Aprender A Aprender Prácticas Del Lenguaje 4
Aprender A Aprender Prácticas Del Lenguaje 4
Aprender A Aprender Prácticas Del Lenguaje 4
ISBN: 978-987-683-718-7
Diagramación:
Natalia García Spotorno
Leticia Francalancia
Marchegiani, Mariana
Prácticas del lenguaje 4 / Mariana Marchegiani ; Laura Destéfanis ; Natalia Osiadacz. - 1a ed . -
Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Longseller, 2020.
160 p. ; 28 x 20 cm. - (Aprender a aprender)
ISBN 978-987-683-718-7
1. Práctica del Lenguaje. 2. Educación Primaria. I. Destéfanis, Laura. II. Osiadacz, Natalia. III.
Título.
CDD 372.6
Editorial Longseller
México 441, 3º A
(C1197AAI) CABA, Argentina
www.longseller.com.ar
Queda hecho el depósito que marca la Ley 11723. Ninguna parte de este
libro puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna
por ningún medio, ya sea electrónico, químico o fotocopia, sin permiso previo
escrito del editor.
3 El libro de la selva
L
legó el verano a Villa Alelí y con él las ganas de bañarse en el río y
comer helados. Junto con el calor también llegaron algunos peque-
ños, diminutos inconvenientes: el jardín de Don Roberto se llenó
de hormigas; la cocina de Filomena, de cucarachas, y las plazas, de
mosquitos.
Pero, sin duda, lo más calamitoso fue la llegada de las lurias. Nadie sabe con
exactitud cómo son las lurias, se sabe sí, que son diminutas y que solo salen de
noche. Algunos dicen que tienen alas transparentes y treinta y seis patas de
cada lado, otros que no tienen alas, pero sí antenas, y que son de color verde
como los grillos.
Pero lo que nadie ignora es lo que hacen las lurias, ellas cambian de lugar al-
gunas cosas.
No vayan a creer que hacen desaparecer llaves o botones, cualquiera sabe que
eso lo hacen los duendes. Ellas, por alguna razón, prefieren los objetos peludos.
El primero en notar la invasión fue Much, el gato de la abuela Cleo. Un día
amaneció de color blanco, lo cual no sería extraño si no fuera porque él era un
gato gris.
qué leer
Pero nadie le hizo caso porque a los gatos no se los escucha muy a menudo.
El lunes se dio cuenta Ula, la hija de la panadera y el deshollinador.
Ella estaba muy orgullosa de su larga y enrulada cabellera, y ese día despertó
con un pelo que le caía como lluvia sobre los ojos y los hombros.
–¡Mis rulos! –se lamentó. Pero más fuerte protestó Mat, su hermano menor,
cuando se vio en el espejo con la cabeza repleta de rulos rubios con reflejos rojizos.
Aunque el más perjudicado fue Don Grullo, alcalde del lugar: de la noche a la
mañana las lurias le llevaron todo el pelo, para ponerlo vaya uno a saber dónde.
–¡Ya mismo llamo a los fumigadores! –gritó.
Y así fue que, desde la ciudad, llegó una camioneta gris con señores de traje
blanco y máscaras negras. Provistos de grandes mangueras, arrojaron por todo
el pueblo un humo que hizo estornudar a todos. A todos menos a las lurias, que
siguieron allí como si tal cosa.
–Ric –le dijo entonces el alcalde al joven inventor del pueblo–, ¿por qué no
inventa algo para ahuyentar a esos bichos?
Ric se encerró en su carromato tres días y cuatro noches y por fin salió con un
aparato lleno de cables color amarillo.
–No hay como el amarillo pa’ ahuyentar lurias –festejó de entrada doña Cleo.
Ric lo encendió y el aire se llenó de un ruido capaz de espantar al mismísimo
diablo. Cuando por fin terminó, todos se quitaron las manos de las orejas:
El cuento de autor
5 ¿Qué podría haberles ocurrido a ustedes con las lurias? ¿Cómo
podrían narrarlo desde su punto de vista? Completen las si-
guientes frases para construir sus propios relatos.
Una mañana me
desperté…
Cuando me
di cuenta…
Finalmente…
durante .
Mi personaje preferido es
porque
El autor y el narrador
En todos los cuentos, hay un narrador, que es quien relata los sucesos.
El narrador puede ser el protagonista, que narra desde su propio punto de vista
y en primera persona. Por ejemplo: Cuando salí de mi casa una mañana...
También puede narrar un testigo, que puede ser un personaje secundario. Se-
guramente lo hará en tercera persona, refiriéndose al protagonista: Cuando
salió de su casa una mañana…
Si quien narra no es uno de los personajes del cuento, también va a contar los
hechos en tercera persona. En ese caso, se llama narrador omnisciente. Om-
nisciente significa ‘el que todo lo sabe’. Este tipo de narrador no participa de la
historia, sin embargo, conoce todo lo que sucede y lo que piensan los personajes.
Todos los relatos tienen un autor y un narrador. El autor es un ser real que escribe la
historia, y el narrador es una voz ficcional que la narra.
Mi nombre es .
Nací el ,
en .
Personas
Animales
Lugares
Objetos
Los sustantivos forman una clase palabra que se usa para nombrar personas, luga-
res, ideas y objetos.
Los sustantivos comunes designan una clase en general.
Los sustantivos propios nombran de manera particular y se escriben con ma-
yúscula.
Los sustantivos pueden variar en género cambiando la o por la a (perro - perra);
cambiando la e por la a (elefante - elefanta); agregando una a al final del sustantivo
masculino (león - leona); cambiando la última sílaba por otra que significa “feme-
nino”: -triz, -esa, -ina (actor - actriz; tigre - tigresa; gallo - gallina), o variando la
palabra (vaca - toro).
bicentenario bizcochuelo
16 Utilicen las palabras del ejercicio anterior para cambiar las frases
resaltadas. Luego, reescriban, en sus carpetas, esta carta que
mandó una abuela a su nieta.
¡Hola, querida nieta! ¡Ya te habrás enterado de lo que pasó en Villa Alelí! Volvieron
las lurias y dejaron a mi gato pintado de dos colores. Cuando vi esto, salí andando
rápidamente en mi rodado de dos ruedas para ir al veterinario. Aunque no le
entendí mucho al veterinario porque hablaba dos idiomas… Él me lo confirmó: mi
gato será de dos colores, hasta que las lurias se vayan cuando llegue el invierno.
Un abrazo grande.
La abuela Cleo
Lean las siguientes palabras: barco, vaca, bastón, vela. El primer sonido de cada una,
¿es parecido o distinto?
La diferencia entre B y V la podemos ver en la escritura, pero no escucharla. A veces,
hay reglas que pueden ayudarnos a usarlas bien:
Después de M, siempre va . Antes de L, siempre va .
Después de N, siempre va . Antes de R, siempre va .
FORMACIÓN CIUDADANA
APRENDER A CONVIVIR
Aprender a aprender también nos invita a aprender a vivir con otros:
nuestros compañeros, maestros, familia. Por ese motivo, para iniciar
el año escolar, les proponemos empezar a conocerse mejor.
¡El desafío!
Conocer a nuestros pares es un paso fundamental para
aprender a convivir, porque nos ayuda a ponernos en el
lugar del otro y, de esta manera, comprender sus pen-
samientos y sentimientos. La convivencia es necesaria
en todo grupo de personas; por eso debemos aprender
a convivir en la escuela.
A Escriban un compromiso como grupo, pensando en aquellas cosas
que consideran importantes para poder convivir en el aula.
B Una vez que todas y todos estén de acuerdo, escríbanlo en una
lámina, firmen el compromiso y péguenlo en el aula.
C Vuelvan a leer el compromiso con frecuencia para comprobar que
se cumpla. En caso de que esto no ocurra, reflexionen sobre ello en
el grupo.
El uso de la carpeta
y el cronograma escolar
A medida que avanzamos en los años escolares, también vamos apren-
diendo a estudiar. Para poder estudiar y aprender, es importante organi-
zar la información, ordenarla y clasificarla.
Cuando logramos organizar la información, ¡ya la estamos empe-
zando a aprender! Porque para organizarla, hay que comprenderla.
Luego, con la información organizada, podemos volver a buscarla
para recordarla, para reflexionar sobre ella o para compartirla con otros.
Es importante ir conociendo distintas formas de estudio para que
cada uno elija la que mejor le resulte, ya que no todos aprendemos de
la misma manera.
¡Manos a la obra!
Para organizar nuestra forma de estudiar, podemos comenzar por la
propia carpeta escolar.
El cronograma escolar
Otra estrategia para estudiar es organizar el tiempo; este orden ayuda
a programar cuándo hacer una tarea, preparar un trabajo práctico o
estudiar un tema.
Para organizar el tiempo, podemos ayudarnos con el cronograma
escolar, que nos permite recordar en forma de cuadro:
¡Manos a la obra!
18 Realicen su propio calendario escolar y péguenlo en la carpeta
para consultarlo todos los días.
¡El desafío!
Este es el comienzo de un nuevo año, en el que pueden probar, imple-
mentar o crear más herramientas para fortalecer su forma de estudiar
y de aprender. El desafío de este año es lograr hacerlo cada vez mejor,
con más autonomía.
19 Completen, una vez por semana, un cuadro con las actividades
que logran hacer solos y las que aún requieren de la ayuda de los
adultos. Por ejemplo: recordar qué carpetas deben llevar cada
día, guardar los útiles en la mochila, etcétera.
A medida que ya empiezan a hacerlas solos, táchenlas de la
columna izquierda y pásenlas a la derecha.
¿Qué haremos?
El proyecto de este año es la realización de una revista. Una revista es
una publicación periódica, en forma de cuaderno, que contiene dife-
rentes artículos sobre un tema determinado.
¿Cómo lo haremos?
Para poder realizar un proyecto de escritura, es importante:
1.º) Planificar; 2.º) producir; 3.º) revisar y editar; 4.º) publicar.
20 Conversen:
¿Para qué escribirían una revista?
¿Qué podrían aprender con este proyecto de escritura?
Cuando participamos de un proyecto, aprendemos a trabajar con
otros, a ponernos de acuerdo, a escuchar y a respetar ideas ajenas.
¿Cuándo lo haremos?
Para que un proyecto pueda concretarse, es necesario de-
finir los tiempos en los que se realizará. Cada capítulo de
este libro les ofrecerá actividades orientativas de escritura
para incluir en la revista. ¡También pueden incluir otros tex-
tos que el grupo considere interesantes!
¡A PLANIFICAR!
En toda revista, es importante definir: el tema, el nombre y las seccio-
nes que la conformarán.
Tema:
Nombre:
Las secciones
4 Juntos, piensen a quién irá dirigida la revista. Una vez que lo ha-
yan definido, realicen una encuesta para conocer qué secciones
les gustaría que figuren en ella. Por ejemplo, si los posibles lec-
tores serán las familias, hagan una encuesta en sus casas para
averiguar qué es lo que más les interesa. Les damos algunas
ideas para realizar la encuesta:
A ¿Le interesaría que una revista tenga…? (Marque con una X todas las opcio-
nes correctas)
Cuentos Historietas
Artículos de divulgación científica Artículos de opinión
Instrucciones Publicidades
Noticias de actualidad Ilustraciones
E
s muy fácil perderse. Cuando uno vive en un sitio fijo, desde don-
de sale y adonde tiene que volver, orientarse puede ser un proceso
complicado. Nosotros, los humanos, nos guiamos principalmente
con la vista, que es nuestro sentido más desarrollado. De esta forma,
recordamos cosas, árboles, o negocios que nos permitan localizar
nuestro destino y luego regresar a casa. Para los hombres que viven en la ciu-
dad, la existencia de cuadras y veredas ayuda a memorizar el camino de ida
y vuelta. A veces, memorizamos las distancias, sin tener puntos de referencia
(234 pasos a la izquierda y 23 a la derecha). Y también, si estamos perdidos, le
preguntamos a otro humano que anda por ahí cosas como: “¿Sabe usted dónde
se encuentra la Casa de Gobierno de la Argentina?”.
