El Gita Del Reino de Los Cielos
El Gita Del Reino de Los Cielos
El Gita Del Reino de Los Cielos
LOS CIELOS
PEDRO J CORDERO L
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Título: EL GITA DEL REINO DE LOS CIELOS
Idioma: castellano
ISBN : 978-84-686-0207-3
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A Lety mi esposa, con amor, por su
incondicional apoyo
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INDICE
Introducción 5
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INTRODUCCION
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parte de la esencia del Gita y la yuxtapone al
pensamiento cristiano, dejando de lado aquellos
aspectos doctrinales que pudieran confrontar
ambos pensamientos religiosos, como puede ser,
por ejemplo, la doctrina de la transmigración de
las almas o reencarnación o la doctrina del karma
etcétera.
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CAPITULO PRIMERO: SABIDURIA
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de donde estaba; ¡solo esa voz y yo! Entonces
me habló y dijo mi nombre y allí estaba Eso.
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y la muerte no son diferentes. Siempre tú y Yo
hemos existido juntos.
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El Espíritu es indestructible e imperecedero y
acompaña al alma que ha sido creada para vivir
eternamente, todo lo penetra. Nadie puede
destruir ese Ser Inmutable. Así, a pesar de que
este tu cuerpo tendrá un fin, habitarás en todos
los subsiguientes cuerpos que sean necesarios
según los diferentes mundos hasta más allá del
tiempo. El Espíritu es inmortal e infinito. Así pues,
participa en la lucha de la vida y levántate hijo
Mío, ¡noble guerrero!
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Felices son aquéllas personas cuya actitud es
participar en esta vida. Permanece en paz, tanto
en el placer como en el dolor; en la victoria, tanto
como en la derrota, tanto si ganas como si
pierdes. Prepárate para la lucha de la vida con tu
alma tranquila. Si estás en paz contigo mismo, no
hay culpa.
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Espíritu. Ejecutan ceremonias y acciones que les
prometen poder y placeres.
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Me respondió con una sonrisa que no veía pero la
sentía en todo mí ser: -Cuando un hombre se
libera de todos los deseos que anidan en su
corazón, y por la fe y la gracia de Dios encuentra
la dicha divina, entonces su alma descansa
definitivamente en paz. El que no es perturbado
por las penas ni anhela las alegrías, ya
desapegado de los placeres y estando más allá
de la pasión, es un sabio de mente equilibrada.
Quien no se regocija en la fortuna y los bienes, ni
se apena en el infortunio o la enfermedad, aquél
que donde quiera que esté, está libre de ataduras,
y sin dudas, se regocija en lo secreto y así posee
la suprema sabiduría. Quien, al igual que la
tortuga que retrae sus miembros al caparazón,
vierte su conciencia hacia dentro, replegando sus
sentidos de atracción que ofrecen los placeres
externos. Así, en la búsqueda del Espíritu, posee
ecuánime sabiduría.
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En este mundo temporal todas las acciones
suceden por intervención de las fuerzas de la
naturaleza material, Mas el hombre, se engaña y
piensa “Yo soy el hacedor.” Pero el conocedor de
la relación entre las fuerzas de la naturaleza y las
acciones manifestadas, sabe que algunas fuerzas
trabajan sobre otras y que siempre prevalece la
Perfecta Voluntad del Padre. Libre entonces de su
esclavitud, ya no pretende ser el hacedor sino el
siervo fiel.
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Voluntad. ¡Así se inicia el camino de la
perfección!
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¡Esto es liberación!
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CAPITULO SEGUNDO: LA ENTREGA
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La sabiduría del Conocimiento se revelará dentro
de los hombres como un sol radiante y en su
resplandor ellos podrán ver al Supremo.
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Tanto si hace frío como calor, en el placer tanto
como en el dolor, tanto en la gloria como en la
desgracia, él siempre permanece unido a Él.
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Iluminé con la lámpara el pozo en el piso, en el
centro interior entre las columnas: ¡solo
obscuridad, era como la nada!
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Supremo! Ésta es Mi Suprema Morada, aquéllos
que llegan a ella nunca regresan.
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Yo acepto cualquier ofrenda que un alma con
ferviente amor me haga, ya sea una hoja, o una
flor, o una fruta, o incluso un poco de agua fresca.
Todo lo acepto, porque con corazón puro Me ha
sido ofrecido. Todo lo que hagas, todo lo que
comas, todo lo que ofrezcas y regales, todas las
austeridades y sacrificios que realices, ¡oh hijo del
Reino! hazlas como una ofrenda a Mí. Así te
libraras de todas las cadenas de la acción, tanto si
aciertas o fallas. Y con la mente fija en Mí,
llegarás a Mí. Yo me doy por igual a todos los
seres, y Mi Amor por todos es el mismo. Más
aquéllos que Me adoran con devoción están en Mí
y Yo estoy en ellos.
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Ya que has venido a este transitorio mundo de
dolor, ¡Ámame! ¡Oh hijo Mío! Siempre piensa en
Mí y entrégame tu corazón. De este modo,
uniendo tu alma a Mí, absorto en Mí, en verdad,
vendrás a Mí.
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pues ellos solo hablan de Mí y en ello encuentran
dicha y paz.
