003. Así, Antonio PÉREZ LUÑO, Derechos Humanos, Estado de Derecho y
Constitución, 10ª ed., Madrid, Editorial Tecnos, 2010, siguiendo la tesis de BASTIDA FREIJEDO señala que
los derechos humanos aparecen como un conjunto de facultades e instituciones que, en cada
momento histórico, concretan las exigencias de la dignidad, la libertad y la igualdad humanas, las cuales
deben ser reconocidas positivamente por los ordenamientos jurídicos a nivel nacional e internacional,
mientras que Pablo PÉREZ TREMPS, Escritos Sobre Justicia Constitucional, México, Editorial Porrúa, 2005,
define a los derechos fundamentales como aquellas prerrogativas reconocidas por la Constitución de
un ordenamiento jurídico estatal concreto y específico; podría, pues, afirmarse que los derechos
fundamentales son los derechos humanos constitucionalizados. Sin embargo, se considera que, so
pena de su eventual diferenciación, todos los derechos son susceptibles de protección en el Derecho
interno cuando aquellos resulten lesionados por acción u omisión, lo cual justifica, asimismo, la
existencia de la justicia constitucional, sin perjuicio de que, además, cuenten con mecanismos
internacionales para su exigencia una vez agotadas todas las vías de Derecho interno.
56 Cfr. M ONTAÑA PINTO , Juan, “Apuntes sobre Teoría General de las Garantías Constitucionales”, en
Apuntes de Derecho Procesal Constitucional, Tomo II, Quito, Corte Constitucional para el período de
transición, 2012, p. 24.
57 Un estudio más pormenorizado sobre el desarrollo del movimiento histórico-político del
constitucionalismo se puede ver en la obra del profesor SALGADO PESANTES, Hernán, Lecciones de Derecho
Constitucional, 4ª ed., Quito, Ediciones Legales, 2012.
58 Un análisis crítico sobre este tópico se puede encontrar en un artículo de nuestra autoría: “A propósito
del neoconstitucionalismo ¿Corte Inconstitucional para el Período de Transición?”, Revista Jurídica
Ruptura, Nº 54, Quito, Pontificia Universidad Católica del Ecuador, 2012.
59 Véase más aportes sobre el tema en el artículo de M ALDONADO M UÑOZ, Mauricio, “Reflexiones Sobre
el Estado Constitucional”, Revista Jurídica Ruptura, Nº 54, Quito, Pontificia Universidad Católica del
Ecuador, 2012.
60 Sobre este concepto se puede revisar la obra de FERREYRA, Raúl Gustavo, Notas Sobre Derecho
Constitucional y Garantías, Buenos Aires, Ediar, 2003.
61 G ONZÁLEZ, Joaquín, Manual de la Constitución Argentina, Buenos Aires, Ángel Estrada y Cía., 1930, p. 86.
62 FERREYRA, Raúl Gustavo, Ob. Cit., pp. 126-127.
63 PÉREZ ROYO, Javier, Curso de Derecho Constitucional, 9ª ed., Madrid, Marcial Pons Ediciones Jurídicas y
Sociales S.A., 2003, pp. 163 y ss.
64 Dictamen Nº 001-14-DRC-CC, dictado en el caso Nº 0001-14-RC, publicado en el tercer Suplemento
del Registro Oficial Nº 371 de 10 de noviembre de 2014.
65 Sentencia Nº 187-12-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0762-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 781 de 4 de septiembre de 2012.
66 Sentencia Nº 208-12-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1022-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 756 de 30 de julio de 2012.
67 Téngase en cuenta que este fue el argumento con el que un tercio de los legisladores propusieron la
enmienda al artículo 88 de la Constitución, procedimiento que no fue aceptado por la Corte
Constitucional, que señaló que una “limitación” de tal naturaleza procede solamente mediante la
instauración de una Asamblea Constituyente. Lo que dejó de lado la Magistratura es que las cusas de
abuso de las garantías ya están previstas en la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control
Constitucional, en los términos ya analizados.
68 Este tópico se abordará en el capítulo octavo cuando revise los efectos de la sentencia dictada en una
acción de protección.
69 Corte Interamericana de Derechos Humanos, caso Baena Ricardo y otros Vs. Panamá, Sentencia de 2
de febrero de 2001, Fondo, Reparaciones y Costas, párrafos 124 y 126. Similar tema puede revisarse
en Corte Interamericana de Derechos Humanos, caso del Tribunal Constitucional Vs. Perú, Sentencia
de 31 de enero de 2001. Serie C No. 71; y Garantías judiciales en Estados de Emergencia (arts. 27.2,
25 y 8 Convención Americana sobre Derechos Humanos). Opinión Consultiva OC-9/87 de 6 de
octubre de 1987. Serie A No. 9, párrafo. 27.
70 Cfr. STC 10275-2006-PHC/TC, FF.JJ. 2-4.
71 Sentencia Nº 065-12-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1066-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 728 de 20 de junio de 2012.
72 Sentencia Nº 024-09-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0009-09-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 47 de 15 de octubre de 2009.
73 Corte Constitucional, Sentencia Nº 10-19-CN/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 21,
Tomo IV, del Registro Oficial de 13 de noviembre de 2019, ponencia del juez Alí Lozada.
74 Sentencia Nº 019-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 2160-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 26 de 1 de julio de 2013.
75 ARELLANO G ARCÍA, Carlos, Teoría General del Proceso, 17ª ed., México, Editorial Porrúa, 2009, p. 313.
76 Con las distinciones jurisprudenciales que se han hecho y que se revisan infra.
77 Sentencia Nº 064-10-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0894-09-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 364 de 17 de enero de 2011.
78 Sentencia Nº 054-11-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0160-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 619 de 16 de enero de 2012.
79 Sentencia Nº 031-10-SIS-CC, dictada en los casos Nº 0048-09-IS y Nº 0025-10-IS, publicada en el
Suplemento del Registro Oficial Nº 656 de 8 de marzo de 2012.
80 Sentencia Nº 003-09-SIS-CC, dictada en el caso Nº 0016-09-IS, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 188 de 7 de mayo de 2010.
81 Sentencia Nº 003-09-SIS-CC, dictada en el caso Nº 0016-09-IS, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 188 de 7 de mayo de 2010.
82 Sentencia Nº 001-09-SIS-CC, dictada en el caso Nº 0003-08-IS, publicada en Suplemento del Registro
Oficial Nº 602 de 1 de junio de 2009.
83 Sentencia Nº 031-10-SIS-CC, dictada en los casos Nº 0048-09-IS y Nº 0025-10-IS, publicada en el
Suplemento del Registro Oficial Nº 656 de 8 de marzo de 2012.
84 Sentencia Nº 001-09-SIS-CC, dictada en el caso Nº 0003-08-IS, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 602 de 1 de junio de 2009.
85 Sentencia Nº 031-10-SIS-CC, dictada en los casos Nº 0048-09-IS y Nº 0025-10-IS acumulados,
publicada en el Suplemento del Registro Oficial Nº 656 de 8 de marzo de 2012.
86 Sentencia Nº 086-14-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1706-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 275 de 25 de junio de 2014.
87 Sentencia Nº 018-10-SIS-CC, dictada en los casos Nº 0040-09-IS y Nº 0010-10-1S acumulados,
publicada en el Suplemento del Registro Oficial Nº 485 de 6 de julio de 2011.
88 Sentencia Nº 016-09-SIS-CC, dictada en el caso Nº 0024-09-IS, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 117 de 27 de enero de 2010.
89 Sentencia de la Corte Interamericana en el Caso Baena Ricardo y otros. Competencia, supra nota 7,
párr. 73. Citada por Sentencia de fecha 7 de febrero de 2006 expedida por la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, en el Caso Acevedo Jaramillo y otros, párr. 217.
90 Sentencia Nº 071-15-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1687-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 485 de 22 de abril de 2015.
91 Sentencia Nº 001-10-PJO-CC, dictada en el caso Nº 0999-09-JP, publicada en Suplemento del
Registro Oficial Nº 351 de 29 de diciembre de 2010.
92 Sentencia Nº 071-15-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1687-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 485 de 22 de abril de 2015.
93 Además de lo que se señalará brevemente como criterio de clasificación de estos institutos, existen
autores que reconocen, dentro este acápite, la existencia de garantías supranacionales de protección de
derechos humanos previstas en la Convención Americana de Derechos Humanos y, además, en el
caso ecuatoriano, los teóricos del denominado neoconstitucionalismo sostienen la existencia de garantías de
derechos frente a políticas públicas, consagradas en el artículo 85 de la Constitución. Sin embargo, las
primeras no comportan interés al presente trabajo, pues aquellas cuentan con un sistema propio de
activación: el Sistema Interamericano de Derechos Humanos; aunque, lo que sí puede ocurrir, es que la
sentencia dictada en aquella jurisdicción no se cumpla por parte de quien está obligado a hacerlo,
cuestión que abre la puerta a la activación un garantía jurisdiccional de índole constitucional: la acción
por incumplimiento; mientras que, en el segundo caso, se considera a la llamada garantía contra
políticas públicas como una concepción teórica y poco aplicable a la realidad jurídica, pues toda
política pública o toda omisión de emitir una política pública cuenta con un mecanismo de tutela en
caso de vulneración de derechos fundamentales: la acción de protección, la cual, como se verá, se erige
como garantía jurisdiccional.
94 Cfr. G RIJALVA, Agustín, Constitucionalismo en Ecuador, Quito, Corte Constitucional para el período de
transición, 2011, p. 240.
95 A este tipo de garantías, Raúl Gustavo FERREYRA, en su obra citada supra, las denomina garantías de la
Constitución en sentido amplio, señalando que, lo que estas pretenden, es que la actividad política debe
ser constitucionalmente adecuada, descartando del accionar estatal la posibilidad de la que la
Constitución pueda ser manipulada antojadizamente por quienes ostenten, circunstancialmente, el
poder político y, además, como ejemplos de aquellas garantías hace referencia a los principios de
separación de poderes, de supremacía constitucional, de rigidez constitucional y de reserva legal.
96 Al respecto, con similar punto de vista, aunque con distinto nombre, Juan M ONTAÑA PINTO , citado
supra, califica a estas como garantías normativas señalando que, en el caso ecuatoriano, ha resultado
novedosa la implementación de aquella garantía, vinculando a todo órgano público con potestad
normativa al respeto a los derechos fundamentales en el acto de emisión de dichas normas, por lo
que, señala, todo acto normativo tiene un límite: los derechos fundamentales (art. 84 CE).
97 Juan M ONTAÑA PINTO, en su obra ciatda supra, determina que estas garantías no son mecanismos de
protección de derechos de las personas, sino que les son reconocidas por el constituyente a varios
organismos del poder público que, por su naturaleza o ámbito de competencia, deben gozar de un
reducto indisponible como límite al legislador. Entre estas garantías señala a la separación de poderes,
el principio de legalidad y la existencia de un órgano independiente y autónomo que vigile la
supremacía constitucional, como lo es el Tribunal o la Corte Constitucional y, además, la institución de
la Defensoría del Pueblo o el denominado ombudsman.
98 Como ejemplos de aquellas garantías sociales se reconoce a la iniciativa popular normativa, la
posibilidad de revocar el mandato de dignatarios de elección popular, la posibilidad de solicitar
convocatoria a consultas populares, sean estas sometidas a plebiscito o referéndum y, la más
importante, la posibilidad de elegir y ser elegido, es decir, de sufragar o de participar del poder público
(arts. 103, 104, 105, 106, 107, 61, 61 y 63 CE).
99 En el caso ecuatoriano, las garantías están taxativamente previstas en el texto constitucional: acción de
protección, acción de hábeas data, acción de hábeas corpus, acción de acceso a la información pública,
acción extraordinaria de protección y acción por incumplimiento (arts. 88, 89, 91, 92, 93 y 94 CE).
100 Sentencia Nº 001-10-PJO-CC, dictada en el caso Nº 0999-09-JP, publicada en Suplemento del
Registro Oficial Nº 351 de 29 de diciembre de 2010.
101 Sentencia Nº 070-10-SEP-CC, dictada en el caso N° 0652-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial N° 359 de 10 de enero de 2011.
102 Sentencia Nº 013-11-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0793-09-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial N° 629 de 30 de enero de 2012.
103 Sentencia Nº 001-10-PJO-CC, dictada en el caso Nº 0999-09-JP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 351 de 29 de diciembre de 2010.
104 Publicadas en Suplemento del Registro Oficial Nº 466 de 13 de noviembre de 2008.
105 Publicado en el Suplemento del Registro Oficial Nº 127 de 10 de febrero de 2010.
106 Publicada en Suplemento del Registro Oficial Nº 52 de 22 de octubre de 2009.
107 Sentencia Nº 003-09-SIN-CC, dictada en el caso Nº 0021-2009-IA, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 644 de 29 de julio de 2009.
108 Sentencia Nº 016-12-SIN-CC, dictada en el caso Nº 0039-11-IN, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 743 de 11 de julio de 2012.
109 Véase ÁVILA SANTAMARÍA, Ramiro, “Del Amparo a la Acción de Protección Jurisdiccional”, en
Genealogía de la Justicia Constitucional, Quito, Corte Constitucional para el período de transición, 2011.
110 Esta postura fue sostenida por el Tribunal Constitucional en varias de sus resoluciones: Resolución Nº
005-2003-RA, 0013-2004-RA, 066-2004-RA y 438-2000-RA.
111 Cfr. OYARTE M ARTÍNEZ, Rafael, La Acción de Amparo, Ob. Cit., pp. 167-169.
112 Cierto sector de la doctrina consideró, como falencia del amparo constitucional, lo que sigue: Si,
como medida preventiva o cautelar, el juzgador constitucional concedía el amparo y, posteriormente, el
juez competente declaraba que el acto impugnado no resultaba ser ilegal, podrían haberse dado fallos
contradictorios. A este criterio, el ex Tribunal Constitucional se opuso al afirmar que no ocurría tal
evento puesto que, por su naturaleza, el amparo era cautelar, lo que implicaba el establecimiento de
medidas preventivas que suspendan los efectos del acto impugnado, mientras que el juez contencioso
administrativo debía pronunciarse sobre el fondo del asunto, principalmente, sobre cuestiones de
mera legalidad, lo que suponía resolver un proceso de conocimiento.