Las hormigas hacen lo mismo: algunas usan principalmente su vista, otras
utilizan más otros sentidos, otras siguen caminos e intercambian información
con otras hormigas, algunas poseen la capacidad de memorizar caminos sin
usar información del exterior, y la mayoría utiliza más de una forma para ubi-
carse. Porque, después de todo, humanos y hormigas nos perdemos y encontra-
mos de forma similar.
qué leer
Caminante, sí hay camino
La existencia de caminos claramente marcados, tales como los que poseen las
hormigas cortadoras de hojas y las que comen semillas (granívoras), representa
un sistema que colabora para que las hormigas vayan adonde tienen que ir (a
una planta a cortar hojas o a recolectar semillas) y vuelvan a donde tienen que
volver (su nido) sin perderse. Esos caminos, a veces verdaderas avenidas limpias
de hojas y palitos, no solo son una marca real en el ambiente, sino que generan
un comportamiento de masa o grupo, en el que las hormigas simplemente si-
guen a las que tienen adelante. Algo similar hacemos los humanos, cuando, por
ejemplo, estamos en el túnel de una línea de subterráneos que desconocemos y
queremos salir: simplemente seguimos a los de adelante, suponiendo que ellos
tienen el mismo objetivo que nosotros. A diferencia del ejemplo anterior, en el
que podemos seguir a la muchedumbre equivocada (si la mayoría desea hacer
combinación en vez de salir a la calle), todas las hormigas que están en el cami-
no tienen el mismo objetivo: ir hacia la fuente de alimento y regresar al nido
con el recurso.
La mayoría de las veces esta orientación se ve fortalecida por señales quími-
cas que pueden significar diferentes cosas. La existencia de estas señales en el
camino puede indicar dirección y/o calidad del recurso, ayudando a la orienta-
ción y al reclutamiento de más hormigas a la fuente de alimento.
La temática
5 Relean el primer párrafo del texto explicativo y marquen con una
cruz lo que crean que se está explicando.
Las hormigas no necesitan ninguna referencia para orientarse.
Humanos y hormigas compartimos estrategias de orientación.
Siempre es fácil regresar de un sitio alejado sin perderse.
Los humanos nos orientamos principalmente por los sonidos.
Los puntos de referencia son esenciales para la orientación.
Fragmento de El Principito
Fragmento de “Cantares”
Antonio Machado (1875-1939) fue un poeta español cuya obra destaca la reflexión
sobre la vida y la sabiduría popular.
Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944) fue un aviador y novelista francés, autor de
la famosa obra El Principito.
En el poema, la frase “Cami- ... apela a las señales visibles que nos
nante, no hay camino”... sirven para orientarnos.
9 Escriban un texto que explique las causas por las cuales las si-
guientes especies están en peligro de extinción. Para hacerlo,
taller
El oso polar:
La ballena azul:
El pingüino de El Cabo:
Los textos están formados por oraciones coherentes y ordenadas, y pueden tener
diversas intenciones: informar, convencer o entretener, entre otras.
Un texto se divide en párrafos. Cada párrafo agrupa información en una o varias
oraciones relacionadas por su tema o contenido; y termina con el punto final.
El párrafo comienza con mayúscula y termina en punto y aparte.
Las oraciones son unidades de sentido que comienzan con mayúscula y termi-
nan con punto y seguido, o con signos de interrogación o de exclamación (¿? ¡!).
Párrafo 1:
Párrafo 2:
Párrafo 3:
EL TRABAJO EN EQUIPO
Al inicio de este capítulo, aprendieron mucho acerca del modo en el
que las hormigas logran orientarse. Ahora les contamos algo más…
Las hormigas son animales que viven en comunidad, cooperan en-
tre sí, son trabajadoras y pacientes. Además, distribuyen las tareas y
se comunican para lograr un objetivo en común.
¡El desafío!
En este capítulo, comenzaremos a diseñar la revista de cuarto grado.
Para ello es necesario conformar grupos de trabajo.
A Formen equipos de trabajo y escriban un “contrato de trabajo”. Un
contrato es un acuerdo en el que dos o más personas se compro-
meten a respetar y cumplir algunas condiciones.
B En ese contrato, organicen las responsabilidades de cada uno. Por
ejemplo, en un equipo de trabajo que tiene el objetivo de escribir
textos, es importante que alguien sea el que lee las consignas o
actividades; otro, el que organiza o modera la conversación, y otro,
el que escribe las conclusiones a las que van llegando.
C Escriban el contrato colocando: lugar y fecha, nombre y compromiso
de cada uno, y sus firmas.
PROYECTO DE ESCRITURA
LA LÍNEA EDITORIAL
Para que la revista sea coherente, es necesario establecer una línea
editorial, es decir, elegir la temática, los destinatarios y el objetivo.
A La temática: es el conjunto de temas que abarcará la revista (esto
lo pensaron juntos en el capítulo 1).
B Los destinatarios: en función del público al cual esté destinada la
revista, se utilizará determinado lenguaje. Por ejemplo, si se dedica
a la salud, no es lo mismo una revista pensada para médicos que
una de interés general (para toda la población). De igual modo, no
es lo mismo un público juvenil que uno adulto.
C El objetivo: toda revista persigue un objetivo, es decir, un ¿para qué?
E
l libro de la selva es una colección de historias escritas por el au-
tor británico nacido en la India, Rudyard Kipling, cuya publicación
completa se conoció en el año 1894.
Esta obra, también traducida al castellano como El libro de las tie-
rras vírgenes o El libro de la jungla, fue conocida anteriormente por
aparecer regularmente en diversas revistas, entre 1893 y 1894.
El libro completo es, en realidad, la recopilación de esos cuentos que fueron
publicados en forma periódica. Sin embargo, los primeros ocho relatos, los que
mayor trascendencia tuvieron, son parte de una misma historia que mantiene
continuidad, tanto en la trama como en los personajes, y que, en muchas adap-
taciones literarias, adquiere los rasgos de una novela. También fue adaptada
para el guión cinematográfico.
El argumento se inicia cuando un joven matrimonio pierde a su bebé, lla-
mado Mowgli, en una selva, mientras tratan de huir del ataque de un enorme y
feroz tigre de Bengala. El bebé es salvado por una manada de lobos que decide
adoptarlo.
qué leer
Biografía de Rudyard Kipling
El escritor británico Rudyard Kipling nació en Bombay, una ciu-
dad de la India, el 30 de diciembre de 1865, y, a los seis años, su
familia lo envió al Reino Unido, para su formación.
En 1882, regresó a la India y comenzó a trabajar para el diario
La gaceta civil y militar, en donde publicó varias historias cortas.
Con apenas veinte años, trabajó como editor y corresponsal para
la revista Pioneer.
En 1889, regresó al Reino Unido, donde ya era conocido y res-
petado. Escribió poemas, cuentos, relatos cortos y novelas. En su
obra, se destacan títulos como Kim de la India, El hombre que pudo
reinar y El libro de la selva, novelas que han sido adaptadas al cine
en varias ocasiones.
Su trayectoria como escritor fue de tanta trascendencia que, en
el año 1920, fue elegido rector de la Universidad de St. Andrews;
tres veces fue nombrado Caballero de la Orden del Imperio Britá-
nico, ofrecimiento que rechazó, y, en 1907, se le concedió el Premio
Nobel de Literatura.
Los personajes
3 Otro de los elementos de principal interés para comprender
aquello que se está narrando son los personajes, que en El libro
de la selva son muchos. Los invitamos a recoger esta informa-
ción en el siguiente cuadro:
La trama
4 A medida que la historia avanza, se van desarrollando una serie
de acontecimientos. Resuman lo que sucede en cada capítulo,
incorporando las palabras indicadas entre paréntesis:
El conflicto
5 Un suceso extraordinario provoca un conflicto en la comunidad
de la selva, en el cual se enfrentan distintos personajes.
Reunidos en grupos, conversen acerca de cuál es el hecho ex-
traño que ocurre en la selva y genera una disputa.
Luego escriban por qué se desencadena ese conflicto.
un regreso a la selva
6 En el final de la novela, Mowgli vuelve con su madre humana;
pero, de tanto en tanto, regresa a la selva para visitar a los lobos.
Imaginen que una de esas visitas la hace con su madre humana.
¿Qué podría suceder en ese encuentro? ¿Qué reacción podrían
tener los personajes? ¿Qué sentirá Mowgli ese día?
Escriban ese momento dándole continuidad a la novela.
aprender a aprender
Un plan para escribir narraciones
Escribir una narración requiere de una planificación. En este capítulo,
les proponemos conocer el paso a paso en detalle.
1. Pensar la historia
2. Pensar quiénes y dónde
Piensen una idea general para la na-
Definan los personajes principales y
rración. Por ejemplo, si quieren contar
los personajes que los acompañan,
la versión de un cuento conocido, un
es decir, los secundarios.
nuevo capítulo para una novela, un
Definan dónde sucederá la situa-
cuento fantástico, un cuento tradicio-
ción inicial y dónde la sorprendente.
nal, una anécdota personal, etcétera.
Tomen nota de todas las ideas.
Tomen nota de estas ideas.
Una narración es un relato, oral o escrito, en el que se cuenta algo que ha sucedido
realmente o en la ficción.
En toda narración, el cuento transcurre en un tiempo y un espacio determinados.
A veces son explícitos (como por ejemplo, el lugar, Seeonee, India, en la novela El
libro de la selva, que leyeron) y en otras ocasiones se desconoce. Además, la narra-
ción presenta una serie de personajes, cada uno con sus características y particula-
ridades, y un conflicto, que representa el nudo o el problema que plantea la trama.
Eran las siete de una tarde muy calurosa en las colinas de Seeonee,
en la India, cuando el Padre Lobo despertó, bostezó y estiró las
patas para desperezarse. Madre Loba seguía acostada con el gran
hocico gris sobre sus cuatro lobatos mientras la luna comenzaba a
verse desde la entrada de la cueva donde vivían.
Los verbos son palabras que indican acciones (estudiar), estados (ser, estar) o pro-
cesos (llover, crecer).
Los tiempos verbales pueden ser:
Presente: La acción sucede en el mismo tiempo en que se narra.
Pasado: Ya ocurrió la acción.
Futuro: La acción va a suceder.
Las narraciones se cuentan en pasado, pero diferenciando las acciones con distintos
tiempos verbales pasados (pretérito):
Pretérito imperfecto: Se usa para describir situaciones o acciones que suceden
habitualmente (dormía, caminaba). Con estos verbos, pueden armar el “escenario”
del relato.
Pretérito perfecto: Se utiliza para expresar acciones que se realizaron y están
acabadas. Se usa para relatar el conflicto en la narración.
El pasado en la lupa
En la página anterior, trabajaron sobre cómo usar distintos tiempos pa-
sados para escribir o contar un cuento o una historia. Ahora, veremos
cómo cambia la forma de estos verbos.
Los verbos terminados en -ar, conjugados en pretérito im- Vuelvan al cuento que
perfecto del modo indicativo, se escriben con B. Por ejemplo, escribieron en el Taller
caminar caminaba; estudiar estudiaba. Los verbos de escritura y revisen
terminados en -er o -ir, en pretérito imperfecto terminan la ortografía de los
con -ía y siempre llevan tilde. Los verbos que forman el pre- verbos teniendo en
térito perfecto terminan con -ó, en la mayoría de los casos. cuenta lo aprendido.
CUIDAR EL AMBIENTE
En la novela que leyeron en este capítulo, la historia transcurre en un
ambiente natural, en una selva habitada por muchas especies diversas.
Como ciudadanos, nuestra responsabilidad también implica el compro-
miso con el cuidado ambiental.
Campaña Dale una mano a la vida salvaje. WWF es una organización in-
ternacional dedicada a la defensa de la naturaleza y el ambiente, presen-
te en más de 100 países. En el año 2007, hizo esta campaña.
