El Robo Del Sáhara
El Robo Del Sáhara
El Robo Del Sáhara
Thomas M. Franck*
Thomas M. Franck*
Introducción
** N. del T.- El autor se refiere al número de saharauis mayores de edad con derecho a voto, conforme
al censo elaborado por España en 1975.
1
Para un resumen reciente del examen del caso de Belize por la ONU, véase The Report of the Special
Committee on the Situation With Regard to the Implementation of the Declaration on the Granting of
Independence to Colonial Countries and Peoples [Informe del Comité Especial sobre la Situación relativa
a la Aplicación de la Declaración sobre la Concesión de la Independencia a los Países y Pueblos
Coloniales], UN Doc. A/10023/Add.8 (Part III), pp. 15-29 (1975).
2
de Somalia sobre Yibuti2 y de Argentina sobre las Islas Malvinas3. Tan
pronto como Marruecos y Mauritania solidificaron su ocupación del Sáhara
en febrero de 1976, Marshal Idi Amin, [presidente] de Uganda, reclamó
como propias extensas partes de Kenya y de Sudán basándose en la
afinidad tribal y la historia4. En su momento, una Palestina árabe casi con
toda seguridad planteará reivindicaciones territoriales contra Israel. De
hecho, puede que no transcurra mucho tiempo antes de que Marruecos
renueve sus intenciones –actualmente en reposo- sobre su socio,
Mauritania5. Las reivindicaciones de derechos históricos sobre territorios han
tendido a quedar limitadaas por la insistencia de la comunidad internacional
en que las fronteras establecidas tienen que ser respetadas y sólo pueden
ser modificadas con el libre consentimiento del pueblo que vive en cada
territorio. Marruecos y Mauritania, con la ocupación del Sáhara sin el
consentimiento de su población, han conseguido frustrar la aplicación de
esta norma y han hecho que el sistema internacional dé un paso claro hacia
un nuevo conjunto de expectativas mutuamente compartidas sobre el
comportamiento de los Estados –incipientes nuevas normas- que son, con
mucha mayor probabilidad que las reglas anteriores, generadoras de
conflictos, aun cuando sus líneas generales sólo se perciben, de momento,
vagamente.
2
El London Times ha señalado que “si Francia se retira completamente, parece seguro que Somalia,
siguiendo el ejemplo de Marruecos en el Sáhara Español, lo invadirá [Yibuti] durante los subsiguientes
disturbios entre las facciones Issa y Afar”. The Times (Londres), 6 de febrero de 1976, p. 15 (editorial).
Para un resumen reciente del examen de este caso por la ONU, véase The Report of the Special
Committee on the Situation With Regard to the Implementation of the Declaration on the Granting of
Independence to Colonial Countries and Peoples [Informe del Comité Especial sobre la Situación relativa
a la Aplicación de la Declaración sobre la Concesión de la Independencia a los Países y Pueblos
Coloniales], UN Doc. A/10023/Add.6 (Part II) (1975).
3
Nota 1 supra, pp. 3-14.
4
The Times (Londres), 17 de febrero de 1976, p. 7; 20 de febrero de 1976, p. 6; 25 de febrero de 1976, p.
7.
5
Marruecos se ha opuesto durante mucho tiempo a la independencia de Mauritania. En el histórico debate
sobre la Resolución 1514 (XV), Marruecos acusó a Francia de intentar “dividir Marruecos y romper la
unidad de su territorio nacional mediante la creación de un Estado artificial en la zona del sur de
Marruecos que los colonialistas llaman Mauritania. La población de esa zona ni siquiera conoce la
palabra ‘Mauritania’. Si usted le dice a un beduino de esa denominada Mauritania que usted está en
Mauritania, no comprenderá de qué le está usted hablando”. 15 GAOR 947, p. 1271 (1960)
(Observaciones del Sr. Ben Aboud, Representante de Marruecos).
3
del Tercer Mundo a perseguir sus intereses nacionales mediante la agresión
militar, en lugar de mediante la ley y la diplomacia. Nada de lo que
acontece en el terreno de las relaciones internacionales funciona tan bien
como el éxito, y tanto en Angola como en el Sáhara el uso de la fuerza ha
funcionado sin mucha oposición del resto de la comunidad internacional.
Estos acontecimientos en África han sido imitados en Asia con la ocupación
de Timor Oriental por Indonesia, otro lugar donde las reivindicaciones
históricas, geográficas y étnicas fueron hechas valer mediante el recurso a
las armas.6 En la medida en que esta lección se toma en serio, el mundo
será un lugar cada vez más peligroso –consideración ésta agravada con el
salto del Tercer Mundo al armamento sofisticado.
6
Se estima en casi 60.000 el número de timorenses asesinados en el transcurso de la descolonización del
Territorio. N. Y. Times, 15 de febrero de 1976, p. 11.
7
The Times (Londres), 2 de abril de 1976, p. 11.
8
N.Y. Post, 28 de abril de 1976, p. 17.
9
N.Y. Times, 27 de febrero de 1976, p. 3.
10
Id., 1 de marzo de 1976, p. 3.
11
Id., 28 de febrero de 1976, p. 6; Id., 8 de marzo de 1976, p. 7.
4
pasará mucho tiempo antes de que otros Estados se vean forzados a elegir
bando.12
La población saharaui
12
En la reunión de Ministros de Asuntos Exteriores celebrada en Addis Abeba a principios de marzo de
1976, se informó de que unos veinte Estados africanos estaban a favor del reconocimiento del
POLISARIO. Id., 1 de marzo de 1976, p. 3.
13
Id., 22 de febreo de 1976, p. 1.
14
Sobre la trayectoria histórica de EE.UU con respecto a la autodeterminación, véase Pomerance, The
United States and Self-Determination: Perspectives on the Wilsonian Conception, AJIL, Vol. 70, Nº 1
(1976).
5
266.000 kilómetros cuadrados, casi exactamente el tamaño de Colorado.15
Muchos de ellos son pastores nómadas del desierto que cuidan rebaños de
camellos, cabras y ovejas, si bien en el transcurso de los últimos años se ha
producido un considerable asentamiento urbano en la capital, El Aaiún, que
antes de la salida de España tenía una población civil de casi 30.000
personas, así como también en Smara y Villa Cisneros, con unos 7.000 y
5.500 habitantes respectivamente.16 Esas cifras no incluyen a los saharauis
que han estado viviendo en países vecinos, especialmente Marruecos y
Argelia, ya sea por razones políticas o económicas. Las mejores
estimaciones del número de esos exilados han oscilado entre la cifra de
10.000 facilitada por España y un máximo de aproximadamente 50.000
según los movimientos de liberación y los Estados vecinos.17 Dado que tanto
Marruecos como Mauritania han adoptado la posición de que los saharauis
son ciudadanos suyos, no existían fronteras para contener o incluso
registrar sus desplazamientos, ni siquiera en la época colonial [española].