113 Resolución Nº 004-2002-RA emitida por la Primera Sala del Tribunal Constitucional.
114 Resoluciones Nº 0013-2004-RA, 0032-2002-RA, 0089-2003-RA y 0393-2003-RA, dictadas por el
Tribunal Constitucional.
115 Respecto a este tópico el profesor RAFAEL OYARTE manifiesta que el problema de la proposición
conjunta de acciones de amparo y recursos contencioso administrativos radicaba en la oportunidad,
pues, si se proponía amparo y luego acción contencioso administrativa, podía ocurrir que esta última
haya caducado.
Lo que no podía ocurrir, a criterio del citado autor, es que, una vez dictada la sentencia resolutiva del
fondo de la causa, se pretenda impugnar el mismo acto que originó el conflicto mediante acción de
amparo, ello debido a la naturaleza cautelar de esta última.
116 Cfr. ARELLANO G ARCÍA, Carlos, El Juicio de Amparo, México, Editorial Porrúa, 1997, p. 405.
117 Un aporte más profundo sobre esta doctrina puede verse en la obra de D ORANTES TAMAYO , Luis,
Teoría del Proceso, México, Editorial Porrúa, 2010.
118 Q UISBERT, Ermo, Derecho Procesal Civil Boliviano, Sucre, Bolivia: USFX, 2010, en:
ermoquisbert.tripod.com/pdfs/dpc.pdf.
119 VIZCARRA D ÁVALOS, José, Teoría General del Proceso, 12ª ed., México, Editorial Porrúa, 2011, pp. 184-
185.
120 Sentencia Nº 055-10-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0213-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 359 de 10 de enero de 2011.
121 Sentencia Nº 027-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0513-12-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 42 de 23 de julio de 2013.
122 Dictamen Nº 001-14-DRC-CC, dictado en el caso Nº 0001-14-RC, publicado en el tercer
Suplemento del Registro Oficial Nº 371 de 10 de noviembre de 2014.
123 Sentencia Nº 016-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1000-12-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 9 de 6 de junio de 2013.
124 Sentencia Nº 014-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 2004-12-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 16 de 17 de junio de 2013.
125 Sentencia Nº 007-10-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0132-09-EP¸ publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 168 de 9 de abril de 2010.
126 Sentencia Nº 026-10-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0343-09-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 290 de 30 de septiembre de 2010.
127 Sentencia Nº 016-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1000-12-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 9 de 6 de junio de 2013.
128 Sentencia Nº 102-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0403-13-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 161 de 14 de enero de 2014.
129 Sentencia Nº 021-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0960-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 154 de 3 de enero de 2014.
130 Cfr. BARRETO RODRÍGUEZ, José Vicente, Acción de Tutela: Teoría y Práctica, 2ª ed., Bogotá, Legis
Editores, 1998, pp. 300-301.
131 Sentencia Nº 076-12-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1722-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 756 de 30 de julio de 2012.
132 Salvo la acción extraordinaria de protección en la que, de forma inconstitucional, no caben medidas
cautelares conjuntas a la misma por así disponerlo el tercer inciso del artículo 27 de la Ley Orgánica de
Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional.
133 Sentencia Nº 034-13-SCN-CC, dictada en el caso Nº 0561-12-CN, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 42 de 23 de julio de 2013.
134 Sentencia Nº 076-12-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1722-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 756 de 30 de julio de 2012.
135 Sentencia Nº 102-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0380-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 152 de 27 de diciembre de 2013.
136 Sentencia Nº 093-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0793-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 143 de 13 de diciembre de 2013.
137 Dictamen Nº 001-14-DRC-CC, dictado en el caso Nº 0001-14-RC, publicado en el tercer
Suplemento del Registro Oficial Nº 371 de 10 de noviembre de 2014.
138 Sentencia Nº 055-10-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0213-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 359 de 10 de enero de 2011.
139 Sentencia N° 004-13-SAN-CC, dictada en el caso N° 0015-10-AN, publicada en el segundo
Suplemento del Registro Oficial N° 22 de 25 de junio de 2013.
140 Al respecto, un criterio contrapuesto en cuanto a la subsidiaridad de las garantías de derechos se
puede encontrar en C OMISIÓN ANDINA DE JURISTAS, Los Procesos de Amparo y Hábeas Corpus: Un Análisis
Comparado, Lima, CAJ, 2000.
141 Corte Constitucional, Sentencia Nº 1754-13-EP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 28 del
Registro Oficial de 19 de diciembre de 2019, ponencia de la juez Karla Andrade.
142 Corte Constitucional, Sentencia Nº 992-11-EP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 29,
Tomo I, del Registro Oficial de 8 de enero de 2020, ponencia del juez Hernán Salgado.
143 Sentencia Nº 028-10-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0173-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 290 de 30 de septiembre de 2010.
144 Sentencia Nº 098-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1850-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 154 de 3 de enero de 2014.
145 Corte Constitucional, Sentencia Nº 001-16-PJO-CC, dictada en el caso Nº 0530-10-JP, publicada en
el Suplemento del Registro Oficial Nº 767 de 2 de junio de 2016.
146 Corte Constitucional, Sentencia Nº 672-12-EP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 21,
Tomo II, del Registro Oficial de 13 de noviembre de 2019, ponencia de la juez Daniela Salazar.
147 Corte Constitucional, Sentencia Nº 1285-13-EP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 21,
Tomo III, del Registro Oficial de 13 de noviembre de 2019, ponencia del juez Ramiro Ávila.
148 Corte Constitucional, Sentencia Nº 1382-11-EP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 29,
Tomo I, del Registro Oficial de 8 de enero de 2020, ponencia del juez Agustín Grijalva.
149 Corte Constitucional, Sentencia Nº 283-14-EP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 29,
Tomo II, del Registro Oficial de 8 de enero de 2020, ponencia de la juez Daniela Salazar.
150 Sentencia Nº 102-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0380-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 152 de 27 de diciembre de 2013.
151 Sentencia Nº 102-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0380-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 152 de 27 de diciembre de 2013.
152 Sentencia Nº 102-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0380-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 152 de 27 de diciembre de 2013.
153 Corte Constitucional, Sentencia Nº 001-16-PJO-CC, dictada en el caso Nº 0530-10-JP, publicada en
el Suplemento del Registro Oficial Nº 767 de 2 de junio de 2016.
154 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Opinión Consultiva OC-9/87 de 6 de octubre de
1987.
155 Cfr. Caso Salvador Chiriboga Vs. Ecuador. Sentencia de 6 de mayo de 2008, serie C, párr. 179.
156 Cfr. Caso Genie Lacayo. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia del 29 de enero de 1997. Serie C
No. 30, párr. 74.
157 Cfr. Caso Suárez Rosero Vs. Ecuador. Fondo. Sentencia de 12 de noviembre de 1997. Serie C No.
35, párr. 70; Caso López Álvarez Vs. Honduras. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 1 de
febrero de 2006. Serie C No. 141, párr. 129; y Caso Acosta Calderón Vs. Ecuador. Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de junio de 2005. Serie C No. 129, párr. 104.
158 Cfr. Garantías Judiciales en Estados de Emergencia (arts. 27.2, 25 y 8 Convención Americana sobre
Derechos Humanos). Opinión Consultiva OC-9/87 del 6 de octubre de 1987. Serie A No. 9, párr. 23;
Caso del Tribunal Constitucional Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de enero
de 2001. Serie C No. 71, párr. 89; Caso Yatama Vs. Nicaragua. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 23 de junio de 2005. Serie C No. 127, párr. 167; y Caso Claude
Reyes y otros Vs. Chile. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 19 de septiembre de 2006. Serie
C No. 151, párr. 128.
159 Cfr. Caso Velásquez Rodríguez, supra 32, párr. 91; Caso del Penal Miguel Castro Castro Vs. Perú.
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 25 de noviembre de 2006. Serie C No. 160, párr. 381; y
Caso Zambrano Vélez. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 4 de julio de 2007. Serie C No.
166, párr. 114.
160 Cfr. Caso Hilaire, Constantine y Benjamin y otros Vs. Trinidad y Tobago. Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 21 de junio de 2002. Serie C No. 94, párrs. 142 a 145; Caso Myrna Mack Chang
Vs. Guatemala. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 25 de septiembre de 2003. Serie C No.
101, párr. 209; y Caso López Álvarez, supra nota 51, párr. 128.
161 Cfr. Caso Hilaire, Constantine y Benjamin y otros, supra nota 54, párrs. 142 a 145; Caso de la
Comunidad Moiwana, supra nota 48, párr. 160; y Caso López Álvarez, supra nota 51, párr. 128.
162 Cfr. Caso Salvador Chiriboga Vs. Ecuador. Sentencia de 6 de mayo de 2008, serie C, párr. 82, 84 y
86.
163 Constitución Política de la República de Chile, artículo 20.
164 Constitución española, artículo 53, número 2.
165 Código Procesal Constitucional del Perú, artículo 37.
166 Constitución Política de Colombia, artículo 86.
167 Constitución Política de la República de Honduras, artículo 183.
168 Constitución Política de la República Dominicana, artículo 72.
169 Constitución Política del Estado boliviano, artículo 128.
170 Constitución Política de Guatemala, artículo 265.
171 Constitución de la Nación Argentina, artículo 43.
172 Sobre la teoría de los derechos innominados véase RUBIO C ORREA, Marcial, La Interpretación de la
Constitución Según el Tribunal Constitucional, Lima, Fondo Editorial Pontificia Universidad Católica del
Perú, 2005, pp. 92-93.
173 A diferencia de lo que ocurre con la acción de protección, mediante la acción de amparo
constitucional se podía fundamentar no solo violación de derechos de fuente constitucional, sino que
la Carta Política de 1998 expresamente reconocía que dicha garantía se extendía también para proteger
derechos subjetivos consagrados en instrumentos internacionales, así como aquellos que le sean
naturales a la persona, por lo que no se hacían exclusiones a derechos, como, en efecto, sucedió con el
constituyente en 2008 (arts. 95 y 19 CPE).
174 Sentencia Nº 204-12-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1274-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 781 de 4 de septiembre de 2012.
175 Sentencia Nº 140-12-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1739-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 756 de 30 de julio de 2012.
176 Sentencia Nº 026-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1429-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 56 de 12 de agosto de 2013.
177 Sentencia Nº 065-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1144-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 93 de 2 de octubre de 2013.
178 Sentencia Nº 028-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1520-10-EP, publicada en el suplemento del
Registro Oficial Nº 56 de 12 de agosto de 2013.
179 Sentencia Nº 021-10-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0585-09-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 228 de 5 de julio de 2010.
180 Corte Constitucional, Sentencia Nº 1419-13-EP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 22 del
Registro Oficial de 19 de noviembre de 2019, ponencia del juez Ramiro Ávila.
181 Sentencia Nº 021-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0960-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 154 de 3 de enero de 2014.
182 FAVOREAU, Louis, Legalidad y Constitucionalidad. La Constitucionalización del Derecho, Bogotá, Instituto de
Estudios Constitucionales Carlos Restrepo Piedrahita, 2006, p. 18.
183 Cfr. PÉREZ TREMPS, Pablo, El Recurso de Amparo, Valencia, Tirant lo Blanch, 2004, pp. 55-60.
184 Un criterio contrario al expuesto se puede revisar en SAGÜÉS, Néstor Pedro, “El Derecho de Amparo
en Argentina”, en El Derecho de Amparo en el Mundo, México, Editorial Porrúa, 2006, pp. 50-51.
185 Cfr. M ARTÍNEZ PUJALTE, Antonio Luis y D E D OMINGO , Tomás, Los Derechos Fundamentales en el Sistema
Constitucional. Teoría General e Implicaciones Prácticas, Lima, Palestra Editores, 2010, pp. 76-84.
186 Corte Constitucional, Sentencia Nº 1357-13-EP/20, publicada en la Edición Constitucional Nº 34,
del Registro Oficial de 28 de enero de 2020, ponencia de la juez Daniela Salazar.
187 Corte Constitucional, Sentencia Nº 001-16-PJO-CC, dictada en el caso Nº 0530-10-JP, publicada en
el Suplemento del Registro Oficial Nº 767 de 2 de junio de 2016.
188 OVALLE FAVELA, José, Teoría General del Proceso, 6ª ed., México, Oxford University Press México, 2011,
pp. 271-273.
189 D EVIS ECHANDÍA, Hernando, Teoría General del Proceso, 13ª ed., Medellín, Biblioteca Jurídica Dike, 1993,
p. 326.
190 C OUTURE, Eduardo J., Vocablo Jurídico, Buenos Aires, Editorial Depalma, 1976, p. 380.
191 Cuando se hace referencia a procesos constitucionales, la doctrina suele ser enfática al afirmar que en
un litigio de esta naturaleza no existen “partes”, sino solo un accionante y un juez, pues no existe un
demandado al tratarse de un proceso contra acto u omisión.
192 Sentencia Nº 170-17-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0273-14-EP de 7 de junio de 2017.
193 Sentencia Nº 006-10-SAN-CC, dictada en el caso Nº 0109-09-AN, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 370 de 25 de enero de 2011.
194 Sentencia Nº 170-17-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0273-14-EP de 7 de junio de 2017.
195 Tribunal Constitucional, Pleno, Resolución Nº 0401-2004-RA.
196 Tribunal Constitucional, Tercera Sala, Resolución Nº 0022-2004-RA.
197 Estos son conocidos por la doctrina como grupos indeterminados sin representación. Al respecto,
OSVALDO A. GOZAÍNI ofrece un criterio contrario al expuesto en este trabajo, dejando abierta la
posibilidad de que se aplique legitimación activa colectiva para proteger derechos individuales. En todo
caso, sobre este tópico, el lector puede revisar GOZAÍNI, Osvaldo Alfredo, Los Problemas de Legitimación
en los Procesos Constitucionales, México, Editorial Porrúa, 2005, pp. 148 y ss.
198 Al respecto, tales señalamientos fueron hechos por el ex Tribunal Constitucional en Resolución Nº
121-2001-TP y Resolución Nº 447-RA-IS.
199 Sentencia Nº 002-10-SAN-CC, dictada en el caso Nº 0005-09-AN, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 724 de 14 de junio de 2012.