PROYECTO DE ESCRITURA
propagandas para la revista
En la sección Formación ciudadana, les propusimos investigar y com-
partir la información acerca de los animales que están en peligro de ex-
tinción. Ahora la propuesta es diseñar una página que pueda transmitir
esa información a los lectores de la revista.
Reunidos en grupos, realicen una propaganda para concientizar
acerca de la importancia del cuidado de las especies animales que
investigaron.
Planificación
1 Elijan una especie animal que les interese, y busquen información
acerca de sus características y el modo en el que se la debe cuidar.
2 En una hoja, coloquen oraciones que expresen ese mensaje. Por
ejemplo: “No debemos tirar plásticos al mar porque contaminamos
el hábitat de las especies que viven en él”. Busquen imágenes de la
especie animal elegida.
Producción
3 Coloquen en una hoja, o en un procesador de texto o plantilla digi-
tal, las imágenes que utilizarán en la propaganda.
4 Organicen la información que colocarán, de manera que genere un
impacto visual en el lector. Pueden tomar como modelo el ejemplo
de la campaña “Dale una mano a la vida salvaje”.
5 Revisen la escritura del mensaje. Para ello tengan en cuenta lo
aprendido hasta ahora, especialmente, el uso de los verbos.
Publicación
6 Reserven esta página (en papel o en archivo digital, según lo que
hayan trabajado) para incluirla más adelante en la revista.
Existen diferentes programas que permiten armar carteles con textos e imágenes
para propaganda, por ejemplo: www.canva.com/es_mx/crear/posters/
publicitarios/. Pueden explorarlo junto con su docente.
Esta herramienta es sencilla de usar y consta de pocos pasos: 1) Crear una
cuenta. 2) Elegir una opción de la biblioteca de plantillas. 3) Subir las imágenes o
buscar imágenes que ofrece la aplicación. 4) Arreglar las imágenes y editar el texto.
El trabajo se puede guardar o imprimir.
LO QUE APRENDÍ
Hemos llegado al final del primer itinerario, en el que aprendimos mu-
cho recorriendo algunos “asuntos de animales”.
Ahora, les proponemos evaluar lo aprendido para seguir creciendo
en el camino del conocimiento.
3 Uní con flechas el número de párrafo con la idea principal que brinda.
Párrafo 2 Destaca a las ballenas como la especie más admirada por los turistas.
Mi portafolio de escrituras
Un portafolio es una colección de producciones de un estudiante en el
que se reflejan sus procesos de aprendizaje.
En el Taller de escritura de este primer recorrido, realizaste tres pro-
ducciones:
Tu autobiografía.
2 ¿Quién vive?
3 El frío
4 El invierno
6 Un pingüino recorre
8.000 km para ver al
hombre que le salvó
la vida
El viento roza
los álamos dorados.
Bella tristeza.
Amanecieron
los teros en sus nidos.
Luz de setiembre.
Canta el hornero
la madurez del fruto.
El viento calla.
Nelvy Bustamante
qué leer
¿Quién vive?
El frío
Hace mucho frío.
Tanto frío que los autos no arrancan,
las vacas no mugen,
el corazón no late.
Tanto, que hay una nube
colgada en el mismo sitio
desde hace horas.
Hace frío adentro de la letra O.
Hace frío en la sartén
donde se fríen lentamente
unos copos de nieve.
Están congeladas las puntas del número 1,
aunque eso es algo que pasa con frecuencia.
En medio de la cama apareció
un cartel de prohibido entrar.
El café recién servido
levantó vuelo y emigró al norte,
donde dicen que es verano.
Pero es tanto, tanto el frío que
la mecedora no se mece,
la música suena más lenta,
los ojos miran un punto donde no hay nada.
En el tallo de la planta
esas no son hormigas
sino esculturas de hielo.
El aliento se hace vapor,
el vapor agujas,
las agujas giran sobre sí mismas
buscando algo que pinchar.
Las líneas de sombra de la reja del balcón
están quietas en el ángulo de hace un rato,
por más que el sol siguió de largo.
En la calle la gente se enrosca y pliega
hasta refugiarse en su propio ombligo.
Imagen visual:
Imagen auditiva:
La poesía emplea el recurso de las imágenes sensoriales para transmitir una sensa-
ción determinada al lector. Son expresiones que se relacionan con alguno de los cinco
sentidos. Por eso se denominan: visuales, auditivas, gustativas, olfativas o táctiles.
La rima
6 En el poema, “¿Quién vive?”, encontramos uno de los recursos
más importantes en poesía: la rima. Para descubrir las rimas en
el poema, transcriban las palabras finales de cada verso:
Estrofa 4 Estrofa 5
¿Qué tienen en
común los finales
de las estrofas?
¿Se repiten las
vocales, las conso-
nantes o ambas?
Estrofa 4 Estrofa 5
Poesías y canciones
Muchos poemas se transforman en canciones. ¿Qué canciones les
cantaban cuando eran chicos? ¿Cuáles son las canciones que más les
gustan ahora?
Para hacer un poema dadaísta, tomá un diario, una tijera, y elegí un artículo que sea tan
largo como la poesía que quieras hacer. Recortá el artículo. Después, recortá todas las
palabras del artículo y guardalas en una bolsa. Agitala suavemente. Tomá cada palabra y
colocalas una seguida de la otra, en el orden en el que salieron de la bolsa. Copialas con
tu propio sentido. ¡Listo! Parece caótico, pero... ¡Escribiste una poesía original y divertida!
Tristán Tzara. (Adaptación).
Lean las palabras que tienen dos vocales en distintas sílabas: ¿Cuáles llevan tilde?
¿Por qué algunos diptongos están en la misma sílaba y otros se rompen?
Busquen en el diccionario la palabra hiato. ¿Qué relación tiene el significado de
esa palabra con la separación en sílabas?
Cuando en una misma sílaba se unen una vocal abierta y una cerrada, o dos voca-
les cerradas, se trata de un diptongo. Ejemplo: diario. Si la vocal abierta lleva tilde,
se mantiene el diptongo. Ejemplo: Después.
Cuando dos vocales se encuentran, pero forman parte de sílabas distintas, se pro-
duce un hiato. Se forma cuando se encuentran dos vocales abiertas, por ejemplo,
poema; o si se encuentran una vocal cerrada con tilde y una vocal abierta átona, por
ejemplo: poesía.
Vocales abiertas: A - E - O. Vocales cerradas: I - U.
Diptongo Hiato
Vocal cerrada + vocal cerrada. Vocal cerrada con tilde + vocal abierta.
Ejemplo: ciudad. Ejemplo: día.
boca de . comieron ,
nariz arroz
maíz voz
pez juez
Las palabras en singular que terminan en Z forman el plural con -ces. Por ejemplo:
pez - peces. Los diminutivos se expresan con las terminaciones -cito o -cita. Estos
diminutivos se escriben con C. Por ejemplo: pececito.
¿Cómo recordar lo
¿Qué hacer con la
importante?
información?
Armar un soporte visual: en
Escribir un texto que organice
un afiche o lámina, escribir en
las ideas: anotar la información
cuadros y esquemas los con-
ordenada, con todos los con-
ceptos clave para guiar al que
ceptos, las definiciones y los
expone, y que todos y todas
ejemplos, que no pueden faltar.
puedan seguir la información.
19 Marquen con una X qué cosas harían en cada paso para armar
una exposición oral.
A Investigar sobre el tema:
Consultar la biblioteca del colegio.
Buscar en sitios de internet trabajos ya armados.
Consultar en sitios de internet especializados, que indiquen la
bibliografía empleada.
Preguntar a otras personas.
B Seleccionar información:
Concreta y comprensible.
Copiar y pegar algo sobre un tema parecido.
Que contenga ejemplos adecuados.
Que sea novedosa y aporte conocimientos interesantes.
¡El desafío!
20 En grupos, elijan un autor de las poesías de este capítulo, u otro
que conozcan y les interese a partir de otras lecturas.
Cada grupo armará una exposición oral
para contarles a los compañeros y com- En el capítulo 8,
pañeras lo que pudieron conocer sobre la pueden encontrar ayudas
biografía y la obra del autor elegido. para saber cómo hacer
Recuerden organizar la exposición. un afiche.
Pueden acompañarla con un afiche.
Me da alegría .
Me da tristeza .
Me enoja .
Me preocupa .
Me da miedo .
Me divierte .
¡El desafío!
El desafío de hoy será “Parecidos y diferentes”.
A Colóquense en círculo y comprueben que todos y todas estén en
esa ronda.
B Con la ayuda del docente, elijan un sentimiento con el que comen-
zarán este desafío. Por ejemplo: “Me da alegría”.
C Un compañero o compañera pasará al centro de la ronda y contará
a otros lo que le da alegría.
D Si alguien del grupo siente lo mismo, se acercará y le tomará la mano.
E Luego volverán a su lugar para continuar el juego a partir de otro
sentimiento.
PROYECTO DE ESCRITURA
un Plan para escribir… poesías
Como vimos en este capítulo, las poesías permiten expresar senti-
mientos y emociones respecto de un tema.
Les proponemos escribir un poema breve, de a dos o en pequeños
grupos, para una sección de poesía en la revista. Les sugerimos algu-
nos pasos para organizar su trabajo:
El invierno
C
omo cuentan los tehuelches, todas las cosas se estaban arreglando
en ese tiempo en que se formó el mundo. Uno de los asuntos que
había que ordenar era el clima, porque entonces no estaban las es-
taciones del año como ahora: no había ni un invierno ni un verano
bien marcados y nunca se sabía cuándo iba a hacer frío o calor,
cuándo iba a estar nevando y era mejor no salir, o cuándo el sol iba a brillar
todo el día. Y así la vida de todos se complicaba.
Entonces Elal, el héroe, decidió que había que acomodar un poco esto y hacer
que hubiera un invierno que se supiera más o menos cuánto iba a durar.
¿Por qué se preocupaban tanto por el invierno y no por el verano? Porque la
Patagonia está muy al sur, y en el sur cuando hace frío, hace frío en serio, y hay
un viento helado y nieva, y es difícil conseguir comida, sobre todo si la comida
hay que salir a buscarla al campo, como hacen los animales y los cazadores.
qué leer
Elal quiso ordenar esto. Pero, aunque era tan poderoso, decidió no hacer las
cosas por su cuenta, sino que pensó que lo mejor era que todos opinaran y se
pusieran de acuerdo (un jefe tehuelche siempre ha consultado lo que quería
hacer la gente, nunca ha dado órdenes sin que todos votaran antes).
En esos tiempos de Elal, los animales eran como personas y podían hablar,
así que fueron ellos los que participaron en la reunión que se hizo para tratar el
tema. Ahí estaban el Puma, el Choique (que los blancos llaman “ñandú” o “aves-
truz”), la Mara (que los blancos llaman “liebre patagónica”), el Gato Montés y su
pariente el Gato de Pajonal, el Zorro, un montón de pájaros, el Piche (parecido
a su primo el Quirquincho), la Tortuga, el Guanaco, el Zorrino, la Cucaracha y
muchos más.
Empezó la discusión. La cosa podría haberse resuelto más o menos rápido,
pero como pasa muchas veces, siempre hay alguno que se encapricha y no quie-
re dar el brazo a torcer (o el ala, porque aquí había bastantes aves), o alguno que
no acaba más de hablar.
Como la cosa iba para largo, Elal pensó que era conveniente que los interesa-
dos discutieran todo lo que quisieran, se pusieran de acuerdo entre ellos y des-
pués le contaran qué querían hacer. Él, con sus poderes que ningún otro tenía,
haría que los inviernos duraran tanto como se decidiera. Así que hizo callar
al bicherío que hablaba y gritaba, y les dijo lo que iban a hacer. Eso sí: cuando
decidieran, el tema no se trataría más. Él no iba a andar a cada rato ajustando
la duración del invierno; tenía otras cosas que hacer.