Los vínculos sociales y étnicos entre los habitantes del Sáhara Occidental y
aquellos otros cercanos de Marruecos, Mauritania y Argelia hacen
particularmente difícil concretar de un modo definitivo quién es y quién no
es saharaui. (Así por ejemplo, uno de los dirigentes exilados del POLISARIO
es Ahmed Baba Miske, ex embajador de Mauritania ante las Naciones
Unidas y Washington). Este hecho cobró relevancia política cuando se
planteó el debate sobre un referéndum de autodeterminación. Mediante los
apaños “correctos”, la votación podría fácilmente sesgarse importando
marroquíes y mauritanos que aparentarían ser saharauis.18
15
Informe de la Misión Visitadora de Naciones Unidas al Sáhara Español, 1975, en The Report of the
Special Committee on the Situation With Regard to the Implementation of the Declaration on the
Granting of Independence to Colonial Countries and Peoples [Informe del Comité Especial sobre la
Situación relativa a la Aplicación de la Declaración sobre la Concesión de la Independencia a los Países y
Pueblos Coloniales], UN Doc. A/10023/Add.5, Anexo, p. 26 (1975). [Citado en lo sucesivo como Misión
Visitadora].
16
Id., p. 27.
17
Id., p. 28.
18
Un excelente y breve resumen de la demografía saharaui lo proporciona el Informe de la Misión
Visitadora de la ONU al Territorio en 1975. En él se afirma que:
“la población autóctona del Territorio está compuesta en su mayor parte por personas de raza mora o
beduina, raza que está unida por una lengua común, el hassania (una variante del árabe), y por
fuertes vínculos culturales y tradicionales… La unidad social básica, la familia, no está pensada
como un grupo independiente, sino como formando parte de un grupo social (la fracción), y de un
grupo de familias (la subfracción) de una tribu…, que en la mayor parte de los casos se extiende
mucho más allá de las fronteras políticas del Territorio. Así, la mayoría de los saharauis se identifican
estrechamente con otros miembros de su tribu, por ejemplo los Erguibat, Ait Lahsen, y Ulad Delim,
por mencionar sólo tres, que se encuentran también en Mauritania, Marruecos y Argelia. Esto está en
conformidad con la antigua tradición por la cual los diversos grupos tribales han practicado el
6
Esta dificultad, aun siendo importante tenerla presente al valorar las
tácticas de descolonización empleadas en el caso del Sáhara Español, en
absoluto carece de precedentes en África. De hecho, es la regla, en lugar de
la excepción, que las fronteras de esas nuevas naciones reflejen la
arrogante indiferencia de las potencias coloniales para con los grupos
tribales y las rutas de paso de los nómadas. En prácticamente todos los
Estados africanos hay tribus con estrechos vínculos históricos y sociales que
sobrepasan las fronteras políticas. En algunas regiones, como en el caso de
Ogaden, en el Cuerno de África, el problema es tan grave como y similar al
del Sáhara Occidental. Además, la Historia es un manantial de injusticias y,
en muchos casos, la memoria de los agraviados se remonta a tiempos muy
lejanos. La cuestión es si, por mor de reparar antiguos agravios habría que
infligir nuevas injusticias traumáticas a los actuales habitantes de un
territorio.
Los precedentes en tales casos, con anterioridad a los casos del Sáhara
Occidental y Timor, son relativamente coherentes y sencillos. Por lo general,
a los Estados vecinos no se les ha permitido robar territorios adyacentes por
el mero hecho de alegar derechos históricos; los reajustes de fronteras
deben ser el resultado de la expresión de la voluntad libremente expresada
de quienes se ven sometidos al reajuste en cuestión. La supremacía de la
autodeterminación contemporánea frente a las reivindicaciones históricas y
la reparación de antiguas injusticias se basan en dos consideraciones. En
nomadismo en amplias zonas sin tener en cuenta las fronteras políticas impuestas por los regímenes
coloniales; de hecho, ello era una característica intrínseca de un sistema económico tradicional
basado en una continua búsqueda de pasto y agua, y en el cual la propiedad de la tierra era algo
desconocido. Actualmente, aunque el nomadismo está en declive, hay todavía un marcado sentido de
parentesco entre los miembros de las tribus y sus subdivisiones, que están a horcajadas entre las
fronteras del Territorio y los países vecinos, y muchos saharauis han dejado el Territorio ya sea para
vivir permanentemente con sus familiares y parientes en los países vecinos, ya sea para establecerse
temporalmente por razones económicas (incluida la sequía), o porque son exilados y refugiados
políticos. Por esta razón, por ejemplo, en la provincia marroquí de Tarfaya o en las regiones
limítrofes de Mauritania es extremadamente difícil determinar quién de entre ellos es un saharaui
autóctono del Territorio.” Id.
7
primer lugar, se parte de la hipótesis de que cualquier otro enfoque
conduciría a conflictos interminables en la medida en que los Estados
modernos se sometiesen a la presión de incorporarse a un proceso de
revisión de fronteras para regresar a no se sabe cuál situación histórica
previa y de validez igualmente incierta. Y en segundo lugar, es un hecho
ampliamente constatado que Estados o incluso colonias con fronteras
establecidas y poblaciones bien definidas, independientemente de la manera
injusta o fortuita como se haya llegado a ello, enseguida desarrollan una
lógica propia de cohesión estatal que no debería descartarse a la ligera.
Es por esas razones por las que los Estados africanos han insistido en que
cualquier colonia, en la fase final de la descolonización, tiene que ejercer su
“derecho” de autodeterminación dentro de los límites de las fronteras
establecidas. Incluso aunque, en algunos casos, esto tienda a perpetuar
ciertas injusticias históricas o ciertos problemas culturales, se ha reconocido
que otras alternativas son peores. Intentar un rediseño completo del mapa
de África en base a antiguas reivindicaciones o a vínculos tribales sólo
conduciría al caos, la guerra y a destejer el sistema de Estados del
Continente. Los dirigentes del África post-independencia comprendieron
que, aunque había injusticias, éstas podían resolverse mejor mediante
arreglos funcionales entre Estados soberanos, tales como servicios y
mercados comunes regionales, derechos de libre circulación a través de las
fronteras y, tal vez, federaciones.
De manera que fue ante la insistencia del Tercer Mundo por lo que el que el
hito de la Declaración de las Naciones Unidas sobre la Concesión de la
Independencia a los Países y Pueblos Coloniales19, al tiempo que
proclamaba que “todos los pueblos tienen el derecho a la
autodeterminación”20, también advertía de que “cualquier intento de ruptura
parcial o total de la unidad nacional y la integridad territorial de un país es
incompatible con los objetivos y principios de la Carta de las Naciones
Unidas”.21 Y la Organización para la Unidad Africana ha reforzado la norma
de que los territorios tienen que ejercer su derecho a la autodeterminación
19
G.A. Res. 1514, 15 GAOR Supp. 16, pp. 66-67, UN Doc. A/4684 (1966).
20
Id., Art. 2.
21
Id., Art. 6.
8
dentro de las fronteras coloniales establecidas.22 Si un territorio desea
unirse a uno o varios Estados vecinos, tendrá el derecho a manifestar esa
preferencia en el proceso de descolonización, pero tiene que ser la libre
decisión de la mayoría de esa colonia concreta; y un territorio con fronteras
reconocidas no puede ser absorbido ni desmembrado en contra de la
voluntad de sus habitantes.