200 Sobre esta legitimación puede verse lo anotado por OSVALDO ALFREDO G ONZAÍNI en la obra citada
supra.
201 Resolución Nº 0217-2003-RA y Resolución Nº 0213-2001-RA, dictadas por el Tribunal
Constitucional.
202 Resolución Nº 0452-RA-00-IS, dictada por el Tribunal Constitucional.
203 Resolución Nº 0307-2004-RA, dictada por el Tribunal Constitucional.
204 Sentencia Nº 011-09-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0038-08-EP. Similar cuestión ocurrió en
Sentencia Nº 023-09-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0399-09-EP, asimismo, en Sentencia Nº 031-09-
SEP-CC, dictada en el caso Nº 0485-09-EP, además, en Sentencia Nº 032-09-SEP-CC, dictada en el
caso Nº 0415-09-EP.
205 Similar criterio puede verse en el aporte de ÁVILA SANTAMARÍA, Ramiro, “En Defensa del
Neoconstitucionalismo Transformador”, Revista Jurídica Ruptura, Nº 56, Quito, Pontificia Universidad
Católica del Ecuador, 2013.
206 Cfr., PÉREZ TREMPS, Pablo, Ob. Cit., p. 163.
207 Tribunal Constitucional español, Sentencia Nº STC 129/2001, Sentencia Nº STC 175/2001,
Sentencia Nº STC Nº 173/ 2002.
208 Corte Constitucional, Sentencia Nº 282-13-JP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 21,
Tomo II, del Registro Oficial de 13 de noviembre de 2019, ponencia de la juez Daniela Salazar.
Sentencia Nº 1905-13-EP/20, publicada en la Edición Constitucional Nº 35 del Registro Oficial de 31
de enero de 2020, ponencia de la juez Carmen Corral.
209 Sentencia Nº 012-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0253-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 4 de 30 de mayo de 2013.
210 Sentencia Nº 005-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0317-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 933 de 15 de abril de 2013.
211 Sentencia Nº 005-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0317-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 933 de 15 de abril de 2013.
212 Sentencia Nº 079-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0605-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 116 de 5 de noviembre de 2013.
213 Sentencia Nº 068-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0447-12-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 77 de 10 de septiembre de 2013.
214 Corte Constitucional, Sentencia Nº 282-13-JP/19 publicada en la Edición Constitucional Nº 21,
Tomo II, del Registro Oficial de 13 de noviembre de 2019, ponencia de la juez Daniela Salazar.
215 Sentencia Nº 033-09-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0123-09-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 97 de 29 de diciembre de 2009. Lo dicho se reiteró en el auto de aclaración de 15
de febrero de 2012, a las 19h10, publicado en el Suplemento del Registro Oficial Nº 656 de 8 de
marzo de 2012.
216 Sentencia Nº 040-11-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1824-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 597 de 15 de diciembre de 2011.
217 Sentencia Nº 014-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 2004-12-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 16 de 17 de junio de 2013.
218 Sentencia Nº 046-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1538-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 77 de 10 de septiembre de 2013.
219 Sentencia Nº 098-12-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0490-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 728 de 20 de junio de 2012.
220 Estos aspectos fueron regulados por el artículo 7 de la Resolución del Pleno de la entonces Corte
Suprema de Justicia en materia de amparo, publicada en el Registro Oficial Nº 378 de 27 de julio de
2001 y reformada por la Resolución publicada en el Registro Oficial Nº 559 de 19 de abril de 2002.
221 Argumentos a favor respecto de esta postura se pueden encontrar en la obra del profesor RAFAEL
OYARTE M ARTÍNEZ, La Acción de Amparo, Ob. Cit.
222 Resolución Nº 024-RA-00-IS y Resolución Nº 009-RA-00-IS dictadas por el Tribunal Constitucional.
223 Resolución Nº 025-99-TP y Resolución Nº 009-RA-00-IS dictadas por el Tribunal Constitucional.
224 Sentencia Nº 068-10-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0734-09-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 372 de 27 de enero de 2011.
225 Sentencia Nº 014-10-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0371-09-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 192 de 13 de mayo de 2010.
226 Esta postura fue ratificada por la Magistratura en varios fallos: Sentencia Nº 023-10-SEP-CC, dictada
en el caso Nº 0490-09-EP, publicada en el Suplemento del Registro Oficial Nº 202 de 28 de mayo de
2010, Sentencia Nº 020-10-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0583-09-EP, publicada en el Suplemento
del Registro Oficial Nº 228 de 5 de julio de 2010, Nº 033-10-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0167-10-
EP, publicada en el Suplemento del Registro Oficial Nº 258 de 17 de agosto de 2010 y Sentencia Nº
050-10-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0193-09-EP, publicada en el Suplemento del Registro Oficial
Nº 331 de 30 de noviembre de 2010.
227 Resolución Nº 0135-2004-RA y Resolución Nº 809-2002-RA dictadas por el Tribunal Constitucional.
228 Resolución Nº 0101-2003-RA dictada por el Tribunal Constitucional.
229 Sentencia Nº 070-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0308-13-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 93 de 2 de octubre de 2013.
230 Sentencia Nº 244-12-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0047-12-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 877 de 23 de enero de 2013.
231 Sentencia Nº 027-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0513-12-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 42 de 23 de julio de 2013.
232 Sentencia Nº 004-11-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0669-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 656 de 8 de marzo de 2012.
233 Sentencia Nº 014-11-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0311-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 601 de 21 de diciembre de 2011.
234 Sentencia Nº 070-12-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0874-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 695 de 3 de mayo de 2012.
235 G ONZAÍNI, Osvaldo A., Ob. Cit., pp. 153-154.
236 Corte Constitucional cit. ÁVILA SANTAMARÍA, Ramiro “Las garantías: herramientas indispensables para
el cumplimiento de los derechos”, en Agustín Grijalva Jiménez, Rubén Martínez Dalmau y Ramiro
Ávila Santamaría (ed.), Desafíos Constitucionales. La Constitución ecuatoriana del 2008 en perspectiva, Quito,
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Tribunal Constitucional del Ecuador, 2008, p. 94.
237 Sentencia Nº 031-09-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0485-09-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 628 de 27 de enero de 2012.
238 Sentencia Nº 013-09-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0232-09-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 638 de 21 de julio de 2009.
239 Corte Constitucional, Sentencia Nº 1159-12-EP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 21,
Tomo II, del Registro Oficial de 13 de noviembre de 2019, ponencia de la juez Daniela Salazar.
240 Sobre este tema puede revisarse ALARCÓN PEÑA, Pablo, Las Resoluciones del Tribunal Supremo Electoral como
Objeto de la Acción de Amparo Constitucional, tesis de abogado, USFQ, Quito.
241 Tribunal Constitucional, Pleno, Resolución Nº 100-2001-TP, dictada en el caso Nº 281-2000-RA.
242 Tribunal Contencioso Electoral, Resolución Nº 361, dictada en el caso Nº 361-2009-TCE, publicada
en el Suplemento del Registro Oficial Nº 107 de 14 de enero de 2011.
243 Si bien la Corte Constitucional no se ha pronunciado respecto a aquello, el Tribunal Constitucional sí
lo hizo en Resolución Nº 100-2001-TP, dictada en el caso Nº 281-2000-RA, en que negó un amparo
constitucional propuesto en contra de una junta receptora del voto.
244 Téngase presente que hubo Constituciones que sí lo indicaban, como ocurrió con la de 1946 (art. 185,
letra ll), 1967 (art. 64, Nº 13), 1978 (art. 31, letra k) y 1998 (art. 35, Nº 13).
245 Sentencia Nº 023-09-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0399-09-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 43 de 8 de octubre de 2009.
246 Corte Constitucional, Sentencia Nº 282-13-JP/19 de 4 de septiembre de 2019.
247 Sobre este tópico puede revisarse BIELSA, Rafael, Derecho Administrativo, Tomo I, 5ª ed., Buenos Aires,
Editorial Depalma, 1957.
248 Tribunal Constitucional, Tercera Sala, Resolución Nº 0674-2005-RA, dictada en el caso Nº 0674-
2005-RA.
249 Sentencia Nº 042-12-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0085-09-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 797 de 26 de septiembre de 2012.
250 D UGUIT, León, Tratado de Derecho Constitucional, 2ª ed., París, Sirey, 1923. p. 61.
251 Ello ocurre, por ejemplo, con los servicios públicos de agua potable, energía eléctrica,
telecomunicaciones, vialidad, infraestructuras portuarias y aeroportuarias (arts. 313, 314, 315, 316 CE).
252 D ROMI, Roberto, Derecho Administrativo, 9ª ed., Buenos Aires, Ciudad Argentina Editorial de Ciencia y
Cultura, 2001, p. 258.
253 PÉREZ, Efraín, Derecho Administrativo, Tomo II, 3ª ed., Quito, Corporación de Estudios y Publicaciones,
2009, p. 454.
254 G ALINDO C AMACHO , Miguel, Derecho Administrativo, México, Editorial Porrúa, 2003, p. 46.
255 VERGARA BLANCO , Alejandro, Principios y Sistema del Derecho Minero. Estudio Histórico-Dogmático, Santiago
de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 1992, p. 270.
256 OYARTE M ARTÍNEZ, Rafael, Ob. Cit., pp. 78-79.
257 C ASSAGNE, Juan Carlos, Ob. Cit., pp. 413-414.
258 Es un servicio público objetivo porque aunque reúne los requisitos y cualidades del servicio público
propio, el Estado ha decidido no asumirlas directamente y, por tanto, no las publifica, toda vez que
hacerlo resultaría inconstitucional, implicando una restricción el ejercicio de libertades económicas
privadas (art. 66, Nº 15 CE), a lo que se agrega el hecho que no siempre el Estado cuenta con los
recursos y tecnología suficientes para sumir la prestación de ciertos servicios.
259 Ejemplos de este tipo de servicios públicos se encuentran en el sistema de salud, educación y
transporte público.
260 C ASSAGNE, Juan Carlos, Derecho Administrativo, Tomo II, 9ª ed., Buenos Aires, Abeledo Perrot, 2009,
pp. 413-414.
261 Es un servicio público objetivo porque aunque reúne los requisitos y cualidades del servicio público
propio, el Estado ha decidido no asumirlas directamente y, por tanto, no las publifica, toda vez que
hacerlo resultaría inconstitucional, implicando una restricción el ejercicio de libertades económicas
privadas (art. 66, Nº 15 CE), a lo que se agrega el hecho que no siempre el Estado cuenta con los
recursos y tecnología suficientes para sumir la prestación se ciertos servicios.
262 Ejemplos de este tipo de servicios públicos se encuentran en el sistema de salud, educación y
transporte público.
263 FRAGA, Gabino, Derecho Administrativo, 47ª ed., México, Editorial Porrúa, 2009, p. 17.
264 Tribunal Constitucional, Resolución Nº 0233-2002-RA.
265 Corte Constitucional, Sentencia Nº 1357-13-EP/20, publicada en la Edición Constitucional Nº 34,
del Registro Oficial de 28 de enero de 2020, ponencia de la juez Daniela Salazar.
266 ESCOLA, Héctor Jorge, El Interés Público como Fundamento del Derecho Administrativo, Buenos Aires,
Editorial Depalma, 1989, pp. 249-250.
267 De este modo, el lector puede revisar el aporte del administrativista chileno, ROJAS C ALDERÓN,
Christian, “La Categoría Jurídica de los “Servicios Privados de Interés Publico”. El caso de las Juntas
de Vigilancia de Ríos”, Revista Chilena de Derecho, Vol. 4º, Nº 1, Chile, 2014, pp. 171-204.
268 Un elaborado análisis sobre el instituto de la concesión en relación con el caso ecuatoriano lo realiza el
profesor OYARTE, Rafael, “La Concesión del Espectro Radioeléctrico”, Ópera Prima de Derecho
Administrativo, Revista de la Asociación Internacional de Derecho Administrativo, Opus Nº 10, México,
Universidad Nacional Autónoma de México, 2011.
269 Sentencia Nº 034-13-SCN-CC, dictada en el caso Nº 0561-12-CN, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 42 de 23 de julio de 2013.
270 OYARTE M ARTÍNEZ, Rafael, Ob. Cit., p. 126.
271 BILBAO U BILLOS, Juan María, La Eficacia de los Derechos Fundamentales Frente a Particulares, Análisis de la
Jurisprudencia del Tribunal Constitucional, Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 1997, p.
250.
272 Los requisitos formales de la petición se revisarán más adelante en el último capítulo.
273 Sentencia Nº 102-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0403-13-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 161 de 14 de enero de 2014.
274 Así lo disponía el artículo 95 de la Constitución de 1998.
275 Sentencia Nº 102-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0403-13-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 161 de 14 de enero de 2014.
276 Sentencia Nº 102-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0403-13-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 161 de 14 de enero de 2014.
277 Sentencia Nº 053-12-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0684-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 714 de 31 de mayo de 2012.
278 Sentencia Nº 016-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1000-12-EP, publicada en el Suplemento
Registro Oficial Nº 9 de 6 de junio de 2013.
279 Corte Constitucional, Sentencia Nº 176-14-EP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 21,
Tomo IV, del Registro Oficial de 13 de noviembre de 2019, ponencia del juez Enrique Herrería.
280 Esta aparente restricción no estaba prevista en la Constitución de 1998, pues en ella, expresamente, se
reconocía la procedencia del amparo constitucional para proteger derechos consagrados en
instrumentos internacionales de derechos humanos (art. 95 CRE).
281 Este criterio sí se recogió en el artículo 45 de las Reglas de Procedimiento para el Ejercicio de las
Competencias de la Corte Constitucional para el período de transición.
282 Cfr. PEREIRA M ENAUT, Antonio Carlos, Teoría Constitucional, Santiago de Chile, Editorial Jurídica
ConoSur Ltda., 1998, p. 15.
283 Sentencia Nº 026-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1429-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 56 de 12 de agosto de 2013.
284 Sentencia Nº 028-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1520-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 56 de 12 de agosto de 2013.
285 Sentencia Nº 065-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1144-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 93 de 2 de octubre de 2013.
286 Sentencia Nº 021-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0960-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 154 de 3 de enero de 2014.
287 Esta postura, como se verá, no resulta ser del todo cierta en virtud del reconocimiento del citado
principio de cláusula abierta en materia de derechos.