Los tehuelches fueron, durante muchísimos años, los “gigantes”, los señores de
la Patagonia. Vivieron en esas tierras que quisieron y conocieron como nadie. En
ellas construyeron una manera de vivir –una cultura– y contaron muchos relatos:
relatos de cuando se creó el mundo; de Elal, el gran héroe, que trajo sus inven-
tos para ayudar a los hombres; de cuando los animales hablaban y discutían sus
asuntos en ruidosas asambleas, y de la enorme ballena que no vivía en el mar sino
en la tierra y andaba por la meseta bostezando.
Las leyendas
4 Completen el siguiente texto describiendo el accionar de los per-
sonajes durante la toma de decisiones:
porque
A la reunión asistieron
.
Las descripciones
6 En “El invierno”, se habla de varias especies de animales. Obser-
ven las imágenes y describan cada una. Para hacerlo, pueden ayu-
darse respondiendo estas preguntas: ¿A qué especie pertenece?
¿Qué características tiene su anatomía? ¿Es ovíparo o vivíparo?
¿Cómo se desplaza? ¿Qué come? ¿Dónde habita? ¿Es doméstico?
Las descripciones son textos que detallan cómo es una cosa, una persona o un
lugar. Lo que se describe puede ser real o imaginario. Son frecuentes en los cuentos
o en las leyendas. En la descripción, cumple un papel muy importante una clase de
palabras: el adjetivo.
UN FINAL DE LEYENDA
8 Como vimos en este capítulo, las leyendas intentan explicar el
origen de algún fenómeno natural. Lean el siguiente fragmento
de La leyenda del amancay y escriban un posible final que inten-
te explicar el origen de esta flor.
árbol equipo
perro bosque Vuelvan a revisar el final de
la leyenda del amancay que
oveja rebaño
escribieron, para identifi-
jugador orquesta car si utilizaron sustantivos
libro jauría individuales y colectivos.
músico biblioteca
Los sustantivos que nombran una sola unidad (como árbol o libro) son sustanti-
Poner el acento
16 Lean las siguientes palabras en voz alta y marquen cuál sílaba
escuchan con más fuerza.
Pueden armar un cartel con estas reglas para poner como ayuda en el aula:
Agudas: se acentúan en la última sílaba. Llevan tilde cuando terminan en n, s o vocal.
Graves: se acentúan en la penúltima sílaba. Llevan tilde cuando no terminan en n, s
o vocal.
Esdrújulas: se acentúan en la antepenúltima sílaba. Siempre llevan tilde.
Agudas
Graves
Esdrújulas
ORGANIZAR LA INFORMACIÓN
Organizar y ordenar la información que tenemos sobre un tema es una
estrategia para estudiar. Al ordenar la información, es posible clasificar,
catalogar o comparar. Es como si pusiéramos señaladores para, luego,
poder ir a buscar la información (visual o mentalmente). Los cuadros
nos permiten encontrar información con mayor facilidad y compararla
con otra.
Cuento Texto
Leyenda Poesía
de autor explicativo
Brindar informa- Narrar historias Expresar y
Narrar una
Objetivo historia
ción sobre sobre el origen transmitir sen-
un tema de las cosas saciones
Filas:
aspectos a Tiene inicio, En cada párrafo Solía ser oral y Se escribe en
comparar Características conflicto y reso- explica algo del narrar hechos verso y con
lución. tema. sobrenaturales. rima.
Cuento “Sin Texto “La orien-
Leyenda tehuel-
Ejemplo lurias, sapos ni tación es un viaje Poesía “El frío”
dragones” de ida (y vuelta)” che “El invierno”
¡Manos a la obra!
22 Revisen lo que trabajaron sobre acentuación en este capítulo y
completen el siguiente cuadro para poder estudiar las reglas.
Grave
Esdrújula
El desafío
23 En el primer capítulo, les propusimos reflexionar acerca de las
herramientas que les permiten estudiar y aprender mejor. Para
cumplir con las consignas de los maestros, les proponemos que
armen, en sus carpetas, un cuadro semanal donde puedan mar-
car con una X las consignas ya realizadas y tener a la vista las
que falta realizar. Por ejemplo:
EXPRESAR OPINIONES
Expresar nuestras opiniones es una manera de pensarnos como ciuda-
danos. Para poder convivir con otros, es importante que compartamos
esas opiniones en un marco de respeto y tolerancia.
¿Favorece el debate
Actitud que adopta
Personaje para llegar a un ¿Por qué?
en el debate
acuerdo?
Elal
Choique
Mara
Cucaracha
Puma y
Guanaco
¡El desafío!
Seguramente, han pensado muchas veces en situaciones que les gus-
taría cambiar en la escuela, en el barrio, en el país. Es momento enton-
ces de debatir y expresar opiniones al respecto. En grupo:
A Hagan una lista de las situaciones que les gustaría cambiar. Por
ejemplo: “Nos gustaría que nuestro barrio tenga más plazas”.
B Elijan una situación de la lista y descríbanla con más detalle, para
que todos conozcan el tema sobre el que conversarán.
C Expresen sus opiniones de forma ordenada, levantando la mano y
pidiendo el turno para hablar, escuchando lo que otros compañeros
o compañeras tienen para decir sin interrumpirlos.
D Elaboren una síntesis de lo conversado, que refleje las opiniones de
todos.
PROYECTO DE ESCRITURA
UNA LEYENDA PARA LA REVISTA
Como vimos en este capítulo, las leyendas intentan explicar el origen
de algún fenómeno. En pequeños grupos, escriban una leyenda con
ayuda de las orientaciones.
Planificación
A Escriban varias preguntas sobre temas de la naturaleza que les in-
teresen. Por ejemplo: ¿Por qué el hornero hace a veces su nido en
los postes de luz? ¿Por qué se dice que el loro habla tanto? ¿Por qué
el arcoíris tiene siete colores?
Producción
1 Escriban la primera versión de la leyenda.
QUÉ LEER
Un caso de amistad insólito
Noticia 1 Noticia 2
¿Qué sucedió?
¿Quién o quiénes
protagonizan el
hecho?
¿Cuándo ocurrió?
¿Dónde sucedió?
¿Cómo pasó?
Título:
Copete:
Volanta:
Título:
Copete:
Secciones y suplementos
8 Imaginen que están trabajando en un diario y deben decidir en
qué suplemento ubicar cada noticia. Unan con flechas cada título
con el suplemento que consideren apropiado.
Títulos de las noticias Secciones y suplementos
¿Qué títulos marcaron? ¿Por qué? ¿Dónde podrían encontrar esos textos?
taller de escritura
Los REDACTORES
Al comenzar este capítulo, leyeron una noticia sobre un pingüino que
recorre 8.000 km cada año para ver al hombre que le salvó la vida.
10 Imaginen que la situación hubiera sido al revés: un pingüino, que
se encontraba en la costa de una playa argentina, salva la vida
de un hombre. ¿Cómo se podría contar esa noticia? Reescriban la
nueva versión.
Volanta:
Título:
Copete:
Cuerpo de la noticia:
Imagen
Las palabras que tienen la misma raíz o base pertenecen a la misma familia de
palabras. La base de la palabra contiene su significado básico.
¿Qué sucede con el significado de las palabras cuando se les agrega la parte
que se marca en color?
Piensen otras palabras donde se usen prefijos y sufijos como en los ejemplos.
semi función
multi transparente
anti fijo
pre ácido
Algunas palabras están formadas por una base más una parte que agrega otro sig-
nificado. Según su ubicación en relación con la base, pueden ser: prefijos (antes de
la base) o sufijos (después de la base).
Sabían que…
Algunas computadoras ordenan los
datos de forma apilada para poder
buscar información. Se le puede in-
dicar una función o acción con el úl-
timo dato que entró en la pila, ¡como
hicieron en esta actividad!
mucho muchísimo
aprender a aprender
Buscar en internet
Buscar información en internet parece fácil, pero cuando hacemos una
búsqueda, ¡los resultados pueden ser muy variados! Por eso, es importan-
te aprender a diferenciar la información confiable de la no confiable.
Una forma de hacerlo es revisando los siguientes puntos:
Identificar si el sitio es seguro: ver el candado verde en el navega-
dor y que diga https://. Esto es fundamental si ingresan información
personal en el sitio.
Determinar la fuente de la información: si es una persona, un gru-
po, una entidad o si es anónima.
Evaluar el contenido: que sea coherente, que tenga citas bibliográ-
ficas concretas y reconocidas; que sea útil para sus objetivos; que
dé información profunda y relevante sobre el tema. No hay que olvi-
dar evaluar si la fuente tiene fines comerciales o no.
Identificar destinatarios: conocer para quiénes fue escrito ese sitio
(niños, adultos, docentes, alumnos, familias).
Identificar actualización: ver si la información está actualizada. Se
puede comparar con información de otros sitios.
¡El desafío!
En grupos, hagan la búsqueda de “la noticia” en internet y seleccionen uno
de los resultados obtenidos. Intenten verificar si la información del sitio es
confiable o no, y compartan su experiencia.
PROYECTO DE ESCRITURA
NOTICIAS EN LA REVISTA
Como vimos en este capítulo, las noticias brindan información acerca
de un tema de interés social. El uso de internet y las redes sociales
cada vez implica más tiempo y dedicación en la vida de las personas.
Les proponemos que escriban una noticia relacionada con ese tema.
Planificación
1 Observen las siguientes imágenes.
¿Qué sucedió?
¿Quién o quiénes
protagonizan el hecho?
¿Cuándo ocurrió?
¿Dónde sucedió?
Producción
3 Escriban la primera versión de la noticia atendiendo a sus par-
tes: título, volanta, copete, cuerpo, imagen y epígrafe.
4 Revisen el primer borrador: ortografía, uso adecuado del géne-
ro, expresión clara de las ideas.
5 Escriban la segunda versión y compartan la noticia con otro com-
pañero o compañera, para que pueda leerla y hacerle correcciones.
6 Escriban una nueva versión.
LO QUE APRENDÍ
Hemos llegado al final del segundo recorrido. En él, conocimos mucho
sobre los “misterios de la naturaleza”.
Ahora, les proponemos evaluar todo lo aprendido para seguir cre-
ciendo en el camino del conocimiento.
3 Completá la frase:
La leyenda “El robo del fuego” explica
Mi portafolio de escrituras
En este libro, comenzaste a armar tu portafolio de escrituras. Este ins-
trumento te permite conocer lo que vas progresando a lo largo del año.
En el Taller de escritura del segundo recorrido, realizaste tres produc-
ciones:
Una poesía;
1 Conexión
2 Mensajero
3 Aire puro
4 Me divierte
CONEXIÓN
Sipe
MENSAJERO
qué leer
Sipe
AIRE PURO
Sipe
ME DIVIERTE
Sipe
DESPUÉS DE LA LECTURA…
1 Luego de observar las historietas, entre todas y todos, respondan:
Tira 1: “Conexión”
¿Cuántos personajes componen esta tira? ¿Cómo son?
¿A qué se refiere cada uno de ellos con la palabra conexión?
Tira 2: “Mensajero”
¿Qué clase de animales son los personajes de esta tira?
¿A qué se dedica uno de ellos?
¿Cómo realizaba su tarea antes? ¿Y ahora?
Tira 3: “Aire puro”
¿Por qué este personaje decide salir a dar una vuelta?
¿Cumple con su objetivo? ¿Por qué?
Tira 4: “Me divierte”
¿A qué hacen referencia el título y los diálogos de esta tira?
¿Qué otras cosas podrían decirse los personajes de esta tira?
¿Qué relación hay entre el dibujo y la palabra, en esta cuarta tira?
Las onomatopeyas
expresan ruidos
mediante letras.
Los cuadros o
viñetas ordenan
las secuencias de
las acciones de los
personajes.
Una historieta es un texto compuesto por dibujos y globos. Los globos son los es-
pacios donde podemos leer los diálogos o pensamientos de los personajes.