22
OAU Assembly AHG/Res. 17(I), Cairo Ordinary Session, 17-21 July 1964. Véase también la Carta de
la Organización para la Unidad Africana, Artículo III (3), que promete “respeto a la soberanía y a la
integridad territorial de cada Estado y a su inalienable derecho a la existencia independiente”.
23
G.A. Res. 850, 9 GAOR Supp. 21, p. 28 UN Doc. A/2890 (1954).
9
En consecuencia, las Naciones Unidas supervisaron plebiscitos o elecciones
en Togolandia Británica en 1956, en Togolandia Francesa en 1958, en la
británica Camerún del Norte en 1959 y 1961, en Camerún del Sur en 1961,
en la Ruanda-Urundi administrada por Bélgica en 1961, en Samoa
Occidental en 1962, y en Papúa-Nueva Guinea en 1972.24 Representantes
del Consejo de Administración Fiduciaria de la ONU (UN Trusteeship
Council) también asistieron como observadores al controvertido plebiscito
en las [Islas] Marianas en junio de 1975, en el cual la mayoría votó por
separarse de las Islas del Pacífico en fideicomiso de EE.UU. y convertirse en
Commonwealth en unión política con los Estados Unidos.25
24
Fifteen Years of the United Nations Declaration on the Granting of Independence to Colonial
Countries and Peoples, 2 DECOLONIZATION, No. 6, p. 19 (1975) [En lo sucesivo, citado como Fifteen
Years].
25
Id., p. 22.
26
G.A. Res. 1654, 16 GAOR Supp, 17, p. 65, UN Doc A/5100 (1961).
27
Fifteen Years, Nota 24 supra, p.19. Están enumerados aquí los numerosos casos de elecciones y
plebiscitos de autodeterminación en los que la Asamblea General de NN.UU pidió implicarse como
observador y supervisor, una implicación unas veces bienvenida y otras no por la autoridad colonial
correspondiente.
10
con Nueva Zelanda.28 En 1967, la Asamblea General recomendó la
celebración de elecciones generales previas a la independencia en Guinea
Ecuatorial con la participación de la ONU, y en 1968 España cumplió esa
petición.29 La ONU también ha participado en votaciones de
autodeterminación en el Territorio neozelandés de Niue en 197430 y, en ese
mismo año, actuó de observador en el referéndum de las Islas Ellice,
mediante el cual los votantes decidieron convertirse en una colonia
separada con el nombre de Tuvalu.31
28
G.A. Res. 2005, 19 GAOR Supp. 15, p. 7, UN Doc. A/5815 (1965).
29
G.A. Res. 2355, 22 GAOR Supp. 16, pp. 54-55, UN Doc. A/6716 (1967).
30
G.A. Res. 3285, 29 GAOR Supp. 31, p. 98, UN Doc. A/9631 (1974).
31
Fifteen Years, Nota 24 supra, p.21.
32
3 Repertory of Practice of UN Organs, Supp. No. 3, (period 1959-1966), p. 98; véase también 19
GAOR Supp. 1A, pp. 8-9, UN Doc. A/5801/Add.1 (1964).
33
G.A. Res. 2353, 22 GAOR Supp. 16, p. 53, UN Doc. A/6716 (1967).
34
22 GAOR, Annexes, Addendum to Agenda Item No. 23 (Part II), p. 238, UN Doc. A/6700/Rev.1
(1967).
11
En el caso de la descolonización de West Irian, la ONU, en una votación
controvertida y profundamente dividida35 que dejaba presagiar los debates
sobre el Sáhara, votó aceptar como válido el “acto de libre elección”
organizado por Indonesia, que implicaba no una votación secreta sino
solamente “consultas colectivas” celebradas al tiempo que la Administración
indonesia “ejercía en todo momento un férreo control político sobre la
población”.36 El delegado de Sierra Leona en la Asamblea General de la ONU
manifestó su temor, de su propia delegación y de otras delegaciones, de
que los mismos argumentos que estaban siendo utilizados por Indonesia en
contra de aplicar a West Irian estándares internacionales de elecciones
libres, abrirían la puerta para que otros países, como Sudáfrica, Portugal y
Rodesia del Sur denegaran la autodeterminación a sus mayorías africanas
negras, promoviendo, en cambio, unas “consultas” amañadas.37
35
G.A. Res. 2504, 24 GAOR Supp. 30, p. 3, UN Doc. A/7630 (1969). Antes de ratificar el “acto de libre
elección”, la Asamblea General rechazó una enmienda presentada por Ghana que habría dado a la
población de West Irian una oportunidad adicional para expresar su voluntad. La enmienda de Ghana fue
derrotada por una votación de 60 contra 15, y 39 abstenciones.
36
Informe del Secretario General relativo al acto de autodeterminación en West Irian, 24 GAOR,
Annexes, Agenda Item No. 98, p. 2, UN Doc. A/7723 (1969).
37
Informe del Secretario General sobre el Trabajo de la Organización, 25 GAOR, Supp. 1, p. 64, UN
Doc. A/8001 (1970).
38
Francia se negó a aceptar la presencia de Naciones Unidas durante el referéndum, celebrado en 1967,
sobre el futuro de Somalia Francesa.
12
El infructuoso esfuerzo de Naciones Unidas para garantizar el
derecho de los saharauis a la autodeterminación
13
mundial no tolerarían entonces una “reunificación” a la fuerza, el régimen
de Rabat, en una reunión del Comité Especial de la ONU celebrada en Addis
Abeba, en agosto de 1966, tomó de hecho la iniciativa al proponer que al
Sáhara y a las otras colonias españolas “debería concedérseles la
independencia tan pronto como fuera posible” 43
(énfasis del autor). Esa
independencia, añadían, tiene que ser genuina, “permitiendo a los
habitantes de esos Territorios ejercer por sí mismos todas las
responsabilidades del poder, sin presencia colonial alguna” y eligiendo “la
vía más adecuada para sus intereses… dentro del marco de la unidad
africana”44, con lo que Rabat esperaba que libremente decidieran unirse a
Marruecos.
Una posición similar fue adoptada en esa misma reunión de 1966 por el
gobierno de Mauritania, cuyo representante también insistió en los derechos
históricos de su país respecto al Sáhara Occidental, al tiempo que señalaba
que el Presidente de Marruecos [sic; N. del T.: Evidentemente, se trata de
un error] había caracterizado las reivindicaciones de Marruecos de “tan
ridículas como las que Inglaterra pudiera hacer ahora contra Francia bajo el
pretexto de que, en los tiempos de Juana de Arco, París y una gran parte de
Francia habían estado ocupadas por los ingleses” . No obstante, también
45
43
Id. p. 604.
44
Id. p. 605.
45
Id. p. 607.
46
Ibid.