288 Sobre este tipo de tratados cabe control de constitucionalidad a posteriori, cuya demanda puede
presentarse dentro del plazo de seis meses subsiguientes a la suscripción del instrumento. Si se lo
declara inconstitucional, se lo debe denunciar ante el órgano correspondiente, renegociarlo, o
promover enmienda, reforma o cambio constitucional (arts. 110, Nº 4 y 112, Nº 4 LOGJCC).
289 OYARTE M ARTÍNEZ, Rafael, Ob. Cit., pp. 121-123.
290 Sentencia Nº 037-12-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0990-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 714 de 31 de mayo de 2012.
291 Sentencia Nº 065-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1144-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 93 de 2 de octubre de 2013.
292 Corte Constitucional, Sentencia Nº 2152-11-EP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 21,
Tomo II, del Registro Oficial de 13 de noviembre de 2019, ponencia de la juez Karla Andrade.
293 Corte Constitucional, Sentencia Nº 761-12-EP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 21,
Tomo II, del Registro Oficial de 13 de noviembre de 2019, ponencia de la juez Daniela Salazar.
294 Corte Constitucional, Sentencia Nº 307-10-E P/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 1 del
Registro Oficial de 29 de julio de 2019, ponencia del juez Ramiro Ávila. Corte Constitucional,
Sentencia Nº 739-13-EP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 22 del Registro Oficial de 19
de noviembre de 2019, ponencia de la juez Karla Andrade.
295 G ORDILLO , Agustín, Tratado de Derecho Administrativo, Tomo VIII, Buenos Aires, Fundación de
Derecho Administrativo, 2013, p. 212.
296 G ARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo y FERNÁNDEZ, Tomás-Ramón, Curso de Derecho Administrativo, Tomo I,
12ª ed., Bogotá, Editorial Temis, 2008, pp. 526 y 538. Asimismo, revísese DROMI, Roberto, Ob. Cit., p.
241 y SECAIRA DURANGO, Patricio, Curso Breve de Derecho Administrativo, Quito, Editorial Universitaria,
2004, pp. 179-181.
297 Cfr., TAFUR G ALVIS, Álvaro, Estudios de Derecho Público, Bogotá, Ediciones Jurídicas Gustavo Ibáñez,
1997, p. 305. Véase también BORJA y BORJA, Ramiro, Teoría General del Derecho Administrativo, 2ª ed.,
Quito, Ediciones Pudeleco, 1995, pp. 132-138.
298 El Código Orgánico Administrativo eliminó, de forma incomprensible, el recurso de reposición,
consagrando solamente los recursos de apelación y de revisión (art. 219 COA).
299 El acto que causa estado implica la imposibilidad de su revisión en sede administrativa, sea porque se
agotaron los recursos administrativos respectivos que cabían en su contra, o porque no se los
interpuso en el período de tiempo legalmente previsto, quedando, únicamente, su impugnación en vía
judicial.
300 Por acto firme debe entenderse la manifestación de voluntad de la Administración Pública no
susceptible de impugnación en sede administrativa o judicial, sea porque el acto se impugnó en sede
judicial y existe sentencia ejecutoriada que se ha pronunciado sobre su conformidad con la ley, ora
porque no se ha impugnado judicialmente el acto dentro del período legal previsto para el efecto.
301 G ORDILLO , Agustín, Ob. Cit., p. 215.
302 PÉREZ, Efraín Ob. Cit., p. 450.
303 VILLAR PALASÍ, José Luis y VILLAR EZCURRA, José Luis, Principios de Derecho Administrativo, Actos, Recursos
y Jurisdicción Contencioso-Administrativa, Tomo II, 4ª ed., Madrid, Universidad Complutense de Madrid,
1999, p. 71.
304 Tribunal Constitucional, Pleno, Resolución Nº 0987-04-RA.
305 G ORDILLO , Agustín, Ob. Cit., p. 212.
306 C ASSAGNE, Juan Carlos, Ob. Cit., Tomo I, p. 101.
307 RODRÍGUEZ, Libardo Derecho Administrativo: General y Colombiano, 16ª ed., Bogotá, Editorial Temis, 2008,
pp. 260-261.
308 PÉREZ, Efraín, Ob. Cit., p. 482.
309 Corte Constitucional, Segunda Sala, Resolución Nº 562-2007-RA, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 23 de 8 de diciembre de 2009.
310 Tribunal Constitucional, Pleno, Resolución Nº 076-2004-RA. Del mismo modo, Tribunal
Constitucional, Segunda Sala, Resolución Nº 184-2004-RA.
311 Tribunal Constitucional, Tercera Sala, Resolución Nº 785-2004-RA, publicada en el del Registro
Oficial Nº 512 de 26 de enero de 2005.
312 Q UINCHE RAMÍREZ, Manuel Fernando, Vías de Hecho, Acción de Tutela Contra Providencias, Primera
reimpresión, Bogotá, Ediciones Doctrina y Ley, 2007, p. 90.
313 G ARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo y FERNÁNDEZ, Tomás-Ramón, Ob. Cit., pp. 469, 767 y 791. Del
mismo modo, VIDAL PERDOMO, Jaime, Derecho Administrativo, 11ª ed., Bogotá, Editorial Temis, 1997,
pp. 336-337.
314 C ASSAGNE, Juan Carlos, Ob. Cit., Tomo I, pp. 102-103.
315 DROMI, Roberto, Ob. Cit., p. 242.
316 Resolución Nº 1365-07-RA, publicada en el Suplemento del Registro Oficial Nº 304 de 20 de octubre
de 2010.
317 Sentencia Nº 010-09-SEP-CC, dictada en los casos Nº 0125-09-EP y Nº 0171-09-EP (acumulados),
publicada en el Suplemento del Registro Oficial Nº 637 de 20 de julio de 2009.
318 Sentencia Nº 011-09-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0338-08-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 637 de 20 de julio de 2009.
319 Otro autor que se suma al criterio anotado es PÉREZ, Efraín, Ob. Cit, p. 514.
320 OYARTE M ARTÍNEZ, Rafael, La Acción de Amparo, Ob. Cit., p. 156.
321 Corte Constitucional, Sentencia Nº 1382-11-EP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 29,
Tomo I, del Registro Oficial de 8 de enero de 2020, ponencia del juez Agustín Grijalva.
322 D ROMI, Roberto, Ob. Cit., p. 190. En el mismo sentido véase la obra del profesor BENALCÁZAR
GUERRÓN, Juan Carlos, Derecho Procesal Administrativo Ecuatoriano, Jurisprudencia, Dogmática y Doctrina, 1ª
ed., Quito, Andrade & Asociados Fondo Editorial, 2007, p. 59.
323 Así, existen también autores que reconocen la posibilidad de que la Administración ejerza funciones
jurisdiccionales. Revísese, al efecto, C ASSAGNE, Juan Carlos, Ob. Cit., Tomo I, p. 79-85. También se
puede ver M ARIENHOFF, Miguel S., Tratado de Derecho Administrativo, 5ª ed., Buenos Aires, Abeledo
Perrot, 2011, pp. 482 y 483.
324 Sobre este aspecto se puede revisar el artículo de RODRÍGUEZ PATRÓN, Patricia, El Control de los Actos y
Disposiciones del Tribunal Constitucional en el Ordenamiento Español. Una Comparación con el Sistema Italiano, en
http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/trcons/cont/12/est/est9.pdf.
325 D ROMI, Roberto, Ob. Cit., p. 314.
326 ALTAMIRA G IGENA, Julio Isidro, Lecciones de Derecho Administrativo, 1ª ed., Córdoba, Advocatus, 2005, p.
453.
327 VIDAL PERDOMO , Jaime, Ob. Cit., pp. 165 y 166.
328 G ARRIDO FALLA, Fernando, Tratado de Derecho Administrativo, Tomo II, 12ª ed., Madrid, Editorial
Tecnos, 2005, p. 157.
329 M ARIENHOFF, Miguel S., Ob. Cit., Tomo IV, p. 410.
330 Corte Constitucional de Colombia, Sentencia T-873/99.
331 Tribunal Constitucional, Primera Sala, Resolución Nº 407-RA-00-IS, dictada en el caso Nº 159-2000-
RA.
332 D ROMI, Roberto, Ob. Cit., p. 314.
333 Corte Constitucional de Colombia, Sentencia Nº T/506-92.
334 Sentencia Nº 164-12-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0980-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 756 de 30 de julio de 2012.
335 Sentencia Nº 031-12-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1701-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 683 de 16 de abril de 2012.
336 Corte Constitucional, Primera Sala, Resolución Nº 0661-08-RA, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 1 de 18 de agosto de 2009.
337 Sentencia Nº 060-10-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0005-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 372 de 27 de enero de 2011.
338 Adoptada por la Junta Bancaria el 14 de mayo de 2009 y publicada en el Suplemento del Registro
Oficial Nº 600 de 28 de mayo de 2009.
339 Tribunal Constitucional, Pleno, Resolución Nº 0602-2005-RA.
340 G ARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo y FERNÁNDEZ, Tomás-Ramón, Ob. Cit., p. 491.
341 Corte Constitucional, Dictamen Nº 2-19-IC/19, publicado en la Edición Constitucional del Registro
Oficial Nº 85 de 16 de mayo de 2019.
342 BENALCÁZAR G UERRÓN, Juan Carlos, Ob. Cit., p. 264.
343 Tribunal Constitucional, Tercera Sala, Resolución Nº 191-2000-III-Sala, dictada en el caso Nº 1300-
99-RA. Igualmente ver Tribunal Constitucional, Primera Sala, en Resolución Nº 034-01-RA-IS, dictada
en los casos Nº 362-2000-RA, y 0046-2002-RA.
344 Corte Suprema de Justicia, Sentencia de 8 de octubre de 1968. (Gaceta Judicial. Serie XI. Nº 4. p. 542).
345 Segunda Sala, Resolución Nº 0425-2007-RA, publicada en el Suplemento del Registro Oficial Nº 102
de 16 de febrero de 2009.
346 Sentencia Nº 009-12-SIN-CC, dictada en el caso Nº 0050-09-IN, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 743 de 11 de julio de 2012.
347 Sentencia Nº129-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1208-12-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 203 de 14 de marzo de 2014, criterio que se ratificó en Sentencia Nº 130-13-SEP-
CC, dictada en el caso Nº 1269-12-EP, publicada en el Suplemento del Registro Oficial Nº 203 de 14
de marzo de 2014.
348 Corte Constitucional, Sentencia Nº 2735-18-EP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 29,
Tomo II, del Registro Oficial de 8 de enero de 2020, ponencia del juez Enrique Herrería.
349 Corte Constitucional, Sentencia Nº 335-16-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0778-12-EP, publicada en
el Suplemento del Registro Oficial Nº 852 de 24 de enero de 2017.
350 M ARIENHOFF, Miguel S., Ob. Cit., Tomo V, pp. 257-273.
351 Sentencia Nº 013-09-SEP-CC dictada en el caso Nº 0232-09-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 638 de 21 de julio de 2009.
352 Tribunal Constitucional, Pleno, Resolución Nº 201-2000-TP, dictada en el caso Nº 172-2000-RA.
353 Tribunal Constitucional, Pleno, Resolución Nº 0413-2004-RA.
354 Corte Constitucional, Tercera Sala, Resolución Nº 1470-2008-RA, publicada, publicada en el
Suplemento del Registro Oficial Nº 542 de 6 de marzo de 2009.
355 Corte Constitucional, Sentencia Nº 006-17-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1445-13-EP, publicada en
la Edición Especial del Registro Oficial Nº 911 de 21 de febrero de 2017.
356 ESCUIN PALOP, Vicente, Elementos de Derecho Público, 2ª ed., Madrid, Editorial Tecnos, 1999, p. 130.
357 Otros doctrinarios niegan que la propia Administración pueda anular sus actos, siendo esta una tarea
exclusiva del órgano jurisdiccional, dejando solo la opción de que el acto pueda revocarse, en sede
administrativa, por razones de legitimidad, así como de oportunidad. Véase sobre este aspecto
M ARIENHOFF, Miguel, S., Ob. Cit., Tomo II, p. 455.
358 PENAGOS, Gustavo, Los Actos Políticos, Bogotá, Ediciones Librería del Profesional, 1985, p. 24.
359 M ARIENHOFF, Miguel S., Ob. Cit., Tomo II, p. 551.
360 OYARTE M ARTÍNEZ, Rafael, Ob. Cit., pp. 160-161.
361 PENAGOS, Gustavo, Ob. Cit., p. 24
362 M ARIENHOFF, Miguel S., Ob. Cit., Tomo II, pp. 563-564, 577 y ss.
363 Sentencia Nº 072-10-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0164-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 367 de 20 de enero de 2011.
364 Un valioso aporte sobre estos conceptos se puede encontrar en la obra de la profesora ARAUJO
GRANDA, M. Paulina, Consultor Penal-COIP, Quito, Corporación de Estudios y Publicaciones, 2014.
365 SECAIRA D URANGO , Patricio, Ob. Cit., p. 91-92.
366 Tribunal Constitucional, Pleno, Resolución Nº 026-02-AA.
367 Sentencia Nº 003-09-SAN-CC, dictada en los casos Nº 0001-09-IS y Nº 0018-09-AN (acumulados),
publicada en el Suplemento del Registro Oficial Nº 577 de 24 de abril de 2009.
368 Sentencia Nº 003-09-SAN-CC, dictada en los casos Nº 0001-09-IS y Nº 0018-09-AN (acumulados),
publicada en el Suplemento del Registro Oficial Nº 577 de 24 de abril de 2009.
369 Primera Sala, Resolución Nº 1509-08-RA, publicada en el Suplemento del Registro Oficial Nº 129 de
19 de junio de 2009.
370 Tribunal Constitucional, Primera Sala, Resolución Nº 0553-08-RA, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 62 de 2 de julio de 2008.
371 Tribunal Constitucional Primera Sala, Resolución Nº 1541-07-RA, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 59 de 13 de junio de 2009.
372 Sentencia Nº 079-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0605-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 116 de 5 de noviembre de 2013.
373 Sentencia Nº 140-12-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1739-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 756 de 30 de julio de 2012.