La historieta puede estar compuesta por una, varias o muchas tiras, y cada tira
puede contener una o más viñetas (recuadros).
Algunas viñetas pueden contener solamente dibujos; otras presentan un cartucho
en la parte superior: es la voz del narrador que nos aporta alguna información.
taller de escritura
La propia historieta
7 En parejas, relean las historietas del inicio de este capítulo. Tam-
bién pueden leer otras historietas en la biblioteca del aula o en la
de la escuela, o algunas que tengan en sus casas.
Armen su propia historieta de tres viñetas, teniendo en cuenta
lo que aprendieron.
10 Unan las siguientes oraciones del diálogo con la imagen que re-
presenta la intención del hablante.
volver a la lectura
12 Relean las viñetas de Sipe que presentamos al inicio del ca-
pítulo y seleccionen algunos mensajes. Analicen la intención
de cada uno de ellos.
Mensaje Intención
De acuerdo con la intención que cada hablante quiera transmitir, las oraciones se
clasifican como sigue:
Enunciativas: son las que afirman o niegan algo.
Interrogativas: son las que plantean una pregunta.
Exclamativas: son las que indican sorpresa, alegría, tristeza o susto.
Imperativas: son las que expresan pedidos u órdenes.
Desiderativas: son las que expresan deseos.
Dubitativas: son las que expresan posibilidad o duda.
Mi perro enterró un
¡Mi gallina hace lo mismo
hueso / ueso en el patio.
con los huevos / uevos!
APRENDER A APRENDER
USAR AFICHES PARA UNA EXPOSICIÓN ORAL
En la escuela, suelen proponernos hacer una exposición oral sobre un
tema, es decir, comentar verbalmente una síntesis de lo aprendido. En
esa situación, un apoyo escrito facilita recordar los conceptos más im-
portantes y, también, ayuda a comprender a los que nos escuchan.
Una estrategia para exponer oralmente es el uso de afiches.
LA HISTORIETA
¿QUÉ ES UNA HISTORIETA?
¿QUÉ CARACTERÍSTICAS TIENE?
Es un texto compuesto por dibujos y
Tiene imágenes, textos y viñetas que
bocadillos donde podemos leer expre-
forman tiras.
siones o ideas de los personajes.
TIRA
¿Cómo debería ser un afiche para que ayude a quien expone en una clase?
¿Les resultó fácil leer y entender este afiche?
Si tuvieran que contarles a sus compañeros o compañeras qué es una historieta,
¿los ayudaría la información que hay en el afiche?
Si alguien leyera solamente el afiche, sin ninguna explicación verbal, ¿sería sufi-
ciente la información para aprender sobre el tema?
¡El desafío!
En grupos, elijan algún tema para exponer oralmente; por ejemplo,
comunicar a la comunidad educativa el lanzamiento de la revista de
cuarto.
Pueden anotar en un borrador lo que quieran exponer y, con esa in-
formación, armar un afiche que acompañe lo que van a contar acerca
de la revista. Recuerden revisar que se entienda lo que comunica y que
respete las reglas de ortografía.
MAFALDA Y LA CIUDADANÍA
Mafalda es un personaje argentino desarrollado por el humorista gráfico
Quino. En sus historietas, ella muestra la preocupación por muchos pro-
blemas que involucran a la ciudadanía.
16 Conversen:
¿Conocen a Mafalda? ¿Qué saben de ella y de sus amigos?
¿La conocen en sus familias? ¿Qué pueden contarles acerca de
este personaje?
También pueden
ver mas viñetas de
Mafalda en internet,
en la página de su
autor, Quino:
www.quino.com.ar/
¡El desafío!
Armen viñetas que expresen la opinión de todo el grupo acerca de
algunos de estos temas: el respeto a la diversidad; la solidaridad;
el cuidado del medioambiente; la protección hacia los animales, o el
valor de la educación.
Coloquen esas viñetas en afiches para compartir con toda la escue-
la. Para ello, vuelvan a la sección Aprender a aprender.
PROYECTO DE ESCRITURA
Crear historietas para la revista
Como vimos en este capítulo, una historieta cuenta una historia com-
binando dos lenguajes: el de las palabras (verbal) y el de las imágenes.
Se organiza en viñetas que forman la secuencia narrativa.
Como ustedes ya ensayaron la producción de historietas, en esta
etapa del proyecto les proponemos armarlas e incluirlas en la revista.
Planificación
1 De a dos, imaginen una historia que se relacione con la línea edi-
torial de la revista.
Si es de humor, será una historieta divertida; si la revista es de
cuidado del ambiente, pueden ayudarse con los ejemplos de
Sipe; si la línea editorial refiere a los libros, pueden ayudarse
con la viñeta de Felipe.
Producción
4 Escriban y dibujen la tira de historieta con esas seis viñetas. Co-
loquen en ellas los globos de diálogo o bocadillos, que corres-
ponden al mensaje que desean transmitir.
5 Una vez finalizado el primer borrador, revisen la pro-
ducción atendiendo a los siguientes aspectos: Si les gusta hacer
Las características del texto: ¿Responde este a las historietas, existe un
propiedades del género historieta? ¿Utiliza el lenguaje sitio que ofrece un
verbal y el no verbal? procedimiento para
Los diálogos: ¿Están escritos en los globos o bocadi- armarlas de manera
llos adecuados? ¿Se diferencian los pensamientos de digital:
las comunicaciones y de los relatos del narrador? www.pixton.com/es/.
La ortografía y puntuación: ¿Revisaron y consultaron Se requiere registrar-
las palabras que les generan dudas? ¿Utilizaron ono- se para trabajar en él,
matopeyas? por eso deben hacerlo
con un adulto.
6 Escriban y dibujen la nueva versión.
U
na vez, en un mes de noviembre, cuando faltaba poco para que ter-
minaran las clases, se vio salir de cierta escuela a un chico y una
chica tomados de la mano.
Cualquiera diría que eso no tiene nada de particular. Y lo más pro-
bable es que realmente no lo tenga. Sin embargo, en este caso la
situación mencionada se mezcla con confusos y enigmáticos sucesos, que hasta
el día de hoy no han podido aclararse por completo.
Pero, antes de seguir adelante, repasemos un poco los acontecimientos.
Pocos días antes de que el chico y la chica de que hablábamos salieran de
la escuela tomados de la mano, una silueta misteriosa, de manos invisibles y
uñas un tanto mordisqueadas, había dejado caer una carta sobre el pupitre
de Viviana.
qué leer
La carta, una vez fuera del sobre y desplegada ante los ojos sedientos
de Viviana, decía así:
Viviana:
Mirá, realmente no puedo entender que después de tanto tiempo no hayas logrado
develar mi identidad. Bueno, esta vez las pistas que te doy tienen que resultar infa-
libles. Acordate de que dos son falsas y solo una es verdadera. Aquí están:
Vivo en una casa que tiene el sótano en la terraza y la planta baja en el tercer piso.
Nací el 35 de febrero del año 2582.
Estoy enamorado de vos.
Chau, T.A.I.
Viviana leyó la carta y la volvió a poner dentro del sobre. Por un mo-
mento, se preguntó si ahí, guardada dentro del sobre blanco, la carta se-
guiría diciendo lo mismo. La miró al trasluz. Sí. Seguía diciendo lo mismo.
Pero el caso se complica. Porque ese mismo día, una figura sigilosa,
también de manos invisibles, aunque pequeñas, había aprovechado un
descuido de Carlos para deslizar una carta entre las hojas de su cuader-
no. La carta, que la mirada de Carlos devoró en un instante, decía así:
Carlos:
Sí, soy yo, una vez más, insisto. No puedo creer que tardes tanto en descubrir mi
identidad. Esta vez te voy a dar pistas muy fáciles. Si las estudiás bien, son pan co-
mido. No te olvides de que hay una sola verdadera, las demás son falsas. Son estas:
Una pista de aterrizaje.
Una autopista.
Quiero a un chico que se llama Carlos.
Hasta pronto, T.A.I.
Carlos volvió a leer la carta una y otra vez. Después, la releyó una y otra
vez. Y durante un largo rato la siguió leyendo una y otra vez. En fin, po-
dríamos decir, sin faltar a la verdad de los hechos, que la leyó un montón
de veces.
Pero la historia no termina acá. De ninguna manera. Porque un tiem-
po antes, para ser más precisos un día de octubre, de esos en que hasta
el más despistado se da cuenta de que es primavera, alguien de manos
invisibles había colocado silenciosamente esta carta dentro de la mochila
de Viviana:
Viviana:
A ver si de una vez por todas conseguís averiguar quién soy. Para eso, te doy tres pistas.
Cuidado. Como siempre, dos son falsas y solo una verdadera. Aquí van:
No sé leer y por eso no te escribo cartas. Ni soñarlo.
Soy marciano. Nací en Marte y nunca salí de ahí. En Marte viví toda mi vida y en Marte
moriré toda mi muerte.
Cuando te veo soy inmensamente feliz.
Chau, T.A.I.
Y por extraño que sea, por esos mismos días, otras manos, también
invisibles, habían aprovechado el barullo de un recreo para colocar esta
carta entre los libros de Carlos:
Carlos:
Te doy una nueva oportunidad para que de una buena vez descubras quién soy. No entien-
do cómo te cuesta tanto. Bueno, acá tenés tres pistas. Mucho ojo, dos son falsas y una es
verdadera:
Un helado de pistacho.
Un tapiz visto al revés, mejor dicho, al vesre y con una letra cambiada.
Me encanta la forma en que te reís.
Hasta pronto, T.A.I
Viviana:
Te escribo con una identidad secreta, pero te voy a ayudar a que descubras quién soy.
Para eso, te doy tres pistas, y además te aviso que dos son falsas. Buscá bien la verdade-
ra. Aquí están:
Mi familia está compuesta así: mi madre, mi padre, yo, que soy hijo único, y mis dos
hermanos mellizos, uno de quince y otro de seis años.
Mido 17 metros de altura.
Me gustás mucho.
Hasta pronto, T.A.I.
Carlos:
Mirá, te lo escribo sin vueltas. No te puedo decir quién soy. Solo puedo darte algunas pistas
para que vos mismo trates de descubrirlo. De las tres pistas que te doy, solo una es verdadera
y dos son falsas. Además, una es para armar y otra es medio invisible. Aquí están:
Un poco de al-pis-te mezclado con un poco de ta-lla-ri-nes.
Un fanático de las papas, ya sean fritas, hervidas o al horno, un verdadero pa...
Cada día me gustás más.
Hasta pronto, T.A.I.
Hay muchísimas cartas más, pero incluirlas a todas en este libro da-
ría por resultado un volumen de tamaño sumamente excesivo. Nos li-
mitaremos, al menos por ahora, a los ejemplos citados. Quizá valga la
pena mencionar un dato que puede aportar cierta luz a esta cuestión. Se
sabe que ese mismo año, a poco de comenzar las clases, algunos chicos
comentaron en sus casas: “Parece que este año la escuela me va a gustar.
La maestra nos enseña a jugar al amigo invisible”.
También se tiene conocimiento de unos cuantos pormenores más so-
bre ese chico y esa chica que, según dije al principio, se vio un día salir
de la escuela tomados de la mano. Para no abundar en detalles inne-
cesarios, solo diré que ya hace como veinte años que se casaron y que
vinieron a vivir justo al lado de mi casa. Ahora están de vacaciones, y yo
me encargo de regarles las plantas y les recibo la correspondencia. Ayer
mismo recibieron dos cartas. Al cartero no lo vi. Es muy raro, porque
apenas sonó el timbre salí a la puerta y, sin embargo, no vi a nadie. Pero
dejó dos cartas.
En una dice: Carlos.
Y en la otra: Viviana.
Los dos llevan el mismo remitente: T.A.I.
Adela Basch, Saber de las galaxias y otros cuentos, Editorial Norma, 2003.