14
con los gobiernos de Mauritania y Marruecos y cualquier otra parte
interesada, el procedimiento para la celebración de un referéndum bajo los
auspicios de Naciones Unidas con vistas a hacer posible que la población
autóctona del Territorio ejerza libremente su derecho a la
autodeterminación, y, para este fin:
47
G.A. Res. 2229, 21 GAOR Supp. 16, pp. 72-73, UN Doc. A/6316 (1966).
48
Ibid.
49
22 GAOR, Annexes, Addendum to Agenda Item No. 23, p. 209. UN Doc. A/6700/Rev. 1 (1967).
50
G.A. Res. 2354, 22 GAOR Supp. 16, pp. 53-54, UN Doc. A/6716 (1967).
15
Misión especial de Naciones Unidas para supervisar la autodeterminación en
el territorio.51
51
La resolución de 1968 es G.A. Res. 2428, 23 GAOR Supp. 18 pp. 63-64, UN Doc. A/7218 (1968). La
resolución de 1969, que también “lamenta que todavía no haya sido posible celebrar las consultas que la
Potencia Administradora iba a organizar en relación con la celebración de un referéndum”, es G.A.
Res2591, 24 GAOR Supp. 30, pp. 73-74, UN Doc. A/7630 (1969). Las resoluciones aprobadas entre 1970
y 1973 son: G.A. Res. 2983, 27 GAOR Supp. 30, pp. 84-85, UN Doc. A/8730 (1972); G.A. Res. 3162, 28
GAOR Supp. 30, pp. 110-111, UN Doc. A/9030 (1973).
52
Carta de fecha 8 de septiembre de 1966, del Representante Permanente de España ante la Naciones
Unidas dirigida al Presidente del Comité Especial, 21 GAOR, Annexes, Addendum to Agenda Item No.
23, Annex, p. 621 (1966).
53
Misión Visitadora, Nota 15 supra, p. 24.
16
Sin duda, un factor primordial en este endurecimiento de las posiciones fue
la creciente evidencia de que el Sáhara Español, lejos de ser un erial sin
utilidad alguna, contenía grandes riquezas minerales. Los abundantes
yacimientos de fosfatos de Bu-Craa, directamente extraíbles, están situados
a tan sólo 97 km. de la costa. Cuando estén plenamente operativas, esas
minas producirán hasta unos 10 millones de toneladas de fosfato para la
exportación.54 Se han descubierto minas de hierro en varias zonas y hay
expectativas de encontrar petróleo en la importante plataforma continental
del Sáhara Occidental.55 En opinión de las autoridades españolas, la
industria de los fosfatos podría proporcionar a la actual población del
territorio una renta por habitante “igual a la de algunos países desarrollados
de Europa”.56 Las autoridades marroquíes, por su parte, manifiestan que
consideran una injusticia el restringir unos recursos tan enormes a una
población pequeña y, en privado, dicen que “un Kuwait en el mundo árabe
ya es suficiente”.
54
Id, p. 40.
55
Ibid.
56
Id. Pp. 40-41.
57
Contestación a la Comunicación de la Asamblea General del Sáhara por el Jefe del Estado español. UN
Doc. A/9176, Annex IV, p. 1 (1973).
58
G.A. Res. 3162, 28 GAOR Supp. 30, pp. 110-111, UN Doc. A/9030 (1973).
59
NAC/FM/CONF.1/Res.5/august 12, 1972, THE GEORGETOWN DECLARATION, THE ACTION PROGRAMME FOR
ECONOMIC CO-OPERATION AND RELATED DOCUMENTS, CONFERENCE OF FOREIGN MINISTERS OF NON-
ALIGNED COUNTRIES, Georgetown, Guyana, August 8-12, 1972; OAU Council Res. CM/Res.301 (XXI), OAU COUNCIL OF
MINISTERS, Addis Ababa, May, 1973; Res. No. 6, IV CONFERENCE OF HEADS OF STATE OR GOVERNMENT OF NON-
ALIGNED COUNTRIES, Algiers, 5-9 September, 1973; FUNDAMENTAL TEXTS, DECLARATIONS, RESOLUTIONS,
ACTION PROGRAMME FOR ECONOMIC CO-OPERATION.
17
En julio de 1974, España, después de haber informado a Marruecos,
Mauritania y Argelia, reveló un nuevo ordenamiento jurídico para el Sáhara
que aumentaba sustancialmente las competencias de la Yemáa.60 Seis
semanas después, Madrid anunció que, por fin, celebraría un referéndum
bajo los auspicios de Naciones Unidas durante el primer semestre de
1975.61
60
Carta de fecha 10 de julio de 1974, del Representante Permanente de España ante la Naciones Unidas
dirigida Secretario General, UN Doc. A/9655 (1974).
61
Carta de fecha 20 de agosto de 1974, del Representante Permanente de España ante la Naciones Unidas
dirigida Secretario General, UN Doc. A/9714 (1974).
62
Report of the Special Committee on the Situation With Regard to the Implementation of the Declaration
on the Granting of Independence to Colonial Countries and Peoples Covering its Work During 1974
[Informe del Comité Especial sobre la Situación relativa a la Aplicación de la Declaración sobre la
Concesión de la Independencia a los Países y Pueblos Coloniales sobre la labor realizada en 1974], UN
Doc. A/9623/ Add.4 (Part II), p. 23 (1974).
18
una votación libre empezó a emerger como política pública. El 8 de Julio, el
rey Hassan II, en su discurso del Día de la Juventud, reafirmó la
reivindicación histórica de Marruecos sobre el Sáhara y amenazó con una
movilización general en caso necesario “para recuperar los territorios
usurpados”.63 Hasta ese momento, no obstante todas las resoluciones de
NN.UU y las decisiones de las conferencias de los Países No Alineados y de
los Países del Magreb, Rabat estaba convencida de que España en su
momento se avendría a negociar una unión entre Marruecos y el Sáhara
Occidental. Pero cuando, en lugar de eso, España inesperadamente accedió
a los requerimientos de la Asamblea General para llevar a cabo un plebiscito
de autodeterminación, Marruecos tuvo que improvisar de repente toda una
nueva estrategia. Tomó la decisión de que la cuestión fuera sometida al
Tribunal Internacional de Justicia, con lo cual por lo menos se aseguraba el
aplazamiento del referéndum durante el tiempo en que la Corte estuviera
deliberando. También se decidió que la consulta al Tribunal se limitaría al
examen de la validez de la reivindicación marroquí del título histórico, de tal
manera que se hiciera de ese asunto una cuestión dispositiva. “Usted, el
Gobierno español, afirma que el Sáhara era ‘res nullius’", declaró el Rey
Hassan. “Ustedes afirman que se trata de un territorio o de una propiedad
sin heredero, usted afirma que en el Sáhara no había establecido poder ni
administración algunos; Marruecos alega lo contrario. En consecuencia,
vamos a solicitar el arbitraje del Tribunal Internacional…”64
63
Nota 60 supra, p. 2.
64
Carta de fecha 23 de septiembre de 1974, del Ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos dirigida al
Ministro de Asuntos Exteriores de España, UN Doc. A/9771, Annex, (1974).