374 Sentencia Nº 096-14-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0146-12-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 289 de 15 de julio de 2014.
375 Sentencia Nº 055-10-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0213-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 359 de 10 de enero de 2011.
376 Sentencia Nº 072-10-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0164-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 367 de 20 de enero de 2011.
377 Sentencia Nº 055-10-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0213-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 359 de 10 de enero de 2011.
378 Sentencia Nº 072-10-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0164-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 367 de 20 de enero de 2011.
379 Sentencia Nº 072-10-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0164-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 367 de 20 de enero de 2011.
380 Sentencia Nº 055-10-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0213-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 359 de 10 de enero de 2011.
381 Sobre este tema se puede revisar un importante aporte de OYARTE M ARTÍNEZ, Rafael, “Mecanismos
de Impugnación de los Dictámenes del Procurador General del Estado”, FORO, Revista de Derecho, Nº
6, Quito, Universidad Andina Simón Bolívar, 2006.
382 Tribunal Constitucional, Pleno, Resolución Nº 0003-2003-AA
383 Tribunal Constitucional, Pleno, Resolución Nº 0426-2003-RA.
384 OYARTE M ARTÍNEZ, Rafael, Ob. Cit., pp. 59-64.
385 Sentencia Nº 002-09-SAN-CC, dictada en el caso Nº 0005-08-AN, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 566 de 8 de abril de 2009.
386 Sentencia Nº 157-12-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0556-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 743 de 11 de julio de 2012. Véase también Sentencia Nº 100-14-SEP-CC, dictada
en el caso Nº 0026-11-EP, publicada en el Suplemento del Registro Oficial Nº 289 de 15 de julio de
2014.
387 Sentencia Nº 093-14-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1752-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 289 de 15 de julio de 2014.
388 Sentencia Nº 090-14-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1141-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 289 de 15 de julio de 2014.
389 Tribunal Constitucional, Resolución Nº 0149-2003-RA.
390 Tribunal Constitucional, Resolución Nº 035-99-TP y Resolución Nº 075-2001.TP, emitida por el
Pleno del Tribunal Constitucional y dictada en el caso Nº 344-2000-RA.
391 Aclaro que la una regulación breve y general no implica que un texto constitucional sea incompleto,
pues este, como señala KONRAD HESSE, no codifica, sino que únicamente trata –de forma puntual y a
breves rasgos– aquellos aspectos que parece importante y requiere determinación.
392 PEREIRA M ENAUT, Antonio Carlos, Ob. Cit., p. 37.
393 C ASTRO PATIÑO , Iván, Inconstitucionalidad por Omisión, Teoría General, Derecho Comparado, Reforma necesaria en
la Constitución Ecuatoriana, Guayaquil, Corporación de Estudios y Publicaciones, 2006, p. 53.
394 L ASALLE, Ferdinand, ¿Qué es una Constitución?, Bogotá, Panamericana Editorial, 1994, pp. 14-19.
395 FERNÁNDEZ SEGADO, Francisco, “La Inconstitucionalidad por Omisión: ¿Cauce de Tutela de los
Derechos de Naturaleza Socio Económico?”, en La Inconstitucionalidad por Omisión, Bogotá, Editorial
Temis, 1997, p. 10.
396 SAGÚÉS, Néstor Pedro, Elementos de Derecho Constitucional, Vol. II, Buenos Aires, Editorial Astrea, 1993, p.
111.
397 BIDART C AMPOS, Germán, “Algunas Reflexiones sobre las Omisiones Inconstitucionales”, en
Inconstitucionalidad por Omisión, Bogotá, Editorial Temis, 1997, p. 3.
398 M IRANDA, Jorge, Manual de Derecho Constitucional, Vol. II, Coimbra, Editorial Coimbra, 1993, p. 338.
399 SAGÜÉS, María Sofía, “Las Garantías del Control de la Inconstitucionalidad por Omisión”, en
Garantías y Procesos Constitucionales, Argentina, Ediciones Jurídicas Cuyo, 2009, p. 390.
400 G ÓMEZ C ANOTHILO , José Joaquín, Derecho Constitucional, Lisboa, Editorial Coimbra, 1993, p. 1809.
401 AGUIAR DE L UQUE, Luis, “El Tribunal Constitucional y la Función Legislativa: El Control del
Procedimiento Legislativo y de la Inconstitucionalidad por Omisión”, Revista de Derecho Político, Madrid,
1987, p. 25.
402 FERNÁNDEZ, José Julio, La Inconstitucionalidad por Omisión. Teoría General, Derecho Comparado: El Caso
Español, Madrid, Editorial Civitas, 1998, p. 81.
403 Sentencia Nº 001-11-SIO-CC, dictada dentro en el caso Nº 0005-10-IO, publicada en el Suplemento
del Registro Oficial Nº 378 de 4 de febrero de 2011.
404 Revísese Q UINTANA, Ismael, Las Acciones por Incumplimiento y de Inconstitucionalidad por Omisión, Quito,
Corporación de Estudios y Publicaciones, 2016.
405 OYARTE M ARTÍNEZ, Rafael, La Acción de Amparo, Ob. Cit., p. 103.
406 Ibíd., pp. 103-104.
407 RANGEL HERNÁNDEZ, Laura, Inconstitucionalidad por Omisión Legislativa. Teoría General y su Control
Jurisdiccional en México, México, Editorial Porrúa, 2009, p. 25.
408 Tribunal Constitucional, Tercera Sala, Resolución Nº 0006-2003-RA.
409 Tribunal Constitucional, Segunda Sala, Resolución Nº 0028-2000-RA. Similar criterio se puede revisar
en Primera Sala, Resolución Nº 0156-2002-RA y Tercera Sala, Resolución Nº 0087-2004-RA.
410 Tribunal Constitucional, Segunda Sala, Resolución Nº 0180-2003-RA.
411 VALLEFÍN, Carlos A., El Amparo en la Argentina: Origen y Trayectoria. Su Espacio en América Latina, México,
Editorial Porrúa, 2010, p. 31.
412 SECAIRA D URANGO , Patricio, Ob. Cit., p. 179.
413 D ROMI, Roberto, Ob. Cit., p. 247.
414 M ORALES TOBAR, Marco, “El Acto Administrativo”, en Derecho Constitucional para Fortalecer la Democracia
Ecuatoriana, Quito, Tribunal Constitucional y Fundación Konrad Adenauer, 1999, pp. 99-100.
415 Cfr. PÉREZ D AYÁN, Alberto, Teoría General del Acto Administrativo, 3ª ed., México, Editorial Porrúa,
2010, pp. 61-77.
416 G ARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo y FERNÁNDEZ, Tomás-Ramón, Ob. Cit., pp. 561-562. Del mismo
modo, Agustín GORDILLO, Ob. Cit., señala que la Administración Pública cuenta con dos mecanismos
para hacer cumplir lo contenido en un acto administrativo: la coerción propia e impropia. La primera
implica que la Administración posee los medios necesarios para hacer cumplir sus decisiones, la
segunda, en cambio, implica que la Administración no cuenta con aquellas facultades, por lo que debe
requerir a la justicia el establecimiento de medios de coerción para hacer ejecutar lo ordenado en el
acto.
417 Cfr. PÉREZ, Efraín, Ob. Cit., p. 403.
418 Cfr. C ASSAGNE, Juan Carlos, Ob. Cit., pp. 95-116.
419 Cfr., PALASÍ, José y VILLAR EZCURRA, José, Principios de Derecho Administrativo. Concepto y Fuentes, Tomo I,
4ª ed., Madrid, Universidad Complutense de Madrid, 1999, p. 228.
420 Cfr. RODRÍGUEZ ARANA, Jaime, Aproximación al Derecho Administrativo Constitucional, México, Editorial
Novum, 2011, pp. 166-167.
421 FERNÁNDEZ RUIZ, Jorge, Derecho Administrativo y Administración Pública, México, Editorial Porrúa, 2008,
p. 199.
422 Tesis 352, Segunda Sala, Apéndice al Seminario Judicial de la Federación de 1917-1975, tercera parte,
p. 584.
423 Sentencia Nº 007-09-SAN-CC, dictada en el caso Nº 0024-09-AN, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 97 de 29 de diciembre de 2009.
424 Cfr. BENALCÁZAR G UERRÓN, Juan Carlos, Ob. Cit., pp. 228-229.
425 Cfr. SECAIRA D URANGO , Patricio, Ob. Cit., p. 214.
426 D IEZ, Manuel María, Derecho Administrativo, Tomo II, Buenos Aires, Plus Ultra, 1976, p. 266.
427 Cfr. BENALCÁZAR G UERRÓN, JUAN C ARLOS, Ob. Cit, p. 238.
428 Resolución Nº 358/02, correspondiente a la sentencia de 25 de septiembre de 2002, dictada por la
Sala delo Contencioso Administrativo de la ex Corte Suprema de Justicia.
429 Sentencia Nº 137-12-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1967-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 695 de 3 de mayo de 2012.
430 Sentencia Nº 001-12-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1619-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 634 de 6 de enero de 2012.
431 Sentencia Nº 001-12-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1619-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 634 de 6 de enero de 2012.
432 Corte Constitucional, Sentencia Nº 259-18-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1275-12-EP, publicada en
la Edición Constitucional del Registro Oficial Nº 90 de 3 de junio de 2019.
433 Salvo que una ley especial le otorgue otro efecto.
434 Sentencia Nº 070-10-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0652-10-EP, publicada en el Suplemento del
Suplemento del Registro Oficial Nº 359 de 10 de enero de 2011.
435 Sentencia Nº 071-15-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1687-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 485 de 22 de abril de 2015.
436 Sentencia Nº 102-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0403-13-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 161 de 14 de enero de 2014.
437 Sentencia Nº 102-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0403-13-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 161 de 14 de enero de 2014.
438 Sentencia Nº 102-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0403-13-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 161 de 14 de enero de 2014.
439 Esta causal de improcedencia no fue prevista en las Reglas de Procedimiento para el ejercicio de las
Competencias de la Corte Constitucional para el período de transición (art. 50).
440 Sentencia Nº 102-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0403-13-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 161 de 14 de enero de 2014.
441 Sentencia Nº 102-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0403-13-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 161 de 14 de enero de 2014.
442 Corte Constitucional, Sentencia Nº 753-11-EP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 22 del
Registro Oficial de 19 de noviembre de 2019, ponencia de la juez Daniela Salazar.
443 Sentencia Nº 055-10-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0213-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 359 de 10 de enero de 2011.
444 Cfr. M ONTAÑA PINTO , Juan, “Aproximación a los Elementos Básicos de la Acción de Protección”, en
Apuntes de Derecho Procesal Constitucional, Tomo II, Quito, Corte Constitucional, 2011, p. 117.
445 Cfr. ALARCÓN PEÑA, Pablo, “Residualidad: Elemento Generador de la Ordinarización de la Acción de
Protección”, en Teoría y Práctica de la Justicia Constitucional, Quito, Ministerio de Justicia y Derechos
Humanos, 2010, pp. 595-596.
446 Sentencia Nº 102-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0403-13-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 161 de 14 de enero de 2014.
447 Corte Constitucional, Sentencia Nº 989-11-EP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 21,
Tomo II, del Registro Oficial de 13 de noviembre de 2019, ponencia de la juez Karla Andrade.
448 Tribunal Constitucional, Tercera Sala, Resolución Nº 003-2002-RA.
449 OYARTE, Rafael, Acción Extraordinaria de Protección, Quito, Corporación de Estudios y Publicaciones,
2017.
450 Sentencia Nº 021-14-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0521-12-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 203 de 14 de marzo de 2014.
451 Dichas omisiones recaían sobre la no convocatoria a elecciones por parte del ex Tribunal Supremo
Electoral y sobre la no resolución de los recursos de apelación por parte del mismo órgano, en cuyo
caso el ex Tribunal Constitucional tenía facultades sancionatorias, pero no jurisdiccionales.
Actualmente, en materia de omisión de convocatoria a elecciones por parte del Consejo Nacional
Electoral, la intervención de la Corte Constitucional es, asimismo, subsidiaria y sancionatoria, así como
también interviene, con criterio dirimente, en caso de conflicto de competencias entre los dos órganos
de la Función Electoral (arts. 88 y 8 LOEOPECD).
452 Cfr. OYARTE M ARTÍNEZ, Rafael, La Acción de Amparo, Ob. Cit., p. 165.
453 Similar criterio al esbozado puede verse en el ensayo de PABLO ALARCÓN PEÑA, citado anteriormente
en este libro.
454 Cfr. M ONTAÑA PINTO , Juan, Ob. Cit., p. 118.
455 En el sistema constitucional mexicano, a diferencia de lo que ocurre con el ecuatoriano, se estableció
un juicio específico para la protección de los derechos políticos y electorales de los ciudadanos, el cual
es conocido por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, como un instrumento
procesal paralelo al juicio de amparo que tradicionalmente no procede para la tutela de derechos
políticos. En cambio en Nicaragua, es la Constitución la que limita el recurso de amparo en esta
materia, pues niega la posibilidad de que se impugnen, mediante recursos ordinarios o extraordinarios,
los actos u omisiones provenientes del Consejo Supremo Electoral (art. 173).
456 Sentencia Nº 102-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0403-13-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 161 de 14 de enero de 2014.
457 Sentencia Nº 137-12-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1976-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 695 de 3 de mayo de 2012.
458 Sentencia Nº 013-09-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0232-09-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 638 de 21 de julio de 2009.
459 Corte Constitucional, Sentencia Nº 307-10-EP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 1 del
Registro Oficial de 29 de julio de 2019.
460 Tribunal Constitucional, Resolución Nº 735-RA-00-IS, dictada en el caso Nº 165-97-RA; Resolución
Nº 090-RA-98-IS, dictada en el caso Nº 243-98-RA; Resolución Nº 091-RA-98-IS y dictada en el caso
Nº 244-98-RA.
461 Sentencia Nº 080-14-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1483-12-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 275 de 25 de junio de 2014.
462 Sentencia Nº 001-10-PJO-CC, dictada en el caso Nº 0999-09-JP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 351 de 29 de diciembre de 2010.
