Planificación, Organizacion, Direccion y Control
Planificación, Organizacion, Direccion y Control
Planificación, Organizacion, Direccion y Control
Concepto
Tipos de Planificación
1. Planificación Normativa
Como su nombre lo indica, la planificación normativa es aquella
que se basa principalmente (para su formulación e
implementación), en procedimientos preestablecidos cuyo fin es
generar un orden tal que permita estandarizarlos y, con ello,
mantenerlos controlados en todo momento para que sea posible un
seguimiento permanente y así conocer su desarrollo en todos los
aspectos. De acuerdo con Ander-Egg, lo que hace este modelo es
determinar de manera precisa las acciones necesarias para
alcanzar ciertas metas y objetivos, estableciendo tiempos
parciales y totales de una trayectoria que conduce desde el
modelo analítico [resultado del diagnóstico] al modelo normativo
[a lo que se quiere llegar según lo establece el sujeto
planificador].
De esta manera, la planificación se concibe como un proceso que
debe ser definido e implementado a nivel gerencial o cupular,
constituyendo una forma de preparar y guiar las decisiones
mediante la formulación de un plan.
2. Planificación Situacional
Este enfoque, que fue desarrollado por el economista chileno
Carlos Matus durante la década de los 80’, tiene como base
inicial el concepto de situación que de acuerdo con el autor es
definido como “la realidad explicada por un autor que vive en
ella en función de su acción”.
3. Planificación Estratégica
Se puede señalar que ésta es una herramienta que ha sido creada
en el mundo privado y que, dada su eficacia para enfrentar
entornos dinámicos y fuertemente competitivos, ha ido
adquiriendo una relevancia creciente en el sector público en tal
magnitud que, actualmente, constituye uno de los ejes del
proceso de Reforma y Modernización del Estado que se está
impulsando en diferentes países.
1. Naturaleza y propósito
2. Conceptos básicos
2.1. Organizar
O. Sheldon: “Es el proceso de combinar el trabajo que los individuos o grupos deben
efectuar con los elementos necesarios para su ejecución, de tal manera que las labores
que así se ejecuten sean los mejores medios para la aplicación eficiente, sistemática,
positiva y coordinada de los esfuerzos disponibles”
La estructura es una variable dependiente de acuerdo con las funciones y objetivos que
se persiguen en una institución. En la práctica administrativa, la organización como
función requiere una estructura de trabajo, una estructura organizacional que sea lógica y
adecuada a los objetivos, necesidades y potencialidades de la institución.
La estructura de las organizaciones produce impacto sobre los individuos por encima, y
más allá, de la determinación sobre la cuantía de libertad que se ejerza; de igual forma, la
satisfacción del individuo en su trabajo está relacionada con la estructura organizacional.
Por ejemplo, la capacidad para innovar está más ligada al factor tamaño y a la
complejidad de la organización que a los factores de edad, sexo y educación.
El diseño organizacional está influido por ciertos factores, tales como la tecnología, el
ambiente, y el tamaño de la organización. Más adelante hablaremos ampliamente sobre
estos puntos.
Este proceso comprende desde el análisis de las funciones, puestos y actividades que
necesita la institución para su desempeño diario, hasta la elaboración, coordinación y
control del esquema organizacional.
La división del trabajo es necesaria para maximizar la producción de los trabajadores y las
máquinas; nos permite dividir grandes tareas en lotes más pequeños de trabajo,
distribuyéndose en varias personas. Este principio requiere que si una persona se
considera responsable de más de un deber, y eso es lo que sucede con frecuencia en las
compañías más pequeñas, los deberes deben ser similares, y esto trae por consecuencia
la especialización.
3.2. Departamentalización
3.3 Jerarquización
RECURSOS
HUMANOS
JURIDICO PRODUCCION
ASAMBLEA DE CONSEJO DE
GERENTE GENERAL
ACCIONISTAS ADMINISTRACION
FINANZAS
CONTRIBUCIONES
Cuanto mayor sea el número de niveles, tanta más larga será la cadena de mando y tanto
más tiempo se necesitará para que las instrucciones desciendan por la línea, y la
información ascienda y descienda por la organización.
