Txto La Escuela No Es Un Lugar
Txto La Escuela No Es Un Lugar
Txto La Escuela No Es Un Lugar
EN UN FENOMENO ACUMULATIVO,
(A. HARGREAVES)
y ¡pr
3.
IOTETIBAAA”
-l cambio en el XXI
se llama Sistémico
ÍNDICE
A. EN TOL
B. TODO
C. CUANK
D.¿CÓM(
NEC
E. LIDER
F. EL CAI
G.CÓMQ
A. EN
Aunque
guntar a
Pese a d
peón cil
como al
donar e
el sueñ
Los her]
y visionl
mM o
p
MH y
bd
A
Aunque el cartel Wrigth Cycle Co parecía dejarlo claro, en Dayton era habitual pre-
guntar a qué se dedicaban Orville y Wilbur.
Pese a que los hermanos Wrigth estaban rodeados de bicicletas, cuando Orvill -cam-
peón ciclista- pedaleaba, con lo que realmente soñaba era con volar. No leáis esto
como algo que se resuelve con mover más deprisa las piernas, El objetivo era aban-
donar el suelo. Mirar el mundo desde arriba. Una locura hasta 1899, el año en el
que
el sueño empieza a hacerse realidad.
Los hermanos Wrigth habían estudiado hasta el detalle los trabajos de dos pioneros
y visionarios del vuelo:
E Ys.P. Langley, que explicó algo tan sugerente, técnico y sorprendente como sa-
ber cuál es el proceso por el cual el aire puede sustentar unas alas
Estas lecturas dieron la razón a los Wrigth: donde otros sólo veían ruedas, ellos
sabían
que andaban camufladas unas alas. De ahí a la construcción de cometas y planeadores
biplanos no quedó nada. El cartel de su tienda empezaba a quedárseles ya pequeño.
No sabemos bien qué tienen los comienzos de siglo, pero el inicio del XX fue tan
in-
tenso como lo ha sido el inicio del siglo XXI. Y la intensidad de este último no
parece
diluirse, Más bien se acelera cuando vamos camino de entrar en su tercera década.
Basta con que echéis un vistazo al anexo 1 del libro para que os deis cuenta de
cómo
va esto de deprisa y del gran desacople.
Hay algo que une a estos dos siglos. En ambos las palabras estrella han sido y son:
INNOVACIÓN y CAMBIO. Y ya lo hemos visto plasmado en la descripción de la escuela
del futuro más que nunca, por eso vamos a trabajar este tema en el capítulo
presente.
42
Hace 10 años nos bastaba con pensar en modo Investigación + Desarrollo. De 5 años
para acá una humilde vocal en minúscula se ha colado en el menú de la vida, la de
los
que quieren co-crear el futuro:
l-D+!
do darles?
ambian. La clave es
le ha supuesto a la
a en el aprendizaje.
ABP, el cambio en el
samiento, la creativi-
ooperación, etc.
Prensky utiliza dos preguntas para saber si las innovaciones que estamos de-
sarrollando son disruptivas o no:
Como todas las cosas singulares, las innovaciones no triunfan de entrada. Esta
es una de las bazas que juegan los escépticos y los cínicos. Se dejan llevar por
los primeros resultados, justo el momento en el que tenemos que ser más hu-
mildes. Porque las innovaciones, cuando comienzan, son menos eficaces que lo
que ya existe. Cerrad los ojos y escuchad:”Así no aprenden nada”, “Eso está muy
bien para las extraescolares pero al aula hay que llevar lo que funciona”, “En
educación, los experimentos con gaseosa”. La innovación exige persistencia,
pensamiento crítico y coraje; lo sabemos.
Por eso, toda innovación que se precie genera una especie autóctona: los em-
prendedores, una especie clave para que la innovación forme parte de la vida.
Ahí están las personas y los equipos que acometen un empeño que consideran
valioso pero que encierra dificultad.
