Marruecos
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Libertad de expresión
Las autoridades seguían atacando a personas críticas y activistas en Marruecos y el
Sáhara Occidental. Investigaron, procesaron y encarcelaron al menos a siete
periodistas y activistas por criticar al gobierno, así como a personas que hablaban
en Internet sobre religión o expresaban su solidaridad con activistas.
En marzo, la policía de la ciudad de Settat citó e interrogó a Brahim Nafai, profesor y
miembro de la organización juvenil Vía Democrática, por compartir en las redes
sociales publicaciones en las que se hacía un llamamiento al boicot del combustible.
Brahim no fue informado de ningún seguimiento, pero el caso seguía abierto.
En abril, un tribunal de la ciudad de Casablanca condenó a la defensora de los
derechos humanos Saida Alami a dos años de prisión por unas publicaciones en
redes sociales en las que se denunciaba la represión de periodistas y activistas. En
septiembre, el tribunal de apelación de Casablanca aumentó la pena a tres años.
Saida Alami permanecía en prisión.
En junio, un tribunal de la ciudad de Tánger absolvió en apelación a Fatima Zahra
Ould Belaid, activista y miembro de la Asociación por la Tributación de las
Transacciones Financieras y la Acción Ciudadana de Marruecos (ATTAC
Marruecos) y del Comité para la Abolición de las Deudas Ilegítimas. La policía la
había detenido en noviembre de 2021, acusada de haber organizado protestas
“ilegales” en la universidad de Tánger.
En agosto, el tribunal de primera instancia de la ciudad de Oued Zem condenó a la
bloguera Fatima Karim a dos años de prisión, en virtud del artículo 267-5 del Código
Penal, por “insultar” al islam en publicaciones en las redes sociales.1
En noviembre, un tribunal de Casablanca condenó al defensor de los derechos
humanos Rida Benotmane a tres años de prisión por “insultar a un órgano regulado
por ley”, “insultar a funcionarios públicos mientras cumplían con su deber” y “difundir
y distribuir denuncias falsas” por unas publicaciones en Internet en las que criticaba
a las autoridades por ignorar las demandas de justicia social.2 Rida Benotmane
permanecía en prisión.
Derecho a la privacidad
En marzo, el análisis efectuado por el Laboratorio sobre Seguridad de Amnistía
Internacional concluyó que dos teléfonos pertenecientes a la defensora de los
derechos humanos saharaui Aminatou Haidar habían sido atacados e infectados
con el programa espía Pegasus de NSO Group.3 El análisis de Amnistía
Internacional mostró que uno de sus teléfonos contenía rastros de ataques de
Pegasus que se remontaban a septiembre de 2018, y el otro tenía más rastros de
infección en octubre y noviembre de 2021.
Derechos Lgbt:
En junio, el índice LGBTQ+ Travel Safety de Asher & Lyric clasificó a Marruecos
como el 30 país más inseguro del mundo para viajeros LGBTI. El índice mencionaba
el artículo 489 del Código Penal marroquí, que castigaba la conducta sexual entre
personas del mismo sexo o los actos “contra natura” con penas de seis meses a tres
años de prisión, además de multas.
En junio, el Ministerio de Cultura se negó a incluir el libro de Fatima Zahra Amzka
Lesbian Diaries en la Feria Internacional del Libro de Rabat 2022 después de que se
lanzara una campaña con etiquetas como #NoToHomosexuality. El ministro de
Cultura dijo que el libro jamás había sido autorizado para la Feria.
La campaña #Fetrah (“primitivo”, “naturaleza” o “instinto” en árabe), que promovía la
idea de que sólo hay dos géneros y se oponía a quienes defendían los derechos
LGBTI, se hizo viral en Marruecos. Facebook cerró su página en julio, pero las
autoridades marroquíes no la denunciaron.
En julio, el Comité de la CEDAW pidió a Marruecos que derogara los artículos del
Código Penal que criminalizaban a las personas LGBTI.