3.4 Línea de mando o autoridad
Recordemos lo que Fayol menciona respecto a este principio: “La línea de autoridad o de
mando es aquella que va del escalón más alto al más bajo. Este camino está impuesto a
la vez por la necesidad de una transmisión asegurada y por la unidad de mando. Es un
error prescindir de la vía jerárquica sin necesidad, lo es mucho mayor seguirla cuando
debe resultar de ello un perjuicio para la empresa”. La línea de mando nos indica la
relación formal existente entre dos personas o dos áreas específicas de trabajo. En el
organigrama anterior vemos la dependencia que existe del Consejo de administración
respecto de la Asamblea de accionistas; esta misma dependencia la apreciamos cuando
analizamos la situación de cada una de las áreas operativas respecto a la Gerencia
general. Cada área o departamento dependiente tendrá que sujetarse a los objetivos y
propósitos del área inmediata superior.
Este principio establece que “Cuanta mayor sea la frecuencia con que una persona
depende de un solo superior, será más probable que esa persona tenga un sentido de
lealtad y obligación y menos probable que exista confusión con relación a las órdenes.”
Este principio es de autoridad única.
3.7. Autoridad
La autoridad en el ámbito administrativo está identificada con la base legítima del poder,
por lo tanto existe ese derecho legal de ordenar a otros una acción y de exigir su
cumplimiento.
3.10. Coordinación
Algunos consideran a la coordinación como una función individual del administrador, sin
embargo, parece más exacto concebirla como la esencia de la habilidad gerencial para
armonizar los esfuerzos individuales que se encaminan al cumplimiento de las metas del
grupo. Cada una de las funciones administrativas es un ejercicio que contribuye a la
coordinación. Dentro de una estructura organizacional debe existir un mismo lenguaje,
mismos objetivos generales, estrategias, etc. La estructura organizacional debe ser una,
es decir, debe crear unidad.
3.11. Comunicación
3.12. Delegación
4. Diseño de la organización
Este enfoque de contingencia implica una racionalidad para el diseño de decisiones que
no existe en el mundo real. Las variables de contingencia no determinan la estructura,
más bien establecen parámetros dentro de los cuales se toman decisiones, pero aun con
estas limitaciones todavía hay espacio suficiente para la discreción administrativa y la alta
gerencia seleccionará la estructura que sirva mejor a sus intereses.
El propósito de este punto es introducir algunas alternativas específicas de diseño que los
administradores deben considerar. Las opciones que manejaremos son las más comunes
en las organizaciones actuales. No olvidamos las opciones anteriores, es decir, la
estructura burocrática y la estructura orgánica, pero no dejan de ser simples ideales; no
hay organización que haya logrado plenamente las características de las mismas.
A continuación analizaremos los modelos organizacionales más utilizados hoy en día.
Este concepto es manejado por los tópicos administrativos con diferentes
denominaciones. Algunos lo llaman como tal, estructuras organizacionales; otros lo
denominan departamentalizaciones, o también lo conceptúan como diseños
organizacionales. En este caso, retomaremos el concepto de diseños organizacionales.
Así, tenemos que existen diseños:
a) Por función.
b) Por producto.
c) Por área geográfica.
d) Por clientes.
e) Por proceso de fabricación.
f) Matricial.
Sus ventajas son obvias: es rápida, flexible, su mantenimiento es de bajo costo y sus
movimientos financieros y contables son claros. Su principal debilidad es que depende
todo de una persona, y cuando se ausenta ésta, las decisiones y movimientos importantes
quedan en suspenso y, peor aún, si muere este elemento humano, seguramente la
empresa tendrá el mismo fin.
El cliente se ha considerado como el patrón de las empresas, como el que manda a final
de cuentas; si el cliente no compra, no regresa o no se interesa por el producto o servicio,
la empresa no tiene razón de ser. Por esto, muchas organizaciones han creado una
estructura para satisfacerlo. De este modo, las tiendas de autoservicio dividen su
distribución física por departamentos: blancos, ferretería, frutas y legumbres, niños,
damas, caballeros, etc., creando así un ambiente de confianza y atención más
personalizado a los compradores, con lo que generan la lealtad del cliente a la empresa.
4.2.6. Matricial
1. Naturaleza y propósito
Las organizaciones sin seres humanos son meramente estructuras, sin movimiento, sin
cambio, sin evolución; el ser humano es el único elemento que puede modificar esa
estructura y, en gran medida, hacer lo mismo con la naturaleza.