La carta informal
La carta formal
Estimados vecinos:
Finalmente, la reunión de consorcio tendrá lugar el próximo lunes 18 de abril a las 20
horas. Nos encontraremos, como siempre, en el pasillo de planta baja. Les pedimos, por
último, que recuerden la importancia de asistir para la toma de decisiones, ya que hay
muchas cuestiones de mantenimiento por resolver, por lo que necesitamos la aprobación
de la mayoría. Muchas gracias.
Reciban un cordial saludo.
La Administración
De: lopezluispinturas@paz.com
Queridos amigos:
Les escribo para invitarlos a la inauguración de mi exposición de pinturas, el próximo jueves 23 de
agosto, a las 19 horas, en Galería Primavera, Ayacucho 1930, CABA. Nos acompañará un cuarteto de
tango (piano, bandoneón, violín y guitarra) y brindaremos con una copa de vino.
Ventajas
Desventajas
taller de escritura
Pistas en la correspondencia
En el cuento “El extraño caso del amigo invisible”, de Adela Basch, que
leímos al inicio de este capítulo, Viviana y Carlos reciben correspon-
dencia de un remitente desconocido:
Tu amigo invisible (T.A.I).
6 Imaginá que ese amigo invisible sos vos. Escribí una carta a Vi-
viana y a Carlos para que puedan descubrirte. Colocá tres pistas,
dos falsas y una verdadera.
Sinónimos y antónimos
7 Lean la siguiente conversación por mensajes de texto:
¡Hola, Vicky!
¡Hola, Sofi!
¡Nació mi prima!
¡Es tan linda! Es una bebé linda
con unos cachetitos muy lindos. ¡Qué linda noticia!
Imaginen que Carlos y Viviana, los protagonistas del cuento que leye-
ron al inicio del capítulo, después de intercambiar cartas, se declaran
su amor de una forma poco habitual.
10 Reemplacen las palabras resaltadas en ese diálogo por otras que
signifiquen lo contrario. ¿Que ocurre con el mensaje?
En los textos, las palabras se van relacionando entre sí. Las palabras que están
relacionadas porque tienen un significado similar son sinónimos. En cambio, las
palabras que tienen significado opuesto o contrario son antónimos.
¡El desafío!
A Revisá el borrador de la página anterior.
B Volvé a leerlo y seguí los pasos indicados en esta sección.
C Escribilo nuevamente.
D Compará la primera versión que tenías con la que lograste ahora.
EL DERECHO A PETICIONAR
A LAS AUTORIDADES
Como habrán aprendido en Ciencias Sociales, todos los ciudadanos
tenemos derechos y obligaciones que cumplir. Un derecho que tene-
mos es el de peticionar a las autoridades. Este derecho permite a las
personas comunicarse con sus autoridades para hacer un pedido.
Las autoridades deben recibir ese pedido y dar una respuesta, pero
eso no significa que estén en la obligación de cumplir ese pedido.
¡El desafío!
15 Escriban una carta formal a las autoridades a las que consideren
que debería llegarles ese pedido. Para hacerlo, tengan en cuenta
lo que aprendieron en este capítulo acerca de las cartas.
Trabajen con borradores para poder revisar la escritura.
PROYECTO DE ESCRITURA
carta de lectores para la revista
La carta del lector es un modo de correspondencia en el que un lector
de un periódico o una revista da su opinión sobre el contenido de lo
que lee.
Planificación
1 Revisen todo lo que fueron produciendo para la revista a lo largo
del año: explicaciones, leyendas, poesías, noticias y cuentos.
2 En parejas, imaginen que son los lectores de esa revista y pien-
sen qué opinión les gustaría expresar acerca su contenido.
Producción
3 Escriban un primer borrador de esa carta de lectores teniendo en
cuenta todas sus partes:
Fecha: por ejemplo, 8 de septiembre de 2020.
Título: indica el tema de la carta.
Destinatario: es la persona a quien va dirigida la carta. En este
caso, a los directores de la revista.
Cuerpo de la carta: presenta el tema, el objetivo de la carta y
los argumentos de esa opinión.
Despedida: por ejemplo, “atentamente”.
Firma: es el nombre del remitente o de los remitentes.
4 Revisen el primer borrador:
El texto elaborado, ¿tiene los elementos de una carta? ¿Se
comprende el mensaje? ¿Es una opinión sobre algún contenido
de la revista?
La puntuación: Los párrafos, ¿comienzan con sangría, ma-
yúscula y terminan con un punto? Las oraciones, ¿expresan
la acción que realiza un sujeto? ¿Se emplean bien las comas y
otros signos?
La ortografía: ¿Revisaron y consultaron las palabras que les
generan dudas?
Palabras repetidas: ¿Se reiteran algunas palabras? ¿Coloca-
ron sinónimos?
5 Escriban la nueva versión.
Personajes: Tomi, Viqui, Maru, Rulo, Vero, Pancho, Tincho y Caperucita Roja
Escena 1
(La escena transcurre junto a un río manso, rodeado de árboles, arbustos, flores,
plantas de todo tipo y tamaño. Se oyen las ranas, los sapos, los pájaros, los chilli-
dos de los loros y las cotorras. También hay mariposas y otros insectos revolotean-
do por todas partes. El grupo de amigos está sentado, caña de pescar en mano, a la
orilla del río. Están callados y muy concentrados. Hasta que, de pronto…)
QUÉ LEER
Vero: —¡Chicos, no peleen!
Tincho: —¡Eso también me dice mi mamá!
Tomi: —¡No griten, que se espantan los peces!
Rulo: —A mí me parece que estos peces ya estaban
espantados antes de que llegáramos.
Viqui: —Bueno, pero no peleemos más.
Vero: —Es que estamos enojados porque no hay pique.
Rulo: —Sí que hay pique, a mí me pica el bagre.
Tomi: —¿Pescaste un bagre?
Rulo: —¡No! Cuando mi papá tiene hambre, siempre
dice que le pica el bagre. Y yo tengo un hambre…
Todos: —¡Ah!
Tincho: —A mí me pica todo.
Tomi: —Hay mosquitos.
Vero: —Y hormigas.
Maru: —Y tábanos.
Viqui: —Y jejenes.
Rulo: —Y bichos colorados.
Pancho: —¡Y botes!
Rulo: —¿Y esos qué bichos son?
Pancho: —¡No, no son bichos!, ¡los botes que alquilamos
para llegar se están yendo a pique!
Todos: —¿Qué?
Tomi: —¡Es cierto, miren!
(Todos sueltan las cañas de pescar y se ponen de
pie para mirar cómo se hunden los botes.)
Tincho: —¿Y ahora? ¿Cómo volvemos a casa?
Todos: —No sé.
Viqui: —Estamos muy cansados y enojados como para pensar.
Vero: —Mejor vamos a dormir.
Tincho: —Mañana seguro que se nos ocurre algo.
Rulo: —Hay que armar las carpas.
Maru: —Sí, antes de que se haga de noche.
Tomi: —Que alguien junte ramas para hacer un buen fuego.
Tincho: —Yo voy.
Viqui: —Voy con vos.
Escena 2
(Mientras los demás arman las carpas, Tincho y Viqui
miran al suelo en busca de ramas. De pronto, ven un
par de zapatos muy raros. Cuando levantan la vista, se
encuentran con Caperucita Roja.)
Alejandra Erbiti,
Teatro por tres, de la cabeza a los pies,
Buenos Aires, Abran Cancha, 2011.
El texto teatral
6 Conversen con el grupo y luego anoten:
¿Qué representa el nombre que está escrito en negrita al inicio
de cada parlamento?
Acto:
Escena:
taller de escritura
Un nuevo acto
9 En la obra de teatro “¡Cómo pican los cuentos!”, los chicos se
encuentran con Caperucita Roja. Imaginen que, en vez de ella,
hubiera aparecido el Lobo Feroz. ¿Qué pasaría en esta obra?
En parejas, reescriban el segundo acto a partir de este comienzo.
Segundo acto
(Mientras los demás arman las carpas, Tincho y Viqui miran al suelo
en busca de ramas. De pronto, ven un par de zapatos muy raros. Cuando
levantan la vista, se encuentran con el Lobo Feroz.)
En el texto teatral, los signos de puntuación guían al lector para diferenciar distintas
partes del texto.
Los paréntesis marcan indicaciones del autor sobre la puesta en escena o gestos
de los personajes. Esas partes no se dicen en voz alta.
La raya de diálogo y los dos puntos indican qué personaje es el que habla en un
diálogo.
Los signos de exclamación señalan que ese texto hay que expresarlo con más fuerza.
Los signos de interrogación indican que se formula una pregunta.
FORMACIÓN CIUDADANA
Teatro y ciudadanía
El teatro es una forma de expresión que surgió en Grecia hace ya mu-
chos siglos. Nació como un modo de expresar ideas y sentimientos
que se relacionaban con la formación de la ciudadanía. Observen con
atención la siguiente imagen:
¡El desafío!
A lo largo de este libro, fuimos recorriendo distintos temas que involu-
cran la formación de la ciudadanía y la convivencia: el derecho a expre-
sarnos y peticionar a las autoridades; el conocerse a uno mismo y a
los otros; la ciudadanía digital y los estereotipos de género, entre otros.
Para cerrar el año, les proponemos crear una obra de teatro, de acto
único, que exprese lo que pudieron aprender sobre la formación ciuda-
dana. Para ello:
A Planifiquen el mensaje que desean transmitir.
B Seleccionen los personajes que participarán y distribuyan todos
los roles que requiere la puesta en escena.
C Escriban el texto teatral.
D Compartan su obra con la comunidad educativa.
¡Arriba el telón!
D ¿Pude ponerme en el lugar del otro y comprender sus opiniones, sus ideas
y sus sentimientos?
¡Felicitaciones por
todo lo logrado!
¡El desafío!
Anoten algunos logros que esperan alcanzar el año que viene.
¡Guarden estas propuestas para iniciar el año siguiente con
nuevas metas!
La revista de cuarto
En este libro, les propusimos construir a lo largo del año el proyecto
La revista de cuarto. En él, ustedes fueron los protagonistas, ya que
fueron creando las producciones que más les interesaban.
A lo largo de los diferentes capítulos, planificaron, elaboraron y edi-
taron los siguientes artículos. Piensen un título para cada uno.
cartas de lectores
La producción final
Ahora llegó el momento de publicar la revista. ¿Cómo lo haremos?
LO QUE APRENDÍ
Hemos llegado al final del tercer recorrido, en el cual trabajamos con
“amigos conectados”.
Ahora, te proponemos evaluar todo lo aprendido, para seguir cre-
ciendo en el camino del conocimiento.
Córdoba, 20/9/19
¡Hola, Abu!
¿Cómo anda mi abuela preferida? Yo recién llegué del cole con ganas de escribirte para
contarte de mí y saber cómo andan ustedes. ¡Esto de no tener teléfono es un bajón!
Estoy recontenta porque la profe de Lengua hoy me felicitó: resulta que escribí una
historia genial y me dijo que si estudio, puedo llegar a ser una gran escritora, ¿no es
buenísimo? Lo demás, todo normal: estudiando y ayudando a mamá con la casa.
Bueno, abu, mandame noticias tuyas y del abuelo. ¿Siempre lindo, Tandil?
Te mando un abrazo grande y otro para el abuelito.
Besotes.
Caro
Hola, Caro:
¿Cómo andan todos por allá?
Posiblemente el fin de semana vaya a visitarlos, porque tengo muchas ganas de verlos.
Al abuelo se le rompió la chata, pero el vecino nos hace la gauchada de prestarnos la suya.
¡Te felicito por tus logros!
Esta semana me voy a comprar un celular para poder comunicarnos más seguido.
Espero no hacer macanas, me vas a tener que enseñar a usarlo.
Te amo,
la abuela
Chata:
Gauchada:
Macanas:
Mi portafolio de escrituras
En este libro, fuiste construyendo tu portafolio de escrituras. Seleccio-
naste tu mejor producción y también aquella que más te costó. A partir
de ello, reflexionaste acerca de todo lo que aprendiste como escritor o
escritora. En el tercer recorrido escribiste:
una historieta,
una carta,
una obra de teatro.