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CAPITULO TERCERO: LA FORMA SUPREMA
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seguir existiendo sin ser destruido ante tal infinita
visión?
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mundos, incluso veo demonios y ángeles
rebeldes, ¡oh Divina Luz!
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CAPITULO CUARTO: DEVOCION
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Todo lo que sucede llega hasta Él a través de la
luz de la consciencia, que Él percibe a través de
su Infinita Presencia. Más aún así, Él está por
encima de todas estas cosas. Él es el soporte de
todo, pero está más allá de este mundo material.
No obstante, Él disfruta de todas las cosas de
este mundo. No puede ser visto con estos ojos
mortales y aunque está lejos, también está cerca;
aunque se mueve, permanece inmóvil, está
dentro y fuera de todo, pues todo lo penetra.
Aunque invisible, Él es Uno con Todo, a pesar de
que aparentemente cada ser es una parte
separada, originándose así, la percepción ilusoria
de la diversidad.
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se ve a sí mismo, y de este modo con seguridad,
alcanza la Meta Suprema.
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CAPITULO QUINTO: LOS TRES MODOS
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La modalidad de la pasión nace de los ilimitados
deseos y la lujuria, y condiciona al hombre a la
persecución ansiosa de logros y apegos. Así el
alma encarnada queda atada a los resultados de
sus acciones ineludiblemente.
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Una vez que ha trascendido las influencias de las
tres cualidades de la naturaleza, que son los
constitutivos de este cuerpo mortal, libre ya del
sufrimiento y la muerte alcanzará la morada de la
eternidad.
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Resonó la dulce voz en mi interior y retumbó en
toda la cámara: -Aquel que no desprecia la
iluminación, el apego, ni la ilusión cuando están
presentes, ni los añora cuando desaparecen, que
se mantiene firme e imperturbable a través de
todas las reacciones de las cualidades materiales
y que permanece neutral y trascendental,
sabiendo que sólo las modalidades están activas,
que está situado en el camino del Reino
entregado a la Voluntad del Padre Celestial, y que
considera la felicidad y la aflicción como iguales.
Que mira con la misma visión un poco de tierra,
una piedra o un pedazo de oro; que tiene la
misma disposición hacia lo deseable y lo
indeseable; que es constante, encontrándose
igual de bien en la alabanza y la censura, en el
honor y el deshonor; que trata por igual al amigo
y al enemigo y que ha renunciado a todas las
actividades materiales. Una persona así, se dice
que ha trascendido las modalidades de la
naturaleza material.
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El universo es como un árbol eterno cuyas raíces
están en la “Isla Eterna del Paraíso” y sus ramas
descienden hacia abajo en gran diversidad, cada
hoja es sagrada y conocerlas es tener el
conocimiento. Sus ramas se extienden por todo el
universo nutriéndolo. Sus yemas son los placeres
sensuales, y sus ramas se prolongan
introduciéndose en el mundo de los hombres,
atrayendo a los mortales al fruto de sus actos,
como frutos del árbol. Los hombres no logran
entender la naturaleza cambiante de este árbol, ni
saben en donde comienza ni donde acaba, ni
donde están sus raíces. Mas el hijo del Reino de
los Cielos blandiendo con fuerza la espada del
desapego, va y corta este árbol de fuertes y
profundas raíces, encaminándose así hacia el
Sendero del Padre Eterno. Sólo un hombre tal,
puede decir: “busco refugio en el Espíritu Eterno,
del cual surgió la creación al principio de los
tiempos.”
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Gloria. Los que llegan a esta morada Interior han
alcanzado la Meta Suprema.
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-La valentía, la purificación de la existencia propia,
el cultivo del conocimiento espiritual, la caridad, el
autocontrol y sacrificio; el estudio, la austeridad, la
sencillez y la no violencia; veracidad y
renunciación, tranquilidad, el no buscar defectos a
los demás, libres de codicia e ira, mansedumbre,
modestia, determinación de propósitos, vigor,
fortaleza, perdón, libres de envidia y del ansia del
honor. Todas estas cualidades, ¡Oh hijo mío! Le
pertenecen a los hombres que transitan el camino
del Reino dotándose de características divinas.
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Me ofrecieron un sorbo de agua y me llevaron
fuera de la excavación. Rápido, ¡un médico!
gritaba otro; ¡Está intoxicado! ¡Tiene el mal del
valle! ¡Respiró los vapores de los muertos!
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EPILOGO: RENDICION
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Nunca se debe renunciar al deber ni dejarlo
inacabado pues se te ha encomendado. Si por
alguna ilusión lo abandonas se dice que estás en
el engaño, en el modo de la ignorancia.
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que es la persona que actúa. Estos son los tres
componentes de la acción.
104
Las acciones que se realiza con un gran esfuerzo
de aquel que busca alcanzar el fruto y complacer
sus deseos, y que los ejecuta con un falso
sentido de sí mismo, se dice que están en el
modo de la pasión.
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Aquel que se auto controla y vive con desapego
de las cosas materiales, entregando el resultado
de sus obras al Padre Celestial, alcanza así la
forma más elevada y perfecta de vida; libre de
todas las reacciones materiales es un verdadero
hijo del Reino de los Cielos.
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¡Delibera bien acerca de esto, y luego haz lo que
desees!
FIN
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