La palabra dirección, según el maestro Reyes Ponce, proviene del verbo latino dirigiere,
éste a su vez se forma por el prefijo di, intensivo, y regere, regir, gobernar. Este último
deriva del sánscrito raj, que indica preeminencia. Así, se observa una gran similitud con la
palabra administración, ya que ambos conceptos ocupan una posición preeminente, es
decir, un nivel que sobresale en la organización. Por ello, lastimosamente, administrar y
dirigir son considerados como sinónimos. En muchas ocasiones, la gente cree que dirigir
únicamente es administrar.
La función de dirección, entre otros aspectos, nace o se genera por una naturaleza de
sensibilidad humana, es decir, la dirección es el aspecto humano del proceso.
2.2. Liderazgo
Se dice que el líder o los líderes son nuestros valores, nuestras medidas más ambiciosas,
nuestro control y la definición de nuestros actos. Los grupos humanos exigen siempre un
punto de referencia para sus objetivos, el líder lo genera y lo alimenta; el grupo solicita un
apoyo moral y cognoscitivo de la realidad, el líder se viste paternalmente de ello y
transmite sus experiencias y fracasos que seguramente serán un tesoro para sus
seguidores.
El líder debe ser buen negociador, deberá saber vender sus ideas mediante el
conocimiento real y profundo de sus funciones y no a través de la persuasión; esto último
genera un cliente espontáneo, pero que nunca regresa.
El líder deberá ser integrador, nunca debe ver a la empresa como un caleidoscopio, sino
como una unidad, promoviendo así la sinergia y el pensamiento sistémico de los
empleados.
El líder debe funcionar como chivatón, es decir, debe tener una mente futuróloga que
advierta todas las tendencias futuras y unificarlas, así como una gran capacidad de
abstracción. Los negocios siempre están en desarrollo.
El líder debe trabajar con retos y no en la mediocridad. Fija como objetivo la capacidad
máxima de la gente y hace que sus miembros descubran su propia grandeza. Su fórmula
es trabajo en equipo más desempeño individual igual a gran grupo. Respeta el poder y la
potencialidad individual.
El líder deberá seguir y servir siempre al líder invisible: “El propósito común”.
2.2.2. Teorías principales
Es una de las teorías más antiguas respecto al liderazgo, basada en la llamada teoría del
Gran hombre, de Thomas Carlyle, de 1910. Dicha teoría está basada en las cualidades o
características distintivas de la personalidad y sostiene que “los líderes no se hacen,
nacen”. Con ella, se han dado a la tarea de analizar los rasgos personales de los líderes
exitosos en la historia y que, en un momento dado, los distinguían de los individuos
comunes y corrientes
La red se compone de un cuadro elaborado a partir de dos ejes. El eje vertical nos
muestra la tendencia del líder hacia el bienestar de las personas y el eje horizontal nos
señala el interés del líder por la productividad. Estos dos ejes forman un cuadrante y en el
mismo se conjuga una mezcla de conductas y estilos de liderazgos.
Los modelos de contingencia son ilustrados por los modelos situacionales. Recordemos
que contingencia y situación son complementarias y, en ocasiones, sinónimos; todos los
autores coinciden en este punto.
Los ingredientes fundamentales de la teoría contingencial del liderazgo son tres: el líder,
el grupo y la situación. La variable situación adquiere mayor importancia en la
determinación de quién será el líder y lo que deberá poner en práctica. A continuación
analizaremos los modelos de contingencia y situacional.
El modelo de Fiedler
Se considera como el primer modelo general de contingencias y fue creado por Fred
Fiedler en 1967. Este modelo propone que el rendimiento efectivo del grupo depende de
la armonía entre el estilo del líder para interactuar con sus subordinados y el grado de
control e influencia que la situación proporcione al líder.
El modelo de Fiedler asevera que un principio o factor clave para determinar el éxito del
liderazgo, estriba en el estilo de liderazgo básico del individuo; por lo tanto, es importante
determinar cuál es ese estilo básico.
Los líderes efectivos actúan mejor cuando prevalecen situaciones muy favorables o muy
desfavorables. Los líderes tolerantes son aquellos que actúan bajo situaciones
combinadas.
Fiedler sugiere que los líderes modifiquen sus estilos dependiendo de las circunstancias,
y que los puestos o trabajos se puedan modificar de manera que se acoplen al enfoque
de liderazgo con el cual el administrador se ajuste mejor.
La teoría de liderazgo situacional de Hersey y Blanchard
Estos autores sostienen que el estilo más eficaz de liderazgo varía según la “madurez” de
los subordinados. Hersey y Blanchard definen la madurez no como la edad ni la
estabilidad emocional, sino como el deseo de logro, la disposición a aceptar
responsabilidades, la habilidad y la experiencia relacionadas con el trabajo.