65
Carta de fecha 20 de agosto de 1974, del Encargado de Negocios de la Misión Permanente de
Mauritania ante Naciones Unidas, dirigida al Secretario General, UN Doc. A/9715, Annex, p. 1, 2 (1974).
Véase también UN Doc. A/PV.2251, p. 82 (1974) (Sr. Ould Mouknass, Representante de Mauritania
dirigiéndose a la Asamblea General).
66
Le Monde, 27 de noviembre de 1975, pp. 1 y 5; The Economist, 13 de septiembre de 1975, p. 58.
19
Argelia respaldó a regañadientes la iniciativa marroco-mauritana, habiendo
sido persuadida de hacerlo así en nombre de la solidaridad del Tercer
Mundo. Después de todo –se argumentaba-, el retraso no implicaría más de
un año y en absoluto iba en contra del derecho de la población a adoptar la
decisión definitiva67. El error de cálculo de Argelia es comprensible: En los
debates en NN.UU, un país tras otro, al tiempo que estaban de acuerdo en
remitir el asunto al Tribunal, especificaban que esto no debía interpretarse
como una dejación del principio de autodeterminación.68 España, sin
embargo, recelaba más de los motivos marroquíes. En un esfuerzo por
contemporizar, Madrid ofreció apoyar la solicitud de un dictamen (advisory
opinion), pero sólo si estaba formulada de tal manera que se pidiera al
Tribunal examinar no solamente [la cuestión de] el derecho histórico
(historic legal title), sino también, “considerar los efectos legales de las
disposiciones de la Carta de las Naciones Unidas y las resoluciones de la
Asamblea General sobre la Potencia Administradora, los países colindantes
con el Territorio y, sobre todo, la población indígena”. 69 Marruecos, sin
embargo, rechazó la reformulación propuesta.70
67
UN Doc. A/PV.2265, pp. 57-60 (1974).
68
La Representante de Estados Unidos, Barbara White adoptó la posición que su país apoyaba en
principio la utilización del Tribunal, siempre que fuera posible, para la resolución de controversias
jurídicas.
69
UN Doc. A/C.4/SR.2126, p.7 (1974).
70
UN Doc. A/C.4/SR.2130, p.27 (1974).
71
UN Doc. A/C.4/SR.2131, p. 19 (1974).
72
Id., p. 8.
20
el propio pueblo del Sáhara Español… De hecho, se está pidiendo a Naciones
Unidas que trate a esa gente como muebles, en lugar de como personas.”73
Guatemala, por su parte, admitió con franqueza que había apoyado la
resolución como una forma de frenar el plebiscito, para crear así un
precedente para impedir a Honduras Británica (Belize) pedir la
autodeterminación.74
73
Id., p. 12.
74
Id., p. 25.
75
G.A. Res. 3292, 29 GAOR Supp. 31, pp. 103-104, UN Doc. A/9631 (1974).
76
Los otros miembros de la Misión fueron Marta Jiménez Martínez (Cuba) y Manouchehr Pishva (Irán).
77
Misión Visitadora, nota 15 supra, p. 4.
78
Id., p. 5.
21
El viaje de la Misión duró desde el 8 de mayo hasta el 9 de junio,
empezando en Madrid y terminando en Mauritania. Entre medias, viajó
ampliamente por el interior del Sáhara, así como también a Marruecos y
Argelia. Mantuvo conversaciones con los dirigentes de los gobiernos y con
miembros de los partidos políticos que habían empezado a formarse en el
Sáhara y entre los refugiados y exilados en los países vecinos. Todo indica
que se hizo un esfuerzo concienzudo de investigación rigurosa de los
hechos, y la Misión informó de la ausencia de cualquier medida, en los
países visitados, para interferir en la libertad de movimientos de la Misión.79
79
Id., pp. 7-14.
80
Id., p. 48.
81
Id., p. 50.
82
Id., p. 52.
22
[de la ONU], y durante la estancia de la Misión consiguió la deserción de dos
patrullas de las Tropas Nómadas y la captura de sus oficiales españoles.83
También paralizó la cinta transportadora que une las minas de fosfatos con
la costa. Como mínimo, esas actividades disiparon cualquier tipo de duda,
en la mente del equipo de la ONU, de que el mayor de los movimientos
independentistas no era precisamente el vehículo de las autoridades
españolas. Lejos de estar orquestada, la acogida dispensada [por la
población] a la Misión “sorprendió a las autoridades españolas, que, hasta
entonces, sólo habían sido parcialmente conscientes del profundo despertar
político de la población”.84
83
Id., pp. 52 y 63.
84
Id., p. 48.
85
Id., p. 55.
86
Ibid.
87
Ibid.
88
Id., p. 56.
89
Report of the Special Committee on the Situation With Regard to the Implementation of the Declaration
on the Granting of Independence to Colonial Countries and Peoples [Informe del Comité Especial sobre
23
La Misión concluía con la recomendación de que “"la Asamblea General
debería tomar medidas para permitir a esos grupos de población decidir su
futuro en completa libertad y en un ambiente de paz y seguridad..." 90 Con
ese fin, la Asamblea General debería autorizar al Secretario General a
nombrar una nueva Misión Visitadora para definir las condiciones en que
habría de celebrarse la consulta, “que se realizaría bajo los auspicios de las
Naciones Unidas.”91
24
Argelia, “no pueden tener ningún efecto práctico”94 porque no afrontan “el
principio fundamental que rige la descolonización”, la autodeterminación.95
El Tribunal atendió esas objeciones afirmando que, en efecto, cualesquiera
que fueran las preguntas que le habían sido formuladas, sus respuestas,
para ser completas, indudablemente tendrían que tener en cuenta “los
principios aplicables de la descolonización”, porque “son una parte esencial
del contexto de las preguntas contenidas en la solicitud. No cabe pensar
que la referencia en esas preguntas a un período histórico encadenen u
obstaculicen al Tribunal en el desempeño de sus funciones judiciales.”96
25
Tribunal, “fueron adoptadas ante los recordatorios, por parte de Marruecos
y Mauritania, de sus respectivas reivindicaciones de que el Sáhara
Occidental constituía parte integrante de sus territorios.”99 El Tribunal
concluía [señalando] que las normas aplicables a la descolonización exigen
respeto a “el derecho de la población del Sáhara Occidental a determinar su
estatus político futuro mediante la expresión libremente ejercida de su
propia voluntad. Este derecho no se ve afectado por la presente solicitud de
dictamen…”.100 [Así pues,] el Dictamen del Tribunal sobre el título histórico
en modo alguno podía considerarse como una excepción del derecho del
pueblo a decidir su destino contemporáneo.101 Mediante una lectura más
bien generosa de la solicitud de dictamen, el Tribunal pudo llegar a la
conclusión de que no se pretendía tal excepción, [sino] que el interés por la
cuestión del título histórico era probablemente sólo para hacer posible que
la Asamblea General decidiera "la celebración de consultas entre los Estados
interesados, y los procedimientos y garantías necesarias para asegurar una
libre y genuina expresión de la voluntad del pueblo".102
99
Id., p. 35.