Después de todo lo que hemos visto, está claro que la innovación, el empren-
der, nos hace conscientes de que vivimos en un mundo multipolar donde no
se puede vivir sin visión periférica (la que nos permite leer e interpretar las se-
ñales que nos envían los cambios que suceden en el entorno). Hace 10 años el
logro era una mirada de 180 grados. En 2016 el ángulo que buscamos es ya de
720 grados (piénsalo: 360 grados x 2, ni más ni menos). Un ángulo que permite
compartir, contrastar, crear con todas las áreas y con todos los lugares, justo lo
que necesitamos para la Escuela del Futuro.
43
7 3-EL CAMBIO EN EL XXI SE LLAMA SISTÉMICO
Hemos visto en el anexo 1 (y si no, tenéis que verlo) un contexto vital y social
de futuro inquietante pero apasionante, que nos coloca ante importantes pre-
guntas sociales, éticas, profesionales y personales. Hemos hablado de escribir
oportunidad y responsabilidad donde otros sólo logran ver miedo y amenaza.
Si parece tan claro qué dirección seguir, ¿por qué cuesta tanto convencer a per-
sonas e instituciones para atreverse a cambiar e introducir innovaciones en su
práctica habitual? ¿Por qué todo queda absorbido y fagocitado por la realidad
cotidiana y la rutina? ¿Por qué seguimos haciendo lo mismo aunque con herra-
mientas distintas?
La escuela ha podido sobrevivir cambiando pero sin cambiar. ¿Por qué hemos po-
dido estar tanto tiempo viviendo solo de lo enseñado y sin aprender? Nuestro mo-
delo interno de trabajo lo potenciaba o toleraba por las siguientes razones:
Porque el cambio que nos ha acompañado hasta ahora era lineal (1,2,3,..)
q q p
pero hoy el ritmo de los cambios, ayudados por lo tecnológico, es exponencial
¡ATM y
¡ll Y el haber dado más protagonismo a los ignorantes (que suelen estar com-
pletamente seguros) que a los inteligentes (que suelen tener muchas dudas),
como afirma Bertrand Russell
Eso hacía que indicadores clave de ilusión y proyecto profesional como las lí-
neas de Autoformación (el PLE de cada uno de nosotros, el entono personal de
aprendizaje) no estuvieran consideradas como responsabilidad y deber pro-
fesional. Así también elementos clave para tener sentido de equipo tampoco
se llevaban a buen término, como crear espacios para la CoFormación entre
profesores o convertir la formación que desarrolla cada escuela o Institución
(Heteroformación) en transformación (cuando la formación no se aplica, no se
comparte y contrasta su práctica, no se evalúa y mejora su impacto, la innova-
ción que puede aportar en una escuela se queda en Innovación Perpetuadora
y no Disruptiva).
Cualquier proceso de cambio hoy debe diseñar un contexto profesional de
equipo y de centro en el que la dimensión personal de cambio sienta la necesi-
dad y el deber de ponerse en marcha.
Como afirman Vaillant y Marcelo “Las reglas de juego han cambiado y nosotros
no las hemos creado”, pero sí podemos elegir qué hacemos con ellas. Y estamos
en un momento clave de decisiones. Como profesores. Y como profesionales
que dirigen y coordinan equipos de profesores, escuelas, fundaciones o ins-
tituciones. Los profesores, equipos y escuelas que no hagan esto, son ya una
especie en extinción.
La escuela, como el mundo, está llena hoy de iniciativa. La iniciativa está tan a
la orden del día hoy que, como afirma Trias de Bes, está cambiando el concepto
de novedad. Novedad ya no es lo nuevo. Novedad es lo corriente y las excepcio-
nes serán los productos clásicos de toda la vida.
xto profesional de
lio sienta la necesi-
imbiado y nosotros
on ellas. Y estamos
omo profesionales
fundaciones o ins-
in esto, son ya una
escuela desplegase
l tablero educativo?
empresas que inno-
r, a nivel global, qué
mbitos. Ese debería
ser el objetivo de los Innova en las escuelas. Cuando nos desconectamos del
movimiento, como afirman Serrano y García, la brecha entre las personas que
se adaptan al cambio y las que no será cada vez mayor. “Cuando el ritmo de
cambio dentro de una organización es superado por el ritmo de los cambios
que suceden fuera, el final está cerca” señala J.Welch. Miremos con esos ojos a
nuestro claustro, a nuestros compañeros, a nosotros mismos. Y tomemos deci-
siones ya. Porque el final está cerca...