Las metas y los conocimientos de los seguidores son importantes variables para
determinar el estilo de liderazgo eficaz. Hersey y Blanchard consideran que la relación
entre el administrador y los subordinados pasa por cuatro fases, y en cada de ellas el líder
debe modificar su estilo. Las fases a seguir son las siguientes:
a) Fase inicial, alta tarea-baja relación. Los subordinados ingresan a la organización
y es necesaria, por parte del líder, una orientación hacia el trabajo, hay que
enseñarles sus actividades y familiarizarlos con las reglas y políticas de la
empresa. El administrador todavía no puede considerar al trabajador como colega;
por lo tanto, no es posible desarrollar un liderazgo participativo.
b) En la segunda fase, comportamiento de alta tarea-alta relación. Los subordinados
comienzan a tomar más conciencia de la organización, la administración sigue
siendo orientadora, la confianza y el respaldo van aumentando conforme se
familiarice con los subordinados; éstos aún no se sienten capaces de aceptar toda
la responsabilidad. El líder debe utilizar comportamientos orientados a los
empleados, implementar un apoyo socioemocional, es decir, que el seguidor
sienta y se convenza psicológicamente de las decisiones que tiene que tomar.
c) En la tercera fase, alta relación-baja tarea. Aumentan la capacidad y motivación
para el logro de los empleados; éstos comienzan a aceptar retos y buscar mayores
responsabilidades. El líder ya no tendrá que jugar el papel de directivo, incluso la
supervisión estrecha se torna molesta. Pero el líder seguirá mostrando apoyo y
consideración a fin de fortalecer la decisión de los subordinados de obtener una
responsabilidad mayor. Esta fase es participativa, ya que tanto el líder como los
seguidores toman parte en las decisiones mediante una comunicación
bidireccional.
d) En la fase cuatro, baja relación-baja tarea. Los subordinados han madurado, se
vuelven independientes sin que necesiten o esperen una relación directiva con su
líder. A esta fase se le llama delegación porque el estilo de liderazgo permite a los
seguidores que se “encarguen” de sus propios asuntos. El líder tiene la seguridad
de delegar, ya que los seguidores son de óptima madurez.
De acuerdo con la teoría del camino y meta, el éxito del líder está basado en la habilidad
de clarificar sus metas, cuando aumentan las recompensas para los subordinados que las
logran y cuando hace que sea fácil transitar por el camino que lleva a esas metas. Esta
teoría fue creada por Robert J. House y Terence Mitchell, quienes aseguran que la
primera proposición de la teoría de camino y meta es que la conducta del líder debe ser
aceptable y satisfactoria para los subordinados. En la medida en que consideren que esa
conducta va a solucionar de manera inmediata o futura sus problemas, así será el grado
de respuesta a las necesidades de la organización y, por ende, del líder.
Esta teoría tiene una similitud con la teoría de las expectativas de Victor Vroom. Este
modelo camino-meta afirma que la fuerza de la motivación para lograr el objetivo trazado
por la dirección está en función de las expectativas combinadas de que el esfuerzo
conducirá a un desempeño y de que éste conducirá a recompensas. Esta teoría se
concentra en la forma en que los líderes pueden afectar la motivación, fomentando la
disponibilidad y el atractivo de las recompensas, y fortaleciendo las expectativas de que
los esfuerzos pueden dar como resultado desempeño, y éste, a la vez, recompensas.
2.3. Motivación
La habilidad es el poder de saber hacer las cosas, mientras que la motivación es querer
hacer las cosas. La falta de motivación produce ineficiencia y monotonía en el trabajo,
improductividad y mala calidad en el servicio y, como resultado de todo esto, un alto
porcentaje en la rotación de personal. La motivación produce una reacción en cadena,
que se inicia con el deseo interno de satisfacer necesidades y que dan lugar a la fijación
de metas, que provocan acciones tendientes a su logro y, por ende, a la satisfacción de
esas necesidades.