100
Id., p. 36.
101
Id., pp. 36-37.
102
Id., p. 37.
103
Id., p. 48.
104
Id., p. 49.
26
en no proporcionar indicios de la existencia, en el período pertinente, de
cualquier vínculo jurídico de soberanía territorial entre el Sáhara Occidental
y el Estado marroquí.”105
105
Id., pp. 56-57.
106
Id., p. 68.
107
Id., p. 69.
108
Id., p. 176 (Opinión Disidente del Juez Ruda).
109
Esta expresión aparece en la Opinión Separada del Magistrado Dillard, donde considera que ese
concepto no era aplicable al Sáhara Occidental y que, por lo tanto, era innecesario que el Tribunal tratara
el principio de integridad territorial. Id., p. 120.
27
puede tener prioridad sobre el derecho de los habitantes a la
autodeterminación.
110
Comunicado de Prensa de la Misión Permanente de Marruecos ante las Naciones Unidas, 16 de
octubre de 1975, citado en UN Doc. S/PV.1849, p. 11 (1975).
111
Carta de fecha 18 de octubre de 1975, del Representante Permanente de Marruecos ante Naciones
Unidas al Presidente del Consejo de Seguridad. UN Doc. S/11852 (1975).
112
Carta de fecha 18 de octubre de 1975, del Representante Permanente de España ante Naciones Unidas
al Presidente del Consejo de Seguridad. UN Doc. S/11851 (1975).
28
Gobierno de Marruecos desista inmediatamente de la proyectada marcha
sobre el Sáhara Occidental.”113
113
Costa Rica, Proyecto de Resolución. UN Doc. S/11853 (1975).
114
S.C. Res. 377 [Resolución 377] (1975) aprobada por el Consejo de Seguridad en su Reunión 1850, el
22 de octubre de 1975.
115
Ibid.
116
Ibid.
29
búsqueda de una solución aceptable”.117 España, en particular, “estaba
dispuesta a cooperar plenamente con las Naciones Unidas, que podrían ser
llamadas a desempeñar un papel apropiado, pudiendo incluir la
administración temporal del Territorio por Naciones Unidas hasta el
momento en que pudieran determinarse los deseos de la población.”118
30
al Derecho Internacional; una iniciativa de tal naturaleza que alteraría el
equilibrio de esta región; y, finalmente, una decisión cuyas incalculables
consecuencias afectarían directamente la paz en esta región y las relaciones
futuras de todos los países limítrofes con el territorio del Sáhara
Occidental.”123 Denunció que otros países africanos estaban siendo ganados
para la posición marroquí bajo "condiciones" secretas y advirtió de que la
conquista del Sáhara por la fuerza “constituiría sin duda uno de los más
serios precedentes que jamás hayamos tenido ocasión de ver. Si situamos
esa iniciativa en el contexto africano…, estoy convencido”, añadió el
Representante [argelino] Sr. Rahal, “de que ni un solo país africano dejará
de ver las consecuencias, tanto en lo inmediato como a largo plazo, del
éxito de tal solución si se aplica a las diversas fronteras y problemas
territoriales que se presentan en el continente africano.” 124 Y a continuación,
manifestó:
“He sido autorizado por mi Gobierno para manifestar aquí, con toda
la solemnidad que esta declaración merece, que si el Consejo de
Seguridad y la comunidad internacional no están en condiciones de
asumir su responsabilidad, Argelia sí asumirá sus propias
responsabilidades…”125
31
ineficaz resolución más que “deploraba” la Marcha y hacía un llamamiento a
Marruecos para que se retirase del Territorio y reanudase las negociaciones
bajo los auspicios del Secretario General.128
128
S.C. Res. 380 (1975) , aprobada por el Consejo de Seguridad en su 1854 Reunión el 6 de noviembre de
1975.
129
La declaración de Mr. Joumaini se cita en UN Doc. S/PV.1854, pp. 26-27 (1975).
130
Informe del Secretario General en cumplimiento de la Resolución 379 (1975) del Consejo de
Seguridad relativa a la situación del Sáhara Occidental. UN Doc. S/11874, p. 4 (1975).
131
Id., p. 6.
32
solución en Madrid para repartir el botín. Con evidente disgusto, el
Secretario General informó de que él continuaría con sus consultas.132
33
particular importancia para la industria pesquera de las cercanas Islas
Canarias, que están pobladas casi en su totalidad por españoles.
En este último aspecto, sin embargo, los tres padrinos del acuerdo se
equivocaron. En un irónico giro final, la hasta entonces servil Yemáa –
ideada primero para ser esencialmente un dócil amigo apolítico de España y
reivindicada después por Marruecos como si se hubiera “pasado” a su
bando- se negó a seguir jugando papel alguno en el proceso. Ella misma se
autodisolvió con el fin de evitar tener que ratificar un rumbo de
acontecimientos en los que no había sido consultada.138 Para las potencias
anexionistas, este gesto importaba poco.
¿Cómo logró Marruecos esta victoria incruenta? Una de las claves parece
haber sido la enfermedad terminal, primero, y la muerte, después, del
general Franco, que fue el contrapunto en aquellos acontecimientos. Al
tiempo que la incapacidad del Caudillo paralizaba a gran parte del Gobierno
español, la iniciativa pasó a un pequeño grupo de conservadores en Madrid
respaldado por el Ejército y encabezado por el Presidente del Gobierno, Sr.
Carlos Arias Navarro. Esos “ultras”, algunos de los cuales se habían
convertido a regañadientes a la independencia del Sáhara sólo en el
supuesto de que ello ocurriera bajo los auspicios de la pro-española Yemáa
y el pro-español PUNS, ahora estaban a favor de una solución marroquí y
en contra de un Sáhara independiente dominado por el POLISARIO. Hacia
finales de octubre, el Sr. José Solís Ruiz, ministro y secretario general del
Movimiento falangista, fue autorizado a entablar negociaciones con los
ministros de Asuntos Exteriores marroquí y mauritano. Al tener
conocimiento de ello, Argelia envió su propia representación a Madrid con la
137
Nota 133 supra, Anexo II, p. 1.
138
THE ECONOMIST, 20 diciembre 1975, p. 50.
34
intención de participar en las negociaciones y conseguir el apoyo de los “no-
ultras”, en particular del príncipe Juan Carlos, que en esos mismos
momentos asumía los poderes del agonizante Franco, y del ministro de
Asuntos Exteriores, Sr. Cortina Mauri. En esos esfuerzos, Argelia tenía cierta
capacidad de maniobra, al ser España fuertemente dependiente de aquélla
para el abastecimiento de gas natural.
Por un momento, este punto final pareció tener éxito. Las negociaciones
tripartitas fueron aplazadas por el Príncipe, que, habiendo devenido Jefe del
Estado en funciones voló a El Aaiún y, el 2 de noviembre, se comprometió a
dirigir el Ejército español para defender el Territorio. Aún así, sin embargo,
el primer ministro marroquí, Ahmed Osman, llegó a Madrid y, tras una
reunión con Juan Carlos, se reanudaron las negociaciones con los “ultras”
españoles encabezados por Arias [Navarro]. A Juan Carlos, o no le hicieron
caso o consiguieron que desistiese de su idea. Después de dos días de
negociaciones, Osmán retornó a Marruecos con un proyecto de propuesta.