463 Antiguamente, el artículo 44, número 1, de las Reglas de Procedimiento para el Ejercicio de las
Competencias de la Corte Constitucional, para el período de transición no requería especialidad al juez
de garantías, lo que implicaba negar la competencia en razón de la materia: “1. Competencia.- Salvo
los casos expresamente señalados por la Constitución y estas reglas, son competentes para conocer y
resolver los procesos constitucionales para hacer efectivas las garantías de los derechos: a) En primera
instancia, cualquier jueza o juez, sin que importe su especialidad, del lugar donde se originó el acto u
omisión que afectó o amenazó el derecho; donde se producen los efectos del acto u omisión; o, en el
lugar del domicilio del demandado, para el caso de la acción de protección contra particulares; y, b) En
apelación, las Cortes Provinciales de Justicia”.
464 Cfr., OYARTE M ARTÍNEZ, Rafael, La Acción de Amparo, Ob. Cit., p. 180.
465 Sentencia Nº 038-10-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0367-09-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 286 de 24 de septiembre de 2010.
466 Sentencia Nº 011-14-SEP-CC, dictada en el caso Nº 2076-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 184 de 14 de febrero de 2014.
467 Sentencia Nº 038-10-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0367-09-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 286 de 24 de septiembre de 2010. Sentencia Nº 011-14-SEP-CC, dictada en el
caso Nº 2076-11-EP, publicada en el Suplemento del Registro Oficial Nº 184 de 14 de febrero de
2014.
468 Sentencia Nº 019-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 2160-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 26 de 1 de julio de 2013.
469 Corte Constitucional, Sentencia Nº 119-17-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0512-12-EP, publicada en
el Suplemento del Registro Oficial Nº 9 de 1 de agosto de 2017.
470 Corte Constitucional, Sentencia Nº 233-17-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0669-11-EP, publicada en
el Suplemento del Registro Oficial Nº 16 de 24 de octubre de 2017.
471 Corte Constitucional, Sentencia Nº 219-18-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0514-13-EP, publicada en
el Suplemento del Registro Oficial Nº 62 de 19 de octubre de 2018.
472 Tómese en cuenta que el Consejo de la Judicatura, mediante Resolución Nº 018-2014 de 29 de enero
de 2014 entregó las competencias propias de los jueces de garantías penitenciarias a los jueces de
garantías penales, lo que contraría al Código Orgánico de la Función Judicial.
473 Constitución Política del Ecuador de 1998, artículo 95, inciso cuarto.
474 Sentencia Nº 006-17-SCN-CC, dictada en el caso Nº 0011-11-CN, Edición Constitucional Nº 19,
publicada en el Registro Oficial de 14 de noviembre de 2017.
475 Sentencia Nº 006-17-SCN-CC, dictada en el caso Nº 0011-11-CN, Edición Constitucional Nº 19,
publicada en el Registro Oficial de 14 de noviembre de 2017.
476 Sentencia Nº 006-17-SCN-CC, dictada en el caso Nº 0011-11-CN, Edición Constitucional Nº 19,
publicada en el Registro Oficial de 14 de noviembre de 2017.
477 Sentencia Nº 006-17-SCN-CC, dictada en el caso Nº 0011-11-CN, Edición Constitucional Nº 19,
publicada en el Registro Oficial de 14 de noviembre de 2017.
478 Sentencia Nº 001-10-PJO-CC, dictada en el caso Nº 0999-09-JP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 351 de 29 de diciembre de 2010.
479 Corte Constitucional, Sentencia Nº 282-13-JP/19 de 4 de septiembre de 2019. Sentencia Nº 0838-12-
EP/19 de 17 de septiembre de 2019.
480 Corte Constitucional, Sala de Admisión, Auto de 5 de septiembre de 2019, dictado en el caso Nº
0920-19-EP.
481 Sentencia Nº 001-10-PJO-CC, dictada en el caso Nº 0999-09-JP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 351 de 29 de diciembre de 2010.
482 Corte Constitucional, Sentencia Nº 904-12-JP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 29,
Tomo I, del Registro Oficial de 8 de enero de 2020, ponencia del juez Ramiro Ávila.
483 Debo indicar que aunque entró en vigencia la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control
Constitucional, nunca se derogaron por parte de la Magistratura las Reglas de Procedimiento para el
Ejercicio de las Competencias de la Corte Constitucional para el período de transición, por lo que ha
operado la denominada “derogación tácita” en los términos previstos en el artículo 38 del Código
Civil, dejando vigente en dichas reglas todo aquello que no pugna con las disposiciones la ley, aunque
versen sobre la misma materia.
484 Tribunal Constitucional, casos Nº 006-2001-RA, 0017-2002-RA, 020-2002-RA, 0015-2003-RA y
0014-2004-RA.
485 Sentencia Nº 102-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0403-13-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 161 de 14 de enero de 2014.
486 Sentencia Nº 089-12-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0453-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 919 de 25 de marzo de 2013.
487 Sentencia Nº 102-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0403-13-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 161 de 14 de enero de 2014.
488 Importante sería que la norma aclare la inmediatez del sorteo, como, en efecto, lo hacía la Resolución
en materia de amparo de la entonces Corte Suprema de Justicia, cuyo artículo 5, inciso segundo,
señalaba que el sorteo debía realizarse inmediatamente después de presentada la petición.
489 “Art. 12.- Cuando una ley contenga disposiciones generales y especiales que estén en oposición,
prevalecerán las disposiciones especiales”.
490 Sentencia Nº 088-14-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0811-12-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 275 de 25 de junio de 2014.
491 Sentencia Nº 102-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0403-13-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 161 de 14 de enero de 2014.
492 Sentencia Nº 012-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0253-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 4 de 30 de mayo de 2013.
493 Sentencia Nº 056-11-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0529-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 617 de 12 de enero de 2012.
494 Sentencia Nº 012-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0253-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 4 de 30 de mayo de 2013.
495 Sentencia Nº 056-11-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0529-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 617 de 12 de enero de 2012.
496 Sentencia Nº 059-10-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0379-09-EP, publicada en Suplemento del
Registro Oficial Nº 343 de 17 de diciembre de 2010.
497 El artículo 51 de la Ley de Control Constitucional sí disponía la revocatoria de la suspensión
provisional o de cualquier otra medida preventiva que el juez haya adoptado previamente si es que la
acción de amparo se negaba.
498 Sentencia Nº 064-10-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0894-09-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 364 de 17 de enero de 2011.
499 Sentencia Nº 045-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0499-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 64 de 22 de agosto de 2013.
500 Recuérdese que actualmente la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional
establece la diferencia entre el accionante y el afectado. Se considera accionante a quien presenta la
demanda en ausencia y representación del afectado, mientras que se califica como afectado a la víctima
directa o indirecta de la violación de derechos, siempre que pueda demostrar el daño (art. 9). Ahora
bien, el señalamiento efectuado no impide que una misma persona reúna las dos calidades: accionante
y afectado y, por tanto, pueda proponer la acción.
501 Tribunal Constitucional, Primera Sala, Resolución Nº 291-RA-01-IS, dictada en el caso Nº 025-2001-
RA. Así como también lo señaló el Pleno del Tribunal Constitucional en Resolución Nº 0124-2003-
RA.
502 Sentencia Nº 098-12-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0490-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 728 de 20 de junio de 2012.
503 Tribunal Constitucional de España. Sentencia Nº 3/1993.
504 Sentencia Nº 048-14-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0787-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 237 de 2 de mayo de 2014.
505 Sentencia Nº 048-14-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0787-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 237 de 2 de mayo de 2014.
506 Sentencia Nº 029-14-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1118-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 230 de 22 de abril de 2014.
507 Sentencia Nº 048-14-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0787-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 237 de 2 de mayo de 2014.
508 Sentencia Nº 048-14-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0787-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 237 de 2 de mayo de 2014.
509 Sentencia Nº 029-14-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1118-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 230 de 22 de abril de 2014.
510 Sentencia Nº 048-14-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0787-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 237 de 2 de mayo de 2014.
511 Tribunal Constitucional de España. Sentencia 304/1994.
512 Sentencia Nº 048-14-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0787-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 237 de 2 de mayo de 2014.
513 Tribunal Constitucional, Primera Sala, Resolución Nº 124-RA-01-IS, dictada en el caso Nº 747-2000-
RA.
514 Tribunal Constitucional, Primera Sala, Resolución Nº 783-2001-RA.
515 Sentencia Nº 048-14-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0787-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 237 de 2 de mayo de 2014.
516 Sentencia Nº 048-14-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0787-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 237 de 2 de mayo de 2014.
517 Sentencia Nº 062-12-SEP-CC, dictada en el caso Nº1685-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 797 de 26 de septiembre de 2012.
518 Sentencia Nº 048-14-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0787-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 237 de 2 de mayo de 2014.
519 Sentencia Nº 029-14-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1118-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 230 de 22 de abril de 2014.
520 Ley de Control Constitucional, artículo 50: “La no comparecencia a la audiencia de la autoridad
acusada del acto materia del amparo o de su delegado no impedirá que aquella se realice, ni que el juez
o tribunal adopte su resolución. La ausencia del actor se considerará como desistimiento del recurso,
sin que pueda volver a plantearlo sobre los mismos hechos. Sin embargo, podrá convocarse, en uno u
otro caso, a nueva audiencia, si la no comparecencia de parte provino de fuerza mayor debidamente
comprobada”.
521 PORRAS, Angélica, “La Prueba en los Procesos Constitucionales”, en Apuntes de Derecho Procesal
Constitucional, Tomo II, Quito, Corte Constitucional para el período de transición, 2011, pp. 57-58.
522 Sentencia Nº 053-11-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0527-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 617 de 12 de enero de 2012.
523 Así, por ejemplo, una cosa es pedir y conceder dentro del término probatorio respectivo la remisión
de oficios a alguna dependencia pública o privada a fin de que envíe al juzgado determinada
información relevante para quien pretende probar un hecho, siendo otra cosa el momento del envío
de esa información al juzgador, lo que bien puede ocurrir fuera del término probatorio. Por ello, una
cosa es pedir y proveer la prueba dentro del respectivo término y otra, muy diferente, actuarla.
524 Cabe la presentación de documentos defectuosos si se encuentren parcialmente destruidos, siempre y
cuando contengan, de manera clara, una representación o declaración del hecho o del derecho
alegado por quien los presente. La contraparte podrá impugnar y contradecir la idoneidad probatoria
del documento defectuoso (art. 197 COGP).
525 OYARTE, Rafael, La Acción de Amparo, Ob. Cit., p. 203.
526 Corte Constitucional, Sentencia Nº 719-12-EP/20, publicada en la Edición Constitucional Nº 35 del
Registro Oficial de 31 de enero de 2020, ponencia del juez Agustín Grijalva.
527 En materia de amparo sí existía disposición que expresamente obligaba al juzgador a revocar las
medidas de suspensión provisional del acto u omisión, conforme lo indicaba el artículo 51 de la Ley
de Control Constitucional.
528 Similar criterio tuvo el Tribunal Constitucional, entre otras, en Resolución Nº 22-III Sala, dictada en el
caso Nº 103-98-RA. Asimismo, Tercera Sala, Resolución Nº 719-2002-RA.
529 C ALAMANDREI, Piero, Instituciones de Derecho Procesal Civil, Vol. I, Buenos Aires, Editorial Ejea, 1973, pp.
139 y ss.
530 Cfr. C ASAL HERNÁNDEZ, Jesús M., “Cosa Juzgada y Efecto Vinculante en la Justicia Constitucional”,
en Anuario de Derecho Constitucional Latinoamericano, Tomo I, Montevideo, Konrad Adenauer Stiftung,
2004, pp. 300-301.
531 Cfr. RIVERA SANTIVAÑEZ, José Antonio, Temas de Derecho Procesal Constitucional, Cochabamba, Grupo
Editorial Kipus, 2007, pp. 360-361.
532 Cfr., ARMIENTA C ALDREÓN, Gonzalo, Teoría General del Proceso, Principios, Instituciones y Categorías Procesales,
2ª ed., México, Editorial Porrúa, 2006, pp. 303-305.
533 Cfr., C ASAL HERNÁNDEZ, Jesús M, Ob. Cit., pp. 311-312.
534 Este efecto ha sido denominado en el sistema venezolano como cosa juzgada constitucional. Al
respecto, véase la Sentencia Nº 3265 de 16 de febrero de 2002, dictada por la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela.
535 BREWER-C ARÍAS, Allan R., La Justicia Constitucional (Procesos y Procedimientos Constitucionales), México,
Editorial Porrúa, 2007, p. 198.
536 Con criterio distinto al formulado, D ERMIZAKI P. Pablo, “Justicia Constitucional y Cosa Juzgada”, en
Anuario de Derecho Constitucional Latinoamericano, Tomo I, Montevideo, Konrad Adenauer Stiftung, 2004,
señala que no existe cosa juzgada en la justicia ordinaria cuando en el juicio se han vulnerado derechos
fundamentales y el debido proceso, porque tales violaciones vician de nulidad absoluta el
procedimiento en que se basa la sentencia, por lo que, a guisa del autor, en este caso, solo la cosa
juzgada constitucional es la única, definitiva e inmutable.
El criterio arriba citado induce, se equivoca cuando considera a la jurisdicción constitucional como un
poder superior a la ordinaria, competente para volver a juzgar asuntos que fueron analizados en el
litigio llevado a cabo en ésta última y que son ajenos a la primera. Situación distinta es que exista un
mecanismo de impugnación constitucional de las decisiones judiciales ordinarias que se encargue de
juzgar sobre violaciones a derechos en el proceso en el que dicha decisión fue adoptada, lo cual inhibe
al juez constitucional a pronunciarse sobre aspectos ajenos al ámbito de su competencia: las cuestiones
de constitucionalidad.
537 Sentencia Nº 030-11-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0477-09-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 714 de 31 de mayo de 2012.
538 Sentencia Nº 029-12-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0923-09-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 714 de 31 de mayo de 2012.
539 Sentencia Nº 004-13-SAN-CC, dictada en el caso Nº 0015-10-AN, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 22 de 25 de junio de 2013
540 Sentencia Nº 004-13-SAN-CC, dictada en el caso Nº 0015-10-AN, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 22 de 25 de junio de 2013.