2.3.2. Teorías principales
La teoría de la jerarquía de las necesidades, creada por Abraham Maslow, asevera que la
motivación de las personas depende de cinco distintos tipos de necesidades: fisiológicas,
de seguridad, de afecto, de estima y de autorrealización. Estas necesidades se organizan
de manera jerárquica de acuerdo con su capacidad para motivar la conducta. El nivel más
básico son las necesidades fisiológicas o primarias. Cada una de estas necesidades, en
cuanto no están satisfechas, roba toda la atención del individuo y tendrá un poder
virtualmente exclusivo de motivar la conducta. Sin embargo, cuando son satisfechas,
pierden su poder motivador.
Al ser satisfecho, el nivel más bajo de las necesidades no produce una comodidad, por el
contrario, da pauta a desear situaciones óptimas cada vez con mayor frecuencia. Cuando
el individuo satisface su necesidad de alimento, vestido y techo, siente la necesidad de
integrarse y realizarse en una sociedad cada vez más compleja; sus deseos de éxito,
membresía y reconocimiento, están latentes en forma permanente. Un nivel cada vez más
alto se convierte en una fuente activa de motivación.
Cada una de estas necesidades va a ser importante para determinar el perfil del
administrador que necesita una organización. Los individuos realizan una actividad equis
porque su propia personalidad se los exige. Hay individuos intrépidos, que buscan
constantemente retos y tienen mucha creatividad; seguramente sus necesidades son de
logro. A este tipo de individuos se les motiva encargándoles proyectos o actividades
complejas.
Frederick Herzberg formuló la teoría de los dos factores, la cual explica el comportamiento
de los individuos en situaciones de trabajo. Se plantea la existencia de dos factores que
encauzan el comportamiento de las personas.
Por un lado, están los factores higiénicos o extrínsecos. Estos factores se localizan en el
medio ambiente que rodea a las personas y abarcan las condiciones en que desempeñan
su trabajo. Estas condiciones están administradas y decididas por la empresa, por lo tanto
están fuera del control de los subordinados. Un ejemplo de estos factores es el salario.
Cuando los factores higiénicos son óptimos, sólo evitan la insatisfacción de los
subordinados, pues no consiguen elevar consistentemente la satisfacción, y cuando la
elevan, no logran sostenerla por mucho tiempo. Pero cuando los factores higiénicos son
pésimos y precarios, provocan la insatisfacción de los empleados.
Los factores motivacionales o factores intrínsecos son aquellos que están relacionados
con el contenido del cargo y con la naturaleza de las tareas que el individuo ejecuta. Estos
factores sí están bajo el control del individuo, ya que están relacionados con lo que él
hace y desempeña. Los factores motivacionales generan un sentimiento vinculado con el
crecimiento individual, el reconocimiento profesional y las necesidades de
autorrealización; es importante que estos factores se desarrollen en el individuo. Para ello,
es imprescindible el enriquecimiento del puesto, es decir, reconocer al individuo por sus
habilidades y conocimientos, encomendándole tareas acordes a su desarrollo profesional
y generando retos dentro de la organización, así como asignarle proyectos importantes
para el subordinado y para la empresa.
Se les reconoce como factores de satisfacción, ya que están ligados a la satisfacción del
individuo. Cuando son óptimos, provocan la satisfacción; por el contrario, cuando son
precarios, la evitan.
2.3.2.4. Vroom
La teoría de Victor Vroom fue desarrollada en 1964 y es una de las teorías de motivación
con más reconocimiento a nivel mundial. Esta teoría asume que la conducta del individuo
es resultado de un análisis concienzudo de una serie de alternativas que proponen
maximizar el placer y disminuir el dolor en el desempeño de una tarea.
2.4.2. Proceso
Barreras de la comunicación
Tal red puede tener como objeto evitar que los ejecutivos de alto nivel se vean
sobrecargados con información innecesaria y mantener el poder y el estatus de ellos.
Otro factor importante es la relación personal entre el receptor y el emisor; un subordinado
y un gerente que han tenido siempre relaciones amistosas, tenderán más a lograr una
buena comunicación que dos personas que siempre están discutiendo.
Por lo tanto, si la tarea primordial del supervisor es contribuir al logro de las metas de la
institución, mediante el cumplimiento óptimo de las tareas que han sido asignadas a su
grupo de trabajo, entonces es necesario mantener las mejores relaciones entre todo el
personal, en un ambiente de buena voluntad y gustosa cooperación, que facilite por un
lado la labor del supervisor, y por el otro, romper con el paradigma del señor capataz, que
únicamente desea el mayor beneficio a la empresa y se olvida de las necesidades del
trabajador.