Parece que se acordó que la Marcha Verde marroquí continuaría como
estaba prevista, pero que sólo habría una ocupación simbólica, ya que la
Marcha se detendría poco antes de llegar a [donde estaba] la Legión
española, lo que permitiría a ambos gobiernos guardar las apariencias. Pero
detrás de lo que el representante de Argelia ante Naciones Unidas había
denominado “esta farsa”,139 se permitió que el Ejército regular de Marruecos
penetrase en el Sáhara para empezar la tarea de liquidar a las tropas del
POLISARIO.140
139
UN Doc. S/PV.1854, p. 36 (Representante Rahal, dirigiéndose al Consejo de Seguridad).
140
AFRICAN RESEARCH BULL., 1-30 noviembre 1975, p. 3837.
35
tropas de Mauritania iniciaron el bombardeo de la ciudad de La Güera, al sur
del Sáhara, que el POLISARIO había ocupado. A ello siguió una larga y
sangrienta batalla, que fue ganada gracias a la ayuda marroquí y tras
ocasionar un gran número de bajas.
EPÍLOGO
36
responsable ante Naciones Unidas para llevar a cabo un plebiscito de
autodeterminación tal como preveía la Parte A, se vio viciada por la Parte B,
que, de hecho, reconocía el nuevo estatus tripartito creado en el Sáhara por
los Acuerdos de Madrid. Puesto que el acuerdo tripartito ya estipulaba
exactamente cómo sería repartido el Sáhara Español entre Marruecos y
Mauritania, esperar que esos países fueran a llevar a cabo una “consulta
libre” después de haber ocupado sus respectivos sectores era como pedir
peras al olmo.
“Lamento esta evolución·”, dijo Waldheim respecto al papel que se le había asignado en esas
resoluciones contradictorias. “Es una evolución negativa: no podría darle a usted una respuesta más
clara…”. Id., p. 1243.
145
Hay que señalar que la segunda Resolución podría haber sido derrotada si la Asamblea, por mayoría
simple, hubiera determinado que ambas resoluciones eran “importantes”, con lo cual su aprobación
hubiera necesitado el voto favorable de dos tercios de los presentes y una votación acorde con el Artículo
18(3) de la Carta de las Naciones Unidas.
37
Occidentales de la O.U.A. [Organización para la Unidad Africana] –incluidas
Zambia, Lesotho, Kenya, Botswana, Swazilandia, Malawi y Ghana- votaron
a favor de la autodeterminación y en contra de la legitimación de los
Acuerdos de Madrid: Y esto, a pesar de la evidente ausencia de afinidad
política de esas naciones con Argelia o el POLISARIO.
La Resolución 3458(B), que pedía “consultas” entre las tres partes de los
Acuerdos de Madrid, enseguida devino flagrantemente inaplicable. Después
de que la Yemáa (el instrumento elegido por los ocupantes para [realizar]
las consultas) se autodisolviera, 54 de sus 103 miembros (incluidos 4
diputados de las Cortes Españolas) se unieron al POLISARIO y huyeron a
Argelia.146 El número de tránsfugas eventualmente llegó a 72, lo que obligó
al rey Hassan a declarar disuelta la Yemáa. 147 A finales de febrero de 1976,
algunos de esos tránsfugas parece que retornaron a El Aaiún, lo que
permitió al Rey convocar de nuevo a un retazo de la Asamblea para que
aprobara la partición y la anexión.148 Sin embargo, la credibilidad de ese
Ente había caído tan bajo que España prefirió dar por terminado su papel en
la administración tripartita dos días antes y no verse así implicada en una
“consulta” tan falsa.149 El Representante Especial del Secretario General, el
sueco Ulaf Rydbeck, regresó del Sáhara a finales de febrero para
recomendar que Naciones Unidas debiera negarse a legitimar las acciones
de Marruecos y Mauritania, que, junto con los combates y la falta de
seguridad en el Territorio, hacían imposible cualquier “consulta”
auténtica.150
146
UN Doc. A/PV.2435, p. 92 (1975). (Representante de Argelia, Sr. Rahal, dirigiéndose a la Asamblea
General); Le Monde, 9 de diciembre de 1975, p. 3.
147
NEWSWEEK, 26 de enero de de 1976, p. 35.
148
Conforme a las informaciones de la prensa, 65 miembros [de la Yemaá] tomaron parte en la votación,
que coincidió con la proclamación, por el POLISARIO, de la República Árabe Saharaui Democrática. N.
Y. Times, 28 de febrero de 1976, p. 6.
149
Id., 27 de febrero de 1976, p. 5, y entrevistas.
150
Id.; THE DIPLOMATIC WORLD BULL., No. 5, 8 de marzo de 1976, pp. 1237 y 1242.
151
La finalización de la Administración tripartita no disminuyó la voluntad del POLISARIO, o de
Argelia, de resistir. La prensa española informaba en enero de encarnizados combates entre las guerrillas
y las tropas mauritanas, incluso en las distantes ciudades sureñas de Villa Cisneros y Aargub, lejos de
donde estaban concentrándose los argelinos. En Villa Cisneros (Dakhla), el jefe del Ejército marroquí
comentó que sus hombres estaban allí “para proteger al Ejército mauritano”. WEST AFRICA, 26 de
38
haber amainado temporalmente. En opinión de expertos de Naciones Unidas
y de observadores africanos, la Unión Soviética, que se había beneficiado de
la reticencia de Estados Unidos en apoyar a sus “clientes” en Angola,
correspondió restringiendo el nivel de ayuda suministrada al POLISARIO y a
las fuerzas armadas argelinas.152 No obstante, tal descenso, aún en el caso
de que se produzca, no es probable que sea de larga duración. Los rusos no
tienen el monopolio en la capacidad de ayudar al POLISARIO. Corea del
Norte, por ejemplo, que ha reconocido al Gobierno del POLISARIO, podría
llenar cualquier hueco que dejaran las restricciones soviéticas. Y también
Libia ha señalado su disposición a apoyar el esfuerzo a largo plazo del
POLISARIO con dinero y armas.
enero de 1976, p. 124. Durante los meses de enero y febrero se repitieron “sangrientas batallas” entre las
columnas blindadas argelinas y el Ejército marroquí en torno al oasis de Amgala y Mahabes. N. Y.
Times, 28 de enero de 1976, p. 3. Id., 29 de enero de 1976, p. 8; Id., 12 de febrero de 1976, p. 2; Id., 16 de
febrero de 1976, p. 10; Id., 17 de febrero de 1976, p. 9.