¿Qué estrategias fortalecen más esta cultura del aprendizaje y del cambio?
¿Qué herramientas deberían ser parte del modelo de trabajo habitual en los
Equipos Educativos, en el método desarrollado en las reuniones?
Ml Hacer preguntas
Escuchar
E
Ml Observar
E
|
Leer
Reflexionar
Cuando uno se pone a leer sobre ecosistemas se da cuenta de por qué a las
escuelas nos ha costado tanto transformarnos en un ecosistema innovador.
En los Años 70, Claude Fisher decidió estudiar los efectos sociales de vivir en
núcleos urbanos extensos para estudiar qué pautas propiciaban estos entornos.
¿Y qué averiguó? “Las grandes ciudades generan subculturas con mucha mayor
eficiencia que las barriadas residenciales o las localidades pequeñas”. Un aula,
una escuela sola, no genera toda la innovación que guarda en su potencial.
45
si
46
Utilizan el Big Data, con todo el rastro de acciones y actitudes que deja
ii.
y lo transforma en referencia de aprendizaje. ¿Os imagináis todo el
partido que podríamos sacar al Big Data de cada escuela a favor de
un mejor aprendizaje de profesores - alumnos - padres?
iv. Todo este efecto se intensifica gracias a soportes que permiten la Mo-
bicuidad
TM y
das creadas por un tejedor francés del siglo XIX para hacer dibujos de filigranas
en telares mecánicos, fueron la base para los primeros pasos de la programa-
ción informática. La historia misma de Internet y de www. es una exaptación
continua.
El lector dirá: estupendo, ya estoy convencido. La cuestión ahora es, ¿cómo de-
sarrollo un Ecosistema de Aprendizaje en la escuela del futuro a la altura de
la calidad, el interés y la exigencia del que nos hemos propuesto conseguir en
el aula? Ahora quienes tienen que tomar especialmente nota son los Equipos
Directivos cuya responsabilidad técnica y de liderazgo es clave para conseguir-
lo. Pero como veremos en el capítulo 5, con un liderazgo distribuido que nos
“toca” a todos...
ujos de filigranas
de la programa-
una exaptación
: en las escuelas
delo de relación
que nos rodea y
vasta exaptarlo e
Ln”
ón
arquitecto social
, la destrucción...
Marina, en su libro Objetivo generar talento, sitúa las preguntas como una de
las herramientas clave de nuestra vida. Una escuela que no sea capaz de ha-
cerse buenas preguntas no puede aprender, no puede innovar. En Alemania
existe el Direktor Grundsatzfragen, (aunque Merkel estará leyendo el libro, tra-
ducimos: Director de Preguntas Fundamentales). Este director está al frente
de un departamento completo. Es el equipo que siempre está pensando cuáles
pueden ser las próximas preguntas. He aquí una idea, ahora que tanto pen-
samos sobre las funciones clave en el nuevo organigrama de la escuela. Ya lo
decía Peter Drucke, un tipo con una enorme visión de futuro con respecto a la
Dirección: “El líder del pasado puede que fuese el que sabía qué decir, pero el
líder del futuro es el que sabe cómo preguntar”.
Ruiz Tarragó nos ayuda con algunas de esas preguntas para la escuela del futuro:
¿Eres más aprendedor y cuestionador que sabedor?
¿Qué nivel de tolerancia a la ambigiiedad y al riesgo soportamos?
¿Predecimos lo que viene?
47
PI
48
¿Podemos planificar con anticipación qué habilidades y perfiles van a ser ne-
cesarios?
Los jesuitas, a los que hemos mencionado a lo largo del libro en varias ocasio-
nes porque están simbolizando en sus colegios catalanes un cambio sistémico
puesto en práctica y con difusión pública, lo tienen claro: “la transformación de
la educación será sistémica o no será”.