Dentro de la organización existen dos tipos de información hacia los empleados que debe
considerar el supervisor:
Información introductoria
Orientación respecto a todo lo relacionado con la empresa, ya sean objetivos,
políticas, reglas, prestaciones, la historia de la empresa, etc. Generalmente, esta
información se le hace llegar a través de folletos de bienvenida.
Instalación. Todo lo relacionado con la rutina de su propio trabajo, qué se espera
de él, cómo se va a evaluar su desempeño, el lugar y la manera de obtener
material de trabajo, medidas de protección, herramientas de trabajo. Usualmente,
esta información se le da al trabajador en forma personal.
Información permanente
Qué tareas debe hacer.
Cómo debe hacerlas.
Cuándo debe hacerlas.
Dónde debe hacerlas.
A quién debe reportar el trabajo realizado.
Esta información se complementa con la actualización constante del supervisor en forma
personal respecto a técnicas, maquinaria y procesos nuevos que, seguramente, al
enseñar a sus subordinados, éstos encontrarán en el supervisor un amigo y un maestro
permanente.
2.5. Toma de decisiones
El hecho de que casi todo lo que hace un administrador requiera tomar decisiones, no
significa que éstas siempre sean largas, complicadas. Muchas de las decisiones de un
administrador son de naturaleza rutinaria. Pero aun así, hay que desarrollar un modelo
para tomar la mejor decisión.
Del libro Administración, teoría y práctica, de Stephen Robbins (1994), tomamos las
siguientes etapas del proceso de toma de decisiones:
Paso 2. Identificación de los criterios para la toma de decisiones. Identificar cuáles son los
criterios relevantes para tomar una decisión. Éstos pueden incluir criterios como precio,
modelo, equipos opcionales, etcétera.
Paso 3. La asignación de ponderaciones a los criterios. Hay que determinar qué criterios
son más importantes y cuáles no. En cierta etapa de la organización es más importante
definir el costo de lo que se quiere adquirir y no la calidad; en otra fase de la organización
puede ser al contrario.
Paso 4. El desarrollo de alternativas. En este paso, la organización tiene que analizar las
alternativas viables que pudieran tener éxito para resolver el problema. Únicamente se
listan las alternativas, aún no se valoran.
Paso 6. Selección de una alternativa. Esta fase es la parte crítica de escoger la mejor
alternativa entre las que están enumeradas y valoradas. Según nuestros estudios y
cálculos, aquella que generó el valor más alto a nuestras necesidades.
1. Naturaleza y propósito
El control es la fase final del proceso administrativo, pero a la vez es el eslabón que se
une a la planeación. El control y la planeación son considerados como los “hermanos
siameses”, porque van tan unidos y dependen uno del otro que en ocasiones no se sabe
cuándo termina uno y dónde empieza el otro. Controlar es determinar que lo que se
planeó, o se pretendió realizar, se esté llevando a cabo en tiempo y condiciones
prescritos. El control, en cierta forma, puede considerarse como la detección y corrección
de las variaciones de importancia en los resultados obtenidos por las actividades
planeadas.
No siempre existen las condiciones para que una actividad o un proceso de trabajo estén
exentos de errores, o se presenta falta de interés por parte de los subordinados y esto
causa mermas o pérdidas que afectan los resultados finales. Por ello, es necesaria la
presencia del control.
El control debe ser motivador tanto para la dirección como para los subordinados, ya que
si se están cumpliendo los estándares, esto sería causa de mejores salarios y
recompensas por productividad, al igual que reconocimientos públicos del desempeño de
los individuos dentro de la organización.
Dos factores crean la necesidad de control. En primera instancia, los objetivos de las
personas y los de las organizaciones son diferentes. Es por ello que se necesita el control,
para asegurarse de que los miembros de una organización trabajan en búsqueda de los
objetivos organizacionales. En segundo lugar, el control se necesita porque existe un
periodo de espera desde el momento en que se formulan los objetivos, hasta que se
alcanzan.
2. Conceptos básicos
A lo largo de la lectura de esta fase del proceso administrativo, nos encontramos con
ciertos términos o conceptos básicos para comprender su forma de funcionamiento. Por lo
tanto, considerando la necesidad de comprender estos puntos o conceptos, nos daremos
a la tarea de enunciar y definir en forma simple cada uno de ellos.
Control. Se considera como la última fase del proceso administrativo cuyo propósito es la
medición y corrección del desempeño, con el fin de asegurar que se cumplan los objetivos
de la empresa y los planes diseñados para alcanzarlos.