541 Cuando cuestiono la procedencia de estas actuaciones por parte de la Corte Constitucional, hago
referencia a que, en Ecuador, se ha discutido sobre esta cuestión y, básicamente, se han evidenciado
dos posturas: la primera, que no comparto, señala que la Magistratura bien podría declarar
inconstitucionales a normas “conexas” en cualquiera de los casos que conoce (sean garantías o cuando
ejerce atribuciones de control de constitucionalidad), toda vez que la Constitución no hace distinción
entre los tipos de procesos que pueden someterse a este control conexo (art. 436, Nº 3 CE); la
segunda tesis, por la que me inclino, argumenta que únicamente cabe el ejercicio de esta atribución
cuando la Corte ejerce el control abstracto o concreto de constitucionalidad, pues solamente en estos
casos se pueden detectar normas constantes en otros cuerpos que reproducen el mismo vicio de
inconstitucionalidad que el de la norma sujeta a control o, a su vez, normas que se han generado como
consecuencia o cumplimiento de la norma declarada inconstitucional. En todo caso, considero que la
Corte Constitucional desnaturaliza esa competencia no solo porque la ejerce dentro de una garantía
constitucional en que se tiene por finalidad la protección de derechos y no la expulsión del orden
jurídico de normas estimadas inconstitucionales, sino también porque la norma declarada
inconstitucional no tiene conexión con el caso concreto.
542 Sentencia Nº 004-13-SAN-CC, dictada en el caso Nº 0015-10-AN, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 22 de 25 de junio de 2013.
543 Las Salas de lo Contencioso Administrativo de cada Corte Provincial nunca llegaron a conformarse a
pesar que aquello está dispuesto en la Constitución (art. 186). En todo caso, el lector debe tener en
cuenta que, por disposición expresa de la Ley Reformatoria al Código Orgánico de la Función Judicial,
se eliminaron –aunque nunca existieron– las Salas de lo Contencioso Administrativo y, en su lugar, se
ratificó la competencia de los Tribunales Distritales (arts. 216 y 217 COFJ). Al efecto, véase los artículos
15 y 20 de la Ley Reformatoria al Código Orgánico de la Función Judicial, publicada en el Suplemento
del Registro Oficial Nº 38 de 17 de julio de 2013. Por ello considero que la demanda de repetición
debe presentarse ante el Tribunal Distrital de lo Contencioso Administrativo competente, a pesar que
la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional señale que debe ser ante una
Sala, asunto que debe ser reformado a fin de evitar confusiones.
544 El lector puede revisar lo desarrollado en el capítulo primero de este libro.
545 Cfr., G ARCÍA BELAUNDE, Domingo, El Derecho Procesal Constitucional en Perspectiva, 2ª ed., Lima,
IDEMSA, 2009, pp. 175-178.
546 Al efecto, el lector puede revisar Q UINTANA, Ismael, Ejecución y Acción de Incumplimiento de Sentencias
Constitucionales, Quito, Corporación de Estudios y Publicaciones, 2017.
547 Corte Constitucional, Sentencia Nº 39-12-IS/19, publicada en la Edición Constitucional del Registro
Oficial Nº 11 de 11 de septiembre de 2019.
548 Cfr., OYARTE M ARTÍNEZ, Rafael, La Acción de Amparo, Ob. Cit., p. 222.
549 Sentencia Nº 068-10-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0734-09-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 372 de 27 de enero de 2011.
550 Sentencia Nº 045-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0499-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 64 de 22 de agosto de 2013.
551 Sentencia Nº 191-12-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0320-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 781 de 4 de septiembre de 2012.
552 El lector tendrá presente que el Código Civil no distingue entre los conceptos de término o plazo,
sino que, al contrario, los usa indistintamente conforme se establece en el artículo 33, aunque el Código
de Procedimiento Civil sí define lo que es un término, cuando en el artículo 303 se refiere a aquel
como el período de tiempo que concede la ley o el juez, para la práctica de cualquier diligencia o acto
judicial, mas nada señala sobre lo que debe entenderse como plazo.
553 Sentencia Nº 001-11-SCN-CC, dictada en el caso Nº 0031-10-CN y acumulados, publicada en el
Suplemento del Registro Oficial Nº 381 de 9 de febrero de 2011.
554 Sentencia Nº 001-11-SCN-CC, dictada en el caso Nº 0031-10-CN y acumulados, publicada en el
Suplemento del Registro Oficial Nº 381 de 9 de febrero de 2011.
555 Corte Constitucional, Sentencia Nº 416-11-EP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 21,
Tomo II, del Registro Oficial de 13 de noviembre de 2019, ponencia de la juez Karla Andrade.
556 Sentencia Nº 045-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0499-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 64 de 22 de agosto de 2013.
557 Corte Constitucional, Sentencia Nº 1802-13-EP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 21,
Tomo III, del Registro Oficial de 13 de noviembre de 2019, ponencia de la juez Carmen Corral.
558 El artículo 44 de las Reglas de Procedimiento para el Ejercicio de las Competencias de la Corte
Constitucional, para el período de transición sí indicaba que la apelación se presentará en escrito
debidamente fundamentado, dentro del plazo de cinco días siguientes a la fecha de su notificación.
Concedida la apelación, la jueza o juez sin más trámite, remitirá el proceso a la Corte Provincial de
Justicia respectiva.
559 Sentencia Nº 068-10-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0734-09-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 372 de 27 de enero de 2011.
560 Corte Constitucional, Sentencia Nº 337-11-EP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 22 del
Registro Oficial de 19 de noviembre de 2019, ponencia de la juez Karla Andrade.
561 Corte Constitucional, Sentencia Nº 1292-12-EP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 29,
Tomo I, del Registro Oficial de 8 de enero de 2020, ponencia del juez Ramiro Ávila.
562 Sentencia Nº 066-14-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1431-10-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 275 de 25 de junio de 2014.
563 Corte Constitucional, Sentencia Nº 1855-12-EP/20, publicada en la Edición Constitucional Nº 35 del
Registro Oficial de 31 de enero de 2020, ponencia de la juez Teresa Nuques.
564 Sentencia Nº 049-12-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0645-09-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 735 de 29 de junio de 2012.
565 Sentencia Nº 068-10-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0734-09-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 372 de 27 de enero de 2011.
566 Entre otras, en Sentencia Nº 022-09-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0019-09-EP, publicada en el
Suplemento del Registro Oficial Nº 50 de 20 de octubre de 2009. Sentencia Nº 039-10-SEP-CC,
dictada en el caso Nº 0368-09-EP, publicada en el Suplemento del Registro Oficial Nº 286 de 24 de
septiembre de 2010. Sentencia Nº 055-10-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0213-10-EP, publicada en el
Suplemento del Registro Oficial Nº 359 de 10 de enero de 2011. Sentencia Nº 006-13-SEP-CC,
dictada en el caso Nº 0614-12-EP, publicada en el Suplemento del Registro Oficial Nº 933 de 15 de
abril de 2013. Sentencia Nº 102-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0380-10-EP, publicada en el
segundo Suplemento del Registro Oficial Nº 161 de 14 de enero de 2014. Sentencia Nº 037-14-SEP-
CC, dictada en el caso Nº 0587-12-EP, publicada en el Suplemento del Registro Oficial Nº 230 de 22
de abril de 2014.
567 Sentencia Nº 013-11-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0793-09-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 629 de 30 de enero de 2012. El criterio se ratificó, entre otras, en Sentencia Nº
019-13-SEP-CC, publicada en el Suplemento del Registro Oficial Nº 26 de 1 de julio de 2013.
Sentencia Nº 109-13-SEP-CC, publicada en el Suplemento del Registro Oficial Nº 165 de 20 de enero
de 2014.
568 Sentencia Nº 038-10-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0367-09-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 286 de 24 de septiembre de 2010.
569 Sentencia Nº 080-13-SEP-CC, dictada en el caso Nº 0445-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 136 de 3 de diciembre de 2013.
570 Sentencia Nº 146-14-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1773-11-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 362 de 27 de octubre de 2014.
571 Sentencia Nº 175-14-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1826-12-EP, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 406 de 30 de diciembre de 2014.
572 Sentencia Nº 003-13-SEP-CC, publicada en el Suplemento del Registro Oficial Nº 943 de 29 de abril
de 2013.
573 Sentencia Nº 012-13-SEP-CC, publicada en el Suplemento del Registro Oficial Nº 4 de 30 de mayo
de 2013. Sentencia Nº 014-13-SEP-CC, publicada en el segundo Suplemento del Registro Oficial
Nº16 de 17 de junio de 2013. Sentencia Nº 044-13-SEP-CC, publicada en el Suplemento del Registro
Oficial Nº 64 de 22 de agosto de 2013. Sentencia Nº 092-13-SEP-CC, publicada en el segundo
Suplemento del Registro Oficial Nº 130 de 25 de noviembre de 2013.
574 Sentencia Nº 059-13-SEP-CC, publicada en el tercer Suplemento del Registro Oficial Nº 93 de 2 de
octubre de 2013. Sentencia Nº 061-13-SEP-CC, publicada en el tercer Suplemento del Registro Oficial
Nº 93 de 2 de octubre de 2013. Sentencia Nº 065-13-SEP-CC, publicada en el tercer Suplemento del
Registro Oficial Nº 93 de 2 de octubre de 2013. Sentencia 075-13-SEP-CC, publicada en el tercer
Suplemento del Registro Oficial Nº 93 de 2 de octubre de 2013. Sentencia Nº 077-13-SEP-CC,
publicada en el Suplemento del Registro Oficial Nº 116 de 5 de noviembre de 2013.
575 Sentencia Nº 051-13-SEP-CC, publicada en el segundo Suplemento del Registro Oficial Nº 85 de 20
de septiembre de 2013. Sentencia Nº 021-13-SEP-CC, publicada en el Suplemento del Registro Oficial
Nº 154 de 3 de enero de 2014. Sentencia Nº 096-13-SEP-CC, publicada en el Suplemento del
Registro Oficial Nº 154 de 3 de enero de 2014. Sentencia Nº 105-13-SEP-CC, publicada en el
segundo Suplemento del Registro Oficial Nº 161 de 14 de enero de 2014. Sentencia Nº 025-14-SEP-
CC, publicada en el segundo Suplemento del Registro Oficial Nº 203 de 14 de marzo de 2014.
576 Sentencia Nº 098-SEP-CC, publicada en el Suplemento del Registro Oficial Nº 154 de 3 de enero de
2014.
577 Sentencia Nº 093-13-SEP-CC, publicada en el segundo Suplemento del Registro Oficial Nº 143 de 13
de diciembre de 2013.
578 Sentencia Nº 102-13-SEP-CC, publicada en el tercer Suplemento del Registro Oficial Nº 152 de 27
de diciembre de 2013.
579 Sentencia Nº 071-14-SEP-CC, publicada en el Suplemento del Registro Oficial Nº 261 de 5 de junio
de 2014.
580 Sentencia Nº 082-14-SEP-CC, publicada en el Suplemento del Registro Oficial Nº 275 de 25 de junio
de 2014.
581 Sentencia Nº 115-14-SEP-CC, dictada en el caso Nº 1683-12-EP, publicada en el segundo
Suplemento del Registro Oficial Nº 340 de 24 de septiembre de 2014.
582 Corte Constitucional, Sentencia Nº 1097-12-EP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 21,
Tomo II, del Registro Oficial de 13 de noviembre de 2019, ponencia de la juez Daniela Salazar. Corte
Constitucional, Sentencia Nº 1162-12-EP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 21, Tomo II,
del Registro Oficial de 13 de noviembre de 2019, ponencia de la juez Daniela Salazar.
583 Corte Constitucional, Sentencia Nº 1285-13-EP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 21,
Tomo III, del Registro Oficial de 13 de noviembre de 2019, ponencia del juez Ramiro Ávila.
584 Corte Constitucional, Sentencia Nº 176-14-EP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 21,
Tomo IV, del Registro Oficial de 13 de noviembre de 2019, ponencia del juez Enrique Herrería.
585 Corte Constitucional, Sentencia Nº 176-14-EP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 21,
Tomo IV, del Registro Oficial de 13 de noviembre de 2019, ponencia del juez Enrique Herrería.
586 Corte Constitucional, Sentencia Nº 176-14-EP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 21,
Tomo IV, del Registro Oficial de 13 de noviembre de 2019, ponencia del juez Enrique Herrería.
587 Corte Constitucional, Sentencia Nº 300-12-EP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 23 del
Registro Oficial de 25 de noviembre de 2019, ponencia del juez Ramiro Ávila.
588 Corte Constitucional, Sentencia Nº 70-13-EP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 23 del
Registro Oficial de 25 de noviembre de 2019, ponencia de la juez Karla Andrade.
589 Corte Constitucional, Sentencia Nº 1851-13-EP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 23 del
Registro Oficial de 25 de noviembre de 2019, ponencia de la juez Daniela Salazar.
590 Corte Constitucional, Sentencia Nº 180-11-EP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 26 del
Registro Oficial de 4 de diciembre de 2019, ponencia del juez Ramiro Ávila. Corte Constitucional,
Sentencia Nº 718-12-EP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 26 del Registro Oficial de 4
de diciembre de 2019, ponencia del juez Ramiro Ávila. Corte Constitucional, Sentencia Nº 38-12-
EP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 28 del Registro Oficial de 19 de diciembre de 2019,
ponencia de la juez Teresa Nuques. Corte Constitucional, Sentencia Nº 105-12-EP/19, publicada en la
Edición Constitucional Nº 28 del Registro Oficial de 19 de diciembre de 2019, ponencia del juez
Ramiro Ávila.
591 Corte Constitucional, Sentencia Nº 1649-12-EP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 26 del
Registro Oficial de 4 de diciembre de 2019, ponencia de la juez Karla Andrade.
592 Corte Constitucional, Sentencia Nº 860-12-EP/19, publicada en la Edición Constitucional Nº 29,
Tomo I, del Registro Oficial de 8 de enero de 2020, ponencia del juez Agustín Grijalva.