.
Escribir me permitió
Indice
Capítulo 1: Mowgli, la rana 140
Capítulo 2: La Roca del Consejo 143
Capítulo 3: La ley de la selva 145
Capítulo 4: Los Bandar-log 148
Capítulo 5: Los amigos de Mowgli 150
Capítulo 6: La Flor Roja 152
Capítulo 7: La aldea de los hombres 155
Capítulo 8: ¡Al tigre, al tigre! 157
Capítulo 9: Dos lugares, un hogar 159
Capítulo 1
Mowgli, la rana
E
ran las siete de una tarde muy calurosa en las colinas Seeonee, en
la India, cuando Padre Lobo despertó, bostezó y estiró las patas para
desperezarse. Madre Loba seguía acostada con el gran hocico gris
sobre sus cuatro lobatos mientras la luna comenzaba a verse desde
la entrada de la cueva donde vivían.
—¡Augrh! —dijo Padre Lobo—. Es hora de ir a cazar.
Iba a salir colina abajo, cuando una sombra con cola peluda cruzó el umbral.
—¡Que la buena suerte te acompañe, jefe de los lobos! Buena suerte y dientes
poderosos a tus hijos.
Era el chacal Tabaqui, los lobos de la selva lo despreciaban porque era un
embustero. Pero también, le temían, porque Tabaqui solía enloquecer y salir
corriendo por el bosque para morder a quienes se cruzaban con él.
Hasta el tigre se escondía cuando Tabaqui enloquecía, la locura es lo más
vergonzoso que puede pasarle a un animal salvaje.
Tabaqui clavó sus ojos en los de Padre Lobo como quien espera una respuesta.
—Si quieres, entra y mira —dijo Padre Lobo con voz seca—, pero aquí no hay
comida.
—Para un lobo, no —dijo Tabaqui—, pero para un desdichado como yo, un
hueso seco es una fiesta. ¿Quiénes somos los chacales para elegir?
Y corrió al fondo de la cueva donde encontró un hueso con algo de carne que
devoró con todas sus ganas.
—Mil gracias por este rico bocado —dijo sin dejar de relamerse—. ¡Qué her-
mosos son tus hijos!
El chacal elogiaba a los niños porque le gustaba incomodar a Madre y a Padre
Lobo. Así que los miró un rato para disfrutar del mal momento que pasaban.
—¡Ah!, me olvidaba de contarles que Shere Khan, el Grande, cambió sus co-
tos de caza. Por lo que me ha dicho, cazará en estas colinas durante la próxima
luna —dijo con aire burlón.
—No tiene derecho ese tigre perverso —se enojó Padre Lobo—, debe avisar
antes, es la ley de la selva.
—¡Es repugnante! —dijo Madre Loba—. Como ahora lo persiguen los cam-
pesinos de la aldea, viene aquí a molestarnos. Los campesinos darán vuelta la
selva para encontrarlo, incendiarán la maleza y nosotros tendremos que huir.
—¿Le digo que dijiste que es “repugnante”? —preguntó Tabaqui—, está acá
cerca.
Al escuchar su amenaza, Padre Lobo se enojó y lo echó.
—¡Vete a cazar con tu amo! —dijo—. ¡Ya molestaste bastante esta noche!
Padre Lobo prestó atención y escuchó la queja rabiosa del tigre que no había
conseguido cazar ni una sola pieza.
—¡Imbécil! —dijo—, gruñe cuando persigue a nuestros ciervos...
—Esta noche no busca ciervos, busca humanos —dijo Madre Loba.
La ley de la selva prohíbe a las fieras que se alimenten con hombres. No hay
quien ignore que toda matanza humana trae consigo, tarde o temprano, hom-
bres blancos armados y montados en elefantes. Y entonces la selva sufre.
De pronto, el ronquido de Shere Khan se hizo más intenso para concluir con
el “¡Aaar!” que lanza cuando ataca, y después, aulló...
—Erró el golpe —dijo Madre Loba—. ¿Qué habrá pasado?
Padre Lobo salió y se alejó unos pasos, entonces, vio a Shere Khan revolcán-
dose en la maleza sin dejar de quejarse.
—El necio saltó encima del fuego y se le quemaron las patas, le tiene más
miedo al fuego que todo el resto de los animales —dijo Padre Lobo—. Tabaqui
está con él, ya le habrá ido con sus chismes.
—Alguien viene —lo alertó Madre Loba de pronto—. Prepárate.
Padre Lobo quiso saltar hacia los ar-
bustos, pero al instante, se detuvo.
—¡Un cachorro humano! —excla-
mó de mal humor en cuanto lo reco-
noció.
Frente a él, desnudo y moreno, ha-
bía un bebé que apenas podía cami-
nar, de piel suave y con hoyuelos en la
cara. Era la cosa pequeña más preciosa
que nunca llegó a la cueva de un lobo.
Al ver a Padre Lobo, el bebé soltó una
graciosa carcajada.
—¿Eso es un cachorro humano? —di-
jo Madre Loba que había escuchado las
risas—. Jamás vi ninguno. Tráelo.
Un lobo está acostumbrado a mover
a sus propios hijos; así, aunque las qui-
jadas de Padre Lobo se juntaron sobre
la espalda del niño, su piel no tenía el
menor rasguño cuando lo puso entre
los lobatos.
—¡Qué chiquito es! ¡Y qué desnudo está! No tiene pelos como nosotros —dijo
conmovida Madre Loba mientras lo miraba. En ese momento, el niño se abría
paso entre los cachorros para arrimarse al calor de sus pieles—. ¡Ja, ja! ¡Míralo,
ahora come con los demás!
De repente, sin que nadie lo esperara, la sombra amenazante de Shere Khan
se proyectó en la boca de la caverna.
—¡Señor, señor, se metió aquí! —delató Tabaqui, que estaba detrás de él.
—Shere Khan, nos honra su visita —dijo Padre Lobo, pero el brillo de sus ojos
desmentía sus palabras—. ¿Qué desea?
—Quiero mi presa. Un cachorro humano entró acá. Sus padres huyeron. Dá-
melo de inmediato.
Padre Lobo sabía que la boca de la caverna era chica para el tigre y que el
cuerpo del animal no podía atravesarla.
—Los lobos somos un pueblo libre —contestó—. Solo obedecemos las órde-
nes del jefe de la manada. El cachorro de hombre es nuestro...
—¡Un momento! ¡Esa no es una respuesta! ¡Soy yo, Shere Khan, el que habla!
—rugió el tigre furioso y su bramido resonó en todos los rincones.
Entonces, Madre Loba lo enfrentó.
—Y yo soy Raksha, quien te contesta. El cachorro humano es mío. Nadie lo
matará. Vivirá y cazará con nuestra manada; y, atiende bien, verdugo de ino-
centes, finalmente, él será quien te cace a ti. ¡Vete de una vez!
Shere Khan sabía que Madre Loba era peligrosa cuando se enojaba. Enton-
ces, se retiró.
—Veremos qué dice la manada
acerca de tu idea de quedarte con
crías humanas. ¡El cachorro me per-
tenece! —gritó el tigre enfurecido.
Madre Loba lo vio marcharse y se
echó de nuevo entre sus lobatos.
—Hay mucho de verdad en lo que
Shere Khan dijo —suspiró Padre
Lobo—. Tenemos que hablar con los
lobos de la Roca del Consejo acerca
del cachorro, Madre.
—Vino desnudo, hambriento y
ya está entre mis hijos —contestó
ella—. ¡Por supuesto que se queda-
rá aquí! Acuéstate, ranita Mowgli.
Vendrá el tiempo en que tú caces a
Shere Khan.
Capítulo 2
L
a ley de la selva ordena que la pareja de lobos presente sus cachorros
no bien aprendan a caminar ante el Consejo de la manada. Disponen
esto con el fin de que los otros lobos los identifiquen y no los ataquen.
Después de la inspección, los lobatos pueden correr por donde gusten.
Cuando la noche de la reunión llegó, Padre Lobo y Madre Loba lle-
varon a sus hijos y a Mowgli a la Roca del Consejo, que era una cima cubierta de
piedras y guijarros, donde podían ocultarse un centenar de lobos.
Akela, el Lobo Solitario, gris y enorme, que dirigía la manada, estaba echado
sobre una roca. Más abajo, se habían sentado más de cuarenta lobos de todos los
tamaños y colores. Lobo Solitario los guiaba desde hacía un año.
Los cachorros se depositaban en el centro de un círculo donde se sentaban
sus padres. De vez en cuando, un lobo mayor iba en silencio hasta uno de los
cachorros, lo miraba con atención, y volvía a su lugar.
—Ya conocen la ley —gritaba Akela desde su roca—. ¡Miren bien, lobos!
Los pelos del cuello de Madre
Loba se erizaron cuando Padre Lobo
empujó a Mowgli, la rana, al centro,
mientras el niño se reía y jugaba con
guijarros que reflejaban la luna.
—¡Miren bien! —seguía gritando
Akela, sin levantar la cabeza de sus
patas.
Entonces, se oyó un rugido tre-
mendo. Era Shere Khan.
—El cachorro humano es mío.
Dámelo —gritó.
—¡Miren bien, lobos! —dijo Akela
sin moverse—. ¡Miren bien!
Hubo un coro de gruñidos, y un
lobo joven dijo:
—¿Qué tiene que ver el Pueblo Li-
bre con un cachorro de hombre?
Capítulo 3
La ley de la selva
—Escucha bien, pequeña rana, las leyes de la selva que te enseñé sirven con
todos los pueblos, menos con el de los monos, porque ellos no tienen ley ni me-
moria. Son malignos, deshonestos y mezquinos. Te prohíbo todo trato con los
monos —dijo Baloo.
—¡Eso es! ¡Te lo prohibimos! —repitió Bagheera—. Porque...
Antes de que la pantera terminara de hablar, una lluvia de nueces, de ramas
y hojas secas cayó sobre ellos; después, aparecieron unos monos que, de un ágil
salto, bajaron de un tronco, tomaron a Mowgli y huyeron de allí con él.
Los Bandar-log que estaban arriba del árbol los vigilaban porque después
del encuentro con el cachorro humano, a uno de los monos se le ocurrió que el
chico podría serles útil.
—Puede enseñarnos a trenzar ramas para protegernos del viento —dijo a los
otros monos—. Puede enseñarnos muchas cosas y entonces, seremos los más sa-
bios de la selva...
Así que, a escondidas, los siguieron a través de la selva. Y cuando se distraje-
ron el oso y la pantera, los monos aprovecharon la oportunidad para llevarse al
chico.
Capítulo 4
Los Bandar-log
A
medida que los monos arrastraban a Mowgli hacia arriba, Baloo
despertaba a la selva con sus chillidos y la pantera saltaba tronco
arriba, mostrando los dientes. Los Bandar-log gritaban de alegría.
En medio de esa marcha enloquecida, Mowgli miró hacia el cielo
y, muy a lo lejos, logró ver a Rann, el ave de rapiña, que se desplaza-
ba en el aire mientras vigilaba la selva desde la altura.
Rann comprobó que los monos se llevaban algo y bajó unos centenares de
metros para ver mejor. Se sorprendió mucho cuando escuchó el grito de “Tú y
yo somos de la misma sangre” y no tardó en contestarle con la misma frase.
—¡Síguenos! —chilló Mowgli—. ¡Y diles a Baloo y a Bagheera dónde estoy!
—¿Cómo te llamas? —preguntó Rann.
—Soy Mowgli, la rana. ¡También me llaman “el hombrecito”! ¡Síguenos!
Rann dijo que sí con la cabeza y remontó vuelo hasta confundirse con las
nubes, pero sin perder de vista al muchacho.
Mientras tanto, Baloo y Bagheera lo bus-
caban llenos de dolor y de rabia.
—Bagheera, vayamos a ver a Kaa, la ser-
piente —dijo Baloo desesperado.