Desempeño. Son los resultados parciales que se van obteniendo en el transcurso del
proceso de trabajo.
Medición. Evaluar, estimar el desempeño en cada fase o etapa del proceso de trabajo. Es
la determinación de la cantidad o capacidad de una entidad bien definida.
Acción correctiva. Son todas aquellas acciones que llevará a cabo el responsable de la
medición real del desempeño, con el fin de corregir las desviaciones que se presenten.
Retroalimentación. Es el proceso a través del cual, con base en información obtenida del
desempeño real, un individuo alimenta con ella a una computadora, la cual nuevamente
nos transmite la información requerida y nos indica las alternativas a seguir para mejorar
el proceso de trabajo. Estos sistemas de retroalimentación pueden considerarse de
tiempo real, cuando realizamos transferencia de fondos electrónicos, compramos a través
de la Internet o hacemos uso de la robótica en nuestras instalaciones.
3.1. Medición
Esta fase del proceso de control nos indica en qué forma medimos o nos percatamos de
la situación. Sin la medición, el gerente se ve obligado a adivinar o a usar métodos
empíricos que pueden ser confiables o no. Para medir, necesitamos una unidad de
medida y una cuenta de cuántas veces la organización está en consideración, es decir,
cuál es el margen de error aceptado. Para medir el desempeño real, podemos utilizar la
observación personal, los informes estadísticos, los informes orales y los informes
escritos. La observación personal brinda información de primera mano y profunda sobre la
actividad real.
Los reportes verbales conservan ciertos elementos del método de observación personal,
ya que la información se transmite verbalmente y se incluye el contacto personal. Las
expresiones, tono de voz y la general evaluación del desempeño pueden ser observados
por el que reporta, y se pueden hacer aclaraciones en ese momento para evitar malos
entendidos.
El reporte por escrito es una práctica utilizada sobre todo en empresas grandes. Se
emplea este tipo de reportes para proporcionar información sobre el desempeño. Los
reportes escritos no sólo sirven para evaluar en ese momento, sino que también se
guardan para fechas futuras, con la ventaja de elaborar comparativos y estadísticas.
3.2. Comparación
Esta acción correctiva la aplica quien tiene la autoridad sobre el desempeño real. En
ocasiones dicha acción administrativa tiende a aplicarse desde una simple reorganización
hasta una reingeniería. Para una máxima efectividad, la corrección de la desviación
deberá ir acompañada de una responsabilidad fija e individual. Hacer responsable a una
persona por lo que hace, le da mayor importancia al papel que juega en la empresa. Este
tipo de acción le permite al subordinado tomar las decisiones correspondientes en el
momento preciso, evitando así demoras innecesarias en el proceso de trabajo y, algo muy
importante, acciones correctivas, en muchas ocasiones dramáticas.
En vez de esperar los resultados y compararlos con los objetivos, es posible ejercer una
influencia controladora limitando las actividades por adelantado. Denominados a veces
como controles preliminares o pre-controles, garantizan el éxito de la operación antes de
emprender la acción.
Es el tipo de control más deseable, ya que evita problemas anticipados. Se le llama así
porque ocurre antes de la actividad real. Este tipo de control está dirigido hacia el futuro.
Este tipo de controles permite a la gerencia evitar problemas en lugar de resolverlos, por
desgracia, requiere mayor información anticipada y exacta que con frecuencia es difícil de
desarrollar para los administradores, como resultado, a éstos no les queda sino usar uno
de los otros dos tipos de control.
El control concurrente es aquel que se realiza en todo el proceso y puede garantizar que
el plan se lleve a cabo en el tiempo especificado y en las condiciones requeridas. El
control sobre la marcha implica que se habrán de corregir las variaciones en los
estándares tan pronto éstos ocurran o dentro de un lapso muy breve.
Las herramientas de control adoptan muchas formas. Algunas son bastante simples, en
tanto que otras son complejas y sofisticadas. Unas miden qué tan bien está la situación
financiera de la empresa, en tanto que otras indican la eficiencia de la producción.
Inclusive, otras herramientas de control consideran las actitudes de los empleados y las
percepciones. Aun cuando las herramientas de control varían en gran medida en su
diseño y en lo que pretenden medir, todas persiguen siempre el mismo objetivo básico:
determinar variaciones de los estándares deseados, para que la administración pueda
tomar las medidas correctivas.