Tanto para Edgar Morin como para Ken Robinson, este es el gran cambio en
el que está inmersa la escuela. Ya no se trata de reformar el sistema edu-
cativo sino de superarlo. Y hacerlo mientras vivimos inmersos en una crisis
de civilización. Para darle un punto superior de esperanza, escribimos Krisis
con todo el contenido que los médicos griegos daban a esta palabra.
Para Ruiz Tarragó los cambios sistémicos en educación han sido difíciles por
la escasez de visiones atrevidas, coherentes e inspiradoras con capacidad
para hacerse reales en 10 años. Esta es una de las características del cambio
sistémico para L'Ecuyer: que sacude paradigmas intocables.
Reimer sostienen que los países que han hecho cambios sistémicos en sus
sistemas educativos ha sido porque:
Han cambiado su cultura pedagógica sobre lo que han hecho sus antecedentes
Crean una visión de país
Unen la narrativa educativa a esa visión
Rendición de cuentas
i parece demasia-
res.
sistémicos en sus
o sus antecedentes
de, y mucho, de la
orque esta calidad
Antes de iniciar los pasos, nos viene bien retomar dos significados funda-
mentales:
1.Lo que tenemos que HACER. CAMBIO SISTÉMICO: Es un cambio con mi-
rada global que favorece o impulsa el cambio estructural
Para dar un repaso a nuestra visión global, tenemos la ayuda de los dos
Anexos que cierran este libro así como nuestros “viajes” físicos o virtuales
por aquello que esté sucediendo a nuestro alrededor; y poder así responder
una pregunta poderosa:
49
A A ES
50
Kotter, el experto en cambio, considera central este paso. No digáis lo que hay que
ha-
cer. Partid de lo que ya detectan profesores, alumnos, padres, expertos,
formadores,
medios, etc. y qué cambios está sufriendo el sistema y modelo educativo externo.
a) Herramientas de evaluación
j) Y más...
profesores
y Flexible
marcha. Y eso le
viendo tranquila-
tión y la burocra-
ños de la vida de
ea real es clave el
equipo directivo
mbios de manera
cisiones y con un
o y el empodera-
scuela de Futuro.
Seguro que de forma natural hemos recordado la frase con la que empeza-
mos: "la transformación de la educación será sistémica o no será”. Supon-
drá un cambio estructural o no será. Asumámoslo: esta vez no se trata de
adaptar lo nuevo dentro de lo que hacíamos. Se trata de transformar lo que
hacíamos para que sea posible construir lo que debemos y queremos hacer,
1 “Hay que dotarse de estructuras en red y ágiles que nos permitan responder
con eficacia y rapidez a los desafíos del entorno”. Serrano y García
IL. Dirigir un cambio sistémico nos exige tener un Mapa de Respuestas y Per-
sonas para elegir el mejor sistema de dirección, liderazgo y acompaña-
miento, pudiendo así capitalizar la Inteligencia Colectiva. Ahí lo tenéis.
= No entender
= Desacuerdo en el cómo
= LEALES
= ALIADOS: Conectan con el cambio, sienten que ganan con él pero abandonarán si no
es real
= INDECISOS: Debemos procurar que no caigan del otro lado
= HIPERACTIVO MIOPE: No entiende qué hace mal. Lo mejor es explicar. Eso supone
enten
derlo uno primero, tener mentalidad de proceso y priorizar
= El BOBO trabajan bien pero son perjudicados y el CARADURA: Gestionar bien las
conse-
cuencias, Con los caraduras retirar las consecuencias positivas de trabajar mal y
eliminar
las consecuencias negativas de trabajar bien
si
o
52
EL CONFIDENCIAL
¿En qué se basa el proyecto? En un nivel más práctico, en acabar con las clases
magistrales, las aulas tradicionales -los muros se han derribado y los espacios
se han rediseñado-, la jerarquía tradicional de profesores (las clases cuentan
con tres para cada 60), fomentar el trabajo por proyectos y eliminar asigna-
turas, horarios y exámenes. A un nivel más general, se trata de un cambio es-
tructural que recoge algunas de las exigencias que los expertos en innovación
llevan años proponiendo y que, ante todo, significa un antes y un después en
la educación española.