—¿Por qué nos ayudaría? —contestó la
pantera, no menos desconsolada que el oso.
—Nos ayudará si le prometemos comida
—contestó Baloo.
Sin nadie más a quien recurrir, fueron a
buscarla. La serpiente pitón se había tendi-
do al sol y admiraba su nueva piel, tenía los
nueve metros del cuerpo enroscados y la co-
mida era lo único que ocupaba su mente en
ese momento.
—¡Buena caza! —le dijo Baloo.
—¡Buena caza para todos! —contestó
Kaa—. Tengo hambre. ¿Saben si hay algo por
allí?
Capítulo 5
Capítulo 6
La Flor Roja
M mados. Todo porque te fuiste a jugar con los monos sin permiso.
—Es verdad —dijo Mowgli, lleno de tristeza.
—Dejaremos el castigo para otro día —dijo Bagheera—. Ahora,
estamos todos muy cansados. Puedes sentarte en mi espalda para
volver a casa.
Mowgli subió al lomo de Bagheera, apoyó la cabeza en el cuello de su amiga
y se durmió, tan profundamente, que no se despertó ni cuando llegaron a la
caverna y lo acostaron junto a Madre Loba.
Pasó el tiempo y el hombrecito creció grande y fuerte. Madre Loba le había
dicho que Shere Khan no era de fiar y que algún día tendría que enfrentarlo.
Pero Mowgli lo olvidó porque, entonces, solo era un niño.
Tendría unos once o doce años cuando le dieron un lugar en la Roca del
Consejo y descubrió que podía hacer que un lobo bajara los ojos si lo miraba
fijamente.
Mientras Akela envejecía, el tigre Shere Khan aprovechó y se fue acercando
a los lobatos. Llegó a ser muy amigo de los lobos jóvenes de la manada que escu-
chaban con atención todo cuanto les decía.
—Me cuentan —decía Shere Khan— que ninguno de ustedes se atreve a
mirar al hombrecito a los ojos en las reuniones del Consejo. No es justo que
le teman.
Bagheera, que parecía ver y oír todo, le dijo a Mowgli que debía cuidarse de
Shere Khan.
—Shere Khan enseñó a los jóvenes que una cría de hombre no tiene derecho
a estar en la manada.
Entonces, Mowgli la miró a los ojos y al instante, la pantera desvió su mirada.
—Yo, a pesar de que te quiero, tengo que bajar la cabeza cuando me miras
fijo —dijo Bagheera—. Pero los otros te odian porque no resisten la fuerza de
tu mirada; porque eres sabio; porque más de una vez, arrancaste espinas de sus
patas. ¡Y porque eres hombre! Si quieres protegerte, debes ir a la aldea a buscar
la Flor Roja que quema, debes tomar una parte de la flor. Es más fuerte que yo,
o que Baloo, ya que todos le temen. ¡Ve a buscar la Flor Roja!
Capítulo 7
M hombres.
En ese lugar había un valle. En un extremo se veían las casas; en
el otro, la selva. Los búfalos y el ganado se alimentaban en el llano.
Cuando los pastores vieron a Mowgli, empezaron a gritar y algunos
hombres y mujeres se acercaron al lugar.
—¡Messua! Este muchacho se parece al niño que te robó el tigre —gritaron.
—¿Dónde está?, ¡quiero verlo bien! —dijo una mujer con voz temblorosa.
—La selva te lo quitó, la selva te lo devuelve. Este muchacho es tuyo, Messua,
llévalo contigo —dijo uno de los hombres.
Entonces, la mujer le hizo señas a Mowgli para que la siguiera hasta su casa.
En la choza, Messua le dio leche y pan; después, lo miró a los ojos.
—¡Nathoo! —le dijo—. ¿Recuerdas tu nombre? Yo te llamé Nathoo.
Mowgli no recordaba; sin embargo, no supo explicar por qué ese nombre le
resultaba familiar.
Pasó el día sin mayores problemas. En cambio, a la hora de acostarse el mu-
chacho no quiso pasar la noche en la casa de ningún modo y en cuanto cerra-
ron la puerta, salió por la ventana. Por suerte, su padre lo comprendió.
—No debe saber lo que es dormir en una cama. Déjalo que vaya afuera, ya
llegará la hora en que se acostumbre.
Con alivio, Mowgli se tendió sobre la hierba que había en el fondo y se dis-
puso a dormir. No bien cerró los ojos, alguien lo tocó. Era el Hermano Gris, el
mayor de los cachorros de Madre Loba.
—¡Tengo noticias! —dijo el Hermano Gris.
—¿Están todos bien en la selva? —preguntó Mowgli, sin dejar de acariciarle
la cabeza.
—Sí, hermanito, pero escucha: Shere Khan ha jurado que se vengará de ti.
Tienes que estar alerta, hermanito.
Durante tres meses, Mowgli estuvo muy ocupado. Aprendió a responder
cuando lo llamaban “Nathoo”, aprendió el lenguaje y las costumbres de los
hombres. También le enseñaron a arar la tierra y a cosechar los frutos.
Luego de esta tarea, se reunía con los aldeanos al caer la tarde. Los mas viejos
se sentaban y narraban historias asombrosas sobre animales y hombres.
Uno de ellos siempre hablaba acerca de las costumbres de las fieras y se eno-
jaba cuando algunos animales les destrozaban las cosechas. También hablaban
de un tigre sanguinario.
—Es de lo peor, el que cace a ese tigre será el héroe de nuestra gente —solían
decir—. Es el mismo que aniquila nuestro ganado y que ataca a nuestros aldea-
nos desprevenidos. El mismo que hace más de diez años, se llevó a Nathoo.
Así, en medio del afecto de su madre, entre aprendizajes y relatos al anoche-
cer, pasó Mowgli tres meses.
En aquella época, en las aldeas indias, algunos chicos se ocupaban de vigilar
el ganado. Cuidaban vacas, toros y búfalos desde la primera hora de la mañana
hasta la caída del sol.
Un día, no bien amaneció, sentado en el lomo de Rama, un gran toro de su
rebaño, Mowgli atravesó las calles de la aldea. Lo seguían los búfalos de un co-
lor negro azulado, ojos feroces y largos cuernos. El muchacho los condujo hasta
un terreno lleno de rocas, matas con espinas y tierras pantanosas para que los
animales se echaran, tomaran sol
o se metieran en el barro.
Al llegar, vio que el Hermano
Gris lo esperaba entre unos bam-
búes.
—¿Qué noticias me traes de
Shere Khan? —preguntó después
de abrazarlo.
—Estuvo unos días dando vuel-
tas cerca de la Roca del Consejo, y
te buscó día y noche.
—¡Muy bien! —contestó Mow-
gli—. Cuando Shere Khan regre-
se, espérame en el barranco junto
a aquel árbol que tiene flores de
color rojo dorado, en el centro de
la llanura.
Mowgli guio a los búfalos has-
ta aquellos pantanos día tras día
y, cada noche, se echaba a dormir
sobre la hierba y soñaba con su
vida pasada en la selva.
Capítulo 8
—Hay que llevar los toros hacia la izquierda, Akela —contestó Mowgli, que
ya había montado sobre Rama—. Y, Hermano Gris, en cuanto nos hayamos ido,
conduce las vacas al pie del barranco.
Después, guiados por Akela y por Mowgli, los toros se dirigieron hacia la de-
recha y entraron en la selva.
Los jóvenes pastores vieron lo que sucedía y algunos corrieron hacia la aldea
para contarlo; otros se quedaron a ver qué se proponía el hijo de Messua.
La idea de Mowgli era fácil de llevar a cabo. Mientras Hermano Gris mante-
nía las vacas al pie del barranco, él y Akela solo tenían que llegar a la parte alta
con los búfalos, sin ser vistos por Shere Khan, después debían hacerlos bajar
en tropel. De esa manera quedaría atrapado en medio del ganado. Sabía muy
bien que, después de haber comido y bebido en abundancia, el tigre no tendría
agilidad suficiente como para escapar por alguna de las laderas del barranco.
Mowgli y Akela guiaron a los búfalos. Dieron un enorme rodeo; por fin, lle-
garon sin ser vistos a lo alto del barranco. Desde allí, el muchacho comprobó
que el tigre no tenía por dónde escapar.
—Akela, deja que los animales olfateen —dijo de pronto—. Quiero que hue-
lan el rastro de Shere Khan.
Entonces gritó y los ecos de su voz rebotaron en el barranco saltando de roca
en roca.
—¡Shere Khan!, ¡Shere Khan!
Después un largo rato, se escu-
chó el gruñido soñoliento del ti-
gre que acababa de despertar.
—¿Quién me llama? —pre-
guntó.
—¡Soy yo, Mowgli, la rana!
Primero uno, después, otros,
los búfalos bajaron velozmente
levantando montones de arena
y de piedras a su paso. Una es-
tampida cayó sobre el tigre que
intentó escapar. Pero, en el ex-
tremo inferior del barranco, un
grupo de vacas le cerraba el paso.
—Todo terminó —dijo al rato
el muchacho—. Hermanos, She-
re Khan ya no volverá a moles-
tarnos.
Capítulo 9
M
owgli, Akela y el Hermano Gris reunieron el ganado y lo guiaron
de regreso.
—La noticia de la muerte del tigre será bien recibida en la Roca
del Consejo —dijo el Hermano Gris—. ¡Vamos a contarles!
Antes de partir hacia la selva, Mowgli se dirigió a los jóvenes
pastores que habían sido testigos de todo.
—Cuiden mi ganado —dijo—, y llévenlo de vuelta a la aldea a la hora de
siempre.
Después, se dirigió a la choza de Messua.
—¡Nathoo! —se alegró su madre al verlo—. Me contaron que nos libraste de
ese tigre asesino y dijeron que, seguramente, te irías a la selva otra vez...
—¡Sí, madre! —dijo el muchacho con cariño—, hay cosas que debo hacer
allá, pero voy a volver. Te lo prometo.
Se despidió de su madre con un
abrazo y se dirigió hacia donde lo es-
peraban Akela y el Hermano Gris.
Mowgli y los dos lobos pasaron pri-
mero por la caverna de Madre Loba, y
Mowgli entró a saludarla y a contarle
lo sucedido con el tigre.
Los ojos de Madre Loba brillaron al
escuchar la noticia.
—Se lo advertí el día en que te en-
contramos, ranita mía, el día ese en
que quiso matarte, le dije que serías tú
quien iba a cazarlo. ¡Bien hecho!
—¡Muy bien hecho, hermanito! —
dijeron dos voces a coro, en medio del
bosque—. ¡Qué alegría verte, te extra-
ñamos tanto!
Eran Baloo y Bagheera que se suma-
ron a sus amigos y, juntos, llegaron a la
Roca del Consejo. Akela se tumbó sobre la roca plana donde solía tenderse y
lanzó el antiguo grito del Consejo.
—¡Lobos, miren! ¡Miren bien!
Desde que, convencidos por Shere Khan, los lobos jóvenes dejaron de re-
conocer la autoridad de Akela, ningún jefe dirigió la manada. Pero ese día, se
agruparon, como antes, en la Roca del Consejo.
No bien todos estuvieron reunidos, Mowgli tomó la palabra y les contó que
junto con el Hermano Gris y Akela habían derrotado al tigre.
Al terminar su relato, los lobos aullaron.
—¡Vuelve a guiarnos, Akela, Lobo Solitario! ¡Cachorro de hombre, vuelve
con nosotros!
Pero Mowgli había prometido a Messua, su madre humana, que iba a re-
gresar con ella.
Nunca se olvidó de sus amigos; de tanto en tanto, volvía a la selva y visitaba
la caverna de los lobos, donde encontraba a sus viejos compañeros.
Después, pasaron los años. Mowgli se hizo hombre. Un día, se enamoró de
una bonita joven de la aldea con la que se casó. Los animales de la selva cono-
cieron a cada uno de sus hijos y la selva entera supo que fue feliz.