Predica - LA ORACIÓN DE EZEQUÍAS

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CITA BÍBLICA: 2 Reyes 19:1

TEMA: El poder de la oración


TÍTULO: LA ORACIÓN DE EZEQUÍAS

INTRODUCCIÓN:
¿Cuántos de nosotros muchas veces atravesamos por momentos de extrema dificultad, donde las aflicciones se
sobreponen ante todo lo que hacemos en nuestro diario vivir? ¿Cuántos nos sentimos agobiados por noticias que perturban
nuestra paz y nos generan ansiedad, pérdida de sueño, o nos sentimos solos? ¿Hemos pasado por algún momento así?
Tranquilo, es normal que atravesemos por ese tipo de situación. Si bien, muchas de esas situaciones son tácticas o ataques
del Enemigo a nuestras vidas; hay muchas de esas que simplemente son procesos por los cuales el Señor quiere que
pasemos.

Pero, durante estos procesos, ¿Encontramos respuesta? ¿Cómo actuamos ante este tipo de situaciones? ¿Cómo es nuestra
actitud ante el altar? Quiere que veamos cómo fue la actitud del rey Ezequías cuando se vio acorralado, y la angustia no
solo se apoderó de él, sino que del reino de Judá.

CONTEXTO:

(2 Re. 18:13-37; 19:1-37)

Había un rey malo llamado Senaquerib, y reinó en Asiria, pero muy presumiblemente según los registros históricos de la
época, Senaquerib aún era príncipe heredero, por lo que aún reinaba Sargón II, su padre. Fue durante este tiempo que
este "rey" inicia una campaña de invasión hacía el reino de Judá, por lo que decide tomarse todas las ciudades
fortificadas que se encuentran en el reino, empezando por Laquis, que fue una de las primeras instauradas por el rey
Roboam.

Ante esta ofensiva, el rey Ezequías decide intervenir en el plano físico, y envía una ofrenda de paz a Senaquerib, y este la
rechaza, enviando de regreso a los mensajeros que Ezequías envió, llevando también consigo un mensaje con tal de
engañar al pueblo, y que no dispongan su confianza sobre el rey de Judá. Sin embargo, el pueblo calló obedeciendo
plenamente al rey, mientras este rasgaba sus vestiduras en señal de duelo.

(Es aquí donde se lleva a cabo mi aplicación)

Hay tres verdades que debemos saber sobre esta historia:

1. EZEQUÍAS FUE ANTE LA PRESENCIA DEL SEÑOR. V. 1

● En momentos de angustia es importante que vayamos ante la presencia del Señor. En Hebreos 4:16, el autor nos
dice: "Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para
el oportuno socorro." Esa debe ser nuestra actitud, cuando veamos que no haya salida, pues si queremos alcanzar
misericordia ante el Señor, debemos doblar rodillas, y entrar CONFIADAMENTE a la presencia del Padre.
● El rey Ezequías sabía que solo en el Señor hallaría la respuesta a su angustia. Sumándole a esto, el relato nos dice
en ese mismo versículo, que luego que Ezequías rasgó sus vestiduras (recordemos que esta actitud se aplicaba en
aquella época para mostrar duelo, luto o dolor por algo o alguien. Jacob lo hizo cuando se enteró de la "muerte
de José", y en el peor de los casos, lo hizo Caifás cuándo Jesús confesó ser el hijo de Dios), este inmediatamente
entró en la casa de Jehová, una muestra de que debemos ser obedientes al Señor, y buscarlo cuando más lo
necesitemos.

2. EZEQUÍAS RECONOCIÓ LA SOBERANÍA DE DIOS. V. 14-20


● Una vez más, Ezequías entra ante la presencia de Dios, y levanta un clamor (v. 14-15). Pero reconozcamos que la
actitud de Ezequías fue de "humillación total". Pues el reconocer el poder de Dios sobre todos los reinos, nos
mostró a un Ezequías, que, aunque él fuese rey y tuviese poder y dominio sobre el reino de Judá y todo lo que
pudiese tener; el único que tiene poder y control sobre todo es DIOS.
● Cuando entremos ante la presencia del Señor, debemos hacerlo con un corazón humillado. Recordemos que el
Señor está presto a la oración del humilde, y no atiende a la oración de las personas que entran con un corazón
altivo (Salmo 138:6).
● Recordemos la parábola del fariseo y del publicano (Lucas 18:9-14), donde Jesús nos muestra el panorama de un
fariseo que no hacía nada más que echarse pañitos de agua tibia en su oración, y exaltarse por no ser como el
publicano (en su condición de pecador). No obstante, el publicano nos muestra sencillez de corazón y humildad,
pedía a Dios misericordia porque él era pecador. Al final Jesús nos dice que hubo respuesta. ¿Para quién? Por
supuesto que para el publicano.
● Recordemos que no se trata de nosotros, se trata de Dios, y al entender esto, veremos respuesta a lo que tanto
hemos pedido.

3. EL SEÑOR RESPONDE. V. 20

● Es así, como luego de que Ezequías clamara al Señor por respuesta, al final la recibió. Porque con humildad
clamó al Rey de reyes, y el Señor mediante el profeta Isaías, trajo respuesta.
● El Señor está presto a nuestro clamor. En Salmos 10:17 nos dice: "El deseo de los humildes oíste, oh Jehová; tú
dispones su corazón, y haces atento tu oído.", pero también el profeta Jeremías nos dice en Jeremías 33:3 que:
"Clama a mí, y yo te responderé..."
● No creas a veces que Dios se hace el sordo. No es Dios, somos nosotros, y como dije anteriormente, cuando
entendamos esto veremos como todas nuestras peticiones y nuestras súplicas serán respondidas. Porque "clama el
justo, y Jehová oye." (Sal. 34:17)

CONCLUSIÓN:
Ahora que has leído esto te pregunto: ¿Cómo debemos actuar ante las afrentas y dificultades? Muchas veces no actuamos
así, pero no debemos olvidar que, entrando al altar, con humildad de corazón, veremos la respuesta a nuestra oración.
(ANÉCDOTA)

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