Sin embargo, los efectos más lamentables fueron los sufridos por la población civil. En represalia
por la huida de los refugiados saharauis a Argelia, el Presidente Boumediene ya había expulsado
expeditivamente de su país a 30.000 civiles marroquíes (NEWSWEEK, 26 enero 1976, p. 35). El 6 de
febrero, Argelia denunció formalmente que las acciones militares de Marruecos y Mauritania estaban
“adquiriendo prácticamente las proporciones de un genocidio” (Carta de fecha 6 de febrero de 1976, del
Representante Permanente de Argelia ante las Naciones Unidas al Secretario General, UN Doc. A/31/48 y
S/11971, p. 7 (1976)). Según el POLISARIO, el 18 de febrero los marroquíes, utilizando aviones de
combate USA F-5, empezaron a atacar los campos de refugiados saharauis dentro de Argelia, en Um
Dreiga. En los primeros dos días se informó de la matanza de 45 civiles y de 378 heridos.
152
Esta opinión ha sido manifestada, en entrevistas, por diversas personas de alto rango del Secretariado
[General de la ONU]. También está recogida en JEUNE AFRIQUE, 13 de febrero de 1976, p. 20.
153
UN Doc. A/C.4/SR.2175, p. 15, 3 de diciembre de 1975.
39
más allá del Continente africano”.154 El representante de Zambia en el
Cuarto Comité de la Asamblea General señaló un claro “paralelismo entre
las reivindicaciones de Guatemala sobre Belize, de una parte, y las de
Marruecos y Mauritania sobre el Sáhara Español, de otra… Se estaban
practicando políticas de expansión y de anexión haciendo un absoluto caso
omiso de las aspiraciones de los habitantes de los territorios en cuestión y
se estaba pidiendo a las Naciones Unidas que bendijera esos injustos
proyectos.”155 En caso de hacerlo efectivamente así, ello “crearía un
precedente extremadamente peligroso y tendría implicaciones de largo
alcance para el trabajo futuro de Naciones Unidas en el terreno de la
descolonización. En caso de acoger las reivindicaciones de Marruecos y
Mauritania, las Naciones Unidas no podrían seguir teniendo credibilidad; de
hecho, su derecho moral a insistir en la autodeterminación en otros muchos
casos pendientes sería cuestionado…”.156 El portavoz representante de
Somalia advirtió de que su país podría seguir exactamente el mismo tipo de
reivindicación histórica para con Somalilandia Francesa (Yibuti o el Territorio
de los Afars e Issas) que el que Marruecos y Mauritania hacían valer para
con el Sáhara Occidental.157
40
parte del territorio mismo de Estados Unidos es susceptible de
reclamaciones basadas en derechos históricos. En el contexto de la
descolonización, el apoyo de Estados Unidos a Marruecos ha hecho más fácil
para Somalia la prosecución de sus intenciones sobre Yibuti, una región de
considerable importancia estratégica, donde los intereses de Estados Unidos
estarían mejor servidos mediante la aplicación rigurosa de las mismas
normas que han sido socavadas en otros lugares con el consentimiento de
Estados Unidos.
Por esa misma razón, Israel y, por extensión, también los Estados Unidos
debieran estar preocupados por el efecto transformador de las normas
41
[derivado] del apoyo de Estados Unidos a la conquista de Timor Oriental por
Indonesia. En otros tres casos actualmente ante Naciones Unidas, la
reivindicación de derechos históricos está siendo utilizada como argumento
mediante la afirmación adicional de que la población residente en esos
territorios –en cada uno de los tres casos, durante más de un siglo- no
tienen derecho a la autodeterminación porque son “poblaciones importadas”
no nativas del territorio en el que habitan. 158 En los casos de Gibraltar y las
Islas Malvinas, esta alarmante propuesta ha sido formulada por la parte que
tiene asegurado un respaldo abrumadoramente mayoritario en la Asamblea
General. El representante de Argentina ante Naciones Unidas, reclutando
votos para el caso de su país en contra de permitir a los habitantes de las
Islas Malvinas decidir su propio futuro, recordó a sus colegas delegados
ante Naciones Unidas que el desplazamiento de la población original y su
sustitución por otra, ajena a la región, es una injusticia que ellos deberían
reparar en sus propias regiones.159 El mensaje para Israel es sin duda [el
mismo] en versión corregida y aumentada. No obstante, Israel ha apoyado
sistemáticamente la posición de Argentina a cambio del apoyo de Argentina
en votaciones de importancia para Israel.
158
Respecto a una reivindicación de Guatemala basada en este argumento, véase UN Doc. A/PV.2431, 8
de diciembre de 1975, pp. 37 y 38-40, Sr. Maldonado Aguirre dirigiéndose a la Asamblea General.
Respecto a la reivindicación española de que la autodeterminación es aplicable solamente a “quienes
tenían sus raíces” en un territorio y no a los “colonos”, véase 23 GAOR, Fourth Comm., 1799th meeting,
p. 14 (1968). Respecto al argumento de Argentina, a los mismos efectos, con respecto a los habitantes de
las Islas Malvinas, véase Report of the Special Committee on the Situation With Regard to the
Implementation of the Declaration on the Granting of Independence to Colonial Countries and Peoples
[Informe del Comité Especial sobre la Situación relativa a la Aplicación de la Declaración sobre la
Concesión de la Independencia a los Países y Pueblos Coloniales], 19 GAOR, Annexes, Annex No. 8
(Part I), pp. 436-437, UN Doc. A/5800/Rev.1 (1964).
159
28 GAOR, Fourth Comm., 2074th meeting, p. 302 (1973).
42
Unidos podrían haber intentado negociar un frente común, en las Naciones
Unidas, con los Estados del Tercer Mundo comprometidos con esos
principios y sensibles a su importancia para la estabilidad mundial , así
como para la descolonización de África del Sur.160 Y entonces, esa coalición
fundamentada en los principios podría haber tratado de vincular las crisis de
Angola y del Sáhara Español, y exigir soluciones basadas, en ambos casos,
en una autodeterminación supervisada por las Naciones Unidas.
Tal como resultó, el apoyo de Estados Unidos al uso de la fuerza por parte
de Marruecos en el Sáhara, y la historia de la intervención militar de
Estados Unidos en Vietnam, hicieron imposible suscitar mucha preocupación
internacional (o del Congreso [estadounidense]) sobre el uso de la fuerza
en Angola por parte de Cuba. Un realista tiene que comprender que una
política basada en la utilización de la fuerza, en lugar de en los principios,
nos ha llevado ahora a “perder” Vietnam y Angola, mientras que sólo hemos
“ganado” el Sáhara Español. Si estos son los resultados de una estrategia
basada en ganar, quizás incluso los partidarios del realismo político
pudieran, no obstante, ser persuadidos de intentar una estrategia basada
en la preocupación por los principios normativos recíprocos.
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http://its.law.nyu.edu/facultyprofiles/profile.cfm?personID=19925
160
Así por ejemplo, es una afirmación frecuente, por parte de los blancos de Sudáfrica, que la mayor parte
de los negros llegaron sólo después de que los colonos blancos hubieran empezado a desarrollar el país.
Asimismo, la posición de Sudáfrica es que, con la creación de black “tribal homelands” [“patrias tribales”
negras], los africanos que habitan en áreas de blancos no pueden esperar participar en el proceso
democrático.
43
44