“El trabajo que hemos hecho desde hace cinco años se basaba en dos ejes: diag-
nóstico y proceso participativo”, explica a El Confidencial Xavier Aragay, director
general de la Fundación Jesuitas Educación (FJE). “Nuestro diagnóstico es que las
pequeñas innovaciones no conducen a un gran cambio, ya que generan un gran
estrés dentro de la organización que puede provocar que las cosas vuelvan a
A Ñ o = - e - - : E EM 4
n los cursos de 5* de
lantarse. “El modelo
no sólo en la pública,
que Horizonte 2020
la.
mpleta unanimidad
ucativa, sea esta de
aun artículo de Xa-
, este es “el modelo
aa los requisitos de
ordinadora de la Es-
, defiende que es un
haber publicado en
ía que habría prefe-
la dirección de una
ón así y la ponga en
Ss y un después”, ex-
, de los que arrugan
(ante lo que Aragay
la revolución en la
opuestos por la FJE,
2 importancia de los
/ final de la jornada
intado ya en centros
del Pozo, conocida
¿Ti mM
como Sor Innovación, pero nunca se habían difundido a tal escala en nues-
tro país.
El problema, recuerda Acaso, es que hasta la fecha las innovaciones eran li-
mitadas y solían ser propuestas desde abajo por francotiradores, no al revés:
“Los que innovaban eran profesores aislados que encontraban muchísimas
resistencias”, recuerda. En muchas ocasiones, de forma subterfúgica, al mar-
gen de la estructura del colegio y de la inspección: en España, el BOE establece
contenidos, criterios de evaluación y estándares de cada asignatura que de-
ben cumplirse a rajatabla. Pero, como recuerda Jordi Jubany, maestro, antro-
pólogo y autor de Aprendizaje social y personalizado (UOC), “el planteamiento
valiente y comprometido hoy en día es pasar el foco del enseñar al aprender,
del protagonismo del profesor al aprendiz, de la comunicación jerárquica a
la horizontal”. Y eso no suele pasar por un mero rediseño de las asignaturas.
limitadas. Como alerta Acaso, “los colegios se han dado cuenta de que la innova-
ción no es una opción, sino que es algo que hay que hacer. Quien no vaya a centros
así se quedará atrás”. La pelota se encuentra ahora en el tejado del sistema
público
de educación, que no está ni se le espera a la hora de implantar nuevas metodo-
logías. Como explica Jubany, “venimos de un sistema creado para otra sociedad
donde se enseñaba lo mismo a todos de la misma forma”.
Otra de las dificultades para este tipo de propuestas es la reticencia por parte de
padres y alumnos, que temen ser conejillos de indias o que los niños se queden
atrás en un mundo competitivo. “La sociedad es un poco contradictoria, porque pide
muchas cosas a la educación pero al mismo tiempo la critica y no le da medios”, se
lamenta Aragay, aunque añade que “la sociedad está ansiosa de cambio”. Por ello, la
estrategia del centro presupone estas resistencias de profesores (“no es que los
pro-
fesores no quieran cambiar, es que se cuenta con ello para ayudar a minimizarlo”) o
los alumnos, que según él, “vienen contentos y dispuestos a aprender”.
Habrá que esperar hasta el final de curso para obtener los primeros resultados
sobre esta experiencia piloto y poder evaluar el sistema más allá de la satisfac-
ción manifestada de formas subjetiva por alumnos o profesores.
Es una más de las múltiples iniciativas que durante los últimos años están in-
tentando lavar la cara de la educación española, y que dejan en evidencia a los
poderes que deben decidir sobre lo que ocurre en los centros públicos, donde
están matriculados alrededor de 6 millones de niños. “Esta innovación sistémi-
ca es importante porque se realiza desde la cúpula, no por parte de personas
aislada”, concluye Acaso, que espera que “no sea una simple herramienta para
la matriculación y se quede en algo cosmético, que es el gran problema de la
innovación”. La profesora de la UCM lo tiene claro: “Es como en el momento
en el que se pasa del coche de caballos al automóvil: ya no hay marcha atrás”.