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Sentencia Nº 001-10-SIN-CC
Sentencia Nº 016-10-SCN-CC
Sentencia Nº 010-09-SEP-CC
Sentencia Nº 002-09-SAN-CC
Sentencia Nº 003-11-SIN-CC
Sentencia Nº 016-12-SIN-CC
Sentencia Nº 001-12-SIN-CC
Sentencia Nº 187-12-SEP-CC
Sentencia Nº 208-12-SEP-CC
Sentencia Nº 065-12-SEP-CC
Sentencia Nº 024-09-SEP-CC
Sentencia Nº 019-13-SEP-CC
Sentencia Nº 064-10-SEP-CC
Sentencia Nº 054-11-SEP-CC
Sentencia Nº 031-10-SIS-CC
Sentencia Nº 003-09-SIS-CC
Sentencia Nº 001-09-SIS-CC
Sentencia Nº 086-14-SEP-CC
Sentencia Nº 018-10-SIS-CC
Sentencia Nº 016-09-SIS-CC
Sentencia Nº 001-10-PJO-CC
Sentencia Nº 070-10-SEP-CC
Sentencia Nº 013-11-SEP-CC
Sentencia Nº 004-13-SAN-CC
Sentencia Nº 003-09-SIN-CC
Sentencia Nº 016-12-SIN-CC
Sentencia Nº 055-10-SEP-CC
Sentencia Nº 027-13-SEP-CC
Sentencia Nº 016-13-SEP-CC
Sentencia Nº 014-13-SEP-CC
Sentencia Nº 007-10-SEP-CC
Sentencia Nº 026-10-SEP-CC
Sentencia Nº 102-13-SEP-CC
Sentencia Nº 021-13-SEP-CC
Sentencia Nº 034-13-SAN-CC
Sentencia Nº 093-13-SEP-CC
Sentencia Nº 028-10-SEP-CC
Sentencia Nº 098-13-SEP-CC
Sentencia Nº 076-12-SEP-CC
Sentencia Nº 204-12-SEP-CC
Sentencia Nº 140-12-SEP-CC
Sentencia Nº 026-13-SEP-CC
Sentencia Nº 065-13-SEP-CC
Sentencia Nº 021-10-SEP-CC
Sentencia Nº 006-10-SAN-CC
Sentencia Nº 033-09-SEP-CC
Sentencia Nº 040-11-SEP-CC
Sentencia Nº 046-13-SEP-CC
Sentencia Nº 098-12-SEP-CC
Sentencia Nº 068-10-SEP-CC
Sentencia Nº 014-10-SEP-CC
Sentencia Nº 023-10-SEP-CC
Sentencia Nº 020-10-SEP-CC
Sentencia Nº 033-10-SEP-CC
Sentencia Nº 050-10-SEP-CC
Sentencia Nº 070-13-SEP-CC
Sentencia Nº 244-12-SEP-CC
Sentencia Nº 027-13-SEP-CC
Sentencia Nº 004-11-SEP-CC
Sentencia Nº 014-11-SEP-CC
Sentencia Nº 070-12-SEP-CC
Sentencia Nº 002-10-SAN-CC
Sentencia Nº 031-09-SEP-CC
Sentencia Nº 012-13-SEP-CC
Sentencia Nº 005-13-SEP-CC
Sentencia Nº 079-13-SEP-CC
Sentencia Nº 068-13-SEP-CC
Sentencia Nº 013-09-SEP-CC
Sentencia Nº 023-09-SEP-CC
Sentencia Nº 042-12-SEP-CC
Sentencia Nº 053-12-SEP-CC
Sentencia Nº 016-13-SEP-CC
Sentencia Nº 028-13-SEP-CC
Sentencia Nº 037-12-SEP-CC.
Segunda Sala, Resolución Nº 562-2007-RA
Pleno, Resolución Nº 1365-07-RA
Sentencia Nº 010-09-SEP-CC
Sentencia Nº 011-09-SEP-CC
Sentencia Nº 164-12-SEP-CC
Sentencia Nº 031-12-SEP-CC
Primera Sala, Resolución Nº 0661-08-RA
Sentencia Nº 060-10-SEP-CC
Segunda Sala, Resolución Nº 0425-2007-RA
Sentencia Nº 009-12-SIN-CC
Sentencia Nº 129-13-SEP-CC
Sentencia Nº 130-13-SEP-CC
Sentencia Nº 013-09-SEP-CC
Tercera Sala, Resolución Nº 1470-2008-RA
Sentencia Nº 003-09-SAN-CC
Sentencia Nº 072-10-SEP-CC
Sentencia Nº 079-13-SEP-CC
Sentencia Nº 140-12-SEP-CC
Sentencia Nº 096-14-SEP-CC
Sentencia Nº 055-10-SEP-CC
Sentencia Nº 002-09-SAN-CC
Sentencia Nº 157-12-SEP-CC
Sentencia Nº 100-14-SEP-CC
Sentencia Nº 093-14-SEP-CC
Sentencia Nº 090-14-SEP-CC
Sentencia Nº 001-11-SIO-CC
Sentencia Nº 007-09-SAN-CC
Sentencia Nº 137-12-SEP-CC
Sentencia Nº 001-12-SEP-CC
Sentencia Nº 021-14-SEP-CC
Sentencia Nº 137-12-SEP-CC
Sentencia Nº 013-09-SEP-CC
Sentencia Nº 089-12-SEP-CC
Sentencia Nº 080-14-SEP-CC
Sentencia Nº 038-10-SEP-CC
Sentencia Nº 011-14-SEP-CC
Sentencia Nº 019-13-SEP-CC
Sentencia Nº 088-14-SEP-CC
Sentencia Nº 056-11-SEP-CC
Sentencia Nº 059-10-SEP-CC
Sentencia Nº 064-10-SEP-CC
Sentencia Nº 098-12-SEP-CC
Sentencia Nº 048-14-SEP-CC
Sentencia Nº 029-14-SEP-CC
Sentencia Nº 062-12-SEP-CC
Sentencia Nº 053-11-SEP-CC
Sentencia Nº 030-11-SEP-CC
Sentencia Nº 029-12-SEP-CC
Sentencia Nº 045-13-SEP-CC
Sentencia Nº 191-12-SEP-CC
Sentencia Nº 001-11-SCN-CC
Sentencia Nº 066-14-SEP-CC
Sentencia Nº 049-12-SEP-CC
Sentencia Nº 022-09-SEP-CC
Sentencia Nº 039-10-SEP-CC
Sentencia Nº 055-10-SEP-CC
Sentencia Nº 006-13-SEP-CC
Sentencia Nº 102-13-SEP-CC
Sentencia Nº 037-14-SEP-CC
Sentencia Nº 013-11-SEP-CC
Sentencia Nº 019-13-SEP-CC
Sentencia Nº 109-13-SEP-CC
Sentencia Nº 038-10-SEP-CC
Sentencia Nº 080-13-SEP-CC
Sentencia Nº 146-14-SEP-CC
Sentencia Nº 175-14-SEP-CC
Sentencia Nº 003-13-SEP-CC
Sentencia Nº 012-13-SEP-CC
Sentencia Nº 014-13-SEP-CC
Sentencia Nº 044-13-SEP-CC
Sentencia Nº 092-13-SEP-CC
Sentencia Nº 059-13-SEP-CC
Sentencia Nº 061-13-SEP-CC
Sentencia Nº 065-13-SEP-CC
Sentencia Nº 075-13-SEP-CC
Sentencia Nº 077-13-SEP-CC
Sentencia Nº 051-13-SEP-CC
Sentencia Nº 021-13-SEP-CC
Sentencia Nº 096-13-SEP-CC
Sentencia Nº 105-13-SEP-CC
Sentencia Nº 025-14-SEP-CC
Sentencia Nº 098-13-SEP-CC
Sentencia Nº 093-13-SEP-CC
Sentencia Nº 102-13-SEP-CC
Sentencia Nº 071-14-SEP-CC
Sentencia Nº 082-14-SEP-CC
Sentencia Nº 115-14-SEP-CC
Dictamen Nº 001-14-DRC-CC
Sentencia Nº 071-15-SEP-CC
Sentencia Nº 006-17-SCN-CC
2.2. Sentencias de la Corte Constitucional 2019
Sentencia Nº 1754-13-EP/19
Sentencia Nº 992-11-EP/19
Sentencia Nº 672-12-EP/19
Sentencia Nº 1285-13-EP/19
Sentencia Nº 1382-11-EP/19
Sentencia Nº 1419-13-EP/19
Sentencia Nº 1357-13-EP/20
Sentencia Nº 1159-12-EP/19
Sentencia Nº 1357-13-EP/20
Sentencia Nº 282-13-JP/19
Sentencia Nº 176-14-EP/19
Sentencia Nº 2152-11-EP/19
Sentencia Nº 761-12-EP/19
Sentencia Nº 1382-11-EP/19
Sentencia Nº 753-11-EP/19
Sentencia Nº 989-11-EP/19
Sentencia Nº 904-12-JP/19
Sentencia Nº 416-11-EP/19
Sentencia Nº 1802-13-EP/19
Sentencia Nº 337-11-EP/19
Sentencia Nº 1292-12-EP/19
Sentencia Nº 1097-12-EP/19
Sentencia Nº 1162-12-EP/19
Sentencia Nº 1285-13-EP/19
Sentencia Nº 176-14-EP/19
Sentencia Nº 300-12-EP/19
Sentencia Nº 70-13-EP/19
Sentencia Nº 1851-13-EP/19
Sentencia Nº 180-11-EP/19
Sentencia Nº 718-12-EP/19
Sentencia Nº 38-12-EP/19
Sentencia Nº 105-12-EP/19
Sentencia Nº 1649-12-EP/19
Sentencia Nº 860-12-EP/19
Sentencia Nº 10-19-CN/19
Sentencia Nº 307-10-EP/19
Sentencia Nº 739-13-EP/19
Sentencia Nº 283-14-EP/19
Sentencia Nº 2735-18-EP/19
Sentencia Nº 719-12-EP/20
Sentencia Nº 1855-12-EP/20
Sentencia Nº 1905-13-EP/20
2.3. Resoluciones del Tribunal Constitucional
Pleno, Resolución Nº 0015-2002-TC
Pleno, Resolución Nº 0029-2002-TC
Pleno, Resolución Nº 0013-2004-RA
Pleno, Resolución Nº 0032-2002-RA
Pleno, Resolución Nº 0089-2003-RA
Pleno, Resolución Nº 0393-2003-RA
Pleno, Resolución Nº 005-2003-RA
Pleno, Resolución Nº 0013-2004-RA
Pleno, Resolución Nº 066-2004-RA
Pleno, Resolución Nº438-2000-RA
Pleno, Resolución Nº 0401-2004-RA
Pleno, Resolución Nº 025-99-TP
Pleno, Resolución Nº 0135-2004-RA
Pleno, Resolución Nº 809-2002-RA
Pleno, Resolución Nº 0101-2003-RA
Pleno, Resolución Nº 121-2001-TP
Pleno, Resolución Nº 0307-2004-RA
Pleno, Resolución Nº 0217-2003-RA
Pleno, Resolución Nº 0213-2001-RA
Pleno, Resolución Nº 0233-2002-RA.
Pleno, Resolución Nº 100-2001-TP, dictada en el caso Nº 281-2000-RA
Pleno, Resolución Nº 100-2001-TP, dictada en el caso Nº 281-2000-RA
Pleno, Resolución Nº 0987-04-RA
Pleno, Resolución Nº 076-2004-RA
Pleno, Resolución Nº 0602-2005-RA
Pleno, Resolución Nº 201-2000-TP, dictada en el caso Nº 172-2000-RA
Pleno, Resolución Nº 0413-2004-RA
Pleno, Resolución Nº 0003-2003-AA
Pleno, Resolución Nº 0426-2003-RA
Pleno, Resolución Nº 026-02-AA
Pleno, Resolución Nº 0149-2003-RA
Pleno, Resolución Nº 035-99-TP
Pleno, Resolución Nº 006-2001-RA
Pleno, Resolución Nº 0017-2002-RA
Pleno, Resolución Nº 020-2002-RA
Pleno, Resolución Nº 0015-2003-RA
Pleno, Resolución Nº 0014-2004-RA
Pleno, Resolución Nº 075-2001-TP, dictada en el caso Nº 344-2000-RA
Pleno, Resolución Nº 0124-2003-RA
Primera Sala, Resolución Nº 124-RA-01-IS, dictada en el caso Nº 747-2000-RA
Primera Sala, Resolución Nº 783-2001-RA
Primera Sala, Resolución Nº 291-RA-01-IS, dictada en el caso Nº 025-2001-RA
Primera Sala, Resolución Nº 0156-2002-RA
Primera Sala, Resolución Nº 0553-08-RA
Primera Sala, Resolución Nº 1541-07-RA
Primera Sala, Resolución Nº 1509-08-RA
Primera Sala, Resolución Nº 0452-RA-00-IS
Primera Sala, Resolución Nº 447-RA-IS
Primera Sala, Resolución Nº 024-RA-00-IS
Primera Sala, Resolución Nº 009-RA-00-IS
Primera Sala, Resolución Nº 009-RA-00-IS
Primera Sala, Resolución Nº 004-2002-RA
Primera Sala, Resolución Nº 407-RA-00-IS, dictada en el caso Nº 159-2000-RA
Primera Sala, Resolución Nº 034-01-RA-IS dictada en los casos Nº 362-2000-RA, y 0046-2002-RA
Primera Sala, Resolución Nº 735-RA-00-IS, dictada en el caso Nº 165-97-RA
Primera Sala, Resolución Nº 090-RA-98-IS, dictada en el caso Nº 243-98-RA
Primera Sala, Resolución Nº 091-RA-98-IS, dictada en el caso Nº 244-98-RA
Segunda Sala, Resolución Nº 184-2004-RA
Segunda Sala, Resolución Nº 0028-2000-RA
Segunda Sala, Resolución Nº 0180-2003-RA
Tercera Sala, Resolución Nº 003-2002-RA
Tercera Sala, Resolución Nº 0006-2003-RA
Tercera Sala, Resolución Nº 0087-2004-RA
Tercera Sala, Resolución Nº 0022-2004-RA
Tercera Sala, Resolución Nº 0674-2005-RA, dictada en el caso Nº 0674-2005-RA
Tercera Sala, Resolución Nº 785-2004-RA
Tercera Sala, Resolución Nº 191-2000-III-SALA, dictada en el caso Nº 1300-99-RA
Tercera Sala, Resolución Nº 22-III Sala, dictada en el caso Nº 103-98-RA
Tercera Sala, Resolución Nº 719-2002-RA